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Full text of "Revista de archivos, bibliotecas y museos"

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47 


HKYISOTA 


DE 


ARCHIVOS,  BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


^ 


REVISTA 

DE 

ARCHIVOS,  BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 

(historia  y  ciencias  auxiliares) 
ÓRGANO  OFICIAL  DEL  CUERPO  FACULTATIVO  DEL  RAMO 
(se  publica  una  vez  al  mes)   ' 

TERCERA  ÉPOCA.— AÑO  VII 

TOMO  VIII 

Enero  A  Junio  de   1903. 


MADRID 

TIP.  Ok  LA  REVISTA  DE  ARCHIVOS,    BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 

Calle  de  Olid,  núm.  8. 
1903 


SUMARIO 


PlRS 

I.-  Pedrii  Rui^  de  Aleará^,  iluminado  aicarreño  del  siglo  .VV7,  por  I).  Manuel  Serra- 
no r  Sanz,  de  la  Biblioteca  NacioDal I 

II.— Mateo  \*á^que^  Lecca,  Secretariit  de  Felipe  I!,  por  U.  \úAío  Uekíkf-ra 17 

lU.— Relación  descriptiva  de  los  mapas,  plan>.>s.  etc.,  de  la  Audiencia  y  Capitanía  ge" 
nerat  de  Guatemala  (Guatemala,  San  Salvaditr,  Honduras,  Nicaragua  y  Costa' 
Ricai  existentes  en  el  Archivo  general  de  Indias,  por.l).  Pedro  Torrks  Lanzas,  Jefe 
de  dicho  Archivo 20 

IV.- Códices  más  notables  de  la  Ititlioteca  Nacional.  IX.  Misal  toledano  del  si- 
glo XV,  por  D.  Antonio  Pa¿  y  Mema,  Jefe  del  Departamento  de  Manuscritos 
de  la  Biblioteca  Nacional 36 

\.— Estudio  sobre  los  .sermones  valencian'ts  de  San  Vicente  Ferrer  que  se  conservan 
manu.scritos  en  la  fíiblittteca  de  la  Uasilica  metropolitana  de  Valencia:  IV.  Le- 
ycnrfdi.-.\/i7a/yros,  por  I).  R'jque  «."habas.  ('.anúnigo-Archivero  de  la  misma.     .    .        38 

VI.— Documentos:  I.  Estado  do  la  I 'ni  ver>idad  de  Alcalá  desde  su  funda-rión  hasta  el 
año  i8n?;  por  la  copia,  Julio  Mklc.ares  y  Mahín— II.  Poesías  del  Doctor  Agustín 
de  Oliva.  3.''  «wOtra  carta  para  el  mesmo  Señor  Don  Diego  de  Sossa,  de  Montilla  .i 
Cordoua;  por  la  copia,  M.  S.  y  S.— III.  Libros  manuscritos  ó  de  mano  [de  la  Biblio- 
teca del  Conde  de  <"iondomarl;  por  la  copia,  M.  S.  v  S 58 

VIl.—NorAS  BiRi.ioCRÍKiCAs:  Loui'ie  Ferdmand  de  liaviire,  Kminanuéle  Thcrése.  de  1' 
Ordre  de  Sainte  «Haire,  filie  de  Tlilecteur  Max  Emanucl  de  Baviíre  f i'V)t"i-i75i>).  (Hk- 
rhkiniíknvissfr).  -D.  \'icente  Vives  y  í.iern.  Lase  isas  de  los  Estudios  en  Valen- 
cia. Informe  acerca  del  sitio  en  que  é'itas  se  hall  iban  emplazadas  fV.  V.V — Enri- 
que Vignaud.  La  cana  \  el  mapa  de  Toscanelli  sobre  la  ruta  de  las  Indias  por  el 
Oeste,  enviidos  en  1474  al  portu¿;ués  Fernán  Martins  y  trasladados  más  urde  á 

Cristóbal  (.ólón  (.M.  S.  Y  .S.) Ch) 

VIÍL— Vahieiíades:  Arjíeníina  (Republic  i)  y  t.'.hile.  España  (.Madrid  y  León),   Inglaterra, 

Italia  >  Rusia 74 

IX.— BiBi.ioírPAFiA:  Libros  espafv^les,  por  D.  Pedro  Roca,  y  D.  .Mvaro  Gii  Alhackjk, 
de  la  Biblioteca  Nacional.— /.ídros  extranfems,  por  D.  Manuel  Skrraxo  y  San/, 
de  la  Biblioteca  Nacional. — Revistas  es  pan"  I  a.'t,  por  D.  Pedro  Roca  y  D.  Ricirdo 
Torres  \ai.le,  de  la  Biblioteca  Nacional.— /íei'í^fa.v  extranjeras,  por  D.  Manuel 
Sf.hpano  y  San/. ^ 77 

X. — ShCCiÓN  ÜKIOIAL  Y  1*1:  .NOTI01A> H4 

LX.m.NA^  nl'ki.ias.  I.  La  cen.».  .Miniarura  del  .Misal  to'cdano.  S.  xv.— II.  Encuademación  mudejar 
dci  Misal  i'jledan'i.  *^.  \v.— III.  .M.ip.i  ilc  I:i  provincia  del  Pelea  y  del  Castillo  de  su 
nojnbre.  .\ño  1740. 

Lá.minan  LMiPCAiAiiAS  i.N  Ri.  rF.Mvi.  .Mcdaili  de  .Miteo  Vá/que/  I.ecca.  inverso  y  reverso. - 
Plan:  t  del  Pucri-j  de  Y2iap.i  iNinn.  2)  -'".ainint»  proyectado  entre  Puerto  <'abalIos  y  la 
Bahía  de  Fonscca  (.S'um.  4)  -.M  ipa  de  I»  provincia  de  Njcaraijua  (.Núm.  17).-  .Mapa  de  la 
provincia  a>z  Honduras  (.\'úm.  iSi.— Mapa  del  rio  de  Malina  (Núm   23). 

Pliego  14  lie  la  ñiblinjrrafia  hispano-latina  clá'iica.  por  D.  M.ircelino  Mcníniik/  y  Peí. ayo, 

Jefe  supcriur  del    Cuerpo  íacultaiivo  de    .Vrchivcros,    Bibliotecarios   y  .arqueólogos. 

Director  de  la  Biblioteca  Nacional. 
Pliego  33  del  Catálogo  de  retratos  de  personajes  esp.iñoles  que  se  conservan  en    la  Sección  de 

Estampas  y  de  Bellas  Artes  de  la  Biblioteca  Nacional,  por  D.   Ángel  M.'    de  Barcia 

Y  Pavón,  Jefe  de  dicha  sección. 
Pliego  42  del  Catálogo  I  del  .Archivo  Histórico  Nacional.  Inquisición  de  Toledo,  por  D.  Vicente 

ViGSAu,  Director  de  dicho  establecimiento. 
Pliego  I.**  del  Catálogo  de  la  librería  del  Cabildo  Toledano,  por  D.  José  Octavio  i>e  Toledo. 


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CONSEJO  DE  LA  REVISTA 

JUNTA  INSPECTORA.  Presidente:  Jefe  superior  del  Cuerpo,  D.  Mar 
celino  Menénde\  y  Pe/a/o.— Vicepresidente:  D.  Vicente  Vignau  y  Bailester.— 
Vocales:  D.  José  Onega  y  García.— D.  Manuel  Flores  Calderón.— D.  Mariano  Ca- 
talina y  Cobo. — D.  Rodrigo  Amador  de  los  Ríos. — D.  Eduardo  de  Hinojosa  y  Nave- 
ros. — D.  Juan  Catalina  García  y  López. — D.  Augusto  Fernández  Victorio  y  Coci- 
na.— D.  Ricardo  de  Hinojosa  y  Naveros. — D.  P'rancisco  Navarro  y  Ledesma. 

REDACCIÓN.  Presidente:  IJ.  Marcelino  Mencnde^y  Pelayo. — Vicepresi- 
dente: D.  Vicente  Vignau  y  Bailester. — Redactor  jefe:  D.  Juan  Mencndez  Pidal. 
— Vocales:  D.  Ramón  Menéndez  Pidal. — D.  Antonio  Paz  y  Melia.— D.  José  Ramón 
Mclida  y  Alinari.— D.  Alvaro  Gil  Albacete. — D.  Ricardo  Torres  Valle. — D.  Narciso 
Sentenach  y  Cabanas. — I).  F^icardo  de  Hinojosa  y  Naveros. — Contador:  D.  Ma- 
nuel Magallón. — Secretario:  D.  Manuel  Serrano  y  Sanz. 


eOLABOI^ADORES 

Españoles. 

Todos  los  individuos  del  Cuerpo  Facultativo  de  Archiverus,  Bibliotecarios  y 
Arqueólogos,  y  los  distinguidos  escritores  siguientes:  Aguilar  y  Cano  (D.  A.),  Pu- 
hlicista.—Altamira  (I).  R.),  Catedrático  de  la  l'nivcrsidad  dé  Oviedo.— Alemany 
(D.  J.),  Catedrático  de  la  l'niversidad  Ccntral.—A viles  (I).  A.),  de  la  Real  Acade- 
mia de  San  Fernando.— Baselga  (L).  M.),  Catedrático  de  la  l'niversidad  de  Zara- 
f»oza.— Bayo  (I).  C.),  Publicista.— Blázquez  (i).  A.),  C.  de  la  Real  Academia  de 
la  Historia.- -Bonilla  y  San  Martín  (D.  A.),  Catedrático  de  Derecho  mercantil  en 
la  l'niversidad  de  Valencia.— Calleja  (O.  J.  D.),  Publicista.— Cedillo  (Fxcelenli- 
simo  Sr.  Conde  de),  de  la  Real  Academia  de  la  Historia.— Codera  (I).  F.),  de  la  Real 
Academia  de  la  Historia.— Costa  (D.  J.),  Iberista.  -  -Cotarelo  \   Wuú  (D.  E.),  de  la 
Real  Academia  Española.— (Lhabás  (I).  R.),  Canónigo-archivero  de  la  Catedral  de 
Valencia.— Domínguez   Berrueta  H).  M.),  Catedrático  del  Instituto  pnnincialde 
Salamanca.-  Eguílaz  Yanguas  (D.  L.),  Catedrático  de  la  l'niversidad  de  (iranada. 
Ruano  y  Prieto  (I).  F.),  Publicista.     Escandón  (I).  R.),  Astrónomo  del  Observato- 
rio de  Madrid.— Fernández  Duro  (D.  C.),  Americanista,  de  la  Real  Academia  de  la 
Historia.- -Fernández  de  Velasco  (D.  F.),  Publicista.  -Fcrrá  (D.  B.),  Director  del 
Museo  Arqueológico  Luliano.— Gartí  i  de  Quevcdo  y  Concellón  (D.  É.i,  (^catedráti- 
co del  Instituto  provincial  de  Burgí  s.     Garrido  Osorio  (D.  M.),  Catedrático  de  la 
l'niversidad  de  Granada.-  Salva  (I).  A.),  .XrchiNero  municipal  de  Burgos. — (iarriga 
(D.  F.  J.),  (catedrático  del  Instituto  provincial  de  Oviedo.— (}esioso  y  Pérez  (D.  J.í, 
de  la  Academia  de  Bellas  .\ries  de  Sevilla.-  Ciómez  Imaz  (D.  .\l.).  Publicista.— 
Gómez-.Moreno  y  Martínez  (D.  .M.),  Profesor  de  la  I  niversidad  ídel  Sacro  Monte 
de  Granada.— Goyri  de  Menéndez  Pidal  iD.'^.M.'M,  Doct(;ra  en  Filosofía  v  Letras. — 
Hazañas  v  la  Riía  (D.  J.),  (Catedrático  de  la  L'niversidad  de  Sevilla.— Hergueta 
(D.  .N.),  de  la  Real  Capilla.  -  Herrera  (I).  A.),  de  la  Real  Academia  de  la  Histo- 
ria.— Herrera  (P.  I.),  de  las  l'scuelas  F^ias. — Lampércz  y  Romea  (D.  V.),  Arqui- 
tecto y  (Catedrático  de  la  Escuela  de  Arquitectura.— Las  Navas  (Conde  de).  Bi- 
bliotecario déla   Real   Casa.  -  Liñán   y   Eguizával  (D.   P.),    Publicista.— Lomba 
(D.  J.  R.),  Publicista. --Llabrcs  (D.  ("íábricl),  (""catedrático  del  lnstitut(j  de  (Sáce- 
res—.Muntadas  (D.  J.  F.),  Publicista.— Oliver  y  Esteller  (D.  B.),  de  la  Real  Acade- 
mia de  la  Historia.- Pedraja  Fernándc/  (I).  K.  de  la).  C  de  la  Real  Academia  de  la 
Historia.— Ramírez  de  Arellan(j  (D.  R.).  C  de  la  Real  Academia  de  la  Historia. — 
Fíodríguez  de  Berlanga(D.  .\L),  Romanista.— Rodríguez  Mourelo(I).  J.),  I^rofesor 
de  la  Escuela  de  Artes  y  Oficios.- Soraluce  (I).  P.i,  de  la  Comisión  de  Monu- 


35{)i(i4 


memos  de  Guipúzcoa.— Tenorio  (D.  N'.),  Publicista.  -Tramo veres  (D.  L.),  de  la 
Comisión  de  Monumentos  de  Valencia. — Laurencín(EI  Sr.  IVtarqués  de),  de  la 
Real  Academia  de  la  Historia.— Ureña  y  Smenjaud  (D.  R.  de),  Catedrático  de  la 
Universidad  Central. — Velázquez  Bosco  (D.  R.),  Arquitecto  y  Catedrático  de  la  Es- 
cuela de  Arquitectura.— Villaamil  y  Castro  (D.  J.),  Arqueólogo. — Vives  (D.  A.), 
de  la  Real  Academia  de  la  Historia. 

Extranjeros. 

Bienkowski  (P.),  Profesor  de  la  L'niversidad  de  Cracovia. — Bonsor  (M.  J.),  Ar- 
queólogo.—M.  J.  Calmettc,  miembro  de  la  Escuela  Francesa  de  Roma. — Daumct 
(M.  G.),  de  los  Archivos  Nacionales  de  Francia. — Engel  (M.  A.),  Arqueólogo.— 
Farinelli  (Dr.  A.),  Profesor  extraordinario  de  la  Universidad  de  Innsbruck. — Fitz- 
Gerald  (M.  J.  D.)— Friedel  (M.),  de  la  Universidad  de  Liverpool. — Garófalo  (señor 
F.  P.),  Profesor  de  la  Universidad  de  Catania  (Sicilia).— Gráfenberg  (doctor  S.),  Cri- 
tico de  literatura  española.  Frankfort.— Graillot  (M.  Henri),  Profesor  del  Liceo  de 
Tolosa  de  Francia.— Haebler  (Conrado),  Bibliotecario  de  la  Real  de  Dresde. — Ho- 
molle  (M.  Th.),  Director  de  la  Escuela  Francesa  de  Atenas. — Leitede  Vasconcellos 
(Dr.  J.),  Director  del  Museo  Etní)lóg¡co  de  Lisboa.— Melé  (E.),  de  la  Biblioteca 
Nacional  de  Ñapóles.— Morel-Faiio  (M.  A.),  Director  adjunto  de  la  Escuela  prác- 
tica de  Estudios  superiores  de  í^aris. — Paris  ÍM.  P.),  (Catedrático  de  la  U'niversidad 
de  Burdeos. — Ulloa  (D.  Luis),  Comisionado  espi;cial  del  Gobierno  del  Perú  en  los 
Archivos  y  Bibliotecas  de  Europa. 


Catálogos  publicados  por  la  Revista  de  Archivos,  Bibmotfcas  v  Mi'seos. 
Biblioteca  Nacional,  L — Catálogo  de  i  as  piezas  de  teatro  que  se  conservan  en  el 
Departamento  de  Manuscritos  de  la  Biblioteca  Nacional,  por  D.  Antonio  Paz  y 
Melia,  Jefe  de  dicho  Departamento. — Madrid,  1899.— 8.®  doble,  717  páginas. — 10 
pesetas. — Ocho  pesetas  á  los  suscriptores  de  la  Revista.  Punto  de  venta,  en  la  Ad- 
ministración de  la  misma.— II.  Catálogo  de  las  causas  contra  la  fe  seguidas  ante  el 
Tribunal  del  Santo  Oíicio  de  la  Inquisición  de  Toledo  y  de  las  informaciones  ge- 
nealógicas de  los  pretendientes  á  oficios  del  mismo.  Con  un  Apéndice  de  los  demás 
Tribunales  de  España,  Italia  y  América.— Madrid,  ioo3.— 8.**  d.,  vm-GGo  páginas. 


BIBLIOTECA  DE  LA  REVISTA  DE  ARCHIVOS,  BIBLIOTECAS  V  MUSEOS. 
IL  Instrucciones  para  la  redacción  de  los  Catálogos  en  las  Bibliotecas  públicas  del 
Estado,  dictadas  por  la  Junta  facultativa  de  Archivos,  Bibliotecas  y  Muscos. — 
Madrid.  Tipografía  de  la  Revista  de  Archivos,  Bibliotecas  y  Museos,  1002.-8.° 
1 52  páginas  y  180  mf^dclos.  — 6  pesetas. 


PRECIOS  DE  SUSCRIÍH:IÓN.— En  España,  15  pesetas  al  año:  en  el  extran- 
jero, 20  francos  al  año. — A'o  se  admiten  sellos  de  correos  en  pago  de  suscripcio- 
nes.—TSÍúmevo  suelto,  1,50  pesetas. 

Primera  y  segunda  serie  (primera  y  segunda  época),  225  pesetas,  tomos  I  á  IX; 
sueltos,  á  25  pesetas  tomo.— Tercera* serie  (tercera  época),  lomos  I,  II,  III,  IV,  V, 
VI  y  VII,  90  pesetas;  sueltos,  á  i5  pesetas  tomo. — Boletín  de  Archivos,  Bibliotecas 
y  Museos,  un  tomo,  7,5o  pesetas. 

Modo  de  hacer  el  pago  los  suscriptores  de  provincias. 

Por  medio  de  libranza  del  Giro  mutuo,  á  nombre  del  Jefe  del  Archivo 
Histórico  Nacional,  Paseo  de  Recoletos,  20. 


REVISTA 

DK 

ARCHIVOS,  BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 

(HISTORIA    Y    CIFNCIAS    AUXILIARES) 

Ano  vil. — fiNtRO  de  igoS. — Ni'm.  i. 

PEDRO  RUIZ  DE  ALCARAZ, 

I  L  U  M  í  N  A  D  O  A  L  C  A  R  R  K  Ñ  O   D  K  L  SIGLO   XVI 

I 

La  circunstancia  de  ser  este  hereje  apenas  conocido,  tanto  que  se  le 
llama  generalmente  e¡  Padre  Alcázar,  sin  que  perteneciese  á  orden  reli- 
giosa ni  siquiera  fuese  clérigo;  el  haber  sido  el  primero  que  profesó  y  en- 
señó las  creencias  de  los  alumbrados  de  una  manera  algo  sistemática,  no 
mezclándolas  con  desbordamientos  de  groseras  pasiones  ó  con  delirios  de 
fanático  vidente,  y  la  íntima  relación  que  tiene  su  proceso  con  los  de 
otros  iluminados  coetáneos,  cuales  fueron  María  de  Cazalla,  la  andariega 
Francisca  Hernández  y  Antonio  de  Medrano,  me  han  impulsado  á  extrac- 
tar el  voluminoso  legajo  de  la  causa  que  contra  él  siguió  la  Inquisición  de 
Toledo  en  los  años  iSkj  á  ¡529  '. 

Con  ser  la  secta  de  los  alumbrados  importantísima  en  nuestra  Historia 
religiosa,  porque  representa  el  movimiento  reformista  en  España,  indepen- 
diente del  germánico,  y  haber  preparado  el  terreno  para  que  este  amena- 
zara luego  propagarse,  quedan  todavía  sus  orígenes  envueltos  en  relativa 
obscuridad  '.  Generalmente  se  asegura  que  existían  ya  alumbrados  antes 
del  año  1498,  fecha  en  que  Villalobos  publicó  El  sumario  de  la  Medecina; 

1  Progeso  contra  Pedro  de  Aleará:^,  ref^ino  de  Guadalajara.  Se  conserva  en  el  Archivo  His- 
tórico Nacional;  consta  de  44^  hojas  numeradas. 'Signaturu,  Inquisición  de  Toledo;  ]e¿;ajo  loñ. 
núm.  26. 

2  Boehmer  (Francisca  Hernández  und  Frai  Francisco  ^rfíí,  pags.  17  á  in),  trac  varias  noti- 
cias exactas  de  Alcaráz,  Isabel  de  la  Cruz,  Bedoya,  Fastrana,  Barreda  y  otros  iluminados,  co- 
piadas de  los  procesos  contra  Francisca  y  Fr.  Oriiz;  documentos  que  se  conservaban  intejjros 
hacia  el  año  i8t>5  y  de  los  cuales  solamente  hay  ahora  en  el  Archivo  Histórico  Nacional  alj<unas 
hojas. 

3.*  ¿POCA.—TOMO  VIII.  I 


2  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

pero  ni  Villalobos  describe  como  herejes  á  los  que  llama  aluminados,  sino 
como  tipos  de  repugnante  obscenidad,  ni  la  palabra  iluminado  se  empleó 
hasta  mediados  del  siglo  XVII,  ni  la  secta,  á  juzgar  por  los  datos  conteni- 
dos en  los  procesos  inquisitoriales,  tuvo  su  cuna  fuera  de  España  ».  Don 
Vicente  de  la  Fuente  refiere  ^  que  Fr.  Antonio  de  Pastrana,  Custodio  fran- 
ciscano en  la  provincia  de  Castilla,  comunicó  á  Cisneros,  en  fecha  que  no 
precisa,  los  desvarios  de  un  religioso  contemplativo  de  Ocaña,  quien  decía 
que  por  revelación  del  Señor  debía  hacer  vida  conyugal  con  varias  mu- 
jeres santas  y  engendrar  en  ellas  profetas,  de  cuyo  error  salió  con  una 
tanda  de  azotes  3. 

He  aquí  íntegro  el  texto  de  tan  curioso  documento: 

«R.mo  y  muy  magnifico  Señor:  La  Madre  Juana  de  la  Cruz  me  mostró 
vna  carta  de  Vuestra  Señoria  y  otra  que  vn  religioso  contenplatiuo  alum- 
brado con  las  tinieblas  de  Satanás  le  avia  escrito;  y  luego  a  la  ora  que  vy 
las  dichas  cartas  me  parti  para  Ocaña  donde  dicho  religioso  estaua  y 
hizle  luego  encar<;elar  y  dar  tal  penitencia  que  en  pocos  dias  alcan90  co- 
nosfjimiento  de  su  herror,  y  que  ya  no  avia  ne^cssidad  de  engendrar  pro- 
fetas para  remediar  el  mundo,  avnque  dezia  que  por  mucho  tiempo  es- 
tando en  oración  avia  alcan(;ado  de  Dios  vn  mandamiento  que  le  man- 
daua  que  engendrase  vn  hijo  en  persona  santa,  el  qual  era  muy  ne9esario 
que  nasciese  en  este  tiempo;  y  creo  yo  que  fuera  peor  que  el  que  traxeron 
de  Roma  figurado.  Crea  Vuestra  Señoria  que  nunca  vio  cosa  de  tan  ynfi- 
nita  locura,  porpue  yo  he  hecho  inquisición  sobre  este  religioso  y  en  si 
conversación  le  he  hallado  muy  apartado  de  sospecha  de  mugeres  y  muy 
ocupado  en  cosas  spirituales,  en  las  quales  ha  sido  engañado  como  vuestra 
señoria  vee.  Espero  en  Nuestro  Señor  que  para  su  saluacion  le  hará  esto 
mucho  prouecho,  porque  los  ojos  que  tenia  cerrados  con  la  culpa  de  su 
pecado,  la  pena  de  la  penitencia  se  los  haze  abrir;  de  la  qual  penitencia 
no  saldrá  hasta  que  del  todo  esté  su  anima  enderecada  a  Dios  y  el  dexe  las 


1  En  el  Cilicto  de  gracia  que  dio  el  Inquisidor  general  D.  Andrés  Pacheco  á  9  de  Mayo  del  año 
1623,  son  Uamaiáos  perfectos,  dexados,  alumbrados  y  congregados.  El  califícativo  más  común 
era  de  alumbrados  como  puede  verse  en  la  Relación  de  las  proposiciones  de  los  alumbrados  de 
IJerena  que  se  castigaron  el  año  de  j575  en  el  auto  público  que  alli  se  gelebró  y  en  otros  docu* 
mentos  de  fines  del  siglo  XVI  y  comienzos  del  siglo  XVII  contenidos  en  el  ms.  2440  de  la  Biblio- 
teca Nacional.  La  misma  denominación  reciben  en  los  procesos  de  Vergarn,  María  de  Cazalla, 
Antonio  de  Mcdrano,  Pedro  Ruiz  de  Alcaráz  y  otros  que  he  examinado. 

2  Historia  eclesiástica  de  España;  t.  V,  p.  232. 

3  Pedro  Mártir  de  Anglería  (Epístola  428)  hablaba  en  el  año  iSoq  de  una  ilusa  conocida  con 
el  nombre  de  la  beata  de  Picdrahita.  No  se  conserva  el  proceso  que  le  formó  la  Inquisición.  De 
ella  daré  algunas  noticias  en  el  tomo  II  de  mis  Escritoras  españolas. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  3 

tales  contemplaciones  procuradas  por  Lufífer;  y  porque  desto  quando 
vuestra  señoría  venga  le  entiendo  de  hazer  mas  larga  relación  no  alargo 
mas  de  quedar  besando  las  manos  a  vuestra  señoría  y  suplicando  a  nues- 
tro Señor  muchos  años  le  conserue  en  su  santo  amor.  De  San  Francisco 
de  Alcalá  a  xxvii  de  Agosto  i5i2. 

El  indíníssímo  capellán  de  vuestra  Reverendissima  señoría,  Fray  .-in- 
tonió  de  Pastrana,  Custodio. 

(Sobrescrito.}  Al  R.»"o  y  muy  magrtífico  señor  el  Señor  Cardenal  de 
España  Arzobispo  de  Toledo  nuestro  padre»  ^ 

II 

Vana  puerilidad  sería  imaginar  que  los  errores  de  Lutero  acerca  del  li- 
bre albedrio  y  la  justificación  del  hombre  por  la  fe  y  por  los  méritos  de 
Cristo,  fueron  solamente  caprichosas  extravagancias  individuales;  á  co- 
mienzos del  siglo  XVI,  como  en  todas  las  ¿pocas  de  transición,  reinaba  en 
los  espíritus  cierto  vago  pesimismo,  cierta  desconfianza  del  porvenir  que  se 
veía  encubierto  con  los  celajes  de  inminente  y  furiosa  tempestad;  pesimis- 
mo que  se  concretaba  en  una  tendencia  al  suicidio  del  alma,  despojándola 
de  la  facultad  más  noble  que  Dios  puso  en  ella:  de  la  libertad;  convirtién- 
dola en  un  ser  meramente  pasivo  y  esperando  nuestra  salvación  tan  sólo 
por  la  acción  omnipotente  de  Dios.  Estas  aspiraciones  indicadas  ya  en  la 
mística  germánica,  se  concretaron  muy  luego  en  fórmulas  precisas,  Al 
mismo  tiempo  que  Lutero  echaba  los  cimientos  del  protestantismo,  en  el 
centro  de  España  se  elaboraba  un  sistema  análogo  que  se  propagó  rápi- 
damente, sin  que  entre  el  fraile  sajón  y  el  alumbrado  de  Guadalajara  hu- 
biese ni  pudiera  haber  relación. alguna;  hecho  que  nadie  juzgará  pura 
coincidencia. 

Ignórase  quién  profesó  y  enseñó  primeramente  las  doctrinas  ¡iluminis- 
tas,  como  también  si  el  origen  de  la  secta  fué  debido,  según  parece  más 
probable,  á  la  iniciativa  de  un  heresiarca,  ó  si  nació,  cual  por  generación 
espontánea,  en  varios  lugares.  Sólo  sabemos  que  ya  dogmatizaban:  Isabel 
de  la  Cruz  en  Guadalajara  hacia  el  año  i5i2;  tres  años  después  Francis- 
ca Hernández  en  Salamanca;  en  i522  los  frailes  menores  Juan  de  Olmillos 
y  Francisco  de  Ocaña,  en  Escalona;  otros  religiosos  de  e^ta  orden  en  Ci- 

1     E!  !ns  orisinal  se  conserva  en  la  Biblioicci  de  !.i  Faculiid  de  Derecho. 


4  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

fuentes,  y  Mana  de  Cazalla,  en  Pastrana  K  Todos  estos  apóstoles  y  díaco- 
nísas  de  la  nueva  religión  se  comunicaban,  ya  por  cartas,  ya  personal- 
mente, concediendo  á  veces  como  una  especie  de  jefatura  á  la  Francisca 
Hernández,  de  quien  hablaban  con  fanática  veneración  los  hombres,  y  no 
con  tanto  respeto  las  mujeres.  Sin  embargo  de  esto,  no  se  profesaban  mu- 
tuamente gran  cariño,  en  especial  cuando  caían  en  manos  de  los  inquisi- 
dores; y  cual  en  la  venta  del  Quijote  «daba  el  arriero  á  Sancho,  Sancho 
i  la  moza,  la  moza  á  él,  el  ventero  á  la  moza»,  Alcaráz  maldecía  de  Ol^ 
millos;  la  Hernández,  de  Tovar  y  de  Eguía;  María  Cazalla,  de  la  Hernán- 
dez, y  Mari  Núñez,  de  Isabel  de  la  Cruz.  Profesando  todos  análogos  erro- 
res, se  llamaban  herejes  los  unos  á  los  otros,  y  en  sus  declaraciones  ante  el 
Santo  Oficio  procuraban  hacerse  mutuamente  el  mayor  daño  posible. 


III 

Uno  de  los  alumbrados  más  antiguos  de  que  hay  noticias  fidedignas  es 
Fray  Francisco  de  Ocafta,  de  la  Orden  de  Menores,  residente  en  Esca- 
lona y  con  quien  trató  Pedro  Ruiz  de  Alcaráz.  Según  éste,  Fr.  Fran- 
cisco, quien  más  que  impostor  parece  haber  sido  loco  y  visionario,  predi- 
caba continuamente  que  la  Iglesia  estaba  necesitada  de  reforma  y  que  los 
que  entonces  la  gobernaban  debían  ser  arrojados  como  puercos;  que  la  pa- 
sión de  Cristo  debía  constituir  el  principal  asunto  de  los  sermones  y  todo 
lo  demás  era  una  burla.  Llevando  adelante  sus  imaginaciones  profetizó  en 
el  año  1 524  que  Francisco  I  sería  destronado  por  Carlos  V;  que  él  iría  á 
Roma  juntamente  con  Fr.  Juan  de  Olmillos,  guardián  en  Escalona,  y  am- 
bos reformarían  la  Iglesia,  dando  á  Francisca  Hernández,  que  por  enton- 
ces residía  en  Valladolid,  el  cargo  de  ¡¡enmendar  la  Biblia!!  Al  marqués 

I  En  Guadalajara  eran  iluminados  Campuzano  el  mozo,  continuo  del  Duque  del  Infantado^ 
Espinosa,  chirimía  de  este;  Vega,  despensero  del  Conde  de  Saldaña;  Bivar,  capellán  del  Duque 
y  doña  Leonor  de  Quirós.  En  Pastrana  el  clérigo  Gaspar  de  Bedoya,  Francisco  Jiménez  y  su 
mujer.  En  Escalona  los  criados  del  Marqués,  el  capellán  Gutiérrez  y  el  alcaide  Baeza.  (Proceso 
de  Pedro  Ruiz  de  Alcaráz,  folio  17.)  hn  el  mismo  hay  una  lista  de  los  que  se  comunicaban  por 
cartas  con  Alcaráz  y  la  beata  Isabel  de  la  (^ruz.  Eran  los  siguientes:  Antonio  de  Baeza;  su  mujer 
doña  Francisca;  Ana  de  Soria;  Alonso  López  Sebastián;  Antonio  Calvete;  Alonso  López  Zancas; 
Alonso  de  la  Cruz;  Albadán,  sobrino  de  Aleará/;  Agustín,  su  hijo;  Ana  Romero;  Calvete;  Cata- 
lina Calvete;  Catalina  de  la  Torre;  Constanza  Romero;  Diego  de  Espinosa;  doña  Isabel;  el  bachi- 
ller Juan  López;  su  mujer;  el  bachiller  Olivares;  Fray  Andrés  de  Ecija;  Fray  Antonio  de  Pas- 
trana; Fray  Antonio  de  Covarrubias;  Fray  Diego  de  Barreda;  Fray  Juan;  Fray  Luis  de  Santa 
María;  Fray  Luis  de  Jerez;  Fray  Lorenzo;  Fray  Pedro  de  Pastrana;  Fray  Pedro  de  los  Angeles; 
Fray  Cristóbal;  Francisco  Jiménez;  Francisco  de  Mora,  canónigo;  Gabriel  Sánchez,  cura  de 
Pastrana;  Gaspar  de  Valera;  Juan  Delicado;  Juan  López,  capellán;  Inés  de  San  Juan;  Inés  de  la 
Cruz;  Leonor  de  Bivar;  Mencia  Jiménez;  Mari  Ruiz;  Nicolás  de  Embid;  Pedro  de  Rueda;  Rincón; 
Sebastián  Gutiérrez,  capellán  del  Marqués  de  Villena. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  5 

<le  Villena  se  le  reservaba  una  honrosa  comisión:  colocar  en  la  silla  de 
San  Pedro  al  nuevo  Pontífice,  que  probablemente  la  ocuparían  Fr.  Juan  de 
Olmillos  ú  Ocaña. 

Divulgadas  muy  pronto  las  necedades  de  estos  frailes,  ocomen^ose  á 
publicar  que  el  Marques  tenia  santos  en  Escalona;  e  otros  dezian  que  he- 
ran  diablos;  e  de  allí  se  dixo  que  en  Pastrana  y  en  Guadalajara  y 'en  Ma- 
drid Y  en  Escalona  avia  personas  que  se  dezian,  unos^alumbrados,  e  otros 
dexados,  e  otros  perfetos».  Lleno  de  escándalo  el  cabildo  de  Toledo,  resol- 
vió estudiar  el  caso  y  diputó  para  ello  al  Obispo  auxiliar  ¡Campo  y^al  li- 
cenciado Mejía,  á  quienes  informó  Pedro  Ruiz  de  Alcaráz.  El  Provincial 
de  San  Francisco  Fr.  Andrés  de  Ecija  fué  d  Escalona  con  jdéntico]  objeto 
y  sucedió  que  dando  la  comunión  á  Olmillos  este  «luego'tuvo'sus  traspon i- 
mientos  y  comeníjo  c^n  ellos  a  hablar  como  solía,  y  el  ¡Provincial  mandó 
•que  (pesase  el  canto  de  los  fray  les  que  cantavan  la  Pange  lingua,  para  que 
se  oyese  lo  que  dezía  el  de  Olmillos,  y  el  Provincial Jcubierto^  de  lagrimas 
de  lo  ver  traspuesto  e  oyrle  lo  que  asy  dezia;  estuvieron  hasta  que'acabó 
su  sermón;  y  yo  (añade  Alcaráz)  estaba  que  páresela  qucl  corat^on  me  co- 
mían perros».  Cualquiera  pensaría  que  el  Provincial  adoptó  enérgicas  me- 
didas contra  aquel  fanático;  lejos  de  ello,  contentóse  con  mandar  que  Ol- 
millos dijera  misa  en  la  claustra  y  que  solamente  predicara  al  Marqués  de 
Villena.  Olmillos  residió  luego  en  Madrid,  donde  el  populacho  iba  á  oír 
su  misa  y  contemplaba  las  contorsiones  y  visajes  de  aquel  energúmeno 
cual  si  fuesen  indicios  manifiestos  de  santidad;  el  Provincial  se  abstuvo  de 
adoptar  medida  alguna  para  cortar  este  escándalo,  «porque  (los  fieles)  no 
se  enojasen  contra  ellos  y  les  quitasen  las  limosnas».  Andando  el  tiempo 
•Olmillos  fué  elegido  nada  menos  que  Provincial  de  Castilla.  Falleció  en 
Madrid  en  el  año  1529  '. 

IV 

Pedro  Ruiz  de  Alcaráz  nació  en  Guadalajara  hacia  el  año  1480;  fué 
hijo  de  Juan  de  Alcaráz  y  de  Catalina  Ortiz,  ambos  de  aquella  población 

I  De  01  milloí  escribe  Fr.  Lucís  Waddingo:  «Jomnem  de  Olmillos,  guardianum  conventus 
de  Scalona,  virum  fuisse  rclÍKÍosissiinum  ct  obedientiae  virtute  insignem,  qui  cum  frequenter 
extra  se  reperetur  ct  scnsibus  sopitis  multa  in  Dei  laudem,  etiam  inter  missirum  solemniadi- 
-ceret  et  aliqua  pracdicaret,  ab  ipso  Quiñonio  jussus  prompte  obedierit  ei  dcinccps  ab  hujusmodi 
sermonibus  abstinuerit,  ñeque  amplius  tales  extases  habuerit,  pro  quibus  aliud  majusoccultam 
beocñcium  se  a  Deo  recepisse  Quiñonio  revelavit  du  n  regeret  provinciam  C.astellae;  obiitque 
Matriti  aono  1529,  migna  pietatis  opinione.»  CAnna/es  Aítnorum  a  P.  Luca  Waddingo.  Roma, 
AiDCLIV:  Tomo  VIH,  pág.  419.) 


Q  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

y  descendientes  de  judíos  conversos;  su  abuelo  paterno  Hernán  Ruiz  de 
Alcaráz,  ejerció  allí  la  profesión  de  escribano;  el  materno,  Garci  Sánchez 
de  Olea,  fué  vecino  de  Hita.  Tuvo  cuatro  hermanos:  García  Ortiz,  aven- 
turero en  Italia;  Hernando  de  Alcaráz,  criado  del  Duque  del  infantado; 
María  de  Alcaráz,  casada  con  Diego  de  Moya,  secretario  de  dicho  título, 
y  Catalina  Ortiz,  viuda  de  Juan  de  Rivadeneyra  en  el  año  1524. 

Hijo  de  familia  pobre,  pues  su  padre  ejercía  el  ofício  de  panadero,  no 
estudió  Facultad  alguna,  por  cuyo  motivo  sus  contemporáneos  lo  llamaban 
idiota  y  sin  letras,  sin  que  esto  pruebe  que  fuese  ignorante;  lejos  de  ello, 
conocía  á  la  maravilla  los  libros  sagrados  y  las  obras  de  mística  en  uso 
entonces,  como  eran  las  del  seudo-Areopagita,  de  Gerson,  de  San  Ber- 
nardo, algunas  de  San  Buenaventura,  la  celebérrima  atribuida  á  Kempis 
y  otras.  Sabía  de  memoria  gran  parte  de  la  Biblia  y  comentaba  con  agu- 
deza, sofística  en  ocasiones,  los  pasajes  más  obscuros.  Los  teólogos  con 
quienes  hablaba  se  maravillaban  de  su  cultura  y  del  ingenio  con  que  ex- 
ponía sus  ideas. 

Hacia  el  año  i5o8  casó  con  Juana  Suárez,  de  quien  tuvo  dos  hijas  y 
ocho  hijos,  el  mayor  de  los  cuales  apenas  contaba  quince  años  en  1624.  Des- 
de iSig  á  1 523  residió  en  Priego,  donde  fué  Contador  del  Marqués  de  este 
título  y  luego  en  Madrid  una  breve  temporada  con  D.  Benito  de  Cisneros. 
De  sus  viajes  de  propaganda  hay  pocas  noticias  en  su  proceso;  en  ibig  fué 
á  Pastrana  deseoso  de  conocer  el  estado  de  la  naciente  cofradía  iluminista 
y  en  i523  marchó  á  Valladolid  para  conferenciar  con  la  gran  sacerdotisa 
Francisca  Hernández. 

Decrépito  y  gotoso  Don  Diego  López  Pacheco,  segundo  marqués  de  Vi- 
llena,  se  había  retirado  á  su  alcázar  de  Escalona,  donde  se  daba  al  ejerci- 
cio de  la  piedad  y  á  la  conversación  con  varones  espirituales.  Algo  incli- 
nado, por  lo  visto,  á  lo  sobrenatural,  gustaba  de  las  pláticas  que  le  diri- 
gían los  frailes  Cimillos  y  Ocaña,  á  quienes,  acaso,  tenía  por  santos  y  no 
desaprobaba  sus  visiones  y  profecías.  Saturado  ya  de  iluminismo  llevó  á  su 
palacio  en  el  año  i523  un  predicador  laico  que  lo  fué  Ruíz  de  Alcaráz,  á 
quien  señaló  35.ooo  maravedis  de  quitación  ó  sueldo.  Alli  reunió  en  breve 
Alcaráz  una  pequeña  comunidad  á  la  que  pertenecía  casi  toda  la  servidum- 
bre del  marqués;  doctrinaba  en  casa  del  licenciado  Antonio  de  Baeza, 
donde  acudían  clérigos,  como  Gutiérrez,  capellán  del  Marqués;  mujeres 
como  D.*  María  de  Zúñiga  y  Ana  de  Soria,  y  muchachos  cual  Juan  de 
Valdés,  no  sin  escándalo  del  presbítero  Francisco  de  Acevedo  quien  decía- 


BIBLIOTECAS   Y    MUSEOS  7 

raba  mas  adelante:  «me  pares9ió  mal  del  comunicar  semejantes  cosas  con 
personas  yncapa^es,  como  eran  mugeres  y  mochachos;  e  las  personas  que 
yo  supe  con  quien  mas  comunicava,  eran  el  Marquen:  mí  señor,  e  mi  se- 
ñora, e  con  Soria  e  Cuevas  e  Mari  Ángel,  mugeres  de  mi  señora,  e  con 
Antonio  de  Bae^a,  e  su  muger  doña  Francisca,  e  con  Sebastian  Gutierres, 
e  con  Juan  de  Ayala,  e  con  San  Román  e  con  Valdes  e  Marquina  e  No- 
guerol  e  Quritica  e  la  de  Espinosa,  viuda,  y  una  ama  del  corregidor  Pedro 
de  Barrios;  e  a  todos  estos  que  he  dicho  les  vi  después  que  comunicaron 
con  Alcaraz  estar  en  los  divinos  oficios  quando  se  hincavan  de  rodillas  syn 
rezar  exteriormente  ni  ynclinar  la  cabe9a  al  nombre  de  Ihesu  Christo.» 
Al  viejo  Marques  agradaban  no  poco  las. doctrinas  de  sus  iluminados, 
y  tanto  que  según  dice  Alcaráz  «mostraua  algunas  vezes  tener  consigo 
vnos  sentimientos  e  alegrías  spirituales;  estaua  algunas  vezes  como  enle- 
uado»  *. 


La  secta  de  los  alumbrados  propagóse  muy  luego  en  la  Alcarria,  donde 
pronto  se  formaron  varias  iglesias,  especialmente  en  Cifuentes  y  Pastrana; 
de  los  iluminados  de  esta  villa  hay  muchas  é  interesantes  noticias  en  el 
proceso  de  Maria  Cazalla,  publicado  por  el  Sr.  Melgares  y  Marin  en  sus 
Procedimientos  de  la  Inquisición;  ^  de  los  de  Cifuentes  hablaron  algunos 
testigos  en  el  proceso  de  Alcaráa;;  uno  de  ellos  refirió  así  los  comienzos  de 
la  secta  en  ambas  poblaciones: 

«F'rancisco  Ximenez  fue  a  Qiiuentes  e  habló  allí  con  Fray  Diego  de  Ba- 
rreda e  Fray  Antonio  de  Pastrana  y  ellos  le  dixeron,  estando  yo  presente, 
que  avia  ydo  alli  a  fierto  nego<;io,  que  era  a  casar  una  sobrina,  que  era 
mejor  e  mas  ^ierto  camino  el  del  dexamiento,  que  no  el  del  recogimiento; 
e  lo  que  ellos  dezian  del  dexamiento,  a  lo  que  me  acuerdo,  es  que  se  pro- 
curase de  tener  dada  la  voluntad  a  Dios  e  subjeta  nuestra  voluntad  á  la 
suya,  syn  pedir  cosa  alguna  a  nuestro  Señor  de  aquello  que  sabe  que  mas 
conviene  al  anima;  e  alli  nos  dixeron  que  en  Guadalajara  estavan  dos  per- 
sonas de  quien  ellos  avian  sabido  esto  del  dexamiento,  que  eran  Isabel  de 
la  Cruz  e  Alcaraz,  e  que  nunca  con  persona  que  se  oviesen  comunicado  les 
avia  satisfecho  como  Ysabel  de  la  Cruz;  e  al  Fray  Diego  de  Barreda  le  oy 
dezir  que  era  cosa  maravillosa  ver  el  entendimiento  e  sentido  que  tenía  el 
dicho  Alcaraz  en  la  Sagrada  Escriptura,  para  no  saber  latin,  e  que  lo  ha- 

I    Folio  5  del  proceso  de  Alcariz.^2  Tomo  II,  págs.  5  á  i56. 


8  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

blava  e  declarava  mejor  que  los  que  lo  avian  aprendido,  e  quel  primero 
que  lo  avia  puesto  al  dicho  Fray  Diego  de  Barreda  en  este  camino  del  de- 
xamiento  era  la  Ysabel  de  la  Cruz,  e  que  la  tenia  como  por  maestra.  E 
luego  como  vino  el  dicho  Francisco  Ximenez  a  esta  villa  procuró  de  hablar 
e  poner  en  este  dexamiento  a  algunas  personas,  según  he  oydo;  que  yo  qué- 
deme a^i  en  Qifuentes  por  cierto  tiempo,  e  quando  vine  hallé  que  ya  lo 
tenía  sembrado  por  el  lugar;  e  después  vinieron  los  dichos  Fray  Diego  e 
Fray  Antonio  aquí,  e  se  comunicaron  con  ellos  muchas  personas,  e  vi  que 
hablando  en  este  dexamiento  y  estando  ellos  aqui  vino  /  Icaraz,  e  con  el 
asimesmo  se  comunicaron  muchas  personas  de  las  sobredichas  e  otras,  es- 
pecialmente Alonso  López  Sebastian,  que  yba  con  el  a  algunas  casas,  e 
Francisco  Ximenez,  con  el  qual  e  con  su  muger  e  con  su  hermana  tuvo  el 
dicho  Alcaraz  mas  comunicación  que  con  otros,  porque  dezia  que  hallava 
mas  aparejo  en  ellos  que  en  los  otros,  e  vi  como  hablando  con  algunas  per- 
sonas el  dicho  Alcaraz  en  publico  hazia  traer  la  Blivia  para  mostraren 
ella  lo  que  dezia;  y  esto  vi  estando  en  casa  del  bachiller  Olivares  e  leyó 
allí  en  una  epístola  de  Sant  Pablo  diziendo  todo  el  romance  sin  leer  el 
latin;  e  otro  dia  en  casa  de  Gaspar  de  Vedoya  hizo  traer  la  Blivia  el  dicho 
Alcaraz  para  mostrar  á  los  dichos  Fray  Diego  de  Barreda  e  Fray  Antonio 
cierto  paso  en  que  estavan  hablando  y  el  dicho  Fray  Diego  después  que  se 
salió  de  alli  dixo  que  era  maravilloso  aquel  entendimiento  quel  dicho 
Alcaraz  avia  dado.  Yo  hablé  al  dicho  Alcaraz  para  que  me  dixese  el  modo 
que  avia  de  tener  en  servir  a  Dios  e  me  dixo:  mortificate  membra  vestra^ 
que  no  aveys  menester  agora  otra  cosa.» 

VI 

Algunos  años  transcurrieron  sin  que  el  Santo  Oficio  se  fijara  en  la  nue- 
va secta,  acaso  por  ver  solamente  en  ella  una  devoción  y  piedad  exagera- 
das, muy  propias  en  las  mujeres  y  en  la  gente  del  pueblo.  Mas  al  fin  co- 
menzó á  notar  el  afán  de  proselitismo  que  caracterizaba  á  los  dexados;  su 
apartamiento  de  los  que  no  comunicaban  con  ellos;  aquella  tendencia  de 
los  laicos  á  usurpar  el  ministerio  de  la  predicación  á  los  sacerdotes,  apar- 
tando á  los  fieles  del  templo  para  llevarlos  á  casas  particulares,  y  aun  se 
empezaron  á  divulgar  los  errorts  que  profesaban.  Todas  estas  circunstan- 
cias que  concurrían  en  Alcaraz  lo  hicieron  sospechoso  á  los  inquisidores. 

Cuando  oía  misa,  lejos  de  hincarse  de  rodillas  y  persignarse  en  las  oca- 
siones de  costumbre,  permanecía  rígido  cual  una  estatua,  con  los  brazos 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  9 

caídos,  sin  mover  los  labios,  sin  dirigir  la  vista  al  altar  y  sumido  en  pro- 
funda meditación;  signos  que  caracterizaban  á  los  iluminados  como  puede 
verse  en  el  proceso  de  IVlaría  de  Cazalla  y  en  otros.  En  vez  de  bajar  la  ca- 
beza cuando  pasaba  el  sacramento  de  la  Eucaristía,  lo  miraba  atentamen- 
te, cosa  que  á  los  fieles  parecía  irreverencia  y  casi  incredulidad. 

Como  el  Santo  Oficio  solía  antes  de  abrir  solemnemente  el  proceso  y 
decretar  la  prisión  de  los  culpables  ir  lentamente  informándose  de  los  de- 
litos por  estos  cometidos,  empezó  en  Junio  del  año  iSig  á  recibir  declara- 
ciones, contra  Ruiz  de  Alcardz,  guardando  el  sigilo  de  costumbre.  Tes- 
tificaron Pedro  de  Rueda,  vecino  de  Guadalajara,  donde  la  iníormación 
se  verificaba,  y  capellán  de  D."  Mencía  de  Mendoza;  Juana  de  Ortega,  due- 
ña de  ésta,  y  el  clérigo  Fernando  Díaz.  De  sus  dichos  quedó  Alcaráz  bas- 
tante comprometido,  pues  afirmaron  que  enseñaba  el  dexamiento;  excla- 
maba que  ojalá  hubiese  pecado  más,  porque  Dios  más  ama  á  quien  más 
perdona;  se  alababa  de  entender  la  Biblia  y  aconsejaba  que  no  se  debía 
mostrar  dolor  por  la  pasión  de  Cristo. 

Estas  informaciones  eran  consecuencia  de  lo  que  había  dicho  en  Toledo 
á  i3  de  Mayo,  Mari  Niiñez.  criada  de  D.*  Juana  de  Valencia,  contra  Isabel 
de  la  Cruz,  de  cuyos  errores  señaló  como  cómplice  á  Ruiz  de  Alcaráz  á 
quien  atribuyó  las  proposiciones  de  que  el  amor  en  el  hombre  es  el  mismo 
Dios  y  que  el  Padre  habia  encarnado  también  como  el  fíijo.  A  pesar  de 
semejantes  testimonios  pasaron  cinco  años  hasta  que  el  fiscal  de  la  Inqui- 
sición de  Toledo,  Diego  Ortiz  de  Ángulo,  solicitase  á  20  de  Febrero  de  1624 
la  prisión  de  Alcaníz;  el  Inquisidor  Alonso  de  Mariana  accedió  á  ello,  y 
Alcaráz,  cuyos  exiguos  bienes  quedaron  confiscados,  entró  en  la  cárcel  el 
día  26,  dejando  en  la  miseria  á  su  mujer  y  á  sus  diez  hijos. 

Los  calabozos  inquisitoriales  no  eran  entonces  tan  cómodos  cual  algu- 
nos a[X)logistas  modernos  del  Santo  Oficio  han  fantaseado;  estrechos,  obs- 
curos y  con  poca  ventilación,  constituían  el  mayor  tormento  de  los  reos, 
quienes  se  quejan  amargamente  de  aquéllos  en  sus  procesos;  «me  tienen, 
escribía  Alcaráz,  á  tan  buen  recabdo  que  ha  mas  de  i^inquenta  dias  que 
esto  cerrado  con  una  llave  tras  de  una  red,  y  de  noche  otra  puerta  en9ima, 
con  unos  grillos  continuamente;  c  sobre  mis  enfermedades,  que  son  muy 
continuas,  estuve  de  calenturas  hartos  días  y  nunca  en  la  prisión  ovo 
alivio,  o 

Según  afirmó  Alcaráz  cuando  sufrió  el  tormento  en  su  proceso  y  en 
otras  varias  ocasiones,  fué  su  maestra  la  beata  Isabel  de  la  Cruz,  natural 


10  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

de  Guadalafara,  donde  residía  en  la  parroquia  de  Santo  Tomás;  vestía  el 
hábito  de  San  Francisco  y  era  muy  dada  á  la  lectura  de  los  místicos;  su 
enemiga  capital  Mari  Núñez  la  motejaba  de  conversa;  le  atribuía  la  nega- 
ción del  infierno,  que  era  «como  dicen  á  los  niños  c  va  ti  el  cocoí>  y  las 
principales  tesis  de  los  iluminados, que  pensaba  recopilar  en  un  libro.  Entre 
ella  y  Alcaráz  hubo  siempre  amistad  estrecha  y  sólo  cuando  éste  se  vio  en 
el  escalera,  sin  poder  resistir  ya  la  toca  y  los  Jarrillos  de  agua  la  calificó 
de  embaucadora  y  falsa  mujer  que  lo  había  seducido  con  sus  errores. 

VH 

Una  de  las  teorías  más  singulares  de  los  iluminados,  profesada  por 
Ruíz  de  Alcaráz,  ó  que  al  menos  le  fué  imputada,  es  la  del  dexamiento. 
Consistía  el  dexamíento  en  una  abdicación  completa  de  la  voluntad  huma- 
na en  la  divina,  y  no  en  el  sentido  católico  de  que  debemos  acomodar 
nuestras  acciones  á  las  leyes  natural  y  revelada,  sino  en  cuanto,  aun  tra- 
tándose de  actos  indiferentes,  convenía  que  nuestra  voluntad  perdiese  toda 
su  espontaneidad  y  recibiese  el  movimiento  de  Dios,  convirtiéndose  en 
cosa  meramente  pasiva.  Complemento  forzoso  de  esta  doctrina  eran  la 
inspiración  privada,  la  comunicación  directa  del  alma  con  el  Creador  y  la 
falta  de  responsabilidad  moral,  pues  el  dexado  no  podía  pecar  mortal  ni 
venialmente,  una  vez  que  sus  determinaciones  nada  tenían  de  voluntarias 
y  procedían  de  Dios.  Verdad  es  que  Ruiz  de  Alcaráz  negó  constantemente 
haber  creído  y  enseñado  el  dexamiento  así  entendido  y  lo  redujo  á  la  subor- 
dinación racional  del  hombre  á  Dios  ó  á  un  estado  excepcional  del  espíri- 
tu en  la  llamada  por  los  místicos  via  unitiva^  en  que  cesan  todas  las  ope- 
raciones del  alma. 

Según  declaró  el  P.  Nicolás  de  Embid,  c(  Alcaráz  dezia  que  todas 
nuestras  obras  buenas  profedian  de  Dios  y  quel  onbre  no  podia  hazer 
nada  por  sí,  mas  de  subjectarse  a  Dios  e  conos^erse  por  no  nada,  e  que 
este  conos^imiento  también  lo  dava  Dios  y  que  todo  don  bueno  venia  del 
Padre  de  las  lunbres.  Alonso  López  de  la  Palomera  dezia  que  era  bien 
que  los  onbres  hiziesen  las  cosas  que  devían,  pues  que  para  ello  les  avia 
dado  Dios  conos^imiento  del  mal  y  del  bien,  con  libertad  de  escoger  lo 
bueno  y  dexar  lo  malo.  Alcaráz  respondía  que  entonces  se  usava  mejor  de 
la  libertad  del  libre  arbitrio  quando  se  subjelava  a  Dios,  pues  sin  el  no  po- 
dia bien  escoger.» 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS  1 1 

»Lo  que  colegía  de  sus  platicas  de  los  dichos  en  esto  del  dexamiento  es 
que  se  ofresíiese  la  voluntad  y  animo  libre  á  Dios;  que  syenpre  estuviese 
en  esta  vela,  porque  ocupada  el  anima  en  otra  cosa  demás  de  las  necesa- 
rias, era  estar  ogiosa  el  anima,  e  que  donde  avia  amor  grandes  cosas 
obraba  el  mesmo  amor,  y  que  esperando  en  nuestro  Señor  con  umildad, 
él  dava  aviso  en  el  anima  para  que  todas  las  cosas  se  hiziesen  por  su 
amor  e  servicio,  syendo  buenas  y  neijesarias,  e  que  para  esto  era  bien  cor- 
tar todo  conplimiento  e  demasía  e  negar  los  onbres  sus  quereres  e  pareíe- 
res  por  amor  de  Dios,  examinando  con  prudencia  cada  cosa  en  que  oviese 
de  entender,  porque  Dios  no  se  ofendiese;  e  que  devia  el  onbre  syenpre 
andar  contra  sy  venciendo  nuestras  pasiones,  porque  la  naturaleza  vifio- 
sámente  nos  ynclina.)) 

VIII 

A  3i  de  Octubre,  Diego  Ortiz  de  Ángulo  acusó  al  procesado  de  los  si- 
guientes errores: 

Negar  la  existencia  del  Infierno. 

Negar  la  presencia  real  de  Cristo  en  la  Eucaristía. 

No  venerar  este  Sacramento. 

Decir  que  cdas  obras  de  misericordia  e  ayunos  e  otras  cosas  pías  c  se- 
mejantes, que  no  ay  nefessidad  ni  es  bueno  hazerlo». 

Que  nada  valen  las  indulgencias  y  los  perdones  del  Papa  y  que  la  con- 
trición y  las  lágrimas  por  los  pecados  son  cosas  imperfectas. 
.    Que  si  él  se  confesaba  lo  hacía  solamente  por  cumplir  con  la  plebe  ig- 
norante. 

Que  «para  salvar  el  anima  no  ay  ne^cssidad  syno  de  vn  dexamiento  de 
si  mesmos  en  Dios;  e  que  si  pecare  aquel  que  se  oviese  ansy  dexado,  que 
Dios  lo  permite,  e  que  por  esto  no  perderá  su  anima;  que  no  tiene  que 
dalle  cuenta  della,  pues  la  a  dexado  en  El». 

Que  este  amor  de  Dios  «ordena  la  persona  de  tal  manera  que  no  puede 
pecar  mortal  ny  venialmente». 

Que  es  inútil  la  oración  vocal  y  basta  la  mental. 

Que  (dos  casados,  estando  en  el  acto  del  matrimonio  están  'mas  vnidos 
á  Dios  que  sy  estobiesen  en  ora9Íon». 

Que  se  burlaba  de  los  Soliloquios  de  San  Agustín,  llamándolos /an/a- 
ieados. 


1 2  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

A  10  de  Diciembre  del  año  siguiente,  Ortíz  de  Ángulo  acusó  á  Ruiz  de 
Alcaráz  y  á  sus  discípulos  de  profesar  estas  doctrinas: 

«Enseñavan,  syn  dar  ningún  otro  entendimiento,  quel  coraron  del 
honbre  era  Dios,  y  de  aqui  inferian  que  nuestro  corac^on  hera  mayor  que 
Dios,  teniendo  á  su  coraron  por  Dios  e  a  Dios  por  su  coraron,  y  quel  sen- 
timiento interior  que  tenian  de  Dios  o  de  su  natural  o  lo  que  en  si  halla- 
sen, que  todo  hera  Dios. 

)) Tenian  el  amor  de  Dios  en  el  honbre  por  el  mismo  Dios,  diziendo  a 
este  proposito  que  Dios  era  uno  y  sin  división,  haziendo  burla  de  quien 
andava  obrando  por  méritos,  o  dezian:  por  mas  merescer  hago  esto  o 
lo  otro. 

wDotrinavan  que  toviesen  una  suspensión  en  el  alma,  de  toda  cosa,  e 
que  estando  el  alma  en  esta  suspensión  no  se  entrometiese  la  criatura  a  ver 
ni  conosfer  ni  examinar  cosa  alguna. 

>No  mentavan  el  nombre  de  Ihesu  Christo,  ni  de  Santa  María,  ni  ha- 
blavan  de  la  pasyon  de  nuestro  Redemptor;  ante  la  menospre^iavan. 

)>E1  dicho  Alcaraz,  como  malo,  hazia  burla  y  se  reya  de  las  personas 
que  abaxavan  la  cabera  al  nombre  de  Ihesus. 

«Que  negase  el  honbre  y  no  cumpliese  su  voluntad,  aunque  fuese  bue- 
na, por  hacer  otra  que  no  fuese  tan  buena;  y  que  si  sintiese  en  si  alguna 
floxedad  o  pesadunbre  en  el  spiritu  quando  quisyese  rezar,  que  no  por- 
fiase en  rezar,  syno  que  lo  dexase;  que  los  siervos  de  Dios  avian  de  ser 
libres. 

«Enseñavan  que  se  dexasen  al  amor  de  Dios,  que  les  enseñaría  lo  que 
avian  de  hacer,  y  dexasen  sus  mugeres,  maridos  e  hijos  y  no  curasen  de 
sus  casas  ni  haziendas,  ni  procurasen  de  ganar  de  comer,  que  Dios  temía 
cuidado  dello. 

«Reprobaban  las  y  magines  y  hazian  burla  dellas  e  de  las  personas  que 
las  tenían. 

«Dezian  que  ¿de  que  servia  tomar  agua  bendita? 
«Que  el  honbre  no  reze  ni  pida  cosa  a  nuestro  Señor,  teniendo  el  rezar 
por  atadura. 

«Que  no  se  debían  rechazar  los  malos  pensamientos  y  las  tentaciones. 
«Reprobavan  las  s^ienc^ias  y  reprehendían  a  los  que  las  estudiavan. 
«Que  los  predicadores  no  avian  de  inquirir  ni  estudiar  lo  que  avian  de 
predicar,  por  vía  de  letras,  syno  en  spiritu  lo  que  Dios  les  ofrefiese. 
«Que  no  hera  bien  que  los  honbres  se  metiesen  religiosos. 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS  l3 

)>Que  el  dicho  Alcaraz  e  otras  personas  ydiotas  y  sin  letras  se  davan 
mucho  a  la  letura  de  la  Blivia,  y  muchas  vezes  se  apartavan  en  lugares 
secretos,  donde  no  podiesen  ser  vistos,  a  leer  en  ella,  y  le  davan  entendi- 
mientos nuevos. 

)>Que  Alcaraz  daba  á  entender  que  tenía  don  de  spíritu,  diziendo  que 
veya  e  conos^ía  el  coraron  de  los  otros  como  en  su  propria  mano. 

)>Que  Alcaraz  y  sus  discípulos  sj  apartaban  de  los  demás  fieles.»^ 

IX 

La  táctica  de  Alcaraz  en  su  defensa  fué  la  seguida  luego  por  otros  ilu- 
minados; negar  su  heterodoxia,  dar  sentido  católico  á  sus  proposiciones,  y 
sobre  todo,  acusar  á  sus  correligionarios,  creyendo  con  esto  desviar  á  otra 
parte  el  rayo  de  los  Inquisidores.  Queriendo  ponerse  al  abrigo  de  la  impu- 
nidad ajena,  y  creyendo  que  la  Inquisición  nada  intentaría  contra  un  obis- 
po, denunció  gravemente  á  Fr.  Juan  Cazalla,  titular  in  partibus  de  Tro- 
ya, Capellán  mayor  que  había  sido  de  Cisneros  y  tío  de  los  célebres  here- 
jes quemados  en  Valladolid  *: 

«Y  porque  antes  desto  dicho  yo  vi  otras  personas  en  be  venidas  en  seme- 
jantes engaños  del  demonio  y  de  sus  vanidades,  manifestadas  en  Guadala- 
jara  en  aquella  muger  que  se  dize  Texeda  y  en  Pedro  de  Rueda,  clérigo, 
que  yo  antes  a  vuestras  mercedes  he  dicho,  asy  miro  esta  dicha  rrayz  des- 
te  dicho  mal  todo  junto,  y  con  él  hablar  los  vnos  y  los  otros  en  la  refor- 
mación de  la  Yglesia,  mostrando  el  demonio  en  los  trasponimientos  desta 
dicha  muger  grandes  y  maravillosos  dichos,  y  asy  por  tales  los  escriuiendo 
el  dicho  Pedro  de  Rueda,  y  esto  creyendo  asy  juntamente  que  avia  de  ha- 
zer  Papa  y  Cardenales  y  las  otras  dignidades,  todos  Riegos  con  el  subi- 
miento destos  tales  engaños  del  demonio;  y  por  queste  Pedro  de  Rueda, 
clérigo,  fue  antes  desto  muy  familiar  de  Francisca  Hernández  en  Vallado- 
lid  y  dende  alli  fueron  muchas  las  cartas  quel  escriuio  a  muchas  partes  y 
personas,  asy  de  Guadalajara  como  de  Pastrana,  y  hablando  en  ellas  en 
altas  palabras  y  maravillas,  segund  yo  las  vi,  miro  asy  todo  este  mal  y 
liuiandad  junto  con  el  rebelo  de  la  rayz  oculta  en  la  dicha  Francisca  Her- 

I  Fr.  Juan  Cazafl.i  escribió  una  relación  de  la  toma  de  Ürán  por  Cisneros,  en  cuya  expedi- 
ción acompañó  á  éste;  la  dirigió  al  Dr.  N'illalpando,  Gobernador  eclesiástico  de  Toledo;  está  fe- 
chada en  Cartagena  á  24  de  Mayo  del  año  1509.  Bcimpresa  con  las  Cartas  del  Cardenal  Don  Fray- 
Francisco  de  Cisneros,  dirigidas  á  Don  Diego  Lópeí^  de  Ayala.  Madrid,  1867.  Págs.  241  á  248. 
No  he  podido  hallar  su  libro,  que  debe  ser  curiosísimo,  rotulado:  Lumbre  del*  Alma,  de  los  fre- 
nejicios  de  Dios  y  de  la  paga  que  se  les  debe.  Se  vil  1 1,  por  Juan  Cromberger,  i528.  En  8.", 


14  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

nandez,  pues  el  fruto  destos  ramos  que  agora  digo  y  destos  sus  engaños  y 
liuiandades  pienso  mas  cumplidamente  es  manifiesto  á  vuestras  mercedes, 
asy  de  la  dicha  Texeda  como  del  dicho  Pedro  de  Rueda;  y  pues  otros  lo 
saben  mas  largamente  que  yo,  que  en  esto  mas  dellos  conosfieron,  espe- 
cialmente Isabel  de  la  Cruz  y  Gaspar  de  Vedoya  y  Vega,  dellos  pueden 
aver  más  ynforma^ion. 

wY  asy  junto  con  todo  esto  miro  por  diferente  camino  esta  mala  sy- 
miente  y  rayz  en  el  Obispo  Caballa  y  en  su  hermana  Maria  de  Cafalla,  que 
con  el  fín  de  su  propio  amor  y  asy  ciegos  en  el  [se]  juntó  a  esto  la  vanidad 
y  engaño  del  demonio  y  su  amor  de  propia  excelencia,  hablando  estos  en 
maravillas  sobre  sy  y  queriéndolas  asy  hazer  entender  con  mucha  conti- 
nuación de  palabras,  y  el  en  los  sermones,  syn  respeto  de  bien  otro,  ni 
fundamento  del;  y  asy  le  oy  algunas  vezes  en  sus  sermones  desir  que  la 
Yglesia  estava  mas  cargada  de  mandamientos  y  de  descomuniones  y  otras 
cosas  que  nunca,  y  que  mas  cuydado  avia  en  esto  que  en  la  salvación  de 
las  animas,  y  dixome  vn  dia:  no  me  entiendo  con  estos  dotores  santos,  en 
algunas  cosas;  y  preguntándole  yo  en  que  dixo  ^que  desia?  pienso  me  dixo: 
Sant  Jerónimo;  que  lo  que  desia  la  Santa  Escriptura  de  Iherusalen,  que  se 
avia  de  entender  de  la  que  esta  en  la  tierra;  ya  acuérdaseme  que  conos- 
Ciendo  en  el  que  lo  mirava  solo  espiritualmente,  le  dixe:  yo  en  todo  veo  a 
Dios;  y  asi  no  me  dixo  mas;  y  en  estas  cosas  y  otras  semejantes,  yo  co- 
nosciendo  en  el  aver  liuiandad,  asy  le  mirava  como  a  otros  livianos,  mi- 
rando yo  en  todo  la  mala  rayz  dicha  de  los  engaños  del  demonio,  y  con 
esta  simiente  mirando  a  este  obispo  Cacalla,  con  aver  visto  y  sabido  las 
liuiandades  quel  ha  tenido  en  el  crédito  de  la  comunicación  de  personas 
espirituales  livianas  y  las  liuiandades  que  en  ellos  todos  he  visto  y  sabien- 
do aver  el  mucho  comunicado  en  Valladolid  a  la  dicha  Francisca  Her- 
nández, y  aviendo  yo  visto  lo  que  ella  le  estreuia,  lodo  en  admiracio- 
nes y  con  grande  señorio  quella  mostrava  en  su  desir  para  con  el,  como 
quien  le  avia  tratado  y  como  a  sujeto  suyo. 

>Y  porque  en  otra  declaración  que  agora  di  a  vuestras  mercedes  dixe 
las  liuiandades  que  [hay]  en  Fray  [Francisco]  de  Ortiz,  predicador,  y  de  las 
cosas  que  le  oy  desir  en  las  alabancas  de  Francisca  y  de  su  enbevecimiento 
con  ella  en  esto  y  lo  quel  escriuip  al  dicho  Obispo  Cacalla  desto,  y  tan- 
bien  la  conformidad  en  esto  del  Provincial  Fray  Andrés  de  Ecija,  y  asy 
también  con  los  engaños  del  Guardian  Fray  Juan  de  Olmillos,  allí  lo  po- 
dran vuestras  mercedes  ver;  que  lo  que  yo  he  visto  de  todos  estes  fraylcs 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  1 5 

y  perlados  dellos  que  aquí  digo,  que  con  engaños  del  demonio  engañados 
los  han  tenido  y  tauoresfido;  no  se  sy  avn  agora  los  tienen,  que  yo  sospecho 
que  sy,  esperando  en  Dios  sera  lodo  manifiesto  en  su  santa  Yglesia  y  por 
ella  remediado,  que  syn  estos  otros  frayles  de  su  Horden  se  que  tienen  nes- 
^esidad,  y  otras  personas,  deste  remedio...  especial  vy  en  Madrid  a  vna  due- 
ña viuda  que  se  dize  Eluira  Duarte,  la  qual  conos^i  y  hablé  y  me  pares^io 
vn  coraron  con  el  dicho  Guardian,  y  asy  lo  supe,  y  quella  le  proveya 
contino  de  muchas  recreaciones  y  guisados  y  el  procuraba  como  a  ella  no 
le  faltase  nada,  y  questa  postrera  vez  quel  fue  a  Madrid  dcnde  Escalona  a 
mostrar  las  nuevas  maravillas  del  hablar  en  la  misa,  o  no  se  sy  antes,  que 
le  dieron  a  esta  dueña  Duarte  entonces  mas  de  veynte  mili  maravedis,  y 
esto  me  dixo  entonces  vna  muger  de  alli  que  se  dize  Torre,  hija  de  vna 
viuda  que  se  dize  la  de  Méndez,  y  supe  quel  dicho  Prouincial  Fray  Andrés 
alli  lo  fauores9Ía  mucho,  haziendo  mucho  caso  del  dicho  guardián  y  que- 
riendo que  los  frayles  y  monjas  y  otros  lo  hiziesen,  estendiendose  la  mala 
symiente  por  todos  y  asy  yo  vy  en  el  moncsterio  de  Madrid  algunos  fray- 
les tan  devotos  a  esto,  que  como  cosa  de  grande  misterio  a  ellos  manifiesto 
veneravan  al  dicho  guardián,  especial  vn  fray  le  que  se  dize  el  de  Torre,  al 
qual  vi,  administrando  el  santo  Sacramento  a  la  dicha  Elvira  Duarte,  es- 
tar mucho  tiempo  teniéndolo  el  en  las  manos,  esperando  quella  pesase  de 
vna  forma  de  estremecimientos  y  ruydo  que  en  aquel  tienpo  vy  que  en  ella 
avia,  semejante  a  lo  quel  dicho  guardián  Fray  Juan  de  Olmillos  hazia,  y 
boluiendose  otras  vezes  al  altar  con  el  santo  Sacramento  y  asy  esperando 

quella  pesase  de  aquellas  cosas  para  res^ebirlo 

)>En  Pastrana  vi  muchas  personas  que  por  seguir  el  fin  de  los  arroba- 
mientos y  estar  asy  traspuestos,  buscavan  y  hablavan  a  muchos,  y  alli  me 
dixeron  que  los  frayles  de  la  Sazeda  los  avian  puesto  en  aquello,  especial 
vn  fray  Christoual  de  Tendilla,  antiguo  en  el  exerci^io  destas  cosas  y  en 
mostrarlas  y  en  mostrar  de  sy  cosas  para  admiración;  y  alli  fue  el  guar- 
dián Fray  Juan  de  Olmillos  a  mostrar  las  suyas,  y  muchos  de  alli  conti- 
nuavan  la  comunicación  de  Francisca  Hernández  y  ella  les  dava  cuentas 
y  otras  cosas  que  truxesen  en  su  memoria,  y  mostróme  vnas  vna  muger  de 
Niculas  d'Enbit,  vecino  de  alli,  y  de  otras  que  me  mostraron  asy  no  se  me 
acuerda;  los  frutos  vanos  que  alli  a  ávido,  creo  vuestras  mercedes  lo  sa- 
ben; especial  vi  alli  A.**  López,  texedor,  traspuesto  en  la  yglesia  y  mones- 
terio  de  alli,  y  este  hera  vn  coracon  con  el  frayle  de  Olmillos,  y  como  tal  le 
vi  con  el  en  Madrid. 


l6  REVISTA    DE    ARCHIVOS 

:)E1  Obispo  Caballa  y  su  hermana  María  de  Caballa,  Dios  sabe  quanta 
causa  de  juntas,  y  por  ello  de  escándalos  en  Guadalajara  ellos  han  seydo, 
por  hablar  en  maravillas  sobre  sy,  y  miro  lo  que  dize  el  santo  Apóstol, 
que  la  giengia  ynfla,  la  caridad  hedifica;...  y  el  obispo  diziendo  en  sus  ser- 
mones quel  declarava  la  lunbre  que  fue  dada  al  bienaventurado  Sant  Pa- 
blo, y  que  todos  podian  ser  alumbrados,  continuando  el  en  aquello  su  cob- 
difia  y  los  oydores  en  aquellas  admiraciones,  aviendo  dos  sermones  suyos, 
a  la  tarde  y  a  la  mañana  los  mas  días,  siendo  los  de  la  tarde  a  manera  de 
legión,  comento  de  aver  juntas,  y  aquellos  que  se  juntavan  asy  por  aquello, 
llamarlos  alumbrados,  y  asy  aver  escándalos;  y  después  el  obispo  tomó 
otro  modo  de  leer  en  griego  en  su  casa  la  santa  Escriptura  a  algunas  per- 
sonas, y  con  aquello  hcra  de  otra  manera  las  juntas,  y  porque  oviese  en 
todo  bien  y  fuese  Dios  seruido  syn  escándalo,  Ysabel  de  la  Cruz  habló  al 
obispo  algunas  vezes  diziendo  que  mirase  mas  a  la  hedifíca^ion  de  las  con- 
-fíen^ias  que  a  su  propia  voluntad,  y  a  su  hermana  lo  mesmo»  K 

(Concluirá) 

Manuel  Serrano  y  Sanz. 


I    Folios  266  á  268  y  173. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  7 1 


MATKÜ  VÁZQUEZ  LI-CCA 

Secpetario  de  Felipe  II 

D.  Gaspar  Muro  en  su  estudio  sobre  la  princesa  de  Eboli  ',  dice  que 
quizá  en  otra  ocasión  publicaría  la  vida  muy  curiosa  de  Vázquez  Lecca, 
secretario  de  Felipe  II  durante  diez  y  ocho  años,  añadiendo  que  diaria- 
mente se  escribían  ambos. 

Desgraciadamente  para  las  letras  no  llegó  á  realizarse  este  proyecto  de 
obra  monumental  que  hubiera  ilustrado  tan  interesante  y  amplio  período 
de  la  historia  patria. 

Los  archivos  de  la  casa  de  Sessa  y  Altamira,  en  que  se  conservaban 
entre  otros  papeles  de  gran  interés  las  cartas  de  Vázquez  Lecca,  á  conse- 
cuencia de  las  leyes  de  desvinculación,  fueron  enajenados  y  pasaron  á  di- 
ferentes personas:  de  estos  preciosos  documentos  unos  fueron  á  parar  al 
iMuseo  Británico,  otros  adquiridos  por  D.  José  Sancho  Rayón  se  conser- 
van ahora  en  la  biblioteca  de  D.  Mariano  Zavalburu;  el  conde  de  Valencia 
de  D.  Juan  es  poseedor  de  una  gran  parte  de  ellos  ^;  en  la  Colección  de 
Documentos  para  la  historia  de  España  3  también  se  publicaron  algunos 
relativos  á  la  princesa  de  Eboli  y  en  otras  obras  se  han  dado  á  luz  varios 
reuniéndose  entre  todos  material  suficiente  y  bueno  para  llevar  á  cabo 
con  feliz  éxito  la  proyectada  obra  de  D.  Gaspar  Muro. 

1  Vida  de  la  princesa  de  Eboli.  M  ulrid  1877. 

2  Constan  en  su  biblioteca  dus  mil  quinientas  cari.is  autot'^rafas  ú  inéditas  entre  el  rey  y 
Mateo  Vázquez,  las  que  ^alanteineoie  ha  puesto  á  nuestra  disposición. 

3  TomoLVI. 

3,«  ¿POCA— TOMO   VIII.  2 


1 8  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

Nuestra  Historia  se  halla  muy  necesitada  de  estudios  de  esta  clase,  pues 
hasta  carecemos  de  un  diccionario  biográfico  español,  de  autoridad,  que 
nos  facilite  la  consulta  evitándonos  perder  mucho  tiempo  en  detalles  ne- 
cesarios para  todo  trabajo  histórico. 

En  el  estudio  de  la  princesa  de  Ebolí  da  Muro  algunos  detalles  bio- 
gráficos de  Vázquez  Lecca,  que  se  publican  por  primera  vez  y  caracterizan 
á  este  hombre  extraordinario,  que  tuvo  condiciones  para  estar  al  lado  de 
aquel  soberano  tanto  tiempo,  y  resistir  la  mala  voluntad  de  poderosos  ene- 
migos. 

Vázquez  Lecca,  hombre  humilde;  de  padres  desconocidos;  criado  en 
casa  de  D.  Diego  Vázquez  Alderete,  canónigo  de  Sevilla;  recibido  en  i565 
por  paje  en  casa  del  cardenal  D.  Diego  de  Espinosa,  cuando  vino  de  presi- 
dente del  Consejo  Real  de  Castilla;  ordenado  después  de  sacerdote  y  más 
tarde  nombrado  secretario  del  Cardenal,  y  muerto  éste,  encargado  de  la  cus- 
todia de  sus  papeles  por  disposición  del  rey,  se  dio  tal  maña  en  merecer  la 
confianza  del  monarca,  que  en  29  de  Marzo  de  iSjS  »  consiguió  ser  nom- 
brado su  secretario. 

Dice  Muro  que  era  el  hombre  más  apropósito  para  satisfacer  á  Felipe  II, 
y  en  efecto,  su  extremada  humildad  reflejada  en  sus  cartas,  su  ciega  obe- 
diencia al  rey,  sus  costumbres  austeras,  gran  laboriosidad  y  sobre  todo  la 
íalta  de  ambición,  eran  condiciones  indispensables  para  entenderse  con  el 
soberano  sin  temer  á  las  energías  de  su  carácter  y  pasiones. 

Los  cortesanos  lo  odiaban  entrañablemente  por  que  no  lo  creían  capaz 
de  ser  amigo  de  nadie,  y  dan  idea  del  concepto  que  merecía  á  la  gente  pa- 
laciega, los  mortificantes  motes  y  las  ingeniosas  frases  contra  él  empleados. 

El  retrato  de  este  personaje,  cuyos  escritos  están  llamados  á  ilustrar 
tan  importante  período  de  nuestra  historia,  aparece  en  una  preciosa  me- 
dalla; único  ejemplar  que  hemos  visto,  conservada  en  el  Museo  Arqueo- 
lógico Nacional. 

No  está  firmada  y  es  obra  de  artista  italiano  que  debió  trabajar  á  últi- 
mos del  siglo  XVI. 

Tiene  en  el  anverso  el  busto  del  famoso  secretario,  en  traje  clerical,  á 
la  derecha. 

Su  leyenda: 

MATTH^VS  VASQVEZ  •  L.«CA. 

I    Según  Muro,  el  título  nombrando  á  Mateo  Vázquez  secretario  del  rey,  existe  original  en  ci 
archivo  de  Simancas. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  IQ 

En  el  reverso  se  ven  las  armas  de  la  casa  de  Lecca,  que  según  Gonzalo 
Argote  de  Molina  S  desciende  de  los  legítimos  emperadores  de  Constanti- 
nopla,  de  la  cual  venía  por  linea  recta  Mateo  Vázquez  Lecca. 

Su  leyenda: 

IN  HOC. SIGNO. VINCES. 

Los  biógrafos  dicen  que  Vázquez  Lecca  esplicaba  su  origen,  diciendo: 
que  sus  padres  habitaban  en  Córcega  y  que  estando  su  madre  embarazada, 
fué  cautiva  de  los  moros  y  llevada  á  Argel,  en  donde  él  había  nacido. 

Rescatados  después  fueron  conducidos  á  Sevilla  y  allí  se  les  socorrió  y 
amparó. 

La  medalla  no  se  refíere  que  sepamos  á  ningún  acontecimiento  con- 
creto; quizá  alguno  de  los  muchos  artistas  que  trajo  de  Italia  el  rey  para 
trabajar  aquí  la  labrara,  reconocido  á  servicios  del  secretario,  ó  por  dispo- 
sición del  monarca  ó  por  encargo  de  algún  cortesano  favorecido. 

A  más  de  la  rareza  de  la  meJalla  hay  una  particularidad  que  la  avalora 
considerablemente:  la  de  no  haberse  encontrado  otro  retrato  de  este  fa- 
moso personaje. 

Las  invertigaciones  que  ha  hecho  para  conseguirlo  el  ilustrado  jefe  de 
la  sección  de  estampas  de  la  Biblioteca  Nacional,  D.  Ángel  Barcia,  unidas 
á  las  nuestras,  han  sido  inútiles. 

Ojalá  que  la  publicación  de  la  medalla  despierte  el  interés  de  los  aficio- 
nados á  los  estudios  históricos,  y  favorecidos  por  la  suerte  descubran  otro 
retrato  de  Vázquez  Lecca,  conservado  en  el  claustro  de  algún  convento  ó 
en  la  sacristía  de  antiguo  templo. 

Nuestro  personaje  estuvo  diez  y  ocho  años  al  servicio  del  rey  y  en  él 
murió  en  iSgi. 

Repetimos  que  será  de  gran  interés  para  la  historia,  la  publicación  de 
la  correspondencia  de  este  secretario  del  rey,  por  haber. ejercido  su  cargo 
tan  largo  período  durante  una  época  de  esplendor  y  de  complicadas  cues- 
tiones políticas  y  militares,  que  tanto  se  presta  al  estudio,  pues  cuanto  más 
se  analiza,  mayores  grandezas  y  más  gloriosos  hechos  se  descubren  en 
aquellos  hombres  extraordinarios  cuyo  valor  no  decaía  nunca,  cuya  fé 
era  constante  y  cuyas  virtudes  debieran  servir  de  ejemplo  para  honra  de 

la  patria. 

Adolfo  Herrera. 

I    Sablera  de  Andalucia  En  Sevilla  i588w  En  la  pá|$.  ¿56  trata  de  lus  linagcs  de  Italia  que 
poblaron  en  el  Andalucía. 


20  REVISTA  DE   ARCHIVOS 


RELACIÓN  DESCRIPTIVA  DE  LOS  MAPAS,  PLANOS,  ETC. 


AUDIENCIA  Y  CAPITANÍA  GENERAL  DE  GUATEMALA 

(GUATEMALA,  SAN  SALVADOR,  HONDURAS,  NICARAGUA  Y  COSTA-RICA) 
EXISTENTES  EN  EL  AHCHIVO  GENERAL  DE  INDIAS 


OBSERVACIONES 

I.*  Los  mapas  y  planos  que  aquí  se  inserían,  entiéndase  son  originales  é  inédi- 
tos, si  no  se  expresa  lo  contrario. 

2."*  En  las  dimensiones,  la  primera  cifra  indica  el  ancho  y  la  segunda  el  alto  del 
mapa  ó  plano. 

3."  Al  final  y  para  facilitar  su  manejo,  insertamos  dos  índices  por  orden  alfa- 
bético, el  primero  de  autores  y  el  segundo  de  los  lugares  geográficos  que  en  los 
mapas  y  planos  se  citan. 

4.*  Al  pié  de  cada  mapa  ó  plano  hemos  puesto  indicación  del  Estante,  Cajón 
ó  tabla  Y  Legajo  donde  se  encuentran;  en  algunas  ocasiones,  cuando  en  un  legajo 
hay  más  de  un  mapa  ó  plano  hemos  puesto  á  continuación,  entre  paréntesis,  un 
número  para  indicar  el  de  orden  que  le  corresponde  dentro  del  mismo  legajo. 

1590 

1  «Planta  del  Puerto  de  Caballos  de  la  Bahía  de  Fonseca  y  del  camino 
que  hay  de  un  puerto  á  otro.» 

o  de  Agosto  de  iíkío.— Por  el  Capitán  Pedro  Ochoa  de  Legui^amu.—Kn  colores.— Con  varias 
notas  descriptivas  de  ríos,  caminos,  pueblos,  etc.  — i5o  X  43  ccnlimclros.—  Estante  tVj. — Cajón  i. 
Legajo  40. 

1598 

2  ((Planta  del  Puerto  de  )\íapa  de  la  Ciudad  de  Guatimala.» 

Por  el  (.'.apilan,  ingeniero,  Pedro  Oc/ioa  de  Leguii;amo.~Con  carta  del  mismo,  de  Noviembre 
de  i5()8.— Contiene  la  planta  de  la  Nueva  (">iudad  de  Guatemala.— Kn  colores. —Sy  1/2  X  43  centí- 
metro-.—Estante  Tv-^.— Cajón  6,— Legajo  II. 

1604 

3  Mapa  del  Golfo  de  Honduras  desde  el  Cabo  Catoche  hasta  el  de  Ca- 
marón, con  los  puertos  é  islas  que  hay  en  éL 

Remitido  por  Francisco  Navarro  con  carta  de  29  de  Abril  de  1604  informando  á  S.  M.  sobre 
la  bondad  del  Puerto  de  Amatique.— Hecho  á  pluma.— ^  <  21  centímetros.  Estante  64.— Cajón  1. 
Legajo  17. 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS 


21 


r 


Pi-ANí  A  i>í:i.  PiF.iMo  i>i:  y/  .  m'\ 
(Número  2.) 


22  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

1642      . 

4  Mapa  del  camino  que  se  proyectaba  entre  Puerto  Caballos  y  la  Ba- 
hía de  Fonseca, 

Remitido  por  el  Gobernador  de  Honduras  D.  Melchor  Alonso  Tamayo  con  dos  cartas  y  una 
descripción  de  i  °  de  Septiembre  de  1642.— En  colores.— Este  mapa  fíguró  con  el  núm.  456  en  la 
exposición  celebrada  el  año  1881  en  Madrid  con  motivo  del  Congreso  Americanista.— 58  X42  cen- 
tímetros.—Estante  63.— Cajón  6.— Legajo  39. 

1673 

6    Mapa  del  Río  de  San  Juan  de  Nicaragua. 

Por  Martin  de  Andu jar. —Con  auto«  sobre  la  visita  practicada  por  el  Presidente  de  Guate- 
mala D.  Fernando  Francisco  de  Esco  vedo.— Hecho  á  pluma.— 31  X  J2  cen  tí  metros.— Están  te  63.— 
Cajón  6.— Legajo  24.  (i) 

1673 

6  Mapa  de  la  desembocadura  del  Rio  de  San  Juan  de  Nicaragua. 

Por  Martin  de  Andujar.— Con  testimonio  de  autos  sobre  la  visita  practicada  por  el  Presi- 
dente de  Guatemala  D.  Fernando  Francisco  de  Escovedo.— En  colores.— Con  explicación.— 
43  X  31  centímetros.— Estante  63.— Cajón  6.  -Legajo  24.  (2) 

1673 

7  «Planta  del  Fuerte  que  se  había  de  levantar  para  defensa  del  Rio  de 
San  Juan  de  Nicaragua.^) 

Por  Martin  de  Andu  jar.— Con  testimonio  de  autos  sobre  la  visita  practicada  por  el  Presi- 
dente de  Guatemala  D.  Fernando  Francisco  de  Escovedo.— En  colores. — Con  explicación. — 
40  X  56  centímetros.— Estante  63.— Cajón  6.— Legajo  24.  (3) 

1676 

8  Planta  del  Castillo  del  Rio  de  San  Juan  (Nicaragua). 

Por  el  Ingeniero  D.  Diego  Góme^  de  Ocam;?o.— Remitida  por  el  Gobernador  de  Nicaragua 
D.  Pablo  Loyola  con  carta  de  14  de  Enero  de  1Ó76  acompañada  de  una  relación  ó  informe  del 
mismo  ingeniero.— En  colores.— 58  X  43  centímetros— Estante  63.— Cajón  6.— Legajo  25.  (i) 

1676 

9  Plano  del  Rio  de  San  Juan  y  fuerte  de  la  Concepción  proyectado 
en  él. 

Remitido  por  el  Ingeniero  D.  Diego  Góme^  de  Ocampo  con  informe  y  carta  de  12  de  Abril 
de  i(r¡6.—En  colores.— 42  X  30  centímetros. —Estante  63.— C  jón  6.— Legajo  25.  (2) 

1679 

10  Mapa  del  Golfo  Dulce. 

Por  D.  Diego  Cóma^  de  Ocampo.— Forma  parte  de  unos  autos  sobre  socorro  del  Castillo  de 
San  Felipe.— Lleva  el  núm.  i.— En  colores.— Con  explicación.— 43  X  3»  centímetros.— Estante  65. 
— Cajón  (\ — Legajo  11.  (i)   •' 


BIBLIOTECAS  Y  MISEOS 


Camino  í'Rdyfctado  fmkk  Pi:ri'T(j  ('.aiím.i  (is  y  i. a  IJamív  i»k  I''«j\sirA. 

(Xúnwro  4J 


24  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

1679 

11  Mapa  de  la  situación  del  Castillo  de  San  Felipe  del  Golfo  Dulce. 

Por  D.  Diego  Gómei;^  de  Dcampo. — Forma  parte  de  unos  autos  sobre  ei  socorro  de  dicho  Cas- 
tillo.—Lleva  el  núm.  2.— Kn  colores.— Con  explicación.— 43  X  31  centímetros.— Estante  65. — Ca- 
jón 6.— Legajo  11.  (2) 

1679 

12  Planta  del  Castillo  de  San  Pelipe  del  Golfo  Dulce. 

Por  /).  Diego  G'ime:{  de  (kamptt.— Forma  parte  de  unos  autos  sobre  el  socorro  de  dicho  Cas- 
tillo. -Kn  colores,— Con  explicación.    43  a  3'  centímetros.- -Estante  ó.*>.— Cajón  ó.— Legajo  11.  (3) 

1698 

13  Mapa  de  lo  reconocido  por  el  P.  Fr.  Diego  de  Ribas  en  el  Peten 
Yt^a. 

Por  el  P.  Fr.  Diego  de  Ribas.— FormA  p.irtc  de  unos  autos  sobre  la  conquista  y  Misiones  del 
Peten:  folio  5-j. — Con  explicación.- 42  X  3>  centímetros.  -  Estante  06.— Cajón  3.— Legajo  6. 

Sin  fecha  (¿  1 7 1 1  ?) 

14  Mapa  del  Puerto  de  Caballos  y  de  la  Costa  que  se  extiende  desde 
Truxillo  hasta  el  Golfo  Dulce. 

Anónimo  y  sin  fecha.— Se  encuentra  con  expediente  sobre  hostilidades  y  exterminio  de  los 
Indios  Zambos  y  Mosquitos.— Al  dorso  lleva  ei  núm.  2.— En  colores.— Con  explicación.— Escala 
de  18  leguas  castellanas  los  14  centímetros.— 72  X  21  centímetros.— Estante  ó5.-4>ajón  6.— Le- 
gajo 30.  (i) 

Sin  fecha  (¿  1 7 1 1  ?) 
16    Mapa  del  Puerto  y  desembarcadero  de  Sonsonate. 

Anónimo  y  sin  fecha.— Se  encuentra  con  expediente  sobre  hostilidades  y  exterminio  de  los 
Indios  Zambos  y  Mosquitos.— Al  dorso  lleva  el  núm,  4.— En  colores.— 42  X  30  centímetros.— Es- 
tante 65.— Cajón  6.— Legajo  30.  (2) 


Sin  fecha  (¿1711?) 
16    Mapa  del  Puerto  del  Realejo. 


Anónimo  y  sin  fcch-i.  -Se  encuentra  con  expediente  sobre  hostilidades  y  exterminio  de  los 
Indios  Zambos  y  .Mosquitos.— Ai  dorso  lleva  el  núm.  6.— En  Colores.— <"ün  explicación.— 42  X  30 
centímetros— Estante  ó5. -(^.ajóu  o.— Legajo  30.  (3) 

I716 

17  «Mapa  de  lo  principal  de  la  Provincia  de  Nicaragua,  su  Laguna  y 
desagüe  de  ella,  por  el  Rio  de  San  Juan,  Poblasones  de  los  enemigos  Zam- 
bos é  ynglcses  en  Punta  Gorda  y  Mosquitos,  y  las  costas  y  parajes  adonde 
hazen  daños  y  prezas.» 

¿}*or  D.  Sebastian  de  Aranciuia  y  SasHiobiT'Mxdor  de  Nicaragua.^— C<»n  carta  del  Oidor  de 
(.iuatcm  lia  1).  Ambrosio  Thomas  de  Santaclla  de  3  de  Ociubrc  de  i7i('>  sobre  hostilidades  de  los 
Zambos  y  Mo-iquitos.  —Comprende  por  el  Mar  del  .Norte  desde  el  (lolto  Dulce  hasta  l'anagena  y 
por  el  M.»r  del  .Sur  desde  Sonsunatc  hasta  Pan.tm  1,  lijándose  la  situación  de  algunos  pueblos 
del  interior.    4;^  X  V  «.'eniírneiros.— Iv.u.i'iic  «ó.- (;;>jón  «'.- l.ej:ajü  31. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


2J 


y. 


-    tv 


26 


REVISTA  OE   AI<CHiVOS 


1723 

18  Mapa  de  la  Provincia  de  Honduras  ó  Comayagua,  sus  poblaciones, 
costas,  ríos.  &.* 

DeüaeaJo  por  O^jfrt  Smhex  de  orden  del  Oidor  de  GoAtemala  D.  José  Rodezno.— Remitido 
por  ¿«re  con  cir:i  de  4  de  Mtr/o  de  i72}.«-Ea  colores.««Con  explicación.— Comprende  la  costa 
qoc  %t  <i'.;enie  deiie  los  Pío*  Sicatin  y  Balis  hasta  la  Bahía  del  Almirante  r  Boca  del  Toro,  de 
ñii'  graivi  le  Latitud  Norte.— óo  X  5^  centímetros.— Estante  65.— Cajón  4.— Legajo  3.  (i) 


Mapa  de  la  provincia  de  Honduras. 
(Número  ¡8.) 

1723 
19    Mapa  del  Puerto  de  Omoa  y  plano  de  la  fortaleza  que  conviene  se 
haga  en  él. 

Por  Ono/re  A'ú  ííeif  de  orden  del  Oidor  de  Guatemala  D.  José  Rodezno.— Remitido  por  éste 
con  carta  de  4  de  Marzo  de  1723.— En  colores.— Con  explicación.— Escala  de  i.ooo  pies  reales  los 
S  1/2  centímetros.— Otra  de  Soopies  reales  los  8  i/2)centímetros.— 41  X  30  centímetros.— EsUn- 
te  65.— Cajón  4.— Legajo  3.  (2) 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS  27 

1736 

20  Plano  del  nCasiillo  de  ¡a  Pura  y  Limpia  Concepción,  situado  en 
un  zerro  Pendiente  á  la  Marxen  del  Rio  de  San  Juan  de  la  Provincia  de 
Nicaragua. i> 

Fecho  en  el  «Castillo  de  la  Inmaculada  Concepción  de  Rio  de  San  Juan  y  Agosto  i  de  1736.» — 
^uan  Antonio  Alonso  de  Arce^  (su  rúbrica).— Remitido  por  el  Presidente  de  Guatemala  con 
carta  de  7  de  Enero  de  1737.— Hecho  á  pluma.— Con  explicación.— Escala  de  40  ¿varas?  los  12  cen- 
tímetros.—-30  X  42  centímetros.— Estante  102.— Cajón  5.— Legajo  18.  (2)— Hay  duplicado  en  este 
Legajo. 

1736 

21  «Plano  del  Castillo  de  San  Felipe  del  Golfo  Dulce.i> 

Remitido  por  el  Presidente  de  Guatemala  con  carta  de  1  de  Octubre  de  1736.— En  colores.— 
Escala  de  5o  pies  los  12  112  centímetros.— Dice:  «Tronco  de  5o  pies  para  la  Medición  de  el  Castillo 
de  San  Pheiipe  cita  en  defensa  de  el  Rio  de  San  Phclipe  de  el  Golfo  de  Onduras  con  advertensia 
que  para  la  mensura  del  Castillo  son  pies  y  para  el  Río  cada  10  pies  es  vna  legua».— 40  X  ^2  cen- 
tímetros.—Estante  102.— Cajón  5.— Legajo  18.  (i) 

1737 

22  oPlanó  de  la  casa  de  Moneda  que  se  estaba  construyendo  en  la  Ciu- 
dad de  Santiago  de  Guatemala.^) 

Remitido  por  el  Presidente  de  Guatemala  D.  Pedro  de  Rivera  con  carta  y  expediente  de  i5  de 
Febrero  de  1737.— Con  explicación.— 58  X  43  centímetros.— Estante  66.— Cajón  i.— Legajo  11.  (i> 

Sin  fecha  (1738  á  1755). 

23  Mapa  del  curso  del  río  de  Matina  y  su  desembocadura  con  la  por- 
ción de  la  costa  y  tierras  situadas  entre  los  ríos  de  Moin  y  de  Pacuari. 

Anónimo  y  sin  fecha.— Con  expediente  sobre  hostilidades  de  los  indios  Zambos  y  Mosquitos.-^ 
En  colores.- Con  un  plano  del  fuerte  que  se  había  de  construir  en  lá  desembocadura.— Debe  co- 
rresponder al  Diario  y  carta  del  Gobernador  de  Costa  Rica  D.  Francisco  Conradi  y  Mena  de  20 
de  Agosto  de  1738,  situado  en  el  Estante  65.— Cajón  6.— Legajo  33,  donde  hay  un  plano  igual. — 
60  X  30  centímetros.— Estante  65.— Cajón  6.— Legajo  34.  (2) 

1739 

24  Plano  de  las  tierras  que  se  entregaron  á  los  indios  de  Pínula  en  la 
Sierra  de  Canales  (jurisdicción  de  Guatemala). 

Forma  parte  del  Testimonio  núm.  3  de  los  Títulos  primitivos  de  los  Indios  de  Santa  Catalina 
Pínula  respectivos  á  las  tierras  que  poseen  en  la  Sierra  de  Canales  y  á  las  cuales  están  contiguas 
las  de  Arrivillaga.— Hecho  á  pluma.— 39  X  31  centímetros.— Estante  101.— Cajón  2.— Legajo  7.  (4) 

1740 

25  «Plano  de  el  Castillo  de  San  Felipe  de  Rio  Dulce.» 

Acompañado  de  una  relación  de  D.  Antonio  del  Castillo  fecha  en  el  Castil  de  San  Felipe 
del  Golfo  Dulce  i  5  de  Junio  de  1740,  remitido  por  el  Presidente  de  Guatemala  con  carta  de  i5  de 
Septiembre  de  1740.— Hecho  á  pluma.— Con  explicación.— Escala  de  75  pies  geométricos  los  19 
centímetros.— 41  X  27  centímetros.— Estante  102.— Cajón  5.— Legajo  18.  (4) 


2> 


REVISTA  DE   ARCHIVOS 


1740 

26  Mapa  de  la  Provincia 
del  Peten  y  del  Castillo  ¿e  su 
nombre. 

Con  informe  át  D.  Miguel  de 
Gu!;^mán  fecho  en  Petten  ¿4  de  Agos- 
to de  1740,  remitido  por  el  Presidente 
de  Guatemala  con  carta  de  i5  de  Sep- 
tiembre de  1740.— En  colores.— 48X43 
ccniimeros.— Estante  103.— Cajón  5. 
-Legajo  18.  (3) 

1740 

27  Varios  planos  de  la 
Casa  de  Moneda  de  Santia- 
go de  Guatemala, 

Forman  parte  de  unos  auto?  so- 
bre la  construcción  de  dicha  Casa, 
remitidos  por  el  Presidente  de  Gua- 
temala con  carta  QÚmero  i  de  10  de 
Agosto  de  1740.— En  pergamino  y  co- 
lores.—Con  explicación. —45  X  31 
centímetros.— Estante  66.— Cajón  i 
—Legajo  II.  (^2) 

1740 

28  Plano  del  fuerte  que 
se  había  de  construir  en  la 
boca  del  Rio  de  Matina  á 
propuesta  del  Capitán  Gene- 
ral de  Guatemala  D.  Pedro 
de  Riuera. 

Forma  parte  de  unos  autos  remi- 
tidos por  el  mismo  con  carta  de  25  de 
Agosto  de  1740. — Con  explicación. — 
«Escala  de  90  pies  geométricos»  los 
5  3/4  centímetros. — 33  X  23  centíme- 
iros.— Estante  65.— Cajón  6.— Lega- 
jo 34  (1)— Hay  duplicado  en  el  Estan- 
te 102.— Caj.  5.— Lcg.  18. 

1743 

29  «Plano  de  la  Baya  y 

Mapa  del  rio  de  Matina.  P"^'*^^  ^^  ^^^^^^  situado  en 

(Número  23  J  el  Mar  del  Norte  y  Costas  de 

Honduras,  en  altura  de  1 5  grados  y  23  minutos con  vn  proyecto  de  vn 

tuerte  Quadrado,  echo  por  el  Ingeniero  D.  Luis  Diez  Navarro» 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  2') 

«Gouernando  el  Mui  Ilustre  Sr.  D.  Thomas  de  Rivera  y  St.*  Cruz  este 
Reyno  de  Guathemala,  de  su  orden  se  levantó  este  Plano  y  proyectó  este 
tuerte,  en  este  año  de  1743;  siendo  Rey  de  España  el  Sr.  D.  Phelipe  V.» 

Con  carta  de  D.  Tomás  Ribera  de  14  de  Abril  de  1745,  é  ¡ntorme  de  Diez  Navarro  sobre  el  re- 
conocimiento de  Costa  Rica,  Nicaragua  y  Comayagua.— En  colores.— Con  explicación.— Escala 
de  25o ¿varas?  los  13  i/a  centímetros.— 59  X  30  centípietros.— Estante  66.— Cajón  3.— Legajo  12.  (1) 

1743 

30  «Plano  de  un  fuerte  Proyectado  para  fortificar  el  Puerto  de  Omoa 
que  está  situado  en  el  mar  del  Norte  en  la  Costa  de  Honduras^) 

Con  carta  del  Presidente  de  Guatemala  D.  Tomás  de  Ribera  de  14  de  Abril  de  1745  é  informes 
del  Ingeniero  D.  Luis  Diez  Navarro  sobre  el  reconocimiento  de  Costa  Rica,  Nicaragua  y  Coma- 
yagua.— En  colores.— Con  explicación.— Escala  de  5oo  pies  de  Francia  los  9  centímetros.— 46  X  3^ 
centímetros.— Estante  66.— Cajón  3.— Legajo  12.  (2) 

1744 

31  «Plano  de  la  Baya  y  Puerto  de  Omoa  situado  en  el  Mar  del  Norte, 
en  la  Costa  de  Honduras,  en  altura  de  i5  grados  y  23  minutos.  Dista  del 
Golfo  17  leguas.  Corriendo  la  Costa  de  Leste  á  Veste:  Con  vn  Proyecto  de 
un  fuerte  cuadrado,  hecho  por  el  Ingeniero  Ordinario  y  Vizitador  general 
de  los  Presidios  y  Plazas  de  este  Reyno  de  Goathemala  D.  Luis  Diez  Na- 
varro, para  que  si  S.  M.  fuere  servido  aprobarlo,  surtan  los  Navios  de 
Registros  q§e  vinieren  á  él,  y  demás  Embarcaciones  del  Comercio  y  Cor- 
sarios de  S.  M.» 

Se  levantó  dicho  Plano  y  Proyecto,  Governando  la  Monarchia  y  este 
nuebo  Mundo,  Nuestro  Cathólico  Monarca  D.  Phelipe  V  y  este  Reyno  el 
M.  Y.  S.  D.  Thomas  de  Rivera  y  Santa  Cruz  en  el  año  de  1744.» 

Remitido  por  el  Presidente  de  Guatemala  con  carta  de  14  de  Abril  de  1745.— En  colores.— Con 
explicación.— Escala  de  200  toesas  los  u  centímetros.- 58  X  30  centímetros.— Estante  íes.— C¿> 
jón  5.— Legajo  18.  (5) 

1744 

32  «Plano  de  un  Fuerte  Proyectado  para  fortificar  el  Puerto  de  Omoa^ 
que  está  situado  en  el  Mar  del  Norte,  en  la  Costa  de  Honduras,  distante 
de  la  boca  del  Golfo  17  leguas  en  altura  de  i5  grados  23  minutos  y  3oo 
grados  de  Longitud»> 

«Lo  proyectó  y  levantó  el  Plano  D.  Luis  Die^  Navarro  siendo  ngeniero  Ordinario  y  Viziu- 
dor  general  deste  Reyno  de  Goathemala Año  de  1744.^»— Remitido  por  el  Presidente  de  Gua- 
temala con  carta  de  14  de  Abril  de  1745.— En  colores.— Con  explicación.— Escala  de  460  pies  de 
Francia  los  8  centímetros.— Id.  de  los  perfiles  i5  toesas  los  13  i/4centímetros.— 60  X  37  centíme- 
tros.—Estante  I02.— Cajón  5.— Legajo  18.  (6) 


33  P'Mirr,  C^:?^,:::  Mira  Je  Sit-aio  en  el  M¿r  ¿el  Ncrte  en;  la 
:.>.•-*  :«»:  /:'',t^*^í;  tr.  i.t.-ri  ie  ;5  graics  y  23  :r.:ri«;tC6» 

•^^ .  ;^-    t.»  .••-■:  ¿  —.  -f'  .    ," :  ur  ;  -  '■  ,^.'A^;r  gtrtn.  ;«  I:;"»  Pro.  :^z^  7  r  iri^  les:^  Perac- 

'^.*:-4  *   ^    -  .u»-4ii^  •  '.-■.TW   »Aia  — E-   i--.-.rr*.— "'.-  •  ir*.. .:».-.•: tr—Eíca .a  ¿-»  :oc  ::e4a:»  Lo« 
*     i  :-*-:     Titr'.' .<  — ^.■*     1  /  »<-  :;-'  r.í'r^-»  —£*•-»--*  'V  — :j  :-  5.— Lí*a  ;  :í    ^ — Hay"  l;ipL:- 

Í744 

34  «Kar-r,  í  la  v:-.ta  jcl  Piierto  ie  Truxilh.  que  está  situado  en  la 
iTAti  -f'^Wz.trrrj  ie  /hnJuras  tn  altura  de  :5  grados  2?  minutos  y  3o3 
¿r^^jr/i  y  ;o  mír.'-tr/s  Je  Loniritudj» 

•''í  ••!'*-.".  :..!-''- f'. a r^.  -<.r  •.  ln^t-zitrc  Or¿:sar;c  v  V:»:-j¿or  »er«ral  ¿e  ic5  presidios  y 
;.«/»;  ;*-»-<  **T-''*  :•  í'x^a'-etr.j.a  i>  Anu  Dut  .Vararr-^.G: Temando  la  Xoaarciua  de  España 
7  *t  <  i^T%  M-i-l-,  Niíi'r",  '',t'.z^/..cc  Mcsarcha  D.  Fc::p<  V  y  e^Te  Beyao  e!  M  Y.  S.  l»on 
C  v,ír.*:  :*  í'.t^ra  Sar.ra  <',r*z.  Aáo  ^«  : 744- •—Coa  caria  uel  Presidie:: :e  Je  Gca:e=:ala  D.  Tomas 
^.  »♦-*  ;<  u  :«  »i:r..  :<  :-*5  *  . r. í'vrcic*  <Sc  D:ez  Nararrc  »cbre  el  recoooc:c:ea:o  de  Costa  Rica, 
*•  :araar-  a  y  ''^'--aja* -a  —tr.  :.'.:r.re*  — Lvcala  Je  *>  !egua5  e5paá<>ias  lo*  u  t  2  ccnümetro*.— 
í#  /  íf'  -■t- •..r-ewi  — feírai'*  *>'  — #,a;on  1.  -Leía: o  12.  -^i— Har  duplicado  ea  el  Esi.  loa.— ^lai-  5. 

1744 

36  Plano  del  *- Casi  i  lio  de  la  Inmaculada  Concepción  del  /?io  i/e  San 
Juan  desagüe  de  las  Lagunas  de  Sicaragua  y  Managua,  el  que^tá  situado 
á  la  margen  de  dicho  Rio  en  altura  de  1 1  grados,  distante  de  la  boca  de  la 
Laguna  de  Sicaragua  12  leguas  y  del  Mar  del  Norte  25  leguas.  En  la  Ju- 
risdicción del  Govierno  y  Capitanía  General  del  Reyno  de  Goathemala,^ 

«C^ue  'ichncó  el  logcníero  Ordinario  y  Visitador  general  de  los  presidios  y  plazas  dcste  Rey> 

no  'Je  ^^/aremala  //.  Luu  Lne^  Sawarro Año  de  1744.»— Con  caria  del  Presidente  de  Guatemala 

f>.  'f  omá«  ft  jTera  de  14  de  Abril  de  1745  é  informes  de  Diex  Nararro  sobre  el  reconocimiento  de 
(^fMz  Hica,  Nicaragua  y  Comayagua.  —En  colores.— Con  explicación.— Escala  de  ao  toesas  los 
f  I  f  f4  centímetr'/s.- 54  X  3»  centímetro».— Estante  tb.—<Z^\ón  3.— Legajo  12.  (5) 

1744 

36  í'Plano  del  Fuerte  de  San  Fernando  de  la  Boca  del  Rio  de  Malina^ 
construido  en  el  año  pasado  de  1741  de  orden  de  S.  M.  por  D.  Joseph  de 

Sierra,  TTieníentede  Infanteria  y  segundo  Castellano  de  dicho  fuerte 

Levantó  su  Plano  D.  Luis  Diez  Navarro,  Ingeniero  ordinario  de  los  Reales 
Exércítos  y  Plazas  de  S.  M En  el  año  de  1744.» 

F emitido  p/^r  el  Presidente  de  Guatemala  con  carta  de  14  de  Abril  de  1745.— En  colores.— Con 
ripjicaci//n.— Escala  del  Plano,  25  toesas  los  9  centímetros.— Id.  del  perfil,  10 id.  los  9  1/4  centi— 
mtxrtjt  —VI X  y*  centímetro*.— Estante  102.— Cajón  5.— Legajo  18.  (9) 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  3 1 

1744 

37  «Plano  de  la  Isla  de  Roatan  que  está  cituado  (sic)  en  latitud  de  1 1 
:grados  escasos  y  en  el  término  de  honduras  distante  del  Puerto  de  Truji- 
lio  10  leguas  y  Nornurueste  Sursuesie  el  dicho  Trujillo  con  el  Puerto  Real 
<ie  dicha  Isla hecho  en  la  Havana  en  12  de  septiembre  de  i744»» 

Aaónimo. — En  colores. — Conexplicación.— Escala  de  leguas  «franz esas»  los  81/2  ceotíme- 
iros.  53  X  4»  ccnlímeirps.— Estante  102.— Cajón  5.— Legajo  i5.  (2) 

1744 

38  «Mapa  de  la  Isla  de  Roatan  con  explicación  de  las  partes  y  cir- 
x:unstancias  de  la  misma,  su  puerto  y  fortificaciones  donde  se  establecen 
los  ingleses.». 

Por  Martin  Jacobo  (Holandés).— Eo  colores.— Escala  de  2  leguas  los  10  1/2 centímetros. — 67X36 
iCeotimetros.— Estante  79.— Cajón  6.— Legajo  30. 

Sin  fecha  (¿  1 744?) 

-  39    Mapa  de  la  Costa  de  Honduras  desde  el  Golfo  Dulce  hasta  el  rio  de 
San  Juan  ó  desaguadero,  é  islas  de  Roatan,  Guana  ja,  &.* 

Anónimo  y  sin  fecha.— Parece  ser  el  mapa  á  que  se  refiere  el  ingeniero  D.  Luis  Diez  Navarro 
•«n  su  informe  de  30  Diciembre  de  1744,  situado  en  el  Est.  102.— Caj.  5.— Leg  <*  18.— Con  expediente 
sobre  hostilidades  de  los  indios  Zambos  y  Mosquitos. — Comprende  desde  12  1/2  á  163/4  grados  de 
Latitud  Norte  y  desde  295  1/2  á  301  grados  de  Longitud  oriental.  (No  dice  el  meridiano).— 73  X  60 
-centímetros.— Estante  65.— Cajón  6.— Legajo  34.  (3) 

I75I 

40  «Plano  de  un  fuerte  proyectado  para  fortificar  el  Puerto  de  Omoa, 
que  estta  sittuado  en  el  mar  del  Norte  de  la  Costa  de  Honduras  disttantte 
de  la  boca  del  Golfo  17  leguas  casttellanas,  y  en  alttura  de  i3  grados  y  23 
minuttos;  y  3oo  grados  de  Longittud Año  ijSi.» 

Por  el  ingeniero  en  2.°  D.  Luis  Diei^  .Vayarro.— Acompañado  de  varios  informes  remitidos 
por  el  propio  ingeniero  en  1751.— En  colores.— En  uno  de  sus  ángulos  contiene  un  pequeño  plano 
del  Puerto  de  Omoa  de  i5  X  n  centímetros.— Escala  de  5oo  pies  de  Rey  los  9  centímetros.- 57X44 
x-entimetros.— Estante  102.— Cajón  5.— Legajo  20.  (5) 

1755 

41  «Plano  inferior  del  Real  Palacio,  Casa  de  Moneda,  Cárcel  y  Sala 
de  Armas  de  la  Ciudad  de  Goatemala;  con  la  distinción  de  lo  que  se  hizo 
en  el  primero,  de  orden  y  por  dirección  de  el  Excmo.  Sr.  Don  Joseph 
Vázquez  Prego,  siendo  Presidente,  Gobernador  y  Capitán  General  de  este 
Rey  no  &.*» 

Por  D.  Luis  Di€^  ATavarro.— Remitido  por  el  Presidente  de  Guatemala  D.  Alonso  de  Arcos  y 
Moreno  con  caru  de  5  Agosto  de  1753.— En  colores.— Con  explicación.—Escala  de  30  varas  caste* 
AUnai  los  10 1/4 ceatímetros.^Sj  X  43 ceottmetros.— Estante  65.— Caj.  4.— Legajo  13.  (i) 


32  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

1755 

42  r<í;xplicacion  del  Plano  superior  del  Real  Palacio,  Cassa  de  Mone- 
da, Sala  de  Armas  y  Cárcel  d:  la  Ciudad  de  Goaiemala,  que  se  ha  hecho 
de  orden  del  Muy  Ilustre  Señor  D.  Alonso  de  Arcos  y  Moreno:  por  el  Te- 
niente Coronel  é  Ingeniero  en  Jefe  D.  Luis  Diez  Navarro.  Año  de  ijSS.» 

KcmiiiJo  por  el  Prc  ¡dente  de  (juatemala  Arcos  Moreno  con  carta  de  5  de  Agosto  de  lySS.— 
Kn  olores.— í^on  explicación.— Kscala  de  20  varas  castellanas  los  7  centímetros.— 52  X  42  centí- 
iru'iros,— K>iantc  05.  -(^ajón  4.— Legajo  13.  (2) 

1755 

43  r<Plano  de  la  picadura  del  camino  que  se  hizo  desde  el  Puerto  de 
San  Fernando  de  Omoa  hasta  que  se  hallo  la  que  traían  desde  el  Rancho 
d'j]  duiscoiol.» 

^;For  /;.  Juan  Joxeph  de  la  Pa^.- -Con  testimonio  de  los  auios  sobre  la  inspección  del  cami- 
no (juc  picó  I>.  Pedro  Truco  para  el  trüfico  al  Puerto  de  Sin  Fernando  de  Omoa,  remitido  por 
il  Presidente  de  Guatemala  con  c  ¡rta  de  27  de  .Marzo  de  175<V  -Kn  colores.— Con  explicación. — 
i.  c  lia  de  3  leguas  español  s  loi  7  centímetros.— 65  X  4'^  centímetros. — Estante  102.— Cajón  5.— 
I.cg  ijo  20.  (1) 

1756 

44  "Plano  de  la  Fortificación  Provisional,  para  la  defensa  del  Puerto 
y  sitio  de  .V.  Fernando  de  Omoa;  en  el  que  se  demuestra  lo  que  se  ha  exe- 
culaJo  por  color  encarnado,  desde  primero  de  Maio  de  x-jbb  hasta  prime- 
ros de  Octubre  de  lySó  y  lo  restante  que  falta  para  su  perfección  va  seña- 
lado con  amarillo.»» 

Por  el  ingeniero  /).  Francisco  .Wfrarí?. -Remitido  por  el  Presidente  de  Guatemala  con  carta 
ilc  2í»  lie  Noviembre  de  i75<"».  — Kn  colores.— Con  explicación.— Escala  de  5o  varas  los  8  1/4  ccnti- 
inctrí)».    -5i  X  l'»^*-'  uÍM»eiros.— Estante  102.— i'ajón  5.  -I.egajo  20.  (6) 

1757 

45  «Plano  del  Puerto  y  sitio  de  San  Fernando  de  Omoa,  situado  en  la 
costa  de  ¡fundaras,  el  que  se  está  fortificando  de  orden  de  nuestro  C.  M.* 
el  Sr.  O.  l''ernando  sexto:  Governando  este  Reyno  de  Goathemala  el  M. 
Y.  S.  Don  Alonso  do  Arcos  y  Moreno Año  de  ijSy.» 

Junio  de  1757.  Por  el  int;cniero  D.  Franciscn  ,l/¿»are;^.— .\compañado  de  dos  relaciones  del 
c  lado  inucnioro  v  ilcl  l'.omandanlc  de  Omoa  O.  Gabriel  Franco,  sobre  el  estado  de  las  obras. 
rern¡tida«»  p«M-  el  Prcíidenlc  de  Guaicinal;i  c«>n  carta  de  28  de  Julio  de  1757. — En  colores.— Con 
explicación.— Esc  Ua  de  3«»o  vara*;  castellanas  l<»s  7  centímetros.— 5i  '^' 40  1/2  centímetros. — Es- 
tante 102.  -C.  ion  5.     l.i>f;aio  20.  (2)-  Hay  duplicado  en  el  misino  legajo. 

43  o  Plano  del  Puerto  y  situación  de  S.  Fernando  de  Omoa,  en  el  que 
se  d-.'nuiostra  por  los  ocho  vientos  principales  en  baras  castellanas  el  des- 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS  33 

monte  que  se  á  hecho  desde  i."  de  Abril  de  1752  hasta  hoy  dia  de  la  fecha 
de  1757.» 

Noviembre  de  1757.  -Por  el  ingeniero  D.  hyancisco  .\lbare^.~Con  intormc  de  osle  ingeniero 
sobre  lo  raliano  de  aquel  sitio  remitido  por  el  Presidente  de  (iuatemala  c/m  caria  de  31  de  Ene- 
ro de  1758— En  colores.— (-on  explicación.— Escala  de  5c¥>  varas  los  11  1/2  ccnlímeiros  — fw,\  48 
cenlimctros.— Esunic  iu2.  -Cajón  5.— Legajo  ao.  (3) 

wSin  fecha  (;i757?) 

47  Plano  de  la  Costa  de  indios  Míxsquitos  desde  el  Cabo  Camarón  has- 
ta la  Laguna  A^^ul. 

.Ano limo  y  sin  fecha.  -Se  encucntr.i  cr>n  otros  documentos  sobre  la  Costa  de  Mosquitos  de 
1757. —A  diis  tintas.  -Con  explicación.  Kscnla  de  2t^  leguas  inglesas  los  5o  ci-ntimeiros.— 52X  4» 
centimcir<is.   -Estante  i«)i.— t'.a¡ón  5.   -Lejiíjo  i.  (i) 

48  «Plano  de  la  KnsenaJa  del  puerto  de  San  Fernando  de  Omoa,  que 
demuestra  parte  del  camino  que  S2  ha  avicrto  por  el  Valle  d:  Qttimistan.» 

Por  el  Ingeniero  en  Jele  I).  I.uis  Die^  .Watuirm  (su  rúbrica).  -Acompañad;*  de  un  Diariii  de  la 
vi^ita  que  pr.ictic'j  dic'io  in^;eniero.  remitido  por  el  Presidente  de  (iu.iiemala  con  caria  de  31  de 
(  ctubre  de  i';bH.-  -Ln  colo'"es.  <^>n  explic  ición,  -  Ksc:ila  de  do;  le4ua<  espjiñolas  ios  7  1,2  centí- 
metros. -Sj  <  33  1/2  centímetros.  -Est  inte  102.  <".ajt»n  5.  Legajo  20(4».— Hay  duplicado  en  este 
legaio. 

I75S 

49  «Mapa  que  comprende  desde  el  Golfo  de  Malina  hasta  el  de  Sa?ito 
Thomas.  Situación  del  Rio  Tinto;  Rahia  de  Cartazo  pobhida  de  In^^leses 
y  otras  Poblaciones,  &.''...») 

allccho  el  año  de  175H  por  el  Ingeniero  en  Gefe  !">.  f.uis  /)i>í  S'ayarro.  I.levj  el  nüm.  /.— .M 
pie  se  lee:  «En  Noviembre  de  17?^  li>  Deli'ieo  el  Iny."  en  (lele  Luis  Oie/  N.- varrc*  (su  rúbrica).  - 
.•\ compaña 4* o  de  otros  mapas  y  de  un.i  descripción  ile  la  (".osta  del  M.ir  <iel  .Norte  y  pane  de  la 
del  Sur  del  Reino  de  (.iuatcmal;i.  hech  1  por  el  eludo  Ingeniero  en  30  de  Novicinbrc  de  1758.  Kn 
colore.-*,— Señala  con  una  linea  amarilla  las  tierras  que  poseen  los  ingleses  y  los  /ambos  y  mos- 
quitos.— ii/í  ;<  .|4  cenlimeiros.— K.-»t   11  te  roo.    -«'^aión  3.     Le.'.ajo  1 1  (i). 

60  «Figuración  ó  ydca  del  Terreno  y  costa.  Barra,  Rio  y  Población 
que  los  Ingleses  han  fundado  en  Rio  Tinto;  jurisdicción  de  la  Provincia  de 
Comayagua  en  el  Gol  lo  de  //o/zt/wras,  conocido  por  territorio  de  Mosquitos. n 

^Por  el  Ingeniero  I).  Luis  Dtc^  XaViim»?  -Al  dorso  lleva  el  num.  «•.— Acompañ.ido  iie  otros 
mapas  y  de  una  descripción  de  la  ('.i)=,\:i  ilel  M.tr  del  Norte  y  parte  de  la  del  Sur  del  Beino  de 
(iuatemala.  hecha  por  el  citado  Ingeniero  en  30  de  Noviembre  de  1758  -  Kn  colores. —Con  expli. 
Ciclón.— 35  X  25  centímetros.  -listante  loo.— (.".ajón  3.- Legajo  11  rjj. 

I75S 

61  oDescripcion  Plan  del  Rio  Tintto  con  su  Pueblo.  Barra  v  pies  de 
agua  que  hai  como  demuestran  los  números;  fortalezas  como  marca  el 
Abecedario.» 

3.*  ÉPOCA.—TOMO  VIII.  3 


34  REVISTA    DE   ARCHIVOS 

Al  dorso  lleva  el  nüm.  j.— Acompiñado  de  otros  mapas  y  de  una  descripción  de  la  costa  del 
Mar  del  Norte  y  parte  de  la  del  Sur  del  Reino  de  Gu.itemala,  hecha  por  el  Ingeniero  D.  Luis 
Die^  Navarro  en  jo  de  Noviembre  de  1 758.— En  colores.— Con  explicación.— Esc.^ la  de  2.800  toe» 
sas  los  29  1/2  centímetros.— 45  X  61  centímetros.— Estante  100.— Cajón  3.— I  encajo  11  (3). 

1758 

52  «Plano  en  que  se  demuestra  la  situación  y  Puerto  de  San  Fernando 
de  Omoa  en  la  Costa  de  Honduras,  y  todo  lo  executado  desde  el  año  de 
1762  hasta  hoy  dia  de  la  fecha  y  se  comprende  la  fortificación  Proiectada 
i  aprobada  por  S.  M.<*  para  la  defensa  de  él.» 

«S.  Fernando  de  ómoa  y  Noviembre  doic  de  1758. ->— «Por  el  Ingeniero  en  segundo  D.  Fran- 
cisco Albare!^(nu  rúbrica). — Al  dorso  lleva  el  núm.  .^.—.Acompañado  de  otros  mapas  y  de  una 
descripción  de  la  Costa  del  .M.ir  del  .N'ortc  y  parte  de  la  del  Sur  del  Reino  de  Guatemala,  hecha 
por  el  Ingeniero  D.  Luis  Diet;  Savarro  en  30  de  Noviembre  de  1758.— En  colores.— Con  explica- 
ción.—Escala  de  600  Taras  ios  13  ceniímctros.- 63  X  ^3  centímetros.- Estante  100. — Cajón  3.— 
Legajo  II  (4). 

1760 

53  (íPlano  Inferior  del  Real  Palacio,  carzel  y  Sala  de  Armas  de  La 
Ciudad  de  Goathemala  con  la  distinción  de  lo  que  se  reparó  por  los  señores 
Presidentes  D.  Joseph  de  Araujo  y  Rios;  y  por  el  Excmo.  Señor  D.  Joseph 
Vázquez  Prego  en  el  tiempo  que  governaron  este  Reyno:  y  lo  que  se  pro- 
yectó para  conclusión  de  lo  que  falta  por  el  año  pasado  de  ijSS:  de  orden 
del  Sr.  Mariscal  de  Campo  D.  Alonso  de  Arcos  y  Moreno  Presidente  Go- 
vernador  y  Capitán  General  que  oi  govierna  y  aora  últimamente  proyecta 
de  orden  de  dicho  Señor  y  Real  Audiencia  el  Ingeniero  en  Jefe  D.  Luis 
Diez  Navarro  (su  rúbrica). — 2G  de  Abril  de  1760.»     • 

Se  acompaña  un  plano  de  1 1  parte  Superior. — Csou  expediente  sobre  cl  deplorable  estado  de 
la  Fabrica  del  Palacio  de  la  Ciudad  de  Goathemala.— En  colores. — ("<on  explicación. — Escala  del 
plano  de  la  parte  Inferior  120  varas  IUS41  centímetros.— Id.  del  plano  de  la  parte  Superior  20  va- 
ras los  7  ccntímetros.-Dimensioncs  del  Plano  de  la  parte  Inferior:  5o  X  41  centímetros.— ídem 
de  la  parte  Superior:  5ü  X  41  centímetros. — Estante  loi.— Cajón  4. — Legajo  12^2). 

1760 

54  oPlano  del  Fuerte  Proyectado  para  resguardo  del  Puerto  de  San 
Fernando  de  Omoa  en  la  Costa  de  Honduras,  en  el  que  se  demuestra  lo 
executado  desde  diez  y  siete  de  Septiembre  de  lySg  hasta  ultimo  de  Di- 
ziembre  de  dicho  año  con  color  encarnado.» 

Por  Francisco  Altare^. — (.',on  c  rta  del  Presidente  de  Guatemala  de  31  de  Enero  de  17^0.— 
En  colores.- Con  explicación.- Escala  de  80  varas  castellanas  los  12  1/2  centímetros.— 45  X  34 
centímetros.— Papeles  por  agreg  ir  de  Guatemala.— Legajo  6. 

1760 

65  ciPlano  del  Fuerte  que  se  está  construiendo  por  orden  de  S.  M.  para 
la  defensa  de  este  Puerto  de  5.  Fernando  de  Omoa,  Guia  obra  se  empezó 
en  i8  de  Septiembre  del  año  próximo  pasado  de  ijSg.» 


«nUOTBCAS  Y  MEUSEOS  35 

«Por  el  ingeniero  en  segundo  D.  Francisco  Albareí^  (su  rúbrica).— En  31  de  Marzo  de  1760.»^ 
Acompañado  de  una  rel«ci6n  del  propio  ingeniero  remitida  por  el  Presidente  de  Guatemala 
con  carta  de  4  de  Mayo  de  i76o.~En  colores.—Escala  del  plano  80  varas  los  12  1/2  centímetros, 
—ídem  de  los  perfiles,  40  varas  los  18  centímetros.— 53  X  40 centímetros.— Estante  102.— Cajón  5. 
—Legajo  90  (8). 

1760 

56  «Plano  del  Fuerte  proyectado  para  resguardo  del  Puerto  de  San 
Fernando  de  Omoa  en  la  Costa  de  Honduras,i> 

«En  I.®  de  Julio  de  1760.»— «Por  el  Ingeniero  en  segundo  D.  Francisco  Albare^^p  (su  rúbrica)^ 
Remitido  por  el  Presidente  de  Guatemala  con  carta  de  30  de  .\gosto  de  1760,  acompañada  de 
tres  relaciones  de  los  adelantos  hechos  en  las  fortificaciones  de  aquel  Puerto  en  los  meses  de 
.Vbril,  Mayo  y  Junio.— En  colores.— (>on  explicación.— Escala  para  el  plano:  80  varas  los  12  i/2 
centímetros.— Id.  para  el  perfíl:  40  varas  los  iBcentimctros.— 52  X4<)  centímetros.— Estante  102.— 
Cajón  5.— Legajo 21  (i).— Jlay  duplicado  en  esie  legajo. 

1760 

67  «Plano  del  P^uerte  proiectado  para  resguardo  del  Puerto  de  5.  Fer- 
nando  de  Omoa  en  la  Costa  de  Honduras.)^ 

«Por  el  ingeniero  en  segundo  I).  Francisco  Ai barei^.y^— En  i.°  de  Octubre  de  1760.» — Acompa- 
i5ado  de  varios  informes  del  mismo  ingeniero  remitidos  por  el  Presidente  de  Guatemala  con 
carta  de  31  de  Octubre  de  1760.— En  colores.— Con  explicación.- Escala  del  plano:  80  varas  los 
i2  3/4centimctros.— Id.  del  pcriii:  40  var.is  los  18  centímctros.—53  X  40  centímetros,— Estan- 
te 102.— Cajón  5.— Legajo  20(7).— Este  mapa  difiere  de  otro  de  31  de  Marzo  de  17Ó0,  del  mismo 
legajo,  en  los  detalles  del  estado  de  ejecución  de  las  obras. 

1760 

58  «Plano  del  Fuerte  de  5.  Fernando  de  Omoa  en  la  Costa  de  líon- 
duraSj  el  que  se  está  construyendo  para  la  defensa  de  su  Puerto;  cuya  obra 
se  empezó  el  d¡a  i8  de  Septiembre  de  lybg.í) 

«Diziembre  i  de  1760.»— ^Por  I).  Francisco  Altare^?— Con  carta  del  Presidente  interino  de 
Guatemala  de  30  de  Marzo  de  1761,  para  inanitcstar  cl  adelantamiento  de  las  obras  de  dicho 
Puerto  en  los  meses  de  Septiembre,  Octubre  y  Noviembre  de  1760.— En  colores.— Con  explica- 
ción.— Escala  para  el  Plano:  de  So  varas  castellanas  los  12  1/2  centímetros. —Id.  para  el  perfil:  de 
25  varas  castellanas  los  11  1/4  centímetros. —45  X  3<">  1/2  ceniimetros.-Estanie  102.— Cajón  5.— 
Legajo  21  (2). 

(Continuará) 

Pedro  Torres  Lanzas. 


36  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

CÓDICES  MAS  NOTABLES  DE  LA  BIBLIOTECA  NACIONAL 


IX 

MISAL  TOLEDANO  DEL  SIGLO  XV 

Q)mo  el  Misal  rico,  constituye  éste  una  muestra  de  trabajo  genuina- 
mente  español,  por  las  miniaturas,  por  la  perfecta  escritura,  de  rojo  y  ne- 
gro y  además  por  la  preciosa  encuademación,  de  que  el  primero  carece. 
No  hay  que  repetir  aquí  lo  dicho  ya  al  hablar  del  Misal  dé'Cisneros 
respecto  al  tosco  dibujo  de  las  figuras,  violentas  actitudes,  exagerados  con- 
vencionalismos y  excesiva  dureza  y  simetría  en  los  adornos  de  las  orlas, 
pues  harto  observará  el  lector  en  la  adjunta  fototipia  tales  defectos,  au- 
mentados en  este  códice. 

En  cambio  es  de  notar  la  profusión  de  franjas  y  capitales  y  la  extraor- 
dinaria brillant.'z  de  la  gruesa  capa  de  oro  bruñido  con  que  están  escritas 
las  palabras  de  la  Consagración  en  dos  líneas  de  grandes  letras  y  en  otras 
cuatro  de  menor  tamaño. 

El  Nacimiento  y  la  Cena  están  representados  en  dos  miniaturas  de  pá- 
gina entera.  En  la  segunda  de  aquéllas  el  Salvador,  intencionadamente 
exagerado  de  tamaño,  como  para  demostrar  la  superioridad  de  lo  divino, 
es  casi  copia  de  otra  miniatura  mucho  más  correcta  y  de  más  fina  tonali- 
dad y  colorido  que  se  halla  en  un  libro  de  horas  conservado  en  esta  Bi- 
blioteca, el  cual  pertenece  al  entilo  flamenco  del  siglo  xv  y  íué  enviado- 
desde  Bruselas  al  embajador  en  Roma,  Garcilaso  de  la  Vega.  Las  orlas  de 
ambas  miniaturas,  como  todas  las  del  Misal,  unas  sobre  fondo  de  oro  mate,, 
otras  sobre  fondo  de  colores,  pálidos  en  general,  ligeramente  punteado  de 
oro,  se  resienten  de  la  tosquedad  en  el  dibujo  y  en  los  toques  de  pincel  ya 
reconocidas  en  la  mayor  parte  de  nuestros  miniaturistas. 

Varias  orlas  están  formadas  por  las  palmas  y  plumas  rizadas  de  colo- 
res con  toques  de  oro,  tan  características  en  los  libros  miniados  del  si- 
glo XV.  Kn  los  demás  se  ven  las  hojas  de  acanto,  troncos,  pájaros,  flores  y 
monstruos  caricaturescos,  adornos  característicos  de  los  de  aquella  época 
y  estilo.  Las  iniciales  campean  sobre  fondos  que  semejan  finísimos  encajes 

de  oro. 

Cuéntanse  en  el  códice  dos  orlas  de  página  entera;  Sg  letras  grandes 
con  salidas,  6  sea,  franja  prolongada  á  lo  largo  del  margen;  378  letras  de 


BIBLIOTECAS   Y    MUSEOS  3/ 

tamaño  mediano,  también  con  salidas;  Sg  letras  peones  y  3Sy  de  tamaño 
diminuto,  aunque  de  colores  y  con  toques  de  oro. 

Pero  lo  que  sobre  todo  avalora  este  Misal  es  su  encuademación,  ejem- 
plar de  estilo  mudejar,  el  más  bello  y  de  conservación  ,más  perfecta  entre 
los  muchos  que  posee  nuestra  Biblioteca. 

Es  de  oscuro  cuero  cordobés  sobre  tabla.  El  adorno,  de  lacería  del 
gusto  más  delicado,  resalta  en  relieve  sobre  un  fondo  de  finísimo  trenzado 
al  estilo  bizantino  con  menudo  y  rehundido  punteado  que  aligera  la  com- 
posición con  el  efecto  de  un  elegante  encaje.  Forma  así  la  obra  un  conjun- 
to tan  artístico  como  apropiado  al  objeto  á  que  se  aplicó,  y  constituye  un 
documento  elocuente  del  pasmoso  adelanto  de  este  arte  en  España  en  los 
siglos  XIV  y  XV,  no  igualado  en  nuestros  días. 

Para  formarse  idea  aproximada  del  mérito  de  este  trabajo,  bastará  de- 
cir que  el  Sr.  Ménard,  encuadernador  de  tan  reconocida  competencia 
como  gusto  artístico,  no  aprecia  en  menos  de  mil  pesetas  el  coste  de  una 
imitación  que  hubiera  de  hacer  de  este  modelo. 

En  la  tercera  hoja  de  guardas  se  da  noticia  de  la  procedencia  del  códi- 
ce y  de  la  fecha  en  que  se  supone  escrito  (evidentemente  adelantada,  pues 
corresponde  á  la  segunda  mitad  del  siglo  xv),  en  las  siguientes  notas,  pre- 
cedidas de  la  fecha  1798: 

«Codex  ms.  magna  cura  pretioque  máxima  in  Urbis  direptione  re- 
demptus  S.  Ecclesie  Toletane  dono  datus  a  suo  Praesule  Card.^*  de  Lo- 
renzana.o 

«Hoc  Missale  ante  sosculum  XV  confectum  absdubio  est  Hispanum  et 
fortasse  Ecclesie  Toletane  nam  in  eo  recensetur  in  kalendario  Festum 
S.  Mariae  de  Pace  post  festum  S.  Ildefonsi  translatio  prima  S.  Eugenii  pri- 
mi  episcopi  Toletani  et  alia  propria  S.  Ecclesiae  Toletane.» 

Sigue  á  las  tres  hojas  de  guardas  el  calendario,  que  ocupa  6,  con  las  si- 
glas KLS  de  oro  bruñido  sobre  fondo  de  colores  al  principio  de  cada  mes. 
En  el  fol.  I.®  vuelto  la  citada  miniatura  del  Nacimiento,  que  mide  o, 23o 
X  0,180. 

Tiene  173  folios  útiles  en  vit.  de  0,266  X  0,202;  la  caja  de  la  escritura 
mideo,i63  X  o,i23. 

Procede  de  la  librería  del  Cabildo  Toledano,  donde  tenía  la  signatura, 
Caj.  35.— N.*^  12  (ahora  Res.  5.*^— 25),  y  ha  figurado  años  hace  en  la  Ex- 
posición verificada  en  el  Museo  Kentsington  con  el  núm.  2o5. 

A.  Paz  y  Melia. 


39  AKVISTA  DE  ARCHIVO» 

ESTUDIO 

SOBRE  LOS  SERMONES  VALENCIANOS 
DE   SAN   VICENTE   FERRER 

QUE     SE     CONSERVAN     MANUSCRITOS     EN     LA     BIBLIOTECA     DE     LA     BASÍLICA 
METROPOLITANA    DE     VALENCIA 


IV 

Leyendas.— Milagros. 

Los  sermones  de  San  Vicente  Ferrer  están  llenos  de  leyendas  y  mila- 
gros. El  repertorio  de  donde  sacaba  estos  materiales  eran,  ya  la  Historia 
de  los  Padres  del  yermo,  ó  bien  el  libro  de  los  Milagros  de  la  Virgen,  y 
hasta  cita  el  de  las  Historias  de  España.  La  crítica  no  la  hemos  de  buscar 
en  estos  libros;  nos  basta  en  ellos  la  buena  fe  con  que  están  escritos,  resul- 
tando muy  á  propósito  para  fomentar  la  piedad.  Lo  que  pierde  la  cabeza, 
lo  gana  el  corazón.  Lo  que  San  Vicente  hace  patrocinando  en  sus  sermo- 
nes los  datos  que  encuentra  en  estos  libros,  no  se  le  debe  criticar.  Para 
ellos  no  se  exige  tanto  cuidado  en  la  precisión  de  los  asertos,  como  en  una 
obra  técnica,  y  al  mismo  Sto.  Tomás  de  Aquino  en  su  Suma  se  le  ocurren 
algunas  elucubraciones  históricas  y  de  ciencias  físicas,  que  corren  parejas 
con  las  del  santo  valenciano:  ambos  están  á  la  altura  de  la  cultura  intelec- 
tual que  tenían  sus  contemporáneos  en  la  materia,  pues  nadie  respira  fuera 
de  la  atmósfera  que  le  rodea;  lo  extraño  sería  todo  lo  contrario. 

Hay  asuntos  en  el  Evangelio,  los  cuales  parece  que  el  mismo  Dios  ha 
querido  cubrir  con  un  velo;  no  hay,  pues,  que  tocarlos;  el  descender  á  por- 
menores parece  una  profanación.  En  los  tiempos  de  San  Vicente  se  creía 
todo  lo  contrario;  les  edificaba,  como  vamos  á  ver,  el  que  se  desarrollasen 
ciertas  historias  íntimas  de  la  vida  de  Jesús.  En  el  siglo  xvii  revivió  el  mis- 
mo gusto  con  la  Ven.  Agreda,  y  hasta  en  nuestros  días  ha  hecho  lo  mismo 
Sor  Catalina  Aimerich  en  lo  referente  á  la  pasión.  Veamos  una  de  estas 
escenas  descritas  por  nuestro  Santo  (VI.  246  v.):  «Devallá  Jesús  ab  aquells 
(«os  pares)  en  Nazaret  e  ere  a  ells  sotmés  (Et  descendit  cum  eis  et  venit 
NaJ{areth:  et  erat  subditus  illis.  Luc,  II.  5i)  els  servie,  majorment  que  en 
Nazaret  no  havie  pous  e  havien  anar  al  aygua  a  una  font.  E  diu  lo  Mestre 
de  les  Istories,  que  Jesuchrist  portavc  aygua  ais  de  sua  casa  de  sa  mare  e  de 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS  3g 

Joseph.  E  com  quan  veníe  per  lo  matí  la  Verge  María,  axí  con  a  regían  de 
humiÜtat  prenie  lo  canter  e  volie  anar  a  Taygua,  deye  Joseph:  ¡aay  regi- 
na de  tot  lo  moni  ^e  pos  portareis  l^aygua?  Responíe  la  Verge:  hoc,  senyor 
meu.  Tan  gran  honor  li  dave,  que  james  fon  dona  ne  será  que  tanta  honor 
donas  a  son  marit  com  tahya  a  son  spos.  E  ells  contenicnse  qui  írie  a  Tay- 
gua.  Venie  Jesuchrist  e  deye:  mare  mia  beneyta,  ni  vos,  ni  j^s  enprhom  non 
portareis,  mas  yo  qui  so  jove  ne  portaré,  E  lavors  la  Verge  María  ageno- 
llaves  é  gitaves  ais  peus  de  son  fill  Jesuchrist,  dient:  ¡Oo!  ¡Vos,  mon  fill, 
qui  sou  potencia  infinida  o  fareu!  Finaliter,  Jesuchrist  premie  lo  canter  c 
ab  d'altres  fadrins  anave  e  porta  ve  aygua  de  la  font». 

Otras  dos  escenas  nos  pinta  nuestro  santo  relacionadas  con  el  Evange- 
lio, la  Concepción  de  Nuestra  Señora  y  la  de  San  Juan  Bautista,  traduc- 
ción ésta  demasiado  realista  del  relato  de  San  Lucas  (I.  5  á  25  y  Sy  á  8o). 
La  leyenda  de  la  Concepción  de  María  era  muy  popular  en  la  Edad  Me- 
dia en  la  forma  que  nos  la  refiere  San  Vicente,  pues  hasta  en  el  Breviario 
actual  quedan  algunas  alusiones  K  De  esta  leyenda  nos  hemos  ocupado  al 
estudiar  las  pinturas  del  altar  mayor  de  esta  Catedral.  (El  Archivo,  V. 
400.)  La  traen  los  sermones  impresos  (III.  7)  y  el  Ms.  valenciano  (V.  92.  v.) 
con  estas  palabras:  «La  nativitat  de  Maria  ha  fruyt  de  confidencia,,.  Son 
pare  e  sa  mare  confiaven  en  Deu  tots  temps...  Lo  pare  fo  sant  home  de  lí- 
natje  real  e  noble,  appcllat  Joachim,  e  la  sua  mare  Anna  de  linatje  reale 
santa,  e  fercn  matrimoni  en  sa  joventut.  Aquests  usaven  de  son  bon  ma- 
trimoni  per  xx  anys  e  no  pogueren  haver  fill  ne  filia,  e  es  la  raho  aquesta: 
que  Santa  Anna  ere  lan  freda,  que  per  deguna  manera  no  podie  concebre, 
de  que  abduys  havicn  gran  desplaer  e  dolor...  Eren  desesperats  de  poder 
corporal,  mas  no  de  poder  espiritual,  car  confiaven  tota  hora,  que  Deus 
los  ne  daric,  e  donarensc  a  Deu...  per  50  quels  donas  fruyt.  Fahyen  deju- 
nis...  oració.  Hun  día  Santa  Ana  están  en  l'ort,  les  caderneres  fahien  niu 
(e  diu):  ¡Oo  senyor!  aquests  ocellets  haveis  donats,  V,  filis:  ¡hec!  Senyor  e 
a  mi  donatsmen  hu,  Axi  ella  plorava  e  fahie  oració  devota...  Fahien  al- 
moyna...  com  collien  los  blats  fahien  tres  parts,  a  la  esglesia,  ais  pobres  e 
per  a  ells.  Axi  matex  del  vi...  deis  corders...  Fahien  romiatges  ¿e  quins? 
Ells  staven  en  Nazaret  e  lo  temple  en  Jerusalem,  que  noy  havie  sino  hun 
temple:  axi  com  ara  que  no  n'  bagues  sino  en  Sarago^a,  que  tot  Aragó  anas 
lia.  Fahien  sacrificis...  offerien  o  bous,  o  vaques,  o  corders,  o  cabrits... 

I    Lección  IV  del  ofício  de  San  Joaquín  sacada  de  San  Epifanio:  Joachim  siquidem  precaba^ 
iur  tn  monte  et  Anna  in  h^rto  suo. 


40  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

Hun  día  ells  partint  de  Nazaret  vingueren  sen  al  temple  a  Jerusalem  ab 
sa  bella  offerta,  los  cavallers  primer  e  los  cíutadans  apres.  Vench  Joachim 
a  offerir,  e  quan  fon  davant  lo  preveré,  lo  preveré  1¡  dix:  ^qui  sou  pos? — 
Dix  aquest:  Pare,  yo  so  postre  serptdor...  e  ab  malicia  dix  (lo  preveré): 
exiu  me  de  la  esglesia.  Dix  aquest:  ¡Oo,  pare!  ^e  per  qué? — Dix  aquell: 
en  ira  de  Deu  depeís  estar,  que  no  haveufruyt  de  postre  cors. — E  aquest 
dix:  ¡O pare/  no  n'  confonau,  dexaume  estar  agi, — Dix  aquest:  noy  podeu 
estar,  E  aquest  dix:  ¡Oo  pare!  Deus  pos  o  perdó,  quem  gitau  del  temple, 
E  anassen  ab  gran  humilitat...  E  Joachim  ¿qué  feu?  Anassen  al  desert, 
pensant  en  sí:  si  yo  men  payg  a  casa,  vendrán  los  qui  han  hoit  e  parlant 
ab  ells  poriá  penir  en  ira.  E  anassen  ais  pastors,  e  aquí  fahie  penitencia... 
E  axi  matex  Santa  Ana  ere  en  el  temple,  e  quan  veu  la  confusió  de  son 
marit,  anassen  a  casa,  pensant  que  axi  o  farien  d'ella...  e  com  ella  entra, 
dix  a  les  serventes:  ^'e  hon  es  lo  senyor?  Digueren  les  serventes:  al  temple. 
Aquesta  feu  oració  dient  axí:  Senyor,  preckpos  que  Vguardets  de  ira... 
Joachim  stant  plorant  e  anant  fent  penitencia,  hun  dia  venchli  hun  ángel 
del  cel,  molt  resplandent,  e  Johachin  spaordis.  E  dix  Joachim:  ¡Oo!  ^e 
quinyes  noves  me  portau?  E  dix  (langel):  Sapies  que  Deus  ha  vista  la  tua 
penitencia,  e per  (;ó  yo  te  denunci  hun  bon  novell:  que  ta  muller  haurá 
una  filia,  que  paira  mes  que  quantes  ha  el  mon,  e  será  molt  santa  e  naxera 
Deu  de  aquella,..,  e  axi  pesten  a  casa,  que  sus  ara  vaig  a  Santa  Ana...  e 
axi  hix  a  la  porta  daurada,  que  aqui  Tencontrarás.  E  axi  con  langel  ii  ha- 
viedit,  encontrarense,  e  anarense  a  casa,  e  foconcebuda  la  Vergc  María». 
La  leyenda  de  S.  Juan  Bautista  es  un  relato  demasiado  realista  de  su 
concepción,  anunciada  por  un  ángel  á  Zacarías,  que  queda  mudo.  Veamos 
cómo  la  explica  San  Vicente  (t.  VI.  i33.  v.):  («Zacaries  e  Elysabet  eren  ¡a 
molt  vells,  de  lxx.  o  lxxx  anys,  c  Santa  Elysabet  ere  sleril  com  ere  molt 
freda,  e  ells  partircn  lo  lit,  e  dormie  quiscu  en  sa  cambra.  E  veus  que 
hun  día  Zacarics  ana  al  altar...  e  l'ang.'l  Gabriel  li  apparech...  denunciant- 
li  que  haurie  hun  tíll.  Zacaries  dubta.  E  dix  langel...:  tu  tornarás  mut... 
E  puix  Zacaries  exie  del  temple  e  no  podie  parlar  sino  me,  me.  Lo  bon 
hom  sen  ana  a  casa  sua  axi  tot  demudat,  e  la  dona  que  Tve  venir  axi  des- 
colorit...  li  deye:  ¡Oo  Senyor!  fie  que  liaveu  haud?  E  ell  no  podie  parlar. 
Pénsat  ella  quina  dolor  ne  devic  haver.  E  quan  vench  al  vespre,  la  bona 
dona  volie  anar  a  fer  oració  e  a  dormir  a  la  sua  cambra».  Trabóse  enton- 
ces una  contienda  entre  marido  y  mujer:  aquél  con  acciones  quería  expre- 
sarse, pues  con  su  lengua  sólo  sabía  decir:  me,  me,  mee,  ó  como  dice  el  ma- 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS  4I 

nuscrito  del  Colegio  del  Patriarca  (fol.  229;  en  los  impresos,  t.  III,  fol.  76), 
no  sabía  decir  más  que  hu,  hu,  hu.  Traduce  el  Santo  aquellas  palabras  de 
San  Lucas  (t.  24):  et  occultabat  se  mensibus  quinqué  de  la  siguiente  mane- 
ra: «E  quan  la  bona  dona  hagué  concebut,  ella  se  cobríe  ab  una  gran 
cota,  tant  com  podie,  per  9Ó  que  non  coneguessen  les  gents;  e  que  no  di- 
guessen:  Hahaa,  hom  se  cuydave  que  ere  santa  dona,  e  ella  encara  se  ajuste 
nb  lo  martt,  si  be  es  pella:  hom  sepensave  que  f os  devota, ..^y,  concluyendo 
los  Mss.  latinos  con  estas  palabras:  net  ita  verecundabatur  multum  de 
pregnato  swoo. 

Al  lado  de  estas  escenas  que  nos  pone  el  Santo,  contemporizando,  por 
decirlo  así,  con  los  gustos  de  su  época,  nos  refiere  otras  tiernas  y  conmo- 
vedoras, cual  es  la  siguiente,  ocurrida  en  Valencia.  Predicaba  en  la  Vigi- 
lia de  Navidad,  según  vemos  en  el  Ms.  valenciano  (IV.  23 1.  v.),  pero  no 
se  expresa  claramente  en  este  códice  dónde  ocurrió  el  suceso  que  relata, 
pero  en  los  sermones  impresos  (t.  I,  fol.  48  v.)  dice  que  el  protagonista  era 
un  comerciante  valenciano  (sicut  faciebat  unus  mercator  valentinus): 
oBona  gent,  les  decía,  si  vosaltres  voleu,  yo  vos  diré  manera  que  poreu  te- 
ñir a  Jesús  demá.  Sapiats  que  hun  home  ere  en  aquesta  ciutat,  lo  qual  ha- 
vie  gran  devoció  en  aquesta  festa  de  Nadal,  ¿e  qué  fahye  ell.^  Cerqua- 
ve  hun  hom  pobre,  que  anas  ab  gayata,  e  cerquava  una  joveneta  pobrelle- 
ta  que  nodrís,  e  convidavals  per  al  matí.  Aparellavals  de  diñar,  e  ell  exit 
de  offici,  tornant  a  casa,  speravels  a  la  porta,  e  quan  venie  l'hom,  deye: 
/O  en  Joseph!  ben  siau  vengut.  E  a  la  joveneta  deye:  ben  siau  venguda 
Verge  Marta,  E  donavels  de  bones  gallincs  e  capons.  E  quan  se  eren  di- 
nats,  encara  los  donave  diners,  per  amor  de  Deu,  e  deyels  que  pregassen 
a  Deu  per  ell.  A90  continuave  tots  anys.  Finaliter  l'home  vench  a  la  mort 
e  la  muller  romas.  Per  revelació  divina  es  estat  sabut,  que  quan  lanima 
isqué  del  cors,  veus  aquí  la  Verge  María  e  Joseph,  e  aquest  estave  mara- 
vellat.  Aquests  lo  meteren  en  paráis.  \qo  ses  csdevengut  no  ha  gayre  en 
aquesta  ciutat,  que  si  la  muller  de  aquoll  es  a^í,  ella  me  enten.  E  axi, 
bona  gent,  hajats  misericordia  deis  pobrellets,  que  per  ells  enirareu  en 
paráis». 

En  el  sermón  latino  sobre  este  mismo  asunto  del  Colegio  del  Patriar- 
ca, folio  148,  se  dice:  «Dicebant  quídam,  filium  hominis  esse pauperis,  sci~ 
licet  Joseph  fuster  et  mater  ejus  María  una  filadora.»  Este  latín  no  puede 
ser  de  San  Vicente,  sino  del  amanuense,  que  no  tuvo  tiempo  para  hacer 
la  traducción,  por  la  prisa  que  llevaba. 


4^  .     REVISTA  DE  ARCHIVOS 

Del  arsenal  de  siempre  ha  salido  la  siguiente  anécdota  de  la  historia  de 
San  Jerónimo:  como  en  todas  las  leyendas  sobre  este  Santo,  tenía  que  ser 
cardenal  é  ir  al  coro  todas  las  noches  á  Maitines.  Aunque  el  fondo  sea 
legendario  y  sin  base  histórica,  nos  encaja  muy  bien  en  todo  lo  demás 
que  de  la  época  de  San  Vicente  conocemos.  He  aquí  el  texto  valenciano 
(V.  167):  «Hun  preveré  de  aquells  que  S.  Jeronim  corregie,  ere  son  cam— 
brer,  e  per  que  ell  lo  corregie,  cogita  com  lo  poría  deshonrar  e  confondre^ 
per  que  ell  no  Tgosas  corregir.  ¿Que  feu?  Vassen  anar  a  una  putaña  del 
bordell  que  tot  hom  la  conexía,  e  hagué  lo  quot  de  aquella,  e  posa  lí  en  la 
cambra,  per  tal  que  com  se  levarie  a  matines  a  la  Seu,  que  la  s' abrigas. 
E  axi  fon,  car  Sent  Jeronim  ere  tal  que  no  s'mirave  en  son  vestir,  e  pres 
la  vestidura  de  la  bagassa  e  ana  a  matines,  que  no  s  guarda  que  s'abrigá, 
e  per  ventura  no  y  havie  lum.  E  axi  vestit  fo  en  mig  de  la  Seu.  E  les 
gens  que  l'veren  ab  tal  vestidura,  murmuraven  contra  ell  dients:  Vejats; 
fas  sant  e  porte  vestida  la  vestidura  de  tal  bagassa:  be  appar,  que  ab  ella 
ha  dormit  esta  nit,  E  diguercnli:  Senyor,  ^e  de  quala  parí  venits  que  tal 
vestidura  portats?  ^Hon  haveu  jagut?  ¡Feuvos  sa?it  e  corregiu  los  altres, 
e  vos  portats  vestidura  de  bagassa?  E  ell  veu  que  la  gonella  de  la  bagassa 
vestíe,  baguen  gran  vergonya...  e  anassen  al  Papa  e  renuncia  el  carde- 
nalat.)) 

Muy  peregrino  es  el  caso  siguiente  y  contado  con  mucho  donaire  por 
el  Santo  (VI,  37);  aunque  no  indica  la  fuente,  dice  que  lo  ha  encontrado 
escrito:  «Vejam  que  legim  de  hun  mestrc  en  Theología  fort  apte  e  bon 
preycador,  en  tant  que  tantes  gents  venien  per  hoirlo,  que  maravellava» 
E  hun  día  veus  que  rpreycador  aquest  hac  preycat  hun  devot  sermó  e  axi 
com  devallave  de  la  cadira,  una  dona  vella  e  antiga  dichli:  O  mestre,  e 
donaume  la  vostra  ma  santa  e  besarlaus  he.  Lo  mestre  vehcnt  sa  bona 
devoció,  donalali,  e  ella  quan  la  tcnch,  bcsalali,  dient:  ¡0/  beneyt  fo  lo 
dia  que  nasqués,  e  tan  gran  gracia  me  feu  a  mi  Deu,  quan  vos  bategi. 
Respes  lo  mestre  en  Teología:  fique  diets?  ¡O!  yo  vos  bategi,  car  quan 
vostra  mare  vos  infanta,  vos  is  qués  tot  blau,  e  hom  se  pensara  que  mo-^ 
rrieu,  e  per  go  yo  vos  bategi.  Dix  lo  mestre:  ¡e  digaume  la  manera  com 
me  bate  jas  ^Jmembreus? — Si  m*remembre,  hoc,  Senyor,  e  ¡si  yo  nhe  bate- 
jats  en  aquest  mon  mes  de  cent!  guardau  si  m'deu  membrar.  Dix  lo  mes- 
tre: ¡eh!  digaume  la  manera  com  bestejau. —  Yous  ho  diré.  Quant  vos  fos 
nat,  nosaltres  nos  pensavem  que  morrieu,  e  yo  prengui  del  aygua  en  una 
escudella,  o  altre  vexell,  e  lancilaus  damunt:  yo  t*bateig  en  nom  de  la 


nBLIOTECAS  Y  MUSEOS  48 

Santa  Trinitat  e  de  la  Verge  Marta  e  de  Sent  Miquel  e  de  tota  la  cort 
celestial. — ¡Oo  mesquil  e  donchs,  yo  no  so  christiá!  dix  lo  mestre,  car 
aquexa  no  es  la  forma  del  batejar.  Finaliter,  ell  se  hac  a  fer  batejar  e 
pendre  ordens  e  tornar  a  la  primera  letra,  (o  es,  a  les  ordens.» 

Casi  al  revés  de  este  caso,  cuenta  otro  San  Vicente  respecto  á  la  con- 
versión de  un  moro  (VI,  38):  «Sapiau  que  una  vegada  eren  dos  germans, 
e  la  hu  estave  en  lo  mon  e  havie  hun  esclau  qu¡  havie  nom  iMahoma,  e 
laltre  germá  era  religiós  e  mestre  en  teología.  Veus  quel  germá  lech  tra- 
metie  lo  esclau  moltes  vegades  al  mestre  en  teología  ab  presents  en  una 
altra  villa,  e  quan  aqucll  Mahoma  ere  lia  ab  lo  germá.  lo  bon  mestre  de- 
yeli:  i<Mahoma,  e,  tórnat  christiá.a  Deye  el  moro:  o.Vo  volen  fer,  morir 
moro.y^  Mas  tant  hun  día,  tant  altre,  veus  que  axi  toqual  Deus  al  cor,  e 
aprés  Mahoma  haguc  una  gran  malaltia,  entant  que  stant  axi  cU  dix  a  son 
senyor:  mChristiá,  christiá:  yo  vull  anar  a  x'ostre  gefmá  que  batejau  a  mi 
ehAver  nom  Pere.y^ — aAra  vía,  donchs  bem  plau.i)  E  cavalcal  en  una 
bestia  e  ell  ne  va.  E  axi  com  anava,  veus  que  la  bestia  entrecepega  e 
Mahoma  caygue  e  trenquas  lo  coll  e  morí.  E  lanima  ana  al  mestre  en  teo- 
logía e  apparechli  en  forma  del  esclau  Mahoma,  entant  quel  mestre  quan 
lo  veu  li  dix:  o^Oo,  be  síes  vengut  Mahoma.'»^ — «S'o,  no  dir  Mahoma,  dix 
lanima,  mas  din  Pere  Pere,y) — ^E  com?  ^¿tu  es  batejat? — Dix  lanima:  c<  Vo, 
mas  sic  et  sic,}> — Comptali  tot  lo  fet  com  I  i  havie  contengut,  e  com  era 
estat,  e  que  sen  anave  dret  a  paráis  ab  molts  angcls,  e  per  ^'o  diu  Jesuchrist: 
ego  sitienti  dabo.o 

No  vamos  á  tratar  de  todos  los  hechos  milagrosos  que  se  ven  indica- 
dos en  los  sermones:  sólo  daremos  alguna  muestra.  Sea  el  primero  uno 
que  aún  vive  en  la  memoria  del  pueblo  valenciano.  Al  tratarse  de  rogati- 
vas por  agua,  se  suele  decir,  que  no  debemos  pedir  eso,  sino  buenas  cose- 
chas, como  lo  hacía  San  \  Ícente.  He  aquí  la  confirmación  histórica  de 
ese  axioma,  popular  aquí.  (IV,  99,  v.)  El  copista  ha  tenido  buen  cuidado 
de  poner  al  margen  Miraculum  de  Valencia.  «Ara  ha.  L.  anys,  on  era  yo, 
lagent  hac  sembrat  e  isqud  bé  lo  sement  e  no  plogué:  que  eren  dellá  Pascua 
florida,  que  els  blats  se  secaven.  E  fahien  profcssons.  ¡Senyor!  pliija,  ab 
grans  dolors,  ab  dejumis,  a  pe  descal(^:  una  gota  no  n'  caygué.  Crech  que 
nostre  Senyor  dix:  ¡O  de  la  gent  bestial!  pinja  demane  fje  no  y  ha  altra 
manera j  sino  de pluja?  Quant  vench  a  les  messes,  si  be  no  s'plogué,  tot 
ere  blat,  e  no  y  hagué  palla.  E  trobaren  per  vía  deis  delmes,  que  havie. 
L.  anys  passats  que  en  Valencia  no  havie  haud  tant  blat.»  Este  es  un  hecho 


44  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

real,  de  que  responde  el  testimonio  del  santo  apoyado  por  la  misma  tra- 
dición popular,  aún  viva.  (V.  impres.  I,  179,  v.) 

No  así  el  milagro  siguiente,  tomado  de  fuente  poco  crítica,  como  es  el 
libro  de  las  Historias  de  España,  ya  otras  veces  citado.  El  sábado  después 
de  la  Dominica  XXIV  después  de  Pentecostés,  decía  San  Vicente  á  su 
auditorio  (IV,  24,  v.):  «Si  los  jutges  serven  veritat  e  los  assessors,  per 
grans  peccats  que  bajen  feyts,  Deus  los  porte  a  bona  fí.  Legim  en  les  Isto- 
ries  de  Spanya.  Ere  una  vegada  que  obraven  en  una  ciutat  e  hoiren  una 
veu  que  dix:  gint,  gint,  e  anaren  al  bisbe  de  la  ciutat  e  vench  aquí.  Fina- 
liter,  trobaren  una  calavera  sequa  e  tots  los  ossos  sechs,  solament  la  len- 
gua ere  viva  e  vermella  e  parlava  be.  E  lo  bisbe  interrógala:  ^quin  hom 
es  stai?  ^estat  es  christia? — No,  mas  paga ,  que  adorava  ydols, — ^Quant 
ha  que  morist? — L,  anys  ha. — Donchs  dampnat  es? — No  so, — ^Com  sepot 
fer? — Yo  ere  jutge  en  Spanya  efuy  jutge.  L.anys  e  mori  jutge,  que  James 
per  la  mia  boqua  no  n  isqité  mentida,  tota  hora  n  isque  veritat.  Ha  pía- 
gut  a  Deu  que  la  mia  anima  me  sie  reservada,  e  axi,  betejaume.  Lo  bisbe 
torne  a  la  Seu  e  ab  gran  honor  portarenla  a  batejar  e  batejarenlo,  e  la 
anima  ana  a  paráis.  Oui  non  egit  dolum  in  lingua  sua.y)  (Palm.  XIV,  3.) 

Para  ponderar  las  excelencias  de  la  oración,  nos  refiere  nuestro 
Santo  dos  relaciones  de  milagros.  Aun  suponiéndolas  hijas  del  buen 
deseo,  más  que  de  la  realidad  histórica,  nos  resultan  dos  magníficas 
leyendas,  capaces  de  entusiasmar  al  más  descreído.  Tienen  tal  unción 
•  y  atractivo,  que  desarrollados  los  temas  por  un  ingenio  poético,  resul- 
tarían admirables  cuadros,  poemas  de  primera  fuerza.  No  se  cuál 
de  los  dos  preferir.  Empecemos  por  el  que  lleva  ya  título  en  el  Ms. 
(V.  2i6h  c<Miracle  de  la  Verge  María  que  feu  al  escola. — Sapiau  que 
una  vegada  era  hun  devot  studiant,  e  fahia  aquesta  honor  a  la  Verge 
María,  que  tots  dics  li  deya  son  offici,  e  era  tan  enamorat  de  la  Verge 
María,  que  li  vench  aquest  desig  en  son  cor  que  la  veés:  que  quan  havia 
dit  matines  o  tercia,  deye  axi:  ¡O  Verge  Marta!  yo  ara  vos  he  loada,  mas 
no  US  he  vista  ab  los  huylls  corporals.  ¡Oo  si  vos  podía  veure!  Eh!  feume 
aquesta  gracia.  E  via  stava  en  aquest  desig.  E  finalment,  veus  que  li 
vench  hun  ángel  e  dixli:  ^tu  desijes  tal  cosa? — Hoc,  Senyor,  mes  que  res, 
— Ara  tu  la  veuras,  mas  guarda  que  tornarás  cech,  car  huylls  que  vehen 
tan  excellent  Senyora,  no  deuen  veure  depuix  altres  dones.  E  ell  dix:  Be 
m'plau. — Ara,  donchs,  apparellat  e  confessat,  que  dema  a  tal  hora  la 
veuras. — El  ángel  se  n*aná.  Veus  que  al  studiant  apres  venchli  hun  tal 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS  46 

pensament:  Vet  que  ton  desig  se  complirá,  mas  depuix  que  sies  cech,  serás 
perdut,  que  no  poras  scriure,  ne  legir,  ne  venrás  on  anar.  Veus  que  stava 
en  esta  congoxa,  que  no  havie  de  que  viure.  Veus  que  dix:  mes  me  val  que 
m'tape  la  hun  huyll  quant  ella  vindrá,  e  depuix  encara  que  sia  cech  de  la 
hun  huyll,  después  yeurem  ab  l'altre.  E  axi  ho  feu.  Veus  que  ell  se  tape 
ia  hun  huyll  be  ab  quecom  e  ligau  be.  E  la  Verge  María  vench  a  ell. 
E  ell  fonch  tot  plasmat,  quasi  arrapat,  et  dix:  Mon  fill,  vetme  aei.  Ara 
guardaume  be  a  ton  plaer,  E  anassen.  E  ell  romas  ccch  de  aquell  huyll. 
Mas  no  s'tench  per  content,  e  veus  que  deya:  Verge  Alaria,  laltre  huyll 
vull  perdre,  sois  que  us  veja  be^  que  no  us  he  vista  be  a  mon  vejares,  E 
veus  que  la  Verge  María  torna  en  l'altre  día,  e  ell  tenias  obert  l'huyll  ab 
amendues  les  mans,  axi  per  ^o  que  la  vees  be.  E  veus  que  estava  ab  tan 
gran  plaer,  que  no  sporía  dir.  E  la  Verge  María  dixli:  Ara  mon  fill,  vos 
haveu  hagut  desig  de  veure  a  mi,  mas  yo,  mon  fill,  no  vull  que  vosperdau 
res  per  mi.  E  tornali  la  vista,  toquantli  a  los  huylls  ab  les  sues  sagrades 
mans.  E  dixli:  Ara,  mon  fill,  guardauvos  be  d\igi  avant,  e  si  be  me  haveu 
servida  d*agi  atrás,  serviume  millor  d*agi  avant,  e  guardauvos  be  de 
guardar  molt  altres  dones,  pus  que  a  mi  haveu  vista.  E  ell  estave  ab  quiny 
plaer,  segons  que  dcya  Isayes:  tunch  videbis,  et  ajyiues,  mirabitur  et  di- 
iatabitur  cor  tuum  (Isai.  LX,  3).  E  veus  que  anassen  la  Verge  María.  El 
studiant  depuix  fo  mes  devot  a  ella  que  de  primer,  e  axi  molt  devotament 
la  serví,  fins  que  morí  e  ana  a  la  gloria  de  paradís.  E  veus  a^i  com  la 
vista  hi  es  sadollada  en  la  paiau  de  paradís.» 

Finalmente,  la  otra  relación  poética  de  milagros  que  extractamos 
en  los  sermones  de  San  Vicente,  bien  merece  todas  nuestras  alabanzas. 
Está  sacada  del  discurso  predicado  en  la  Dominica  XXV  después  de  Pen- 
tecostés (IV,  3o)  y  su  protagonista  es  un  mercader:  o  Veus  a^i  com 
se  la  la  oració  e  axi  es  aceptada.  Si  be  se  ta  la  oració  es  una  erba  aro- 
mática e  axi  adoranl,  que  guarda  la  creatura  de  perills  sperituals  e 
temporals.  Legim  en  los  mirados  de  la  Verge  María,  que  era  un  mer- 
cader devot,  qui  deya  certes  Ave  Maries  per  lo  matí,  ans  que  s'occupás 
en  negocis  temporals.  ^E  quantes  eren?  XÍI.  en  reverencia  de  XII.  gra- 
cies  que  Deus  havie  fetes  a  la  Verge  María,  segons  XII.  parts  que  ha 
lo  cors.  Primo  lo  cap  era  pie  de  sciencia,  mes  que  de  propheta,  apóstol, 
ne  altre  sant.  E  lavors  lo  mercader  deye  Ave  María. — ítem,  aprcs  se 
acostave  a  ella  guardantla  en  los  huylls,  pensant  quantes  vegades  havie 
mirat  son  fill  quan  ere  chich...  e  lavors  deyeli  Ave  María. — ítem  a  las  ore- 


46  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

Ues,  quinya  e  quanta  gracia  havien  hauda  en  hoir  los  preychs  de  son  ñll, 
anant  de  vila  en  vila...  ab  fam,  set,  fret,  fanchs,  plujes  e  neus,  descaí;. 
— Apres  pensave  en  las  mans,  com  la  beneyta  adorava  son  fiU...  e  com  lo 
bo!cava,  el  servie  ab  les  mans. — Aprés  a  la  boqua,  pensant  quantes  vegades 
li  havie  besat  la  boqua,  les  mans,  los  peus. — Apres  ais  pits,  pensava  en  les 
naamelles  virginals,  com  havien  alletat  lo  fill  de  Deu. — Aprés  al  cor,  quant 
•ere  aquell  foch  de  caritat. — Aprés  en  los  bracos,  pensave  com  havien  por- 
tat  son  fiU  beneyt. — ítem,  pensave  en  lo  venlre  virginal,  com  havie  portal 
aquell  per  nou  mesos. — Aprés  en  les  cames,  com  lo  menave  al  temple,  e  ;a 
e  lia. — Aprés,  pensave  en  la  sua  anima  sagrada  quanta  perfecció  havie. — 
Aprés,  en  tot  lo  cors,  quanta  penitencia. — Ara  escoltats  be. — Veus  que 
aquest  mercader  quiscun  día  fahia  aquesta  oració,  primo  per  l'enteni- 
menf,  puix  adorantla,  agenoUantse,  puix  demanava  e  dehye  la  oració. 
Esdevenchse,  que  havia  anar  a  fira,  e  per^o  que  Icamí  era  fort  perillo  de 
ladres,  ordenas  ab  altres  quey  anaven  tambe.  E  lo  día  que  sich  devien 
partir,  aquests  vingueren  per  lo  matí  e  despertenlo:  Aytal,  anem  que  hora 
es.  E  tant  eren  cuitats,  que  lexá  de  ver  la  oració  que  ere  acostumada  de 
ter.  E  veus  que  ells  anant,  se  esdevinguiren  entre  molts  ladres  e  prengue- 
renlos  e  appartarenlos  dins  en  un  bosch  e  mataren  tots  los  altres,  e  aquest 
mercader  romas  derrer.  Ya  que  l'volien  degollar,  anali  lo  cor  a  la  oració 
e  pregáis  que  li  deguessen  fer  una  gracia,  que  li  lexassen  fer  oració.  Digue- 
ren  ells:  hoc,  mas  espacha  tantost. — Si  f aré, — E  ell  comente  a  fer  oració 
axi  com  havie  acostumat.  E  tantost  com  comenta  de  pensar  en  la  Verge 
María,  com  dit  es,  ves  aquí  la  Verge  María  ab  senta  Caterina  ab  hun  plat 
pie  de  roses  e  senta  Agnes  ab  hun  fil  e  águila:  e  vehienles  los  ladres  e 
estaven  esbalaits.  E  axi  com  lo  mercader  havie  dit  una  Ave  María,  prenie 
una  rosa  la  Verge  María,  e  a  cada  Ave  María  altra,  e  enfilavels  e  feune 
una  garlanda  e  pósala  al  cap  del  mercader.  E  ell  390  non  vehye  mas  sen- 
tíe  gran  odor,  e  elles  desaparegueren.  E  ell  giras  ais  ladres  e  dix:  germans, 
ja  hefet  oració;  degollaume,  Digueren  los  ladres:  ¡coom  degollar!  fjqui 
son  aquexes  dones  tan  belles  que  han  estat  ab  tu?  Tu  deus  esser  hun  sant 
hom,  e  en  tes  oracions  nos  comanam.  E  tornarenlo  al  camí,  e  tot  50  del  seu. 
Yo  crech  qus  s'convertiren  los  ladres  per  afó.» 

Hemos  dicho  que  el  arsenal  de  donde  sacaba  muchas  de  las  historias  ó 
leyendas  nuestro  santo  eran  las  Vidas  de  los  Padres  del  vermo,  ó  sea  el  Li- 
bro de  Vitis  Patrum.  Vamos  á  dar  otras  muestras,  que  creemos  no  han  de 
desagradar  á  nuestros  lectores  (V.  88):  «Dirvos  he  hun  miracle.  Diu  Vitis 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  47 

Pairum  ere  un  hermítá  e  tenie  hun  petít  infant  per  dexeble  que  lidelliurá 
la  mare  a  tres  anys  per  mostrarli  de  servir  Deu  e  de  fer  penitencia.  E 
aquest  infant  cresqué,  que  havie.  X.  anys  c  no  sabie  sino  (O  quel  hermitá  li 
mostrave.  Fo  cars  quel  hermitá  ere  molt  vell  e  bagué  mester  algunes  coses 
e  trames  lo  fadrí  a  la  ciutat.  El  prohom  estave  en  dos  treballs,  per  que  lo 
fadrí  na  havíe  vist  hom  degu  ne  ciutat  e  no  sabie  ques  farie.  E  laltre  tre- 
ball,  ques  tenie  de  temptació,  e  vol  avisar  dientli:  «mon  fill,  tu  irás  a  la 
ciutat».  El  fadrí  dix:  «qué  vol  dir  ciutat».  «E  qué  vol  dir  homens)^,  etc. 
ítem  apres  veurás  atres  creatures  que  semblen  liomens  axi  vestides  (el 
^nto  aquí  debió  hacer  alguna  señal,  denotando  las  faldas  de  los  vestidos) 
e  guardat  de  aquelles:  noy  estigues  gens  que  verinoses  son.  «Dix  aqueli: 
«¿e  qué  es  a.xo?»  Dixli:  «Oques».  El  infant  ne  va  e  fo  en  la  ciutat  e  vehe 
les  dones  e  bada  e  mira  aquelles,  e  compra  90  que  havia  mester  e  tornas- 
sen.  E  quan  fo  ab  rermitá  dixli:  que  qué  li  havie  mes  plagut.  E  dixli  que 
les  oques,  e  denit  me  venen  al  llit.>)  El  infant  deyeli  de  día  en  día:  ¿e  quan 
iré  a  veure  les  oques?  Per  qué  veus,  com  havie  la  inclinació  natural,  que 
ell  no  sabie  encara  ques  volie  dir». 

(V.  89):  «Havcts  ne  hun  exemple  de  hun  bon  hermitá  que  james  volie 
veure  dona.  Noy  gosaven  entrar  Ha  on  ell  ere.  E  fo  malalt  e  entrarenhi 
los  homens,  e  les  dones  estaven  defora.  E  jal  tenien  per  mort,  e  dix  una 
dona:  «yo  veuré  si  est  morto.  Posali  la  sua  cara  sobre  la  del  hermitá  e 
aquest  sentila  e  crida  grans  crits.  Aquest  havie  fet  gran  penitencia,  e 
donchs  vosaltres  que  feu  mala  vida  molt  mes  vos  deveu  guardar». 

(VI.  170  V.):  «Legim  in  vitis  patrum.  Kre  hun  hermitá  e  havie  hun  fa- 
drí, que  li  mostrave  d¿  legir,  e  donali  hora  que  vingués  a  passar,  per  <;o 
que  nol  torbás  en  ses  oracions  e  contemplacions.  E  veus  que  una  vegada 
lo  fadrí  vingué  a  la  sua  celia  quel  passas,  e  trobal  adormit.  E  dix  lo  fadrí 
entre  sí:  «Oo,  ell  per  les  afíliccions  e  hores  es  ujat,  e  ara  repose».  E  axi 
veus  que  no  li  dix  res.  E  a  cap  de  poch  vingueli  enteniment:  «Oo,  dolent,  ¿e 
qué  fas  afi  que  no  ten  vas?  que  per  ventura  nos  despertará  fins  a  demá?». 
«No  faré  cert».  E  ell  pren  lo  libre  e  studie.  Secundo  li  vingué  gran  sabor 
de  dormir,  e  ell  contrastavey,  fregant  los  huylls  e  legí.  Tertio  li  vingué 
major  sabor  de  dormir  e  ell  contraste:  «cert  no  dormiré,  que  si  mon 
mestre  se  despertave  ¿qué  dirie?»  Quarto  li  vench  major  sabor  de  dormir 
que  cuydave  tombar,  e  ell  contraste.  Quinto,  pres  ayqua  e  laves  la  cara 
per  que  no  dormís.  Sexto,  major.  Séptimo  major,  etc.  e  tingué  ferm.  E 
veus  quel  hermitá  axi  com  dormie  veu  lo  cel  ubert  e  veu  una  bella  cadira 


48  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

e  set  coixins  dessus,  e  lo  sant  hom  desijaven  una.  «¡Oo  senyor!  ¿E  aquf 
tanta  gloria  e  tantes  corones?  Yo  de  una  seria  contento.  Rcspos  Deus: 
«parvulus  tuus  lucratus  fuit  omnes  ¡sta  nocie».  E  lo  sant  maravellás  e  dis- 
pertas e  ven  lo  fadrí  legint  e  dixli:  «¿qué  fas.^ — Veus  estich  me  a^ji,  ¿e  per 
qué  no  ten  anaves,  pus  me  vehies  dormir? — Hec  mestre,  nou  he  volgut  fer 
spant  queus  despcrtascuo. — ¿E  qué  has  fet  entretant?  Dimo. — He  a  mi  ha 
vengul  sabor  de  dormir  (ut  supra). — E  ell  entes  la  vissió,  mas  no  la  li  vol- 
gué  dir.  E  veus  com  Deus  done  corona  ais  vetlans. 

(III.  18  V.):  «Ligse  in  vitis  patrum,  que  eren  dos  hermitansqui  ensemps 
delliberaren  fer  vida  áspera  c 'penitencia  quiscu  en  lo  descrt.  E  axiu  feren, 
que  quiscú  se  partí  del  altre  e  estaven  dcjunant  e  affligint  los  llurs  cossors, 
e  la  hu  fahye  tal  vida  com  laltre,  ne  mes  ne  menys.  E  com  hagueren  estat 
gran  temps,  alguns  anarenlos  a  veure,  e  trobaren  la  hu  molt grase  redon, 
e  laltre  llach.  E  demanarenlos  com  ere  pogut  fer  ai^o  com  abduys  ha- 
guessen  tenguda  vida  comuna.  E  aquell  qui  ere  ílach  respon,  que  cll  yma- 
ginant  e  contcmplant  en  les  penes  infernáis,  e  temcntse  do  aquelles  tois 
temps  ab  gran  iristicia,  ere  fet  axi  flach.  E  laltre  respos,  que  com  tols 
temps  contemplas  en  la  divina  magestat  e  en  la  corona  la  qual  Jjsuchrist 
li  havie  a  donar  quan  serie  en  la  gloria  de  paráis,  eres  axí  engrassit». 

(V.  91.):  «íDirvos  ne  hun  exemple  in  vitis  patrum. — Ere  hun  hcrmitá  e 
en  tota  sa  joventut  havie  estat  solitari  en  la  montanya  ab  daltres  e  al  día 
de  la  festa  ajustavense  tots  a  una.  E  cll  envellí  e  enmalaltí  e  desijave  sani- 
tat  per  servir  Dcu,  e  erravcho,  que  devic  pendrj  la  malaltia  en  paciencia. 
E  venchli  dcsig  de  entrar  en  la  ciutat  per  guarir  c  quel  scrvissen  persones. 
E  los  altres  hermilans  deyenli  que  noy  anas.  E  ell  fmalmcnt  ana.  E  los 
jurats  velunt  aquell  hom  quel  conexión  per  sant  hom,  haguerenli  dues 
beguines  devotos  en  una  casa  por  servirlo.  E  servirenlo  be.  E  estoch  gran 
temps  a  guarir.  E  tornant  a  guarir  lo  cors  la  anima  se  aflaquí,  que  guarda 
los  beguines  e  voules  bollos  c  ponsa  en  aquella  boUesa.  e  ílnalmenl  em- 
prcnya  la  una  e  parí.  El  bon  hom  tornassen  ab  son  guanv  a  la  colla,  ab  son 
fill  e  entrant  plorau,  prega  ais  altres  frares  que  progasscn  por  ell.  Tanta 
do  contrició  havio  que  csclatar  cuydavo  pol  cor,  e  feu  gran  penitencia». 

(VI.  174  V.):  ril  lun  hormitd  sant  hom  isquo  do  la  sua  colla  hun  día  e  ere 
dejuni,  e  axi  com  anave  troba  hun  hom  montjant  domatí,  e  vehent  a^o, 
dix  entre  sí: — í«Oo  mcsquí  de  jove  ¿e  no  es  huy  dejuni.> — Jutgal.  V.  depuix, 
quan  torna  a  la  celia,  fo  aquí  langol  ab  la  spasa  treyta.  diont: — «Travdor, 
no  y  entrarasíj^. — ((¡O  ángel  de  Deu!  ¿e  per  qué  a9o?  ¿E  qué  he  feyt.> — 


BlttLIOTECAS  Y  MUSEOS  49 

Per  que  has  jutgat  aquel  hom? — E  no  es  huy  dquni? — ¿E  per  qué  no  presu- 
míes  lo  millor?  ¡Quec  sabs  tu  si  havie  menjat  en  laltre  día!  Noy  entrarás. 
— Oo,  e  perdonaunne,  ángel  de  Deu. — Prou  hagué  que  fer  quel  iexas.  E  per 
90  ara  no  jjutgar  lo  peccat  secret,  que  al  día  del  jui  general,  tost,  tost  e 
brevtssimament  o  jutgarem,  que  llavor  se  manifestaran  tots». 

(V.  17):  «Esdevenchse  que  una  vegada  eren  dos  hermitans  de  ixma 
vida  e  per  (o  que  no  estiguessen  ociosos,  apres  del  servi  de  Deu  anaren  a 
cullir  ñilles  de  palma  per  fer  Hur  obratge  e  en  lo  cam{  diu  que  la  hu  se 
pres  ibrtment  a  tremolar  que  quasi  semblave  endemoníat.  Laltre  marave- 
llis  molt  e  enterrogal  que  havie.  Dix  aquest: — a  Yo  no  iría  daqut  avant,  ans 
Yull  tornar  del  servi  de  I>eu,  car  sapíes  que  yo  he  hoit  la  trompa  del  día 
del  |uhi,  qnie  toe  me  ba  spantat». 

(V.  48):  Ere  una  vegada  hun  hermitá  e  anave  ab  sa  mare  per  hun  camf 
e  axi  anant  víngueren  al  passant  de  hun  riu  e  laygua  ere  gran.  El  her- 
mitá volguela  passar  e  dixli:  c(Ventt  sobre  la  mía  esquena».  E  ab  hun  drap 
o  tovallola  prengueli  les  mans,  que  no  la  volgué  toquar». 

(V.  i32  V.):  cfMoItes  persones  fan  bones  obres  que  no  plaen  a  Deu  per 
que  nos  fan  ab  díscrecíó,  que  si  indiscretament  les  fas,  per  vtci  te  serán  pre- 
ses... Exemple  de  Vztis  patrum.  L^tm  que  quan  sent  Anthoni  estave  en 
lo  desert  ab  dakres,  a^ustarense  xii.  e  ajustats  fo  moguda  questió  entre  elis, 
quala  ere  la  obra  que  guardave  la  creatura.  E  la  hu  dix: — c(A  mi  par  que 
la  obra  e  virtut  que  pot  conservar  la  creatura,  que  es  abstinencia,  fer  grans 
dejunis.— E  digneren  tots  los  altres: — «no  es  veritat,  que  vist  havem  hom 
en  lo  desert  que  no  men  jave  sino  tres  vegades  en  la  setmana  e  moríen  mala 
fi'  e  ana  a  infern:  donchs  aquexa  virtut  noy  basta>^.— Dix  laltre: — «que  ora- 
ció  ere  bastant  a  guardar  la  creatura». — Fon  determenat  aquí  que  no  ere 
verítat,  car  yo  he  vist  hun  hermitá  que  fahie  oració:  el  dyable  lo  temptá 
ques  torna  juheu». — Dix  laltre  que  almoyna  ere  virtud  de  conservar  la 
creatura;  dix  laltre:  noy  baste,  que  molts  que  fan  almoyna  es  dampnen  axi 
com  logrers.Finalment  quiscudeya  son  consell.  E  dix  Sent  Anthoni:  «A  mi 
appar  que  la  virtud  que  pot  conservar  la  creatura  contra  lo  dimoni  es  dis- 
creció, (O  es,  manera  e  mesura:  que  en  íer  oració,  si  discreció  noy  ha, 
contra  Deas  es,  e  si  discreció  hi  ha  es  molt  plaent  a  Deu.  Axi  matex,  no 
massa  dejunar.  E  tots  concordaren  que  axi  ere.» 

(V.  210»)  «Desfalliment  que  ha  la  vellesa  es  arruament  de  la  pell,  que 
quan  la  persona  es  jove  menge:  be  veus  que  te  la  pell  estirada  per  90  com 
es  plena,  mas  quan  ve  que  no  pot  menjar  la  carn  se  aminva  e  la  pell  se 

$.•  irocA.— TOMO  Tin.  4 


5o  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

arrua.  Vejau  que  vos  diré  de  Senl  Francés.  Eli  ere  marált  e  los  mctges 
donarenli  de  consell  que  menjás  cara,  E  haguerenli  los  seus  frares,  dígam 
ara  hun  capó,  e  veus  ques  dinave.  E  estant  axi  vingueren  alguns  honora- 
bles senyors  per  visitarlo  díent:  «¿e  com  vos  va?»  E  ell  respos:  4cans  que 
vosaltres  entrasseu  me  anave  be,  que  tenía  un  capó  davant  e  los  frares 
hanlo  amagat. — Veus  a^i  com  cobria  son  deffalliment.  Aquest  no  tenia  la 
pell  ruada.» 

(IV.  129.)  «Legim  de  hun  sa'nt  hom  hermitá  que  hun  home  de  la  ciutat 
li  portave  pa  e  aygua  tots  dies  e  posavelli  a  la  fenestra.  E  hun  altre  her- 
mitá jove  veulo  e  furtaveli  la  mitat.  Finalment  lo  sant  hom  no  havfa 
prou  pa,  e  maravellaves  com  ere,  e  aguaytau  e  veu  lom  que  li  portave  lo 
pa  com  solie,  e  veu  lo  jove  que  li  furtave,  e  calla,  que  non  digué  res  gran 
temps.  Vench  a  la  mort  e  axi  com  devía  morir,  tots  los  hermitans  vin- 
gueren aquí  per  veure  algún  miracle  dell.  E  ell  stant  axi  guardant  a  ells, 
veu  aquí  lo  hermitá  que  li  turtave  lo  pa  e  feulo  atan^ar  assí  e  besavelí  les 
mans.  E  deyen  los  altres  qui  eren  bons. — «Oda  pare,  ¿e  per  qué  beses  les 
mans  de  aquest  indevot? — Dix  ell:  «Oo,  aqüestes  mans  me  donen  paradís 
sens  tot  empayg.»  E  deye:  «¡Oo  mans  beneytesl»  Dixit  eis  causam.» 

(III,  75  V.)  c<Exemple  in  Vitis  patrum.  Hun  hom  fo  peccador  mal  e  pef- 
vers,  mas  ere  devot  de  la  Verge  María  e  nos  volie  confessar,  ans  se  deses- 
perave  de  la  misericordia  de  Deu,  tants  de  peccats  havíe  feyts,  que  E)eus 
no  li  perdonarie  ni  ere  digne  de  venia  deguna.  Venint  al  article  de  la 
mort,  sa  muller,  que  ere  de  bona  vida,  deyeli  moltes  vegades  per  qué  nos 
confessave.  Aquest  responie:  «dapnat  so  e  axi  gran  peccador  que  no  poria 
rebre  venia.»  Llavors  Jesu  Crist  vehent  la  decepció  del  dyable  e  la  opinió 
de  aquest,  axi  com  devie  morir  apparegueli  la  Verge  María  ab  Jesu  Crist 
mostranli  les  nafres  dient:  o¡o  hom  decebut!  ¿coneixes  me?» — Aquest  es- 
tigué  quasi  fora  de  seny  e  respos: — «¿qui  es  tu,  senyor?» — El  dix: — c<Jesu 
Christ.  ¿Has  hoit  res  de  Jesu  Christ  crucificat  per  los  peccadors?  Vet  les 
mies  mans  e  los  mes  peus.  Yo  vinguí  en  aquest  mon  que  salvo  lo  pecca- 
dor. ¿Volste  salvar?  Ves  al  sacerdot  e  confessa  tos  peccats.»— La vors  lo 
peccador  dix: — Deus  propítius  esto  mihi  peccatori,  percudintse  los  pits.» 

(IV.  42  V.):  CCA9Í  vos  diré  una  bella  narració  en  la  ystoria  de  Barlaam. 
Diu  que  era  hun  home  en  una  ciutat  e  en  tota  sa  vida  no  guanya  sino  tres 
amichs,  e  per  la  hú  de  aquells  meties  de  perills  en  mar,  navegan,  e  cami- 
nan de  nit  e  de  día  e  amavel  mes  que  assi  mátex.  E  laltre  tan  com  axi 
matex  e  lo  tercer  menysque  que  assi  mátex.  Lo  primer  amich  es  riquees 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  5 1 

temporals  a  amanles  mes  que  a  nosaltres.  Lo  segon  amich  son  parents 
que  ame  hom  tant  com  ass¡  matex.  Lo  tercer  son  bones  obres  que  hom  fa, 
que  poch  les  ama  hom,  hun  «Deu  vos  do  bon  jorn»,  una  «Ave  María».  El 
hom  fo  citat  davant  lo  rey  e  tantost  corregué  al  amich  que  mes  amava  e 
pr^al  que  anas  ab  ell.  Aquest  díx  que  nou  podie  fer.  Aquest  sen  va  al 
altre:  resposli  que  be  irie  ab  el  fíns  a  la  porta,  mas  no  daquf  avant.  Fina- 
liter  ell  hac  anar  a  aquell  que  amave  menys  que  assí  matex  e  dix,  yo  iré 
ab  tu  e  parlaré  per  tú.» 

Además  del  arsenal  De  Vitis  Patrum  tenia  San  Vicente  á  mano  las 
historias  vulgares  de  su  tiempo,  llenas  de  portentos  y  casos  extraordina- 
rios. No  se  ha  de  buscar  aquí  la  crítica,  ni  el  hecho  en  sí,  sino  el  fin  moral 
que  perseguía.  Si  no  era  historia,  era  leyenda,  sino  parábola  ó  semblanza. 
Véase  el  siguiente  caso  sacado  de  la  vida  de  San  Silvestre  (IV.  273):  «E 
S.  Silvestre  fo  alta  eminencia  en  potestat  de  fer  miracles,  resuscitar 
morts.  Ya  vos  o  he  dit  de  aquell  bou.  Quant  hac  convertit  lo  Emperador  e 
a  Santa  Elena  e  a  tota  aquella  gent,  veus  que  vench  hun  drach  fer  dins 
en  Roma  e  mes  se  en  una  casa  fonda.  Axí  com  exía  gitava  lo  alé;  mes  de 
CCC  homens  matava  quiscun  día.  Vench  en  a^o  Roma  que  ja  ere  quasi 
despoblada.  Vingueren  los  sacerdots  al  emperador  e  digueren:  Senyor, 
depus  que  vos  haveu  presa  la  lley  christiana  havem  hauda  tal  tribulació. 
Dix  lemperador:  yo  vos  daré  bon  consell.  E  scriví  a  S.  Silvestre  quey 
donas  remey.  Dix  S.  Silvestre:  si  faré.  Diable  era,  que  la  ystoria  Satanás 
lo  apelle.  Diu  S.  Johan  de  390:  Vidi  angelum  descendentem  de  coelo...  et 
apprehendit  draconem...  et  ligavit  per  annos  mille...  et  post  haec  oportet 
illum  solvi  módico  tempore  (Apoc.  XX.  I.  3)  tots  los  doctors  esponem 
aquest  drach  a  Lucifer  e  esponem  que  devie  estar  ligat  fins  al  temps  de 
antechrist  e  será  deslligat  poch  temps,  tant  com  regnara  antechrist,  90  es, 
tres  anys  e  mig  e  depus  será  tornar  a  lligar.  Aquests  mil  anys  comenfaren 
a  S.  Silvestre  ¿e  quant  havem  ja  de  la  mort  de  S.  Silvestre?  Mil  cent 
anys  ó  circa.  Donchs  ¿per  qué  diu  que  apres  mil  anys  devie  esser  soltat, 
com  ja  hajen  passats  mil  cent  anys?  Aquells  mil  anys  foren  cumplits  en 
lo  temps  de  S.  Domingo  e  S.  Francés,  que  foren  confermades  les  sues 
ordens. — ¿Donchs  llavors  se  devía  soltar  lo  drach? — Dich  que  hoc. — Vide 
ystoriam  S.  Dominici.  La  Verge  María  laus  ha  dilatada,  mes  ab  condició 
que  aqüestes  dues  religions  vagen  per  lo  mon  preycán,  e  sis  convertexen 
les  gens  dix  Jesu  Christ  a  sa  mare:  Perdonarlos  he  e  si  no  (diu  la  ystoria 
de  San  Domingo)  amodo  non  parcam.  Ara  bona  gent,  ¿es  se  convertit  lo 


52  MSVfSTA  DE  A<M3I1V0S 

mon?  James -lo  mon  fo  en  tantes  dísolucions  et  quod  dolenter  referen- 
dum, et  ipsi  ordmes  sunldestmcti,  en  tan  que  si'S.  Domingo  e  S.  Fraocés 
venien  a  estar  en  aquest  mon,  altre  orde  haurien  a  ordenar.  E  per  (e  ^su 
Ohrist  trf(met  crida  per  lo  mon  a  fer  penitencia  per  expressa  revdació.» 

El  mismo  partido  saca.de  (a  vida  de  San.  jorge  (HI.  2-18)  hasta  .con  el 
dragón  y  la  princesa.  (En  el  Boletín  de  la  A.  Luliana  hay  una  celaclón  ma- 
llorquína en  Terso  de  esta  lejténda):  oSapiau  que  lia  en  aquella  térra  havfa 
hun  lach  gran  e  havia  y  hun  gran  drach  e  menjavas  moltes  persones  e  tia- 
vfa  ydoles  en  aqueHa  térra  e  deyen  que  la  cíutat  devia  esser  devorada  per 
aquell  drach  si  ja  lo  Rey  no  li  donava  sa  filia.  E  veus  qisd  Rey  o  hac  a 
fer  e  k)  día  que  ell  hi  devía  portar  sa  fula  prkno  eH  la  orna  be  de  aur  e  de 
perles  e  4a  vestí  molt  gentilmeot  sus  axi  com  si  hagues  esser  novia*  E 
pensat  quel  rey  plorant  li  dix:  «Ara  ma  fBla,  yo  vosiiavia  d  cor  de  dar- 
vos  a  hun  gran  rey  per  muller  mas  pus  que  axi  es  no  si  pot  aire  fer.»  E 
ella  respos:  c<Mon  pare,  bem  plau,  car  mes  val  que  yo  soleta  peresca  que 
vos  ni  la  ciutat.»  E  veus  que  posarenla  prop  lo  lach,  per  tal  quel  drach  la 
devoras.  E  fou  ordenado  de  Deu  que  Sent  Jordf  passas  alien  e  ell  anavas 
deportan  en  hun  bell  C9vall  tot  sois  e  axi  com  fo  aHi  ell  veu  la  donsella 
bella  molt  ben  ornada  e  dixli:  c<Oda  donzella,  ¿com  sou  aci  tota  sola?»  E 
día  rcsposli:  cO  bon  cavallcr,  anauvosne,  sino  moreu  a^i  ab  mí.»  ¿E  com 
es  a^o? — Ella  li  compta  tot  lo  fet  axi  com  vos  he  dit.  E  Sent  Jordí  dixlir 
oSenyora,  no  hajau  paor,  que  yous  defiendré  ab  ajudes  de  Jesu  Ghrist.» 
E  veus  que  ells  estant  axi  parlant  lo  drach  hoí  les  paraules  e  alja  lo  cap 
sobre  laygua,  ab  aquell  cap  fer  guardantlos,  e  quan  la  donzella  lo  veu 
tremole  fort  de  paor  axi  com  aquella  que  Uavors  havía  a  morir.  E  S.  Jordí 
aconsolala  dient:  aSenyora,  no  hajau  paor,  que  Jesu  Chríst  nos  ajudará.» 
E  espaxadament  ell  aparta  lo  cavall  e  descavalcá.  E  lo  drach  que  veu  que 
aquell  se  amanía  per  deffendres,  lexa  la  donzelfa  e  corr^ué  a  S.  Jordi.  E 
S.  Jordi  invocant  lo  nom  de  Jesu  Christ  donali  una  gran  lanzada  que  sus 
alli  romas  mort.  E  aprés  prengué  la  donzella  e  molt  horadament  menala 
al  rey...  Lo  pare,  ella  e  tota  la  cíutat  se  batejaren.  Ara  vosaltres cavallers 
¿qué  haguereu  feyt  que  trobasseu  axi  tal  donzella  ornada?  ¿e  qué?  Ha- 
guereula  deshonrada  axi  com  feu  a  daltres  que  nous  studiau  en  aldre^ 
]Oo  traydors!» 

Todos  los  sermones  de  nuestro  Santo  se  encaminaban  á  llevar  las  al- 
mas  á  su  fin  último,  á  la  salvación  eterna:  para  ello  debemos  dejar  la 
impedimenta.  Venía  muy  al  caso  un  ejemplo,  y  helo  aquí  (IV.  256):  «Morí 


BIELIOTEGAS  Y   MUSEOS  53 

hun  gran  Preborde  rich  e  quan  fo  en  larticle  de  la  mort  los  domestichs  de 
<:a^  roben  la  casa.  Hun  escuder  per  espaxar  prenie  la  roba  del  lUt  e  lan- 
•(avela  per  una  fínestra  en  la  carrera,  e  lan^ay  lo  canonge  e  en  cara  no 
ere  mdrt.  Haa...  ais  pobres  ais  pobres  (o  que  vos  sobre  él  cap  del  any,  no 
fer  sisterna». 

Cita  muchas  veces  á  San  Gregorio  en  sus  mótales,  pues  bien  síábía  que 
es  gran  afsenal  de  doctrina  y  ejemplos  (V.  173):  «Diu  Sent  Gregori,  vir- 
tus  boni  operís  est  perseverantia.  E  af  i  vos  diré  hun  miracle.  Sapiau  que 
fo  hun  home  qui  prés  muller  e  aprés  venchli  desig  de  cerquar  térra,  en  tant 
<]ue  ell  parti  de  sa  casa  ab  hun  scuder.  Quan  vench  al  vespre  dix  al  scu- 
<ler:  «Vet  que  per  (o  que  Deus  nos  conserve,  tots  matins  fa^am  oració  e  si 
a  mi  non  mcnbrave,  femó  menbrant,  car  sim  faré  yo  a  tu  e  al  vespre  axi 
matex  en  bona  hora.  E  veus  que  molts  anys  ells  passaren  sens  períll,  anant 
per  mar  e  per  térra,  e  finalment  ells  tornaren  a  casa  a  sa  térra.  E  lo  jorn 
que  devien  entrar  en  sa  casa,  veus  quel  escuder  dix:  «Senyor,  e  la  oració». 
Respos:  «Via  que  nous  cal  fer  oració:  ¿quins  vedará  que  no  anem  a  nostra 
casa?»  E  no  la  feren.  E  sus  que  foren  prop,  que  ja  vehien  sa  casa,  veus  que 
veren  gran  fum.  ¡O  Santa  María!  ¿qué  es  alió?  Sembla  fum.  Hoc».  E  veus 
que  plegaren  e  fo  la  sua  casa  crcmada  ab  tot  quant  hi  havie^  que  non  es- 
capá  res,  sino  la  muller  ab  les  creatures.  E  per  50  veus  com  deu  hom  per- 
severar en  oració». 

De  la  misma  fuente  están  sacados  estos  dos  muy  notables  (VI.  177  v.): 
«Pus  que  Jesuchrist  porte  nostres  crims,  nosaltres  nos  vullam  suportar  uns 
ais  altres,  car  degú  no  pot  estar  sens  desfalliment,  per  90  suportauvos  car 
merit  spiritual  es.  E  axi  vos  diré  hun  bell  exemple.  Una  vegada  en  una 
ciutat  eren  uns  nobles  gens  en  matrimoni  e  la  muller  ere  axi  delicada  que 
si  de  part  de  vespre  bevie  vi,  sol  una  ta^a,  la  torbave,  e  si  bevie  aygua  tot 
lo  ventré  li  torbave  e  axi  no  gosave  beure,  mas  bevie  vi,  e  per  poch  quen 
begués,  li  fahye  mal.  Tal  dasfalliment  havie  natural.  E  son  marit  lo  noble 
hom  quan  la  vehye  axi  torbada  naturalment  e  no  ere  peccat' mortal,  que 
noy  podie  aldre  fer  ell,  tantost  donave  comiat  a  tots  los  de  casa  e  puix  ell 
tot  sois  preniela  e  portavela  a  la  cambra  e  descalgavela  e  despullavela  e 
en  bracos  metiela  el  Hit.  E  axó  dura,  ben  xxv.  anys,  e  degu  de  casa  nou 
sabie,  neu  conegie.  Aquest  suportave  la  muller,  ¡e  qué  bonesa  dom! 

»Altre  exemple  de  la  bona  dona.  Sapiau  que  en  la  ciutat  de  Roma  eren 
-dues  nobles  persones  en  matrimoni,  e  veus  quel  marit  hun  día  fo  a  con- 
sell,  e  quan  parlave,  los  que  li  estaven  entorn  tots  se  tapaven  lo  ñas,  tan 


34  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

foft  lí  pudíe  lalende  en  tant  que  ell  sen  maravellave,  dient: — ¿E  qué  hauré? 
— ¿Que  haveu?  lalende  vostre  put  tan  fort  que  nou  podem  sofferiro.  El  díx: 
«Beeo. — E  axí  ell  torne  a  casa  sua  pensant:  «¡com  pot  ser  a(o  que  ma  mu- 
ller  no  mo  bagues  dit,  que  tant  de  temps  ha  que  som  en.  una!  Finalment 
ell  fo  a  casa  tot  pie  de  ira  e  dix  la  muller:  «¿com  veniu  axí  Senyor?  E>es- 
plaer  vos  han  fet». — Dix  ell: — «Vos  me  haveu  posat  en  vergonya». — ¡Yo! — 
Hoc,  vos. — ¿E  com? — Yo  so  estat  en  consell  etc.  e  vos  ¿non  sabieu  a^ó? 
Vos  o  sabeu  be,  car  tants  anys  ha  que  som  abduys,  e  ¡quantes  v^ades  la 
mía  boqua  ses  ajustada  ab  la  vostra!  Vos  o  devíeu  mils  saber  e  mo  devíeu 
dír. — Ella  respos:  «Hec,  Senyor,  yo  ben  sabía,  mas  cuydavam  que  tots  los 
homens  o  havíera  axí  com  vos.  E  aire,  que  tot  quant  ha  en  lo  vostre  cors 
tot  mes  dol?,  e  no  pudent. — Oo  que  bonea  de  dona.  Axo  díu  S.  Gregori 
quí  fa  testímoní»>. 

No  indica  el  santo  de  donde  toma  la  relación  del  siguiente  milagro  de 
Nuestra  Señora  (III.  20  v.):  «Cante  Santa  mare  esglesia:  Marta  mater  mi- 
sericordice  com  ella  es  de  moka  misericordia  espiritual...  Es  dita  mater 
•misericordias  de  bens  temporals,  car  si  algú  ha  fretura  de  pa,  vi  e  de  sem- 
blants  coses  hafe  a  ella  en  advocada,  e  reclamada  no  haurá  frejtura.  On 
se  esdevench  en  una  vila  quels  preveres  de  aquella  vila  o  esglesia  volien 
fer  professó  per  lo  terme  e  la  hagueren  feyta  de  feyt  e  hun  preveré  por- 
tave  en  les  mans  una  ymaga  de  la  Verge  María  axi  com  porten  altres  re- 
liquíes  en  les  professons.  E  aquell  capellá  qui  la  aportave  havie  enemichs 
capitals  e  los  enemichs  de  aquell  estaven  en  una  casa  a  guaytarlo.  E  axi 
com  ell  passave,  la  hu  deis  enemichs  tirali  ab  la  ballesta  e  la  ymaga  aquella 
tragué  la  sua  ma  contra  la  sageta  e  foradá  la  ma  de  la  ymage  e  no  nogué 
al  preveré». 

Siempre  quiere  hacer  palpable  lo  que  dice  con  parábolas  ó  historias 
para  herir  más  la  imaginación.  Aquí  nos  hace  ver  como  contraria  contra- 
riis  curantur  (VI.  io6):c(Ere  hun  hom  molt  parler  e  volies  akstenir  de  par- 
lar, per  tal  qué  vingués  a  perfecció.  E  anassen  a  hun  sant  hom  per  dema- 
narli  consell,  e  quan  fo  lia  ell  li  díx:  «Sapiau,  pare,  que  nom  puch  abste- 
nir  de  parlar  e  volriamen  estar  e  no  puch,  e  axi  vos  prech  quem  vuUats 
donar  qualque  bon  consell  que  no  parle  tant».  Díx  lo  sant  hom:  «Bem 
plau.  Ara,  mon  fill,  si  vos  vos  voleu  abstenir  de  parlar  vos  deveu  teñir  la 
manera  del  avar icios  a  la  bossa».  «^E  com?»  c(Yo  to  diré.  Quant  alguna 
persona  demane  al  avarícíós  qualque  cosa,  digam  lo  loguer  de  hun  día, 
per  tal  com  lí  ha  ajudat  a  fer  sos  fets,  e  aquell  ve  davant  lo  avarícíós  e  díu- 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  55 

lí:  4cHa  Senycr,  e  pagaumeo.  c<¿E  qué?»  ¡Com!  ^queus  deyg  yo? — Hec  Sc- 
nyer,  e  pagaume. — ¿E  qué? — ¡Com  qué:  bels  haureu!» — He,  senyer,  yols 
he  mester.— «E  quant  be  haurá  dít  e  feyt  gitarsa  la  ma  a  la  bossa  e  desfará 
hun  nu,  depuíx  altre,  finalítér  quan  be  haura  feyt  ell  lí  dara  qo  que  li  deu 
ab  affany.  Dích  vos  que  axiu  deveu  fer  vos,  que  quant  algú  vos  diu  a90  e 
afo,  no  li  deveu  respondre  tantost,  mas  scoltar  be,  e  finalment,  quant  ha- 
veu  be  pensat,  parlau.  E  si  jans  ha  significat  Deu  en  la  boqua,  que  par  que 
la  haje  feyta,  axi  com  persones  savies  fan  una  ciutat,  que  quan  volen  tan- 
quar  una  ciutat  ^que  fan?  Printsrament  ells  fan  una  barbacana  e  apres  lo 
valí  fondo  e  apres  fan  la  murada  alta  e  fort.  Sus,  axi  ha  fet  Deu  a  nosal- 
tres:  la  barbacana  tota  primera  es  la  pell  deis  labís,  quests  defora:  lo  valí 
fondo  es  a^o  que  está  entre  los  labis  e  les  dens:  la  murada  fort  hon  están 
les  torres,  son  les  dens,  els  colom^llos  e  per  50  ans  que  no  deu  hom  dir  la 
paraula  primerament  pensar  axi  com  dit  he.» 

Los  ejemplos  son  á  veces  terribles,  resultando  el  contraste  de  gran  bul- 
to, como  en  el  siguiente  caso  que  no  se  indica  donde  ha  leído  (VI.  255  v.): 
uLegltn  que  en  una  ciutat  ere  hun  jove  bell  e  james  hoya  missa;  ans  se  tra- 
hie  escarn  deis  quey  ana  ven,  nunqua  dejunava  etc.  continuament  entenie 
en  burleries,  anar  a  bordells,  anar  a  sonar,  danfar  etc.  e  una  nit  somia  que 
vehie  Jesu  Christ  en  la  cadira  e  lo  juhi  de  les  animes,  les  quals  les  unes 
havien  sentencia  de  devallar  a  infern,  altres  que  eren  penidents  el  án- 
gel devallavela  a  purgatori,  altres  pujaven  en  paráis.  E  aquest  hom 
dormint,  estave  tremolant,  e  Deus  dixli:  redde  raiionem:  De  que  se  es- 
panta, es  despertá  ab  gran  terror,  que  tot  torna  ruat,  los  pels  blanchs,  que 
la  gent  nol  conexien  e  muda  tantost  la  vida,lexa  les  grans  cotes  e  prescilici». 

Otro  caso  no  menos  extraño  nos  cuenta  denlos  efectos  de  la  excomu- 
nión (III.  96):  Sapiau  que  una  vegada  hun  hom  furtá  lo  breviari  del  Vica- 
ri  en  una  esglesia  e  aquest  cerque  son  breviari:  finaliter  fon  dit  que  tal 
home  lo  devie  haver  pres  e  ell  lo  fa  encabe9ar.  Lom  que  veu  companya  li 
venie  detrás,  mes  se  a  cal?  de  hun  noguer  bell  e  havia  y  hun  tou  e  mete 
aquí  lo  Breviari  e  espera.  La  companya  plegué:  «¡O  en  bon  hom!  ^hajau 
lo  breviari?» — c(¿Lo  breviari?  No  se  que  vos  dehits». — E  vehent  que  nol 
tenie  tornensen.  E  lo  vicari  feu  vedar  a  qui  tingues  lo  seu  breviari...  e  lo 
arbre  se  sequa...  Haguerenlo  a  tallar  e  trobaren  lo  breviari  de  dins  e  en- 
teneren  quel  vet  lo  havie  fet  secar». 

Hemos  visto  varios  ejemplos  de  hombres  y  mujeres  que  dejan  las  vani- 
dades del  mundo;  añadiremos  aún  otros  dos:  el  hijo  de  un  Rey  y  un  joven 


56  REVISTA  DE  AfRCKlVOS 

muy  delicado-  (V.  i6  v.):  aDiu  que  hun  fill  de  Rey  per  servir  E)eu  entra  en 
Rdigio  e  fahie  tan  aspra  vida  que  amj^ies  cnolt,  entant  quel  prior  li  ba- 
gue a  manar  que  cessas  de  taa  aspra  vida  cpm  alió  lo  amagrie  et  signanter 
que  nos  llevas  a  matines.  E  aquest  dix::  «be  es  ver»  mas  sapiats  que  moces 
e  doncelles  nom  lexen  dortnir  dentt,  quem  venen  aquf  al  Hit.  Les  donze- 
lies  que  li  venien  a  memoria  eren  los  martiris  de  Sta.  Caterina,  de  S.^  Lu^ 
cía.  ítem  pensave  en  les  dolors  de  infern  e  per. 90  vetlave». 

(VI.  j3):  «Era  hun  jove  qui  era  molt  delicat  e  vivía  molt  be,  donantse 
plaers  ab  sos  companyons.  Estant  2lxí  Deu  li  tnes  en  cor  ques  fes  frare,  e 
axi  6  fcu.  Secretament  ell  sen  ana  a  hun  monestir  de  frares  preycadors, 
que  degú  deis  altres  nou  sabe,  per  tal  que  nol  torbassen  de  sa  devoció  e 
ell  que  saví  que  quant  hom  vol  fer  hun  be,  que  cali  quels  altres  nou  sa- 
pien.  E  veus  que  ell  demana  lo  Prior  e  dixli:  «Sapiau  que  yo  vull  esser 
frare».  E  lo  Prior  vehent  sa  bona  devoció,  e  de  noble  linatge  que  era,  re- 
bel  a  frare.  Veus  que  a  cap  de  alguns  dies  los  companyons  seus  qui  havien 
acustumat  de  darse  plaers  ab  ell,  quan  nol  vehien,  estavenne  maravellats. 
Finalment  anarensen  a  la  sua  casa  e  demarenlo:  noy  es:  saberen  que  fra- 
re era.  E  digneren  ells:  «Aquell  es  molt  delicat  que  una  pul^a  li  fahye  em- 
barch,  e  no  pora  sostenir  la  penitencia  del  orde,  donchs  ans  que  no  face  la 
professió  anem  hi».  E  axi  fonch.  E  quan  lo  veren  ells  se  comenfen  de 
riure:  «Oo  ay  tal,  e  qué  has  feyt  que  tu  es  tan  delicat:  e  donchs  com  poras 
sostenir  la  penitencia  del  orde  que  es  tan  aspra:  lexau  estar  e  vesten  a 
pendre  plaer  ab  nosaltres».  E  aquell  respós:  «Hohoo,  per  50  com  so  delicat 
deyü  vosaltres  que  no  poré  sostenir  la  penitencia.  Oo  lias.  ¿E  donchs, 
com  sostendré  la  pena  de  infern  que  es  tan  dura,  a  la  qual  no  podía  esca- 
par morint  en  los  vícis  que  tení^  ab  vosaltres?  per  cert  mes  me  val  soste- 
nir aquesta,  car  cert  es  a  mi  que  yo  fent  la  vida  que  vosaltres  sabeu  que 
fahya  ab  vosaltres,  per  alio  tora  dapnat».  ¡Oo  com  respos  be!  E  aquells  sen 
trufaren.  Ara  be  es  fort  cosa,  que  sí  es  un  frare  qui  vulla  viure  segons  ol 
que  ha  votat,  los  altres  nol  lexaran  viure,  e  per  50  van  tots  a  infern,  pues 
que  no  teñen  la  regla.  A  cada  canto  de  la  Claustra:  «Oo  ypócrita:  hec 
senyer,  pus  singular  vol  estar».  Nol  lexaran  viure...  Si  es  una  dona  que  no 
vulla  portar  corns  ne  mosquet  etc.  tantost  les  altres  la  escarnirán:  «O  be- 
neyta,  aneus  afi  senta  Quiteria,  ja  es  santa,  voleu  esser  beguina».  Totes  la 
acanífaran». 

Pero  aun  en  la  religión  ha  de  haber  luch^  y  tentaciones;  que  muchos 
se  pierden  por  el  más  y  el  menos:  lo  que  importa  es  alcanzar  la  salvación 


BIBLIOTECAS  Y  MUSCOS  5/ 

haciendo  la  voluntad  de  Dios  (IV.  222):  «Virtut  de  tempranea  vol  dir  me- 
sura— non  pren  massa  ne  poch.— Aquell  quis  vol  banyar  no  prengue  laygua 
massa  calda  ni  massa  freda.— Hun  mflacre  de  Sent  Domingo.  Una  nit  es- 
tán! en  oració  vench  e  apparechli  ün  diable  e  salte  e  baile  e  fa  son  so, 
cantant  e  baten  les  palmes  e  dehie  cantant:  magis  et  minus,  Dix  Sent  Do- 
mingo: «Vine  traydor  ¿e  per  qué  bailes?»  Dix  lo  dyable:  ayo  to  diré:  tot 
nostre  guany  es  per  magis  ét  minus,  que  alguns  frares  de  ta  orde  mcngen 
e  beuen  massa,  e  están  roygs  e  dormen,  que  nos  leven  a  matines  ne  ser- 
ven la  regla.  Altres  veilen  massa,  que  quan  venen  a  matines  adormense  e 
no  fan  res  de  be,  quasi  stella  matutina  i  medio  nebulae.»  (Gccii.  4.  6.) 

Corrobora  esto  el  Santo  en  otro  sermón  con  un  pequeño  ejemplo 
(V.  172  V.):  «Una  vegada  ere  hun  hom  qui  anava  a  Sent  Jachme  e  fahie 
tota  vía  aquesta  oració:  «Senyor,  guardara  de  enemichs)^,  e  nuncqua  dehiei 
altrc.  Finaliter  ell  fo  pres  p3r  enemichs.  Veus  que  en  la  presó  ell  plorava 
dient:  «Oo  mossen  Sent  Jachme  e  nous  havía  pregat  sino  quem  guardasseu 
■de  enemichs,  e  vos  haveume  gitat  en  enemichs.  Oo  las  ¿e  perqué  havcu 
feyt? — Veus  que  S.  Jachme  li  apparech  dient:  «Tu  plores  per  que  es  pres: 
vet  que  per  50  tu  es  estat  pres  per  50  com  tu  no  sabies  be  demanar  a  Deu, 
car  tu  primer  devies  demanar  sal  vació.» — «Oo,  dix  aquell,  sim  trahieu 
da9i,  yo  o  taré.)^ 

Finalmente,  en  el  sermón  de  San  Vicente  Mártir  encontramos  unos 
datos  históricos  que  prueban  la  tradición  oral  de  su  época  sobre  ciertos 
sitios  de  la  pasión  del  Santo  Levita  (III.  43  v.):  «E  quan  Daciá  lo  veu  a 
Valencia  nol  volch  matar  de  continent,  mas  feulo  metre  en  lo  car9re  e 
tenie  lo  cap  entre  les  carnes  e  ell  estant  axi  en  la  presó  del  cabiscol  humil- 
ment  dix:  non  sunt  condignas  passiones  hujus  etc.» 

(III.  44):  «Dementre  estave  en  les  gráciles  tota  hora  pregave  a  Deu. 
Apres  prengueren  unes  forques  de  ferré  e  ab  aquellos  giravenlo,  ans  a  la 
hun  costat,  ades  al  altre,  e  axi  com  lo  giraven  chillave  la  carn  chii,  chii, 
e  rajave  lo  greix  axi  com  la  pell  se  trenquave.» 

(III.  44  V.):  «Daciá  feuli  hun  Hit  (a  S.  Vicent)  en  lo  car^re  en  Valencia 
detrás  de  la  esglesia  de  Sancta  Agnés.» 

(III.  45  V.):  «Daciá  vehent  que  nol  havie  pogut  ven9re  en  vida  volguel 
venare  en  mort.  ¿E  que  feu?  Feu  lanzar  lo  seu  cors  fora  la  ciutat  a  la 
Roqueta,  a  S.  Vicent  que  dieu  ara  a  Valencia,  per  tal  que  fos  devorat  e 
menjat  per  los  animáis.» 

(Continuará,)  R.  Chabás. 


58  REVISTA  DE  ARCHIVOS 


DOCUMENTOS 


I 
ESTADO  DE  LA  UNIVERSIDAD  DE  ALCALÁ 

DESDE  SU  FUNDACIÓN  HASTA  EL  AÑO  i8o5  ' 


í 
Fundadores  y  dotadores  de  la  Universidad. 

Don  Gonzalo  Gudiel,  arzobispo  de  Toledo,  en  20  de  mayo  de  1298  alcanzó 
privilegio  del  rey  Don  Sancho  IV  para  erigir  en  esta  villa  de  Alcalá  de  Henares  la 
Universidad  y  Estudio  general,  con  las  mismas  franquezas  para  tos  maestros  y  es- 
colares que  estaban  concedidas  al  Estudio  general  de  Valladolid,  mandando  que  á 
los  dichos  maestros  y  escolares  nadie  les  hiciese  tuerto  ni  vejación,  alguna,  pena  del 
duplo:  cuyo  privilegio  expedido  con  el  sello  de  plomo,  se  halla  firmado  del  Maestre 
Gonzalo  Abad  de  Arvas  y  existe  en  el  archivo  de  la  Universidad  sin  que  en  él  cons- 
te tuviese  dicho  privilegio  su  ejecución  en  aquel  tiempo. 

D.  Alonso  Carrillo  y  Acuña,  hijo  de  los  Condes  de  Buendia,  colegial  mayor  en 
el  de  San  Clemente  de  Bolonia  y  arzobispo  de  Toledo  en  tiempo  del  rey  D.  Juan  II, 
cuyo  primer  cuidado  fué  el  deseo  de  honrar  á  esta  dicha  villa  de  Alcalá,  fundador 
del  convento  de  San  Diego,  en  el  que  fué  enterrado,  fundador  también  de  la  igle- 
sia colegial  de  San  Justo  y  Pastor  de  esta  ciudad,  alcanzó  bula  del  Papa  Pío  II  en 
17  de  Julio  de  1439  para  anejar  beneficios  y  rentas  eclesiásticas  hasta  en  cantidad 
de  200  libras  de  oro  turonense  para  la  erección  de  tres  cátedras  de  Artes  en  este 
Estudio  de  Alcalá.  En  esta  bula  se  confirma  la  concesión  que  habia  hecho  el  Papa 
Calisto  ni,  que  murió  sin  expedir  la  bula,  y  en  virtud  de  esta  concesión  apostólica 
instituyó  el  señor  Carrillo  tres  cátedras  de  Gramática  y  Artes,  anejando  cinco  pie- 
zas eclesiásticas,  que  son:  tres  beneficios  de  las  Parrroquias  de  Santa  María  y  San 
Juan  de  Uceda  y  de  la  villa  de  Corpa,  y  dos  préstamos  de  las  Parroquias  de  Cara- 
baña  y  Loeches,  y  concedió  todas  sus  facultades  al  guardián  de  dicho  convento  de 
San  Diego  para  que  rigiesj  los  estudios  y  pudiese  mudar  los  maestros  que  estaban 
nombrados,  si  le  pareciese  necesarío,  concediéndole  para  ello  su  carta  de  privilegio 
en  pergamino  con  sus  armas  pendientes  en  un  sello,  á  17  de  Septiembre  de  1463, 

I  Esta  Memoria  ó  reseñ  1  histórica,  que  se  guarda  actualmente  en  el  Archivo  Histórico  Na- 
cional, fué  presentada  en  22  de  Septiembre  de  i8o5,  por  el  doctor  D.  Mariano  Martin  Esperanza, 
rector  entonces  de  dicha  Universidad,  al  Sr.  D.  Anas  Antonio  Mon,  del  Supremo  Consejo  de 
Castilla  y  Visitador  Real  de  la  misma. 

*  Aunque  la  mayor  parte  de  estas  noticia^  pueden  leerse  en  la  Historia  de  las  Universidades 
del  Sr.  La  Fuente,  en  I.1  Memoria  de  Floranes  sobre  la  antigüedad  de  los  Estudios  en  Canilla  y 
en  los  varios  estudios  acerca  del  Cardenal  Cisneros,  todavía  nos  parece  que  conserva  alguna 
curiosidad  esta  Memoria  por  haberla  redactado  persona  que  dispuso  de  los  documentos  del 
Archivo  de  aquella  Universidad,  hoy  dispersos  en  varios  establecimientos  como  la  Universidad 
Central,  el  Archivo  Histórico  y  la  Biblioteca  Nacional. 

(Nota  de  la  Redacción.) 


BIBLIOTECAS   Y    MUSEOS  Sq 

que  se  conserva  en  el  archivo,  fírmalo  del  mismo  arzobispo  y  refrendado  de  su  se- 
cretario Pedro  de  la  Puente. 

El  reverendo  arzobispo  de  Toledo  Don  Fr,  Francisco  Jiménez  de  Cisneros  ob- 
tuvo licencia  de  los  Reyes  Católicos  para  erigir  un  Colegio  en  esta  villa  de  Alcalá, 
de  competente  número  de  colegiales  y  escolares;  de  cuya  concesión  hizo  relación 
al  Papa  Alejandro  VI  y  este  Santo  Padre  expidió  su  bula  en  i3  de  Abril  de  1499  ^^' 
rigida  al  misnio  arzobispo,  concediéndole  la  misma  facultad  para  erigir  dicho  co- 
legio donde  se  pudiesen  leer  libremente  las  facultades  de  Teología,  Derecho  Canó- 
nico y  Artes  liberales,  según  se  leían  en  las  Universidades  de  Salamanca  y  Valla- 
dolid;  que  en  dicho  colegio  pudiese  construir  capilla  con  bastante  número  de  ca- 
pellanes, erigir  cátedras,  dotar  competentemente  uno  y  otro,  ordenar  el  régimen  y 
gobierno  del  colegio,  capilla  y  estudiantes,  sus  presentaciones  y  patronos,  leyes 
que  habían  de  observar,  emolumentos  y  aprovechamientos  que  hablan  de  llevar 
unos  y  otros;  para  cuya  dotación  el  mismo  Santo  Padre  expidió  otra  bula,  en  24 
de  Noviembre  de  iSoí,  concediéndole  al  cardenal  Cisneros  facultad  para  anejar  á 
este  colegio  rentas  eclesiásticas  hasta  en  la  cantidad  de  5oo  ducados  de  oro  de  Cá- 
mara; y  por  otra  bula,  de  14  de  Noviembre  de  i5oo,  concede  el  mismo  Santo  Pa- 
dre al  dicho  Cardenal  Cisneros  facultad  para  que  las  cátedras  de  esta  Universidad, 
que  habia  instituido  el  arzobispo  Don  Alonso  Carrillo,  las  pudiese  aplicar  y  agre- 
gar, sin  perjuicio  de  tercero,  al  dicho  colegio,  y  ordenar  y  disponer  de  ellas  como 
de  las  demás  que  el  instituyere.  Y  finalmente,  obtuvo  el  cardenal  Cisneros  bula  del 
Papa  Julio  II,  en  26  de  Noviembre  de  i5o3,  confirmando  las  anexiones  é  incorpo- 
raciones de  rentas  eclesiásticas  para  la  dotación  de  su  Colegio- Universidad  y  con- 
cediéndole de  nuevo  la  facultad  de  hacer  donación  al  Colegio  de  cualesquiera  bie- 
nes que  hubiese  ganado  con  respecto  á  la  Iglesia  de  Toledo;  y  también  la  facultad 
de  anejar  en  piezas  eclesiásticas  hasta  600  libras  de  oro  turonense.  Y  León  X  por  su 
bula  de  28  de  Julio  de  i5i3  la  facultad  de  agregar  piezas  eclesiásticas  hasta  en  can- 
tidad de  600  ducados;  confirmando  las  anexiones  anteriormente  hechas. 

E^te  fundador,  usando  de  las  facultades  concedidas  por  ambas  supremas  potes- 
tades, erigió  un  Colegio  principal  en  esta  villa  de  Alcalá  con  la  invocación  de  San 
Ildefonso,  para  el  que  formó  Constituciones,  que  originales  se  conservan  en  el  Ar- 
chivo, con  las  que  dispuso  el  gobierno,  no  solo  de  los  colegiales,  sino  también  del 
Rector,  Regentes,  Doctores,  Maestros,  Licenciados,  Bachilleres,  escolares  y  demás 
oficiales  del  Colegio  y  Universidad  con  fecha  22  de  Enero  de  i5io  las  que  se  publi- 
caron en  el  mismo  dia  y  año  en  la  capilla  de  dicho  Colegio  con  la  mayor  solemni- 
dad, presente  toda  la  clerecía  y  la  mayor  parte  del  pueblo,  asistiendo  el  mismo  se- 
ñor fundador  y  presentes  también  los  Sres.  Don  Juan  de  Velasco,  Obispo  de  Ca- 
lahorra, Don  Pedro  de  Ayala,  Obispo  Rubícense,  Don  Antonio  de  Caray,  Obispo 
de  Sebaste,  y  D.  Antonio  Garcia  y  Villarreal,  Prefecto  de  Cazorla.  Y  en  el  dia  23 
de  Marzo  de  i5i3  ordenó  y  dispuso  dicho  Rmo.  Cardenal  las  Constituciones  para 
el  régimen  y  gobierno  de  los  colegios  de  pobres  estudiantes  de  esta  Universidad, 
pues  ademas  del  Colegio  principal,  cuyo  rector  únicamente  habia  de  tener  el  régi- 
men civil  y  político  de  la  Universidad,  erigió  siete  colegios  de  escolares  pobres;  el 
primero,  de  la  Madre  de  Dios,  de  los  teólogos,  sin  número  fijo  de  becas;  el  segun- 
do de  San  Pedro  y  San  Pablo,  para  trece  religiosos  de  San  Francisco;  el  tercero  de 
físicos  y  metafísicos,  con  cuarenta  y  ocho  colegiales  por  mitad  con  la  invocación 
de  Santa  Catalina;  el  cuarto,  de  Santa  Balbina,  para  lógicos  y  sumulistas,  con  cua- 
renta y  ocho  becas  de  por  mitad;  el  quinto,  de  San  Eugenio,  para  gramáticos  y 


6o  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

griegos,  seis  de  estos  y  treinta  de  ios  primeros;  el  sexto,  de  San  Isidoro,  para  otros 
tantos  gramáticos  y  griegos;  y  el  séptimo,  de  San  Lucas,  para  corar  los  estudiantes 
enfermos  matriculados. 

Est^  venerabie  fundador  dispuso,  como  va  dicho,  que  el  Colegio  principal  de 
San  Ildefonso  fuese  él  fundamento  de  la  Universidad  y  todo  fuese  un  cuerpo  ba}o 
el  titulo  «Colegio  Mayor  Universidad  de  Alcalá»  y  el  rector  igualmente  que  del  Co^ 
legio  lo  fuese  de  ella  misma.  En  este  supuesto  formó  sus  Constituciones  latinas  en 
un  solo  Cuerpo  para  el  Col^io  y  Universidad  bajo  del  mismo  estilo  y  rúbrica  y 
por  ellas  fundó  y  dotó  ocho  cátedras  de  Artes  y  tres  de  Teología  ademas  de  las 
fundadas  por  el  Sr.  Carrillo;  y  para  ellas  mandó  se  hiciesen  las  oposiciones  delan- 
te del  Rector  y  Consiliarios  con  los  Lectores  y  Catedráticos  que  asistiesen  al  exa* 
men  los  que  hablan  de  elegir  al  más  idóneo,  interviniendo  también  el  sufragio  de 
los  escolares,  con  cuyo  voto  se  publicaba  por  Regente  aquel  que  tenia  la  mayor 
parte  de  los  de  su  respectivo  curso.  Previno  que  se  eligiesen  dos  Visitadores  todos 
los  años  para  que  informasen  al  Rector  y  Consiliarios  de  la  suficiencia  de  los  ca- 
tedráticos, y  se  privase  á  el  que  fuese  menos  a  proposito  sin  oirle  de  modo  alguno: 
que  los  salarios  de  los  Regentes  de  Artes  no  pasasen  de  240  ñorínes  en  todo  el  curso 
de  Filosofía  que  duraba  tres  años  y  cuatro  meses  hasta  graduarse  de  Maestros;  y 
los  de  los  catedráticos  de  Teología  de  cien  florines  cada  año:  que  las  tres  cátedras 
de  Teología  fuesen  magistrales,  una  de  la  doctrina  de  Santo  Tomás  otra  de  la  de 
Escolo  y  oUa  de  los  Nomínales  y  libros  de  Aristóteles,  con  dos  lecciones  cada  una 
de  mañana  y  larde:  y  que  los  Bachilleres  en  Teología  hiciesen  las  lecciones  de  la 
Biblia,  y  del  maestro  de  las  Sentencias. 

Erigió,  fundó  y  dotó  dos  cátedras  de  Cánones,  una  de  Prima  y  otra  de  Vísperas 
con  lecciones  por  mañana  y  tarde  dotando  I  a  de  Prima  con  80  florines  cada  año  y 
la  de  Vísperas  con  60;  y  prohibió  expresamente  que  en  su  Colegio  Universidad  se 
leyese  Derecho  civil  y  se  erigiese  cátedra  para  esta  facultad  de  modo  alguno:  erigió 
y  dotó  dos  cátedras  de  Medicina  con  dos  lecciones  al  dia  una  del  Canon  de  Avicena 
y  otra  del  Arte  de  Hipócrates  con  cien  florines  de  renta  cada  una;  y  que  si  estos 
catedráticos  eran  de  singular  literatura  pudiesen  el  Rector  y  Consiliarios  añadirles 
hasta  200  florines. 

Erigió  una  cátedra  de  Retórica  que  se  había  de  regentar  por  persona  de  grande 
erudiccion  y  había  de  tener  dos  lecciones  al  día  del  Arte  de  Retorica,  de  Poesía  y 
Oratoria;  y  este  catedrático  había  de  tener  una  famosa  oración  el  día  de  San  Lucas 
de  cada  año,  para  exordio  y  apertura  de  Escuelas,  sobre  las  alabanzas  y  utilidad 
de  las  ciencias,  y  la  dotó  con  60  florines  al  año.  Erigió  también  seis  cátedras  de 
Gramática  para  los  colegios  de  San  Eugenio  y  San  Isidoro,  y  otros  lugares  destina-' 
dos  para  ello:  y  últimamente  erigió  una  cátedra  de  Lengua  griega  con  dos  leccio- 
nes al  dia,  y  mandó  que  si  concurriesen  á  esta  Universidad  personas  instruidas  en 
Lenguas  y  quisiesen  enseñarlas,  el  Rector  y  Consiliarios  erigiesen  las  cátedras  que 
les  pareciese  según  estaban  creadas  en  el  Colegio  de  Viena,  con  tal  que  el  salario 
de  cada  una  no  excediera  de  cincuenta  florines,  pero  que  sí  llegase  el  caso  de  no 
haber  discípulos  en  estas  cátedras  ó  en  cualquiera  de  las  fundadas  no  se  diese  sala- 
rio  á  los  catedráticos. 

Estableció  el  mismo  fundador  todas  las  fundaciones  eclesiásticas  á  estilo  y  for- 
ma de  la  Universidad  de  Paris  y  así  lo  primero  mandó  se  diese  grado  de  Bachiller 
«n  Filosofía  á  los  que  hubiesen  cursado  los  tres  años  de  Súmulas,  Lógica  y  Física 
precedido  el  riguroso  examen  de  tres  examinadores  nombrados  por  la  Facultad  de 


BIBLIOTECAS  Y   MUSCOS  6 1 

Artes:  estableció  el^rado  de  Licenciado  y  Maestro  de  la  misma  Facultad  para  los 
que  hubiesen  concluido  la  Filosofía  en  todas  sus  partes,  precedido  el  examen  de 
cuatro  examinadores  y  el  Cancelario  siendo  doaor  teólogo,  ú  otro  en  su  lugar, 
por  los  que  se  había  de  formar  juicio  comparativo  del  mérito  de  los  graduandos 
para  sacarlos  por  su  orden  en  la  licencia  general  v  tomar  después  el  Grado  de  Maes- 
tro de  mano  del  Cancelario. 

Estableció  el  Grado  de  Bachiller  en  Teología  para  los  que  hubiesen  cumplido 
cuatro  cursor  en  dicha  Facultad  y  teniendo  para  ello  el  acto  4c  tentativa;  aprobado 
este  se  tenia  por  Bachiller  formado  y  habia  de  seguir  enseñando  dos  años  el  Maes- 
tro de  las  Sentencias  y  lecciones  de  Biblia  defendiendo  de  dichos  libros  cuatro  prin- 
cipios ó  actos  delante  de  los  doctores  de  su  Facultad,  y  después  habia  de  seguir  ar- 
guyendo en  todos  los  actos.de  Teología  y  tener  otros  cuatro  actos  en  otros  dos 
años  con  presidente,  excepto  el  uno  que  habia  de  llamarse  Alfonsina  por  el  titular 
de  su  colegio  como  la  Sorbonica  Parisiense  en  Francia.  Este  acto  se  había  de  tener 
en  viernes  y  habia  de  durar  todo  el  dia,  de  materias  altas  y  difíciles,  y  todo  este 
número  de  actos  habia  de  estar  concluido  el  primer  dia  de  Noviembre  para  celebrar 
la  Licencia  de  todos  con  juicio  comparativo  y  solo  en  los  años  pares  después  de  la 
que  habían  de  recibir  el  Grade  de  doctor  con  las  mas  solemnes  y  serias  ceremonias. 

Determinó  el  Grado  de  Bachiller  en  Medicina  para  los  que  graduados  en  Artes 
hubiesen  cursado  tres  años  en  las  cátedras  que  fundó  sustentando  el  acto  solemne 
de  tentativa,  del  que  saliendo  aprobados  fuesen  Bachilleres;  y  para  el  de  doctor  ha- 
bian  de  continuar  otros  tres  anos  enseñando  en  un  curso  á  Avicena,  en  otroil  Hipó- 
crates y  en  otro  Galeno  teniendo  en  cada  uno  un  acto,  y  en  fin  de  dichos  tres  años, 
el  acto  de  Alfonsina  como  los  teólogos  y  concluidos  estos  examenes  se  habían  de 
graduar  por  juicio  cbmparativo  haciendo  las  licencias  en  los  años  nones. 

Determinó  se  diese  el  grado  de  bachiller  en  cánones  á  el  que  hubiese  ganado  en 
dicho  Facultad  seis  cursos  completos  precedida  una  elegante  lección  de  su  Facul- 
tad; y  para  recibir  el  de  licenciado  habia  de  haber  leído  cánones  cinco  años  teniendo 
un  acto  público  y  el  examen  secreto  con  puntos  de  tres  piques  en  el  Decreto  y  De- 
cretales, haciendo  sobre  el  que  eligiese  una  lección  que  no  excediese  de  dos  horas; 
á  cuyo  examen  habían  de  axistir  el  Rector,  Cancelario  y  tres  doctores,  aprobando 
el  acto  con  votos  secretos  de  A  y  R.  (Aprobado  y  Reprobado),  y  aprobado  le  había 
de  dar  el  Cancelario  dicho  grado  de  licenciado  y  después  el  de  doctor  delante  de 
toda  la  Universidad  con  la  mayor  pompa  y  solemnidad. 

El  mismo  fundador  acudió  después  al  Papa  León  X  de  quien  obtuvo  confirma- 
ción y  aprobación  de  todos  los  exámenes  y  solemnidades  prescriptas  para  la  co- 
lación de  los  grados  mayores  y  menores  de  esta  Universidad  y  que  en  ausencia  del 
Abad,  Tesorero  y  Oficial  del  arzobispo  de  Toledo,  diputados  por  Alejandro  VI 
para  la  colación  de  grados  ó  cuando  cualquiera  de  estos  no  quisiere  ó  no  pudiere 
conferirlos  por  cualquiera  impedimento,  los  diese  un  Regente  de  las  cátedras  que 
nombrase  el  Rector  del  Colegio-Universidad. 

Finalmente  para  que  no  faltasen  varones  de  singular  benevolentía  que  defen- 
diesen este  Colegio-Universidad,  nombró  el  fundador  por  protectores  patronos  á 
los  Católicos  Reyes  de  España,  al  Rmo.  Cardenal  del  titulo  de  Santa  Balbína,  al 
Rmo.  Arzobispo  de  Toledo,  y  á  los  muy  ilustres  señores  Duque  del  Infantado,  y 
Conde  deCoruña,  dándoles  la  presentación  de  algunas  becas  en  los  colegios  meno- 
res. Nombró  también  secretario,  bedeles,  notarios  y  demás  ministros  necesarios 
para  el  buen  régimen  y  gobierno  del  Colegio  y  Universidad. 


6a  REVISTA    DE    ARCHIVOS 

El  mismo  fundador  Cisneros  prosiguiendo  en  el  uso  y  ejercicio  de  las  faculta- 
des concedidas  por  los  sumos  Pontífices  Alejandro  VI,  Julio  II  y  León  X,  según  que- 
dan referidas,  unió  y  agregó  á  este  Colegio  Universidad  diez  y  seis  curatos,  treinta 
y  cinco  beneficios  y  cincuenta  préstamos  de  diversas  parroquias  y  pueblos  de  este 
arzobispado,  inclusas  las  cinco  piezas  eclesiásticas  que  por  bula  de  Pío  II  estaban 
unidas  á  las  cátedras  que  fundó  D.  Alonso  Cari^illo. 

También  unió  el  mismo  venerable  fundador  para  dotación  de  su  Colegio-Uni- 
versidad el  priorato  casa  y  monasterio  de  Santuy,  sito  en  las  cercanías  de  Buitra- 
go,  con  todos  sus  bienes,  derechos  y  pertenencias  que  son  heredades  y  montes  al- 
rededor del  monasterio  y  en  los  lugares  cercanos  de  Pradeña,  La  Hiruela,  Bociga- 
no,  dos  cortijos  ó  aldehuelas  con  varias  yuntas  de.  tierras,  censos  y  beneficios  ecle- 
siásticos: cuya  anexión  es  de  mucho  aprecio  ya  por  razón  de  sus  valores  y  ya  por 
el  lustre  antiguo  de  dicha  casa  en  la  que  la  Universidad  mantiene  sacrificio,  sacra- 
mento, altar  y  sacerdote  con  titulo  de  canónigo;  y  la  dignidad  de  Prior  se  anejó  en 
esta  unión  al  Rector  del  Colegio  mayor  Universidad  de  Alcalá  y  con  este  motivo  se 
intituló  siempre  dicho  Rector,  prior  de  la  Real  Casa  de  Santuy  y  usaba  de  la  muceta 
negra  sobre  su  manto  como  la  de  los  canónigosde  algunas  santas  iglesias,  pues  dicha 
casa  tuvo  principio  en  el  año  538  en  el  que  Adulfo,  monge  de  Cárdena,  discípulo  de 
San  Benito,  fundó  monasterio  de  su  orden  con  el  nombre  de  convento  de  San 
Audito  y  San  Tu  rio;  y  por  los  años  de  620  fue  reedificado*  dicho  monasterio  por 
el  príncipe  Hermenegildo  hijo  del  rey  católico  Recaredo  de  los  godos  y  sobrino  del 
santo  mártir  Hermenegildo.  Posteriormente  se  despobló  este  monasterio  sin  duda 
por  la  incursión  de  los  moros  y  de  nuevo  sirvió  de  retiro  á  personas  muy  ilustres 
siendo  la  principal  de  que  se  tiene  noticia  el  infante  Don  Sancho  hijo  del  rey  Don 
Alonso  VIII  que  acabó  sus  dias  en  aquella  real  casa  en  el  año  1 199,  según  la  histo- 
ria é  inscripción  que  se  halla  sobre  su  sepulcro  en  aquella  c:sa,  y  vino  á  ser  retiro 
de  los  caballeros  de  Santiago,  de  vuelta  de  las  Cruzadas,  y  estos  reducidos  á  uno 
solo,  hicieron  cesión  de  la  casa-monasterio  con  todos  sus  bienes,  acciones  y  derechos 
al  arzobispo  de  Toledo  Don  Fr.  Francisco  Jiménez  de  Cisneros  quien  la  unió  al  Co- 
legio-Universidad como  queda  dicho,  siendo  dignos  de  la  mayor  atención  los  mu- 
chos privilegios  de  exención  de  tributos  diezmos  y  pechos  reales  que  estaq  concedi- 
dos por  los  reyes  y  pontífices  á  esta  real  casa,  sus  personas  y  bienes. 

Igualmente  anexó  el  mismo  cardenal  Cisneros  á  su  Colegio-Universidad  la  ca- 
pellanía de  nuestra  señora  del  Escañal  con  sus  terrazgos  y  posesiones  que  se  hallan 
sitas  en  término  de  las  Villas  de  Tortuero  y  Puebla  de  Valles  de  que  se  tomó  pose- 
sión en  1 3  de  Enero  de  i5i4  y  esta  unión  fué  confirmada  por  el  Papa  Clemente  VII 
en  su  bula  de  26  de  Noviembre  de  i533  por  haber  muerto  León  X  sin  expedirla. 

También  unió  el  mismo  cardenal  Cisneros  á  su  Colegio- Universidad,  el  molino 
harinero  en  termino  de  esta  ciudad  llamado  de  Borgoñon  con  las  posesiones  de  is- 
las accesorias  y  adyacentes  y  las  suenes  de  tierras  en  término  de  la  villa  de  Aljarvir, 
que  todo  era  de  la  Mesa  arzobispal  y  sus  productos  son  de  la  mayor  consideración; 
cuya  unión  fué  aprobada  y  confirmada  por  el  Papa  Julio  II  en  su  bula  de  i5o8. 

Últimamente  consta  por  varios  instrumentos  que  dicho  Rmo.  cardenal  Cisne- 
ros  hizo  donación  á  este  Colegio  Universidad  de  varios  juros,  censos,  casas  y  otras 
posesiones  que  había  comprado  en  Alcalá  y  su  tierra:  y  finalmente  por  el  testa- 
mento que  otorgó  en  virtud  de  breve  del  papa  Julio  II  instituyó  por  heredero  á  su 

Colegro,  su  fecha  14  de  Abril  de  i5i2. 

Por  la  copia, 
(Continuará)  Julio  Melgares  y  Marín. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


63 


II 

POESÍAS  DEL  DOCTOR  AGUSTÍN  DE  OLIVA 


OTRA    CARTA   PARA   EL   MESMO  SEÑOR  DON  DIEGO  DE  SOSSA,  DE   MONTILLA   A  CORDOUA. 


Muy  ¡Ilustre  y  mi  Señor: 
después  que  de  alia  partí 
no  nrie  falta  sinsabor 
del  brauissimo  calor 
y  fuego  que  haze  aqui. 
No  hago  cuenta  de  mi 
ya  ninguna, 
pues  me  traxo  la  fortuna 
a  pueblo  tan  caluroso 
que  ni  aun  de  noche  a  la  una 
en  cama  hecha  a  la  luna 
hallo  vn  poco  de  reposo. 
Dando  bueltas  congoxoso 
imagino 
el  frescor  de  aquel  diuino 
Paraíso  terrenal 
que  en  essa  cassa  contino 
se  goza  en  medio  el  camino 
que  esta  cerca  del  peral. 
Contenplo  tanbien  que-tal 
estará 
el  olor  que  de  si  da 
el  arrayhan  con  sus  flores, 
como  lo  mesmo  hará 
aquel  mosquete  que  ésta 
do  salen  los  atanores. 
Pienso  en  los  otros  olores 
y  ruido 
tan  agradable  al  sentido 
que  haze  el  agua  corriendo, 
y  acuerdóme  del  sonido 
que  causa  el  ayre  mouido 
árbol  con  árbol  batiendo. 
Y  de  aqui  voy  discurriendo 
poco  a  poco 
por  mil  cosas  que  no  toco, 
cxcellentes  y  suaues, 
con  que  a  suefk>  me  prouoco; 
mas  luego  me  torna  loco 
la  música  de  las  aues. 


Vnas  con  sus  vozes  gfaues 

comen9ando 
van  fundando  y  entonando 
vna  música  donosa; 
otras  los  tiples  lleuando, 
otras  contrapunteando 
la  hazen  muy  mas  graciosa. 
Para  mi  es  cosa  sabrosa 

contenplar 
las  enbidias  del  cantar 
que  vnas  de  otras  conciben; 
como  juntas  a  la  par    ■ 
para  auer  de  bozear 
se  conbidan  y  aperciben. 
Con  pensar  esto  reciben 

mis  pesares 
algún  descanso,  y  a  pares 
trae  la  memoria  consuelos; 
yuntando  los  carcañares 
para  el  mal  de  los  ijares 
se  passa  mi  noche  y  duelos. 
Quando  esclarecen  los  cielos 

me  leuanto 
con  mi  sudor  y  quebranto, 
suspirando  por  mi  tierra, 
y  llega  otro  nueuo  llanto 
mas  pessado  al  quatro  tanto 
que  me  da  mas  cruda  guerra. 
Esta  es  vna  negra  perra 

de  mi  hermano, 
con  vn  platillo  en  la  mano 
de  tres  breuas  mal  maduras 
y  un  panezillo  villano 
mas  Cilienie  que  el  verano, 
y  dos  perillas  muy  duras. 

Viendo  tales  amarguras, 
de  enfadado, 
yo  le  digo;  desdichado 
de  quien  tenia  esta  hora 
vn  cesto  cassi  colmado 


64 


REVISTA  4>E   AltCÜIVOS 


de  ricas  frutas  sobrado 
de  mano  de  mi  Señora. 
La  pera,  albarquoque  y  mora, 
las  cestillas 
de  breuas  y  otras  frutillas 
que  ciKla  credo  me  dauA, 
y  otra$  dozientas  cosillas; 
y  de  solo  referillas 
aun  la  negra  se  alegraua. 
Quien  de  todo  esu>  gozaua 
y  lodftííó, 
no  terna' consuelo,  no, 
con  m^e^ori^  destos  cuentos, 
y  assi  ya  yo  no  se  yo, 
que  mas  repodrido  esto 
que  quando  pierdo  al  trezientos. 
Algunos  otros  tormentos 
y  cansancio 
me  a  traido  el  palacio 
en  esto  que  aq^i  lo  sjgo, 
qual  es  no  ver  el  Burracio 
ni  escuchar  a  Juan  Bocacio 
y  cien  otros  que  no  digo. 
Yo  querría  mas  vb  bigo 
que  la  ui4a 
encantada  y  encojida 
que  en  este  pueblo  se  passa, 
muy  mesurada  y  medida, 
triste,  estrecha  y  desauida 
con  tanto  concierto  y  tassa. 
De  todo  plazer  escassa 
y  de  alegría, 
de  triunfo  uisto  vazía 
y  llena  de  inconvenientes; 
mucha  falta  de  agua  fria, 
do  fruta  nunca  se  cria 
sin  rio,  po^o,  ni  fuentes. 
Desconsuelo  de  las  gentes 
calurosas 
y  carnes  gordas  pringosas 
que  se  ven  de  derretidas 
en  estas  casas  humosas, 


tristes,  amargas,  penosas 
sin  poder  ser  socorridas. 

Aunque  tuuiera  mil  uidas 
de  a  cien  años, 
s^un  padezco  de  daño$ 
cada  qual  ya  fuera  muerta, 
pues  siempre  esto  como  en  baños 
corriendo  de  mi  mas  caños 
que  del  estanque  a  la  guerta. 

I>e  yda  no  ay  cosa  cierta 

por  agora, 
que  el  dolienie  no  mejora, 
de  que  nos  pesa  a  los  sanos; 
entre  tanxo  a  m  Señora 
vieja  y  mo^n,  cada  vn  x>ra 
beso  mil  vezes  Jas  manos. 

Lo  mesino  a  los  cortesanos 
qne  se  ayuntan 
y  en  essa  cassa  se  juntan 
de  noche  después  de  gena, 
y  con  las  cosas  que  apuntan, 
qne  de  auisadas  despuntan, 
hazen  la  junta  mas  buena. 

Perdone  la  mala  vena 
y  desgraciada, 
que  de  nunca  estar  vsada 
no  se  puede  rodear, 
y  manca  y  coxa  y  pesada 
haronea  de  cansftda 
sin  querer  ya  mas  trobar. 

Nuestro  Señor  quiera  dar 
muy  cumplida 
salud  y  mui  larga  vida 
a  vuestra  merced,  y  un  hijo 
y  dos  y  tres  de  corrida, 
con  que  a  todos  la  parida 
dé  plazer  y  regozijo. 

Su  muy  cierto  seruidor 
que  muy  de  veras  lo  ama 
y  el  que  de  calor  y  llama 
ya  no  es  honbre  ni  Doctor. 

Por  la  copia, 
M,  S.  Y   S. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  65 

III 

•  LIBROS  MANUSCRITOS  O  DE  MANO 

:DE  la  biblioteca  del  conde  de  GONDOMARj  i 


LIBRQS    DE    MANO    EN     CASTELLANO.  —  HISTORIAS    DE     LOS    REYES    DE    ESPAÑA 

Chronica  general  de  España  desde  el  principio  hasta  el  Rey  don  Fernando  5.^ 

Año  i5oi;  libro  muy  antiguo.  F.** 
Chronica  general  de  España  hecha  por  mandado  del  Rey  don  Alonso  el  Sauio; 

I.*,  2.'  y  tercera  parte.  F.° 
La  misma  Chronica  general;  parte  i.*,  2.*  y  3.'  F.° 
Chronica  de  Don  Alonso  el  Sabio,  desde  el  cap.  29  de  la   i.*  parte  de  la  misma 

Chronica  impressa,  hasta  el  29  cap.  de  la  2.'  parte.  F.° 
Chronica  de  don  Alonso  el  Sauio;  parte  3.'  F.° 
Chronica  de  don  Alonso  el  Sauio;  4.®  libro.  F.** 
Historia  general  de  España  de  don  Alonso  el  Sauio;  i.*  y  2.'  parte  hasta  el  cap.  29 

de  la  dicha  historia  impressa.  F.° 

I  índice  y  inventario  de  los  libros  que  ay  en  la  libreria  de  Don  Diego  Sarmiento  de 
Acuña,  Conde  de  Gondomar,  en  su  casa  en  Valladolid,  hecho  a  ultimo  de  Abril  del  año  de  1623. 
Faltan  de  añadyr  aquy  los  libros  y  papeles  que  están  en  Madrid  y  en  Gondomar:  que  todos  se 
han  de  traer  y  f  untar  en  esta  libreria. 

Ms.  original;  dos  vol.  en  (olio  de  i85  y  194  hojas  numerada*:;  el  catálogo  de  los  manuscritos 
se  halla  en  el  tomo  II,  folios  163  y  siguientes. 

Bibl.  Nac.  Mss.  Uu.  46  y  47. 

La  historia,  si  bien  algo  breve,  déla  biblioteci  de  Gondomar,  puede  verse  en  las  Cinco 
cartas  político-literarias  de  D.  Diego  Sarmiento  de  Acuña,  primer  Conde  de  Gondomar,  Emba- 
jadora la  Corte  de  Inglaterra.  1613-22.  Madrid,  Impr.  de  M.  Rivadeneyra,  MDCCCLXIX. 

Págs.  XIII  á  XIX. 

Juan  Antolinez  de  Burgos  en  su  Historia  de  Valladolid  (cap.  LVI)  escribe: 

«Cuatro  librerias  de  las  en  este  c.ipitulo  contenidas,  son  tales  que  pueden  competir  con  las 
mayores  de  España,  y  una  de  estas  especialmente  será  mucho  que  la  iguale  á  otras  de  estos  rei- 
nos, de  las  que  no  son  de  Comunidad;  hablo,  de  la  de  don  Diego  Sarmiento  de  Acuña,  conde  de 
Gondomar;  consta  de  quince  mil  cuerpos  de  libros  de  todas  facultades  y  de  todas  lenguas;  juntó 
en  España  cuanto  esmerado  pudo  haber  á  las  manos,  y  luego  en  Flandes,  Francia  é  Inglaterra  y 
Alemania  donde  fué  embajador  ordinario  por  el  Rey  Don  Felipe  III;  en  todas  diferentes  provin- 
cias recogió  con  industria  y  nc  poca  costa,  libros  y  papeles  excelentísimos;  unos  de  materias  de 
estado,  y  muchos  de  observaciones  para  todo  género  de  contingencias,  así  en  la  paz  como  en  la 
guerra;  están  repartidos  en  cuatro  piezas  grandes,  cada  una  con  diez  hileras  en  los  estantes,  tan 
cubiertas  las  paredes,  con  ser  altas,  que  apenas  se  descubre  blanco  de  ellas;  una  de  las  piezas  de 
ellas  es  toda  de  libros  manuscritos  de  rara  é  inestimable  curiosidad, de  doctrinas  y  experiencias 
políticas». 

A  esta  biblioteca  perteneció  el  magnífico  Atlas  de  Vaz  Dourado  que  hoy  posee  Ia  Casa  Ducal 
de  Alba. 

Cnf.  Catálogo  de  las  colecciones  expuestas  en  las  vitrinas  del  Palacio  de  Liria.  Le  publica 
la  Duquesa  de  Bermck  y  de  Alba,  Condesa  de  Siruela.  Madrid,  1898. 

Pág.  154. 

La  biblioteca  del  Conde  de  Gondomar,  »unque  ya  muy  saqueada,  fue  adquirida  por  Carlos  III 
hacia  el  año  lySS;  muchos  de  sus  manuscritos  se  hallan  en  las  Bibliotecas  Real,  Nacional  y  de  la 
Academia  de  la  Historia.  Son  fáciles  de  reconocer  por  las  signaturas,  escritas  en  letra  gruesa; 
una  de  ellas  (Bibl.  Nar.  R.  378,  Viage  de  Turquía)  dice  así: 

Sal.  a.»  bst.  12.  Cax.  6.» 

M.  S.  y  S. 

S-*  áPOCA.— TOMO  Tin.  5 


66  ,  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

Chronica  general  de  Don  Alonso  el  Sauio;  parte  3.* 

Chronica  general  de  Don  Alonso  el  Sauío;  4.*  parte.  Com¡en9a  con  el  Cid  Ruy 

Díaz.  F.* 
Chronica  del  Rey  don  Alonso  el  sexto  cob  la  descendencia  de  los  Acuñas.  F.** 
Chronica  Ecclesiástica  de  España;  va  junto  el  Luzero  de  la  Nobleza  y  laChronica 

de  Carlos  5.®  por  Franc.  Zuñiga.  F.® 
Chronica  general  de  España;  f.°;  y  comienza  con  lo  que  embio  a  dezyr  el  Ar9o- 

hispo  Don  Rodrigo  al  Rey  Don  Fernando  de  Castilla.  F.® 
Atalaya  Chronicon  de  España.  F.°  en  mala  letra. 
Atalaya  Chronica  de  España.  F.* 
Atalaya   Chronica  d*España  desde  el  Rey  Don    Pelayo  hasta    Don  Henrique 

3.°.  F.*» 
Chronica  de  los  Reyes  de  España  sin  principio.  V^an  aquí  otros  papeles  curiosos. 
El  Arzobispo  don  Rodhigo.  Chronica  general  de  España.  F.° 
Bernaldo  de  Bbihueoa.  Chronica  de  España.  F.°  sin  fin. 
Un  qijaderno  de  pedamos  de  differentes  historias  de  España.  F.** 
Chronicas  de  España.  Coni¡en9a  con  el  libro  2.**  f.°;  con  otros  papeles  curiosos.  F.* 
Chronica  de  1 1  Reyes  de  España  con  los  hechos  del  Conde  Fernán  González.  F.® 
Don  Alonso  de  Cartagena  Obispo  de  Burgos.  Historia  de  los  Reyes  de  España.  F.* 
Lucas  de  Tuy.  Chronica  de  España.  F.° 
Historia  de  Galizia.  F.**  2  volúmines. 
Historia  natural,  moral  y  Ecclesiástica  de  Galicia  que  prosigue  fray  Hernando 

Ojea.  4.® 
F.  GoNgALo  de  Redondo  y  Ai.uarado.  Chronica  del  Conde  Fernán  González.  F.® 

comien9a  del'capílulo  76. 
Chronica  desde  el  Rey  don  Fernando  el  i.**  hasta  el  Rey  don  Fernando  el  3."  y 

Santo.  F.'» 
Ernando  del  Pulgar.  Historia  de  D.  Fernando  el  quinto.  F.° 
Pero  B\rrantes  Malddnado.  Chronica  del  Rey  don  Fernando  el  4.®.  F.* 
Historia  del  Rey  don  Henrique  3.°.  f.*  con  otros  papeles  curiosos.  F.® 
Pero  Barrantes  Maldonado.  Historia  del  Rey  don  Henrique  3.°.  F.® 
Chronica  de  Don  Henrique  3.".  F." 
Chronica  del  Rey  Don  Henrique  3.**  doliente.  F.^ 
Chronica  del  Rey  don  Henrique  el  3.°.  f.°  va  junta  la  vida  del  Cardenal  don  Pero 

Gon9alez  de  Mendoza  Ar9obispo  de  Toledo. 
Chronica  del  Rey  Don  Henrique  el  4.*  F."*  libro  muy  antiguo. 
Chronica  del  Rey  Don  Henrique  el  4.°  y  comienza  el  capil.  i.°  de  la  phisonomia  y 

condiciones  del  Rey  Don  Henrique  4.®.  F.** 
Diego  Henriquez  del  Castillo.  Chronica  del  Rey  D.  Henrique  el  4.®.  F.° 
Chronica  del  mismo  por  el  dicho  Henriquez.  F.** 
La  misma  Chronica  en  buena  letra.  F.° 
Chronica  del  Rey  Don  Henrique  4.°.  F.**  en  muy  linda  letra. 
Alonso  de  Palencia.  Chronica  del  Rey  Don  Henrique  4.®.  F.** 
Chronica  del  Rey  Don  Henrique  4.°.  F.** 
Chronica  de  Doña  Isabel  Reyna  de  Castilla.  F.® 
Chronica  de  Don  Fernando  y  de  Doña  Isabel,  Reyes  de  Castilla.  F.® 
Don  Diego  de  Mendoza.  Historia  de  la  guerra  y  leuantamiento  de  los  Moriscos  del 
Rey  no  de  Granada.  F.** 


VIBLIOTCCAS  Y  MUSEOS  67 

La  misma  Historia.'  P.* 

Información  de  lo  que  predico  fray  Bartolomé  de  los  Angeles  en  la  conversión  de 

los  Moros  en  el  Reyno  de  Valencia.  F.® 
Chronica  del  Monasterio  de  Saní  Fagund.  F." 

EsTEUAN  DE  Garibay  (Jamalloa.  Origen  de  las  dignidades  seglares  d*España.  F.* 

Libro  de  grandes  y  diuersas  antiguidades  d*£spaña.  F.® 
Otro  libro  de  algunas  antiguidades  d'España.  F.* 

Chronica  y  linages  de  Biscaya.  4.** 

•Chronica  particular  del  Rey  Don  Alonso  el  Sauio.  4.®  sin  principio. 

Dr.  LoRiTTf^o  Galindez  de  Caruajal.  Chronica  de  Don  Fernando  y  Doña  Isabel 
Reyes  de  Castilla.  4.'' 

Fernando  de  Pulgar.  Claros  varones.  4.° 

Testamento  de  Don  Fernando  y  Doña  Isabel,  Reyes  de  Castilla,  con  la  genealogía 
de  Francisco  Ximenez.  4." 

Historia  de  Carlos  5.",  f.°;  comien<ía  de  como  Antonio  de  Ley  va  fué  á  Ñapóles. 

Don  Franges  [de  Zi'  .niga].  Historia  de  Carlos  5.^  4.° 

LuDouico  Doi.cE.  Vida  de  Carlos  5.^.  4.° 

■Coronación  del  Emperador  Maximiliano  2,°  y  Victorias  del  Gran  Capitán  y  la  ba- 
talla de  Pauia.  F.° 

Pedro  Mexia.  Historia  de  Carlos  5.".  F." 

Comunidades  de  España.  F.° 

Batalla  de  Pavia.  F.** 

Jornada  del  Exerciio  Español  en  Flandes,  Año  iSóy  en  el  mes  de  Junio.  F.** 

Sucedido  desde  el  año  1468  etc.  F.** 

Sucedido  en  España,  Año  1340  hasta  i558. 

Sucedido  en  España,  Año  i5í6  hasta  el  fin  de  las  communidades  y  perdón.  F.** 

Sucedido  en  el  año  i5i8.  F.** 

Historia  d'España  des  Je  el  año  1627  hasta  1645.  F.° 

Sucedido  en  España.  Año  i5Ó2  hasta  iSó;.  F.° 

Sucedido  en  España.  Año  1564  etc.  F." 

Sucedido  en  España.  Año  i383.  F.** 

Jornadas  del  Principe  Don  Philippe  hijo  del  Emperador  Carlos  5.°.  4.* 

PARE9ER  del  P.  M.  Cano  sobre  la  guerra  de  Roma  contra  el  Papa  Paulo.  4.° 

F.  Pedro  Ábrego.  Saco  de  Cádiz  por  los  Ingleses.  4.** 

Jornada  de  Valencia  del  Rey  Don  Philippe  3." 

Don  Alonso  Obispo  de  Burgos.  Tratado  de  la  preeminencia  del  Rey  d'España  á  el 
de  Inglaterra.  4.° 

Curia  Española  ó  relación  de  las  rentas,  etc.  de  los  Señores  ecclesiasticos  y  segla- 
res d' España.  4.° 

Discurso  sobre  la  Nobleza  de  España.  4.° 

Tratado  sobre  el  bien  y  acrecentamiento  de  los  reynos  d*España.  4.° 

Compendio  de  la  genealogía  del  Cardenal  Don  Pedro  González.  4." 

Armas  del  Conde  de  Buendía.  4.° 

Blasón  de  los  Monroyes.  F.° 

AuGusTiN  Salucio  Díscutso  de  la  limpieza  de  sangre,  con  el  estatuto  de  la  Iglesia  dc 
Toledo,  etc.  4.*» 

Dialogo  en  declaración  y  significación  del  Cometa  que  se  vio  a  9  de  Nouiembre 
i577.4.« 


68  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

F.  Bartolomé  de  la  Peña..  Destrukión  de  las  Indias,  Islas  y  tierra  firme  del  mar 

Océano.  4.* 
Modo  de  proceder  en  Cortes.  4.® 
^ODo  de  proceder  en  Cortes.  4.°  mayor. 

Diego  Ramírez  Daualos.  Chronica  de  los  Reyes  de  Nauarra.  F.* 
El  mismo  libro  duplicado.  F.* 

Historia  del  descubrimiento  de  las  Indias  Occidentales.  F.*  3  volum. 
Historia  de  los  Reyes  Ingas  del  Perú,  y  de  la  ciudad  Real  de  Cuzco.  F.« 
SuMMARio  de  algunas  historias  d'España.  4." 

Tratado  como  se  han  de  tomar  los  omenajes  á  los  Almirantes  de  Castilla.  F.^ 
Historia  del  Rey  Don  Jayme  en  Catalán.  F.* 

LIBROS  de  linajes 

Libro  de  Linajes.  F.*  con  la  letra  A. 

Linajes.  F."  B. 

Linajes.  F.**  C. 

Linajes  con  las  armas  pintadas.  D.  F.® 

Linajes  o  fundaciones  y  descendencias  de  las  casas  principales  d'España.  J".*»  E. 

Linajes.  F.°  F. 

Linajes.  F.°  G.  con  vna  carta  en  el  principio  de  P/  Gerónimo  de  Aponte  para  Hie- 

ronimo  (Juriía. 
Linajes,  Armería  y  Blasones.  F.°  H. 
Linajes  de  f.  Juan  Benito  Guardiola.  F.**  J. 
Linajes  y  armas,  F.°  K. 

LíNAiis  y  ftfitláS,  F/  L. 

Linajes  y  descendencias  de  varias  Ilustres  familias.  F.°  M, 

Linajes  y  Blasones.  F.**  N. 

Linajes  de  f.  Juan  Benito  Guardiola.  F.®  O. 

Linajes  de  Don  Loren9o  de  Padilla.  F.**  P. 

Linajes  de  Diego  Fernandez  de  Mendo9a.  F.°  Q. 

Linajes.  F.**  R.  comien9a  con  los  Bobadillas. 

Linajes  con  las  armas  pintadas.  F.®  S. 

Linajes  de  f.  Prudencio  de  Sandoval,  Obispo  de  Pamplona.  F.®  T. 

Linajes.  F.°  V: 

Linajes  de  España  del  Conde  D.  Pedro  hijo  del  Rey  don  Dionis  de  Portugal.  F.®  X. 

en  portugués. 
Linajes  de  España  del  Conde  Don  Pedro  etc.  en  Castellano.  F." 
Linajes  escritos  por  el  Rey  de  Armas  llamado  Fulano  Castilla,  en  tiempo  de  los 

Reyes  Católicos  don  Fernando  y  Isabel.  4.**  Y. 
Linajes  ó  libro  de  armeria.  F.**  Z. 
Linajes  o  nobiliario  del  Arcediano  de  Ronda.  F.® 
Libro  de  Linajes;  comien9a  por  Nauarra.  F.** 

Antonio  Rodrigues  i."  y  2.*  parte  del  compendio  de  la  Nobleza  d'España.  4,* 
Blasones  y  armas  de  las  mas  ilustres  casas  de  Italia.  4.® 

Diego  de  Valencia.  Blasones  y  Armas.  4.** 

Por  la  copia, 
(Continuará). 

M.  S.   y  S. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  69 

NOTAS  BIBLIOGRÁFICAS. 


Smmani&éle  Thérése  ',  de  rOrdre  de  Sainte  Claire,  filie  de  TElecieur  Max 
Emanuel  de  Baviére  (1696-1750).  Son  histoire  principalement  d'aprés  des 
lettres  et  documents  inédils  raconlée  pour  la.  premiére  fois  par  la  Princesse 
LouisE  Ferdinand  DE  Baviére. — Munich,  1902,  Tip.  W.  Büxenster. — Berlín. — 
xii-83  págs.,  8.°,  2  portadas  en  color.  5  láminas  sueltas  y  48  ilustraciones  foto- 
grabadas en  el  texto,  i  hoja  de  tabla  de  nombres;  4  de  apéndices,  cuadro  ge* 
nealógico  y  composiciones  musicales. 

Es  la  vida  de  una  Princesa  que  buscó  en  el  claustro  la  felicidad  no  hallada  en 
el  mundo,  referida  por  otra  Princesa  que  ha  debido  encontrarla  en  el  hogar  do- 
méstico, probando  asi  una  y  otra  que  no  es  imposible  conseguirla  con  tal  que  no 
falte  un  ideal. 

La  ilustre  autora,  aficionada  á  escudriñar  los  repliegues  del  alma  humana,  re- 
paró cierto  día  en  un  retrato  de  religiosa  conservado  en  el  Palacio  de  Nymphen- 
bourg;  quiso  saber  la  vida  de  la  Princesa  representada  en  el  cuadro,  reunió  docu- 
mentos, compuso  el  libro,  y  escribió  á  su  frente:  «No  será  un  estudio  muy  pro- 
fundo, porque  me  faltan  completamente  las  cualidades  del  historiador;  pero  referiré 
á  mi  manera  lo  que  he  leído  y  observado.»  Simpática  modestia  que  desarmaría  á 
la  más  ceñuda  crítica. 

Desde  luego  en  esta  existencia  que  los  documentos  descubren  no  hay  sucesos 
extraordinarios,  no  se  percibe  el  batallar  de  las  pasiones,  ni  el  interés  alcanza  al 
que  ofrece,  por  ejemplo,  la  vida  de  M.^e  Louise  de  France;  pero  no  se  crea  por 
esto  que  ocupan  el  libro  insignificancias  de  familia  ó  ñoñeces  de  convenio.  La 
guerra  de  sucesión  en  1704,  que  terminó  con  la  paz  de  Utrecht,  ofrece  á  la  autora 
ocasión  de  referir  detalles  interesantes  de  la  existencia  del  Elector  y  su  familia  en 
aquel  agitado  período  de  la  historia  de  Baviera.  Tales  son,  por  ejemplo,  el  destie- 
rro de  aquél  y  la  confiscación  de  sus  bienes  por  el  Emperador;  la  especie  de  2  de 
Mayo  cuando  el  pueblo  se  levanta  para  impedir  que  se  lleven  prisioneros  á  los 
Príncipes,  hijos  del  Elector,  como  se  verificó  después  de  la  derrota  del  25  de  Di- 
ciembre de  1705,  siendo  conducidos  cuatro  de  ellos  á  Clagenfurt  y  quedando  los 
tres  más  pequeños,  entre  los  que  estaba  nuestra  Princesa,  en  la  Residencia  de 
Munich,  vigilados  hasta  el  punto  de  no  poder  hablar  de  sus  padres,  pero  conser- 
vando un  séquito  de  100  criados  y  de  72  caballos  en  las  caballerizas;  la  mención 
de  aquellas  cortes  del  siglo  xvín  tan  suntuosas,  que  gastaban  cinco  millones  de 
florines  en  el  decorado  de  unas  salas  del  Palacio  y  reunían  en  un  templo  á  5.ooo 
pobres  para  socorrerles  después  de  rezar  por  los  Príncipes  difuntos;  tan  ceremonio- 
sas, que  las  cartas  de  padres  á  hijos,  de  hermanos  á  hermanos  tienen  más  fórmulas 
de  respeto  que  las  dé  un  particular  de  hoy  á  un  Emperador;  y  tan  descuidadas  en 
cuanto  á  la  educación  de  los  Principes,  que  el  hermano  de  la  Princesa  la  escribía 
á  los  nueve  años  pasando  la  pluma  por  los  rasgos  previamente  trazados  con  lápiz 
por  el  maestro,  gracia  que  celebraba  el  padre  escribiendo  á  su  suegra,  la  reina  de 
Polonia,  que  al  chico  le  escribían,  sí,  la  minuta,  pero  que  nadie  le  llevaba  la  mano! 

I    María  Ana  Carolina,  segunda  de  los  diez  hijos  del  Elector  y  de  Teresa  Cunegunda,  hija  de 
Sobietky  (Juan  lll)i  rey  de  Polonia.  Nació  en  169^  f  en  >7^- 


yo  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

Tal  credulidad  hace  decir  á  la  Princesa  que  el  Elector,  por  su  calidad  de  padre^ 
tenia  que  ser  á  veces  ciego,  y  por  su  calidad  de  Príncipe  tenia  que  estar  acostum- 
brado á  dejarsie  engañar:  Una  carta  hay  también  de  ta  mujer  del  Elector  á  sus^ 
hijos  con  ortografía  francesa  tan  original,  que  ha  necesitado  traducción  al  francés 
cristiano  para  entender  y  dar  forma  á  palabras  conio  dagusepter,  benedyqusioriy 
quonsolasyn,  etc.,  etc. 

En  este  medio  ambiente  pasó  la  Princesa  su  niñez.  No  turbaron  grandes  acon- 
tecimientos su  primera  juventud;  pero  como  según  la  oportuna  cita  de  la  Prmcesa^ 
Inefagabie  tache  ou  passagére  envié 
toute  femme  eut  un  coin  de  román  dans  sa  vie, 
no  faltó  aquí  su  rinconcito  novelesco. 

Antes  de  cumplir  los  22  años,  María  Ana  Carolina  había  tenido  elevadas  pro^ 
porciones,  entre  otras,  en  1714,  la  de  nuestro  Felipe  V,  estorbada  por  la  Princesa 
de  los  Ursinos  y  por  Alberoni.  Para  ninguno  de  aquellos  enlaces  se  la  consultó^ 
«porque,  dice  la  autora  citando  á  Barine,  era  del  tiempo  en  que  las  Princesas  no- 
>sabían  todavía  su  oficio  de  tales  y  aceptaban  sin  protesta  sus  servidumbres,  la 
»más  penosa  de  las  cuales  sin  duda  era  no  contar  para  nada  en  su  propio  matri- 
>monio  y  no  reclamar  jamás  su  parte  de  felicidad  doméstica». 

En  aquella  época  Ana  Carolina,  por  testimonio  de  su  propio  padre,  era  una 
joven  que  pasaba  la  vida  en  una  ociosidad  sólo  interrumpida  por  el  afán  de  oir 
cuentos  que  luego  refería  á  su  vez  sin  elección  ni  discernimiento;  que  besaba  con 
excesivo  entusiasmo  á  su  perrillo  y  demostraba  la  desaplicación  más  completa.  En 
tales  circunstancias  se  presentó  ante  su  vista,  tal  vez  como  realización  de  vagos 
ensueños,  el  Principe  Constantino,  hermano  de  su  madre,  joven  aún  en  la  pleni- 
tud de  la  vida.  Del  efecto  que  produjo  en  su  ánimo  testifica  este  juicio  que  la  me- 
reció en  una  de  sus  cartas:  Er  ist,  dice,  der  liebsle  Furst,  der  man  in  der  Welt 
Jinden  hann:  ich  habe  ihn  wohl  unerhort  lieb.  Y  en  otra  que  le  dirigió  sustituía  por 
vez  primera  y  única  al  sello  de  Baviera  otro  representando  un  corazón  sobre  una 
columna  á  cuyo  pie  un  amorcillo  ostentaba  el  lema  Constant  et  Jidéle. 

Con  razón  pregunta  aquí  la  Princesa:  «^Será  esta  la  clave  del  enigma?» 

Con  tan  inocente  desahogo  puede  decirse  que  terminó  la  existencia  mundana 
de  la  Princesa,  porque,  alejado  el  Príncipe,  en  la  Navidad  del  mismo  año  empezó 
ella  á  frecuentar  el  trato  de  las  religiosas  del  convento  de  TAnger,  germinando  ya. 
en  su  ánimo  la  idea  de  encerrarse  en  el  claustro.  La  lucha  que  para  conseguirlo 
sostuvo^on  su  padre  pudiera  llamarse  de  ritual,  porque  las  reflexiones  opuestas 
á  su  intento  eran  lo  contrario  de  las  de  aquel  otro  Príncipe,  padre  de  la  desdichada 
Monaca  di  Mon^a,  tan  magistralmente  descritos  por  el  incomparable  ManzonL 
Ni  oyó  los  interesados  Brava!  de  sus  hermanos,  ni  hubo  monjas  con  el  triiste  en-^ 
cargo  de  hacer  que  se  obligase  para  siempre  con  la  minor  possibile  cogni^^ione  di 
cid  che  facera,  ni  tuvo  que  sucumbir  ante  el  cruel  propósito  del  padre  de  meter  en 
el  claustro  á  los  hijos  menores  en  favor  del  primogénito,  destinato  a  conservar  la: 
famiglia,  a  procrear  cioé  de  figliouli  per  tormentarsi  a  tormentara  nella  slessa 
mamVra.  Por  el  contrario,  oyó  á  su  confesor  que  no  serla  un  favor  el  que  ella 
haría  al  convento  con  su  profesión,  sino  el  convento  á  ella. 

Después  de  los  curiosos  detalles  de  la  fastuosa  profesión,  en  Octubre  de  1719,. 
asistimos  á  la  vida  de  la  religiosa  que  pasa  treinta  y  un  años  en  rigurosa  obedien- 
cia, mortificaciones  y  r^zos,  muriendo  al  cabo  con  ejemplar  resigna^ción  entre  loi. 
atroces  dolores  del  cáncer  á  los  56  años  de  su  edad. 


BIBLIOTECAS   Y    MUSEOS  Jl 

«Ya  ia  llevara  al  claustro  una  ilusión  perdida,  va  el  -deseo  de  rogar  por  la-  con- 
versión de  su  padre  y  de  su  patria,  sor  Manuela  Teresa,  por  la  constancia  en  su 
propósito,  merece  que  se  la  considere  como  una  pí'ersonalidad  bien  determinada.» 

Con  estas  palabras  termina  el  libro  cuyo  objeto  es  hacer  resaltar  aquel  mérito, 
porque,  dice  la  Princesa  con  Boileau: 

«Se  puede  ser  héroe  sin  asolar  el  mundo.» 

Era  ya  conocida  la  ilustre  autora  en  el  mundo  de  la  inteligencia  por  otras 
obras  literarias;  pero  se  nos  figura  que  esta  última  será  el  paso  para  trabajos  más 
serios,  y  por  ciertas  noticias  recientemente  adquiridas,  es  muy  de  esperar  que  nos 
reserve  alguna  sorpresa  dirigiendo  sus  investigaciones,  por  ejemplo,  hacia  los  he- 
chos del  reinado  tan  próximo  á  nosotros  como  poco  conocido  del  infeliz  monarca 
de  los  hechizos. 

Á  señora  tan  amante  de  su  patria  de  origen  »  ha  de  interesarla  algo  más  la  his- 
toria de  ésta  que  la  de  su  patria  adoptiva. 

Para  los  que  abriguen  algún  recelo  respecto  á  independencia  de  criterio  é  im- 
parcialidad al  escribir  puntos  Je  la  vida  de  nuestros  reyes  persona  tan  inmediata  al 
trono,  bastará  copiar  las  siguieniei  frases  estampadas  por  la  Infanta  Paz  en  el 
libro  que  hemos  analizado. 

«La  etiqueta  no  permite  á  los  Principes  ocuparse  personalmente  de  sus  hijos;  y 
la  naturaleza,  que  no  gusta  de  ver  que  personas  agenas  los  reemplacen  en  sus  de- 
rechos, hace  á  veces  cometer  injusticias!» 

«jQué  felices  serían  á  veces  esos  pobres  Príncipes  si  quisieran  dejarlos  en  paz!» 

«jHay  tantas  cosas  desagradables  en  las  cortes!  Creo  que  desde  los  Faraones 
hasta  hoy  no  hay  gran  diferencia  en  esto.» 

«...el  lenguaje  cortesano  exige  que  las  Princesas  hayan  de  parecer  siempre  ado- 
rables?» Etc.,  etc.,  etc. 

Que  nada  de  lo  dicho  suene  á  una  adulación  de  que,  gracias  á  Dios,  estamos 
muy  distantes,  ni  se  tome  como  indicación  para  acreditarse  de  bien  informado  en 
los  secretos  de  los  Palacios,  porque  no  siendo  la  Princesa  suscriplora  á  esta  Re- 
vista hace  mucho  tiempo,  no  hay  probabilidad  de  que  lea  estos  pobres  juicios. 

Herreingewisser. 


I  Permítasenos  la  prueba  reproduciendo  la  siguiente  carta  que,  por  su  sencilla  belleza,  crea- 
mos se  leerá  además  con  gusto.  Fué  dirigida  al  Obispo  de  Salamanca  y  se  publicó  en  La  liasiti~ 
ca  Teresiana  del  i5  de  Octubre  del  año  pasado: 

«Señor  Obispo:  Hace  pocos  días,  ahora  que  empieza  á  calentar  el  sol,  me  senté  con  mis  tres 
.hijos  en  un  banco,  y  cada  uno  empegó  á  decir  qué  desearía.  «Yo  también  quisiera  algo»,  dije  de 
pronto.  Pusieron  gran  atención,  porque  nunca  me  han  oido  desear  algo.  «Quisiera  se  extendiera 
ante  mi  vista  una  llanura  de  Castilla  y  ver  pasar  por  el  camino  polvoroso  un  hombre  sobre  un 
burro,  y  sentarme  á  la  puerta  de  una  casucha  al  lado  de  una  mujer  con  cara  morena  y  refajo 
amarillo  que  do  sabe  leer.»  Al  llegar  á  este  final,  los  hijos  de  la  culta  Alemania  soltaron  en  coro 
la  carcajada;  pero  usted  comprenderá  cuál  era  el  estado  de  mi  alma  cuando  llegaron  las  poesías 
de  Galán: 

«Vuestra  paz  era  imagen  de  mi  vida 
¡Oh  campos  de  mi  tierra!» 

Por  más  que  lucho,  tengo  mis  ataquillos  de  nostalgia,  porque  quisiera  abrazar  á  aquel  /liño 
cuando  empieza  su  reinado,  y  tengo  al  mismo  tiempo  muchas  razones  para  no  salir  de  aquí,  y 
-TOf  á  Im  ifdesia  y  digo  al  Señor  que  quiero  ser  valiente  y  no  lamentarme,  etc.,  etc.» 


^2  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

Xas  casas  de  los  Estudios  en  Valencia.  Informe  acerca  del  sitio  en  que  estas 
se  hallaban  emplaí^adasy  emitido  por  D.  Vicente  Vives  y  Liern.  Valencia.  Im- 
prenta de  la  Viuda  de  Emilio  Pascual,  año  1902. — 4.*  mayor,  1 19  páginas  y  7  de 
apéndices  y  colofón,  con  dos  planos. 

Por  encargo  de  la  Alcaldía  de  la  ciudad  de  Valencia  y  á  instancias  de  la  Junta 
organizadora  del  IV  centenario  de  la  fundación  de  aquella  Universidad  literaria  ha 
escrito  el  ilustrado  archivero  municipal  D.  Vicente  Vives  y  Liern  un  notable  tra- 
bajo acerca  de  las  diversas  casas  que  ocuparon  los  Estudios  en  Valencia  desde  el 
año  1373  en  que  se  establecieron  las  Escuelas  de  Gramática  y  Artes  hasta  la  erec- 
ción del  Estudio  general  en  i5o2,  rectificando  en  este  particular  las  afirmaciones 
del  insigne  cronista  Gaspar  Escolano,  de  Orti  y  Figuerola,  Esclapés,  Villanueva^ 
Marqués  de  Cruilles  y  de  cuantos  han  tratado  de  este  asunto,  copiando  lo  que  dijo 
Es':olano. 

Pero  el  principal  mérito  de  este  trabajo  no  consiste  precisamente,  en  haber  de. 
terminado  gráfica  é  indiscutiblemente,  valiéndose  para  ello  de  los  interesantes  do- 
cumentos que  ha  encontrado  en  aquel  riquísimo  archivo  municipal  y  de  la  plani- 
metría del  sabio  filipense  Tomás  Vicente  Tosca,  el  lugar  donde  estuvieron  empla- 
zadas las  Escuelas  en  el  siglo  xvi  sino  que  al  insertar  en  el  texto  y  en  los  apéndi- 
ces, los  comprobantes  que  ha  sacado,  ya  del  Manual  de  Consells,  de  las  Cartas  mi- 
sivas de  los  libros  de  Sotsobreria  de  Murs  e  Valls,  hace  una  historia  detallada  y  do- 
cumental de  la  Instrucción  pública  en  Valencia  desde  mediados  del  siglo  xiv  hasta 
principios  del  xvi. 

El  primer  documento  que  transcribe  es  el  acuerdo  tomado  por  el  Consejo  ge- 
neral de  la  ciudad  en  1373  de  comprar  una  casa  (alberch)  donde  debían  instalarse 
las  escuelas  de  Gramática,  Lógica  y  otras  artes  para  evitar  los  perjuicios  y  pérdida 
de  tiempo  que  experimentaban  maestros  y  discípulos,  recorriendo  las  diferentes  ca- 
lles de  la  ciudad  donde  aquellas  estaban  establecidas;  acuerdo  que  se  llevó  á  cabo 
adquiriendo  por  compra  los  Jurados  varias  casas  con  este  objeto  en  la  parroquia  de 
San  Bartolomé  alquilando  una  de  ellas  al  Maestro  Gil  Ramírez  para  las  Escuelas  de 
Artes  del  Cabildo  eclesiástico  confiadas  á  su  dirección  y  destinando  las  demás  á 
otras  enseñanzas  que  pretendía  establecer  el  municipio. 

Tan  plausibles  iniciativas  encontraron  tenaz  resistencia  por  parte  del  Obispo  y 
su  Cabildo,  que  fundados  en  las  decisiones  de  ios  Concilios  Lateranense  III  y  IV  que 
disponían  que  en  todas  las  Catedrales  hubiese  Escuelas  públicas  y  gratuitas,  que- 
rían tener  la  exclusiva  en  materia  de  enseñanza  y  lanzaban  excomuniones  y  otras 
censuras  eclesiásticas  contra  aquellos  Maestros  que,  apoyados  por  la  Ciudad,  pre- 
tendían establecerlas.  Esto  no  obstante  los  Jurados  apoyados  en  los  Fueros  que  es- 
tablecen que  tot  clerge  o  altre  hom  pusque  francament  e  sens  tot  seruici  e  tribut  teñir 
studi  de  gramática  e  de  totes  aitres  arts,  e  de  física  e  de  dret  ciuil  e  canonich  en  tot 
loch  per  tota  la  ciutat  autorizaron  al  Bachiller  Pedro  Costa,  clérigo  tonsurado  para 
que  abriese  otra  escuela  ep  el  edificio  que  había  comprado  el  municipio  y  donde 
regentaba  la  suya,  autorizado  por  el  Obispo,  el  Maestro  Gil  Ramírez  que  había  al- 
quilado á  los  Jurados  parte  de  dicho  edificio. 

El  principe  D.  Jaime  de  Aragón  que  ocupaba  entonces  la  silla  episcopal  Valen- 
tina y  que  creyó  ver  en  esto  una  infracción  de  los  cánones  conciliares  encarceló  al 
Bachiller  Costa  sujeto  á  su  jurisdicción  en  su  calidad  de  clérigo  y  entonces  los  jura- 
dos hicieron  otro  tanto  con  el  Maestro  Gil  Ramírez  pretextando  que  este  debía  una 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  .  7^ 

crecida  suma  por  razón  de  alquileres  de  la  casa  donde  tenía  la  escuela  y  que  ya  he- 
mos dicho  era  del  Municipio. 

Reputando  los  jurados  la  prisión  del  Bachiller  Costa  contraria  á  los  fueros,  y 
en  desprestigio  de  la  Ciudad  elevaron  el  caso  á  consulta  del  Consejo  general,  el  cual 
reunido  en  Septiembre  de  1874,  acordó  oponer  enérgicos  remedios  á  este  desafuero 
si  no  se  acordaba  la  libertad  de  Costa.  Enterado  el  Obispo  de  este  acuerdo,  mandó 
excarcelar  á  Pedro  Costa  y  lo  propio  hicieron  los  jurados  con  el  Maestro  Gil  Ra- 
mírez, publicando  por  medio  de  pregón  el  articulo  de  los  Fueros  en  que  se  estable- 
ce la  libertad  de  enseñanza,  sin  que  por  esto  desistieran  el  Obispo  y  Cabildo  de  sus 
arbitrarias  pretensiones,  con  grave  perjuicio  de  las  Escuelas. 

Para  remediar  estos  males  el  Consejo  en  unión  con  el  Obispo  y  Cabildo  aprobó 
en  1412  los  Capítulos  formados  para  la  reunión  de  las  Escuelas  de  Gramática  y 
Artes  que  publica  el  señor  Vives  en  el  apéndice  núm.  9  de  su  trabajo.  Estos  capí- 
lulos  y  los  aprobados  por  los  jurados  de  Valencia  en  3o  de  Abril  de  1499  para  la 
erección  del  Estudio  general  y  que  pueden  leerse  en  el  apéndice  núm.  i3,  dan  una 
idea  completa  del  estado  de  la  Instrucción  pública  en  Valencia  á  fines  del  siglo  xv, 
siendo  de  notar  que  en  la  lista  de  los  profesores  figura  el  italiano  Juan  Partheni 
Maestre  principal  de  legir  de  poesía  e  art  oratoria  así  como  en  1424  se  habían  pa- 
gado por  un  año  100  florines  al  poeta  veneciano  Maestro  Guillem  per  treballs  de 
legir  publicament  en  la  casa  del  consell  de  la  dita  Ciutat  lo  libre  de  V  ir  gil  i,  Eney* 
dos  e  lo  libre  de  Boeci  de  Consolacio  y  se  justifica  la  importancia  de  la  cantidad 
destinada  á  este  objeto  con  estas  palabras:  fiaut  esgiiard  en  go  car  com  lo  dit  Mes- 
Ire  Guillem  residís  en  les  parts  de  Xapols  tenint  alli  son  estudi  e  escoles  d'arts 
aquell  á  inducció  e  pregarles  dalgunes  honorables  persones  en  aquells  dies  resi- 
dens  en  les  dites  parts  per  go  que  daquel  fos  reportat  per  causa  de  son  studi  e  saber 
algún  fruyt  de  sciencia  en  los  filis  daquesta  Ciutat  li  plagué  de  venir  en  aquestas 
parts  tots  afers  propis  e  altres  lexats. 

V.  V. 


La  carta  y  el  mapa  de  Toscanelli  sobre  la  ruta  de  las  Indias  por  el  Oeste, 
enviados  en  1474  al  portugués  Fernán  Martíns  y  trasladados  más  tarde  á  Cristó- 
bal Colón.  Estudio...  por  Enrique  Vignaud.  Obra  traducida  del  francés  y  ano- 
tada por  Juan  B.  Enseñat. — .Madrid.  Imp.  de  La  Irradiación  I1902]. — 247  págs. 
en  8.®  menor. 

Más  de  veinte  años,  dice  el  Sr.  Vignaud,  que  ha  invertido  en  el  examen  de  la 
cuestión  á  que  se  refiere  su  libro;  añade,  con  loable  sinceridad,  que  le  han  auxilia- 
do en  tan  arduo  trabajo  los  Sres.  Henri  Cordier,  M.  Sumien,  D.  Simón  de  la  Rosa 
y  D.  Cesáreo  Fernández  Duro,  y  promete  una  obra  más  extensa  dedicada  al  mismo 
asunto.  Después  de  tan  prolijas  y  minuciosas  investigaciones  ha  llegado  á  deducir 
el  Sr.  Vignaud  que  la  célebre  carta  escrita  por  Toscanelli  al  canónigo  portugués 
Fernando  Martíns  y  remitida  luego  por  su  autora  Colón,  animándole  en  su  intento 
de  buscar  por  los  mares  de  Occidente  una  ruta  á  las  Indias  orientales,  es  apócrifa, 
y  que  el  autor  de  semejante  ficción  debió  ser  Bartolomé  Colón, con  la  complicidad 
del  P.  Las  Casas.  Semejante  conclusión,  basada  en  conjeturas  infundadas  y  en  he- 
chos que  nada  prueban,  nos  parece  falsa  por  completo.  Si  Bartolomé  Colón  que- 
ría, como  asegura  el  Sr.  Vignaud,  deshacer  la  historia  ó  leyenda  de  Alonso  Sán- 
chez, aquel  piloto  deHuelva  que,  según  rumores  acogidos  por  el  P.  Las  Casas, 


74  J^EViSTA  DE  ARCHIVOS 

arribó  á  las  AntilLas,  ^no  es  absurdo  que  inventase  para  ello  un  documento  con  el 
que  se  prueba  que  las  ideas  de  Colón  estaban  muy  distantes  de  la  originalidad^ 
^Hemos  de  suponer  tan  faltos  de  raciocinio  á  Bartolomé  Colón  y  á  Las  CasasP  Y 
este  argumento  es  más  poderoso  si  se  considera  la  imparcialidad  con  que  Las  Casas 
reñere  ios  precedentes  del  descubrimiento  de  Amédca,  pues  no  llega  á  rechazar  en 
iibsoluto  la  historia  del  piloto;  antes  parece  que  se  inclina  á  darla  por  algo  probable 
cuando  escribe:  «bien  podemos  pasar  por  esto  y  creerlo,  ó  dejarlo  de  creer,  puesto 
que  pudo  ser  que  nuestro  Señor  lo  uno  y  lo  otro  le  trajese  á  las  manos  [á  Colón], 
como  para  efectuar  obra  tan  soberana»  '.  Y  añade  estas  signifícativas  palabras: 
«cuando  él  se  determinó,  tan  cierto  iba  de  descubrir  lo  que  descubrió  y  hallar  lo 
que  halló,  como  si  dentro  de  una  cámara,  con  su  propia  llave,  lo  tuviera».  Quien 
con  tal  franqueza  se  expresaba  mal  iba  á  ser  cómplice  de  una  falsifícación,  la  más 
estúpida  que  se  puede  concebir,  y  Bartolomé  Colón  tampoco  inventaría  cosas  que 
perjudicaban,  no  ya  á  la  reputación  de  su  hermano,  sino  también  á  los  intereses 
de  toda  la  familia,  pues  en  aquellos  largos  y  fatigosos  pleitos  que  sostenían  los  Co- 
lones, hubiese  favorecido  muy  poco  á  éstos  el  probar  que  la  empresa  del  Almiran- 
te nada  tuvo  de  original  en  su  concepción.  Un  extenso  libro  seria  necesario  para 
deshacer  todos  los  errores  y  suposiciones  gratuitas  contenidas  en  el  libro  del  señor 
Vignaud;  así,  por  ejemplo,  nada  le  importa  que  del  documento  en  cuestión  haya  una 

-copia  autógrafa  de  Cristóbal  Colón;  con  decir  que  es  copia  de  Bartolomé  sale  del 
paso;  niega  la  existencia  del  canónigo  Fernando  Martins  porque  no  se  conoce  su 
biografía,  como  si  este  argumento  fuese  de  algún  valor,  y  asegura  sin  demostrarlo, 

•  que  los  portugueses  no  se  preocupaban  hacia  el  año  1474  del  comercio  de  la  espe- 
ciería ni  de  buscar  una  ruta  para  las  Indias  orientales.  Libro  es  el  del  Sr.  Vignaud 
que  está  muy  lejos  de  convencer,  y  aun  entra  en  la  categoría  de  esas  refutaciones 
que  resultan  con  frecuencia  las  mejores  apologías  de  las  doctrinas  ó  hechos  com- 
batidos. 

M.  S.  Y  S. 


VARIEDADES 


ARGENTINA  (República)  Y  CHILE.  Por  ser  de  importancia  para  el  estudio 
de  la  Geografía  moderna  y  haberse  ocupado  muy  poco  del  asunto  la  prensa  espa- 
ñola, damos  cuenta  de  la  resolución  que  Eduardo  VII  ha  dictado  en  el  complicado 
y  ruidoso  negocio  de  la  cuestión  de  limites  entre  las  repúblicas  Argentina  y  de 
Chile,  confiado  por  estas  al  arbitraje  de  aquel  monarca:  Los  territorios  en  cuestión 
eran:  i.°  La  región  del  Paso  de  San  Francisco.  2.°  La  cuenca  del  la^o  Lacar.  3.°  La 
región  que  se  extiende  desde  las  inmediaciones  del  lagoNahuel  Huapí  á  las  del  lago 
Viedma.  4.°  La  región  adyacente  al  Seno  de  la  Ultima  Esperanza.  Su  Majestad  Bri- 
tánica ha  dado  el  siguiente  fallo:  Art.  i.°  El  límite  en  la  región  del  paso  de  San 
Francisco  se  formará  por  la  linea  divisoria  de  aguas  que  se  extiende  desde  el  hito 
ya  erigido  en  ese  paso  hasta  la  cumbre  de  la  montaña  llamada  Tres  Cruces.  Ar- 
tículo 2.**  La  cuenca  del  lago  Lacar  se  atribuye  á  la  Argentina.  Art.  3.®  Desde  el 
paso  Pérez  Rosales,  próximo  al  norte  del  lago  Nahiiel  Huapí,  hasta  las  inmedia- 

1     Historia  de  las  Indias;  libro  I,  cap.  XIV. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEX>5  7> 

Clones  üef  lago  Viedmft^  el  limite  pasará  por  el  monte  Tronador,  y  de  allí  hasu  el 
FÍO  Paieoa  por  las  líneas  divisorias  de  aguas  determinadas  por  ciertos  puntos  obli* 
gatoríos  que  hemos  üjado  sobre  los  ríos  Manso,  Puelo,  Ceuleafú  y  Palena  (ó  Ca- 
rreleuñí)  atribuyendo  á  la  Argemina  las  cuencas  superiores  de  esos  ríos  arriba  de 
los  puntos  que  hemos  fijado,  incluyendo  los  valles  de  Villegas,  Nuevo,  Cholila,  Co- 
\90ML  j6  de  Octubre,  Frío,  Huemules  y  Corcovado,  y  á  Chile  las  cuencas  inferio- 
res debajo  de  esos  puntos.  Desde  el  punto  fíjado  en  ei  río  Palena,  el  límite  seguirá 
el  río  Encuentro  hasta  el  pico  llamado  Virgen,  y  de  allí  hasu  la  linea  que  hemos 
fijado,  cruzando  el  lago  General  Paz,  y  de  allí  por  la  línea  de  división  de  las  aguas 
determinadas  por  el  punto  que  hemos  Ajado  sobre  el  Pico,  de  donde  ascenderá  á  la 
principal  división  de  aguas  del  continente  sudamericano  en  Lomas  Baguales  y  se- 
guirá esa  partición  de  aguas  hasta  la  cumbre  localmente  conocida  como  La  Galera. 
De  este  punto  seguirá  ciertos  tributarios  del  río  Simpson  (ó  Aixen  sur),  que  hemos 
fijado  y  tocará  el  pico  llamado  Afkran,  de  donde  seguirá  la  división  de  las  aguas, 
determinada  por  un  punto  que  heinos  fijado  en  un  promontorio  desde  la  orilla 
norte  del  lago  Buenos  Aires.  La  cuenca  superior  del  rio  Pico  se  atribuye  así  á  la 
Argentina,  y  la  cuenca  inferior  á  Chile.  Toda  la  cuenca  del  rio  Cisnes  (ó  Frías)  se 
atribuye  á  Chile,  y  también  toda  la  cuenca  del  Aixen,  con  excepción  de  una  frac- 
ción en  las  cabeceras  del  brazo,  no  incluyendo  un  establecimiento  llamado  Kos- 
lowsky  que  se  atribuye  á  la  Argentina.  La  continuación  ulterior  del  límite  se  deter- 
mina por  las  lineas  que  hemos  fijado  cruzando  el  lago  Buenos  Aires,  lago  Puyrre- 
don  (ó  Cockrane)  y  lago  San  Martín,  cuyo  efecto  es  atribuir  las  fracciones  occi- 
dentales de  las  cuencas  de  estos  lagos  á  Chile,  y  las  porciones  orientales  á  la  Argen- 
tina. Art.  4.**  Desde  las  inmediaciones  del  monte  Stokes  hasta  el  paralelo  62°  de 
latitud  Sur,  el  límite  seguirá  primeramente  la  división  de  aguas  continentales  defini- 
da por  la  sierra  Baguales,  separándose  de  la  última  hacia  el  Sur,  cruzando  el  rio 
Vizcachas  hasta  el  monte  Cazador  en  la  extremidad  sudeste,  de  cuya  cadena  cruza 
el  río  Guillermo,  y  vuelve  á  unirse  á  la  linea  de  aguas  continental  al  oriente  del 
monte  Solitario,  siguiendo  hasta  el  paralelo  62°  de  latitud  sur,  desde  cuyo  punto  la 
porción  remanente  de  la  frontera  ya  ha  sido  establecida  por  acuerdo  mutuo  de  los 
respectivos  Estados. — ms. 

ESPAÑA.— AfoJriV^.  En  El  Liberal  de  Diciembre  del  año  pasado  se  anunció  un 
concurso  para.pran&iar  dos  poesías  al  Año  nueTO,  inéditas  y  originales;  los 
premios  serían,  uno  de  5oo  y  otro  de  25o  pesetas;  el  plazo  debía  espirar  el  día  20  de 
dicho  mes  á  las  doce  de  la  noche;  formarían  el  jurado  los  señores  D.  Federico  Ba- 
lart,  D.  Ensebio  Blasco  y  D.  Marcos  Zapata;  las  dos  poesías  premiadas  se  publica- 
rían en  El  Liberal.  Nada  menos  de  325  composiciones  se  presentaron  al  certamen 
cuyos  lemas  dio  á  conocer  El  Liberal  del  23.  El  Jurado  concedió  el  primer  premio 
á  D.  José  Almendros  Camps  y  el  segundo  á  D.  Enrique  Díez-Canedo  Reixa,  cuyas 
poesías  se  han  publicado  en  los  números  de  i  .**  y  2  de  este  mes;  en  los  números  su- 
cesivos ha  seguido  publicando  El  Liberal  otras  composiciones  de  las  presentadas 
que  no  dejan  de  tener  algún  mérito,  cuales  son  las  escritas  por  D.  Felipe  Pérez 
Capo;  D.  Ricardo  J.  Catarineu;  D.  Benito  Blanco  y  Fernández;  D.  Rafael  Belloso 
Sánchez;  D.  Ángel  Corujo;  D.  M.  R.  Blanco-Belmonte;  D.  Francisco  Aznar  Na- 
varro; D.  J.  Ambrosio  Pérez;  otra  de  D.  M.  R.  Blanco-Belmonte;  de  D.  Esteban 
Marini;  D.  Emilio  Carrere;  D.  Luis  A.  Mesire  y  D.  Enrique  de  la  Vega.  El  día  de 
Año  nuevo  anunció  El  Liberal  un  concurso  de  Crónicas  relativas  á  cualquier  su- 
ceso verificado  en  España  del  10  al  1 5  de  Enero;  los  premios  son  dos;  uno  de  5ooy 


76  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

Otro  de  25o  pesetas;  formarán  el  Jurado  los  señores  D.  Jacinto  Octavio  Picón,  don 
Alfredo  Vincenti  y  D.  Joaquín  Dicenta;  los  trabajos  que  se  presenten  no  deben  ex- 
ceder de  lo  que  cabe  en  dos  columnas  de  El  Liberaly  donde  se  publicarán  las  dos 
Crónicas  que  sean  premiadas.  El  plazo  espira  el  lo  de  Febrero  próximo.— ms. 

León,  En  la  calle  de  Tarifa  de  la  ciudad  de  León  al  profundizar  los  cimientos 
para  una  casa  se  ha  hallado  «un  sarcófago  de  ladrillo  azulado  dentro  del  cual  exis- 
tían dos  momias  en  perfecto  estado  de  conservación.  La  una  es  de  un  hombre; 
tiene  en  una  chapa  esta  inscripción:  Muley  Kacan,  y  allí  un  alfanje,  ufia  gumia 
y  cuatro  monedas;  la  otra  de  mujer,  tiene  otra  inscripción  con  el  nombre  de  Fá. 
timay  mulier  Hacen;  entre  paños  de  seda  roja  y  deshilachada  se  encontraron 
unas  monedas,  unos  aretes  grandes  de  oro  y  un  anillo  con  una  gran  piedra  pareci- 
da á  un  topacio.  Según  los  ir\teligentes,  este  hallazgo  debe  ser  de  la  época  de  los 
árabes,  y  el  nombre  de  Muley-Hacen  debe  ser  del  caudillo  moro  de  cuyo  nombre 
y  apellido  toma  nombre  la  calle  de  Malacin  de  León.  Las  momias  y  los  objetos 
hallados,  después  de  haber  estado  expuestos  en  una  de  las  dependencias  del  Rastro 
para  que  pudieran  verlos  las  personas  aficionadas  á  asuntos  históricos,  serán  de- 
positadas en  el  Museo  de  San  Marcos».  Ignoramos  hasta  que  punto  son  exactas 
estas  noticias.— MS. 

LNGLATERRA.  Durante  el  año  1902  se  han  editado  en  Inglaterra  7381  ▼olú. 
uenes;  de  ellos  contienen  novelas,  1.743;  obras  de  Teología,  567,  y  de  Derecho  88. 
=^E1  presupuesto  del  Museo  Británico  asciende  en  el  año  presente  á  2.925.000 
fraacos.  El  Director  tiene  de  sueldo  37.000  francos.  En  la  National  Oallery 
(Museo  de  Pinturas)  se  gastaron  en  el  año  pasado  425.000  francos.  Ni  más  ni  me- 
nos que  en  España  la  Biblioteca  Nació  nal. =Wilfired  Voynich  ha  expuesto  en 
Londres  iSg  libros  de  los  cuales  ningún  ejemplar  se  conocía  hasta  ahora. — ms. 

ITALIA.  Luis  Morandi  y  Domingo  Cianipoli  publicarán  dentro  de  poco  una 
obra  rotulada:  Poetas  extranjeros,  líricos,  épicos  7  dramáticos  en  sns 
mejores  tradncciónes  Italianas.  Figurarán  en  ella  varias  composiciones  cas- 
tellanas, portuguesas  y  provenzales.=El  Congreso  internacional  de  Eisto- 
zia  ce  celebrará  en  Roma  desde  el  a  al  9  de  Abril  de  este  año. — ms. 

RUSIA.  El  Zar  acaba  de  adquirir  veinte  cuadros  de  la  colección  Verestclia- 
gin  que  representan  escenas  de  la  vida  de  Napoleón.  Ha  pagado  por  ellos  5oo.ooo 
francos  y  los  ha  destinado  al  Museo  Nacional  de  San  Petersburgo.— -ms. 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS 


77 


BIBLIOGRAFÍA 


(La  lengua  es  la  base  de  clasificación  de  nucstara  Bibliografía.  En  esta  se  incluyen  todos  los 
libros  de  cualquier  orden  y  los  trabajos  de  revistas  publicados  por  individuos  de  nuestro 
Cuerpo,  lo  cual  puede  servir  para  intentar  una  bibliografía  ae  éste:  los  marcaremos  con  un  *.— 
En  la  Bibliografía  de  Revistas  siempre  que  no  se  indique  el  año,  se  entenderá  que  es  el  co- 
rriente.) 


LIBROS  ESPAÑOLES 

[i.°  Todos  los  de  historia,  en  la  acepción  más 
amplia  de  la  palabra,  desde  la  política  á  la  cien- 
tífica, y  los  de  sus  ciencias  auxiliares,  incluso 
la  filología  y  la  lingüistica,  que  se  publiquen, 
editen,  reimpriman  y  extracten  en  la  España 
actual  y  sus  posesiones,  de  autor  español  ó  ex- 
traojero,  en  cualquiera  de  las  habías  españo- 
las, ó  en  ó  fuera  de  España,  de  autor  español, 
en  lenguas  sabias.  2.^  Las  ediciones,  reimpre- 
siones y  antologías  hechas  en  ó  fuera  de  Espa- 
ña, de  libros  de  cualquier  materia  escritos  por 
autores  ya  muertos  no  contemporáneos,  espa- 
ñoles ó  extranjeros,  en  dichas  hablas,  ó  por 
españoles  en  lenguas  sabias,  dentro  de  la  ex- 
tensión de  los  antiguos  dominios  españoles. 
3.**  Las  traducciones,  arreglos,  refundiciones 
é  imitaciones  publicadas  en  ó  fuera  de  España 

f)or  autores  vivos,  españoles  ó  extranjeros,  en 
as  mismas  hablas  ó  en  len¿>uas  sabias,  de  obras 
históricjs  y  literarias  debidas  á  españoles  ya 
muertos.  4.°  Los  libros  notables  originales  de 
amena  literatura,  dados  á  luz  en  o  fuera  de 
España  por  escritores  contemporáneos,  espa- 
fioles  ó  no,  en  las  hablas  españolas,  ó  por  escri- 
tores españoles  contemporáneos  en  lenguas 
sabias.  5.**  Los  de  cualquier  materia,  siempre 
que  se  refieran  á  cosas  de  España,  publicados 
en  las  referidas  hablas  en  aquellas  naciones 
que  no  las  usan,  ó  en  las  mismas  hablas  ó  en 
lenguas  sabias  en  los  pueblos  que  usan  el  cas- 
tellano. Y  o.**  Las  traducciones  hechas  por  es- 
Eañoles  ó  extranjeros,  á  cualquiera  de  las  ha- 
las españolas,  ó  por  españoles  á  lenguas  sa- 
bias, de  libros  extranjeros  históricos,  ce  cultu- 
ra general,  y  aun  de  amena  literatura  cuando 
son  obras  maestras.] 

Almanaque  Bailly-Baillierb.  Pequeña  en- 
ciclopedia popular  de  la  vida  práctica.  1903.— r 
Madrid.  Bailly-Bailliere  ¿  hijos.— 8.°  m.,  463 
páginas.— i,5o  ptas. 

Almirall  (V.).  Obras  y  escritos  políticos  y 
literarios;  edición  en  lengua  castellana.  Tomo 
I.  El  catalanismo.  — Barcelona.  Imp.  de  La 
Campana  y  La  EsqueUa.  1902.-8.°,  viii-52o 
páginas.— 4  y  4,5o  Iplas. 

Alonso  db  San  Martín  (El  B.).  La  hostería 
de  Can  ti  llana;  novela  del  tiempo  de  Felipe  IV; 
dibujos  de  R.  Marín.— Madrid.  Imp.  de  A.  Pé- 
rez y  C.»  1902.— 8.®  marq.,  361  págs.— 3,5o  ptas. 

AssNsio  (J.  M.)  Cervantes  y  sus  obras;  con 
un  prólogo  del  Dr.  TAe^us^em.  — Barcelona. 
1902.-8.'»,  x-563  págs.— 5  ptas. 

Asociación  Literaria  de  Gerona.  Certa- 
meo  de  1900.  Año  XXIX  de  su  insulación.—   I 


Gerona.  Imprenta  de  P.  Torres.  1902.-4.°  m., 
168  págs. 

Astrai.n  (P.  Antonio).  Historia  de  l;i  Com- 
pañía de  Jesús  en  la  asistencia  de  España. 
Tomo  I.  San  Ignacio  de  Loyola  i540-i556.— 
Madrid.  Est.  tip.  Sucesores  de  Rivadencyra. 
1902.-8.°  d.,  714  págs.— 7  ptas. 

Atlas  de  Geografía  con  el  texto  y  mapas  de 
las  cinco  partes  del  mundo  y  España,  publica- 
do por  la  Casa  editorial  Sucesores  de  Hernan- 
do. Curso  primario.— Madrid.  Imp.  de  los  Su- 
cesores de  Hernando.  1902.-4.°  apais.,  39  pági- 
nas con  grabados  y  8  mapas.— i, 5o  y  2  ptas. 

Baratieri  (G.).  Memorias  del  General  Bara- 
tieri.  Campaña  italiana  en  África  (1892-1896), 
traducidas  directamente  del  italiano  por  Au- 
relio Garda  Lavtn.— Madrid.  Est.  tip..  Infan- 
tas, 42!  1902.-8.°,  viii-990  págs. 

Barriobero  y  .\rmas  (D.  Juan).  La  Nobleza 
española.  Su  estado  legal.— Madrid.  1902.— 174 
páginas.  (Biblioteca  de  Derecho  y  Ciencias  So- 
ciales.) 

Bellido  Carballo  (D.  Juan  Manuel).  Dis- 
curso inaugural  en  la  apertura  del  curso  de 
1902  a  1903  leído  en  la  Universidad  pontificia 
de  Salamanca.  Tema:  Refutación  del  sistema 
evolucionista.— Salamanca.  Imp.  de  Calatra- 
va.  1932.-4.°  m.,  80  págs. 

Benlloch  (Francisco  J.  J.)  La  familia  natu- 
ral y  la  familia  civil.  — Madrid.  Victoriano 
Suárez.  1900.— 8.°,  194  págs.— 3  ptas. 

Blanco  Sánchez  (D.  Rufino).  Nociones  de 
lengua  castellana.  Gramática.  Quinta  edición, 
corregida  y  aumentad j.  Libro  del  Maestro. 
Libro  del  Alumno.— .Madrid.  Imp.  del  Asilo 
de  Huérfanos  del  S.  C.  de  Jesús.  1902.— 8.°,  94 
páginas. 

Bonilla  y  Jaén  (D.  José  de).  Tratado  de  Lis- 
boa en  1668.  Estudio  crítico  del  mismo.  Dis- 
curso para  optar  al  grado  de  Doctor  en  Dere- 
cho.—Jaén.  Est.  tip.  de  El  Pueblo  Católico. 
1902.-4.°  m.,  81  págs. 

Briganti  (Mons.  Antonio).  Estudio  sobre  la 
verdadera  religión,  ofrecido  á  la  meditación 
de  lodos  los  hombres  de  buena  voluntad;  tra- 
ducido del  italiano  por  el  M.  R.  P.  Miguel  Be- 
ra^aluce  O.  M.— Madrid.  Imp.  del  Asilo  de 


78 


REVISTA  DE   AftCHlVCW 


Huérfanot  del  S  C.  de  Jesús.  1003.-4.*»,  318  pá- 
ginas.—4  ptas. 

BuTLLA  (.\dolfo).  Posada  (Adolfo)  y  Moróte 
<Luis).  El  Instituto  del  Trabajo.  Datos  para  la. 
historia  de  la  reforma  social  en  España,  por..., 
•con  un  discurso  preliminar  de  José  Canalejas 
y  Méndei^  y  una  Memoria  acerca  de  los  Insti- 
tutos del  Trabajo  en  el  extranjero,  por  J.  Uña 
y  SarfAOK.— Madrid.  1902.— CLXvii-342  págs. 

Cakré  Aldao  (Eugenio).  La  literatura  ga- 
llega en  el  siglo  xix,  seguida  de  una  antología 
y  apéndices.— Coruña.  Librería  regional  de 
-Carré.  1903.— 4.^  176  págs.— 3  ptas. 

CoLi.  Y  ASTRELL  (Joaquín).  Mono^^rafia  his- 
tórica del  Centro  del  Ejercito  y  de  la  Armada, 
laureada,  en  concurso  público,  con  el  primer 
premio  y  título  de  socio  de  mérito  de  dicho 
Centro.  -Madrid.  Imp.  de  Administración  mi- 
litar. 1902.— 8."  marq.,  ySi  págs.  con  varias  lá- 
minas. 

CoTAREi.o  (Emilio).- El  supuesto  casamien- 
to de  .Mmanzor  con  una  hija  de  Bermudo  II. 
Nota  crítica  publicada  en  La  España  Moder' 
na  en  el  mes  de  Enero  de  i9:>3.— Madrid.  Est. 
lip.  de  Idamor  M.  Cruzado.  1903,— 4.*»  m.,  16 
páginas. 

D  AvENEL  (Vizconde  O.)  El  mecanismo  de  la 
vida  moderna.  Los  modernos  almacenes  de 
■comercio.  Traducción  hecha  por  D.  Manye!  de 
Fi^tt£ro/a-/'>rref i.— Madrid.  Imp.  de  Forta- 
net.  1903.— 8.^  100  págs. 

DiE  T  MÁS  (Manuel).  Nociones  de  Derecho 
civil  de  las  Familias  Reales.  Matrimonio  de 
Reyes  y  Príncipes.— Madrid.  1900. 

Engel  (E.)  Psicología  de  la  literatura  fran- 
cesa; traducida  directamente  d€l  alemán  por 
Vicente  Ardila  S«n<<e.— Madrid.  (Victoriano 
Suárez).  1902.— «.®  m.,  271  págs.— 3  ptas.— Per^ 
tenece  á  la  Biblioteca- de  Derecho  y  Ciencias 
sociales. 

FertcAndez  de  BÉTHfeKCouRT  (F.)  Historia 
genealógica  y  heráldici  de  la  Monarquía  es- 
pañola, Casa  Real  y  Grandes  de  España.  To- 
mo /V'.— .Madrid.  Est.  tip.  de  E.  Teodoro. 
1902.— viii-582  págs.— 30  y  31  ptas. 

Ferri  (Enrique).  La  Justicia  penal.  Su  evo- 
lución. Sus  defectos.  Su  po«-vemr,  por  Enrique 
Ferri;  traducción  de  .Agustín  Vi ñua/«.— Ma- 
drid. B.  Rodríguez  Serra,  editor.  1902.—  2  pe- 
setas. 

Florida  (La).  Dos  antiguas  relaciones  de  La 
Florida,  publicadas  por  primera  vez  por  Gena- 
ro Garda.  Vida  y  hechos  de  Pero  Menéndez 
•de  Aulles,  Cauallero  de  la  Hordem  de  Sanctia- 
go,  Adelantado  de  la  Florida:  do  largamente 
se  tratan  las  conquistas  y  poblaciones  de  la 
prouiocia  de  la  Florida  y  como  fueron  libra- 
das de  los  Luteranos  que  deltas  se  auiao  apo- 
-dcrado.  Compuesto  por  el  maestro  Barrientos^ 
•<^atedratico  de  Salamanca.  Relación  de  lO;» 


trabajos  que  Ij  gente  de  una  nao  llamada 
Nra.  Señor.!  de  la  Merced  padeció,  y  de  algu* 
ñas  cosas  que  en  aquella  flota  sucedieron.  Es- 
crita por  André»  de  San  Afigue/.- México. 
Tip.  de  J.  Aguilar  Vera  y  C.»  1902.-4.°  m., 
cii-226  págs. 

GarcU  t  P¿REr  (.Antonio).  Organización 
militar  de  América.  República  del  Brasil.— 
Madrid.  Imp.  del  Asilo  de  Huérfanos  del  S.  C. 
de  Jesús.  1902.— 4.»,  73  págs. 

García  Sánchez  (.Alfredo) ...  y  pocas  itueces- 
Versos  míos.  Exordio,  mío  también.  ¿Prólo- 
go?, de  mi  padre.  ¿Epílogo?,  de  mi  hermano.— 
Madrid.  R.  Velasco,  imp.  1902. — 8.°,  xvi-147  pá- 
ginas.—i, 5o  ptas. 

Gómez  Pombo  (Félix).  Colmenar  Viejo  ett  la 
antigüedad.  Perfíles  históricos  y  estudios  del 
ganado  bravo.— Madrid.  Imp.  de  Ricardo  Ro- 
jas, 1902.— 8.»,  134  págs. -3  ptas. 

González  Blanco  (D.  Edmundo).  Las  Igle- 
sias del  Estado.— Madrid.  La  Editorial  Mo- 
derna. 1902.-8.'»,  176  págs.— I  pta. 

GCell  López  (J.  A.)  Ensayo  sociológico  so- 
bre un  Código  de  la  Edad  Media.  Introduc- 
ción. Bosquejo  histórico.  El  Código  de  Perala- 
da.  Su  exposición  anoudí  y  estudio.  Una 
Constitución.  Conclusión.  Apéndices.  — Ma- 
drid. Est.  tip.  de  Ricardo  Fé.  1902.— S.',  273  pá- 
ginas.—3  y  3,5o  ptas. 

Herrera  (Adolfo).  .Medallas  españolas  mili- 
tares, navales  y  político-militares.  Tomo  VIL 
—Madrid.  1^2. 

—Medallas  españolas  personales.  Tomo  IL^ 
Madrid.  1902. 

—Medallas  españolas.  Bodas  reales.  Tomo  IL 
—Madrid.  1901. 

KoNRUBiA  T  Ortín  (Enrique).  Estudio  histó- 
rico, crítico  y  literario  sobre  Cayo  Julio  Cé- 
sar. Tesis  para  el  grado  de  Doctor  en  Filosofía 
y  Letras.  —  Valencia.  Imp.  de  Tomás  Llcó. 
1902.-8.°  m.,  49  págs. 

Ibáñez  Mar/n  (D.  José).  Lusitania  y  su  pri- 
mer coronel.— Madrid.  Est.  tip.  «El  trabajo». 
1902.-8.°  d.,  121  págs.  [Refiérese  á  D.  Jaime  Mi- 
guel de  Guzmán  DávaJos  y  Spínola,  Marqués 
de  la  Mina,  que  organizó  el  regimiento  de  Lu- 
si  tañía.] 

JocHS  FLORALS  DE  BARCELONA.  .\ny  XLIV  de 
llur  restaurado.  Celebrats  lo  dia  onze  de  No- 
vembre  á  Sant  Marti  de  Canigó.— Barcelona. 
Estampa  de  la  Renaixensa.  MCMII.— 4°,  178 
páginas. 

Lacal  (D."  Luisa).  Diccionario  de  la  Música, 
técnico,  histórico  y  biobibliográfíco.4.°  marq., 
600  págs.,  á  dos  cois. 

La  Llave  t  Sierra  (D.  Joaquín).  Estudio 
histórico  militar  sobre  el  Conde  de  Barcelona 
Ramón  Berenguer  III  «El  Grande».— Barcelo- 
na. Tobella  y  Costa,  impresores.  1903.— 4.°,  94 
páginas. 


BIBLIOTECAS  T    MUSEOS 


79 


Larra  t  Cbrbzo  <  D.  Ángel  de)  t  Fernández 
Caro  (D.  Ángel).  Discursos  leídos  en  la  Real 
Academia  de  Medicina  para  la  recepción  pú- 
blica del  académico  electo  D.  Ángel  de  Larra 
y  Cerej^o  el  9  de  Noviembre  de  1902.  Tema: 
Los  grandes  problemas  higiénicos  y  sociales 
•en  relación  con  las  Instituciones  armadas.— 
Madrid.  Imp.  de  la  sucesora  de  M.  Minuesa. 
190a.— 4.®  m.,  74  págH. 

LÓPEZ  Allué  (Luis  María).  Pedro  y  Juana 
(idilio  aragonés).  Segunda  edición.— Mmárid- 
Zaragoza.  1902. 

Maragall  (Juan).  £1  sentimiento  catalanis- 
ta. Trágico  conflicto.  La  Patria  nueva.— Ma- 
drid. B.  Rodríguez  Serra,  editor.  1902.— 5o cén- 
timos. 

Mendiburu  (Manuel  de),  .\puntes  históricos 
•del  Perú  y  noticias  cronológicas  <lel  Cuzco.— 
Lima.  Imp.  del  Estado.  1932.-4.°,  260  págs. 

Morales  GarcIa-Goyena  (Luis).  Estudio 
histórico  de  Filosofía  árabe  occidental.  Ave- 
rroes.— Granada.  Tipolit.  de  P.  V.  Traveset. 
1902.— 4.0  m.,  64  págs. 

MuRGuÍA  (.M.)  Historia  de  Galicia.  Segunda 
-edición.  Impresa  á  costi  de  «El  Centro  Galle- 
go» de  la  Habana.  Tomo  /.^<^oruña.  Fotogb.  é 
imp.  (tu  la  V.  de  Ferrcr  é  Hijo.  1901-1902.-4.°, 
XXXI11-705  p.ígs.  y  8  láms.— i2,5o  ptas. 

Navarro  y  Tarazo.na  (Dr.  D.  Eloy).  Leccio- 
nes de  historia  primitiva.— Zriragoza.  1902. 

OcMOA  Y  Torres  de  Navarra  (D.  Cristóbal 
•de).  Instituciones  jurídicas  del  Pueblo  roma- 
no. Discurso  leído  en  el  acto  de  recibirse  de 
Doctor  en  Derecho.— Jaén.  Imp.  de  Ei  Pueblo 
4:atótico,  1902.— 8.**  m.,  29  págs. 

Ortega  y  .Mata  (D.  Germán).  Elogio  históri- 
co del  licenciado  en  farmacia  y  Ciencias  natu- 
ralts  D.  Dámaso  Merino  Villarino. —  Madrid. 
Imp.  y  lib.  de  Nicolás  .Mpya.  1902.-4.°,  31  págs. 

P¿REZ  Galdós  (B).  Episodios  Nacionales,  4.^ 
serie.  Narvaez.— Madrid.  Est.  lip.  de  la  Viuda 
é  Hijoí»  de  Tello.  1902.-8.°,  346  págs. 

PiDAL  Y  Mon  (D.  Alejandro).  El  «Feminismo» 
y  la  cultura  de  la  mujer. Conferencia  de  D.  Ale- 
jandro Pidal  y  Mon  el  día  12  de  Diciembre  de 
i902.~Madrid.  Est.  tip.  Hijos  de  J.  A.  García. 
1902.— 4.0, 25  págs. 

Resumen  de  las  Observaciones  metcorológi- 
•cas  efectuadas  en  la  Península  y  algunas  de  sus 
islas  adyacentes  durante  los  años  1897  y  1898 
ordenado  y  publicado  por  el  Observatorio  de 
Madrid.— Madrid.  Imp.  de  A.  Santarén  1902.— 
4".  374  págs. 

Ruiz  FoRNELLS  (Enrique).  La  instrucción  en 
el  Ejército.  Conferencia  leída  en  el  Centro  del 
Ejército  y  de  la  Armada  de  Madrid  el  6  de 
Diciembre  de  1902.— Toledo.  Imp.  de  la  V.  é 
Hijos  de  J.  Pelaez  1902.-8.°  m.,  59  págs. 

Ruiz  Quesada  (D.  Ramón).  La  verdad  en  me- 
ilicina  basada  en  la  verdad  de  los  sentidos  y  en 


la  razón  fisiológica.— Madrid.  Imp.  de  la  suce- 
sora de  M.  Minuesa  de  los  Ríos,  1902.— 8.*  m.., 
176  págs.— 5  ptas. 

NiN  Y  FRfAS  (Alberto).  Ensayos  de  crítica  é 
historia  y  otros  escritos.— Montevideo,  1902, 

Sanz  Arizmendi  (Claudio).  Organización  so- 
cial de  Sevilla  en  el  reinado  de  Alfonso  XL 
Tesis  doctoral.  — Sevilla.  Imp.  de  F.  Albim, 
1902.-4.°  m.,  72  págs. 

Valladares  de  Valoelomar  (Juan).  Caba- 
llero venturoso.  [Tomo  II].— Madrid.  R.  Rodrí- 
guez Serra,  editor,  mcmii.— 8.°,  5  ptas. 

ScHOPE.MiAUER  (A).  £1  amor,  las  mujeres  y  la 
muerte;  traducción  de  A.  López  While.— Va- 
lencia. Imp.  de  E/ Pue^/o,  s.  a.  (1902]. — 8.°,  207 
páginas.— I  pta. 

Segundo  Centenario  de  la  fundación  del 
Monte  de  Piedad  de  Madrid.  Reseña  histórica 
descriptiva  de  la  fundación  del  Monte  de  Pie- 
dad y  de  su  unión  con  la  Caja  de  Ahorros. — 
Madrid.  Est.  tip.  Sucesores  de  Rivadeneyra. 
1902.-8.°  d.,  76  págs. 

Serrano  Fatigati  (D.  Enrique).  Retablos  es- 
pañoles ojivales  y  de  la  transición  al  Renaci- 
miento. Fototipiasde  Hauser  y  Menet.-Madrid. 
Impr.  de  San  Francisco  de  Sales.  1902 — 4.°  m., 
31  págs.  y  12  fototipias. 

Terradillos  Prieto  (Víctor).  Estudio  his- 
tórico-militar  sobre  armas  portátiles.— Sego- 
via.  Imp.  del  Sucesor  de  Alba.  1902.-4.°,  44  pá- 
ginas. 

Thkbi'ssbm  CDr.)  Thebusianas.  i.*  serie.  Far- 
sas del  Quijote.  Fórmulas.  Señor  y  Don.  Ha- 
blen cartas.  Noticias  de  la  Biblioteca  del  Doc- 
tor Thebussem.  .Más  noticias  de  la  Biblioteca 
del  Doctor  Thebussem.  Cartas  de  Paca  Pérez- 
Galiano.— Valencia.  Imp.  de  F.  Vives  Mora. 
S.  a.  |i902].~i2°,  2o5págs.  Es  el  tomo  95  de  la 
Biblioteca  selecta.— o,bo  ptas. 

Valbuena  (Antonio).  Ripios  ultramarinos. 
Montón  4.".— .Madrid,  lib.  general  de  Victo- 
riano Suárez.  1902.-8.°,  301  págs.— 3  ptas. 

Vega  (Lope  de).  Obras  publicadas  por  la  Real 
Academia  Española.  Tomo  xiii.  Crónicas  y 
Leyendas  dramáticas  de  España.  Séptima  y  úl- 
tima sección.  Comedias  novelescas.  Primera 
sección. — Madrid.  Est.  lip.  Sucesores  de  Riva- 
deneyra. 1902.— f.  m.,  571  pá¿?s. 

Zayas  (Antonio  de).  Retratos  antiguos  [en 
Sonetos].— .Madrid.  Est.  tip.  de  Marzo.  1902. —  . 
8.°— 3  ptas. 

Pedro  Roca.  .\lvaro  Gil  .\lbacete. 

LIBROS  EXTRANJEROS 

(i.°  Los  tratados  universales  y  generales  por 
naciones  y  materias,  de  historia  y  sus  ciencias 
auxiliares,  de  literatura  y  arte,  de  filología  y 
lingüística,  etc.,  que  interesen  á  I.1  erudición 
>  ala  cultura,  publicados  en  ó  fuera  de  Espa- 
ña por  españoles  ó  extranjeros  en  hablas  vul- 
gares no  españoles,  ó  por  extranjeros  en  len* 


8o 


REVISTA  DE   ARCHIVOS 


guas  sabías.  2.**  Los  de  cua4quier  materia  es- 
critos por  españoles  en  ó  fuera  de  Kspaña  en 
dichas  lenguas  vulgares.  3.°  Los  de  cualquier 
materia,  con  t  il  que  se  reñerao  á  cosas  espa- 
ñolas, publicados  por  extranjeros  en  ó  fuera 
de  España  en  lenguas  sabias  ó  qn  hablas  vul- 
gares no  españolas.] 

Amaduoci  (Paolo)  Guido  del  Duca  e  la  fami- 
glia  Mainardi  (a  illustrazione  delle  persone  e 
dei  fatti  di  storia  bertinorese  ricordati  nel 
canto  XIV  del  Purgatorio  di  Dante).— Bolo- 
gna,  N.  Zanichclli,  1902.-8.° 

Aquilanus  (Bernardinus).  Chronica  fratrum 
minorum  observantia»;  ex  códice  autographo 
primum  edidit  Leonardus  Lemmens.— Roma. 
Tip.  Sallustiaoa.  1902.-8.°,  xxxix-i^opágs.,  con 
dos  facsímiles. 

Autobiografía  e  vite  de'maggiori  scrittori 
italiani  fino  al  secólo  decimottavo,  nárrate  da 
contemporanei,  raccolte  e  annotate  da  Angelo 
Solerti.— Milano,  Albrighi,  Scgatie  C.  Morta- 
ra-Vigevano,  tip.  \.  Cortellezzi.  1903.-16.°, 
vni-58o  págs.  (Contiene  las  biografías  de  Dan- 
te, Petr^irca,  Bocc  iccio,  León  Bautista  Alberii, 
Lorenzo  de  Médicis,  il  Poliziano,  Nicolás  Ma- 
chiavelli.  Ludovico  Ariosto,  Francisco  Guic- 
ciardini,Torcuato  Tasso,  Paolo  Paruta,  Gabriel 
Chiabrera,  G.  B.  Marino,  Galileo  Galilei  y  L. 
A.  Muratori. 

Brrger  (M.  Élie).  .Archives  nationalcs.  In- 
ventaires  et  doc^ments  publiés  para  la  Direc- 
lion  des  Archives.  Layettes  du  Trésor  des 
charles.  Tome  quatriéme.—Pairis.  Plon-Nour 
rrit  et  C.^*.  1902.-4.°,  Lxxv-595  págs. 

Bosco  (Giovanni).  Le  vite  dei  Papi  dei  primi 
tre  secoli.  Vol.  /-//.— Torino.  Tip.  Salesiana. 
1902.  —2  vols.  en  16.°,  xi-527  y  302  págs. 

Bra.n'dberg  (Th.)  och  Bahr  (Johan  von).  Ur- 
kunder  och  Fórfattuingor  augáende  Donatio- 
ner  vid  l'psala  Kongl.  Universitet.— l'psala. 
Almqvist  &  Wiksells  Boktryckerí.  1902.-8.° 
d.,  269  págs. 

BvLWER  (Eduardo).  Gli  ultimi  giorni  di  Pom- 
pei:  racconto  della  prima  ¿ra  cristiana  che,sto- 
ricamente,  fa  seguito  al  Quo  vadis?  di  Sien- 
kiewicz.  Nuova  e</i^ione.— Napoli.  Tip.  R.  Pe- 
sóle. 1912.-8.°,  viii-295  págs. 

BuRGER  (Konradj.  The  Printers  and  publis- 
hers  of  the  xv  century,lists  of  their  works.  In- 
des  to  the  Supplement  to  H  lin'Repertorium 
bibliographicum.— London,  H.  Sotheran,  1902. 
8.°,xiii-354págs. 

Cenzatti  (Gemma).  Alfonso  de  Lamartine  e 
ritalia.— Livorno.  R.  Giusti.  1902.-16.°,  116  pá- 
ginas. 

DiEULAFOT  (Madame  Jane).  Aragón  et  Va- 
lence.  Excursions  en  Espagne.— Paris.  Hachet- 
te  et  C.^  1901.-4.°,  con  ,<rabados.— 7,5o  fr. 

Egger  (Max)  Deoys  d'Halicarnasse.  Essai 
sur  la  critique  littéraire  et  la  rhétorique  chez 
\ts  Grecs,  au  siécle  d'Auguste.— París.  A.  Pi- 
card  et  fíls.  1902.-8.°,  xiii-309  págs. 


Errera  (Cario).  L'epocí  deHe  grandí  sco- 
perte  geografiche.— .Milán.  Hoepli.  1902.— 12." 
Gautier  (M.  Léon).  .Manuel  de  paléografie. 
2.*  ed. 

GiNDRAux  (J).  Histoirc  populaire  et  illusirée 
du  Chrisirianisme.— Genéve. Jeheber.  1902—8.° 
GsBLL  (Steph).  Les  Monuments  aniiquesdc 
r.AIgérie.— París.  Libr.  Fontemoing.  1901.^ 
2  vols.  en  4.°,  106  láms.  sueltas  y  174  interca- 
ladas. 

IIabbler  (Dr,  K.)  Le  soi-disant  Cisianus  de 
1443  ct  les  Cisianus  .\llcmands.  — Besan^on. 
,   Paul  Jacquin.  1902. — 8.°  m.,  211  págs. 

HiERo.NYMi  Chronlcorum  coJicis  Floriacen- 
I  sis  fragmenta  Leidensia,  Parisina,  Vaticana, 
phoiotypice.  edita.  Pra'fatus  est  Ludovicus 
rrau^e.— Lugduni  Batavorum.  .V.  W.  Sijthoff. 
19C52.— 4.",  22.  págs.  y  44  fototipias.  (Reproduce 
un  códice  del  siglo  v.  Es  nol.ble  el  estudio 
I   paleográfico  y  critico  de  L.  Traube.J 

Hus/AR  (M.  Glillavme).  P.  Corneille  et  le 
Théátre  espagnol  .  —  París.  Émile  Bouillon. 
1903.-18.° 

Maco.n  (Gustavc).  Les  .Vris  dans  la  maison 
de  Conde.— Paris.  1902.-4.°,  i56  págs. 

Magkr  (H.)  Le  monde  polynésieo.  — Paris. 
Schleicher.  1902.-18.°,  25o  págs.— 2  fr. 
I       Malmstróm  (C.  G.)  Bidrag  till  Sverges  Mc- 
dcltids-hisloria.— Upsala.   .Almqvist  &  Wik- 
'  sells  Boklryckeri-Akticbolag.  1902.-4,50. 
I      Meillet  (A.)  Eludes  sur  l'etymologie  et  le 
vocabubire  du  vieux  sla ve.  /.'''paríie.  — Pa- 
ris. Bouillon.  1902.-8.°,  X11-191  págs.— 7  fr. 
^       MoRTiER  (le  R.  P.)  Histoire  dss  maiires  gé- 
I   néraux  de  l'Ordre  des  Fréres  précheurs.  /. 
(1 170-1263).  — Paris.   Picard  el  fils.   1903.-8.°, 
(   viii-685  págs.— 10  francos. 
!       MoRTiMER  (W.  Golden).  Perú;  hístory  of  coca 
«the  divine  planu  of  ihjc  Inca?;  wilh  an  iniro- 
duciory  accouní  of  the  Incas,  and  of  the  An- 
j   deán  Indians  of  10  day.— New  York.  J.  H.  Vail 
&  Co.  1901.^8.°,  xxxi-576  págs.  con  grabados. 
I  -25  fr. 

MouTuN  (Eug.)  Le  19*  s¡¿cle  vécu  par  deux 
Franjáis,  le  colonel  Louis  Mouton  el  Eugéne, 
I  son  fils,  ancien  magistral.  Un  demi-siécle  de 
1848 •190Í.— Paris.  Delagrave  —2  toL  en  12.° 

Oddo  (H.)  La  Provence.  Usages,  Couiume^ 
Idiomes,  depuis  les  origines;  le  Félibrige  et 
son  action  sur  la  langue  proveníale.— París. 
Le  Soudier.  1902.-4.°,  243  págs.— 7  francos. 

Po¿MKsarméniens  anciens  etmodernesJTra« 
duits  par  A.  Tchobanian.— Paris.  Charles.  1902. 
— 18.°,  loSpágs— 2fr. 

Roy  (Emile).  Eludes  sur  le  théátre  franjáis 
au  XIV*  siécle.  Le  Jour  du  jugement,  mystére 
fran9aís  sur  le  grand  schisme.— Paris.  Boui- 
llon. 1902.— 8.°,  viii-268  págs.— 10  fr. 
RucHET  (Ch.)  Les  sceaux  commuoauz  vau- 
I  dois.— Lausaone.  Bayot.  1902.-8.° 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


81 


Sowell  (Andrcw  Jackson).  Early  sctilers  and 
Indian  fighiers  of  souihwest  Texas;  facts  ga- 
thered  from  survivors  of  fronticr  days.— Aus- 
tin.  Jones  &  Co.  1901.-8.°,  vii-aj4  págs.  con 
grabados. — 15  francos. 

VlVIK.NDE  SaINT-MaRTI.N    (Mf.)   et   SCHKADER 

(Fr.)  Atlas  universel  de  Géographie,  consiruit 
d'aprés  les  sources  originales  ct  les  documents 
les  plus  recents,  cartes,  voyages,  mémoires, 
travaux  géodésiques,  etc.  Avec  un  lexte  ana- 
.  lytique.  Conienaní  90  cartes  in-folio  gravees 
sur  cuivre  sous  la  direclion  de  MM.  Collin  et 
Delaune.  Carte  n^  18:  Espagnc  ct  Portugal  en 
4  Feuilles.  Feuille  Nord-tst,  á  léchelle  de 
I/250.000.*  Un  mapa  doble  fol.  grab.  en  cobre, 
con  texto.— 2  fr. 

Walker  (W.  G.)  Ucean  to  Occan;  an  account, 
personal  and  hisiorical,  of  Nicaragua  and  its 
people.  — Cíiicago.  Mac  Clurg.  1902.— 8.°,  309 
págs.— 6,25  fr. 

Yates  Thompson  (Henry).  A  Lccturc  on 
some  english  illuminaied  manuscripts...  with 
fifty  piales  taken  from  ten  of  the  volumes.— 
London.  Chiswick.press.  1902.-8.",  31  págs.  y 
5o  láminas,  cada  una  con  su  hoja  de  texto. 
Manuel  Serrano  y  Sanz. 

REVISTAS  ESPAÑOLAS 

[1.°  Los  sumarios  íntegros  de  las  revistas 
congéneres  de  la  nuestra,  consagradas  exclu- 
sivamente al  estudio  de  España  y  publica- 
das en  cualquiera  de  las  hablas  españolas  en  ó' 
fuera  de  España:  los  títulos  de  estas  revistas 
van  de  letra  cursiva.  2.°  Todos  los  trabajos 
históricos  y  eruditos  acerca  de  cualquier  ma- 
teria, según  el  amplísimo  criterio  expuesto, 
que  figuren  en  los  sumarios  de  las  revistas  no 
congéneres  de  la  nuestra,  escritas  en  dichas 
habUs  «n  ó  fuera  de  España.] 

Boletín  de  la  Real  Academia  de  la  Histo- 
ria. 1902.  Diciembre.  Informes:  I.  Nuevos  au- 
tógralos  de  Cristóbal  Colón  y  relaciones  de 
Ultramar.  Los  publica  la  Duquesa  de  Berwich 
y  de  .Alba,  Condesa  de  Siruela:  Cesáreo  Per- 
nándej^Duro.—ll.  El  poema  del  Cid.— Historia 
de  los  Oliveros  de  Castilla  y  Artus  de  Algar- 
be.— Las  Julianas  de  Hernando  de  Merino: 
Francisco  R.  de  Uhagón.—lll.  La  Catedral  de 
Coenca.  Juan  Catalina  Garda.— IV.  Ex-hos- 
pital  de  Santa  Cruz,  dicho  de  Mendoza,  en  To- 
ledo: £1  Conde  de  Cedillo.—V.  Inscripciones 
▼isigóticas  y  suévicas  de  Dueñas,  Baños  de  Ce- 
rrato,  Vairaóm,  Baños  de  fiaude  y  San  Pedro 
de  Rocaá:  Fidel  Fita.—\1.  Lusitania  y  su  pri- 
mer coronel.  José  G.  de  Arteche.— Variedades: 
Hagiografía.  El  Sepulcro  de  San  Ordoño,  obis- 
po de  Astorga.  Noticias.  índice  del  tomo  XLI. 
Rectificaciones.  ==  1903.  Enero.  Sumario. 
Informes:  1.  D.  Juan  Bautista  Muñoz.  Censura 
por  la  Academia  de  su  Historia  del  Nuevo 
Mundo:  Cesáreo  Fernández  Duro.—U.  Tablas 

3.*  ÍPOCA.— TOMO  VIII. 


de  reducción  del  cómputo  musulmán  al  cris- 
tiano y  viceversa:  Eduardo  Saavedra. —  lll. 
Dos  antiguas  relaciones  de  la  Florida:  F.  Fer- 
nández^ de  Béthencourt  .  —  IV.  Dos  basílicas 

I  alavesas:  Fidel  Fita.—V.  Inscripción  arábiga 
de  Benimaclet:  Fidel  Fita.  Variedades:  Hagio- 

I    grafía.— El  santo  asalto  de  la  Duquesa  de  Alba 

I  en  1603. — Relación  contemporánea  é  inédita. — 
Noticias. 

'       Boletín  de  la  Sociedad  española  de  excursio- 


nes.  Noviembre  de   1902.  Fototipias,  por  En- 


I 

I   rique  Serrano  Fatigati.—Excursión:  De  Be- 
I   navcnte  á  Tordesillas  (notas  de  un  excursio- 
,   nista),  por  Joaquín  de  Ciria.— Trascoro  de  la 
iglesia  de  San  Patricio  de  Lorca  (.Murcia),  por 
F.  Cáceres  P/a.— España  en  el  extranjero:  No- 
las  de  viaje,  por  F.  Suáre^  Bravo.— Bibliogra- 
fía, por  Alfonso  Jara.— Estudios  y  publica- 
ciones de  D.  Adolfo  Herrera,  por  Alfredo  Se- 
rrano y  Jover.— Noticias.— Necrología.— Sec- 
ción oficial. — Láminas  sueltas:  Niño  con  reloj. 
Trascoro  de  la  Catedral  de  Lorca.  Monasterio 
I   de  Fresdelval.  Galerías  bajas  del  claustro  pro- 
cesional. Ventanas  del  templo. 

Boletín  de  la  Comisión  provincial  de  mo- 
numentos históricos  y  artísticos  de  Orense. 

1902.  Núm.  28.  Septiembre-Octubre.  I.  Epigra- 
fía romana  de  la  ciudad  de  .\storga  (conti- 
nuación), por  Marcelo  Macias.—U.  De  Re 
Gallaica,  por  Benito  F.  Alonso.— Ul.  Docu- 
mentos históricos:  «Escritura  de  venta  de  va- 
rios bienes  hecha  por  Dominga  Pérez  y  su  ma- 
rido al  Monasterio  de  Ribeira»,  por  .Arturo 
Vá^quei^  Nitñe^.—lW  Noticias.  =  N  úm.  29. 
Noviembre-Diciembre.  I.  Arqueología, 
por  J.  M.  Bedoya.^ll.  Epigrafía  romana  de 
la  ciudad  de  Astorga  (continuación),  por  Mar- 
celo Macías.—  Ul.  De  Re  Gallaica  (continua- 
ción), por  Benito  F.  Alonso.— W.  Noticias. 

Euskal-Ekria.  Número  de  10  de  Enero  de 

1903,  Ensayo  de  un  padrón  histórico  de  Gui- 
púzcoa según  el  orden  de  sus  familias  poblado- 
ras (continuación),  por  Juan  Carlosde  Guerra. 

La  Alhambra.  Revista  quincenal  de  Artes  y 
Letras.  30  Diciembre  1902.  La  Caramba,  por 
Narciso  Día^  de  Escobar.— Garcil aso  y  Tarfe» 
por  Francisco  de  P.  Valladar.  La  Exposición 
de  este  año.  Arte  antiguo.  III,  por  V.— Notas 
bibliográficas,  por  K.  — Crónica  granadina, 
por  V.    ' 

Revista  critica  de  Historia  y.  Literatura  es- 
pañolas, portuguesas  é  hispano-americanas. 
1902.  Septiembre  y  Octubre.— Bibliografía  li- 
teraria de  América,  por  *  Antonio  J?/ías  de 
A/o/íns.  — Literatura  catalana.  — Discurso  de 
la  vida  del  limo.  Sr.  D.  Martín  de  Ayala^ 
arzobispo  de  Valencia  (continuación).— Car- 
tas de  don  Juan  Vega  y  Senmanat  y  de  Don 
Juan  Antonio  Mayans  y  Sisear,  por  J.  E.  Se- 
rrano Aíora/«.— Notas  críticas.  Les  prémié- 

6 


^2 


REVISTA  DE   ARCHIVOS 


res  églises  chrétiennes  en  Espagne,  par  A. 
Makignan  (Extrait  du  «Moyen  Age».  Année 
ioo2).>— Movimiento  biblíográfíco,  por  Rafael 
A/tamtVa.— Colección  de  documentos  inéditos 
relativos  á  la  guerra  de  la  independencia 
{conclusión).— Libre  del  orde  de  cavalleria. 
Revista  Nacional  de  Buenos  Aires.  1902. 
Enero.  Alejandro  Carrasco  Albano:  Los  Mi- 
sioneros del  progreso  en  Chile.— Pedro  I  Ca^ 
raffá:  Los  hombres  de  Cuyo.— Rosa  i?orfrt^wej^: 
Oliden:  Doña  Juana  Manuela  Gorriti.— Arturo 
Reynal  O'connor:  Por  las  Colonias.— Francis- 
■co  J.  Ros:  Historia  de  un  mapa.— A.  Poujol: 
El  difcrendo  entre  Haiti  y  Santo  Domingo.- 
♦*•:  Correspondencia  inédita  del  general  Su- 
cre.—Congreso  Nacional.  — Servicio  militar 
obligatorio.  =  Febrero.  Belisario  Garda: 
Cuestiones  americanas. —  Benigno  Riquelmt: 
V'n  juicio.— Bolívar  y  San  Martin.— Francis- 
co J.  Ros:  Historia  de  un  mapi  (continua- 
ción).—José  Juan  Biedma:  Apuntaciones  bio- 
gráficas.—A.  Poujol:  El  diferendo  entre  Haiti 
y  Santo  Domingo  (continuación). —  Agustín 
iinci5o:  Balkis.— General  Sucre:  Correspon- 
dencia inédita.- *♦*:  El  Pabellón  Chileno.— La 
Redacción.=Marzo.  José  Ingegnieros:  Psi- 
cología de  los  simuladores.  —  Joseph  Santa 
Cru^  Villavicencio:  Méritos  y  servicios.— Car- 
los Alberto  Romero:  Negros  y  caballos.— Fran- 
cisco J.  Ros:  Historia  de  un  mapa  (continua- 
ción).—General  Sucre: Correspondencia  inédi- 
ti.— Manuel  .\.  San  Juan:  Lectura  demagógi- 
■ca.= A  b  r  i  1 .  José  J.  Biedma:  Wappcrs (Recuer- 
dos de  la  vida  militar).— Bautista  Saavedra: 
La  defensa  social  en  la  criminología.— Manuel 
Ricardo  Pa/ma;  Infernum  el  Hechicero  (tra- 
dición peruana).  —  Francisco  de  Veyga:  La 
guerra  y  la  paz  en  el  mundo  antiguo.- General 
Sucre:  Correspondencia  inédita.— Luis  F.  Con- 
tardo:  La  flor  del  Desierto.— Eduardo  Díe^  de 
Medina:  La  Mus.t  de  Rueda.— Enrique  Rios: 
Nuestros  médicos  sabios.— La  Dirección.— Bi- 
^liografia.=M SiV o.  José  J.  Biedma:  Estatua- 
ria.—¡En  el  clavo!— Marcelino /íeyes:  Bosquejo 
histórico  de  la  Rioja.  —  Evaristo  Carriego: 
Evaristo  Carriego.- Datos  biográficos.— Gene- 
ral Sucre:  Correspondencia  inédita.— V'.fa/i- 
na:  Una  mujer.— Clemencia  Royer  f  en  París.— 
Ignacio  Mariscal:  Segunda  conferencia  inter- 
nacional americana.  Discurso  de  clausura.— 
Carlos  H.  Diana:  O to fia  1.— Rodolfo  W.  Ca- 
rranca: La  política  Argentino-Paraguaya.^ 
Nota  bibliográfica.- EnriqueTeófílo  Sanche^: 
VnsL  señorita  de  salón.— La  Dirección:  Revista 
de  Revistas.— C.  O.  Bunge:  Noción  de  «idea».= 
Junio.  José  J.  Biedma:  Historia  del  Río  Ne- 
gro (continuación).— Cario»  O.  Bunge:  La  in- 
curia nacional.— Rafael  Rtyes:  Exploración  de 
regiones  desconocidas.— Marcelino  Rtyet:  Bos* 
^aejo  histórico  de  la  Rioia.— Adolfo  D9C0u4: 


La  guerra  del  Paraguay  y  los  tratados.— Ro-^ 
dolfo  W.  Carranca:  Notas  americanas.— Con- 
greso Nacional.— Leyes  nacionales  sanciona- 
das en  el  n^es  de  Mayo.=Julio.  José  Juan 
Biedma:  Historia  de  Río  Negro.— A.  Schalck: 
La  primera  carta  geográfica  con  el  nombre 
de  América.— Rafael  Reyes:  Exploración  de 
I  regiones  desconocidas.— Carlos  O.  Bunge:  No- 
1  tas  pedagógicas.— Monner  Sans:  El  poeta  Ja- 
cinto Verdaguer.— Felipe  T.  Black:  Grito  pa- 
triótico.—General  Sucre:  Correspondencia  iné- 
dita.—Ae</acctdn:  Bibliografía.— Congreso  Na- 
cional.—Leyes  nacionales. 

Revista  del  Instituto  Paraguayo.  1902. 
Enero.— Dr.  Manuel  Domingue^:  .Marcelino 
Menéndez  y  Pelayo.— Daniel  Anisits:  Obser- 
vaciones meteorológicas.— /)u  Graty:  Mine- 
rales del  Paraguay. — Dr.  Manuel  Dominguei^: 
Las  leguas  españolas  en  el  siglo  xvi.— Ignacio 
Alberto  Pañi:  Beatriz,  poesía.— M.  Fernándei^ 
Sanche^:  Los  españoles  medioevales.— P.  En- 
rique Moratel:  El  infeliz  más  feliz,  décimas. — 
Documentos  históricos.— Los  comentarios  de 
Alvar  Núñez  Cabeza  de  Vaca.  =  Febrero. 
Dr.  Moisés  S.  Bertoni:  Informe  sobre  las  en- 
fermedades y  enemigos  de  las  plantas  cultiva- 
das en  el  Paraguay. —Ricardo  Palma:  El  por 
qué  el  Santo  Fr.  Martín  de  Porres  no  hace  ya 
milagros.— GoycoecAea  Menénde^:  Rimas  guai- 
rcñas.— ^anta  Fé».  poesíi.— Anales  de  la  Uni- 
versidad N.  de  Córdoba.— Estudiantes  para- 
guayos en  la  Universidad  Nacional  de  Córdo- 
ba.—Documentos  históricos.— Las  ordenanzas 
de  Ramírez  de  Velazco.— P.  Enrique  Moratel: 
El  infeliz  más  feliz,  décimas  (continuación).— 
Documentos  históricos.— Los  comentarios  de 
Alvar  Núñez  Cabeza  de  Vaca.  =Núm.  35. 
Dr.  Emilio  Ilassler:  Resultados  botánicos  de 
mis  viajes  y  exploraciones  en  el  Paraguay.— 
Ignacio  .\.  Pane:  Los  cintos  extranjeros  al 
Paraguay.— P.  Enrique  Moratel:  El  infeliz  más 
feliz,  décimas  dedicadas  á  Antequera  (conti- 
nuación).—Documentos  históricos.— Los  co- 
mentarios de  Alvar  Núñez  Cabeza  de  Vaca 
(conclusión). =Núm.  36.  Manuel  Domingue^: 
Prólogo  á  la  Relación  de  Hernando  de  Rtbe- 
ra.— Hernando  de  Ribera:  Relación.— Juan  E. 
O'Leary:  Sal vaj el— Documentos  históricos.— 
Don  Lázaro  de  Ribera  contra  el  Marqués  do 
Aviles.— P.  Enrique  Moratel:  El  infeliz  más 
feliz,  décimas  (conclusión).— Ramón  Gil  Na^ 
varro:  Veinte  años  en  un  calabozo. 

Pedro  Roca.  Ricardo  Torres  Valle. 

REVISTAS  EXTRANJERAS 

(i.*  Los  sumarios  íntegros  de  las  reTÍstat 
congéneres  de  la  nuestra  portuguesas,  ó  es^ 
tranjeras  en  hablas  no  españolas  ni  portugue- 
sa consagradas  exclusivamente  al  estudio  de 
España,  y  dadas  á  luz  en  ó  fuera  de  ésu:  loa 
tt'tulos  de  unas  y  otras  revistas  Tan  da  Uica 


BIBLIOTECAS  Y  MUSIDOS 


83 


CKTSiya.  2.**  Los  trabajos  de  cualquier  materia 
tocantes  i  España,  y  los  de  carácter  histórico 
y  erudito  intere>antes  para  la  cultura  que 
figuren  eo  los  Sumarios  ae  las  demás  revistas 
•escritas  en  lenguas  portuguesa  y  extranjeras, 
publíquense  ó  do  en  España.  3.<>  Los  trabajos 
que,  esundo  en  las  condiciones  reseñadas  en 
este  párrafo  segundo,  aparezcan  en  revistas 
pubücidas  por  extranjeros  en  lenguas  sabias.] 

Annalesdu  Midi.  Octubre  1902.  P.  Foumier, 
Le  royaume  de  Provence  sous  les  Carolin- 
giens.  Comptes  rendus  critiques:  Mgr.  Douais, 
Documents  pour  servirá  This.  de  Tlnquisition 
dans  le  Languedoc.  La  procédure  inquisíto- 
riale  en  Languedoc  au  xiv  siécle  (Dognon). 
BouRciEZ,  Les  mots  espagnols  compares  aux 
mots  gascons,  époque  ancienne  (Jeanroy). 

AlflCALES   DES   SCIETfCES    POLITIQUES.     I9OI.    l5 

Septiembre.  Maurice  Caudel^  La  reine  est 
morte,  Vive  le  roü— Paul  Lefébure,  A  ia  con- 
qu^te  d'un  ithsme:  Les  États  l'nis  et  l'Eu- 

Tope. 

Anzeiger  fCr  schweizerische  Altertums- 
KUNDE  (Indicateur  d  antiquités  suissks).  Nú- 
mero IV.  1902.  Nouveiles  Inscriptions  romai- 
nes  d'Avenches,  par  W.  Wayre. 

The  Athenaeum.  Núm.  3876.  The  Autobio- 
graphy  of  Lieut.— General  Sir  Harry  Smith. 
(£ste  General  tomó  parte  en  nuestra  guerra  de 
la  Independencia].— Chroniclcs  of  the  Borgías. 
s=Núm.  3876.  John  HoLLAND  Rose,  The  Ufe 
of  Napoleón  I.=Núm.  3878.  Francis  B.  Gum- 
MERE,  The  beginnings  of  Poetry.— Spanish  Li- 
ieraiure.=Núm.  3879.  G.  T.  Rivoira,  Le  ori- 
gini  della  Architettura  lombarda.=:Número 
-9880.  Francis  Morcan  Nichols,  The  Epistles 
of  £rasmus.~Max  MCller,  My  autobiogra- 
phy:  a  fragment.=Núm.  3882.  George  Mac- 
donald,  Catalogue  of  greck  coios  in  the  Hun- 
terian  Collection,  University  of  Glascow.= 
Núm.  3883.  E.  Engel,  A  History  of  English 
Literature  (600-1900). =Núm.  3885.  Budgett 
Meaxik,  The  Moors.— Clovis  Lamarre,  His- 
toire  de  la  Liltérature  Latine  depuis  la  fonda- 
tion  de  Rome  jusqu'á  la  fin  du  Gouvernement 
Républicain.=Núm.  3886.  Hubert  Hall,  Pitt 
and  General  Miranda.=N  ú  m .  3888.  P.  Hume 
Browm,  History  of  Scotlaod.  Vol.  II.— E.  W. 
HoPKiNS,  The  great  Epic  of  India.— Mrs.  Alee 
TwEEOiB, México  as  I  saw  ít.=:Núm.  3890. 
Books  on  Dante.— A.  Laño,  Scottish  History 
and  Spanish  documents;  the  Gowrie  conspi- 
racy.  =:Núm.  3891.  Cervantes:  Exemplary 
Novéis.  Vols.  I  and  II.  Translated  by  N.  Mac- 
•coU.ssNúm.  3894.  The  Chocphori  of  Escht- 
Lus. —Notes,  commentary,  translation  anda 
recensión,  by  T.  G.  Tucker.  =Nam.  3895. 
J.  C.  Tarvbr,  Tiberius  the  Tyrant.— Spanish 
Ltterature.sNúm.  3896.  W.  CAREw,Shakes- 
p«ar«.-*LewisEtiitTEiN,  The  Italian  Renaissan- 
•«e  ia  EngIand.=N  ú  m.  3897.  Rafael  Altami- 
,RA,  Continental   Literature:   Spain.  — Lord 


Hamherst  of  Hacenet  y  Basil  Thomson,  The 
discovery  of  the  Solomon  islands  by  Alvaro  de 
Mendaña  in  i568.=Núm.  3898.  Chatham  and 
the  capture  of  Havana  in  i762.=Núm.  3899. 
Miss  Williamss  copies  of  Velasquez.  =  Nú- 
mero 3900.  .\.  F.  Pollard,  Hcnry  VIII.  = 
Núm. 390 i.  Ferdinand  Greoorovius,  History 
of  the  City  of  Rome  ih  the  Middle  Ages.=N  ú- 
mero  3902.  Books  about  Spain.=Núm.  3906. 
Harold  N.  Fowler,  A  History  of  ancient 
Greek  Literature.— Woodbury  Lowery,  The 
Spanish  settlements  within  the  presents  limits 
of  the  United  States.— F.  Masón  Perkins,  Gio- 
to.=Núm.  3908.  Max  Egger,  Deoys  d'Hali- 
carnassc.  =  Núm.  3909.  Paul  Azan,  Anni- 
bal  dans  les  Alpes.=Núm.  3910.  £.  A.  Wa- 
LLis  Budge,  a  History  of  Egypt.  — Frcderic 
Harrison,  John  Ruskin.— The  Memoirsof  Jac- 
ques  Casanova  de  Seingalt,  the  Prince  of  Ad- 
venturers.— R.  A.  S.  Mac  .\lister,  Studies  on 
Irish  Epigraphy.=Núm.  3911.  Martín  Con- 
WAT,  Aconcagua  and  Tierra  del  Fuego.=Nú- 
mero  39 1 3.  Edward  Armstrong,  The  Empe- 
ror  Charles  V.— .Mark  H.  Liddell,  .\n  lotro- 
duction  to  theScientifícStudyof  English  Poe- 
try.—\.  H.  J.  Greknidge,  Román  Public  Life. 
=Núm.  3914.  J.  Woodbridoe  Rilet,  The 
founder  of  Mormonism.— H.  T.  Henry,  The 
I  Pope  as  poet.=Núm.  391 5.  Charles  Omán,  A 
History  of  the  Peninsular  War.=N  ú  m.  3917. 
George  Neilson,  Huchown.  Sir  Hew  of  Eglin- 
toun  and  Huchown.  History  in  the  romance 
of  Galagros  and  Gawayne.  =  N  ú  m .  3918.  Sa- 
RAT  Chandra  Das,  Journey  to  Lhasa  and  Cen- 
tralTibet.=Núm.  3^19.  P.  Totnbee,  A  vo- 
cabulary  of  the  Italian  works  of  Dante.— W. 
M.  Ramsay,  Exploration  in  Tarsus  and  the 
vic¡nity.=Núm.  3920.  Robert  Anderson,  The 
Bible  and  modern  criticism.  —  Cari  Peters, 
The  Eldorado  of  the  ancients. 

The  Century  illustrated  monthly  maga- 
ziNE.  Diciembre  de  1902.  Timothy  Colé:  Luis 
de  Morales  (Coles  engravings  of  spanish  oíd 
masters).  (En  la  pág.  239  reproduce  el  notable 
cuadro  de  la  Virgen  que  posee  D.  Pablo  Bosch]. 

Journal  des  savants.  Octubre  1902.  R.  Da^ 
reste^  Le  Code  babylonien  d*Hammourabi.— 
G.  Maspero.yie  de  Thoutmósis  III.  G.  Perrot. 
Les  Phéniciens  et  rOdyssée.=  Noviembre» 
G.  Maspero,  Imhotep,  lEsculape  des  Egyp- 
tiens.  — R.  Dareste,  Le  Code  babylonien 
d'Hammourabi.— Brea/,  Sur  la  lange  de  la  Loi 
des  Douze  Tables.—  H.  Derembourg,  Corres» 
pondance  de  M.  Amari.=Diciembre.  G.  ?•" 
rrot.  Les  Phéniciens  et  l'Odyssée. 

The  North  American  Rbview.  1902.  No- 
viembre? Sidaey  Webster,  El  nuevo  gobierno 
de  Filipinas. 

La  Nouvellb  Rbvub.  1902.  i5  Octubre.  E.  de 
Brat,  La  enseñanza  Qñcial  en  Espafia.=Nú"' 


REVISTA  DE   ARCHIVOS 


mero  78.  Enero  de  11903.  Louis-Frédéric 
Sauvage,  LAn  daos  les  Pays-Bas  et  lévolu- 
tion  de  lidée  religieuse. 

La  Revue  (An'cienne  «Revue  des  Revues»). 
Kammerer,  La  République  d'Andorrc. 

Revue  celtique.  1900.  Abril*.  Garofalo. 
Tracce  ccltichc  ncirAstuna.=Julio.  S.  Reí- 
nach^  Les  survivances  du  totétisme  chcz  les 
anciensCcltes.  JoséLfflftf</tfVa5conce//o*,Ono- 
maslicon  lusitanien.==i9oi .  Abril.  Garw 
falo,  Sulla  populazione  delle  Gallie  oel  lempo 
di  Cesare. 

Revue  critique  d'Histoire  et  de  Littéra- 
TURB.  24  Noviembre  1902.  Estudios  hisiórico- 
artisticos relativos  principalmente  á  Vallado- 
lid,  basados  en  la  investigación  de  diversos  ar- 
chivos, por  D.  José  Martí  tMonsó  (Leo  Roua- 
nef^.— Campagne  de  l'empereur  Napoleón  en 
Espagne.  1808-1800,  par  Balagny  (.\.  C.)=i5 
Diciembre.  Edouard  Lambert,  La  question 
de  lauthenticité  des  XII  Tables  et  les  Annales 
Maximi,(E.  Thomas).=22  Diciembre.  Jessie 
L.  Weston.  The  legend  of  Sir  LancelotduLac, 
studies  upon  its  origin,  development  and  po- 
silion in  the  Arthurian  romantic  cycle.  (A* 
Jeanroy).=  29Diciembre.  Gusta  ve  Reynier, 
Lavic  universiuire  dans  Tancienne  Espagne 
(Leo  Rouanet). 

Revue  des  deux  mo.ndes.  i. o  de  Enero  1903 
Camille  Be//<ttgue,  Dante  el  laMusique.— Fer- 
dinand  Brunefiére,  Corneille  et  le  Teatre  es- 
pagnol. 

Retue  Des¿tuoes  gKecques.  Julio-Octubre 
1902.  P.  Girardy  Comment  a  dú  se  former  Tllia- 
de.  — P.  DupuiSf  Le  nombre  géometrique  de 
Platón.— Fr.  Cumont,  Nouvelles  inscripiions 

du  Pont. 

La  Revue  d'Europe.  Núm.  12.  Diciembre 
1902.  Le  Mystére  de  l'adorations  des  Mages 
(1401)  (Suite). 

Revue  de  Gascogne.  Enero  de  1903.'  A.  De' 
gert,  L'impression  des  Liturgies  gasconnes 
•^Tierny  et  Couaix,  Journal  de  Sentex,  archer 
du  Vice-Sénéchal  dAuch  (1640-1665).  — C/er- 


geac.  Un  manuscrit  du  xiv^  siécle  a  Lombez. 
[Este  códice  contiene  las  glosas  de  Juan  An- 
drea sobre  el  VI  de  las  Decretales.] 

Revue  de  l'histoire  des  relioions.  1900.  Nú- 
meros i,  Enero-Febrero,  y  3  Mayo-Junio.  E* 
Doutté,  Notes  sur  l'Islám  Maghribin,  Les 
¡  Marabouts,  II.=Núm.  4.  Julio-Agosto.  E. 
Doutté,  Notes additionnelles  sur  Ilslám  Ma- 
ghribin. ==  1901.  Maiyo-Junio.  aM.  Tché- 
ra^,  La  légende  d'Alexandre  le  Grand  chez. 
les  Arméniens.— Cl.  Iluart,  Sur  les  variations 
de  certains  dogmes  de  lTslamisme.==i902. 
Núm.  3.  E.  de  Fa/e,  Introduciion  a  l'histoire 
du  gnosticisme  au  11^  et  au  111^  siécles.— A. 
Barthy  BuUetin  des  religions  de  rinde,  Hin- 
douisme.— L.  Sainéan^  Les  riles  de  la  cons- 
truction  d'apres  la  poésie  de  PEurope  orienia- 
le.=Núm.  4.  A.  Bouché-Leclercq,  La  politique 
religieuse  de  Piolémée  Soler  et  le  cuite  de  Se- 
rapis.— E.  de  Faye,  Introduciion  á  l'éiude  du 
gnosticisme  au  11^  et  au  III^  siécles.—  Ch. 
Renel,  L'arc-cn  ciel  dans  la  tradition  religieu- 
se de  Tantiquité. 

Rl  VISTA  DELL£  BJBLI0TECUE  E  DEGLI  ^ARCMIVl^ 

1902.  Julio-.Agosto.  Romolo  Caggese,  Una  cro- 
naca  económica  [de  Lenzi]  del  secólo  xiv.  [Con 
cuatro  grabados  que  reproducen  miniaturas  del 
precioso  códice  en  que  se  halla. ]=Sep ti em* 
bre.  Zulia Bene//t.  Epigoni  Foscoliani.  Letie-* 
re  di  Giulio  Foseólo  e  della  Quirina  Magiotii. 
—Camilo  Vitelli,  Códices  italici  qui  Pisis  in- 
biblioihcca  convenius  Sanctae  Cathcrinae  ad- 
servantur.  =  Octubre-Diciembre.  Adolfo 
Avetta,  Di  un  interesante  tema  d'esame  per  as- 
piranii  biblioiecari.— Alfredo'CAi'ri,  I  «Trion- 
fi»  del  Petrarca  in  un  ignoto  codicetto  pisioie- 
sc.=G.  Graciano,  Bibliografía  padovana.  Ab- 
bozzo  di  una  bibliografía  di  opere  stampaie  e 
manoscriite  relativa  alia  Universitá  di  Pado- 
va.^-lda  .A/a5effi-Benctni  y  Mary  Howard 
Smith,  La  vita  di  Amerigo  Vespucci  a  Firen- 
ze.  Lctiere  inedíie  ad  Amerigo  Vespucci. 
M;  Serrano  y  Sanz. 


SECCIÓN  OFICIAL  Y  DE  NOTICIAS 


Con  fecha  31  de  Diciembre  último  se  conce- 
dió licencia  reglamentaria  al  Jefe  de  4.^  grado 
D.  Nicolás  de  Rascón  y  Anduaga. 


Con  motivo  de  la  anterior  vacante,  han  as- 
cendido: á  Jefe  de  cuarto  grado,  D.  Alfonso 
Nijera  y  Balanzai;  á  Oficiales  primero,  segun- 
do y  tercero  respectivamente,  los  Sres.  D.  Car- 
los Martín  Boscn,  D.  Manuel  Fernández  Mou- 
rillo  y  D.  José  M.»  Valdencbro  y  Cisneros. 


Con  fecha  14  del  corriente  se  ha  concedido  el 
reingreso  al  Oficial  de  cuarto  grado  D,  Ramón 
Robles  y  Rodríguez,  siendo  destinado  á  pres- 
tar sus  servicios  en  la  Biblioteca  provincial  y 
Universitaria  de  Valladolid. 


Con  fecha  21  de  este  mes  le  ha  sido  concedí-- 
da  licencia  reglamentaria  al  Oficial  de  cuarta 
grado  D.  Luis  Salves  y  Fernández. 


El  día  24  de  este  mes  falleció  en  Madrid  don 
Félix  Mana  de  UrcuUu  y  Zulueta,  Jefe  aue  fué 
del  Departamento  de  impresos  de  la  biblioteca 
Nacional,  donde  años  anteriores  desempeñó  la 
Secretaria. 


Por  estar  ya  acabado  este  número  publica- 
remos en  el  dé  Febrero  la  necrología  de  nues- 
tro inolvidable  compañero  el  Secretario  de  la 
Revista,  D.  Pedro  Roca;  la  ha  escrito  D.  Mar- 
celino Menéndez  y  Pelayo.  ^ 


REV.  DE  ARCH.  BIBL.  V  MUS. 


TOMO  VII.--L\M.  I 


f.l.i^'-.  -i.   -,....♦•  y   ^      -:.  -Vijr. 


LA  CENA 

^'ilr^■ATu^A  aKL  M;5AL  TC-fJ-NC 


REV.  DE  ARCH.  BIÜL.  V  MUS. 


TOMOVII.-LÁM.  II. 


^ulotipM  6m  Ha^itr  j   Hmal.    tfadriiv. 


ENCUADERNACIÓN   MUDEJAR 

DEL  MISAL  TOLEDANO 
S.  XV 


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REVISTA 


ARCHIVOS,  BIBLIOTIÍCAS  Y  iVíUSEOS 


(  II  !  i  T  ( »  H  I  A     \     « :  I  I   N  i . :  \  S     V  I    X  I  1. 1  A  F  K  s ) 


OHOAN»)    oFiriAI.    Dl-.I     Cl  ••i'í't/    I  .\0:  i.  T  \I  IV'J    Dhl.    H  VMü 


(íK    !M!J..-h.  \    I   NA    vi:/     \.,    .MI■.^) 


•»M«ic^-««  >■»««•-»- 


tkr(i:ra  i:poca 

AÑO   VII 


Número  2. 


Febrero  1903. 


MADRID 

TIP.  DE  LA  HEVISTA  IiE  AH»  Iil\«»S    BIBLIUTFt.AS  Y   Mt  SKí)S 

Calle  de  Olíd,  núm.  8. 
1903 


necrología 


á  pesar  del  corto  tiempo  que  entre  nosotros  se  concede  á  la 
fundamental  enseñanza  de  la  lenjjua  griega.  wSaben  también 
que  por  sí  mismo,  y  luchando  con  innumerables  dificultades, 
penetró  en  el  estudio  de  la  lengua  sagrada  de  la  India  ó  inició 
en  ella  á  otros  compañeros  suyos,  alguno  de  los  cuales  honra 
hoy  el  profesorado  oficial.  Y  es  notorio  que  el  grande  y  ejem- 
plar maestro  de  áralxi  D.  Francisco  Codera,  á  quien  se  debe 
principalmente  la  actual  renovación  de  los  estudios  hispano- 
orientales,  (jue  prosiguen  animosos  varios  de  sus  discípulos, 
contó  entre  los  suyos  más  estimados  á  Roca  y  le  asoció  á  sus 
publicaciones  de  textos  arábigos. 

Estas  predominantes  aficiones  no  excluían  en  el  ampli(> 
espíritu  de  Roca  otras  á  primera  vista  muy  diversas.  Estaba 
muy  versado  en  filosofía  escolástica,  y  alguna  vez  hizo  opo- 
sición á  cátedras  de  Metafísica  con  mucho  lucimiento.  Pero  la 
fortuna,  que  en  estos  casos  suele  mostrarse  harto  caprichosa, 
no  favoreció  su  entrada  en  el  profesorado  oficial,  y  le  llevó 
á  otra  carrera  probablemente  más  análoga  á  su  vocación  y 
aptitudes.  Cursados,  pues,  los  estudios  propios  de  la  antigua 
Escuela  Diplomática,  ingresó  en  el  Cuerpo  de  Archiveros  me- 
diante oposición  verificada  en  1888,  alcanzando  el  número  10 
en  reñida  batalla  con  numerosos  aspirantes.  En  1 3  de  Agosto 
de  aquel  año  fué  destinado  como  ayudante  de  tercer  grado  á 
la  Ril)lioteca  l^*ovincial  y  Universitaria  de  Barcelona,  donde 
permaneció  hasta  el  17  de  Febrero  de  1889,  en  que  fué  tras- 
ladado á  la  Biblioteca  Nacional  de  Madrid,  con  ascenso  de 
avudante  segundo.  En  certificación  expedida  por  el  venerable 
D.  Mariano  Aguiló,  ilustre  Jefe  de  la  Biblioteca  barcelonesa, 
constan  los  activos  servicios  que  en  ella  prestó  Roca  durante 
su  corta  estancia  allí,  redactando  con  la  mayor  prolijidad  y 
esmero  hasta  643  cédulas  bibliográficas  (278  de  autores,  365  de 
títulos),  algunas  de  ellas  en  lenguas  exóticas  y  peregrinas.  Ade- 
más de  este  trabajo  oficial  se  ocupó  en  el  arreglo  de  la  Biblio- 
teca de  la  Real  Academia  de  Ciencias  naturales  y  Artes  de 
aquella  capital,  escribiendo  sobre  ella  una  interesante  memo- 
ria. Ni  se  limitó  su  actividad  á  los  trabajos  bibliográficos,  puesto 
que  en  el  Ateneo  Catalán  dio  un  curso  elemental  de  Árabe 
para  suplir  de  algún  modo  la  falta  de  esta  enseñanza,  que 
todavía  no  figura  en  el  cuadro  de  asignaturas  de  la  Facultad 
de  Letras  de  Barcelona,  ni  sabemos  que  hubiese  sido  materia 


\E  UcOLCrSlA 


de  estudio  p»úblicc'  en  aquella  ciudad  antes  de  esta  tentativa 
de  Roca. 

Aunque  los  ascensos  de  Rc»ca  dentro  de  ia  Biblioteca  Na- 
cional fueron  lentos  p-iT  las  condiciones  reglamentarias  de 
nuestro  CuerT<'.  y  no  f»asaron  del  m-^iesto  catire»  de  ayudante 
primero,  que  obtuvo  en  zj  de  Abril  de  i  >y7,  su  importancia 
dentro  de  la  cx>a  fue  siempre  muy  superior  á  su  categoría  ad- 
ministrativa, s^.ibre  tc»do  después  que  una  feÜJ  tras-ación  ]é  lle- 
vó al  departamento  de  manuscritos,  admirablemente  d:ri¿:?do 
entonces,  como  ahora,  pior  D.  Antonio  Paz  y  Melia.  A  las  ór- 
denes de  este  profundo  y  m'xlesto  erudito  acaKS  Roca  de  for- 
marse como  palec^ijrafo  y  empleado  técnico.  Sus  especiales  co- 
nocimientos le  hacían  particularmente  apto  para  el  trabajo  de 
catak»;^^ación  de  ios  manuscritos  en  Icnjtruas  clásicas,  y  de  segu- 
ro habría  llevado  á  buen  término  el  de  los  Ccniices  latinos,  si  no 
le  hubiese  salteado  tan  inesp^Tadamente  la  muerte. 

Cuando  la  Biblioteca  Nacional  tuvo  la  inmensa  fortuna  de 
incorpc-rar  en  sus  colecciones  el  tesoro  de  libros  reuniíio  por  don 
Pascual  Gayanv:os,  fué  Roca  el  encargado  de  hacer  el  inven- 
tario de  la  Sección  de  manuscritos  para  su  entrega,  y  danvio, 
según  costumbre,  mucho  más  de  lo  que  se  le  [xnlía,  convirtió 
aquel  provisional  documento  en  un  verdadero  y  definitivo  ca- 
tálojío,  que  pronto  verá  la  luz  pública  en  nuestra  Rkvista  para 
satisfacer  la  curiosidad  de  l».»s  accionados  nacionales  y  ex- 
tranjeros que  desean  conocer  cuantij  antes  aquel  precioso 
fondo. 

El  crédito  de  capacidad  y  honradez  que  justamente  disfru- 
taba Roca  le  proporcionó,  ya  que  no  distinciones  oficiales  que 
no  ambicionó  nunca,  la  más  honrosa  prueba  de  confianza  que 
en  nuestro  país  puede  otorgar  el  Estado  á  un  hombre  de  le- 
tras, llamándole  á  sentarse  rei>etidas  veces  como  juez  en  tri- 
bunales de  oposiciones  á  cátedras  de  Historia  y  Geografia  de 
varios  Institutos  y  Universidades.  Entre  estos  nombramientos 
merece  especial  consideración  el  que  le  designó  como  suplente 
para  las  oposiciones  de  Filología  tOf/iparada  de  la  Universidad  de 
Madrid  (18991,  P*^''  tratarse  de  una  cátedra  de  nueva  creación, 
y  para  la  cual  no  era  fácil  encontrar  muchos  jueces  abonados 
y  competentes. 

Pero  ni  sus  tareas  oficiales,  ni  las  que  desempeñaba  en  el 
Archivo  de  la  casa  ducal  de  Fernán  Xúñez,  del  cual  estuvo 


IV  necrología 


encarj^aclo  alj^unos  años,  tienen  tanta  importancia  en  la  bio- 
grafía literaria  de  Roca  como  su  intervención  continua,  eficaz, 
decisiva  puede  decirse,  en  la  transformación  y  el  desarrollo  de 
nuestra  Rkvista  im-:  Archivos,  BuVliotecas  v  \Iust:os,  que,  gra- 
cias  á  su  constancia  infatigable,  dignamente  secundada  por 
otros  empleados  del  cuerpo,  ha  visto  en  los  tres  años  últimos 
mejoradas  sus  condiciones  económicas,  asegurada  su  vida  in- 
dependiente, triplicado  en  extensión  su  texto,  y  honradas  con- 
tinuamente sus  páginas  con  tales  documentos  antiguos  y  tales 
firmas  modernas,  que  (bien  puede  decirlo  sin  asomo  de  jac- 
tancia (luien  tiene  la  menor  parte  en  el  éxito)  es  hoy  uno  de  los 
repertorios  más  útiles  con  que  la  Historia  y  sus  ciencias  auxi- 
liares cuentan  en  España.  Sólo  habiendo  sido  testigo  de  ello 
puede  apreciarse  el  tesón,  el  ahinco,  el  entusiasmo,  la  fe  inque- 
brantable que  puso  Roca  en  ésta  que  bien  puede  llamarse  la 
grande  empresa  de  su  vida.  Y  para  no  hablar  de  otros  servicios, 
más  valiosos  sin  duda,  pero  menos  j)atentes  á  los  ojos  del  pú- 
blico, obra  es  de  Roca,  en  su  mayor  parte,  la  copiosa  y  metó- 
dica bibliografía  que  tanto  ha  contriinn'do  al  crédito  de  nuestra 
publicación  y  (jue  tantas  pesquisas  inútiles  puede  ahorrar  á  los 
tral)aj  adores. 

Los  escritos  de  Roca  son  numerosos  y  se  encuentran  di- 
seminados en  muchas  publicaciones  periódicas.  Algunos  de 
los  más  importantes  permanecen  inéditos,  entre  ellos  su  tesis 
doctoral  sobre  la  Teoría  de  la  declinación  árabe,  presentada  á  la 
Facultad  de  Letras  de  Madrid  en  lo  de  Mayo  de  1S90,  y  su 
extensa  biografía  del  arabista  D.  José  Antonio  Conde,  premia- 
da en  un  certamen  literario  de  Cuenca.  Sabemos  que  en  ella 
se  contiene  detallada  noticia  de  varias  obras  manuscritas  del 
conocido  autor  de  la  Historia  de  la  dominaciópi  de  los  árabes 
en  España  (que  fué  además  fecundo  intérprete  de  los  poetas 
griegos),  y  se  le  vindica,  dentro  de  límites  razonables,  de  las 
acusacicmcs  no  injustas,  pero  sí  extremosas  y' destempladas, 
cine  sobre  sus  estudios  históricos  han  fulminado  Dozy  y  otros 
orientalistas.  Ksta  monografía  debía  formar  parte,  según  el  pen- 
samiento de  Roca,  de  una  Biblioteca  de  escritores  comjuenses, 
para  la  cual  debe  de  haber  dejado  abundantes  noticias,  y  casi 
redactado  el  artículo  del  P.  Andrés  Marcos  Burriel,  uno  de  los 
más  grandes  investigadores  históricos  del  siglo  xviii,  quizá  el 
más  grande  á  excepción  del  W  FIórez,  á  quien  igualó  en  saber, 


necrología  V 

ya  que  no  en  la  fortuna  de  dar  su  nombre  á  un  monumento 
indeleble. 

Kntre  las  obras  ])ublicadas  de  Roca  son  las  más  dilatadas  é 
importantes  el  j)rólo<^o  al  Hitof^adesa,  célebre  colección  de  cuen- 
tos, traducida  del  sánscrito  por  su  fraternal  amigo  y  condiscí- 
pulo el  profesor  de  la  Universidad  Central  D.  José  Alcmany; 
el  estudio  titulado  Orígenes  de  la  Real  Academi'i  de  Ciencias^  que 
forma  parte  de  la  miscelánea  con  (jue  en  1S99  me  honraron 
varios  amigos  con  ocasión  de  cumi)lirse  el  vigésimo  aniversa- 
rio de  mi  |)rofes()rad();  y  la  biografía,  desgraciadamente  incom- 
pleta, de  D.  Pascual  de  Gayangos,  cuyos  primeros  capítulos 
han  vis'co  la  luz  en  nuestra  Rkvísta.  Todos  estos  ti'abajos  coni- 
prenden  mucho  más  d(í  lo  cjue  su  título  indica.  Kl  prólogo  del 
Hitopadesa  j)uede  estimarse  como  un  cuadro  casi  completo  de 
las  tentativas  hechas  por  los  españoles  para  lograr  algún  cono- 
cimiento de  la  lengua  y  literatura  de  la  India  Oriental  antes 
que  se  estableciese  cátedra  oficial  de  ella.  El  ensayo  sobre  los 
orígenes  de  la  Academia  de  Ciencias  abarca  una  parte  muy 
considerable  de  la  historia  intelectual  de  España  durante  el 
pacífico  y  civilizador  reinado  de  Fernando  VI,  con  gran  copia 
de  datos  inéditos  sobre  varones  tan  preclaros  como  D.  Jorge 
Juan,  D.  Ignacio  de  Luzán  y  D.  Luis  José  Velázquez  '.  Final- 
mente, la  ]^ida  de  Gayangos  y  escrita  en  la  manera  abundante  y 
minuciosa  de  las  buenas  biografías  inglesas,  hubiera  sido  una 
cabal  historia  de  los  estudios  de  erudición  española  durante  la 
mayor  parte  del  siglo  xix,  agrupándolos  en  torno  de  aquel 
maestro  inolvidable  y  l)ibliógrafo  sin  segundo,  que  con  sus 
obras  propias  y  con  su  iniciativa  y  consejo  en  las  ajenas,  fué 
de  los  que  más  eficazmente  despertaron  el  movimiento  de  in- 
vestigación (pie  dura  todavía,  tanto  en  el  orden  de  los  estudios 
hispano-orientales,  como  en  la  historia  política  y  literaria  de  la 
España  cristiana. 

No  nos  detendremos  en  otras  producciones  de  Roca,  esti- 
mables todas  por  la  erudita  diligencia  y  la  honradez  crítica  que 
manifiestan.  Pero  no  hay  duda  que  él  valía  más  que  sus  obras. 
Lo  mejor  de  su  espíritu  se  fué  con  él  á  la  tumba,  y  no  volverá 
á  habitar  entre  nosotros  ni  á  regocijar  nuestras  salas  de  traba- 

I  Sirven  de  complemento  á  este  trabajo  otros  dos  publicados  en  nuestra  Re- 
vista con  los  títulos  de  l.a  Academia  Amistosa  Literaria  de  Cádi^  y  i).  José  Car^ 
2>onel,  Secretario  de  dicha  Academia. 


VI  necrología 


jo  con  su  franca  alegría.  Acatemos  los  inescrutables  designios 
de  la  Providencia  que  le  sacó  de  este  mundo  cuando  había  lle- 
gado á  la  madurez  del  entendimiento  conservando  la  simplici- 
dad del  corazón,  y  sírvanos  de  consuelo  que  los  gentiles  mis- 
mos, según  la  tierna  y  melancólica  sentencia  de  uno  de  sus 
poetas  cómicos,  estimaron  por  varón  predilecto  de  los  dioses 
al  que  moría  joven. 

M.  Menkndez  y  Pelayo. 


REVISTA 

DE 

ARCHIVOS,  BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 

(HISTORIA    Y    CIENCIAS    AUXILIARES) 


Año  VII. — Febrero  de  i^oS. — Nlm.  2. 


LAS  ESCULTURAS  DEL  CERRO  DE  LOS  SANTOS 

CUESTIÓN  DE  AUTENTICIDAD 


I 

Con  este  mismo  subtítulo  escribió  el  sabio  arqueólogo  francés  Mr.  Léon 
Heuzey, Director  delMuseoOriental  vGriego  del  Louvre,unaMemoria  que 
leyó  ante  la  Academia  de  Inscriptions  et  Selles  Lettres  de  París  en  sesión 
celebrada  el  18  de  Abril  de  1890,  presentando  cuatro  vaciados;  uno  de  la 
estatua  mejor  y  más  grande  de  las  descubiertas  en  el  Cerro  de  los  Santos, 
existente  en  nuestro  Museo  Arqueológico  Nacional,  y  tres  de  otras  tantas 
cabezas  de  igual  procedencia  y  colección.  Dicha  Memoria,  publicada  en 
el  Bulletin  de  aquella  alia  corporación,  y  con  dos  hermosas  láminas  re- 
produciendo los  vaciados  en  la  Revue  d'Assyriologie  et  dWrchéologie 
Oriéntale  »,  reconocía  por  origen  el  viaje  realizado  á  Madrid  por  el  autor 
en  el  otoño  de  1888  y  la  impresión  que  había  recibido  al  examinar  las 
dichas  esculturas  que  en  el  Museo  de  la  calle  de  Embajadores  ocupaban 
por  entero  el  llamado  Gabinete  de  Yecla  '. 

El  mismo  Mr.  Heuzey,  al  comienzo  de  su  trabajo,  expone  claramente 
la  cuestión,  diciendo  que  cuando  España  envió  á  París  ciertas  colecciones 
de- antigüedades,  para  que  figurasen  en  la  Exposición  Universal  de  1878, 
envió  también  c<una  serie  de  vaciados  reproduciendo  extrañas  estatuillas 
de  piedra  caliza,  de  un  trabajo  bárbaro,  á  la  vez  pesado  y  rebuscado, 
comparables  en  ciertos  puntos  á  las  obras  más  toscas  de  la  escultura  gala  ó 

1  T.  III  (1891),  pá|{.  96.  Statues  espagnoles  de  styie  greco-pfiénicien ;  planchas  III  y  IV. 

2  Antigfledades  de  Yecla  se  han  llamado  y  se  llaman,  impropiamente,  a  las  descubiertas  en 
el  Cerro  y  su  rontorno,  á  pesar  de  hallarse  el  Cerro  en  la  provincia  de  Albacete  y  el  pueblo 
Yecla  en  la  de  Murcia.  Obedece  el  hecho  á  que  no  hay  otro  punto  más  cercano  al  dicho  paraje. 

3.*  áPOCA.— TOMO  Tin.  7 


86  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

romana  con  reminiscencias  torpes  del  arca'smo  griego  y  del  lsiíIo  orien- 
tal, sin  contar  las  inscripciones  en  caracteres  de  apariencia  lenicia,  griega 
ó  celtibérica  grabadas  en  muchas  de  estas  figuras.  Llamaban  sobre  todo 
la  atención,  entre  otros  adornos  extravagantes,  inverosímiles  tocados  de 
mujeres,  que  parecían  inventados  po-  una  imaginación  empeñada  en 
buscar  formas  exóticas  y  caprichosas:  altos  gorros  p.mtiagudos.  turbantes 
en  forma  de  bolas,  mitras  cuadrangulares  que  se  ensanchan  por  su  parte 
alta.» 

«S-jgún  parece,  estas  estatuas  españolas  no  obtuvieron  gracia  del  ar- 
queólogo eminente  (Mr.  Adrien  de  Longpérier)  que  presidía  con  grande 
autoridad  y  brillante  éxito  la  organización  de  la  exposición  retrospectiva 
del  Trocadero.  Se  estaba  naturalmente  en  reacción  y  en  desconlianza 
contra  la  manía  de  los  orígenes  fenicios,  que  reinaran  desde  larga  fecha 
en  muchos  puntos  del  litoral  mediterráneo,  pudo  abrigarse  el  temor  de 
que  esta  vez  fueran  ciertos.  En  resolución,  los  vaciados  venidos  de  Madrid 
fueron  dejados,  acaso  no  sin  malicia,  en  un  pabellón  separado  y  expues- 
tos entre  las  curiosidades  modernas  de  España.  Allí  los  encontré  y  tuve 
ocasión  de  examinarlos  curiosamente.  Confieso  que  mi  primera  impresión 
no  les  fué  favorable.  Sin  embargo,  junto  á  los  vaciados  había  algunos 
restos  originales  del  mismo  estilo,  enviados  como  muestras  de  la  piedra, 
y  que  me  parecieron  de  una  ejecución  bastante  franca  y  de  un  aspecto 
bastante  antiguo,  tanto  como  era  posible  juzgar  por  tan  débiles  piezgs. 
Este  detalle  había  bastado  para  dejarme  perplejo  y  para  mitigar  la  incre- 
dulidad mía.)> 

Antes  que  Mr.  Heuzey  suscitase  esta  cuestión  difícil,  otro  sabio  ex- 
tranjero eminente,  al  cual  debe  muchísimo  el  conocimiento  de  las  anti- 
güedades hispanas,  el  Prof.  Emilio  Hübner,  de  Berlín,  la  había  tocado 
con  tanta  habilidad  como  intención  en  la  obra  escrita  en  castellano  y  pu- 
blicada en  Barcelona  en  1888  bajo  el  t.'tulo  de  La  Arqueología  de  E^pa^ 
ña  ^  pues  después  de  dar  cuenta  del  Cerro  de  los  Santos  y  de  sus  anti- 
güedades, y  mencionar  con  toda  circunspección  cuanto  hasta  entonces  se 
había  publicado  sobre  el  particular,  dice  al  final,  refiriéndose  á  los  obje- 
tos de  Yecla  conservados  en  el  Museo  de  Madrid:  «Hay  entre  ellos  tam- 
bién algunas  falsificaciones».  Lo  cual,  observa  Mr.  Heuzev,  oviene  un 
poco  como  la  flecha  del  parto». 

1    Páginas  236  á  238. 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS  Xj 

Pero  justo  es  d^cir  que  antes  d;»  que  se  dijera  en  el  extranjero  y  en 
htras  de  molde  que  entre  los  objetos  de  Yecla  había  falsificaciones,  se 
venia  diciendo  aqu;,  lo  decíamos  en  nuestras  conversaciones  y  era,  por 
decirlD  así,  cosa  corriente  entre  los  arqueólo^^os  y  aficionados.  Kn  un 
principio,  esto  es,  á  ra'z  d-*l  descubrimiento  de  esas  esculturas  en  ei 
Cerro  de  los  Santos,  sorprendieron  de  tal  manera  sus  extraños  caracteres 
sin  precedentes,  que  nadie  dudó  de  su  autenticidad:  ni  D.  Paulino  Savi- 
rón,  que  practicó  las  escavacionjs.  ni  D.  Juan  de  Dios  de  la  Rada  y  Del- 
gado, que  lleno  de  entusiasni")  acometió  el  estudio  de  ellas  haciéndolo 
tema  de  su  Discun;')  d:  recepción  en  la  Academia  de  la  Historia  en  iSyS. 
Todo  el  mundo  crey,')  de  bujna  fe  que  nuestro  Museo  tenía  en  esa  colec- 
ción un  verdadero  tes  )ro  arque  )ló;4Íco.  Fl  Sr.  Rada  dividió  su  estudio  en 
dos  partes  principales,  dj Jicadas  una  al  punto  de  vista  artístico  y  otra  al 
cpi¿;rdtico.  Acaso  fué  este  delicado  punto  el  que  sirvió  dj  partida  á  los 
recelos  y  reservas  con  que  ali^unos  espíritus  suspicaces  empezaron  á  mirar 
esas  antit^üedades.  I-^Uo  es  que  si  en  un  principio  se  aguardó  d  conocer  lo 
que  decía  en  definitiva  la  ciencia  sobre  esos  extraiijs  objetos,  cuando  se 
hubieron  conocido  las  conclusiones,  los  pareceres  se  dividieron:  quienes, 
acaso  los  más,  S3  mmifestaron  djJos)s;  q.iÍ2nrs  incrédulos  en  absoluto; 
quienes,  los  menos,  decidid Ds  dit'ens3res  d:  la  autenticidad  de  todas  las 
piezas.  Las  dudas  no  sj  manifestaban  ace/ca  de  l.i  totalidad  de  las  figuras, 
sino  do  algunas  de  ellas,  ante  las  cuales  solía  arrojarse  sin  vacilación  el 
-dictado  do  falso. 

Tal  era  el  estado  d:  opinión  acerca  de  este  asunto  cuando  el  autor  de 
estas  líneas  se  encargó  de  la  sección  I  del  Mus^o  y  sustituyó  en  el  cargo 
de  Jete  de  la  mis  na  al  Sr.  Rada.  Comprendiendo  que  se  trataba  de  un 
pleito  en  e'  cual  no  era  posible  fallar  sin  un  detenido  estudio  y  sin  aquella 
autoridad  que  en  la  vida  oficial  dep;índe  más  que  de  la  ciencia  de  la  posi- 
ción lograda,  esperó  momento  oportuno  de  acometer  tal  empresa.  La 
contemplación  constante  de  una  cosa,  y  más  si  ésta  entraña  un  problema 
en  cuya  resolución  tiene  el  contemplador  alguna  responsabilidad,  pesa 
mucho  en  un  espíritu  habituado  á  observar  y  comparar.  De  aquí  que 
yo,  sin  abordar  la  cuestión,  pues  atendía  ante  todo  d  la  reorganización 
de  aquel  departamento  puesto  bajo  gii  cuidado,  y  en  el  que  había  ya  miles 
de  antigüedades  de  muy  distinto  género,  las  cuales  era  necesario  inven- 
tariar, catalogar  y  reinstalar  con  arreglo  d  un  nuevo  plan  sistemático, 
me  había  ido  formando  un  criterio  respecto  de  aquellos  extraños  ob- 


88  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

jetos;  y  en  el  artículo  Cerro  de  los  Santos  que  hice  para  el  Diccionario 
Enciclopédico  hispano-americanOy  en  cuyo  tomo  IV  se  publicó,  en  1888, 
escribí:  «No  ha  faltadj  quien  niegue  la  autenticidad  de  algunas  figuras 
de  carácter  egipcio  y  de  animales,  como  asimismo  las  inscripciones,  aun- 
que estén  en  estatuas  antiguas.  Las  estatuas  dudosas  son  en  muy  corto 
número;  en  cuanto  á  las  inscripciones  hay  que  esperar  que  en  no  lejano 
día  se  haga  luz  respecto  de  ellas».  Dado  el  carácter  puramente  informa- 
tivo de  los  artículos  que  sin  fírma  redactábamos  les  colaboradores  de 
dicho  Diccionario,  no  pude  yo  decir  más  en  aquellas  páginas  sobre  ese 
particular;  pero  sí  reflejar  en  tales  palabras  mi  propia  opinión  y  la  con- 
fianza de  que  el  Dr.  Húbner,  á  quien  había  yo  ayudado  á  sacar  calcos  de 
todas  las  inscripciones  del  Cerro  existentes  en  el  Museo,  pronuncia- 
ría pronto  un  fallo  definitivo  acerca  del  aspecto  epigráfico  de  la  cues- 
tión. 

En  esto  estábamos  cuando  vino  á  Madrid  Mr.  Heuzey,  que,  como  él 
mismo  dice,  recibió  ante  las  estatuas  originales  una  impresión  bien  dis- 
tinta de  la  que  había  experimentado  en  París.  «Llevaba,  dice,  más  que 
desconfianza;  pero  apenas  paseé  mis  ojos  por  la  colección,  tuve  el  senti- 
miento de  que  se  hallaban  ante  mí,  junto  á  piezas  difíciles  de  aceptar,  una 
serie  de  objetos  procedentes  de  escavaciones  auténticas,  los  cuales  forma- 
ban un  conjunto  arqueológico  de  alto  interés.» 

Hace  constar  el  sabio  francés  que  si  tan  curiosas  antigüedades  no  ha- 
bían sido  bien  recibidas  y  apreciadas  por  los  arqueólogos  de  otros  países, 
no  había  sido  por  culpa  de  España  y  de  sus  hombres  de  ciencia,  que  desde 
luego  reconocieron  la  importancia  de  tales  piezas  y  no  habían  cesado  de 
señalarla. 

Daba  luego  cuenta  del  hallazgo  de  antigüedades  en  el  Cerro  y  de  su 
copiosa  bibliografía;  y  señalando  el  hecho  de  que  los  arqueólogos  extran- 
jeros c<no  habían  tocado  á  estas  antigüedades,  sospechosas,  á  lo  menos 
puestas  en  tela  de  juicio,  sino  con  suma  precaución  y,  como  suele  decirse, 
con  guantes»,  reconocía  el  aspecto  auténtico  de  muchas,  las  principales, 
esculturas,  deteniéndose  por  fin  en  el  estudio  de  la  indicada  estatua  grande 
y  de  las  tres  cabezas,  que  fueron  las  piezas  por  él  escogidas  de  intento 
entre  las  que  no  tenían  inscripciones,  pues  sólo  atendió  á  estudiar  la  parte 
artística.  Los  vaciados  que  le  sirvieron  para  su  demostración  fueron  he- 
chos para  él  en  nuestro  Museo,  que  se  los  regaló  con  destino  á  la  galería 
de  vaciados  del  Louvre. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  SiJ 

El  viaje  y  la  Memoria  de  Mr.  Heuzey  fué  el  punto  de  partida  de  una 
corriente  de  investigación  científica  que  desde  entonces  viene  haciendo 
Francia  en  nuestro  país,  tanto  por  el  campo  de  la  Arqueología  como  por 
el  de  la  Literatura.  La  primera  muestra  de  ello  fué  la  excursión  informa- 
tiva que  realizó  por  España  Mr.  Arthur  Engel,  en  1891,  comisionado  por 
el  Ministro  de  Instrucción  pública  de  Francia,  dirigiendo  especialmente 
sus  esfuerzos  y  su  atención  al  esclarecimiento  de  la  cuestión  rfe  autentici- 
dad de  las  esculturas  del  Cerro  de  los  Santos.  Acompañaba  á  Mr.  Engel 
un  dibujante  y  ambos  trabajaron  durante  varios  días  en  el  Gabinete  de 
Yecla  del  Museo.  El  fruto  de  las  pesquisas  del  nuevo  investigador  se  pu- 
blicó dos  años  más  tarde,  formando  una  curiosísima  Memoria,  de  la  cual 
forzosamente  hemos  de  ocuparnos  más  adelante.  Bastará  decir  aquí  que 
después  de  hacer  un  detenido  análisis  de  las  distintas  opiniones  emitidas, 
declara  el  verdadero  fin  de  su  viaje  empezando  por  recordar  las  palabras 
con  que  Mr.  Heüzey  terminaba  su  trabajo,  en  las  cuales  indica  la  conve- 
niencia de  hacer  sobre  el  terreno  una  información  (un  enquéte)  en  toda 
regla.  oPara  practicar  esta  información,  dice,  demasiado  tardía  por  des- 
gracia,.me  hallaba  yo  en  Almansa  el  24  de  Febrero,  luego  el  25  de  Octu- 
bre de  1 891,  veinte  años  después  de  las  primeras  escavaciones.»  Añade 
que  no  sin  desconfianza  indagó  si  se  habían  hecho  en  tal  época  trabajos 
escultóricos  en  el  país,  examinó  con  curiosidad  los  escudos  de  armas,  ca- 
piteles, etc.,  de  las  construcciones  viejas;  visitó  el  Cerro  y  aun  removió 
sus  tierras,  recorrió  la  región  y  las  casas  de  los  aficionados  que  conserva- 
ban antigüedades,  de  las  que  algunas  consiguió  llevar  al  Louvre,  y  alguno 
de  aquellos  le  puso  sobre  la  pista  de  cierto  sujeto  al  que  llamaremos  nos- 
otros el  relojero  de  Yecla..,  Acaso  esto  fué  más  de  lo  que  esperaba  mon- 
sieur  Engel,  puesto  que  no  solamente  pretendía  apreciar  la  falsificación, 
sino  descubrir  al  falsificador,  y  él  creyó  encontrarle. 

Entre  tanto  nosotros,  en  el  Museo,  ignorantes  de  tal  enquéte,  nos  pre- 
parábamos á  ocuparnos  de  las  antigüedades  del  Cerro.  Ampliado  el  local 
de  la  Sección  con  una  gran  sala  para  la  cerámica  clásica  y  con  una  gale- 
ría para  los  bronces,  era  llegada  la  hora  de  colocar  dichas  muestras  del 
arte  ante-romano  de  España  en  el  lugar  que  les  correspondía  dentro  del 
proceso  histórico,  entre  las  del  arle  oriental  y  las  del  arte  griego.  La  oca- 
sión era  propicia  para  separar  lo  auténtico  de  lo  falso,  pues  la  mezcla  es 
lo  que  más  perjudicaba  al  efecto  producido  por  el  conjunto.  Acababa  de 
encargarse  de  la  Dirección  del  Museo  el  Sr.  Rada,  el  cual  encontró  algo 


90  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

radical  el  criterio  que  pretendía  yo  seguir  en  la  instalación.  Dos  años  más 
tarde,  cuando  instalamos  definitivamente  el  Museo  en  el  Palacio  en  que 
hoy  se  halla,  al  crear  en  él  la  Sala  ibérica  y  dar  preferencia  en  ella  á  las 
antÍL;ücdades  del  Cerro,  aunque  tropezaba  con  la  misma  dificultad,  hice 
lo  que  pud2. 

Hecho  esto  por  mi  parte,  quedaba  aún  otro  trabajo  que  hicer  y  era 
abordar  en  una  Memoria  la  delicada  cuestión  de  autenticidad  en  lo  que  al 
Museo  atañe.  Mi  propósito  de  hacerlo  estuvo  contenido  por  razones  de 
prudencia  y  aun  más  por  consideraciones  de  amistad,  que  fácilmente 
comprenderán  mis  compañeros.  Pero  hoy  las  circunstancias  han  variado^ 
En  el  curso  de  Arte  antiguo  en  España,  que  explico  en  el  Ateneo,  he  po- 
dido, sin  temor  á  herir  la  susceptibilidad  de  nadie,  y  puedo  ahora  en  esta 
Revista,  puntualizar  extremos,  como  estoy  en  el  deber  de  hacerlo. 

Voy,  pues,  á  señalar,  se¿;ijn  mi  criterio,  cuáles  son  las  piezas  auténti- 
cas del  Cerro  de  los  Santos  y  cuáles  las  falsas,  en  la  colección  del  Museo. 

Pero  antes  es  indispensable  repasar  la  historia  de  tan  interesante  pá- 
gina de  la  Arqueología  ibérica  y  exponer  la  doctrina  tal  como  lo  permi- 
ten hasta  ahora,  los  descubrimientos  y  trabajos  sucesivos.  Al  hacerlo  es 
menester,  por  interés  científico  y  por  deberes  de  patriotismo,  hacer  cons- 
tar toda  la  verdad  de  los  hechos. 

José  Ramón  Mélida. 
(Contitiuará.) 

BERNARDO  DEZ-COLL 

ES  BL  AUTOR  ÜE  LA 

CRÓNICA   CATALANA   DK    PHDRO   IV   KL   CEREMONIOSO   DE  ARAGÓN 

QUE  FUÉ  ESCRITA  POR  LOS    AÑOS     DE    1 365    Á    1 39O 

(Continuación,) 
Ja  Crónica. 

Para  completar  el  estudio  que  nos  hemos  propuesto,  vamos  á  hacer 
algunas  consideraciones  que  nos;  sugiere  la  lectura  de  la  misma  Crónica, 
estudiada  desde  el  nuevo  punto  de  vista  de  ser  Bernardo  Dezcoll,  por  en- 
cargo del  rey,  y  no  el  mismo  rey,  quien  la  escribiera. 

Lo  primero  que  ocurre  preguntar  es: 

¿Quién  sngiriÓ  á  D.  Pedro  la  idea  de  la  Crónica? 

El  pensamiento  de  escribir  un  libro  en  donde  se  narrasen  los  hechos 
más  gloriosas  de  su  remado  debió  sugerírselo  el  ejemplo  de  su  tatarabuelo 


BIBLIOTECAS    Y    MUSEOS  (JI 

D.  Jaime  I  el  Conquistador  con  la  suya.  Este  monarca  hab/a  dejado  gran 
renombre  popular,  tanto  en  sus  estajos  como  en  su  familia,  IlegandO|al- 
gunos.  y  entre  ellos  el  Ceremonioso,  al  extremo  de  darle  el  dictado  de 
Santo.  Desde  D.  Jaime,  pues,  venía  sosteniéndose  en  la  familia  real  y 
corte  aragonesa  una  gran  corriente  de  cultura  literaria  y  artística,  y  sí 
nos  remontamos  á  los  .antecesores  del  Conjuistaiior,  también  encontrare- 
mos á  monarcas  como  Alfonso  I!  y  Pedro  11,  grandes  protectores  de  los 
trovadores  de  su  época,  algunas  de  cuyas  poesías  han  llegaJo  hasta  nos- 
otros. Pues  bien,  D.  Jaime  probablemente  escribió  su  historia  en  un  pe- 
ríodo de  descanso  que  le  dejó  el  gobierno  de  sus  estados  allá  por  el  año 
de  1272,  retirado  en  una  quinta  de  las  faldas  del  Moncayo,  llamada  To- 
•rres  Alies  »,  como  compilara  antes  para  la  educación  de  sus  hijos  el  lla- 
mado Libro  de  Doctrina  ó  Libro  de  Sabiesa,  ignoramos  cuándo  y 
dónde. 

En  su  palacio  vivió  y  su  liberalidad  acogió  y  mantuvo  á  Cerverí  de 
Gerona,  uno  de  los  últimos  trovadores  que  la  lengua  provenzal  emplea- 
ran. Sus  nietos  Jaime  II  y  Federico  de  Sicilia,  fueron  decididos  protecto- 
res de  las  letras.  A  este  último  dedicó  una  de  las  primeras  traducciones 
en  prosa,  que  conocemos,  de  la  Eneida  de  Virgilio,  compuesta  en  italiano 
ó  mejoren  dialecto  siciliano,  el  maestro  Guillermo  Angelo  di  Capua.  De 
Jaime  II,  primero  de  Sicilia  y  luego  de  Aragón,  sabemos  que  protegió  á 
literatos  cristianos  y  judíos,  que  escribieron  diferentes  obras  durante  su 
reinado.  Tales  son  Jahuda  Bon  Senyor,  judío  de  Barcelona,  á  quien  en- 
cargara el  Libro  de  los  Dichos  y  Sentencias  de  los  Filósofos,  escrito  en 
catalán  probablemente  para  la  educación  de  los  Infantes,  de  quienes  fué 
maestro  Ramón  de  Benajhá,  según  tenemos  visto  en  los  Archivos  de  la 
Corona  de  Aragón.  Posteriormente,  en  i3ii,  el  fraile  dominico  Pedro 
Marsilio,  presentaba  al  rey.  quien  se  holgó  mucho  de  ello,  un  domingo  al 
salir  de  misa  en  la  iglesia  de  Dominicos* de  Valencia,  un  libro  primorosa- 
mente encuadernado,  unos  comentarios  en  latín  de  la  Crónica  que  Jaime  I 
escribiera  en  catalán  -.  Por  cierto  que  alcanzó  esta  obra,  sin  duda  por  la 
lengua  erudita  en  que  estaba  escrita,  mayor  renombre  y  popularidad  que 
la  del  propio  rey,  aun  entre  los  mismos  de  su  propia  familia,  á  juzgar  por 


1  Ba laguer.— /fiifon'a  Je  Cataluña. 

2  Tal  obsequio  valiera  á  su  autor  el  ser  noribrado  ilonsejero,  Kinbajador  y  Cronista  de  aquel 
Monarca. 


92  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

el  número  de  ejemplares  que  de  la  misma  existían  en  la  Biblioteca  real 
de  Aragón  ». 

Pero  volvamos  á  la  cultura  de  los  infantes  aragoneses.  Su  hijo  D.  Redro, 
Conde  que  fué  de  Prades,  compuso  una  especie  de  poema  alegórico  de  se- 
tecientos versos,  que  recitaran  los  juglares  cuando  la  fastuosa  coronación 
de  su  hermano  el  primogénito  en  Zaragoza  ^  (iSaó).  El  otro  infante,  Don 
Pedro,  Conde  de  Urgel,  lo  mismo  que  sus  sucesores,  fué  gran  aficionado  á 
los  libros  y  protector  de  los  hombres  de  letras,  habiendo  escrito  un  tratado 
de  Gaya  Ciencia  3.  . 

Otro  tanto  ocurría  con  la  rama  de  Mallorca  D.  Jaime  III  el  Despojado, 
que  tan  caballerosamente  supo  perder  la  cabeza  en  los  campos  de  Llunch- 
mayor,  (1349)  había  compilado  en  lengua  latina  las  costumbres  palatinas 
de  su  corte.  A  este  propio  Monarca,  ó  tal  vez  á  su  hijo  Jaime  IV  el  Desdi- 
chado,  durante  los  i5  años  que  le  retuviera  preso  en  fuerte  jaula  de  hierro 
su  tío  el  Ceremonioso,  dedicaba  Fray  Antonio  de  Ginebreda  una  traduc- 
ción catalana  del  Libro  de  Consolación  de  Boecio;  y  siguiendo  la  ilación 
interrumpida  de  la  casa  aragonesa,  hemos  de  añadir  que  hasta  las  mismas 

1  En  efecto,  eo  el  inventario  de  la  librería  de  D.  Martín,  hecho  después  de  su  muerte  y  pu- 
blicado por  el  Sr.  Massó  y  Torrens  (D.  J.),  no  se  encuentra  en  tan  voluminosa  lista  ningún  ma- 
nuscrito de  la  Crónica  de  Jaime  I.  Sólo  el  núm.  209  habla  de  unas  letras  del  rey  D.  Jaime:  «ítem 
un  altre  Ilibrc  De  Letres  del  Rey  En  Jacme  en  Lemosi  scrit»,  mientras  que  del  Marsilio  fíguran 
dos  ejemplares  que  el  Notario  describió  así:  «36.— ítem  un  altre  Ilibre  appellat  Vida  del  Sant 
Rey  en  Jacme  en  lati  scrit  en  pergamins,  ab  ports  de  fust,  cuben  de  cuyro  vermell  emprenptat 
sens  tancadors  lo  qual  comen<;a  en  la  rubrica  de  vermello  «Incipiunt  capitula»  e  en  lo  negre 
*nc  conjunctione  domus  imperatoris*  e  faneix  «M.°  CCC  tertio  décimo  quarto  nonas  Aprilis.» 

«237.— ítem  un  altre  Ilibre  appellat  Vida  del  Sant  Rey  en  Jacme  tn  lati  scrit  en  paper  ab  ports 
de  fust  cubert  de  cuyro  vers  ab  tancador  de  cuyro  vermell,  lo  qual  comenta  lo  vermello  «Inci« 
piunt  capitula»  c  en  lo  negre  «De  coniuncione  domus  imperatoris»  e  faneix  en  la  derrera  carta 
«Anno  Dumini  M.^  CCC.<'  XIII  nonas  aprilisj» 

2  Vid.  Muntaner,  Crónica,  cap.  297  y  98.  Edición  de  Bofarull. 

3  «Carta  del  Rey  D.  Martín  ofreciendo  al  Conde  de  l.'rgel  libros  de  gaya  ciencia. 
Lo  Rey. 

Comte  car  cosi.  Vostra  letra  havem  reebuda,  noiificant  nos  que  com  vos  tcmps  ha  haiats 
€omeo<;»t  un  libre  de  la  sciencia  gaya,  lo  qual  havcts  dre^at  a  nos,  e  a  la  perfeccio  daquell  ague- 
sels  necessarias  despendicies  de  ca^a  singularment  de  vcnadors  plagues  a  nos  emprestar  vos  lo 
libre  de  la  cafa  quel  compte  de  foix  trames  al  rey  don  Johan  frare  nostre  que  deus  haya.  E  res- 
ponemvos  que  nos  apres  que  nos  som  vcnguts  de  Sicilia  vehents  que  lo  dit  libre  era  pus  neces- 
sari  a  nostre  molt  car  primogenit  lo  Rey  de  Sicilia  que  a  nos  emviamli  aqucll  e  per  con^eguent 
no  es  en  poder  nostre.  Empero  nos  en  tepim  I  altre  sobre  fet  de  la  ca^a  axi  matex  lo  qual  ab 
altres  molts  libres  nostres  es  a  Baichinona.  Com  plaura  a  Deus  hi  siam  nos  lous  trametren  per 
tal  queus  en  pux  its  ajudar  en  la  ubra  dessus  dita.  Dada  en  Valldaura  sots  nostre  scgell  secret  a 
XXVIIII  dics  de  octubre  del  any  MCCCCIIII.  Rex  .Marti  lus. 

CoTiiii  Urgel'i.  (R>cg.  2248,  fol.  71  v.) 

(Publicado  por  mi  amigo  el  laborioso  Archivero  Andrés  Giménez  Soler,  en  su  iateresantí- 
sim  i  obra  titulada  /).  Jaime  de  Aragón,  último  Conde  de  Urgel.  Memoria  leída  en  las  sesiones 
ordinarias  celebradas  por  la  Real  .\cademia  de  Buenas  Letras  los  días  11  y  25  de  Abril  de  1899, 
que  es  de  donde  lo  tomamos,  pág.  78,  doc,  VIL  Barcelona.  Hijos  de  Jaime  Nepus,  impresores. 
Calle  del  Notariado,  9.  1899.) 


BIBLIOTECAS    Y    MUSEOS  qS 

infantas  s?  entregaban  con  apasionado  acento  al  cultivo  de  la  poesía.  Tal 
ocurre  con  doña  Constanza  ',  hermana  de  Pedro  IV  y  esposa  del  último 
monarca  mallorquín  arriba  citado.  Así  pues,  nada  tiene  de  extraño  que 
siguiera  y  continuara  Don  Pedro  la  tradición  literaria  de  sus  mayores, 
mandando  escribir  multitud  de  libros  y  ordinaciones,  tales  como  las  de  la 
Orden  de  la  Caballería  de  San  Jorge,  las  de  la  real  casa  de  Aragón,  (que 
no  son  otra  cosa  que  las  que  publicara  cuatro  años  antes  en  latín  su  cuña- 
do el  de  Mallorca)  ni  que  hiciera  componer  libros  de  Astronomía  á  Dal- 
mau  Ses  Planes  ^,  ni  que  encargara  costosos  mapas-mundi  al  judío  mallor- 
quín Jafuda  Cresques  (iSyS)  para  la  educación  del  Príncipe  D.  Juan,  naen 
valde  llamado  después  por  sus  afíciones  el  amador  de  toda  gentileza,  ni 
que  mandara  traducir  al  catalán,  al  fraile  Guillermo  Ses  Comas, el  Alcorán 
de  Mahoma,  ni  que  ordenara,  por  último,  componer  la  Crónica  de  su  reí- 
nado  á  su  Maestro  Racional  Bernardo  Dezcoll.  Tanto  más  cuanto  que  e'l 
mismo  no  se  desdeñara  de  satirizar  y  poner  en  solfa  los  desinteresados  é 
ideales  matrimoniales  de  su  primogénito,  que  tanto  malbarataba  con  sus 
platonismos  los  planes  de  su  política  ambiciosa;  así  le  vemos  componer 
aquella  poesía,  que  ha  llegado  hasta  nosotros,  y  que  empieza 
Mon  car  fil  per  sant  Anthony,  etc. 


y  nos  dejara  aquella  media  docena  de  consejos  ó  precauciones  de  hombre 

de  gobierno  sutil  y  escarmentado,  que  con  el  nombre  de  Motius  del  Rey  En 

« 

1  Véase  sino  la  siguiente  apasionada  poesía  que  dio  á  conocer  el  doctísimo  Milá  y  Fonta- 
nals  en  la  Revué  des  langues  rvmaines: 

E  iz  yeu  ain  tal  que's  bo  e  belh  Sin  breu  de^ay  no  us  vey  tornar 

E  suY  Kí»y*  <^o'  blanch  auzelh  Que  tant  me  tarde  labrassar 

Que  per  amor  cri  ■.  son  ch  .nt  *    E  rayssonar 

E  suv  senyora  e  capdelh.  E  tota  res 

En  vueylh.qu'  en  amor  nosn'apelh  E  quant  me  pens  que  us  n'ets  anatz 

Car  sur  totes  suy  mils  aman,  E  no  tornats 

Que  chausit  ay  lo  pus  presan  E  quant  lunyats  vos  ctz 

El  mils  del  mon,  e  1  ame  tant  Desesperáis  caix  viu  mon  cor 

Quez  en  pensan  lo  cucy  veser  Per  p  luch  no  mor 

K  car  teñir  í>>'n  breu  no  n*  hay  guirensa. 

E  cant  nos  ver  Tornad:», 

Un  dcsespcr  me  fer  tan  gran.  Merce  mairits  que  sufren  pas 

Cant  lo  sav  lav  ves  Fransa.  Los  mals  qucn  dats  c  dons  tornatz 

Lanyoramcnt.  el  gran  desir  Que  cap  tresor 

Quien  ai  per  vo^,  me  cuid  alcir  No  val  un  cor 

•Mon  dols  senyor  e  car  que  per  vos  mor 

E  ben  llcy  poray  tosí  morir  al  amorosa  pensa. 
Per  vos  qu'ieu  am  tant  c  dezir 

2  Publicado  por  Massó  en  1890  con  este  título:  «Tractat  dAstrologia  o  sciencia  de  les  steics, 
compost  baix  ordc  del  Rey  en  Pere  III  lo  Ceremonios  per  Mestre  Perc  Gilbert  y  Dalmau  Planas 
ab  la  colaboracio  del  juheu  Jacob  Corsuno».  Imprenta  de  Giró.  Barcelon-».— 42  págs. 


(Jl  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

Pcrc  publique  años  hace  ».  Con  una  oorte,pues,  donde  en  tal  aprecio  se  te- 
nía á  las  letras,  no  es  de  extrañar  que  sea  aquella  centuria  el  siglo  de  oro 
de  la  literatura  catalana  y  floreciesen  monarcas  de  alkiones  tan  refinadas 
y  cultas  como  D.  Juan  I  y  su  hermano  D.  Martfn,  que  protegen  á  alqui- 
nistas  como  Jaime  Lustrach,  astrólogos  como  Cresques  de  Viviers,  cartó- 
grafos como  Jaime  Rív.s,  músicos  extranjeros  como  Everly,  ni  que  se 
instauren  en  i3y8,  en  Barcelona,  los  Juegos  Florales  de  la  Gaya  Sciencia  á 
imitación  de  los  de  Tolosa,  ni  que  en  Mallorca,  Valencia  y  Cataluña  flo- 
rezcan literatos,  poetas  y  íilósofos  como  Bernatt  Merge,  autor  de  un  Somni 
y  de  un  Elucidari;  Jaime  Conesa,  que  traduce  ai  catalán  las  Crónicas 
Troyanas;  Jaime  March,  tronco  de  una  familia  ilustre  y  autor  de  poesías 
y  de  un  Dicionario  de  la  rima;  el  valenciano  Jaime  Roig  autor  del  libro 
de  La^  Dones;  el  mallorquín  Guillermo  de  Torrella,  autor  de  una  fábula 
del  ciclo  del  Rey  Artús;  Berenguer  de  Noya,  autor  de  Lo  Mirall  de  Tro- 
bar  '  Guillermo  Vadell,  autor  de  una  Métrica,  que  se  ha  perdido,  secun- 
dado dicho  movimiento  por  religiosos  tan  notables  como  el  polígrafo 
Francisco  Kximenis  y  los  teólogos  San  Vicente  Ferrer  y  su  hermano  Bo- 
nifacio, Fray  Bernardo  Oliver,  Obispo  de  Huesca,  autor  del  Libro  escita- 
iotario  del  Pensamiento  á  Dios,  el  popularísimo  fraile  mallorquín  Fray 
Anselmo  de  Turmeda,  fraile  moralista  y  satírico,  que,  después  de  apos- 
tatar, marchó  á  Túnez  y  alcanzó  renombre  y  escribió  libros  en  árabe 
con  el  nombre  del  moro  Abdalá  3. 

# 

1  Vid.  Bá)leiín  Soc  ,  .Vrq.  Luliana.  (Año  181)2,  pág.  143) 

2  Ksiá  á  pumo  dt  ver  la  luz  pública  el  primer  volumen  de  las  Poéiic.is  caiaUnas  medioeva- 
les que  comprenderá  el  antedicho  libro  de  Nova  y  la  .Voi'd  Árt  dt  Trobarótl  caballero  Francisco 
de  OU\a.  \  esios  opúsculos  se^juirán:  Ham«»n  Corncí,  /)<»cíniia/  de  Trabar;  Ramón  Casteilnou» 
Compendi  déla  vicis:  M-rch  (Jaime)  /,í^r<»  de  Conccrdancies^:  Lluis  dA  versó,  rorcimany; 
reramanKi^  de  Pisa  y  una  traducción  de  la  Retorkha  del  Brureto  Latino. 

;<  \  continuiciÚQ  publicamos  un  inieresaniisimo  documento  inédito  y  desconocido  refe- 
rente á  los  últimos  tiempos  de  su  ap<'stasia.— Se  lo  teníamos  ofrecido  al  con  justicia  .Morado 
patricio  y  literato  catalán  nuestro  bondadoso  ami^o  O.  Víctor  Bala^ucr,  h.  ce  poco  arrebatado 
por  \:\  muertí',  para  una  de  las  futuras  ediciones  de  sus  obras. 

FRATRIS  KNCtLMI  TL'RMKD.\.  Nos  Altonsus  etc.  Tenore  presentis  ceriis  ex  causis 
animuin  nos:rum  moven  ibu^  et  e\  ccrt«  nostra  >ciencia  sub  verbo  ct  lide  nostris  Regalibus 
guidamus  afíiJamus  el  as  ecuramus  vos  dilecium  nostrum  natrem  Kncelmum  Turmeda  alias 
Ai  CÁYDl'St  .íBüALLá  iia  quod  libere  ci  secure  et  absque  impedimento  novitate  el  detrimen- 
to cutusquam  cum  quiDusvis  navíbus  ga'.cis  b.ir^antinis  et  alus  fustibus  maritimis  tam  Chris- 
tianorurn  quam  sarracenorum  et  iin  nobis  amicorum  quiin  inimicorjm  possilis  et  libere  va- 
leiti>  una  cutn  u.\oribus  ñliis  et  liliabuN  serviioribus  e:  ^ervitricibus  sarracenis  et  christianis 
auro  ar^^ento  pecuniis  mercanciis  et  JÍiis  qaibu^cumque  rebus  et  bonis  vestris  et  aliorum  cujus- 
cumque  f  jerint  speciey  numeris  seu  valorem  et  quoru  n  nomina  specien  valorem  el  numerura  hic 
haber:  volumus  pro  sufticienter  expre^sis  cí  comprehensis  posiiis  et  libere  raleatis  recedere  ad 
civitatem  seu  portu  Tuniciiti  ali.s  quibuÑcu'nque  civiij  ibus  terris  castris  el  portubus Regís Tu- 
nicii  seu  altcriu'i  caiusbrseí  ad  quasv.s<.iv:t.ites  térras  et  castra  ac  portus  et  plagias  nostrorum 
Regn.>ru:n  terr.iru-n  et  marium  tan  citra  quam  ultra  inarinorum  reñiré  inibique  vos  cam  dicta 


Volviendo  pues  ¿i  njírstri'  asen:-  '■■jrrí'jy  -t  átz'  qut  •;  "j-  -r.  ,j^  ::;.- 
las  añcion-js  :"ue  mijy  aai:-  ¿  '.é:»-  jsr.-ras  erjaiiai-.  a-»  t.  aut  Tis^::*  ¿iuTIc  « 
menudo  en  sus  esc^:::^^  ;•  pí'-.'&r  '.tu-:.  ;  ;;r.  sj-r  jí;:;ílV-'-  :■.;.:._  •  -  :  ^• 
c:inseier:>s  y  eTiba^ad-.'e.-.  y  t-  !ci«  ¿rtrija.-  c  >-  i)-!*--:»-  :■-■.■:..,:._  =i-i: 
de>de  los  pL:-p:to>  ar  ".a^  j-:ie>:L''-.  at  r.,.:  :-r  jie  it-xiiv  i-':-..--.*  .  ■:  .«r 
ZLie  enionces  y  d;^'L'.:t  s.^i-.»^  -jt  :_'v:_-':'t  :rL::i'.¿  w.-z.-ót  .«?  £.  —  - 
r.js  r-Líblicas. 


«putera  m-jy  aaa:- l  .t  it-">'L  Dt  :".•'  la-  'j'>  •'  a-.'j.¿:'t  •--  r::rr  r: 
le  >jy£  cjarid:-  Zire  •  Er  :l.  j:»-  '^■;  i  Ni"  :;.lí  íí'¿::  .íi  T'.rz-r'.; 
^.I■^a^  jie  «a  rji'dí.  jjt  ri'.  ti'.*?  *.li  l"  v  ai_v-.'-asi  T^Hí'  i.  '  ■tr-u.i^.r:. .'  i. 
yr'di'  t.  lirr:  :■  ::r:':  -l  jt  -  ^t::;;':  iLti-ti-^í;.:  *:  ^*iwr  -e-  -r:  .^.-rt 
--cridí'  :!:::::■ -r.  .'.-"r-.  av  r.«-  t'j'i'j'"  : 'f.  st  b*_-':.'¿  '.aziiTr.:: .:. .«  ^:."=r 
JITjI-  .c  "    i.ú  3r  r"* -.-'--' le   -■•-  *.t.''  i  '  tr    -. ,  tt  j '.   l'-'^'i  'i'.*:  •■*i^    — .  ; 

ir^  .Ta'.  itn-ra  jt:r.  -.a-*:' .¿r  *.!  r  .-;  t-  «'  i-fr-.L'  :íí:  :■:■•'  ::.  I  .L-irrn. 
~e'.  r-a!  r.ar*  a  ya  c  .a  :.¿.::.''  -.a  jt  ::•.••  •,':  lí:  _'i'.  ::jí:  i-t.^.í!:;  ¿  .*,  ■  r-- 
^  i»r.  a-'írrt.ic.  31'.  TTj'.'''.a' »t     j-*!  't  r  _*     _'    ít'      ■  t  _".  i  l    irr      r**!    '    r-i"* 

.i  ara:*:  f  r  .-ri-t:*.  C-."c'*.t  v  :  •  -j—C'.  'jt  r'.-  :t  :;í:-  '^-.r.  '..:.•     L'»J._t  zji  -¿t 

•L^U  í--^t  ■-.  :-r-  -;  -■:■-  '  -■■:  -  -"---■:  -:.-  ■  -:  -  •  "  -í:.  "r  -..•  i  .  •  :í-- 
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96  REVISTA   DE   ARCHIVOS 

Tales  lecturas  debieron  producir  extpaordinario  efecto  en  el  ánimo' de 
aquel  monarca,  pudiendo  influir  también  el  deseo  de  sincerarse  ante  la 
posteridad  y  ante  la  historia  de  la  usurpación  del  reino  de  Mallorca, 
porque  es  de  advertir  que  el  capítulo  más  detallado  y  extensamente  escrito 
€8  el  capítulo  III  *,  en  donde  se  narran  las  diferencias  con  el  de  Mallorca 
y  expoliación  de  su  reino.  Que  el  fallo  de  la  Historia  preocupaba  mucho 
á  D.  Pedro,  nos  lo  declara  él  mismo  cuando  dice:  «Asimismo  fué  roto  y 
hecho  pedazos  el  sello  de  la  Unión,  á  fin  de  que  nada  apareciese  de  los 
actos  antedichos  en  el  porvenir,  ni  pudiese  demostrarse  nada»  (pág.  282), 
y  en  la  carta  que  insertamos  más  adelante  donde  dice:  «El  otro  capitulo 
(VII)  que  trata  de  la  rebelión  del  Juez  de  Arbórea,  tenemos  por  bien  que 
sea  hecha  mención  en  él  de  todos  los  hechos,  aunque  los  haya  de  gran 
mengua  para  Nos,  porque  justo  es  que  si  contienen  las  provisiones  que 
Nos  ordenamos,  y  Dios  quería  castigarnos  á  Nos  y  ayudar  al  Juez,  por 
esto  no  resultaría  que  Nos  no  obrásemos  con  diligencia  en  aquellos  he- 
chos, y  nuestros  sucesores  podrán  apreciar  nuestra  diligencia.» 

Pero  su  preocupación  constante  fué  la  causa  de  la  Casa  de  Mallorca, 
acerca  de  la  cual  decía  á  su  Cronista  á  raíz  de  la  última  intentona:  «Por 
lo  que  toca  al  hecho  de  las  compañías  de  este  año,  no  nos  parece  que  se 
deba  hacer  mención  de  ellas,  porque  hecho  alguno  bueno  no  se  ha  seguido, 
ni  aun  puede  seguirse  ninguna  conclusión  buena.  Como  que  se  trata  de  un 
hecho  que  es  cosa  juzgada.» 

Biblioteca  oniversitaria  de  Barcelom,  su  grande  y  hermosa  letra  dan  cierto  carácter  de  verosi- 
militud  á  semej:inte  especie,  si  bien  las  variantes  que  en  i\  se  notan  con  los  nueve  códices  res- 
tantes que  conocemos,  de>v  mecen  semejante  aserto.  Nada  tendría  de  extraño  que  el  mismo 
códice  de  Poblet,  recien  acibado  de  escribir,  hubiese  sido  presentado  al  rey  por  el  Abad  Pedro 
de  Copons,  quien  lo  mandara  escribir  á  ñn  de  conservar  en  su  biblioteca  la  Crónica  de  aquel 
valeroso  rey,  que  tan  honrosa  sepultura  tenia  en  su  mona^terio.  Lo  que  si  es  indudable  que  en  la 
autenticidad  del  códice  de  Poblet  no  creeria  el  rey  D.  Pedro,  toda  vez  que,  más  adelante,  al 
mandar  al  escribiente  de  su  curia  Jum  de  Birbastro,  natural  de  Zaragoza,  que  le  sacase  una 
copia  en  pergamino  de  gr  m  tamaño  y  hermosa  letra,  no  se  valió  para  nada  del  llamado  ejemplar 
auténtico  de  Poblet,  y  si  de  otra  versión,  que  es  la  más  generalizada  y  seguida,  y  concuerda  exac- 
tamente con  laque  hicieron  imprimir  en  Valencia  los  JuraJos  de  este  reino,  antes  de  enviar  por 
encargo  de  Felipe  II  un  rico  ejemplar  que  tenían  de  la  misma  á  la  Biblioteca  Kscuriaicnse.— 
Consérvase  el  códice  de  mano  de  Barbistro  con  alguna  apostilla  autógrafa  y  señales  marginales 
dcUlcy  D.  Pedro  en  l.i  riquísima  Biblioteca  del  Excmo.  Sr.  Conde  de  Ayamaná  en  Palma  de 
Mallorca.— Al  final  del  códice  y  de  la  misma  mano  del  texto  se  lee  lo  siguiente:  «Mandatus  Sc- 
renissimt  Domini  Petri  Dei  gratia  Regis  Aragonum,  Valentiae,  Majoricarum,  Sardinis  et  Corsi- 
cae,  Comitisque  Barchinon.e,  Rossillionis  etCeritani^e,  cujus  ingenio,  gratia  dei  prsunte,  Petrus 
Rex  Castells,  crudelissimus,  a  regno  ip.Uus  durante  guerra  inter  ipsos  Reges  fuit  debu^tatus  et 
regressus  maou  Illustris  fienrici  postea  Castellae  regis  intra  Castellam  fuit  gladio  laceratus;  Ego 
JOH.ANNCS  de  B.VRB.VSTR  >  de  scribania  predicti  domini  Regis  \ragonum,oriundusCesarau- 
gustae  scripsi  Ciuitite  Barchínona;.  Anno  a  Nati  vítate  Dmi.  M.*'  CCC.°  octuagesimo  scripsi:  x.» 

1    Baste  decir  que  el  tercero  sólo  tiene  136  páginas  y  los  cinco  restantes,  incluso  el  quinto  que 
trata  de  la  guerra  de  Castilla,  entre  todos  304. 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS  97 

Más  adelante  volveremos  sobre  este  punto,  y  explanaremos  con  docu- 
mentos lo  que  el  rey  quería  ocultar  y  lo  poco  que  su  Cronista  osó  escribir 
ó  tenía  ya  redactado  cuando  recibió  la  orden  del  Ceremonioso.  Pero  vol- 
vamos al  tema  sobre  que  discurríamos,  ó  sea  á  que  la  lectura  del  libro  de 
su  tatarabuelo  le  sugirió  el  proyecto  que  encomendara  á  Dezcoll. 

Dedúcese  del  cotejo  de  las  Introducciones  de  ambas  Crónicas. 


Dice  D.  Jaime: 

«...teniendo  en  la  memoria  las 
notables  mercedes  que  el  Señor  nos 
había  otorgado  durante  nuestra  vi- 
da, y  muy  particularmente  en  los 
últimos  años;  ...y  para  que  los  hom- 
bres conociesen  después  de  nuestra 
vida  mortal  cuáles  habían  sido  nues- 
tras obras  con  la  ayuda  del  Señor 
Poderoso  que  es  Trinidad  verdade- 
ra dejamos  por  memoria  este  libro 
que  será  á  los  que  lo  leyeren  un  tes- 
timonio de  las  muchas  gracias  que 
Dios  nos  ha  dispensado,  y  á  todos 
un  ejemplo  para  que  lo  hagan  lo 
que  Nos  hemos  hecho,  poniendo 
toda  nuestra  confianza  en  el  Señor 
Todopoderoso.»  (Traducción  de  M. 


Dice  D.  Pedro: 

«...habiendo  recibido  diversas 
gracias  y  multiplicadas  durante 
nuestra  vida  de  la  infinita  bondad 
de  nuestro  Criador,  hemos  pensado 
y  querido  que  dichas  gracias  debie- 
sen consignarse  por  escritos  hacien- 
do de  todas  ellas  un  libro  que  sir- 
viese, no  para  nuestra  vanagloria 
y  alabanza,  sino  para  que  los  reyes 

sucesores   nuestros    lo    leyesen 

tomem  ejemplo...  y  confíen  y  espe- 
ren en  él...  sufriendo  las  tribulacio- 
nes con  paciencia  cuando  Dios  nos 
las  envía,  según  nos  lo  demuestra 
ya  mi  señor  San  Jaime  en  su  Cró* 
nica,  etc.»  (Traducción  de  BofaruU, 
pág.  24.) 


Flotats  y  A.  Boíarull.) 

Como  se  ve,  hay  un  verdadero  paralelismo  entre  ambas  redacciones, 
siendo  la  una  imitación  de  la  precedente..  El  Conquistador  escribe  su 
libro  para  los  hombres,  el  Ceremonioso  para  los  reyes  sus  sucesores. 
Hasta  en  este  detalle  se  refleja  el  mismo  carácter  de  ambos  monarcas; 
humano,  ingenuo  y  heroico  el  tatarabuelo,  cortesano,  artificioso  y  sagaz 
el  tataranieto. 

Por  cierto  que,  no  obstante  de  las  protestas  de  religiosa  humildad  que 
consigna  el  último,  escápase  en  su  prólogo  cierto  tufillo  de  engreimiento 
y  vanagloria  como  monarca  y  como  político.  Y  es  en  vano  que  declare 
que  sólo  á  Dios  son  debidos  sus  triunfos,  advirtiendo  que  no  se  han  de 
atribuir  á  su  propiaL  prudencia  y  sutile¡{a,  ni  á  la  astucia  de  su  pueblo,  ni 


gS  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

al  parecer  de  sus  consejeros,  ni  á  sus  compañías  de  peones,  ni  á  la  diver- 
sidad de  naciones  sujetas  á  su  Corona,  etc.,  etc.  » 

De  la  estima  en  que  tenía  la  Crónica  de  Jaime  I  es.  buena  prueba  el 
hecho  de  haber  dispuesto  en  los  újtimos  años  de  su  reinado  la  copia  del 
soberbio  ejemplar  en  vitela,  de  que  queda  hecho  mérito,  sin  duda  para  que 
estuviese  dignamente  representado  en  su  archivo. 

Contribuiría  además  á  fomentar  el  proyecto  de  mandar  escribir  su  pro- 
pia historia  el  hecho  de  que  todos  los  reyes  de  Aragón  anteriores,  empe- 
zando acontar  desde  Jaime  I,  tuviesen  su  Cronista.  Le  tuvieron  Pedro  III 
y  Alfonso  III  en  el  caballero  Desclot,  Jaime  II  y  AlfonsolV  en  el  entusias-  . 
ta  Ramón  Muntaner,  quien  dedicara  veinticuatro  capítulos  de  su  Crónica 
general  al  reinado  de  este  último.  La  influencia  de  la  Crónica  de  Munta- 
ner en  la  del  Ceremonioso  puede  verse  en  lo^s  dos  primeros  libros  de  ésta, 
comprendiendo  la  conquista  de  Cerdeña  y  las  fiestas  de  la  coronación  de 
Alfonso  IV  en  Zaragoza,  que  están  más  detalladamente  historiados  en 
aquella  que  en  ésta,  si  bien  contienen  ciertos  rasgos  personales  y  minucio- 
sidades de  los  personajes  de  la  real  familia,  dignos  de  la  mayor  estima. 

Por  otra  parte,  la  prosperidad  y  fortuna  que  habían  guiado  en  casi 
todas  sus  empresas  al  del  Punyalet,  tanto  en  lo  interior  como  en  lo  exte- 
rior, debían  tenerle  engreído  hasta  el  extremo  de  creer  que  fué  su  reinado 
uno  de  los  más  gloriosos  de  su  estirpe;  de  aquí  la  celebración  del  quincua- 
.gésimo  aniversario  de  su  coronación,  su  cuarto  matrimonio  y  coronación 
con  la  viuda  Sibila  de  Forcia  en  Zaragoza,  y  otras.  Sea  como  fuere,  es  lo 
cierto  que  el  año  iSyS,  á  primeros  de  Agosto,  estando  veraneando  el  rey 
en  el  Monasterio  de  San  Cucufate  del  Valles,  escribía  á  su  Cronista  Dezcoll  • 
la  siguiente  carta,  la  cual  era  indudablemente  contestación  de  otra  remi- 
tida al  Monarca  por  su  Cronista,  que  desgraciadamente  se  habrá  perdido. 

De  todos  modos,  tienen  las  instrucciones  del  rey  dadas  en  esta  carta 
un  interés  extraordinario,  porque  nos  revelan  el  pensamiento  del  Monar- 
ca y  el  concepto  que  tenía  de  lo  que  debía  ser  su  historia,  que  debía  re- 
dactarse con  la  minuciosidad  de  un  diario  (per  jornadas  e  per  menut). 
Empresa  de  todo  punto  difícil  cuando  se  intenta  escribir  una  autobiogra- 
fía redactada  por  agena  mano.  He  aquí  la  traducción  literal  de  la  carta, 
que  puede  saborearse  en  la  lengua  en  que  fué  escrita  en  el  apéndice  II, 
documento  I  de  esta  Memoria. 

I    Los  coaceptos  de  sutile/a  y  prudencia  hemos  querido  subrayarlos  por  la  miga  que  tienen 
en  boca  del  rey. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  gg 

Antes,  empero,  de  insertarla,  trazaremos  en  esquema  el  contenido  de 
la  obra,  de  los  capítulos,  acontecimientos,  años  y  páginas  que  comprende, 
i  fín  de  que  se  vea  más  claramente  la  distribución  y  plan  de  que  habla  el 
Ceremonioso  y  el  libro  ó  capítulo  VII  de  que  está  falta  y  que  probable- 
mente debió  ser  escrito  por  Dezcoll.  , 

CAPÍTULO  I 
Páginas,    56. — Sucesores  de  Jaime  II,  Coronación  de  Alfon- 
so IV,  conquista  de  Cerdeña iSig  á  i335 

CAPITULO  II 
Páginas,    35. — Coronación  y  primeros  actos  del  rey.  .     .     .    i336  á  1342 

CAPITULO  III 

Páginas,  i36. — Usurpación  del  reino  de  Mallorca i343  á  i345 

CAPÍTULO  IV 
Páginas,    42. — Levantamiento  de  la  Unión  en  Aragón  y  Va- 
lencia  1348  a  1 35o 

CAPÍTULO  V 
Páginas,    26. — Confederación  con  los  venecianos  contra  Ge- 
nova  i352ái355 

CAPÍTULO  VI 
Páginas,    42. — Guerras  con  Castilla i356ái366 

CAPÍTULO  VII 
Páginas,    34. — Veinte  noticias  sueltas  sin  ilación i374ái38o 

Tradncción  litaraL 

^EL  REY.  Bernardo  Dezcoll:  Vuestra  letra  hemos  recibido  y  os  res- 
pondemos que  tenemos  por  buenos  los  capítulos  I,  IL  y  IIL  de  la  Cróni- 
ca, pero  que  lo  hagáis  (lo  escribáis)  al  detalle  lo  más  que  podáis. 

(IV) 

El  IV,  hablando  de  la  Unión,  podéis  hacer  (poner  en  limpio)  hasta  el 
punto  que  nos  tenemos  pisto,  (revisado)  y  después,  cuando  llegareis  a  di- 
cho punto,  (á  que  el  rey  había  llegado  en  su  reconocimiento)  bien  encon- 
trareis el  hecho  como  pasó  más  adelante,  poniéndolo  por  jornadas  espe- 
cificada y  largamente  y  haciendo  mención  de  todo  lo  que  nos  hicimos  en 
las  dichas  Uniones,  Y  de  las  jornadas  podéis  certificaros  mucho  con  los 


lOO  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

libros  de  nuestro  escribano  de  ración,  y  si  en  algo  dudareis  »  por  el  de- 
bate que  decis  que  teníamos  en  Zaragoza  ó  por  otra  manera,  dejad  espa- 
cia (hojas  en  blanco)  de  guisa  que  toda  vegada  se  pueda  continuar.  Por- 
que /tacedlo  como  me jor  podáis;  como  empegaron  y  después  como  se  $f- 
guieron  y  lo  que  hicifiws  nos  y  á  que  conclusión  vinieron  y  asi  por  orde- 
nar largamente. 

(Vj 
El  otro  capitulo,  que  es  el  V,  que  trata  de  la  conjeder ación  de  Vene^ 
cia  y  de  las  otras  cosas,  tenemos  por  bueno  que  lo  hagáis  según  nos  hacéis 
saber,  y  que  lo  hagáis  al  detalle  y  por  jornadas  como  mejor  podáis.  Y 
nombrad  en  él  cuantas  y  cuales  personas  pasaron  con  Nos  á  Cerdeña, 
después  que  Bernardo  de  Cabrera  hubo  vencido  la  escuadra  de  los  geno- 
vesses  y  hubo  tomado  á  Alguer,  y  después  la  rebelión  de  Alguer,  según 
nos  hacéis  saber.  Y  asi  mismo  haced  mención  nos  en  donde  regresamos  y 
en  donde  tomatnos  tierra  y  después  que  nos  ocurrió,  por  jornadas,  y 
cuales  murieron  y  con  quienes  regresamos  asi  como  más  claramente 
podáis  al  detalle. 

(VI) 
El  Vi,  que  trata  de  la  guerra  con  Castilla,  por  lo  mismo  que  el  hecho 
fué  grande,  tendrá  que  ser  largo. — Por  tanto  hacedlo  por  jornadas  y  al 
detalle  como  rnejor  podáis  y  narrad  en  él  todos  los  grandes  y  señalados 
hechos;  asi  como  fué:  la  entrada  que  hicimos  en  Maga  I  Ion  y  después  la 
de  Terrer  y  después  como  se  cobró  Tarifa  (Tara^ona)  y  después  lo  que 
se  siguió  en  mar  y  en  tierra,  y  después  la  batalla  que  nos  le  presentamos 
en  La  Losa  y  como  entramos  en  Valencia  é  hicimos  retirar  del  Grao  de 
Valencia  al  rey  D.  Pedro,  y  el  sitio  de  Murviedro  y  al  final  la  entrada 
de  las  compañías,  y  la  ejecución  que  hicimos  del  rey  I).  Pedro  con  com- 
pañías ajustadas  por  nos,  y  de  la  coronación  del  rey  D.  Enrique  (11  de 
Trastamara)  y  del  matrimonio  que  nos  ajustamos  con  él  que  se  trató  en 
el  Parlamento  que  nos  tuvimos  en  Sessa  con  el  rey  de  Navarra  (Carlos  el 
Malo)  de  la  cual  entrevista  haced  mención  y  de  como  nos  fuimos  allí  la 
causa  de  que  hiciéramos  tal  matrimonio;  y  haced  mención  de  las  muertes 

t  Uno  de  estos  libros  de  forma  alt.i  y  estrcch.i,  de  los  que  han  venido  á  ser  sucesores  loi 
modernos  dietarios,  y  que  contenían  en  asientos,  que  no  solían  exceder  de  ocho  á  veinte  líneas^ 
nota  del  dinero  que  ingresaba  por  diferentes  imposiciones  ó  conceptos  en  la  Tesorería  real^ 
hemos  visto  en  ei  Archivo  de  Hacienda  de  la  provincia  de  Barcelona  y  que  comprende  los  años 
135c  á  13(10;  sin  que  sea  fácil  explicarnos  cómo  haya  ido  á  parar  a  dichas  ofíc  ñas.  Mejor  estaría 
en  el  Archivo  de  la  Corona  de  Aragón,  que  es  de  donde  indudablemente  procede. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  101 

del  Infante  D,  Ferrando  y  de  Bernardo  de  Cabrera  y  de  otros  hechos 
que  nos  fiicimos  por  justicia:  todo  esto  haciendo  {escribiéndolo)  por  jor^ 
nadas  y  al  detalle  asi  como  mejor  podáis. 

En  cuanto  al  hecho  que  se  siguió  entre  los  reyes  D,  Pedro  y  D,  Enri- 
que,  como  nosotros  no  cabíamos  (como  á  nos  no  afecta)  no  importa  que  lo 
escribáis  por  jornadas  (dia  por  dia)  sino  en  conjunto,  narrando  lo  suce- 
dido según  se  contiene  en  vuestro  capitulo.  Y  haced  allí  mención  de  los 
rompimientos  que  á  espaldas  nuestras  ha  consentido  el  rey  D.  Enrique,  y 
como  hemos  concertado  [consentido  el  matrimonio  por  la  gran  hambre  y 
mortaldad  y  opresiones  que  las  compañías  entradas  del  lado  de  Francia 
hicieron  en  nuestras  tierras  y  en  esto  se  conocerá  (vera  la  grande  ingra- 
titud del  rey  D.  Enrique;  y  esto  escribid  y  redactad  lo  mejor  que 
podáis. 

(VII) 

El  otro  capitulo  ;  Vffj  que  trata  de  la  rebelión  del  Jue^  de  Arbórea, 
tenemos  por  bien  que  sea  hecha  mención  en  él  de  todos  los  hechos,  aunque 
los  haya  de  gran  mengua  para  nos,  porque  justo  es  que  si  contienen  las 
provisiones  que  nos  ordenamos,  y  si  Dios  quería  castigarnos  á  nos  y  ayu- 
dar al  Jue^,  por  esto  no  resultaría  que  nos  no  obráramos  con  diligencia 
en  aquellos  hechos,  y  nuestros  sucesores  podrán  apreciar  nuestra  diligen- 
cia. Y  pues  que  confiamos  en  Dios  y  esperamos  en  breve  conquistar  la  isla 
toda,  que  será  el  remate  final  de  todos  los  hechos  pasados,  y  así  habréis 
de  dejar  espacio  bastante  de  guisa  que  se  pueda  continuar  la  conquista 
que  haremos  de  la  isla.  E  incluid  allí  todas  cuantaa  cosas  hayan  ocurrido 
que  sean  dignas  de  alguna  memoria,  bien  y  especificad  amenté  por  jorna- 
das y  lo  más  al  detalle  que  podáis. 

Por  lo  que  toca  al  hecho  de  las  compañías  (tropas  extranjeras)  de  este 
año  ñ  3/ 5),  no  nos  parece  que  se  deba  hacer  mención  de  ellas,  porque 
hecho  alguno  bueno  no  se  ha  seguido  ni  aun  puede  seguirse  ninguna  con- 
clusión buena,  como  que  se  trata  de  un  hecho  que  es  cosa  juagada.  Así, 
pues,  os  rogamos  que  en  dichos  negocios  queráis  poner  manos  en  la  obra 
y  trabajar  con  eficacia  porque  de  j'Os  á  nos  mejor  servicio  no  pudiéramos 
recibir. 

Dada  en  el  Monasterio  de  San  Cucufate  bajo  nuestro  sello  secreto  á 
8  de  Agosto  de  ¡3/5. 

(Reg.  i349,fol.  8o.)  REX  PETRUS. 


102  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

De  SU  lectura  se  desprende,  entre  otras  conclusiones,  que  el  libro  VII  \ 
si  llegó  á  ser  escrito  como  creo,  por  los  muchos  años  que  medían  desde  el 
iSyS  al  iSgi  en  que  Dezcoll  muriera,  se  ha  perdido  acaso  porque  la  redac- 
ción verídica  de  los  hechos  descontentara  al  Ceremonioso  ó  mejor  aún  á  su 
sucesor  D.  Juan  I,  quien  al  recibir  los  pliegos  cerrados  con  los  materiales 
que  tenía  reunidos  ó  redactados  para  la  obra;  y  que  había  recogido  de  los 
herederos  de  Dezcoll  por  su  mandato  su  hermano  D.  Martín,  Gobernador 
del  reino,  acaso  los  destruyera  por  considerarlos  poco  honrosos  para  la 
mernoria  de  su  padre  ó  para  el  lustre  de  su  corona. 

Esto  explicaría  el  por  qué  no  existen  de  la  Crónica  más  que  seis  capítu- 
los, el  último  de  los  cuales  acaba  en  1 366  y  existan  noticias  sueltas  sin  for- 
mar libro  ni  presentar  verdadera  ilación,  correspo.idientes  al  periodo  de 
1 374  á  i38o.  Como  también  el  hecho  de  que  cuando  la  data  de  la  carta  se 
hubiesen  redactado  227  páginas  de  la  obra  y  en  los  quince  años  restantes 
solo  escribiera  Dezcoll,  no  obstante  de  los  cuantiosos  agasajos  que  de  los 
Monarcas  recibiera,  i3o,  es  decir,  unas  diez  páginas  por  año.  A  otras  mu- 
chas consideraciones  y  comentarios  se  prestaría  la  carta  antecedente,  que 
reservamos  para  ocasión  más  oportuna. 

Xannscritos  do  la  Crónica. 

Interésanos  ahora,  ante  todo,  dar  nuestro  parecer  acerca  de  varias  cues- 
tiones que  ha  llevado  al  debate  Mr.  Pagés  en  su  artículo  antes  citado. 

Tres  son  los  códices  que  nos  quedan  de  la  Crónica  de  Pedro  IV;  dos  en 
la  Biblioteca  de  la  Real  Academia  de  la  Historia,  procedentes  de  la  colec- 
ción Salazar,  números  G.  34  y  G.  35  los  que  designaremos  como  lo  hizo 
Mr.  Pagés  respectivamente  con  las  letras  A.  y  B.  El  tercero'  existe  en  la 
Biblioteca  Universitaria  de  Valencia.  C. 

Por  haber  sido  todos  ellos  minuciosamente  descritos  y  estudiados  paleo- 
gráfica  y  filológicamente  por  nuestro  amigo,  poco  hemos  de  decir.  Acepta- 
mos casi  todas  sus  conclusiones  y  únicamente  habremos  dé  parar  mientes 
en  algunas  rectificaciones  y  conclusiones  que  creemos  dignas  de  ser  teni- 
das en  cuenta.  Sentemos  antes  algunos  antecedentes. 

El  manuscrito  A  parece  ser  obra  del  siglo  xiv.  El  B  de  principios  de  xv 
y  el  C.  de  fines  del  mismo.  Los  dos  primeros  son  copias,  ó  del  original  ó 
de  otra  copia  que  pudo  servir  para  la  de  aquellos  dos;  y,  teniendo  en  cuenta 

I  Que  de'  i  i  comprender  la  úlii-na  rebelión  del  Juez  de  Arbórea,  que  puso  en  verdadero  ries- 
go la  posesión  de  la  isla  de  Cerdeña  por  los  aragoneses  y  que  ocurrió  por  los  años  de  1366  á  70 
(vide  Zurita  libro  IX,  cap.  LXV,  libro  X.  cap.  i. 


BIBLIOTECAS  V  MUSEOS 


I03 


que  apenas  existen  diferencias  entre  la  redacción  de  sus  tres  primeros 
capítulos  (que  fueron  los  revisados  por  el  Monarca  en  iSyS,  según  hemos 
visto  por  su  carta),  y  los  mismos  del  códice  C,  sácase  la  consecuencia  de 
que  los  tres  primeros  capítulos  fueron  escritos  después  de  la  revisión  regia 
y  que  el  resto  del  códice  C,  en  vista  de  las  variantes  que  ofrece  en  los  res- 
tantes libros  comparados  con  los  A  y  B  representa  la  redacción  libre  de 
Dezcoll. 

Ahora  bien,  hay  un  párrafo,  el  7  del  capitulo  II,  que  no  figura  en  A  y 
B,  y  encuéntrase  en  cambio  en  el  manuscrito  C;  y  como  en  el  mismo  se 
trata  de  un  horóscopo  que  mandó  levantar  á  sus  astrólogos  el  rey  Roberto 
de  Ñapóles  á  fin  de  saber  si  le  convenía  ó  no  mantener  paces  con  el  de 
Aragón,  ocurre  preguntar  cómo  se  explica  semejante  adición,  si  el  códice 
C  es  el  mismo  que  redactara  Dezcoll  y  aprobara  el  rey  en  sus  tres  prime- 
ros capítulos? 

Explicóme  semejante  adición  no  porque  el  Cronista  creyera  en  astró- 
logos y  el  Rey  no,  que  pruebas  tenemos  en  contrario, sino  porque  semejan- 
te noticia  pudo  ser  desconocida  largo  tiempo  de  la  corte  aragonesa  ó  aca- 
so llegaría  de  Italia  después  de  iSyS  fecha  de  la  revisión  oficial  ». 

Tanto  por  esta  adición,  que  creyó  añadida  por  mano  de  Carbonell  como 
ciertas  otras  y  eliminó  de  su  edición  D.  Antonio  de  Bofarull,  cuanto  por 
las  diferencias  de  redacción  que  resultan  rnucho  más  ampliadas  en  el  có- 
dice C,  como  lia  demostrado  el  Sr.  Pagés,  cuanto  por  contener  este  mismo 
noticias  abreviadas  y  sacadas  de  otras  crónicas,  ya  francesas,  ya  italianas 
referentes  á  los  reyes  de  Francia  y  de  Sicilia  con  los  cuales  estaban  empa- 
rentados los  sucesores  de  Pedro  IV,  Don  Juan  I  por  su  mujer  Violante  de 
Bar,  sobrina  del  Francés  y  D.  Martín  el  Humano  por  su  mujer  é  hijo  del 
mismo  nombre.  Monarca  de  Sicilia,  estamos  en  la  creencia  que  aquí  úni- 

I    El  párrafo  á  que  nos  referimos  dice  asi: 

«N.®7.— Avansquel  ditsenyor  rey  se  coronas  vcngueren  missatgers  delReyRobert  deNapols; 
los  quals  missatgers  menaren  ab  si  dos  asirolechs  deis  grans  del  mon.  E  jasia  los  dits  misartgers 
demostrasen  que  venieo  a  visitar  lo  dit  senyor  o  saber  son  boa  stat  pero  es  ver  que  ells  vcnien 
per  veure  e  saber  en  quin  signe  seria  coronal.  E  a<;o  per  tan  com  lo  dit  Rey  Robert  se  tenia  per 
fort  agreujar  de  la  casa  de  Aragó  e  volia  íer  contra  aquella  certa  empresa.  La  quals  segons  que 
hac  de  consell  deis  dits  astrolcchs  no  volia  mettre  en  estcucio  tro  fins  per  aquells  bagues  sabut 
lo  signe  en  que  loe  dit  Rey  de  Aragó  seria  coronat,  per  la  qual  cosa  los  dits  missatgers  sabut  lo 
dit  signe  e  vista  la  coronado  tornarenscn  a  Uur  senyor  e  terenli  relacio  de  les  dites  coses.  E  en 
conclusio  los  dits  astrolechs  li  consellaren  que  per  nengun  partit  del  mon  a  tort  ne  a  dret  nos 
prengues  ab  lo  dit  Rey  de  Vragó.  Car  la  sua  nativitat  e  coronacio  era  leta  en  tais  signe  que  de 
tou  quans  baurien  que  fer  ab  clise  honraría.  Perqué  lo  dit  Í<ey  Robert  se  tenrh  per  dit  de  no 
haber  guerra  ni  debat  james  ab  lo  dit  Rey  de  .^ragó.  Ans  com  mori  mam  expressament  a  sa  neta 
que  remas  hereua  del  regne  que  per  negún  partit  del  mon  no  bagues  debat  ni  cuestio  janfe ;  ab  lo 
rey  de  Aragó.» 


104  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

camente  apuntamos,  aunque  procuraremos  comprobar  como  es  debido, 
que  dicho  códice  C  es  el  que  contiene  la  redacción  genuina  de  Dezcoll,  de 
cuya  pluma  acaso  procedan  »  tanto  la  Crónica  del  rey  como  los  Compen- 
dios historiales  que  la  anteceden  =. 

Sea  como  fuere,  es  lo  cierto  que  no  sabemos  como  explicarnos  la  inac- 
ción de  Dezcoll  en  los  últimos  años  del  reinado  de  Pedro  IV  y  siguien- 
tes hasta  el  de  su  muerte,  tanto  más  cuanto  que  entre  las  noticias  sueltas 
que  siguen  al  capítulo  VI,  y  que  se  refieren  a  diferentes  acontecimientos 
ocurridos  en  los  nueve  años  siguientes  á  iSyS,  hay  alguna  que  debió  ser  re* 
dactada  á  raíz  del  suceso.  Tal  ocurre  con  la  postrer  intentona  del  Infante 
de  Mallorca,  acerca  de  la  cual  ordenaba  solapadamente  el  Ceremonioso 
que  se  guardase  silencio  y  á  este  eL*cto  lo  encargaba  á  Dezcoll  en  los  tér- 
minos que  se  dejan  indicados. 

Rasgos  morales  de  Pedro  IV. 

La  máxima  pol'tíca  á  que  parecía  ajustar  sus  acciones  el  Ceremonioso 
parece  que  era,  á  jozgar  por  sus  pocos  escrúpulos  ante  las  leyes  del  paren- 
tesco, de  la  equidaJ  y  de  la'ley  de  Dios,  la  de  que  todos  los  medios  son  bue- 
nos cuando  sirven  para  conseguir  el  fin  propuesto. 

Pretende,  á  falta  de  hijos  varones,  que  sea  reconocida  por  heredera  del 
trono  su  hija  Constanza,  y  reúne  una  asamblea  de  teólogos  á  fin  de  que 
manifieste  por  mayoría  de  votos  la  justicia  y  la  equidad  de  semejante  me- 
dida. 

1  Lo  que  cr«i  simple  presunción  en  Falencia  e!  31  de  Knero  de  looi  es  en  lluescn  en  i^^ual  fe- 
cha -  e  H>v3  cosa  ¡ndabi  able  y  probada  por  lo  que  loca  á  la  Seologia  deis  Reys  de  Arago  (fo- 
lio Xni)  y  á  la  Iledijicacio  de  la  esglesia  de  Scnt  Juhan  de  la  Penya  (folio  X  VIH)  y  Aci  comen(;a 
á  tractar  deis  comtes  de  Áiarceiona  e  de  lur  linatge  (folio  XXIX  v.**)  que  me  afirma  y  ratifica 
en  lo  que  en  un  principio  no  pasó  de  mera  sospech;i  ó  intuición,  ün  efecto,  la  famosísima  Cró- 
nica  de  San  Juan  de  la  Peña,  tan  celebrada  por  Zurita  como  la  más  antigua  historia  aragonesa, 
y  Aerea  de  cuyo  autor,  fecha  y  redacción  primitiva  han  discutido  Zurita,  Briz  Martínez,  \sso, 
Traggia  y  los  modernos  D.  Tomás  Ximénez  de  lúnbún  de  187Ó,  al  publicir  laS  versiones  latina 
y  castellana  de  la  misma  á  expensas  de  l.i  Diputación  provincial  de  Zaragoza,  y  últimamente 
1).  Ramón  Mcnéndcz  Pid.il  en  su  estudio  sobre  códices  y  manuscritos  de  las  crónicas  castellanas 
de  la  Biblioteca  Real,  es  ni  más  ni  menos  que  obra  de  Bernardo  He/coll  encargada  por  Pedro  IV 
de  Ar.igón,  según  puede  verse  por  el  cotejo  de  lo  publicado  por  Carbonell  en  sus  Crónicas  de 
España  y  Ximénez  de  Ir'mbün  en  la  edición  citada,  y  comprobado  por  una  carta  existente  en  el 
Archivo  de  la  Corona  de  Aragón,  dirigid»  al  Abad  de  San  Juan  de  la  Peña,  en  la  cual  Don  Juan! 
dice  terminantemente  que  el  rey  su  padre  hizo  escribir  el  libro  que  le  encarga.  Para  más  deta- 
lles de  esta  cuestión,  véase  el  primer  número  de  1    Revista  de  Huesca. 

2  Kn  el  fol.  1  del  Mss.  C.  se  empieza  con  la  neologia  deis  Reys  de  Sicilia. 
Fol.  XII    V.     aquesta  es  la  neologia  deis  Reys  de  Ffran<;a. 

Fol.  XIII         aquesta  es  la  neologia  deis  Reys  de  Arago. 

Fol.  XVIII       De  la  Hedificacio  de  la  esglesia  de  Scnt  Johan  de  la  Penya. 

Fol.  XXIX  V.  Aci  es  c  )n  fin;<  la  gencracío  masculina  deis  reys  d'Arago.— .Aci  comcncaa  trac- 

tar  deis  comtesde  Barcelona  e  de  lur  linatge. 
Fols  LXXII  i  C\^L  XXXI.  Contienen  la  Crónica  con  la  relación  genuina  del  Cronista  Dezcoll. 
(Vide  /Romanía,  artículo  citado,  págs.  246  y  siguientes). 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  Io5 

Tiene  el  valor  cívico  de  pensar  en  contra  de  los  deseos  del  Rey  su  Vi- 
cecanciller Arnaldo  (^amorera,  y  es  separado  para  siempre  de  su  destino. 
Le  estorba  el  Infante  D.  Jaime,  su  hermano,  y  el  veneno  abrevia  los  dias  de 
su  vida.  Estórbale  su  hermano  Don  Fernando  y  danle  muerte  los  sayones 
del  Rey.  Estórbale  sus  planes  políticos  el  Conde  de  las  Virtudes  con  su 
proyectado  matrimonio  con  la  reina  D.*  María  de  Sicilia,  y  es  enviada  cau- 
telosamente una  armada  traicionera  al  puerto  de  Pisa  al  mando  de  Gila- 
berto  de  Cruilles,  con  orden  secreta  de  prender  fuego  y  echar  á  pique  los 
buques  preparados  en  que  se  había  de  embarcar  el  prometido  esposo.  >  Que 
se  pierden  cuantiosas  riquezas  agenas  y  la  vida  de  numerosos  marineros 
que  despiertan  abrasados  en  el  fondo  de  los  mares,  todo  esto  poco  importa 
al  Ceremonioso;  el  proyecto  que  se  propuso  se  ha  llevado  á  efecto  á  medi- 
da de  sus  deseos  y  la  boda  queda  desbaratada. 

¿Que  más? Hasta  su  propia  hija  la  infanta  D.* Juana, casada  conel Conde 
de  Armañach,  es  atropellada  brutahnente  en  la  cámara  baja  del  palacio, 
hallándose  en  interesante  estado,  por  haberse  atrevido  á  reclamarle  el 
finiquito  de  su  dote,  muriendo  de  resultas  de  aquel  incalificable  atropello. 

Si  tal  era  D.  Pedro  nada  tiene  de  extraña  su  perversa  y  cruel  conducta 
con  su  cuñado  y  pariente  Jaime  III  de  Mallorca  ni  con  el  Infante  del  mis- 
mo nombre  su  hijo,  no  en  valde  llamado  el  Desdichado. 

Quiero  recordar  á  grandes  trazos  la  infortunada  carrera  de  este  Prín- 
cipe, movido  por  el  deseo  de  que  sea  más  conocida  su  desgracia  y  se  vea  la 
saña  que  gastaba  el  rey  con  los  suyos  y  el  miedo  que  tenía  al  fallo  de  la 
posteridad. 

De  niño  asistió  el  Infante  D.  Jaime  á  la  desgraciada  batalla  de  Lluch- 
mayor  (1349)  donde  perdió  su  padre  vida  y  trono  y  donde  el  príncipe  fue 

1  Pinta  tan  al  vivó  y  tan  de  cuerpo  entero  esta  fechoría  el  carácter  y  la  polilica  de  Pedro  IV, 
que  no  queremo*;  dejar  de  transcribirla. 

«Kn  tal  época  llegónos  la  noticia  de  que  Artal  de  Alagon  uno  de  los  barones  citados  y  vicario 
de  Sicilia,  el  cual  tenía  b.ijo  su  cuidado  y  custodia  a  la  infanta  D."  María  de  Sicilia  niela  nues- 
tra, había  hecho  capítulos  matrimoniales  entre  dicha  infanta  y  el  ('.onde  de  \irtudes,  í)t'reciendü 
á  éste,  en  dote,  dicho  reino  de  Sicilia,  de  lo  que  nos  en<>jamos  sobremanera;  y  como  por  razón 
de  dicho  matrimonio  y  a  (in  de  p  sar  <á  verificarlo,  estaba  armando  cinco  n  ves  grandes,  con 
mucha  gente  de  armas,  y  llevaba  gran  proTisión  de  joyas,  al  saber  Nos  de  cierto  que  se  di«iponía 
de  tal  modo  para  ir  á  Sicilia,  con  toda  la  prontitud  y  dili{.encia  posible,  mandamos  armar  cinco 
galeras,  en  las  que  fué  por  capitán  el  noble  mosen  (íilaherto  de  Oui  les,  al  que  en  secreto  man- 
damos que  fuese  á  quemar  las  antedichas  naves  en  Portopisa,'que  era  donde  se  hallaban,  loque 
cumplió  y  puso  por  obra  dicho  capitán  tal  como  se  lo  habíamos  mandado,  pues  cuando  estaban 
dichas  nave)  á  punto  de  darse  á  la  vela  con  toda  la  gente  embarcada,  y  fallando  solo  á  bordo  la 
persona  del  Conde  de  Virtudes,  allá  á  la  madrugada,  cuando  toda  la  gente  dormía  en  profundo 
sueño  sin  sospechar  siquiera,  fué  arrimándose  cada  cual  de  nuestras  galeras  á  una  nave  y  enton- 
ces lis  pegaron  fuego  á  todas  á  la  vez  llevándose  acabo  de  este  modo  y  cumplidamente  nuestro 
mandamiento,  pues  se  perdió  toda  la  gente  y  cuanto  de  valor  había  en  ellas,  por  cuyo  motivo 
vino  á  estorbarse  el  matrimonio,  el  cual  no  pasó  adelante,  ni  se  hizo  mención  ya  más  de  él. 


io6 


REVISTA  DE  ARCHIVOS 


herido  en  la  cara.  A  poco  es  enviado  á  Valencia  en  donde  se  hallaba  el 
Rey,  y  por  mandato  de  éste,  con  su  madrastra  Violante  de  Vilaragut  y 
una  infanta  de  pocos  meses  llamada  Isabel.  En  esta  ciudad  quedan  reclu- 
sas  en  la  fortaleza  del  Temple  las  dos  últimas  por  temor  á  alzamientos  ó 
maquinaciones  políticas  '  mientras  que  él,  joven  de  doce  años,  es  tras- 

I  En  La  Ilustrado  Catalana  publicó  el  erudito  y  conocido  escritor  D.  José  Coreleu  un  inte- 
resante trabajo  que  intitula  Desventuras  de  la  Casa  Real  de  Mallorca,  en  el  cual  inserta  varios 
curiosísimos  documentos  hasta  entonces  inéditos,  que  nos  apresuramos  á  copiar  por  el  grande 
interés  que  encierran  para  nuestra  historia. 

DOCUMENTOS 

SOBRE  EL  INFANTE  DE  LA  CASA  DE  MALLORCA 
(1350  á  13M) 
I. 
En  Pere,  etc.  .\I  amat  cjnellcr  nostre  en  García  de  Lirie,  cavaller,regent  1  offici  de  la  procu- 
racio  del  Rende  de  Valencia,  é  a  son  loch-tinent,  salut,  etc.  Fem  vos  saber,  que  nos  hauda  certi- 
ficacic  per  Ictrcs,  o  en  altra  manera  per  alcuns  persones  dignes  de  fe,  que  la  noble  Na  violaot 
de  Vilaragut,  muller  que  fou  del  alt  en  Jac  ne  de  Muntpcsler  s  esforsa  de  sembrar  verinoses  dis- 
cordies  e  fama  en  lo  regne  de  Valencia,  e  encara  de  fer  alcuncs  machinacions  e  teñir  alcunes  ma- 
les maneres  per  les  cuals  poguer  escapar  é  tugir  de  nostre  poder  segons  que  aqueste  >  coses  appa« 
ren  per  letres  escrites  de  sa  ma,  les  qual  en  vers  nos  son  per  lolre  a  aquella  tota  materia  de  les  co- 
ses damuntdites  e  oppertunitat,  havem  ordenat  que  la  dita  Na  Violant  sia  separada  e  apartada 
de  tols  aquclls  e  aquelles  qu\  ab  ella  son,  axi  que  d  aci  a  avant  ab  ella  no  estien  ne  sien,ne  hagen 
parstisip  .cío  alcuna  E  que  la  dita  Na  Violant  sia  mesa  en  la  Torre  de...  illa,  •  les  finestres  totes 

*  La  torre  que  sirvió  de  prisión  a  Doña  Violante,  de  cuyo  nombre,  por  estir  maltrecho  ó 
apolillado  el  libro  de  donde  se  copio  el  presente  documento,  solo  se  conserva  la  terminación... 
illa  se  nos  figura  que  es  la  antiquísima  y  memorable  torre  del  Templo  de  Valencia,  que  en  ijSo 
íecha  del  documento,  poseían  los  caballeros  de  la  Orden  de  Montesa.  Acerca  de  ella  dice  el  Mar- 
qués de  Cruilles  en  su  ^Guia  urbana  de  Valencia  antigua  y  moderna».  (1876,  tom.  I,  pág.  312). 

«El  Templo  en  verdad,  es  uno  de  L  s  sitios  más  históricos  de  Valencia,  aun  sin  remontarnos 
mas  allá  de  los  tiempos  del  Gid  y  D.  Jaime  I.  Con  el  nombre  de  Portal  del  Cid,  hemos  alcanzado 
el  arco  que  unía  á  este  edificio  con  la  torre  que  le  est  iba  aneja,  y  desde  remota  fecha  tanto  por 
su  posición  en  un  ángulo  del  recinto  árabe  de  la  ciudad  como  porque  el  edificio  venía  á  ser  la 
alcazaba  ó  fuerte  Principal  de  Valencia.  Bien  lo  acredita  haber  sido  uno  de  los  puntos  esenciales 
del  ataque,  frente  al  cual  estableció  su  Real  el  rey  conquistador  en  1237,  y  sobre  cuya  alta  torre 
se  izó  la  real  senyera  el  memorable  día  de  la  redención. 

La  mismjt  importancia  militar  de  esta  fortaleza  fué  causa  de  que  en  el  repartimiento  de  la 
Ciudad  se  co.ocediese  al  lugar  teniente  del  Maestro  de  los  Templarios  que  tan  principal  y  aven- 
tajada parte  tomaron  en  la  conquista. 

Los  términos  en  que  el  privilegio  de  donación  describe  el  edificio  son  estos:  «Aquella  gran 
torre  que  está  junto  á  la  puerta  llamada  Bab-el^a^achar,  con  su  muro  y  barbacana  con  todas 
Jas  casas  que  están  contiguas  al  muro  y  al  río  y  desde  aquí  á  la  mezquita,  y  las  torres  que  están 
en  el  muro». 

Los  Templarios  poseyeron  é  impusieron  su  histórico  nombre  á  esta  torre  y  edificio,  y  en  él 
acabaron  pacíficamente  sus  días  los  pocos  individuos  que  quedaron  en  esta  Ciudad,  subvencio- 
nados por  pensiones  sobre  los  bienes  de  su  Orden  después  de  suprimida  ésta.  Cuando  en  1317 
Don  Jaime  II  impetró  facultad  pontificia  para  crear  una  Orden  de  Caballería  en  sus  reinos,  á  la 
que  se  aplicasen  los  bienes  \  roccdentes  de  la  del  Temple,  que  tituló  de  Nuestra  Señora  de  Mon- 
tes.i,  por  la  importante  villa  fronteriza  á  Castilla  donde  1  •■  estableció  y  cuyo  castillo  le  entregó, 
el  antiguo  edificio  del  Temple,  como  situado  en  la  Capital,  fué  la  residencia  del  Maestro  de  la 
naciente  Orden  y  diósele  el  nombre  de  Palacio  como  lugar  de  residencia  de  autoridad».  En  el 
tomo  II,  pág.  325,  añade  lo  que  sigue:  «Esta  torre  sirvió  de  prisión  para  lo>  caballeros  ó  perso- 
nas de  la  jurisdicción  exe.ita  de  aquella  Orden  y  de  la  de  iMontesa,  que  nació  de  sus  cenizas». 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


107 


ladado  ai  riguroso  Castillo  de  Játiva  »  y  mas  tarde  al  Palacio  menor  de 
Barcelona,  y  cual  si  se  tratara  de  una  fiera  ó  alimaña  que  precisase  tener 
cautiva,  es  encerrado  en  afrentosa  jaula  2  de  fuertes  barrotes  de  hierro, 

de  I »  part  dait  ab  baix  sien  rcxades  be  e  espes,  ab  bunes  rcxc;  de  ferré.  Kt  que  en  la  porta  de  la 
Torre  perqué  hon  ¡x  al  tcrrat  de  la  diía  Torre,  sien  letes  bt^ncs  lancadurcs,  axi  que  toles  niis 
sí .  be  e  terinament  tancada  ab  clau  o  claus.  E  que  a  la  dita  Na  Violaní  sien  acompanyades  dues 
bones  dones  de  Rcligio  antigües,  de  buna  fama  ct  de  bona  condicio,  le>  quals  estien  ab  ella  en  la 
dita  torre  ab  una  booa  fembra  que  les  servesca,  e  que  aquesta  sia  cone^uda  e  de  bona  fama.  K  a.\i 
mjteix  que  y  sien  ordenáis  dos  bons  home  .  de  bona  fe  e  de  bona  í  ima  e  condicio,  que  ja;^'uen  e 
eslíen  contínuament  en  la  pus  jusona  casa  de  la  dita  Torre.  K  que  entre  la  on  ells  jauran  e  la  on 
jaura  la  dita  Na  Violant,  haya  una  bona  porta  ab  dues  tanc.idurcs,  es  a  saber:  1  una  de  dins  e  1  al- 
ira  affora,'axí  que  dedins  e  de  fora  se  t  nqueo  tote;  nits.  E  que  sia  pres  sagrament  de  las  diics 
Relígíoses  e  de  la  dita  fembra  servicial  e  deis  díts  homens  sagrament  e  homenatge,  que  la  dita  Na 
Violant  guard  iran  be  e  lealment,  e  que  ab  ella  no  lev  ;ran  haver  per  alcuna  altra  persona  parlar 
alcuna  de  fet  no  de  p.iraula,  per  tal  que  axi  c>m  ella,  segóos  que  s  pot  verdaderament  coniectu- 
rar,entem  contínuament,  sia  provehii  que  escipar  ne  fugir  non  puga,  ni  se.nbrar  semblantes, 
di<cordies  ni  dÍNseasions.  Per  la  qu  il  cosa,  atorgans  a  vos  poder  ab  la  present,  que  ex-semps  ab 
loBísbe  de^*aIencia.si  en  1 1  ciiftai  hi  es  present, e  ab  consell  deis  jurast  de  la  ciuiat  de  Valencia; 
c  si  no  ab  convelí  deis  dits  jurats,  pug.its,  a  guarda  de  1 »  dita  Na  Violant  en  la  dita  torre,  empe  'o 
crexer  c  mellorar  e  ordenar  salaris  e  convinences  e  provisions  ais  damut  dits,  segons  que  us 
semblara  ncccwiari  e  expedient;  complesc.its  e  fa<;as  complir  toles  las  coses  demunt  dites,  se- 
gons que  damunt  pus  largament  son  conlengude^,  taent  provehir  a  la  dita  Na  Violant  e  aquelles 
qui  ab  serán  la  provisio,  ja  per  nos  a  ella  ordenada  e  asignada  Sabeu  que  nos  per  lo  portador  de 
I »  present  have;n  preganí  escrit  al  Maestra  de  Muntessa,  que  la  dita  Torre  vos  liure  e  liurar  vos 
fa^m.  E  no  res  venís,  con  la  Noble  Constancia  de  Castellet  sor  de  la  dita  Na  Violant  segons  que 
de  cert  harem  entes  e  sabut,  de  ocasio  a  la  dita  Na  Violant  de  fer  les  coses  demunt  dites  e 
consenta  en  aquelles.  Per  90,  volem  e  us  manam  que  en  contineni  vista  la  present  donéis  comiat 
a  la  dita  Constancia,  que  dins  breu  terme  per  vos  a  ella  assignador,  ísca  de  la  Ciutat  e  del  Regn^ 
de  Valencia,  e  que  aquella  no  torn  sens  nostra  licencia  especial.  E  a^o  lim.inast  sots  pena  de  1« 
nostra  ira  e  indígnacío  destrenyeu  aquella  si  mester  sera  a«;o.  En  aqüestes  cosas  volem  e  us  ma- 
nam que  haí.its  aquella  diligencia  que  s  cove,  axi  con  la  guarda  de  la  dita  Na  Violant  havem 
a  cor  e  de  vos  conñam.  Data  en  Oscha  sos  nostre  segell  secet,  a  xvj,  dies  de  Mag.  en  lany  de 
postre  senyor  M.CCC.L.  *.— (Reg.  1134,  fol.  71). 

II 

1  En  Pere,  per  la  gracia  de  Deu  Rey  Darago,  etc.  .\1  amat  conseller  nostre  en  Pere  de  Vilano- 
Ta,  ale  lyl  del  (^astell  nostre  de  Exati  va,  salut  etc.  Entes  havem  per  relacio  d  alcunes  persones 
dignes  de  fe,  que  vos,  no  guardau  quant  va  a  nos  e  a  la  causa  nostra  publica  en  la  guarda  del  dit 
Castelle  de  la  persona  del  molt  noble  en  Jazme,  fill  del  ali  eo  Jazme  de  Montpeller  9a  enrera 
nebot  nostre,  vos  aparellatsd  anar  al  perdo  de  Roma,  de  la  qual  cosa  molt  nos  maravellan,  per 
que  us  deim  e  us  manat  expresament  que  per  res  del  mon  de  las  partides  del  dit  Castell  no  us 
luoyets  ans  en  la  guarda  del  dit  Castell  e  del  dit  en  Jazme  entenalsdilígentrneot  e  be  axi  con  de 

.TOS  confíam  e  vos  sperats  de  nos  gracia  e  mcrce.  E  a^o  per  res  no  mudéis, sabeu  que  si  I  contraria 
rahictsa^oseríaa  nos  molt  desplaseni.  Data  en  Montbianch,  sois  nostre  segell  secreta  xvíii. 
díes  de  Juny,  en  lany  de  nostre  senyor  M.CCC.I-.— (Reg.  1 134  fol.  92). 

III 

2  Lo  Rey  Darago.  Recordar  vos  pot,  com  I  altrcdia  en  Barchínona  nos  ordonim  e  a  vo>  es- 
presament  manam,  que  en  continent  fessets  fer  pera  1  infaní  de  Mallorques  una  gabie  de  ferré 


I08  REVISTA   DE   ARCHIVOS 

que  el  mismo  Rey  mandaba  constriiir,  dictando  al  propio  tiempo  minu- 
ciosas instrucciones  á  los  guardas  que  de  día  y  de  noche  habían  de  vigilar  ^ 
á  aquel  imberbe  muchacho  que  no  tenía  más  delito  que  haber  nacido  he- 
redero de  una  corona  y  llevar  en  sus  venas  sangre  real  aragonesa.   . 

en  lo  Castell  nou  de  Barchinona.  E  com  segons  que  de  cert  novellameat  havem  sabut,  tos,  ha- 
▼ent  en  menispreu  lo  dit  nostre  exnres  manament,  no  haiats  curat  de  fer  obrar  la  dita  gabia, 
ans  encare  lo  dit  Infant  esta  en  lo  palau  del  archabisbé  segons  que  lavors  fahya  com  noserem 
en  la  dita  Ciutat,  e  us  fahem  lo  manameot  sobre  dit:  Per  90  significam  a  vos  que  de  qualserolt 
altre  fet  major  ni  pus  asscnyalat  greuge  e  desplaer  no  ns  poguerest  haver  fet,  vos  manam  que  en 
coDtinent  fa^ats  fer  e  acabar  la  dita  gabia;  per  manera  que  1  dit  Infant  hi  puxa  esser  mudat,  se- 
gons que  nos  volem  e  us  havem  manat.  En  altra  manera,  juram  a  deu  en  nostra  bona  fe,  que  si 
al  dia  que  nos  cntrcm  en  Barchinona  on  de  cami  nos  anam  la  dita  gabia  no  sera  acabada  e  el  dit 
Infant  no  es  en  aquella,  nos  aquell  dia  que  entrem  en  la  dita  Cíutai  vos  farem  levar  lo  cap  de  les 
espatles  sens  tota  merce.  Duda  en  Perpinía  a  xiij.  dics  de  Juliy.  En  lany  de  la  nativitat  de  nos- 
tre Seoyor  M.CCC.L.  viij.  sost  noste  segell  secrct.  REX  PETRUS.— (Reg.  iiSg,  fol.  i58  v.) 

IV 
I  Sapian  tots  que  en  lo  dia  del  dimars  24  de  m^s  d'  Octubre  del  any  de  la  nati  viut  del  Senyor 
1958,  r  lUustrissim.  Princcp.  y  senyor  lo  senyor  en  Pere,  per  la  gracia  de  Deu  Rey  d'  Arago  d€ 
Valencia,  de  Mallorca,  de  Sardenya,  y  de  Córcega  y  comte  de  Barchinona,  de  Rossello  y  de  Cer« 
danya,  personalment  constituhit  en  l'aula  ó  cambra  major  que  *as  diu  cimbra  de  parament  del 
palau  Royaljde  Barchinona,  en  presencia  del  noble  en  Bernat  de  Cabrera,  de'n  Matheu  merce, 
camarlench,  de'n  Ramón  de  Vilanova,  algudzir  y  de'n  Eximen  Pérez  de  Calatayud  promove- 
dor deis  consells  de  dit  senyor  Rey,  testimonis  a  ^o  specialment  cridats  feu  llcgir  y  publicar 
per  mi,  Jacme  Conesa,  son  secretan  y  per  sa  autoritat  notari  publich,  a  en  Galceran  deCartella, 
y  en  Ramón  de  Raaach  donceils  a  en  Ombcrt  de  VilUfranca  y  en  Guillem  Noguera  ciutadans  de 
Barchinona  en  sa  presencia  constituhits  ais  quals  fou  comesa  la  custodia  del  inclit  Infant  en 
Jacme  de  Mallorca,  Kebot  del  dit  senyor  Rey  unas  ordenacions  fetas  sobra  la  custodia  del  dit 
Iníant,  las  quals  son  del  tenor  se^'Qent:  « 

Ordena  lo  senyor  Rey  que  aqueys  .ij.  homens  de  paratje  c  .ij.  ciutadans  qui  han  a  guardar  1 
Infant  de  Mallorchcs,  se  compariesquen  per  setmanci,  90  es,  los  .ij.  una  setmana  e  los  altres  .tj. 
altra,  e  per  aquella  manera  que  ells  s  avendrán  axi  que  tota  vegada  lo  guarden  un  hom  de  pa** 
ratje  e  un  ciutada.  Et  que  tota  vegada  en  que  sia  que  jega  oe  meng  hi  sien  aquclls,  axi  ptt 
pixar  ne  per  altra  no  s  puxe  apartar  que  aquells  .ij.  no  y  sien  ans  lo  guarden  axi  com  presoner 
deu  esser  guardat  diligeotment. 

ítem,  no  isque  lo  dit  Infant  del  Castell  nou  mentre  lo  senyor  Rey  sera  en  affers,  ne  despuys 
sens  manament  seu. 

ítem,  que  negu,  no  parle  ab  ell  ne  hi  l«xcn  entrar  persones  estranics,  ne  parlar,  e  mayorment 
persones  de  Rosello  ne  de  Mallorches,  ne  de  Cerdenya,  e  si  algún  parent  seu  hi  venia,  qui  vessea 
que  fets  affer  dcveer  lo,  no  1  lexascn  vcer  si  no  sola  nent  una  vegada  e  en  aquella  no  parl:ts  ab 
ell  8in6  presens  los  .ij.  qui  1  guardaran. 

ítem  que  no  soffíren  que  ell  escrivade  alguna  rao  á  persona  del  mon  e  si  li  es  scrit  per  altres 
Jigens  ans  la  letra  que  li  sia  liurada,  c  lú  apres  que  la  hauran  uberta  veyan  que  bagues  páranles 
ospitoses,  no  li  sia  liurada,  ans  aquells  dejen  trametre  e  significar  al  senyor  Rey. 

♦  Lo  anterior  está  en  latín  en  el  documento  original  y  la  traducción  es  del  Sr.  Coroleu.  Lo 
•que  sigue  está  en  catalán. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  IO9 

En  tan  estrecho  y  humillante  cautiverio,  más  propio  para  imitado  por 
el  Gran  Kan  de  Tartaria  que  por  un  príncipe  cristiano,  pasó  el  Infante 
D.  Jaime  quince  años  mortales,  siendo  al  fin  libertado  acaso  más  bien  que 
por  fervientes  partidarios  de  su  casa,  por  simples  defensores  de  la  huma-* 
nidad.  Por  caminos  extraviados  dirigióse  el  fugitivo  al  Condado  de  Foix, 
en  donde  encontró  favorable  y  familiar  acogida;  pero  hubiera  caído  inde- 
fectiblemente en  manos  de  los  esbirros  que  el  Ceremonioso  enviara  en  su 
persecución,  á  no  ser  por  el  socorro  y  amparo  que  le  diera  un  tal  Bocill, 
nombre  que  nos  ha  conservado  la  Historia  merced  al  testimonio  del  Cro- 
nista de  aquellos  Condes  Desverns. 

De  aquí  pasó  á  Ñapóles,  en  donde  se  casó  con  la  reina  viuda  D.*  Jua- 
na, figurando  en  adelante  con  el  nombre  de  Infante  de  Mallorca  ó  Rey  de 
Ñapóles,  encontrándose  en  algunas  batallas  de  gran  resonancia,  como  fué 
en  la  batalla  de  Nájera  (i364)  al  lado  del  Príncipe  Negro  y  de  D.  Pedro  I 
de  Castilla  enfrente  del  de  Trastamara  y  de  las  tropas  de  su  aliado  Don 
Pedro  de  Aragón,  su  antiguo  domador. 

Mas,  como  le  perseguía  su  mala  estrella,  en  la  otra  batalla  de  este  nom- 
bre cayó  prisionero,  siendo  rescatado  por  sesenta  mil  doblas  por  su  mujer 
la  reina  D.*  Juana.  Muerta  ésta,  acogido  y  errante  de  corte  en  corte,  des- 
pués de  haber  casado  á  su  hermana  D.*  Isabel  con  el  Marqués  de  Monfc- 
rrato,  trató  de  probar  por  última  vez  su  suerte  al  choque  de  las  armas,  y 
vendiendo  lo  único  que  le  quedaba  como  Señor  feudal,  es  decir,  los  dere- 
chos sobre  la  ciudad  de  Montpeller  al  Rey  de  Francia,  aprestó  con  su 
importe  numeroso  escuadrón  de  lanzas  que,  penetrando  por  el  valle  de 
Aran,  cayó  como  torrente  devastador  sobre  Cataluña,  llegando  hasta  la 
vista  de  Iqs  mismos  muros  de  Barcelona,  en  donde  se  sostuvo  unos  meses, 

Ítem,  quant  dormirá,  jaga  dins  la  f^abia  e  rexcs  de  ferré  quí  per  aquesta  raho  hi  son  fcics,  e 
unquem  hi  ab  clau,  e  ells  jaguen  dc-fora. 

Ítem,  que  los  servents  e  les  altres  companyes  qui  1  guarden  jaguen  dins  la  porta  forana  e 
aquella  fermen  ab  bones  trancadures. 

ítem,  que  no  tengan  armes  de  neguna  manera. 

ítem,  que  no  lexen  metre  armes  a  nuil  hom  qui  1  venga  veer,  de  qualque'condicio  ó  esta- 
mentsia. 

(Lo  documcnt  acaba  en  Ilati  ab  cinch  rallas  que  traduhum  aixis:) 

Y  llegits  y  publicats  los  susdits  capítol  u  ordenacions  que  els  devian  teñir  y  servar,  los  da- 
munt  nomenats  Galceran,  Ramón,  Ombert  y  Guillem  feren  al  d¡t  senyor  Rey  homenatge  de  boca 
y  mans:  presens  en  a^o  per  testimonis  lus  dits  nobles  en  Bcrnat  de  Cabrera  en  Matheu  Mercer, 
camerlench,  en  Ramón  de  Vilanova  algutzir  y  en  Kchimen  Ferez  de  Calatayut  cavallers  y  con- 
sellcri  y  jo  Jacme  Conesa,  secretari  del  dio  senyor  Rey.— (Reg.  1.161,  fol.  2.) 


no  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

restituyéndose  otra  vez  á  Francia  después  de  esta  asonada  tan  descabellada 
como  infructuosa. 

Ahora  bien;  Dezcoll  nos  cuenta  en  un  asiento  ',  que  seguramente  no 
llegó  á  leer  el  Ceremonioso,  que  el  pobre  Infante  murió  de  resultas  de 
hierbas  que  le  fueron  dadas,  siendo  su  cuerpo  sepultado  en  el  Convento 
de  Frailes  Menores  de  la  ciudad  de  Soria.  De  este  Monasterio  no  dejó  la 
desamortización  piedra  sobre  piedra  2. 

En  la  antedicha  algarada  le  acompañaba  su  hermana  la  Infanta  doña 
Isabel,  quien,  desvalida  y  pobre,  tuvo  que  acogerse  á  la  postre  á  la  mise- 
ricordia de  su  tió  el  Ceremonioso,  quien,  como  dueña  de  honor  de  la  real 
casa,  la  socorrió,  aunque  con  miseria,  en  algunas  ocasiones,  viéndose 
obligada  por  último,  y  en  medio  del  mayor  desamparo,  á  vender,  para  su 
sustentación,  al  Rey  de  Francia,  unos  supuestos  é  imaginarios  derechos 
al  para  su  familia  siempre  perdido  reino  de  Mallorca. 

Acerca  de  esta  algarada,  ó  mejor  aún  acerca  de  la  suerte  que  tuvieron 
las  hierbas  mandadas  preparar  por  D.  Pedro  para  el  hijo  de  su  hermana 
Constanza,  era  el  silencio  que  reclamaba  de  su  historiador  el  Ceremonioso, 
diciéndole  que  tal  asunto  era  cosa  juí{gada;  más  se  engañaba  el  del  Puña- 
let,  puesto  que  la  Historia  había  de  juzgar  inexorable  con  mengua  de  su 
memoria  y  de  su  fama  la  perfidia,  traición,  ruindad  y  malevolencia  que 
tuviera  aun  á  los  de  su  misma  sangre. 

Falencia  3i  de  Enero  de  1901. 

(Concluirá),  Gabriel  Llabrés. 


1  Pág.  389. 

2  El  insigne  literato  mallorquín  D.  Tomás  Aguiló  y  Aguiló  dejó  al  morir  (1884)  una  intere- 
sante novela  intitulada  El  último  Infante  de  Mallorca,  á  la  que  después  puso  cabal  y  digna 
conclusión  el  eximio  literato  D.  José  María  Quadrado.  (Véase  obras  de  D.  Tomás  Aguiló,  l.  IV, 
en  donde  se  relatan  la  vida  é  infortunios  de  tan  desgraciado  personaje.) 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  1 1 1 

,    ESTUDIO 

SOBRE  LOS  SERMONES  VALENCIANOS 
DE    SAN   VICENTE    FERRER 

QUE     SE     CONSERVAN     MANUSCRITOS     EN     LA     BIBLIOTECA     DE     LA     BASÍLICA 
METROPOLITANA     DE     VALENCIA 


V 

Alusiones  á  si  mismo,  á  la  compañía  de  penitencial 
al  rey  de  Aragón.— Judíos  y  moros. 

Hemos  recogido  con  cuidado  las  alusiones  que  á  su  persona  hacía  el 
santo  durante  su  predicación.  Sabemos  lo  que  del  mismo  han  dicho  sus 
historiadores;  pero  nos  parece  más  importante  aún  saber  lo  que  ha  dicho 
de  sí  mismo  el  propio  interesado,  como  si  dijéramos,  sus  notas  autobiográ- 
ficas. Si  se  volvieran  á  estudiar  sus  sermones  de  una  manera  más  sistemá- 
tica, aún  se  encontrarían  muchos  más  datos. 

En  uno  de  sus  exordios,  hablando  de  Santa  Cecilia  en  su  mismo  día 
(IV.  52  V.),  da  á  conocer  cuando  empezó  su  misión  evangélica  por  F^uro- 
pa:  «En  Sancta  Mare  Esglesia,  huy  se  fa  pffici  de  una  gloriosa  Verge  Már- 
tir madona  Sancta  Sicilia  (sic)  e  de  aquella  vull  preycar,  no  per  raho  ge-" 
neral,  tan  solament  en  quant  es  verge  e  mártir,  mas  encara  por  raho  spe- 
cial,  que  per  tal  día  com  huy  yo  comen^i  a  preycar  per  lo  mon  e  publiquí 
ma  legació  a  latere  Chrisíi,  e  per  que  ella  me  ha  tetes  moltes  gracies,  per 
^o  no  la  vull  jaquir  de  preycar».  En  el  mismo  tomo  (IV,  fol.  i25  v.),  ex- 
plica y  fija  más  el  año  de  su  predicación:  «Aparellauvos,  ja  ha  .XV.  anys 
e  entram  en  el  .XVI.  que  vayg  per  lo  mon  a  avisarvos  de  aquesta  jorna- 
da.» Era  el. lunes  i.'*  de  Adviento. 

En  otros  sermones  habla  también  de  su  misión  apostólica  y  de  las  fati- 
gas que  por  convertir  almas  se  tomaba.  Era  el  martes  siguiente  á  la  Do- 
minica 25.^  de  Pentecostés,  y  co:nparando  el. mundo  contemporáneo  fcon 
el  de  Noé,  dice  así:  (IV.  46):  uDavant  aquella  destrucció  del  diluvi,  Deus 
trames  aquell  prohom  Noé  a  avisar  la  gent,  preycantlos  com  lo  mon  havie 
esser  destroit,  e  que  fessen  penitencia.  Ya  ha  .XV.  anys  passats  que  ja  va 
l'altre  prohom  Noé  preycant  per  lo  mon  la  destrucció  del  mon,  e  alguns 
sen  burlen  e  trufen.  Sic  erit  sicut  in  diebus  Noé  (Matth.  XXIV.  37).  Pero 

3.»  ¿POCA.— TOMO  ▼III.  9 


112  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

per  Noé  no  s'trobe  que  sen  convertissen  sino  .VII.  persones,  e  toles  ereí 
de  sa  casa;  mas  per  aquest  Noé  ara  mes  de  setanta  milia  en  hun  día.  E  que 
aquest  degués  venir,  escoltat:  Sent  Johan  diu:  Vidi  alterum  angelum  vo- 
lantem  por  médium  coeli  habentem  evangelium  aeternum,  ut  evangelizaret 
sedentibus  super  terram...  dicens  magna  voce:  tímete  Dominum  et  date 
illi  honorem,  quia  venit  hora  judicii  ejus».  (Apocalipisis  XIV,  6,  7.)  En  el 
ms.  sólo  se  copian  las  tres  primeras  palabras. 

Esto  mismo  repite  en  otra  ocasión  (VI.  143)  con  más  detalles:  oQuan 
nostre  Señyor  Deus  vol  destroir  una  vila,  ciutat  o  Regne  ha  costuma  de 
trametre  hun  missatger — Deus  volch  destroir  lo  mon  per  aygua...  trámete 
a  Noé...  Quan  Deus  volch  destroir  cinch  ciutats  Sodoma,  Gomorra,  Agar, 
Socor,  e  Seboit  tramethlos  a  Lotl. — Quan  Deus  volgué  destroir  a  Egipte 
h¡  trámete  Moyses...  Quan  volch  destroir  les  dotze  tribs  de  Israel  los  trá- 
mete Amos  propheta.— Apres  quan  Deus  volch  avisas  tot  Israel,  trámete  a 
S.  Johan  Baptiste  e  Herodes  tallali  lo  cap'.  E  veus  donchs  que  Deus  vol 
destroir  tot  aquest  mon  per  foch  e  tramet  hun  missatger  que  diu  S.  Johan 
en  lo  Apocalipsi  (XIV.  7).  Et  vidi  alterum  angelum  euntem  per  médium 
coelum  quia  yenit  hora  judicii  ejus. 

))Ha  y  molts  secrets. — Alterum  angelum  euntem  per  médium  coelum:  diu 
no  Vidi  angelum.  ¿Per  qué  diu  alterum?  Jo  us  o  diré.  Axi  com  ara  si  hun 
frare  de  Sent  Domingo  o  de  Sent  Francés,  qui  tingue  la  regla  apunt  axi 
íTom  Sent  Francés,  diu  hom:  «o,  veus  afi  altre  Francés»,  no  que  ell  sie  sent 
Francés,  mas  hun  altre.  Axi  aquell  del  qual  parle  Sent  Johan:  Vidi  alte- 
rum angelum,  per  50  que  deu  teñir  vida  de  ángel.  ¿E  cgm?  Car  langel  no 
vol  sino  la  honor  de  Deu,  no  vol  roba,  ni  or,  ni  argent,  ne  amistad  de 
persones,  ne  de  amichs,  mas  solitari  axi  com  hun  ángel:  tansolament  la 
honor  de  Deu  e  la  salvació  de  animes.  Apres  langel  está  amagat,  que  nol 
veu  hom;  axi  aquell.  Apres  polantem  per  médium  coelum.  A^o  diu  Sent 
Gregori  que  coelum  se  pren  per  christiandat,  per  90  com  en  lo  cel  son  XH. 
signes,  per  los  quals  havem  influencies  de  les  quals  viscam.  Axi  la 
christiandat  ha  XII.  articles  de  la  fe  per  los  quals  conexem  set  planetes,  per 
los  quals  havem  moltes  oppresions,  e  veus  que  la  christiandat  ha  set  sacra- 
ments  de  la  esglesia'per  los  quals  la  esglesia  o  la  christiandat  se  governe. 
Apres  en  lo  cel  ha  moltes  steles  menudes,  e  veus  a^i  les  gracies  que  havem 
dfe  Deu  infinides.  E  apres  habentem  evangelium  eternum.  A50  es  la  Biblia 
en  lo  vell  testament,  e  lo  novell  es  figurat  en  lo  vell.  E  apres  ut  evangeli- 
^aret  sedentibus  super  terram.  Aqo  es  ais  senyors  temporals,  reys,  duchs. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  1  l3 

Dicentem  eis  peccata  sua  clare  e  ais  prelats  tambe  e  a  tots  los  altres.  Apres 
super  tribum,  a(;o  son  los  juheus  qui  van  de  trib  en  tríb,  e  aquel!  preyca- 
dor  en  les  terres  on  son  deulos  fer  venir  al  sermó,  per  declararlos  la  veri- 
tat  e  hoir  les  veritats  de  la  sua  ley.  Apres  linguam:  aqo  son  los  moros,  los 
quals  tambe  deu  fer  venir  al  sermó  per  hoir  les  falsies  e  les  veritats  de  la 
sua  ley,  E  aquell  missatger  no  devie  anar  per  Granada  ni  per  Tartaria, 
mas  per  la  christiándat.  Apres  super  omnem  gentem.  Aquests  son  los  chris- 
tians  richs  e  pobres,  car  a  tots  deu  preycar  e  dir  lurs  peccats  e  amones- 
tarlos ques  corregesquen  a  Deu  de  bona  hora.  Apres  et  populum:  a^o  son 
los  preberes  e  los  religiosos  car  a  tots  se  deu  manifestar.  Apres  dicens 
magna  poce  tímete  Deum:  aqo  es  per  penitencia,  car  deulos  provocar  a  fer 
penitencia  de  sos  peccats.  Et  date  illi  honorem;  50  es  mostrarlos  com  deuen 
fer  oració  agenoUats,  pensant  en  Deu  devotament.  ¿E  a^o  perqué?  Quia 
venit  hora  judicii  ejus.  Donchs  veu  a^i  per  qué  diu  et  misit  servum  suum 
(scilicet ,  predicatorem)  hora  cene  (ad  finem  mundi).  Donchs  bona  gent, 
apparellauvos  que  pugau  entrar  en  tal  cena.  ¿E  com?  Los  superbiosos 
ques  humilien,  los  avars  que  restituexquen,  etc.» 

El  copista,  al  principio  de  esta  exposición,  ha  puesto  estas  palabras: 
cíDeclaració  de  mestre  Vicent  que  es  missatger  de  la  fí  del  mon.»  En  reali- 
dad, aunque  el  Santo  no  dice  que  él  es  dicho  ángel,  debe  suponerse,  pues 
traza  el  cuadro  de  su  predicación. 

Sabía  cuan  dura  era  aquella  generación  y  la  comparaba  á  los  tiempos 
de  Noé  (IV.  47):  E  quan  mes  los  preycava  (Noe)  pus  durs  tornaven.  E  lla- 
vors  Noe  feu  entrar  en  larcha  primo  ais  aucells.  Venie  la  águila  que  sen- 
tie  dant  lo  temps  del  diluvi — e  posavense  aquí  davant  Noe  abaxant  los  caps 
fentli'  reverencia.  Noe  estave  ab  hun  bastó  en  la  ma, — avant  posaltres 
aquiles,  entrau  aquí.  Fahienli  reverencia  e  sens  for^a  deguna  entraven  en 
larcha...  Apres  los  voltors,  puix  los  falcons  (dic  large)  pardalets  e  aus  me- 
nudes.  Quan  les  aus  foren  collocades  de  dintre  larcha,  feulos  aquest  ma- 
nament  Noé. — No  sie  degu  quey  mogue  brega,  nous  mengeu  los  uns  ais 
altres:  yo  vos  daré  datils  que  mengeu.  Axi  o  diu  lo  mestre  de  les  ystories 
scolastiques.  Apres  vingueren  los  animáis,  que  sentien  la  destrucció  del 
mon,  primo  los  elephants,  camells,  oricoms,  leons,  e  onsos  (dic  large)  e 
feulos  entrar  aquí  en  laltre  loch  e  feulos  manament:  hun  any  dura  que  no 
menjaren  aire  (que  datils)». 

Pero  no  desistía  de  predicar  todos  los  días;  antes  bien,  les  decía  conti- 
nuamente (IV.  5):  ctVeus  de  mí,  que  tots  jorns  yo  preyque,  que  james  no 


114  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

fon  fet  del  principi  del  món  en  9a,  que  a  tots  jorns  se  preycás  sermó  de  di- 
versa materia  ¿per  qué  dich?  Per  honor  e  gloria  de  Deu  e  bon  exemple». 
Y  repetidamente  les  decía  (IV.  45):  «Aquest  mon  deu  finir  tost,  tost  e  fon 
cuytadament.  Aquesta  doctrina,  segons  vos  he  dit,  ja  la  he  escrita  en-  una 
letra  e  tramesa  al  Papa».  Y  más  adelante  se  hacía  cargo  de  una  objeción,  y 
decía  (IV.  85  v.):  «Per  50  de  la  fí  del  mon  que  yo  preyque  ara,  dirie  algu: 
Frare,  haveu  ho  vist?  Dich,  que  en  lo  mirajl  de  la  Sancta  Scriptura  ho  he 
vist».  Luego  no  era  revelación,  sino  opinión  suya  formada  en  vista  de  la 
corrupción  de  su  tiempo. 

Érale  al  santo  pesado  el  estar  fuera  del  monasterio,  p^o  su  misión  le 
obligaba  a  peregrinar  continuamente.  De  ello  se  lamenta  en  un  sermón 
(V.  24)  y  nos  hace  ver  cómo  se  consolaba:  «Al  religios  si  fora  del  mones- 
tir  está  prenliu  axi  com  al  peix  que  está  fora  laygua  que  tantost  comen(^e 
a  morir,  mas  com  va  per  laygua  done  una  vólta  de^á  altra  della  e  está  a 
son  plaer...  Dirá  algún  simple:  «O  a^o  fa  contra  vos  que  noy  estau  gens  e 
anau  per  lo  mon,  donchs  lo  peix  está  fora  laygua...  Lo  religios  deu  dir 
quan  es  fora  lo  monestir:  «¿en  lo  convent  a  quinya  hora  se  lleven  a  mati- 
nes? a  tal  hora».  A  tal  donchs  axi  o  deu  fer  e  portar  son  breviari  e  la  biblia 
per  preycar:  a^o  es  portar  lo  mSnestir  ab  sí...  Axi  o  fahien  S.  Domingo  e 
S.  P>ancés  que  anaven  preycan  per  lo  mon». 

Tenía  ¡dea  precisa  de  lo  que  significaba  su  predicación,  y  nos  la  expli- 
ca (V.  10  v.)  detalladamente:  «En  la  esglesia  ha  Papa,  Cardenals,  bis- 
bes,  etc.,  mas  noy  ha  sino  un  Senyor,  Deus. 

»Los  primers  servidors  son  los  porters. — Los  segons  son  rebosters, 
aquells  qui  teñen  lo  pa  e  vi  e  fruyta  e  altres  vitualles. — Los  tercers  son  los 
cuyners,  aquells  qui  aparellen  e  cohén  les  viandes. — Los  quarts  son  los 
scuders,  aquells  qui  servexen  taula. — Despuix  lo  ministres  90  es  los  sona- 
dors. — Depuix  los  almoynés,  aquells  qui  lleven  les  taules. — E  finalment 
los  cambrers,  los  qui  han  cura  de  la  cambra  del  rey  o  Senyor. 

»Lo  primer  offici  es  de  porters,  qui  están  a  la  porta  ab  les  maces  e  les 
persones  que  son  dignes  lexen  les  entrar,  mas  les  indignes  láncenles.  Los 
scnyors  temperáis,  90  es,  Emperadors,  Reys,  justicies,  jurats,  etc.  estos 
están  ab  lo  poder  de  regir  lo  poblé  per  foragitar  males  persones...  e  males 
costumes. 

»Lo  segon  offici  es  rebosters  qui  sots  la  ciau  teñen  la  vitualla...  son  los 
prelats  e  tots  los  qui  han  cura  de  animes...  ¿quinya  vitualla  tenen.^...  los 
sagraments...  que  son  viandes  spirituals. 


BlBUeTEGAS  Y  MUSEOS  1  1 5 

«Lo  terí  offici  es  cuyners  qui  preñen  la  bona  vianda,  Uattenla  be  e 
<:oenla  be  e  donen  la  amorosament.  Aquests  son  los  pneycadors  deis  quals 
son  yo...  La  boca  de  Deu  es  la  biblia...  ¿sabeu  com  se  llava  la  vianda?  Lo 
qui  deu  preycar  deu  studiar  eno  preycar  sensstudiar,  car  podie  dir  algu- 
na cosa  escandalosa...  Set  dies  donen  ais  religiosos  al  qui  deu  preycar... 
Lo  preycador  qui  no  ha  stuJiat  lo  sermó,  lo  sermó  será  cruu. 

5>Lo  quart  offici  es  de  scuders  qui  están  a  la  taula  deis  senyor  qui  ser- 
vexcn.  Aquests  son  los  clergues  que  no  han  cura  de  animes,  dyaques,  sub*' 
dyaques  que  servexen  laltar...  Los  qui  servexen  al  Rey  se  visten  nets,  no 
suats  ne  polsosos,  es  mester  que  no  sien  sullats,  sino  ¡gara!  Donch  guard 
si  lo  preveré  que  ha  a  servir  al  altar,  que  no  vingue  polsos  ne  suat,  no  sie 
pompos,  polsós,  luxuriós,  pereos,  golos  ans  sie  net. 

»Lo  quint  offici  es  ¡uglars  qui  sonen  ñ  de  la  taula.  Aquest  offici  han  les 
persones  penidentes.  ¿E  quiny  so  fan?  Fanlo- a  tres  veas:  La  oració,  los 
sanglots,  los  sospirs. 

»Lo  sisen  offici  es  almoina,  qui  pren  en  hun  caba?  los  cantells  de  la 
taula  del  Senyor...  Tu  qui  es  rich  has  lo  caba;  pie  e  deus  pensar  que  es  al- 
jnoyner  de  Jesu  Christ. 

o  Lo  seten  offici  es  cambrer  c  es  pus  dol?  de  tots,  per  que  stan  en  H 
cambra  ab  lo  rey,  jSoden  parlar  ab  elí...  La  cambra  es  la  bona  conscien- 
<ía.  Ara  bona  gent,  quiscu  prengue  la  sua  divisió...  Yo  ja  he  pres  la  mía, 
que  so  cuyner.  Deus  me  face  gracia  quel  regesca  be.» 

Ya  desde  joven  estaba  persuadido  San  Vicente  del  poder  santificante  de 
la  palabra  de  Dios,  y  es  notabilísimo  el  pasaje  (V.  i  lo  v.)  en  que  nos  cuen- 
ta lo  que  le  ocurrió  en  Lérida  cuando  estudiaba:  «Dirvos  ne  hun  miracle. 
Yo  era  en  Leyda  fadrf  en  lorde  deis  Preycadors  on  havie  hun  frare  de  bona 
vida  e  confessavam  a  ell  e  hun  día  que  no  era  festa  vingucren  homens  e 
alones  a  la  missa  e  lo  sermó.  E  dita  la  missa  dixme  que  ell  havie  hauda  re- 
lació  de  part  de  nostre  Senyor  Deu  que  totes  quantes  persones  eren  stav- 
des  en  aquella  missa  e  sermó  eren  justificades.  En  a^o  yo  y  fuy.  Vejats 
•donchs  com  es  santa  e  bona  cosa  hoir  missa  e  sermons». 

Podría  nuestro  santo  haber  adquirido  dignidades  y  riquezas:  nada  de 
«sto  quería  para  sí  ni  para  sus  oyentes.  De  gran  edificación  son  sus  pala- 
bras (V.  1 5o):  «Si  vols  esser  savi,.  tota  ta  vida  sie  endre^ada  per  anar  al 
port.  Foll  es  aquell  quis  ature  el  cami.  ¿Voleula  conexer  aquesta  follía? 
Sapiats  que  en  una  térra  ere  aquesta  costuma,  que  quiscun  any  mudaven 
son  jutge  e  mentre  ere  jutge  daves  bon  temps  e  a  la  fí  del  any  trametienlo 


ii6 


REVISTA  DE  ARCHIVOS 


en  una  illa  tot  nuu  e  allil  lexaven  estar.  Hac  ni  hu  e  pensant:  «yo  son  duch, 
mas  ¿com  o  faré  del  estar  de  la  illa?  no  volch  menjar  sino  mesuradament 
e  lo  que  devie  despendre  axi  com  los  altres,  secretament  o  trametie  a  la 
illa.  E  passat  lany  trameterenlo  a  la  illa  axi  com  los  altres  e  pus  troba 
aquí  lo  quey  havie  trames:  hac  ab  que  viure.  ¿Qualsde  aquests  dirieu  folls 
o  savis?  tot  hom  dirie  que  aquest  quey  provehí,  e  los  altres  folls.  ¡Hee! 
Vejats  siy  sou  vosaltres.  E  axi  no  fa^ats  provisió  sino  per  a  vostra  vida, 
'  tot  laltre  trametet  o  dellá...  Car  axi  o  fa?,  yo,  que  be  poria  haver  digni- 
tats,  mas  nou  vull,  tot  o  enviu  dellá.  E  quan  serem  dellá,  oo  quinya 
gloria». 

El  ángel  del  Apocalipsis  era  San  Vicente,  el  legado  de  Cristo  que 
anunciaba  el  juicio  final.  Era  ya  viejo,  y  su  cuerpo  sentía  el  cansan- 
cio de  tan  largas  fatigas  y  deseaba  descansar  del  can[i¡no,  como  Jesús 
junto  al  pozo  de  Jsicoh^-fatigatus  ex  iiinere, — apetecía  el  retiro  de  su  cel- 
da, pero  le  retenía  el  celo  por  la  salvación  de  las  almas.  Decía  un  sábado 
antes  de  la  primer  dominica  de  adviento  (IV.  ii3  v.)  al  pueblo  de  Zara- 
goza: c(Yo  pensava  estar  aquest  mes  passat  per  a  fer  penitencia  e  huy  que 
me  n'  partís;  mas  per  les  pregaries  deis  honorables  regidors  de  aquesta  no- 
ble ciutat,  e  per  la  devoció  que  veyg,  he  atorgat  fins  a  Epifanía  e  no  pus: 
que  ja  so  vell  .LXVll.  anys  he,  e  he  a  fer  gran  camí  per  a  denunciar  la 
embaxada  de  la  fi  del  mon,  que  ve  ara».  Después  veremos  cómo  se  han  de 
tomar  estas  palabras,  al  hablar  del  juicio  final. 

Seguía  al  santo  gran  multitud  de  personas  en  su  peregrinación  evangé- 
lica, hombres  y  mujeres  del  pueblo,  clérigos,  caballeros,  letrados.  Tam- 
bién de  esta  com/^ania  ¿fe /a /?e;ii7enci¿2,  como  el  santo  la  llamaba,  habla 
en  sus  sermones.  Véase  un  caso  muy  notable  en  el  de  Santa  Lucía  (IV. 
182  V.):  cíNostre  Senyor  Deu  ha  feta  una  gracia  en  esta  ciutat  (Zaragoza) 
que  en  deguna  ciutat  no  es  estat  que  tanta  almoina  sie  feta  com  a^i,  que 
Ínter  céiera  hom  ha  en  esta  ciutat  que  te  sa  draperia  parada  a  tot  hom  que 
s'vulla  vestir  per  amor  de  Deu.  Per  que  vos  vull  avisar,  que  per  la  nostra 
doctrina  molts  e  moltes  han  pres  Tabit  de  nostra  companyia.  E  vansen 
(altres)  a  vosaltres:  hec  Senyor  e  daime  posada,  qi4e  yo  so  de  la  compa- 
nyia de  mestre  Vicent.  Yo  dich  que  no  son  de  la  companyia,  ans  son  la- 
dres e  robadors:  nols  rebats  sino  ab  lo  regidor  de  la  companyia.  E  axi  no 
US  lexeu  engañar,  que  grans  ladres  son.  La  gent  de  nostra  companyia  ja 
han  la  regla,  no  la  trencarien  per  res.  Altres  van  ab  abit  de  la  companyia 
e  demanen  almoyna  ab  set  psalms  e  no  saben  legir.  Dirvos  he  una  mará- 


BIBLIOTECAS  Y   MLS20S  1  I7 

vella.  Anit  yo  rebí  hun  correu  de  Daroqua  cuyt^t,  en  menys  de  .XX.  ho- 
res  vingué.  Hun  hom  se  s'partít  de  aquesta  ciutat,  per  nom  Bernat  Agui- 
ló,  e  es  anat  a  Daroqua  e  a  feyt  una  letra  de  part  mia  falsa,  e  ha  dit  axi  en 
sustancia:  honorables  Senyors,  yo  Maestre  Vicent  vos  he promés  de  anar 
asti  (sic)  exint  de  Saragoga  e  la  gent  de  riostra  companyia  es  pobra  e  ma- 
lalta  e  haurien  mester  que  vestir,  Placieus  de  socorrerlos  etc.  La  ciutat 
proveeix  per  haver  draps,  e  ell:  no,  no;  daume  diners,  ais  comptants  volie 
passar.  Dix  hun  de  la  ciutat:  Senyors,  trametam  hun  correu  al  Mestre  e 
sapiam  si  es  axi  o  no,  e  tingam  Vhom  a  noves,  Jins  hajam  hauda  resposta 
d*elL  Yo  l|Os  he  respos^t,  que  tot  es  fals  etc.  Ara  yo  me  pens,  que  al  bon 
hom,  que  ji  farán  hun  jipó  trepai  pera  Nadal». 

Aún  es  más  explícito  sobre  la  compañía  de  penitencia  en  otro  sermón 
(V.  108  V.),  donde  explica  el  objeto  que  se  proponía  con  ella  y  sus  ejerci- 
cios: «Devem  fer  penitencia,  axi  com  es  fet  anit  en  la  professó,  ab  aquells 
crits  de  ¡misericordia!  ab  a(;ots  etc.  e  de  aquests  será  lo  regne  celestial. 
Mas  son  alguns  malestruchs  que  s*en  traben  escarn.  Mal  o  fets.  Lexats  fer 
be  a  qui  n  vol  fer.  ¿No  saps  Sent  Domingo  que  s'by.té  ab  cadenes?  Sent 
Francés  se  gitá  ab  una  dona  que  ell  se  feu  de  neu:  Sent  Bernat  ab  discipli- 
na. Si  vols  anar  a  infern,  lexa  estar  los  altres,  car  per  aquesta  vía  de  pe- 
nitencia havets  anar  a  paráis,  e  has  ne  exemple.  Vosaltres  vehets.  que  nos- 
tra  companyia  son  be  .CCC.  persones.  Vejats  quinya  maravella,  que  en 
los  lochs  on  entram,  per  pctits  que  sien,  som  ben  acollits,  que  avegades  se 
nbarallen  quan  non  han  tots  de  nostra  companyia:  e  avegades  veus  dos 
frares  que  no  trobarán  qui  Is  acuUgue  e  nosaltres  que  som  tants  trobam 
recapte.  ¿E  don  ve  a^o?  Per  90  que  servam  aquesta  manera  de  qucerité 
primum  regnum  Dei  et  hcec  omnia  adjicientur  pobis.  Matth.  (VI.  33). 

Otras  muchas  veces  nos  habla  el  Santo  de  la  compañía  de  penitencia  y 
muy  en  particular  de  la  procesión  de  los  disciplinantes.  Parece  como  que 
estamos  oyendo  los  gritos  de  ¡misericordia!  que  se  repetían  con  frecuencia 
cuando  en  1887  se  celebró  en  Alicante  la  procesión  de  la  Santa  Faz.  Véan- 
se estas  muestras  (V.  53  v.):  c<Quan  la  creatura  está  en  bones  obres  tots 
dies  S2  enriqueix  de  día  en  día.  Axi  com  ara  de  vosaltres  ¿que  fes  hir?  Lo 
primer  guany  es  del  cami  fort  que  hagués.  Aprés  quan  fom  a^i  per  gran 
caritat  acullgues  la  nostra  companya  que  non  ha^^ues  prou.  Apres  en  la 
nit  lu  penitencia  que  fes  en  la  professó  de  la  disciplina  ab  grans  crits  de 
¡misericordia!  e  huy  que  feu  gran  festa  e  hará  havets  la  missa  e  la  bona 
doctrina  e  perdonan^a.  Molt  guanyau.  Ara  pensat  que  lo  que  hará  ha- 


Il8  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

vets  vosaltres  per  hun  día  o  per  dos,  cada  día  los  de  la  companyia  han 
aquest  be». 

Un  caso  muy  singular  de  estas  procesiones  de  disciplinantes  nos  cuen- 
ta (V.  i38  V.):  espanta  su  relato:  «En  una  Vila  de  Castella  appcUada  Chin- 
chella  on  era  yo  preycan  ere  hun  hom  ques  confessá  a  hun  confessor  de  la 
companyia,  e  lo  confessor  vench  a  mi  que  lí  donas  consell  de  la  peniten- 
cia. E  lo  cas  ere  tal  quel  hom  havie  mort  diverses  persones,  e  yo  diguili  si 
havie  conegut  que  hagués  bauda  contrició.  E  dix  que  no.  E  yo  pensí  que 
li  digués  ques  disciplinas  en  la  professó  ab  los  altres.  E  lo  confessor  torna 
e  dixme:  c<ja  hu  he  dit,  mas  diu  que  no  li  bastarie  lo  cor  a  escampar  la  saa 
sanch  (be  ere  bastant  a  escámpame  deis  altres,  mas  la  sua  no),  e  yb  dixli, 
que  li  digués  que  anas  ab  los  de  la'  companyia  e  ques  disciplinas  ab  la  dis- 
ciplina en  la  ma,  la  corda  penjan.  E  sis  fahie.  Els  altres  acótense  ferm, 
que  la  sanch  los  plegave  ais  talons,  e  ell  que  veu  alió  e  hoí  los  crits  tan 
grans  de  ¡misericordia!  per  alió  hac  tanta  de  contrició  que  gira  la  discipli- 
na, es  disciplina  tan  fort,  que  li  hagueren  a  tolre  la  disciplina.  Yo  se  ho- 
mens  que  dien  que  han  quarenta  anys  que  james  hagueren  contrició 
fifis  ara». 

Se  hace  cargo  el  santo  de  algunas  objeciones,  y  por  su  respuesta  apare- 
ce el  verdadero  objeto  que  se  proponía:  la  ejemplaridad  (V.  76):  Dirie 
algu:  c<e  donchs  aquesta  disciplina  que  fa  la  vostra  companyia  ¿per  qué  no 
la  fan  en  sa  cambra?  Responch  axi.  Si  ells  la  fahien  en  sa  cambra  no  sen 
estcndrie  tant  de  be  com  fa,  que  a  exemple  dells  molts  daltres  fan  peniten- 
cia axi  com  ells,  que  no  la  farien.  Mas  avet,  fan  la  denit  e  van  coberts  e 
per  90  no  es  vanagloria.  Algu  de  vosaltres  anau  en  bragues  que  mostrau 
tot  lo  ventre  e  les  cuxes:  no  anau  be  axi:  cobriuvos  honestamcnt.  Les 
obres  son  vistes  mas  no  les  persones,  e  axi  va  be». 

Finalmente,  aparece  en  otro  lugar  de  los  sermones  (V.  70  v.)  que  ha- 
bía indulgencia  plenaria — perdonan^a:  «Vosaltres  feu  de  la  caritad  que 
fes  anit  a  la  nostra  companyia  que  la  rebes  molt  be,  e  depuix  en  la  pro- 
fessó, les  fadrines  ana  ven  ab  lo  cap  descubsrt:  be  fahien,  mas  les  casades 
nos  deuen  descobrir.  Los  altres  se  disciplinaven,  los  altres  cridaven  grans 
crits  de  ¡misericordia!  e  ara  que  sots  venguts  a  la  missa  e  al  sermó  e  apres 
guanyareu  la  perdonan^a». 

La  gente  que  se  acogía  á  la  compañía  de  penitencia  era  mucha  y  de 
todas  las  clases  de  la  sociedad.  Los  unos  buscaban  el  perdón  de  sus  enor- 
mes pecados,  los  otros  la  perfección  de  la  vida  cristiana.  Decía  el  santo  que 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS  I IQ 

aquella  era  una  arca  de  Noé  (IV.  47  v.)  c<¡Quantes  besties  salvatges  se  me- 
ten en  larcha  de  penitencia!  Quants  homens  que  han  fetes  .XXX.  XL. 
morts  e  ara  son  se  mesos  en  nostra  companyia  e  fan  penitencia,  hoc  c 
águiles,  90  es,  regines  han  conegut  aquest  senyal  e  fan  gran  penitencia, 
duqueses,  comtesses  e  ahres,  e  los  infants  petits.  ^Nol  conexets  ara  aquest 
senyal?  que  si  los  juráis  de  aquesta  ciutat  fahíen  crida  que  les  criatures 
vinguessen  a  cert  loch  els  darien  torrons,  datils,  e  avellanes,  neules  etc., 

noy  veodrien  axi  e  ara  venen Larcha  tantost  se  tanquara:  lo  prohom 

ja  es  vell:  tost,  tost  e  ben  tost  se  fara:  obriu,  obriu  los  huylls,  sino  pc- 
rireu.» 

¿Y  qué  hacía  allí  está  gente?  Lo  dice  en  varios  pasajes  (IV.  92  v.):  c<Los 
de  la  nostra  companyia  quiscun  dichmenge  confessen.e  combreguen;  vo- 
saltres  qu¡  treballau  elegíu  .X.  o  XII.  festes  en  lany  de  les  majors  e  con- 
fesseu  e  combregau,  que  Deus  vos  provehfrá».  En  otra  parte  (V.  i6)r 
«Algu  de  la  nostra  companyia  dejune,  no  menge  cañi,  e  quan  lin  darán  en 
la  posada  dirá  que  no  menge  e  demanará  ous:  mes  li  valrie  menjar  carn, 
que  no  demanar  propria  vianda  e  descobrir  llur  abstinepcia».  Otra  de  sus 
ocupaciones  era  ayudar  misas  (III.  23):  «La  gent  deu  haver  bona  fe  en 
creure  fermament  en  lo  Sagrament  del  altar,  car  ligse  que  Sent  Thomás 
de  Aquí  Doctor,  havent  gran  fe  e  créenla  en  lo  Sagrament  del  altar  cada 
día  dehye  missa  e  ajudave  a  dir  altra  missa  o  si  eren  que  no  pogue  dir 
missa  ajudave  a  dir  dues  misses,  car  gran  merit  ne  havie.  E  en  a90  pre- 
ñen doctrina  los  de  la  nostra  companyia;  que  axi  los  grans  com  los  chichs 
qui  no  son  preveres  hoen  missa  e  ajuden  a  la  missa,  car  per  hoir  missa 
quiscú  es  confermat  en  la  fe». 

Sobre  el  modo  de  ayunar  los  de  la  compañía  tiene  el  Santo  algunas 
advertencias:  puesto  que  vivían  de  la  limosna  tenían  que  aceptar  lo  que 
les  daban  (IV.  1 10  v.):  «Per  la  exida  del  dia  de  Pascua...  hom  se  apparelle 
confessant  etc.  ¿e  quant  mes  donchs  quan  deu  exir  del  forn  calent  del 
Sant  Spirit  de  la  Verge  María  lo  deus  rebre  enbolcat  calent  calent...  Ya 
dabans  per  490  anys  ja  dejunaven  los  prophetes  lo  Advent...  in  diebus 
illis  ego  Daniel  lugebam  trium  hebdomadarum  diebus  (Daniel  X.  2).  Lu- 
gebam,  idest,  jejunabam  ¿e  com  dejunaves?  Primo  ne  menjava  pa  de  figos 
ni  pabell  de  forment,  mas  pa  dordi  mal  pastat,  ni  carn,  ni  vi,  ni  altra 
cosa  delicada...  Demá  comente  \\o  Advent)  que  ja  no  deueu  menjar  carn. 
Molts  dien:  demá  farem  carnistoltcs...  sí  axin  feu,  trencarlo  heu.  Ant¡- 
gamcnt  los  religiosos  e  preveres  axi  o  fahien.  Ara  tota  devoció  va  fora.  E 


I20  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

axí  sz  dcu  fer  de  bon  cons^ll.  mas  los  de  la  nostra  companyía  non  poden 
fer  axí,  que  han  a  menjar  de  qo  quels  apparellen  la  bona  gent  e  ells  no 
deuen  demanar  propí  e  non  han  peccat  que  mengen  de  la  vianda.» 

Esta  vida  también  tenía  sus  detractores,  como  aparece  en  los  mismos 
sermones  del  Santo,  que  de  ello  se  lamenta  (IV.  23  v.):  «Quan  hun  hom 
comenta  a  fer  bona  vida  ,;hay  degu  que  sen  riga?  no.  no.  Mas  digats  ¡o 
beneyt  sie  Deu!  e  dirli  <<En  bon  hom.  pus  que  Deus  vos  ha  feta  aquesta 
gracia,  contínuau  vostra  bona  vida.»  Si  algún  religios  se  sol  convertir  a 
Deu,  ell  se  met  en  gran  brega,  que  tots  los  altres  sen  riuran  desloanlo.  e 
si  al^u  es  del  mon,  aquell  es  loat,  mas  si  es  devot  tantost  dirán  los  pa- 
rents. — Nostre  parent  lo  frare  ni  ol  ni  put. — Si  una  dona  comencé  a  fer 
bona  vida  totes  los  vehínes  la  acanicen  mes  que  a  degun  thoro.  Hun  bon 
hom  per  la  nostra  preycació  e  penite.icia  que  vehie  fer,  pres  proposit  de 
fer  bona  vida.  Ell  a  matf  e  vespre  fahie  sa  oració  devota  en  sa  cambra  e 
la  malvada  de  muller  gitaves  el  Hit  e  per  devall  lo  lan^ol  miravel  e  reye- 
sen  hahaha.  Lo  bon  hom  havien  gran  desplaer  e  vingue  amia  dirmo  e  yo 
donili  aquest  cons^ll,  que  non  curas,  mas  que  continuas  que  de  aquell 
opprobri  major  merit  trobaric.» 

Hay  en  estos  ser.nones  una  serie  de  alusiones  al  Rey  de  Aragón,  Don 
Fernando  de  Antequera,  cuya  virtud  pondera  mucho  como  veremos. 
Había  sido  nuestro  Santo  muy  amigo  del  Rey  D.  Martín  y  cuenta  un  caso 
que  le  ocurrió  en  su  presencia,  lo  que  le  sirve  para  ponderar,  que  cuando 
Dios  da  un  castigo  es  correspondiente  al  pecado  que  fué  causa  (IV.  255  v.): 
"Regla  es,  que  quant  nostre  Senyor  Deus  dona  alguna  pena,  tots  temps  es 
corrjsponent  al  peccat.  Exemple  del  Rey  En  Martí.  Yo  era  ab  ell  en  la 
sua  cambra  a  Barcelona,  e  dix:  Mestre  Vicent  ^voleu  %'€ure  les  mies  carnes, 
que  tinch  totes  plenes  de  podre?  E  yo  dixli  perqué  li  ere  vengut,  e  dix: 
Yo  he  ago,  que  quant  era  jove  yo  tenia  belles  carnes,  e  mostravales  que 
di^uessen,  que  era  benfet  de  carnes,  e  per  alió  yo  he  aquesta  pena. — 
¡Haa!  dix  yo,  be  esta,  pus  o  conexeu.» 

Pero  las  más  notables  alusiones  son,  como  hemos  dicho,  al  Rey  Don 
Fernando,  empezando  por  el  compromiso  de  Caspe  (IV,  i63  v.),  refirien- 
do la  siguiente  invocación  diabólica  de  un  nigromántico,  en  el  sermón  del 
lunes  después  de  la  Dominica  segunda  de  Adviento:  c<Al  Castell  de  Casp, 
quan  nosaltres  nou  persones  hi  erem  per  elegir  rey,  veureu  que  vos  diré 
del  dyable.  Quan  nosaltres  son  acordes  trametem  ais  deputats  quen  ha- 
vien hoir.  E  fon  hun  gran  home  invocador  del  dyable  e  dix:  per  cert  yo 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  121 

sabré  qui  es  lo  rey.  E  feu  rotle  e  invoca  lo  dyable  e  ell  fo  aquí  e  dixli: 
¿Porasme  dir  qual  será  lo  rey?  Lo  dyable  li  dix:  tal.  E  aquest  comen9e  a 
publicar,  e  en  Taltre  día  dixlí:  Aytal  será, — hun  altre — ¡Ool  d¡x  aquest, 
tu  me  engañes,  que  lo  hun  die  dius  tal,  Valtre  tal. — ¿Vols  que  te  diga? 
diu  lo  diable,  la  veritat  sapies,  que  de  tres  legues  en  torn  no  ni  puch  acos- 
tar a  Casp,  per  hun  home  que  y  ha  e  erem  nou.» 

Defiende  denodadamente  á  D.  Fernando  como  rey  legítimo  y  pondera 
muchas  veces  su  religiosidad  y  castidad.  En  el  sermón  de  San  Juan  Evan- 
gelista (IV.  248)  explica  las  razones  en  que  se  fundó  su  fallo  en  la  elección 
de  rey  Aragón.  Comenta  el  pasaje  del  Cantar  de  los  cantares  (cap.  III.  1 1), 
que  dice  á  la  letra:  Egredimini  et  indete  filice  Sion  regem  Salomonem  in 
diademate,^quo  coronavit  illum  mater  sua  in  die  desponsationis  illius. 
Aquesta  paraula  me  dona  occasió  que  diga  del  nostre  Rey.  Veus  que  diu: 
exits,  si  hi  ha  degú  de  la  casa  de  mala  voluntat,  exits  e  fets  penitencia. 
Sabets  quant  de  mal  si  ha  feyt.  En  aquell  punt  que  yo  pronuncij  la  sen- 
tencia en  Casp,  totes  les  bandositats  cessaren.  Los  genovesos  ja  havien 
armat  per  occuparse  Aragó.  Los  moros  de  Granada  tremolen,  mas  nosal- 
tres  rey  havem.  No  havem  rey  quo  li  diu  hom:  ¡Oof  per  amor  de  mi  etc. 
bon  martinet.  ¿Que  mes  diu  la  auctoritat.^  que  Tcoroná  la  sua  mare,  no 
diu  pare.  Nostre  Senyor  Deus  Jesuchrist  en  quant  hom  no  hac  pare,  mas 
mare,  e  el  regne  de  David  se  pertanyie  a  Jesuchrist.  Dien  alguns:  lo  nos^ 
tre  rey  de  dona  ve:  Oo,  e  nostre  Senyor  no  dona  excellencia  al  nostre  rey. 
Vejats  que  vos  diré.  No  ha  huy  hom  al  mon  másele  e  legitim,  que  tan 
acostat  sie  al  nostre  rey  En  Martí,  ne  al  rey  En  Pere,  per  que  diu  másele, 
per  foragitar  dona,  que  no  havem  mester  dona  en  rey  de  Aragó.  Molts 
grossers  dien:  ^e  qui  será  rey?  e  si  les  aus  o  dien:  Frederich,  Frederich, 
tapauvos  la  boca.  ¿Pensau  que  nosaltres,  nou  persones,  no  hajam  vist  los 
drets  de  quiscú?  Dirá  algu  de  vosaltres:  Aoc,  mas  aquest  %*e  de  dona.  Sem- 
blant  era  Jesuchrist,  que  la  successió  li  venía  de  David  per  la  mare.  ítem 
mes,  lo  primer  rey  de  Aragó,  fill  de  Dona  Petronilla,  dret  hac  per  partde 
dona  e  esser  rey.  ítem  mes  vos  dich:  que  de  part  de  pare  e  de  mare  aquest 
rey  tot  es  aragonés  e  valencia:  lo  seu  pare  fo  lo  rey  don  Johan  de  Castella, 
concebut  fo  en  regne  de  Valencia,  nat  a  Tamarit  de  Litera,  nodrit  en 
aquest  regne:  mas  lo  a  vi,  el  rey  don  Andrich  (Enrique)  be  s'mostrá  ca- 
thalá  e  aragonés,  que  foragitá  lo  rey  don  Pedro,  qui  destruí  aquest  regne. 
ítem  mes:  que  aquest  rey  no  ha  condició  de  castella,  mas  de  cathalá  ó 
aragonés:  no  te  amigues,  tot  verge  vench  al  matrimoni,  e  veus  quantes 


122  RCriSTA  HE  ARCHIVOS 

creatures.  E  aqüestes  no  s'nodrixen  en  faldes  de  donzelles,  mas  a  cavalcar 
e  cafar  etc.  ítem  mes,  los  castellans  son  molt  parlers:  Ferrá  Ferranáeg 
de  ¡os  Archas  de  los  mayores,  mas  lo  nostre  rey  a  tart  parle,  sino  que 
desempache  los  feyts.  E  axi  egredimini  etc.:  exits  de  la  tanega  de  malicia. 
A9Ó  vos  he  dit  per  que  la  materia  m'  ho  requir,  que  axi  com  Jesuchrist 
succe/  a  David  per  mare,  axi  aquest  nostre  rey  en  aquest  regne. 

Sobre  esta  materia  había  hablado  ya  anteriormente  (IV.  147.  fer.  VI. 
Hebd.  1.  Adv.),  explicando  más  algunos  pormenores:  («Dien  los  juheus 
que  én  quiscun  loch  del  libre  Cántica  Canticorum...  que  allí  hon  es  amat, 
es  entes  Deu,  e  puix  diu  egredimini  jilice  Sion..,  Juheu,  Salomó  vol  dir 
rey  Deu,  donchs  Deu  mare  ha,  que  la  Sinagoga  sie  dita  sposa  raho  ha  que 
engendrava  fílls  ¿mas  quí  será  aquella  mare  e  aquella  corona?  Vet  que 
diu  mare  de  Deu:  la  sinagoga  no  pot  esser  dita  mare,  que  no  pareíx, 
donchs  mare  es  de  Deu  e  per  (o  diu  que  ella  lo  ha  coronal,  com  corone  la 
mare  al  fíll,  p|r  (o  que  no  hac  pare  home,  que  per  la  mare  li  pertanyie  lo 
regne.  E  per  (o  exit  de  duricia.  Dretament  esta  semblava  lo  fet  del  nostre 
Rey.  Eli  hac  mare,  del  rey  En  Pere  dretament  se  pertanyie  el  regne  de 
Aragó  per  la  mare  quel  ha  coronat.» 

En  otro  sermón  (IV.  247)  vuelve  sobre  el  tema  de  la  castidad  y  excita 
i  los  que  estaban  al  frente  de  la  cosa  pública  i  ñn  de  que  eviten  el  pecado 
contra  esta  virtud,  amenazándoles  con  la  venida  del  rey:  «Servar  devets 
la  fe  del  matrimoni  e  castedat,  per  qué,  bona  gent,  avisauvos,  e  los  regi- 
dors  avísense,  si  volen  que  la  ira  de  Deu  no  sie  sobre  la  ciutat.  E  veus 
que  vindrá  lo  Senyor  Rey,  e  si  ni  troba  deguna,  ell  o  esquivará  e  o  casti- 
gará; mas  yo  tinch  per  tais  ais  regidors  que  quan  el  rey  vendrá,  aquest 
peccat  ja  será  escombrat.» 

Este  mismo  celo  de  D.  Fernando  ponderaba  en  otra  ocasión  San  Vi- 
cente en  la  misma  Valencia  un  viernes  después  del  Domingo  IV  de  Ad- 
viento ÍIV.  226)  hablando  de  los  niños  que  los  discípulos  pretendían  apar- 
tar de  Jesús:  «Havie  en  torn  de  Jesuchrist  tanta  de  minyonalla  e  los  apos- 
tols  cridaven: /ora. /or¿r  wf«vo/ia//^.E  Deus  vehent  que  la  minyonalla 
no  ere  luny  d'ell,  si  dix:  sinite  párvulos  venire  ad  me.  Mas  vosaltres  lu- 
xuriosos,  pudents  fora,  fora.  Ara  notats  ¿quals  son  los  homens  que  sien 
en  matrimoni  huy  casts?  ¡he!  mostraume  lo  primer  e  traoime  Tull.  Aquesta 
gracia  es  huy  en  lo  nostre  Rey,  que  cast  vench  al  matrimoni,  e  veus 
quantes  creatures  ha.  ¡Oo,  quanta  corrupció  ha  huy  en  lo  mon!  E  per  90 
dix  ais  fadrins.  talium  ett  regnum  ccelorum,  el  ais  majors  dix,  talium  est 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  123 

regnum  injernorum.  No  si  j^uarde  huy  res;  parents  ab  parents,  compares 
ab  confiares,  cunyats  ab  cunyades. — Si  algu  ha  tenguda  aquella  mala  vida 
de  porch,  lexatla.  Yo  crech  que  la  ciutat  provehirá  en  a^o,  que  yo  me 
tém,  que  aquest  peccat  no  sie  ja  en  la  segona  especie,  id  esl,  sodomía,  ele.» 

Finalmente  encontramos  que  alaba  al  mismo  rey  por  su  confianza  en 
Dios  y  por  el  desprecio  de  agüeros  y  supercherías  (IV.  i8  v.):  «Speran^a 
es  bona  a  totes  tribulacions.  Mas  son  alguns  que  mes  amen  tetilles.  (^o  es. 
no  prengau  muller  tal  día,  ne  camineu  tal  día,  ne  tallar,  ne  usets  ab  la 
muUer  tal  día,  ne  fa^au  bugada  tal  dfa.  Algunes  dones  son,  que  serven 
mercoleries  e  sabatines,  e  tal  día  guardauvos  de  tal  erba  c  collir  la  erba  ans 
del  sol  exit,  etc.  Vidit  Deus  cuneta  quce  fecerat  et  omnia  erant  valde  bona, 
(Uen.  I.  3i:)  Donchs,  per  qué  son  males  algunes  (erbes)?  Hoc,  a  homens  lo 
realgar,  q^uels  mate  si  n'menjeu;  mas  a  medicina  o  a  rates,  son  molt  bones. 
Axi  mateix  los  dics:  que  Idicbnicnge  no  es  bo  a  fer  obra  temporal,  que 
matarás  lanima.  Axi  mateix,  los  .L.  dies  caniculares  no  son  bons  a  purga 
o  a  sagnar,  ne  Tgirant  de  la  luna;  mas  a  fer  matrimoni,  ne  a  acaminar 
^•qui  ha  trobat  aqüestes  vanitats?  E  axi  fa  lo  rey  nostre,  que  si  algu  li  diu: 
Senyor,  no  camineu  huy; — Agora  quiero  caminar,  E  diu:  Jesús,  a  tu  me 
coman.  Senyor.  Beatus  vir  cujus  est  nomen  Domini  spes  ejus  et  non  re- 
spexit  in  vanitates  et  insanias  falsas  (Psalm.  XXXIX.  5).  Axi  o  fet  vosal- 
tres  e  vosaltres  dones,  que  deyts:  tres  te  preñen,  tres  te  estrenyen  etc.  Sex 
diebus  operaberis.  (Exod.  XXIÍI    12.)» 

Debió  ser  tiempo  de  mucha  ansiedad  el  que  precedió  á  la  elección  de 
D.  Fernando,  y  á  esta  situación  parece  aludir  el  Santo  (V.  i5)  en  la  rela- 
ción de  cierta  estrategia  usada  al  rendir  un  castillo.  «Ans  que  haguessem 
rey  en  la  térra  se  velaven  moltes  viles  per  temor  de  perill  e  no  per  gua- 
nyar. — No  vos  prengue  com  a  hun  castell  qui  ere  molt  tort  a  la  una  part 
e  a  laltra  no  molt,  e  ere  assetiat  per  cnemichs.  V.  aquests  vehent  que  bo- 
nament  noy  porien  entrar,  diu  que  denit  prengueren  ducs  o  tres  barques 
que  havie  aquí  en  una  aygua  davant  la  part  menys  tbrt  del  castell  e  me- 
teren  hi  cabres  e  posaren  los  cándeles  cremants  a  les  bañes  per  a  ferlos 
baxar  ais  del  castell  per  la  part  menys  fort  per  tal  que  poguessen  escalar 
la  part  pus  fort.  K  los  del  castell  vcren  axi  les  cabres,  digucren:  «alio  ani- 
mes son:»  e  abocarense  tots  per  mirar  a  la  part  menys  fort  e  los  cnemichs 
escalaren  tost  lo  castell  e  prenguerenlo. — Axi  com  la  monja  forí^^ada  que 
no  volgue  trenquar  lo  vot  de  silenci  ¡a!  vet  com  caygué — Presli  axi  que 
fcu  vot  de  teñir  silenci  e  hun  hom  la  for^ave  e  per  no  trenquar  lo  vot  no 


124  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

dix  res  ne  parla,  sino  que  deye  huu,  hu,  hu,  e  fo  sabut  per  la  Abadesa  e 
reptala  per  que  no  havte  dtt  quecom.» 

En  las  constituyentes  fué  difamado  San  Vicente  como  autor  de  las 
matanzas  de  los  judíos,  aserción  por  completo  gratuita.  No  era  fácil  hacer 
su  vindicación  con  datos  positivos,  puesto  que  los  autores  de  su  vida  nada 
habían  dicho.  Por  eso  es  en  gran  manera  oportuno  entresacar  de  estos 
sermones  datos  y  consideraciones  que  nos  hacen  ver  cuan  contrario  era 
nuestro  Santo  á  que  se  forzara  la  voluntad  de  los  infieles  para  su  conver- 
sión y  cómo  anatematizaba  á  los  que  les  hicieron  violencia.  Véase  sino  la 
comparación  que  hace  (IV.  14)  de  la  sinagoga  y  de  la  Iglesia:  oLa  sinago- 
ga no  conegué  a  Jesuchrist...  que  havie  mudada  la  vestidura  e  nol  volgué 
rebre  e  per  50  los  ha  lexats,  e  preslos  axi  com  ab  Na  Comtessa.  Era  hun 
comte  mo!t  bell  e  pres  una  bella  donzella  e  a  lonch  de  temps  presli  volun- 
tad de  cerquar  térra,  e  dix  a  la  muller. — Estauvos  axi  e  axi. — E  aquest 
pres  molt  tresor  e  ben  vestit,  e  vassen.  Estigue  molt  temps  e  ella  desitjavel 
molt  per  que  no  tornave.  E  lo  comte  hac  despes  tot  lo  que  havie  pres  e 
tot  solet,  barbut  e  com  a  pobre  torna  e  toca  a  la  porta. — ^Qui  es? — Lo 
compte  etc. — Finaliter  entra  e  dix   la  comptesa. — ^E  qui  sou  vos? — Lo 
compte. — ¡Com  lo  compte  etc.! — Anauvosen:  yo  vos  fare  fartar  de  palos. 
E  ell  dixli:  ¡O  Na  Comptessa!  ^E  no  vos  membre  tal  cosa  etc.? — Deycli 
los  secrets  que  eren  entré  ells,  e  ella  deyeli: — Vos  deveu  esser  nigroman- 
tich  etc.  Deyen  los  de  casa  a  la  comptesa:  Senyora,  aquest  hom  lo  compte 
es. — Tots  lo  conexien,  hoc  los  cans  lo  conexien  e  ell  per  treviment  de  sa 
muller  atañías  a  ella  per  abracarla  etc.  Penjarenlo  per  el  coll.  Ara  escol- 
tats.  Ans  que  no  vingues  lo  compte  ella  plorave  per  que  no  venie,  e  los 
de  casa  deyenli  per  confortarla:  Senyora,  nos  deu  trigar. — E  quan  fo  ven- 
gut  penjal.  Axi  li  pres  a  la  Sinagoga,  que  quan  Deus  l'ach  presa  per  mu- 
ller c  li  hague  donada  la  ley,  tornassen  al  cel  vestit  de  vermell,  e  passa 
tems  e  la  Sinagoga  plorava:  ¡O  Senyor!  ^e  quan  vendrás? — Finaliter  lo 
compte  venchli  simple  e  comenta  a  toquar  a  la  porta.  ^E  quan?  Quan 
comenta  de  preycar  e  nol  volgueren  creure,  ans  li  dehien:   ¡O!  Vos  sou 
encantador  etc.  E  los  vells,  qo  es,  Gamaliel  e  daltres  dehien  a  la  Sinagoga 
que  aquest  ere,  e  nou  volgueren  creure.  Axi  matex  quan  vench  en  la  sua 
natura  los  animáis  conegueren  al  compte,  lo  bou,  e  ase,  e  l'adoraren. 
Aiidite  cosli  et  stupescite  super  hoc,  Juheus,  hojats,  obrit  los  huylls  e  les 
horelles.  Vct  la  comptesa:  nol  conegue;  ell  se  volch  alanzar  a  la  sinago- 
ga, e  ella  critcifige,  cructfige,y> 


b:b!-10Tecas  y  museos  :  a5 

Y  poco  mis  ¿ba'o:  Los  apostols  qui  conqueriren  lo  mon  no  pc^navcn 
lan^a  ne  coltelj.  e  per  y?  done  materia. ..  que  los  chrisiians  no  dejen  ma- 
lar los  iuheus  ab  co-ieil  mas  ab  paraules.  e  per  ^o  lo  avalot  que  ion  con- 
tra 3os  iuheus  :\.»  íet  contra  deu  que  no  s  devie  ler,  mas  per  si  matex  deuen 
venir  al  babtisme.-  E>ie  pasaje  prueba  que  San  Vicente  no  tuvo  parte  er. 
las  matanzas  de  iud  os.  puesto  que  las  desaprueba  tan  terminantenienie. 

Aun  insiste  en  otro  lu¿:ar  sobre  e>to  mismo  «IV.  loov.i  é  indica  el 
modo  de  convertir  á  ks  judíos.  Son  muy  terminantes  la>  palabras  en  que 
condena  la  mat¿inza  ¿a]  pueblo  israelita:  *  Los  Senyors  temporals  deuen 
onvertir  los  iníels  de  sa  térra...  axi  se  deuen  minvar  de  rendes  per  con- 
vertir los  seus  iníels  moros  e  íuheus.  pero  sens  i'or^a  injuriosa,  be  jurídica, 
que  aquel  1  avalot  ques  leu  ara  daquestes  an\^  deis  juheus  niolt  deplagué  a 
Deu.  mas  ab  bones  amone^tacions  e  tentlos  estar  a  depart  e  no  lexarlos 
ne¿í0ciar  lo  dichmeniíe  palasament.  no  haver  juheus  faniiliars  ne  iracta- 
dors  de  matrimonis-  Axils  convertirán.  Mas  dirá  ali^u:  Oo  no  hauria  tama 
renda  com  ara...  Guarda  quants  moros  e  juheus  son  dampnats  en  infern 
per  la  tua  avaricia.  ¡LlasI  irás  a?  ells.-^ 

No  era  para  el  Santo  negocio  baladí  la  conversión  de  los  infieles,  pues 
como  dijo  (ÍV.  II  v.i:  ««Es  necjssari  al  preycador  de  publicar  les  veritats 
a  tels  e  infels...  e  per  ^o...  yo  complint  aquell  manament...  axi  ho  faro.  K 
veus.  per  <;o  vosalires  juheus  veniu  a  la  preycació.  Hoc.  importune,  ab 
pena  de  mil  florines.-»  Sabíamos  que  eran  forzados  a  oir  ciertos  sermones 
y  ahora  nos  dice  el  Santo  la  sanción  que  tenía  la  ley.  Se  queja  amarga- 
mente de  la  conducta  de  los  cristianos  con  los  nuevos  conversos  j  V.  5)  y 
les  pregunta  á  los  primeros:  t«¿Vosaltres  havets  consolació  quant  hun 
juheu  se  converteix.**  Molts  christians  folls  son  que  non  han  consolació. 
quels  deurien  abracar  e  honrarlos  e  amarlos,  e  feís  lo  contrarí,  quels 
menyspreau  per  que  son  stats  juheus.  e  nou  deueu  fer,  car  Jesuchrisi 
juheu  fo  e  la  Verge  María  abans  to  ¡uhia  que  chrisliana.  Gran  peccat  es 
de  escarnirlos,  quels  dieu  retallat  nou  deus  íer,  que  axi  serás  dampnal 
com  aquell  tore  si  moris  juheu.  mas  deveulos  adoctrinar  en  lo  scrvi 
de  Deu.») 

No  quiere,  sin  embargo,  que  fíeles  é  infieles  vivan  mezclados  ^IV.  36  w): 
«Moros,  Juheus  e  Christians  tots  están  mesclals.  A<;o  podeu  dir  que  des- 
troix...  Lo  Rey  nostre  ha  ordenat  en  Castella  que  tots  los  moros  van  ab 
hun  capuxo  senyalat,  e  los  juheus  ab  una  roda,  e  a^i  van  los  moros  axi 
com  a  christians  ¿e  no  sou  gelosos  de  vostres  mullers?» 


120  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

Sobre  esto  insiste  en  otra  parte  (VI.  257)  á  fin  de  que  haya  la  debida 
división  entre  judíos,  moros  y  cristianos.  «En  hostal  publich  no  sie  sos- 
tenguda  mala  fembra...  Ells  juheus  e  moros  estiguen  en  apartat,  no  entre 
los  chrislians.  No  sostengats  metges  infels,  ne  comprar  dells  vitualles  e 
que  estiguen  tanquats  e  murats,  car  no  havem  majors  enemichs.  Christía- 
na  nqesser  dida  de  aquells,  ne  menjar  ab  ells.  Sius  envíen  pa,  lan^aulo 
ais  cans,  sius  envíen  vianda  viva  prenetsla  e  no  morta,  car  diu  la  Scrip- 
tura  Sancta  contra  aquest  peccats  nesciiis  quia  modicumfermentum  totam 
massam  corrumpit?^ 

Terminaremos  con  una  cita  (V.  122)  en  que  se  relata  una  conversión 
expontánea  de  un  judío.  c<Hun  juheu  venie  a  Roma  denit  e  no  troba  ostal 
ubert,  e  trobá  hun  temple  ubert  e  entrassen  aquí,  e  veu  hi  una  ydola,  e  los 
dimonis  estaven  aqui  e  hacne  paor.  E  anali  lo  cor  que  la  creu  ere  contra 
los  dimonis.  Diu  que  se  senyás  e  feu  moltes  creus  de  les  palles  e  pósales  se 
dessus.  E  vingueren  li  los  dimonis  e  estiguerenlo  mirant  e  digueren:  c<In- 
venimus  vas  vacuum  sct  signatum.  Nol  gosaren  toquar,  e  anas  a  batejar.» 

(Continuará.)  R.  ChabAs. 


PEDRO  RUIZ  DE  ALCARAZ, 

ILUiMINADO  ALCARRENO  DEL  SIGLO  XVI 

X 

La  prolija  información  testifical  hecha  en  los  años  1524  á  ¡527  probó 
que,  sino  todas,  profesaba  Alcaráz  muchas  de  las  doctrinas  que  se  le  im- 
putaban. Mari  Núñez,  testigo  sospechoso  por  su  enemistad  con  Alcaráz  é 
Isabel  de  la  Cruz,  y  Diego  de  San  Buenaventura,  ermitaño  en  Priego,  dije- 
ron que  estos  se  juzgaban  más  perfectos  que  los  santos  de  la  antigüedad  y 
enseñaban  que  las  tres  personas  de  la  Trinidad  habían  encarnado  en  María; 
el  licenciado  Fernando  de  Santander,  Pedro  de  Barrios  y  Alonso  de  Figue- 
roa  acusaron  á  Ruiz  de  Alcaráz  de  no  rezar  vocalmente  ni  postrarse  ante 
el  Sacramento;  Elena  de  Molina,  de  decir  que  entre  Dios  y  el  alma  eran 
inútiles  los  medios,  como  devociones,  etc.,  Diego  de  Campuzano,  de  acon- 
sejar que  no  se  rechazaran  los  malos  pensamientos  y  las  tentaciones.  Sin 
embargo,  la  mayor  parte  de  las  declaraciones  no  fueron  tan  rotundas  como 
quisiera  el  buen  fiscal  Diego  Ortiz  de  Ángulo,  pues  bastantes  de  las  frases 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS  1  27 

atribuidas  á  Ruiz  de  Alcaráz  podían  entenderse  en  sentido  católico  y  así 
las  interpretaba  el  reo  en  varias  defensas  que  presentó:  «Yo  siempre  tuve 
por  buenas  y  nes9esarias  las  buenas  obras  en  todo  estado.»  «El  honbre 
puede  pecar  v  caber  de  qualquiera  buen  estado»  ^ 

«Siento  que  soy  tan  pecador  y  tengo  tan  malas  inclinaciones  naturales 
que  muchas  vezes  las  obraría  sy  Dios  por  su  amor  no  me  guardase;  y  en 
esto  conosco  quanto  es  el  amor  de  Dios  (jerca  dfe  mi;  y  pues  a  un  tan  malo 
como  yo,  Dios  lo  guarda,  ¿que  baria  a  otros,  pues  son  tantos  mejores 
que  yo?  y  pueden  caer  los  que  están  en  amor  de  Dios  apartándose  del  amor 
de  Dios,  pues  tenemos  todos  tanta  flaqueza,  que  todos  pecaron  en  Adán  y 
tienen  nes^esidad  de  la  gloria  de  Dios.» 

«El  amor  no  se  exime  de  obedes^er,  porque  tiene  en  el  amor  obidien- 
9¡a;  y  los  que  no  tienen  asy  este  conos<;¡miento,  judgan  ques  esen^ion  de  la 
obidien^ia,  vnos  con  ynoran^ia  e  otros  con  malií^ia;  mas  no  hsy  los  que 
conos^en  la  verdad  del  grado  que  ay  de  perfe^ion  en  la  obidien^ia  ques 
por  amor,  a  la  ques  costreñida  por  temor  o  hecha  por  amor  merce- 
nario, myrando  que  todo  dado  bueno  y  don  perfeto  desciende  del  Padre 
de  las  lunbres  y  que  de  nosotros  no  somos  suficientes  pensar  como  de 
nosotros;  y  dando  la  gloria  a  Dios  en  todo  el  bien  y  asy  alabándole,  co- 
nos^iendose  el  onbre  y  estimándose  por  nada;  quel  que  se  piensa  ser  algo, 
como  no  sea  nada,  el  se  engaña.» 

Lo  mismo  se  decía  en  otros  memoriales  que  en  nombre  de  Alcaráz  y 
anotados  por  éste  escribió  Fr.  Reginaldo  del  Esquina:  «Aunque  sea  pre- 
sunción y  sobervia  alabar  nuestras  agujas  (la  santidad)  no  es  caso  de  Inqui- 
sición». 

«Oso  dezir  que  la  contenplacion  de  los  atributos  y  perfecionés  de  la  Di- 
vinidad es  aventajada  a  la  contenplacion  de  la  santa  Pasión  ó  misterios  de 
la  humanidad.» 

«fll  dexamiento  al  amor  de  Dios,  que  yo  pretendía,  era  tal  que  a  los 
dexados  ponia  en  la  cunbre  de  pertcc¡on;  y  asi  es  verdad  que  yo  hablava  en 
los  grados  de  períecion  que  el  glorioso  San  Dionisio  pone  de  via  purgativa, 
illuminativa  y  unitiva.» 

«Niños  son  v  incipientes  los  que  se  espantan  con  el  infierno,  pues  los 
varones  heroicos  en  cunbre  de  perfec¡on  puestos,  no  por  temor  de  infierno, 
que  es  inicial,  o  servil,  mas  por  temor  de  oíender  al  amado,  que  es  temor 
filial,  an  de  servir  al  Señor»  2. 

I    Folios  i5o  y  i56  del  Proceso.— 2  Folios  174  á  188  del  Proceso. 

3.*  ¿POCA.— TOMO  yin.  10 


128  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

El  reo  seguía  inconfeso,  tachando  á  Mari  Núñez,  la  más  explícita  en 
sus  declaraciones;  alegaba  que  esta,  su  amigo  el  clérigo  Hernando  Díaz  y 
su  criada  Juana  Ortega  solamente  querían  vengarse  porque  en  otro  tiempo 
les  reprendió  sus  yerros;  añadía  que  á  Mari  Núñez  la  había  procesado  en 
Alcalá  el  Vicario  Avellaneda;  que  la  Ortega,  hija  de  un  cavador  y  trans- 
formada por  Mari  Núñez  de  moga  de  soldada,  en  dueña,  ningún  cr¿dito 
merecía;  por  último  sacó  á  relucir  chismes  y  rencorcillos  muy  propios  de 
beatas,  cuya  natural  vanidad  femenil  se  acrecienta  con  el  orgullo  que  ins- 
pira una  falsa  perfección,  una  virtud  de  oropel. 

Entonces  creyó  el  Santo  Oficio  que  sería  conveniente  dar  tormento  á 
Ruiz  de  Alcaráz  y  así  lo  decretó  á  19  de  Julio  de  ¡527: 

oE  luego  sus  mirgedes  le  mandaron  baxar  a  la  cámara  del  tormento  y 
estando  alli  el  dicho  Pedro  Ruiz  de  Alcázar  fue  desnudado  fasta  quedar  en 
camisa;  e  luegO  fue  amonestado  por  sus  mer(^edes  e  requerido  de  parte  de 
Dios  nuestro  Señor  e  de  su  bendita  madre  nuestra  Señora  la  Virgen  Maria 
que  dixese  e  manifestase  la  verdad  de  todo  lo  que  estava  acusado  e  tes- 
tificado. E  luego  le  tueron  comeni^ados  a  apretar  los  bracos  con  un  cordel 
de  cáñamo  y  fueronle  dadas  veynte  bueltas,  e  siendo  amonestado  que  di- 
xese la  verdad  dixo  que  dicha  la  tiene.  E  scyendo  tendido  en  la  escalera 
del  tormento  fueronle  ligados  e  apretados  los  bracos  e  piernas  con  el  dicho 
cordel,  e  amonestado  que  dixese  la  verdad  dixo  que  Ihesus  fuese  glorificado 
en  todo  y  que  el  fuese  con  el.  Preguntado  quien  le  inpuso  en  estos  errores» 
dijo  que  ihesus  fuese  con  el,  y  que  Isabel  de  la  Cruz  e  le  habló  en  muchas 
cosas  que  le  pares(;ian  a  este  declarante  buenas,  e  que  si  otra  cosa  le  pa- 
res(^iera  que  huyera  del  la  como  del  diablo.  E  luego  le  fue  puesto  un  paño 
de  liento  delgado  sobre  la  cara  e  seyendole  hechado  un  jarro  de  agua  por 
la  boca  e  narizes  fue  amonestado  que  dixese  la  verdad.» 

Por  más  que  se  repitieron  los  jarros  de  agua,  Alcaráz  estuvo  muv  lejos 
de  confesar  cuanto  se  le  atribuía  y  la  inquisición  no  consideró  llegado  el 
momento  de  sentenciar.  Prolongóse  todavía  la  causa  dos  años,  hasta  que 
Alcaráz  imploró  misericordia;  confesó  que  había  enseñado  algunos  errores 
contra  la  fé  católica,  por  los  cuales  pedía  reconciliación,  y  juraba  no  acor- 
darse de  otros  declarados  por  varios  testigos,  sin  negar  en  absilutoque  los 
hubiese  predicado. 

Los  inquisidores  se  prepararon  á  sentenciar  y  hubo  discordancia  en  los 
votos;  el  Dr.  Diego  Jiménez  Paniagua,  el  licenciado  Alonso  Mejía  y  Fray 
Alonso  de  la  Puebla,  opinaron  que  Alcaráz  debía  ser  condenado  á  reconci- 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS  I2Q 

liación,  cárcel  y  hábito  perpetuos,  confiscación  de  bienes,  salir  en  auto  con 
coroza  y  recibir  allí  cien  azotes;  semejantes  á  estos  fueron  los  votos  de  Fray 
Antonio  de  la  Cruz  y  del  licenciado  Pedro  de  la  Peña;  en  cambio  Fr.  Juan 
de  Santa  Cruz,  Fr.  Domingo  de  Santa  Cruz,  Fray  Juan  de  Ochoa,  Fray 
Juan  de  Robles,  Baltasar  de  Castro  y  Alonso  de  Mariana  se  decidieron 
por  la  relajación  al  brazo  secular,  esto  es  por  la  hoguera. 

Afortunadamente  prevaleció  el  voto  más  benigno  y  en  la  sentencia, 
dada  á  22  de  Julio  de  i32C),  después  de  considerar  bien  probada  la  acusa- 
ción fiscal,  los  inquisidores,  alegando,  como  solían,  aquellas  palabras  del 
Señor:  no  quiero  la  muerte  del  impío,  sino  que  se  convierta  y  vipa,  y  ha- 
ciendo alarde  de  una  fingida  piedad,  condenaron  al  reo  á  cárcel  perpetua, 
llevar  sambenito  con  el  aspa  de  San  Andrés,  salir  en  autacon  coroza  y 
ser  azotado  públicamente  en  .Toledo,  Cuadalajara,  Pastrana  y  Escalona, 
poblaciones  donde  había  dogmatizado. 

A  20  de  Febrero  de  i53i)  el  Consejo  de  la  inquisición  conmutó  la  pena; 
Alcaráz  salió  de  la  cárcel,  pero  quedó  obligado  á  esidir  en  Toledo,  á  re- 
zar, los  viernes  los  siete  Salmos  penitenciales  en  el  convento  de  San  Agus- 
tín; los  sábados  el  rosario;  ayunar  un  día  en  semana  y  cumplir  otras  pe- 
nitencias. 

XI 

Fn  el  proceso  de  Alcaráz  hay  noticias  importantes  relativas  á  Juan  de 
Valdés.  Fste,  según  declaró  Francisco  de  Accvedo,  clérigo,  á  2S  de  Diciem- 
bre de  1 323,  residía  un  año  antes  en  Escalona  y  acudía  puntualmente  á  las 
pláticas  de  Alcaráz,  no  sin  escándalo  de  muchos  que  reputaban  las  doctri- 
nas del  místico  alcarrcño  poco  adecuadas  para  los  jóvenes.  Por  un  memo- 
rial de  la  mujer  de  Alcaráz  consta  que  estuvo  allí  al  servicjo  del  Marqués 
de  Villena;  hecho  que  explica  un  pasaje  djl  Diálogo  de  la  Lengua,  donde 
afirma  que  había  pasado  diez  años,  los  mejores  de  su  vida  en  palacios  y 
cortes,  dándose  á  leer  libros  de  caballerías.  Fl  citado  memorial  dice  así: 

oMagnílicos  y  Reverendos  Señores. 

)>Fste  dia  pasado  supliqué  a  vuestras  mer^^edes  por  una  petición  me  hi- 
ziesen  merí^ed  de  me  hazer  saber  sy  Juan  de  Valdes,  criado  del  señor  .Mar- 
ques de  Villena,  avia  dicho  lo  que  sabia  (^erca  de  lo  que  tocava  al  negocio 
de  Pedro  Ruiz  de  Alcaráz,  mi  marido,  z  sy  se  avia  retilicado,  porque  de 
su  dicho  yo  entiendo  que  se  manifestaría  en  algunas  cosas  la  intinyion  del 
dicho  mi  marido;  porque  suplico  a  vuestras  mer<^^edes  sy  no  esta  en  el  pro- 


1 3o 


REVISTA  DE  ARCHIVOS 


jeso  vuestras  mercedes  le  manden  que  declare  lo  que  en  ello  sabe;  e  por 
amor  de  Dios  me  respondan  luego  en  esto  lo  que  conviniere  para  lo  que 
pertenes^e  al  dicho  mi  marido. o 

(Á  continuación)  Dixeron  que  están  prestos  de  hazer  lo  que  sea  de  jus- 
ticia. 

(Al  dorso)  Petición  de  la  muger  de  Alcaraz  ». 

Las  doctrinas  de  Alcaráz  arraigaron  fuertemente  en  Valdés,  quien  siem- 
pre tuvo  casi  mas  de  alumbrado  que  de  protestante;  en  Escalona  surgieron 
en  su  alma  las  primeras  ideas  reformistas  y  empezó  á  desechar  las  que 
hab'a  aprendido  en  su  niñez.  Más  lógico  y  audaz  que  su  maestro  pasó  los 
umbrales  de  la  Iglesia  y  se  refugió  en  el  protestantismo. 

M.  Serrano  v  Sanz. 

APÉNDICE 

Sentencia  que  dictó  la  Inquisición  de  Toledo  contra  Pedro  Ruiz 
DE  Alcaráz  á  22  de  Julio  de  1529. 


Por  nos  los  Inquisidores  contra  la  herética  prauidad  y  apostasia  en  la 
^ibdad  y  arzobispado  de  Toledo,  por  autoridad  apostólica  y  ordinaria: 

Visto  vn  processo  de  plcyto  y  causa  criminal  qve  ante  nos  a  pendido 
y  pende  entre  partes:  de  la  vna  el  venerable  bachiller  Diego  Ortiz  de  Án- 
gulo, promotor  fiscal  deste  Sancto  Otfi^io,  actor  denuni^iante,  y  de  la  otra, 
reo  acusado,  Pedro  de  Alcaraz,  vezinode  la  (jibdad  de  Guadalajara,  sobre 
razón  de  ^ierta  acusación  que  contra  e!  puso,  en  que  dixo  que  estando  el 
dicho  Pedro  de  Alcaraz  en  nombre  y  posessión  de  xpiano  y  por  tal  se  non- 
brando,  gozando  de  los  preuilegios  y  esenciones  e  ymunidades  de  que  los 
católicos  xpianos  gozan,  pueden  y  deuen  gozar,  en  offensa  de  Dios  nues- 
tro Señor  y  de  su  santa  Yglesia  nuestra  madre,  pospuesto  el  temor  de  Dios 
y  la  saluá^ión  de  su  anima  avia  hereticado  y  apostatado  de  y  contra  nues- 
tra sancta  fee  católica,  siguiendo,  creyendo  y  teniendo  y  enseñando  mu- 
chos errores  y  erejias  y  cosas  escandalosas  en  la  forma  y  casos  siguientes: 

Primeramente  que  el  dicho  Pedro  Ruiz  de  Alcaraz  auia  dicho  y  afir- 
mado que  no  auia  infierno,  y  si  dizen  que  lo  ay  que  no  es  syno  por  nos 
espantar,  como  dizen  a  los  niños  e  va  ti  el  coco;  y  que  no  hazia  humilla- 
ción ni  acatamiento  alguno  al  Santisímo  Sacramento  del  altar,  ni  se  heria 
en  los  pechos  como  los  católicos  xpianos  lo  hazen,  antes  se  estaua  tiesto 
envarado,  y  menos  hazia  vmillaí^ion  al  nombre  de  Ihesu,  teniéndolo  por 
inperfef^ion,  y  ansi  lo  enseñando;  y  que  viendo  leuar  el  Saniisimo  Sacra- 

I     Fué  presentado  este  memorial  á  4  de  Diciembre  de  i525  al  Dr.  Carrasco  v  al  licenciado  Mc- 
jia.  Por  causas  que  desconocemos  los  inquisidores  no  ciiaron  á  Valdés  para  que  declarase. 


BIBLIOTECAS  Y    Ml'SEOS  l3l 

mentó  a  al¿;una  parte  con  mucha  solenidad.  dezia  que  para  que  era  a-^ue- 
lio,  y  que  quando  alguna  vez  comulgaua  se  vva  a  la  vi^lesia  a  res^^obir  el 
Corpus  Domini,  vestido  vn  ^amarro  y  tocado  vn  paño,  y  dezia  que  ponien- 
do el  Sacramento  en  la  boca  el  se  ponia  en  el  lugar  donde  avia  destar:  y  a 
dicho  y  enseñado  que  las  obras  de  misericordia,  ayunos  e  otras  obras  pías, 
que  no  auia  necessidad  ni  hera  bueno  hazerlo:  que  si  Dios  quisiese  que  se 
hiziese  algo  de  aquello,  quel  lo  permitiría:  y  que  no  se  avia  de  tener  cari- 
dad con  los  próximos  sino  quando  se  podiese  remediar  la  ne^;éssiJad  del 
próximo:  y  qu»*  los  perdones  o  mdulgen^^ias  quel  Papa  con^^ede  no  apro- 
uechan,  trayendo  para  ello  exemplos  falsos;  y  que  ¿para  que  eran  estas 
excomuniones  y  estas  ataduras  y  estos  ayunos  y  abstinenijias:?  que  libre 
avia  de  ser  el  anima:  llamando  atado  a  quien  gelo  contradezia:  y  ansi 
mismo  avia  tenido  por  inperfegion  hablar  en  la  contrii^ion  y  lagrimas 
que  los  pecadores  an  de  tener  en  sus  pecados  y  sentimiento  de  la  pasión 
de  Xpo..  y  que  quando  se  confesaua  el  dicho  Alcaraz  dezia  que  no  le  acu- 
saua  su  cons^^ien^^ia  de  pecado  mortal,  y  si  se  contesaua  qu(>  no  lo  hazia 
syno  por  cumplir  con  el  pueblo,  e  que  quisiera  aver  pecado  mas,  por  que 
Dios  le  perdonara  mas:  e  que  avia  enseñado  que  para  salvar  el  anima  que 
no  avia  ne<;esidad  syno  de  vn  dexamiento  de  si  mismos  en  Dios:  e  que  si 
pecare  aquel  qu-'  ansi  se  ouiere  dexado,  que  Dios  lo  permitte,  e  que  por 
eso  no  perderia  su  anima,  e  que  no  tiene  que  dalle  cuenta  della,  e  que  se 
dexasen  todos  a  este  amor  de  Dios  que  ordenaua  la  persona  de  tal  manera 
que  no  podia  pecar  mortal  ni  venialmente:  e  que  no  auia  culpas  veniales, 
e  si  alguna  culpa  liuiana  pares^^iesc  seria  culpa  sin  culpa:  diziendo  que 
ansi  como  el  subdito  debaxo  del  perlado  no  tenia  que  dar  cuenta  a  Dios  n¡ 
a  nadie  de  su  anima,  ni  mas  ni  menos  en  este  dexamiento:  e  que  si  algo 
quisiesen  obrar  se  hazian  incapa^^es  de  las  operaciones  deste  amor  a  quien 
se  avian  subjeciado;  e  que  el  que  estaua  en  este  dexamiento,  que  no  avia 
menester  oraí^ion,  ni  recogimiento,  ni  lugar  determinado,  c  que  todos  avian 
destaren  vn  ser;  e  que  diziendole  ciertas  personas  que  avia  mas  meres^i- 
mientos  en  vnos  que  en  otros,  respondía  el  dicho  Alcaraz:  ¡o  quien  no  oye- 
se, este  mas,  ni  este  menos;!  y  que  el  que  estaua  en  Dios  y  Dios  en  el  que 
no  tenia  mas  cuenta  que  dar  de  si,  y  que  no  podia  pecar  mortal  ni  venial- 
mente; e  que  diziendole  vna  persona  que  pues  tan  grande  le  avia  hecho 
Dios,  que  queria  tener  en  mucho  su  persona;  a  lo  qual  el  dicho  Alcaraz 
avia  respondido,  como  hinchado:  fnas  soy  que  Pedro  e  Juan;  e  que  todo 
el  tiempo  pasaJo  avia  biuido  en  miseria,  e  que  agora  estaua  en  la  verdad; 
e  que  pues  el  estaua  en  Dios  y  Dios  en  el,  al  qual  se  avia  dexado,  que  no 
tenia  que  dar  mas  cuenta  de  si,  e  que  no  podia  pecar  venialmente;  e  que  las 
buenas  obras  que  los  honbres  hazen,  que  no  las  hazen  por  amor  de  Dios, 
syno  por  sus  proprios  intereses,  e  que  no  sabían  que  cosa  era  amor  de  Dios, 
sino  el  quel  predicaua,  e  que  lo  dexasen  todo  e  que  se  diesen  al  tal  amor,  e 
que  todo  fuese  amor,  amor,  e  que  no  curasen  de  otra  cosa;  e  que  no  se 
podia  el  acordar  con  los  letrados  teólogos,  porque  sus  carreras  del  no  eran 


I  32  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

como  las  de  los  theologos,  diziendo  mal  dellos,  c  que'  no  avia  ncijesidad 
dcllos,  reprovando  las  letras;  e  que  no  avia  de  a  ver  oraf^ión  vocal,  syno 
mental,  e  que  no  era  menester  rezar  exteriormente,  syno  interior,  y  se  es- 
talla en  la  yglesia  tiesto  y  exento  sin  rezar  ni  mouer  los  labrios;  y  que  avia 
afirmado  que  los  casados,  estando  en  el  avto  del  matrimonio  estauan  mas 
vnidos  a  Dios  que  si  estouiesen  en  oración;  y  que  seycndo  reprehendido  el 
dicho  Alcaraz  porque  seyendo  lego  e  ydiota  e  persona  sin  letras  hazia  pla- 
ticas y  conuenticulos,  enseñando  nueva  dotrina  y  escandalosa,  avia  res- 
pondido que  no  podía  callar,  que  adonde  avia  fuego,  que  no  se  podia  encu- 
brir; y  que  auia  dado  entendimiento  a  la  Kscriptura  Sagrada,  diferente  á  la 
verdad  y  ley  euángelica,  y  que  escarnes^ia  de  la  doctrina  de  los  sanctos  y 
avia  dicho  que  los  Soliloquios  de  Sant  Augustin  eran  cosas  fantaseadas,  y 
que  aquella  auctoridad  que  dize:  lapidem  qiiem  reprobaverunt.  etc.,  se  en- 
tendía quando  alguno  tenia  alguna  culpa  mas  natural  a  se  u  alguna  tenta- 
f^ion;  que  lo  que  hiziere  por  quitarlo  es  lo  que  se  entiende  por  reprobar; 
sino  que  tenga  obediencia  y  subie^ion  a  Dios,  que  su  amor  es  fuego  que  lo 
consume  e  gasta;  y  que  aquella  autoridad  que  dlzcfides  ex  auditii,  que  no  a 
de  dezir:  lajee  por  el  oydo,  syno  lajee  al  ordo;  y  que  avia  tenido,  creydo 
y  enseñado  quel  corac^on  del  honbre  era  Dios,  y  que  nuestro  corai^on  era 
mayor  que  Dios;  tiniendo  a  su  coraron  por  Dios;  e  quel  sentimiento  inte- 
rior que  tenian  de  Dios  o  de  su  natura  o  lo  que  en  si  hallasen,  que  todo  era 
Dios;  y  de  aqui  dezia  que  el  questaua  en  caridad,  que  nunca  caya  ni  podia 
caer,  quia  charitas  nunquam,  excidit,  y  que  Dios  era  tno  y  sin  diuision,  y 
de  aqui  formaua  las  operaí^iones  deste  amor  en  el  y  en  los  que  ansi  esto- 
uiesen, por  las  de  mayor  mérito  que  podían  ser,  haziendo  burla  de  qujen 
andaua  obrando  por  méritos  e  dezia:  por  mas  meres^er  hago  esto  o  lo  otro; 
teniendo  por  i^ierto  que  los  Iquej  estauan  en  lo  que  el  estaua  tenian  todo 
m[ér¡toJ  ';  y  el  y  ellos  avían  seydu  causa  con  su  dotrina  que  muchas  perso- 
nas artoxasen  en  las  obras  de  caridad  y  exerí^'ií^'ios  de  deuo^^ion,  e  de  ir  á  las 
Oras;  y  ansi  mismo  dolrinaua  que  louiesen  vna  suspensión  en  el  anima,  de 
toda  cosa,  y  que  estando  el  alma  en  esta  suspensión  no  se  entremetiese  la 
criatura  a  ver  ni  a  conos^^er  ni^\\aminar  cosa  alguna;  y  preguntado  que 
se  avía  de  hazer  en  aquella  suspensión,  respondía  el  dicho  Alcaraz  quel  ha- 
zer  era  desazer;  quel  amor  enseñaua  lo  que  se  avia  do  hazer,  hazíendo  lo 
que  la  criatura  es  obligada  por  su  libre  aluedrío;  e  que  diziendole  (^ierta 
persona  que  peruerlía  y  desazía  el  Ihbre  aluedrío,  respondía  que  eran  ata- 
dos y  quel  libre  aluedrío  avía  escogido  aquello  e  que  era  la  mas  alta  obra 
que  podía  escoger,  e  que  dexasen  a  Dios  obrar,  y  que  no  obrase  ni  hív^íese 
la  criatura  nada  de  si;  y  era  el  dicho  Alcaraz  enemigo  de  las  señales  y 
obras  exteriores  que  la  sancia  madre  Vglesía  tiene,  y  las  reprouaua,  y  que 
no  mentaua  el  nonbre  de  ihesu  Xpo.  y  de  su  sagrada  passign,  ni  Je  nues- 
tra Señora  la  \'írgen  María,  y  sí  alguno  lo  mentaua  no  les  íazia  buen 
rostro,  y  diziendole  cierta  persona  que  era  bueno  para  seruir  a  Dios  hazer 

1     Rolo  el  ms. 


BIBLIOTECAS   Y  MUSEOS  I  33 

vna  cruz  dentro  de  si  mismo  en  su  anima,  en  que  viese  de  continuo  a  nues- 
tro Redemptor  crui^iíícado,  el  dicho  Alcaraz  le  avia  dicho  que  no  queria 
el  que  entre  Dios  y  la  tal  persona  ouiese  medios,  y  que  no  se  auia  de  de- 
mandar nada  a  Dios  y  que  no  era  ne(;essar¡o  pensar  en  la  pasión  de  Xpo; 
que  mayor  cosa  era  lo  otro;  y  burlaua  y  se  reya  de  las  personas  que  se  in- 
clinauan  con  lacabev^'a  al  nonbre  de  Jhesu,  y  leyéndole  cierta  persona  el 
sunmario  de  los  perdones  e  indulijení^ias  que  los  Sumos  Pontifiges  cont^e- 
den  a  los  que  vmillan  la  cabe^^a  al  nonbre  de  Ihesu  e  de  nuestra  Señora  y 
al  gloria  Patri  y  a  lob  santos  de  la  niissa,  dezia  el  dich  )  Alcaraz  que  no 
se  le  daua  a  el  nada  de  aquello,  que  en  el  cora<;on  avia  destar;  y  que  rc- 
prehendia  a  las  personas  que  se  abaxau.ni  v  besauan  la  tierra  al  homo  fac- 
tus  esí,  al  tienpo  quel  preste  dezia  el  credo:  y  porque  vna  persona  que- 
riendo rescibir  el  Sancto  Sacramento  de  la  Kucaristia  se  abaxo  e  beso  la 
tierra,  lo  tuvo  el  dicho  Alcaraz  por  malo;  y  que  auia  reprehendido  a  otra 
persona  porque  estando  en  la  yi^lesia  se  avia  pasado  de  vna  parte  a  otra 
para  ver  al^ar  el  Santo  Sacramento,  diziendo  que  era  llena  de  voluntad;  y 
que  enseñaua  que  nej^ase  el  honbre  y  no  cunpliese  su  voluntad  avnque  íuese 
buena, por  hazer  otra  que  no  fuese  tan  buena, diziendo  que  avnque  vno  ouie- 
se voluntad  de  yr  a  oyr  sermón  o  aconpañar  el  Sancto  Sacramento,  que  ne- 
gase aquella  propria  voluntad,  por  hazer  lo  que  le  convenia;  y  si  sintiese  en 
si  al|j:una  íloxedad  o  pesadunbre  en  el  spiritu  quando  quisiese  rezar,  que  no 
porfiase  en  rezar,  sino  que  lo  dexas?;  que  los  sieruos  de  Dios  avian  de  ser  li- 
bres; y  avia  enseñado  que  en  cumplir  vna  persona  su  voluntad,  avnque  tal 
avto  no  fuese  en  si  pecado  mortal  ni  vciiial,  que  pecana  mortal  mente  la  tal 
persona  que  ansi  cun;  liese  su  voluntad:  ansi  como  en  rascarse  o  beuer 
una  jarra  de  a'^ua.  Y  que  no  curasen  de  las  cosas  exteriores,  que  eran  ata- 
duras, y  que  se  dexasen  y  diesen  todos  a  Dios,  e  dexasen  sus  mugeres,  ma- 
ridos e  hijos,  e  que  no  curasen  de  sus  casas  v  haziendas,  ni  de  tractos,  ni 
procurasen  de  ganar  de  comer,  ni  mantener  sus  casas,  que  Dios  tenia  cui- 
dado dello.  K  que  no  se  abaxasen  ni  vmillasen  a  la  cruz  ni  a  las  ymagiiies, 
y  reprobaua  las  ymagines  y  reya  e  hazia  burla  dcllas  y  de  las  personas  que 
las  tenian,  diziendo  a  las  tales  personas  que  no  tenían  mas  de  la  corteza, 
llamándolos  ydolatras,  diziendo  que  los  bienes  de  los  xpianos  no  eran  visi- 
bles; e  hincandf>se  de  rodillas  ^'¡eria  persona  a  vna  cruz,  el  dicho  Alca  az 
le  reprehendió  diziendole  que  ^'para  ijue  se  hincaua  de  rodillas?,  sino 
tenerla  en  el  cora<;on;  e  dezia  que  ^de  que  seruia  tomar  agua  bendita?; 
quel  nunca  la  toinaua,  y  reprehendia  a  los  que  la  tomauan  y  a  los  que  se 
herian  en  los  pechos,  diziendo  que  la  contri(;ion  en  el  cora^^on  avia  destar, 
e  que  no  se  avian  de  herir  en  los  pechos  y  que  W)  lo  niandaua  la  Yglesia. 
y  que  mirasen  a  el,  que  aosadas  que  no  hazia  el  nada  de  ajjuello.  syno 
estarse  ansi  dexado;  e  que  tiniendo  ciertiis  personas  deuo^^iones  tocant  s  á 
la  pasión  de  Xpo.  les  avia  dicho  el  dicho  Alcaraz.  y  aconsejad»),  que  las 
dexasen.  llamándolas  deuoí^iongillas,  por  menospre^^io;  y  diziendole  cierta 
persona  que  seria  bueno  leer  vn  rato  en  la  pasión  de  Ihesu  Xpo  avia  dicho 


1 34  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

el  dicho  Alcaraz  que  no;  y  sí  alguno  rezaua  los  siete  salmos  peniteni^iales 
o  otra  deuoí^ion,  dezia  que  lo  hazla  por  interese  y  no  por  amor  de  Dios;  y 
que  no  era  bien  rezar  en  la  missa,  teniéndolo  por  atadura;  e  que  avia 
hecho  venir  a  una  persona  contra  su  voluntad  vn  viernes  sancto,  de  la 
yglesia,  por  estoruarle  que  no  viese  desencerrar  el  Sacramento,  y  que  ansi 
y  por  su  induzimiento  se  avian  venido,  que  ni  el  dicho  Alcaraz  ni  la  tal  per- 
sona vieron  el  Santo  Sacramento;  y  dezia  á  las  personas  que  le  dezian  que 
venian  de  misa  que  no  las  llamaua  Dios  para  yr  a  misa,  syno  que  se  yvan 
ellas  por  su  v(oluntadj  y  que  el  dicho  Alcaraz  reprehendía  á  los  que  anda- 
uan  las  yglesias  y  esta^^iones  para  ganar  las  induigenijias  e  yvan  a  laspro- 
^essiones  que  se  hazen  por  deuo(;ion  dia  de  la  Resurrección  de  Nuestro  Señor 
Ihesu  Xpo,y  que  diziendole  ^ierta  persona  que  fuesen  a  la  dicha  proí^ession, 
el  dicho  Alcaraz  le  avia  respondido  que  si  en  aquella  manera  andaua  que 
no  le  hablaría  en  su  vida,  diziendo  que  aquella  manera  de  mouerse  por 
sentimientos  de  deuo^ion,  que  era  amor  proprio;  e  diziendole  ^ierta  per- 
sona que  estaua  lleno  de  tentaciones  y  malos  pensamientos,  el  dicho  Alca- 
raz le  avia  dicho  que  no  procurase  de  salir  de  las  tales  tentai^iones,  syno 
.que  se  estouiese  en  ellas,  e  que  si  pensamientos  malos  viniesen  a  la  persona 
no  curase  de  los  desechar,  que  nuestro  Señor  permitía  que  viniesen;  y  que 
enseñaua  a  (^iertas  personas  que  no  era  bien  estar  los  honbres  en  oraciones 
particulares,  porque  yban  a  ellas  por  sentimientos  e  se  engendrauan  allí 
cosas  malas,  y  que  noienia  por  bueno  emplearse  el  honbre  en  oración  donde 
no  se  desasosegase,  diziendo  que  tenia  este  camino  por  muy  sospechoso,  y 
de  seguir  el  honbre  estas  consolaciones  y  deuo^iones,  porque  darse  el 
honbre  a  aquella  paz  y  sosiego  era  hacerse  inhabiie;  e  que  enseñaua  que 
de  contino  e  do  quiera  negociando  se  podía  tener  oración,  e  que  ninguna 
cosa  de  lo  susodicho  le  ynpidiria,  y  que  a  la  oración  y  exerc¡cio  del 
alma  con  Dios  que  no  la  estoruaria  negocio  ni  exerc¡cio,  ni  era  menes- 
ter tiempo  ni  lugar  determinado  para  ello,  y  que  estando  el  en  la  placa 
oraua;  y  que  reprobaua  las  sciencias  y  reprehendía  al  que  las  estudiaua, 
diziendo  que  todo  el  tiempo  que  se  gastaua  en  deprender  sciencia  vmana 
era  malgastado  e  hurtado  a  Dios;  y  quel  dicho  Alcaraz  dezia  que  era  sober- 
uia  querer  entender  las  Flscripturas  mas  de  aquello  que  suenan,  e  qué 
no  avian  de  curar  de  saber  las  íi^^uras  de  la  Sagrada  Escriptura,  ni  avian 
de  inquirir  como  es  esto  o  estotro,  y  que  no  avian  de  ser  curioso^,  syno 
pasar  adelante;  y  que  leyendo  cierta  persona  en  vn  libro  de  buena  e  sancta 
dotrina,  el  dicho  Alcaraz  lo  reprehendía,  diziendo  ser  tiempo  mal  gastado 
en  aquel  exerciC'Oi  y  ^ue  los  predicadores  no  avian  de  inquirir  ni  estudiar 
lo  que  avian  de  predicar,  por  vía  de  letras,  syno  en  spirilu  lo  que  Dios  les 
ofresc¡ese;  que  todo  quanto  los  predicadores  pedian  a  Dios  era  propriedad, 
mas  de  dexarle  hazer  a  su  voluntad,  e  menospreciaua  a  los  honbres  que 
no  andauan  segund  spiritu,  sino  segund  letras  e  dotrina,  llamándolos  lit- 
terales;  y  que  ansi  mismo  dezia  que  no  era  bien  meterse  los  honbres  reli- 
giosos, ni  estaua  bien  con  ellos;  y  no  tenia  por  consciencia  andar  caminos 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS  l35 

las  fiestas,  y  aprouaua  y  le  pares<;¡a  bien  el  no  tomar  índulgeni^ias  que  los 
Sumos  Pontifií^es  con<^edían,  antes  las  reprobaua:  y  quel  dicho  Alcaraz  y- 
otras  personas  levan  en  la  Bliuia  seyenJo  personas  ydiotas,  en  lugares 
apartados,  e  daua  entendimientos  nuevos,  diziendo  que  tenian  spiritu  para 
entender  la  Sai^rada  Scripiura,  e  a  los  que  no  se  subiectauan  a  su  pares<,^er 
los  llamauan  faltos  e  atados,  factandose  el  dicho  Alcaraz  que  entendía  toda 
la  Bliuia  desde  el  prin^^ipio  hasta  el  Apoca¡ips¡\  y  que  daua  a  enlenJer 
que  conosíjia  el  coraí^'on  de  los  otros  como  a  su  propria  mano  y  quel  spiritu 
le  dezia  quien  eran  las  tales  pers>nas,  y  que  entendía  las  cosas  por  t^raí^ia 
de  Spiritu  Sancto  y  que  sabia  quantos  grados  de  pert..\'ion  tenia  vna  per- 
sona, e  que  veya  vn  spiritu  en  el  cuerpo  de  vna  mo<^'a,  y  que  hablaua  el 
dicho  Alcaraz  con  Dios  ansí  como  hablaua  con  la  i;ente,  sobre  ^'ierto  caso. 
y  que  Dios  no  avia  querido  hazer  nada  de  lo  que  le  avia  pedido  y  roi^ado; 
y  que  con  mucha  soberuia  quería  enseñar  a  todos  su  contagiosa  doctrina 
y  que  pretendía  establesi^^er  nueva  ley  como  cosa  propria,  y  que  se  apar- 
taua  el  dicho  Alcaraz  e  otras  personas  de  la  conversa^'ion  de  los  fieles 
xpianos  y  se  apartauan  a  comunicar  en  lugares  secretos  y  sospechosos  a 
hazer  sus  con<;iliabulos  y  cosas  contra  la  fee  y  no  querían  tener  comuni- 
ca<;ion  ni  conversa^^ion  con  los  que  no  se  llegauan  a  sus  errores  y  herejías 
y  falsa  doctrina,  allega.ido  aquella  autoridad  de  la  canónica:  si  quis  rene- 
rit  ad  vos  non  afferens  hanc  doctrinam,  nec  areei  dixeritis;  y  a  las  per- 
sonas de  quien  se  lemiaque  sus  cosas  serian  publicadas,  o  no  tenia  con- 
fian<;a  que  haria  tVucto  en  ellos,  no  se  descubría  syno  por  sumas,  dizí;índo 
que  no  se  hallaua  vaso  en  la  tal  persona;  y  que  hablaua  en  secreto  y  luga- 
res apartados  con  donzelhis  v  mugeres  mo^as  y  iiermosas,  y  que  comia 
carne  en  Quaresma  y  en  otros  días  prohibidos,  syn  tener  para  ello  nc^^es- 
sidad. 

A  la  qual  dicha  acusa^^ion  respondiendo  el  dicho  Pedro  Ruiz  de  Alca- 
raz, ansi  de  palabra  como  por  escrípto,  dixo  que  bien  sabia  el  que  el  que 
tenia  el  fuego  que  no  lo  podía  encobrir,  e  que  lo  había  dicho  porque  le 
paresgia  a  el  quel  cstaua  en  aquel  amor  según  lo  que  sentía  de  si,  y  para 
callar  se  avia  de  hazer  gran  fueri^a;  e  que  avia  hablado  en  la  materia  de 
dexarse,  por  otras  palabras  y  no  como  en  la  dicha  acusai^íon  se  contenia, 
e  quel  avía  hablado  en  la  materia  y  en...  ^  de  lo  contenido  en  la  acusai^ion, 
por  otra  vía;  e  que  avía  reprehendido  el  besar  de  la  tierra  quando  dizen 
el  Credo  al  homo  factus  est;  e  que  leya  en  la  Bliuia  juntamente  con  otras 
personas,  e  a  las  vezes  por  sí  en  lugares  secretos  e  apartados,  e  que  la 
Sancta  Scríptura  le  daua  a  el  entendimiento  marauílloso  con  la  gra(,^¡a  de 
Dios,  e  qu2  algunas  vezes  declaraua  la  Bliuia  en  romance  a  otras  personas 
y  a  algunos  que  eran  latinos,  e  quel  no  sabía  latín;  e  que  por  la  gra(^ía  de 
Dios  el  era  lo  que  era.  y  que  a  muchos  ilamaua  atados  y  que  se  apartaua 
de  muchas  personas  porque  no  veya  en  ellos  aparejo  para  comunicarles 
las  cosas  del  seruigio  de  Dios;  e  que  la  canónica  dezia  que  era  de  amor.  K 

I    Roto  el  ms. 


I  36  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

negó  todo  lo  demás  contenido  en  la  dicha  acusa<^ion,  sobre  lo  qual  anbas 
las  partes  dixeroa  y  alh^aron  1  >  qj3  quis¡ero:i  hasta  concluir,  e  nos  con- 
cluimos con  ellos  e  los  resgebimos  a  la  prueba  de  lo  por  ellos  dicho  y  ale- 
gado, con  9¡erto  termino  que  para  ello  les  dimos  e  asignamos.  E  como  fue 
hecha  publicación  de  testigos  del  fiscal  e  [asinti|endo  a  ellos  el  dicho  Pedro 
Ruiz  de  Alcaraz  dixo  e  confesso  que  avia  hablado  [algunas]  vezes  que  se 
allegasen  a  Dios  por  medios  e  no  de  otra  manera,  e  quel  queria  morir  por 
la  verdad,  y  quel  avia  hablado  en  lo  que  los  testigos  dizen,  pero  no  a  la 
intención  que  los  testigos  lo  tomauan,  y  quel  avia  dicho  que  en  todo  lugar 
podia  el  honbre  orar  y  alabar  a  Dios,  e  que  avia  hablado  en  el  dexa- 
miento,  pero  no  como  los  testigos  lo  dezian,  e  quel  avia  loado  la  oración 
mental,  e  que  algunas  vezes  avia  rezado  vocalmente,  como  le  daua  la  de- 
uo^ion,  e  que  por  los  eftcctos  conos^ia  la  voluntad  de  los  honbres,  y  quel 
avia  hablado  en  lo  que  tocaua  a  las  obras  de  caridad  e  del  hazerlas  por 
interesse.  diziendo  el  camino  de  la  perfe^ion  de  las  buenas  obras,  e  que 
no  se  acordaua  como  avia  hablado  en  ello;  e  quel  avia  dicho  que  la  ora- 
ción avia  de  ser  vn  ofres^imiento  de  coraron  y  de  voluntad  toda  entera- 
mente a  Dios,  e  que  todo  lo  que  hiziese  fuese  por  amor  de  Dios  e  no  por 
í>ii  interesse,  porque  aquel  era  el  verdadero  amor  de  Dios;  e  que  quando 
al^auan  el  Sanctissimo  Sacramento  en  la  missa  se  estaua  hincado  de  rodi- 
llas, mirándolo  sesgo,  sin  darse  en  los  pechos,  ni  hazer  otra  cosa,  e  que 
algunas  vezes  estando  en  missa  no  se  signaua  al  sidrstwi  corda,  ni  tampoco 
a  los  signos  de  la  ostia  postrera,  e  que  no  se  hería  en  los  pjchos  quando 
al^auan  el  Sanct  ssimo  Sacramento;  e  que  dezia  y  cnseñaua  que  se  sub- 
jectase  |el|  honbre  a  Dios  en  todas  las  cosas  y  negase  toda  su  voluntad  y  hi- 
ziese la  de  Dios  y  negase  su  propio  pares^'^r;  que  no  curase  de  andar  ha- 
ziendo  elec¡ones.  ni  curase  de  pedir  nada  en  especial,  sino  que  se  subiec- 
tase  a  Dios  e  le  mostríise  sus  necesidades  interiormente;  que  solo  se  con- 
tentase en  pedir  que  fuese  hecha  en  lodo  la  voluntad  de  nuestro  Señí)r;  e 
que  avia  dicho  quel  rezar  interiormente  era  lo  bueno,  e  que  aquello  era  lo 
prouechoso,  e  quel  herirse  en  los  pechos  y  rezar  vocalmente,  no  aviendo 
buena  yntincion  o  deuo^ion,  poco  aprovechaua.  e  que  avia  hablado  a 
algunas  personas  diziendoles  que  concertasen  su  vida  e  no  se  fuesen  tras 
sus  deuociones  desordenadam.Mite,  e  que  porque  ci-'rta  persona  saliéndose 
di  contesar  avia  besa  lo  la  tierra  después  de  avor  hecho  oración,  queriendo 
rescebir  el  Sancto  Sacramento,  el  avia  dicho:  ¡valame  Dios;  a  cabo  de 
tantos  años  questa  muger  sirve  a  Dios,  besa  agora  la  tierra!;  y  dixo  ques- 
taua  aquella  mu^er  llena  de  ataduras;  e  que  lo  dezia  teniéndolo  por  impe- 
dimiL'nto  para  s?ru¡r  a  Dios:  y  que  hablando  con  c'crta  persona  le  avia 
dicho  que  le  parescia  que  estaua  penada,  porque  la  veya  sospirar  en  la 
yglesia  estando  en  el  oficio  diuino,  e  que  le  alrauesaua  el  coracon,  y  que 
la  dicha  persona  le  auia  dicho:  por  i^ierto,  vos  íefieys  sobrada  caridad;  c 
quel  avia  dic'io:  íhí  spirilu  me  a  dicho  quien  vos  soys;  la  qual  le  avia 
respondido  que  le  pesaua  que  otro  que  Dios  conosc¡ese  su  spiritu;  y  quel 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS  I  37 

dicho  Alcaraz  le  avia  dicho  que  se  diese  todo  a  Dios  lmi  tienpo  y  que  dc- 
xase  los  hijos,  y  que  auieiidole  dicho  que  era  contra  el  inandaniionio  de 
Dios,  dexar  a  sus  hijos,  el  avia  dicho  que  Dios  le  avia  a  el  hcclio  ^rati 
mefí^ed,  porque  le  avia  llamado  con  tienpo;  y  que  hablando  con  pierias 
personas  hazia  traer  la  Bliuia  y  declaraua  las  epístolas  de  Sant  Pablo, 
dizicndolo  todo  en  romanice,  sin  leer  el  laiin;  y  que  avia  aconsejado  a 
<;ierta  persona  que  estouiese  en  quieiud  y  le  dezia  qje  avnque  las  obras 
exteriores  de  hazer  vmillm^'ion  corporal  al  Sancto  Sacramento  y  a  las 
ymaí4Ínes  y  hazer  los  signos  y  otras  demosira^^iones  de  buen  exemplo 
eran  buenas  en  su  modo,  pero  que  no  eran  de  mucha  susian<;ia,  y  que 
diei>e  toda  su  voluntad  a  Dios  para  que!  la  riiLíic>e,  e  que  si  amor  de  l)ios 
ouicse  en  la  criatura,  que!  mismo  amor  de  Dios  la  Usuaria  a  hazer  todas 
las  cosas  puramenie  por  Dios;  y  la  Jiclia  persona,  por  su  consejo,  ni>  lu^zia 
las  dichas  humillaciones  y  demostraciones  de  buen  e\emplo;  y  que  avia 
dicho  que  en  todos  los  conplimientos  de  los  mandamienios  de  Dios  y  de 
su  Y^lesia  se  mouicsen  por  solo  amor  de  Dios,  y  no  por  utro  nin¿;un  in- 
teresse,  y  que  ansi  como  vn  buen  sieruo  podía  seruir  a  su  señor  por  sola 
la  voluntad  del  tal  señor,  que  ansi  aviamos  nosotros  de  hazer,  e  no  por 
el  interese  de  sentimiento  acá,  ni  [;loria  allá;  y  que  también  avia  dicho 
que  en  el  negamiento  de  la  voluntad  estaua  la  perl'ec'ion  evangélica,  y  que 
todo  lo  suso  conmnicauan  el  e  sus  djuotus  y  lo  platicauan  ansi  en  pala- 
bras como  por  cartas  que  se  escreuian  los  vnos  a  los  utros.  V  que  todo  lo 
demás  contenida  en  los  testigos  de  la  publicac'ion  lo  avia  negado  y  so- 
breilo  avia  presentado  vn  escrif  to  de  coiitrad:\"ion  de  testigos  e  interro- 
gatorics  de  tachas,  abonos  e  indirectas,  con  nominav^ion  <..e  testigos  [uira 
ello,  los  quales  avian  seydo  examinados  y  hechas  li»das  las  otras  vliligen- 
i¡'\'ds  que  convinieron  hazer  para  su  delcnsa  ct^npl idamente,  v  ambas  las 
dichas  partes  concluyeron  e  nos  ct)ncluimos  con  ellos;  e  como  estando  el 
dicho  proc^esso  concluso,  queriendo  vsar  de  misericordia  y  equidad  con  el 
dicho  Pedro  Ruiz  de  Alcaraz,  por  muchas  y  diuersas  vjzjs  lúe  amones- 
tado que  dixese  e  Cíjnlesase  enteramente  la  verdad,  e  hincado  de  rodillas 
pidió  qye  vsasjn  con  el  de  misericordia,  porqiiel  conosc'ia  en  lo  por  el 
confessado  aver  errado,  y  de  1.)  no  confesado,  si  ou¡e>e  error  en  ell  >,  que 
estaua  aparejado  para  ser  instruido  y  enseñado  y  res^^ebir  toda  corre^ion 
de  la  sancta  madre  Vglesia;  y  porque  algunas  cosas  no  se  le  acordauan  no 
las  conlessaua,  que  ieguii  la  libertad  sentía  en  sy  y  soltura  en  hablar,  que 
creya  aver  dicho  muchas  cosas  erróneas  c  eyendo  que  eran  buenas,  avn- 
que dellas  no  se  ac»)rdaua.  y  que  ansi  mismo  se  sintia  por  culpado  en 
muchas  cosas,  y  señaladamente  en  el  esc¿indalo  que  avia  dado  en  lo  suso 
dicho,  avnque  su  intinc'ion  no  avia  seydo  de  escandalizar;  y  que  ansi 
mismo  seyendo  honbre  lego  e  sin  let  as,  andaua  enseñando  de  vnos  luga- 
res a  otros,  entremetiéndose  mas  de  lo  que  era  menester  en  esto  y  en  las 
cons<^iencias  ajenas,  hablando  en  algunas  co>as  como  entremetido  y  no 
como  sabio,  y  que  según  le  pares^^ia  agora  con   presunc'ion  demasiada.  I- 


I  38  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

que  se  conestía  por  pecador  e  culpado  e  por  desconcertado  liuiano,  y  que 
en  todo  lo  que  le  era  pedido  y  demandado  y  estaua  acusado  por  el  fiscal 
del  Sancto  Oficio»  quitados  algunos  dichos  de  testigos,  que  en  todo  lo  otro 
se  remitia  a  los  testigos  y  a  sus  dichos,  y  que  avnque  no  se  acordaua  como 
avia  pasado,  creya  averio  ansí  dicho  e  hecho;  de  lo  cual  se  acusaua  y 
dezia  su  culpa  y  que  se  tenia  por  culpado  y  que  pedia  a  Dios  y  a  nuestra 
sancta  madre  Yglesía  y  a  nosotros  en  su  nonbre  misericordia,  como  la 
tenia  pedida,  y  que  creya  aver  dicho  y  lecho  lo  que  los  testigos  avian 
dicho  y  testificado:  aquellos  a  quien  se  avia  remitido;  y  que  todo  lo  que 
contra  el  avian  dicho  y  testificado,  avnque  fuese  contra  nuestra  sancta  fee 
católica  y  contra  los  articulos  della,  o  en  otra  qualquier  manera  herética, 
como  quiera  quel  no  avia  alcani^ado  ni  conosfido  antes  ni  agora  que  dezia 
ni  hazia  cosa  contra  nuestra  sancta  fee  catholica,  e  questaua  presto  y  apa- 
rejado de  ser  instruido  y  enseñado,  como  tiene  dicho,  y  teniendo  y  cre- 
yendo todo  aquello  que  tiene  e  cree  nuestra  san':ta  madre  Yglesia,  e  visto 
todo  lo  demás  que  se  devio  ver  y  examinar  para  bien  y  legítimamente 
sentení^iar,  ávido  nuestro  acuerdo  con  muchas  personas  de  sciencia,  cons- 
<;ien<;ia  y  experiencia,  de  su  voto  y  parescer,  teniendo  a  Dios  ante  nues- 
tros ojos, 

Xpi.  nomine  invócalo. 

Fallamos  quel  dicho  promotor  fiscal  probo  bien  y  complidamente  su 
intin^ion,  ansi  por  confesiones  del  dicho  Pero  Ruiz  de  Alcaraz,  como  por 
la  probanza  por  el  dicho  promotor  fiscal  presentada;  y  pronunciándola 
ansi  por  bien  prouada,  como  lo  pronunciamos,  declaramos  el  dicho  Pero 
Ruiz  aver  seydo  hereje  apostata  de  nuestra  sancta  fee  católica  y  aver  in- 
currido en  sentencia  dcxcomunion  mayor  y  en  todas  las  otras  penas  y  cen- 
suras contra  los  tales  herejes  apostatas  en  derecho  establescidas,  y  ansi 
mismo  en  confiscación  de  todos  sus  bienes  desde  el  dia  que  cometió  los 
dichos  deudos;  los  quales  declaramos  pericnescer  y  ser  deuidos  a  la  Cá- 
mara de  Su  Magostad.  Y  por  quanto  el  dicho  Pero  Ruiz  de  Alcaraz  dize  y 
afirma  que  a  depuesto  y  depone  los  errores  heréticos  que  tenia  y  que  se 
quiere  convertir  a  nuestra  sancta  fee  católica  y  abjurar  y  detestar  los  di- 
ciios  errores  por  el  confesados  y  de  que  está  testificado  por  los  testigos  quel 
aprouo,  y  otra  qualquier  especie  de  herejía,  y  conplir  todas  y  qualesquier 
penitencias  que  por  nos  le  fueren  inpuestas,  e  como  quier  que  attento  las 
confesiones  y  lo  que  está  prouado  contra  el  dicho  Pero  Ruiz  de  Alcaraz, 
con  buena  conscíencia  poJiera  ser  relaxado  a  la  justicia  e  braco  seglar; 
pero  queriendo  osar  con  el  de  mucha  misericordia,  teniendo  alguna  espe-  - 
ranea  de  su  conversión,  siguiendo  la  doctrina  de  Nuestro  Saluador  y  Re- 
demptor  Ihesu  Xpo,  que  no  quiere  la  muerte  del  pecador,  saluo  que  se 
conuierta  y  biua;  si  ansi  es  quel  dicho  Pero  Ruiz  de  Alcaraz  con  puroco- 
racon  y  fee  no  fingida  se  conuierte  a  nuestra  sancta  fee  católica  y  abjurare 
y  detestare  los  dichos  delitos  de  herejía  y  conpliere  las  penitencias  que  por 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  I  39 

nos  le  fueren  ínpuestas,  que  le  deuemos  absoluer  y  absoluemos  al  dicho 
Pero  Ruíz  de  Alcaraz  de  la  sentencia  dexcomunion  en  que  incurrió  y'  le 
resíebimos  e  reincorporamos  al  gremio  e  vnion  de  la  sancta  madre  Ygle- 
sia;  y  porque  conste  y  paresca  si  anda  en  luz  o  tinieblas,  le  condenamos  a 
carmel  perpetua  irremissible,  y  le  mandamos  que  traya  sobre  todas  sus  ves- 
tiduras vn  sant  benito  con  el  aspa  de  señor  Sant  Andrés;  y  por  el  escánda- 
lo que  a  engendrado  en  el  animo  de  los  fieles  xpianos  y  por  los  errores  e 
nouedades  que  a  senbrado  y  publicado  entre  la  gente  en  los  pueblos  y  lu- 
gares donde  a  comunicado,  y  porque  todos  sean  desengañados  y  no  ten- 
gan los  dichos  errores  y  nouedades  e  se  abstengan  de  hablar  y  platicar  en 
ellos  y  tomen  exemplo  de  no  ynucntar  ni  enseñar  semejantes  nouedades  en 
la  Yglesia  de  Dios,  mandamos  quel  dicho  Pero  Ruiz  de  Alcaraz  sea  acota- 
do publicamente  con  vna  corola  en  la  cabera,  en  esta  ^ibdad  de  Toledo  y 
en  la  9ibdad  de  Guadalajara  y  en  las  villas  d'Escalona  y  de  Pastrana,  don- 
de avia  comunicado  y  platicado  las  dichas  nouedades  y  errores,  y  que  diga 
el  pregón  que  le  mandan  acotar  por  inventor  e  publicador  de  nouedades  y 
errores  escandalosos  en  la  Yglesia  de  Dios.  E  que  guarde  e  cumpla  las 
otras  penitencias  que  por  nos  les  serán  inpuestas  y  que  no  vse  de  las  cosas 
prohibidas  a  los  tales  recon(,^iliados  en  derecho,  y  arbitrariamente,  so  pena 
de  ynpenitente  relapso.  E  ansi  lo  pronunciamos  e  mandamos  por  esta 
nuestra  sentencia  diffinitiua,  juzgando  en  estos  escriptos,  pro  tribiinali  se- 
dendo. 

Licenciatus  El  Licenciado 

Castro  Joan  Vanes 

En  XXII  dias  del  mes  de  Julio  de  mili  e  quinientos  c  veynte  e  nueve  años, 
los  señores  Inquisidores  los  licenciados  Baltasar  de  Castro  e  Juan  Yañes, 
estando  en  la  placa  de  Cocadouer  haziendo  avto  publico  de  la  fce,  dieron 
c  pronunciaron  esta  dicha  sentencia,  estando  presente  el  dicho  Pedro  de 
Alcaraz  y  el  dicho  promotor  fiscal;  el  qual  dicho  Pedro  Ruiz  de  Alcaraz 
abjuró  de  vehementi  conforme  a  las  adjuraciones  contenidas  en  el  libro  de 
las  adjuraciones.  Testigos  que  fueron  presentes,  el  obispo  Canpo  e  el  ra- 
cionero Xpoual.  Nauarro  e  el  racionero  Bermures  y  el  señor  don  Antonio 
Fonseca,  Comendador  mayor,  y  el  Conde  Miranda  e  otras  muchas  perso- 
nas. E  yo,  Pedro  de  Hermosilla,  notario,  presente  fui. 


140  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

DOCUMENTOS 


I 

<:.\FíTAS  \)E  A\TON'í(J  PÉHEZ  Á  SI  MUJER  DONA  JIANA  CUELLO. 

2.* 

Señora  mía  de  mi  alma:  que  del  cabo  al  cabo  vayan  y  vengan  y  digan  y  enca- 
rezcan !'>>  que  se  llaman  amigas  y  los  que  mas  lo  son,  que  no  llegan  al  amor  y 
seíiuridad  del  mcr.'.b  padre  del  menos  hijo,  de  la  menos  muger  de  su  marido:  que 
a!  cabo  ai  cabo,  c-^mo  c<jmence  a  dezir,  a  la  h'»ra  de  la  alliiciion  y  de  la  nccessidad 
son  i  .s  brazíjs  mas  seguros,  por  la  razón  segura,  la  natural,  de  ser  participes  comu- 
nes del  dan'»;  no  ygual  razón  en  los  demás  que  aunque  mientras  dura  el  juego 
donde  se  juega  su  re-ílo  esian  al  lado  y  si  veen  que  vaüe  perdida  se  leuantan  dando 
ai  diablo  el  naype  y  quien  le  juega;  ¡quantas  vez4;s  lo  he  visto!  (^)uede  esto  dicho  a 
vn  buen  entendimiento,  por  agora,  que  lo  demás  el  tiempo  y  su  corrienie  lo  dirá. 
Señora  de  mi  alma,  v.  m.  vea  esse  papel  que  es  lo  que  me  hasuccedido;  procurare 
dezir  algo  mas  y  v.  m.  se  ayude  a  entenderlo,  que  pienso  que  si  hará  con  su 
buen  discurso.  Todo  lo  que  por  alia  se  ha  dicho  de  mi  partida,  de  las  causas  della, 
de  que  por  concierto  del  que  vino  de  alia,  en  Hn  de  todo  essotro,  se  dixo  aquy  y 
muy  crevdo  deste  S.or^  y  en  Roma,  como  v.  m.  vera  por  cssas  cartas  de  Cárdenas, 
y  Vialardi  lo  escriuio  mas  picante. 

La  verdad  es  como  vna  vara  arrojada  con  violencia  a  lo  profundo  del  agua, 
que  aunque  la  fuerza  la  haze  hundir  resurte  después  arriba.  .Assy  hasuccedido,  que 
auiendo  este  S.r  a  mi  partida  y  sobrella  sospechado  que  yua  de  concierto  con  el 
condestable  de  Castilla,  tio  de  D.  D.  de  C  a  quien  cassy  se  acuerda  el  y  lo  refiere 
y  que  didigo  (sic)  a  su  hermano  el  Conde  de  .Monterrey,  vn  globo  celeste,  y  quen- 
lalo  el  con  amores  de  enamorado  m¡(j,  y  me  venia  a  ver;  digo  que  en  oyendo  el 
cascj  este  Hey  y  leyendo  vna  carta  mia  que  le  dio  M.  O.  L.  dixo  de  golpe  que  se  le 
c^capo.  í-uego  no  yua  de  concierto  a  pr(;curar  las  pazes.  No,  Señor,  dixo  M.  D.  L. 
a  sus  negocios  yua,  y  a  hazer  la  prueua  que  os  dixo:  dixo  al  Rey  yva  a  ver  sí  con 
\erle  fuera  de  allí  le  entregasen  acá  su  muger  y  hij«)S,  y  assi  con  esto  pudo  salir, 
aunque  después  creio  el  Rey  que  le  hauia  engañado  y  que  yua  de  concierto  con 
llspaña  y  después  se  desengaño  con  ver  los  oílicios  de  D.  Juan  de  Tassis. 

Respondió:  pues  don  Juan  de  Tassis  ha  hecho  tales  olíici«js.  .Mas  sepa  v.  m. 
p<.)rque  la  quiero  esta  vez  informar  del  tocí)  y  no  auenturarme  mas  tras  esta 
carta,  que  no  contenió  esle  S.r  de  la  n(;toria  prueua  de  la  verdad,  el  mis- 
mo en  una  audiencia  que  dio  al  embaxador  de  Inglaterra  al  fin  le  dixo 
Mos.r  limhaxador  ^-porque  vuestro  Rey  no  recibió  en  su  Reyno  al  S.or  A.  P..'*  Res- 
pondió: S.fyi)  no  lo  se,  pero  entiendo  que  por  no  dar  causa  de  quexa  a  los  espa- 
t"i(jles  en  esta  occasion  de  pazes,  y  por  la  instancia  fuerte  de  Don  Juan  de  Tassis. 
De  passo  diré  que  le  toco  a  v.  m.  el  miedo  del  sS.r  Tassis  bien,  pues  me  lo  dlze  en  su 
carta-.  Pues  mas  le  digo,  que  al  Globo,  al  hermano  del  Conde  de  Monterrey,  digo  que 
sea  su  nombre  de  aqui  adelante,  que  Sra.  me  ama,  ama,  y  la  adiuino  su  corazón. 
Mas  este  S.r  triumpha  agora  contra  aquel  Rey  de  su  poltronesca;  tanto  corre  esto 
en  esta  (Jorte  que  me  han  de  deuer  el  principio  del  conos^imiento  del  hombre  y  de 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS  I4I 

lo  que  vale.que  era  menester  alcun  caso  raro  para  esio.  porque S.*.  como  s¡  \x  cíirc- 
lia  de  los  ires  F(eye>  se  a  párese:  es  >e  a  iodo -i  assy  acuden  a  el,  y  al  cabo  sera  homb'-e 
puro,  que  el  oír-.  S.'  verdadero  era  y  es  Dios  y  hombro.  Passo  adeUnio. 

La  verdad  es  que  el  l.  »  del  ¿i-  b  :>  :nc:^  por  nro  An^el  !a  passada  >  con  amores 
grandes  y  M.  D.  L.  raerte :r. eme.  porque  se  vk»  as'  y  de:  t.-do  despdchadv>  s:  alia 
assenlaua  e'.  Jordán.  Y  c  ■n:ie<so  a  v.  m.  que  pa>s.>  el  Ji»rdan  contra  su  voluntad 
porque  tuu-i  luz  de  '.-^s  erq-.en*r"S  y  el  am.^*»  rne  i'-czo  c-.»n  !a  buelta  irídiijna  s:  n^e 
boluia,  y  no  le  fuera  la!  porque  \ino  vn  naui  )  armado  encantado  por  mi,  n-^  qui- 
riendo  los  de  a-ia  del  mar  embiarmele  a  la  descubierta,  y  era  occasion  para  boiuor 
honrrado:  n-i  io  au'a  p'>r  v-is-  tpis  y  escudara  yo  los  riril  pel'i:ros  que  he  passado  y 
que  aunque  dií:a  mi  am-u-»  que  el  cauaüo  bue!»-  a  la  cauaileri/a  se  repara  •  que  vsa 
de  mi  e\empi  o  yo  ■^eri  c«»  que  b:.:o".t'k  muy  mal  tratado  n-.i  es  el  mismo,  cual  y** 
bueluo.que  n.»  s  -y  p^rs  «na  en  :ucrziN  de  cuerpo  y  anima  ^in  los  miserables  puntos 
en  que  me  he  visi  .,  p  .rq'.ie  vn  poco  de  quebrado  que  tenia  se  ha  hecho  lantv^  que 
nos«.>y  hijmbre  entero.  [>:l;.»  ve-dad  S.'  Terrible  fortuna  la  nva.  ^\>uien  creyera 
que  tal  resol ucon  tan  apr^i^ada,  tan  fa/ada  y  tan  esfo'/ada  y  robada  pi^r  el  Km- 
baxador  de  aqu¡  con  papeles  de  su  mano  de  la  casa  a  donde  me  auia  de  lleuar  ei  que 
me  acompañaua  de  su  pa'-le,  con  prendas  grar.des  dadas  al  embaxador  Ani»elo  que 
en  lodo  ha  sido  c¡  interuenidor  y  Ci.)mo  fiador  c«.»n  el  \  Itimo  accidente  de  quererlo  v 
robarlo  el  tío  del  t;l«)bo  por  el  mis:n.»  medio  por  quien  yo  le  comunique  y  le  escri- 
ui,  el  qual  lo  recibió  como  lo  pudiera  hazer  Vele/. diuo.  Señora  mía.  quien  creyera 
que  tal  resolu^jion  auia'de  parar  en  lalr:  quiv;a  fue  para  queesio  mismo  succevliera. 
jTerrible  fortuna  la  mial.  pues  si.)bre  tales  consideraciones  y  por  tales  lirados  he  \e- 
nido  a  ser  escándalo  de  Reyes.  Mas  dixome  el  Kmbaxador  de  Hobra  que  era  lo  que 
me  conuenia  ¡ojol  a  esto  que  ha  sabido  el  Anjicl  nro,  Ani»el  cierto,  amijío  cierto,  en- 
tero todo, que  ha  sabido  del  viejo,  que  assi  llamamos  al  embaxador  de  ínt;laterra,que 
corriera  peligro  mi  persona  que  el  me  contara  las  particularidades,  con  esto  se  en- 
quenira  que  ha  dicho  al  frayle  mió  que  yua  conmii^o  que  un  Mylord  el  que  iraiaua 
antes  de  mi  yda  le  dixo  que  me  conuenia  bi-^luerme.  deue  de  ser  que  Don  Juan  do 
Tassisdeuia  de  perisar  pedir  mi  persona  y  offrescer  por  ella  mucho  o  que  vn  conde 
Badollquc  anda  en  essa  corte,  escoces,  pariente  de  aquel  Rey  que  lo  quist)  matar; 
pero  no  hago  mucho  caso  desio  porque  el  tio  es  vivo  y  el  y  el  marido  de  la  hija  de 
Perico  le  han  embiado  reprehensión  de  lo  que  ha  hecho  al  correo  qrande  v  nt) 
pudiera  passar  a  tal  porque  el  tio  dol  i;lobo  os  lodo  de  Veloz  y  so  acuerda  »ie  nuestra 
amistad. 

Mas  este  S.r  en  partiendo  yo,  viendo  la  carj^M  de  la  vo/  de  lodos  por  mi  y  lacri- 
mas de  los  que  venian  a  comprar  mis  trastes  (verdad  dÍL;o  quo  o>la  gracia  es  del 
cielo  y  con  el  corrimienU)  proprio  qui^'a  asscnto  mi  pensión  ct»mo  antes)  y  me  ha 
embiado  a  dezirque  quiere  que  la  ¿;o/e  y  que  me  ruet^a  que  me  onirelon{4a  como 
yo  lo  quería  hazer  y  se  lo  auise  por  seji^uir  la  traza  conuenienie  a  mis  noj^ocios 
í^uera  de  Paris  algunos  dias,  porque  se  desengañen  que  m»  yua  de  Ciincierto  con  el 
a  turbar  pazes.  Porque  vea  v.  m.  las  marauillas  de  Dios  y  entre  quo  oleme.itos  ando 
embuelto,  que  el  que  me  tenia  por  sospechoso  contra  si,  me  rne^ne  agora  est«>tro 
para  lauarse  destoira  sospecha  que  le  cargan  en  Inglaterra  ¡C)  Dios!  y  que  de  santos 
son  vros  juyzios  y  permisiones. 

Por  esto  todo  me  he  retirado  aquy,  a  donde  digo  en  el  papel,  llame  embiado  los 
suyzos  de  guarda.  Kslos  he  admitido  porque  no  qucria  morirme  del  lodo.  Ku  lo 
demás  me  hallo  confuso;  entiéndame  v.m.  porque  he  hecho  diligencia  con  el  tio  si 


142  REVISTA  DE   ARCHIVOS         ^ 

r-t  i-.<rtn  da'  t  Tjz  ^,  r  ■rza.t  -•'•  me  er:pef.e  y  se  deseo nsue.e-  : .s  aT:'¿:s,  y  en- 
^aT-  r.i'  c  -e  rr-e  -.  aya  a  Ver;e¿.a.  K.  Gl-.  bo  .  a  hích  :■  el  :T;::o  j  i-t:  :.  e  r-á:e'a  ha- 
zer  t.  Ar.zt ,  Esfera  respuesta  v  yo  wa  er.:rcien:er:i>  e>t>s  au.s.s  p  r  dar. e  de 
:  >á ..  "ptr-^  r.'j  r.e  3->d J  ,  á.ít':.:'.j  mas  pr»r  r.  •  morir  m  jd:»  cor.  v.  m.  c'-e cas  I  j  b:uo 
j  a,  p^'-.-e  e.  n&.edv  espar.: .  a  i-s  d-scipui-^s  y  S'  !o  San  Jjn  y  \i  .-r.aire  de  ia  pie- 
dad yt  hadaron  c^n  e!  raciente  ai  \l:!mo  írabaj  j. 

Per-^  V.  m.  m"  S.'*de  q^ien'.a  dei>d>  a  S.-^  aduogadj  amv  de!  S."'  que  dx.^  ío 
át  Venec.a  y  T.e .^r  lo  p>drá  hazer  s:  n  >  huuiesse  aun  venid-:»  de  Va!enc-a  el  pn- 
ner  aiuo¿[aJ'>  q^ue  quejo  malo,  que  a!  catv>  ai  cabo  n:»  esper.-  de  aüy  nada  ny  nos 
cansemos  pore,.o.  sir.o  sea  el  rin  solo  nro  nra  :un:a  y  e'.  res:a:e  de  Ij  demás. 
a:  qií  d:go,  qjenta  de  toJ>  esi>,  y  sal^ja  de>sas  man  .s;  si  n-^  a"  íueg^j.  Mas  con 
{}.  B. as:  >d-ze  ei  G!  ^bj  que  fue  gran  úífi;:  »  de:  Tio  sobre  nras  cosas:  ;:«io  alia! 
Mas  que  el  mando  de  ia  hija  de  Perico  me  ama. 

En  fin,  S.*,  p  jf  remate,  como  se  ha  avisado  al  Tio,  presio.  preslo  resolución. ^^ 
;.  o  me  erii'eí;are  a  quaiquier  miserabie  repos*j  aunque  sea  de  ¡imosna,  y  cerrare 
ias  puer.as  a  deuaneos.  V  v.  m.  hagí  lo  mismo,  que  la  afasiraran  de  dia  tn  día 
hasta  la  sepultura,  y  ganemos  lo  que  pudiéremos  de  la  vida  de  desenlian:»,  que  yo 
temo  que  el  fin  que  lleuan  es  lo  que  di«o  y  se  burlan  de  nos  jir>s  y  assi  v.  m.  dize 
bien  que  no  es  poner  termino  a  Dios  lo  que  me  dize  de  hasta  pasqua,  sino  a  los 
h\»mbrcs,  quiza  es  io  que  quiere  Dios. 

Ea  S.*  no  mas  engaño,  que  cun  otro  diré  sobre  lo  que  viniere  del  lio,  dos  renglo- 
nes de  vliima  resoluci  jn  que  mas  escriuir  sino  salud  o  vida  ho  ay  que  esperar  ni 
perder  tiempí-r  en  tal. 

V  V.  m.  queme  quanios  papeles  tuuiere  míos  y  este  y  no  me  responda  a  co»a 
destas  que  no  puedan  veer  mis  amigos  acá;  digo  que  desta  carta  no  quiero  que  sepa 
nada  nadie  sino  el  Angeí.  Pero  podra  hablar  v.  m.  sobre'el  papel  de  mano  agena 
que  en  casa  del  globo  se  ha  copiado  <  tal  es  el  amor)  y  lo  que  de  alia  huuiere,  y  que 
V.  m.  queda  auisada  de  todas  mis  auenturas  y  conJolida  y  que  procurara  resol- 
uerse.  En  fin,  no  haga  v.  m.  mención  de  lo  que  digo  de  amigos,  que  esto  es  lo  que 
recato,  porque  el  nro  tiene  vn  criado  peligroso  que  es  su  alma,  y  aunque  muy 
leatino  es  nauarro  y  a  mi  no  seguro  ya;  sea  por  auiso,  que  en  lo  demás  lodo  lo 
mostrare  al  amo  como  suelo.  A  essos  hijos  mios  mili  bendiciones  de  Dios,  que  con 
lagrimas  he  Icydo  lo  que  v.  m.  me  escriue  en  la  vltima  de  sy  y  dellos.  Mas  verdad 
diría  que  por  las  lagrimas  no  lo  pude  acabar  de  leer;  testigo  M.  D.  L.  .Auiseme  v,  m. 
le  supI¡t:o  del  alma,  del  juyzio  desta  mi  aueniura  y  en  general  y  en  particular  del 
aduogado.  <jue  de  ir  sea  por  auiso  que  el  globo  passando  muchas  cosas  de  mi  con 
el  Ang;l  y  tratando  del  Secretario  d'estado,  negro  Conde  que  v.  m.  le  temia,  que 
tan  amigos  son,  le  di\o:  pues  aduertid  que  el  dicho  tiene  gran  respecto  al  de  Mi- 
randa y  le  templara.  Pero  S.'  que  yo  no  quiero  yr  a  embarazar  alia;  a  Venecia  nos 
retiremos  y  con  no.%  lo  que  quisieren,  con  la  honrra  que  deuen  de  justicia  toda  y 
sino  que  nos  quebrantamos  los  huessos. 

Estos  dos  capítulos  son  del  juyzio  de  aquel  Fran.co  de  Toledo,  sobrino  del  Car- 
denal Toled'j,  y  su  muger,  del  Pairiarcha  general  de  los  fran.cos  Terrible  astro- 
logo;  léalos  V.  m.  que  son  de  ver  por  lo  que  di.xo  de  la  breue  huella  que  años  ha 
y  lo  demás. 

Adiós,  a  3  de  Abril  1O04. 

l)c  V.  m..  Por  la  copia, 

Antonio  Pcre^.  '  M.  S.  Y  S. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSCOS 


143 


II 

poilSias  del  doctor  a(3ustin  de  oliva 


LA    CAHTA    giE    SE  SIGUE    ES    TAN    PESADA    '^     KHIA    COMO    LUENGA; 

Vl.'lEN    Ql.nSlERE    LEELLA    ES    CADA    COPLA    HALLARA     I  IN,    Y     DE    VEHANO    EN   1.A 

POSTRERA,    Ql'E     FS     KLADA. 


Muy  ¡Ilustre  Señor: 
El  lardarme  en  e>crcu¡r 
tamo  á  Vra.  Señoría 
no  se  deue  al r! huir 
a  lu  que  suelen  dezir 
descuido  y  hara^anía. 
Porque  cierto  cada  día 
determino 
y  oír?,  cosa  no  imaj^ino 
sino  como  y  quando  y  quien 
va  á  Viena  de  camino, 
para  escrcuir  de  comino 
a  mi  Conde  de  Ba\len. 

Y  ya  que  se  haze  bien 

de  hallar 
alguno  para  lleuar 
la  carta  como  desseo, 
lo  muchu  que  ay  que  curar 
lo  sale  lue{4o  á  e>ioruar 
y  al  mcnsajen;  nu  \eo. 

Mas  porque.  Señor,  nu  creo 

que  sabrá 
vuestra  señoría  allá 
lo  que  aquí  qiwero  dezirle, 
esta  sola  leerá, 
de  donde  claro  vera 
ser  inposible  escreuirlc. 

Y  pues  sabe  que  seruirle 

y  a¿;radarie 
desseo,  y  nunca  enojarle, 
con  mis  obras  ni  razones, 
sino  en  todo  c«mtemarL\ 
no  sean  para  enfadarle 
estos  mis  lardos  renglones. 
Porque  mis  ocupaciones 
y  u ¡si tas 
que  tengo  cassi  ¡nfm¡tas 
serán  causa  de  ser  largfj, 
por  cnbiarlas  escritas 

3.»  ¿POCA.— TOMO  VIH. 


de  vna  vez  á  las  malditas 
para  perpetuo  descargo. 
¡Como  escreuira  el  amargo 
del  Doctor 
que  antes  que  venga  el  albor 
se  t¡ene  de  leuantar, 
o  haga  trio  o  calor, 
a  buscar  pan  de  dolor 
de  que  se  a  de  sustentar! 

Y  sin  poderse  lauar 

bien  las  manos, 
ve  mil  honbrcs  inhumanos 
que  le  dan  priessa  a  vestirse, 
con  otros  tantos  malsanos 
que  me  esperan  como  alanos 
para  de  mi  luego  assii.-e. 
Ninguno  de  ellos  a  de  irse 

ha>ta  que 
me  aya  dado  cuenta  de 
su  trabaxo  y  su  quebranto, 
y  es  menester  que  yo  esté 
escuchando  el  como  fue 
con  mas  paciencia  que  vn  santo. 
Mientras  refieren  su  llanto 

y  su  afán 
algunos  de  los  que  están 
dar.do  cuenta  de  su  vida, 
(iiros  grandes  vozes  dan 
relatando  su  desni  in 
y  causa  de  su  venida. 
.    No  ay  ninguno  que  no  pida 

que  le  vean 
el  primero  y  le  pnniean; 
sobre  esto  riñen  y  caen 
y  algunos  que  se  apuñean 
librus  y  ropa  me  mean 
Con  las  vrinas  que  traL'n. 

Y  quando  ya  se  retraen 

y  se  an  y  do, 

II 


144 


REVISTA   DE    ARCHIVOS 


de  uerme  sin  tal  ruido 
hago  cuenta  muy  de  veras 
que  en  auerlos  despedido 
e  de  cautiuo  salido 
de  Argel  o  de  las  galeras. 

De  estrañissimas  ipaneras 
me  molieron 
todos  estos  que  se  fueron; 
pero  no  es  nada  este  daño 
con  los  que  luego  uinieron 
y  otros  mil  que  sucedieron 
y  sobrcuienen  por  año. 

Con  mi  fatiga  y  desgaño 
luego  salgo 
y  en  mi  mulaza  cauaigo 
comentando  a  visitar 
por  la  cassa  de  vn  hidalgo 
que  esperando  del  vn  galgo 
lo  tengo  de  ir  a  curar. 

Aqui  hazen  esperar 
vn  buen  rato 
porque  la  mo^a  y  su  hato 
no  esta  a  punto  ni  conpuesto, 
ni  se  a  cal9ado  vn  (apato, 
o  por  algún  garauato 
que  falta  al  ama  en  el  gesto. 

Tengo  de  estar  hecho  un  cesto 
entre  tanto, 
repudriendo  mi  quebranto, 
hasta  que  mandan  entrar 
do  oluidado  aqueste  llanto 
que  des<>anaria  vn  santo 
ay  otros  que  lamentar. 

Comiénzame  a  regañar 
vn  mensaje 
que  viene  a  traer  un  paje 
y  dura  vn  hora  cumplida 
haziendo  que  me  desquaje 
con  mi  tardanza  y  coraje 
por  dilatar  mi  salida. 

No  cessa  muy  por  meJiJa 
dz  hazer 
reuerencias  y  querer 
parecer  muy  bien  criado, 
y  por  mas  me  detener 
comienza  de  proponer 
su  embaxada  mesurado. 

Y  dize  muv  entonado: 


mi  Señora 
a  sabido  en  esta  ora 
el  mal  del  Señor  Don  Tello 
de  Bernardino  de  Ayora, 
y  como  a  su  seruidora 
le  a  pesado  mucho  del  lo. 
Mas  porque  quiere  sabello 

ciertamente 
suplica  que  se  le  cuente 
con  muy  larga  relación 
la  causa  del  accidente 
y  como  y  donde  lo  siente 
y  que  le  da  mas  passion. 
Que  si  para  tal  sazón 

ella  fuere 
menester,  y  lo  que  uviere  • 
en  su  cassa  y  aposento, 
desde  luego  se  profiere, 
como  la  razón  requiere, 
darlo  con  mucho  contento. 
Mas  promete  que  al  momento 

que  se  pida 
la  cosa  sera  trayda 
pues  que  sabe  que  la  deue, 
aunque  fuesse  dar  la  uida, 
y  que  quedara  corrida 
si  a  otra  parte  se  atreue. 

Y  ofrece  que  muy  en  breue 

se  vcrna 
en  pudiendo,  por  acá, 
y  todas  ocupaciones 
por  venir  las  dexara 
y  en  San  Francisco, hará 
dezir  missas  y  oraciones. 

Y  en  las  demás  deuociones 

que  rezare 
y  en  todo  quanto  ayunare 
terna  la  parte  mejor; 
yo  porque  mas  no  dispare 
temiendo  que  nunca  pare 
salto  diziendo:  Señor, 
No  le  cumple,  si  ay  dolor 
en  la  frente, 
tanto  ruido  de  gente 
como  esta  en  aquesta  sala, 
y  esto  digo  solamente 
por  verme  ya  de  alli  absenté 
aunque  fuesse  en  hora  mala. 


BIBLIOTECAS  Y  MÜSKOS 


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Responde  ¡ay!  Dios  me  vala 

que  tenéis 
mas  razón  que  pensareis, 
según  me  hallo  achacoso; . 
mas,  Señor,  luego  os  iréis 
y  en  tanto  perdonareis 
mientras  despacho  a  Moscoso. 
Comienza  muy  de  reposo, 

suspirando, 
medio  gimiendo  y  hablando: 
diréis  a  Doña  Lucia, 
mi  Señora,  que  en  sanando 
luego  tengo  de  ir  volando 
a  pagarle  aqueste  dia. 

Y  calla  vn  Ave  Maria 

bien  cunplida 
que  para  toda  mi  uida 
(y  da  un  gemido  muy  fiero 
muy  mayor  que  de  parida) 
a  de  ser  de  mi  seruida 
a  fe  de  buen  cauailero. 

Y  yo  casi  desespero 

con  su  arenga 
que  comienza  a  ser  mas  luenga 
que  el  paje  acaba  de  dar, 
y  porque  no  me  detenga 
le  digo  aunque  no  convenga: 
Señor,  que  os  mala  el  hablar. 

El  torna  a  desvariar 
muy  sin  pena 
comentando  por  la  ^ena 
que  antaño  le  hizo  mal, 
y  un  quarto  de  ora  se  suena 
diziendo  que  tiene  llena 
cabe9a  y  boca  de  sal. 

En  media  ora  cabal 
encarece 
lo  muy  poco  que  apetece, 
sin  ningún  gusto  ni  gana; 
ya  el  Doctor  que  se  amorteze 
dize  que  coma  de  vn  pe9e 
y  huye  a  ver  a  Doña  Ana. 

Lo  mejor  de  la  mañana 
ya  perdido 
y  yendo  descabullido, 
el  mo^o  que  me  encontró 
quiere  saber  lo  que  a  ssido 
y  haze  mui  del  corrido 


si  relación  no  le  do. 

Y  al  mesmo  tienpo  que  esto 

ya  subiendo 
sobre  la  muía,  huyendo, 
en  el  mesmo  punto  y  ora 
llega  vna  mo^a  corriendo 
y  a  grandes  voces  diziendo 
que  me  llama  su  Señora. 
Renegando  la  fe  mora 

descaualgo 
creyendo  que  a  ssido  algo 
que  de  nueuo  a  sucedido; 
mas  por  todo  quanto  valgo 
ni  por  sesenta  y  un  galgo 
yo  quisiera  aver  subido. 
Son  las  voces  y  el  ruido 

y  nouedad 
que  una  gran  ventosedad 
acaba  de  despedir; 
viendo  tan  grande  maldad 
sin  tiento  ni  autoridad 
no  hago  sino  reñir. 
Comiendo  luego  a  dezir 

mil  dislates 
y  otros  tantos  disparates 
que  nacen  de  mi  passion 
y  aun  me  vienen  avenates 
de  dezir  que  son  orates 
sin  juizio  ni  razón. 

Y  sin  otra  conclussion 

torno  a  yrme, 
y  quando  ya  desasirme 
puedo  libre  aquesta  vez 
de  donde  pense  morirme, 
hago  cuenta  que  en  salirme 
salgo  de  Túnez  o  Fez. 

Y  aunque  mas  negro  que  pez 

escapé, 
todos  quantos  yo  hallé 
yendo  mi  calle,  en  la  mano 
quieren  que  vn  rato  me  esté 
y  larga  razón  les  de 
del  mal  del  Señor  fulano. 
No  sé  de  moro  o  tirano 

que  acosado 
ande  como  el  desdichado 
del  Doctor,  y  perseguido, 
muerto,  perdido,  cansado, 


146 


REVISTA   DI  AECHIVOS 


en  las  cassas  apretado 
y  por  las  caJIes  corrtdo. 
Adrede,  Señor,  me  oluido 

de  tratar 
y  en  general  murmurar 
de  cosas  que  es  bien  que  calle, 
pues  lo  mas  particular 
no  oso  en  ello  pensar  , 
porque  peor  es  hurgalle. 
Con  mi  barriga  y  mal  talle 

y  con  sudor 
este  su  mucho  Doctor 
vasse  a  ver  otros  dolientes 
que  dan  trabajo  menor, 
y  a  las  doze  con  calor 
torna  de  ver  cien  mil  gentes, 
iiallo  ciertos  assistentes 

que  me  están 
esperando  al  azaguan, 
los  quales  son  mensajeros 
que  nueua  guerra  me  dan, 
nueuo  tormento  y  afán 
de  casas  de  caual teros. 
Todos  estos  escuderos 

que  a  llamarme 
vienen,  si  ven  apearme 
se  desganan  a  porfía, 
y  de  no  poder  lleuarme 
todos  pretenden  tragarme 
con  hambre  de  medio  dia. 
Lo  que  cada  qual  quería 

no  va  en  ello 
vna  haua  ni  vn  cabello; 
que  comió  mal  su  Señora; 
que  dize  el  Señor  Don  Tello 
que  el  poce  no  puede  vello; 
que  a  soñ.ido  mas  de  vn  ora. 
El  otro,  que  hasta  agora 

no  a  tenido 
su  señor  ni  le  a  venido 
mucha  gana  de  beber; 
otro  que  vn  poco  a  rey  do; 
otro  que  no  le  a  dolido 
el  touillo  como  ayer. 
Dándolos  a  Luzifer 

los  embio 
con  vn  recaudo  mas  frío 
que  los  que  ellos  me  truxeron. 


porque  oyr  mas  desuarío 
es  para  echarse  en  el  río: 
y  assi  con  esto  se  fueron. 
Tras  estos  otros  vtnieroo 

a  las  dos; 
el  vno  dize:  por  Dios 
sin  lleuaros  no  me  vaya, 
que  mi  amo  no  es  de  los 
que  pueden  pasar  sin  vos, 
que  a  rato  que  se  desmaya. 
Guaya  de  ti.  Doctor,  guaya^ 

que  en  comiendo 
te  lleuan  medio  durmiendo 
a  pie  casi  dos  jornadas 
dando  baybenes,  cayendo, 
echando  el  alma  y  muriendo, 
a  cosas  bien  escusadas. 
A  mirar  unas  ijadas 

que  vn  poquito 
an  dolido  con  ahito 
y  no  tienen  buen  color 
después  de  hecho  vn  delito 
en  comer  de  vn  hueuo  frito 
que  pudo  darle  dolor. 
Entonces  pierdo.  Señor, 

la  paciencia 
con  tan  braua  penitencia 
sin  descanso  ni  reposo, 
y  renie¿;ü  de  mi  ciencia 
que  tiene  tanta  dolencia 
y  no  vn  rato  vagaroso. 
Mas  regañado  y  humoso. 

e  de  dar 
a  la  tarde  y  panquear 
huella  como  a  la  mañana 
que  no  se  puede  escusar, 
y  uiniendome  apear 
me  da  la  queda  o  campana. 
No  traigo  costilla  sana 

ni  otra  cosa, 
que  parece  que  vna  losa 
muy  pesada  traygo  al  cuello 
y  en  cada  mano  vn  esposa 
y  aun  entonces  ay  quien  osa 
pedirme  que  valla  a  vello. 
El  Señor  me  libre  dello, 

le  respondo, 
y  sin  mas  hablar  me  escondo- 


BIBLIOTECAS  T  MUSEOS 


147 


porque  con  priessa  me  llama 
la  hambre  y  el  sueño  hondo, 
y  caigo  luego  redondo 
a  descansar  en  la  cama. 

Mas  mi  solaz  se  derrama 
y  se  marchita 
y  el  consuelo  se  me  quita 
con  vn  antojo  tirano 
que  le  dio  de  mi  visita 
en  punto  y  ora  maldita 
al  canónigo  Avellano. 

Vieneme  a  llamar  su  hermano, 
muy  turbado, 
que  diz  que  no  a  mejorado 
el  nacidillo  amarguen» 
y  porque  a  enpeorado 
me  ruega  vaya  abrigad(^ 
por  ser  el  el  mensagero. 

Si  le  digo  que  no  quiero, 
soy  perdido, 
y  a  la  ora  despedido 
de  lo  que  ya  se  me  deue; 
por  no  perder  lo  seruido, 
soñolento  y  afligido 
yo  me  leuanto  aunque  llueve. 

Y  aunque  yela  y  haze  nieve 

voy  con  el 
en  este  tiempo  cruel, 
tronpe^ando  por  la  calle, 
mas  amargo  que  la  hiél; 
¡desventurado  de  aquel 
que  por  fuerza  a  deescuchallel 

Dize  con  mal  tono  y  talle 
mili  porradas 
y  otras  tantas  alcaldadas 
presumiendo  de  alegrarme, 
y  dando  fieras  risadas 
se  alaba  sus  badaxadas 
y  esto  es  ya  para  acabarme. 

Tras  esto  quiere  obligarme 
a  gustar 
de  su  necio  conversar 
y  pregunta  si  lo  entiendo; 
yo  cassi  para  espirar 
con  fals')  cabecear 
sonriendo  me  defiendo. 

Y  dentro  en  su  cassa  siendo 

bien  elado 
hallo  al  Chantre  muy  sentado 


jugando  con  el  doliente 
que  dize  muí  descuidado: 
ame  dolido  el  vn  lado 
y  árdeme  un  poco  la  frente. 

Y  aunque  se  que  es  accidente 
del  nacido 
es  bien  estar  preuenido 
contra  lo  que  puede  ser, 
porque  el  honbre  apercebido 
dizen  que  aunque  conbatido 
no  es  tan  fácil  de  vencer. 

Yo  alabo  su  proueer 
y  encarezco 
el  dolor,  y  mas  le  olTrezco 
la  salud  con  su  consejo; 
y  porque  casi  perezco 
como  que  me  descaezco 
hago  del  pesado  y  viejo. 

Pido  tinta  y  aparejo 
de  papel 
para  recetar  en  el 
algo  con  que  contentallo; 
vanlo  a  buscar  de  tropel 
tiene  la  llaue  Miguel; 
tornan  lodos  sin  hallallo. 

No  va  nada  en  dilatallo, 
mas  no  quiere, 
porque  dize  que  se  muere 
de  pura  imaginación 
si  honbre  se  lo  difiere, 
que  jura  á  Dios  que  no  espere 
por  el  ni  por  su  passion. 

Con  su  santa  devoción 
yo  me  encojo 
y  temiendo  que  lo  enojo 
no  me  oso  despedir 
y  en  otra  silla  me  arrojo 
por  no  darle  nueuo  enojo 
de  renegar  ó  reñir. 

iMas  ya  que  acierta  a  venir 
el  tintero 
otro  quarto  do  ora  espcru 
porque  no  iruxo  algodones; 
van  por  los  del  despensero; 
torna  y  dize  vn  mensajero: 
anlos  licuado  ratones. 

Traslornand<j  los  rincones 
y  despensa 
los  encuentra  quien  no  piensa 


148  REVISTA 

hechos  nido  de  vna  rata, 
y  con  ellos  se  dispensa 
el  remedio  de  mi  offensa 
y  el  daño  de  quien  me  mata. 

Acabada  esta  barata 
que  e  contado 
me  despiden  mal  pagado 
que  es  lo  peor  que  ay  en  todo, 
y  vome  desconsolado, 
corrido,  y  triste  y  burlado,     . 
mojado  y  puesto  del  lodo. 

Mas  por  otro  estraño  modo 
se  apareja 
al  passar  de  vna  calleja 
un  desastre  qual  no  ui, 
y  es  que  vna  pared  vieja 
desde  el  cimiento  a  la  teja 
vino  al  suelo  junto  a  mi. 

Grande  fue  el  peligro  alli 
de  mi  uida 
que  se  vio  cassi  perdida 
y  en  sus  dias  sepultada; 
culpo  mi  loca  salida 
y  cudicia  desmedida 
tan  caramente  pagada. 

Ya  llegado  a  mi  posada 
hago  dar 
muchos  golpes  y  llamar; 
mas  es  llamar  a  vna  huessa 
y  a  los  muertos  vozear, 
que  en  llamando  yo,  a  roncar 
mis  mo^os  se  dan  mas  priessa. 

Como  mi  llamar  no  cessa, 
destocada 
sale  mi  muger  turbada' 
que  es  la  que  primero  oyó, 
mal  vestida  por  la  elada, 
pero  de  aquesta  jornada 
a  fe  que  no  se  alabó. 

Porque  a  la  ora  le  dio 
en  un  lado 
un  tal  dolor  de  costado 
tan  cruel  y  tan  rauioso 
que  en  mi  uida  lo  e  curado, 
aunque  en  muchos  me  c  hallado, 
mas  brauo  ni  peligroso. 

No  teniendo  ella  reposo 
ni  consuelo, 


DE  ARCHIVOS 


toda  la  noche  de  buelo 
se  va  en  saquillos  y  unciones 
con  que  hasta  el  dia  uelo 
y  amanezco  hecho  un  duelo 
con  tantas  tribulaciones. 

Luego  llegan  tentaciones 
ordinarias 
de  orinales,  adversarias 
de  quietud  y  sosiego 
y  de  cas  de  Hernandárias 
y  de  Don  Juan  y  Don  Arias 
me  vienen  á  llamar  luego. 

Htme  aquí  puesto  en  el  fuego 
á  la  hora 
de  ayer  y  como  en  añora 
rodeo  las  penas  mias 
y  quando  Dios  las  mejora 
tras  mañana  es  como  agora, 
y  agora  como  otros  dias. 

Estas  son  mis  romerías 
y  estaciones; 
estas  son  mis  processiones 
en  las  pasquas  y  disantos, 
curando  sienpre  ciclones, 
modorras,  mal  de  ríñones, 
bubas,  duelos  y  quebrantos. 

Yo  creo  que  en  todos  quantos 
son  nacidos 
no  ay  honbres  tan  perseguidos, 
o  sea  o  no  sea  fíesta, 
como  físicos,  corridos, 
acosados,  y  molidos 
la  mañana  y  tarde  y  siesta. 

Pues  siendo,  mi  Señor,  esta 
aquí  pintada, 
la  uida  mas  ocupada 
que  imaginarse  pudiere, 
pues  ella  no  vale  nada 
tengase  por  escusada 
mi  pluma  sino  escriuiere. 

Y  sepa  que  quando  uviere 
mas  lugar 
si  Dios  lo  quisiere  dar, 
yo  me  alargare  escriuiendo, 
y  mándeme  perdonar, 
que  esto  después  de  cenar 
rayando  el  papel  durmiendo. 

Por  la  copia, 

M.  S.  Y  S. 


BIULIDTECAS   V   MUSCOS  I49 

NOTAS  BIBLIOGRÁFICAS 

Obras  de  Lope  de  Vega  publicadas  por  la  Real  Academia  Española.  T.  XIII. 
Crónicas  y  leyendas  dramáticas  de  España.  Séptima  y  última  sección.  Come- 
dias novelescas.  Primera  sección. —Madrid,  Rivadeneyra,  1902.— Fol.  cxLvin-571 
páginas. 

Termina  en  este  tomo  el  Sr.  Menéndez  y  Pelayo  la  dilatada  serie  de  su  colección 
de  comedias  de  Lope  de  Vega  que  tienen  por  asunto  los  tomados  de  la  historia  6 
de  la  leyenda  histórica  de  España,  y  principia  otra  gran  sección  del  inagotable 
caudal  cómico  del  rey  de  todos  los  poetas  dramáticos:  las  comedias  novelescas,  de 
aventuras,  ó  tomadas  de  la  tradición  poética  nacional  y  extranjera. 

Las  piezas  de  carácter  histórico  que  contiene  este  tomo  son  cinco  y  se  refieren 
todas  á  sucesos  ocurridos  en  vida  del  mismo  autor  que  las  compuso.  Es  la  pri- 
mera la  comedia  fantáuica  y  real  titulada  El  Marqués  de  las  Napas,  relativa  á  un 
hecho  en  que  fué  protagonista  D.  Pedro  Esteban  Dávila,  tercer  Marqués  de  las 
.\avas,  de  cuyo  gran  padre,  otro  D.  Pedro,  había  siio  secretario  Lope  de  Vega. 
Aunque  Vicente  Espinel  en  su  Escudero  lo  asegure  y  lo  creyesen  muchos  en  su 
tiempo,  la  conversación  del  Marqués  con  un  muerto,  que  da  carácter  á  la  obra, 
nos  parece  cosa  algo  recia  de  creer,  y  esto  mismo  piensa  el  colector  al  disculparse 
de  haberla  incluido  entre  las  históricas,  principalmente  por  ser  verdaderos  algunos 
de  los  personajes  que  en  ella  iniervienen. 

No  ocurren  tales  dudas  con  ninguna  de  las  demás  comedias  de  este  grupo.  Son 
rigorosamente  históricas  La  nueva  victoria  del  Marqués  de  Santa  Cru\  (hijo  del 
gran  marino),  que  refiere  la  toma  de  la  isla  de  Longo,  en  1G04;  La  nueva  victoria 
de  D,  Confíalo  de  Córdoba,  que  es,  ni  más  ni  menos,  que  la  batalla  de  Fleurus, 
ganada,  en  1622,  por  el  biznieto  del  Gran  Capitán;  El  Brasil  restituido,  ó  sea  el 
socorro  y  reconquista  de  la  ciudad  del  Salvador  en  la  bahía  de  Todos  los  Santos, 
de  que  los  holandeses  se  habían  apoderado  en  1624  y  que  de  nuevo  volvió  al  do- 
minio español  por  el  esfuerzo  de  españoles  y  portugueses  acaudillados  por  Don 
Fadrique  de  Toledo,  Marqués  de  Villanueva  de  Valdueza,  en  1626. 

Al  mismo  año  se  refiere  el  Diálogo  militar  en  alabanza  del  Marqués  de  Espi- 
nóla, conmemorativo  de  la  célebre  rendición  de  Breda,  último  de  nuestros  grandes 
hechos  militares  en  el  siglo  xvii  y  última  obra  histórica  del  gran  poeta,  pues  Lope 
de  Vega,  como  recuerda  su  ilustre  colector,  «favorecido  de  la  suerte  en  tantas 
cosas,  lo  fué  también  en  recibir  la  visita  de  la  muerte  antes  que  sus  ojos  presen- 
ciasen el  naufragio  de  1640». 

No  tienen,  es  cierto,  gran  mérito  intrínseco  ninguna  de  estas  piezas  escritas  con 
la  premura  que  pedía  la  resonancia  de  los  hechos  que  celebran,  si.  bien  el  calor 
patriótico  con  que  están  escritas,  tal  cual  episodio  interesante,  la  brillantez  de  es- 
tilo en  alguna,  los  aciertos  poéticos  en  otra  y  hasta  la  rareza  de  dos  de  ellas  (una 
inédita)  las  hacen  muy  dignas  de  atención  por  los  críticos  é  historiadores  y  que 
una  vez  más  se  repita  el  aplauso  tantas  veces  tributado  al  celo,  diligencia  y  sabi- 
duría del  colector. 

Las  ilustraciones  del  Sr.  Menéndez  y  Pelayo  son,  como  las  de  los  tomos  ante- 
riores, un  estudio  completo,  bajo  sus  aspectos  histórico  y  crítico,  de  la  otra.  No 
solamente  investiga  con  sagacidad  extrema  las  fuentes,  las  lecturas  inmediatas  que 


I  3o  REVISTA   DE   ARCHIVOS 

Lope  hizo  para  tejer  la  narración  de  cosas  que  pasaban  lan  lejos  de  su  vista,  sino 
que  de  cada  hecho  traza  una  monografía  documentada,  de  tal  suerte,  que  no  sólo 
puede  uno  apreciar  debidamente  una  creación  poética,  sino  que,  á  la  vez,  aprende 
no  poca  historia  de  España. 

Este  valor  propio,  independiente,  tienen  estos  prólogos.  En  las  cien  comedias 
del  género  histórico  que  paso  á  paso  y  año  tras  año  fué  examinando  el  Sr.  Me- 
néndez  y  Pelayo,  ha  sembrado  un  caudal  enorme  de  noticias  peregrinas.  Resu- 
rrecciones de  personajes  que  la  leyenda  había  destíg^irado;  restablecimiento  de 
hechos  ó  mal  apreciados  ó  indebidamente  negados  por  una  critica  lijera:  condena- 
ción definitiva  de  algunas  patrañas  y  errores  históricos;  aspecto  nuevo  de  varios 
sucesos,  todo  esto  llevado  á  cabo  á  la  luz  de  una  ciencia  profunda  y  en  vista  de 
los  últim'>s  hallazgos  y  de  los  más  recientes  escritos  de  aquí  y  de  fuera  de  Esaña\ 
No  habrá  más  que  citar  los  siberanos  estudios  consagrados  á  Bernardo  del  Ccir- 
pió.  Los  Jueces  de  Castilla,  La  Jvuüa  de  Toledo,  las  comedias  relativas  al  rey  Don 
Pedro,  I )iego  García  de  Paredes,  El  palíente  Céspedes,  La  Santa  Liga,  A  rauco 
domado.  Los  españoles  en  Flandes,  El  valor  de  Malta  y  tantos  otros  temas  de  cu- 
riosidad é  interés  que,  aun  separados  del  lugar  para  que  fueron  compuestos,  su- 
ministrarán gran  deleite  intelectual  al  que  con  sinceridad  quiera  leer  historia  ver- 
dadera de  España. 

Y  no  promete  tener  menos  valor  científico,  ya  que  su  importancia  general  no 
sea  lan  grande,  la  nueva  sección  que  en  este  tomo  se  inaugura  con  las  comedias 
Los  palacios  de  Galiana,  La  mocedad  de  Roldan,  Las  pobreras  de  Reinaldos,  El 
Marqués  de  Mantua,  Un  pastoral  albergue  (comedia  de  dudosa  paternidad),  Los  ce- 
los de  Rodamonte,  Angélica  en  el  Catay',  El  premio  de  la  hermosura  y  Los  tres 
diamantes,  piezas  todas  pertenecientes  al  ciclo  épico  llamado  caroMngio.  A  los 
libros  caballerescos  que  tienen  por  centro  la  figura  del  gran  emperador  de  Occi- 
dente fué  Lope  en  busca  de  asuntos  para  esas  obras,  de  igual  modo  que,  más  por 
gala  que  por  inopia  de  su  imaginación  fértilísima,  fué  á  otros  muchos  lugares  y 
escondrijos  de  los  literaturas  nuestra  y  ajenas. 

Aquí  tuvo  ocasión  el  poeta  de  explayarse  en  la  reproducción  de  tantos  caracte- 
res poéticos,  episodios  ingeniosos,  escenas  tiernas,  ricas  descripciones,  adaptación 
deliciosa  de  mil  fragmentos  de  poesía  popular,  primores  de  versificación  y  derroche 
de  galas  de  lenguaje,  siquiera  el  valor  dramático  total  de  muchas  de  estas  obras  no 
esldá  la  altura  de  otras  que  figurarán  en  esta  misma  sección  y  en  la  destinada  á 
las  piezas  de  costumbres  españolas. 

El  colector  ha  prodigado  también  en  lc.s  ilustraciones  su  inmenso  saber  en 
este  punto  en  que  la  moderna  historia  li-teraria,  sobre  todo  en  Italia  y  Francia,  ha* 
hc»cho  tantos  y  tan  rápidos  progresos  en  pocos  años.  El  estudio  de  la  épica  neo- 
latina puede  decirse  que  es  creación  de  nuestros  días,  pero  que  tiene  ya  una  biblio- 
grafía abrumadora,  no  solo  por  el  número,  sino  por  el  volumen  de  los  libros  con- 
sagrados á  su  estudio,  ya  como  textos  ó  ya  como  comentarios.  El  Sr.  Menéndez 
y  Pelayo,  navegando  con  pasmosa  facilidad  y  seguridad  por  este  vasto  océano,  nos 
va  dando  un  luminoso  trasunto  de  la  influencia  que  la  epopeya  francesa,  italiana  y 
española  de  la  Edad  Media  ejercieron  mutuamente.  Por  él  vamos  viendo  un  hecho 
cur¡usí>imo,  antes  no  sospechado;  esto  es,  que  tal  tema  ó  asunto  épico  nacido  en 
Francia,  era  inmedi. lamente  aprovechado  por  los  juglares  españoles  é  italianos, 
quienes  lo  desfiguraban  y  nacionalizaban  en  términos  que,  aun  antes  de  cerrarse 
¿'I  periodo  de  creación  épica  de  tal  asunto,  volvía  á  los  franceses  para  suministrar- 


BIBLIOTECAS   Y    MUSEOS  l5l 

les  ya  un  nuevo  cantar  de  gesta  ó  ya  un  nuevo  y  extraño  episodio  del  ya  conocido. 
Ksla  peregrina  transformación,  qué  creemos  no  haya  sido  aun  claramente  apre- 
ciada por  los  críticos  franceses,  vésc  apuntada  en  cuanto  á  Italia  por  los  magis- 
trales libros  de  Pío  Rajna  y  desenvuelta  ahora  en  cuanto  á  Kspaña  por  nuestro 
Menéndez  y  Pelayo. 

Mucha  curiosidad  tenemos  de  ver  si  el  hecho  que"  aparece  en  Galiana,  Roldan 
y  Reinaldos  se  repite  en  otros  ciclos  y  series  de  la  gran  epopeya  franco-europea. 

En  tanto,  felicitemos  una  vez  más  al  sabio  ilustrador  que  sigue,  con  una  cons- 
tancia digna  del  asunto  y  digna  también  de  su  grande  entendimiento,  dando  á  co- 
nocer todas  las  riquezas  literarias  de  aquel  gigantea  quien  un  testigo  nada  sospe- 
choso por  ser  exiranjcro,  por  haber  leido. mucho  á  Lope  y  por  ser  un  gran  poeta 
llamó  «la  naturaleza  más  poética  de  los  tiempos  modernosi^. 

Km:I.IO  COTAHEIU). 

JConnal  áo\  perito  calígrafo  revisor  de  letras  y  firmas,  por  D.  Enrique 
Sánchkz  ^  Tfhhones,  Arch¡\ero  Bibliotecario  y  Arqueólogo  y  Oficial  del  Ar- 
chivo de  Ips  Ministerios  de  Instrucción  pública  y  Bellas  Arles  y  Agricultura  y 
Obras  públicas. — Madrid.  Kortanet,  1902.-8.°,  23()  págs. 

Confiada  en  los  tribunales  de  justicia  la  revisión  de  letras  y  firmas  de  dudosa 
autenticidad  á  los  individuos  del  Cuerpo  de  Archiveros,  Bibliotecarios  y  Arqueólo- 
gos, y  en  defecto  de  éstos  á  los  maestros  d-^  instrucción  primaria,  quienes  no  hacen 
durante  su  carrera  estudios  especiales  para  desempeñar  este  servicio,  es  de  gran  uti- 
lidad, sobre  todo  para  estos  últimos,  el  libro  que  acaba  do  publicar  nuestro  com- 
pañero el  Sr.  Terrones,  en  el  cual  están  metódicamente  agrupados  cuantos  c<mo- 
cimicntos  se  requieren  para  el  ejercicio  de  la  profesión  de  Perito  calígrafo  y  Revi- 
sor de  letras  y  firmas. 

Está  dividido  este  libnj  en  cinco  secciones,  cuyos  epígrafes  son:  i.*  El  perito,  el 
falsificador  y  la  falsilicación.  2.''  Caracteres  de  los  manuscritos.  3."*  Práctica  de  los 
reconocimieni«;s.  4.*  Consejos  prácticos  á  los  Peritos.  V  5.'^  Lo  que  hoy  es  el  Peri- 
to calígrafo  y  lo  que  debe  sor. 

Acompañan  al  texto,  en  f<.)rma  do  apéndices,  toda  la  legislación  vigente  en  la  ma- 
teria, los  aranceles  que  hoy  rigen  en  k^s  tribunales  civiles,  eclesiásticos  y  militares 
y  los  artículos  de  los  Códigos  civil  y  penal  y  do  las  leyes  de  Enjuiciamiento  que  se 
refieren  al  del  Perito  calígrat'o  como  auxiliar  do  la  Administración  de  Justicia. 

V.  V. 

Armada  española  dosdo  la  unión  do  los  reinos  de  (bastilla  y  de  Aragón,  por  Ce- 
sáreo Fernández  Di  Ho.  Tomo  VIII.  -Madrid.  Est.  tip.  Sucesores  de  Rivade- 
neyra. — ic»o2.-  N."  marq.,  401  págs. 

Como  obra  del  Sr.  Fernández  Duro,  uno  de  los  escritores  más  notables  de  Es- 
paña, este  libro  nada  moroco  sino  alabanzas  por  la  riquísima  erudición  que  lo  ava* 
lora  y  por  la  claridad  y  buen  método  en  la  exposición;  los  documentos  y  la  biblio- 
grafía que  acompañan  á  cada  capítulo  demuestran  un  pleno  conocimiento  del 
asunto  y  esclarecen  los  hechos,  no  siempre  gloriosos,  do  nuestra  marina  en  el  rei- 
nado de  Carlos  IV.  Con  imparcialidad  relata  el  Sr.  Fernández  Duro  el  ocaso  de 
nuestro  poderío  naval  y  políticfj,  registrando  por  un  lriunf(^  diez  humillaciones  ver- 
gonzosas que  apenan  al  más  indiferente,  cuales  son  ol  incidente  de  Nulka  con  los 
ingleses  (1790);  el  indecoroso  abandono  de  Oran;  la  cesión  de  Santo  Domingo  á 
Francia;  ia  vergonzosísima  derrota  del  Cabo  do  San  Vicente  (1797);  la  conquista 


1 52  REVISTA   DE  ARCHIVOS 

de  la  isla  de  la  Trinidad  por  el  General  Abercromby,  quien  sólo  tuvo  un  herido: 
la  pérdida  de  Mallorca  (1798)  sin  que  los  ingleses  hallaran  resistencia,  y  la  llamada 
épica,  pero  al  fín  tremenda  derrota  de  Trafalgar,  á  la  cual  dedica  el  Sr.  Fernández 
Duro  dos  capítulos.  Contadas  son  las  ocasiones  en  que  el  ánimo  respira  con  algún 
episodio  grato^  cual  la  expedición  científica  del  Capitán  Malaspina  con  las  corbetas 
Descubierta  y  Atrevida;  la  defensa  de  Tenerife  contra  Nelson  y  la  recuperación  de 
Buenos  Aires  por  D.  Santiago  Liniers.  Los  Bazanes,  los  Oquendos  y  aun  los  Bar- 
celos  habían  desaparecido  y  sólc  quedaba  una  gloria  que  se  disipaba  y  en  lonta- 
nanza las  catástrofes  que  en  los  últimos  años  hemos  experrmentado. 

M.  S.  Y  S. 

]ba  Institnoión  del  Tribaaftl  de  Cuentas  on  España  y  en  el  extrai^ero, 

por  D.  Enrique  Corrales  y  Sánchez. — Madrid.  Imp.  de  la  Revista  de  Legisla- 
ción, 11902. 

Llama  la  atención  en  el  capitulo  II  de  esta  obra,  consagrado  por  el  autor  á  la 
parte  histórica,  el  gran  salto  que  se  da  desde  las  Cortes  de  CarriJn  de  i3i7  i  á  las 
de  Toledo  de  1436.  Entre  esas  dos  fechas  tan  distantes  debió  citar  las  de  Valladolid 
de  1 822;  Madrid,  iSSg;  Burgos,  1367;  Ordenamiento  otorgado  por  Enrique  11  á  las 
peticiones  particulares  de  la  ciudad  de  Sevilla,  Segovia,  i386;  Falencia,  r388;  Gua- 
dalajara,  1390;  Madrid,  i3qi,  y  Segovia  iSgó;  Ordenamiento  de  las  Cortes  de  Ma- 
drid de  1419;  Valladolid,  1420;  Ocaña,  1422,  y  Madrid  1435.  En  todas  ellas  se  habla 
de  materias  de  contabilidad  con  más  ó  menos  extensión,  y  todas  aportan  dalos 
muy  provechosos. 

Dice  el  Sr.  Corrales  en  la  página  14:  «Siguieron  adelante  los  abusos  y  no  ceja- 
ron las  peticiones  de  las  Cortes,  hasta  que,  en  vista  de  ellas,  dio  el  Rey  Don  Juan  II 
en  2  de  Noviembre  de  1437,  en  la  villa  de  Valladolid,  á  la  Contaduría  del  Tribunal 
de  Cuentas,  unas  O'denanzas,  ampliadas  en  3o  de  Septiembre  de  1442  en  la  de  Ma- 
drigal, que  siendo  las  primeras  coleccionadas,  muestran  por  entero  el  carácter  cas- 
tizo de  la  institución».  Me  parece  que  hay  en  estas  líneas  algunos  errores. 

En  primer  lugar,  como  habló  ya  de  las  Cortes  de  Toledo,  y  nos  dice  luego  que 
«no  cejaron  las  peticiones  de  las  Cortes,  hasta  que,  en  vista  de  ellas»,  se  dio  la  Or- 
denanza, parece  natural  suponer  que  después  de  las  de  Toledo  hubo  otras  varias 
Cortes  que  tronaran  contra  tal  estado  de  cosas;  y  efectivamente,  después  de  las  de 
Toledo  se  nos  ofrecen  en  el  orden  cronológico  las  de  Madrigal  de  25  de  Julio  de 
1438  que  se  ocupan  de  contabilidad.  En  segundolugar,  S2  afirma  que  las  Ordenan- 
zas fueron  dadas  en  2  de  Noviembre,  fecha  que  no  conviene  con  la  de  2  de  Julio 
de  los  ejempkres  de  manuscritos  y  de  libros  varios  de  la  Biblioteca  Nacional.  Tam- 
bién afirma  el  autor  que  fueron  dadas  á  la  Contaduría  del  Tribunal  de  Cuentas; 
pero  habrá  que  notar  si  hubo  Tribunal  así  llamado  ó  hubo  sólo  Contaduría,  ó  por 
mejor  decir,  si  hubo  Tribunal  con  Contaduría  ó  Contaduría  con  Tribunal.  Cree- 
mos que  n.  Juan  II  no  dio  las  Ordenanzas  sino  para  los  Contadores  de  Cuentas,  y 
que,  si  bien  creó  una  especie  de  Tribunal,  muy  limitado  por  cierto,  no  llegó  á  de- 
nominarle. 

Por  lo  demás,  una  parte  no  pequeña  ni  la  menos  importante  de  las  Ordenanzas, 
es  copia  casi  exacta  de  las  peticiones  de  las  Cortes  de  Toledo  de  1436,  las  que  en 
realidad  merecen  los  plácemes,  por  haber  conseguido  verlas  trascritas,  siquiera  hu- 

I     Pudieran  citarse  también  las  de  llaro  de  1288;   Valladolid   1293;  Medica  del  Campo,  1302; 
Cuéllar  1297  y  Falencia  1313. 


BIBLIOL'ECAS  Y   MUSEOS  1 53 

biera  personajes  sueltos  por  quienes  en  su  mayor  parte  tuvieran  realidad  las  Orde- 
nanzas. 

Se  dice  en  la  página  19  que  los  Reyes  Católicos  hicieron  una  Ordenanza  fecha- 
da en  Sevilla  á  9  de  Enero  de  1478.  No  creo  sea  esto  cierto;  un  podpr  no  es  una  Or- 
denanza y  la  cédula  dada  en  Sevilla  otorgaba  poder  á  los  cuatro  Contadores  de 
Cuentas,  á  la  sazón  existentes,  Quintanilla,  Alcoc^ro,  Sánchez  de  Valladolid  y 
Garci-Franco;  la  Ordenanza,  cosa  distinta,  la  dieron  en  1476  en  Madrigal,  y  la 
reprodujeron,  con  ligerísimas  variantes  en  el  articulado,  en  1478  por  los  días  de 
San  Pedro  y  San  Pablo,  subiendo  de  Sevilla,  en  la  ciudad  de  Córdoba  por  el  mes 
de  Octubre;  otras  tienen  fecha  en  Granada,  año  de  i5oo. 

Tampoco  podemos  estar  conformes  en  que  se  tomaran  medidas  para  cobrar 
«ios  débitos  desde  1470».  Parécenos  que  los  Reyes  querían  se  diesen  cuentas  por 
cargo  y  data  donde  no  hubiese  albaquías,  desde  14S4,  en  adelante,  y  se  emplazase 
á  los  que  tuviesen  cartas  de  fíníquito  desde  1464,  ya  fuesen  dadas  por  Enrique  IV  ó 
el  Príncipe  D.  Alfonso,  con  el  fin  de  asentar  las  que  estuviesen  corrientes.  Esto  por 
lo  que  respecta  al  poder.  En  cuanto  á  las  Ordenanzas,  el  plazo  partía  desde  el 
año  1468.  Ni  en  uno  ni  en  otro  documento  hallo,  por  consiguiente,  la  fecha 
de  1470  que  el  autor  inserta. 

Prescindiendo  de  lo  que  legislara  Carlos  I,  pues  que  el  autor  nada  nos  dice, 
llegamos  á  las  Ordenanzas  de  la  Coruña  de  10  de  Julio  de  1564.  Las  Ordenanzas 
están  encabezadas  por  el  Principe  y  firmadas  por  él,  no  por  Carlos  V:  así  rezan  los 
documentos  que  he  tenido  á  la  vista.  Como  que  se  habla  de  la  visita  del  doctor 
Velasco,  «del  Consejo  de  S.  .\l.»,  cosa  que  no  se  diría  de  haberlas  dado  el  Empe- 
rador, y  el  Secretario  refrenda  en  nombre  de  S.  A.  en  demostración  de  que  habla 
el  Príncipe,  no  su  padre. 

Pasamos  por  el  examen  interno  de  las  Ordenanzas,  en  el  que  habría  algo  que 
notar,  y  dejando  á  un  lado  la  fec/ia  de  las  de  i3()q,  tropezamos  con  los  de  El  Pardo, 
de  i5q3.  Dice  el  autor  «que  suprimió  (Felipe  II)  los  Contadores  mayores  y  sus 
tenientes,  creando  en  su  lugar  el  Consejo  de  Hacienda*.  En  los  números  12  y  38 
de  las  mismas,  confirmados  por  otros  muchos,  puede  verse  que  Felipe  II  no  pensó 
en  tal  supresión;  al  contrarío,  creó  un  Contador  en  cada  una  de  las  dos  Contadu- 
rías, siendo  desde  esa  fecha  cuatru  en  vez  de  tres:  lo  que  suprimió  fueron  los  te- 
nientes y  el  pelativo  de  mayores  en  los  Contadores,  al  final  del  número  12,  que 
no  es  lo  mismo  precisamente.  Además,  no  pudo  lomarse  el  trabajo  de  crear  el 
Consejo  de  Hacienda,  por  una  razón  capital,  porque  para  evitarle  este  devaneo  fi- 
nanciero lo  dejó  creado  su  padre  setenta  año^  antes.  Leídas  con  delenimien'o  estas 
Ordenanzas  y  las  de  i534  se  convencerá  el  autor  de  su  error,  y  se  persuadirá  de  que 
no  es  posible  sostener  cosa  tan  e:.tupenda,  si  piensa  que  le  faltaría  trecho,  de  sostener 
su  aserto,  para  colocar  los  Presidentes  del  Cons.'jó,  desde  el  0>ndü  de  Nassau  á  Ro- 
drigo Vázquez  de  Arce,  y  las  cédulas  é  instrucciones  dadas  para  el  Co  :sejo  en  todo 
ese  lapso  de  tiempo.  En  fin,  es  .»s  dos  renglones  y  medio  que  comentamos  dan  ma- 
teria muy  á  propósito  para  la  defensa  del  Tribunal  fundado  en  la  tradición  que 
representa. 

En  la  página  24,  al  hablar  de  las  Ordenanzas  dadas  en  Llerena,  dice  en  el  párra- 
fo entre  comillas:  «...  son  unos  mismos  negocios  las  que  se  tratan  en  los  Tribu- 
nales y  de  una  misma  instancia*,  Parécenos  que  debió  decir  sustancia,  es  decir,  de 
una  misma  naturaleza,  no  instancia,  ó  de  un  mismo  grado,  pues  dependían  las 
Contadurías  en  cierto  modo  del  Cunsejo,  como  lo  evidencian  los  números  17  al  20, 


1 54  REVISTA   DE  ARCHIVOS 

35,  38  y  39,  41,  44,  47  y  48  de  las  Ordenanzas  del  93  á  que  se  refería  Felipe  III, 
pues  que  se  trataba  de  un  estado  de  derecho  anterior  al  que  establecía;  y  el  núme- 
ro 3i,  al  encomendar  al  Consejo  de  Hacienda  que  dirimiese  las  competencias  susci- 
tadas entre  la  Contaduría  mayor  y  las  Chancillerías  y  Audiencias,  viene  á  atestiguar 
que  no  había  igualdad  en  los  asuntos,  que  no  eran  de  una  misma  instancia  y  que 
el  Consejo  era  superior,  cuando  menos  en  este  caso  concreto. 

Decir  sólo  Contaduría  mayor,  es  decir,  hasta  los  comienzos  del  siglo  xviii, 
Contaduría  mayor  de 'Hacienda;  así  que,  como  en  las  páginas  24  á  25  dice  el  autor, 
<clo  que  es  esencial  de  la  antigua  Contaduría  mayor  y  hoy  Tribunal  de  Cuentas», 
parece  sostiene  que  el  antecedente  del  Tribunal  es  la  antigua  Contaduría  mayor  de 
Hacienda,  cosa  que  no  habrá  querido  decir,  supongo,  pero  que  dice  sin  quererlo^ 
Ni  en  un  solo  documento  de  los  que  he  examinado  de  los  siglos  xv  al  xvir  tuve  la 
fortuna  de  encontrar  las  palabras  Contaduría  mayor  ó  Contadores  mayores,  mien- 
tras pudieran  así  llamarse,  referidas  á  otra  institución  que  á  la  Contaduría  mayor 
de  Hacienda.  Bien  es  verdad  que  el  autor  no  va  solo  en  este  lapsus,  que,  no  por 
ser  pequeño,  deja  de  confundir  profundamente  las  especies  «.  Estos  son  los  re- 
sultados naturales  de  valerse  de  materiales  de  segunda  y  tercera  mano. 

Pasamos  por  las  Ordenanzas,  cédula  de  reformación  de  162 1,  que  el  autor  no 
nombra,  como  no  designó  la  legislación  de  Carlos  V.  Es  lástima,  pues  habrían  re- 
sultado lagunas  menos  considerables. 

Por  cédulas  de  5  de  Julio  de  1691  y  28  de  Jiinio  de  1692,  ambas  curiosas,  se  de- 
terminó el  modo  de  lomar  cuentas  atrasadas.  Siguieron  en  estos  años  algunos  pre- 
ceptos sobre  la  materia,  y  llegamos  con  el  siglo  xvni  á  las  dos  disposiciones  de 
1 701  y  1 71 3,  de  las  que  como  dos,  pudo  citar  el  autor  doce:  tantas  hay  de  ese  tiempo. 

Por  la  fechada  en  Buen  Retiro  á  4  de  Agosto  de  171 5  volvían  las  cosas  al  estado 
que  tuvieron  hasta  los  decretos  de  10  de  Noviembre  de  171 3,  siguiendo,  por  con- 
siguiente, los  de  reforma  de  17  de  Julio  de  1691  y  6  de  Marzo  de  1701.  En  1 5  de  Ju- 
nio, por  cédula  firmada  en  Balsaín,  que  el  autor  también  omite,  tuvo  el  Monarca 
por  bien  que  á  la  Sala  de  gobierno  del  Consejo  de  Hacienda  quedase  incorporado 
el  Tribunal  de  Cuentas  y  para  el  más  fácil  y  breve  despacho  de  estos  asuntos  era 
nombrado  un  Contador  general,  fiscal  de  Cuentas,  que  se  había  de  llamar  Conta- 
dor general  de  Cuentas,  siendo  nombrado  en  el  mismo  documento  D.  Julián  Gu- 
tiérrez Maestre,  actual  fiscal  del  Tribunal.  Las  cuentas  habían  de  presentarse  en 
la  Contaduría  general  de  Cuentas. 

De  algunos  de  los  errores  de  más  bulto,  aquí  someramente  consignados,  y  de 
notorias  vaguedades,  adolecen  en  su  parle  histórica,  así  la  obra  del  Sr.«  Corrales  y 
Sánchez,  como  otra  publicada  este  mismo  año  por  los  Sres.  González  Cedrón,  Mén- 
dez de  Vigo  y  Peral,  dos  de  ellos  del  Tribunal  de  Cuentas,  titulada:  Nociones  genC" 
rales  de  Contabilidad  pública  2. 

C.  E.  DE  H. 

*  I  El  Sr.  Colmeiro,  al  descubrir  en  las  Cortes  de  Burgos  de  1374  el  nombre  de  Contadores  ma- 
yores, dice  muy  ufano:  ^primera  noticia  que  los  documentos  de  semejante  naturaleza  suminis- 
tran acerca  del  origen  del  Tribunal  de  Cuentas  del  Reino*.  Y  la  materia  no  era  sino  de  Conta- 
duría de  Hacienda,  como  lo  prueba  el  que  se  refiera  á  ponimientos,  rentas,  tierras,  aranceles 
para  estas  y  otras  cosas  por  el  estilo. 
2    Madrid.  Hijcs  de  Reus.  1902,-8.0  916  pags.  , 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  1 55 


VARIEDADES 


ALEMANIA.  El  Duque  J.  Florimond  de  Loubat,  ha  entregado  á  la  Academia 
ele  Ciencias  de  Berlín  22.871  marcos  para  fundar  un  premio  destinado  á  promover 
los  estndioB  americanistas.  Cada  cinco  años  se  darán  S.ooo  marcos  al  autor 
de  la  mejor  obra  referente  á  la  América  precolombina,  y  habrá  otro  premio  igual 
para  los  asuntos  de  época  posterior. 

.ESPAÑA. — Bilbao.  La  Gaceta  del  Norte,  de  Bilbao,  del  4  de  este  mes,  publicó  un 
artículo  de  B.  Carmelo  de  Echegaray  en  que  se  examinan  y  elogian  los  Estu- 
dios literarios  del  P.  Bestüuto  del  Valle,  eminente  escritor  agustino. 

Burgos.  El  Diario  de  Burdos  del  2  de  Enero  publicó  un  articulo  titulado 
Traslación  de  los  restos  del  Cid  en  1E42,  debido  á  la  pluma  de  nuestro  co- 
laborador Don  Eloy  García  de  Quevedo,  y  en  el  que  se  describe  dicha  ceremonia 
conforme  á  las  noticias  de  un  manuscrito  contempoiáneo.^En  el  número  de  5  de 
Enero  de  dicho  periódico  se  ha  publicado  un  articulo  rotulado  La  restauración 
delClanstro,  hablando  de  las  obras  que  en  el  de  aquel  a  catedral  se  están  llevando 
á  cabo  bajo  la  dirección  de  nuestro  colaborador  Sr.  Lampérez  y  tratando  de  los 
medios  de  arbitrar  recursos  para  continuarlas  por  ser  muy  escasa  la  consignación 
que  el  Estado  tiene  señalada. 

Madrid.  La  AciEtdemia  de  Bellas  Artes  celebró  sesión  el  dia  27  de  Enero, ' 
presidida  por  D.  Elias  Martín.  Et  Sr.  Avalos,  Secretario  general,  dio  cuenta  de  que 
el  Sr.  Ministro  de  Instrucción  pública  pedia  mforme  acerca  de  una  escultura  en 
mármol,  que  representa  á  Cristo  atado  á  la  columna  y  se  atribuye  al  célebre  Gaspar 
Becerra.  Se  presentó  á  la  Academia  el  discurso  que  en  su  recepción  leerá  el  acadé- 
mico electo  D.  José  Villegas  y  Cordero,  á  quien  contestará  D.  Jacinto  Ocias io 
Picón.  En  otra  sesión  (3  de  Febrero)  se  pidieron  informes  referentes  á  varias  obras 

gue  deja  el  malogrado  artista  D.  Arturo  Mélida  y  á  un  cuadro  propiedad  del  señor 
ussato,  pintado,  según  éste,  por  Claudio  Coello.  Nuestro  compañero  v  colabora- 
dor D.  José  Ramón  Melida  propuso  que  se  declarase  monumento  nacional  el  claus- 
tro de  San  Zoil  en  Carrión  de  los  Condes.=^El  día  6  del  presente  dio  nuestro  sabio 
Director  ¿>o/2  Marcelino  Mcnénde%  y  Pela)  o  una  conferencia  en  el  Círculo  de 
San  Luis  Oonsaga.  Trató  con  la  inmensa  erudición  y  elocuencia  de  siempre,  de 
los  Romances  viejos,  á  los  cuales  dedica  en  su  Antología  de  poetas  líricos  un  volu- 
men que  _ia  está  impreso.  Examinó  especialmente  los  romances  tocantes  al  Cid, 
que  constituyen  uno  de  nuestros  monumentos  épicos  más  nacionales  y  dignos  de 
ser  comparados  con  la  epopeya  de  losNibclungos.=Mr.Briinetióre,  Director  de 
la  Revue  des  Deux  Mondes,  accediendo  á  la  in\  ilación. que  le  ha  dirigido  la  Junta  de 
la  Asociación  de  Conferencias  para  la  ilustración  de  la  Mujer,  vendrá  á  Madrid  á 
fin  de  cooperar  en  esta  empresa. =E I  Sr.  Ibañez  Marin,  presidente  de  la  Aso- 
ciación militar  de  excursiones  dio  el  25  de  Enero  una  conferencia  en  la  So- 
ciedad geonáfica.  Traió  en  ella  de  la  Serranía  de  Cuenca,  los  montes  de  Alba- 
rracín  y  el  Maestrazgo,  cuyas  riquezas  mineras  ponderó. =^I).  Juan  Pastorín  y 
Vacher,  capitán  de  navio,  dio  el  dia  ó  una  conferencia  en  el  Centro  del  Ejército 
y  Armada,  acerca  del  ♦Encuentro  naval  de  S;  nlucar  entre  galeras  castellanas  y 
sarracenas,  operaciones  navales  sobre  Tarifa  y  Algeciras;  combate  en  aguas  de 
Tánger  y  cooperación  de  la  Hola  arag(»nesa  en  la  conquista  de  Algeciras  y  Gibral- 
tar.=  El  día  26  de  Enero  comen/ó  en  el  Ateneo  un  curso  de  Eilol(>g:a  comparada, 
el  eminente  filóloga  D.  Julio  íx*jadí>r.  En  su  primera  lección,  desdeñando  los  tra- 
bajos de  García  blanco,  Ortega  y  Bardón,  ensalzó  las  glorias  de  Bopp  y  Pictet, 
fundadores  de  una  nueva  ciencia  que  tanto  ha  exclarecido  la  historia  de  los  pue- 
blos anliguos.=El  f5  de  Enero  comenzó  Don  Bernardino  .Martín  Mínguez  en  la 
Sacnela  de  Bellas  Artes  un  curso  de  conferencias  semanales  acerca  de  Kl 
Arte  Español  dentro  de  la  Historia.  La  conferencia  primera  fué  toda  dedicada  á  la 
consideración  de  la  belleza  en  la  naturaleza,  excepción  hecha  del  hombre,  haciendo 
ver  que  la  razón  de  la  belleza  está  fuera  de  los  seres  inertes  é  irracionales.  En  la 
segunda,  ai  tratarse  de  la  belleza  en  el  hombre,  trató  del  hombre  como  ser  creado 


1 56  REVISTA   DE  ARCHIVOS 

y  por  tanto  analizó  su  belleza  en  cuanto  parte  integrante  del  universo,  pero  con 
principio  viviente  que  se  mueve  voluntariamente.  Después  le  estudió  como  produc- 
tor de  belleza,  pero  sin  poderse  salir  nunca  de  los  signos  ó  formas  y  materias  q^ue 
se  le  imponen  para  exteriorizar  sus  creaciones.  Deduciendo  de  todo  esto,  que  la  ul- 
tima razón  de  la  belleza  también  está  fuera  del  hombre.  En  la  tercera  examinó  la 
razón  de  la  belleza,  que  se  encuentra  en  la  substancia  subsistente,  eterna,  perfecta' 
é  infinita.  Dios,  y  llega  bástalas  criaturas,  á  cada  una  según  el  grado  de  par- 
ticipación por  semejanza  de  Dios,  y  por  el  atributo  intrínseco,  la  inmensidad. 
Cuanto  más  los  seres  naturales  se  conformen  á  los  tipos  que  Dios  tiene  de  ellos  en 
su  esencia  en  cuanto  imitable,  más  se  acercarán  á  la  perfección  y  serán  más  ex- 
plendorosos.  En  la  cuarta  no  hizo  el  Sr.  Martín  Minguez  clasificación  alguna  de 
las  Bellas  Artes.  Mas  al  exponer  el  conferenciante  en  qué  coloca  él  la  belleza  arqui* 
tectónica,  después  de  señalar  su  pensamiento  con  dos  palabras,  que  son:  Belle\a 
dinámica,  refutó  las  opiniones  sostenidas  hasta  el  día  por  Arquitectos  y  Estéticos, 
parándose  después  á  demostrar  que  la  Belleza  arquitectónica  está  en  la  perfecta 
distribución,  enlace  y  dirección  de  las  fuerzas,  ya  sean  potencias  ya  resistencias, 
dentro  de  la  unidad  construida  ó  por  construir,  puestas  en  armonioso  equilibrio, 
según  las  resistencias  y  elasticidades  y  formas  de  los  componentes,  con  la  menor 
cantidad  posible,  relativamente,  de  materia.  La  decoración  y  la  ornamentación, 
fueron  excluidas,  por  juzgarlos  el  conferenciante  medios  externos,  no  extrínsecos 
á  la  belleza  arquitectónica.  En  la  conferencia  quinta  entró  el  conferenciante  á  ex* 
poner  én  qué  consiste  el  modo  de  ser  de  las  construcciones  arquitectónicas  espa- 
ñolas más  antiguas;  afirmó  rotundamente  que  la  Historia  del  Arte  Antiguo  español 
está  falsificada,  porque  los  que  de  ella  se  han  ocupado  no  han  tenido  en  cuenta 
más  que  los  monumentos,  sin  valerse  de  la  Geografía  histórica,  de  las  leyendas,  de 
las  monedas  y  medallas,  de  los  objetos  de  la  Industria  y  la  decoración  que  tienen 
y  sus  materiales  y  formas  y  procedimientos.  Expuso  en  el  encerado  una  serie 
de  construcciones,  empezando  desde  la  tumba  poco  ha  descubierta  en  Orihue- 
la,  del  mismo  tipo  que  las  'de  Argelia,  Armenia  y  Micenas,  y  concluyendo 
con  la  de  los  muros  del  Castillo  de  Ibros  y  murallas  de  Tarragona,  hacien- 
do ver  que  el  tipo  tumba  de  Orihuela  corresponde  á  la  misma  civilización  de 
Hissarlik,  Santorín,  Micenas,  íalysos,  (antes  de  la  guerra  cantada  por  Homero), 
Italia,  Creta,  las  Baleares  y  la  Pehinsula.=Dentro  de  poco  serán  instaladas  en  el 
Mnseo  de  ArtiUeria  las  conocidas  armas  de  Boabdil,  regaladas  por  la  difunta 
Marquesa  de  Viana  juntamente  con  algunos  trajes  v  preseas  de  aquel  rey  grana- 
dino.=Se  ha  constituido  una  Junta  central  en  Madrid,  presidida  por  el  Sr.'Tenien- 
te  General  Marqués  de  Polavieja,  para  allegar  fondos  con  que  se  alce  un  monu- 
mento á  nuestros  soldados  muertos  en  las  campañas  de  Cuba  y  Filipinas,«==Con 
motivo  de  haber  sido  concedida  la  cruz  de  Alfonso  XII  á  dos  glorias  de  Santander, 
D.  Xaroelino  Kenéndes  y  Pelayo  y  B.  José  María  de  Pereda,  propone 
El  Cantábrico,  diario  de  aquella  ciudad,  c^uc  se  les  regalen  por  suscripción  y  como 
homenaje  á  su  talento,  las  insignias  de  dicha  condecoración. =También  ha  obte- 
nido la  misma  Cruz  el  8r.  Conde  de  las  ITavaB,  Jefe  de  la  Biblioteca  de 
Palacio. 

Murcia.  El  día  4  de  este  mes  falleció  en  Murcia  á  los  yS  años  de  edad,  B.  Javier 
Fuentes  y  Ponte,  famoso  poeta  de  certámenes  y  Juegos  llórales,  en  los  que 
había  ganado  más  de  noventa  premios.  Deja  inéditas  muchas  composiciones  y  aun 
varios  trabajos  históricos  referentes  á  Murcia  y  su  provincia.=En  Septiembre  del 
año  anterior  celebró  una  Junta  la  Comisión  provincial  de  Monumentos  de  Murcia; 
en  ella  leyó  el  Sr.  Conde  de  Roche  un  curioso  informe  acerca  del  lugar  en  que  fué 
enterrado  el  historiador  Francisco  Cáscales,  hasta  entonces  desconocido.  Dicho 
informe,  que  contiene  copia  íntegra  del  testamento  de  Cáscales,  se  publicó  días 
después  en  El  Diario  de  Murcia. 

Palma  de  Mallorca.  La  Sociedad  Arqueológica  Ln liana  de  Palma  de  .Ma- 
llorca celebró  dias  pasados  la  fiesta  anual  que  consagra  al  Beato  Ramón  Lnll. 
En  la  Junta  general,  el  Rector  del  Colegio  de  la  Sapiencia  dedicó  un  recuerdo  á  los 
socios  fallecidos  D.  Antonio  Fuster,  D.  José  Luis  Aguiló  y  D.  Jerónimo  Rosselló,  y 
dio  cuenta  de  los  códices  que  la  familia  de  éste  había  donado  á  la  Sociedad.  El  Vi- 
cario General,  Sr.  Alcover  manifestó  que  se  trataba  de  conseguir  que  el  rezo  del 
Beato  Lull  se  estableciera  en  Cataluña.=Se  prosiguen  en  Palma  de  Mallorca  con 


BIBLIOTEDAS  Y  MUSEOS  I  Sj 

actividad  febril  los  trabajos  para  la  formación  de  un  gran  Diocioiuurio  ám  la 
iMigua  catalana.  Tantas  han  sido  las  cédulas  pedidas  por  los  colaboradores,  que 
el  Sr.  Alcover  ha  solicitado  del  Ayuntamiento  de  aquella  ciudad  la  concesión  de 
una  cantidad  para  comprar  el  papel  necesario. 

ESTADOS  UNIDOS.  Hn  los  bstados  Unidos  se  va  á  editar  una  obra  magna  de 
Historia,  redactada  por  los  más  ilustres  publicistas  de  aauel  país;  se  rotulará  The 
American  nation  from  original  material  by  associatea  scholars.  Constará  de  26 
volúmenes.  El  III,  escrito  por  E.  ü.  Bourne,  tratará  de  España  en  América  (149a- 
i58o). 

FRANCIA.  El  día  4  de  Enero  falleció  en  París  Mr.  Fierre  Lafitte.  Era  cate- 
drático de  Historia  general  de  las  Ciencias,  en  el  Colegio  de  Francia.  Sus  funerales 
^  verífícaron  conforme  á  los  ritos  de  la  secta  positivista  el  día  r4.  Deja  publicadas 
varías  obras,  cuales  son:  Considérations  sur  la  civilisatión  chinoise,  18G1;  Les 
grands  Types  de  r  Humaniléy  1874-75;  La  Révolution  franqaise,  1880;  Le 
raust  de  Goethe,  iSHq;  Cours  de  philosophie  premiére,  1889-91.  Mr.  Lafitte  era  en- 
tusiasta discípulo  de  la  escuela  de  Augusto  Comte. 

GRECIA.  El  arqueólogo  Sr.  VollgraíT  ha  terminado  sus  excavaciones  en  Argos 
con  feliz  éxito,  pues  ha  descubierto,  siguiendo  las  indicaciones  de  Pausanias,  mura- 
llas de  tiempos  muy  distintos,  algunas  de  ellas  prehistóricas;  ruinas  del  bouleutérion 
ó  sala  del  donsejo  V  del  mégaron  ó  Palacio  Real;  cinco  tumbas,  una  de  ellas  con 
pinturas  decorativas  bien  conservadas;  un  templo  de  Apolo;  una  estatua  en  mar- 
mol, de  Asclepios;  restos  de  otras;  muchos  fragmentos  de  cerámica  miceniana  y 
varios  chapiteles.  ' 

ITALIA.  El  Dr.  Fortunato  Pintor  ha  publicado  el  catálogo  de  La  librería  de 
Coñmo  de  Xedioi  nel  1418.  Este  documento  formaba  parte  de  un  Inventa- 
rio di  tutte  le  cose  tróvate  in  casa  di  Giovanni  de' Medid. ^Conimü^  publicándose 
el  XMjdonario  dei  Bantisti  e  Daatofili  dei  seooli  XVIII  e  «IX,  bajo  la 
dirección  de  G.  L.  Passerini.  La  cuarta  entrega  contiene  bío- bibliografías  de  C.  Ga- 
lanti,  P.  Grande,  G.  Graziani,  R.  Miichell,  M.  Palazzolo,  G.  Pasquali-Marinelli, 
G.  Rol.  G.  M.  Valgimigli  y  G.  V.  Vannett¡.=El  P.  Conrado  Eubel  está  acabando 
de  imprimir  el  tomo  VI  del  Bullarium  £raiLOÍ8oaniiiii;  contiene  documentos  de 
los  Papas  Benedicto  XII,  Clemente  VI,  Inocencio  VI,  Urbano  V  y  Gregorio  XI.  El 
número  de  Bulas  y  Breves  es  de  1 5oó. 

M.  S.  V  S. 


CRÓNICA  DE  ARCHIVOS,  BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


.Mi-SEO  Arqueo LÓd ICO  Nacionai.  Han  ingresado  en  él  nueve  lápidas  con  ins- 
cripciones romanas,  regaladas  pur  la  Sra.  Duquesa  de  Denia,  quien  las  guardaba 
en  su  castillo  de  Las  Navas. 

iVliTSEo  ARQUEOLÓGICO  DE  Tarhaííona.  En  la  noche  del  19  de  Enero  se  cometió 
un  robo  de  importancia  en  el  Museo  arqueológico  de  Tarragona.  Los  ladrones 
rompieron  la  puerta  que  da  al  zaguán  de  las  Casas  Consistoriales  y  se  apoderaron 
de  unas  400  monedas,  casi  todas  ellas  pertenecientes  á  la  colección  que  fué  de  don 
Buenaventura  Hernández;  de  las  monedas  sustraídas  1 1  son  de  oro:  de  los  empera- 
dores Nerón,  Adriano,  Vitelio,  Antonino  Pío,  Severo,  Valentiniano,  Arcadio  y  Ho- 
norio; otra  de  Anastasio,  emperador  de  Oriente;  otra  de  la  familia  consular  Volca- 
tia  y  otra  de  los  Reyes  Católicos;  840  son  de  plata;  enire  ellas  12  ibéricas;  169  de 
familias  consulares;  1 13  imperiales;  3i  de  los  reyes  de  Castilla  y  Cataluña  y  2  ara- 
bes;  las  restantes  son  de  cobre.  El  valor  de  estos  objetos  se  calcula  en  2.5oo 
pesetas. 


1 58 


REVISTA  DE  ARCHIVOS 


RELACIÓN  de  los  impresos  españoles  recibidos  en  la  Biblioteca  Nacional  por  el 
Registro  de  impresores  según  el  Real  Decreto  de  4  de  Diciembre  de  1 896,  du- 
rante el  año  I  go2. 


Provincias 


Vols.   Follts.  Hojas. 


Provincias 


,   Vols.    F.ollis.  Hojas. 


Álava 14 

Albacete '  2 

Alicante '  2 

Almena '  6 

Avila ¡  ♦ 

Bauajüz '  * 

Baleares  (Mallorca).  .  6 

Barcelona ;  » 

Burgos '  7 

Cáceres * 

Cádiz..     .....  6 

Canarias..     ....  » 

Castellón i 

Ciu  ¡ad-Heal.    ...  * 

Córdoba 10 

Coruñ.i 12 

Cuenca 3 

.  Gemela.    .....  3 

Gijón » 

Guipúzcoa ^ 

Granada 2 

Guadalajara.     ...  4 

Hueiva » 

Muesca » 

Jaén » 

León 4 

Lérida "» 

Suma  y  si¿^ue..\  84 


14 
17 
61 
3' 
3i 

4 


294 
101 

2 
106 


57  3 

I 

I 

» 

37 
»4 
iS 
i3 


ICjD 

,562 


í9 
10. 

4 


iS 


222 


2 
82 


222 


Suma  anterior. 

Logroño 

I'UgO 

Madrid 

Mahón 

Málaga 

Murcia 

Orense 

Orihuela 

Oviedo 

Falencia 

Pamplona 

Pontevedra 

Sa  amanea 

Santander 

Santago 

Segovia 

Sevilla.     ...     .     .     . 

Soria 

Tarragona 

Teruel 

Toledo 

Valencia 

Valladolid 

Vizcaya.  .... 
Zamora.  .  .  .  . 
Zarag  »za.     .     .     . 


84  343 

8  46 

»  I 

100  807 


343  i  4.7QO 
I 


Sufua  total. 


5 

4 

4'-i 


2() 

14 
i5 


.3?h 


I 
14 

I 

7 

41 

» 

49 

3 

63 

8 

37 
» 

42 

7<) 

79 

23 

9 
4 

1.63; 


4-799 

IDO 

3 
622 


ii3 
336 

290 

2 

10 

32 

148 

I 

85 

280 

)► 

118 


-.896 


A.  (ju.  Albacete. 


bibliografía 


(La  lenfíu  ;  es  la  base  (le  clasijjc  «ción  de  nuc^lara  Bibliografía.  Kn  csla  se  incluyen  todos  los 
libro<  de  cualquier  orden  y  los  trabajos  de  revistas  publicados  por  individuos  de  nuestro 
Cuerp»),  N)  cu  1  puede  servir  para  intentar  una  biblio;.  r.iiia  i  e  este:  Its  niarcartmcs  con  un  *.— * 
Kn  1.;  Ititlio^rajta  de  Rei'istas  siempre  que  no  se  indiqíctl  año,  se  entenderá  c|uc  es  el  co- 
rriente.) 


LIBROS    KSHANDLKS 

(i.**  Todos  los  de  historia,  en  la  icepción  más 
amplia  lie  1  pal  iL  ra. desde  la  política á  l.t  Cien- 
tífica, y  los  de  sus  ciencias  auxiliares,  incluso 
la  (ilolo^ía  y  la  lingüistica,  que  se  publiquen, 
cdi'en,  reimpriman  \  exir.  cten  en  la  iSpaña 
actu.il  y  sus  posesiones,  de  autor  español  ó  ex- 
tranjero, en  cualquiera  de  las  habías  esp.mo- 
las.  ó  en  ó  fuera  de  Kspaña,  de  autor  esp.nol, 
en  lenf4uas  sabia;;.  2.*'  Las  ediciones,  reimpre- 
siones V  antologías  hechas  en  6  'uera  de  l-.spa- 
ña,  de  íibros  de  cualquier  materia  escritos  por 
autore  ya  muertos  no  contemporá  eos,  espa- 
ñoles ó  extranjeros,  en  dichis  hablas,  ó  por 
españoles  en  lenguas  sabias,  dentro  de  la  ex- 
tensión de  Ns  antiguos  dominios  españoles. 
3."  Las  traducciones,  arreglos,  refundiciones 
é  imitaciones  publicadas  en  6  fuera  de  Lspaña 


por  autores  vivos,  c  pañoles  ó  extranjeros,  en 
las  mismas  hablas  ó  en  len  uas  sa.  ¡as,  de  obras 
historie  s  V  literarias  debidas  a  e>pañ(/lcs  ya 
muerto^.  4.''  Los  libros  noiables  origittalcs  de 
amena  liier  tura,  dados  .•  luz  en  o  fuera  de 
Kspaña  por  c>critoreÑ  contemporáneos,  espa- 
ñoles o  no.  en  las  hablas  españolas,  6  por  escri- 
tores españoles  cotuemporáneos  en  lenguas 
sabi  s.  ."i."  Los  de  cu.lquier  materia,  siempre 
que  se  reiieran  a  co>a>  ue  ispaña,  publicados 
en  las  referid  is  hablas  en  aquellas  naciones 
que  no  las  usan,  ó  en  las  mismas  hablas  ó  en 
lenguas  sabias  en  los  pueblos  que  usan  el  cas- 
tellano. Y  6."  Las  traducciones  hechas  por  es- 
Cañóles  ó  extranjeros,  á  cualquiera  de  las  ha- 
las españolas,  ó  por  españoles  á  lenguas  sa- 
bias, de  libros  extranjeros  históricos,  <.  e  cultu- 
ra general,  y  aun  ile  amena  literatura  cuando 
SOQ  obras  niacsiras.] 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


i59 


Aguilera  Camaciio  (Daniel).  San  Eulogio,  s j 
v'ida  y  obras.  Monc  grafía  premiada  por  la  So- 
ciedad Económica  de  amigos  del  país  (de  Cór- 
doba].—Córdoba.  Tmp.  I.a  Verdad.  1902.— 62 
páginas. 

ALMANAQUE  Y  GUÍA  MATRITENSE.  Afto  dC  I903. 

(Duodécimo  de  publicación.)  Contiene:  I.  Al- 
manaque. II.  Geogrufi  I  y  l-.stadisiica.  III.  Re* 
seña  histórica.  IV.  Guía  y  noticiero.  Retrato 
de  S.  M.  y  plano  de  Madrid.— Madrid.  Imp.  de 
la  Viuda  é  Hijos  de  A.  Samaren  (Sucesores  de 
Cuesta;.  1903.— 8  «,  194  págs.— i  pta. 

Acedo  (D.  Fernando).  Cástulo,  estudio  his- 
tórico acerca  de  la  cre.ición,  viua  y  existencia 
de  esta  antigua  ciudad  y  sus  relaciones  con  la 
de  Linares, por  D.  Fernando  Acedo,  continua- 
da y  fínalizada  por  O.  Manuel  Acedo.— Madrid. 
Est.  tip.  de  la  Viuda  c  Hijos  de  Ttllo.  iyo2.— 
8.»  d.,  217  págs.— 4  ptas. 

Bi.A  co  (Eusebio).  Madrid  pintoresco,  cua- 
dros pintorescos;  ilustraciones  de  Enciso.— 
Madrid.  Imp.  de  los  Hijos  de  M.  (i.  Hernández. 
1903.— 8  ",  io5  pags.  Es  el  lomo  V  de  la  colección 
Alegría. 

Bonilla  y  San  Martín  (Adolfo).  La  vida  del 
Picaro,  compuesta  por  ^ailuruo  csti lo  en  tercia 
rima.  Edición  crítica.— París.  1902.  (Extrait  de 
la  Revue  hispanique,  t.  IX.)— 8."  marq.,4opágs. 

Castro  (D.  Guillem  de).— Comedia  del  pobre 
honrrado.  (Exirait  du  Buttetin  hispanique.)— 
Bordeaux.  Imp.  (i.  Gounouilhou.  1902.-8.",  67 

páffinas. 

CoTAREi.o  (Emilio).  Kl  supuesto  casamiento 
de  Almanzor  con  una  hija  de  Bermudo  II.  Nota 
critica.— Madrid.  Est.  lip.  de  Id  .mor  M.  Cru- 
zado. 1903.— 4.",  iC  págs.  (Publicado  en  I.a  /:5- 
paña  Moderna  de  Enero  1903.) 

DÍAZ  CtvARRiBi.vs  (Jwian).  Obras  de...— Mé- 
xico. Imp.  de  V.  Agüeros.  1902.— 2  vols.  8.", 
zvi-442  y  xxxv-388  pág-í. 

DiOES  Antón  (Juan).  El  periodismo  en  la  pro- 
Tíncia  de  Guadalajara.  .\puntes  para  su  histo- 
ria, seguidos  de  una  b  evísi'na  noticia  de  las 
Imprentas  establecidas  en  la  misma  provin- 
cia.—Guadalajar.i.  Est.  tip.  de  Pérez  Cerrada. 
1902.— 8."  m.,  fcC)  pags.— 2  ptas. 

Darwin  (Carlos  H.).  Mi  viaje  alrededor  del 
mundo;  traducción  de  Coosiantino  Piqucr. — 
Valencia.  Imp.  de  A.  López  y  C. '  S.  a.  (1902).- 
2  vols.  8.",  de  227  y  246  pápS.- 2  ptas. 

EsT¿vANEZ  (Nicolás).  Fra^^mentos  de  mis 
Memorias.— Madrid,  i.st.  tip.  de  los  11.  de  R. 
Álvarez.  1903.-8.°,  ^47  pags. -4  ptas. 

Fernandez  Duro  (Cesáreo),  .\rinada  esp  - 
fióla  desde  la  unión  ue  los  Reinos  de  Castilla 
y  de  Aragón.  Tomo  V'///.— .Ma.rid.  Est.  tipo- 
gráfico «Sucesores  de  Rivadeneyra».  1902.— 
4.»m.,489págs.-i5pt.s. 

García  (D.  Juan  Catalina).  Relaciones  topo- 
gráficas de  Es|.-aña.  Relaciones  de  pueblos  que 
pertenecen  hoy  á  la  provincia  de  Guadalajara, 

3.*  ároCA.— TOMO  VIH. 


con  notas  y  aumentos  de  D.  Juan  Catalina 
García.— Madrid.  Est.  lip.  de  la  Viuda  é  Hijos 
de  M.  Tello.  1903.— 8.«',  vii-439  págs.  Es  el  to- 
mo XLI  del  Memorial  histórico  español.  Co^ 
lección  de  documentos^  opúsculos  y  antigüe^ 
dades  que  publica  la  Real  Academia  de  la  HiS' 
toria. 

García  Al-okgi'er  (Juan).  Historia  de  la  Ar- 
gentina. Segunda  parte.  La  revolución  y  la 
guerra  de  la  Independencia.- Madrid.  Imp.  de 
Felipe  Marqués.  S.  a.  (1902).— 8.",  271  págs.— 

3  pt«s. 
García  Alix  (D.  .\ntonio).  Discursos  leídos 

ante  la  Real  Academia  de  Bellas  .\rtes  de  San 

Fernando  en  la  recepción  pública  del  señor 

D.  .\ntonio  G.Tcía  Alix  el  18  de  Enero  de  1903, 

y  contestación  del  Sr.  D.  Ricardo  Velázquez 

Bosco.— Madrid.  Imp.  de  los  Hijos  de  M.  G. 

Hernández.  1903. 

Gautier  (T).  Un  viaje  por  España.  Traduc- 
ción de  Roberto  Robert  (hijo). — Valencia.  Im- 
prenta de  Kl  Pifcblo.  (1902J.— 8.*»,  214  págs.— i  y 
i,5optas. 

Gómez  Bravo  (P.  Vicente).  Te«oro  poético 
del  siglo  XIX,  colección  de  poesías  líricas  y  na- 
rrativas entresacadas  de  los  mejores  poetas 
contemporáneos  españoles  y  americanos  para 
instrucción  de  la  juventud.— Madrid. Tip.  del 
Sagrado  Corazón.  1902.— 6  vols.  4.",  de  435-397- 
359-487-559  y  347  págs.— 18  pías. 

GuDioi.  Y  CiNiLL  (Joseph).  Nocions  de  ar- 
queología sagrada-catalana.- Vich  Imp.  de  la 
Viuda  de  R.  Anglada.  1902.— 4.",  647  págs.  Con 
grabs,— 8  ptas. 

Lamennais  (Abate  Roberto  F.).  Los  negocios 
de  Roma;  primera  versión  castellana,  por 
Francisco  Lombardía  y  Sánchez,  Doctor  en 
Filosofía  y  Letras.— Mat.rid.  Imp.  á  c.rgo  de 
Alfredo  Verdugo.  1902. — 8.",  210  págs.— 1  pta. 

LbRA(C..\.).  Natur.  les  por  naturalización. — 
Tokio.  1903.— 8.",  416  págs. 

Llave  y  Sierra  (D.  Joaquín  de  la).  Estudio 
histórico  militar  sobre  el  conde  de  Barcelona 
Ramón  Bercnguer  III  el  Grande.  Trabajo  que 
ha  obtenido  el  premio  del  Excmo.  Sr.  D.  En- 
rique Bargés  y  Pombo,  Capitán  general  de  Ca- 
t.Iuña,  cnel  Certamen  celebrado  por  la  Ju- 
ventud conservadora  de  Barcelona  con  motivo 
de  la  mayor  edad  de  S.  .\L  el  Rey.— Barcelona. 
Tobella  y  Costa.  i9f>3.— 8",  94  págs. 

Menkndez  PiDAi.  (Ramón).— i  ocma  de  Yú- 
^uf;  materiales  para  su  estudio,  por... — Madrid. 
Tip.  de  la  Revista  de  Archivos.  1902.-8.° 
marquilla,  87  págs.  Con  una  fototipia.  (De  la 
Revista  de  Archivos,  Bibliotecas  y  Museos.) 

Ni  I  TO  Skrrano  (Matías),  ^'ejcces  [Recuerdos 
autobiográficos] —Madrid.  Est.  tip.  de  E.  Teo- 
doro. 1912.— ««•,  248  pags. 

Pinkyro  (Enrique).  Hombres  y  glorias  de 
América. — París.  Tip.  Garnier  hermanos.  1903. 
8.^  356  págs.  Con  un  retrato  del  autor. 

12 


1 6o 


REVISTA  DE  ARCHIVOS 


PoLERÓ  (D.  Vicente).  Estttuas  tumulares  de 
^rsoaajes  españoles  de  los  siglos  xiii  al  xrii, 
copiadas  de  los  originales,  con  texto  biográ- 
fico y  descriptivo,  con  un  glosario  ó  tabla  de 
algunos  nombres  que  tuvieron  las  piezas  de 
restir  y  de  armadura.  Con  un  prólogo  del 
Conde  de  Cedillo.— Madrid.  Imp.  de  los  H.  de 
M.  G.  Hernández.  1902.— 4.^  xi-io5  págs. 

Rodríguez  de  Prada  (P.  Ángel).  Meteorolo- 
gía dinámica  (un  solo  capítulo).  Segunda  edi' 
cidn.— Madrid,  imp.  de  la  Viuda  é  Hija  de  Gó- 
mez Fuentenebro.  1902.— 8.°  d.,  i56  pági.— 3  pe- 
setas. 

Sbarbi  (D.  José  M.).  In  illo  tempore  y  otras 
frioleras,  bosquejo  cervántico  ó  pisatiempo 
quijotesco  por  todos  cuatro  rostidos.— Ma- 
drid. Imp.  de  la  Viuda  é  Hija  de  Gómez  Fuen- 
tenebro. i(p3.— 8.®,  xvii-383  págs.~4  pías. 

Serrano  t  Sanz  (Manuel).  Apuntes  para  una 
Biblioteca  de  escritoras  españolas  desde  el 
año  1401  al  1833.  Obra  premiada  por  la  Biblio- 
teca Nacional  en  el  concurso  público  de  1898  é 
impresa  á  expensas  del  Estado,  romo  /.—Ma- 
drid. Est.  tip.  Sur.  de  Rivadeneyra.  MCMIII.— 
H.^  d.,  xii-69b  pjgs. 

Thbbussbm  (Dr.).  Cuarta  ración  de  artículos 
del  Dr.  Thebussem,  Caballero  del  hábito  de 
Santiago.  Filología.  Tauromaquia.  Gastrono- 
mía. Historia.  Filatelia.  Correos.  Bibliografía. 
Varios.  Carta  de  D.  José  A.  de  Balenchana.— 
Madrid.  EsL  tip.  Suc.  deRivadeneyra.  1903.— 
4.®  m.,  XII-280  págs.— 3  ptas. 

ToL^TOY  (Conde  León).  Libro  para  los  obre- 
ros. Á  los  trabajadores,  páginas  sobre  la  su- 
presión de  la  propiedad  terrena.  Traducción 
de  E.  Heras.— Barcelona.  Imp.  de  José  Ortega. 
1903.— 8  ",  69  págs.— o,5o  ptas. 

Valera  (Juan).  Florilegio  de  poesías  caste- 
llanas del  siglo  XIX.  Con  introducción  y  notas 
biográficas  y  criticas.  Tomo  /K.— Madrid.  Im- 
premí de  Ricardo  Fé.  1902. — 8.  *,  447  págs. 

Valvkrdb  y  Pbrai.ES  (D.  Francisco).  Histo- 
ria de  la  villa  de  Baena,  por...  Prólogo  de  don 
Rodrifio  Amador  de  ios  Ríos. — Toledo.  Viuda 
é  Hijos  de  Pclaez.  I9.>3.— 4.",  Sby  págs.  Con  el 
retrato  del  autor,  grabados  y  planos. 

Alvaro  Gil  Albacete. 


LIBROS  EXTRANJEROS 

[i.°  Los  tratados  universales  y  generales  por 
naciones  y  m  iterias,  de  historia  y  sus  ciencias 
auxiliares,  de  literatura  y  arte.  Je  filología  y 
lingüíst.ca.  etc.,  que  intere-«co  á  1.  erudición 
3  á  la  cultura,  publicados  en  6  fuera  de  Espa- 
ña por  espinóles  ó  extranjeros  en  hablas  vul- 
fares  no  españoles,  ó  por  cxiranjercs  en  len- 
uas  sabias.  2.^  Los  de  cualquier  materia  es- 
critos por  españoles  en  ó  fuera  de  España  en 
dichas  lenguas  vulgares.  3.*^  Los  de  cualquier 
materia,  con  tal  que  se  refieran  á  cosas  espa- 


ñolas, publicados  por  extranjeros  en  ó  fuera 
de  España  en  lenguas  sabias  ó  en  hablas  vul- 
gares no  españolas.] 

AcTSs  du  douxiéme  congrés  international 
des  Orientalistes,  Rome  1899.  Tome  Ul,  pmr- 
tie  II  (Mythologie  et  religions,  linguistique, 
Gréce  et  Orienl).— Firenze,  Soc.  tip.  Florenti- 
na, 1902.— 16.®,  aft3  págs. 

AMáLiHEAU  (E.).  Les  nouvelles  fouilles  d 
Abyjos.  Seconde  campagne  (1896-1897).— París. 
Leroux,  1902.— 4.*»,  xi-331  págs.  Con  grabados, 

5o  fr. 

Atrolbs  (Jean-Baptiste-Joseph).  La  vraie 
Jeanne  d  Are.  La  Martyrc  d  aprés  les  tcmoins 
oculaires,  le  procés  et  la  libre  penséc.— Lyon 
et  París,  Emm.  Vitte,  1902.— 8.0,  xv-636  págs. 

Babelon  (E.).  Histoirc  de  la  gravurc  sur 
gemmcs  en  France.— Paris,  Société  de  propa- 
gation  des  livres  dart,  1902.— 8.**,  XX-2Ó3  págs. 
Con  grabados.— 20  .r. 

Baensch  (Oito).  Johann  Heinrich  Lamberts 
Philosophie  und  seine  Steliung  zu  Kant.— Tü- 
bingen  et  Leipzig,  PauLSicbeck,  1002. 

Baessllr  (A.).  Ancieni  Peruvian  rt;  Con- 
tributioos  10  the  Archeology  of  ihc  Empirc  oí 
the  Incas.  Trans.  by  A.  H.  Keane.  Part  /.-Lon- 
don,  Asher,  1902.— Fol.  Con  11  lams.— 3^  fr. 

B¿rillon  (Dr.).  Hisioire  de  lllipnoiisme  ex- 
perimental.—Paris,  Imp.  Vigot,  1902.— 8.",  32 
páginas. 

BiRK  (E.).  Les  dcrniéres  années  de  Chateau- 
briand (1830-1848).-.  aris,  Garnier,  1902.— 8.**, 
424  págs.— 4  fr. 

Bled  (Víctor  du).  La  société  íraní;a¡se  du 
xvi^  siccle  au  xx^  siécle.  rroisít'ineséric-.xvii^ 
siécic.  Les  diplómales,  les  ^.ranUcs  damcs  de  la 
Fronde,  la  cour,  les  couriis  .ns,  les  favoris.— 
Paris.  Perrin,  1902.— 12.*»,  238  pá^-s. 

Bliard  (P.).  Dubüis,  cardinal  el  premier  mi- 
nistre 11656-1727).— París,  Leihielleux.  S.  a.— 
2  vol.  8.°,  vi-428  y  488  pái^s.— 12  ir. 

Bréal  (.V.).  Rembrandi;  a  criiical  Essay. — 
London,  Duckworih,  u>')2.— 12.",  iy2  páys.— 
2,5o  fr. 

Catalogo  della  collczionc  Priamo  Lcvi  di 
Bologna  di  monete  ilalianc,  mcdiuevali  c  re- 
cenli.— Genova,  Tip.  Pagano,  i902.-8.<^,  130  pa- 
ginas. CoQ  7  láms. 

Catalooi'e  de  la  collcciion  Lamponi  de 
Florence;  peínlures  et  dcssins  de  di  verses  cco- 
Ics  et  époques,  objeis  d  ari  el  de  curiosiié, — 
Firenze,  A.  Meozzi.  Kioa.— 4.",  87  páj^s. 

Clero  (Licut-Cülonel).  Guerre  d  >.spagoc. 
Capitulalion  de  Bayleo  (causes  el  conséquen- 
ccs.— Paris,  Imp.  de  Fonicmoin^.',  1903. — 8.", 
408  págs.  Con  grabados.— 7,5o  ir. 

Costa  (Alessandro).  II  Budha  e  la  sua  doitri- 

na.— Torino,  Bocc  ,  1903.-16.",  256  págs.— 3,bo 

liras. 
CuMONT  (Franz).  Les  Mysicrcs  de  Milhra. 

2^  édition,  rerue,  conlcnant  vingt-dcux  ligu- 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


l6l 


res  et  une  carie.— Bruxelles,  Lamertin,  190a.— 
4.»,  189  págs. 

CuRzoN  (H.  de).  Bibliographie  térésienne.— 
París,  Lib.  des  Saints-Péres,  1902.— 18.0,  69  pá- 
ginas.—3  fr. 

Oksboiufs  (Le  capiuine).  Les  étapes  d'un 
soldat  de  1*£  ipire*  i8oo-i8i5).  Souvcnirs.  Pu- 
bliés pourli  Socióté  d'histoire contemporaine, 
par  M.  Charles  Desbaufa.— París,  A.  Picard  et 
fils,  1901. — 8.°,  xii-235  págs.  [Dicho  capitán  pe- 
leó contra  España  en  la  guerra  de  la  Inde- 
pendencia.] 

FowLER  (II.  N.).  History  of  ancient  Greek 
Liuraiure.  — London,  Hirschfcld,  iqo2.  — 8.°, 
5ia  págs.— 7,5o  fr. 

Galilki  (Galileo).  Le  opere  di...  Edizione 
nazionale  sotto  gli  auspici  di  Sua  Maestá  il  re 
d'Italia.  Vol.  X//.— Fircnze,  G.  Barbera,  1902.— 
4.»,  525  págs. 

GoMDAL  (J.  L.).  Le  christíanisme  au  pays  de 
Ménélik.— París,  Bloud,  1902.— 8.^  62  págs. 

GoRSE  (M.).  Saint  Bruno,  fondatcur  de  l'or- 
dre  des  Chartreux;  son  action  ei  son  Gcuvre. — 
París,  Imp.  Téqui,  1902.-8.°,  xxii-408  págs. 

Halkin  (J.)  el  PoNCELET  (É.)  Tablc  genérale 
do  recueil  des  Bulletins  de  la  Commission  Ro- 
yale d'Histoire  de  Belgiquc  (4"*^  serie,  tomes 
/aXK//;.— Bruxelles,  Imp.  Hayez,  1901.— 8.0, 
723  páginas. 

Hazlitt  (1\''.  C).  Shakespear.  —  London, 
(^aritch,  1902.— 8.0,  320  págs.— 0.25  fr. 

Hunt'ES  (Luigi).  Cronología  dcUe  scoperte  c 
delle  esplorazioni  geographichc  dall'anno  1492 
a  tutto  il  secólo  XX.— Milano,  U.  Hoepll,  1903.— 
16. •,  viii-487  págs.— 4.5o  fr. 

JoHif  (The).  Crerar  Library.  A  lisl  of  Biblio- 
graphies  of  spccial  subjccts.  July,  1902.— Chi- 
cago, Printed  by  order  of  thc  Board  of  Dircc- 
lors,  I9i>2.— 4-'%  5f)4  págs. 

JuLMA.N  (Camillc).  Galli;»,  table.iu  sommairc 
de  la  Gaule  sou<;  la  doinination  romainc.  Ou- 
vrage  orné  de  140  g'Mvures  daprés  les  monu- 
ments  anliqucs  et  dune  ciric— Paris.  ifachct- 
te,  1902.— 18.0,  viii-242  págs. 

Lacroix  (D,).  llistoirc  de  Napoleón.— París, 
Imp.  Garoicr,  1902.— 18.0,  viii-<V)o  págs.  Con 
grabados.— 3, 5o  fr. 

Lamkihe  (Ircnée).  Thcoric  ct  pratiquc  de  la 
conquéie  dans  rancien  droit.  p!)iude  de  druii 
international  ancien.  —  París,  A.  Rousseau, 
1902.— 8.",  84  páf¡s. 

Lepevrk  Í.Maurice).  La  femmc  i  travers 
Ihistoire.— Paris,  Imp.  de  Fonicmoinfí,  1902. — 
8.°,  11 1-34 1  págí»  —S^^  »r. 

LEONARDOS  (H.).  Relation  du  voya^c  fait  en 
1&79  au-dcvant  ct  a  la  suitc  de  la  reine  Marie- 
Louise  d'  rlcans,  femrnc  Je  (Charles  II.  (Ex- 
trait  du  Bulietin  ¡iispanique  de  \ip2.) — Bor- 
deaux,  Imp.  G.  Gounouilhou,  191)2. — 8.*^  marq., 
43  págs. 


i       Library  Association  of  Australasia.  Tran- 

,  sactions  and  Proceeding  at  the  thírd  general 
meeting  held  at  Melbournc,  April,  1902.— Mel- 
bournc,McCarron,Bird&Co.,  1902.— í.*>marq., 
127  págs. 

Malaguzzi  Valeri  (Francesco).  Pittori  lom- 
bardi  del  quaitrocento;  ricerch^.  —  Milano, 
L.  F.  Cogliati,  1902.— 8.°,  xx-253  págs.  Con  gra- 
bados.—4  fr. 

I  Malgarini  (.-Vngela).  Sulla  responsabiliiá  di 
Clemente  IV  nella  condanna  di  Corradino  di 

'  Suevia.— Parma,  Tip.  L.  Battei,  1932.-8.°,  31 

I   páginas. 

!      Mili.er(W.).  Medioeval  Rome;  from  Hílde- 

I  brand  lo  Clement  VIII  (1073-1600).— London, 
Unwin,  1902.-8.°,  394  págs.— 6.25  ir. 

I  Orleans,  duc  de  Guise  (J.  d).  Un  village  an- 
dalón sous  le  premier  Empire,  pendant  l'occu- 
pation  fran^aise. — Paris,  Imp.  Duboís,  1902. — 

¡   16.0,  87pags. 

Pedrick  (G.).  Monastic  seáis  of  i3th  Century;, 
Examples   illus.  nature  of  their  design  and 

i  artistic  valué.— London,  More  Press,  1903.— 
4.°,  i58  págs.  Con  grabados.— 26,25  fr. 

I       P0L1.ARD  y\.  Y.).  Henry  VIII.  —  London, 

I    Imp.  Goupil,  1902.— 4.*,  310  págs.- 75  fr. 

PoRENA  (M.).  Dclle  manifestazioni  plastiche 

.   del  scntimento  nei  pcrsonoaggi  della  Divina 

i  Commcdia.— Milano,  U.  Iloepli,  1902.— 16.*, 
X11-192  págs.-«-4  fr. 

I      Pralokan  (B.).  II  secentismo  ncl  Petrarca.- 

,   Savona,  Tip,  .\.  Ricci,  1902.-16.°,  127  págs. 
Raciifaiil  (M.  F.).  Le  registre  de  Franciscus 

'  Lixaldius,  trésoríer  general  de  larraée  espa- 
gnole  aux  Pays-Bas,  de  1567  á  1576.— Bruxelles, 

,   Kicssiing,  1902.-8.°,  vin-187  págs.— 3  fr. 

Ricci-RiCARDi  (Antonio).  Galileo  Galilei  e- 
fra  Tommasü  Caccini:  il  procc^so  del  (jalilei 
nel  ituóc  1  abiura  segreta  riveJata  dalle  carte 
Caccini.— Firenze,  Succ.  Le  Monnier,  1902.— 
8.",  28>>  págs— 4  liras. 

Rt  sshM.  (C.  II.  L.).  Parallcl  of  Greek  índ 
Latin  Syniax. — London,  Sonncnschcin,  i(|02. — 
8.°*  238  págs.— 5  ir. 

Saint-Si.mo.s.  Mémoires  de...  Nouvelle  édi- 
tion,  publiée  par  A.  de  Boislisle,  avcc  la  colla- 
boration  de  L.  Lcccsire.  7'.  A'V7.— l'aris,  Ha- 
cheite,  1902.-8.°,  741  págs. 

Sciiat/  (.Mberi).  l.'<L'uvre  (cooomique  de 
David  Hume.— Paris,  .\.  Rousseau.  ux)2.— 8.°, 
xix-303  págs. 

SoBRh.NTi.NO  (Lucio).  Paolo  .Malatesta  nel  V 
canto  deirinfcrno di  Dante.— Napoli,  Tip.  Prio- 
re,  it)02. — 8.°,  ?4  pags.— 1  fr. 

SorsA  ViTFRBO.  O  Thealro  na  Corte  de  D.  F¡- 
lippe  II.  Duas  cartas  de  I).  Bernarda  Coutioha. 
Lisboa,  Typ.  (.^alijada  do  Cabra,  1003.-4.°,  il 
páginas. 

Manuel  Serrano  v  San/. 


102 


REVISTA  DE  ARCHIVOS 


REVISTAS  ESPAÑOLAS 

[i.'*  Los  sumarios  íntegros  de  las  revistas 
congéneres  de  la  nuestra,  cons  (juradas  exclu- 
sivamente al  estudio  de  Empana  y  publica- 
das en  cualquiera  de  las  hiblas  españolas  en  ó 
fuera  de  Ksp.iña:  los  títulos  de  esta-t  revistas 
van  d^,'  letra  cursiva.  2."  Todos  los  trabajos 
históricos  y  eruditos  acere  1  de  cualquier  ma- 
teria, según  el  amplísimo  criterio  expuesto, 
que  íiguren  en  los  sumarios  de  las  revistas  no 
con  céleres  de  li  nuestra,  escritas  en  dich.iS 
hablas  en  ó  fuera  de  España.] 

La  Aliiambra  .  31  de  Enero  1(^03.  Docimen- 
t  os  y  noticias  de  llranada.  l-na  cuestión  elec- 
toral (en  el  año  iSij]  (conclusión),  por  Miguel 
Garrido  -lííen^a.— C.ómico^  antiguos  gran  1- 
dinuí.  Mari  1  de  la  Chica,  por  Narciso  Dia^  de 
Escovar.—Vn  suceso  original,  por  José  ^'en- 
tura  Trji'ese/.— IJna  descripción  de  Granada, 
por  Juan  Cupeiro  Piñor— Notas  bibliográfi- 
cas, por  V. 

boletín  de  i  a  Comisión  provincial  de  Aío- 
numentfts  históricos  y  artísticos  de  Orense. 
i(^.>2.  Enero-Febrero.  I.  Epigrafía  romana  de 
la  ciudad  de  .Astorga  (conclusión),  por  Marce- 
o  Macias.  —  II.  Un  sarcófago  cristiano,  por 
Arturo  Vái^que:^  Nüñe^.  —  \\\.  De  Re  Gallaici 
^continuación),  por  Benito  F.  Alnnso.—iy. 
Noticias. 

Boletín  dk  la  Real  .\cade.mia  ije  Bilnas 
Leí  RAS  DE  Barcelo.na.  itio2.  Octubre  a  Di- 
ciembre. Palomas  y  palomares  en  Cataluña 
durante  la  Edad  Media,  por  I).  F.  Carreras  y 
Caní//.— Libre  deis  cnsonyamcnts  de  bona  p  ir- 
lería,  por  1).  F.  Codina  y  Furmosa,  presbíte- 
ro. -Noticias.  -índice 

Boletín  de  la  Real  Academia  de  la  Historia. 
11)03.  Febrero.  .-VdquisicioQCS  de  la  .\cadcmia 
durante  el  segundo  seme.stre  del  año  i9f)2.— In- 
formes: I.  Documentos  desconocidos  sobre  el 
Hospital  de  la  Latina,  existente  en  Madrid, 
por  A.  Rodrigue^  Villa.  — U  La  Inquisición 
la  Compañía  de  Jesús  y  el  P.  Jerónimo  Román 
de  \a  Higuera,  por  Ignacio  Olavide. —Ul.  Mo- 
numento erigido  al  historiador  murciano 
Francisco  Cáscales,  por  el  Conde  de  Roche.  - 
IV.  Nuevas  antigüedades  de  (.'ariagena,  por 
Diego  Jimt'wei^  rfe  Cisneros  .—\  .  Nuevas  ins- 
cripciones, por  Fidel  /'ifa.— Variedades:  I.  La 
inscripción  arábiga  de  Benimaclet,  por  Fran- 
cisco Corfera.  — II.  .Vntigücdades  de  Orense,  ! 
por  J.  Ai.  /ierfoya.— Noticias. 

lioletin  de  la  'Sociedad  españnla  de  excursin-  | 
nes.  Diciembre.  iy02.  Fototipias,  por  Enrique 
Serrano  Fatigati.  — Relieve  representando  la 
exhumación  del  Beato  Simón  de  Rojas,  por 
N.  .SeníeuacA.— .\rquiteciosde  Valladolid,  por 
Juan  Agapito  y  Revitla.  Artistas  exhumados 
(segunda  serie),  por  Rafael  Ramire^  de  Are- 
llano.  —Sois,  bibliográfica. —Láminas  suel- 
tas: Relieve  representando  la  exhumación  del 
Beato  Simón  de  Roja>.  Farol  y  ma/as  de  cere- 
monia déla  colección  del  Sr.  Conde  de  Valen- 


cia de  Don  Juan.  Evangelistas  de  talla  de  la 
misma  colección.  Imafronte  del  monasterio  de 
Fresdel val.  Hospedería  del  mismo.  =  - Enero 
1903.  Fototipias,  por  K.  Serrano  Fatigati.— 
San  Miguel  de  Escalada,  por  Juan  Bautista  /.<i- 
::^aro. —  Kstatuas  alabastrinas  del  siglo  xiv,  por 
N.  .Sen<enacA.  —  .\rtistas  exhumados  (segun- 
da serie,  por  R.  Ramlrej^  de  .Are//ano.— Biblio- 
grafía.—España  en  el  extranjero,  por  L.  Se- 
rrano y  L.  C/o^uef. —Necrología.— Láminas 
sueltas.  Image  1  de  San  Juan  Bautista.  Llama- 
dores pertenecientes  á  la  colección  del  señor 
CLonde  viudo  de  Valencia  de  D.  Juan.  .Manga 
grande  del  Corpus  de  Toledo:  Paño  en  donde 
se  h»  representado  el  martirio  de  San  Eugenio. 
=  Febrero  1003.  Fototipias,  por  E.  Serrano 
Fatigati.  Nuevos  estudios  sobre  la  pintura  es- 
pañola del  Renacimiento,  por  Elias  Tormo  y 
Moni^ó.  -San  Miguel  de  Escalada,  por  Juan 
Bautista  Lázaro.— Bibliografía.— Kspaña  en  el 
extranjero.— Noticias.— Fotografías  de  monu- 
mentos y  objetos  artísticos  españoles.— Descu- 
brimiento arqueológic). —Láminas  intercala- 
das en  el  texto:  Busto  de  Alejandro.  El  San 
Nicolás.  -Láminas  sueltas:  San  .Miguel  «fe  Es- 
calada: Vista  exterior.  Interior  de  la  misma 
iglesia.  Mangi  del  Corpus  de  Toledo:  Paño  de 
la  .Vsunción  de  la  Virgen.  Paño  del  corte  del 
velo  de  .Santa  Leocadia. 

La  Ciudad  de  Dios.  5  de  Noviembre  ayo?. 
Píndaro  y  la  lírica  griega,  por  el  P.  Bonifacio 
//orwpanera.  — Bibliogratia.  —  Reil  biblioteca 
del  Escorial.  (Notas  y  comunicaciones).  Incu- 
nables españoles.  Noticias  varias,  por  el  P_ 
Benigno  Fernández  .  -  20  de  Noviembre. 
Píndaro  y  la  líric.i  griega,  por  el  P.  Bonifacio 
IIompanera.—\'A  Emmo.  Cardenal  Cia^-ca,  por 
el  P.  Lucio  Cttnde.  -Revista  de  revi';ias.  -  5  d  e 
Di  ci  e  ¡n  bre.  Las  «Ensaladas^»  de  Flecha,  por 
el  P.  Luis  Villalba  Muño^. — í'n  libro  históri- 
co de  la  Inf  .nta  Doña  Paz,  por  A'.— Bibliogra- 
fía.- 20  de  Diciembre.  Los  biógrafos  de 
l'rdaneta,  por  el  P.  F.  de  r*nci7/a.— Revista  de 
revistas.— Real  biblioteca  del  Escorial.  (Notas 
y  comunicaciones.)  Siguen  los  incunables  es- 
pañoles. Noticias,  por  el  P.  Benigno  Fernán- 
,ie^.=  -5  d  e  E  n  er  o  1903.  Cn  pueblo  mártir 
llrlanda],  por  el  P.  .\ntonino  M.  Tonna-Bar- 
thet. — Bibliografía. =  20  de  Enero  1903.  Un 
episodio  de  la  conquista  de  Filipinas,  por  el 
P.  Fermín  de  Vncilla.  — l'n  pueblo  mártir  |lr- 
landal  (continuación),  por  el  P.  .\ntonino  M. 
Tonna-Harthet.~V.\  Emmo.  Cardenal  Ciasca 
(contiii  lación),  por  el  P.  Lucio  Conrfe.— Re- 
vista de  re  v¡stas..r5  de  Febrero.  Fray  Luis 
de  Leo  1  y  los  dominicos  de  Salamanca.  Adver- 
tencia, por  la  Dirección. — Contestación  al  re- 
verendo P.  Alonso  Getino.  O.  P..  por  el  P. 
Francisco  ¡Manco  Garda. — l'n  pueblo  mártir 
llrlanda],  por  el  P.  Anionino  M.  Tonna-Bar- 


ct3  2t    i  t-L:.  JL^'r»»z  .*»  £-2   T:   .-:.   ^  ■■:   tí  i-  7<:   i  <i       r  "-o  ■  ■  ^-i  .r    r-a:-    *    t    '..">.•».•  »*-i 

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rzz^trr:*  ti  FriT-c*.  r»:r   *-.    i  fx'x     ¿íx-  ?<r.^-.  ¿.xvi".^    »-.-:  .»,jc  .  *\  ?^.^     V'V*-^* 


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VcT's.Mziz  A'ZM- .  =--?.-::.    :,.;     r     ¿i-i-       Sctao.  j>fr  '.  ,.x  ^-  r<-x«      No:  •>  c^.r  .o^irAp.- 


Ar'.tf  «!:  X 1  -r.  -.  p  :  r  -' : s ;  r  i  "T. .  r:  M< .*:x X    - 1  : * 


.Vr:oa:.    ct  vi-Aras»  -  .x:.»r.A»:o:,  *:.í.''.o-.ía;:Cs^ 


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3K.  p   r--'í  Mir.i   .Tx»-*:  -•  r . -.  ci 

r:j.  p-:r  t.  'i^iír  xV   B^^^f     —  Bi.  *:*   ^c 

rc¥ :*•»«.  por  her-a^jc-  .trxtt?        r  srrsro 

«u  h;*' r:»!.  p*:r  P  .-or;».  inijj  »■  Xí  .'  í  -í:  í 
— La*«'o':e*y  I-.-s  «i:.iv¡er3.>  jci  re.r.xc:  ¿t 
Doña  í**b<  II.  p-jf  Juan  Ptre^  ae  «¡uj'vex*;  — 
Apun'c-i  >:.rrí  c!  pr  jbie  r.  i  T.irroqa;  I.a-íCv^o- 


c*  .'».•.*  .íc  re*  n:  iN. 

p.r  Si.\  A,:.<r  rxt.:.>      ;  .1  \o.ji   .:v,o.  :ía.:oi»aI 
c.  ■.::<. ':po-A:u'Ji,  }X'r  H    r.^l  M*   .a  üc  .  4>"J     - 

:;a«o  ?\x-«   'í  \  «'xf.:.  — K^\  ^:a  oc  ■c>.>;a>    ■ 

„  ^  .  .^  ,  Rev..!Ab:b.;.«¿ri::vM 
feren.-;as  ^t  Madr:d  en  inv.  pj-r  J-r-n—.o  h.^.-  ^^  k».  [♦•.vicv.b.e  :  o:  b:  Mir^.joxdc 
fíecktr.—*ZTu'\.CA  ¡líerjr.a,  por  K  «í  •níc  Je  Mv  r  .  .*.vV\i.;k..ic; ':*V  ;v»r  :  T.  ."  ««x  Tjt;» 
Baqutro.  -Hevisla  de  Pcv.>:aÑ,  p.-r  Fernán J..  :r..:..i  Je  P  M  K  ..  o,  ••  v!  mím  Jo  l.nh-- 
.irxu;... -N...:-s  b:b:, .  .  rir:c  is  p-r  •:  rist.p-  .,^  ^.,  :>s..  p.v  I  a  -  :  a  >  :ím- i  v»->i.í  a.-  lu- 
cio Bernald'.-  á*  nutr  s  v  p.  Iterad-.-  -j^    p^,-  i\    y   \  .»;.,j.;.í  y>      J    x  iv*;    b  ::v..'!v>»;ia 

España  Nt-í  VA   ?.  Fn^'...  :.,n.    Vr-.e     \rqui-  >  v.j.m.::s;.k  ..  m  J.o  vS*.   .»p.-    .,'..>.   por  J     Ku^o- 

lecto<  de  \'ilÍJdo¡'d     M.ic-.as  «'-arp-.nur.-.  p.»r  nivW'-.-jJí*-.     *  \i';ic  1   vL    ;:^rox     ll.>!v^;:.»   de 

Juan  Ai:apit  .  y  HeriHa.  ;.,  rorrp,»ñij  vio  J.-í:-  om   t »    \x;x:orovA  de  K>i- 

LiskAL-KKfiA.  :•»  Noviembre  !«>>;.  Breve  ts-  paña,  pvr  e!  IV   \:r.v'tv.o  \n; -«vín^K    <Vri-...v- 

ludio  <obrc  el  o-icriti.r  bübjia-.»  IV   S   bino  de  No:;oi  4sb;b:.v»:,:-.i:;c  i^          \  :ie;^^:os^;    1  a-x- 

Goico€chca.  jpor  I>.  Fci:.\  de  ¿xn^j.^'u»"::.     Dos  ^-j.<  ^j^.   h.i-i-r:    p.v    .1       V.'.í-o    »:       1a   o:\:l!*«- 

hanjZí:osarqjcolóüic..'íen  1a  B.isiiica   de  Ar-  ¿:,.n   ,   ¡.,^   n.c.  -u-   l.n  ..,.,v.  por   I  ¡m'o   .\.'..V|- 

meniia,  por  I>.   .Manuel   /)ia-  Je  .Iroxya-   :ío  /;,.  _j  .,  esfera  d. ;  .uie.  p.:  H.»m..M  K,,: ;    l»i.i- 

Noviembrc.  lliMonA  de   las  f:uerrAs  ñapo-  rfo.-l\soubnMi.ent.^  v-.o:  I  sti  co'u' do  Maki.illa- 

Icónioas.  Campiña  de  N.»puleon  en   Kspaña,  nes.  por  KstebAu  M.ncu      I  a  .s.ib.ina  s.uua  de 

porD.  José  Góme^  de  Arteche.  =  y^  Novicm-  Turin.   por  Roini.u.o  K    »  .i.Wi.í.p  o.v .      Nou- 

brc.  Hi^toria    de   las   guerras   ñapóle  micas.  ^ias    bib¡uv.r.«iic.>s        rr..ni.A    huiAna.    por 

Las  guerras  de  España  con  Napoleón,  por  don  j.  m.  .i,,- .„•./,..     Febrerv»     I  ox  expanolos  en 

José  Gome!:  de  .Ir/fcAr-Noiicias  biblio^rá-  ^l   r.onclio    de    ITenio    ,  c  >M:i.ui.«oiv.n  K   piM- 

licas  yl¡lcrarias.=.!o  niciembrc.   Breve  es-  Antonio  .\strain.      la  cmIuacíom  %    las  na- 

ludio  sobre  el  escritor  bilbaíno  D.  Sabino  de  ciónos  lai. na  .  por  I  :mo"  A/Hri/.'o      M  Marques 

Goicoechea,    por    l\    Félix  de  Landdburu.  -  j^.    M^.ra.   por  I..  C./om.i.  -  iMraHuax    actual. 

Dos  hallazgos  arqueológicos  .m  lab.silicade    I  p^r   Pablo    Hern.indcii.      Ixamen   de  libros, 

Armcntia,  por  l>.  Manuel  Oia,- rf«í  Arcaya.-r    1  p^.^  Ksteban   Mvreu.     Notic  is  biblionraticas. 

20   Diciembre,    l'n    miquelcte    (Prudencio  p^>j.  p    y 

Arnao),  por  Antonio  Peña  y  Goñi.  -Fi^^uras    ,  Rkvisi  a  CoNrKMPOK.vsKA.  if'de  Enero.  un\\, 

guipuzcoanas.  Vn  eibarrés  insigne  (D.  Carlos   I  Don  (labriel  de  (^»rral,  pí>r  Narciso  Manso  .1. 


164 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


Cor<¿«.— Literatura  inglesa,  por  Pedro  Gon- 
^á^et-B/a»co.— Máximas  y  observaciones  de 
I>.  Antonio  Pére^,  ministro  que  fué  de  Feli- 
pe II,  para  Enrique  IV,  rey  de  FrancU  (con- 
clusión).—Los  Tisigodosen  España  icontinua- 
líión),  por  J(osé|  0[rtega]  K/iiWo/.— La  lin- 
güística como  ciencia  de  observación,  por  Ed- 
mundo Gont^álei^-Blanco.—Kl  arte  moderno; 
por  Juan  García  Goy en  a. —Españoles  ilustres 
en  Filipinas  (continuación),  por  José  Ruca  de 
Ta/fore*.— Boletín  bibliográfico,  por  P.  C3/on- 
^áiei^'l  Blanco^  por  E.,  por  José  Deleito  Piñue- 
la y  por  iV.  N. 

Revista  critica  de  Historia  y  Literatura  es- 
pañolas, portuguesas  é  hispano-americanas. 
Septiembre  y  Octubre  1002.  Bibliografía  lite- 
raria de  América  (conclusión),  por  Antonio 
Enas  de  Afo/ins.— Literaturas  regionales,  por 
el  mismo.— Discurso  de  la  vida  del  limo,  señor 
D.  Martín  de  Ayala,  Arzobispo  de  Valencia 
(continuación). -Cartas  de  D.  José  Vega  y 
Senmeat  y  de  D.  Juan  Antonio  Afayans  y  Sis- 
ear.—Notas  críticas.  Les  premieres  égliscs 
chréticnnes  en  Espagne,  par  A.  Marignah,  por 
Xan  rf'.isfMHM. —  Movimiento  bibliográfico, 
por  A.— Notas  sueltas  y  documentos  para  una  i 
biografía  de  D.  Jerónimo  Zurili.— Fragmentos 
de  algunas  cartas  del  Dr.  Bartholomé  Leonar- 
do de  Argensola.— Libre  del  orde  de  cavallc- 
ria  (continuación). 

Revista  de  Menorca.  Enero-Marzo.  1902. 
Las  Bale  ircs,  por  Achillc  Gtti7/arrf.— Mallorca 
y  Menorca  á  raiz  de  la  conquista  de  ésta  por 
Alfonso  III,  por  Cosme  Parpal  y  Marqués.^ 
El  barítono  más  notable  de  España,  por  S.  Ca- 
müñe^.  [Biogr  ifia  de  D.  Mateo  José  Buenaven- 
tura Orfila.l— Iglesia  rural  de  San  Ju«n  Bau- 
tisU  del  término  municipal  de  Ciudadcla, 
apuntes  históricos,  por  J.— Noticias  referentes 
á  la  isla  de  Menorca,  extraídas  del  primer  pe- 
riódico palmesano  titulado  «Noticias  periódi- 
cas», por  J  ime  Garau.— Elección  de  oliciales 
y  consejeros  de  las  l'niversidadcs  de  Ciudade- 
la  y  Meroadal  después  del  asalto  y  saqueo  de 
aquella  ciudad  por  Must.fá  Piali  (ií>58),  por 
F.  Hernández  San  ¡i- 

R.  Torres  Valle.  M.  Serrano  y  Sanz. 

REVISTAS  EXTRANJER.\S 
íi.*»  Los  sumarios  íntegros  de  las  revistas 
concénercsdc  la  nuestra  portuguesas,  ó  ex- 
tranjeras en  hablas  no  españolas  ni  portugue- 
sa c»>ns.igradas  exclusivamente  al  estudio  de 
España,  y  dadas  á  luz  en  ó  fuera  de  ésta:  los 
títulos  de  unas  v  otras  revistas  van  de  letra 
cursiva.  2."  Lostrabaios  de  cualquier  materia 
tocantes  á  España,  y  los  de  carácter  hisiórico 
V  erudito  intcre  antes  para  la  cultura  que 
haoren  en  los  Sunrmrios  de  las  demás  revistas 
escritas  en  lenguas  portuguesa  y  extranjeras, 
publiquensc  ó  no  en  Espma.  3."  Los  trabajos 
que,  estando  en  las  condiciones  reseñadas  en 
este'  párrafo  segundo,  aparezcan  en  revistas 
public  das  por  extranjeros  en  lenguas  sabias.] 


ACADÉMIE  DES  IXSCKIPTIONS   &    BCLl.ES-LCT- 

TRES  (de  ParisJ.  C-ompies  rendus.  Mayo  y  Ju- 
nio de  1902.  P.  Delattrk,  Le  quatriéme  sar- 
cophage  de  marbre  blanc  trouvé  dans  la  oé* 
cropole  punique  voisioe  de  Saín  te-Monique,  a 
Carthage.— Auguste  AuDOLLENT,  Note  sur  le* 
fouilles  du  Puy-de-Dóme  (1901).— Pierre  Joc- 
GVET,  Rapport  sur  deuz  missions  au  Fayoüm. 
— M.  Ofpert,  Le  cylindre  k  de  Gudéa. 

ANKALES  DE  LA  SoCI¿TK  dUiSTOIRK  BT  dAR- 

ciiKOLOGiE  DE  Gasd.  Tofne  III.  1900  J.  Vaw  DEX 
Ghbyk,  Note  sur  un  anclen  livre  d*Heures  de 
l'hópital  deGrammont.=  rom«  IV.  1901.  Fer- 
nand  Donnet,  Les  dernierá  fídcles  de  Marie 
Stuart. 

Archivio  storico  italia.so.  Firenze,  1902. 
Serie  V.  Tomo  XXX.  Nicoló  Rodolico,  Note 
statistiche  su  la  popolazione  fíorcntina  nel 
XIV  secólo.— Fr.  Brandileo.ne,  Note  sull  origi- 
ne di  aicune  istituzioni  giuridiche  in  S.trdegna 
durante  il  medioevo.— Pierre  Gauthiez,  Nuovi 
documenti  intorno  a  Giovanni  de'Medici  detlo 
delle  Bande  Ncre. 

BULLETIN  de  la  CLASSK  DES  LETTRES  ET  DBS 
SCIE.NCKS  morales  ET  POLITIQUKS  ET  DE  LA  CLAS- 

SE  DES  Beaux-.\rts.  BruseUs,  1902.  Núm.  5.  Les 
origines  de  la  ncutralité  de  la  Belgique  et  le 
systéme  de  la  Barriere  (1Ó09-1830)  (Rene  Do- 
llot);  note  par  P.  Fredericq.— Le  Conseil  de 
Brabant  (Arthur  Gaillard);  note  par  ^dm. 
Marchal.=ti  ú  m .  8.  Deuxiéme  étude  sur  IHis- 
toire  de  Suétone  «De  vita  Caesarum*,  par  L. 
Preud'iiomme. 

BULLETIN  DE  LA  SoCIÉTÉ  D  HiSTOIRE  ET  D'Ar- 
CIléOLOGIE   DE   GaND.    I9OO.    NÚm.    2.    G.    HULIN. 

Une  note  relative  au  peintrc  Juste  de  Gand.— 
J.  De  Smkt,  A  propos  du  polyptyque  des  Van- 
Eyck  á  St.-Bavon.  — Núm.  3.  L.  Maetkrmnck. 
Gaspard  De  Crayer,  sa  vie  et  ses  ctuvres  á 
Gand. — V.  van  der  Hak<;hkn,  La  peinturc  de 
lancienne  Chapclle  des  Bouchers.  =  N  úm,  5. 
G.  Vanden  Ghev.n,  Documcnts  inédits  sur  deux 
tablcaux  celebres  (de  Van  Eycky  deCraeyerl.= 
Núm.  <>.  P.  Bergma.ns,  Artistes  gantois  du  mo- 
ycn-áge.-=S' úm.  H.  V.  Fris^  Les  Hamands  á  la 
batailledeCourtrai.  =  =  i9oi.  Núm.  i.  F.  van- 
den Bemden^  .\nsclme  van  Hulle,  pcintre  gan- 
tois.=  Núm.  5.  J.  De  Smkt,  Quelqucs  notes  rc- 
latives  aux  \*an  Kyck.~Núm.  6.  íl.  Pirfnne, 
Notice  sur  une  chronique  <k*  Flandrc  en  fran- 
jáis de  la  fin  du  xiv^  sitde.— V.  vanden  Nae- 
GHKN,  Le  livre  des  peinires  gantois.— (1.  IIlmn, 
Le  tableau  de  Tomyris  et  Cyrus  dans  I  ancien 
pal  is  episcopal  de  Gand. 

CoMPTK  RENDU  DKSSI.A.NCI.S  DK  LA  COMMISSIOX 

BoTALK  o'Histoike  (de  Belgique],  Bruxelles. 
1901.  I*-'^  Bulleiin.  I'SMKR  Bkri.ikhk,  Les  chapi- 
tres  généraux  de  l'ordrc  de  saint  Bcnoíi  dans 
la  province  de  Cologne- Trcves.-l  !*•'  Bulle- 
tin.  Alfred  (Lauchié,  La  Chronique  de  Saint- 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


l65 


Hobcrt  díte  Camtátorium,  le  Livre  second  des 
Mimcmla  Sancti  Hnberti  et  U  Vita  abbatis 
Anáaginengis.  —  Éd.  Vlietimck,    Documents 
¡Dédits  conceroant  Toccupation  de   la   ville 
d'Ostendepar  les  troupes  des  Provinces-rnies 
et  de  la  Reine  d'Antleterre.  1584-1604.=!  Ii^ 
Ballet  i  n.  Éd.  Vlietücck,  Documents  inédits 
conceroant  l'occupation  de  la  ville  dOstendc 
&  (suíte).  Le  Barón  de  Chestret  de  Haneffe, 
L'ordre  du  Temple  dans  l'ancíen  dioc(}$e  de 
Liége  ou  la  Belgique  orientale.=l  V^  Bulle- 
lin.  Karl  IIanquet,  L'auteur  de  la  Chronique 
deSaint-Hubert,  do  second  livre  du  Sfiracula 
SmM^-ti  Huberti  et  du  Vita  Theodtrici.  Repon- 
se  á  M.  Cauchie  =  =  1902.  I^*"  Bulletin.  S. 
Balav.  La  Bibliothéque  de  l'abbaye  de  Saint- 
Jacques  á  Lié  e.— Paul  Colmxkt,  l'ne  copie 
retrouTée  du  Cantatorium  Sancti  lluberti.— 
A.  IIansay.  La  «Crenée»  9éo<^rale  du  p  »ys  de 
Liége  en  1470  et  le  dénombrement  des  feux.— 
H.  Vandb»li!»df!»,  Le  premier  m.T'U'ícrit  origi- 
nal des  Res  Lnyanienses  de  Divacus  Íi564-i565\ 
Lb  Corresponda. NT.   1903.    10  Enero.  L.  de 
La5?ac  de  Laborie.  La  politique  étrangére 
du  Directo¡re.=25  Encm.  G.  .Moi.lat,  Une 
découverte.  Le  Saint  Suaire  de  T   rin  et  la 
Bulle  de  riément  Vil  contre  rauthcni¡cit#*. 

The  ofooraphical  joi'r?*\i..  iijo-^.  Enero. 
Otto  L.  Berimger.  Notes  on  the  country  bet- 
ween  lake  Nyasa  and  Victoria  Nvan  a.— B. 
T)iCKSo:(,  The  eastcrn  borderl  «nds  of  Kikuyu.— 
The  voyige  of  the  «Gauss»  from  Cape  Town 
to  Kerguelen.— F.  H.  Ruxtow,  Yola.— The  Chi- 
le-Argentinearbitratíon.=Febrero.C  H.  D. 
Ryder.  Exploration  in  wesiern  China.— Cari 
LcMHOLTZ,  Explorations  in  .México.— .Martin 
CoxwAT,  How  Spiísbergen  was  di'^covcred.— 
Hugh  Rober-  .Milu,  Bellings  hau^en's  antarc- 
tic  Toyage.— J.  Gun.xar  .\xdersox.  The  'scien- 
tific  work  of  the  Swedishaní  rctic  expedition 
at  the  Falkland  islaods  and  in  Tierra  del  Fue- 
go.—Harry  Joh:<ston,  Major  Dclmc  Radcliffe's 
Map  of  the  Nilc  provincc  of  the  l'g.inda  Pro- 
tectt  rate. 

GlOn?(ALE   STORICO   E    LETTERARfO    DFI.l  A    Ll- 

4ICBIA.  1002.  .M.irzo- Abril.  O  <jbfr7iner,  I  li- 
gori  antichi  c  i  loro  cortmercí.  I  li^uri  antichi 
«  í  loro  prodotti  commerciali. — V.  .\.  Arilla- 
311, Femministi  e  miso^^ini  nci  sccoli  xiiicxiv.— 
Appuoti  di  bibliogr  fia  ligure.  — .\  j;os  to-Oc- 
tubre.  .\.  Ferretto,  La  prigioniadi  Frances- 
co I  re  de  Francia  .1  (Jenova,  a  Poriofino  c  alia 
Badia  della  Ccrvara.— .\ppunti  di  bibliografia 
ligure. 

Prace  Matfmattczmofiztczne.  ly)!  y  HX»2. 
Tomos  XII y  XI ¡I.  Correspondance  de  Leibn:^  ' 
etdt  Kochanski,  copine  par  .M.  Bode '^ann  ei  | 
publiée  par  M.  Dickstein.  (Hay  un  juiciu  Je  ' 
estas  cartas  en  la  Repue  Philosophigue  de  Fe-  j 
l>rero  1903.)  | 


>  La  Revce  (Anciemxe  «Re tve  dbb  RxrcEa»). 
j  1903.  i.»  Febrero.  Dr.  Latovche-Tbéviljls,  L' 
I  antiquité  du  Nouvc^u  Monde  (L'Amérique 
avant  Colomb)  — R.  Bi.a.nco-Fomboma^  Le  Ve- 
í    nezueJa  litteraire. 

Retie  ARCHÉOLO<i:vt*E.  1902.  Noviembre-Di- 

'   ciembre.  P.  Gauckler,  Les  fouilles  de  Tuni- 

sie.— Rene  Dussaud,  Inscription  nabatéo-ara- 

I    be  d'En-Nemára.— R.  Cagkat  y  M.  Bfsmfr, 

Revue  des  publications  épigraphiques- relati- 

res  á  l'antiquité  romaíne. 

Revie  bln^.dictine.  1903.  Enero.  Laurent 
Jaicshejts,  Maítre  Thomas  Bouquillon.  — Us- 
mer  Beri.ikre,  Les  évéques  auxiliaires  de  Cam- 
braiauxxiii^  etxiv^  siécles.— Jean  Chapma.n. 
Les  interpolations  dans  le  traite  de  S.  Cyprien 
sur  l'uniíé  de  l'Églíse  (Fin).— Raphael  Proost, 
La  simplícíté  des  subsiances  spiritucUes  á  T 
origine  de  la  philosophie  chrétifonc. — Gcr- 
main  Mohín,  Pages  inédites  d'.Arnobe  le  Jcu- 
ne:  la  tin  des  Hxpositiunculoí  sur  rÉvan¿sile  de 
S.  Luc— Analyses  el  Comptcs-rendus. 
.  La  revue  d'Europe.  1903.  Enero.  E.  Coche- 
Li.N,  La  Pcinture  Grzco-Égypiienne.— II.  Fau- 
re.  Les  Mystéres  de  l'adoration  des  Mages 
(i40i)(suite). 

Revik  he  Gascoose.  1902.  Octubre-Diciem- 
bre. M.  LArLATÉRE,  La  vie  de  M.  Couture. — 
P.  Lahargov,  M.  Couture  et  son  enseigae- 
ment.— L.  Maiso.nneuve.  La  philosophie  de  M. 
L.  Couture.— .\.  Jeanrot,  L.  Couture  philo- 
logue.  —  C.  CÉz¿RA<:,  L.  Couture  ha^iogra- 
phc.— .\.  Dkgeht,  L.  Couture  et  la  Reyutde 
Gascogne. 

RevuK  HEBDOMADAIRB    des   COURS    et    CONFll'- 

RE:tcKS.  1903.  8  Enero.  Émile  Fagu^t,  .Xndrc 
Chénicr.— G.  Desdevises  dv  Déz^rt,  L'Espa- 
gne  des  moines.— Leo  Clahetie,  Le  théátre  de 
Racine  *Esiher». 

Revue  d  IIistoire  kt  d '.\rcbkologie  du 
RoussiLLON.  19 >2.  Noviembre.  Fragments  d' 
une  croix  en  picrrc  trouvés  á  Llupia— =1903. 
Enero.  J.-.\.  Brutails,  La  statuaire  en  Rous- 
sillon  vers  i2ix).  A  propos  d'un  livre  réceol.— 
B.  Pali  STRF.  Cüffrei-rcliquairc  de  léglise  de 
.Mossc*.— .\lph.  Tai.ut.  L  ortographie  cataia- 
nc.— P.  .Masnou,  Ordoon  ncc  du  roi  .\lphonse 
rclative  á  la  frappe  de  la  inonnaie  d'argeot  de 
Pcrpi^nan  (1418). 

Hkvued  Histoire ec<:i.ésiastique.  10ÍÍ3.  Ene- 
ro. F.  \.  FuNK,  L'.\t;ape.— Franíjois  Bethune, 
Les  ccolcs  h  storiqucs  de  S.iini-Dcnis  el  Sainl- 
(iermain-dcs-Prés  dans  Icurs  rapporis  avcc  la 
composi  iuD  de^  Grandes  Chroniquesde  Fran- 
ce.— A  (^^^cllIE,  Le  (iallicanismc  en  Sorbon- 
ne d  aprés  la  correspondance  de  Barf.ell¡ní, 
noncc  de  Francc  ( i«V>H-it>7i)  (suitc). 

Ri  vuK  DKS  i.ANr.ri  s  romani  s.  i  )02.  Noviem- 
bre. B.  Sahfifi  .  Le  parler  <Je  B«gnéres-de- 
Luchon  et  de  sa  vallée.— .\ugustc  Vidal,  Lc.h 


i66 


REVISTA  DE    ARCHIVOS 


Cartulaires  d'Albi. —  L.  G.  Pélissier,  Docu- 
meots  sur  le«  rclatioiis  de  l'Kmpereur  Maxi- 
milien  el  de  Ludovíc  Storza  en  I  annéc  1499.— 
Bibliogri<phic. 

RüvuE  i>ES  <¿uESTioNS  iiiSTOKi^^UES.  1903.  Ene- 
ro.  Emmaouel  Cos(¿uin,  La  légcnde  du  page 
de  Sainte  Élisabeih  de  Portugal  et  le  cunte 
indien  des  «Bons  conse¡ls».--íj.  Ci.kme.st-Si- 
MON,  Un  conseiller  du  roí  Fran^ois  I*^*".  Jcandc 


Scive,  premier  Président  du  Parlamcnt  de  Pa- 
rís, négociateur  du  traite  de  Madrid.— Alberi 
Babeav,  Les  Souvcrains  étran^crs  en  Franco 
du  X*  au  xviii^  siécle.— Víctor  Pierrk,  Reli- 
gieu  es  frao^aiscs  en  exil.  1791-1803 — Léon 
MiROT,  La  Messe  de  Réquiem  de  Du  (lucsclin 
en  I389.-Henri  Longnon,  L'n  ageot  politiquc  au 
xvi^  siécle.  Michel  de  la  Hugueric  (1545-1616). 
M.  Serrano  y  Sanz. 


SECCIÓN  OFICIAL  Y  DE  NOTICIAS 


Con  fecha  22  de  Enero  próximo  pasado  ha 
ascendido  á  Oücial  de  tercer  grado  1).  Román 
Murillo  y  Olio,  que  presta  sus  ^er vicios  en  la 
Biblioteca  de  la  Real  .Academia  Efpa^ola. 


Ha  sido  trasladado  del  Archivo  general  de 
los  Ministerios  de  I  istruccion  púolici  v  de 
Agricultura,  Industria  y  Comcrc:o  á  la  Biblio- 
teci  de  la  E  cáela  Supsrior  de  .\rquiicciura, 
el  Oficial  primero  I).  Fernando  .\rino  y  Gon- 
zález. ________ 

D.  Enrique  Sánchez  y  Tcrroneí,  además  de 
prestar  sus  servicios  como  .\uxiliar  permanen- 
te de  la  'unta  facultativa  de  .\rchivos,  Biblio- 
tecas y  Museo';,  qu. 'da  adscrito  á  la  plantilla 
del  Archivo  General  de  Instrucción  pública  y 
.Vgricultura.  _ 

S.  M.  el  Rey  (Q.  D.  c}.),  de  deformidad  con 
lo  propuesto  por  el  Negociado  del  ramo  y  la 
Subsecretaría  de  este  iM  nisterio,  se  ha  servido 
resolver  con  carácter  de  generalidad: 

1."  Que  se  deje  sin  efecto  el  nombramiento 
hecho  por  el  Director  del  Instituto  gi'neral  v 
técnico  de  Badajoz  á  favor  de  un  Catedrático 
para  que  se  encargase  del  servicio  de  la  Bi- 
blioteca provincial  y  de  aquel  Centro. 

2.0  Que  contin.  é  adscrito  á  la  misma  el  .Ar- 
chivero de  Hacienda  de  aquella  ciudad. 

3."  Qije  á  fin  de  que  éste  pueda  atender  al 
servicio  d  -•  ambos  e  -tablecimientos,  se  pongan 
de  acuerdo  los  Sres.  Director  del  Insii  uto  y 
Delegado  de  Hacienda  sobre  ei  número  de  ho- 
ras en  que  el  referido  Archivero  ha  de  atender 
respectivamente  á  los  dos  servicios. 

4."  Y  que  se  haf<a  saber  al  vrchivero  aludi- 
do, ba)o  apercibimiento,  que  procure,  en 
cuano  esté  de  su  parte,  hacer  compatibles 
am  as  funciones,  evitando  nuevas  diferencias 
ace.  ca  del  particular. 

De  orden  del  Sr.  Ministro  lo  digo  á  V.  E. 
para  su  conocimiento  y  demá>  efectos.  Dios 
guarde  á  V  E.  muchos  ños.  .Madrid  29  de 
Enero  de  1903.  -El  Subsecretario,  Casa  Lai- 
glesia.— Sr.  Jefe  superior  del  Cuerpo  faculta- 
tivo de  \rch¡veroí.  Bibliotcc  irios  v  Arqueó- 
logos. (Gaceta  del  16  F'ebrero  de  1903.) 

limo.  Sr.;  En  vista  de  la  comunicación  de 
ese  Centro,  fecha  12  de  .Noviembre  último,  in- 
teresando la  adopció.i  por  este  Ministerio  de 
las  medidas  indispensables  para  q.e  el  servi- 
cio del  .Vrchivo  de  Hacienda  de  Pontevedra 
no  se  resienta,  efecto  de  haberse  encargado  al 
funcionario  del  Cuerpo  facultativo  de  .Archi- 
veros, Bibliotecarios  y  .Arqueólogos  adscrito 

ERRATAS  DEL   NÚ.MERO   ANTERIOR 
''íg.  H4,  Im.  4  dice  «Revi-  .  des  Revi;  s*)  por  «Revuc    es  Revues»)  i."dc  Enero  1903.— Kn  las 
laminas  I  y  II  se  Le  To  no  VII,  por  Tomo  VIII,  á  c  lusa  de  es  ar  hechas  desde  el  .ño  pasado. 

MADRID.— Tip.  de  la  BeTÜita  de  ArchÍTOS,  Bibliotecas  y  ICuseoB,  Olid,  8. 


á  dicho  establecimiento  que  dedique  dos  horas 
di  irías  por  lo  menos  a  la  c  talouación  y  régi- 
men de  la  Biblioteca  provincial  de  la  misma 
ciudad;  v 

(considerando  que  'a  escasez  del  personal  en 
el  Cuerpo  citado  y  la  circunstar.c.a  de  que  al- 
.  unas  de  las  Bibliotecas  pro\íiiciales  y  de  los 
institutos  generales  y  técnicos  c.ireceñ  de  im- 
pon tncia  bastante  a  exigir  un  servicio  diario 
facultativo  de  seis  horas,  que  son  las  regla- 
mentarias de  trabajo  en  aquél,  movieron  á  ejita 
Subsecretaría  a  disponer  que  de  tales  estable- 
cimientos se  encargaran  además  los  Archive- 
ros de  Hacienda,  cíonde  no  hubie  a  otro  em- 
pleado técnico  adscrito  especialmente  á  la 
Biblioteca: 

Considerando  que  en  las  provincias  de  ter- 
cer orden  en  que  ello  suele  ocurrir,  puede  bas- 
tar cierinmente  un  servicio  de  cuatro  horas 
para  el  desempeño  del  Archivo  de  Hacienda, 
mientras  no  quede  aument  do  de   hechu   el 

f personal  óA  aludido  Cuerpo,  cual  acontece  en 
as  de  Ciudad  Real,  Cuenca,  Palencia  y  otras, 
en  que  sus  Archiveros  de  Hacienda,  sin  des- 
atender un  momento  el  servicio  que  les  es 
peculiar  en  la  Delegación,  han  citalogado  y 
sirven  también  las  respectivas  Bibliotec  is  muy 
á  gusto  de  sus  Jefes  inmediatos  y  á  satisfacción 
de  es  I  e  Centro. 

E>ta  Subsecretaría,  de  conforridad  con  lo 
dictaminado  por  la  Junta  facultativa  de  .\r- 
chivos.  Bibliotecas  y  Museos,  ha  tenido  á  bien 
resolver  que  se  hauá  presente  á  V.  S.  la  nece- 
sidad en  que  aqueil «  se  encuentra  de  mantener 
SU'»  acuerdos  acerca  del  caso,  así  como  que, 
pira  que  jamás  pueda  por  su  cumplimiento 
resentirse  el  servicio  preferente  de  los  .\rchi- 
von  de  Hacienda,  ni  el  de  las  Bibliotecas  pro- 
vinciales, se  pongan  de  acuerdo  los  señores 
Delegados  de  Hacienda  y  Directores  de  los 
Institutos  generales  y  técnico^  acerca  del  nú- 
mero de  horas  v  en  cuále>  del  día  ha  de  pres- 
tar servicio  el  .\rchivero-Bibliotecario  en  am- 
bos establecimientos,  recomendándose  mu\ 
especialii  e  ite  á  los  funcionarios  uel  indicado 
Cuerpo  á  quienes  afecte  esta  disposición,  que 
procuren  por  su  parte  allanar  toda  el  se  de 
dificultades  que  puedan  enerv  ría,  y  esperan- 
do de  su  acredit  doc.loqu.*  sabrán  lien  ir  su 
doble  cometido,  sin  apercibimiento,  protestas 
ni  queja  alguna,  p-eciso  siendo,  empleando  al 
efe:to  mas  horas  reglamentarias. 

1^0  que  digo  á  V^  I.  para  su  conocimiento  y 
demás  efectos.  Dios  guarde  á  V.  I.  muchos 
añ.s.  Madrid  5  de  Febrero  de  1903.— El  Subse- 
c'etario.  Casa  Laiglcsi  .— Sr.  Interventor  ge- 
neral de  la  Administración  del  Estado.  (Gaceta 
de  16  de  Febrero  de  1903.) 


c 


(ycj^o  ^' 


C/A^ 


REV.  DE  ARCH,  lilHL.  Y  MUS. 


TOMO  VIII. -LÁM.  IV. 


Fototip.l  d*   Hauti'  /   «cnit.  ■■.drid  * 


ESTATUA  DESCUBIERTA  EN  EL  CERRO  DE  LOS  SANTOS  (ALBACETE) 

ALTt-RA    !."•   35 

MUSEO  ak9i:kolóoi(v>  n.v<;i<»\.vi. 


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REVISTA 

DE 

ARCHIVOS,  BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 

imSTO.^IA     Y    CIKNCIAS    Al'Xll.lAKFS) 

Año  VH.— Mahzo  de  iyo3. — Núm.  3. 

KL  CÜM)ESTA1^LE  D.  RUY  LÓPEZ  DAWALOS, 

PRIMER  DUQUE  DE  ARJONA 


Rancia  y  añeja  costumbre  entre  los  tratadistas  de  nobleza  y  de  linajes 
es  la  de  remontar  el  origen  de  las  familias,  á  cuyo  estudio  se  consagran  á 
tiempos,  cosas  y  personas  que  tan  apartadas  de  nosotros  unas  y  otros  sl* 
hallan,  que  no  es  tarea  tdcil  de  suyo  la  escrupulosa  comprobación  que  la 
crítica  impone  al  historiador  que  quiere  escudriñar  los  hechos  con  la  dili- 
gencia y  veracidad  debidas.  Y  es  nuestra  vanidad  tan  grande,  y  la  adula- 
ción de  tal  manera  se  plega  siempre  al  poder  del  más  ambicioso,  del  más 
audaz  ó  del  mas  tuerte,  que  me  atrevería  á  afirmar  (si  no  se  me  tachase  J;; 
exagerado)  no  hay  en  la  historia  de  la  humanidad  un  hombre,  sobre  toJj 
¿n  los  siglos  ya  pasados  (en  los  cuales  la  nobleza  tenía  rango  de  clase  y 
privilegios  de  raza),  que  al  desculiar  sobre  sus  semejantes  y  escalar  el  solio 
del  poderío  y  de  la  gloria,  no  encontrara  un  biógrafo  complaciente  que, 
volando  en  alas  de  su  fantasía,  hiciera  desfilar  ante  la  plebeya  cuna  del  po- 
deroso magnate  en  correcta  formación  una  serie  de  abuelos,  todos  los  ctia- 
les  ostentaron  sobre  su  pecho  blasonados  escudos  y  hasta  alguno  que  ciñó 
su  frente  con  la  corona  de  un  reino. 

Pero,  -como  refiere  á  este  propósito  una  anécdota  de  los  siglos  medios, 
es  cien  veces  más  ilustre  ser  tronco  y  cabeza  de  una  familia  poderosa  que 
no  podrida  y  vieja  rama  jde  un  árbol  ya  añoso  y  piió%imo  á  sucumbir  bajo 
el  pesoide  los  vientos  y  de  la  carcoma,  y  esto,  á  mi  entenderles  lo^jiic 
á  veces  echan  en  olvido  los  panegiristas  de  los  grandes  hombres  y  creen 
realzar  la  personalidad  de  ¿slos  encomiando  su  origen,  aun  i  'Castade 

3.*  ¿POCA.— TOMO  VIH.  1  3 


l68  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

echar  sobre  él  toJo  el  brillo  de  su  paleta,  dejando  el  resto  del  cuadro  sin 
vida  y  sin  color,  frío  y  desentonado. 

No  habían  de  faltarle  á  Ruy  López  Dávalos  tampoco  historiadores  poc© 
cuerdos  que  mezclasen  las  galas  de  oro  fino  de  la  verdad  sin  mancha  con 
las  postizas  de  oropeles  de  talco  que  aja  el  sol  de  la  crítica  y  funde  con  sus 
rayos  el  testimonio  de  la  vida:  entre  las  varias  fuentes  históricas,  en  su 
mayoría  originales  é  inéditas,  en  que  me  inspiré  al  trazar  el  presente  bos- 
quejo histórico,  descuellan,  por  la  extensión  que  á  su  vida  consagran,  dos: 
es  una  la  «Historia  de  Arjona»,  por  Ximena  Jurado  »;  la  otra  es  «Vida  y 
hechos  ilustres  y  sucesión  gloriosa  de  Rui-Lopez  Davalos  el  bueno,  tercer 
Condestable  de  Castilla,  Conde  de  Ribadeo,  Adelantado  mayor  del  reino 
d«  Murcia  ^;  en  la  primera  ocupa  Ruy  López  muchos  é  interesantes  capí- 
tulos, pues  como  primer  Duque  de  Arjona  y  oriundo  por  parte  de  ma- 
dre, al  decir  de  Ximena,  de  aquella  ilustre  villa,  le  corresponde  honorífico 
y  preeminente  puesto  en  el  número  de  sus  predilectos  hijos:  el  segundo  de 
los  citados  manuscritos,  como  se  desprende  del  título,  es  la  obra  de  un  pa- 
negirista interesado,  y  aunque  el  que  suscribe  estas  páginas  lleve,  como  el 
autor  de  la  monografía,  sangre  del  Condestable  Ruy  López,  no  ha  de  in- 
currir en  el  vicio  que  reprocha,  y  ese  mismo  respeto  que  al  progenitor  se 
debe  me  hará  apartar  de  su  memoria  lo  que  entiendo  que,  lejos  de  real- 
zarle, le  deprime;  lo  que,  en  vez  de  enaltecerle,  L*  rebaja. 

Juan  Dávalos  de  Ayala,  su  sexto  nieto,  autor  de  la  biogratVa  :recitaJa. 
reconoce  esto  mismo,  pues  aunque  al  decir  que  mIos  luertes  nacen  de  los 
fuertes,  y  que  el  encogimiento  de  la  paloma  no  fué  hijo  de  la  grandeza  del 
águila,  ni  de  la  generosidad  del  león  el  miedo  de  la  liebre»,  parece  defen- 
der los  privilegios  y  la  virtud  de  la  raza,  trae  á  cuentas  luego,  con  citas  de 
Diógenes  Laercio,  de  Antistenes,  de  Plutarco  y  de  Filostrato,  de  compro- 

1  Historia  6  Anales  del  municipio  Áltense  Vrgabonense  ó  villa  de  Arjona,  por  D.  Martin  Xi- 
mena Jurado.  Manuscrito  en  4."  eacuadernado  que  se  conserva  en  el  archivo  del  Ayuntamiento 
de  la  citada  villa,  hoy  ciudad.  Es  una  rompil.  cióa  de  lo  escrito  hasta  entonces  sobre  la  historia 
de  Arjona,  entresacando  para  ello  cuantas  noticias  {guardan  relación  con  aquella  sin  reparar  en 
su  procedencia,  por  lo  que  incurre  en  graves  errores,  sobre  todo  en  la  parte  antigua.  Copia  li- 
teralmente privilegios,  c  irl..s  y  otros  p  peles  que  existían  en  el  Archivo  del  .Municipio,  con  lo 
que  ha  prestado  un  gran  servicio  conservando  vivos  hasta  hoy  documentos  de  remota  fecha.  Por 
lo  que  se  deduce  de  muchos  capítulos  de  la  obra,  debía  tener  una  segunda  parte  destinada  a  exa- 
minar los  milagros,  y  narrar  el  hallazgo  de  las  reliquias  de  los  santos  mártires  Bonoso  y  Maxi- 
mi  no  hecho  por  aquel  entonces:  lástima  que  no  llevase  á  cabo  su  propósito  para  completar  la 
bibliografía  sobre  este  extremo,  aunque  conocido  hoy,  sumamente  interesante. 

2  Dos  libros:  «^Al  Kxcmo.  Sr.  D.  Pedro  López  de  Ayala,  sexto  cjndc  de  Fuensalida.  Alguacil 
mayor  de  la  Imperial  Toledo,  r.apitán  Gral.,  de  la  orden  de  Calatrava  y  Comendador  de  Bexir  e 
y  Castel  de  Castelú  (Reino  de  Valencia)  en  la  misma  orden,  gentil-ombre  de  Cámara  del  Rey 
niro.  Sr,  Don  Pheüpe  qunrto  el  grande  Por  don  Ju."  Dávalos  de  Ayala  su  sexto  nieto.  Ms.  2.S>7 
de  la  B.  N.  Vkx  tomo  encuadernado  en  pergamino  de  217  págs. 


BIBLIOTECAS   Y    MUSEOS  l6g 

hación  difícil,  la  costumbre  de  los  Arcadios  de  traer  pintada  la  luna  en  el 
zapato,  para  demostrar  que  también,  como  aquélla,  mengua  la  nobleza  de 
sangre  si  no  se  la  acrecienta  y  estimula  con  la  p>ersonal  de  la  virtud,  pues 
si  no  «se  asemeja  al  ciprés,  árbol  hermoso  pero  sin  frutoo,  que  es  «más  de 
estimar  siempre  la  virtud  propia,  que  no  la  sucesión  en  grandezas  y  ho- 
nores». 

Lástima  que  tan  hermosos  pensamientos  estén  pocas  páginas  después 
en  pugna  con  la  opinión  que  Dávalos  defiende  al  tratar  del  origen  de  esta 
familia,  que  hace  descender  de  la  Casa  Real  de  Inglaterra,  de  la  cual  vino 
un  infante  que  heredó  D.  Sancho  Abarca  en  San  Félix  de  Dávalos  (segúfi 
afirma  el  Príncipe  D.  Carlos  de  Viana),  ó  bien  de  un  Infante  de  Navarra, 
como  refiere  Frías  de  Albornoz,  á  quien  cita  Argote.  Y  pocos  renglones 
después  se  olvida  ya  de  esto,  pues  muestra  su  antigüedad  por  un  letrero 
que  hubo  en  Calahorra,  en  el  cual  se  dice  que  por  honrar  la  memoria  de 
un  Sancho  Dávalos  asistió  iMarco  Anlio  Régulo  con  tres  legiones  romanas 
unos  3oo  años  antes  de  la  venida  de  J.  C.  cita  que  no  se  puede  coordinar 
con  la  anterior,  porque  si  los  Dávalos  son  de  familia  real  inglesa,  no  es  de 
presumir  estuvieran  ya  aquí  en  España  en  tiempo  de  los  romanos,  á  me- 
nos que  se  entretuviesen  en  hacer  un  viaje  de  ida  y  vuelta. 

Argote  de  Molina  presume  que  del  lugar  de  San  Félix  de  Dávalos  pudo 
tomar  nombre  la  familia,  y  esto  le  hace  decir,  al  autor  de  la  monograf'a  á 
quien  sigo,  que  más  bien  el  lugar  tomaría  el  nombre  de  ellos,  y  ya  perdi- 
dos los  estribos,  con  la  ayuda  de  Plinio  hace  venir  á  los  primeros  caballe- 
ros Abalos  de  la  India,  donde  asegura  hay  unos  pueblos  cercanos  al  Gan- 
ges llamados  Abalos  y  en  el  Océano  otro  Abalo,  y  hasta  en  el  mar  tro- 
glodita un  seno  Abalites,  y  en  Mésala  un  puente  Abalos  donde  se  defendió 
César  de  Pompeyo,  con  lo  que  se  ve,  concluye,  fueron  hombres  famosos 
los  que  dieron  origen  al  apellido. 

Prescindiendo  de  esta  interesante  disquisición  genealógica,  que  importa 
poco  sean  de  familia  inglesa,  navarra,  india  ó  ribereños  del  mar  troglo- 
dita; lo  cierto  es  que  en  1162  cita  Esteban  de  Garibay  en  Navarra  á  un  don 
Ximeno  Dávalos,  á  Juan  Martínez  Dávalos,  Sancho  Ximenez  y  Garci-Nú 
ñez,  todos  hermanos,  de  los  cuales  D.  Ximeno  hizo  donación  al  Monaste- 
rio de  San  Millán  de  la  Cogulla  de  toda  la  parte  que  tenía  en  la  Iglesia  de 
San  Félix  de  Dávalos,  donación  que  presenciaron  D.  Rodrigo,  obispo  de 
Calahorra;  D.  Diego  Arcediano  de  Nájera,  D.  Sancho  Arcediano  de  Ala- 
va,  D.  Arnaldo  Arcediano  de  Berv^erriego,  todos  dignidades  de  Calahorra, 


I  yo  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

siendo  testigos  sus  hermanos  Sancho  y  Juan,  que  á  esto  se  refiere  el  P.  Ma- 
riana con  el  testimonio  de  memoriales  de  la  época,  y  Juan  Dávalos  de 
Avala  invoca  además  un  papel  manuscrito  del  archivo  de  su  casa  »  para 
hablar  de  los  antiguos  enterramientos  del  monasterio  de  San  Millán,  y 
cierto  es  también  que  entre  los  caballeros  que  bajaron  á  socorrer  á  Juan  í 
enviados  por  el  Rey  de  Navarra  Garlos  11,  figura  Diego  López  Dávalos, 
alcaide  de  San  N'iccnte. 

Dávalos  había  también  por  aquel  entonces  en  Castilla,  y  en  opinión  dt 
Argote,  un  Lope  Fernández  Dávalos  ^  fué  el  que  en  tiempo  de  Fernando  IV 
defendió  valerosamente  el  Arrabal  de  Jaén  en  la  famosa  rota  de  xMahomad 
Mir,  que  paseó  sus  banderas  triunfantes  desde  Alcabdete  á  Quesada,  Ved- 
mar,  Quadros  y  Chungui'n,  que  reconquistó  hasta  los  mismos  muros  de 
Jaén,  empresa  que  costó  la  vida  á  D.  Enrique  Pérez  de  Harana.  Este  Don 
Lope  casó  con  Blanca  Sánchez  de  Aranda,  sobrino  uno  ú  otra:  ella,  según 
afirma  López  de  Haro;  él,  según  quiere  Dávalos  de  Avala,' del  Sr.  de  Viz- 
caya D.  Diego  López  de  Haro. 

En  una  probanza  genealógica  hecha  en  1453  en  l'beda  ante  el  escri- 
bano Alonso  Fernández  de  Jaén,  siendo  corregidor  Fernando  de  Villa- 
faiíe,  se  dice  que  Lope  vino  á  la  conquista  de  Andalucía,  y  entonces  debió 
bajar  en  el  reijiado  de  San  P^crnando,  siendo  uno  de  los  3o  hijodalgos  que 
dicho  Rey  heredó  en  la  toma  de  Úbeda,  y  aunque  Argote  lo  da  por  vivo 
en  i3oo  cuando  se  perdió  Alcaudete,  no  maravilla  longevidad  tanta,  pue^ 

I  «Memoria  de  los  muy  notables  Señores  que  en  este  monesterio  de  Señor  San  Millan  est¿K 
sepultados. 

Primeramente  el  Conde  don  Lope  de  Abalos  señor  de  Vizcaya  Conde  de  Alaba,  señor  del  lu- 
gar de  Ábalos  hijo  del  Infante  Don  Loj>c  Vela  y  de  la  Condesa  Doña  Juliana  de  Abalos  funda- 
dor de  la  casa  de  Ayala  y  de  nuestra  Sra.  de  Respaldisa. 

I¿i  Conde  don  Diego  Lopc^í  de  Abalos  Conde  de  Alaba  señor  de  Vizcaya  y  señor  del  Castili« 
d(  Buradún  primer  Conde  de  Haro. 

\il  Conde  don  Lope  Diaz  de  Haro  y  su  padre  el  Conde  don  Lope  López  señor  de  Vizcaya. 

Kl  Conde  don  Sanit  Car.*  de  Abalos  señor  de  i5izcaya  y  de  la  ciudad  de  Frias  y  de  la  Burebs. 

Kl  Conde  don  Muño  López  de  Abalos  Conde  de  Haro  y  su  muger  que  fue  de  los  cados  de  Ca- 
ta luna  y  este  del  lugar  que  llaman  de  Camprovin  á  este  monesterio  de  San  Millaa. 

El  muy  gran  señor  don  Simón  de  Abalos.  También  los  Abalos  de  Leyba  Felices  de  Abalo; 

Hasta  aqui  es  el  memorial.» 

(Ion  todo  el  respeto  debido  á  quien  afirma  haber  risto  y  leído  el  documento  que  antecede, 
he  de  expresar  mis  recelos  respecto  á  los  datos  que  en  el  se  contienen,  que  parecen  frutos  de 
deseo  de  remontar  á  lejanas  tiempos  un  ori|ien  glorioso  admitiendo  noticias  de  dudoso  origca 
y  personajes  cuya  existencia  es  tarea  de  comprobación  imposible  ¿  inútil  para  el  presente 
trabajo. 

2  Debió  morir  antes  de  134»,  porque  el  13  de  Abril  de  aquel  añ*  testó  D.  Lope  Ruiz  de  Bacja, 
M:ñor  de  la  Guardia,  y  en  este  documento  nombra  á  una  hija  de  Lope  Fernández  Dávalos,  de  la 
que  había  sido  nombrado  tutor.  Este  documento  original  se  conservaba  en  el  Archivo  de  los 
«Marqueses  de  la  Guardia  y  aili  lo  vio  7  confrontó  Argote  de  Molina,  y  así  lo  afirma  en  su  «No> 
b\\A9.  de  AnOaiucía». 


BIBLIOTFXAS    Y    MUSEOS  I7I 

cambien  D.  Enrique  Pérez  de  Maraña,  que  murro  entonces,  se  halló  pre- 
sente á  la  toma  de  Sevilla,  según  afirman  los  repartimientos,  y  los  sesenta 
y  seis  años  transcurridos  bien  pudieran  darle  una  edad  de  ochenta  ó  no- 
venta, que  en  una  naturaleza  vigorosa  y  en  una  época  como  aquella  en 
•que  las  armas  lo  llenan  todo,  no  le  excusara  de  asistir  á  aquellos  memo- 
rables combates.     , 

Del  matrimonio  de  Ruy  López  con  Blanca  Sánchez  de  Aranda,  nació 
Ruy  Lópjz,  Alcaide  como  su  padre  de  los  Alcázares  de  Tbeda,  que  em- 
parentó su  casa  con  la  de  los  Traperas  de  l'beda  por  su  casamientp  con 
María  Ruiz,  de  linaje  y  solar  bien  conocido  en  aquella  tierra.  Hijo  de  és- 
tos fué  otro  Diego  López  á  quien  apodan  el  viejo  Alcaide  muchos  años 
de  la  ciudad,  que  peleó  en  Algeciras,  y  uno  de  los  doce  caballeros  que  ga- 
iiarori  para  Tbeda  el  privilegio  de  12  de  Agosto  de  i'iCyj  ',  que  inmortalizó 

1  Kslc  privilegio  tuc  conceJidü  por  el  Rey  Knriquc  II  como  premio  á  la  parte  que  en  favor 
Je  su  cnusa  había  tomailo  T'beda  con  su  Mcaii'e  Diego  López.  Dávalos,  batiéndose  con  los  moros 

-de  la  Frontera:  su  techa  es  la  que  queda  dicha  y  el  fundamento  de  él  se  halla  en  el  famoso  desafio 
que  pocí)S  años  antes  tuvieron  di>ce  caballeros  de  l'beda  con  los  moros  de  Algeciras:  los  nom- 
bres de  aquellos  v.dientes  fueron,  según  el  bachiller  Jorge  de  Mercado,  Diego  López  Dávalos, 
Oonzalo  Hernández  de  Molina,  Gil  Martínez  de  la  Cueva,  Juan  Alonso  de  Mercado,  Jutn  Sán- 
chez de  Trapera,  Diego  Mcxia,  Juan  Sánchez  de  Aranda.  Lope  Boilríguez  de  los  Cobos,  Alonso 
Porcel,  Alonso  de  San  Martín,  Benito  S  inchez  ilel  (bastillo  y  otro  que  se  presume  fuese  el  trai- 
dor Pero  üil,  de  quien  tomo  nombre  la  Torre  (pueMo),  y  otras  propiedades  que  poseyó  en  el 

•obispado  de  Jaén. 

Ahira  bien,  en  la  monografía  del  Condestable  se  dice  que  el  Dávalos  que  obtuvo  del  rey  En- 
rique n  el  privilc^^io  y  que  en  1301»  desempcñ  >ba  el  cargo  de  Alcaide  de  los  Alcázares  de  Úbcdi 
era  hijo  de  otro  Diego  Dávalos  el  viejo  cisado  con  Ana  González  de  Molina  (descendiente  de  la 

•  casa  de  Lara  y  de  los  Reyes  de  (.astilla),  hermana  de  Gonzalo  Hernández  de  Molina,  uno  de  Ion 
precitados  caballeros. 

Al  hijo  de  esta  unión,  Diego  Lope  D  ivalos  lo  hace  cas  ir  con  Leonor  Uamírez  de  Lechuga,  y 
estos  los  reputa  padres  de  Kuy  López. 

Kn  cambio  Ximena  identifica  eo  uno  st)lo  1  )s  ilos  Diegos,  el  de  Algeciras  y  el  del  privilegio 
de  1369,  que  bien  pudo  ser,  dado  su  apoJo  del  viejíí  y  dice  casó  con  una  señora  de  la  casa  de  Pc- 
drula  descemliente  de  un  Curci-Ferninde '.  señor  de  las  císa;  de  Pédrula  y  de  Anquela,  con- 
quistador de  Arjona  en  cuya  ciudad  se  conserva  aún  memoria  de  su  nombre  y  de  su  apellido. 

Y  es  más,  según  Ximena,  la  gtrnealogía  del  Condestable  es  la  siguiente:  Martín  Dávalos,  uno 
de  los  7»»  infanzones  que  fueron  heredados  en  B<eza  y  en  Tbeda.  Alcayde  de  l'beda;  Lope  Fer- 
nández de  Dávalos,  que  luchó  en  Jaén  y  fué  muerto  en  el  cerro  ya  citado;  hijos  de  este,  Pero  Ló- 
pez y  Diego  López  Dávalos,  Alcayde  de  1()S  ^Icá/ares  de  l'beda:  nietos  Alfonso  Dávalos,  hijo  de 
Pero,  del  que  hay  noticia  en  las  crónicas;  Ruy  Lope ^  y  Lope,  el  Adelantado  de  Murcia,  del  cuil 

'descienden  los  Lechugas,  linaje  emparentado  con  el  Condestable,  según  afirma  Argote,  con  1" 
cual  pueden  explicarse  los  vínculos  de  familia  que  con  el  Duque  de  Arjona  tenían  sin  recurrir  á 
c<c  casamiento  que  cita  Dávalos  y  que  no  podemos  admitir  sino  bajo  su  palabra  y  á  benefício  de 
inventario. 

Trae  Dávaloi  en  c  >rroboració.i  de  su  aserto  una  carta  de  igualación  de  bienes  hered  dos  de 
Leonor  Ramírez  Lechuga,  madre  de  los  comparecientes,  entre  Lope  Pérez  Dávalos  y  Leonor 
Ramírez  Dávalos,  mujer  de  (jonzalo  García  \  padre  de  Gil  de  Dávalos  hecha  en  13^(3,  en  la  que, 
para  evitar  pleitos,  pone  sus  diferencias  en  manos  de  Matheo  González  de  la  Cueva:  en  este  do- 

'Cumentono  se  menciona  á  Ruy,  ál  que  Dávalos  de  .Vyala  llama  hermano...  .;Y  no  pudo  suceder 
que  esta  c  irta  se  refiriese  á  parientes  de  Ruy  Lópe^,  y  ese  silencio  que  respecto á  su  nombre  en 
.■la carta  hay,  lejos  de  ser  un  i  renuncí  i,c<>  no  el  autor  supone,  al  patrimonio  familiar  para  acrecer 

«s\  de  sus  herm  inos  sea  la  prueba  de  que  la  genealogía  que  expooe  no  sea  la  del  conde uable^ 


172  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

con  SUS  nombres  el  escudo  glorioso  en  cuya  orla  campean  los  doce  leones, 
símbolo  de  los  valientes  que  supieron  con  sus  aceros  hacer  á  la  ciudad 
ilustre  entre  las  ilustres  y  patria  y  corte  de  los  más  esclarecidos  varones. 

Nacimiento,  crianza  y  educación  de  Ruy  López  Dávalos. 
Sus  primeras  hazañas. 

E>e  esta  noble  familia  de  los  Dávalos  nació  en  la  ciudad  de  Ubeda  en  1 3by 
Ruy  López,  poniendo  sus  padres  en  su  crianza  y  educación,  al  decir  de  sus 
biógrafos,  especial  empeño;  procurando  dejarle  sobre  todos  el  mayorazgo 
de  la  virtud  y  de  la  buena  doctrina,  que  ni  envejece  ni  merma  con  el  tiempo 
ni  con  los  azares:  que  aunque  gran  dicha  sea  tener  (<origen  de  ilustre  linaje, 
esto  se  debe  á  nuestros  progenitores;  las  riquezas  posesión  son  de  la  for- 
tuna, que  las  da  á  quien  quiere  y  á  veces  las  quita  á  quien  las  tiene  y  las  da 
al  que  no  las  espera:  comunes  son  á  buenos  y  á  malos;  la  gloria  y  honra 
que  ofrece  el  mundo  es  inconstante;  la  salud  no  cierta;  las  fuerzas  del 
cuerpo,  la  enfermedad  ó  la  vejez  las  destruyen;  sólo  la  virtud  y  la  doctri- 
na triunfan  del  tiempo  y  no  se  sujetan  á  sus  leyes»;  así  fundó  Diego  sobre 
ellas  el  mayorazgo  de  su  hijo,  que  aunque  haya  que  reunir  para  ello  natu- 
raleza y  arte,  no  hay  condición  tan  fiera  que  no  obedezca  á  la  cultura. 

Lástima  que  para  expresar  conceptos  tan  hermosos  que  no  son  de  ayer, 
sino  de  hoy  y  de  mañana,  doctrina  verdaderamente  igualitaria  y  liberal, 
doctrina  de  Cristo,  tenga  que  corroborarla  con  citas  de  Plutarco,  Quinfi- 
liano,  Platón  y  Séneca...,  que  para  ello  no  hay  que  consultar  á  los  sabios: 
basta  con  leer  en  el  corazón  y  en  la  conciencia,  que  rechaza  lo  malo  y 
ama  lo  bueno  por  impulso  natural  de  nuestra  alma. 

«Fué  de  buen  linage;  su  solar  es  en  el  reino  de  Navarra,  su  comienzo 
fué  de  pequeño  estado,  hombre  de  buen  cuerpo  e  buen  gesto  e  muy  alegre 
y  gracioso  de  dulce  e  amigable  conversación,  muy  esforzado  c  de  gran 
travajo  en  las  guerras  asaz  cuerdo  e  discreto.  La  razón  breve  e  corta  pero 
buena  y  atentada  muy  sofrido  e  sin  sospechas.  Pero  como  en  el  mundo  no 
ay  hombre  sin  tacha  no  fue  franco  e  placióle  mucho  oir  astrólogos  que  es 
un  yerro  en  que  muchos  grandes  se  engañan»  ». 

I  «Repertorio  de  algunos  actos  y  cosas  singulares  que  eo  estos  Reynos  de  Castilla  acaescicron.» 
Ms.  i.6i9«Je  la  Biblioteca  Nacional,  en  folio,  encuadernado  en  pergamino,  letra  del  siglo  xvii, 
dedicado  á  la  lUma.  Sra.  M.*  S.*^  D.*  Luysa  de  Padilla,  Condesa  de  Aranda,  por  su  humilde  ca- 
pellán Fray  Pedro  de  Rozas,  professo  de  e<te  su  monasterio  de  Ntra.  S.»  de  Frex  del  Val.  En  la 
dedicatoria  recuerda  los  muchos  motivos  por  los  que  el  citado  convento  era  deudor  de  gratitud 
á  los  descendientes  de  García  de  Padilla,  Comendador  de  Calatrava  y  fundador  del  mismo,  y 
añade  «entre  otros  libros  de  estimación  que  allí  dejó  fué  el  presente  que  ofrezco  á  V.*  S.*^  en  el 
qual  ^c  ven  cosas  notables  subccsos  peregrinos  y  casos  raros  bien  dignos  de  que  V.*  S.*  los  sepa 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS  IjS  • 

Muerto  en  29  de  Mayo  de  iSjg  el  fratricida  de  Montiel,  ocupó  el  trono 
su  hijo  /uan  I,  y  como  poco  después  sucumbió  también  Mahomad  el  viejo, 
con  quien  Castilla  tenía  concertadas  treguas,  los  moros  de  la  frontera,  in- 
quietos y  desasosegados  como  siempre,  quisieron  aprovechar  el  natural 
trastorno  que  en  los  reinos  había  por  la  mudanza  de  soberano  y  compen- 
sar con  unos  días  de  orgía,  de  botín  y  de  matanza  aquella  era  de  paz,  mo- 
lesta y  pesada  en  demasía  á  gente  levantisca  de  suyo  para  la  cual  era  ocu- 
pación continua  la  guerra,  regalada  música  el  fragor  de  las  armas  y  de- 
leitosa visión  la  tala  de  los  campos  y  el  incendio  de  las  ciudades. 

La  villa  de  Quesada,  una  de  las  más  fronterizas  al  reino  granadino, 
era  gobernada  por  Pero  López  Dávalos,  tío  del  que  luego  fué  famoso  Con- 
destable, cuyo  padre  D.  Diego  era  á  la  sazón  Alcaide  de  la  nobilísima  ciu- 
dad de  líbeda,  á  cuyo  concejo  pertenecía  la  villa  antes  nombrada. 

A  Ubeda  llevaron  los  fugitivos  de  Quesada  llenos  de  espanto,  alarman- 
tes noticias  de  la  nueva  algarada  que  los  moros  en  sus  tierras  habían  he- 
cho, y  ganoso  D.  Diego  de  tomar  la  revancha,  y  por  el  natural  amor  que 
á  su  hermano  el  Alcaide  D.  Pedro  tenía,  salió  al  punto  del  Alcázar  con 
el  mayor  número  de  hombres  que  juntar  pudo,  y  reunidos  los  dos  her- 
manos, se  entraron  por  tierra  de  moros  á  tiempo  que  Aben  Abid,  uno 
de  los  más  valientes  caudillos  del  reino  vecino  granadino  venía  con 
gran  pujanza  de  hombres  de  á  pie  y  de  á  caballo  corriendo  la  campiña  de 
Ubeda.  Marchaban  los  granadinos  con  toda  clase  de  precaución:  iban  los 
nuestros  ciegos  por  la  ofensa  y  ansiosos  de  la  venganza,  y  al  encontrar 
la  descubierta  de  la  tropa  de  Aben  Abid,  trabaron  con  ella  empeñada 
liza;  bien  pronto  llegó  de  refresco  la  hueste  entera  del  musulmán,  y  'cer- 
cando á  aquel  puñado  de  valientes,  hicieron  en  ellos  espantosa  matanza. 
Allí  quedó  el  Alcaide  de  Quesada  Pero  López  Dávalos,  víctima  de  su 
arrojo  y  de  su  impremeditación.  Allí  perdieron  también  la  vida  hijosdal- 
gos  ¡lustres  de  l'beda  y  de  Qjesada  Luys  Fernández  de  la  Trapera,  Juan 
Sánchez  de  Molina,  Antón  González  Crespo,  el  Comendador  Pero  Ibáñez 
y  Juan  Sánchez  de  Morales,  y  como  si  no  bastara  esto  para  ser  aquel  día 

y  tenga  entre  sus  libros  como  joya  preciada.»  Parece  Cvomo  que  Fray  Pedro  de  Rozas  no  desem- 
peñó otro  oficio  en  c>ta  obra  sino  el  de  escribiente,  «cscripior»  cj:no  él  se  dicí;  pero  fuera  Rozas 
el  autor  ó  el  amanuense,  el  libro  es  unj  co  npilación  de  escritos  curiosos  del  archivo  del  ci:ado 
monasterio,  hecha  con  arte,  y  que,  con  documentos  originjles  é  inéditos,  trascribe  m.ichos  suce- 
sos del  reinado  de  Enrique  III,  Juan  II,  Enrique  IV  y  de  los  ReyesCatólicos.  En  la  portada  el  es- 
cudo de  armas  de  D.^  Luysa  de  Padilla,  señora  muy  aficionada  á  la  lectura  de  Historias  morales 
y  de  la  cual  se  ocupa  Serrano  y  Sanz  en  su  Bibliografía  de  Escritoras  ilustres  con  la  escrupulo- 
sidad y  ¿cierto  que  en  él  es  proverbial. 


174  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

de  grande  luto  para  los  nuestros,  se  víó  acrecentado  por  el  cautiverio  que 
el  resto  de  la  tropa  sufrió  en  las  mazmorras  de  Granada,  para  dortde  fue- 
ron llevados,  entre  otros,  Juan  Alonso  de  Gante,  Rodrigo  de  Turel,  Juan 
de  Albánchez  y  muchos  vecinos  más  de  Quesada,  y  con  ellos  el  hijo  del 
Alcaide  de  l'beda  nuestro  Ruy  López,  que  recibió  en  este  aciago  da  su 
bautismo  de  sangre. 

Refiere  Galíndez  de  Carvajal  en  sus  comentarios  ',  que  yendo  un  da, 
durante  su  cautiverio,  Ruy  López  Dávalos  en  la  comitiva  del  nuevo  Rey 
de  Granada  Mahomad  Vil  el  de  (juadix,  á  volar  perdices,  una  de  ellas, 
huyendo  del  azor  que  la  perseguía,  se  le  entró  por  la  abertura  de  la  man- 
ga, que  se  usaban  entonces  muy  anchas,  y  tomándola  en  sus  manos  con 
presteza  la  dio  muerte,  por  lo  que  un  moro,  viejo  agorero  y  supersticioso, 
con  grave  oraje  se  llegó  cerca  de  él  y  le  dijo:  «Ah  Rodrigo  matastela 
gran  mal  hiciste:  viva  la  habias  de  comer  con  pluma  y  todo.  Tu  llegarás 
á  ser  gran  señor,  mas  al  cabo  perderás  poder  y  estado»,  todo  lo  cual  vino 
á  suceder  más  tarde  á  aquel  entonces  misen  cautivo. 

Concertáronse  treguas  por  el  nuevo  Rey,  y  en  ellas  se  estipuló  el  res- 
cate de  hombres  y  la  devolución  de  fortalezas  ocupadas  por  una  y  otra 
parte:  á  este  cange  de  rehenes  debió  la  libertad  Dávalos,  que  con  los  suyos 
regresó  á  su  tierra. 

No  pasaron  muchos  años,  y  en  i38i  lo  v^mos  reaparecer  ante  los  mu- 
ros de  Benavente  en  singular  conbate  con  uno  de  los  capitanes  del  Duque 
de  Alencastre.  Hazaña  es  e.sta  que  menciona  la  crónica  de  Juan  al  ocu- 
parse de  la  guerra  que  por  la  sucesión  al  trono  se  trabó  en  tierra  de  Cas- 
tilla entre  el  hijo  de  Enrique  11  y  el  Duque  por  el  pretendido  dereclio  de 
su  mujer  D."  Constanza,  hija  de  los  amores  de  D.  Pedro  con  D.*  Mar.'a  de 
Padilla.  Era  cosa  corriente  en  aquellos  tiempos  caballerescos  retarse  á  de- 
safío los  parciales  de  uno  y  otro  bando  y  hasta  el  someter  á  aquella  singu- 
lar forma  de  los  llamados  juicios  de  Dios  la  suerte  entera  de  una  villa,  de 
una  nación  ó  de  un  ejército:  por  eso  no  sorprende  que  las  crónicas  nos  di- 
gan  que  uno  y  otro  fiaron  al  empuje  de  su  lajiza  el  resultado  de  la  batalla 
que  á  trabarse  iba;  y  que  si  el  castellano  sucumbía  en  el  desafío,  la  bande- 
ra de  Alencastre  ondearía  victoriosa  sobre  los  muros  de  Benavente;  más 
si  la  suerte  era  acia.^a  para  el  inglés,  el  Duque  levantaría  el  cerco,  hacien- 
do entrega  de  su  pendón,  que  estaba  formado  á  tronos  rojos  y  blancos.  La 

I  «Adición  que  compusso  el  doctur  Carvajal  en  rrazon  de  los  Claros  Varones  de  Castilla  de 
quien  ha^e  raenzion  Hernam  Pérez  de  (iuzman  questam  en  el  ñm  de  1 1  (^horonica  del  Rey  Oo.i 
Ju.°  el  segundo.  Ms.  670  de  la  B.  N.* 


¿-Je.  c  e»ji.  tr     •>  jjí  >e  ¿.•sc  r»í  >j  ^     n* 


.'«íj, 


Oro  s¿rv  c  :  ií  r;:  rrieriCT  jal  d^d  rty:trc  Ar^rj-íi,  c  *:  ^i. 
valor  y  ¡ea-t¿i  pr¿r ie  ie  P  jy  Loper.  C:r.  -c-ij.is  y,-:  c  \ri  r^r. 
el  Düqjs.  esi.p'jíar:a  hái:*:¿  ie  ser  ñrmaJv^  d?n:r*.^  do  cvr:.'  r^.^r,"^  ..v,  - 
r  ríen  do  prr  Iz  deTíc»r¿  t.  que  'o  "rifrini:  csl^  en  ;:r5  p?'-.,'i  •-'^or^-.VA  c  -í  ".v 
Ruy  íué  el  enjar.tíj.'  Jt  :¿>  r.rtncac iones;  !a'.:a^a":  ¿.:.':  ;v»r  •■aoí  j,-.^,  - 
ñas.  el  ticm»  corr  i  y  se  ha'.laba  ya  al  expirar  ci  r^Liro  ;vArcí»a*^  t  -r. 
preciso  atravesar  jr.  ^ran  re-:  lo  supo  e:  Djcuo  y  cor.  rz-.i!  c  a  *-.  rr  r,^""- 
per  la  barca:  ai  íie^ar  á  la  cr  !la  qiiedó  perr'.c  v"^  R«y.  de  \»\'.ír  *:  \íí>  x  co- 
municarlo ai  Pty  dejaba  ra>ar  el  d's  é  inc;:rr  u  D  j».Ar  c"!  l^i  íV.'^ji,  ;?c 
buscar,  rodeand  *  e".  t'o,  wH  \^do  ó  un  puer.ie.  or.Trctcrs  ,;  c*  :  cr;v  \  daS; 
1  uga  r  á  1  o  m  ismo .  y  Tj  :■  h  a!  b n d o  jI r a  sol  a c :  on .  c ;  a  \  v'^  '.á>  or ,. c  "  ,;>  u ".  c  Jt  :\;  - 
lio.  y  con  los  párelo  d-  los  aL:to>  sobre  la  c.úv--a.  se  lit  ir.^  .1',  ^A^  ^^a  ".a;*.:.'* 
la  orilla  opuesta  dentro  del  liemjx)  e.'i  ei  cc:nc:i:o  scfiaiado  entre  ".Ci  ad:';^;- 
ración  y  los  aplausos  de  los  que  le  aco::íp,iñaban  -. 

Cierto  que  uno  y  o:ro  hecho  parecen  rovos:  diV5  vio  alj;un  rop;*io  de 
liyenda:  pero  prueban,  no  sólo  su  valor  personal,  sino  el  aNCcnviior.ie  >^  e 
iba  va  tomando  en  la  corte  de  Castilla,  v  as;'  lo  venios  en  Sci^ovia  el  d  a  vlc 


1  La;  armas  4n!.¿u  is  Je  '«j  •.*:..»  *  .t  un  e-ou  iv>  p.»':.\:.>  en  cí";::  v.^n  c^»-»»;»!^»  cnv*.'>í<:i  .»•.»- 
dos  ro¡o<,  dos  Wano*:  ci  cantillo  oró  m  campo  a;u:  <<  ir  *r.''  Knr:^ur  H  *1c  .o<  rcalr^  *<c*^*n;  .» 
y  de  León  con  los  J.cho;  c^ciq^c  blanco  y  ct>¡i*'aJo  >  C-'».!  las  íxp:j:**  *k  or*'»  j^:  Iíajíia  \*  -."o- 
nofzrafía  á  lo  que  otro*  ma n use r ;!«.".  dijeron  >e*  espueUs  de  oro«  *^U\  e'^cudo  que  q«:;»^  a  «n  x  -»• 
pitan  iojtlés  en  Benavente,  escud<j  que  sola-nente  dehem*^  *m%.ít  \oiá  de  crndtentov  \  n.*  Ion  vN'I..- 
terales,  comoli  hace  '  aij^unoÑ  ilu-.ire'i  caballert»  de  Oe.ia  \  de  Hae/a», 

2  También  dice  una  nota  puesta  al  mar5.en  que  se  h  11.^  en  \íiubafroT,i  y  que  no  <e  ^l1^•<^e 
perdido  la  batalla  á  seguir  el  Rey  sus  coo^ejos. 


lyC  REVISTA   DE   ARCHIVOS 

Santiago  de  i3go  formar  en  la  comitiva  de  Juan  II  cuando  por  voto  so- 
lemne, y  en  descargo  de  su  conciencia  y  de  la  de  su  padre,  promete  el  Rey 
fundar,  dentro  de  los  meses  de  Agosto  y  Septiembre  de  aquel  año,  el  célebre 
monasterio  del  Paular  del  Lozoya;  y  así,  pocos  meses  después,  el  9  de  Oc- 
tubre, sale  con  el  Rey  á  caballo  por  la  puerta  de  Burgos  en  Alcalá  de  He- 
nares á  pasar  revista  á  los  caballeros  Farfanes,  y  es  uno  de  los  que  reco- 
gen el  cadáver  del  infortunado  D.  Juan,  muerto  por  el  alazán  que  mon- 
taba, y  coadyuva  al  engaño  en  que  mantuvo  .al  pueblo  el  arzobispo  don 
Pedro  Tenorio,  que  apartó  á  la  multitud  con  su  mismo  bastón  del  lado 
del  Rey,  sin  que  se  apercibieran  de  la  desgracia  hasta  tener  las  plazas 
fuertes  aseguradas  á  D.  Enrique  su  hijo,  y  Ruy  López  es  el  que  recoge 
las  llaves  de  los  escritorios  del  Rey,  queriendo  evitar  el  daño  que  resultar 
pod'a  al  revolver  aquellos  documentos  y  apoderarse,  entre  otros  papeles 
interesantes,  del  testamento  que  otorgó  el  Rey  en  Celerico  de  la  Vera  d'as 
antes  de  entrar  en  batalla  en  la  cé.ebre  de  Aljubarrota. 

Reinado  de  D.  Enrique  III. — Comienza  la  privanza  de  Ruy  López. 
Revueltas  promovidas  por  los  Enrí^^ukz.  —  Los  bandos  de  Murcia 

Y  de  Ubeda. 

Siguió  á  Juan  I  en  la  gobernación  del  Reino  de  Castilla  su  hijo  Enri- 
que III  revuelta  minoridad  que  trajo  no  pocos  trastornos  y  proporcionó  á 
los  nobles  ocasión  adecuada  para  hacer  sentir  á  la  autoridad  real  la  des- 
medida ambición  de  aquel  puñado  de  reyezuelos. 

Era  la  época  en  que  la  nacionalidad  atravesaba  el  que  pudiéramos  lla- 
mar período  constituyente;  monarquía  nacida  de  la  necesidad  constante 
de  un  caudillo  para  la  guerra,  labrada  en  el  infortunio  y  en  la  desgracia 
que  veía  mermar  y  ensancharse  alternativamente  sus  fronteras  según  la 
fortuna  favorecía  ó  no  la  suerte  de  nuestras  armas,  era  connatural  á  la 
misma  aquel  insostenible  estado  de  abusivos  privilegios  que  cada  día  iban 
mermando  más  y  más  la  realeza,  debilitando  de  paso  el  lazo  de  unión  de 
las  diversas  regiones.  Ciudades  que  servían  de  atalaya  para  prevenir  la 
invasión  de  la  morisca  gente;  caudillos  que  por  el  personal  esfuerzo  de  su 
bra;^o  mantenían  ligados  á  la  Corona  de  su  patria  florones  de  continuo  ex- 
puestos á  la  rapacidad  de  sus  turbulentos  vecinos,  era  lógico  disfrutasen 
de  fueros  y  de  privilegios  que  hicieran  apetecible  en  villas  y  tierras  una 
vida  turbada  de  continuo  por  las  algaradas  incesantes  de  las  huestes  mu- 
sulmanas, y  por  eso  á  las  ciudades  fronterizas  acudían  muchos,  de  esfor- 


BIBLIOTECAS   Y    MUSEOS  1 77 

zado  valor  y  ambición  los  unos,  de  oscura  y  embrollada  historia  los  otros, 
que  se  acogían  al  fuero,  luchaban  á  diario  contra  el  moro,  y  en  sus  horas  de 
paz  se  entretenían  volviendo  las  armas  contra  sus  propios  hermanos.  Kste 
natural  fruto  de  los  pueblos  guerreros  y  fronterizos  se  estaba  cosechando 
en  aquella  época,  y  así  las  revueltas  que  promueven  en  Castilla  la  Reina 
de  Navarra,  el  Duque  de  Benavente  y  el  Conde  de  Gijón,  y  los  bandos  y 
querellas  de  Murcia  y  de  Ibeda  no  son  excepción,  sino  regla  general  de  lo 
que  acontecía  en  el  castellano  reino;  pero  como'  en  la  sotocación  de  las 
unas  y  en  la  pacificación  de  los  otros  tuvo  nuestro  Condestable  parte  muy 
activa,  brevemente  me  ocuparé  de  ello  dejando  las  consideraciones  que 
este  anárquico  estado  me  sugiere  para  el  estudio  del  reinado  de  losKnn'quez 
y  de  los  Juanes,  época  interesantísima  de  suyo  que  ya  ha  sido  de  mi  par- 
ticular atención  en  otros  libros  y  que  confío  algún  día  presentarla  de  ma- 
nera conveniente. 

Knrique  III  al  subir  al  trono  le  había  dado  singular  muestra  de  su 
afecto  nombrándole  su  primer  ministro  y  consejero,  privanza  quo  usó  con 
mesura  Ruy  procurando  asociar  á  ella  á  D.  Juan  Hurtado  de  Mendoza, 
mayordomo  de  la  casa  real  y  á  D.  Diego  López  de  Zúñiga,  Justicia  mayor*, 
con  lo  que  la  Reina  de  Navarra,  D.*  Leonor,  el  Duque  de  Benavente,  Don 
Fadrique  y  el  Conde  de  Gijón,  D.  Alonso,  tíos  del  Rey,  y  su  primo  Don 
Pedro  Kriríquez,  Conde  de  Trastamara,  comenzaron  á  mostrar  su  des- 
contento apoderándose  de  las  rentas  de  muchos  lugares,  diciendo  se  les 
debía  por  muchas  cantidades  de  acostamientos  que  les  fueron  señalados  en 
tiempo  de  las  tutorías. 

Ruy  López  mostró  entereza  replicando  al  de  Benavente  cesara  en  la 
cobranza,  se  atuviese  á  lo  recibido  y  viniera  al  punto  á  la  cort  a  ajustár 
cuentas  para  que  se  le  hiciese  justicia,  á  lo  que  contestó  exigiendo  en  rehe- 
nes, un  hijo  de  D.  Ruy,  otro  de  D.  Juan  Hurtado  de  Mendoza  y  otro  de 
D.  Diego  López  de  Zúñiga,  con  más  ciertos  juramentos  y  promesas,  á  los 
que  el  Rey  no  era  decente  accediera,  por  lo  que  mandó  D.  Enrique  jun- 
tar 12.000  lanzas,  y  con  ellas  se  dirigió  contra  el  Duque  y  sus  secuaces,  y 
entonces  ellos  buscaron  la  mediación  del  Arzobispo  de  Santiago  D.  Juan 
Garc  a  Manrique,  gran  amigo  del  Duque,  y  se  presentó  en  Valladolid, 
siendo  después  reducido  á  prisión  en  Burgos  por  su  inconstancia  é  infide- 
lidad notorias;  mandó  confiscar  todos  los  bienes,  villas  y  castillos  que  los 
rebeldes  poseían,  adjudicando  á  Ruy  López,  Paredes  de  Nava;  después  pasó 
á  Roa,  villa  en  la  que  D.*  Leonor  se  hizo  fuerte,  parlamentando  desde  las 


178  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

almenas  de  la  torre  con  Ruy  López  sin  quererle  franquear  el  paso,  por  lo 
que  ésie  entró  en  tratos  con  el  vecindario,  que  derribó  las  puertas,  impo- 
sibilitando asi  para  la  defensa  de  la  plaza  á  D.*  Leonor,  la  cual,  con  gran 
respeto,  fué  aconnpañada  hasta  la  frontera  de  su  reino,  reintegrándola  á 
Navarra  al  lado  de  su  esposo. 

Faltaba  sólo  por  sojuzgar  al  Conde  de  Gijón  D.  Alonso,  y  allí  partió. 
Ruy  López,  siendo  encargado  por  el  Rey  de  la  tenencia  de  los  castillos  y 
villas  del  Conde  hasta  resolver  su  causa  el  Rey  de  Francia,  arbitro  elegido 
para  dictar  sentencia. 

Por  aquel  entonces  el  Rey  D.  Enrique,  prosiguiendo  la  obra  de  su  pa- 
dre, en  25  de  Enero  de  1397  mandó  construir  un  palacio  en  Rascafría  para 
su  aposento  junto  al  monasterio  del  Paular,  é  hizo  donación  á  éste  de 
Soo.ooo  maravedises,  ejemplo  que  imitan  los  magnates,  y  así  al  lado  suyo 
figuran  Diego  López  de  Zúñiga,  su  justicia  mayor,  con  600  maravedises  en 
Cunil;  Juan  Hurtado,  su  mayordomo,  con  5oo  en  Almazán;  Diego  Hur- 
tado de  Mendoza,  señor  de  la  Vega,  con  5oo  en  Briviesca,  y  Ruy  López 
con  3oo. 

Pacificado  el  Norte,  consagra  su  atención  á  las  revueltas  de  los  Ma- 
nueles y  de  los  Fajardos  en  Murcia:  todos  pretendían  allí  el  servicio  del 
Rey;  todos  invocaban  su  nombre  y  acataban  su  autoridad;  pero  era  tal  el 
rencor  de  los  unos  contra  los  otros,  que  ningún  medio  bastaba  á  sosegar- 
los; y  dueño  del  campo  el  bando  de  los  Manueles  con  su  jefe  el  Procurador 
General  del  Concejo  Andrés  García  de  Laza,  hombre  poderoso,  fautor 
principal  de  toda  su  pesadumbre  y  popular  en  extremo,  tuvieron  que  sa- 
lir de  la  ciudad  los  contrarios  con  el  obispo  D.  Fernando  de  Pedrosa  y  el 
Adelantado  Alonso  Yáñez  Fajardo  á  su  cabeza.  Noticioso  Dávalos  de  estos 
sucesos,  y  conocedor  de  la  enfermedad  que  á  Murcia  minaba,  se  ofreció  al 
Rey  como  medianero,  y  éste  le  dio  poder  amplio  y  cumplido  para  dirimir 
la  contienda.  Con  esta  orden  secreta  se  partió  para  Murcia,  y  compren- 
diendo que  sólo  un  golpe  de  valor  y  de  audacia  podía  hacerle  dueño  del 
campo,  llamó  ante  sí  al  Procurador  General  Laza,  el  cual  acudió  con  gran 
golpe  de  amigos  y  gente  del  pueblo,  confiado  en  ique  el  nuevo  medianero 
había  de  ser  otan  blando  y  boquimuelle  como  los  anteriores»).  Con  esta 
persuasión  entró  animosamente  Lara  en  la  estancia  en  que  Dávalos  se  en- 
contraba; pero  no  bien  hubo  traspasado  los  umbrales,  cuando  seis  hom- 
bres de  armas  cerraron  con  él  y  uno  de  ellos  le  dio  tati  recio  golpe,  que  le 
cortó  á  cercén  la  cabeza,  la  cual  tomó  en  sus  manos  D.  Ruy ,  y  asomáa- 


■  #..., 


.''.•C 


1 8o  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

enviaban,  obtuvo  Dávalos  de  la  de  Murcia,  merced  á  sus  gestiones  é  ins- 
tancias, el  que  aceptara  la  novedad,  ganosa  así  de  congraciarse  de  nuevo 
con  el  Rey  y  desenojarle  de  los  pasados  disturbios. 

Aprovechando  D.  Enrique  coyuntura  tan  favorable,  dio  en  el  año  de 
1 399  poder  amplísimo  á  Ruy  López  Dávalos,  no  sólo  para  que  en  la  ciu- 
dad de  Murcia,  ay  en  cada  uno  de  los  otros  lugares  del  dicho  Adelanta- 
miento pudiera  poner  Corregidor  ó  Corregidores,  Alcalde  ó  Alcaldes  ma- 
yores y  otros  oficiales  qualesquier  por  el  tiempo  y  tiempos  que  quisiere», 
sino  también  para  «privar  y  suspender  á  los  Jaezes  que  él  hallare  puestos 
y  hacer  todas  las  cosas  que  yo  mismo  (El  Rey)  pudiera  hacer  siendo  pre- 
sente». 

Político  sagaz  y  prudente  D.  Ruy,  no  quiso  extremar  la  situación,  y 
enalteciendo  la  prudencia  de  Pero  Sánchez,  «Oidor  Referendario  y  Con- 
tador mayor  del  Rey»,  y  significando  la  gran  confianza  que  éste  hacía  de 
ellos,  dejándoles  gobernarse  por  tan  prudente  varón,  é  insinuando  de  paso 
que  por  su  gran  influencia  con  el  Rey  alcanzarían  de  él  cuanto  á  la  ciu- 
dad conviniera,  sosegó  por  completo  los  ánimos  y  quedó  encargado  del 
Corregimiento  de  la  villa  Pero  Sánchez,  y  de  la  Lugartenencia  de  Adelan- 
tado el  hermano  de  Ruy  López,  D.  Lope  Pérez  Dávalos,  que  murió  el  17 
de  Diciembre  de  1405,  sucediéndole  Garci  Fernández  de  Oter  de  Lobos 
hasta  el  año  de  1417  en  que  le  reemplazó  Pero  López  Dávalos,  hijo  del 
Condestable,  con  el  cual  acabó  el  gobierno  de  este  en  aquella  ciudad. 

Durante  la  lugartenencia  de  Lope  Pérez  Dávalos  regresaron  muchos 
de  los  caballeros  que  á  Murcia  habían  desamparado,:  y  entre  ellos  Juan 
Sánchez  Manuel  que,  ambicioso  de  tener  mano  en  el  gobierno,  procuró  lo 
nombrasen  Procurador  general  del  Concejo,  como  lo  había  sido  Laza.  Se 
opuso  á  ello  Alonso  Yáñez  Fajardo,  Comendador  de  Aledo,  con  sus  par- 
ciales, á  los  que  favorecía  Lope  Pérez  Dávalos,  teniente  del  Adelantado 
mayor  de  Murcia,  y  ganaron  provisión  del  Rey  para  que  Juan  Sánchez 
Manuel,  no  sólo  dejase  el  oficio  de  Procurador  general,  sino  para  que  sa- 
liese de  la  ciudad  desterrado:  ofendido  por  ello  D.  Juan  Manuel,  marchó 
á  Sevilla,  donde  á  la  sazón  estaba  la  corte,  para  querellarse  de  los  Fajar- 
dos y  de  D.  Lope,  y  entonces  éste,  en  vez  de  apoyarse  en  la  influencia  de 
su  hermano,  mandó  juntar  al  Cabildo  y  Regimiento  de  Murcia,  le  dio 
cuenta  del  viaje  que  pensaba  hacer  á  la  corte  para  defenderse  de  las  incul- 
paciones de  los  Manueles,  y  que  si  había  en  el  reino  persona  que  de  él  se 
querellase  ó  hubiese  recibido  agravio  lo  manifestase  para  darle  satisfacción 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  l8l 

bastante  de  los  daños  recibidos.  Y  no  habiendo  concurrido  ningún  quejo- 
so, se  partió  para  Sevilla,  donde,  ayudado  de  los  Fajardos,  destruyó  las 
maquinaciones  contra  él  urdidas  y  ganó  confirmación  del  auto  de  su  her- 
mano Ruy  López  aboliendo  para  siempre  el  cargo  de  Procurador  gene- 
ral del  Concejo. 

También  en  Baeza  andaban  revueltos  y  desasosegados  los  ánimos.  Ruy 
López  fué  nombrado  Justicia  mayor,  Corregidor  y  Juez  de  los  hijosdalgos 
de  la  ciudad  para  reducir  á  ésta  á  su  antigua  paz  y  castigar  á  los  rebeldes, 
como  lo  consiguió,  dejando  por  su  teniente  y  corregidor  á  Alfonso  Fer- 
nández de  Mendoza. 

En  Úbeda  los  Arandas  y  los  Traperas  trasmitían  su  odio  y  su  rivali- 
dad de  padres  á  hijos  á  términos  que  tuvieron  que  abandonar  la  ciudad  los 
primeros  refugiándose  en  las  villas  de  Bedmar,  Jimena  y  Jodar,  que  eran 
del  Condestable.  Fn  la  mañana  de  San  Juan  se  juntaron  los  Arandas  cerca 
de  unos  molinos  que  tenían  debajo  de  la  puente  vieja  del  río  con  ánimo  de 
entrar  en  L'beda;  pero  no  se  reunieron  tan  en  secreto  que  no  llegara  la 
noticia  á  oídos  de  los  Traperas,  los  cuales  salieron  á  su  encuentro,  y  dán- 
doles batalla  les  deshicieron  completamente,  hiriendo  y  matando  muchas 
de  ellos,  siendo  proveídos  por  el  Condestable  los  que  escapar  pudieron 
en  la  frontera  de  moros  en  Alcalá  la  Real. 

Dueños  del  campo  sin  contradición  alguna,  los  Traperas  quisieron  ti- 
ranizar la  nobleza  de  Ubeda,  y  temeroso  sin  duda  el  Condestable  de  perder 
su  influencia  sobre  ella,  favoreció  á  los  Molinas,  caballeros  muy  principa- 
les de  la  villa,  y  que  siempre  se  habían  mostrado  valerosos  en  la  lucha, 
afectos  y  á  devoción  del  Condestable.  Eran  éstos  Pero,  Diego  y  Gonzalo 
Hernández,  Antón  Ruiz,  vecinos  de  I  bcda,  y  otro  Pero  Hernández,  de 
Baeza,  todos  ellos  del  linaje  de  los  Molinas.  Los  Molinas  y  los  Traperas 
reprodujeron  las  luchas  ya  fenecidas  de  éstos  con  los  Arandas,  hasta  que 
vino  á  ponerlas  término  el  Adelantado  de  Andalucía  Pero  Afán  de  Rivera. 

En  1401  era  todavía  Dávalos  Corregidor  de  Baeza,  siendo  su  teniente 
Luis  López  de  Mendoza,  padre  de  otro  Juan  de  Mendoza  á  quien  mataron 
los  moros  en  el  Vado  de  las  Carretas.  En  este  año  se  hizo  en  Baeza.  á  ins- 
tancias de  Fernán  Rodríguez,  recaudador  de  la  moneda  forera,  una  decla- 
ración de  los  hijosdalgos  que  en  ella  había,  la  cual  no  tengo  noticia  que  se 
conserve  en  el  Archivo  municipal. 
(Conlinuará.) 

Fernando  Ruano  Prieto. 

BarÚQ  de  Vclasco. 


l82  REVISTA    DE   ARCHIVOS 

LA  BIBLIOTECA  DEL  Bl'EN  CONDE  DE  HARO 

CARTA     A  B  I  K  f<  T  A 


AL  SKÑÜR  DON  A.  PAZ  Y  MELIA 

I 

Mi  señor  y  distinf^uido  amigo:  Con  curiosidad  primero  y  creciente 
interés  después  he  seguido  paso  á  paso  su  meritísimo  trabajo  acerca  de  la 
Biblioteca  del  Buen  Conde  de  fíaro,  D.  Pero  Fernández  de  Belasco, 
aquel  personaje  famoso  en  artes  de  paz  y  guerra  que  tan  bien  sentado  dejó 
su  nombre  acá  en  Castilla,  en  la  segunda  mitad  de  la  centuria  decimoquin- 
ta: sólo  que  por  haber  acudido  á  fuentes  poco  claras  (acaso  las  únicas  que 
tenía  á  mano)  incurre  usted  en  lamentables  confusiones  que  me  ponen  en 
el  caso,  por  más  de  una  razón,  de  dirigirle  la  presente  á  fin  de  que  la 
verdad  resplandezca  y  que  tan  importante  trabajo  como  el  que  usted  ha 
tomado  á  pechos,  como  suele  decirse,  no  desmerezca  una  tilde  del  montado 
valor  que  desde  luego  le  adjudico. 

Tarca  prolija  y  de  exquisito  gusto  la  suya,  se  le  deben  muchos  hono- 
res; los  que  cumplen  á  su  iniciativa  en  el  asunto  de  sabroso  paladeo  para 
los  que  frecuentamos  las  rancias  viandas  que  nos  legó  el  tiempo  viejo;  y 
los  que  satisfacen  al  erudito  que  gasta  sus  horas  en  difíciles  investigacio- 
nes no  menos  estériles  que  laboriosas  en  estos  días  de  positivas  logrerías; 
porque  si  bien  es  cierto  que  á  las  veces  van  ganando  las  letras  en  aumentos 
de  subido  precio  y  cuando  no  en  lo  que  toca  á  su  natura  y  antecedentes 
genealógicos,  pareciendo  claro  lo  que  corría  turbio  y  se  remedian  no 
pocos  entuertos  y  desafueros  nacidos  al  descuido  de  muchos  y  de  la  pre- 
sunción de  algunos,  no  es  más  dudoso  que  el  éxito  alcanzado  en  tales 
casos  no  recompensa  de  la  fatiga  de  la  labor  recargada  del  polvo  y  polilla 
de  los  años.  La  afición,  que  en  punto  á  estos  achaques  como  en  todas  las 
cosas  medra  al  golpe  de  las  dificultades,  sostiene  por  modo  y  manera  pro- 
digiosa al  paciente  bibliógrafo,  oscuro  obrero  de  la  universal  cultura,  su- 
cesor y  legítimo  heredero  del  fenecido  nigromante  en  la  deslucida  empresa 
de  arrancar  secretos  al  pasado  trayendo  al  tamiz  de  la  moderna  crítica 
obras  y  reputaciones  literarias 

«De  cosiUas  olvidadas 
«Puasrus  de  tiempos  al  fumo 
Mi  fambre  les  pondrá  Kumo.» 


BIBLIOTKCAS  Y    MUSEOS  1 83 

que  diio  burla  burlando  Antón  de  Monloro.  el  gracioso  alfayate  cordobés, 
bajo  cuya  autoridad  nos  amparamos  para  cohonestar  lo  que  va  escrito. 

Volviendo  al  estudio  en  cuestión,  en  otro  lugar  notamos  que  incurre 
usted  en  leves  pero  lamentables  confusiones,  porque  la  biblioteca  que  se 
reseña  en  la  Revista  de  Archivos,  Bibliotecas  v  Museos  (números  i 
al  ii)  no  es  en  realidad  de  verdad  la  que  perteneció  al  Buen  Conde  de 
Ifaro,  sino  más  propiamente  la  que  existía  en  el  hospital  de  la  Vera  Cruz, 
vulgo  Cartuja,  de  Medina  de  Pomar,  años  andando  después  de  la  muerte 
de  aquel  poderoso  magnate  ';  dato  es  este  muy  precioso  para  fijar  con 
certeza  el  ambiente  de  saber  de  qué  se  nutrían  nuestros  Ricoshopnes  y 
clases  directoras,  como  ahora  se  dice,  desde  el  tiempo  del  rey  D.  Juan, 
zenit  de  la  edad  de  caballería  hasta  el  advenimiento  de  la  Casa  de  Austria 
y  algo  más  tarde.  Y  tampoco  es  exacto  que  aquella  librería  se  reuniese 
para  inocente  recreación  del  Conde  y  sus  pobres  acogidos,  sino  con  más 
altos  fines,  como  habromos  lugar  de  ver  más  adelante. 

Dos  personajes  contribuyeron  principalmente,  y  cada  uno  á  su  modo, 
al  engrandecimiento  y  esplendor  de  la  librería  de  la  Cartuja;  el  Conde 
D.  Pero  Fernández  de  Belasco,  por  homenage  de  piedad  filial,  y  D."  Juana 
de  Aragón,  primera  Duquesa  de  Frías,  obedeciendo  á  sus  finos  instintos  y 
a  impulso  de  sus  cristianas  devociones.  Hijo  y  nieta  respectivamente  del 
fundador,  uno  y  otra  mantuvieron  fresca  la  memoria  de  sus  antepasados 
y  las  tradiciones  de  la  casa  2. 

Nació  D.  Pero  Fernández  de  Belasco,  el  Conde  de  los  buenos  fechos, 
en  Medina  de  Pomar,  residencia  habitual  y  cabeza  de  los  estados  de  la 
Casa  de  Belasco,  á  cuatro  días  de  Julio  del  año  1402,  según  puede  verse 
en  la  escritura  de  dotación  de  la  Cartuja  en  el  capítulo  de  las  limosnas 
que  se  han  de  dar  á  ciertos  pobres  en  dias  señalados.  Educado  por  una 
madre  diligente  y  entendida,  más  de  lo  que  solían  ser  las  nobles  dueñas 
castellanas,  l^jos  de  los  bullicios  de  la  corte,  donde  reñía  graves  diferen- 
cias su  padre  el  leal  pero  inquieto  Juan  de  Belasco,  aprendió  letras  latinas 
y  s3  aplicó  al  estudio  de  los  conocimientos  mejor  admitidos  en  la  época  ó 
tenidos  por  más  nobles,  así  como  la  escolástica,  la  jurisprudencia,  la  bis- 

1  Cosa  que  da  asted  á  co tender,  pero  que  no  dice  claramente.  Muchos  libros  de  esta  bibli<^ 
leca,  por  razón  de  las  fechas,  lo  mismo  pudieran  ser  del  butn  Conde  que  de  su  hijo  el  Conde  del 
mismo  nombre,  si  no  supiéramos  á  ciencia  cierta  cuáles  fueron  los  del  primer  Conde  de  Haro. 

s  Medina  fué  la  residencia  preferida  de  la  casa  de  Belasco.  En  esta  villa  y  su  monasterio  de 
Stnu  Clara,  fundación  de  Sancha*  de  Belasco  y  doña  Sancha  Carrillo,  su  mujer,  se  mandaron 
sepultar  sus  sucesores:  y  el  privado  de  D.  Enrique  de  Trastamara,  D.  Pedro  do  Belasco  el  Mag" 
ni/ico,  hizo  labrar  el  suntuoso  alcázar  de  gusto  mudejar,  qu«  tún  perdura. 

}.*  áPOGA.— TOMO  Tltf.  14 


184  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

toria  en  su  dúplíce  aspecto,  divino  y  profano  (historia  bíblica,  de  la  gen- 
tilidad y  cronqgráfíca),  los  tratados  de  controversia  religiosa  contra  el 
mosaismo  que  en  aquel  entonces  apasionaba  las  conciencias,  sin  descui- 
dar aquellos  otros  que  convenían  á  su  condición  de  Ricohome  heredero  de 
una  de  las  mayores  casas  de  Castilla  y  que  andando  el  tiempo  habían  de 
llevarle  á  las  cumbres  de  la  perfección  en  la  caballería  al  uso.  Ayudaba 
en  esto  su  familiaridad  con  la  lengua  francesa,  que  era  la  propia  y  natural 
.  de  su  madre  \  porque,  dicho  sea  de  paso,  una  de  las  pocas  ventajas  que 
allegamos  de  la  invasión  francesa  en  tiempos  del  rey  D.  Pedro,  fué  el  me- 
joramiento del  sentido  moral  de  la  nobleza  por  la  frecuente  comunicación 
que  en  adelante  tuvo  con  las  gentes  de  allende  el  Pirineo;  disponiéndola  y 
como  educándola  para  recibir  con  notorio  aprovechamiento  las  invencio- 
nes y  enseñanzas  con  todo  su  aparejo  de  galanuras  que  nos  trajeron  los 
hijos  de  D.  Fernando  el  de  Antequera  al  cabo  de  cien  años.  Y  todo  con- 
sistió en  que  el  retinamiento  de  la  cultura  provenzal  despeñándose  por 
nuestros  puertos  allanaba  la  frontera  ^. 

A  la  muerte  de  su  padre,  acaecida  en  el  año  1419  3,  heredó  sus  largos 
estados  y  con  ellos  el  oficio  de  Camarero  mayor  del  Rey,  y  si  no  entró  á 
servirlo  desde  luego  y  ocupar  su  puesto  en  el  Consejo  conforme  al  acuerdo 
que  se  tomó  en  la  junta  que  hicieron  el  Infante  D.  Enrique  y  los  caballe- 
ros que  andaban  en  la  cámara  de  la  reina  D.*  Catalina  al  tiempo  de  su 
fallecimiento,  no  fué  porque  le  faltara  edad  competente,  que  era  lozana  de 
diez  y  ocho  años  la  suya,  sino  por  yerros  de  su  mocedad  por  haber  segui- 
do la  parcialidad  del  Infante  por  celos  de  la  inñuencía  que  ya  se  vislum- 
braba en  el  doncel  D.  Alvaro  de  Luna.  Mocedad  y  celos,  la  verdura  de 
los  años  y  las  engañosas  sugestiones  del  amor  propio,  le  precipitaron  en 
la  honda  sima  de  la  malquerencia,  y  corriendo  desatentado  tras  su  vali- 


1  Siendo  francés  Mosen  Árnao  5o/t«r,  abuelo  materno  de  Pero  de  Bclasco,  y  habiendo  que- 
dado huérfana  de  madre  muy  joven,  i  io  que  parece,  doña  María  debió  de  familiarizarse  desde 
niña  con  la  lengua  de  su  padre.  Aunque  el  nombre  de  la  madre  de  esta  señora  está  en  tela  de 
juicio,  no  cabe  duda  que  fué  castellana,  porque  al  ¡natrimonio  de  Juan  de  Belasco  con  doña  Ma- 
ría Solier  precedió  dispensa  canónica  de  la  Santidad  de  Clemente  VII  (anti-papa),  otorgada 
i  8  de  Octubre  de  1391. 

3  Los  libros  titulados  Árbol  de  Batallas  y  el  Libro  de  las  Questiones  que  el  Sr.  Paz  describe 
en  su  Biblioteca  del  Conde  de  Haro  pertenecen  á  la  épocí  indicada  y  ejercieron  notible  influjo 
en  su  tiempo.  Nuestra  escuela  didáctica  produjo  afganos  libros  doctrinales  de  U  índole  de  los 
mencionados,  entre  otroi  el  libro  de  los  Estados  y  el  del  Caballero  y  del  escudero,  del  infante 
D.  Juan  Manuel;  pero  fueron  más  bien  traudos  de  moral  política  que  sumas  de  la  etiqueta  y 
cortesía  al  aso  de  la  caballería  andante.  Los  códices  italianos  son  del  tiempo  de  Enrique  IV  y 
ée  los  Reyes  Católicos. 

3    Murió  en  Tordesillas  en  lo  mejor  de  su  valimiento. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  1 85 

miento,  no  paró  hasta  dar  con  sus  huesos  y  enojos  en  la  cámara  augusta» 
<londe  posaba  el  rey  en  Tordesillas,  provocando  aquella  irreverente  esce- 
na y  desacato,  en  los  que  se  reveló  con  gallardía,  que  excede  á  toda  pon- 
•deración,  elvalor  y  altas  prendas  de  D.  Alvaro;  escena  ó  paso  que  por  su 
fiera  ternura  nos  seduce  más  que  aquel  otro  llamado  honroso  de  la  puente 
del  Órbigo  y  las  a^^añosas  empresas  que  al  intento  de  rendir  el  corazón 
harto  sensible  de  una  dama  consumó  y  llevó  á  feliz  término  eh Conde  don 
Pero  Niño  de  Buelna.  Dice  asi  la  Coronica:  «Y  esto  hecho  (allanada  la 
posada)  el  Infante  y  el  Condestable  Don  Ruy  López  Davalos  y  Garci  Fer- 
nandez Manrique  y  el  Adelantado  I>on  Pero  Manrique  y  el  Obispo  de 
Segovia  se  fueron  para  la  cámara  del  Rey  y  hallaron  la  puerta  abierta 
porque  Sancho  de  Hervas  la  havia  hecho  dejar  asi  y  como  el  infante  entró 
y  los  caballeros  que  con  el  iban  (Pero  de  Belasco  entre  ellos  con  el  que  á 
poco  fue  su  suegro)  hallaron  al  Rey  durmiendo  y  á  sus  pies  á  Alvaro  de 
Luna:  y  el  Infante  dijo  al  Rey  Señor  levantaos,  que  tiempo  es,  y  el  Rey 
fue  dello  muy  turbado  y  enojado  y  dijo  que  es  esto?i)  (Coronica  del  rey 
Don  Juan.  Año  XX.)  Y  D.  Alvaro  de  Luna  que  dormía  á  los  pies  de  la 
cama  les  denostó  con  estas  palabras:  i<E  i^osotrosque  le  seguis  (al  Infante) 
recuerdasevos  de  la  grand  deslealtad  que  acometéis/  E  de  como  í*os  facéis 
parciales  de  una  terrible  e  muy  grande  culpa/  Ploguiese  a  Dios  que  agora 
yo  fuese  muerto  e  vosotros  non  ovieredes  cometido  tan  deshonesto  e  abo- 
minable  fecho/ ^i  (Coronica  de  D.  Alvaro  de  Luna.)  Hermosas  palabras  las 
del  novel  privado  que  delatan  un  gran  corazón  y  la  lealtad  que  sustentó 
hasta  el  último  momento  de  su  vida! 

La  edad,  que  madura  muchos  juicios,  y  la  experiencia  de  los  sucesos 
que  con  tanta  rapidez  se  sucedieron  en  aquel  azaroso  reinado,  templaron 
el  desasosiego  de  D.  Pero  de  Belasco,  y  pasados  algunos  años,  y  á  vueltas 
de  otras  tantas  alternativas  por  capítulos  de  concordia  zurcida  ó  amigada, 
«n  el  año  1439  se  confederó  con  D.  Alvaro  de  Luna  y  desde  entonces  se  le 
.  ve  intervenir  á  su  lado  en  todos  los  lances  y  ocasiones  que  el  servicio  de 
la  corona  demandaba. 

Entre  tanto  el  rey  de  Navarra  y  los  infantes  sus  hermanos  no  cejaban 
en  su  porfía  de  alterar  el  reino;  sus  bullicios  pedían  de  continuo  enérgicas 
medidas  del  Consejo  que  no  acertaba  á  contener  la  ambición  de  unos 
Príncipes  mal  avenidos  con  su  suerte  y  fortunas  con  ser  éstas  tantas  que 
cada  rato  las  acrecentaban  y  mejoraban.  Al  correr  del  año  1430  el  rey 
D.  Juan  II,  cansado  de  las  desazones  que  los  Infantes  sus  deudos  le  ofrcc\in 


1 86  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

un  día  tras  de  otro,  después  de  resistir  la  entrada  de  navarros  y  aragoneses 
en  Castilla,  dejó  por  frontero  en  la  de  Navarra  á  Pero  de  Belasco,  el  cual, 
para  robustecer  su  hueste,  compuesta  de  mil  peones  y  seiscientas  lanzas 
escogidas,  «envió  llamar  (dice  la  Crónica)  á  los  principales  señores  de 
solares  en  Vizcaya  y  vinieron  a  el  Gonzalo  Gómez  de  Butrón  y  Gómez 
de  Butrón  su  hijo  que  era  señor  del  solar  de  Moxica  que  lo  heredo  por 
parte  de  §u  madre,  y  Ortuño  Garcia  de  Arteaga  y  Juan  de  Avendaño  los 
quales  havian  hecho  mucha  guerra  en  Navarra  y  vinieron  al  llamamiento 
de  Pero  de  Belasco  con  hasta  tres  mil  hombres  de  a  pie  ballesteros  y  lan- 
ceros la  qual  gente  Pero  de  Belasco  hizo  llamar  porque  havia  fama  que  el 
rey  de  Navarra  quería  pasar  a  su  villa  de  Briones  y  Pero  de  Belasco  le 
entendia  embargar  el  paso.»  El  éxito  coronó  su  esfuerzo  cortando  la  mar- 
cha del  navarro,  que  no  pudo  evitar  la  entrada  y  sacó  de  la  villa  de  San 
Vicente,  á  costa  de  la  vida  de  Gómez  de  Butrón,  uno  de  los  más  califica- 
dos capitanes  de  esta  empresa,  que  valió  al  de  Belasco  á  título  de  merced 
y  recompensa  las  villas  de  Haro  y  Velorado,  con  denominación  de  Conde 
al  tiempo  que  se  acordó  confiscar  los  bienes  de  los  Infantes  y  aplicarlos  á 
la  corona.  Treinta  y  un  años  contaba  á  la  sazón  Pero  Fernández  de  Be- 
lasco  y  hacía  dos  que  había  tomado  estado  con  D.***  Beatriz  Manrique,  hija 
de  Pero  Manrique,  Adelantado  mayor  de  León. 

En  poco  tiempo  creció  tanto  su  autoridad,  apoyada  en  los  cimientos  de 
su  discreción,  austeridad  y  dotes  de  gobierno,  que  no  se  suscitó  razón  de 
estado  que  no  se  le  consultase  y  aun  decidiese  por  su  voto.  Por  lo  que  la 
fama  decía  de  sus  hechos,  fué  designado  por  mantenedor,  y  guarda  de 
aquel  seguro  célebre  de  Tordesillas,  torneo  de  la  hidalguía  el  más  solemne 
que  vieron  los  siglos  ínterin  entendían  de  la  paz  del  reino  y  procuraban 
una  avenencia  el  Rey  y  el  Condestable  de  una  parte  y  de  la  otra  los  In- 
fantes y  caballeros  que  seguían  su  parcialidad;  y  no  fué  él  ciertamente  el 
que  menos  empeño  puso  en  procurarla  aun  á  costa  de  sus  propias  ganan- 
cias de  guerra.  Más  tarde  fué  por  Embajador  á  Navarra  á  recibir  á  la 
desdichada  Infanta  D.'^  Blanca,  destinada  de  tiempo  atrás  al  frío  tálamo 
del  príncipe  D.  Enrique  y  víctima  inocente  de  la  ambición  y  vergonzosas 
artes  que  sin  encubiertas  ni  reparos  jugaron  en  todo  el  curso  del  reinado 
de  D.  Juan  II  hasta  la  prisión  y  muerte  d¿  D.  Alvaro  de  Luna. 

No  es  para  omitida  la  relación  de  las  fiestas  y  regocijos  públicos  con 
que  se  celebraron  aquellas  bodas;  Pero  Fernández  de  Belasco  y  el  obispo 
de  Burgos  D.  Alonso  de  Cartagena  compitieron  en  gentileza  y  se  repartie- 


BIBLIOIECAS  Y   MUSEOS  1 87 

ron  las  expensas  de  los  alardes,  bohordos,  torneos,  salas  y  espectáculos  mil 
que  se  ofrecieron  á  la  joven  Princesa  al  llegar  á  Castilla;  en  la  villa  de 
Briviesca,  lugar  de  señorío  de  Pero  de  Belasco,  se  festejó  la  entrada  de 
doña  Blanca  con  aparato  y  alegrías  desacostumbrados,  que  fueron  cosa 
maravillosa  Je  rer,  al  decir  de  la  crónica,  *la  qual  fiesta  duro  cuatro  dias 
en  los  qualcs  el  Conde  mandó  pregonar  que  no  se  vendiese  cosa  alguna  á 
ninguno  de  los  que  ii  la  villa  eran  venidos  asi  estrangeros  como  castel^- 
nos  y  que  todos  viniesen  d  su  palacio  por  ración  y  á  cada  uno  se  diese  lo 
que  demandar  quisiese  y  en  una  sala  baja  estaba  una  fuente  de  plata  así 
artificiosamente  hecha  que  de  continuo  manaba  vino  muy  singular  de  la 
qual  llenaban  todos  los  que  querian  cuanto  les  placia  y  en  los  tres  dias 
siempre  hubo  danzas  de  los  caballeros  y  gentiles  hombres  en  palacio  y 
toros  y  momos  y  juegos  de  cañas,  y  al  cuarto  dia  el  Conde  tenia  mandado 
hacer  en  un  gran  prado  que  es  cercado  á  las  espaldas  de  su  palacio  una 
sala  muy  grande  donde  había  á  la  una  parte  un  asientamiento  muy  alto 
que  se  subia  por  veinte  gradas:  lo  qual  todo  estaba  cubierto  de  céspedes  asi 
juntos  que  parecia  ser  naturalmente  alli  nascidos:  y  allí  fue  el  asentamien- 
to de  la  Reina  y  Princesa  y  Condesa  de  Haro  con  ella  y  donde  estaban  un 
rico  doicl  de  brocado  carmesi  y  asentamiento  tal  qual  convenia  á  tan  gran- 
des señoras,  y  por  orden  estaban  mesas  puestas  en  otros  asentamientos  ba- 
jos cubiertos  asimismo  de  céspedes  y  encima  de  gentil  tapicería  donde  se 
asentaron  á  la  cena  todas  las  damas  y  caballeros  en  la  forma  que  en  los  dias 
pasados  y  á  la  una  parle  de  aquel  prado  estaba  una  tela  puesta  donde  jus- 
taban en  ames  de  guerra  veinte  caballeros  y  gentiles  hombres  y  á  la  otra 
parte  estaba  un  estanque  donde  había  muchas  truchas  y  barbos  muy  gran- 
des traídos  alli  para  esta  fiesta  los  quales  asi  vivos  como  eran  tomados  se 
traían  á  la  Princesa,  y  á  la  otra  parte  había  un  bosque  muy  hermoso 
puesto  á  mano  donde  c!  Conde  habia  mandado  poner  osos  y  javalies  y  ve- 
nados; y  estaban  hasta  cincuenta  monteros  con  muy  gentiles  alanos  y  le- 
breles y  sabuesos;  el  qual  estaba  cercado  en  tal  manera  que  no  podía  nin- 
gún animal  de  aquellos  salir  de  lo  cercado  y  puestos  los  canes  los  monte- 
ros ios  corrían  y  mataban  y  asi  muertos  ios  presentaban  á  la  Princesa  lo 
qual  parescio  cosa  muy  estraña  en  un  mismo  tiempo  y  en  una  casa  po- 
derse hacer  tan  distintos  ejercicios;  y  en  esta  sala  habia  tantas  antorchas 
puestas  asi  artificiosamente  y  pasada  la  fiesta  y  hecha  la  montería  y  pesca, 
la  danza  se  comenzó  y  duro  casi  cerca  del  dia  que  todo  parecia  tan  claro 
como  si  luera  con  un  gran  sol  á  medio  día  y  la  danza  acabada  la  colación 


1 88  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

se  trajo  asi  altamente  como  convenía  á  tan  grandes  señoras  y  perlados  y 
caballeros  como  allí  estaban  y  hecha  la  colación  el  Conde  hizo  largueza  á. 
los  trompetas  y  menestriles  de  dos  grandes  ta)egones  de  moneda  y  dio  á 
la  Princesa  un  rico  joyel  y  á  cada  una  de  las  damas  que  en  su  compañía, 
venian  anillos  en  que  habia  diamantes  y  rubies  y  balajes  y  esmeraldas  en 
tal  manera  que  ninguna  quedó  sin  del  recibir  joya  y  á  los  caballeros- 
estrangeros  que  alli  vinieron  dio  á  algunos  caballeros  muías  y  á  otros  bro- 
cados y  á  los  gentiles  hombres  sedas  de  diversas  maneras.»^  (Crónica  del 
Rey  D.  Juan. — Pamplona.  iSgi.) 

Nos  hemos  detenido  más  de  la  cuenta  en  la  relación  de  estas  fiestas  por 
extremo  suntuosas  porqu3  en  nuestro  sentir  en  el  breve  discurso  que  usted 
liace  de  la  vida  del  Conde,  quedó  éste  en  opinión  de  codicioso,  y  á  decir 
verdad  se  compadecen  mal  las  larguezas  que  con  lujosa  minucia  refiere  la 
crónica  con  la  codicia  que  el  rey  D.  Enrique  le  motejaba,  siendo  así  que  le 
debía  sendas  cuantías  de  maravedises  y  que  la  razón  de  pedirle  á  Miranda 
y  Pancorbo  estaba  en  los  ofrecimientos  de  merced  que  le  tenía  hechos  por 
ganarle  á  su  partido,  aparte  de  que  las  alcabalas,  amén  de  las  rentas  de  las 
aljamas  de  alguna  de  estas  villas,  Pancorbo,  por  ejemplo,  eran  de  la  casa 
de  Belasco. 

Dice  usted,  mi  buen  amigo,  que  la  conducta  del  Conde  en  las  divisio- 
nes que  nacieron  entre  el  rey  D.  Enrique  y  el  infante  D.  Alonso,  su  her- 
mano, tiene  las  apariencias  de  dudosa  ó  extraña  por  haber  adoptado  aquél 
la  resolución  de  seguir  un  partido  mientras  empujaba  á  su  hijo  al  otro; 
puro  á  nosotros  nos  parece  obediente  á  la  más  cumplida  lealtad,  porque  si 
sus  inclinaciones  iban  tras  la  corriente  de  los  sucesos  y  sus  ojo3  miraban 
con  agrado  el  nuevo  orden  de  cosas  que  á  todas  luces  se  avecinaba,  sus  de- 
beres de  vasallo  le  retenían  cerca  del  Rey  hgítimo  en  honesto  aparta- 
miento. Por  Teso  acudía  en  la  tregua  y  se  escondía  en  la  campaña  como 
quien  hace  oficio  de  mediador  y  no  los  de  partidario;  y  con  todo  el  hijo  no 
desmintió  nunca  la  sangre  que  corrió  por  sus  venas,  manteniéndose  leal 
á  D.  Enrique  hasta  la  muerte  áfi  este  Príncipe. 

Por  último,  para  concluir,  siquiera  sea  sumariamente,  el  proceso  de  la 
vida  de  D.  Pero  Fernández  de  Belasco,  añadiremos  que  fué  Gobernador 
del  Reino,  Capitán  prudente  y  esforzado  que  acreditó  su  valoren  diversas 
empresas  y  pasos  de  armas  en  Ja  frontera  de  Navarra,  en  la  entrada  de 
Granada  y  en  la  batalla  de  Olmedo,  donde  se  hubo  como  bueno;  caballero 
de  asentada  reputación  que  acertó  á  poner  escuela  en  la  qque  se  ejercitaron» 


BIBLIOTECAS  Y    MIGEOS  iSq 

siiiuiendo  su  apellido  los  meiores  cabos  de  las  montañas  do  Biiri:os.  de  Ij 
cosía  del  mar  y  de  X'iicaya:  letrado  de  mucha  discreción  y  divtrina  de 
ia  que  nos  defó  buena  muestra  en  su  libro  del  5ieAr?fn^:  y  aunque  se  sabe 
que  compuso  unas  ori/emin^as  con/rj  los  malhechores  para  in>iruccion  y 
¿robierno  de  los  alcaldes  y  justicias  de  sus  tierras  y  sciior'os,  jvr  suerte 
nada  queda  de  ellas  si  no  sen  los  encomios  y  alabanzas  que  merecieron 
Como  varón  de  virtudes  dio  eíemplo  vivo  en  sus  pv^sirimcrfas  cuando. 
carinado  de  servicios,  se  retiró  á  su  villa  de  Medina  de  Pomar  y  hospital  do 
la  Vera  Crui^,  donde  llovó  vida  penitente  por  espacio  de  diez  años,  desde  el 
i4ñQ  hasta  el  1470  en  que  murió  a  los  sesenta  y  nuau:  su\^^$. 

El  hospital  de  la  Vera  Cru^,  vuljío  Cartuja,  la  más  insii^no  do  las 
fundaciones  de  D.  Poro  Fernández  de  Belasco.  se  abrió  á  su  destino  en  el 
ii;io  1452  para  %'eint ¡cinco  pobres  menesterosos  y  vianKiantes:  los  trece  Je 
c?//os  < hombres,  con  exclusión  de  toda  mujer»  ti  reverencia  y  hitnra  Jel 
Santo  colegio  de  \.  S..  los  cuales  eran  perpetuos:  e  los  siete  /.^^r^ue  me- 
diante la  gracia  de  Dios  pudieran  alcanzar  los  siete  dones  del  l\spiritu 
Santo  que  recibe  aquel  que  face  obras  piadosas  y  estos  siete  han  de  ser 
hombres  enfermos  para  ser  curados  en  dicho  hospital:  e  los  cinco  a  reve- 
rencia de  las  cinco  llagas  que  .V.  Redentor  por  salvar  al  humano  linaje 
recibió  en  el  árbol  de  la  Cru^.  dicen  las  cláusulas  de  fundación.  l\  asi 
mesno  es  mi  intención,  continúa  diciendo  la  escritura,  que  demás  destos 
por  a  ñor  de  .V.  5.  sean  acogidos  e  consolados  en  dicho  hospital  los  f.yobre!> 
caminantes  hombres  y  mujei'es  que  a  el  vinieren  que  podran  ser  unos  con 
otros  die^  pobres  cada  dia.  Kstos  pobres  continos  y  los  enfermos  cuando 
la  dolencia  lo  consentía  vivían  hol[;adamenlo  bajo  la  dVccciíMi  do  un  pro- 
visor  ú  hospitalero  que  tenía  el  gobierno  de  la  casa;  estaban  sujetos  á  cier- 
tas re¿»Ias  y  ordenamientos;  rezaban  sus  horas  cada  día,  trabajaban  en  la 
huerta  ó  se  empleaban  en  los  menesteres  de  la  C^omunidad.  Recibían  su 
ración  de  pan  y  vino,  carne  ó  pescado,  según  lucre  el  tiempo,  en  esta  for- 
ma: de  pan  doce  fanegas  por  cabeza;  de  vino  una  azumbre  cada  pobre. 
e  entre  tres  una  cuarta  de  carnero  ó  libra  y  media  de  pescado  á  cada  uno. 

No  llevaban  el  sayal  y  caperuza  que  les  haría  parecerse  á  frailes  del 
Abrjjo,  sino  vestes  sencillas  de  buriel  con  sus  capillos  y  coletas,  sayos  a 
media  pierna,  las  calidas  fasta  las  rodillas  de  blanqueta,  boiinos  sobreso^ 
.lados  y  birretas  de  paño  recio  para  los  días  comunes  ú  ordinarios;  y  para 
otros  días  más  solemnes  y  señalados  ciertos  camisoles  de  fustcda  negra 
aforrados  y  guarnidos.  Eso  sí,  á  devoción  especial  del  Conde  traían  los 


190  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

pobres  acogidos  en  metad  de  los  pechos  y  las  enfermeras  ast  mesmo  en  los 
escapularios  la  señal  de  la  Cru^  en  que  fue  puesto  el  bienaventurado  se- 
ñor  apóstol  Sn.  Andrés  blanca  en  una  tarja  de  paño  colorado  en  memoria 
de  la  Santa  Sangre  que  en  la  Sta.  Cru^fue  derramada.  Ningún  acogido 
ni  enfermo,  no  estando  postrado  en  la  cama,  ni  sirviente  del  hospital  po- 
día excusarse  de  traer  á  la  vista,  como  se  ha  dicho,  la  señal  de  la  Cruí,  y 
tan  rigurosamente  quiso  el  fundador  que  se  observara  este  precepto,  que 
manda  sea  tirado  del  hospital  el  que  se  resistiese  ó  non  quisiera  traerla. 

Curiosas  son  por  muchas  maneras  las  disposiciones  de  la  escritura  do- 
tal;  en  lo  que  toca  á  mantenimientos,  cuyo  precio  señala,  al  paso  que  nos 
muestra  y  descubre  la  equivalencia  de  algunas  medidas  y  el  valor  de  la 
moneda  que  corría  entonces;  en  lo  tocante  á  rezos  y  devociones  por  donde 
se  viene  á  averiguar  cuan  diferentes  eran  los  de  antaño  de  estos  nuevos  que 
practicamos  ogaño;  y  por  último,  en  su  parte  sustancial,  en  el  orden  que  se 
había  de  tener  para  recibir  á  los  pobres  acogidos  y  dolientes,  sus  pitanzas; 
en  las  oblaciones  de  los  clérigos,  ennepersarios,  limosnas  á  personas  enver- 
gonf{adas  y  otros  extremos  ».  De  los  pujos  y  arrestos  de  mundatial  gran- 
deza del  Conde  de  Haro  diremos  algo  después. 

La  traza  y  compostura  interior  del  hospital  todavía  en  pie  á  pesar  de 
las  inclemencias  y  ñeros  males  que  han  trabajado  su  ruina,  proclaman 
la  condición  y  gerarquía  del  piadoso  fundador.  Frió  y  solemne  como  cosa 
consagrada  al  culto  de  los  muertos,  llano  y  adusto  como  el  que  desafía  las 
vanidades  de  la  tierra,  adosado  á  los  muros  de  Sta.  Clara  en  lo  que  fué 
corral  y  compás  del  monasterio,  se  alza  un  edificio  de  regulares  proporcio- 
nes y  sencilla  apariencia  que  pasaría  desapercibido  como  un  accesorio 
ú  oficina  del  convento  sí  alguien  no  nos  dijese  que  aquello  fué  el  hospital 

I  Aunque  ia  fundación  del  hospital  se  solemnizó  por  escritura  otorgada  á  catorce  de  Agosto 
de  mil  cuatrocientos  cincuenta  y  cinco,  se  ordenó  y  dispuso  en  el  año  mil  cuatrocientos  cín- 
cuenta  y  dos,  retrasándose  su  publicación  por  causas  descojiocidas.  Kn  el  año  cincuenta  y 
cuafro  pasó  á  mejor  vida  el  rey  D.  Juan  II,  y  en  la  exposición  ó  cabecera  de  la  escritura  dice 
el  Conde  que/ace  y  dota  el  hospital  entre  otras  razones  por  la  salut  y  vida  de  dicho  señor  Rey 
del  cual  yo  he  rescibido  y  rescibo  cada  dia  muchos  benesjicios  e  mercedes  &  porque  Dios  acres- 
dente  su  anima  en  muchas  virtudes  y  después  de  prolongados  tiempos  pasando  de  esta^fida 
la  quiera  colocar  en  la  gloria  y  aquellos  donde  el  viene  y  del  descienden  de  quien  yo  tengo 
cargo.  Lo  que  enseña  hasta  dónde  llevaba  el  (^onde  de  lluro  su  amor  y  adhesión  á  la  real  per- 
sona, y  esclarece  también  otro  punto  interesante  de  la  historia,  y  es  que  habiendo  residido  el 
Conde  en  estos  años  del  cincuenta  y  dos  al  cincuenta  y  cuatro  en  su  villa  de  Medina  fué  ageno 
á  las  intrigas  de  la  Corte  contra  D.  Alvaro  de  Luna,  aunque  esta  misma  neutralidad  contribu- 
yera eficazmente  á  la  caída  del  privado.  Estando  recogido  el  Conde  de  llaro  en  su  hospital  de  la 
Vera  Cruí{  pasados  algunos  años  de  la  muerte  del  rey  D.  Juan,  ordenó  los  llamados  aniversa- 
rios de  los  Reyes,  siendo  el  más  carioso  de  todos  el  que  mando  celebrar  por  las  animas  del  rey 
Don  Pedro  y  de  la  reina  Doña  Maria  su  mujer,  habida  cuenta  de  que  la  prosperidad  y  creci- 
miento de  la  c  isa  de  Belasco  proceJía  de  las  mercedes  enriqucüas. 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS  I9I 

de  la  Vera  CruK,  comunmente  conocido  por  la  Cartuja  de  Medina.  Lisa  y 
desnuda  la  fachada,  dá  acceso  por  un  portón  desvencijado  á  una  cuadra 
baja  de  tránsito,  en  cuyo  fondo  se  abre  un  hueco  que  comunica  con  el 
patio  llamado  de  los  Caminantes.  Es  este  un  despejado  cuadro  de  rica 
fábrica  de  sillería  tostada  por  el  Sol  y  des^^astada  á  la  injuria  de  la  intem- 
perie: una  claustra  de  tres  alturas  ó  pisos  le  recorre  en  toda  la  extensión 
de  sus  lados,  en  arcadas  ojivales  que  travan  graciosos  antepechos  de  calada 
lacería.  Una  escalera  de. las  llamadas  de  Corte,  de  buena  construcción  y 
señoril  aspecto,  pone  en  comunicación  la  planta  baja  desde  el  portalón  y 
la  principal:  la  balustrada  de  esta  escalera  es  de  piedra  como  todo  el 
conjunto  de  este  miembro  del  edificio  y  se  apoya  en  un  robusto  pedestal 
sobre  el  que  descansa  un  busto  de  mujer  tocado  con  los  paños  y  galas  de 
aquel  tiempo. 

En  la  planta  baja  se  hallan  distribuidas  las  ofícinas  y  el  vacío  pósito 
que  debía  encerrar  mil  fanegas  de  grano  para  las  emprestar  á  las  perso- 
ñas  pobres  y  nescesitadas  de  la  mi  villa  de  Medina  y  su  vescindat  y  á  los 
vasallos  y  renteros  del  dicho  hospital  que  mester  lo  ovieren  en  cada  un 
año  por  siempre  jamas  el  cual  emprestado  se  comience  a  facer  el  dia  de 
Santa  Maria  de  Mar^o  de  cada  un  año  e  se  continué  fasta  el  dia  de  San 
Johan  de  Junio  á  tenor  de  lo  que  reza  la  clausula  que  añade:  e  porque  ras- 
sonablemente  las  tales  personas  nescesitadas  puedan  ser  todas  socorridas 
del  dicho  emprestado  es  mi  voluntad  que  non  pueda  ser  emprestado  aper- 
sona alguna  mas  de  die^  fanegas  de  trigo  se  yendo  casado  ó  casada  é  si  lo 
non  fuere  seis  fanegas  e  non  mas  con  que  cada  una  de  las  tales  personas 
que  el  dicho  trigo  llevaren  sean  tenidas  de  dar  y  den  por  ello  buenas 
prendas  y  recabdos  a  vista  y  cargo  del  Proinsor  u  hospitalero  para  lo 
pagar  el  dia  de  Santa  Maria  de  Setiembre. 

En  el  piso  principal  en  piezas  espaciosas  y  holgadas  estaban  los  pobres 
continos  y  enfermos:  y  en  lo  alto  ó  último  se  recogían  las  asistidorasó  en- 
fermeras, y  vivió  el  fundador  en  dos  habitaciones  í'ó  cuadras  oscuras  y 
mezquinas  para  el  que  había  nacido  en  una  gran  fortuna,  sin  más  luz  que 
la  que  quería  entrársele  por  un  balcón  de  madera,  cerrado  de  espesa 
celosía  desde  donde  asistía  á  los  oficios  divinos  en  la  iglesia  del  monasterio 
á  la  cual  daba  y  salía  Isífenestra. 

En  esta  fundación  y  en  las  otras  cosas  curiosas  que  en  esta  casa  y  hos- 
pital pasaron,  quiso  parecer  soberano  el  que  de  hecho  y  por  derecho  había 
sido  amo  y  señor  de  muchos  criados  y  vasallos.  Desde  luego  se  nota  una 


192  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

gran  semejanza  ert  las  tildes  y  minucias  de  gobierno  interior  entre  esta 
casa  y  asilo  y  el  hospital  del  Rey  de  Burgos.  La  sujeción  y  obediencia  al 
señorío  de  una  religiosa;  de  la  abadesa  de  las  Huelgas  en  uno,  y  de  la  de 
Sta.  Clara  en  otro:  el  número  trece  de  los  freires  que  asistían  en  aquél,  y 
de  los  pobres  continos  que  podían  ser  admitidos  en  éste;  la  institución  del 
Rector,  Provisor  ú  espitalero  igual  en  las  dos  casas;  y  la  imposición  de  la 
enseña  de  la  Cru^  que  debían  usar  freires  y  acogidos  en  el  hospital  del 
Rey,  y  en  la  Cartuja  de  Medina.  En  la  Cartuja  dio  de  mano  el  Conde  á 
sus  pensamientos  de  altanería  y  detuvo  el  revuelo  de  su  ambición  y  poderío 
soterrándolos  bajo  la  divisa  de  una  orden  y  regla  de  caballería  inventada 
por  él,  para  socorro  de  menesterosos  y  lo  que  es  más  peregrino,  en  sufragio 
de  finados.  Se  llamó  la  nueva  orden  de  la  Vera  Cru^  del  mismo  nombre 
que  el  hospital   por  la  devoción  que  el  Conde  tenía  á  los  misterios  de 
la  Pasión,  y  su  enseña  consistía  en  una  estola  prieta  cargada  'en  los  cabos 
de  sendos  escudos  partidos  en  pal;  á  la  diestra  una  cruz  aspada  de  oro  (la 
decussata  de  los  latinos  ó  de  San  Andrés),  en  campo  bermejo  y  á  mano 
siniestra  los  veros  de  la  casa  de  Belasco  como  se  ve  en  una  preciosa  mues- 
tra que  conservamos  en  nuestro  poder  ^    A  pocas,  muy  contadas  gentes, 
caballeros,  dueñas  y  doncellas,  naturales  y  extranjeros  hizo  gracia  el  buen 
Conde  de  aquella  orden  nueva  y  singular;  y  casi  todos  ellos  fueron  deudos 
y  fiímiliares  suyos  escogidos  entre  los  más  propincuos  y  fervorosos  escluí- 
dos  los  que  ya  habían  profesado  religión  y  apartidóse  del  mundo:  entre  los 
agraciados  se  contaron  en  primer  término  de  la  parte  de  los  caballeros  cas- 
tellanos, don  Pedro  y  don  Luis  sus  fijos  del  Conde;  don  Fernando,  don 
Alonso  y  don  Juan  de  Belasco  sus  hermanos;  Juan  de  Padilla  su  conmilitón 
y  deudo  por  la  sangre  de  los  Sarmientos  y  de  los  Manriques  de  Valdescaray; 
el  alcayde  de  los  Donceles  Diego  Ferrández  de  Córdoba  y  Martín  Fernán- 
dez Portocarrero  sus  parientes  de  la  línea  de  doña  María  de»Solier,  madre 
del  Conde;  Alvaro  (no  Iñigo)  de  Zuñiga  su  cuñado;  Gutierre  de  Robles, 
Juan  Ramírez-,  Sancho  de  Torres  sus  familiares  y  paniaguados;  mosen 


I  No  conocemo!v  la  fecha  preci«(a  de  la  institución  de  la  Orden,  pero  se  puede  asegurar  q^e 
n<*  va  más  ailA  del  año  1462,  algo  posterior  á  la  fundación  del  hospital,  si  no  fueron  cosas  simul- 
táneas como  parece  que  se  deduce  de  la  relación  de  las  personas  que  recibieron  la  Or  len,  de  las 
faltas  y  omisiones,  algunas  de  mucho  bulto  y  peso  que  se  notan  en  aquélla,  y  de  las  dignidades  y 
oHcios  que  llevaban  los  agraciados:  así  se  observa  que  faltan  en  la  relación  los  nombres  de  doña 
María,  D.  Sancho  y  D.  Antonio  de  Belasco,  hijos  del  Conde,  lo  que  se  explica  por  haber  profe- 
sado religión  la  primera  en  Santa  Clara  de  Medina  y  ser  los  últimos  niños  de  corta  edad.  Kntrc 
los  farautes  y  persevantes  que  recibieron  la  deuisa,  pirece  Asturias  que  lo  era  entonces  del 
principe  1).  Enrique,  el  cual  entró  á  reinar,  como  es  sabido,  en  el  año  1454. 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS  UjS 

Diego  de  Valera  caballero  doctísimo,  maestro  en  perfiles  de  caballería, 
graduado  en  muchas  letras,  grande  amigo  del  Conde  de  Haro  y  uno  de  los 
asiduos  de  la  casa  de  Belasco.  De  parte  de  las  dueñas  y  doncellas  se  nom- 
bran la  Condesa  doña  Leonor  de  Belasco  la  hija  muy  amada  que  quedó 
prometida  al  melancólico  Príncipe  de  Viana  y  fué  en  sus  días  mayores 
abadesa  del  monasterio  de  Sta.  Clara  ';  doña  María  y  doña  Juana  de  Belas- 
co sus  Jijas  del  Conde,  que  alcanzaron  grandes  estados  por  casamiento 
de  la  una  con  don  Alonso  Enriquez,  tercer  almirante  de  Castilla  y  tío  del 
Rey  Católico  (hermano  de  su  madre)  y  de  la  otra  con  don  Juan  de  Ayala  y 
en  segundas  con  don  Alonso  Enriquez  de  Guzman,  conde  de  Alba  de 
Liste  2;  Doña  Juana  Manrique,  hija  del  Adelantado,  hermana  de  laCondesa 
y  mujer  que  fué  de  don  Fernando  de  Sandoval  y  Rojas,  conde  de  Castro; 
y  doña  Mcncía  ¿Manrique,  mujer  de  Juan  de  Padilla  é  hija  del  Adelantado 
de  Castilla  Gómez  Manrique.  Todas  estas  señoras  dejaron  insignes  memo- 
rias de  su  piedad  y  virtudes.  Los  extranjeros  que  recibieron  la  orden  fueron 
menos  en  número  y  no  hace  al  caso  nombrarlos. 

Yace  sepultado  el  Conde  de  Maro  juntamente  con  sus  progenitores  y 
descendientes  en  la  iglesia  del  monasterio  de  Sta.  Clara  de  Medina  de 
Pomar  en  el  lado  ó  banda  de  la  Epístola  cerca  del  Altar  mayor:  se  sabe 
que  mandó  aderezar  una  suntuosa  capilla  dedicada  á  los  Dolores  de  Nues- 
tra Señora  para  enterrarse  en  ella;  y  por  suerte  esta  capilla  ha  desaparecido 
del  cuerpo  de  la  iglesia  en  alguna  de  las  varias  rclormas  que  se  hicieron  en 
el  templo,  quizás  en  la  de  1621  que  comprendió  toda  la  parte  del  ábside  y 
la  capilla  mayor  3. 

Ji  LIAN  i)K  San  Pe  layo. 
(Continuará 


1  Esta  ilusirc  dama,  desde  el  irisle  retujiio  de  ^us  dc-;cn^;años,  prestó  f;randes  ser*,  icios  á  la 
Corona  co  momentos  ditíciles,  ya  con  su  consejo.  >a  con  ayudas  de  dinero;  para  la  empresa  de 
Granada  prestó  a  los  Reyes  (Católicos  una  crecida  cuantía  de  maravedís  que  recibió  en  persona 
Ve.  Hernando  de  TaKivera. 

2  Tuvo  el  Conde  dos  hijas  que  se  llamaron  de  un  mismo  nombre;  doña  .Nfnr/a, moni. i  profes 
en  Santa  Clara  y  la  que  mencionamos  arriba.  Ina  de  las  dos  profesó  la  rc^la  de  la   Vtra  ('ruzi 
sien  la  relación  que  cita  el  Sr.  Faz  aparecen  pi-r  ord.n  de  edades,  tué  la  mayor  la  agr.'ciada 
COD  la  Orden,  pero  no  hay  razón  para  excluir  á  la  tercera,  siendo  así  que  se  nombra  á  la  cu.rta 
y  menor  de  las  hijas  que  fué  doña  Juana. 

3  Sospechamos  que  la  capilla  de  los  l)oinres  ocupó  el  mismo  recinto  destinado  hoy  á  sacris- 
tía, el  altar  lo  conservan  la^  religiosas  en  su  coro. 


¡94  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

BERNARDO  DEZ-COLL 

ES  EL  AUTOR  DE  LA 

CRÓNICA   CATALANA   DE   PEDRO  IV   EL   CEREMONIOSO  DE  ARAGÓN 
qi:e  fué  escrita  por  los  anos  de  i  365  k  iSgo 

(Conclusión,) 

APÉNDICE  NUM.  i 
Otros  Bernardos  Desoolls. 

Al  practicar  las  investigaciones  indispensables  para  trazar  la  biografía 
de  Bernardo  DezcolJ,  he  tropezado  en  el  Archivo  de  la  Corona  de  Ara- 
gón y  de  Mallorca,  y  han  entorpecido  mi  labor  no  pocas  veces,  varios 
contemporáneos  suycs  que  llevaban  igual  nombre  y  apellido,  que  fueron 
también  objeto  de  diferentes  mercedes  y  concesiones  reales,  aunque  no 
disfrutaban  tan  preeminentes  cargos  cerca  de  los  reyes  aragoneses  como 
el  nuestro.  Tales  son: 

i.^  I in  Bernardo  Dezcoll,  caballero,  á  cuya  viuda  Berenguerona  se 
refiere  una  concesión  otorgada  por  Jaime  II  en  i3ii.  (Reg.  148,  fol.  40.) 

2.^  Del  testamento  de  otro  Bernardo  Dezcoll,  Rector  de  Tornils,  trá- 
tase en  los  folios  170  y  212  del  registro  947. 

3.°  Otro  Bernardo  Dezcoll,  Bayle  de  Torrelló,  figura  por  los  años  i33r> 
á  1339  en  los  folios  11  y  97  del  registro  949  y  95o. 

4.*  Otro  Bayle  de  Tagamanent  del  mismo  nombre,  alias  Bn.  \fercer, 
había  por  esos  mismos  años,  según  es  de  cree.*  por  el  antedicho  registro 
folios  i3G  y  i38  v. 

5.®  Otro  Bernardino  Dezcoll,  natural  de  Conflent  é  hijo  de  Bernardo, 
ya  difunto,  figura  en  el  registro  1.319,  fol.  70,  con  motivo  de  aprobar  el 
rey,  á  ruegos  y  por  deputación  de  Juan  Adriani,  fiel  escribiente  de  su  Te- 
sorería, la  designación  de  heredero  hecha  á  favor  del  Bernardino  de  la 
herencia  de  su  madre  Sibila,  heredera  á  su  vez  de  la  madre  de  ésta,  Gui- 
llerma,  y  ésta  de  Bernardo  Morgat,  Pelaire  de  la  villa  de  Conflent,  hijo  y 
hermano  respectivo.  El  importe  de  la  herencia  ascendía  á  seis  mil  sueldos. 
Tal  vez  á  este  Bernardino  se  refiera  la  concesión  de  una  escribanía  de  las 
Salinas  del  Castillo  de  Caller.  (1 346-50,  Reg.  1.017,  fol.  i52  v.) 

6.®  Juan  I  hace  una  concesión  fechada  en  Monzón  á  18  de  Febrero 
de  1399  á  un  hijo  de  Bernardo  Dezcoll,  mallorquín,  llamado  Mateo  Dez- 
coll, clérigo  tonsurado,  de  un  beneficio  fundado  en  el  castillo  de  Alaró 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  Io5 

(Mallorca),  bajo  la  invocación  de  San  Bernardo.  (Re^.  i.oc)2,  fol.  104  v.) 

Era  el  padre  boticario  y  vivía  cerca  de  Sania  Kulalia  de  la  ciudad  de 
Palma.  Figura  en  varias  parles,  enlre  oirás,  en  la  lisia  de  esclavos  griegos 
que  está  en  el  libro  de  Letras  reales  del  Archivo  de  la  Audiencia  de 
Mallorca  del  año  i388  (hoy  en  el  .\rchivo  histórico  del  reino). 

La  cédula  del  nombramiento  dice  así: 

oReg.  1.992,  fol.  104  V. 

MATIIKl   DK   COLLK 

Nos  Johannes.  etc.  Exigentibus  sufficiencia  el  aptitudine  et  alus  méri- 
tis  laude  dignis  quibus  vos  fidelis  nostor  Matheus  de  colé  Clericus  tonsu- 
ratus  filius  Bernardi  DczColli  ciuitalis  Majoricarum  fuistisin  nosiri  pre- 
sentía comendatus  tcnore  prescntis  ad  humilem  supplicacionem  quorun- 
dam  familiarium  el  domesiicorum  nostrorum  benelicium  in  castro  de  ala- 
ro  insule  Majorice  sub  invocatione  Beati  Bernardi  constructum  vel  aliud 
quodcumque  sacerdotale  beneficiuró  quam  primo  vaccaturum  in  Ínsula 
Maj.  predícta,  quodque  acceptare  volueritis  cujus  collatio  ad  nos  perti- 
neat  pleno  jure  vobis  dicto  Matheo  de  Colle  cum  plenitudíne  sui  juriscon- 
ferimus  et  etiam  assignamus  Venerabilem  in  Xpo  patrem  Episcopum 
Majoric.  seu  ejus  vicarium  generaiem  cui  vos  ad  dictum  benefficium  obti- 
nendum  hujus  serie  presentamur  requirentcs  atiente  quod  ad  obtinendum 
dictum  benettícium  libere  vos  admittal  et  instituat  auctoritate  ordinaria 
in  eodem.  Mandamus  preterea  Gubernatori  Majoric.  et  bajulodicti  Castri 
de  Alaro  ceterisque  oíicialibus  et  subditis  nostris  presentíbus  et  futuris  ad 
quem  seu  quos  especial  quem  vos  dictum  Malheum  de  Colle  in  posessío- 
nem  seu  ...uasis  benefícii  prclibati  vel  quam  primo  vacaturi  ut  prefe...  ad 
quem  redditum  juriumque  eorum  inducant  rcaliter  cum  effectu  illi  eorum 
quibus  pertineanl  de  dictis  redditibus  et  juribus  vobis  respondeant  integre 
et  complete  seu  per  illos  qui  tencantur  ad  ea  prestanda  faciant  vobis  res- 
ponder!. In  cujus  reí  testimonium  preseniem  vobis  fieri  jusimus  nosiro  si- 
guió pendenti  munitam.  Datum  in  Monteson  die  xviij  ffebruarii  anno  a 
nativitate  Domini  millessimó  CCC  Ixxx  nono.  Regnique  tertii. 

Rex  Johannes. >t 

Acaso  de  esta  familia  era  un  Guillermo  de  Colle  que  en  el  año  i389 
.era  escribiente  en  la  Procuración  real  de  Mallorca.  En  1387  había  en  Bar- 
celona un  ciudadano  del  mismo  nombre. 

De  un  Berenguer  Dczcoyl,  que  fué  templario  de  Lo  Mardcu  del  Rose- 
llón,  habla  Villanueva  en  su  Viaje  literario,  t.  V,  p.  23i. 

De  un  Arnaldo  Dezcoll,  que  habitaba  en  Alcudia  (Mallorca^  hay  me- 
moria en  el  libro  de  Letras  comunes  correspondientes  al  año  de  1337.  (Ar- 
chivo histórico  del  Reino  de  Mallorca.) 


196  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

7.'  Á  Otro  Bernardo  DezcoU,  rico  mercader  de  Barcelona,  se  refieren 
los  dos  documentos  citados  por  Campany  en  el  tomo  II,  pig.  420  del  año 
1 35 1,  en  que  se  ocupa  de  uno  de  este  nombre,  que  era  uno  de  los  diez  y 
siete  ciudadanos  de  Barcelona  que  armaron  dos  galeras  que  se  agregaron 
á  la  armada  real  que  iba  á  Grecia  á  contrarrestar  á  los  genoveses,  el  cual 
vuelve  á  sonar  en  iBgi,  con  ocasión  de  haber  sido  comisionado  y  asala- 
riado por  el  Común  de  la  ciudad  de  Barcelona,  para  ir  á  Cerdeña  y  Ber- 
bería, para  proveer  de  trigo  á  Barcelona. 

En  el  registro  2.01 1,  fol.  11 1  figura  otro  mercader  llamado  también 
Bernardo  Dezcoll,  que  debe  ser  el  mismo  citado  por  Capmany,  que  figura 
en  una  súplica  á  la  Señoría  de  Genova  á  fin  de  que  se  devuelvan  á  un 
Bernardo  Dezcoll,  mercader,  ciudadano  de  Barcelona,  1.062  sueldos  bar- 
celoneses, que  con  motivo  de  cierta  galeota  se  le  adeudaban,  fechada  en 
Tortosa  en  29  de  Noviembre  de  i393.  En  el  registro  2.287,  que  compren- 
de los  años  1400  á  1406,  iigura  su  nombre  en  el  fol.  1 17. 

8.®  Á  otro  Bernardo  Dezcoll,  ciudadano  de  Lérida,  en  el  año  de  i388 
%^  le  habían  adjudicado  («las  generalitats  deis  draps  de  la  ciutat  e  vegue- 
ria  de  Lleyda»,  según  consta  por  carta  dirigida  por  el  rey  al  not.  de  Lé- 
rida, Guillermo  de  Mallorca.  (Reg.  1.869,  f^'-  167  v.) 

A  este  mismo,  ó  á  otro  de  igual  nombre,  que  ejercía  cargo  en  la  Teso- 
rería real  le  nombra  el  rey  en  1396  Bayle  de  Lérida  (Reg.  1.917,  fol.  76). 
Este  mismo,  ú  otro  su  homónimo,  era  Bayle  de  Lérida  en  1407,  según 
consta  por  carta  real  expedida  en  Teruel  en  27  de  Diciembre  de  1407. 
(Reg.  2.219,  fol.  6.) 

9.®  De  otro  Dezcoll,  llamado  Bonanat,  se  ocupan  Capmany  en  sus  Me- 
morias sobre  la  marina  y  comercio  de  Barcelona  y  la  Crónica  real.  Mon- 
sieur  Pagés,  en  su  citado  artículo,  creyó  que  podrían  ser  uno  mismo  el 
Cronista  Bernardo  y  el  Almirante  Bonanato,  cuyas  personalidades  pueden 
darse  ya  por  definitivamente  distintas  y  diferentes.  Debía  ser  el  Almirante 
de  más  edad  que  el  Cronista,  y  así  se  explica  que  en  1374  no  aparezca 
como  conservador  de  las  Atarazanas  reales  de  Barcelona  y  ocupe  su 
puesto,  que  desempeñara  bastantes  años,  un  Jaime  de  Cabany^ls. 
Al  mismo  se  refieren  estas  noticias: 

Un  Bonanato  Dezcoll,  Vicealmirante  de  Cataluña  «conservator  Dara- 
fanalium  nostrarum  seu  alii  cuicunque  r^enti  darafanale  nostrum  Bar- 
chinonae.  Dat.  Perpiñán  i3  Sept.  i356.  (Ddc.  n.®  LXXXIV,  tom.  II,  Cap- 
many, pág.  1*37.) 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS  1 97 

También  figura  dicho  Bonanato  en  el  Doc.  LXXXVf,  pág.  iSq.  Dat. 
Sardinie  19  Febrero  1357. 

Bonanato  Dezcoll  aun  es  conservador  de  la  Atarazana  de  Barcelona 
en  i362  á  25  de  Abril  (Capmany  tom.  IV,  pág.  137).  En  1 374  lo  era  Jaime 
de  Cabanyals,  pág.  147. 

Lo  cita  la  Crónica,  cap.  V,  párr.  I,  páginas  298  y  3ii. 

APÉNDICE  NUM.  2. 

DOCUMENTOS 

Boo«m«nto  mdm«ro  1. 

LO  REY. — En  Bernat  Dezcoll.  Vostra  letra  havem  reebuda  e  respo- 
nem  vos  que  tenim  per  bons  los  primer,  segon  c  tere  capitol  de  les  Croni- 
ques;  pero  quen  fat^ats  per  menut  al  mes  que  porets. 

Lo  quarl,  parlant  de  les  l'nions,  podets  fer  tro  lia  on  per  nos  es  estat 
regonegut.  é  puys,  com  serets  en  aquell  punct  be  trobarcts  lo  fet  com  fo 
pus  avant,  posantho  per  jornades  é  especifícadament  é  larch  é  faenthi 
mencio  de  tot  quant  nos  faem  en  les  dites  Unions.  Edevles  jornades  vos 
podets  certificar  molt  ab  los  libres  de  npstre  scriva  de  racio,  e,  si  en  res 
hi  dubtais  per  lo  debat  cfUe  deits  quen  haviem  á  Carago^a  ó  per  áltra  ma- 
nera lexatshi  espahi,  de  guisa  que  tota  vegada  se  puixa  continuar.  Perqué 
fetsho  on  mils  porets,  con  comentaren  é  apres  com  se  sígueren  é  nos  qucv 
faem  e  á  quina  conclusio  vengueren,  é  axis  pot  ordenar  largament. 

L'altre  capítol,  qui  es  lo  quint  é  qui  parla  de  la  Confedcracio  del  Ve- 
necia  é  de  les  altres  coses,  tenrm  per  bo  quel  fa<;ats  segons  quens  fets  sa- 
ber, ab  qucs  fa<;a  per  monut  é  per  jornades  on  mils  por  est.  E  nomenats 
hi  quals  persones  ni  quanles  passarem  ab  nos  en  Serdenya  apres  qú'En 
Bernat  de  Cabrera  hac  vensut  Testol  deis  Jenoveses  é  acb  haut  l'Alguer  ú 
apres  la  rebellio  del  Alguer  segons  quens  tets  saber.  E  axímatex  hi  fets 
menciones  on  nos  recullaguem  é  on  presem  térra  é  apres  quens  segui  per 
jornades  ni  quals  hi  moriren  é  ab  quals  nos  entornam,  axi  com  pus  ciar 
porets  é  per  menut. 

Lo  vj.^,  qui  parla  de  la  Guerra  de  Castella,  per  ^o  com  lo  fet  fo  grand 
haura  esser  larch.  Perqué  fets  lo  per  jornades  é  per  menut  on  mils  perest, 
é  recontatshi  tots  los  grans  fets  é  assenyalats,  axi  com  fo  la  entrada  que 
nos  faem  c  Magalló  é  apres  la  de  Terrer  é  lavors  (com)  se  cobra  tariz  é 
apres  (^o  quís  scqui  en  mar  é  en  térra,  é  puys  la  batalla  que  nos  l¡  param 
á  la  Losa,  e  com  entram  en  Valencia  que  faem  levar  lo  rey  Pedro  del 
Grau  de  Valencia  é  lo  setge  de  Murvedre,  e,  a  la  conclusio,  la  entrada  de 
Icscompanyes,  e  la  execucio  que  faem  del  rey  Pedro  companyes  solda- 
dades  per  nos,  e  de  la  coronacio  del  rey  Enrich,  e  del  matrimoni  que  nos 
faem  ab  ell,  ques  tracta  en  lo  parlament  que  nos  hagem  a  Sessaab  (lo)  rey 
de  Navarra,  del  qual  parlament  hi  fets  mencio,  é  nos  com  erem  aqui  la 


1 98  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

causa  per  que  faémlo  dit  matn'monii,  e  fetshi  mencio  de  les  morís  del  ir- 
fant  Don  Ferrando,  e  de  Kn  Bernat  de  Cabrera,  e  de  altres  t'ets  que  nos 
í'aem  per  justicia:  toi  a^o  faent  per  jornaJes  e  per  menut  axi  con  mils 
poresl.  Quant  es  del  t'et  qui  segui  entre  lo  rey  Pedro  e  el  rsy  Enrich,  (com) 
nos  noy  cabien,  nel  cal  fer  per  jornades  sino  en  summa,  recomptantshi  Ij 
t'et  segons  ques  conté  en  lo  vostre  capítol.  E  fetshi  mencio  deis  desesiments 
que  apres  nos  ha  donats  lo  rey  Enrich,  e  com  havem  fet  lo  matrimoní  per 
les  grans  fams  e  mortaldats  e  oppresions  de  grans  companyes  que  entra- 
ren de  part  de  Franga  en  nostres  terres,  e  en  a^os  conexera  de  la  gran 
dcsconoxen(ja  del  rey  Enrich;  e  a^o  fets  e  ordenats  al  mils  que  porets. 

L'altre  capitol,  qui  parla  de  la  rebiUio  de  Jutge  d'Arborea,  tenim  per 
bo  quey  sia  teta  mencio  de  tots  los  fets,  jassia  ni  han  haut  de  gran  minva 
nostra;  car  raho  es  que  si  contenen  les  provisions  que  nos  hi  faem,  c  si 
Deus  volia  noure  á  nos  e  valer  al  Jutge,  per  a^o  no  ramania  nos  no  fossem 
diligents  en  los  fets  e  nostres  successors  poran  veure  nostra  diligencia.  E 
puys  que  esperam  ab  Deu  en  breu  conquerir  tota  la  illa,  qui  sera  conclu- 
sio  de  tots  los  fets  passats,  e  ax  lexarhiets  espahi  per  guisa  que  si  puga 
continuar  la  conquestax  que  farem  de  la  illa.  E  meietshi  totes  quantes 
coses  h¡  ha  esdevengudes  qui  sien  dignes  de  qualque  memoria  be  e  especi- 
ticadameni  per  jornades  e  on  pus  especificadament  porets. 

Quant  es  del  fet  d^rrer  de  les  companyjs  d'en-guany  nons  par  que  sen 
hi  deja  fer  mencio,  car  fet  algu  bo  no  sen  ha  seguit,  no  encara  no  sem  pot 
seguir  alcuna  conclusio  bona,  com  sia  estat  fet  qui  no  pet  tornar  en  camp. 
Perqué  us  pregam  que  en  los  dits  atVers  vuUats  metre  mans  e  trc  ballarhi 
ab  affícacia,  car  de  vos  á  ades  major  servey  non  poeriets  fer. 

Dada  en  lo  Monestir  de  Sent  Cugat;  sots  nostre  segell  secret,  a  .viij. 
dies  de  agost  del  any  MCCCLXXV. 

REX  PETRÜS. 

Dooiun«nto  niiiii.  2. 

Molt  car  frarc:  Entes  habem  que  n.  Bernat  dez  Coll  del  ofici  de  Maes- 
tre Racional  es  passat  d  esta  vida  on  com  ell  segon  vos  be  sabets  en  temps 
que  vivien  bagues  fet  part  de  les  Croniques  del  dít  gcnyor  Rey  nostre 
Pare  les  cuals  nos  tenim.  E  en  vos  ell  ne  bagues  roucasaltra  part  pregam 
et  manam  vos  que  totes  scriptures  loquans  los  dictes  Croniques  los  quals 
se  atrobaran  en  casa  sua  prengats  a  vostres  mans  e  aquelles  a  nos  sege- 
llados  trametats.  E  axi  mateix  molt  car  frare  vos  pregam  que  de  part 
nostra  manets  an  P.  Palanqui  te  lo  nostre  Archiu  que  de  continent  nos 
apost  lo  nostre  ames  de  junyer  et  dues  tendes  deis  menors  et  pillors  nos- 
tres  certiñcants  vos  quens  en  farets  plaer  lo  qual  aurem  per  agradable. 
Dach  en  Carag09a  sots  nostre  segell  secret  a  XXIIII  de  febrer  del  any  de 
nostre  Senyor  M.CCC.XCF. 

REX  JOHANNES, 


BIBLIOTECAS  Y    MbSEOS  1  99 

Dominus  R^x  mandavit  mihi  Bernardo  de  Jonquerio. 
Dírigitur  Dominó  duci. 
(Reg.  1.959,  fol.  167  V.) 

Documento  núm.  3. 

Nos  Johannes  Dei  Gracia  etc.  Quia  nos  íidclis  de  Consilio  nostro  Eer- 
nardus  de  Colle  ad  preces  el  de  mandato  illustrisimi  domini  Regis  Petrí 
memorie  recolendi  patris  nostri  fecistis  et  ordinastis  quemdam  librum  in 
quo  continentur  et  expressari  debent  omnia  gesta  el  alia  negocia  qui  con- 
ciirrerunt  el  accederunt  ipsi  domino  Regi  tolo  tempore  vite  sue  quia  ne- 
cesaria sunt  et  digna  memorie  gomendari  ad  laudem  el  honorem  ipsius 
domini  Regis  et  successorum  suorum  necnon  aJ  ¡nformaiionem  subdito- 
rum  suorum  quibus  clare  constabit  per  ostensionem  libri  ipsius  cualiter 
deus  sua  bonilate  dictum  dominum  Regem  a  maximis  periculis  liberavit 
el  fmaliter  in  suis  terris  el  Regnis  pacem  éxito  suo  relinquil  qui  liber 
nondum  perfeclius  existil  sed  per  nos  qui  voluntaiem  dicti  Regis  novislis 
et  presens  seculum  fuisiis  tolo  tempore  vite  sue  speralur  perfici  el  con- 
cludi.  Et  quia  necessarium  est  ut  nobis  de  aliqua  provisione  el  curie  nostre 
pecunia  sucurratur  ui  circa  laborem  vestrum  (fol.  169  v.)  ut  ilius  vacare 
positis  tenore  presentis  vobis  ducentos  regales  auri  de  Majorica  anno 
quolibet  supper  redditibus  et  juribus  nostris  Regni  Majoricarum  ducimus 
assignandos.  Mandantes  cum  hac  eadem  Berengario  Lupeti  procuratori 
reddituum  et  jurium  predictorum  et  alus  qui  pro  tempore  suo  preeruní 
ofíicio  quod  solutis  primitus  et  ante  omne  alus  Nonaginta  sex  mille  soliJis 
barchinonensibus  quos  provisioni  domus  nostre  duximus  assignandos  pre- 
lalos  ducentos  regalos  auri  de  redditionibus  et  juribus  supra  dictis  vobis 
tribual  et  exsolvat  recuperando  lamen  a  vobis  transumptum  hujus  et  in 
qualibet  solutione  apocham  de  soluto  recuperet  et...  a  nobis  Hileras  seu 
albarana  dcbitoria  de  hiis  que  nobis  debcntur  tam  per  curiam  nostram 
quam  per  dictum  dominum  patrem  nostrum  ratione  quitacionis  et  vesti- 
Uis  quam  alia  quabis  ratione  seu  causa  usque  ad  quantitatem  quam  sibi  de 
dictis  ducentis  regalibus  dexeritis  exsolvcndum  compútalo  quolibet  ret^ali 
ad  forum  seu  valorem  quindecin  solidorum  barchinonensium.  Et  prcaic- 
tam  solutionem  nobis  tieri  volumus  per  términos  infrascriptos  videlícei 
centum  regalis  auri  prima  die  Martii  próximo  instanlis  ,ci  reliquos  cen- 
Uim  regales  prima  dia  mcnsis  Novembris  ex  tum  sequentis  et  in  alus  se- 
quentibus  annis  per  términos  supradiclos. — Mandantes  dicto  Berenguario 
Luppoti  et  cuicumque  alii  qui  pro  tempore  dicto  preeril  officio  quod  diclos 
ducentos  regales  auri  nobis  quolibet  anno  per  diclos  términos  tribual  el 
exolval  vel  cui  voluerilis  loco  veslri  recuperando  a  nobis  cautelas  supe- 
rius  exprésalas. — Quoniam  nos  mandamus  Magistro  Racionali  curie  nos- 
tre vel  cuicunquc  alii  ab  ipso  compotum  audiíaluro  quod  dicto  Procura- 
tori Regali  resliluenle  sibi  iranssuptum  hujus  el  alias  jam  dictas  cautelas 

S."*  ¿POCA.  — TOMO  VIH*  I  5 


200  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

necessarias  quidquid  nobis  (le  dictis  Regalibus  solverit  in  suo  compoto 
recipial  et  admilal  liltera  nosiri  thesaurari  unissime  spectat  el  decerta  sic 
fieri  volumuset  mandamus.  Dat  Barchinone  .vj.  dje  Martii  anno  a  nati- 
vitaie  Domini  Millessimo  CCC  octuagesimo  octavo. 

(Reg.  1.973,  fol.  1Ó9.)  HEX  JOHANNhJS. 

Documento  núm.  4. 

En  Bng.  Lobei. — Ya  sabets  com  lo  feel  de  Consell  nostre  en  Bn.  Dez- 
coll  ha  confirmat  lo  libre  en  que  son  scripts  tots  los  grans  fets  qui  son 
entreuenguts  en  tot  lo  temps  que  regna  lo  senyor  Rey  en  P,  de  bona 
recordacio  pare  nostre  c  per  aquesta  raho  a  per  lo  bon  seruey  que  dit  en 
ha  fet  al  senyor  Rey  pare  nostre  e  a  nos  hauem  scrit  per  libres  nostres  a 
nos  e  manat  que  deis  diners  de  la  procurascio  Reyal  li  paguets  eñ  dues 
partidos  del  any  cota  cuantilat  de  moneda  por  raho  de  9a  quitacio.  On 
com  nos  ha  iam  entes  que  vos  per  raho  del  dit  menament  al  dit  Bn.  Dez- 
coll  res  pagat  no  hauets  per  raho  de  la  dicta  sua  quitacid.  E  a  nos  sit  molt 
necessari  que  la  obra  del  dit  libre  sia  la  dita  quitacio  al  dit  en'Bn.  no  pa- 
ganets.  Per  yo  a  nos  expresament  manant  que  al  dit  en  Bn.  paguet  la  dita 
quitacio.  E  si  diners  no  hauets  de  les  nostres  rendes  prestats  los  hi  di^^o 
del  vostre  con  seruey  nos  en  farets  on  manlevats  a  dan  de  la  nostra  Cort 
car  nos  ab  la  present  manam  al  nostre  Maestre  Racional  que  90  que  pagat 
haurets  per  interés  de  la  manleuta  quem  farets  vos  prenga  en  compte. 
Dada  en  Zaragoza  sost  nostre  segell  secret  a  XVIII  dies  Octubre.  En  1  any 
de  la  nativitate  de  nostre  senyor...  M.CCC.lxxxviij. 

REX  JOHANNES. 

Dirigitur  Procuratori  Regio  Mayoricarum. 

(Reg.  1.855,  fol.  93.) 

Dooumento  niiiii.  6. 

En  Johan  &.  Al  ffeel  procurador  de  les  rendos  nostres  en  lo  Regne  de 
Mallorques  en  Berenguer  Lobet  Salut  e  gracia:  Ja  sabets  com  nos  havem 
assignada  al  feel  de  consell  nostre  en  Bernat  dez  Coll  la  sua  quitacio  sobre 
les  reades  nostres  que  vos  reebets  en  lo  dit  Regne  de  Mallorques,  pagada 
empero  primerament  la  moneda  qui  es  assignada  a  la  messis  de  la  nostra 
casa;  e  la  paga  per  vos  al  Bernard  des  Coll  faedora,  segons  que  par  part 
sua  havem  entes,  vi  seria  embirgada  si  letra  executoria  de  nostre  Treso- 
rer  no  li  entreuenia.  E  jassia  que  en  la  dita  letra  de  assignacio  per  nos  a 
ell  feta  de  la  sua  quitacio  deisus  dita,  sia  espressat  que  li  paguets  la  dita 
executoria  no  contrastant.  Empero  per  sobrehabundant  cautela  manam  a 
vos,  en  ques  con  te  que  res  non  puxats  pagar  a  algu  deis  diners  de  la 
vostra  procuracio  sino  h¡  entreue  letra  executoria  del  dit  nostre  Tresorer, 
paguest  al  dit  Bernard  dez  Coll  la  sua  quitacio  ordinaria  segons  forma  e 
tenor  de  la  dita  sua  assignacio.  Car  nos  aquella  ordinacio  c  pragmática 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  201 

no  volem  que  haia  loch  en  lo  dil  Bernard  des  Coll  aus  e;n  lo  paga  a  ell 
faedora  de  la  dita  sua  quilacio,  aquella  revocant  e  per  nuUa  volem  esser 
hauda.  Dada  en  Munlse  sots  nostre  segell  secret  a  .xx.  dies  de  Decembrc 
del  any  de  la  nativiial  de  nostre  sénior  M.CCC.lxxx.viij. 

(Reg.  1.871,  fol.  f><.)  ■  RHX  JOHANNKS. 

Documento  núm.  6. 

Ítem  dona  al  honrat  en  Bernat  dez  Coll  del  consell  del  senyor  Rey, 
per  uigor  de  vna  letra  del  dit  senyor  dat  en  Barchinona  a  vj  dies  de  Mdts; 
del  any  MCCCLXXXVIÍI  ab  la  qual  lo  dit  senyor  per  esguart  de  treball 
per  lo  dit  en  Bernat  descoll  sortengut  o  sostenidor  en  ordenar  e  fer  .¡.  libre 
que  a  pregaries  e  manamenl  del  senyor  Rey  en  Pere  de  bona  memoria, 
pare  del  dit  senyor,  comenta  de  fer  e  ordenar  en  uida  del  dit  senyor,  en 
lo  qual  libre  eren  contegudes  es  deuien  espressar  tots  los  fets  e  altres  ne- 
gocis  qui  corregueren  es  esdeuengueren  al  dit  senyor  Rey  en  Pere  en  lot 
lo  temps  de  la  sua  uida,  qui  fossen  necessaris  e  dignos  de  memoria  o  laor 
e  honor  del  dit  senyor  e  deis  seus  succehidors  a  ínformacio  deis  seus  sot- 
meses;  per  la  dita  rao  assigna  al  dit  en  Bernat  dez  Coll  sobre  les  rendes  e 
altres  drets  en  Mallorques  cas  cun  any  .CC.  Reyals  manant  al  dit  senyor 
ab  la  dita  letra  al  dit  procurador  e  a  altres  qui  serán  procuradors  Reyals 
de  Mallorques  que  pagats  primerament  e  dauant  totes  coses  aquelles  xicv 
mil  sois  Barchínonenses  los  quals  lo  dit  senyor  ha  prouisio  de  la  sua  casa 
ha  assignats  sobre  lo  dit  offici,  pagas  al  dit  en  Bernat  dez  Coll,  no  contres- 
tat  executoria  de  son  tresorer  ne  alguna  altre  ordinacio  en  contrari  per  lo 
dit  senyor  feta,  lo  dits  .CC.  Reyals  dor,  cobrant  ne  translat  de  la  dita 
letra  signada  de  ma  del  dit  senyor  e  apocha,  e  cobrant  encara  letres  e 
albarans  devitoris  da^o  que  li  fos  degut  axi  per  la  sua  cort  com  per  la  cort 
del  senyor  Rey  en  Pera,  axi  per  la  sua  quitacio  e  uestit  com  per  qualsevol 
altre  manera,  en  tro  a  la  quantitat  que  lo  dit  procurador  en  paga,  pro- 
rra  deis  dit  .CC.  Reyals,  li  fossem  pagats  per  lo  dit  procurador  cascum 
any  en  dos  termans  90  es  .C.  Reyals  dor  lo  primer  dia  de  Maig  la  donchs 
primer  uenidor.  E  los  altres  C  luries  (sic)  lo  primer  dia  de  noembre  apres 
seguent,  e  en  los  altres  temps  o  anys  per  semblants  termens,  segons  que 
en  la  dita  letra  del  senyor  Rey  de  la  qual  cobra  lo  dit  procurador  Real 
translat  aprouat  per  lo  racional  es  largamentcontengut,  iij.  mils  sois  bar- 
celoneses per  los  quals  lo  dit  procurador  cobra  del  dit  en  Bernat  des  Coll 
les  canceles  dejus  escrites:  primerament  .j.  albara  den  Bernat  Bu^ot  es- 
criua  de  ratio  del  dit  senyor  Rey  en  Pera  scrit  en  Barchinona  derrer  dia 
de  abrill  del  any  MCClxxx. 

Documento  núm.  7. 

Pera  (^a  Costa  Scriua  de  rasio  de  casa  del  dit  senyor  ab  los  quals  la 
dita  quantitat  lera  deguda  per  sa  quitacio  e  vestir  segons  ques  conté  en  la 


202  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

apocha  quen  cobre  e  albara  per  en  Berenguer  de  Legostcra  notan'  a  .xv. 
de  Mar9  del  any  .MCCClxxxx.  en  la  qual  apocha  es  inserta  una  letra  del 
senyor  Rey  dada  en  Mon^o  sots  lo  seu  segell  secret  a  .xx.  dies  de  Decem- 
bre  del  any  MCCClxxxviij  signada  de  ma  del  dit  senyor  ab  la  qual  es 
manat  al  racional  que  no  contresl  tant  qual  se  nulla  ordinacio  o  pracma- 
ticha  donacio  per  lo  dit  senyor  Rey  feta  o  fetes  o  daquinant  falideres  que 
en  a^o  poguessem  contrestar  ne  contrast  encara  que  non  restituercha  exe- 
cutoria  de  Tresorer  ne  reeba  en  compte  la  dita  quantitat  con  no  velia  lo 
dit  senyor  que  en  aquesta  assignacio  hagen  loch  ans  aquelles  reuoca  e  per 
reuocades  e  per  nuiles  vel  que  sien  haudes=Centum  libras=.C.M. 
(Del  libro  de  Datas  de  iSSg.) 

Documento  núm.  8. 

(üComparíiment  de  Sardenya  '.» 

«ítem  son  asignades  por  lo  senyor  Rey  sobra  los  drets  de  la  dita  duana 
an  Bernat  Descol  de  casa  del  dit  senyor  Rey  M  solidos  de  barchelonesos 
de  violan  lanv  qui  valen  alfonsins  LXXV  11.  oficiáis  de.castell  de  Caller 
(p.  669). 

wCochtinenl  de  racional  pren  de  salari  lany  ab  XXII  11.  X  s.  de  alfon* 
sins  de  vastir,  i3o  11.  10  s. 

(Pág.  689.)  (sBernat  Des  Col. — Lo  dit  Bernat  Dez  Col  ha  e  poseer  les 
<iaius  scrites  villes  en  la  Curaturia  de  Campita 

Villa  Quarto  Tocho/,  ,  ,     ,. 

Villa  Quarto  Domeo  j  '"  1"*'''  ^^'^ons  lo  d.t 

YF  compon iment  son  tengudes  de  pagar  lany  per  data  c  altres  drets 

En  moneda 2i5  11.  14S. 

En  forment  CCXL  stcrells  quia  raho  de 

VI  s.  lesterell  monta 72  11. 

En  ordi  XXXIl  sterells  e  mig  quia  raho  de 
III  s.  lesterell  monta 4  11.  17  s.  6 

Soma 292  11.  US.  6.» 

Gabhikl  Llabrks. 


I     (Cvle:ción  iíf  documentos  inéditos  de  la  Cor.  de  Aragón^  cuad.  5^^,  pag.  Oó^.) 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS  2d3 

RFXACIÓX  DESCRIPTIVA  DE  LO?  MAPAS,  PLANOS,  ETC. 

DE   L\ 

AUDIENCIA  Y  CAPITA.NÍA  GkNKRAL  DE  GUATEMALA 

(•;r.\TEMAI.\,  SAN  SALVADOR,  HUNDIRÁS,  NICARAGUA  Y  COSTA-RICA) 
FXISTF.N7KS  KN  VA.  ABCHIVO  (iKNERAI.  DE  INDIAS 

1760 

69  í« Plano  del  Fuerte  que  se  está  construyendo  por  orden  de  S.  M. 
para  la  defensa  de  este  Puerto  de  San  Fernando  de  Omoa  cuia  obra  se 
<ímpesó  (sic)  en  18  de  Septiembre  del  año  próximo  pasado  de  1759.» 

Vi  dorso  lleva  el  núm.  (>.— Acompañado  d«  otros  mipas  y  de  una  descripción  de  li  Costa  del 
Mar  del  Norte  y  parte  de  la  del  Sur  del  Reino  de  (jualcmala  hecha  por  el  Ingeniero  D.  Luis 
/)i>;f  .Va rarro  en  30  de  Noviembre  de  i^SH.— Kn  colores.— Con  explicación.— Kscala  de  6o  vara* 
los  o  1/2  centímetros  para  el  plano  y  otra  de  ai  varas  los  o  ceniímeiros  para  los  perfiles.— 45  X  3*> 
•ceotiineiros.---Ksl.inic  u>i. — '".aión  3. — i-egajo  n.(ó) 

1760 

60  <•  Plano  de  la  Ensenada  de  Sicaragua  y  Bocas  del  Rio  de  San 
Juan.y^ 

Por  />.  Jfisé  Ciibantús.  segundo  Piloto  de  los  (luarda  (^osi.is  de  Tierra  Firme.— .\ño  de  1760. — 
Kn  Colores.  -Con  cxplic.ición. — Kscala  de  3  millas  marítimas  los  5  1/2  centímetros.— 45  X  37  . 
•centímetros.— Estime  i<xi.—C>ajón  3.— Legajo  11.(7) 

;  1 760? 

61  aPlano  que  comprende  desde  Punta  Gorda  hasta  el  Pan  de  Suerre, 
iiltimamente  reconocido  por  vno  de  los  Pilotos  de  los  Guarda  costas  de 
Thierra  Firme  y. de  borden  del  Capitán  de  Fragata  D.  Joseph  de  las  Casas 
y  Herrera  Comandante  de  ellos.» 

Parece  ser  de  /).  Joseph  Cabantüs^  segundo  Piloto  de  los  indicados  Guarda  costas.  —AI  dorso 
lleva  el  núm.  5.  -Acompañado  de  otros  mapas  y  de  una  descripció.i  de  la  Costa  del  Mar  del 
Norte  y  par|c  de  la  del  Sur  del  Reino  de  Guatemala  hecha  por  el  Ingeniero  D.  Luis  Diez  Nava* 
rro  en  30  de  Noviembre  de  1758.  -('.on  e.\plicación.--.\  dos  tintas. — Escala  de  10  leguas  maríti- 
mas, de  20  en  grado  los  12  ceniímetos.— 42  X  33  ^I-  centímetros. — Estante  loo.-  (".ajón  3. — Lega- 
jo 11.  (5) 

1764 

62  aPlano  del  Castillo  de  San  Fernando  de  Omoa  en  el  estado  que  se 
halla  «n  este  mes  de  Henero  de  mil  setecientos  sesenta  y  quatro.» 

*Por  el  ingeniero  /).  Luis  Die^  Navarros.  (Su  rúbrica).— Remitido  por  el  Presidente  de  Gua- 
temala con  carta  de  30  de  Septiembre  de  17Ó4.— En  colores.— Con  cxplicación.^Kscala  para  el 
plano  de  5o  varas  iMstellanas  los  8  centímetros.— Kscala  para  el  perfil  de  25  varas  castellanas  los 
II  1/2  centímetros.— 57  X  4^  centímetros.— Estante  102.— Cajón  5.— Legajo  21.  (3) 


204  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

1765 

4 

63  Plano  de  la  fortificación  provisional  situada  en  el  PUerto  de  San 
Fernando  de  Omoa.  « 

Ac  jnnpañido  de  un  testimonio  remitido  por  el  Presidente  de  Guatemali  con  carta  núm.  10  de 
30  de  Septiembre  de  1766.— En  colores.— Con  explicación.—Escala  de  100  varas  los  I3centíme- 
troi.— 42  X  31  centímetros.— Estante  102.— Cajón  5.— Legajo  21.  (4) 

1765 

64  «Plano  de  un  Ospicio  de  Padres  Recoletos  que  se  compone  de  1 5 
celdas  de  Religiosos  y  una^  del  Prelado  con  su  Iglesia,  Claustro  y  demás 
oficinas  correspondientes  y  anexas.» 

Forma  parte  del  cuaderno  primero  de  un  testimonio  de  los  autos  sobre  la  fundación  de  un 
Convento  de  San  Francisco  en  la  villa  de  San  Vicente  de  Austria  de  la  Provincia  de  San  Salva- 
dor, remitido  por  el  Presidente  de  Guatemala  con  carta  de  13  de  Marzo  de  1784. — En  colores.— 
Con  explicación. — Escala  de  30  varas  castclLinas  los  12  centímetros.— 5o  X  40  centímetros. — 
Estante  loi.— Cajón  i.— Legajo  i.— Hay  duplicados  en  este  legajo. 

1766 

65  «Plano  que  ocupa  la  casa  que  oy  sirve  de  Real  Estanco  de  Tabaco... 
y  Plano,  y  proyecto  de  la  Real  Aduana  y  Alcabalas  de  la  Ciudad  de  Gwa- 
témala^  contigua  á  la  Real  Cassa  de  Tabaco,  año  de  1766.» 

PorD.  Luit  Diei^  N^avarro.-. \compañado  de  un  tesitimonio  de  las  providencias  dictadas 
sobre  este  asunto,  remitido  por  el  Presidente  de  Guatemala  D.  Pedro  de  Salai^ar  con  carta  nú- 
mero 5  de  31  de  Enero  de  1767.— En  colores.— Con  explicación.— Escala  de  98  varas  castellanas  los 
agcentímetros.- 40X32  centímetros.— Estante  100.— Cajón  3.— Legajo  20.— Hay  duplicado  en  el 
Est.  100.— Caj.  7.— Leg.  4. 

1767 

66  Plano  de  la  Catedral  de  León  de  Nicaragua, 
Dice  el  original: 

«Superficie  plana,  es  el  rostro,  que  se  imagina  de  líneas  movidas  lite- 
ralmente que  hacen  anchura,  y  largur  i,  esta  es  la  que  se  muestra  sobre  el 
haz  de  la  Tierra,  Planta  del  Templo,  que  tiene  el  simíento  de  fondo  siete 
varas.»    * 

,  Maestro  Diego  de  Porros.— Remitido  por  el  Obispo  de  Nicaragua  Don  Juan  Carlos  de  Vilches 
y  Cabrera  con  carta  de  28  Enero  de  1767.— En  colores.— Con  explicación.— Escala  de  5  varas  los 
^4  1/2 centímetros.— 77  X  72  centímetros.— Estante  102.— Cajón  7.— Legajo  22. 

1767 

67  «Diseño  de  la  Fábrica  de  la  Iglesia  Catedral  de  Nicaragua^  remi- 
tido con  carta  de  su  Obispo  Don  Juan  Carlos  de  Vilches  y  Cabrera,  de  3i 
de  Octubre  de  1767.» 

Hecho  i  pluma.— Con  explicación.— 66X^centímetros.— Estante  102.— Cajón  7.— Legajo  21. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  2o5 

¿1767? 

68  Plano  de  San  Fernando  de  Omoa, 

Acó  npañaUo  de  un  testimonio  sobre  el  estado  de  aquella  población  remitido  por  el  Presi- 
dente de  Guatemala  D.  Pedro  de  Sal«zar,  con  caria  de  31  de  Mayo  de  1767.— En  colores.— Escala 
de  my  varas  castellanas  los  13  renlímctros.— 24  X  33  centímetros.— Estante  100.— Cajón  3.— Le- 
jía jo  2Ü.  (2) 

1767 

69  «Plano  del  Paraje  que  llamaron  San  Gerónimo  y  oy  sirve  de  Adua* 
na  con  la  ce.ca  y  casillas  que  lo  circumbalan  por  la  parle  del  Leste  y  Sur^ 
las  que  son  presiso  comprar  para  construir  las  cavallerizas  de  doscientos 
cavallos  que  van  en  este  Plano  proyectadas  en  la  forma  que  se  demuestra.» 

«Se  executó  este  Proyecto,  y  su  cálculo  por  el  Ingeniero  Director  de  los 
Reales  e.xércitos  y  Plazas  de  S.  M.  Luis  Diez  Navarro,  de  orden  del  M.  L  S. 
P/G.  y  Capitán  General  de  este  Reyno  D.  Pedro  de  Salazar  y  Mendoza...» 

Ccíyi  carta  del  Presidente  de  Guatemala  de  31  de  Diciembre  de  1767.— En  colores.— Con  ex- 
plicíción.— Escala  de  5  varas  castell  mas  los  253/4  centímetros.— 73  y  52  centímeiros.—Estante 
loc).— C^ajón  3. — Legajo  20.  (i).  —Hay  duplic  -.do  en  el  Estante  100. — Cajón  7. — Legajo  12. 

1768 

70  Mapa  que  comprende  la  costa  desde  Truxillo  de  Honduras  hasta  el 
Rio  de  Malina  y  por  el  interior  hasta  el  Lago  de  Nicaragua,  con  el  curso 
de  algunos  ríos,  &.* 

Por  Pedro  Antonio  de  Vc/asco.— Forma  parte  de  un  expediente  sobre  captura  del  inglés  Pedro 
Antonio  de  Velasco,  remitido  por  el  N'irrey  de  Santa  Fé  con  carta  núm.  161  de  30  de  Mayo  de 
1768. — En  in>^lés. —Acompañado  de  un  derrotero  de  dicha  costa,  latitudes  y  longitudes  de  sus 
principales  puertos,  ik.'^^  copiado  y  traducido  de  los  originales  cogidos  al  referido  Velasco.— 
Hecho  á  pluma.— 58  X  126  centímetros.— Estante  109.— Cajón  3.— Legajo  16. 

1768 

71  «Mapa  ó  Descripción  Ignográfica  y  Scenographica  del  Puerto  de 
San  Fernando  de  Omoa  en  la  Costa  de  Honduras.» 

«Guatemala  y  Octulsre  31  de  i7<V8*.— «Por  el  ingeniero  D.  Luis  Die^  Navarro*.  (Su  rúbrica).— 
Contiene  la  «Vista  del  frente  que  mira  al  Puerto  estando  una  legua  Mar  afuera». — ',ín  colores.— 
Con  explicación.— Escala  del  plano  5oo  varas  los  11  y  1/4  centímetros.— Id.  de  la  Vista  5o  id.  lot 
13  1/4  centímetros.— 72  X  5i  1/2  centímetros. — Estante  102.— Cajón  5.— Legajo  22. 

1768 

72  «Plano  (y  perfiles)  del  Fuerte  proyectado  para  resguardo  del  Puer- 
to de  5.  Fernando  de  Omoa  en  la  costa  de  Honduras.  Año  de  ijSó.» 

«Goathemala  y  Octubre  31  de  1768».— «Por  el  Ingeniero  Director  D.  Luis  Die^  Navarro»  (sv 
rúbrica».— En  colores.— Con  notas  explicativas.— Escala  del  plano  80  varas  los  12  1/2  centíme- 
tros.—Id.  de  los  perfiles  40  varas  los  18  centímetros.— 73  x  5i  centímetros.— Estante  102.— Cajón 
5.-Legajo  23.  (5) 


20^)  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

1/68 

73  «Plano,  Perfil  y  elevación  de  un  Torreón,  de  dozc  cañones  que  se 
ha  proyectado  para  embarazar  la  entrada  del  Puerto  de  Omoa  colocán- 
dolo en  la  Puntilla  de  afuera.» 

«Guathcmala  31  de  Octubre  de  1768.»— Por  el  Ingeniero  Director  /).  Imís  I)ie^  Navarro't^  (su 
rúbrica).— Kn  colores. —Con  cxplic.ición. — Kscala  de  30  varas  castellanas  los  16  1/4  centímetros. 
— 53X4'^ «^coti'Tietros.— Estante  102. — ('...jón  5.— Legajo  23.  (ó) 

1768-70 

74  «Mapa  del  Curato  de  Petapa.^^ 

Forma  parte  de  la  «Descripción  Geofíráílco  Mor.il  de  la  Diócesis  de  Goathcmala  hecha  por  ;u 
Arzobispo  el  limo.  Sr.  D.  Pedro  Cortés  y  Larraz.  del  «-onsojo  de  S.  M.  en  el  tiempo  que  la  visitó 
y  fue:  Desde  el  dia  3  de  Noviembre  de  1768  hasta  el  día  i  de  Julio  iie  ijf*g:  Desde  el  dia  22  de 
Noviembre  de  1769  hasta  el  dia  9  de  Febrero  de  1770;  y  DcsJe  el  dia  6  de  lunto  de  1770  hasta  el 
día  29  de  .Vgosto  del  dicho  i77o.>i» — Remitido  por  el  mismo  con  caria  de  i.°  de  Mayo  de  1771 
acompañada  de  un  testimonio  de  cirtas  de  los  curas  <obre  dichi  Visita.— Se  m  .rea  la  situación 
de  H  Villa  de  la  Concepción,  Santa  Inés  y  Pueblo  Viejo  y  la  de  las  haciendas,  trapiches  y  ran- 
cherías qce  le  son  anexas.— Fn  la  descripción  ó  explicición  que  acompaña  á  este  mapa,  así  c  jmo 
á  los  dem.is  que  le  siguen,  se  dan  curiosas  noticias  ;:c.*rca  de  la  población,  costumbre^,  idio- 
ma, etc..  etc.— Fn  colores.— 33  X  20  centímetros.—Fstante  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (tj— Cua- 
I       derno  i— Folios  18  y  19. 

1768-70 

75  (viMapa  del  Curato  de  los  Escldbos.y> 

Se  marca  la  situación  de  los  pueblos  ane.vos  de  Qua.xiniquilapa.  Jumay  y  Mataqucscuinia  y  la 
de  las  haciendas  que  hay  en  su  jurisdicción.— Véase  el  núm.  74.— Fn  colore'?.— 33  X  20  centímc 
tros.—  Fútante  107,— Cajón  i. — Legajo  14.  (2)    (Cuaderno  i.— Folios  yi  y  21. 

1768-70 

76  c<Mapa  del  Curato  de  Conguaco. ^^ 

Se  marca  la  situación  de  lo<  pueblos  anexos  de  Isu'ci,  .Moyuta,  Pasaco  y  Japaltagua  y  la  de 
las  haciendas  y  rancherías  que  hay  en  sus  términos.— Véase  el  núuicro  74.  -Kn  colores.— 33  X  2> 
centímetros. — Estante  103.— Cajón  i. — Legajo  14.  (3)  — (',ua.  erno  i. — Folios  23  y  24. 

1768-70 

77  «Mapa  del  Curato  de  Ahuachapá  ó  Aguachapam.i> 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  .\tt.'C  )  y  T.  cuba  y  la  de  las  haciendas 
y  trapiches  que  hay  en  sus  términos. -Véase  el  núm.  74.— Fn  colores.- 33  X  20  centímetros.— 
Estante  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (4)— Cuaderno  i.— Folios  26  y  27. 

1768-70 

78  í<Mapa  del  Curato  de  Apanecay>  (San  Andrés). 

Se  mnrc»  la  situación  de  los  pueblos  de  Salqualit  »n  y  Juajua,  sus  anexos.— \'éasc  el  oúm.  74. 
Kn  colores.— 33  X  20  centímetros.— P-stantc  103.— Cajón  i.  -Legajo  14.  (5)— Cuaderno  i  — 'o- 
lios  28  y  29. 

1768-70 

7^    cíMapa  del  Curato  de  Nahuisalcoy^  (San  Juan). 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  207 

Se  marcí  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Matzahun,  Hutzla  y  Huitzapan  y  la  de  una 
hacrenda. — Véase  el  núm.  74.— Kn  colores.— 33  X  aocntimetros.— Kstante  10^.— C  jón  1.  — Lega- 
jo 14.  (ri)— (Cuaderno  i.— Folios  2«)  y  31. 

I  768-70 

80  «Mapa  del  Curato  de  Sonso nate.'»^ 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  San  Mipicl,  San  I'rancir.ci»,  San  Antonio 
y  Santa  Isabel  y  la  de  las  haciendas,  irapiclics  y  salinas  que  hay  en  sus  términos.  Véase  el  nú- 
mero 74  Kn  colores.— 33  X  21)  clniimetros.  — Hitante  103. — (',ajón  i.  — Lcfíajo  14.  (7)  -CuatUTno  í. 
Folios  31  y  32. 

I76S-7O 

81  "Mapa  del  Curato  de  Cj///co.»>  . 

Se  marc.i  la  *i¡tunci<"ín  de  sus  ;inex;>s  l«)s  pueblos  de  NauIir«f?o.  (íuayman;:o  v  Juyuía  y  la  tí» 
líos  haciendas  que  hay  en  sus  términos  —\case  el  núm.  74— Kn  colores.  -33  X  :.'o  centímetro^.  - 
Ks:ante  103.-   r.ajón  i.-Lejíí'jo  14.  (Sy-Cuad."  1.  — Folios  33  y  34. 

1768-70 

82  oMapa  del  Curato  de  /sci/co.» 

No  tiene  anexos,  pero  se  señala  la  situación  de  las  dos  parroquias  en  que  se  divide.-  Véase  ti 
número  74.— En  colores.— 33  X  20  centímetros  --Kstante  103,— Cajón  1.— Legajo  14.  (y).— Cuader- 
no 1.— Folios  35  y  36. 

1768-70 

83  í«Mapa  del  Curato  de  Guaymoco^^.  * 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  (  ueblos  de  Caculuta  (San  Julián),  Sapotan  (Santa 
Isabel).  Cuí/nagua  (San  Lúeas)  y  Misaiá(San  Miguel)  y  la  de  dos  haciendas  que  hay  en  sus  tér- 
minos.—X'case  el  núm.  74.— Kn  colores.— 33  y  20  centímetros.— Estante  103.— (^ajón  k  -Lcfrajo 
14.  (10)— Cuad.*  I.  — Folios  37  y  38. 

1768-70 

84  í<Mapa  del  Curato  de  .l/cos.» 

Se  marca  la  situación  de  sus  ;incxos  los  pueblos  de  Talniquetepet,  Comasagua,  Tamanique 
Chiltiupa,  Tiotepeque  y  Xicalapa  y  la  de  varias  haciendas  que  hay  en  sus  términos.-  Véase  el 
núm.  74.— Kn  colores.— 33  X  aocentímetros.  — Estante  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (11)— Cuad."  i. 
— Folios  39  y  40. 

I  768-/0 

85  («Mapa  del  Curato  de  Mexicanos. y^ 

Se  marca  It  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Aculhuaca,  San  Sevastian  y  Ayustatepe- 
que.— Véase  el  núm.  74.— PJn  colores.— 33  X  2:1  centímetros.— Estante  103.— Cajón  i. -Legajo  14. 
<i2)— Cuad.®  I.— Folios  41  y  42. 

1768-70 

86  «Mapa  del  Curato  de  San  Salvador, y> 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Cuscatoncingo,  Faleca.  .Apopa,  Nexapa, 
<)uesaltepeque  y  Guazapa,  y  lo  de  las  23  haciendas  que  hay  en  sus  términos.--Véase  el  núm.  74.— 
En  colores.— 33  X  ao  centímetros. —Estante  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (13)— Cuaderno  i.— Folios 
43  y  44. 


208  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

1768-70 

8/    «Mapa  del  Curato  de  San  Jacinto.» 

Se  marca  la  situación  de  ^us  anexos  los  pueblos  de  Panchi maleo,  Ouisuctr  y  Cuscailin  y  la  de 
cinco  haciendas  que  hay  en  sus  términos.— Véase  el  núm.  74.— Ka  colores.— 33  <  20  ccnlimeiros. 
—  Ksiihlc  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (14) — C^.uaderno  1.— Folios 46  y  47. 

1768-70     ' 

88  «Mapa  del  Curato  de  Texaquangos}>  (Santo  Tomás). 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  lo>  pueblos  de  Santiago  y  San  Míreos.— Véase  el  núme- 
ro 74.— En  colores— 33  X -'"«^t'ntííneiros.  -Estante  103. — Cajón  1.— Legajo  14.(15)  -Cuid."  1.— Fo- 
lio; 4  ly  5o. 

1768-70 

89  «Mapa  del  Curato  de  Olocuiliay>  (San  Juan). 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblo;  de  San  Juan  de  Tacpa  y  Santa  Catharin.i  y  la 
de  los  Valles,  haciendas  y  estanzuelas  que  hay  en  sus  términos.— Véase  el  núm.  74.— En  colores. 
33  X  20  centímetros.— Eslintcf  103.— Cajón  1.— Legajo  14.  (16, — Cuad.**  i. — Folios  52  y  53. 

1768-70 

90  «Mapa  del  Curato  de  Mat^ahuatiy  (Saw  Pedro). 

Se  marca  la  situación  desús  anexos  lo>  pueblos  de  Sinti  .María  Magdalen  i  Tapalhuac  ,San 
Fra  cisco  Chiíameca,  San  .\ntonio  Matzahuat,  San  Ju  tn  l'epezontcs  y  San  .Miguel  Tepozontes; 
la  de  los  ríos  de  Comalapa  y  de  Giboja  y  la  de  los  valles  y  haciendas  que  hay  en  sus  términos.  - 
Véase  el  núm.  74. —En  colores.— 33  X  ao  centímetros.— Estante  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (17)  — 
Cuaderno  i.— Folios  55  y  56. 

1768-70 

91  «Mapa  del  Curato  de  Nonnalcoi)  (Santiago). 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  San  Juan,  San  Pedro  y  Santa  María  Ostu- 
ma;  la  de  los  ríos  de  la  A¿¿ua,  de  Santa  María  y  de  San  Juaq  y  la  de  las  haciendas  que  hay  en  sus 
términos.—Véase  el  núm.  74.— En  colores. -33  X  20  centímetros.— Estante  103.  -Cajón  ¡.—Lega- 
jo 14.  (18)— Cuaderno  1.— I^olios  58  y  59. 

1768-70 

92  «Mapa  del  Curato  de  Zacaiecoluca.» 

4iSe  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblas  de  Analco  y  de  Tecolucí  y  la  de  varios  ríos 
que  cruzan  sus  términos.—Véase  el  nún.  74.  — I'^n  colores.— 35  X  20  centímetros.  -Estante  103.— 
Cajón  I.— Legajo  14.  (19)— Cuaderno  i.— Folio*  ói  y  62. 

1768-70 

93  «Mapa  del  Curato  de  Usuluian.i) 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Santa  .María,  Xiquilisco,Tecapa,  Jucuapa, 
Chinameca  y  Lolotique,  la  del  Río  Lempa,  la  de  los  volcir.es  de  Sao  Vicente  y  San  Miguel  y  la 
de  las  haciendas  que  hay  en  sus  términos.  -VéaSc  el  núm.  7/.— En  colores.— 33  X  2ocentímetro^. 

Estante  103. — Cajón  i.  —Legajo  14.  (20)— Cuaderno  1.— Folios  63  y  64. 

1768-70 

94  aMapa  del  Curato  de  Ereguaiquin.fi 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  2O9 

Se  marca  la  situación  de  sus  aacxos  Iüs  pueblos  de  Mexicapa,  Jucuarao.  Uluazapa,  Cornaca- 
rao,  Jucuayquin  y  Jocoro,  la  del  Río  Grande,  la  del  volcán  de  San  Miguel  y  la  de  varias  hacien- 
das que  hay  en  sus  términos.— Véase  el  oúm.  74.— Kn  colores.— 33  X  2^»  centímetros.— Fst.  nte 
103. —Cajón  I.— Legajo  14.— (21)— Cuaderno  i.— Folios  66  y  67. 

1768-70 

95  «Mapa  del  Curato  de  San  Miguel.^) 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  la  Villa  de  Chapeitique  y  los  pueblos  de  Quclepa  y  de 
Moncagua,  la  del  volcán  de  San  Miguel,  l.i  del  Rio  Grande  y  I.i  de  las  haciendas  que  hay  en  sus 
términos.-  Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 33  X  2)  centímetros.— Estante  103. —Cajón  i.— Lcga- 
jt)  14.  (22)— Cuaderno  i.— Folios  O7  y  (V8. 

1768-70 

96  «Mapa  del  Curato  de  la  Conchagua.^ 

Se  marca  la  situ  «ción  de  la  c.ibecerá  que  es  Yay  tntiquc  con  sus  anexos  los  pueblos  de  Con- 
chagua, Amapala  é  Intipuca,  y  la  de  las  haciendas  que  hay  en  su^  términos.— Véase  el  núm.  74.— 
En  colores. — 33  X  20  centímetros.  -Estante  103 —Cajón  1.— Legajo  14.  (23)— Cuaderno  i.— Folios 
70  y  71. 

1768-70 

97  «Mapa  del  Curato  de  Gotera.i) 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  Je  Chilanga,  Lolotiquillo,  Sence  ubla,  Yama- 
bar,  Guatiyagua,  Anamorós,  Polorós  y  Lislic;  la  de  el  Río  de  Gotera  y  la  de  las  haciendas  que 
hay  en  sus  términos.  -Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 33  X  20  centímetros.— Estante  103.— Ca- 
jón I.- -Legajo  14.  (24)— Cuaderno  i.— Folios  73  y  74. 

1768-70 

98  «Mapa  del  Curato  de  O^icala.^^ 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Miauguera,  Y'oloaiquin,  Jocoaitique,  To- 
rola,  Perquin,  Arambala,  Gualacote,  Sensimon,  Cacaguatique,  Sesore  y  Cacaupera  y  la  del  Río 
Torola  que  corre  por  sus  términos  de  Orie.itc  á  Poniente.— Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 
33  X  20  centímetros. —Estante  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (25)— Cuaderno  1.— Folios  76  y  77. 

1768-70 

99  «iMapa  del  Curato  de  Titiguapa.^^ 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Sensumtcpeque  y  Guacotecti  y  la  de  las 
haciendas  que  hay  en  sus  términos.- Véase  el  núm.  74.— En  calores.— 33  X  20  centímetros.— Es- 
tante 103.— Cajón  I.— Legajo  14.  (26)— Cuaderno  r.— Folios  79  y  80. 

1768-70 

100  «Mapa  d:l  Curato  de  San  \ Ícente. ^a  (Villa  de  San  Vicente  de 
Austria). 

Se  marca  la  situación  desús  anexos  los  pueblos  de  Istepeque  y  de  Apastepequc;  la  del  volcán 
de  San  Vicente;  la  del  Río  de  este  nombre  y  la  de  las  haciendas  que  hay  en  sus  términos.— Véase 
el  núm.  74.— En  colores.— 33  X  ao  centímetros.— Estante  103.— Cajón  1.— Legajo  14.  (27)— Cuader- 
no I.— Folios  82  y  83. 

1768-70 

101  «Mapa  del  Curato  de  Cuxutepeque,y> 


210  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

.Se  marca  la  situación  de  .;us  anexos  los  pueblos  de  Hilibasco  ó  Hilobasco.  San  Pedro  Pesula- 
pao,  San  Bartolomé  Perulaguilla,  y  San  Martín  Perulagiila  y  la  del  Río  Giboga  que  cruza  sus 
términos. — Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 33  X  2;  ceniimetros.— Estante  103.— Cajón  i.— Lega- 
jo 14.  (28).— Cuaderno  1.— Folios  84  y  85. 


1768-70 

102    oMapa  del  Curato  de  Suchiiolo,)^ 


Se  marcí  la  situación  de  su-i  anexos  los  pueblos  de  Tenancingo  y  Jucuapa.— Véase  el  núm.  74. 
-33  X  20 centímetros.— Estante  103,— Cajón  1.— Legajo  14.(29) — Cuaderno  i.— Folios  86  y  87. 

1768-70 

103  («Mapa  del  Curato  de  Chalaienango.i) 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Aroatao,  Techondo  y  Tesaltepeque  y  la  de 
lo>  Ríos  Lempa  y  Tamilusco  que  corren  por  sus  términos.— Véase  el  número  74.— En  colores. — 
33  X  20  cenlímeros.— Estante  103— (>ajón  i.— Legajo  14.  (30)— Cuaderno  1.— Folios  88  y  89. 

1768-70 

104  «Mapa  del  Curato  de  Texuíla.f) 

Se  marca  la  situación  de  su  anexo  ct  pueblo  de  Sítala.— Véase  el  número  74.— En  colores.— 
33  X  20  centímetros.— Estante  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (^31) — Cuaderno  i. — Folios  90  y  91. 

1768-70 

105  «Mapa  del  Curato  de  Tanacatepeque.'» 

Se  marc.i  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Suyapango  y  Xilopango;  la  del  Valle  del 
•  Ouayabal  y  la  de  la  Hacienda  de  los  Ganados,  que  están  en  sus  términos.— Véase  el  núm.  74.— En 
colores.— 33  X  20 centímetroí.— Estante  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (32)— Cuaderno  1.— Folios  02 
y93- 

1768-70 

106  «Mapa  del  Curato  de  Opico.i) 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Tacachico,  Jayaque,  Tcpccollo  y  Sacaco- 
11o.— Véase  el  númi  74.— En  colores.— 33  X  23  centímetros.- Estante  103.— Cajón  1.— Legajo  14. 
<33)— Cuaderno  i.— Folios  94  y  95. 

1768-70 

107  «Mapa  del  Curato  de  Texislepegue.y) 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  San  Pedro  Chicumquezal  y  San  Juan  Atec- 
pan  Mazagu).  la  del  Valle  de  Santiago  y  la  Hacienda  del  Río,  de  su  distrito.— Véase  el  núm. 74. — 
En  colores.— 33  X  20  centímetros. —Est.inte  103.— Cajón  i.— Legajo  14.(34) — Cuaderno  1.— Folios 
^  y  97- 

1768-70 

108  ((Mapa  del  Curato  de  Santa  Ana>^. 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Santa  Lucía  y  de  Coactcpequc.— Véase  el 
núm.  74.— En  colores.— 33  X  20  centímetros.— Estante  103.— Cajón  i.- -Legajo  14.  (35)— Cuader- 
no !.— Folios  98  y  99. 

1768-70 

109  «Mapa  del  Curato  de  Chalchuapa.^ 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  21  I 

Se  marca  la  situación  de  su  anexo  el  pueblo  de  Atiquísalla  y  la  de  las  haciendas  que  hay  ea 
sus  términos.— \'éase  el  núm.  74. -En  colores.— 33  X  20  centímetros.— Estante  103.— (";:ijún  1.— 
Legajo  14.  (36)— Cuaderno  i.— Folios  loo  y  101. 

.     1768-70 

110  «Mapa  del  Curato  de  Juitapa.^> 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Yupitepeque,  Atescatempa;  y  r.omapa; 
la  de  la  Laguna  de  Atescatempa;  y  l;i  de  lo'i  valles  y  haciendas  que  hay  en  sus  términos.— \c.oe 
el  núm.  74.  -Kn  colores. —33  X  20  centímetros,— Estante  I03.— Cajón  1.— Legajo  14.  (37)— Onader- 
00  1.— Folios  102  y  103. 

I76S-7O 

111  «Mapa  del  Curato  de  Xalapa.^> 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  puebiss  de  Santo  Domingo  y  Pínula  y  la  de  las  hi- 
ciendas  y  trapiches  que  hay  en  sus  términos.— Vcase  el  núm.  74.— En  colores.— 33  X  ^  ccntime-. 
tros. — Estante  103.— Cajón  i. — Legajo  14.  (38)— Cuaderno  i. — Folios  iiv^  y  io5. 

1768-70 

112  c(Mapa  del  Curato  de  Jiloiepeque.» 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  Ycpala  y  San  Marcos  y  l:t  de  las  haciendas 
que  hay  en  sus  términos.— \éase  el  núm.  74. -En  colores.— 33  X  20  centímetros.— Estante  103. 
Cajón  I.— Legajo  14.  (3«)}— C',uaderno  i.— Folios  kx»  y  107. 

1768-70 

113  ".Mapa  del  Curato  de  Mita^  ( Ntra.  Sra.  de  la  Asumpcion  de). 

Se  marca  la  situación  de  su  anexo  el  pueblo  de  Santa  Catharina  Mita  y  la  de  las  haciendas 
<jue  hay  en  sus  términos.— Véase  el  núm.  74.  -Kn  colores.— 33  X  2>  centímetros. -7-Estante  103.— 
Cajón  I. — Legajo  14.  (40)  -Cu.iderno  i.  -Folios  loij  y  110. 

1768-70 

114  «Mapa  del  Curato  de  A/e/rt/7as.»> 

Se  marc.i  la  situación  ue  las  haciendas  que  h  ly  en  sus  términos.— Véase  el  núm.  74.— En  colo- 
^cs.— 33  X  -'>  centímetros.— Estante  lo^.— C.jjon  i.  -Legajo  14.  (4i)-Cuaderno  i.— Folios  iii  y  112. 

1768-70 

116     <'Mapa  del  Curato  de  Quesalíepeque.y> 

Se  marc  i  la  situación  de  sus  anexos  lo.-»  pueblos  de  Esquipul.is  y  San  Jacinto  y  la  de  los  va- 
Ikí  y  haciendas  que  hay  en  sus  términos.— Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 33  X  20  centímetros^ 
Estante  103.  -Cajón  i.  -Legajo  14.  ^42) -Cuaderno  i.— Folios  113  y  114. 

1768-70 

116  «Mapa  del  Curato  de  Jocotan.^> 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  puebk»s  de  l'^omotan  y  San  Juan  hermita  >  la  de  los 
Talles  que  hay  en  sus  términos.- -Vcase  el  nújn.  71.  — En  colores.— 33  X  20  centímetros.— Estan- 
te 103.— Caj»»n  1.— Legajo  14.  (431— C>uaderno  i.— Folio  uOy  117. 

1768-70 

117  «Mapa  del  Curato  de  Chiquimula.» 


212  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  San  Kstcvao,  Santa  Elena  y  San  Joseph. — 
Vca<e  el  núm.  74-— Eu  colores.— 33  X  20  ceniimeiros.— estante  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (44)— 
(>uaderno  1.— -Folios  119  y  lao. 

1768-70 

118  «Mapa  del  Curato  de  Zacapa.i) 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Santa  Lucía,  San  Pablo  y  Gualan  y  la  de 
las  hacicnd.is  que  hay  en  sus  términos.— Véase  el  núm.  74.— En  coloras.— 33  x  »  centímetros.— 
Estante  103.--r.ajon  i.— Legajo  i4(45)-«Cuadcrno  1.— Folios  121  y  122. 

1768-70 

119  «Mapa  del  Curato  de  Casaguastlaw)  (San  Cristóbal). 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Chimalapa  y  Usumatan  y  la  del  Rio  Gran- 
de que  cruza  sus  términos.— Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 33  x  20  centímetros.— Estante  103.— 
C.ijón  I.— Legajo  14.  (46) — Cuaderno  i.  —Folios  123^  y  124. 

í  768-70 

120  <(Mapa  del  Curato  de  San  Agustín  de  la  Real  Corona.^) 

Se  marca  la  situación  de  su  anexo  el  pueblo  de  Santa  María  Magdalena  y  la  de  ios  valles  que 
hay  en  sus  términos.— Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 33  x  20  centímetros.— Estante  103.  -C.i- 
jón I.— Legajo  14.  (47)— Cuaderno  1.— Folios  126  y  126. 

1768-70 

121  «Mapa  del  Curato  de  Zalama^)  (Salama). 

Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 33  x  20  centímetros.  -Estante  103.— Cajón  1.— Legajo  14.  (48) 
—Cuaderno  2.®— Folio  IJ9. 

1768-70 

122  «Mapa  del  Curato  de  Taltiquea  ¿(Santa  María  de  Taltic)? 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  San  Pablo  Tamahum  y  San  Miguel  Tacu- 
rub.— Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 33  X  20  centímetros.— Estante  103.— Cajón  i.— Legajo  14. 
(49)— Cuaderno  2.®— Folios  131  y  132. 

.     1768-70 

123  «Mapa  del  Curato  de  San  Cristóbal,f> 

Se  marca  la  situación  de  su  anexo  el  pueblo  de  Santa  Cruz.— Véase  el  núm.  74.— En  colores.- 
33  K  20  centímetros^— Estante  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (5o)— Cuaderno  2."— Folios  133  y  134. 

1768-70 

124  «Mapa  del  Curato  de  Cobdn.í> 

Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 33  ><  20  centímetros.— Estante  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (5i)« 
—Cuaderno  2."— Folios  134  y  135. 

1768-70 

125  «Mapa  del  Curato  de  Carchaí>  (San  Pedro). 

Se  marca  la  situación  de  su  anexo  el  pueblo  de  San  Juan.— Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 
33  K  20  centímetros.— Estante  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (52)— Cuaderno  2.'— Folios  136  y  137. 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS  21  3 

I  768-70 

126  <«Mapa  del  Curato  de  Cahbon.í) 

Se  innrcí  la  situación  de  su  anexo  el  pueblo  de  San  Agustín  Lanquin. —Véase  el  núm.  7.;. 
Kn  colore;.— J3  x  2«)  centímetros.  -Ksiantc  103.— ('ajón  i.— Legajo  14.  ^53) -Cuaderno  2"— Fóli  >s 
138  y  139. 

1768-70 

127  oMapa  del  Curato  de  Ravinal.íy 

Néase  el  núin.  74.  -Kn  colores.— 33  x  30 centímetros. — Estante  103.— <'.ajón  1.— Legajo  14.  (í»4> 
Cuaderno  2."  -Folios  141  y  142. 

1768-70 

128  «Mapa  del  Curato  de  Cabuleo.» 

Véase  el  número  74.— Kn  colores.— 33  x  20  centímetros.— Estante  103. — <>aj'>n  i.- Legajo  14. 
(55  —  'u.iderqo  2.** -Folio  143. 

,      1768-70 

129  «Mapa  del  Curato  del  Choly)  (Santa  Cruz). 

\éasc  el  núm.  74.— Kn  colores.- -33  x  20 centímetros. —Estante  u>3.  -Cajón  1.— Legajo  14.  (fó- 
Cuaderno  2.  — Folio  144. 

1768-70 

130  oxMapa  del  Curato  de  Salcabaha>  (San  Andrés  Sacabahá). 

Se  marca  la  situación  de  su  anexo  el  pueblo  de  San  Bartolomé  Jocotenango. — Véase  el  nú- 
mero 74.— En  colores.— 33  x  20  centímetros.— Estante  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (57)— Cuader- 
no 2.''— Folios  145  y  14^». 

1768-70 

131  «Mapa  del  Curato  de  Uspantan.y) 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Sacapulas  (Santo  Domingo)  y  Cuné.^.— 
Véase  el  núm.  74.— Kn  colores.— 33  x  «>  centímetros.— Estante  103.— Cajóo  i.— Legajo  14.  (58)— 
Cuaderno  2."— FoIí«js  147  y  148. 

1768-70 

132  oMápa  del  Curato  de  Nevaba  (Santa  María). 

Se  marca  la  situación  de  sus  antxos  los  pueblos  de  San  Juan  Cotzal  y  San  Gaspar  Cahul.— 
Véase  el  número  74. —En  colores.— 33  x  ao centímetros.— Estante  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (Sj)  - 
Cuaderno  2."--Folios  iSdv  i5i. 

1768-70 

133  «Mapa  del  Curato  de  Jocopilasi>  (San  Pedro). 

Se  marca  la  situación  de  su  anexo  el  pueblo  de  San  Autonio  Ylotenango.— Véjase  el  núm.  74. 
—En  colores.— 33  x  20  centímetros.- Estante  103.— Cajón  i.— Leg.ijo  14.  (f»)— Cuaderno  2.**— 
Folios  i53  y  154. 

1768-70 


134    «Mapa  del  Curato  de  Sania  Cru^  del  Quiche». 


214  REVISTA   DE  ARCHIVOS 

Se  inarc.i  la  situación  de  su  anexo  el  pueblo  de  Lcmoa  y  la  de  las  haciendas  y  hatos  que  hay 
en  sus  términos.— Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 33  K  20 centímetros. —Estante  103.— Cajón  i.— 
Legajo  14.  (6i)--Cuaderno  2,°— Folios  i55  y  i56. 

1768-70 

135  c<Mapa  del  Curato  de  Chichicastenango^)  (Santo  Tomás). 

Véase  í'l  número  74.— En  colores.— 33  K  »  centímetros.— Esunie  103.— Cajón  i.— Legajo  14. 
(62)— Cuaderno  2."— Folios  157  y  i58." 

1768-70 

136  c<Mapa  del  Curato  de  La^acualpao  (espíritu  Santo). 

Véase  el  núm.  74.  -En  colores.— 33  K  20  centímetros. —Estante  103.  -Cajón  i.— Legajo  14.  (63) 
Cuaderno  2.<*— Folios  lóo  y  161. 

1768-70 

137  «Mapa  del  Curato  de  Xoyabah^  (Santa  María). 

Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 33  K  20  centímetros. -Estante  103.— (>ajón  i. — Legajo  14.  ((V4) 
Cuaderno  2.*»  -Folios  1O2  y  163. 

1768-70 

138  c(Maj:>a  del  Curato  de  San  Martin  de  Xilotepeqne.í> 

St  marca  la  situación  de  las  haciendas  que  hay  en  sus  términos.— Véase  el  núm.  74.— En  co- 
lores.—33  x  ao  centímetros. —Estante  103.— Cajón  I,— Legajo  14.  (o5)— Cuaderno  2." — Folios  i(^b 
y  166.  % 

1768-70 

139  «Mapa  del  Curato  de  Zumpango^)  (San  Agustín). 

Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 33  X  20  centímetros.— Estime  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (6é) 
Cuaderno  2."— Folios  167  y  ió8. 

1768-70 

140  «xMapa  del  Curato  de  San  Pedro  Zacatepeque.ñ 

So  marca  la  situación  de  su  anexo  el  pueblo  de  Santo  Domingo  Xinacoh,  y  la  de  las  haciendas 
que  hay  en  sus  términos,  -\case  el  núm.  7.1.— En  colores.— 33  x  2)  centímetros. — Estante  103.  - 
C.ijón  I.— Legajo  14.  (Ó7)— Cuiderno  2.°— Folios  109  y  170. 

1768-70 

141  «Mapa  del  Curato  de  Pacicia^y  (Santiago). 

Se  marca  la  situación  de  los  v  lies  que  hay  en  sus  términos.— Véase  el  núm.  74. — En  colores.— 
33  X  20  centímetros.  -Estante  103.— Cajón  i.— Legíjo  14.  (68)— Cuaderno  2.*— Folios  171  y  172. 

I76S-7O 

142  «Mapa  del  Curato  de  Comalapan>y  (San  Juan). 

be  marca  la  situación  de  su  anexo  el  pueblo  de  Santa  Cruz  Valanyá.— Véase  el  núm.  74.  — En 
colores.— 33  x  20  centímetros.— Etante  103.-- <'.ajón  1.— Legajo  14.  (69)— Cuaderno  2.  <*— Folios 
173  y  174- 

(Continuará.)  Pedro  Torres  Lanzas. 


BIBLIOFKCAS  Y  MLSKOS  21  5 


DOCUMENTOS 


I 

RELACIÓN 

DEL  AUTO   l>I    IR  <,)!  r  SK  HIZO  EN  SEVILLA  CONTRA  LOS  UTEBANOS    EN    EL    AÑO    I  55o   ' 


M.DIJX 

Esie  año  no  se  predico  bula  de  cruzada,  pero  hizo  la  s^'  inquisición  vn  solem- 
nissimo  aulo  contra  los  enemigos  de  la  fee  y  especialmente  contra  los  herejes 
luteranos  perseguidores  de  las  bulas  y  mas  de  la  s^*  cruzada.  Fue  este  el  auto 
primero  que  se  hizo  en  la  pla^a  de  S.  Francisco,  porque  antiguamente  se  hazian 
en  las  gradas,  a  las  espaldas  de  el  sagrario,  donde  por  lo  Urgo  de  la  librería  se 
hazia  el  cadahalso  de  los  penitenciados,  y  frontero  de  el  donde  se  venden  los 
<;apatill()S  el  tablado  de  los  S.csí  inquisidores,  y  el  ultimo  que  alli  se  hizo  fue  do- 
mingo 2?  «le  febrero  de  el  año  de  1549,  y  no  se  hizo  otro  hasia  este  de  que  dire- 
mos, con  el  qual  se  dio  el  feliz  principio  contra  los  luteranos  perseguidores  de  la> 
bulas,  U)  qual  paso  en  la  forma  siguiente.  Aviendose  pregonado  este  dicho  auto 
vn  mes  antes  con  la  solemnidad  y  lugares  acostumbrados,  que  son  las  gradas,  l:t 
plasja  de  S.  Francisco  y  la  Fería,  concurrió  a  uerlo  grande  multitud  de  forasteros, 
ansi  de  Castilla  la  Nueva  y  Vieja,  como  de  otras  partes.  Estauan  en  este  tiempo  los 
calabos'os  y  cárceles  de  el  castillo  tan  llenos  de  pres(>s  que  obligo  a  los  S.cs  inqui- 
sidores dar  lugar  a  que  muchos  delinquentes  que  salieron  en  el  auto  se  estuuiessen 
en  sus  casas,  y  el  que  esto  escríue  vido  a  algunos,  y  conoscio  a  uno  que  comió  en 
su  casa  el  uiernes  antes  de  el  auto  y  luego  el  domingo  siguiente  salió  para  el  que- 
madero. Llegado  pues  el  dia  señalado  que  fue  domingo  24  de  Set.e  de  el  dicho  y 
dicho  año  de  ibbcu  se  empego  el  auto  a  las  8  de  la  mañana;  salieron  en  el  setenta 
y  nueve  personas;  las  veinte  y  una  para  quemar,  que  fueron  siete  mugeres  y  14 
honbres.  Salieron  con  sanbenito  doce  hombres  y  qualro  mugeres,  los  demás  con 
varias  penitencias.  Predicó  el  dotor  Gon9alo  Millan,  consultor  de  el  Santo  üff°,  y 
administrador  de  el  hospital  de  el  Cardenal  que  al  presente  llaman  de  s.  Ermene- 
gildo.  Tomo  por  thema  aquellas  palabras  de  los  cantares  cap.  2  que  dizen  capite 
iiobis  nulpes  paruulas,  quiv  dcmoliiintur  niñeas.  Duro  el  aulo  casi  hasta  la  oración, 
auiendo  concurrido  en  leer  por  lodo  este  tiempo  tres  secretarios  los  quales  junta- 
mente en  tres  pulpitos  estuuieron  leyendo  cada  qual  su  processo.  Muchos  de  los 
presentes  ¡uan  preparados  con  papel  y  tinta  para  escríuir  lo  que  viessen  y  oyessen, 
pero  luego  al  principio  mandaron  los  sc^*  inquisidores  recoger  lodo  lo  escrito,  y  que 
nadie  escríuiesse  mas,  y  desde  entonces  se  a  guardado  esta  costumbre.  En  este 
auto  se  mando  derribar  y  arar  de  sal  una  casa  que  esta  frontero  de  la  de  los  locos 
junto  a  la  de  los  niños  de  la  dotrína  por  que  en  ella  enseñaua  Costantino  la  secta 
luterana.  El  dia  siguiente  al  auto  que  fue  lunes  licuaron  a  la  cárcel  perpetua  a  las 
diez  y  seis  personas  que  dixe,  donde  al  domingo  siguiente  fueron  los  padres  de  la 

I  Esic  documento  fnc  descubierto  y  copiado  en  Septiembre  del  año  pasado  por  nuestro  in- 
olvidable compañero  D.  Pedro  Roca,  coD  ocasión  c'e  buscar  datos  para  su  c^^tudio  referente  á 
uxia  bula  incunable  de  indulgencias,  comenzado  á  publicar  en  la  Retista. 

3.*  ¿rOCA.— TOMO  Tin.  H> 


2l6  REVISTA    DE  ARCHIVOS 

Cumpania  a  dezirles  la  dotrina  cristiana  y  hazerles  platica,  lo  qual  se  ha  hecha 
siempre  mientras  a  auido  comodidad.  Era  en  estos  tiempos  Arzobispo  de  Seuilla  y 
inquisidor  general  don  Fernando  de  Valdes,  inquisidores  de  Seuilla  el   licenciado 
(jasco,  y  el  lic«Jo  Carpió:  alguazil  del  s^"  off°  don  Luis  Sotelo,  receptor  Domingo 
de  Aspeita:  Secretarios  Pablo  (larcia,  Nullo  de  Herrera  y  vn  fulano  Naueda.  Al- 
cayde  la  cárcel  perpetua  Ju"  de  Qamora.  Kstaua  entonces  esta  cárcel  en  un  corral 
que  es  agora  de  vozin«»s  al  íin  de  caldedados  cerca  de  el   barrio  de  don  Pedro 
Ponce  que  agora  se  llama  de  la  Encarnación,  en  el  qual  corral  estuuo  mas  de 
cien  años  hasta  que  cí  año  de  574  siendo  vicealcayde  (por  (iaspar  Marco  diffuni«o 
Francisco  Pérez  que  entonces  era  de  el  santo  off°  se  paso  al  corral  de  el  ai^ofeiio 
que  esta  en  cal  de  la  sierpe,  de  donde  se  pas<i  a  diuersas  partes,  y  al  presente  qu" 
esto  se  escriue  que  es  el  año  de  (mi   esta  en  Triana,  por  quantí)  auiendose  dado 
cabo  (por  la  diuina  misericordia)  de  los  eneniigos  de  las  bulas,  y  perdonado  í;c- 
neralm^c  a  los  judios  y  echado  de  España  a  los  moriscos  faltan  m<  radores  para 
ella,  y  plcga  a  Dios  que  siempre  asi  sea.  Predicauan  contra  esta  gente  en  estos 
tiempos  muy  al  descubierto  el  Pc  Madrid  y  el  Pe  Baptista  de  la  í-onp"  de  Jhs. 
Viuian  entonces  estos  P^^  junto  a  st-"»  de  (íracia,  de  donde  se  pasaron  al  sitio  donde 
esta  al  presente  la  casa  professa:  pero  los  herejes  no  predicauan  sino  disimulada- 
mente y  con  a'qu[vocaciones,  por  lo  qual  vn»)  de  los  dichos  padres  muy  a  menudo 
solia  predicando  repetir  estas  palabras,  diciendo.  Declárate  hereje:  pero  ellos  jamas 
se  declararon  hasta  que  el  fiscal  les  leyó  la  su  cartilla.  En  este  año  se  dio  principit^ 
a  la  loable  costübre  que  hasta  oy  dura  de  que  las  parroquias  hagan  algunas  uezes 
las  fiestas  de  el  sanctiss.°  Sacramento,  saliendo  por  las  calles,  y  la  primera  que 
empC(^o  fue  la  yglesia  collegial  de  s.  Saluador,  a  la  qual  imitaron  luego  las  demás. 
El  autor  de  estas  fiestas  se  sospechaua  auer  sido  el  p^*  Diego  de  Avellaneda,  el 
qual  siendo  reior  el  año  de  í>4  de  el  colleg'*  de  la  c^omp"  hizo  una  solemnissima 
processicm  por  los  claustros  que  entonces  tenian,  y  fue  esta  la  postrera  que  hizic- 
ron  los  dichos  padres.  Todas  estas  processiones  y  fiestas  tuuieron  por  íin  prime- 
ramente por  la  honra  deuida  a  tan  altiss"  sacramento,  y  la  causa  motiua  fue  para 
confundir  a  los  herejes,  de  los  quales  auia  tantos  por  estos  tiempos  en  Seuilla, 
que  Cíírria  entre  ellos  un  dicho,  que  para  tal  tiempo,  o  ellos  quemarían  o  los  que- 
marían a  elU>s;  quiso  nro  Señor  por  su  infinita  bondad  que  se  cumpliessc  lo  se- 
gundo, antes  que  llegasse  el  plazo  por  ellos  puesto,  enpe^^andolos  a  quemar  el  año 
de  que  uamos  habland<i,  y  prosiguiendo  el  inmediato  siguiente  de  56o  en  el  qual 
quemaron  en  persona  otros  veinte  y  uno  y  tres  en  estatua,  que  fueron  el  dolor 
(^^nstant¡no,  el  dotor  Egidio,  y  el  maestro  Vargas;  de  los  dos  primeros  se  dezia 
publicamente  que  eran  dos  columnas  de  la  fe  y  sancta  yglesia  de  Seuilla,  y  por  el 
tercero  se  dixo  el  prouerbio  de  que  usamos  qu"  se  ol'resce  algü  caso  diflicultoso. 
Dígalo  Vjr¿^7s;  porque  fue  en  su  tiempo  tenido  por  muy  docto:  las  estatuas  de  los 
dos  primeros  salieron  en  sendos  pulpitos  y  la  de  el  tercero  en  una  catreda,  y  tras 
de  cada  una  yua  un  ataúd  donde  lleuauan  los  guessos  de  el  dueño  de  la  estatua 
precedente.  Salieron  con  sanbenito  siete  mugcres  entre  las  quales  salió  una  la  qual 
hallaron  in  fraganti  escriuiendo  sobre  las  epistíilas  de  s.  Pablo  qu"  la  fueron  a  pren- 
der; honbres  salieron  solos  quatro  con  sanbenito  para  la  cárcel  perpetua.   Por 
causa  de  la  multitud  de  herejes  que  en  el  año  de  39  de  que  uamos  hablando  auia 
en  Seuilla  se  pusieron  puertas  a  la  puente  de  una  y  otra  parte,  las  quales  se  cerra- 
uan  entonces  cada  n<jche  propter  timores  nocturnos,  quiero  dezir  porque  los  herejes 
de  Seuilla  pasasen  a  Triana,  hasta  que  los  lleuassen,  y  la  primera  noche  que  se  ce-' 


BIBLIOTECAS   T  MUSEOS  21 7 

Traron  fue  sábado  bispera  de  el  auto  primero  de  que  vamos  hablando,  y  no  es  de 
•espantar  que  este  alboroto  se  temiesse,  porque  en  Seuilla  cantauan  los  muchachos 
•de  noche  esta  copla: 

Viua  la  fee  de  Christo 

y  la  santa  Inquisición, 

y  quemen  a  Constantino 

perro  malo  engañador. 

Y  fueron  los  pobretes  obligados  a  callar  por  los  golpes  y  pesco9ones  que  les 
dauan  los  herejes  diziendo:  calla  vellaco.  Y  yo  también  porque  no  me  digan  otro 
tanto  los  muchos  que  agora  ay  en  Seuilla  callare  también  los  muchos  papeles  que 
cada  mañana  se  hallauan  por  las  calles  los  quales  contenían  muchas  blasfemias 
contra  nra  santa  fee  católica,  contra  el  papa  y  contra  sus  bulas.  Valia  en  estos 
tiempos  en  el  albóndiga  de  Seuilla  una  hanega  de  trigo  seis  y  ocho  reales;  una 
gallina  vn  real;  un  cabrito  dos  reales;  los  muchachos  de  escriuir  y  contar  pagauan 
un  real  cada  mes,  los  estudiantes  pagauamos  dos  reales;  valia  una  mano  de  papel 
medio  real,  medio  quarlillo  de  tinta  fina  dos  marauedis,  auia  también  mas  llaneza 
y  bondad  de  la  que  agora  ay,  y  no  tantos  dones  (no  del  spiritu  Santo)  como  agora 
ay.  Y  esto  baste  para  suplir  el  lugar  que  auia  de  occupar  la  bulla  de  el  año  de  i  bb% 
lo  qual  se  acabo  de  escriuir  sábado  veinte  y  quatro  de  setienbre  del  año  de  mil  y 
seiscientos  y  onze,  en  el  cual  dia  se  cumplieron  cinqüenta  y  dos  años  después  de  el 
-dicho  primer  auto,  en  el  qual  las  bulas  empegaron  a  triunfar  de  sus  perseguidores. 
Ja  gloria  sea  a  Dios  Amen. 

discite  iustiliam  monili  et  non  temnere  bullas 

Gaspar  de  (^.amora. 

Pues  lodauia  queda  papel,  quiero  añadir  algunas  cosas  de  las  que  dexe  de  dezir 
por  la  breuedad,  y  lo  primero  aduierto,  que  los  rostros  de  las  estatuas  de  los  que 
murieron  en  las  prisiones  iuan  tan  al  natural,  que  quien  auia  conoscido  sus  due- 
ños, luego  caya  en  cuyas  fuesen:  lo  qual  se  a  de  entender  de  los  demás  autos  y  de 
las  figuras  que  están  en  los  sanbenitos  en  el  claustro  de  la  yglesia  maior;  y  la  razón 
Jcsto  es  porque  aqullos  señores  en  cogiendo  a  alguna  de  estas  personas  por  su 
casa,  con  cierta  traída  secreta  de  que  usan,  luego  le  hazen  un  retrato  muy  perfecto 
para  lo  que  pueda  suceder.  Quanto  a  lo  que  dixe  que  aquellos  profetas  de  dos 
caras  predicauan  con  equivocaciones  y  con  menosprecio  de  las  bulas  pondré  aqui 
dos  exemplos  délos  quales  se  podran  collegir  otros.  Predicando  uno  de  ellos  truxo 
a  su  proposito  las  palabras  de  Christo  en  la  -^¿t  consumatum  est,  y  explicólas  di- 
ziendo: /a,  señor,  no  mas  ayunos  ni  a<;otes,  no  mas  cruí{  ni  penitencia  etc.  los  cató- 
licos entendían  que  ya  esto  auia  cessado  para  la  persona  de  Christo:  pero  los 
herejes  entendían  que  sin  nada  deslo  se  puede  una  persona  saluar,  por  aucrse  ya 
acabado.  Otro  de  ellos  dixo  en  el  pulpito  que  una  uieja  le  auia  preguntado  un  caso 
y  fue,  que  por  desastre  el  alcuza  se  le  derramo  sobre  la  bulla  de  aquel  año,  y  una 
perrilla  al  olor  de  el  azeite  se  la  comió,  y  uisto  este  trauajo:  ¡o  perra  marquesina! 
que  as  hecho?  y  ^qual  de  las  dos  a  de  ganar  las  indulgencias,  y  comer  guevos  esta 
quaresma?  ^yo  que  di  mis  dos  reales,  o  tu  que  te  comiste  la  bula.'*  mal  prouecho  te 
haga.  No  pienso  que  acónteselo  acaso  sino  por  diuina  prouidencia,  que  entonces 
quando  las  imágenes,  y  medallas,  cruzes,  y  cuentas  benditas  se  tenian  en  poco, 
vuiese  en  Seuilla  un  honbre  pobre  q  llamauan  Marchena,  el  qual  aunq  no  tenia 
mucho  juizio,  tenia  mucha  deuocion,  y  como  la  quemazón  andaua  entonces  tan 


21 8  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

caliente,  achacáronle  al  pobre  los  muchachos  que  lo  auian  de  quemar,  porque  era 

hereje,  y  auia  comido  ensalada  en  uiernes,  con  lo  qual  le  hizieron  acabar  de  perder 

el  poco  seso  que  tenia,  pero  tuuolo  mucho  para  hazer  lo  q  hizo,  y  fue  que  por 

mostrarse  católico  andaua  cargado  de  cosas  de  devoción,  traia  al  cuello  muchos 

rosarios,  cuentas  benditas,  cruzes,  medallas,  y  agnus  Dei  etc.  y  deste  genero  todo 

quanto  podía  imaginar,  para  fin  de  que  los  muchachos  no  lecorriessen  por  hereje; 

pero  yo  mas  lo  atribuyo  a  la  diuina  prouidencia,  que  queria  quebrar  los  ojos  a  los 

herejes  con  q  apesar  suyo  se  tomassen  estas  cosas  para  mas  prueba  contra  ellos, 

y  que  uiessen  por  sus  ojos  que  aun  hasta  los  locos  tenian  a  estas  cosas  reuerencia 

y  deuocion,  lo  qual  ellos  por  ser  mas  locos  auian  perdido  y  al  fin  le  ualio  al  buen 

honbre  su  tra^aísi  ya  no  fue  de  algún  católico  q  se  lo  aconsejo)  pero  principalm^e 

lo  atribuyo  yo  al  que  con  mosquitos  sabe  atropellar  exercitos,  al  qual  sea  dada  la 

gloria  por  todo  Amen.  El  papel  se  acaba  y  acabemos  con  auer  dado  a  Dios  la 

gloria  por  todo.  Amen  etc.  » 

Por  la  copia, 

Pedro  Roca. 

II 
DICTAMEN  DE  JERÓNIMO  ZURITA 

ACERCA  DE  LA  PROHIBICIÓN  DE  OBRAS  LITERARIAS  POR  EL  SANTO  OFICIO  2 


En  lo  que  toca  a  los  libros  que  dañan  las  costumbres,  pare<je  que  se  puede 
considerar  en  dos  maneras:  o  son  libros  latinos,  o  vulgares  en  español  o  en  otras 
lenguas.  Los  que  tratan  en  latin  esta  materia  son  de  tres  ordenes:  Epigrammata- 
rios,  como  Catullo  y  Marcial  y  la  Priapeia  que  anda  al  cabo  de  Virgilio:  Elegiacos, 
como  Tibulo  y  Propercio  y  Ouidio;  otros  son  Cómicos,  como  Plauto  y  Terencio. 
De  todos  estos  el  índice  del  Concilio  di^e  que  los  puedan  tener,  mas  que  en  los 
estudios  no  los  lean  a  los  muchachos.  Esto  está  muy  sancta  y  prudentemente 
mandado;  que  si  los  tedaran  absolutamente  fuera  quitar  toda  la  imita(^ion  y  pro- 
priedad  de  la  lengua  latina,  porque  Ouidio  tiene  gran  ingenio  y  esperien<íia  de 
muchas  cosas  y  las* pone  delante  los  ojos  con  gran  facilidad  y  eloquencia:  Tibulo 
y  Propercio  tienen  mucha  elegancia  y  ornato  y  tratan  esta  materia  como  caualle- 
ros  que  eran  muy  cuerdos  y  bien  hablados:  Catullo  y  Marcial  tienen  mucha  agu- 
deza, y  aunque  en  Catullo  ay  algunas  deshonestidades,  escriuelas,con  buen  termi- 
no, como  se  dixo  de  Tibulo  y  Propercio;  ay  en  el  machas  virtudes  de  poésia  y 
imitación  de  autores  griegos.  Marcial  habla  en  esto  más  deshonestamente;  quando 
no  trata  de  cosas  lasciuas  tiene  auisos  dichos  con  malicia  sabrosa  y  erudita,  em- 
buelta  en  mucho  donayre,  por  donde  aduierte  de  las  ineptias  y  pesadumbres  que 
algunos  dan  por  no  mirar  en  ellas  o  por  no  saber  mas. 

1  Hallase  á  la;;  espaldas  de  un  grabado  en  madera  que  dice  en  una  linca  imprcsi  en  la  parte 
superior:  Niestra  señora  r»E  la  hkña  dk  frangía.  AI  pie  en  tres  lineas  impresas;  «Por  quanto 
vos  disíes  vuestra  piadosa  Jimosna  para  los  gastos  y  reparos  y  Hospitalidad  de  la  casa  y 
monasterio  de  nuestra  señora  de  la  Peña  de  Francia,  nos  el  prior  y  convento  de  la  dicha  ca&a 
os  hacemos  participante  en  todos  los  bienes  spirituales  que  en  la  dicha  casa  y  orden  se  fai;^en.* 
Se  representa  á  la  Virgen  teniendo  en  la  mano  derecha  una  plant  ,  el  Niño  en  el  regazo,  adorado 
por  un  pastor,  el  pueblo  en  segundo  término,  los  ángeles  al  pie,  etc.  42  cents,  alto  x  29  todo  el 
paj  el,  29  X  18  lodo  el  papel  estampa;  23  X  17  la  estampa.  (Biblioteca  de  San  Isidro.) 

2  Ms.  autógrafo;  dos  hojas  en  folio.  Biblioteca  Nacional.  P.  V.— Fol.  C.-5.  Núm.  13. 


BIBLlOTrCAS  Y   MUSEOS  2I9 

Los  Poetas  cómicos,  como  son  Plaulo  y  Terencio,  no  traían  de  professo  esto; 
mas  porque  incidentemente  entran  en  las  comedias  rameras  y  mancebos  engaña- 
dos dellas  y  se  escriuen  las  astucias  y  marañas  con  que  los  hijos  engañan  a  sus 
padres  y  estas  mugeres  a  los  mancebos,  pareceles  a  algunos  hombres  pios  que 
estos  auctores  se  veden,  lo  qual  hasta  aora  ningún  hombre  docto  ha  dicho,  a  lo 
menos  para  quitarlos  de  las  manos  de  todos,  pues  aun  a  los  niños  se  puede  muy 
bien  leer  Plauto  y  las  mas  comedias  de  Terencio;  para  los  prouectos  no  puede 
auer  cosa  mas  consideradamente  escrita,  y  asi  los  auctores  de  las  de  Terencio 
fueron  juntamente  con  el  dos  hombres  muy  sabios  y  de  gran  gobierno,  Lelio  y 
Scipion,  como  se  saca  de  las  Epístolas  de  Jullio  a  Attico.  Platón  echó  de  su  Repú- 
blica a  los  poetas  porque  escriuen  las  cosas  sobredichas,  mas  entre  otras  que  los 
honbres  doctos  condenan  de  aquella  República  vna  es  esto,  y  Tyrio  Máximo  vno 
de  sus  sequaces  dice  que  de  la  misma  manera  que  son  menester  en  la  República 
los  médicos,  lo  son  los  poetas,  porque  si  siempre  estuuieran  los  hombres  sanos  no 
ubiera  necessidad  del  los,  y  asi  mesmo  sino  tuuieramos  necessidad  de  afloxar  el 
arco  de  la  consideración  de  cosas  graues  no  fueran  menester  poetas;  mas  que  para 
esto,  como  aquel  di^e,  son  muy  necessarios.  Bien  veo  que  seria  mejor  gastar  aquel 
tiempo  en  letura  de  Sanctos,  sed  non  omnes  capiunt  verbum  istud;  y  pues  estas 
materias  no  las  han  de  dexar  los  mo^os  mejor  es  que  tengan  estos  buenos  auctores 
donde  ceuandose  en  la  elegancia 'y  virtudes  de  la  poesia  dellos  se  resfrien  para 
otras  cosas;  que  ya  yo  e  conoscido  persona  que  en  semejante  afecto  se  ha  reme- 
diado con  hacer  vna  égloga,  donde  occupado  en  el  estudio  de  la  eloquencia  y 
ornato  de  aquel  po¿'ma  desahogó  honestamente  su  pena;  y  también  se  de  vn 
pintor  que  hacia  lo  mesmo  con  occuparse  en  pintar  o  el  retrato  o  alguna  buena 
inuencion  a  aquel  proposito.  Aristóteles,  gran  maestro  de  las  cosas  morales,  en  el 
VIII  de  la  Política  solamente  veda  la  música  que  enseña  cantares  suzios.  El  Car- 
denal fray  Francisco  Ximenez,  varón  piadoso  y  prudente,  en  sus  constituciones 
manda  que  lean  a  los  menores  los  primeros  quatro  meses  del  año  los  distichos  de 
Michael  Verino  o  Catón,  o  hymnos  y  orationes,  y  después  les  lean  alguna  come- 
dia de  Terencio,  como  lieaulontimorúmenoSy  Adelphorum,  la  Hecyra;  a  los  me- 
dianos los  quatro  meses  primeros  a  Sedulio,  Juuenco,  o  otro  poé'ta  christiano,  y 
después  a  Virgilio;  a  los  mayores  a  Horacio  o  Lucano  o  al  mismo  Virgilio.  Resol- 
uiendome  digo  que  ninguno  de  los  sobredichos  auctores  latinos  se  debe  vedar.  En 
los  estudios  mándese  que  no  se  lean  a  los  mochachos  los  libros  siguientes:  Catu- 
llo,  Marcial,  los  libros  de  \a.i  elegias  de  Ouidio,  los  libros  De  arte  amandi  del 
mismo  auctor,  lá  Priapeia  que  anda  al  cabo  de  Virgilio,  algunas  pocas  odas  de 
Horacio,  porque  las  demás  en  aquel  genero  son  excellentes  El  Eunucho  de  Teren- 
cio, algunas  de  las  Satyras  de  Juuenal  donde  se  reprehenden  vicios  sensuales  y 
malditos  de  aquel  tiempo,  los  quales  plega  a  Dios  no  aya  aora. 

La  segunda  parte  que  arriba  se  propuso  es  de  los  libros  vulgares,  asi  en  otras 
lenguas  como  en  la  española;  los  de  otras  lenguas  en  la  gente  ordinaria  ay  pocos 
que  los  entiendan,  y  ansi  los  tales  libros  que  tubieren  eloquencia  o  ingenio  y  las 
virtudes  de  poé'sia  que  aprouechan  para  formar  y  enriquecer  el  stylo,  como  esta 
dicho  de  los  poetas  latinos,  aunque  tengan  algunas  cosas  menos  hones.tas  o  que 
traten  ex  profeso  cosas  de  amores,  parece  no  se  deben  vedar;  exempli  gratia  los 
sonetos  de  Petrarcha,  los  Asolanas  de  Petro  Bembo,  el  libro  de  Aretefíla,  las  no- 
uelas  de  Joan  Bocatio,  los  Cánticos  de  Ausias  Marco  en  catalán  y  otros  semejan- 
tes, cuyos  authores  son  hombres  sabios  y  honestos  y  qu2  hicieron  aquellos  libros 


220  REVISTA    DE    ARCHIVOS 

para  mostrar  su  ingenio  con  buenos  intentos.  En  las  noueias  de  Joan  Bocatio  a\ 
algunas  muy  deshonestas,  y  por  esto  sera  bien  que  se  vede  la  translación  del  las  en 
romance  sino  fuese  expurgándolas,  porque  las  mas  deilas  son  ingeniosissimas  y 
muy  eloquentes;  entre  estos  puede  hacerse  memoria  del  libro  de  Teagenes  y  Cha- 
riclea,  el  de  Leucippe  y  Chitophon,  el  de  Ismenio  e  Ismene,  escritos  mas  ha  de  qua- 
trocientos  años  por  auctores  griegos  con  ingeniosissimos  y  honestos  argumentos^ 
trasladados  por  hombres  doctos  en  lenguas  vulgares.  En  estos  allende  de  la  elo- 
quencía  ay  mucha  doctrina. 

De  lus  vulgares  del  romance  español  (en  los  quales  ay  mayor  peligro,  por  ser 
cosas  que  entienden  lodos)  ay  que  considerar  tres  ordenes:  vn<js  son  devotos  que 
tratan  de  religión;  para  estos  son  algunas  de  las  reglas  generales  sobredichas.  Otros 
son  de  cauailerias  y  cosas  ungidas,  los  quales  porque  están  sin  artificio  y  sin  eru- 
dición y  se  pierde  el  tiempo  en  ellos  sera  bien  que  no  los  aya.  ecepto  los  quatro 
libros  primeros  de  Amadis,  que  por  ser  muy  bien  compuestos  y  tratarse  en  ellos 
\nos  amores  muy  castos  y  la  fatiga  en  que  se  vido  vn  Key  (aunque  cuerdo)  por  la 
in:»ratitud  que  vso  con  vn  excellente  cauallero,  y  los  demás  auisos  que  en  ellos 
ay,  los  han  trasladado  en  todas  las  lenguas.  Ay  también  algunos  tratados  que 
aunque  escritos  con  honestidad  el  subjecto  son  cosas  de  amores,  como  Celestina^ 
Cárcel  de  i4??ior,  Question  de  amor,  y  algunos  desia  forma,  hechos  por  hombres 
sabios;  algunos,  quiriendo  imitar  estos  han  escrito  semejantes  obras  con  menos 
recato  y  honestidad,  como  la  Comedia  Fiorinea,  La  Thebayda,  La  resurection  de 
Celestina  y  Tercera  y  Quarta  que  la  continuarían;  estos  segundos  todos  se  deben 
vedar,  porque  dicen  las  cosas  sin  arte  y  con  tantos  gazefaiones  que  ningunas  ore- 
jas honestas  los  deben  sufrir.  De  los  primeros  destos  digo  lo  mismo  que  de  lus  de 
latin. 

La  tercera  orden  son  poesias  antiguas  y  modernas;  de  las  antiguas  ay  vna  carta 
del  Marques  de  Santillana  escrita  a  Don  Pedro,  0)ndesiable  de  Portugal,  donde 
haze  vn  cathalogo  de  los  poetas  de  su  tiempo  y  de  antes  del  que  en  vulgar  escri- 
uieron  desta  materia.  De  las  modernas,  que  ay  muchas,  no  vei>  quien  aya  hecho 
esta  diligencia;  destos  se  puede  decir  lo  que  dixo  Marcial  de  lus  poetas  epigramma- 
tarios  de  su  tiempo:  Sunt  bona  qua:dam,  sunt  mediocrian  sunt  mala  multa;  aliter 
non  constat,  Auite,  (iber.  En  nuestras  coplas  de  amores  se  han  dicho  muchas  agu- 
dezas y  también  muchas  liuiandades  e  impertinencias;  podria  algún  hombre  de 
buen  juicio  diputado  para  esto  dcxar  algunos  y  quitar  otros.  La  Diana  de  Monte- 
mayor  con  utras  d(^s  que  la  han  continuado  son  cernícalos  de  uñas  enlreueladas. 
parte  coplas,  parte  prosa:  quisieron  imitar  la  Arcadia  de  Sanazaro,  pero  infeliz- 
mente; tienen  ingenio,  muy  poco  artificio,  tratan  la  liuiandad  mas  descubierta- 
mente, por  donde  mugeres  las  leen  mucho;  libros  son  que  se  pierde  poco  en  que 
no  los  aya.  Solo  vna  cosa  querria  se  aduirtiese  en  esto;  que  auiendo  en  la  lengua 
española  tan  buenos  ingenios  está  muy  falta  de  libros  bien  escritos  y  que  la  ubie- 
ran  illustrado,  como  se  ha  hecho  en  la  italiana  y  en  la  francesa,  y  si  algunos 
pocos  ay  en  semejantes  materias  pudiéndose  sufrir  no  se  debrian  quitar;  tales  son 
la  primera  Celestina,  las  obras  de  Boscan,  las  de  Garcilaso,  las  de-  D.  Diego  de- 
Mendoza  /  y  las  de  aquellos  auctores  que  están  en  el  Cancionero  general  que  se 

I  Tachado:  obras  de  Diego  de  .San  Pedro,  del  comendador  Román,  de  Gueuara  y  otras  dcsta 
manera  que  solían  andar  co  el  Cangionero  general  que  se  imprimió  en  tiempo  de  los  Reyes  Oa— 
tholicos,  las  quales  todas  son  muy  elegantes  y  honestas  y  agudas,  fuera  de  vnas  pocas  que  esta— 
uan  al  cabo,  que  vienen  quitados  en  el  Cancionero  que  se  imprimió  en  Anrers. 


BIBLIOTECAS   Y   M'JSEOS  221 

imprimió  en  tiempo  de  los  Reyes  calholicos,  con  que  se  quite  del  las  que  el  cata- 
logo de  Kspaña  manda.  Asi  mesmo  las  coplas  de  Rodrigo  Cotia,  del  viejo  enamo- 
rado; el  Triumpho  de  amor  de  Aluar  Gómez  de  Mendoza,  que  aunque  tratan  cosas 
de  amores  traíanlo  como  fíenle  prudente  y  sabia:  y  en  íín  algunos  libros  han  de 
quedar  para  occupar  la  gente  sensual  que  no  sabiendo  occuparse  en  cosas  mas  altas 
por  fuerza  an  de  tener  algunos  manjares  gruessos  en  que  se  entretengan,  y  es 
impossible  según  nuestra  naturaleza  que  gente  jouen  y  cortesanos  \  ¡ejo->  que  tienen 
esto  por  gala  no  hagan  siempre  semejantes  poemas  disfrazados  de  mil  maneras 
para  escaparse  de  incurrir  en  las  censuras.  De  (larciiaso  se  decir  que  compile  con 
los  poé'tas  latinos  y  que  con  gran  felicidad  los  ¡mita  y  le  pueden  leer  las  virgines 
Vestales,  y  asi  seria  gran  perdida  para  el  'usire  de  nuestra  lengua  vedar  sus  obras. 
Lo  mismo  digo  de  las  de  Don  Diego  de  Mendoza  quanto  a  la  imitación  de*auctores 
antiguos  y  la  agudeza  de  conceptos,  aunque  la;  de  Garcilaso  lleuan  ventaja  en  ser 
mas  lisas  y  mas  fáciles  y  con  mas  propriedad. 

Ksto  es  lo  que  se  me  ha  ofrecido  que  dezir  en  esta  materia,  en  lo  qual  puedo 
muy  fácilmente  engañarme  por  faltarme  mejor  espiritu  y  mas  doctrina,  y  asi  me 
sujeto  al  mejor  juizio  y  principalmente  a  lo  que  el  Santo  Officio  ordenare. 

Por  la  copia, 
M.  S.  Y  S. 


III 

CARTA   DH  JKRÓMMO  DM  VICH 

r.MBAJADOH   KN  POMA  DE   l.(iS  HKYES  CATÓLICOS,  SOBHK  l.\  E.NFERMEDAO  DE  JUIJO  II 
Y   ELECCIÓN  DE  Kl  TIRO  Sl.CESOR   > 


Jueues  a  los  wi  dcste  Agosto  escreui  a  Vuestra  Alteza  la  dolencia  del  Rapa,  la 
qual  se  continua  y  se  teme  que  presto  dará  fin  a  sus  dias  2.  Aqui  fago  y  faré  todos 
los  aper(^ebimienlos  possibles  para  que  la  elección  sea  libre  y  aproposito  de  Vues- 
tra Alteza,  y  he  escrito  a  los  Cardenales  de  Santa  Cruz  3  y  de  (2ossencia4  ahunque 
no  lo  merecen,  y  tengo  por  cierto  que  Cossencia  fará  lo  que  deue  al  seruicio.de 
Vuestra  Alteza  y  procuraré  con  esperan<;as  que  el  Cardenal  de  Santa  Ouz  faga  lo 
mismo,  ahunque  del.no  confio  punto.  Pero  por  ventura  por  temor  de  no  perderse 
del  todo  y  por  reconciliarse  con  Vuestra  Alteza  fará  algo  de  lo  que  cumple.  Tengo 
para  mi  por  constante  que  esta  ha  de  ser  vna  negociación  la  mas  laboriosa  de' 
mundo,  a  causa  desta  cisma  que  tenían  comeníjada,  porque  los  Cardenales  cisma- 
ticos  ^  pretenden  que  los  nueuos  cardenales  que  el  Papa  crió  no  son  Cardenales. 
Yo  creo  que  nunca  el  Collcgio  se  conformará  en  fazer  Papa  de  franceses,  ni  tam- 
poco español,  pt^rque  de  amas  partes  haurá  mucho  contra  peso,  y  assi  creo  que 
uernan  en  algún  ytaliano,  de  los  quales  vnos  son  de  voluntad  francesa  y  otros 
española;  de  la  francesa  los  que  concurrirán  son  el  Cardenal  de  Flisco  y  el  de  Final 
que  son  peores  qQe  franceses;  de  la  voluntad  española  concurrirán  San  Jorge  f»  y 

I  Bib.  Nac.  Mss.  P.  V.  Ful.  C  40,  oúm.  8.-2  Julio  II  murió  el  2!  de  Febrero  de  i5i3.— 3  Don 
Bernardino  de  Carvajal.— 4  Francisco  Borgia.— 5  Los  Cardenales  cismáticos  eran  los  que  habían 
asistido  al  (^.onoiiiábulo  de  Pisa,  y  por  consiguiente  los  partidarios  de  Francia.  Despojados  de 
su  dignidad  por  Juüo  II,  su  intervención  en  el  cónclave  había  de  ser  contradicha  por  el  par- 
tido enemigo  do  Luis  XII  y  amigo  de  Kspaña. — 6  Cardenal  Riario. 


222  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

Rijoles;  está  la  diffícultad  en  ganar  estos  >  tállanos  que  son  neutrales,  para  lo  qual 
faré  mas  de  poder;  puede  Vuestra  Alteza  embiarme  a  mandar  lo  que  íuere  su  ser- 
uicio  cerca  desto  y  si  le  pareciere  algunas  cartas  para  que  yo  pueda  dar  a  Carde- 
nales, que  aqui  se  pornan  los  sobrescritos  de  los  que  allá  Vuestra  Alteza  no  tiene 
noticia.  Tengo  preuenidos  a  los  Cardenales  que  están  en  Ñapóles  y  al  Cardenal 
Adriano  »  y  he  escrito  a  Fabricio  2  que  venga  aqui,  que  está  en  Abrumo,  y  he  es- 
crito al  Visorey  que  faga  venir  a  Próspero  3;  esperólos  cada  ora;  he  apercibido  estos 
Coluneses,  y  los  principales  dellos  que  de  presente  aqui  se  fallan  me  han  dicho  que 
no  tenga  cuydado  desta  ciudad,  que  ellos  la  ternan  como  cumple;  que  yo  prouea 
en  lo  de  fuera  si  franceses  viniessen;  yo  los  he  confortado  que  en  lo  del  campo  no 
piensen,  que  Vuestra  Alteza  se  falla  con  muy  gran  potencia  y  assegurará  el  campt» 
para  qué  la  elección  sea  libre,  y  creo  qiíe  la  potencia  de  Vuestra  Alteza  será  freno 
para  que  franceses  estén  quedos  y  se  faga  libre  la  elección,  pero  haurá  grandissima 
difficultad  en  buscar  persona,  porque  certifico  a  Vuestra  Alteza  que  si  a  mi  con- 
ciencia y  arbitrio  lo  dexassen  yo  no  p(»dria  con  sana  conciencia  eligir  hombre  deste 
Collegio.  Dios  Nuestro  Señor,  cuya  es  la  causa,  lo  encamine  a  su  seruicio.  Quairo 
dias  ha  murió  Estefano  Zenuchi,  vanquero  que  respondía  por  el  vaneo  de  Valla- 
dolid,  y  el  vaneo  ha  quebrado,  y  por  esto  despachan  mercaderes  este  correo,  y  a 
la  hora  que  parte  está  el  Papa  en  dispusicion  que  los  médicos  no  le  dan  vida  de 
XII  oras;  yo  estoy  a  punto  para  despachar  bolando  a  Vuestra  Alteza  en  muriendo 
el  Papa.  Esta  noche  passada  murió  el  Cardenal  de  San  Climente  4.  El  Duque  de 
Urbino  ^  está  en  Palacio  y  diz/?n  que  tiene  mucha  gente  apercebida  para  ponerse  en 
recaudo  en  muriendo  el  Papa.  En  Roma  xxiii  de  Agosto  sábado  vna  horade  noche 
de  Dxi.  Vich. 

Esta  carta  hauia  de  leuar  un  correo  que  hauia  de  despachar  el  vaneo;  hase 
dilatado  y  hela  dado  a  este  correo  que  passa  de  Ñapóles,  porque  a  la  hora  que 
passa,  el  Papa  está  fatigado  y  ha  recebido  esta  mañana  los  sacramentos  y  créese 
que  esta  noche  morirá.  Vuestra  Alteza  me  puede  bolando  proueer  de  carta  y  de  lo 
que  mas  fuere  su  seruicio,  como  sobre  muerte,  por  ganar  tiempo,  ahunque  en  es- 
pirando despacharé  correo  propio.  En  Roma  domingo  a  medio  dia  xxiiii  de  Agosto 
de  DXi.  Vich, 

Por  la  copia. 

F.  N.  S. 


IV 
LIBROS  MANUSCRITOS  O  DE  MANO 

[DE  LA  BIBLIOTECA  DEL  CONDE   DE  GONDOMAR] 


(continuación) 
HISTORIAS  DE  PORTUGAL 

Rui  DE  PINA.  Chronica  de  Don  Juan  2.**  Rey  de  Portugal,  en  portuguez.  F.' 
HiERONiMo  Franchi  Connestaggio.  Union  del  reyno  de  Portugal  con  la  corona  de 
Castilla.  F."  y  otros  discursos. 

I    Adriano  de  Utrcch,  preceptor  de  Carlos  V.— 2  Fabricio  Colonna.— 3  Próspero  C.olonna.  - 
4  Francisco  Argentino,  Obispo  de  Concordia.— 5  Francisco  María  della  Ro  veré,  Vicario  de  Pesaro 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


2l3 


Relación  de  lo  que  ha  passado  entre  (laslilla  y  Portugal  desde  que  se  dio  en  feudo 
por  el  Rey  Don  Alonso  el  ó."  hasta  que  el  Rey  Djon  Alonso  el  décimo  a\(;n  el 
vasallaje.  F.**  y  otros  tratados  tocantes  á  las  cosas  de  Portugal. 

Descargo  de  las  conscicncias  de  los  Reyes  de  Portugal. 

HiSTORiAdeMarcoTullioCalabres  que  quiso  hazerse  don  Sebastian  de  Portugal.  F." 

Historia  del  Pastelero  que  se  nombro  Rey  de  Portugal.  4.° 

HISTORIAS   DE  LOS  ROMANOS   Y    DE  OTROS   REYNOS   Y  DE  COsAs  SLCEDIDAS 

KN   EL    MLNDO 

Quinto  Ci  rcio,  Historia  de  Alexandro  Magno.  F.° 

Quinto  Cl  rcio,  Libro  3.**  de  la  dha.  historia.  4.' 

Arpiano  Alex andrino.  Historia  de  las  guerras  civiles  de  los  Romanos.  4." 

CoRNELio  Tácito,  libro  primero  de  los  Anales.  4.° 

Don  Antonio  i>e  (jleiara  Obpo.  de  Mondoñedo.  Vida  del  buen  Kmperador  'Ira- 

jano,  y  de  los  demás  hasta  .Alexandro.  Sin  fin.  4." 
SiM.MARio  de  las  Vidas  de  los  12  Kmperadorcs  primeros.  4.* 
Cjuiliei.mo  Bldeo  de  Asse  (que  era  vna  moneda  de  los  Romanos.  Van  juniu  cl 

(Compendio  de  la  fortuna  por  Martín  de  (x)rdoua.  Los  Trabajos  de  Hercules, 

etc.  4." 
Franc.  GncciARDiNo,  Historia  de  Italia.  4.** 
Circuito  del  Reyno  de  Sicilia  y  de  las  prouincias  que  tiene.  4.* 
DisciRso  sobre  la  monarquía  Ecclesiasiica  de  Sicilia. 
Historia  de  la  batalla  que  uvo  entre  los  Christianos  de  Antiochia  y  los  Moro*»  y 

Turcos.  F." 
I-iBRo  famosíj  llamado  c<jnquisia  del  Vltramar.  F.** 

Historia  de  los  Reynos  Je  Francia.  F.*'  I-ibro  muy  antiguo  y  sin  principio. 
Ordenanzas  hechas  por  los  Reyes  de  Francia.  Traduc.  por  el  Secretario  <jra- 

cian.  F." 
Historia  de  los  quatro  mayores  Principes  del  mundo.  F." 
Costas  del  mar  Océano.  F." 

Juan  de  Coluna  de  Roma.  Mar  de  las  historias.  F." 
Historia  del  Rey  Henrique  8."  de  Inglaterra.  F." 

Libro  que  trata  del  viaje  de  Turquía.  F."  A  y  dos  deslos  del  mismo  autor.  F.** 
Historia  de  los  Turcos.  F." 
Historia  de  Troya.  4.^  Sin  principio. 
El  2.'  libro  de  las  Illustraciones  de  la  (ialia  y  singularidades  de  Troya.  Traduc, 

por  Pedro  Barrantes  Maidonado.  4.** 
Memorial  tripartito  de  antigüedades  de  varios  reynos.  4.®  por  un  Religioso  de  la 

orden  de  Sto.  Domingo.  4.* 
Ji  AN  BoEMo  Alba  NO,  Espejo  de  Repúblicas,  siuc  de  moribus  gentium.  4.* 
Cosas  notables  sacadas  de  varias  historias.  4.** 
Libro  de  varias  historias.  4."* 

Valerio  Máximo,  Hechos  y  dichos  de  ¡Ilustres  varones  Griegos  y  Romanos.  F.* 
El  mismo.  F.*,  sin  principio. 

historias  sagradas,  etc. 

Vida  de  n7o.  Sr.  Jesu  Christo.  F.*  2  volum.  en  catalán. 
Alonso  de  Viixeoas,  FIos  Sanctorum.  F.* 


224  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

S.VN  Juan  Damasceno,  Historia  de  Barlaam  y  Josaphat.  F.° 

CoRONiCA  del  monasterio  de  S.  Benito  el  Real  de  Sahagun.  F.® 

Sancho  de  Pleli.es,  Historia  de  nra  Señora  de  Monserrate.  F.** 

Vida  de  la  madre  Teresa  escrita  por  ella  misma.  4.* 

F.  Diego  de  Paz,  Historia  de  los  mártires  SS  Facundo  y  Primitiuo.  4.® 

Vida  y  milagros  de  San  Antonio  el  magno.  4.® 

Hegla  de  la  orden  de  San  Augustin.  4.° 

Relación  de  los  Traslados  de  las  Bullas  de  Cister.  4.* 

Regla  de  la  orden  de  la  Concepción  de  nra  Señora.  4.°  Va  junto  vn  papel  suelto  de 

la  misma  materia. 
Billa  de  Santa  Cruzada.  4.° 
L'BRo  de  las  Indulgencias  concedidas  a  la  Reyna  de  España  Doña  Ana.  8.°  iSjS. 

-HISTORIA    DE    LAS   ORDE.NES    Y    CAUALLERIAS   DE    CALATRAUA,    ALCÁNTARA, 

SANTIAGO    Y    TUSÓN. 

Historia  de  ia  orden  y  Caualleria  de  Alcántara.  F.^ 

Historia  de  la  orden  y  Caualjeria  de  Calatraua.  F.** 

Definiciones  de  la  orden  de  Calatraua.  4.* 

Constituciones  de  la  orden  de  Calatraua.  4.° 

Historia  de  la  orden  y  Caualleria  de  Santiago.  F.° 

Traslado  de  la  Conseruatoria  de  la  orden  de  la  Caualleria  de  Santiago.  4.° 

Leyes  de  la  orden  de  Santiago.  F.° 

Priimlegios  de  los  Papas  concedidos  a  la  orden  de  Santiago.  F.**  en  latín. 

OrdeSan(;as  de  la  orden  y  caballería  del  Thuyson.  4.° 

CONSTITICIONES  SINODALES 

Libro  antiguo  llamado  Constitución  Sinodal.  4.® 

Constituciones  Sinodales  por  Don  Gaspar  Quiroga  Obpo.  de  Cuenca.  F.*  1374. 

LIBROS  tocantes  A  LAS  COSAS  DIUINAS 

Libro  de  la  doctrina  Christiana.  F.° 

Tratado  de  las  cosas  que  son  menester  para  seruir  a  Dios.  F.* 

Kxemplos  espirituales  ordine  Alphabetico.  F.° 

Juan  el  \ie\o  de  Toledo.  Memorial  demostrando  por  la  ley  vieja  como  es  venido  el 

Messias.  F.° 
Bonauentura.  Regla  de  los  nouicios,  y  Humberto. sobre  la  regla  de  S.  Augustin.  F.*^ 
Libro  de  vicios  y  virtudes.  F.° 
Sermones  de  D.  Juan  de  Tauera  Card.  de  Toledo. 
Bartolomé  de  Villalua.  Norte  Episcopal.  F.° 
Pedro  Fernandez  de  Frías.  Peregrinaje  de  la  vida  humana. 
Carta  del  Papa  Pío  2. Jo  al  Emperador  de  los  Turcos.  F.° 
Hi  (iuicio  de  Suo.  Espejo  de  la  Iglesia.  F.° 
F.  BuiL  o  Remond  Li  ll  De  la  vida  coniemplatiua.  Tratado  de  la- oración  mental 

etc.  4.° 
Antonio  da  Madre  de  Deus.  Casos  reseruados.  4.°  en  portugués. 
Juan  Pérez  de  Vargas.  Manual  de  Auisos.  4.* 
F.  Bernal  Oliver.  Espertamiento  de  la  voluntad  de  Dios.  4.* 
Tratado  de  la  Missa.  etc.  4.° 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  325 

F.  Juan  de  Vjllagarcia.  Dialogo  llamado  Cadena  de  Oro.  H.*" 

Fr.  Francisco  de  Villalobos.  Sobre  el  propheta  Isaías.  8.* 

Diálogos  sobre  los  tormentos  de  la  vida.  8.° 

CoLLOQUio  entre  el  Chrisliano  y  el  Judio.  4." 

F.  Juan  Benito  Guardiola.  Tratado  de  las  gracias  y  virtudes  de  cualquier  l*rin- 

cipe  Christiano.  4.° 
Obras  y  trataiios  diíYerentes  del  P.  F.  Juan  Benito  Guardiola.  4/'  3  volum. 
Obras  y  tratados  differentes  del  P.  F".  Juan  Benito  Guardiola.  F."  2  ví)luni. 
F.  Juan  García  de  Castro.  Regimiento  de  los  Principes.  F.*' 
Doctrinal  de  los  Caballeros.  F.** 
SuMMA  de  casos  de  Consciencia  en  Portugués.  F.*^ 
Sermones  de  f.  Cornelio  Musso  Obpo.  de  Bitonto,  traduc.  de  Italiano  por  el  Lic.'í^ 

Pedro  de  Santanna.  4." 

LIBRO  DEL  ARTE  MILITAR 

Veüecio.  Tratado  del  arte  militar.  F."  . 
Pedro  de  Alúa.  .Ardides  y  Stralagemas  de  guerra.  F.*' 
LiYS  GiTiERREz  DE  LA  Ve<íA.  .Milicía  Kspaño!a.  4.** 
Opiniones  militares.  4.* 
Jr.\N  Ramírez.  Libro  de  .Artillcria.  4.' 
Libro  del  .Arle  militar.  4.'' 
Don  Sancho  dk  Loik^no.  Arte  militar. 

Ji.  AN  Pérez  de  Vargas.  Memorial  de  las  cosas  que  ^c  deu*."-.  rer/.cdiar  e:i  las  g'iar- 
das  de  gente  de  armas.  4.*' 

l:bros  de  fHiLOS'»i'h;A  ^  de  otras  •.  xfí^s  smí  *.í,:\> 

Boecio.  De  :a  C'.  nsolaci-^n  de  )a  Phi.osophia.  F." 

Lí.  M  de  Phil«'>'-'pr.:a.  V.'  en  ca'.eian. 

Séneca.  De  Bía  Beata.  F.''  O  de  !a  . ;da  bienauer.t^rada. 

Séneca.  De  \  \¡l  Beata.  \r .'  O  de  ia  /Ja  r  en  a -^  en: -rada. 

D:rrEPEN7ES  '. T  ra^  de  Sereba.  '.  a  •  jrv    T  j  !  o  f,  .e'  .r.  Jv  O:*  ,       ;.   'J-:  ia  ".  e«f:/. 

F."  :.T.p:es>o  cr.  5yE:'-.,.:a  ir  vi. 
T:  LLioCi.Fi-v,-..  htfyi^^  ',,  V: 
Ti.ll::-  C:-.ef  .-..  DeOtr..,..  F. 
TviLii,  C:   ps-.*..   Para:  ^  a-  O'a.     '    :-  'jí-.   /     Ma'.-:-:;.. '.a':¿  J'A  a '.  ^.-.a-".  tr 

e:c.  i.^ 
Las  Eth  .-•  -e  Ar  s:v:e!eí  er.  P   .Ti'.t.  r. 
Arist-'.'Tíiií  L-.t:  «a,  i/ 

Austcte:  •-.  D:-  ^er.e-a:    r.t  t"  .   T-r:  —  t.  i 
pEDfo  S;v    ■  Abi'  .  i--»  ra-e  -e   a  :'      v-;'  a  r,a:-ri..  1  ' 
Ty.KZAi^'.    zt    a  .^'     .■:'  a  r.a" -'a  .  .'.-v.  ',^a   >   Tr,e....^a  ,,".1, :,»:-.' .  :■,'  *. 

Pey  D  '  •^k'.'.'.  e   .^'a^-o-'-a    -'      a  ^- a  -t  S    T'    .-a-   ...'."a  '>*'.*• 

Íes.  4-^ 

.  *♦  >s  :.?.  ::^"'in.7?v  fr-.T»»-'** 

Don  .Aif,  ^v.  :^£  ',  f.-  . «.  T'arü.  r-r  z"'.  «.ca  '.  —ti.-  -t-  Y  ' 
Dr-N  J-.  A^.  \-.f'^  .    ?. z.  S»*::,'*r-,i  i*  '-.trj-  -a-  r/' 
F.  !>:£.>:  ic  ^£í>£:,4í.  '*ívr.vt  5t  Sa,^¿-  r/ 


226  REVISTA    DE   ARCHIVOS  • 

Christoi  AL  DE  ViuLAiON.  El  Schülaslico  en  el  qual  se  forma  vna  academia  repú- 
blica. F.»» 

CoLLECciON  de  cosas  differentcs.  F." 

Platica,  secretos  y  Árbol  de  Remon  de  Lull.  F.* 

Kl  Bachiller  de  la  Torre.  Vision  deleytable.  F.* 

Villalobos.  Libro  de  cosas  morales.  F.® 

Dehesas  de  su  Mag.ti  y  su  Mesa  maestral  de  la  orden  de  Santiago  y  prouincia  de 
León.  F." 

LiBPo  de  Archiieclura.  F.** 

Apophtheíímas  y  prouerbios  glossados.  F.° 

Tratado  de  la  nobleza  y  valeniia.  4.° 

León  Hebreo.  Diálogos  ce  Amor.  F.° 

Pedro  de  Horozco.  Tratado  de  Duello.  F.° 

Andrés  Tir  aíslelo.  Sobre  las  leyes  matrimoniales.  F.*  re  opilado  por  Diego  de  Aguijar 

Tomas  Moro,  E utopia  o  República. 

Alfonso  de  Toledo.  Inuencion  de  las  cosas.  F." 

Libro  Malhematico  del  Asirolabio.  F." 

Libro  Décimo  de  Lucio  Viiruuio  de  las  machinas  y  Valerius  Probus,  de  nolis  Vc- 
lerum  Romanorum  interpretandis  etc.  F.* 

Tratado  de  Juan  de  Mena.  F.°  es  letra  muy  escura. 

iJiANDE  Licena]  Question  o  dialogo  de  la  felicidad  entre  el  Obpo,  Lucena  el 
Autor  y  Juan  de  Mena.  4."  no  tiene  principio. 

DisciRSo  de  natiuilatibus  o  de  los  nascimientos.  4.® 

Libro  antiguo  de  ca9a  de  las  aues.  4.** 

I-iBRo  de  ca<;a  de  aues.  4.° 

Declaración  de  las  3o  piezas  ricas  de  la  tapiceria  bordada  que  se  hizo  en  Bruse- 
las, año  1570. 

Librillo  en  12."  largo.  Arte  de  sastres  y  instrucción  para  cortar  vestidos. 

Regimiento  para  sauer  altura  da  estrela  do  norte.  4.®  en  Portugués. 

C0NSTITLC10NES  del  Obispado  de  Cuenca  por  el  Obpo.  Don  Gaspar  de  Quiroga. 
F.*  1574. 

Lista  de  la  milicia  general  de  la  Cyudad  de  Toro  y  su  tierra.  F.® 

Ordenanzas  de  la  Ciudad  de  Toro.  F.* 

Memorial  de  las  escrituras  que  están  en  el  arca  de  Concejo  de  la  Cibdad  de  Toro.  F.' 

Papeles  tocantes  a  la  ciudad  de  Toro.  F.° 

Cuentas  del  Consejo.  F.® 

Memorial  de  los  libros  de  Don  Alonso  Osorio.  F.® 

Pleyto  de  Don  Henrique  de  Guzman  Conde  de  Oliuares.  F.* 

Capitllos  y  decretos  de  la  Santa  inquisición.  F.® 

Memorial  del  pleyto  de  los  Herederos  de  Juan  Pascual  y  el  Lic.do  Valdcs  con  el 
Lic.do  Varrionueuo  de  Peralta.  F.* 

Registro  de  negocios  del  Duque  de  Sessa  tocantes  al  Estado  de  Milán.  F.®  i558. 

Cartas  de  diferentes  Señores  y  Lugares  para  la  Ciudad  de  Burgos  en  tiempo  de  las 
comunidades  etc.  y  cartas  de  Adriano  Papa  6.**  antes  que  fue  electo.  F.* 

Cartas  de  Juan  de  Vega  al  Emperador  Carlos  V,  año  1644.  4^*  4^-  47»  f^** 

Cartas  de  Reyes  y  otras  cosas  curiosas.  F.® 

Cédulas  y  cartas  del  Rey  Don  Phifippe  2.®  ai  L¡c.*io  Antolincz  siendo  Regente  del 
rey  no  de  Galicia,  desde  el  año  1379  *^*sta  i585.  F.* 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  227 

Relaciones  y  discursos  de  differentes  cosas  locantes  especialmenlc  al  f<eyno  de 

Portugal.  K.^ 
Cartas  del  Rey  Don  Philippe  2. Jo  para  Rodrigo  Vázquez  tocantes  a  la  succssion 

de  Portugal.  F.° 
Papeles  tocantes  al  pleyto  de  l^ortugal.  F." 
Carta  executoria  del  Rey  Don  Philippe  S.**  Año  i3ch>  F.° 
Captas  de  Reyes  y  Principes  y  la  historia  de  Boemia  de  Hnea  Siluio.  F.° 
Cartas  de  differentes  Principes  a  la  Reyna  Margarita;  son  parabienes  del  parto  etc. 
El  AiMENTo  del  Trato.  F."  traducido  de  yngles. 

Relaciones  de  despachos  de  la  Reyna  de  Inglaterra  desde  el  año  1 58o  hasta  iíVo3.  F." 
Cartas  del  Duque  de  Alúa  desde  el  año  iSóy  hasta  i582. 
Cartas  y  papeles  differentes  tocantes  al  Lie. do  Alonso  Ramírez  de  Prado  fiscal  del 

Consejo  de  Hacienda.  F.*' 
Papeles  tocantes  a  Don  Pedro  de  Franqueza,  Conde  de  Villalonga,  y  los  cargos  que 

le  pusieron.  F."  2  vols. 
Papeles  y  cartas  del  Dr.  Gómez  Pérez  de  Santillan  que  visitó  a  la  casa  de  la  con- 
tratación de  Seuilla.  F." 
Pedamos  de  Historias  de  Antonio  Pérez.  F.° 

1*APELES  y  cartas  de  Don  Alonso  de  Agreda- del  Consejo  Real  de  Castilla.  F.'* 
Reííistro  de  Escrituras  de  Francisco  Manuel.  F." 
Papeles  tocantes  a  las  Indias  Occidentales.  F." 
Dos  DiscjRSos  sobre  las  cosas  de  Francia,  traducidos  de  francés.  F." 
Discursos  y  relaciones  differentes  y  cartas  para  Diego  López  de  Ayala  C>anonigo 

de  Toledo  i523.  etc. 
Memorial  que  la  villa  de  Madrid  dio  al  Rey  sobre  la  mudanza  de  la  corte  etc?  F." 
Tratados  de  paz  y  confederaciones  entre  differentes  Reyes.  F.® 
(^vRTAsdeDon  Luys  de  Requesens,  gouernador  que  fue  de  Flandes  por  el  Rey 

Don  Phelippe  2.*í£> 
Fundación  del  Monasterio  de  San  Lorenzo  el  Real  en  el  Escorial  por  el  Rey  Don 

Phelippe  2. do 
Relaciones  Arbitrios  y  otros  papeles  tocantes  a  la  hazienda  Real.  F.°4  volumines. 
(".ARTAS  y  papeles  differentes  y  el  testamento  del  Marques  de  Poza,  Presidente  que 

fue  del  Consejo  de  la  Hacienda.  F.°  3  volumines. 
Papeles  differentes  tocantes  a  la  hazienda  Real  y  al  Lie. Jo  Paulo  de  la  Laguna. 

F."  3  volumines. 
Libro  muy  antiguo  de  Prouisiones.  F.° 

Libro  donde  se  toma  la  razón  de  las  exempciones  que  se  dan  de  Huespedes.  F.** 
(Martas  y  auisos  de  Principes  y  personas  Illustres.  F.° 
Cartas  del  Rey  Don  Philippe  2.^0  a  Garzia  de  Arze  capitán  general  que  fue  de 

Guipúzcoa  y  Gouernador  de  Fuenterabia  desde  el  año  1569  hasta  iSX;.  F.**  Son 

4  volumines. 
Cartas  de  Don  Juan  de  Austria  y  otras  personas  a  Garzia  de  Arze.  F.° 
Cartas  y  papeles  tocantes  a  Garzia  de  Arze.  F.*'  2  volum. 
(Martas  de  differentes  personas  a  Juan  Ruyz  de  Velasco.  F.*  Son  G  volumines. 
Relaciones,  discursos  y  papeles  locantes  a  differentes  cosas  curiosas.  F.*  Soa  47 

volumines. 
Papeles  y  discursos  differentes  sobre  las  cosas  de  Italia.  F.°  Son  2  volumines. 
Relaciones  y  descripciones  de  algunos  lugares  del  Reyno  de  Ñapóles.  F.® 


228  BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 

Relaciones  discursos  y  papeles  diffe'renles  a  las  cosas  y  gouierno  del  Estado  de 

Milán.  F.*  21  volumines. 
Libro  de  mano  de  I>on  Luys  de  Castilla  sobre  cosas  differentes;  es  su  letra  de  Don 

Luys.  F.« 
Cartas  de  differentes  personas  escritas  al  Duque  de  Lerma  desde  el  año  de  1601 

hasta  el  de  1606.  F.°  son  38  volumines. 
Papeles  differentes  y  consultas  tocantes  a  las  cosas  y  hazienda  del  Duque  de 

Lerma.  Año  de  1604  ^^c.  F.* 
•Cartas  de  differentes  personas  a  Don  Rodrigo  Calderón,  Marques  que  fue  de  Siete 

yglesias.  F.®  Año  1602.  i6o3.  1604. 
Cartas  de  differentes  personas  escritas  al  S.r  Don  Lope  de  Acuña  en  el  año  1572 

y  otros.  F.®  son  8  volumines. 
Papeles  tocantes  al  Sr.  Dqn  Lope  de  Acuña  y  de  sus  seruicios  y  hazienda.  F.^'etc. 
(3artas  de  differentes  personas  al  Sr.  Don  Lope  de  Acuña  y  a  mi  Señora  Doña 

Constan9a  de  Acuña  y  Auellaneda  su  hija.  F.° 
Cartas  del  Sr.  Don  Lope  de  Acuña  y  de  otras  personas  differentes  para  Don  Pedro 

de  Acuña.  F.*  son  3  volumines. 
<2artas  de  differentes  personas  para  differentes  personas.  F.® 
<^ARTAS  de  differentes  personas  escritas  al  Sr.  Don  Diego  Sarmiento  de  Acuña  que 

oy  es  Conde  de  Gondomar  y  del  Consejo  de  Estado  y  guerra  de  su  .Mag.<i  etc. 

comien9an  las  cartas  desde  el  año  1692  hasta  el  de  1620.  son  143  volumines. 
Cosas  de  Bayona  desde  el  año  iSgS  hasta  el  de  161 3. 
Relaciones  discursos  y  otros  papeles  curiosos.  1.°  son  16  volumines. 

Por  la  copia, 
M.  S.  Y  S. 

ESTADO  DE  LA  UNIVERSIDAD  DE  ALCALÁ 

DESDE  sr  FrND.VCIÓX  H.XSTA  EL  AÑO  i8o5 


(gontlnuación) 

II 

Instituidores  y  agreoadores  posteriores. 

Fl  doctor  Valles,  médico  de  cámara  que  fué  del  rey  nuestro  señor,  y  Doña  Jua- 
na de  Vera,  su  muger,  por  escritura  otorgada  en  Madrid  á  12  de  Agosto  de  1687 
<iispusieron  que  faltando  sucesores  legítimos  de  los  llamados  en  dicho  instrumento 
la  Universidad  de  Alcalá  heredase  todos  los  juros  que  dejaba  vinculados  para  acre- 
centar con  ellos  todas  las  cátedras  de  la  Universidad  repartiéndolas  á  la  porción 
que  ellas  tuviesen;  v  la  casa  que  tenian  en  la  calle  de  Santiago  de  esta  ciudad  que- 
rían que  fuese  para  el  catedrático  mas  principal  de  Medicina  en  calidad  de  usufruc- 
tuario. 

Don  Gabriel  de^Zayas,  secretario  que  fué  del  rey  nuestro  señor,  por  su  testa- 
mento otorgado  en  Madrid  á  3  de  Marzo  de  iSgS  fundó  una  capellanía  perpetua  en 
-el  Colegio  de  estudiantes  enfermos  de  esta  Universidad  dejando  por  patronos  al 
Rector  y  Consiliarios  de  la  misma. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  229 

El  Excmo.  Sr.  Duque  de  Lerma  con  la  facultad  del  rey  D.  Felipe  11  y  con  cor.» 
sentimiento  y  aprobación  del  claustro  pleno  celebrado  el  9  de  Agosto  de  1601  fun- 
dó en  esta  l'niversidad  dos  cátedras  de  Teologia  de  la  escuela  de  Santo  Tomás 
para  que  las  obtuviesen  y  las  regentasen  los  frailes  de  la  orden  de  Santo  Domingo 
con  sujeccion  á  los  estatutos  de  la  l'niversidad  y  cumplimiento  de  las  condiciones 
Con  que  se  celebró  la  concordia  para  dichas  cátedras  á  las  que  señaló  el  duque  seis 
mil  ducados  de  principal  para  que  se  comprasen  3oo  ducados  de  renta  anual,  los 
aoo  para  la  cátedra  de  Prima  y  kh)  para  la  de  Visperas;  cuya  erección  v  donación 
se  confirmó  por  el  Papa  Paulo  V  en  2O  de  Septiembre  de  161 3,  y  en  el  dia  por  la 
rebaja  general  de  juros  goza  de  salario  dicha  catead ra  de  Prima  i.i 56  reales  v  16  ma- 
ravedís, y  la  de  Visperas  578  reales  y  8  maravedís,  vellón. 

El  limo.  Sr.  1).  Lorenzo  de  Otaduy,  colegial  que  fué  del  .Mayor  de  esta  rni\er- 
sidad  y  obispo  de  Avila,  por  haber  sido  colegial  artista,  teólogo,  y  mayor  v  cate- 
drático de  Arles  y  de  Prima  de  TeoNjgia  en  esta  l'niversidad,  hizo  una  pia^'osa 
fundación  de  ió.chx)  ducados  de  principal  con  los  que  se  compraron  varios  juros 
en  favor  de  las  seis  cátedras  de  Teologia,  con  la  carga  de  una  misa  cada  semana 
que  habian  de  celebrar  los  regentes  de  dichas  cátedras  por  turno,  suplicand<j  á 
Dios  por  la  conservación  de  la  doctrina  católica  en  esta  l'niversidad  y  porque  pro- 
vea siempre  á  estos  reinos  de  reyes  católicos  prolectores  de  esta  l'niversidad  como 
consta  del  testimonio  de  la  fundación  en  18  de  Enero  de  1Ó17. 

El  licenciado  Estevan  Sánchez,  natural  de  Pezuela,  por  su  testamento  otorgado 
en  Madrid  á  i>5  de  Junio  de  iór8  fundo  una  Memoria  de  Estudios,  para  dos  estu- 
diantes naturales  de  aquella  villa,  en  que  ordena  que  si  llegasen  á  ser  Cí)legiales  ar- 
tistas ó  teólogos  de  la  l'niversidad  de  Alcalá  se  den  por  cada  uno  cada  año  12,0  »<> 
maravedís  al  (.olegio  mayor  de  San  Ildefonso. 

El  doctor  Don  Alvaro  de  Villegas,  colegial  may<jr  de  San  Ildefonso,  de  esta  l'ni- 
versidad, canónigo  magistral  de  la  Sania  iglesia  IVimada,  en  virtud'de  bula  del  Papa 
rrbaio  \II1  á  9  de  Diciembre  de  i<')2r»,  dio  al  convenio  de  (>armeliias  descalzos  de 
osla  ciudad,  2o.ch)0  ducados  por  el  patronato  de  la  capilla  mayor  de  dicho  Con- 
vento en  que  se  había  de  enterrar,  trasladando  los  huesos  de  sus  padres  sin  que 
otro  alguno  pudiese  enterrarse;  y  nombró  por  patrono  al  rector  de  dicho  <>olegi.j- 
l'niversidad  y  que  en  reconocimiento  de  tal  patronato  se  le  diera  á  dicho  rector 
en  un  día  señalado  del  año  una  vela  de  cera  blanca. 

El  doctor  Don  Andrés  Knrriquez  de  \'il legas,  catedrático  que  fué  de  Prima  de 
Teologia  de  esta  Tníversídad  y  canónigo  de  esta  iglesia  magistral,  dejó  la  hacienda 
que  poseía  en  la  villa  de  Torrejon  de  Velasco  para  c^uq  la  renta  de  ella  la  perci- 
biese el  catedrático  de  Prima  de  Teología  de  esta  TnÍNersidad  y  que  en  el  caso  de 
que  este  catedrático  fuese  religioS'/,  sirviese  dicha  renta  para  el  de  la  cátedra  si- 
guiente y  asi  de  los  demás,  pues  era  su  voluntad  sirviese  esta  fundación  para  cate- 
drático seglar  por  la  ma>or  costa  que  tienen  los  seglares  en  su  manutención,  como 
Consta  de  su  testamento  otorgado  en  Alcalá  á  20  de  Diciembre  de  H)2(j. 

La  reina  Dona  Mariana  de  Austria  fundó  dos  cátedras  de  Teología  de  Prima  v 
X'isperas  para  !os  religiosos  de  la  Orden  de  la  (Compañía,  por  su  real  cédula  de  23 
de  Julio  de  lóóy  para  enseñar  la  escuela  jesuítica;  cuya  fundación  se  admitió  por 
el  claustro  pleno  de  esta  L'niversidad  con  las  mismas  condiciones  que  había  admi- 
tido las  cátedras  del  duque  de  Lerma  para  los  dominicos,  señalando  la  religión  de 
la  Compañía  para  mantener  esu^s  catedráticos  2ch.>  ducados  para  el  de  Prima  y  100 
para  el  de  Visperas,  hipotecando,  para  la  seguridad  de  esta  dotación,  todos  los 


23o  REVISTA  DE    ARCHIVOS 

bienes  y  rentas  del  colegio  que  la  religión  tenia  en  esta  ciudad.  Kstas  dos  cátedras 
quedaron  extinguidas  por  real  cédula  de  12  de  Agosto  de  1768. 

En  el  año  de  1672  representó  el  claustro  pleno  de  esta  l'niversidad  al  Supremo 
(.onsejo  que  hasta  entonces  no  se  habia  erigido  en  esta  Universidad  cátedra  alguna 
de  derecho  civil  por  haberlo  prohibido  el  venerable  fundador  en  su  Constitución  b'j 
y  que  la  enseñanza  de  esta  Facultad  se  habia  reducido  á  las  lecturas  extraordina- 
rias, por  lo  que  para  complemento  de  este  Estudio  general  se  concediese  facultad 
para  erigir  dos  cátedras  de  ínslituta  civil,  á  cuyo  fin  presentaban  medios  fáciles 
para  su  dotación  sin  locar  á  los  de  la  fundación  de  la  l'niversidad;  lo  que  se  con- 
cedió por  el  Consejo  en  17  de  Diciembre  del  mismo  año,  dando  la  licencia  necesa- 
ria para  fundir  las  dos  cátedras  de  ínstiluta  civil  que  se  conocen  hoy  en  esta  Tnivcr- 
sidad,  las  que  se  dotaron  con  la  r^'nta  de  un  efecto  contra  las  sisas  de  la  villa  de 
Madrid  de  25.ooo  reales  de  principal  al  ocho  por  ciento,  que  producian  entonces 
2.oo:>  reales  de  renta  anual  para  las  dos  cátedras,  pero  por  la  rebaja  de  dichos 
efectos  de  villa  al  dos  y  medio  por  ciento  solo  se  cobran  hoy  Ó25  reales  que  se  re- 
parten en  dichas  dos  cátedras  á  3i2  1/2  reales  cada  una. 

El  doctor  Don  Gerónimo  de  Escobar  Sobremonte  y  Cisneros,  vecino  de  esta 
ciudad  de  Alcalá,  inquisidor  apostólico  del  tribunal  de  Toledí),  otorgó  su  testa- 
mento en  dicha  ciudad  á  28  de  Septiembre  de  Uk)o  ante  (ieronimo  Aranda,  escri- 
bano, y  por  el  fundó  cierto  mayorazgo  llamando  para  su  goce  varias  lineas  de  sus 
parientes  y  faltando  estos,  al  colegio  mayor  de  San  Ildefonso  para  que  fundase 
una  cátedra  de  leyes. 

(Continuará),  Por  la  copia, 

Julio  Melgares  v  xMarín. 


NOTAS  BIBLIOGRÁFICAS 


L*liuiii%iLÍste  hétéroloze  catalán  Pjlro  Oiblés,  par  Ed.  Boekmfh  et  A.  Mo-. 
rel-Fatio.— (Extrait  du  Journal  des  Savants  (Julio-Septiembre  1902). 

Un  humanista  español,  mal  biografiado  por  Bayle  y  por  Moreri,  desconocidt» 
del  insigne  Hübner  é  incompletamente  estudiado  por  Mrs.  Bernus  y  Besson,  halló 
por  fin  en  los  autores  citados  en  el  titulo  quien,  recogiendo  noticias  fehacientes, 
pusiera  de  relieve  una  personalidad  cuyo  mórito  atestigua  la  correspondencia  en 
que  estuvo  con  D.  Antonio  Agustín  y  con  Arias  Montano,  con  el  Obispo  de  Tor- 
losa  D,  Juan, Bautista  Cardona,  con  Pedro  Juan  Núñez,  con  Casaubon  y  Cujas. 

Utilizando  un  interrogatorio  de  iSqS  descubierto  en  los  Archivos  nacionales  por 
Mr.  Bernus,  han  fijado  su  verdadero  nombre  de  Gales,  la  fecha  aproximada  de  su 
nacimiento  (i537)  en  Ulldecona  y  los  nombres  de  sus  padres,  Juan  Gales  é  Isabel 
Reyner. 

En  varias  esciielas  de  Italia  y  Francia- enseñó  filosofía  y  jurisprudencia,  y  por 
sus  profundos  conocimientos  del  hebreo,  griego  y  latín,  mereció  que  D.  Antonio 
Agustín  le  introdujese  como  interlocutor  en  los  famosos  diálogos  De  emendatione 
Gratiani.  Debía  constituir  el  fondo  de  su  carácter  una  absoluta  independencia  de 
juicio  en  materias  teológicas,  porque,  disidente  de  las  opiniones  de  Calvino  como 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS  23 1 

de  las  del  catolicismo,  su  espíritu  se  aferraba  por  igual  á  toda  idea  de  libertad  que 
le  ofrecía  así  la  antigüedad  pagana  como  el  cristianismo. 

.  Su  heterodoxia  le  llevó  por  fin  á  las  cárceles  de  la  Inquisición  española,  donde 
murió,  sin  abjurar  sus  opiniones,  por  los  años  iSgS-qS.  Así  lo  han  demostrado  los 
autores  de  este  opúsculo,  valiéndose  de  papeles  de  la  Inquisición  existentes  en  los 
archivos  de  Madrid  y  de  Simancas  y  restableciendo  la  verdad  entre  el  aserto  de 
Sabot  que  suponía  muerto  á  Gales  en  los  Pirineos  y  el  de  Meursius  que  afirmaba 
haber  sido  quemado  vivo  por  la  Inquisición. 

En  resumen;  el  trabajo  de  los  Sres  Boehmer  y  Morel-Fatio  es  un  buen  artículo 
que  podrá  utilizarse  un  día  para  el  Diccionario  bio^rájico  español  que  nos  sigue 
faltando. 

A.  P.  Y  .M. 


Sanctus  Franciscus  Borgia  quartus  Gandís  dux  et  societatis  Jesu  Praepositus 
generalis  lertius.— Mairiti.  Typis  Avrial.  1894  á  k>o3.— Dos  vols.  4.®  de  842  y 
xxviii-772  págs. 

La  notable  publicación  Monumenta  histórica  Sticictatis  Jesu  acaba  de  dar  á  luz 
el  tomo  2."  de  San  Francisco  de  Borja;  el  primero,  imprest)  en  1894,  contiene  gran 
número  de  documentos  referentes  al  tercer  duque  de  tjandía  D.  Juan  de  Borja, 
padre  de  San  Francisco,  á  los  pontífices  de  este  apellido  Calixto  III  y  Alejandro  VI 
y  en  general  á  todos  los  Borjas  del  reino  de  Valencia;  acompañan  á  este  tomo  un 
índice  onomástico  de  personas,  otro  geográfico  y  otro  de  los  documentos  en  él  re- 
señados. 

El  2."  tomo  comprende  ^04  carias  suscritas  por  San  Francisco  con  el  titulo  de 
Marqués  de  Lombay  en  un  periodo  desde  i535  hasta  el  8  de  Febrero  de  i543  en. 
las  que  trata  de  asuntos  de  Estado  como  virrey  de  Cataluña;  á  partir  del  12  de 
Febrero  de  este  año  lirma  las  cartas  con  el  título  de  Duque  de  Gandía  que  heredó 
de  su  padre  y  trata  en  éstas  de  asuntos  particulares,  de  la  fundación  del  Colegio  de 
Gandía  y  de  su  ingreso  en  la  Compañía  de  Jesús  después  de  muerta  la  marquesa  su 
mujer  I).*  Leonor  de  Castro.  La  mayor  parte  de  estas  cartas  están  dirigidas  al  Em- 
perador Carlos  V.  al  príncipe  I).  Felipe,  á  San  Ignacio  de  Loyola,  al  Cardenal  Ta- 
vera  y  á  Francisco  de  los  (>obos.  La  ultima  parte  del  t()mo  contiene  la  correspon^ 
dencia  dirigida  á  San  Francisco  por  el  Emperador  y  personas  arriba  citadas.         ^ 

Las  fuentes  de  donde  se  han  tomado  los  documentos  que  contiene  esta  obra 
son:  El  archivo  de  Simancas  de  donde  se  han  sacado  copias  de  muchas  cartas  ori- 
ginales é  inéditas.  Los  archivos  nacionales  de  París,  el  de  la  Corona  de  Aragón,  el 
del  Vaticano,  el  de  Estado  de  Ñapóles,  los  municipales  de  Valencia  y  Gandía  y  el 
ducal  de  la  casa  de  Alba;  sin  contar  una  porción  de  documentos  que  están  en  po- 
der de  particulares. 

La  sola  enumeración  de  estas  fuentes  demuestra  la  labor  ímproba  que  supone 
reunir  tantos  documentos  dispersos  y  publicarlos  en  ordenada  serie,  conveniente- 
mente anotados  para  que  pueda  el  lector,  salvando  distancias  y  dificultades  paleo- 
gráficas,  estudiar  la  personalidad  de  un  hombre  que  tanto  iníluyó  en  los  aconteci- 
mientos de  su  época,  ora  militando  á  las  órdenes  del  César  en  el  principado  de  Ca- 
taluña, ora  dirigiendo  las  huestes  de  San  Ignacio  como  General  de  la  (Compañía. 

V.  V. 

3.'  ÍPOCA.— TOMO   VIII.  17 


232  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

Ziouis  XZt  Jean  II  et  la  révolutioii  catalane  (1461-1473),  par  Joseph 
Calmette. — Toulouse.  E.  Privai.  Tomo  VIII  (2.'  serie)  de  la  Biblioteca  meri^ 
dional,-'^\2  págs.  8.°,  de  las  que  el  texto  ocupa  410.  El  resto,  hasta  la  38i,  los 
documentos  justificativos;  3  págs.  de  Introducción.  índice  de  fuentes  y  alfabéti- 
cos de  lugares  y  personas  citadas. 

La  erudición  y  la  crítica  del  autor  de  esta  obra,  empleadas  durante  largas  ex- 
cursiones por  los  archivos  de  España,  "Portugal,  Francia,  Inglaterra  é  Italia,  con 
un  conocimiento  completo  de  las  fuentes  y  una  competencia  en  la  utilización  de 
los  documentos  de  que  ya  se  vieron  muestras  en  las  columnas  de  esta  Revista, 
han  dado  por  resultado  lo  que  se  llama  un  buen  libro,  de  gran  interés  para  nos- 
otros. 

Después  de  una  descripción  clara  y  seductora  de  las  libertades  y  prosperidad  de 
<-ataluña  al  advenimiento  al  trono  de  Luis  XI,  el  autor  va  exponiendo  con  envi- 
diable acierto  los  sucesos  de  la  Revolución  catalana,  trazando  con  imparcialidad 
absoluta  los  retratos  del  Príncipe  D.  Carlos,  de  D.  Pedro  de  Portugal  y  de  los  an- 
gcvinos,  sin  que  ni  por  un  momento  apele  á  las  sensiblerías  y  á  los  desmedidos  en- 
comios, tan  usados  al  hablar  del  desgraciado  Príncipe  y  de  su  hermana,  ni  haga 
cuestión  de  patriotismo  el  juzgar  la  ambiciosa  y  torpe  conducta  de  Luis  XI,  obsti- 
nado en  la  conquista  de  Cataluña  para  Francia.  Respecto  á  D.  Juan  II,  su  juicio  es 
tan  certero  como  desapasionado:  un  astuto  diplomático,  algo  á  lo  Chamberlain,  con 
un  fin  grandioso  tenazmente  seguido  en  favor  de  su  reino,  y  fríamente  dispuesto 
á  emplear  sin  escrúpulo  todos  los  medios,  hasta  I03  reprobados,  para  conseguir 
aquel  objeto. 

Finalmente,  el  estudio  concienzudo  de  los  documentos  permite  al  autor  colo- 
car en  su  verdadero  punto  la  debatida  cuestión  del  Tratado  de  Bayona  respecto  á 
los  Condados  del  Rosellón  y  Cerdaña.  Por  no  conocerle  bien  c  ignorar  las  graves 
modificaciones  que  introdujo  en  la  Obligación  de  Sal pat ierra,  los  historiadores 
españoles,  desde  Zurita  hasta  Lafuentey  Gazanyola,  han  llegado  á  una  conclusión 
verdadera  por  medio  de  deducciones  ilógicas,  sosteniendo  que  D.  Juan  II  no  había 
empeñado  los  Condados,  sino  las  rentas,  y  que  la  ocupación  armada  de  los  lerri- 
lorios  por  los  franceses  fué  una  violación  de  los  acuerdos.  Los  franceses,  por  igual 
motivo,  desde  Cazeneuve  hasta  Henry,  de  una  deducción  lógica,  han  sacado  una 
conclusión  falsa,  haciendo  consecuencia  inevitable  y  justa  del  empeño  de  las  rentas 
el  de  los  Condados,  y  acusando,  por  tanto,  de  perfidia  y  mala  fe  á  D.  Juan  II. 

Con  pena  renuncio  á  extractar  á  alguna  de  las  consderaciones  generales  que  el 
autor  expone  en  la  Conclusión^  porque  es  un  resumen  en  que  con  perspicacia,  ló- 
gica y  claridad  extraordinarias  se  juzgan  las  causas  de  los  importantes  sucesos  de 
aquel  periodo  de  nuestra  historia,  preparación  de  la  unidad  española  y  del  glorioso 
reinado  de  los  Reyes  Católicos,  dispuesta  con  tesón  y  habilidad  suma  por  la  fina 
diplomacia  y  el  temperamento  de  acero  del  monarca  aragonés. 

Merece  este  libro  el  más  leal  y  sincero  elogio,  y  debe  recomendarse  á  los  espa- 
ñoles que  deseen  conocer  sin  prejuicios  la  verdadera  historia  de  España. 

A.  P.  Y  M. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  233 

Be  Bernardo  Sancti  anillelmi  filio  (844?)  (Tesis  leída  en  la  Facultad  de  le- 
tras de  París),  por  Mr.  J.  Calmette.— Tolosa.  Ed.  Privat.  1902.-8.%  iió  pá- 
ginas. (Latín.) 

Interesa  este  trabajo  á  los  españoles  por  tratarse  de  un  Conde  de  Barcelona» 
según  se  le  nombra  en  cierta  carta  de  Pipino  del  año  826. 

La  celebridad  de  su  padre,  Guillermo  de  Tolosa,  sus  victorias  contra  los  moros, 
su  cargo  de  í-amarero  de  Palacio,  la  conspiración  contra  su  persona,  de  que  escapó 
refugiándose  en  Barcelona;  su  desafío.  ct»mu  juicio  de  Dios,  á  los  detractores  de  su 
honra:  y  después  de  tan  altos  carg<js  en  la  corte  de  Ludovico  Pió,  su  prisión  y  su 
muerte  por  orden  de  Carlos  el  (^alv(;,  dan  á  esta  biografía  una  importancia  que  ha 
sabido  realzar  el  Sr.  Calmette  con  su  acertada  crítica. 

A.  P.  Y   M. 

SI  Milagfro  del  Corpus  (tradici('>n  scgoviana).  Leyenda  en  varios  romancL's,  por 
Ricardo  Torhfs  Va  i  i.k.  Segovia.  Imp.  del  Diaria  de  Aviaos,  11J02.— «.**,  3o  págs. 

Amante  el  Sr.  Torres  Valle,  distinguido  Oficial  del  Cuerpo  de  Archiveros,  de 
las  glorias  y  tradiciones  de  su  patria,  la  ciudad  de  Segovia,  ha  celebraJo  en  la 
presente  l.tyenda  el  milagro  realizado  allí  en  el  siglo  xv  cuando  los  judíos,  eter- 
nos enemigos  de  Cristo,  quisierc^n  profanar  una  santa  Forma  puesta  en  sus  man'.»-» 
por  la  villanía  de  un-  sacristán.  Son  de  alabar  en  ella  el  sentimiento  relig'oso  lju-j 
la  inspira  y  no  pocos  fragmenií)S  escritos  con  facilidad  v  elegancia. 


M.  S.  Y  S. 


VARIEDADES 


.•\Lb'.N\AMA.  Según  dice  el  /.o/tj/;?.  los  e\ca\  acior.cs  que  se  están  haciend(j  e  1 
ei  anfiteatro  de  Met/  han  dado  lugar  á  un  Jesoubrimicnio  arqueoji'jgico  de  grandí- 
sima importancia  para  el  cstudi*»  religioso  hisTÓrico  de  aquella  ciudad.  Kn  un  sub- 
terráneo del  aníiteatro  han  hallad"  una  iglesia,  construida  allí  desde  tiempo  inme- 
morial. Según  todos  los  datos  \  apreciaciones  í'ormadas  sobre  ellos,  se  trata  de  un 
templo  Cristian»),  quizá  el  priinen;  de  aquella  región.  Sus  dimensiones  son  reduci- 
das, y  es  inútil  buscar  en  él  estilo  alguno:  sólo  se  trata  de  un  subterráneo  transfor- 
mado en  templo  con  la  a\  uda  de  algunas  columnas. 

.\R(iK\TI\A  (l<epública».  Según  dice  A7  Pti/\,  de  Buenos  Aires  jisde  Kne- 
ro  ii>>?),  se  h:i  descubierto  en  Cayastá,  por  D.  Miguel  Escalada,  una  jarra  de  piala 
en  el  sitio  que  «fue  la  primera  ubicación  de  la  capital  de  Santa  Eé*;  dicha  jarra, 
que  pesa  ^o  kilogramos.  perieneJi»),  según  se  ha  cnn^itatacin,  al  famoso  Conquista- 
dor Juan  ( jaray. 

kSPAXA.  Cnnifui.  En  voraz  incendio  deslruv»)  en  el  mes  pasado  la  iglesia 
parroquial  de  Santa  María  de  Dejo,  enclavada  en  las  inmediaciones  de  Mera  y  per- 
teneciente al  Ayuntamient»)  de  (>leiros.  Kué  reconstruida  por  el  gran  f*relad'.)  <  íel- 
mírez.  Más  tarde,  en  1  njo,  volvió  a  ser  reparada,  y  no  hace  muchííS  años  que  ha- 
bía vuelto  á  sufrir  necesarios  arreglos. 


a34  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

Madrid.  El  día  i3  de  Febrero  falleció  en  Madrid  el  insigne  crítico  de  Bellas  Ar- 
tes B.  José  FemiUidei  JiméneSf  acaso  el  más  grande  de  nuestros  estéticos,  una 
de  cuyas  originalidades  es  que  no  ha  dejado  sus  ideas  consignadas  en  libros  que 
las  conserven  para  enseñanza  de  las  generaciones.  Sin  buscarlo,  inconsciente- 
mente, se  había  labrado  una  reputación,  y  apenas  se  cuentan  tres  trabajos  suyos 
que  perpetúe  la  imprenta.  Fué  el  primero  de  estos  trabajos  un  artículo  acerca  del 
arte  arábigo,  que  se  publicó  en  la  revista  hl  Arte  en  Españdy  donde  apareció  fir- 
mado con  el  seudónimo  de  Iban.  Ocupó  distinguidos  puestos  en  la  carrera  diplo- 
mática y  desempeñó  el  cargo  de  subsecretario  del  Ministerio  de  Estado.  Ka  muerto 
á  los  setenta  años,  siendo  desde  hace  cuatro  director  del  Museo  de  Arte  Moderno. 
En  la  Institución  Libre  de  Enseñanza,  y  últimamente  en  la  Escuela  de  Estudios  Su- 
periores del  Ateneo,  ha  explicado  conferencias  notabilísimas  por  la  elevación  y  ori- 
ginalidad de  los  conceptos  y  la  viveza  con  que  hacía  resaltír  los  rasgos  más  carac- 
terísticos de  las  obras  de  arte  que  presentaba.  Sus  conferencias  úlliífías  sobre  ar- 
quitectura y  las  anteriores  sobre  pintura  italiana,  serán  inolvidables  para  quienes 
tuvieron  la  dicha  de  escucharlas.  Académico  electo  de  la  de  Bellas  Artes  de  San  Fer- 
nando, había  presentado  su  discurso,  labor  personalísima  de  muchos  años,  sobre 
la  escultura  granadina  de  los  siglos  xvi  y  xvii,  y  es  lástima  que  no  haya  tenido 
ocasión  de  leerlo  públicamenle.=El  insigne  académico  Sr.  Conde  de  Casa- Valen- 
cia ha  publicado  la  Necrología  del  poeta  Zorrilla,  escrita  por  encargo  de  la  Real 
Academia  Española.  Es  un  trabajo  que  no  desmerece  de  otras  obras  de  tan  aplau- 
dido escritor  y  que  demuestra  relevantes  dotes  literarias.^=Un  admirable  cuadro  de 
Goya»  el  retrato  del  canónigo  Llórente,  autor  de  La  historia  de  la  Inquisición,  ha 
sido  adquirido  en  3o.O(X>  pesetas  por  un  extranjero.  Ese  retrato  es,  quizás,  uno  de 
los  mejores  que  pintó  Goya.  Lo  triste  es  que  ese  cuadro  pudo  adquirirlo  el  Gobier- 
no para  el  Museo  en  S.ock)  pesetas.=El  21  de  Febrero  dio  una  conferencia  en  el 
Circulo  de  San  Luis  Ooniaga,  de  Madrid,  el  General  D.  José  Gómez  de  Aricche. 
Trató  de  La  mujer  en  la  guerra  de  la  Independencia.  Después  de  recordar  algunos 
hechos  relacionados  con  los  comienzos  de  su  carrera,  entró  de  lleno  en  el  asunto, 
y  señalando  distintos  episodios  de  la  guerra  de  la  Independencia,  refirió  el  acto  de 
energía  realizado  por  la  hija  del  conde  de  Cervellón,  rasgando  un  pliego  que  hu- 
biera comprometido  á  varias  personas,  salvándolas  así  de  la  furia  del  pueblo  de 
Valencia;  enumeró  los  actos  de  heroísmo  y  caridad  de  las  mujeres  zaragozanas,  y 
recordó  las  luchas  de  las  mu/eres  de  Gerona,  Sevilla,  Utrera  y  Cádiz,  cuyo  esfuer- 
zo contribuyó  á  sostener  el  ánimo  de  los  hombres.=D.  Enrique  Serrano  Fatigati 
dio  otra  conferencia  en  el  Centro  del  Ejército  y  de  la  Armada,  el  día  i3  de 
Febrero,  desenvolviendo  el  tema  Representaciones  gráficas  de  las  guerras  me- 
dioepales  en  las  miniaturas  y  relieves  españoles.  El  ilustre  catedrático  y  elocuente 
orador,  después  de  un  brillante  exordio  sobre  el  valor  histórico  que  atesoran  las 
miniaturas  y  relieves  que  se  conservan  en  nuestros  monumentos  y  edificios  más 
notables,  se  ocupó  detenidamente  de  los  de  Santa  María  de  Naranco  (en  Oviedo) 
que  recuerdan,  sin  duda,  la  batalla  sostenida  por  Ramiro  I  contra  los  normandos, 
y  de  los  códices  del  siglo  x.  Ciló  el  manuscrito  del  monasterio  de  Silos,  trazado  en 
la  transición  del  siglo  xi  al  xii,  manifestando  que  de  la  batalla  de  las  Navas  de  To- 
iosa  sólo  se  conservan  reflejos  sueltos  en  algunas  esculturas,  mientras  que  la  del 
Salado  la  recuerda,  casi  toda,  la  parte  exterior  de  la  capilla  de  Santa  Catalina,  en  la 
Catedral  de  Burgos.  Se  ocupó  también  de  algunos  relieves  del  claustro  de  Santa 
María  de  Nieva  (en  Segovia),  de  la  pintura  de  la  batalla  de  la  Higueruela  y  de  laK 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  235 

transformación  radical  de  ias  representaciones  gráficas  á  fínes  del  siglo  xv,  termi- 
nando con  un  párrafo  en  que  ensalzó  las  estrechas  relaciones  que  hay  entre  la  gue- 
rra y  el  arte.^El  25  de  Febrero  dio  en  el  mismo  Centro  otra  conferencia  notable 
D.  Vicente  Lampérez.  Versó  acerca  de  los  templos  fortificados  de  la  Edad  Media. 
Clasificó  los  templos  fortificados  en  castillos-iglesias,  monasterios  fortificados  y 

.  catedrales-alcázares.  En  los  primeros  predomina  el  castillo,  sin  ser  por  eso  la  igle- 
sia una  capilla.  Como  tipo,  presentó  en  proyección  y  describió  la  iglesia  de  Loa- 
rre,  en  Huesca.  Demostró  la  necesidad  que  había  de  fortificar  los  monasterios,  y 
presentó  y  describió  el  de  Poblet,  con  recinto  murado,  torres  en  los  ángulos  y  gran 
defensa  de  torres  en  la  entrada.  Hizo  breve  referencia  á  los  de  Veruela  y  de  las 
Huelgas,  que  también  exhibió.  Pasó  á  tratar  de  las  catedrales  alcázares,  diciendo 
que  como  los  tiempos  eran  de  lucha,  y  la  catedral,  por  su  estructura,  es  edificio 
fuerte,  se  presta  á  hacerlo  castillo.  Presentó  y  describió  la  torre  vieja  de  la  cale- 
dral  de  Oviedo;  la  catedral  de  Tarragona,  con  su  foriísimo  ábside;  la  de  Sigüenza, 
tipo  de  castillo  con  recinto  murado;  la  de  Zamora,  alcázar  erigido  frente  al  alcázar 
Real;  la  de  Tuy,  con  torre  maestra,  y  la  de  Avila  tipo  de  castillo  con  triple  defensa 
en  su  ábsidc.=Nuestro  querido  amigo  y  compañero  D.  Enrique  Prugcnt  ha  ingre- 
sado en  la  redacción  de  Gente  viejüy  y  acaba  de  publicar  en  la  Revista  contempo- 
ranea  (i5  de  Febrero)  un  fragmento  de  un  poema  suyo  inédito. 

Sevilla.  El  Ateneo  y  la  Sociedad  de  Excursionistas  de  Sevilla,  de  acuerdo  con  el 
Ayuntamiento  de  esta  capital,  han  publicado  el  programa  de  los  Juegos  florales 
y  de  un  gran  certamen  científico,  literario  y  artístico,  que  se  celebrarán  allí  en  el 
mes  de  Abril  próximo,  con  motivo  de  la  feria.  En  el  programa  se  detallan  los  te- 
mas que  han  de  ser  objeto  de  los  concursos  y  los  premios  que  se  otorgarán.  Ade- 
más se  concederán  dos  premios  de  5t)o  pesetas  á  la  virtud.  Los  autores  de  las  obras 
que  se  presenten  al  concurso  deberán  entregarlas  ó  remitirlas  por  correo  á  la  Se- 
cretaría del  Ateneo  y  Sociedad  de  Excursiones  antes  de  espirar  el  día  i5  de  Abril 
próximo.  Para  optar  á  alguno  de  los  dos  premios  á  la  virtud,  será  preciso  dirigir 
una  solicitud  al  secretario  general  del  Ateneo  antes  de  finalizar  el  mes  de  Marzo 
actual. 

FRANCIA.  Mr.  Demoulin,  individuo  del  Instituto  arqueológico  francés  de 
Atenas,  ha  descubierto  en  la  isla  de  Tinos  el  templo  de  Neptuno,  famoso  en  la 
antigüedad,  desenterrando  numerosas  estatuas  é  inscripciones  á  Poseidon  y  Anfitri- 
te;  monedas  de  los  años  3oo — 25o  antes  de  Cristo— en  que  se  representa  aquel  Dios 
con  el  tridente  en  la  mano  y  otras  de  Júpiter  Ammón.— mss.=Á  la  edad  de  64  años 
ha  fallecido  en  Cannes  el  jueves  3  del  actual  una  de  las  más  legítimas  glorias  lite- 
rarias de  Francia,  Mr.  Oaston  París,  administrador  del  Colegio  de  Francia,  in- 
dividuo de  la  Academia  francesa  y  de  la  de  Inscripciones  y  bellas  letras.  Aventajado 
alumno  de  la  Escuela  de  Cartas,  pronto  llegó  al  puesto  de  director  de  conferencias 

.  de  lenguas  romances  en  la  Escuela  de  Estudios  superiores  y  más  tarde  á  explicar 
en  el  Colegio  de  Francia  la  asignatura  de  lengua  y  literatura  francesas  de  la  Edad 
Media.  Bien  conocidas  son,  entre  otras,  sus  obras  magistrales  inspiradas  en  el  es- 
píritu de  la  crítica  moderna.  La  Leyenda  de  los  Infantes  de  Lara,  Tristán  é  Iseo^ 
J,  Darmesteter y  etc.  La  índole  de  sus  estudios,  dirigidos  principalmente  hacia  una 
época  en  que  tantas  relaciones  existen  entre  las  literaturas  romances  y  hasta  las  re- 
levantes dotes  personales  del  ilustre  difunto,  hace  que  lamentemos  profundamen- 
te, al  igual  de  nuestros  vecinos,  una  pérdida  tan  irreparable  para  la  literatura.=:> 

•Con  el  título  de:  Espagne:  Époque  molerae,  ha  publicado  en  la  Revue  de 


236 


REVISTV  DE  ARCHIVOS 


Synthése  historigue  el  Sr.  Leonardon,  ilustrado  conservador  de  la  Biblioteca  de 
Versailles,  una  reseña  bastante  completa  de  lo  más  importante  que  se  ha  escrito  en 
los  últimos  veinte  años  sobre  historia  de  España.  Nuestra  Revisva  en  particular 
debe  gratitud  al  autor  por  el  lisonjero  juicio  que  le  merece.  Acertados  é  imparcia- 
les son  los  que  formula  acerca  de  las  demás  publicaciones.  El  año  pasado  escribió 
también  en  el  Buileiin  hispanique  una  Selation  du  Toyage  feíit  en  1679  au- 
derant  et  ^  la  suite  de  la  reine  ICarie-Louise  d'Orleans,  femme  de 
Charlee  II,  por  el  rey  de  armas  D.  Juan  Alfonso  Guerra,  según  el  manuscrito  de 
nuestra  Biblioteca  Nacional  núm.  7862.  El  trabajo  va  ilustrado  con  notas  que 
atestiguan  una  vez  más  el  interés  con  que  estudia  nuestra  historia  el  Sr.  Leonar- 
don.— APM. 

ITALIA.  L*Iiustration  de  14  F*ebrero  igoS  publica  el  retrato  de  Dante,  que  se 
descubrió  en  la  iglesia  de  Sama  María  Novella  de  Florencia.  Forma  parte  de  un 
fresco  que  representa  el  Paraíso,  pintado  por  Bernardo  Orcagna. 

Roma.  Acaba  de  verificarse  un  importante  descubrimiento  arqueológico.  Aran- 
do los  Padres  trapenses  cierta  fmca  que  alli  poseen,  el  suelo  se  hundió  y  quedo 
manifiesto  un  arcosolium,  visitado  en  otro  tiempo  por  Kossi,  quien  había  alli  en- 
contrado restos  de  antiguas  pinturas.  Las  excavaciones  posteriores  dirigidas  por  el 
sabio  W'ilpert  han  dado  por  resultado  hallar  la  tumba  de  los  santos  Marco  y  Mar- 
celiano,  sepultados,  según  era  sabido,  en  el  sitio  llamado  ad  arenas,  y  la  de  San 
Dámaso,  cuya  inscripción  se  publicará  en  breve. 

Tl'KQL'ÍA.  En  Siria  se  acaba  de  descubrir  un  manuscrito  completo  de  los  cin- 
co libros  del  Pentateuco,  copiado  en  caracteres  samaritanos  sobre  pergamino  de  ga- 
cela. Dícese  que  es  del  año  ySS,  antes  de  la  Era  Cristiana.  Es,  por  consiguiente,  el 
más  antiguo  de  los  manuscritos  hebreos  encontrados  hasta  ahora.— M.  S.  y  S. 


CRÓNICA  DE  ARCHIVOS,  BIBLIOTECAS  Y  MUSIOS 

.Archivos  i>e  Simancas  y  Alcalá.  En  vista  de  la  solicitud  de  la  dirección  ge- 
neral de  Correos  y  Telégrafos  de  que  sea  trasladada  al  archivo  de  Simancas  ó  al  de 
Alcalá  la  documentación  más  antigua  que  existe  en  aquel  Centro,  se  ha  designado 
á  los  jefes  del  Cuerpo  de  Archiveros  y  Bibliotecarios,  D.  Vicente  Vignau  y  1).  Ri- 
cardo Hinojosa,  para  que  examinen  los  documentos  y  propongan  el  destino  que 
debe  dárseles. 

Mi  SEO  Ahoueolóoico  Na(Jonal.  En  el  número  anterior  dijimos  que  la  señora 
Duquesa  de  Denia  había  regalado  al  Museo  Arqueológico  varias  lápidas  romanas^ 
y  ho>  completamos  estas  noticias  con  mas  dalos.  Dichas  lápidas  fueron,  hace 
años,  dadas  á  conocer  por  D.  Antonio  Vives  y  nuestro  distinguido  colaborador  don 
José  Ramón  Molida,  quienes  comunicaron  noticias  y  calcos  de  ellas  al  insigne  cpi- 
graíista  Dr.  Ilübner;  éste  reconoció  en  tales  monumentos  epigráíic(ís  cuatro  lápidas 
de  .Mérida  que  se  creían  perdidas,  una  de  Caparra  y  cuatro  desconocidas. 

Entre  las  de  Merida,  ha\  una,  con  un  águila  de  relie\e,  que,  según  se  deduce  de 
la  inscripción,  adornó  el  pedestal  de  cierta  imagen  de  Venus,  erigida  por  voto  de 
un  médico  griego  llamado  Simforo,  en  el  siglo  n  de  nuestra  Era.  Otra  lápida  es  un 
fragmento  de  la  gran  inscripción  que  había  sobre  la  puerta  de  entrada  del  teatro  de 
Mérida. 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS  237 

La  inscripción  de  Caparra,  trazada  en  elegantes  caracteres  del  siglo  ii  sobre  un 
cipi)  ó  pequeño  monumento,  contiene  también  la  dedicación  de  una  Coccia  Severa^ 
hija  de  Celso^  á  su  abuela  Avita,  hija  de  Modéralo^  con  motivo  de  su  recepción 
Como  ciudadana  en  el  Municipif)  de  Capera. 

También  hay  otra  inscripción  de  un  pedestal  dedicada  al  K mperador  iVcrów. 
I.as  demás  son  sepulcrales;  una  de  ellas  del  tabulado  ó  jefe  de  los  procuradores 
de  la  provincia  Lusiiania,  Aurelio  Rufo. 

Museo  Ar^' koló«íi<:o  di:  Vai.ladoi.id.  Su  Jefe,  I).  Luis  Pérez  Rubín,  ha  pu- 
blicado en  el  Boletín  oficial  de  la  misma  ( 14  de  Febrero  i()(^3)  la  Memoria  corres- 
pondiente al  año  anterior;  de  ella  copiamos  los  siguientes  párrafos  en  que  da  cuen- 
ta de  los  trabajos  llevados  á  cabo  en  aquel  establecimiento: 

«Una  vez  concluidas  estas  obras  |de  reparaciones],  se  completó  1?  instalación  en 
la  forma  más  adecuada  y  conforme  á  la  índole  de  los  objetos,  dentro  de  la  clasifi- 
cación general,  quedando  todo  el  material  arqueol')gico  dividido  en  siete  grandes 
secciones,  quo  se  distribuyen  en  las  siete  salas  de  que  consta  el  Museo,  cuyas  sec- 
ciones son: 

I."*  Mobiliario.  2."  Objetos  pertenecientes  al  Kxcmo.  Ayuntamiento  de  esta  ca- 
pital. 3/  Kdades  h¡^tó:icas.— Vario.  4.'  Subdividida  en  dos:  a).  Restos  arquitectó- 
nicos, b).  Pintur.i.  ?."  escultura,  ó."  Con  dos  divisiones:  tj).  Indumentaria,  b).  Ta- 
pices. Y  7.'  Panoplia  y  Monetario. 

La  tercera  sección  comprende  todos  los  objetos  de  pequeñas  dimensiones,  que 
son  aquí  muy  abundantes. 

La  sala  cuarta  comprende  dos  grupos,  para  la  disposición  de  los  cuales  se  ha 
tenido  en  cuenta  el  local  y  la  cond¡ci<;n  de  los  objetos  que  no  podían  completar 
aisladamente  ninguna  sala.  La  división  hecha  en  la  sala  sexta,  como  puede  obser- 
varse, es  natural,  y  á  ella  se  han  agregado  aquellos  titiles  é  instrumentos  que  en  el 
Museo  existían  propios  del  arte  é  industria  del  tejidíj.  En  la  sala  séptima  ocurrió  la 
misma  diíicultad  que  en  la  cuarta  y  se  ha  vencido  haciendo  dos  distintas  agrupa- 
ciones, si  no  muy  atines  en  el  arte,  no  sin  cierta  relación  en  la  vida  de  los  pueblos, 
}  más  que  nada  de  gran  adecuaci<.>n  al  Icxal. 

Dado  feliz  remate  á  estas  ocupaciones,  otra  tarea  parecida  hubo  de  acometerse 
para  el  ingreso  de  doscientos  noventa  y  cuatro  objetos  que  el  F!xcmn.  Ayunta- 
miento de  esta  capital  ha  depositado  en  este  Museo  históri:o,  procedentes  dtl  de 
Zorrilla  que  aquella  ilustrada  Corpor^ición  había  coleccionado  y  han  venido  á  au- 
mentar las  riquezas  del  Arqueológico,  completando  una  sala  que  lleva  el  nombre 
de  la  Casa  (>(^nsistorial. 

Según  expuse  en  la  anterior  Memoria,  hacíase  preciso  redactar  un  Inventario 
general  en  papeletas  y  completar  ó  formar  de  nuevo  un  catálogo  razonado  más 
amplio  que  el  existente.  Ambas  clases  de  papeletas  han  recibido  gran  empuje,  den- 
tro de  su  índole,  como  en  los  partes  trimestrales  ha  podido  verse,  alcanzando  las 
del  inventario  general  el  número  63o  y  las  del  catálogo  razonado  el  410. 


238 


REVISTA  DE  ARCHIVOS 


BIBLIOGRAFÍA 


(La  lengua  es  U  base  de  clasificación  de  nuestara  Bibliografía.  En  esta  se  ijiduyen  todos  los- 
libros  de  cualquier  orden  y  los  trabajos  de  revistas  publicados  por  individuos  de  nuestro  ■ 
Cuerpo,  lo  cual  puede  servir  para  intentar  una  bibliografía  oe  éste:  los  marcaremos  con  un  *.— 
En  la  Bibliografía  de  Revistas  siempre  que  no  se  indique  el  año,  se  entenderá  que  es  el  co- 
rriente.) 

Carpintero  t  Moreno  (Hcliodoro).  ]Saguo- 
to!  Recuerdos  é  impresiones  de  una  excursión 
á  tan  gloriosa  ciudad  con  motivo  de  celebrar- 
se el  IV  centenario  de  la  Universidad  de  Va- 
lencia.—Madrid.  Librería  de  Victoriano  Suá- 
rez.  1903— 8. «,  27 págs. 

Casa  Valencia  (Conde  de).  Necrología  del 
poeta  Zorrilla.— Madrid.  Imp.  de  Fortanci. 
1903.-8.°  m.,  63  págs.— I  pía. 

Compendio  de  la  ilisioria  del  Ecuador,  por 
los  Hermanos  de  las  Escuelas  cristianas,  para 
uso  de  sus  alumnos.  9.»  erfícion.— Tours.  Im- 
prenta Mame.  1903.-16.",  78  págs. 

Costa  (Joaquín).  Oligarquía  y  caciquismo 
como  la  reforma  actual  de  gobierno  en  Espa- 
ña: urgencia  y  modo  de  cambiarla.  Memoria 
de  Sección  y  Resumen  de  la  Información  del 
Ateneo  de  Madrid  sobre  dicho  tema.  Abril- 
Junio  de  1901.— Madrid.  Imp.  du  los  Hijos  de  .M^ 
G.  Hernández.  i(p3.— 8."  m.,  2O6  págs. 

Delgado  Castilla  (.\.)  El  VioJín.  Apuntes 
histórico-físicos  de  este  instrumento  y  bio- 
grafías de  violinistas  celebres.  — .Madrid.  B» 
Rodríguez  Serra.  S.  a.  [1902].— S.**,  140  págs.— 
2  ptas. 

Duque  de  Rivas  (El).  Bosquejo  biográfico  del 
Excmo.  Sr.  Conde  de  Casa-Galindo.  Publíca- 
lo con  documentos  y  discursos  literarios  y  po- 
líticos del  Conde  la  Excma.  Sra.  Condesa  Viu- 
da de  Casa-Galindo,  Marquesa  de  (^ubas.— 
Sevilla.  En  la  oficina  de  Enrique  Rasco. 
M.  DCCCCII.-4.^  17b  págs. 

Ei.ÍAS  DE  MoLÍNS  (D.  .\ntonio).  Ensayo  de 
una  bibliografía  literaria  de  España  y  Améri- 
ca; noticias  de  obras  y  estudios  relacionados 
con  la  poesía,  teatro,  historia,  novela,  crítica 
literaria,  etc.  Literatura  ca^fe/Zan a.  — Barce- 
lona. Imp.  de  .M.  Marfany.  S.  a.  (19021.-4.'*,  167 
págs.— 3,.So  pías.  ¡Meratura  americana.  —  4.", 
55  págs.— i,5o  ptas. 

EscAi.A.NTK  (D.  Edurrdo).  Obras  dramáticas. 
Colección  completa  compuesta  de  56comed¡a^ 
y  saínetes,  ilustrada  con  más  de  100  dibujos  de 
los  Sres.  Zapatcr  y  Esircms  y  grabados  de  Joa- 
rizti  y  Maricscurcna.— Valencia.  Federico  Do- 
mencch.  |i9i.)2l.— 3  vols.  4.",  708,  710  y  424  pági- 
nas.— 30  pías. 


LIBROS  ESPAÑOLES 

[i.^  Todos  los  de  historia,  en  la  acepción  más 
amplia  de  la  palabra,  desde  la  política  á  la  cien- 
tífica, y  los  de  sus  ciencias  auxiliares,  incluso 
la  filología  y  la  lingflistica,  que  se  publiquen, 
editen,  reimpriman  y  extracten  en  la  España 
actual  y  sus  posesiones,  de  autor  español  o  ex- 
tranjero, en  cualquiera  de  las  hablas  españo- 
las, ó  en  ó  fuera  de  España,  de  autor  español, 
en  lenguas  sabias.  2.**  Las  ediciones,  reimpre- 
siones v  antologías  hechas  en  ó  luera  de  Espa- 
ña, de  íibros  de  cualquier  materia  escritos  por 
autores  ya  muertos  no  contemporáneos,  espa- 
ñoles ó  extranjeros,  en  dichas  hablas,  ó  por 
españoles  en  lenguas  sabias,  dentro  de  la  ex- 
tensión de  los  antiguos  dominios  españoles. 
3.°  Las  traducciones,  arreglos,  refundiciones 
é  imiuciones  publicadas  en  ó  fuera  de  España 

f>or  autores  vivos,  españoles  ó  extranjeros,  en 
as  mismas  hablas  ó  en  lenguas  sabias,  de  obras 
históricas  y  literarias  debidas  á  españoles  ya 
muertos.  4.'**  Los  libros  notables  originales  ele 
amena  literatura,  dados  á  luz  en  ó  fuera  de 
España  por  escritores  contemporáneos,  espa- 
ñoles ó  no,  en  las  hablas  españolas,  ó  por  escri- 
tores españoles  contemporáneos  en  lenguas 
sabias.  5."  Los  de  cualquier  materia,  siempre 
que  se  refieran  á  cosas  de  España,  publicados 
en  las  referidas  hablas  en  aquellas  naciones 
que  no  las  usan,  ó  en  las  mismas  hablas  ó  en 
lenguas  sabias  en  los  pueblos  que  usan  el  cas- 
tellano. Y  6."  Las  traducciones  hechas  por  es- 
Eañoles  ó  extranjeros,  á  cualquiera  de  las  ha- 
las españolas,  ó  por  españoles  á  lenguas  sa- 
bias, de  libros  extranjeros  históricos,  oe  cultu- 
ra general,  y  aun  de  amena  literatura  cuando 
son  obras  maestras.] 


.\raujo  y  Gómkz  (D.  Fernando).  La  Univer- 
sidad y  la  Escuela.  Organización  comparada 
de  las  Instituciones  Universitarias  y  Estadís- 
tica comparada  de  la  Instrucción  primaria  en 
todos  los  países  cultos.- Toledo.  Imprenta  y 
librería  de  Rafael  (íómcz  .Menor,  iíx>3.— 4.°  m.f 
252  págs. 

Baquebo  (Andrés).  Rebuscos.- .Murcia.  Viu- 
da de  J.  Perelló.  u.í02.— 8.°,  91  págs.  Con  foto- 
grabados. Es  el  volumen  V  de  la  Biblioteca 
de  la  Joya  literaria. 

Campoa.\iok  (D.  Ramón  de).  Obras  completas 
revisadas  y  compulsadas  con  los  originales  au- 
tógrafos bajo  la  dirección  de  los  Srcs.  1).  I'. 
González  Serrano,  Vicente  Colorado  y  .M.  Or- 
dóñez.  Tomo  V.  Doloras,  cantares  y  humora- 
das.— .Madrid.  Imp.  y  lii.  de  Felipe  González 
Rojas.  1902.-4.",  Ó23  págs.— 7  ptas. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


289 


Esteban  y  Gómkz  (D.  José).— Lecciones  de 
Historia  Universal.  Edad  Anticua.  Prelimina- 
res. Tiempos  prehistóricos.  Tiempos  proio- 
históricos.  Oriente.  Grecia.  Roma.  Segunda 
serie:  CJclo  griego.  Período  hellénico.  Período 
macedónico.— Madrid.— I  tomo  en  2  vols.  4.*, 
188-189-436  pags. 

Fern.índkz  Iglesias  (D.  Fermín).  Discur- 
so leído  en  la  sesión  inaugural  del  curso  de 
i902r9O3  de  la  Real  Academia  de  Jurispruden- 
cia y  Lejíislación.  (Tema:  El  derecho  consue- 
tudinario y  1.1  CoditicaciónJ. — Madrid.  Irap.  de 
los  Hijos  de  M.  G.  Hernández.  1903. — 8."  m., 
49  Págs. 

FuENTKS  Y  PoMK  (Javier).— Miscelánca  de 
cosas  de  Murcia.-  Murcia.  Imp.  de  Kl  Diario 
de  Murcia.  n.)02. — 8,*\  180  pág.s. 

Gi'ERRA  DE  LA  Inoependkncia;  dccumentos 
inéditos  que  pertenecieron  al  General  Casta- 
ños publicados  en  la  Revista  de  historia  y  /i- 
teratura.  Campaña  de  Andalucía  en  1808.— 
Barcelona.  Imp.  de  M.  Marfany.  S.  a.  (191)21.  - 
4.",  128  págs.— 2  pías. 

Haeckki.  (Ernesto).— Los  enigmas  del  Ini- 
verso.  Traducción  de  Cristóbal  Li/ran.  -  Va- 
lencia. F.  Sampere  y  C",  editores.  S.  a.  (1902I. 
2  vols.  8.",  2o5  y  191  pá¿^s.--2  ptas. 

Larrain  Barra  (Bruno).  Hipatia;  novela  his- 
tórica del  siglo  V  de  la  Era  Cristiana.— Santia- 
go de  Chile.  Imp.  de  El  Nuevo  Siglo.  ují)2.— 
8.",  123  págs. 

LÓPEZ  Ferreiro  (Lie.  D.  .Antonio).  Historia 
de  la  Santa  A.  M.  Iglesia  de  Santiago  de  Com- 
postela.  Tomo  V'.--Sanliago.  Imp.  y  lib.  del 
Seminario  Conciliar  Central.  1802.— 8.",  190 pá- 
ginas.—3,50  ptas. 

Malaio  (Carlos).  Filosofía  del  -Anarquismo. 
Traducción  de  Félix  i4;^;^a/i.— Valencia.  F. 
Sampere  y  C*,  editores.  S.  a.  (1902].— 8.",  188 
páginas.— 1  pta. 

PovEDA  (.\ntonío  .M.'*)  El  Derecho  en  la  vida; 
estudio-memoria*  leído  en  los  ejercicios  del 
grado  de  Doctor,  por  1).  Antonio  M.**  Poveda.— 
Madrid.  Librería  de  Victoriano  Suárez.  1903.— 
8.",  163  págs.— 2  ptas. 

Renault  (Carlos).  Las  Huelgas.  Su  historia 
y  toda  la  legislación  actual  de  Europa  y  Amé- 
rica. Versión  española  seguida  de  un  apéndice 
sobre  las  últimas  huelgas  en  España  y  el  Ex- 
tranjero, por  Rafael  tV^anó.- Madrid.  S.  a. 
(1902I.  Rodríguez  Serra,  editor.— 4.°,  341  págs. 
5  ptas. 

RiQUELME  (Daniel).  Compendio  de  Historia 
de  Chile.— Valparaíso.  Lit.  é  imp.  Sud-Ameri- 
cana  de  Babra  y  C.»  1899.-8.°,  495-xii  págs. 

Sanz  Arizmendi  (Claudio).  — Organización 
«ocial  de  Sevilla  en  el  reinado  de  .\lfonso  XL 
Tesis  doctoral.- Sevilla.  Imp.  de  F.  Albisu. 
^  J902.— F.°,  71  pá^s. 


Teresa  DE  Jesús  (Santa).  Obras  completas.  •■ 
Novísima  edición  que  da  á  luz  una  sociedad  de 
sacerdotes  devotos  de  la  santa,  teniendo  á  la 
vista  cuantas  ediciones  nacionales  y  extran- 
ieras  se  han  publicado  de  estas  obras  hasta  la 
fecha.- Madrid.  Felipe  González  Rojas,  editor. 
i(|í)2.-  -3  vols.  4.",  óyíi,  Ó79  y  759  págs.  con  lámi- 
nas a!  cromo.— 17,50  ptas. 

Vandervelde  (Emilio).  El  colectivismo  y  la 
evolución  industrial.  Traducción  de  Robcrio 
Hobert  (hijo).  -Valencia.  F.  Sampere  y  C  • 
editores.  S.  a.  (io'J2].  — 8.",  22f>  pags.  -  1  pta. 

•Mvaro  (iil  .Vlbacete. 


LIBROS  EXTRANJEROS 

I       (i."  Los  tratados  universales  y  genera.'e>  por 
naciones  y  m.nerias,  de  historia  y  sus  ciencia< 
auxiliares,  de  literatura  y  arte,  Je  filolofzía    y 
¡    lingüística,  etc.,  que  interesen  á  la  erudic¡«*ñ 
\  á  la  cultura,  publicados  en  ó  fuera  de  Esp.i- 
j    ña  por  españoles  ó  extranjeros  en  hablas  vul- 
gares no  españoles,  ó  por  extranjeras  en  len- 
guas sabias.  2."  Los  de  cualquier  materia  e  - 
criios  por  españoles  en  ó  fuera  de  España  en 
'    dichas  lenguas  vulgares.  3."  Los  de  cualquier 
i    materia,  con  tal  que  se  refieran  á  cosas  espa- 
I    ñolas,  publicado.s  por  extranj.Tos  en  ó  fuera 
de  España  en  lenguas  sabias  ó  en  habí  :s  vul- 
gares no  española>.) 

Amodko  (F.)Le  riforme  universiiarie  di  Car- 
io III  e  Ferdinando  IV  Borbonc.— Napoli.  Tip. 
de  I  la  R.  Universiiá.  1902.— 8.",  32  págs. 

Ars  moriendi.  (Folio  1."  v.)  This  ediiion  «.f 
one  hundred  was  printed  in  facsímile  at  ihe 
De  Vinne  Press  from  the  copy  in  ihe  Coluí::- 
bine  Library,  in  Seville  by  .\rcher  M.  Hun- 
tington  ninetecn  hundred  and  two.— ló  hojas 
en  folio.  Magnífica  reproducción  de  este  libro 
xilográíico,  adornado  con  curiosísimos  gra- 
bados. 

Blanc  (Barihélemy-Placide).  Souvenirs  de 
mes  voy.iges  en  .Amériquc.- Aosta.  Tip.  E. 
Duc.  1902.-16.",  333  págs. 

BooTii  ( Arthur  John).  The  discovery  and 
dccipherment  of  the  trilingual  cuneiform  ins- 
cripiions.— London.  Loogmans,  Grcen  &  Co. 
19J2.— 8." 

BouciiOT  (llcnri).  Un  ancélre  de  la  gravure 
sur  bois;  étude  sur  un  xylographe  tai  lié  en 
Bourgogne  vers  1370.— Paris.  Librairie  céntra- 
le des  Beaux-Arts  1902.— 4.**,  xii-133  pág's.  con 
5  láminas.— 20  francos. 

Bocii.LET  (.V.)  .\ncien  trésor  de  Silos.— Pa- 
ris? Impr.  Mouiiers.  n)02.— 8.<',  i5  págs. 

Bru.noileonk  (F.)  Note  sulTorigine  di  alcune 
istituzioni  giuridiche  in  Sardegna,  durante  il 
medio  evo.  Estracto  dallArchivio  Storico  Ita- 
liano. Dispensa  4.*  del  1902.— Firenze.  Tipo- 
grafía Galileiana.  1902.— 8.",  55  págs. 

Caünat  (R.)  y  Besnitr  (M.)  L'Année  épigr..- 
phíquc,    revue   des    publications    épigraphi- 


240 


REVISTA   DE   ARCHIVOS 


qucs  rclativcs  á  I'antiquité  romaine  (1902). — 
Angcrs.  Imp.  Burdin  el  C.^  1903.— 8.°,  86  págs. 
con  grabados. 

Casali  (R.).  Dclla  genealogía  di  S.  Francesco 
dAssisi.— Pcrugia,  1903.— 8.**,  96  págs. 

CoNSOLi  (Sanii).  Lauíore  del  libro  «De  ori- 
gine ct  si  tu  Germanorum*.— Roma.  Tip.  Loes- 
chcr.  1902.— 16.<>,  134  págs. 

Cosquis  (E.)  La  Légcnde  du  page  de  sainte 
Elisabeth  de  Portugal  et  le  conté  indicn  des 
*BonsConseils».— Besan^on.  Imp.  V.*^  Jacquin. 
1903.-8.'*,  42  págs. 

CuMONT  (F.í  Nouvellcs  inscriptions  du  Pont. 
Le  Puy-en-Velay.— P.iris.  Imp.  Marchessou, 
1902.— 8.**,  a8  págs. 

Cii.iRLKTY  (Sébastien).  Bibliographic  criti- 
jque  de  l'histoirc  de  Lyo<i  depuis  les  origines 
jusqua  i78.>— Paris,  Picird  et  fils.  i9:)2.— 8.0, 
vii-357págs. 

Dk  la  Trkmoille  (Duc).  Madamc  des  l'rsins 
et  la  succession  dEspagoe.  Fragments  de  co- 
rrespondancc.  Towi.  /.*''— Nanics.  Imp.  E.  Gri- 
maud.  1902.— 4.",  xxxvii-ioS  pags. 

DiGARD  ((j.)  Les  Registres  de  Bonitace  VIH. 
Recueil  des  Bulles  de  ce  Pape,  publiées  ou 
analysées  d  aprés  les  manuscrits  originaux 
des  Archives  du  Vatican.  7^"^^  tase— 1  aris. 
Fontemoing.  1903. 

Franxlin  (Alfred).  La  vie  privéc  d'autre- 
fois.  Arts,  et  métiers,  modes.  mcxurs,  usages 
des  Parisiéns  du  XII^  au  XV^IIl^  siérle,  d'aprés 
des  documents  originaux  ou  inédits.  La  vie 
de  Paris  sous  Louis  XVI.— Paris.  Plon,  Nou- 
rrit  et  C.^  1902. 

Friedmann  (P.)  Lady  Anne  Boleny.  T.  /*'" 
Vers  le  schisme.  Traduit  de  Tangíais  par  Lug- 
né-Philipon  et  Dauphin  Meunicr .  —  Tours. 
Imp.  Deslis.  1903.— 8.'*,  xxvi-360  págs. 

Gayet  (.\1.)  Exploration  d  .Vntinof  et  les 
sépultures  de  Sérapion  ct  de  ThaTs.  —  Paris. 
1902.— 4.**,  65  págs.  con  varios  cromos. 

GiULiM  (A.)  II  gran  cincelliere  Saladar  e  la 
«ua  famiglia.^Bari.  1902.-8.^ 

Jacquier  (T.)  Histoire  des  livres  du  Nou- 
veau  Testament.  T.  y.*'"— Paris.  Imp.  V.  Lc- 
«otfre.  1903.— 16.",  491  págs. 

Klbnze  (Gamillo  von).  The  treatment  of  na- 
<ure  in  the  works  of  Nikolaus  Lcnau.— Chica- 
go, The  Univcrsity  Press,  1902.— 4."  m.,  83  pa^s. 

KoRFP  (M.)Chosesd'Espagne.— Mácon.  Imp. 
Protat.  (1902J.— 16.",  30  págs. 

KrGobr  (P.)  Les  Memoires  du  présidcnt 
Krager.  Traduit»  par  Jules  lioche.  —  París. 
Imp.  de  Malherbe.  1902.— 8.**,  419  págs.  con  re- 
trato del  autor.— 7,5o  francos. 

Lagrange  (M.  i.)  Études  sur  les  religions 
sémitiques.  — Mesnil  (Eure).  Imp.  F.  Didot. 
1903.-8.0,  xii-430  págs. 

Lair  (J.)  Louise  de  La  Valliére  et  la  jeunesse 
de  Louis  XIV,  daprés  des  documents  inédits. 


jf.'  e¿/iíton.— Paris.  Imp.  Plon-Nourril  et  C^ 
1902.— 8.0, 111-459  pags.  con  grabados.— 10  fran- 
cos. 

La.mma  (Ernesto).  Di  un  t'rammcnto  di  códi- 
ce del  sec.  xv.  Di  una  canzone  pseudo-dantcs- 
ca.— Citta  di  Castello,  Imp.  S.  Lapi,  i<tu3.-- 
if).«,  81  págs. 

La  RocH¿RE(.M'"<í  de).  Les  Chatelaines   de 
Rouisillon,  ou  le  (^uercy  au  XVK  sicclc    - 
Tours.  Imp.  Mame.  (1902].— 8.",  230  págs.  con 
grabados. 

Lasteyrie  (R.  de).  Bibliographic  des  ira- 
vaux  historiques  et  archéologiques  publiés 
par  les  sociétés  sa  van  tes  de  la  France.— Paris. 
Libr.  Leroux.  1902. 

Laveille  (Le  R.  P.)  Jc»n-Maric  de  La  .Mcn- 
nais  (i78^>-i8óo).— Plocrmel.  Imp.  Sainl-Vvc.>. 
1903.-2  vols.  8.0  de  XLI-571  y  684  págs. 

Lechat  (11.)  Au  musée  de  l'Acropole  d 'Alhe- 
ñes. Études  sur  la  sculpture  en  Attique  avaní 
la  ruine  de  IWcropole,  lors  de  1  invasión  de 
Xercés.— Lyon.— Imp.  Rey.  1903.— 8.",  viii-468 
páginas  con  grabados.— 8  francos. 

LocATELLi  (.Antonio  Maria).  A  new  Jifc  of 
St.  Anthony  of  Padua.  First  english  transla- 
tion  from  the  italian  text,  by  prof.  .\rthur  de 
Rénoche.— Padova,  Tip.  .\ntoniana,  1902.  — 16.0, 
xx-202  págs. 

LoisEY  (Damase  de;.  Le  bienheureux  Diego- 
Joseph  de  CaJix,  apotre  de  l'Espagne  au 
XVIII*^  siccle.— Paris.  Imp.  Mersch.  1902.— 16.**, 
X-321  págs. 

Manno  (A.)  Bibliografía  storica  degli  Stati 
della  Monarchia  di  Savoia.  Val.  V7/.— Torino. 
Tip.  Bocea.  1902. -4.",  vi-55i  págs. 

MAHCKL(P.)SéviIle.— Melun.  Imp.  adminis- 
tra ti  ve.  1902.— 8.",  16  págs. 

Marucciii  (O.)  Le  Catacombe  di  Roma  sc- 
condo  gli  ultimi  studi  e  le  piü  recenti  scopcr- 
te.  Compendio  della  Roma  soterranea^  cun 
molte  piante  parziali  dei  Cimiteri  e  ripr^du- 
zioni  di  monumenti.— Roma.  Imp.  Desclcc.  iujt;. 
8.0,  716  págs.— 10  liras. 

Mkla.ngks  Perrot:  Recueil  de  mcmoires 
cancernant  l'archéologic  classiquc,  la  littcra* 
ture  et  Ihistoire  ancíennes.-- Paris.  Fonte- 
moing. 1903.— 4.*»,  343  páginas  con  5  fototipias  y 
36  grabados. 

MoNDOLKo(Ugo  Guido).  Gli  elemcnti  del  feu- 
do tn  Sardegna  prima  della  conquista  arago- 
nese.— Tocino.  Tip.  Bocea.  1902. 

MuLLER  (A.)  Johann  Keppler  der  Gesctzge- 
ber  der  neueren  Astronomie.— Freiburg.  B. 
Herder.  1903.— 8.'»,  viii-186  págs. 

Napoleón  I.^''  Derniéres  lettres  ínédiies. 
Collationnées  sur  les  textes  et  publiée-:  par 
Léonce  de  Brotonne.  T. /.*'*— Mayennc.  Imp. 
Colin.  1903.— 8.0,  XXX-S60  págs. 

NiJHOFF  (Wouter).  L'art  typographique  dans 
les  Pays-Bas.  (i5a>-i54o);  reproJuction  en  fac- 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS 


241 


similé  des  caracteres  tipographiques,  des  mar- 
ques d'imprimeurs,  des  gravures  ^ur  bois  et 
autres  ornements  employés  dans  les  Pays-Bas 
«ntre  les  années  MD  et  MDXL,  avec  notices 
critiques  et  biographiques.  Livr.  /-a.  — La 
Hayc.  Mariinus  Nijhoff.  1902.— Folio,  i5fr. 

Oldenberg  (H.)  Le  Boudha:  sa  vic,  sa  doc- 
trine, sa  cpmmunauíé.  Traduit  de  I  allemand 
par  A.  Foucher.  Avec  une  preface  de  M.  Syl- 
rain  Lévi.— Charircs.  Imp.  Durand.  1903.  8.", 
yiti-402  págs.— 7,5o  francos. 

Peragallo  (Prospero).  Viaggio  di  Matleo 
da  Bcrgamo  in  India  sulb  flotta  di  Vasco  di 
Gama  (i5o2-i5o3).— Roma.  Tip.  Civelli.  1902.— 
8.®,  40  págs. 

PoTTiER  (E.)  La  Danse  des  morís  sur  un 
canthare  antiquc.  — Angers.  Imp.  Burdin  et 
C.^  1902.— 8.0,  7  págs.  con  grabados. 

Rkinach  (T.)-L*nisto¡re  par  les  monnaies. 
Essais  de  numismaiique  anciennc.— Angers. 
Imp.  Burdin  el  C*  1902.  8.",  iv-27fi  págs. 

Revii.i.ol't  (E.)  Précis  du  Droii  egyptien, 
comparé  aux  autresDroits  de  lantiquilé.— Pa- 
ris.  Imp.  Giard  et  Bricrc.  1903.-2  vols.  8.»* 

RoBERTí  (P.  Giuscppe  María).  Disegno  sio- 
rico  dcll  Ordine  dei  .Minimí  dalla  morie  del 
Santo  Istituiore  fino  a  nostri  lempi  (1507-1902) 
con  laggiunta  di  analughc  appendici.  Tomo  I. 
Roma.  Tip.  Poliglotta.  1902.--8.",  392  págs. 

RoDoCANACiii  (E.)  Les  inforiunes  d  une  pe- 
lite  filie  d'Hcnri  IV.  Marguerite  d  Orleans, 
grandc-duchesse  de  Toscane  (1645-1721 ). - 
Lagny.  Imp.  Colín.  [1902).— 8.»,  vii-5i2  págs  — 
7,5o  francos. 

RoiBY  (Le  Dr.)  LHisicric  de  sainte  Théresc. 
Erreux.  Imp.  Hérissey.  1902.— 8.°,  47  págs. 

Savfr  (Le  Dr.  J.)  Le  symbolisme  de  la  cons- 
truciion  de  I  église  el  de  son  décor,  selon  la 
conc.'ption  du  Moyen  age.— Fribourg  en  Bris- 
gau.  Impr.  Herder.  1902.— 8.*»,  410  págs.  con  14 
grabados. 

ScHEiL  (V.)  Textes  élamiies  sémitiqucs. 
Deuxieme  serie,  accompagnée  de  20  planches 
hors  lexie.— París.  Imp.  Leroux.  1902. 

Seork  (.\.)  Garlo  II  di  Saroia,  le  sue  rclazio- 
Dí  con  Francia  e  Spagna  e  le  guerre  píemon- 
lesí  dal  1536  al  i545.— Torino.— Tip.  C.  Clau- 
sen.  1902.— 4.** 

ToRDi  (P.)  II  códice  autógrafo  di  rime  e  pro- 
se  di  Bernardo  Tasso.— Firenze.  Tip.  Mate- 
rassi,  1902. — Hy,  3^  págs. 

Vives  t  Tuto  (El  Cardenal).  Lcilera  ad  un 
Sacerdote,  tradolta  sulla  3.-*  ed.  spagnuola,  da 
Mons.  Alfonso  Mistrangelo.  —  Firenze.  Tip. 
Arcivescovile.  1902.— 16.«,  140  págs. 

M.  Serrano  y  Sanz. 


REVISTAS  ESPAÑOLAS 


h.o  Los  sumarios  íntegros  de  las  revistas 
congéneres  de  la  nuestra,  consagradas  exclu- 
livamente  al  estudio  de  Esparta  y  publica- 
das en  cualquiera  de  las  hablas  espartólas  co  ó 
fuera  de  Esparta:  los  títulos  de  estas  revisiai 
van  de  letra  cursiva.  2."  Todos  los  trabajo» 
históricos  y  eruditos  acerca  de  rualquier  ma- 
teria, según  el  amplísimo  criterio  expuesto, 
que  figuren  en  los  sumarios  de  las  revistas  no 
congéneres  de  la  nuestra,  escrita»  en  dicha» 
hablas  en  d  fuera  de  Esparta.) 

lioletin  de  la  Sociedad  Arqueológica  Aw- 
liana.  1902.  Julio.    Manzanarío   de    Palma. 

1797-183 Lámina  CXXIX.  Ampliación  del 

plano  de  Palma  grabado  en  1831  por  D.  L. 
Muntaner. 

L.\  CiiDAí)  DK  Oíos.  20  Febrero  i9t)3.  Un 
pueblo  mártir  (Irlanda)  (continuación»,  por 
el  P.  .Vntonino  M.  Tonna'liarthet.—Los  ma- 
sones y  los  frailes  de  lilipínas  juzgados  por 
un  yanki,  por  el  P.  Julián  Hodrino.  -Revista 
de  revistas. 

La  Fspana  Müdemna.  m.i«»3.  Marzo.  El  in- 
dividualismo esparto!,  por  .Miguel  Je  Vnamw 
no.— Curiosidades  numismáticas,  por  Ignacio 
Calvo.  -El  Renacimiento  de  Portugal,  por 
Juan  Pére^  de  Gu^mán.  Crónica  literaria, 
por  E.  Gómei^  de  Haquero.^  Revista  de  revis- 
tas, por  Fernando  Ávau)o.  Notas  bibliográ- 
ficas, por  J.  KuK  Castillo  y  Ramón  Pére^  de 
Ayala. 

KrsKAi.-KRRiA.  2t)  Febrero  lyi^.  Los  comune- 
ros de  Guipú/coa,  por  el  Marqutsde  Seoane.-= 
28  Febrero.  Los  comuneros  ile  Guipúzcoa 
(continuación),  por  el  Marqués  de  Semine. 

La  Ii  ihthai.ióh  Ehi'añoi.a  y  Amkhi*  khi. 
8  Julio  M/17.  La  antigua  «puerta  »le  li  Herre- 
ría», hoy  «puerta  del  Sol»,  en  Toledo,  por 
Rodrigo  Amador  de  los  lUun.  I.n  inMueiiCia 
francesa  en  Esparta  durante  la  ld.nl  Medía, 
por  í)on  Hamiro.  Por  Itali  t  (notas  de  un  via- 
je artístico)  PacHium.  por  H.  Haha  de  la  Ve- 
ga. Poetas  líricos  tiel  Hi^.|í»  xviM  Jo^í  Anto- 
nio Porcel.  por  Alfredo  Serrano  Jnver.  (ir»- 
bados:  I  oledo:  la  puerta  del  Sol.  Paestuin 
(Sicilia):  I  emplo  di- Cereal,  le'iiplo  »lr  Ncpiu- 
no.-  i5  Julio,  Kl  autor  ilcl  dranuí  «hon  Juin 
y  Fausií7»,í'.hristiáfi  I)itenco(#rabbi',por  Juan 
í'astenrath.  -Lo»  relieve .  de  la»  íic  .tin  reales, 
por  R.  Halsa  de  la  Vega,  2»  Julio.  La  so- 
ciedad hfleno-lalioa,  por  Juan  Valera.  Kl 
campanario  de  San  .Marcoh,  l'ecuerdí/»  dr  Vr- 
necia.  por  Enrique  Serrano  l-'atlgatl.  Lo^ 
hermanos  gemelos  Duque  d  T'Serclact  y  Mar- 
qués de  Jerez  de  los  Caballeros,  por  Juan  Pi- 
re^ de  Ga^mán.-íirabados:  Vcnccia.  detalle 
de  la  «Loggetta»  y  puerta  de  bronce;  ba-c  del 
«campanilc»  y  la  Loygetta  de  .San»ovi«o  af»te» 
del  hundimiento;  puertí  «della  caria»  en  el 
palacio  ducal;  ángulo  del  palacio  ducal,  !>•*• 
de  un  asta-bandera  en  la  plaza  d«  San  Marco*; 


242 


REVISTA  DE   ARCHIVOS 


i.i  pla/.i  de  San  Marcos  antes  dtl  huoüimicnto 
lid  «c.iinpanilc*;  aspecto  de  la  «píu/zctta«' de 
San    Marcos,  momentos   después   del  nundi- 
miento.  Rcir.itos  de  los  Sres.  Duque  de    I  Scr- 
claes  y  Marques  de   Jerez    de    los  Caballeros. 
-I  5  A  pos  to  .  Rila  Luna  (estudio  biogratico). 
por  Narciso  /)ia^  de  J\scovar.-  j^n  Agosto. 
1. os  escultores  de  La  Granja:    RenaTo   Fremín 
\  Juan  Ticrri,  por  Knrique  Serrano  Fatigati. 
Grabados:  Jardines  de  La  Granja;  esculturas 
ilv:  Frcmin  y  Tierri.-  8  Sept  icm  bre.  Kl  dia- 
blo cojuelo.  Notas  y  comentarios.  I.  *(.orrer 
las  costas»,  por  Felipe  Pére^  y  C,oni;ále^.  —Los 
eicultorcs  de  La  (jrania:  Garlier.  Fitué.  Dc- 
mandre,  Rousseau,  (.ionsac.  Lebasseau.  Dubou, 
Lagiú,  por  Knrique  Serrano  Fatigati.  -Gra- 
bados: Jardines  de  La  Granja;  esculturas  de 
Demandrc,    l'itué,   Garlier,   Gonsac    y   Rous- 
seau.-  1 5  Septiembre.    Kl   diablo  cojuelo. 
Notas  y  comentarios.   11.  «Ksotrt»s  de  gloria 
P.iiri*  y  *la  cabe/a  del  Rey  I).  Redro*,  por  Fe- 
lipe Péret  y  Gon^ále:^. -22  Septiembre.  Kl 
diablo  cojuelo.  Notas  y  comentarios.  IIL  «l'n 
estudiantón  del  Gorpvi.s»»,  por  Felipe  Pére^  y 
(;«.in^a/e?.=3o  Septiembre.   La   iglesia  de 
San  Gcbrián  de  Mazóte.  I  n  monumento  des- 
c  )nocido,  por  Vicente  Lampera^  y  Romea.— 
11  diabl.i  cojuelo.  Notas  y  comentarios.  IV. 
*.La  feria  y  el  pendón  verde*,  por  Felipe  Pirej^ 
,\- Gon^a/í"^.— Las  momias  de  la  parroquia  de 
San  Román  en  Toledo,  por  Rodrigo  .\mador 
tic  los  Hios  —Grabados:  La  iglesia  de  San  (Gc- 
brián de  Mazóte  (>alladoIid).  vista  exterior; 
nive  central;  ábsides  y  crucero;  nave  lateral 
de  la  derecha. =8  Octubre.  Isla  de  Sicilia. 
Rrincipales  monumentos  de  Mesina  y  Paler- 
iTio,  por  Knrique  Serrano  Fatigati.— Kl  diablo 
cojuelo.  Notas  y  comentarios.  V.  «Algunos  le- 
ves reparos  á  algunos  leves  deslices»,  por  Fe- 
lipe Pére!;^  y  Gon^a/e;^.   -Grabados:  Isla  de  Si- 
cilia. (Catedral  de   Mesina;   puerta   nueva   de 
l'alermo;* tachada  sur  de  la  catedral  de  Raler- 
mo;  mitad  cercana  del  imafronte  y  mitad  pró- 
xima al  abside.=:i5  Octubre.  Isla  de  Sicilia, 
II.  Kxcursión  á  Monreale,  por  Knrique  Serra- 
no Fatigati.— Kl  diablo  cojuelo.  Notas  y  co- 
meotarios.  VI.  Velicómenes,  limetas,  enjua- 
gues, jaulas  y  ctros  «excesos*,  por  F'elipe  P^- 
»r;  )'  Gonj^á/e;^.— Grabados:  Sicilia.  Claustro 
de  Monreale.    Detalle    de    una    columna  del 
claustro  de  MonreaIe.=-22  Octubre.  El  dia- 
blo cojuelo.  Notas  y  comentarios.  VIL  «vCulto 
vergonzante  de  la  proa*;  «Esgucva  y  Zapar- 
diel»;  «Al  mejor  cazador»,  por  Felipe  Pére^  y 
Gonj(d/e:^.=3o  Octubre.  El  diablo  cojuelo. 
Notas  y  comentarios.  VIII.  *Lo;  comediantes 
en  la  venta»,  por  Felipe  Péreí^  y  Gon^d/e^.— La 
Magistral  de  Alcalá.  Sepulcros  y  arqueus,  por 
Enrique  Serrano    Fatigati.— Gribuóos:    Ma- 
gistral de  Alcalá.  Imafronte  de  la  Magistral. 


Naves  de  la  Fipístola  y  del  trasaltar  de  la  .Ma- 
I   gistral.=í<  Noviembre.   Kl  diablo  coiuelo. 
I    Notas  y  comentarios.   L\.  «.Kscarc  .'os  iingOís- 
tioosv.  por  Felipe  Pére^  y  Gon  í<7/f  í.— .Monu- 
I   mentüs  funerarii»s  de  los  musulm.incN  hallados 
I   recientemente  en  .Murcia   y  cn^Jaén,  por  Ro- 
!    drigo  Amador  de   los   K/os.— Inc-<  i^cuello  de 
'    g.nrza»,  por  Zít/a  =  I  5  .Noviembre.   Kl  dia- 
I    blo  cojuelo.  Notas  y  comentarios.  \.  ^Cuándo 
I   empezó  Vclez  de  Guevara  á  escribir  uKl  diablo 
!   cojuelo»?,  por  Felipe  Pére^  y  Con^áleii.  —  22 
\    Noviembre.   Kl  diablo  cojuelo.  Notas  >  co- 
'   mentarios.  \l.  ¿Cuándo  icrminf)  Vélez  de  Gue- 
vara su  novela?,  por  Felipe  Pére^  y  Cmn^á- 
/e^.=3o  Noviembre,  l'.asas  de  madera  es- 
culpida. Kjcmplar  de  las  que  subsisten  en  el 
Noroeste  de  Francia, por  Knrique  Serramt  Fa- 
tigati. -Ll  idioma  castellano  en  las  repúblicas 
del  Plata,  por   Emilio  11.  del   }'illar.  =  i^   Di- 
ciembre.   Rouen.    Kl  atrio  é   iglesia  de  San 
Maclou.  por  Knrique  Serrano  Fatigati.— Gra- 
bados:  Iglesia  de  San  -Maclou.  Puerta  del  Juicio 
final  en  la  iglesia  de  San  .Maclou.  Puerta  cen- 
tral de  la  iglesia  de  San  .Maclou.  Puerta  del 
lado  Norte  de  la  iglesia  de  San  .Maclou.  — 22 
Diciembre.  Los  villancicos  de  .Navidad,  por 
Juan  Pére^  de  Guí^mán.     La  timba  nacional. 
Loterí.is  primitiva  y  moderna,  por  Felipe  Pé- 
re^  y  Goni;iále^.—^o  Diciembre.  Año  nuevo 
y  tarjetas  postales,  por  K.  Serrano  Fatigati.-  - 
Recuerdos  de  Raena  (Córdoba).  La  parroquia 
de  Santa  María  la  .Mayor,  por  Rodrigo  .\mador 
de  los  KÍÜ5.— Grabados:  Retrato  de  la  condesa 
Potocka,  por  Graff.    .Vutorretrato,  de  Steen. 
La  bruia.  de  Fran  Halls.  Tarjetas  postale-i  per- 
teneciente ^  á  la  colección  de  D.  .\dolfo  Herre- 
ra, baena:  Puerta  del  Ángel  en  la  parroquif 
de  Santa  Maria  la  Mayor.  <>ruz  procesional  de 
Santa  .María  In  Mayor. 

La  Lectura.  19  «3.  Febrero.  La  servidum- 
bre rural  en  Cataluña,  por  Ratael  .Mtamira.— 
Revista  de  revistas.— índice  de  revistas. 

Nuestro  Tikmpo.  10.Í3.  Febrero.  La  cues- 
tión catalana,  por  Pompeyo  Gener.  -Cecil 
Rhodes,  por  L.  Cubillo.  -Cejador  y  1>  ciencia 
del  lenguaje,  por  Edmundo  Goni^ále^-blanco. 
Importancia  del  estudio  del  lenguaje,  por  Ju- 
lio C^;ador.— Revista  bibliográfica.  -Revista 
de  revistas. 

Razón  y  Fk.  h^í^  .Marzo.  Autos  anterio- 
res á  Lope  de  Vega,  por  J.  M.  Aícardo.— La 
edad  prehistórica  en  Orihuela,  por  J.  Furgút. 
Hagiografía:  Día  del  tránsito  de  San  Francisco 
Javier,  por  \.  Astrain. 

Revista  de  Aragón.  1903.  Enero.  Un  estudio 
de  arte  cristiano,  por  Cennino  Cenníni.— Arte 
regional.  Nuevas  tendencias.  Pinturas  decora- 
tivas del  Sr.  Gárate,  por  J.  Valen  ^uela  la 
Rosa.— La.  restauración  de  la  e.scolástica  en 
Francia,  por  A.  Gómei^  Izquierdo.— De  la  His- 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS 


243 


toria  como  ciencia,  por  Julián  Ribera.— La 
moneda  araf^oncsa,  por  Antonio  Vives.— Or- 
dinacione '.  y  paramiento^»  de  la  ciudad  de  Bar- 
bAstro,  por  Mariano  do  Pana.  —Recuerdos  de 
mi  vida  (cap.  XIV),  por  Santiago  Ramón  y 
Cajal.  =  Febrero.  Pintura*»  murales  de  la 
Cartuja  de  .Vula  1);í¡  ,  por  J.  Valen  ;;uela  la 
Rosa.  -Bibliotecas  de  .Vrte,  por  Josc  Mari» 
I.ópeiü.  -La  lilusofía  escolástica  en  .\lemania 
ven  otroi  paísc  .  por  .\..  ííóme^  I  izquierdo.- - 
Los  principios  fuodimcntales  de  la  Historia, 
por  Julián  Ribera.-~L:i  bastardía  de  D.  Kami- 
ro  I  de  Aragón,  por  Kduardo  ¡barra.  -Los 
pcrííaminos  de  Mazalc«jn,  por  Santiago  Vidie- 
//a.— Notas:  El  poema  de  Yúsut".  K.xpeilición 
de  aragoneses  y  catalanes  á  Oriente.  La  vida 
universitaria  en  la  España  anticua.  -Recuer- 
dos de  mi  vida  (cap.  XI\).  por  S.intiago  Ra- 
nón  y  (la  jal. 

Rk  VISTA     DE     l.A     .\SOt:iA<.:ÓN     AhT1STICÜ-Ab- 

V''Eoi.6íiic.\  b.\r(:ki.onksa.  up2.  Noviembrc- 
l>ic¡enibrc.  Las  Naus  ó  Naueías  de  Menorca 
(conclusión),  por  Francisco  Hernández  San^;. 
Influencia  deis  Museus  .\rqueológichs  y  Bi- 
bliotecas públicas  pera  la  cultura  social,  per 
Bonaventura  yíasse^orfa.  -Notas  de  asiriolo- 
{.ia,  por  José  de  Peray  y  AfaríA.  -Comunica- 
do. In  document  incdit  (de  la  iglesia  deis  I 
Sants  Genisos  de  la  AmetllaJ.  por  A.  C  de  V.   \ 

Rkvista  Contemporá.nea.  i5  Febrero.  Los 
visigodos  en  España  (continuación),  por  J|osé)  I 
f>[rtega]RfubioJ.—E<ip3iñolcs  ilustres  en  Fi-  | 
lipinas  (conclusión),  por  José  Roca  de  Togo-  '■ 
r-5.— Estudios  de  antropología  y  sociología  I 
criminal,  por  Manuel  Gil  Maestre.  — holQÚr.  I 
bibliogrático. 

Revista  dk  Extremadira.  1903.  Enero.  C.o-  ' 
lón,  ^extremeño?,  por  Vicente  Paredes.— l^ur-  ; 
guillos,  por  Matías  R.  Aíarí/ne;^.- Comisión  ! 
de  Monumentos  de  Caceres.  Donativos  de  don  ¡ 
M.  Roso  de  Luna  al  Museo,  por  J  Sanguino.  1 
Noticias  bibliográficas,  por  .S. 

Revista   Nacional  (de  Buenos  Aires).   1902.   I 
Agosto-Noviembre.  Bosquejo  histórico  de  la   I 
Rioja,  por  Marcelino  Reyes.  -L ai  educición   : 
entre  los  antiguos  mexicanos,  por  Gregorio   I 
7"orrM(iuíníero.=Diciembre.  Biblioteca  de   • 
Historia  nacional  de  Colombia,  por  Eduardo 
Poiarfa.— Vocabulario  de  tribus  de  indios  del  | 
Río  de  la  Plata,  por  Benigno  T.  Martine^.— 
Bosquejo  histórico  de  la  Rioja,  por  Marcelino  ¡ 
/?ey«.— Valentín  Alsina,  por  José  Juan  Bied- 
ma.— Bibliografía. —índice  del  tomo  XXXIV 

M.  Serrano  y  Sanz. 

REVISTAS  EXTRANJERAS 

[!.•  Los  sumarios  íntegros  de  las  revistas 
congéneres  de  la  nuestra  portuguesas,  ó  cx- 
.tranjeras  en  hablas  no  españolas  ni  portugue-  ! 


!    sa  consagradas  exclusivamente  al  estudio  de 

I    España,  y  dadas  á  lu¿  en  ó  fuera  de  ésta:  los 

:    títulos  de  unas  V  otras  revistas  van  de  letra 

cursiva.  2."  Los  trabajos  de  cualquier  materia 

tocantes  a  España,  y  los  de  carácter  histórico 

v  erudito   interesantes  para   la    cultura   que 

Ij^uren  en  los  Sumarios  de  las  demás  revistas 

I    escritas  en  lenguas  portuguesa  v  extranjer;»s, 

I    publiquense  ó  no  en  España.  3/^  Los  trabajos 

que,  estando  en  las  coiidiciones  reseñadas  en 

I    este  párrafo  segundo,  aparezc.in  en  revistas 

I    publicadas  por  extranjeros  en  lenguas  sabias.) 

<)  Archeologo  portugués,    m.yj.  Diciembre 

Manoel  Joaquim  de  Campos^  Contoi  para  con- 

lar.— Pedro  .V.  de /l^ej'eJo.  In  inventario  do 

seculo  XIV.- Celestino  /íet.i.  Trituradores  de 

I    pedra.— Pedro.  A.  de  A^evedo,  Pelos  jornaes.— 

■    John  Martin,  .Mosiicos  rt>rnauos  de  Portugal. 

Pedro  A.  de  A'^evedo.  Extractos  archeologicos 

das  «.M»:mor¡as  pirochiaes*. 

I        LAkt.  iy>3.  Enero.  Jean  Gi  ikkrkv,  LExpo- 

j    sition  des  primitifs  llamands  á  Brugc>  (suitc). 

I    Camille  Lkvmarik,  L  enig  ne  de  Bernard  Pa- 

,    lissy(nn). 

I         l'HK  ArnKN.tLM.  Núm.  3-)2^.  WilhamBARRv, 
The   Papal   .Monarchy,  from  St.  (íregory  the 
Great   to   Boniface    VIH   (íhk>- 1 303).  -  Rodolfo 
La.ncia.ni,  Storia  degli  scavi  di  Roma  e  notizie 
I    ¡niorno  le  colle/ione  Romane  di  antichitá.= 
I    N  ú  rn  .  3025.  WiNTHROP  L.  Marvin,  The  Ame- 
I    rican    merchant  marine;   its  History  and  ro- 
mance from  1620  to  1902.— Grenfki  I.,  Hu.NT  and 
Smylv,  TheTebtunis  Papyri.  Part  /.  =  N  lime- 
ro 392Ó.  Samuel  Cowan,  The  Gowrie  conspi- 
racy  and  ist  official  narrative.- N  ú  m .  3928. 
A.  H.  Sayck,  The  religions  ot  ar.cient  Egypt 
and  Bab¡lonia.=Núm.  3929.   The   Athenian 
Drama.  Vol.  II.  Sophoci.es.  Translated  by  P.  S. 
Phili.imore.   VuL  III.  Ei'RiPiDEs.  Translated 

by  (j.   MURRAY. 

Le  bibi.iographe  moderne.  1902.  Septiembre- 
Diciembre.  P.  Arnaui.det,  Catalogue  de  la  bi » 
bliothéque  duchátcau  de  Blois  en  i5i8.— .\.  Ro- 
SEROT,  Catalogue  des  actes  royaux  conserves 
dans  les  archives  de  la  Haute-.Marne  (suite).- 
Henri  Stkin,  Le  liyre,  les  archives,  les  biblio- 
thcques  et  la  bibliographie  á  lExposition  uni- 
verselle  de  i9x>.-Eug.  Casanova,  Le  nouveau, 
rcglement  general  des  archives  d  État  italien- 
nes.— Chronique des  Archives.— Chronique des 
Bibliothéqucs.— Chronique  bibliograpiquc. 

BlBLIOTHÉ(ÍUE  UNIVERSEI.LE  KT  ReVUE  SUISSE. 

1903.  Enero.  Michcl  Delines,  Le  Pcrse  et  les 
pcrsan  de  nos  jours.  =  Febrero.  Edouard 
RoD,  Le  libéralisme  et  les  idees  politiqucs  du 
dix-huitiéme  siécle.-Michel  Delines,  La  Per- 
sc  et  les  persans  de  nos  jours. 

Bulletin  hispanique.  1903.  Enero-Marzo.  P. 
París,  Isis,  terre-cuite  du  Musée  Balaguer,  á 
ViUanuevayGeltrú.-Fr.  Simón  t  Nieto,  La 
nodriza  de  D.»  Blanca  de  CasiilU.-A.MoRBL- 
Fatio.  Ate  relegata  et  Minerva  restituía^  Co- 
medie de  collégc  représentée  á  Alcalá  de  He- 


244 


REVISTA  DE   ARCHIVOS 


nares  en  1539  ou  1540.— E  Piñetro,  Mariano 
José  de  Larra.— R.  J.  Cuervo,  El  castellano  en 
América  (fín  de  una  polémica).— Bibliographie: 
£.  de  lliNOJOSA,  Le  servage  en  Catalogne  au 
Moyen  Age  (J.  A.  Arufai7s>.— Juan  Catalina 
García,  Castilla  y  León  durante  ios  reinados 
lie  Pedro  I,  Enrique  II,  Juan  I  y  Enrique  III 
<(i.  Daumeí).  — Eloy  García  dk  Qi^evedo  y 
CoscKLLÓN,  El  Abad  Maluenda  y  el  Sacris- 
tán de  Vieja  Rúa.  (E.  Merimée).—(j.  Desdevi- 
SKS  nu  Dkzert,  Le  Conseil  de  Castillc  au 
xviii*^  siéclc.— Federico  Hanssen,  Nolns  á  la 
versificación  de  Juan  Manuel.— Eloy  Bili.on, 
El  clrisicismo  y  el  utilitarismo  en  la  ense- 
ñanza. —Carlos  Servet  Fortvnv,  Leyendas 
toledanas.— F.  Moreno,  Esgrima  española  (II. 
/Jonardün).-~Jo^é  María  Noorís,  Archivo  de 
la  Rc.il  Casa  (H.  L.)— (3onde  de  Vai.k.ncia  de 
Don  Ji'AN,  ,\rmas  y  tapices  de  la  (>orona  de 
España  (H.  Léonarrfon>.— Enrique  García  He- 
rreros, La  Sucesión  contractual  ((^  PitoUeti. 
Juan  \'ai.fra  .  Florilegio  de  poesías  caste- 
llanas del  siglo  XIX  (E.  M.)— Sommaircs  des 
Re vues.— Grabados:  I.  Isis,  lerre-cuite  du  Mu- 
sée  Balaguer.  II.  Donación  del  Rey  de  Castilla 
D.  .\lünso  el  N\  ble  á  Sancha  López,  nodriza 
de  su  hija  D.»  Blitnca. 

La  civiltA  cattoi.h:a.  3  Enero  1903.  Di  alcu- 
ni  criierii  incerti  nella  Paletnologia,  Archeo- 
logia  c  Storia  antica.  La  scoperta  delle  tombe 
nel  Foro  romano  e  ¡I  criterio  cronológico. = 
7  Febrero.  Di  alcuni  criterii  incerti  nclla 
Paletnologia.  Archeologia  e  Storia  antici(con- 
lin  i.ición).  —  21  Febrero,  .\rcheologia  del 
libro.  II  libro  ai  tempi  dei  Padri  dclla  Chicsa, 
specialmente  di  S.  Gregorio  Magno. 

Le  Correspondant.  10  Febrero  1993.  P.  Im- 
BART  DR  i.A  TouR,  Les  origincs  de  la  Réforme- 
La  société  fran^aise  au  debut  du  xri^  siécle. 
La  structure  politique  de  l'État.— L.  de  Lan- 
ZAC  DE  Laborie,  M.*"^  dc  Stael  et  Napoleón, 
d'aprés  les  archives  de  Coppet  et  du  chatcau 
de  Kroglie. — Louis  Gvimbaud,  M.  de  Montyon 
et  Joseph  de  Maistre.  Avec  des  lettres  inédi- 
ies.=.io  Marzo.  M.  Roi'ssET,  Le  commande- 
ment  des  armées  allemandes  en  1870,  d'aprés 
des  documents  allemands.  II.  La  bataille  de 
Borny.- Víctor  Pierre,  Curiosités  hisiori- 
qucs.  Tne  pctition  de  Chateaubriand  au  pre- 
mier Cónsul. 

TiiE  FORTNiGiiTi.T  Review.  1903.  Febrero.  A. 
J.  Dai^'son.  Morocco,  the  moors,  and  ihe  po- 
wers.— LiDNET  Brooks,  The  venezuelan  im- 
broglio.— J.  S.  Mann,  Spain  and  Europe. 

Gazette  des  Beaux-.\rts.  1903.  Enero.  Paul 
DrRRiEr,  Les  debuts  des  Van  Eyck  (i.*^**  arti- 
cle).  — Émile  Miciiel,  La  Collection  Dutuit, 
Tableaux  et  dessins:  I.  LÉcole  hollandaisc.— 
L.  DiMiER,  Eugéne  MOntz.— Mauricc  Hamei., 
Les  derniers  travaux  sur  .\lbert  Dürcr.— Bi- 


bIiographic.=  Febrero.  Paul  Durrieu,  Les 
debuts  des  Van  Eyck  (2.*  et  dernier  article). 
P.  Frantz  Marcou,  La  Collection  Dutuit:  Le 
Moyen  age  et  la  Renaissance.— L.  Maeter- 
i.iNCK,  La  Satire  anímale  dans  les  manuscrits 
flamands.— Bibliographie.=M  a  r  z  o.  Henry  de 
Chenneviéres,  Fran^ois  Dumont,  miniaturis- 
te  de  la  Reine  Marie-Antoinette.  — Gu«tave 
Gruykr,  La  Collection  Bonnat  au  Muséc  de 
Bayonne.— Henrí  Bouchot,  Les  portraits  de 
Louis  A'I.—Emiie  .MiCMEi.,  La  Collection  Du- 
tuit: Tableaux  et  dessins.  (2.*^  et  dernier  ar- 
ticle.— Bibliographie. 

TllE    GEO<»RAPHICAL    JOURNAL.     I903 .     MarZO . 

Dr.  SvEN  Hedin,  Three  yearsexploraiion  in 
Central  .Asia,  1 899-1 902.— (jeorge  Macartney, 
Notíces,  from  chínese  sources,  on  the  ancient 
kíngdom  of  I  au-Lan,  or  Shen-shen. — Dr.  Tem- 
PEST  .\nderson.  Receñí  volcante  eruptions  in 
the  West  Indies.  — R.  Lockhart  Jack,  Two 
Trips  to  the  North  of  Chcng-tu.— The  Tanga- 
nyka  problem.— Dorr.i.AS  W.  Frkshmf.i  d,  Ihe 
highcst  mountain  in  the  World. 

GiORNALE  STORICO  DELLA  LITTERATüRA  ITA- 
LIANA. Fase.  121.  (1903.)  Paolo  Savj-Lopez,  La 
lírica  spagnuola  in  Italia  nel  secólo  xv. 

The  JOI'RNAL  OK  THE  ROYAL  ASIATIC  Sor.IETY. 

1903.  Enero.  \'incent  .\.  Smith,  The  Kushan.  or 
Indo-Scythiao  Period  of  Indian  History.— W. 
VosT,  The  lineal  measures  of  Fa-hi.m  and 
Yuan  (Juvang,— C.  Otto  Blagden.  Furthcr  no- 
tes OQ  a  malayan  comparative  vocabulary. 

Journal  .Asiativíie.  1902.  Noviembre- Di- 
ciembre. Table  des  matícres  de  la  ncuviéme 
serie,  comprenant  les  années  1893  :i  1902. 

JoL'RNAL  des  SAVANTS.  1903.  Encro.  M.  Ber- 
T1IEL0T,  Histoire  de  la  chimie  indienne.— L. 
Delisle,  Le  collection  de  manuscrits  de  M. 
Henry  Yates  ThompsonT — R.  Darestk,  L  ori- 
gine de  la  noblessc  en  France.— G.  Boissikr, 
Les  prologues  de  Sallustc.=F  e  b  r  e  r  o .  .\.  Lu- 
CHAIRF,  Les  institutions  monarchiques  lociles 
en  France  á  la  tin  du  moyen  age.— J.  Gi:iffrey, 
La  gravure  sur  gemmes  en  France. 

La  Lettura.  1903.  Marzo.  Francesco  Mala- 
Guzzi  Valeri,  La  »villa  dellWriosto»  e  i  pa- 
rcnti  materni  del  poeta.  (Lleva  algunos  gra- 
bados.) 

Ni  OVA  antología.  16  Enero  1903.  Raft'a  Gar- 
ziA,  Storia  dellWrte  in  Sardegna  (con  11  illus- 
trazioniO.=  i.°  Febrero,  .\dulfo  Venturi, 
L'Esposízione  dei  primitívi  tiamminghi  a  Bru- 
ge^.=i6  Febrero.  Pompeo  Mol.menti,  I  ire 
steidardi  in  piazza  San  Marco  (con  un  illus- 
trs/ione). — VíttorioCiAN, L'agonia  d'un  gran- 
de italiano  sepolto  vivo.  Appunti  da  lettcre  c 
da  un  opera  inedite  di  Pietro  Giannone.— I 
Musei  dArte  a  Madrid. 

La  novvelle  Revub.  i.°  de  Enero  1903.  Gus- 
tave  TornorzE,  Pages  intimes  sur  la  Commu- 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS 


245 


nc  (III).— Louis-Frédéric  Sauvaoe,  L  Arl  dans 
les  Pays-Bas.~C.  Lomon,  Islam  Sahar¡en.=  i5 
Enero.  Albcrt  Sorel,  Le  Dirccioire.— Mau- 
ricc  Mii.LOT,  Moliere  et  sa  servante.— (lusiave 
Toirnor/t,  Fages  intimes  sur  la  Commune 
<IV).— Jacques  Keonier,  Idees  morales  ct  reli- 
gieuses  de  Sainl-Simon.  A.  Piquemal,  Le  Gé- 
ncr.il  Alexaodre  Humas  el  le  General  Bade- 
laune.~i.°  Febrero.  K.  A.  de  la  Rochefou- 
CAUí.n.  Lenigmc  des  inscriptions  Gauloiscs.— 
Pkladan,  Le  pays  de  Triscan.— Gustave  Tou- 
DouzE,  Pagos  intimes  sur  la  Commune.— Rcnée 
Ai.LARH,  l-ne  visite  á  Mistral. 

La  plime.  i5  Knero  1903.  Charles  Saunier, 
Les  prccurseurs  des  mcdailleurs  contempo- 
rains. 

La  Revue  (Ancienne^Revuk  des  Revuks»). 
•i.*>  Marzo  1903.  Emile  Fagi;et,  Goethe  et  Niet- 
rsche.— Dr.  La  Touche-Trkville,  L'antiquité 
du  Nouveau-Monde  (suitc  et  íin). 

Revue  dk  lArt  chrétikn.  1933.  Enero.  L.  de 
Farcy,  Fouilles  á  la  cathcdrale  dWngers 
-(1902).  -E.  Rov;lin,  Mobilier  liturgil^ue  d'Es- 
pagne.— iVÍ.  Gehspach,  Les  Arti  de  Florence 
(3^^  paríie>. —liibliographie.  Escultura  romá- 
nica en  España,  par  D.  Enrique  Serrano  Fa- 
TiGATi  (E.  Roulin.) 

La  Revue  blanche.  i.**  Febrero  1903.  Marcel 
CoLLiKRK,  La  Mano  Negra. 

Revue  des  cours  et  conférkncks.  i."  Enero 
1903.  Alfred  Croiset,  La  civilisation  de  l'agc 
homérique.— G.  Desdevises  DU  Dkzbrt,  L  Es- 
pagne  héroique.— Édouard  HbiRRior,  .M'"*^  de 
Staífl  et  Chateubriand. 

ReVL'E  CRITIQUE  d'HiSTOIRE   ET  DE    LlTTÉRA- 

TURE.  12  Enero  1903.  Alex.  (jraham,  Román 
África  (R.  Cagnat.)=:{)  Febrero.  Demotis- 
che  Papyri  aus  den  Kóniglichen  .Musecn  zu 
Berlín  (G.  Mas;?ero;.— Egyptischc  t'rkundcn 
aus  den  Roniglichcn  MuHccn  zu  Berlin  (G. 
MaspenO.SASUE  e  Castro,  Égyple  (H.  G).— 
Capahi,  Recueíl  de  Monuments  Egyptiens  (G. 
Maspero).  =  16  Febrero.  Ch.  (Juio.NbHERT, 
Tertullicn  (P.  Monc^aux). —Gustave  Canto.n, 
Napoleón  antimililiriste  (R.)  =  23  Febre- 
ro. LUrestie  d'EscHYí.E,  traduction  par  Paul 
Mazon  (M.  Croiset).- 2  Marzo.  Geschichte 
von  Sul  und  Schumul  unbekannte  Erzáhlung 
aus  tau;end  und  ciner  Nacht;  texte  árabe;  tra- 
duction  (fi.  M.)— Jean  Jansskn,  L'AIlemagne 
el  la  Reforme  (Ch.  De/oft). —Saint-Simon,  Mé- 
moires  (G.  Lacour^Gayet). 

Revue  DES  DEux  MONDES.  i.°  Marzo  1903.  M. 
Charles  Benoist,  La  libération  du  territoire, 
d'apres  lacorrespondancc  inédite de  M.  Thicrs. 
Rene  Pinon,  Les  événemcnts  du  Maroc.— Emi- 
le Bbrtaux,  La  chapelle  Sixtine  avant  Michel- 
Ange.— Bullctin  bibliographique. 

Retue  des  ¿tudbs  anciennes.  1993.  Enero- 
Marzo.  G.  Radet,  Recherchcá  sur  la  Géogra- 


phic  ancicane  de  l'Asie  Mineure:  I.  Sur  un 
point  de  Fitinéraire  dWlexandre  en  Lycic.— 

B.  Haussoulmkr,  Fr.  Cumont,  G.  Radet.  Dios-   * 
hiéron  et  Bonita.— P.  París,  Isis,  terre-cuite 
du  .Musée  Balaguer  á  Villanueva  y  Geltru.— 

C.  Jullian,  Notes  gallo-romaines:  XVIL  Re- 
marques sur  la  plus  ancienne  religión  gauloi- 
se  (4^  articie).— G.  (jassies.  Venus  et  Adonis, 
sur  un  monument  trouvé  á  Mcaux. 

Revuk  Dts  ÉTUOES  JuivHS.  191)2.  Encro-.Mir- 
zo.  Paul  Mo.NCEAux,  Les  colonies  juives  dans 
IWfrique  romaine.  -G.   Marmier,  Contribu- 
tions  á  la  géographie  de  la  Palestine  et  des 
pays  voisins  C/n).— .\.  Epstkin,  Le  retour  de 
Rab  en  Babylónie  d  aprcs  M.  Isaac  Halcvy.— 
M.  SÉi.iriSOii.N,  Quatrc  poésics  judco-persanes 
sur  les    persecutions    de>   juiís   d  IspahaD.= 
.Abri  1-J  uni  o.   S.   Po/nansei,   Anan   et    se* 
écrits.— Elkan  N.  .Adlkr  et  M.  Séliusohn,  Une 
nouveilcchronique samar! tañe. — Ad.  Buchler, 
Relation  d'Isaac  b.  Dorbvlo  sur  une  consulta- 
'   lion  cnvoyée  par  les  juif-»  des  Rhm,  en  Tan  9r>ü, 
,  aux  c.)tnmunautésdeP.ilestine.— .M.SÉLiGsoiiN, 
i  Quatre  pocsics  judéo-pcrsanes  sur  les  per>t— 
I  cuiions  des  luifs  d  Ispahan  CTín).— Israel  l.i'.vi, 
j   La  langue  origínale  du  Livre  de  Tobít.—(^)uel- 
1   ques  cítations  de  lEcctésiastique.— M.  Kay- 
8ERL1.NG,  Notes  sur  Ihistoire  des  juits  de  Mi- 
jorque.  =  Julio-Septiembre.    Louis-Gcr- 
i   main  Lévy.  Du  totémisme  chez  les  Ilébreux.— 
S.  Krau.ss,  Antiochc.— S.  Poznanski.  Anan  et 
ses  écrits  (5ui7e).— E.  .\dler  et  M.  Séligsoii.n, 
Une  nouvelle  chronique  samaritane  (suitei.— 
Octubre-Diciembre.  Théodore   Reinaj:!!, 
Sur  la  date  de  la  colonie  jui  ve  d  .Vlexandric.  — 
G.  Marmier,  Contribution  á  la  géographie  de 
la  Palestine  et  des  pays  voisins  í^suííe).— .Sa- 
muel PozNANSKi,  Anan  et  ses  écrils  (fin).-  E. 
Adler  el  M.  SÉLiGsoii.s,  Une  nouvclle  chroni- 
que  samaritane  (suite). 

Revue  historique.  1903.  Marzo  Abril.  \.  Lu- 
CHAiRE,  Innocent  III  et  le  peuple  romain.— Ch. 
E.  CElsnkr,  Fragmentsde  Mémoires  relaiit's  á 
la  Rcvulution  fran^aise,  publiés  par  A.  Stern 
(suite).— Bibliographie. 

Revuk  de  lOrikni  chretie.n.  1902.  Núm.  i. 
Fr.  TouRNEBizE,  Histoire  politique  etreligieu- 
se  de  FArménie.— .\urélio  Palmiéri,  Les  études 
islainiques  en  Russie.— Histoire  de  Jean  Bar 
Aphtonia,  par  F.  Ñau.— Vie  de  Saiate  Marloe. 
IV. Texte  copte  publié  et  traduit  par  M.  i'abbé 
li.  Hyvernat.— Bibliographie.— Estudios  tiloso- 
íiro-teologicos.  I.  Aigazel.  Dogmática,  moral, 
ascética,  con  prólogo  de  Menéndcz  y  Pelayo, 
por  Miguel  Asió  (E.  M.  B.)=Núm.  2.  Vie  de 
Sainte  Marine  (suite).  V.  Texu  árabe  publié 
par  MM.  J.  Guidi  et  E.  Blochet.— Fr.  Tour- 
NBBiZE,  Histoire  politique  et  religieuse  de  1* 
Ármenle  (suite).— Histoire  de  Saint  Nic  >'.a  -, 
soldat  et  moine.  Texte  grec,  publié  par  Lcun 


246 


REVISTA  DE  ARCH4V0S 


CIu|inci.--Núm.  4  ,  Fr.  Toi.rxebizk,  Ilistoire  | 
politiquc  et  rcligicuse  Je  lArménic  (continua- 
ción).— Louis  Petit,  Vic  el  office  de  Saint  Mi- 
chel  Maléinos,  suivis  d'un  traite  ascétiquc  de 
Basile  Malcinos.— Léon  Ci.lonet,  Vics  ct  rc- 
cits  d'anachoretes  (iv^'"vii*''  siccles).— P.  A.  P., 
La  rebapiiüation  des  laiins  chez  les  ^recs.— 
Vie  de  Sainic  Marine.  \'II.  Texte  fran<;ais,  pu- 
blié  par  l.éon  <'.i.r<i.\Ki .— Mélanges.— Biblio- 
ííraphic. 

Rkvik  Tuómistk.  I(h)'j.  Septiembre,  i),  (i.  I.k- 
GKAV,  í-\ni;;e  et  Ic^  Théophaiiics  ilans  IFcri- 
turc  Sainic  liaprcs  la  doctrine  des  Pere.s.  - 
Rcvue  analytique  des  Revues. 

Rl  VISTA  DKI.I.K  mhl.lOTEClIE  K  DI.ÍÍI.I  AI<<  HIVI. 

1903.  Knero.  Bia(íi  (( luidu)  Moi.memi  (Pompeo) 
y  MoRPihiio  fS.),  Per  la  nuova  seiie  della  Bi- 
blioteca di  S.  Marco  a  \ene/ia.  Febrero. 
Per  la  Kibl¡(»leca  di  S.  Marco.— Adolto  Navi.i - 
TA.  1)1  un  intcressaute  lema  des..me  per  aspi- 
ranti  biblioiecari.  Kilippo  I.ahí.aioi  ir.  Ure- 
vi  cenni  «^ulla  Miblioieca  Kayneri.  -  Berti  di 
(-annaí^nola.  —  Le  Pandetle  liorentine.  -Ol- 
metrio  ,Mah/i,  A  proposito  jü  Archivi  no- 
larili. 


Ii.  SKCOi.o  XX.  Marzo  de  i>>3.  .\nna  Francjii, 
Ancora  un  ritratto  di  Dante.  (Lleva  grabados 
de  verdaderos  ó  supuestos  retratos  de  Dante. I 
Giuseppe  Conti,  Da  f^aleotti  turchi  a  marinai 
Medicei. 

•  Lk  tour  i)r  MüNi>E.  3  Enero  it»o3.  LouíjíCui:- 
VAi.i.iKR.  Sion  et  la  vic  des  paysans  du  \  alais. 
Le  Capitaine  Lknkant,  Le  Ni^er  vuie  ouverte 
a  notre  empire  africain.  =  io  Knero.  La  Perse 
el  le  Cíolfe  Persique  ((J.  D.)— Les  origines  du 
soulevemeni  au  Maroc  — Le  «.'apitaine  Lkn- 
fant.  Le  Nif;frr,  voie  ouverte  á  nutre  empire 
africain.—  LCri^inc  de  la  Mer  .Morte.  17 
Knero.  Ci.  Labadie-Laííravk,  Caracís,  le  Pa- 
ris  de  r.Vmérique  du  Sud.— Le  Capitaine  Lkn- 
KAXi.  I-e  Niger  voie  ouverte  á  notre  empire 
africain— Le  Barra^íe  du  Nil  á  Assouan.=24 
Knero.  (ieorgts  Boixin,  (.'^hc/  les  mineurs  de 
la  Loire.  Noyagc  au  Pays  noir.— Le  ("apitaine 
Leskant.  Le  Niger  voie  ouverte  . i  noire  em- 
pire .ifricain.  — Lexploraiion  de  laméricain 
Peary  au  nord  du  Groenland.  .Ses  resultáis.— 
\u  Venezuela,  l'npavsoú  la  Révoluiion  est 
un  mal  chronique,  par  Kmile  Cíaitieu. 

M.  Serrano  v  S>nz. 


.SECCIÓN  OFICIAL  Y  DE  NOTICIAS 


La  Juma  tacullativ  i  de  .\rchivos.  Bibliote- 
cas y  .Museos,  en  su  sesión  del  día  i'_»  del  co- 
rriente, ha  tomado  l«)s  siguientes  acuerdo^: 

Autorizar  al  Jefe  de  la  Biblioteca  Provin- 
cial de  C^iudad  Real  para  un  cambio  de  li- 
bros. 

Negar  autorización  para  sacar  de  España  en 
calidad  de  préstamo  documentos  históricos 
del  Archivo  general  de  Simancas,  y 

Proponer  que  se  adquieran  por  el  Estado 
el  Mosaico  de  la  Hañes^a,  de  D.  Darío  Abaii; 
una  colección  de  Hierros,  ót:  D.'^  María  Berzal, 
y  un  Mtínetario  de  D.='  Inés  Martínez. 


Han  sido  trasladados:  D.  Julio  Iglesias,  que 
prestaba  sus  servicios  en  el  Archivo  general 
de  los  .Ministerios  de  Instrucción  pública  y 
.\gricultura,  al  general  de  Galicia;  á  la  vacan- 
te anterior  pasa  D.  Joaquín  Santistéban,  que 
sirve  eo  la  Biblioteca  Provincial  y  Lnivcrsi ta- 
rta de  Granada;  al  puesto  de  este  es  destinado 
D.  Luis  Rubio  y  Moreno,  que  desempeñaba  el 
cargo  de  Jefe  del  .\rchivo  Provincial  de  Ha- 
cienda de  (^.órdoba,  y  á  este  .\rchivo  D.  .Ma- 


nuel (¡alindo,  Jefs.'  de  la  BiblioUca  Provincial 
de  la  misma  ciudad,  con  el  encargo  de  que  sir- 
va también  la  referida  Biblioteca. 


Con  fecha  18  de  Febrero  último  se  ha  conce- 
dido el  reingreso  en  el  Guerpo  de  Archiveros 
á  los  Oíiciales  de  cuarto  grado  D.  Julio  \ ma- 
nilas y  Celestino  y  D.  Enrique  .\rderiu  y 
Valls,  siendo  destinados,  el  primero  al  \rchi- 
vo  de  Hacienda  de  Huelva  y  el  segundo  a  la 
Biblioteca  Nacional. 


Ha  sido  trasladado  á  la  Biblioteca  .Nacional 
D.  Ángel  Ramírez  (r.asinello,  que  prestaba  sus 
servicios  en  el  .Vrchivode  Hacienda  de  Huelva. 


Se  ha  concedido  licencia  reglamentaria  al 
Oficial  de  cuarto  grado  D.  Ramón  Robles  y 

I  Rodríguez,  que  prestaba  sus  servicios  en  la 
Biblioteca  Provincial  y  Tni  versitaria  de  Va- 

-   lladolid. 


MADRII3.— Tip.  de  la  BdTÜita  de  Archivos,  Bibliotecas  y  Xnseos,  Olíd;  8. 


REVISTA 


DK 


ARCHIVOS,  BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


(HiSTdfHA     ^     «.  IKNcíAS     A  I' X  :  1  1  A  R  F .^  ) 


ORG\NO    í'FIClAl.    I»fcl.    CUhhFO    h  ACJ.  I.  1  A  I  IVü    ÜfcL    KAMV» 


(SK    PirBLIcA    !JNA     VtZ    A!.    Mis) 


TFR(  i:ra  i:p()Ca 


ANO   VII 


Número  4. 


Abril  1903. 


^y.?.^ 


MADRID 

TIF.  DL  LA  REVISTA  DK.  AH<:iilVoS,    BlllLIúTÜCAS  Y  Ml'SLOS 

Calle  de  Oüd,  núm  8. 


1903 


SUMARIO 

l.^Ctmpaña  del  ¡Marqués  del  Carpió,  D.  Gaspar  de  Rara  y  Gu^mdn,  Virrey  de  Vá- 
poles,  contra  los  bandidos  del  Ábru^^o  en  1684,  por  D.  Julián  Paz,  Jefe  del  Ar- 
chivo de  Simaacaí ^47 

\l.-^EÍ  primer  libro  de  actíu  municipales,  por  Vi.  XastlmoSKur k A> 

lli.^Un  incunable  desconocido  {conclu^iónu  por  \0.\Peáro\KocK^  de  la  Biblioteci  |Na- 

cional a*7 

IV.— •{/na  obra  inédita  de  D.  Fermín  Caballero^  por  D.  Valentía  Picatoste 27^ 

V.-^Relación  descriptiva  de  los  mapas,  planos,  etc,  de  la  Audiencia  ly  Capitanía  ge^ 
neral  de  Guatemala  (Guatemala,  San  Salvador,  Honduras,  Nicaragua  y  Costa- 
Rica)  existentes  en  el  Archivo  general  de  Indias,  por  D.  Pedro  Torres  Kanzái,  Jefe 
de  dicho  Archivo i7<> 

W.^Estudio  sobre  los  sermones  valencianos  de  San  Vicente  Ferrer  'que  se  Iconservan 
manuscritos  en  la  Biblioteca  de  la  Basílica  metropolitana  de  Valencia:  VI.  Invec- 
tivas contra  las  mujeres,  por  I).  Roque  Chab.ís.  r.anónigo-  Vrchivero  de  la  misma.  v^i 
|V1I.~DocuMKNTOs:  I.  Libros  manuscritos  ó  de  mano  [de  la  biblioteca  del  Conde  de  Gon- 
domar]  (coaclusón),  por  la  copia,  M.  S.  r  S.— II.  Estado  de  la  Universidad  de  Ál- 
cali de.sde  su  fundación  hasta  el  año  i^S  (continuación),  por  la  copia,  Julio  Mbl- 
«ARRS  Y  Marín.— III.  Poesías  del  Doctor  Agustín  de  Oliva,  S.*  Diálogo   entre  el 

autor  y  un  libro,  por  la  copia,  .M.  S.  y  S a)5 

VI lí.— Notas  biblioor.íficas:  I).  Francisco  Valverde  y  Perales,  Historia  de  la  villa  d« 
Baena  (A.  P.  v  M.)— Vicente  Lloréns  Ásensio,  La  primeral  vuelta  al  mundo.  Rela- 
ción documentada  del  viaje  de  Hernando  de  Magallanes  y  Juan  Sebastián  del  Cano 
(i5h.)-i322)(V.  V.).— Narciso  Alonso  A.  Cortés,  ITn  pleito  de  Lope  de  Vega.  Nuevas 
noticias  para  su  biografía  (A.  P.  r  M.).— Wjlliam  Arku»right,  The  Pointer  fand  his 
predecessors.  \n  illusirated  Hi<iory  of  the  Pointing  Dog  }from  the  earliest  jtimef 
(A.  P.  r  .M.) ji's 

IX.— Variedades:  Mernania,  Kspaña  (Barcelona,  Burgos,  r.oruña,  Madrid,  Oviedo  y  Se- 
villa). Francia  y  Turquía 31S 

X.— Crónica  d«  .\rchivos,  BiBi.iorh«:As  y  Mtskos:  .Musco  de  reproducciones  anís- 
ticas 31^ 

iXl— BiBLiooRArÍA:  Libros  españoles^  por  I).  Alvaro  Gil  .\i.kacrtb  y  D.  Manuel  Skrrano 
T  SA!«z,de  la  Biblioteca  Nacional.— £i6rox  extranjeros,  por  I>.  M.  Skrrano  t  Sanz  — 
Revistas  españolas,  por  D.  M.  Skrrano  t  SAHi.^Revistas  extranjeras,  por  don 
M.  Serrano  t  Sanz jm 

XII.— Sección  OFICIAL  T  D«  NOTICIAS 316 

LÁMINAS  suKi.  tas:  X.  Pla^ade  MontDrio  (a).— Pig.  7^.  De  la  Bibliografía  hisp.tao-latína  clásica. 

El  asno  de  oro.  .Medina  del  Campo.  1543. 
LÁMINAS  iSTüKi.AMOAs:  PUno  de  .Montorio  ib).— Perspectivas  y  planos  de  Ia<;  casa*  de  J.  Cario» 

Vitelí  y  V.  Poinpeía  (c). -Planta  de  li  Roqueta  y  torre  de  J.  B.  Cola    Ranicro   (d).— 

Pl-ino  del  palacio  de  J.  B.  <>ola  Raniero  (La  Regia)  (0). — (Plano  (f)  Casa  de  Durante,  Roca 

de  Pocho  Umbrichio  y  Torre  de  Kscalona. 

Pliegos  17  y  iSdc  ¡a  Hiblioff rafia  hispano-latina  clásica,  pur  D.  .M.ircolinu  .MhSKNDKZ  r  Pelato. 

JeTc  •iuperiur  del    Cuerp4i  facultativo  de    .Vrchivcros,    Bibliotecarios  y   .\rqueóiogoi 

Director  de  la  Biblioteca  Nacional. 
Pliego  '¿ñ  tlci  Catál'tg}  de  retratos  Je  personajes  españolea  ¿que  se  cjn^ervan  en    la  Sección  de 

t^i lampas  y  de  Helias  Artes  de  la  Biblioteca  \actoual,  po'  D.   Ángel  .M.»   ae  Barcia 

Y   Pavón,  Jete  de  ilicha  sección. 


REVISTA 

DE 

ARCHIVOS,  BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 

(HISTORIA     Y    CIENCIAS    Al-XIl.l APES) 

Año  VII. — Abril  de  igoS. — NOm.  4. 

(^AMPAÑA  DEL  MARQUÉS  1)E[.  CARPIÓ 

D.  GASPAR  DE  HARO  Y  GUZMÁN 

VIRRKY  i)K  ÑAPÓLES,  CONTRA  LOS  BANDIDOS  DEL  ABRUZZO  EN  Í0H4 

I 

Ventajosas  posiciones  de  los  1.201)  bandidos  que  ocupaban  el  Abruzzo.— Infruc- 
tuosas campañas  para  exterminarlos. — Extrañas  opiniones  de  algunos  conse- 
jeros del  de  Italia  y  Estado  respecto  al  bandolerismo.— El  Marqués  del  Vasto, 
el  Cardenal  Cibo,  el  Duque  de  Lauriano,  otros  Grandes  italianos  y  el  emba- 
jador de  Francia,  protectores  de  los  bandidos.— Repartimiento  que  éstos  tenían 
hecho  del  país.  -Nombra  el  Virrey  al  Marqués  de  Santa  Cristina  para  la  cam- 
paña contra  los  bandidos. — Derrota  y  retirada  de  las  tropas. 

Tantas  hazañas  reales  y  fantásticas  se  han  contado  de  los  bandidos  na- 
politanos, que  han  venido  á  ser  bien  conocidos  de  todo  el  mundo.  Histo- 
rias y  novelas  están  llenas  de  sus  hechos,  y  en  cuanto  se  habla  de  bandi- 
dos, acude  á  la  imaginación  la  íl^ura  del  feroz  calabrés  con  su  pluma  en 
el  sombrero. 

Ni  han  de  ser  sólo  los  grandes  hombres  los  que  pasen  á  la  Historia; 
también  los  señores  bandidos  de  antaño  merecen  su  paginita,  ya  que  á  los 
de  hoy  se  les  dedican  minuciosas  y  largas  iníormaciones.  se  les  atiende  y 
se  les  estudia  bajo  todos  conceptos,  reproduciéndose  sus  retratos  en  múl- 
tiples ejemplares.  Refresquemos  un  poco  la  memoria  acerca  de  los  anti- 
guos bandidos,  que  sólo  tiguran  en  leyendas,  y  que  por  lo  menos  tenían, 
aun  dentro  del  crimen,  cierta  í^randiosidad,  á  la  romana,  de  que  care:en 
los  de  ahora. 

Buena  porción  de  ellos  vivía  muy  á  sus  anchas  durante  el  siglo  xvii 
en  la  provincia  del  Abruzzo,  y  aunque  tenían  sus  casas  fuertes,  trincheras 

H."  hPOCA.— TOMO  Ylll.  18 


248  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

y  defensas  para  caso  de  ataque,  no  era  fácil  disputarles  la  tranquila  pose- 
sión de  sus  montañas,  que  por  lo  inaccesible  y  quebrado  del  terreno,  ofre- 
cían muy  serios  obstáculos  al  acceso  de  las  armas  españolas. 

Habíanse  intentado  varias  veces  formales  campañas  contra  ellos,  entre 
otros  por  D.  Miguel  Pignatelli,  llevando  durante  tres  años  (i 648-1 65o) 
3.000  españoles  y  algunas  compañías  de  caballos  á  íos  Abruzzos;  continuó 
la  empresa  el  general  D.  Juan  Bautista  Brancacho  en  tiempo  del  Conde  de 
Castrillo,  con  gruesas  tropas  que  recorrieron  también  las  provincias  de 
Montefusco  y  Salerno,  y  bajo  el  mando  del  Marqués  de  los  Vélez,  antece- 
sor del  Marqués  del  Carpió,  se  mandaron  al  Abruzzo  cuatro  ó  cinco  com- 
pañías. 

Á  pesar  de  estos  esfuerzos,  los  bandidos,  lejos  de  disminuir,  habían 
llegado  al  número  de  1.200  en  aquella  provincia.  Tal  núcleo  de  fuerzas 
exigía  una  campaña  en  regla,  oponiéndoles  soldados  de  infantería  espa- 
ñola y  considerándolos  más  como  tropas  rebeldes  que  como  bandidos, 
pues  estaban  fortificados  y  se  defendían  sin  reparar  en  la  oposición  de 
tantas  fuerzas.  No  se  podían  tampoco  desguarnecer  las  provincias  inme- 
diatas porque  no  se  pasasen  á  ellas  los  bandidos  al  verse  atacados  y,  en 
fin,  llegó  á  darse  á  este  negocio  tal  importancia,  que  se  consideró  como  el 
de  mayor  cuidado  que  se  había  ofrecido  en  Italia  desde  el  tiempo  de  las 
revoluciones.  Dedicáronle  minucioso  examen  los  Consejos  de  Italia  y  de 
Estado,  exponiendo  los  consejeros  opiniones  que  indican  la  importancia 
de  la  empresa  y  las  originales  ideas  que  sobre  ella  dominaban.  Considerá- 
base de  interés  sumo  el  exterminio  de  los  bandidos,  y  que  si  el  Virrey  de 
Ñapóles  lo  conseguía,  lograría  lo  que  casi  se  juzgaba  imposible.  El  mismo 
Marqués  de  Astorga,  que  había  ejercido  aquel  cargo,  aseguraba  que  por 
muchos  que  se  matasen,  siempre  quedarían.  D.  Pedro  de  Aragón  conside- 
raba el  mal  irremediable,  por  ser  natural  en  el  genio  de  la  nación,  y  el 
Marqués  de  los  Vélez  pensaba  que  habiéndolos  habido  desde  tiempo  de  los 
Romanos,  no  había  que  inquietarse  por  corregir  mal  tan  antiguo.  En  cam- 
bio otros  consejeros  hacían  notar  que  siempre  que  había  temor  de  rompi- 
miento con  Francia,  fomentaban  sus  embajadores  desde  Roma  las  corre- 
rías de  los  bandidos  para  tener  inquieto  al  reino  y  ocupadas  las  tropas  », 

I  El  embajador  de  Francia  en  Roma,  después  que  supo  los  soldados  y  capitanes  que  los  ban- 
didos mataron,  escribió  a  su  Rey  muy  dilatadamente  diciendo  que  si  estos  tupiesen  declarada 
asistencia  de  armas  y  dinero,  ó  si  riesen  que  por  parte  de  S.  M.  Cristianísima  había  en  Italia 
armamento  de  que  se  pudie<ien  fiar,  seria  la  mejor  ocasión  para  intentar  la  invasión  de  ese 
reino. 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS  249 

y  Otros  tocaban  el  más  escabroso  punto  de  que  sería  inútil  cuanto  se  hi- 
ciese mientras  no  se  atajase  el  mal  de  raiz  averiguando  quiénes  eran  los 
Grandes  Señores  que  los  protegían  y  alentaban.  Era  uno  de  ellos  el  Mar- 
qués del  Vasto,  á  quien  el  Virrey  escribió  con  advertencias  para  capturar 
á  los  bandidos  Sgurrone  y  Mezzabotta,  que  con  14  compañeros  merodeaban 
en  sus  tierras,  y  para  enviarlos  á  Ñapóles  '.  Ni  el  Marqués  respondió  á  la 
carta  ni  dejó  de  seguir  su  sospechosa  conducta,  por  lo  que  hubo  de  encar- 
garse al  Virrey  que  le  vigilase  atentamente  y  le  procesase  si  era  preciso, 
lo  que  se  ejecutó,  aunque  dispensándole  de  pagar  la  multa  de  3o.ooo  du- 
cados y  de  la  cárcel  en  atención  á  su  mucha  edad  y  á  estar  gotoso  y  á  la 
recomendación  del  Consejo  para  que  no  se  le  tratase  con  dureza  por  ha- 
ber hecho,  á  sus  años,  el  viaje  á  Ñapóles. 

El  Virrey,  por  su  parte,  insistía  en  que  se  le  respondiese  sobre  la  ma- 
nera de  proceder  contra  los  altos  protectores  de  los  bandidos,  que  era  en 
lo  que  todo  estribaba,  y  así  lo  creía  también  el  Consejo  al  juzgar  que  un 
ejército  de  20.000  hombres  no  bastaría  á  reducirlos  mientras  tuviesen 
protectores,  y  que  no  teniéndolos,  ellos  mismos  se  rendirían. 

I     Ilc  aquí  la  denuncia  que  recibió  el  .Marques  del  T.arpio  y  la  carta  que  escribió  al  Jel  Vasto: 

Eccmo.  Sif!/^*-  Se  V.  K.  vuollc  neilc  mani  li  capi  banniti  Sgurrone  e  Me¿/.abotla  con  quJtor- 
dcci  iurocompagni  potra  cun  quei  modi  che  li  parera  ordinario  al  Sr.  Márchese  del  Basto  mentre 
lutti  questi  banniti  stanno  ncila  giurisdittione  del  detto.si^nor  Marchesse  nelle  sue  terre  di 
Casalebordino  e  Villa  Alfonsina  ivi  alimentati  di  consenso  e  di  ordinc  di  detto  signore  e  da 
certi  parcnti  di  .Mez/aboita  di  detia  villa  c  stanno  aspettiindo  che  calino  quelli  della  montagna 
per  unirsi  in  sieme  e  per  assicurargli  il  passo  verso  la  Puglia. 

Eccmo.  signore,  si  serva  ordinarc  al  detto  signor  Márchese  che  soito  pena  della  sua  testa  li 
lacci  pigliare  morti  o  vivi  perche  in  .iltro  caso  non  li  potra  havere.  oe  questo  e  occuho  ma 
notorio  a  tuiíi,  ei  esscndosi  laiio  sapere  alia  H.  Audienzu  dice  nt»n  haver  gente  perche  stanno 
alie  montagne,  si  suplica  pero  \'.  K.  per  il  presto  rimedio  per  che  si  possono  havere  tutti 
o  morti  o  vivi,  perche  vanno  publicamente  per  le  dette  ierre  ct  anco  per  il  territorio  di  Paglieta 
pero  detto  signor  Márchese  li  proiegge  e  solamente  esso  signore  li  puo  daré  in  mano  della 
corte,  ma  sia  presto  il  rimedio  c  gli  faccio  humilissima  ríverenza. 

Lauciano  li  ii  di  Febraro  di  1084. 

D.  V.  K.  ma  subbito  subbito  con  li  rimedii  che  V.  K.  conoscera  piu  migliori  perche  non  si  puo 
parlare  et  e  notorio  che  sonó  piu  di  trenta  giorni  che  estanno  in  detti  luochi  alimentati  e 
protctti. 

Hum.»"*>  schiavo 
I'n  zelante  di  Sva  .Maksta. 

Habiendo  llegado  á  mis  manos  la  carta  inclusa  me  ha  parecido  usar  con  V.  S.  la  confianza  de 
remitírsela  original  para  que  V.  S.  haga  reflexión  á  lo  que  se  perjudica  su  punto  y  atenciones 
con  estas  voces  y  al  mismo  tiempo  considere  lo  que  me  debe  en  esta  demostración  en  materi.t 
tan  celosa  á  todos  visos.  Kspero  que  V.  S.  se  desempeñará  de  todo  con  disponer  que  esos  ban- 
didos vengan  vivos  ó  muertos,  pues  sólo  esto  podrá  ser  medio  de  mi  satisfacción  y  conforme  a 
las  obligaciones  que  concurren  en  V.  S.  á  quien  guarde  Dios. 

Ñapóles  19  de  Febrero  de  1684. 

[De  mano  de  S.  /í./— Conocerá  V.  S.  en  lo  que  le  digo  en  esia  cuan  su  servidor  soy  prome- 
tiéndome me  dará  lugar  y  ocasión  V.  S.  para  que  pueda  continuar  en  su  servicio  ion  la  misma 
fineza. 

D.  Gaspar  de  Hako  t  Gvzmín. 


25o  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

Entre  el  auxilio  de  grandes  personajes  y  el  de  los  parciales  de  Francia 
en  Roma  debían  estar  muy  amparados  los  bandidos  cuando  para  formar 
la  Junta  *  que  en  Ñapóles  había  de  entender  en  su  exterminio,  se  tocaban 
dificultades  upor  ser  muy  pocos  los  que  no  estaban  inficionados».  Había 
de  proceder  esta  Junta  contra  los  «varones  de  menor  esfera  que  se  halla- 
sen complicados  en  el  abrigo  y  protección  de  bandidos»,  sin  impedir  ni 
retaVdar  la  ejecución  de  sus  causas,  guardando,  respecto  de  «los  demás 
varones  que  pertenecían  á  las  primeras  Casas  y  calidad  de  aquel  Heino^y, 
la  mayor  atención  y  resguardo,  no  publicando  sentencia  ni  pasando  á  eje- 
cución sin  aviso  del  Virrey  ni  orden  de  S.  M. 

Demostraba  el  Consejo  miedo  en  proceder  de  una  vez  y  resueltamente 
contra  esta  trama  ponderando  la  facilidad  con  que  se  seguiría  una  suble- 
vación, diciendo  que  no  convenía  faltar  á  los  anteriores  ajustes  hechos  con 
ellos,  que  convendría  ver  el  medio  de  irlos  enviando  poco  á  poco  á  los 
presidios  de  África  ó  de  la  Península  en  número  de  ocho  ó  diez  en  cada 
uno.  ya  que  á  Cerdeña  no  procedía  mandarlos  «por  abundar  tanto  aquella 
isla  de  ellos»,  como  se  hizo  con  los  de  la  temible  compañía  de  Mateo  Ci- 
cardo  enviados  á  Mallorca  2,  cosa  que  ofrecía  sus  dificultades,  pues  los  in- 
gleses á  ningún  precio  los  querían  conducir  y  había  que  servirse  de  las 
galeras  de  S.  M.  Entre  estos  inconvenientes,  el  Consejo,  siempre  temeroso 
de  los  peligros  y  gastos  de  una  campana,  encargó  al  Virrey  que  no  tomase 
ninguna  resolución  contra  los  protectores  sin  previa  autorización,  por 
considerar  estas  medidas  delicadas  y  muy  peligrosas;  mas  el  Virrey,  con- 
vencido de  la  inutilidad  de  todo  esfuerzo  si  no  se  atajaba  el  daño  en  su 
primitivo  origen,  y  sabiendo  que  hasta  el  Cardenal  Cibo  les  amparaba  por 
haberle  propuesto  como  solución  destinarlos  á  servir  á  Venecianos,  pro- 
posiciones que,  con  prudente  acuerdo,  desvaneció  el  iVlarqués,  y  que  siem- 
pre que  se  les  perse^ruía  en  el  Abruzzo  encontraban  acogida  en  los  Esta- 

i  Froponiaasc  para  esta  JuQia  cuatro  españoles  y  do>  Qípolitanos:  I>on  Kciix  de  Lauzina  y 
UiloáL,  Presidente  del  Sacro  Consejo;  l>.  Diego  de  Soria  Morales.  Marques  de  i^respano;  Ignacio 
Provcüzal,  D.  Esteban  Padilla,  I).  Sebastián  (.lotes  y  Genaro  de  Andrea. 

2  La  taina  de  este  bandido  se  acreditaba  no  sólo  por  sus  ha/ iñas  en  Ñapóles  >  su  comarca 
siuo  porque  una  vez  preso  y  conduciéndole  al  castillo  de  Mahón  con  77  compañeros  el  Capitán 
Brancario  del  tercio  de  intanteria  Napolitana  de  Don  Marino  Carrafa  en  un  navio  inglés  llamavio 
América,  se  sublevo  entre  Mallorca  y  Menorca  apresando  al  Capitán  y  haciendo  volver  la  proa 
á  Francia  desembarcando  con  todos  sus  compañeros  en  una  playa  francesa  y  dejando  al  Capíiáa 
Brancario  tan  desamparado  de  todo  cuanto  traía  que  hubieron  de  prestarle  ropa  con  que  pu- 
diese saltar  en  tierra.  Cicardo  y  los  suyos  fletaron  después  una  embarcación,  aunque  uno  de 
ellos  declaro  habérsela  facilitado  los  mismos  franceses  á  su  costa  para  que  volviesen  á  infestar 
i  Italia,  y  desembarcaron  en  la  Marina  de  Salerno;  pero  á  los  pocos  días  fué  muerto  Cicardo  coa 
ua  sobriüo  suyo  y  seis  compañeros  cuyas  cabezas  se  llevaron  á  Ñapóles. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  25 1 

-dos  Pontiñcios,  donde  vendían  los  productos  de  sus  robos,  puso  tal  empe* 
ño  en  descubrir  á  los  culpables,  que,  encerrando  en  aquellos  castillos  á 
los  más  sospechosos,  llegó  á  encontrar  pruebas  abrumadoras  contra  un 
personaje  de  quien  por  su  edad,  juicio  y  buena  opinión  se  resistía  el  mismo 
Virrey  á  creer  ejecutase  cosa  tan  indigna  de  sus  obligaciones.  Era  éste  el 
Duque  de  Lauriano,  uno  de  los  caballeros  más  atendidos  de  Ñapóles,  de 
cuyo  juicio  y  consejo  se  valían  los  que  más  deseaban  el  acierto  en  sus  ne- 
gocios y  que  tenía  con  el  bandido  Santuccio  la  intimidad  que  demuestra  la 
siguiente  carta: 

Santucho  mió:  No  he  podido  responder  antes  á  la  suya  porque  al  presente, 
Fr.  Jacobo,  nuestro  confidente,  no  ha  podido  volver  por  algunas  ocupaciones 
suyas,  pero  habiéndolas  concluido  va  ahora  y  digo  que  he  tenido  mucho  gusto  de 
la  escaramuza  que  se  tuvo  con  la  gente  de  corte  conforme  me  significa  y  están 
bien  advertidos  de  fortificarse  porque  el  Virrey  ya  está  endiablado  contra  vosotros 
y  ha  enviado  y  envía  continuamente  gente  >  municiones  y  órdenes  de  guerra  para 
vatir  los  muros  de  vuestros  fuertes  y  os  aconsejo  que  cuando  us  vicrcdes  en  el 
último  estrecho  que  no  podáis  resistir  hagáis  entender  al  Virrey  que  queréis  ir  á 
servir,  que  después  será  cuidado  mío  como  he  de  hablar  al  Virrey  en  vuestro  bene- 
licio  respecto  de  que  todos  los  otros  bandidos  del  Chelento,  Zicardo  y  Schiarrilli, 
los  cuales  eran  protegidos  de  mí  en  el  (>helento,  procuré  yo  hacerlos  ajuslar,  mas 
por  vosotros  no  puedo  hablar  porque  no  entre  en  sospechas  su  Kx.*  y  me  haga 
poner  en  algún  castillo,  que  con  éste  hoy  no  hay  burlas,  aunque  á  mí  me  tiene  en 
bonísimo  concepto,  pero  es  duro  de  cerviz  y  no  puedo  comprometerme,  y  así,  como 
llevo  dicho,  cuando  no  podáis  resistir  más  haréis  hablar  por  el  ajustamiento,  que 
entonces  os  serviré  en  buena  forma. 

También  me  avisasteis  si  os  puedo  proveer  de  3o  ó  40  escopetas,  á  que  os  digo 
que  de  buena  gana  lo  podré  hacer  porque  tengo  en  mi  castillo  de  Agrópoli  una 
cantidad  de  armas  las  cuales  me  las  tenia  guardadas  aquel  cabo  de  bandidos 
Zicardo  con  sus  compañeros  y  habiendo  muerto  la  mayor  parte,  me  han  quedado 
dichas  armas,  pero  están  en  el  castillo  de  Agrópoli  la  mayor  parte  y  algunas  otras 
en  el  Palacio  de  Lauriano  donde,  si  tuviéredes,  comodidad  segura,  con  secreto 
de  noche  podréis  enviar  por  ellas  que  yo  daré  orden  á  mi  faciur  que  las  entregue 
luego,  portándoos  en  esto  con  toda  cautela  y  si  no  lo  hacéis  así  no  os  pongáis  en 
ello  respecto  que  yo  podría  perder  la  vida  jumamente  con  mis  hijos  los  cuales  se 
hallaron  en  mi  tierra  de  Agrópoli  y  Laurianíj  cuando  eran  \ivob  dichos  bandidos 
que  les  dejaron  dichas  armas  que  de  mi  orden  les  protegían,  y  haya  como  he  dicho 
mucha  cauteta  que  son  cosas  de  peso  y  porque  no  sepa  ninguno  lo  que  pasa  entre 
mí  y  vosotros  escribo  de  propia  mano  sin  íiarme  de  mi  secretar!*;  y  porque  estoy 
algo  ocupado  no  os  puedo  escribir  todo  aquello  que  deseáis,  pero  presto  será  con- 
solado, y  esté  advertido  de  que  luego  se  rompan  las  cartas,  como  yo  lo  hago  de  las 
vuestras  que  apenas  las  leo  cuando  las  rompo.  Se  que  tenéis  juicio  y  os  lo  he 
advertido  otras  veces  y  del  resto  atiéndase  á  regirse  bien  que  yo  seré  siempre  vues- 
tro y  afectuosamente  me  le  recomiendo. 

Ñapóles  I.*  Abril  1O84.  Su  aficionadísimo 

Kl  L)i\n'K  DE  Lauhiano. 


252  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

El  descubrimiento  de  esta  carta  causó  notable  admiración;  el  misma 
Virrey  quiso  que  en  su  presencia  se  comprobase  la  autenticidad  del  docu- 
mento, con  lo  cual  y  con  otras  diligencias  que  se  hicieron  se  determinó  la 
prisión  del  Duque  y  la  de  sus  dos  hijos  en  Castilnovo,  aunque  por  la  grave 
enfermedad  del  primogénito  se  le  devolvió,  mediante  ñanza,  á  su  casa  con 
orden  de  tenerla  por  cárcel.  Consta  en  el  proceso  que  el  presidiario  Pom- 
peo de  Vita,  que  estaba  en  la  misma  cárcel  que  Santucho,  conocía  al  fraile 
confidente,  Fr.  Jácome,  lego  de  la  orden  de  San  Francisco,  y  hablando 
con  él  le  dijo  que  llevaba  una  carta  del  Duque  de  Lauriano  para  Santu- 
cho; que  el  preso  preguntó  al  fraile  si  sabia  el  apellido  de  aquél,  que  para 
ver  si  constaba  en  el  sobre  sacó  éste  la  carta  de  la  manga  y  la  entregó  al 
preso,  el  cual,  por  congraciarse  con  el  Virrey  y  alcanzar  la  libertad,  la 
hizo  llegar  á  sus  manos.  Reconocida  la  carta  y  cotejada  con  otras  dos  del 
Duque  al  Marqués  de  Crespano  recomendando  el  indulto  del  bandido  Ci- 
cardo,  resultó  ser  auténtica  y  confirmar,  con  la  declaración  que  hicieron 
los  mismos  bandidos,  de  ser  sus  protectores  y  encubridores,  entre  otros 
varios,  los  Duques  de  Santo  Elia  y  de  la  Echelenza  y  el  Príncipe  de 
Scano,  las  extrañas  relaciones  de  los  grandes  señores  de  la  época  con 
I  Bravi  tan  magistralmente  descritas  por  Manzoni.  Para  confirmación  de 
la  culpabilidad  del  Duque  lueron  registradas  las  casas  de  Lauriano  y  Agró- 
poli  en  busca  de  las  armas  mencionadas  y  se  hicieron  averiguaciones  de 
que  resultó  probada  la  protección  á  Cicardq  y  el  depósito  en  el  palacio  de 
un  gran  hurlo  de  tabaco. 

En  cuanto  á  los  otros  Títulos  fueron  puestos  en  castillos  y  se  nombró 
un  ministro  que  tomase  ¡níórmación  de  ellos  y  de  otros  muchos  que  iban 
resultando  culpables. 

*  * 

Apoyados  los  bandidos  por  tan  valiosos  protectores  y  dueños  de  las  in- 
accesibles montañas  del  Abruzzo,  dominaban  desde  ellas  la  provincia  en- 
tera con  tan  insolente  arrogancia,  que  tenían  divididos  los  lugares  entre 
sus  cabos  ó  capitanes  y  repartían  contribuciones  á  su  antojo. 

Así  consta  de  la 

«Distribución  y  repartimiento  que  ios  cabos  bandidos  del  Abruzzo  tenían  hecha 
entre  sí  de  las  ciudades  y  lugares  de  aquella  provincia  para  sus  contribuciones  y 
asistencia.» 

Por  este  documento  aparee  que: 

Juan  Bautista  Cola  Reniero  dominaba  las  tierras  de  Montorio  y  sus  villas: 
Poggio  Ombricho,  Tosicia,  Pietra  Camela,  Intermosoli,  Cereveto,  Isla,  Aquilano, 


BIBLIOTECAS  Y    Ml'SEOS 


2?^ 


Coledonico,  Colevechio,  Spiano,  I-eijoiinanv.  Valle  de  S.  Jum.  Karano,  Kucnar.u. 
Basciano  v  Frondarola. 


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MrJ(.f«.W-*¿a«    J«    f.lcrtViMs  «.««/•>«   .m-tlm*^  MMm* Jjmm^JmJ    ,«#•«•   ,„^¿    «^^    -y  "^ 


p-  *>.•  :.i.  M on:  op:w  •? . 


Sar.::;^;;  j:  la  m  .p.'.í^^a  de  '"e-^  \  de  H-.an-j.  la  de  Ko¿e:o  >  su>  wWis:  S.  S:e:ano. 
5.  Fcie,  T  ^r-cj'ia  y  ..."aN  Je  TirraTi-.. 

An'.'^rr.j  Pompeu  '-. .  r  aro  b»:  a  wiüdad  de  Teramo  y  muchas  vMas  deüi  be- 
Iar,:e,  P:?a:i  .-r.:,  F orjia,  ^dS'.e.u^r.-^,  <-a:>:e:  A!*.^  y  ú'.ras  cor.vecirtaf. 


254  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

Domingo  Antonio  Manchequi  (a)  Durante:  la  ciudad  de  Campli,  Civiteia  del 
Tronto  y  sus  villas:  Neroto,  S.  Omiero,  La  Penna,  Castelnovo,  La  Nocela  y  limí- 
trofes. 

Juan  Carlos  Viieli:  Sanio  Vito,  Macchia  y  otras  tierras  convecinas  (v.  plano  b). 

Salvador  Bianquino:  Valle  Castellana  y  sus  villas. 

Sus  hazañas  en  estas  tierras  eran  antiguas:  habían  degollado  en  los 
Abruzzos  dos  compañías  de  españoles  mandadas  contra  ellos;  mataron  al 
capitán  Artus  y  á  toda  su  compañía,  á  pesar  de  haber  sido  famoso  bandi- 
do en  Valencia;  desnudaron  al  capitán  Irles,  también  exbandido  valencia- 
no, y  á  toda  su  gente,  obligándole  á  besarles  los  pies  por  perdonarle  la 
vida,  y  acabaron  por  escalar  las  murallas  de  Montorio  (v.  plano  b),  apo- 
derarse de  aquella  tierra,  rendir  al  capitán  de  la  compañía  de  españoles 
que  estaba  de  guarnición  y  echarlos  á  todos  fuera  sin  armas. 

Ante  la  insolencia  del  asalto  de  Montorio.  ^'la  viveza  y  actividad»  del 
marqués  del  Carpió  que,  según  el  Consejo,  ^necesitaba  rienda  con  que  en- 
frenarse*),  resolvió  escarmentar  de  una  vez  á  los  bandidos,  y  á  pesar  del 
poco  apoyo  que  para  su  campaña  encontraba  en  el  Consejo,  á  quien  todo 
se  volvían  temores  por  los  gastos  que  había  de  ocasionar  y  por  los  peli- 
gros de  emplear  las  armas  españolas  en  sitios  tan  escarpados,  desguarne- 
ciendo á  Ñapóles  y  exponiéndolas  á  otros  accidentes,  nombró  al  marqués 
de  Santa  Cristina  '  Comisario  delegado  de  la  campaña  y  Cobernador  de 
las  armas  para  la  persecución  de  los  bandidos  del  Abruzzo  con  grandes 
esperanzas  de  éxito  y  de  que  se  limpiaría  de  esta  gente  aquella  provincia, 
como  ya  lo  estaban  las  que  antes  padecieron  igual  plaga,  pues  de  la 
compañía  del  famoso  Cicardo  no  quedaba  ninguno  y  de  las  otras  se 
habían  presentado  ya  hasta  21 3.  Habían  de  asistirle  como  maestres 
de  campo  D.  Alonso  de  Torrejón  y  Peñalosa  2  y  D.  Juan  Simón  de  To- 


1  Había  servido  más  de  20  años  eo  los  ejércitos  del  Principado  de  Cataluña,  Portugal,  Sicilia 
y  Mesina;  fué  gobernador  de  las  l'raoteras  de  Hiioles'con  titulo  de  (iral.;  se  halló  en  el  sitio  y 
toma  de  Barcelona;  fué  herido  en  el  encuentro  de  Solsonn.  sacando  atravesado  el  cuerpo;  asistió 
al  socorro  de  Badajo/,  sitio  de  Jelbcs,  toma  de  Arronches,  Beyros,  Kurumeña,  Monforte, 
Ocrato,  Oguela  y  Kbora;  peleó  con  gran  bizarría  en  la  retirada  de  Estremo/,  y  salió  herido.  Por 
sus  servicios  fué  nombrado  consejero  colateral  de  Ñapóles  en  itVV8. 

2  Había  servido  en  la  armad^i  del  Océano,  ejército  de  ('.antabria  y  frontera  de  Aragón.  Sirvió 
treinta  y  cinco  años  en  Cataluña  llegando  á  sargento  mayor  del  Tercio  viejo  de  Lisboa;  gobernó 
el  castillo  y  ciudad  de  Lérida  el  de  lliquer  y  el  de  Puy-Gualador;  en  los  sitios  de  Salsas  y  Perpiñan 
puso  en  riesgo  su  vida  atravesando  el  campo  enemigo  con  pliegos  de  S.  M.;  en  el  encuentro  de 
Llorens  salió  herido  de  tres  mosquetazos,  dos  en  la  cabe/a  y. uno  que  le  atravesaba  el  pecho;  se 
distinguió  en  los  socorros  de  Lérida  y  San  Mateo,  sitios  y  toma  de  las  plazas  de  Flix,  Mirauet,  . 
Tortosa,  Barcelona,  flospitalet,  San  Ferriol,  Santa  Madrona  y  Valdoncellasy  quemas  de  las  Bar- 
cas de  S.  Feliu  y  de  les  lugares  de  Fito  y  S.  Hipólito  en  Francia.  En  la  recuperación  y  asalto  de 
S^n  Juan  de    los  Reyes  peleó  de  manera  que  quitó  las  escalas  que  traía  I).  José  de  Pinos  que. 


í 


BIBLIOTECAS   Y  MUSEOS  255 

rres  »,  soldado  famoso,  con  los  pertrechos,  gente  y  municiones  necesarias, 
y  para  asegurar  la  campaña  se  empezó  por  reforzar  el  castillo  de  Civitela 
del  Tronto,  llave  de  la  provincia  del  Abruzzo,  con  un  capitán  de  infante- 
ría y  3o  hombres,  y  se  mandó  volver  á  él  á  su  castellano  D.  Luis  Mon- 
roy  -,  que  residía  en  la  corte,  reforzando  también  el  de  Pescara  con  40 
hombres  y  un  alférez. 

venía  en  su  socorro.  Gobernindo  el  cantillo  de  Puy-OuaUdor,  le  sitió  el  enemigo  y  ^  defendió 
con  tal  valor  que  le  obligó  a  retirarse  con  pérdida  de  mucha  gente;  sitiado  por  segunda  vez 
siguió  defendiéndose  hasta  que  con  una  batería  Ic  abrieron  tal  brecha  en  la  muralla  que  hubo 
de  rendirse  aunque  con  capitulaciones  muy  honrosas.  Derrotó  á  las  tropas  enemigas  en  Francia 
y  fué  prisionero  algunas  veces,  poniendo  en  riesgo  su  vida. 

1  Sirvió  en  la  Armada)  ejércitos  de  Fuenterrabía,  Cataluña  y  Extremadura  como  capitán 
<le  infantería  y  sargento  mayor  del  tercio  del  Conde  de  Arenales;  se  halló  en  el  viaje  de  It  arma- 
da del  Gral.  D.  Antonio  deOquendo;  en  el  socorro  de  Fucnterrabía  y  rota  delejército  fran- 
cés; pasó  de  allí  á  Cataluña  y  asistió  al  sitio  y  restauración  de  Salsas  donde  se  le  encar- 
garon acciones  especiales  que  ejecutó  con  valor.  Por  causa  de  las  alteraciones  de  Barcelona 
tuvo  que  salir  de  allí,  salvándose  en  una  galera,  y  pasando  á  Extremadura,  donde  se  halló 
en  la  rota  del  rebelde  en  los  campos.de  Montijo  fué  atravesado  de  un  mosquetazo,  sin 
que  se  retirase,  aunque  tuvo  orden  para  ello,  hasta  que  lo  hizo  el  ejercito.  Gobernó  300  sol- 
dados de  su  tercio  en  la  sorpresa  de  San  Alejo  y  Zatara  y  fue  herido  en  el  sitio  de  Yclves 
Habiendo  tocado  á  su  tercio  embestir  por  un  baluarte  en  la  sorpresa  de  Oh  venza,  subió  por  una 
escala  con  una  manga  de  arcabuceros  y  mantuvo  con  eili  casi  una  hora  una  bocacalle  con 
mucha  pérdida  del  enemigo  hasta  que  por  otra  rompió  con  grueso  de  gente  y  le  dejó  cortado, 
con  que  leiué  preciso  retirarse  no  sin  gran  dificultad  y  riesgo,  arrojándose  por  la  muralla  con 
la  gente  que  le  había  quedado.  Asistió  al  socorro  de  Badajoz  gobernando  su  tercio  todo  el 
tiempo  que  duró  el  sitio  y  señalándose  en  muchas  ocasiones  por  su  valor,  especialniente  en 
meter  en  la  plaza,  por  entre  los  puestos  más  fuertes  del  enemigo,  el  convoy  de  víveres  que  abas- 
teció la  Plaza,  etc.,  etc. 

2  Sirvió  en  todas  las  ocasiones  que  se  ofrecieron  desde  las  alteraciones  de  Cataluña  y  fué  uno 
de  los  que  después  de  la  rendición  de  Salsas  entró  en  Perpiñan  á  fuerza  de  armas.  Kn  la  toma  de 
Bibas  Altas  fué  de  los  cinco  arcabuceros  elegidos  para  colocar  un  petardo  y  entrar  por  la  brecha 
que  hicieron,  en  cuyo  combate  fué  gravemente  herido  en  la  cabeza.  Cuando  nuestras  armas  sc 
apoderaron  de  la  villa  y  cistíllo  de  la  Torre  en  Francia,  se  señaló  en  ganar  dos  piezas  de  artille- 
ría á  los  enemigos  y  en  la  resistencia  que  estos  hicieron  á  la  gente  que  salía  de  Perpiñan  para 
incorporarse  al  ejército  del  Marqués  de.Torrecuso  que  venía  á  socorrer  la  Plaza;  peleó  en  el 
sitio  y  toma  de  .\rgeles  y  en  la  batalla  y  encuentro  que  hubo  con  el  enemigo  junto  al  lugar  de 
Leña  y  paso  del  Moni  de  la  Terra,  de  ilondc  salió  derrotado,  señalándose  por  su  valor  y  llevan- 
do siempre  un  saco  de  trigo  á  la  espalda  hasta  entregarle  en  Perpiñan;  tué  de  los  nombrados 
para  impedir  el  paso  del  enemigo  que  intentaba  sitiar  á  Elna.  rechazando  á  la  caballería,  ma- 
tando al  cabo  y  manteniendo  su  puesto;  hallóse  en  el  sitio  de  Perpiñan;  sirvió  en  el  ejército  de 
Badajoz  con  caballo  y  armas  propias  hallándose  en  las  ocasiones  que  ocurrieron,  especialmente 
cuando  se  obligó  |al  enemigo  á  desalojar  la  caballería  de  Yelves  donde  peleó  con  gran  valor 
espada  en  mano  haciendo  considerable  estrago  en  los  contrarios  que  se  retiraron  con  grandes 
pérdidas;  lué  nombrado  con  seis  ginetcs  para  reconocer  el  campo  enemigo  ante  Barcarrota  y 
encontrándose  con  el  grueso  del  ejército,  cargaron  sobre  él  y,  al  emprender  la  retirada,  cayó 
con  el  caballo  en  |una;/anja  donde  le  hirieron  y  apresaron;  recobrada  la  libertad  á  los  pocos 
días,  fué  vuelto  á  nombrar  cabo  de  i3  caballos  para  nuevos  reconocimientos  en  que  hi/o  grandes 
daños  al  enemigo 

Pasó  después  á  Flandes  donde  se  distinguió  en  el  sitio  y  toma  de  Gravelingas;  entrada  que  se 
hizo  en  Francia,  sitio  y  toma  de  Chongin  y  sitio  y  recuperación  de  Dunquerque  donde  recibió 
tales  heridas  que  mereció  ser  visitado  pur  el  Archiduque  Leopoldo  quien  alabó  su  valor  y 
siguió  preguntando  con  interés  por  su  curación;  hallóse  en  los  sitios  de  Rocroy  y  Arras,  socorro 
de  Valenciennes,  recuperación  de  Conde  y  de  S.  Guilén  y  batalla  de  las  Dunas. 

Fue  teniente  del  castillo  de  Gante  y  Gobernador  del  Fuerte  Rojo.  Ocupaba  este  puesto 
•  ea  1667  cuando,  rota  la  paz  con  Francia,  se  ofreció  al  Marqués  de  Castel  Rodrigo  para  servir  con 


256 


REVISTA  DE   ARCHIVOS 


Disponía  el  de  Santa  Cristina  de  i.Soo  infantes  españoles,  23o  soldados 
viejos  italianos,  lOO  caballos  y  tK)0  hombres  de  corte;  2.450  en  total. 

Los  bandidos,  por  su  parte,  se  fortificaban  en  la  casa  de  Pompeta  con 
gran  fuerza,  introduciendo  víveres  para  resistir  el  sitio. 


I-KP-il"!  t:riVAS  Y  I'I.ANH'í  de  l.AS  CASAS  nK  J.  CAKI  OS  VM  I.I  I  V  A.   I'mMI'I.IA  (C) 

En  Montorio  estaba  Raniero  con  los  demás  capitanes  y  i5o  arcabuce- 
ros del  mismo  luí^ar  que  tomaron  las  armas  en  su  ayuda;  obligaban  á  los 
habitantes  de  aquellos  lui^ares  ¿i  trabajar  en  sus  fortiílcacionos  y  puestos 
avanzados,  amenazándolos  con  quemarlos  si  no  lo  hacían;  profanaban  las 
iglesias  robando  sus  alhajas  y  obligando  á  los  curus  á  pedir  licencia  al 
Obispo  para  consumir  el  Santísimo  Sacramento  y  quitar  ocasión  de  ma- 
yores ultrajes.  Ayudábales  también  el  tiempo  iKnero  y  Febrero  de  1684), 
que  era  crudo  y  de  muchas  nieves,  de  lo  que  se  aprovecharon  los  bandi- 
dos para  salir  de  .Montorio  (plano  b)  y  tomar  unos  puestos  ocupados  por 
nuestras  tropas,  con  cuya  ocasión  hubo  escaramuza  y  quedaron  heridos 
algunos  oficiales,  aunque  se  consiguió  hacer  retirar  á  los  bandidos  hasta 
las  puertas  de  Montorio  con  siete  muertos  y  treinta  heridos.  Tomaron 

una  pica,  aunque  se  le  mandó  seguir  en  su  puesto  por  ser  de  :anta  importancia.  Dicronle  f^racias 
los  (icncrales  por  lo  bien  que  se  portó  cuando  el  cjcrciío  trances  ocupaba  los  contornos  del 
fuerte  y  íué  después  nombrado  castellano  de  <*.¡vi:clla  ilcjcuyo  carjjo  tomó  posesión  en  aa  de 
Julio  de  167a. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  iby 

los  nuestros  la  ofensiva  el  día  8  de  Marzo,  atacando  la  casa  de  Titta  Cola. 
Raniero  (plano  d),  el  puesto  de  los  Capuchinos  y  la  torre  de  Escalona 
(plano  f),  saliendo  con  toda  la  gente  y  embistiendo  á  un  tiempo  los  tres 
^juntos  (v.  plano  f,  letras  E  T  G  Q). 


tüm^  ^4 


X^rrt  Aprfíf*i3mtífJFtKTUfít9  ^icjmt^  ^^nri^h-'  Coi*.l€-iiW».    .  ^  ^  '    ^    J 


PIAVTA  1-K  I  A  Pi'Vl   I   I  A  Uli      il.PBI.  l#i;  J.  H.  i  OI.A  P  ANIHHO  M) 

Las  compañías  de  1).  Alejandro  de  Aldama  y  de  Krancisco  Antonio 
Fernández  de  Soto  con  3(»  ln')mbres  atacaron  á  los  Capuchinos  y  las  de 
D*  (iaspar  de  Zúñii^a.  Pedro  Andrés  y  Alonso  Pérez  atacaron  la  parte 
del  valle  Je  San  Juan,  quediíndose  el  Marqués  y  el  resto  de  la  gente 
para  eml'cstir  la  torre  de  Escalona;  intentóse  el  asalto  en  esta  iorma 
dos  horas  antes  de  amanecer,  y  aunque  por  la  parte  de  los  Capuchinos 
qanaron  la  puerta  del  jardín  y  la  entraron,  hallaron  cerradas  y  defendí- 


258 


REVISTA  DE   ARCHIVOS 


das  las  demás  entradas,  siendo  rechazados  y  causándoles  muertos  y  heri- 
dos. No  se  hizo  operación  alguna  por  el  valle,  y  las  verificadas  contra  la 
torre  de  Escalona  fueron  tan  poco  afortunadas,  que,  á  pesar  de  haber  en- 
viado 5o  hombres  italianos  y  españoles  por  mitad,  varias  columnas  de  re- 


PLANO  DKI    fAI.AiMO  HK  J.  K.  COI.  \   HANIKKíJ  (I. A  RKoIa)  (c) 

fuerzo  mandadas  por  los  capitanes  Francisco  Pardo  de  Rivadeneyra, 
Guerrero,  D.  Manuel  de  Articta,  Molina  y  D.  Tomás  de  la  Carrera  y  por 
los  italianos  Marqués  Viteli  y  Fiorilo,  y  no  obstante  el  excesivo  valor  y 
rudo  ataque  de  todos,  no  lograron  su  intento  por  hallarse  la  torre  tapiada 
y  con  troneras  por  donde  á  mansalva  disparaban  los  bandidos.  Murieron- 
allí  los  capitanes  Rivadeneyra,  Guerrero  y  Fiorilo  con  otros  40  oficiales  y 
soldados,  y  fueron  heridos,  entre  otros  86,  los  capitanes  D.  Tomás  de  la 


BIBLIOTECAS    Y    MUSEOS 


2bi) 


Carrera,  el  Marqués  Viteli  y  D.  Manuel  de  Molina;  con  lo  que  el  Marqués 
de  Santa  Cristina  tuvo  que  retirarse  á  Fornarola,  distante  tres  millas  de 
Montorio  á  esperar  órdenes  '. 


(Plandti  •  \s\  i>i:  inRAVT  I  ho'  x  :>».  i-m-inM  mbkii  mo       i«ihrki»k   kmaiona 

La  sorpresa  que  esta  verdadera  derrota  causó  al  Marqués  del  (^irpio 
fue  lírande.  tanto  m¿is.  cuanto  que  el  de  Santa  Oistina  anunciaba  el  éxito 
como  seguro,  y  lo  que  alentaría  ¿i  los  bandidos  puede  suponerse. 

JriJÁN  Paz. 

I     Muertas  y  heritios  que  hub'»  en  el  ¿itajue  de  Hfcai'nia. 

Pe  la  conip'iñía  del  capitán  I>.  Vrco.  de  Kivadcncyra  inucrios  el  capitán  y  7  soldados.     .  R 

lleridds  lie  la  misma  compañía ', '    .     .     .     .  S 

l>e  la  del  capitán  1).  Manuel  de  Artirla  muerto  el  alférez  y  4  scddados 5 

ncriílüs  lie  la  misma  compañía o 

I 

...  s 

.     .     .     .  2 


I^e  la  del  c.ipitán  1>.  .Manuel  de  Molina  herido  el  capitán. 
Muerte;  de  la  misma  compañía 


He  la  del  capitán  h.  Tomas  de  la  Carrera  herido  ei  capitán  y  i  soldado.  .     .     . 

De  la  del  capit.in  1).  (laspar  Irles  i  soMado  muerto. 

Heridos  lie  la  misma  compañía 

Itajas  de  iax  compañías  que  avam^amn  hacia  /o.v  Capuchinos. 

De  la  del  capitán  n.  .Mejandro  .Vldama -{  muertos 

Heridos 

De  la  del  capitán  Freo.  Amonio  de  .Soto  s  muertos  y  dos  que  no  parecieron.  . 

Heridos  de  la  misma  compañía 

De  la  del  capitán  (iuerrcro  muerio  el  capitán  y  4  soldados 


i)e  la  Uel  capitán  due 
Heridos  íie  la  misma.. 


't. 


De  la  del  capitán  Kiorilo  muerto  el  capitán I 

Heridos  de  L  misma 5 

De  la  ilel  capitán  Marqués  \'iteli  herido  el  capitán  con  otr<.»s  21  soldados .22 

Muertos  de  la  misma 7 

D.  IsiiJro  Torreiim  y  Peñatosa.  Avudante  propietario  del  tercio,  hijo  del  maestre  de  campo 

D.Alonso  lorreióD  y  Feñalosa,  Castellaoo  deK)vo,  muerto 1 

ToTAi 156 


26o  REVISTA   DE   ARCHIVOS 


EL  PRIMER  LIBRO  DE  ACTAS  MUNICIPALES 


Hace  mucho  tiempo  que  tengo  el  pensamiento  y  la  intención  de  escribir 
unos  cuantos  renglones,  sin  otro  fin  que  el  de  rectificar  un  aserto  publi- 
■cado,  no  sé  ya  cuando,  en  el  Boletín  de  la  Real  Academia  de  la  Historia. 

Aunque  tarde,  realizo  al  cabo  mi  propósito,  considerando  que  nunca 
cae  fuera  de  tiempo  el  deshacer  un  error  y  establecer  una  verdad. 

Insertó,  en  efecto,  el  Boletín  de  la  Academia  de  la  Historia  un  artículo, 
muy  bien  escrito,  con  el  título  de  «El  primer  libro  de  actas  municipales», 
y  en  ese  artículo  se  afirmaba  que  el  libro  de  actas  más  antiguo  que  hay  en 
España  es  el  del  Ayuntamiento  de  Falencia,  correspondiente  al  año  1421. 
Después  de  esa  afirmación,  se  hacía  en  el  artículo  una  reseña  bastante  de- 
tallada y  no  poco  interesante  del  libro  palentino,  que,  en  verdad,  debe  de 
contener  cosas  muy  pertinentes  á  esa  parte  interna  de  la  Historia,  algo  más 
instructiva  y  más  luminosa  que  las  consabidas  listas  de  reyes  y  de  batallas 
con  que  se  han  compuesto  muchas  obras  de  texto. 

Pues  bien;  yo  puedo  decir,  sin  más  rodeos,  que  el  libro  de  actas  del 
Ayuntamiento  de  Falencia,  correspondiente  al  año  142 1,  no  es  el  más  an- 
'  tiguo  que  hay  en  España,  y  que  esto  consiste  sencillamente  en  que  el  Ayun- 
tamiento de  Burgos  conserva  todavía  su  libro  de  actas  correspondiente  al 
año  i388. 

Así  como  conserva  todavía  los  de  los  años  siguientes  del  mismo  siglo  y 
los  de  todos  los  siglos  sucesivos  hasta  el  año  presente,  con  excepción  de 
unos  cuantos  del  siglo  xv.  Es  decir,  que  tiene  una  colección  de  libros  de 
actas  casi  entera. 

El  libro  de  actas,  por  lo  tanto,  del  Ayuntamiento  de  Burgos,  que  co- 
rresponde al  año  i388,  es  el  más  antiguo  de  los  que  hay  en  España,  y  no  el 
del  Ayuntamiento  de  Falencia,  que  corresponde  al  año  1421.  A  no  ser  que 
otro  Ayuntamiento  tenga,  que  lo  dudo,  libro  anterior  al  año  i388. 

Dejemos,  pues,  sentado,  por  ahora,  que  quien  tiene  el  primer  libro  de 
actas  municipales  es  el  Ayuntamiento  de  Burgos:  al  fin  y  al  cabo,  esto  es 
lo  que  yo  me  proponía,  lo  que  me  interesaba  y  lo  que  constituía  y  consti- 
tuye primero  y  fundamental  objeto  de  estos  renglones. 

Secundariamente  y  como  un  fin  accesorio,  bien  podré  hablar  un  poco 
de  ese  curiosísimo  libro  húrgales,  que  tan  respetable  edad  cuenta  y  tan 


.  BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  ¿Ól 

perfectamente  conserva  el  recuerdo  de  personas  y  cosas,  para  mí  muy 
simpáticas  por  ser  de  Burgos,  para  todos  muy  importantes  por  formar 
parte  de  la  brillante  historia  castellana. 

El  libro  tiene  i32  hojas  en  tamaño  de  folio  menor,  de  las  cuales  hojas,, 
algunas  pertenecen  á  otros  años;  su  papel  efs  grueso,  áspero,  rugoso  y  ne- 
gruzco; su  letra  hermosa,  clara  y  escrita  con  tinta  ya  muy  parda,  y  su  en- 
cuademación, bastante  posterior  á  su  fecha,  en  pergamino.  *         • 

En  ese  libro,  se  aprende  desde  luego  algo  sobre  régimen  municipal  de 
la  Edad  Media,  materia,, á  mi  parecer,  no  del  todo  conocida  y  de  la  que 
he  tratado  ligeramente  en  algunas  de  mis  obrejas,  y  se  aprende  mejor 
todavía  lo  que  en  ese  régimen  tenía  de  propio,  peculiar  y  exclusivo  la  in- 
signe ciudad  de  Burgos. 

Hay  en  él  noticias  numerosas  que  sirven  para  formar  idea  exacta  de  los  • 
usos  y  las  costumbres  de  aquellos  tiempos,  y  datos  no  escasos ^que  valen* 
para  aclarar  la  historia  general  de  España  en  aquel  período. 

Todo  el  libro  está  escrito  por  el  Escribano  de  los  fechos  del  Concejo, 
Juan  Ferrández,  y  todas  las  actas  tienen  forma  de  notas,  con  inserción, 
entire  éstas,  de  cartas,  poderes,  requisitorias  y  otros  documentos. 

En  Burgos,  iba  entonces  arraigando  la  institución  de  Alfonso  XI,  ó  sea 
el  Regimiento  de  los  sece.  el  cual,  completado  por  ciertos  elementos  con- 
cejiles, antiguos  y  nuevos,  resultó  siempre  eficacísimo  para  el  gobierno  y 
administración  de  la  ciudad. 

Había,  pues,  en  primer  lugar  la  Justicia  real,  ó  los  Alcaldes;  después, 
los  diez  y  seis  regidores,  nombrados  por  el  Rey  y  denominados  ornes  bue- 
nos de  los  sece,  y,  además,  un  número  variable,  según  el  vecindario  de 
cada  colación,  de  procuradores  menores,  elegidos  por  el  pueblo  y  distin- 
guidos con  el  nombre  de  ornes  buenos  del  concejo.  Estos  administraban, 
los  regidores  gobernaban,  y  la  Justicia  juzgaba.  Todos  estuvieron,  más^ 
tarde,  vigilados  y  fiscalizados  por  dos  magistrados  superiores,  de  elección 
popular,  que  se  llamaban  procuradores  mayores. 

De  los  diez  y  seis  regidores,  uno  tenía  el  cargo  de  Merino  Mayor,  jefe 
nato  de  los  merinos  ó  ejecutores  de  las  órdenes  de  la  Justicia;  otro  el  de 
Escribano  Mayor,  ó  sea  inspector  de  toda  especie  de  papeles  y  jefe  nato 
del  Escribano  del  Concejo,  y  otro  el  de  Mayordomo  de  los  propios,  ó  co*  ■ 
brador  y  pagador  de  todos  los  dineros  concejiles. 

Sostenía  el  Concejo  pocos  empleados,  y  entre  el  maestro  de  la  gramá- 
tica, el  físico,  que  solía  ser  moro,  los  trompeteros,  los  pregoneros  y  algún 


2b2  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

oficial  de  policía,  sobresalía  la  preciosa  institución  de  los  fieles,  cuatro  in- 
dividuos elegidos  en  turno  por  las  colaciones,  que  cuidaban  de  la  buena 
calidad  y  justo  precio  de  los  mantenimientos;  que  tenían  su  Juzgado 
propio,  su  merino  propio,  sus  ordenanzas  propias,  y  que  juzgaban  é  im- 
ponían penas,  como  Tribunal,  á  los  infractores  de  la  tasa  y  de  los  acuerdos 
•concejiles. 

Justicia,  regidores  y  concejales,  se  reunían  en  ciertos  días  en  la  Torre 
-de  La  puente  de  Sta.  María,  edificada  para  casa  del  Concejo  en  el  siglo  xiii 
y  en  la  que  ahora  se  halla  instalado  el  Museo  provincial;  tenía  la  Torre 
una  sala  de  deliberaciones,  que  llamaban  cámara  de  la  paridad,  un  salón 
de  reuniones  generales,  un  archivo,  una  escribanía  ó  secretaría,  varios 
tránsitos  y  antesalas  y  alguna  oscura  pieza  destinada  á  prisión. 

Para  que  se  vea  si  son  curiosos  los  asuntos  tratados  en  dicho  año  i388 
•dentro  de  la  Torre  de  Sta.  María  y  por  el  Concejo  de  Burgos,  me  permi- 
tiré exponer,  sobre  algunos  de  ellos,  ligeras  indicaciones. 

Vivía  en  la  ciudad  un  moro  que  se  dedicaba,  y  no  por  amor  al  arte,  á 
las  adivinanzas,  la  salutaciones,  los  conjuros  y  demás  operaciones  propias 
de  la  alta  brujería.  Sin  duda  porque  estos  delitos  pertenecían  á  la  esfera 
de  la  policía  de  la  ciudad,  el  Regimiento,  y  no  los  alcaldes,  juzgó  al  moro 
y  le  impuso  una  pena  severísima;  pero  el  Conde  de  Castro,  gran  influen- 
cia entonces  en  Burgos,  se  compadeció  del  pobrecillo,  intercedió  por  el 
reo  y  obtuvo  que  el  mismo  Regimiento  indultara  al  mahometano.  En  el 
libro  de  actas,  página  79,  se  inserta  la  escritura  de  perdón,  otorgada  ante 
el  Escribano  público  Gonzalo  Pérez,  en  17  de  Julio,  y  que  dice  así:  c<Nos 
»el  Concejo,  é  los  alcaldes,  é  el  merino,  é  los  sece  omes  buenos  de  la  muy 
»noble  cibdad  de  Burgos,...  por  facer  bien  é  merced  é  porque  nos  lo  rogó 
»D.  Juan  Sánchez  Manuel,  conde  de  Castro,  perdonamos  á  vos,  Haben, 
»moro  alfaquí  que  érades  de  los  moros  desta  cibdad,  todas  las  penas  é  ca- 
»loñas  é  yerros  que  vos  hayades  fecho  é  decian  que  faciades  é  vos  entremc- 
»tiades  de  facer;  é  nos,  por  ruego  del  dicho  conde,  perdonamos  vos  todas  las 
» penas  é  caloñas  é  yerros  é  todas  las  otras  cosas;...  pero  con  tal  condición, 
»que  de  aquí  adelante  que  non  usedes  de  física,  nin  de  adivinanzas,  nin 
»de  lo  que  decían  que  usábades,  salvo  de  vuestra  alfaquía,  é  si  lo  ficiere- 
»des  é  fuere  sabido  en  buena  verdad,...  que  vos  maten  por  ello;  é  por  esta 
«nuestra  carta  mandamos  é  defendemos  al  merino  desta  cibdad,  que  vos 
»non  prenda,  nin  mate,  nin  lisie,  nin  tome  ninguna  cosa  de  lo  vuestro, 
s>nín  vos  faga  otro  desaguisado  alguno,  que  nuestra  merced  es  de  vos  per- 


BIBLIOTECAS  Y   MUSCOS  •  203 

»donar  todos  ios  yerros  é  malefícios  que  decían  que*abíades  fecho  á  algu- 
»nas  personas  desta  cibdad.)^ 

Si  al  Conde  de  Castro  Fe  atendieron  y  sirvieron  tan  pronto  los  bvirga- 
leses  en  lo  del  moro  brujo,  en  cambio,  al  Infante  D.  Enrique  le  desaira- 
ron en  cierta  petición  que  se  permitió  presentar  al  Concejo.  El  Infante, 
por  un  albalá  que  se  inserta  en  la  página  7,  suplicó  á  los  regidores  que 

•  eligieran  Fiel,  en  una  vacante  que  había,  á  Simón  Pérez.  Fuera  porque  ¿ 
los  Fieles  los  proponían  las  colaciones,  según  ordenanza,  fuera  por  lo  que 
quisiera,  Simón  Pérez  se  quedó  sin  la  fieldad  y  el  Infante  hasta  sin  con- 
testación*. Es  verdad  que  el  Regimiento,  acaso  como  desagravio  y  por  evi- 
tar Jas  ¡ras  de  D.  Enrique,  pues  otro  motivo  no  aparece,  hizo  enseguida  a 
dicho  personaje  un  hermoso  regalo.  Al  menos,  en  la  página  8."  consta  que 
los  ornes  buenos  del  Concejo  acordaron  pagar  i  .700  maravedises  por  un 

•  piñón  de  oro  que  mandaran  comprar  para  el  Infante  D.  Enrique.    , 

Cierto  día,  se  presentó  en  Regimiento,  con  una  carta  del  Rey,  Pedro 
.  Sánchez  del  Castillo,  y  dijo  que  del  servicio  que  se  votó  en  las  Cortes  de 
Briviesca,  Burgos  no  había  pagado  lo  que  le  tocaba  ni  ponía  acucia  para 
pagarlo,  y  que  como  toda  la  tierra  tenia  ojo  á  fsta  cibdad  por  ser  cabera  del 
reino,  viendo  que  Burgos  no  pagaba,  ninguna  ciudad  quería  pagar.  Estj, 
\  que  conHrma  lo  que  yo  he  sentado  muchas  veces  sobre  que  Burgos  era  la 
norma  y  el  modelo  por  los  que  se  guiaba  toda  la  nación,  consta  en  la  pá- 
gina i3. 

Aparece  en  la  1 19  el  nombramiento  que  hace  el  Concejo  en  favor  de 
Pedro  García  y  de  García  Fcrrández  de  Fieles  recaudadores  de  las  seia 
meajas  que  al  Rey  pertenecían  en  la  renta  del  pan  que  se  vendía  y  com- 
praba en  la  Llana,  y  en  la  sal  que  se  vendía  y  compraba  en  toda  la  ciudad 
y  sus  arrabales;  curioso  tributo  que,  unido  al  de  la  cue¡ia  que  disfrutaba  el 
Monasterio  de  las  Huelgas  en  la  misma  renta  del  pan  de  la  Llana,  no  de- 
jaría de  originar  entre  los  trigueros  que,  por  lo  visto,  entonces  como  ahora 
se  reunían  en  aquel  sitio,  sus  altercados  y  sus  disgustos. 

Con  eso  de  las  meajas  se  contribuía  también  al  Rey  en  las  demás  rea- 
tas de  la  ciudad,  según  se  nota  en  la  página  1 18  v.,  página  en  la  cual  están 
especificadas  esas  reptas,  que  eran:  las  del  vino  de  fuera,  cubas  de  dentro 
y  taberneros;  la  de  los  paños  en  grueso  y  por  varas;  la  del  haber  del  peso 
y  pescados  con  la  segunda  venta  de  las  terfderas;  la  de  la  carne  viva  y 
muerta,  cabras,  cuatropea  y  cueros  de  los  carniceros;  la  de  la  peletería, 
picotes  y  margas;ia  de  la  fruta  verde  y  seca;  la  de  la  madera,  leña  y  car* 

3.»  ÉFOCA.— TOMO   VIII.  1 9 


264  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

bón;  la  de  las  heredades,  cal,  piedra  y  yeso;  la  de  la  frencríá,  sellería  y 
cordonería;  la  dé  los  cueros  y  coronería,  con  los  tanadores  y  los  pisacue- 
ros;  la  de  las  joyas;  la  de  las  zapaterías  de  prfeto  y  de  dorado,  viejo  y  nue- 
vo; la  de  la  plata,  oro,  cobre,  estaño  y  plomo,  y  las  de  la  Judería. 

Más  curioso  todavía  y  digno  de  estos  tiempos  en  que  la  propina  alcanza 
fuerza  de  ley,  es  el  acuerdo  que  se  halla  en  la  página  35  v.,  y  por  el  cual 
se  manda  al  Mayordomo  de  los  propios  que  entregue  trescientos  marave- 
dises á  los  porteros  del  Rey...  «por  cuanto  están  siempre  prestos  á  abrir  á 
los  oficiales  de  la  cibdad  cuando  suben  á  ver  á  su  alteza.»  Bien  servidos  de- 
bían de  estar  en  Palacio  los  regidores  burgalesas,  pero  no  menos  bien  pa- 
gados estaban  seguramente  los  servidores  que  aquéllos  allí  tenían,  pues, 
como  se  ve,  Burgos  era  generoso  hasta  unos  términos  que  hoy  no  sé  si  le 
sería  posible  consignar  en  actas  públicas  y  solemnes. 

Varios  son  los  acuerdos  apuntados  en  el  libro  de  que  estoy  tratando 
que  se  refieren  á  la  jurisdicción  de  Burgos  sobre  diferentes  pueblos  de  la 
tierra,  como  Lara,  Pampliega,  Miranda,  Barbadillodel  Mercado,  Mazuela 
y  Pancorvo,  con  las  aldeas  correspondientes  á  cada  uno  de  ellos.  En  cada 
pueblo,  la  ciudad  ponía  su  alcalde,  su  merino  y  su  escribano  y  había  de 
confirmar  las  elecciones  concejiles  que  se  verificaran.  Una  vez,  en  Pan- 
corvo  riñó  de  mala  manera  un  vecino  con  su  suegro  y  con  su  cuñado^ 
hubo,  por  lo  visto,  escándalo  y  se  temió  que  ocurriera  alguna  desgracia;  y 
cuando  Burgos  se  disponía  á  tomar  providencias,  acudieron  á  la  ciudad  los 
tres  reñidores  pidiendo  clemencia  y  poniendo  el  asunto  objeto  de  la  riña 
en  manos  del  Concejo  burgalés  para  que  dictase  un  fallo.  Es  muy  bella, 
aunque  muy  larga,  según  se  ve  en  la  página  28,  la  sentencia  que  dio  Bur- 
gos, mandando  que  entre  padre,  hijo  y  yerno  hubiese  amistanza  y  amo- 
rio,  sin  facer  mala  obra,  nin  volver  pelea  nin  ruido,  nin  denostar  nin  bal» 
donar,  y  que  las  partes  se  abracasen  y  diesen  pa^  y  prestasen  luego  Jura- 
mento de  guardar  la  amistanza  y  el  amorto  que  entre  ellos  ponían,  de- 
biendo el  que  quebrantase  lo  jurado  pechar  seis  mil  maravedises  para  la 
cerca  de  la  cibdad.  Esto  si  que  era  un  verdadero  Juzgado  de  paz. 

En  algunas  otras  páginas  se  ve  cómo  el  Rey  pedía  á  la  ciudad  cincuenta 
ballesteros  y  cincuenta  lanceros,  pagados  por  ella,  para  que  fuesen  al  real 
servicio  en  la  guerra  de  Navarra;  cómo  la  ciudad  se  resistía  á  dar  tanta 
gente  y  pagar  tanto  dinero;  Cómo  su  alteza  concedió  á  los  burgalescs  que 
se  entendieran  con  el  Arzobispo  de  Sevilla,  que  estaba  á  la  sazón  en  Bur- 
dos, para  ver  lo  que  se  podía  rebajar  de  todo,  y  cómo  al  fin  se  convino  en 


BIBLIOTECAS   Y    MUSEOS  265 

<]ue  Burgos  daría  treinta  ballesteros  y  treinta  lanceros,  pagándolos  quince 
días  la  ciudad  y  quince  días  el  Rey  por  de  pronto.  Se  ve  también  que  los 
ballesteros  y  los  lanceros  se  sacaron,  haciendo  al  efecto  un  repartimiento 
«ntre  las  colaciones  ó  barrios  de  la  ciudad,  señalando  á  los  soldados  el 
sueldo  de  diez  blancas  cada  día  y  presentando  cada  lancero  y  cada  balles- 
tero un  fiador  de  altura. 

No  deja  de  ser  también  reparable  la  manera  que  tenía  entonces  cl 
Ayuntamiento  de  Burgos  de  mirar  por  sus  intereses.  Al  Rey  le  había 
prestado,  tiempo  atrás,  algunas  cantidades,  el  Rey  no  las  devolvía,  por  lo 
visto,  y  la  ciudad,  según  se  lee  en  la  página  26,  mandó  á  un  alcalde  y  á 
un  merino,  ambos  de  nombramiento  real,  que  embargasen  á  los  recauda- 
dores de  las  alcabalas  los  productos  de  éstas,  no  permitiendo  que  los  lle- 
vasen al  Rey  hasta  que  el  Concejo  se  cobrara  los  dineros  que  á  su  alteza 
había  prestado.  Y  el  alcalde  y  el  merino,  no  obstante  ser  dependientes  del 
Rey  y  no  del  Concejo,  así  lo  hicieron,  poniendo  embargo  á  los  recaudado- 
res de  las  alcabalas,  que  eran,  por  cierto,  Alben-Car-Sevi  y  Aben-Sala- 
món- A  ben  r  resque . 

Y  á  propósito  de  estos  judíos.  Sus  hermanos  los  habitantes  de  la  Jude* 
ría,  que  estaban  tras  el  paseo  de  los  Cubos  en  gran  parte  del  barrio  de 
Santa  Águeda  ó  Santa  Gadea,  se  quejaban  del  alcaide  del  Castillo  porque 
les  exigía  y  les  tomaba  camas,  ropas  y  otros  efectos  para  la  gente  de  la  for- 
taleza y  les  alojaba  individuos  allegados  suyos,  no  debiendo  hacerlo.  El 
Rey  atendió  en  seguida  la  queja  y  escribió  un  albalá  muy  enérgico  á  los 
McaldeSy  merino  é  sece  ornes  buenos  que  avedes  de  ver  facienda  del  Con- 
ceio  de  la  muy  noble  cibdad  de  Burgos,  cabera  de  Castiella  é  nuestra  c¿- 
mará,  ordenándoles  que  no  consintieran  al  alcaide  tomar  nada  de  los  ju- 
díos ni  ocupar  sus  posadas,  por  ningún  concepto,  y  que  amparasen  y  de- 
fendiesen á  aquéllos  de  tal  modo,  que  jamás  recibieran  sin  razón  ni  agra- 
vio ni  mal  ni  daño  de  nadie.  Así,  poco  más  ó  menos  dice  el  albalá,  inserto 
•en  la  página  23  v. 

Se  advierte,  en  otra  parte,  que  el  iMerino  debía  de  verse  comprometi- 
do á  cada  paso,  por  lo  respectivo  á  los  alojamientos  en  las  viviendas  de 
los  burgaleses.  Burgos  tenía  el  privilegio  de  no  dar  posada  á  persona  ofi- 
cial niguna  no  estando  el  Rey,  la  Reina  ó  los  infantes  en  la  ciudad;  los  al- 
caldes y  los  contadores  reales,  sin  embargo,  mandaban  al  Merino,  subor- 
<iinado  de  los  primeros,  dar  posada  en  la  casa  de  algún  vecino  á  ciertos  re- 
caudadores y  otros  oficiales  subalternos;  el  Concejo,  en  cambio,  queriendo 


266  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

se  le  guardase  el  privilegio,  se  lo  prohibía  y  le  reprendía  en  sesión  por 
hacerlo;  y  entre  una  cosa  y  otra,  el  hombre  no  sabía  muchas  veces,  lo  que  * 
determinar.  Al  fín  pidió  al  Concejo  testimonio  del  privilegio  y  de  los 
acuerdos  prohibitivos,  para  que  le  sirviera  contra  alcaldes  y  contadores 
cuando  éstos  le  ordenasen  dar  posada  á  cualquier  peregrino,  no  obstante 
s^r  ello  una  obra  de  misericordia. 

En  el  año  del  libro  debió  de  empezarse  la  reconstrucción  principal,  en 
piedra^  det  puente  de  San  Pablo,  á  juzgar  por  una  carta  del  Rey,  que  se 
halla  en  la  página  26,  en  la  cual  carta,  su  alteza  manda  ejecutar  la  obra  en 
seguida,  en  condiciones  de  importancia  y  á  costa  de  los  propios.  Fué  mo- 
tivo de  la  carta,  no  que  el  Rey  se  hubiese  ñjado  .mucho,  en  el  mal  estado 
del  primitivo  mezquino  puente,  ni  que  la  ciudad  necesitase  el  mandamieiKo 
para  que  pudiera  emprender  una  obra  de  esa  especie,  sino  que  los  frailes^ 
del  Convento  de  San 'Pablo  se  la  pidieron  al  monarca,  acaso  después  de 
haber  rogado  en  vano  al  Regimiento  que  arreglase  ó  reconstruyese  el 
puente. 

Hay  en  .el  libro  otras  muchas  cosas  interesantes,  que  se  refieren  á  di- 
versos asuntos;  se  hallan  puntos  ó  temas  de  esos  que  hoy  nos  apasionan  ó 
que  tenemos,  como  problemas  para  resolver,  sobre  el  tapete;  aparece  á  lo 
mejor  un  párrafo  acerca  del  comercio,  como  en  el  que  se  expresa  que  el 
Concejo  encomendó  á  dos  de  los  sece  que  fueran  al  Rey,  con  los  procurado- 
res de  Bermeo  y  de  la  Montaña,  sobre  razón  de  losgenoveses  que  andaban 
en  la  marisma  á  comprar  todas  las  mercaderías,  para  que  mandase  que  no 
anduvieran  en  la  marisma  los  genoveses,  porque  se  perdían  los  mercaderes 
de  Castilla.  Masta  de  la  cuestión  social  se  encuentra  algo,  cuaiYdo  se  lee, 
por  ejemplo,  que  el  contratista  para  la  construcción  de  la  Torre  de  San 
Cíil  pide  quince  días  de  suspensión  de  la  obra,  hasta  que  abajasen  los  obre- 
ros, porque  á  la  sazón  andaban  caros. 

Y  en  fin;  se  trata  en  el  libro  del  nombramiento  de  procuradores  á  Cor- 
les; de  las  contratas  para  la  obra  de  las  murallas;  de  los  troteros  que  iban 
y  venían  por  saber  del  Rey  y  de  sus  fechos;  de  los  famosos  bofordadores 
burgalesas,  sus  trajes,  sus  caballos  y  aun  sus  nombres;  de  diversísimas  ma- 
neras de  repartir  tributos  ordinarios  y  servicios  extraordinarios;  de  la  lim- 
pieza de  aguas  sucias  que  corrían  por  el  cauce  entre  la  cerca  y  la  barrera; 
de  personajes  altisonantes  y  temerosos,  como  el  duque  de  Alencaster;  de  ■ 
vecinos  que  se  admiten,  de  cuentas  harto  raras  que  se  pagan,  y  de  mil 
otras  cosas.  De  algo  de  ello  he  hablado  yo  en  algunos  librejos.  y  como   n<> 


BIBLIOTECAS   Y    MUSEOS  267 

<)uiero  repetir  aquí  lo  que  haya  dicho  en  otra  parte,  pongo  fin  á  estos  hu- 
mildes, apuntes,  creyendo  haber  cumplido  mi  principal  deseo,  que  no  era 
otro  que  el  de  dejar  sentado  que  el  primer  libro  de  actas  municipales  que 
hay  en  España  es  el  que,  correspondiente  al  año  i388,  posee  el  Ayunta* 
miento  de  Burgos. 

Anselmo  Salva. 
Burgos,  Febrero,  igoS. 

UN  INCUNABLE  DESCONOCIDO  » 


(conclusión) 


Bultta  impresa  de  indulgencias  fechada  en  1483. — Imprentas  de  la  bula 
de  Cruzada  en  Toledo  y  en  Valladolid. — Fechas  más  remotas  de  la 
existencia  de  una  y  otra. — Noticias  nuevas  acerca  de  la  de  Valladolid. 

Comparando  la  bula  incunable  que  reproducimos,  con  la  de  Toledo, 
se  ve  que  las  líneas  verticales  que  hacían  oficio  de  comas  en  los  antiguos 
impresos  y  que  se  ven  en  el  facsímile  que  publicamos,  no  están  en  el  tole- 
dano; la  diferente  magnitud  de  la  caja  tipográfica,  el  número  de  líneas, 
que  en  el  toledano  son  43,  la  distinta  distribución  tipográfica  de  los  carac- 
teres,-dispuestos  en  el  toledano  en  párrafos  no  sangrados  al  margen  sino 
tirados  á  página  entera  é  indicados  solamente  por  un  pequeño  blanco 
después  de  cada  punto  final:  el  uso  de  las  versales  en  el  epígrafe  Forma 
de  absolución  y  en  el  Misereatur  indican  bien  á  las  claras  q>ie  la  una  Bu- 
leta  no  es  estampación  de  la  otra.  Sobre  todo  lo  que  constituye  argumento 
irrefragable  es  que  la  fundición  de  una  y  otra  son  completamente  distin- 
tas, para  lo  cual  basta  no  ya  comparar  el  volumen  de  los  tipos,  sino  letra 
por  letra:  jamás,  por  ejemplo,  se  usa  en  el  nuestro  la  forma  z  caracterís- 
tica de  la  terminación  or  del  toledano;  difiere  completamente  la  x,  la  for^* 
ma  de  palabra  ó  sílaba  de  la  conjunción  z  (c)  y  la  de  las  mayúsculas,  et- 
cétera. Por  último,  en  los  blancos  que  se  dejaron  al  imprimir  llevan  uno 
y  otro  escrito  de  mano,  y  en  letra  de  la  época,  los  nombres  de  las  perso- 
nas que  tomaron  estas  Buletas  y  el  día,  mes  y  las  unidades  del  año  en  que 
dieron  la  cuantía  correspondiente  á  su  estado,  si  bien  en  la  nuestra  la 

1    Pubiicamcrt  los  breref  apantes  que  de  este  estudio  dejó  auesiro  maiogrado  conpftfiero  dop 
Fedrcí  ff  oca,  i  quieo  «crprcadió  la  muerte  »in  acabarlo. 


.>•" 


268  REVISTA   DE   ARCHIVOS 

cuantía  un  florín  es  manuscrita  y  en  la  toledana  seys  reales  de  plata  cas- 
tellanos está  impreso,  y  la  fecha  del  año  en  la  nuestra  va  impresa  de  letra 
mili  z  quatrocientos  z  ochenta  z:,  y  en  la  toledana  mili  z  cccclxxx  z.  Lue- 
go ni  es  reimpresión  ni  estampación,  uno  de  otro:  son  dos  incunables  com- 
pletamente distintos. 

Hay  una  omisión  en  la  supuesta  Buleta  toledana:  de  Castilla  de  Ara- 
gon  y  de  Sicilia,  en  vez  de  Castilla  e  de  lean  de  aragon  e  de  Sicilia 
(lín.  lo).  Ortográficamente  aparecen  en  Isl  Buleta  toledana  con  mayúscula 
y  en  la  nuestra  con  minúscula  las  palabras  Sixto  (lin.  2),  Una  (lín.  6),  Ara- 
gón (línea  10),  Si  (lín.  18),  Romano  (lín.  22),  Exceptos,  Hierusalem,  Roma 
(línea  32),  Por  ende  (lín.  35),  Especialmente  (lín.  39),  Aunque  (líneas  37, 
40  y  49),  En  (lín.  43).  En  cambio  aparecen  en  la  nuestra  con  mayúscula 
y  en  la  Buleta  toledana  con  minúscula  Pon/i/íce  (lín.  23).  Paleográfica- 
mente  puede  decirse  que  en  esta  Buleta  abundan  mucho  más  las  abrevia- 
turas que  en  aquella,  en  la  cual  están  casi  todas  deshechas.  Señaladas 
estas  diferencias  en  el  texto,  bien  se  puede  afirmar  con  toda  evidencia  que 
nuestro  incunable  no  es  reimpresión  del  toledano  ni  éste  de  aquél. 

Por  la  estampación  vese  desde  luego  que  nuestro  incunable  carece  de 
viñeta  inicial  con  la  palabra  A  glia.  y  el  Ave  María  gra.  plena  que  corre 
por  la  parte  superior  de  la  Buleta  toledana,  así  como  el  grabadito  de  la 
parte  inferior  que  representa  á  la  Virgen  con  su  Hijo  en  el  regazo. 

Para  resolver  la  cuestión  hagamos  ahora  lo  contrario  de  lo  que  dejamos 
expuesto,  comparar,  no  para  diferenciar,  sino  para  asemejar.  Una  y  otra 
Buleta  son  de  Cruzada  contra  los  moros  de  Granada  en  virtud  de  bula 
otorgada  por  el  Pontífice  Sixto  IV  para  absolver  á  los  españoles  de  los  pe- 
cados que  «cometieron  fasta  ocho  dias  de  Mar^o  del  año  de  ochenta  y  tres, 
en  que  se  otorgó  esta  bulav>.  Dicha  cláusula  se  puede  interpretar  de  dos 
modos:  ó  que  la  bula,  cuyo  texto  original  se  desconoce  hoy,  se  otorgó  en 
el  año  1483  para  absolver  de  los  pecados  cometidos  hasta  8  de  Marzo  del 
mismo  año,  ó  que  fué  otorgada  el  8  de  Marzo  de  1483  para  absolver  de 
los  pecados  cometidos  hasta  este  día.  Cualquiera  que  sea  la  interpreta- 
ción que  se  adopte,  lo  cual  es  casi  indiferente,  siempre  resultará  que  para 
aplicar  la  indulgencia  tenían  que  estar  ya  impresas  una  y  otra  Buleta  en 
8  de  Marzo  de  1483  é  indefectiblemente  la  de  nuestro  incunable  antes  del 
17  de  Abril  de  dicho  año,  toda  vez  que  esta  es  la  fecha  en  que  se  dio  á 
D.  Fernando  de  ^uñiga:  para  invalidar  la  prueba  había  que  demostrar 
que  la  letra  manuscrita  no  era  de  la  época  y  que  había  sido  falsificada  la 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  269    . 

iecha.  Respecto  de  nuestro  incunable  es  evidente,  pues,  la  conclusión. 
Veamos  la  fecha  de  la  Buleta  supuesta  toledana.  El  Sr.  Pérez  Pastor  le 
asigna  la  fecha  de  20  de  Febrero  de  1483.  Pero  esta  lectura,  por  lo  que  toca 
al  uno,  es  falsa,  como  ya  indicó  Haebler,  quien  leyó  14S4  ó  1488.  Sin  em- 
bargo, á  la  perspicacia  del  Sr.  Haebler,  que  rechaza  la  lección  1483, 
rio  se  le  ocurrió  que  debía  rechazarla  por  imposibilidad  intrínseca  del 
texto,  pues  que  si  la  bula  se  concedió  para  perdonar  pecados  cometidos 
hasta  8  de  Marzo  de  1483,  ^cómo  S3  le  había  de  dar  la  Buleta  á  Ramón 
de  Urgel  el  20  de  Febrero  del  mismo  año?  Desde  luego  sin  ver  el  original 
debe  presumirse  improbable  la  fecha  1488,  una  de  las  que  lee  Haebler, 
por  lo  lejos  que  está  del  año  1483  en  que  se  otorgó  la  bula  de  Cruzada; 
pues  sabido  es  que  ésta  se  renovaba  casi  sin  interrupción,  tanto,  que  en  la 
imprenta  algunas  veces  se  alcanzaba  el  trabajo  de  las  de  un  año  con  el  de 
las  que  se  preparaban  para  el  siguiente,  sin  contar,  además,  que  Sixto  IV 
murió  en  i3  de  Agosto  de  1484.  Pero  aparte  de  estas  inducciones  lógicas 
está  la  recta  lección  de  la  fecha  de  las  unidades. 

Como  el  día,  mes  y  las  unidades  del  año  de  la  fecha  de  las  dos  Ruletas 
son  manuscritos,  é  impresa  la  fecha  del  año,  es  indudable  que  la  Bula, 
cuyo  texto  original  se  desconoce  hoy,  se  concedió  por  más  de  un  año, 
yquMa  tirada  de  las  Búlelas  se  hizo  de  una  vez  para  los  diferentes 
años  que  durara  la  concesión  ó  prorrogación,  con  lo  cual  se  viene  á 
concluir  la  coetaneidad  de  las  dos  Buletas.  De  modo  que  si  antes  afir- 
mamos que  eran  dos  incunables  distintos,  ahora  concluimos  que  son 
coetáneos,  y  como  no  es  de  suponer  que  teniendo  diferente  texto  y  estam- 
pación hayan  sido  tirados  en  una  misma  imprenta,  concluimos  que  son 
distintos  é  impresos  en  distintas  imprentas.  Y  como  de  otra  parte,  aunque 
no  consta  en  ninguna  Buleta  el  lugar  de  impresión,  se  sabe  seguramente, 
fundado  en  la  semejanza  de  los  tipos,  que  la  reproducida  por  el  Sr.  Pérez 
Pastor  ha  sido  impresa  por  Juan  Vázquez,  primer  impresor  toledano 
hasta  ahora  conocido,  resulta  que  la  de  nuestro  incunable  no  debió  serlo 
allí  y  sí  en  Valladolid. 

No  habiendo  sido  impreso  nuestro  incunable  en  Toledo,  lo  ha  de  haber 
sido  en  Valladolid:  un  indicio  que  confirma  esto  tenemos  en  su  proceden- 
cia, la  Delegación  de  Hacienda  de  esta  provincia  y  la  persona  á  quien  se 
da  el  privilegio,  D.  Fernando  de  Zúñiga,  por  un  florín,  lo  cual  nos  indica 
que  era  persona  de  calidad,  tal  vez  de  los  Condes  de  Plasencia  y  de  Le- 
desma,  hijo  de  D.  Alvaro,  etc.  Además  de  esto  resulta: 


270  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

».®    Que  Valladolid  tenía  ya  imprenta  en  1483,  cuando  hasta  hoy  no  se 
le  suponía  hasta  1492. 

2.**  Que  es  indudable  que  también  la  lenía  Toledo  en  1484. 
Aún  quiero  apuntar  otra  consecuencia  probable.  Por  Pérez  Pastor  se 
dice  que  los  Reyes  Católicos  concedieron  al  monasterio  de  San  Pedro 
mártir,  de  la  orden  de  predicadores,  por  un  privilegio,  que  debió  ser  muy 
al  principio  de  introducirse  la  imprenta  en  España,  la  igíipresión  de  la  Bula 
de  Cruzada,  y  que  aumentando  el  núniero  de  los  que  ía  tomaban,  se  exten* 
dio  este  privilegio  por  los  mismos  Reyes  al  de  Nuestra  Señora  del  Prado, 
probablemente  hacía  1492  ó  98.  Haebler,  trocando  algo  las  especies,  dice 
que  hacia  esta  fecha  fué  dado  el  privilegio  á  favor  de  San  Pedro  mártir  y 
que  por  la  misma  fecha  fué  extendido  al  otro  monasterio.  Lo  único  que  se 
sabe  de  cierto  es  que  los  Reyes  Católicos  concedieron  la  gracia,  pero  no  lo 
di  las  fechas;  y  si  fué  dado  un  privilegio  primero  al  convento  de  San  Pedro 
mártir  y  luego  extendido  al  otro,  es  conjetura,  pues  el  primitivo  privilegio 
de  los  Reyes  Católicos  es  desconocido  y  sólo  se  sabe  que  lo  dieron  porque 
todos  los  documentos  posteriores  se  refieren  á  la  antigüedad  y  continuidad 
de  la  concesión.  Además,  de  hecho  Arnao  Guillen  Brocar  tenía  en  i5i5 
el  privilegio  de  la  impresión  de  las  Bulas  en  el  monasterio  de  San  Pedro 
mártir  de  Toledo  y  en  el  de  Nuestra  Señora  de  Prado  de  Valladolid. 

Pedro  Roca. 


EL  REY 
Devoto  padre  prior  del  münesierio  4e  nuestra  Señora  Sania  Maria  de  Forado, 
dad  al  le\'ador  desta  vna  rela9Íon  firmada  de  vuestro  nonbre,  de  las  bulas  que  en 
esa  casa  se  an  dado  para  la  predica9¡on  de  la  bula  de  Sant  Pedro,  e  a  que  perso- 
nas, e  quantas  a  cada  persona,  e  para  que  partidos,  porque  yo  me  quiero  dello 
ynformar,  e  por  mi  serui^io  que  luego  lo  pongays  en  obra.  Fecha  en  Valladolid  a 
XII  dias  Diziembre  de  quinientos  e  veynte  e  dos  años.  Y'o  el  Rey.  Por  mandado  de 
su  Magestad,  Francisco  de  los  Cobos. 

EL  REY 

Rcuerendo  yn  Christo  padre  Obispo  de  Oviedo,  comisario  general  de  las  bulas  de 
las  Cruzadas  y  conposi^iones  y  otras  qualesquier  pred¡ca9Íones  que  se  hazen  en 
estos  nuestros  Reynos,  y  qualesquier  ihesdreros,  recebtores,  oficiales  e  otras  quales- 
quier personas  a  quien  lo. en  esta  my  cédula  contenido  loca  e  atañe  e  atañere  en 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  27 1 

qualquier  manera:  por  parle  del  prior  e  frailes  del  raonesterio  de  nuestra  Señora  de 
Prado  de  la  borden  de  San  Gerónimo,  extramuros  de  la  villa  de  VaMadpIid,  me  ha 
sido  fecha  relación  que  por  mandamientos  e  cédulas  nuestras  se  han  ynprimido  en 
el  dicho  monesterio  todas  las  bulas  que  se  han  predicado  en  estos  Reynos  y  que  en 
la  ynprinsion  del  las  se  ha  guardado  toda  fidelidad  e  linpíeza,  e  me  suplicaron  e  pi- 
dieron por  merced  mandare  que  de  aquí  adelante  se  hiziese  lo  mismo  como  la  mi 
merced  fuese;  e  por  ende  yo  vos  mando  en  ló  que  toca  a  la  inprinsion  de  las  bulas 
que  hasta  aquí  se  han  ynprimido  en  el  dicho  monesterio,  para  que  tienen  medulas 
nuestras,  guardéis  e  hagáis  guardar  lo  que  hasta  aquí  se  ha  hecho,  sin  que  en  ello  se 
haga  novedad  alguna  a  los  vnos  ni  los  otros  non  fagades  ni  fagan  ende  ai.  Fecha 
en  Valladolid  a  xvi  días  del  mes  de  Mar^o  de  mjll  e  quinientos  e  veynte  e  siete 
años.  Yo  el  Rey.  Por  mandado  de  su  Magestad,  Francisco  de  los  Cobos.. 

EL  REY 
Devoto  padre  prior  del  monesterio  de  nuestra  Señora  de  Prado  extramuros  de 
la  villa  de  Valladolid:  ya  sabéis  como  por  el  asyento  que  por  mi  mandado  se  tomó 
en  esa  villa  con  Juan  Fernandez  de  Paredes  se  aviera  de  predicar  en  estos  nuestros 
Reynos  tres  bulas,  de  las  quales  se  an  predicado  las  dos,  que  son  la  de  nuestra 
Señora  de  la  Asunción  de  (¡ünarra^a  e  la  de  nuestra  Señora  de  Monserrate,  e  para 
la  tercera  predicación  esta  nombrada  e  examinada  la  bulla  concedida  a  la  devota 
religión  de  señor  áanto  Antón  de  Castroxeríz,  la  qual  os  llevan  firmada  del  licen- 
ciado Santiago* del  nuestro  consejo  e  del  comendador  mayor  de  la  dicha  casa  de 
Santo  Antón;  por  ende  yo  vos  ruego  hagays  que  en  esa  casa  se  ynpriman  luego 
de  la  dicha  bulla  de  Santo  Antón  todas  las  bulas  e  sumarios  que  fueren  menester 
para  la  predicación  della,  por  la  borden  que  se  han  ynprimido  las  otras  de  Monsa- 
rra!e  e  Qinarraca,  las  quales  aveis  de  dar  a  los  thesoreros  dellas  por  cartas  del  Re- 
verendo ¡n  Christo  padre  Don  Francisco  de  Mendoza,  obispo  de  Oviedo,  del  nuestro 
Consejo  y  comisario  general  de  las  dichas  bulas,  pagando  por  la  ynprinsion  dellas  • 
conformen  lo  que  se  a  pagado  por  las  otras  dichas  dos  bulas, e  tened  ra^on  e 
cuenta  de  las  que  se  ynprimieren  e  dicredes,  de  la  manera  que  lo  aveys  fecho  en 
lo  pasado,  e  yo  vos  ruego  que  en  esto  ayan  la  diligencia  e  cuydado  queconbiene  e 
de  vos  confio.  Fecha  en  Tole  Jo  a  xx  días  del  mes  de  Otubre  de  mili  e  quinientos  e 
veynte  e  ocho  años.  Yo  el  Rey,  Por  mandado  de  su  Magestad,  Francisco  de  los 
Cobos. 

LA   REYNA 

Devotto  padre  prior  dei  monesterio  de  nuestra  Señora  de  Prado,  extramuros  de 
la  villa  de  ValLdolid:  sabed  que  por  el  asyento  quel  Enperador  mi  señor  mando 
thomar  en  la  cibdad  de  Valencia  con  Juan  Lopes  de  Calatayud,  vecino  de  Burgos 
se  an  de  predicar  en  estos  nuestros  reynos  e  señónos  quatro  bulas,  la  primera  de  • 
las  quales  es  las  bu'as  de  las  hordenes  de  la  Trinidad  e  de  la  Merced  enxertas  en 


272  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

vna  bula  qucstá  examinada,  como  por  ella  vereys,  que  va  firmada  del  l¡^en9Íado 
Santiago  del  nuesifo  Consejo  e  de  los  prouinciales  de  las  dichas  hordenes;  por  ende 
>o  vos  ruego  e  encargo  que  fagays  que  en  esa  casa  se  ynprimaR  luego  de  la  dicha 
bula,  asy  de  bivos  como  de  finados,  todas  las  bulas  e  sumarios  que  para  la  predica- 
ción della  fueren  menester,  por  la  borden  que  se  an  ynprimido  las  otras  bulas  pa- 
sadas, las  quale:.  aveys  de  dar  a  los  thesoreros  de  la  dicha  bula  por  cartas  del  Re- 
verendo yn  Cristo  padre  Don  Francisco  de  Mendoza,  obispo  de  Qamora,  del  nuestro 
consejo,  comysario  general  de  las  dichas  bulas,  pagandos  por  la  ynprinsion  dellas 
conforme  a  lo  que  se  a  pagado  por  las  otras  bulas  que  se  an  ynprimido  dcsta  cali- 
dad en  esa  casa;  e  tened  razón  e  qucnta  de  las  que  se  ynprimieren  e  dierdes  segund 
c  de  la  manera  que  lo  aveys  fecho  en  lo  pasado,  e  yo  vos  ruego  que  en  esto  ayan 
la  diligencia  e  cuydado  que  conbiene  e  de  vos  confio.  Fecha  en  Toledo  a  xiii  dias 
del  mes  de  Mar^o  de  mili  e  quinientos  e  veynte  e  nueve  años.  Yo  la  Reyna,  Por 
mandado  de  su  Mages^ad,  Juan  Va%,que\, 

TESTAMENTO  DE  LA  DUQUESA  DE  VÍLLAHERMOSA 
Yo  Doña  1  Duquesa  de  Villahcrmosa,  sana  de  cuerpo  y  de  mi  entendimien- 
to, temiendo  la  muerte  corporal  que  no  se  quando  plazerá  al  mi  Señor  Dios 
de  me  la  dar  y  confesando  la  santa  fee  cattolica  como  fiel  chriiitiana,  como  la 
confiesa  tyene  y  cree  la  Santa  Iglesia,  hordeno  y  fago  mi  testamento  y  postri- 
mera voluntad  a  gloria  y  honrra  dése  mismo  Dios  Padre,  Fijo,  Espiritu  Santo  y  a 
honor  y  deuocion  de  mi  Señora  la  Virgen  María  a  la  qual  yo  tengo  por  Señora  y 
por  Abogada  en  todas  mis  obras  y  nescc9¡dades  y  señaladamente  para  el  articulo 
de  mi  muerte,  y  otro  si  por  bien  y  descargo  de  mi  anima,  la  cual  encomiendo  á  mi 
Señor  Dios  que  la  crió  y  redimió  por  su  Santísima  muerte  y  pasión,  por  los  méri- 
tos de  la  qual  le  plega  de  la  perdonar  y  lleuar  a  la  gloria  perdurable  para  la  qual 
fue  criada,  y  mando  mi  cuerpo  a  U  tierra  de  que  fué  formado. 

Iten  mando  que  mi  cuerpo  sea  enterrado  en  el  monesterio  de  nuestra  Señora 
Santa  María  de  Prado  que  es  cerca  de  la  villa  de  Valladolid  y  de  los  frayles  de  la 
borden  del  glorioso  dottor  San  Gerónimo,  en  vna  capilla  que  yo  mando  fazer  en  el 
dicho  monesterio,  donde  y  en  la  forma  y  manera  que  a  mis  testamentarios  bien 
visto  fuere  considerado  mi  estado;  y  mando  que  sobre  mi  sepultura  sea  fecho  un 
vulto  de  alabastro  con  mis  armas  en  el  deredor,  bien  fecho  y  labrado,  para  encima 
de  la  qual  sepultura  mando  sea  conprado  vn  paño  de  terciopelo  carmesv,]para  lo 
qual  asy  facer  c  conplir  mando  que  mis  testamentarios  tomen  ce  mis  bienes 
quanto  fuere  nes^esario,  primero  que  se  entienda  por  ellos  en  otra  qualquier  cosa 
en  este  testamento  contenida;  y  mando  que  de  los  bria!es  que  yo  dexo,  de  vno 
de! los,  qual  quisieren  mis  testamentarios,  «ea  fecha  vna  casulla  para  la  cícha  mi 
capilla  y  monesterio. 
I.   En  blanc). 


MftLIOTECAS  Y  MUSEOS  2^1 

Iten,  mando  que  «n  los  dias  de  mí  enterramiento,  honrras  y  cabo  de  año  se 
fagan  las  ofren^  y  todas  las  otras  cosas  a  disposycion  y  hordcnan^a  de  m\%  tes- 
tamentarios. 

Iten,  mando  que  por  tres  años  conplidos  me  sean  dichas  por  mi  anima  por  los 
fray  les  del  dicho  monesterio  cada  dia  nueve  misas  y  en  todos  los  sábados  de  los 
dichos  tres  años  den  mis  testamentarios  á  los  dichos  frayies  la  pitanza  que  bien 
visto  les  fuere. 

Iten,  mando  que  mis  testamentarios  den  a  Doña  Leonor  de  Soto  tresientas  mili 
maravedis  por  el  cargo  que  della  tengo,  las  qualcs  trezicntas  mili  marauedis  mando 
que  le  sean  pagadas  del  cuento  y  medio  que  me  ha  de  ser  dado  en  este  año  en  que 
estamos. 

Iten,  mando  que  den  a  mi  criada  Doña  Leonor  Carrillo  ochenta  mili  maravedis 
los  quatcs  se  paguen  del  pres^io  que  valieren  mis  briales  y  ropas  y  que  la  lleuen  a 
cusa  de  su  padre. 

Iten,  mando  que  den  a  Doña  Juana  lo  que  les  pares^iere  por  el  buen  servicio 
que  me  ha  fecho. 

Iten,  mando  que  paguen  a  mis  criados  todo  aquello  que  fallaren  que  les  deuo, 
consydcrado  el  seruicio  y  tiempo  que  me  siruieron. 

Iten,  mando  que  den  para  la  puente  del  rio  de  Valladolid  veynte  maravedís  y 
para  los  pobres  de  Sant  Antón  cinquenta  maravedis  y  para  los  de  San  Lázaro 
otros  cinquenta  y  para  los  cavtiuos  de  tierra  de  moros  cient  maravedis. 

Iten,  las  joyas  que  yo  dexo  son  estas:  tres  collares,  vn  joyel  con  vn  diamante 
con  tres  perlas,  vna  que  son  cinco  dyamantes  y  con  tres  perlas,  vn  brazalete  con 
diez  y  seys  piedras  y  con  diez  y  seys  perlas,  setenta  perlas  gruesas,  vna  cinta  de 
íilígrana  en  vna  tela  a^ul,  vn  camafeo  en  vn  relicario  con  quatro  rubis  y  quatro 
perlas,  catorzc  paños  de  raso  y  de  aruoleda,  quatro  briales  de  brocado  con  vno' 
que  tiene  enpcñado  el  judio  Alegre  por  ocho  mili  marauedis  que  ha  de  quitar  mi 
contador;  vn  brial  de  terciopelo  carmesy,  vna  ropa  de  terciopelo  carmesy,  un  bríal 
de  terciopelo  negro,  vn  monjil  de  terciopelo  morado,  vna  mantilla  de  terciopelo 
negro,  vna  faldilla  de  terciopelo  carmesy,  otra  de  chamelote  blanco,  (^exx  carmesy, 
otra  de  terciopelo  morada  y  otras  ropas;  las  quales  ropas  mando  que  se  vendan  y 
paguen  mis  testamentarios  de  prescio  dellas  los  dichos  ochenta  mili  maravedís  a  la 
dicha  Doña  Leonor  Carrillo,  y  sy  algo  restare  sea  paraconplír  otras  cosas  que  se 
han  de  conplir. 

Iten,  mando  que  las  sobre  dichas  joyas  y  paños  de  raso  y  de  aruoleda  con  el 
mueble  de  casa  sehan  dadas  y  entregadas  á  la  Rey  na  mi  señora. 

Iten,  mando  que  luego  como  Dios  me  leuare  desta  presente  vida  mi  fijo  Don 
Fernando  seha  dado  a  la  Reyna  nuestra  señora  con  las  joyas  y  cosas  que  dicho 
he,  e  suplico  vmillmente  con  quanta  afecion  puedo  y  deuo  a  su  Alteza  que  por 
Dios  nuestro  Señor  y  por  la  crianca  que  en  mi  ha  fecho  y  por  el  grandísimo  amor 


274  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

que  syenpre  le  oue,  quiera  tomar  en  syngular  cargo  y  cuydado  al,  dicho  mi  fijo 
Don  I^ernando  para  lo  mandar  criar  y  poner  en  el  estado  que  a  su  Almeza  vien 
visto  fuere,  pues  sabe  que  no  le  queda  otro  padre  ni  madre  syno  a  ella;  y  después 
que  aya  hedad  le  mande  dar  las  joyas  y  cosas  que  en  su  poder  mando  poner,  con- 
fiando en  su  muy  Real  nobleza  y  virtud  que  syn  yo  lo  nu^res^er  le  hará  señaladas 
n)ercedes;  y  asy  mismo  encomiendo  afetiuosamente  a  su  Alteza  lo  que  agora,  pa- 
riere, sy  a  nuestro  Señor  plugiere  que  biua  y  yo  deste  parto  que  temo  falles^iere. 

¡ten,  mando  que  Villacortés  con  su  fortaleza,  que  mi  señor  el  duque  me  dio  en 
arras,  la  haya  por  suya  mi  fijo  Don  Fernando  después  de  mi  vida. 

.  Itens  por  quanto  mí  señor  el  duque  me  ha  mandado  dar  fasta  agora  en  cada  vn 
año  para  mi  casa  cuento  e  medio,  mando  que  den  de  lo  que  rest6  del  año  pasado 
de  ochenta  annos,  de  lo  qual  mis  testamentarios  demanden  cuenta  y  razón  a  mi 
contador,  se  paguen  los  cargos  que  yo  tengo  de  mis  criados  e  criadas  e^^evtas  las 
trezientas  mili  que  mando  dar  a  Doña  Leonor  de  Sotto,  que  como  dicho  he  han  de 
ser  del  cuento  e  medyp  deste  presente  año,  y  los  ochenta  rtiill  maravedís  que 
mando  dar  a  Doña  Leonor  Carrillo,  que  han  de. salir  del  precio  de  las  dichas  ropas 
que  yo  mando  vender,  e  todo  lo  restante  del  dicho  cuento  e  medyo  y  mas  sy  mas 
ouiere  seha  dado  y  entregado  a  mis  testamentarios  para  que  cunplan  todo  lo  otro 
que  yo  mando  del  lo  faser. 

.  Iten,  suplico  vmillm^nte  a  la  Reyna  huestra  stñora  que  las  dosientas  mili  ma- 
ravedís de  juro  que  su  Alteza  me  mandó  dar  en  casamiento,  las  mande  guardar  y 
dar  al  tiempo  a  mi  fijo  Don  Fernando. 

Iten,  mando  que  sy  a  nuestro  Señor  ploguiere  de  leuar  desta  presente  vida  al 
dicho  mi  fijo  Don  Herna/ido  o  a  otro  fijo  o  fija  nriios  sy  quedaren,  antes  que  ayan 
hedad  para  fazer  testamento,  en  tal  caso  quiero  que  hereden  mis  bienes  aquellos  a 
quien,  son  deuydos  de  derecho,  e^euta  la  quinta  parte  dellos,  la  qual  mando  al  di- 
cho monesterio  de  Santa  María  de  Prado  y  al  prior  y  fray  les  y  convento  del,  por- 
que ruegyen  a  Dios  por  mi  anima  y  de  mis  defuntos. 

.  Iten,  suplico  y  mucho  ruego  al  Reverendísimo  Señor  Obispo  de  Cordoua  que 
aya  en  singular  cuydado  y  cargo  de  procurar  y  solicitar  de  la  Reyna  nuestra  Señora 
todo  lo  que  dicho  tengo  y  mas  sy  mas  pudiere  cerca  de  mi  fijo  Don  F*ernando,  con 
el  amor  y  afe^ion  que  yo  faría  lo  que  su  Réuerencia  me  rogase  y  encomendase. 

Iten,  para  conplir  todas  estas  dichas  mandas  y  cada  vna  del  las  que  yo  dexo  en 
este  mi  testamento  dexo  por  mis  testamentarios  al  padre  prior  de  Prado  Fray  Fer- 
nando de  Talauera  y  a  mi  padre  Fray  Francisco  de  San  Martin  frayle  del  dicho 
monesteryo,  y  a  qada  vno  dellos  yn  solidum  para  que  tomen  de  mis  bienes  quan- 
tos  para  ello  fueren  menester,  por  su  propia  avloridad,  fasta  conplir  enteramente 
este  dicho  mi  testamento;  y  de  lo  restante  de  los  dichos  mis  bienes  y  de  otros  qua- 
lesquier  que  a  mi  pertenescan  o  perienescer  puedan  dexo  por  mi  vniversal  here- 
dero a  mi  fijo  Don  Fernando. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  2yb 

Iten,  quiero  y  es  mi  voluntad  queste  mi  testamento  y  postrimera  voluntad  sea 
valida  y  firme  en  la  mejor  forma  y  manera  que  de  derecho  deua  valer,  y  sy  f>o 
valiere  por  testamento  vala  por  codi^ilo  o  por  postrimera  voluntad;  y  por  la  pre- 
sente reuoco  todos  los  ot/os  testamentos  y  codi^ilos  que  hasta  oy  he  fecho  y  los 
do  por  ningunos  y  de  ningund  valor  y  quiero  y  es  mi  voluntad  que  esta  valga  e 
sea  firme  fasta  que  en  otro  o  otros  especialménte*este  dé  por  ninguno  e  de  ningund 
valor,  el  qual  fue  fecho  ^  otorgado  por  mi  la  dicha  Duquesa  ante  los  venerables 
padres  fray  Pedro  de  Torre  .y  Fray  Alonso  de  Madrid  y  Fray  Juan  de  Toro  para 
esto  por  mi  llamados  e  rogados,  y  rogué  al  dicho  mi  padre  fray  Francisco  lo  fiziesc 
sacar  en  linpio  y  lo  firmase  de  su  nombre,  que  fue  otorgado  en  el  dicho  monesterio. 
domingo,  treze  dias  del  mes  de  Henero  del  año  del  Señor  de  mili  e  quatro^ientos  e 
ochenta  c  un  años,  el  qual  dicho  testamento  yo  la  dicha  duquesa  firme  de  mi 
nombre.  La  Duquesa.— Fray  Francisco  de  Sancto  Martirio. 

UNA  OBRA  INÉDITA  DB  D.  FERMÍN  CABILLBRO 

Del  viaje  gustan  todos  injinito 
si  con  juicio  y  verdad  ha  sido  escrito. 

Con  estas  palabras  dé  Coletti,  comienza  D.  Fermín  Caballero' el  libro 
que  por  breves  momentos  ocupará  la  atención  de  nuestros  lectores  y  que 
ha  permanecido  inédito  entre  la  revuelta  y  confusa  multitud  de  papeles 
que  forman  hoy  el  importante  y  curioso  Archivo  de  la  nobilísima  casa  de 
Malpic^. 

Fra  I).  Fermín  Caballero  uno  de  los  pocos  españoles  de  sentido  prácii^ 
co  que  produjo  la  última  centuria.  Como  político,  sirviendo  á  la  causa  pro- 
gresista, desempeñó  dos  veces  la  cartera  de  Gobernación;  como  hombr-e 
de  ciencia,  ocupó  una  cátedra  en  la  primera  Universidad  de  nuestra  patria, 
y  á  sus  merecimientos  como  jurisconsulto  supo  añadir  los  de  publicista 
concienzudo  y  de  agricultor  habilísimo.  Merced  á  esta  íntima  condición, 
no  sólo  conservó  el  modesto  peculio  que  heredó  de  sus  mayores,  si  no  que 
haciendo  acertada  aplicación  de  sus  conocimientos  botánicos,  de  sus  ob* 
servaciones  climatológicas  y  de  sus  experiencias  en  cultivos,  pudo  rei»^ 
nír  una  saneada  fortuna,  de  la  cual  nos  dejó  un  delicado  recuerdo  en  los 
Premios  á  la  Virtud  y  al  Talento  que  adjudica  anualmente  la  Real  Aca- 
demia de  la  Historia. 

Tan  excelentes  cualidades  tuvieron  merecida  estimación  en  la  esclare- 
cida Marquesa  de  Malpíca,  dama  sagaz  y  de  grandes  iniciativas  y  recursos. 


276  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

capaz  de  gobernar,  no  ya  el  Marquesado  con  sus  cuatro  poblaciones,  sino 
toda  una  vasta  monarquía.  Por  eso  la  vieron  sus  contemporáneos  distri- 
buir el  tiempo  entre  las  atenciones  sociales,  los  quehaceres  domésticos,  los 
cargos  palaciegos,  las  obras  benéfícas  y  caritativas  y  el  cuidado  de  sus 
bienes  y  rentas. 

Las  leyes  que  se  promulgaron  á  principios  del  siglo  último  sobre  vín- 
culos y  mayorazgos,  pusieron  en  tela  de  juicio  los  derechos  señoriales  del 
Marquesado,  á  la  vez  que  se  propalaban  en  Malpica  ciertas  doctrinas  en 
nada  favorables  á  la  exacción  de  algunos  tributos  y  al  ejercicio  de  ciertos 
derechos  anejos  del  señorío.  Entonces  la  Marquesa  encomendó  á  D.  Fer- 
mín Caballero  la  defensa  de  sus  amenazados  intereses  y  el  sabio  juriscon- 
sulto ajustó,  después  de  complicadas  negociaciones,  una  concordia  alta- 
mente ventajosa  para  el  señor  y  los  vasallos. 

Corría  el  año  de  1824  y  D.  Fermín  Caballero,  que  pudo  volver  á  la 
Corte  con  la  satisfacción  de  quien  ha  cumplido  honradamente  el  encargo 
confiado,  quiso  dar  otra  prueba  de  su  laboriosidad  y  de  su  benéfica  gestión 
en  el  Marquesado  de  Malpica  reuniendo  cuanto  de  útil  y  curioso  encierra 
el  territorio  de  aquel  estado.  Y  al  efecto  redactó  un  interesante  libro  que 
en  nada  desmerece  al  lado  de  las  mejores  obras  del  notable  publicista. 

Titúlase  el  manuscrito  de  Caballero:  Descripción  histórica,  cronoló- 
4JICA,  estadística  y  topográfica  del  Marquesado  de  Malpica,  y  contiene 
23o  folios  en  papel  marca  y  cuatro  de  índice.  Comienza  por  una  sencilla  y 
dignísima  dedicatoria  á  la  ilustre  Marquesa  D.*^  María  de  la  Encarnación 
Alvarez  de  Bohorques  Chacón,  al  pie  de  la  cual  aparece  la  fírma  del  autor, 
cuya  rúbrica  tiene  la  particularidad  de  ofrecer  al  transparente,  su  mismo 
apellido  perfectamente  legible  de  abajo  á  arriba.  Sigue  á  la  dedicatoria  un 
capítulo  preliminar  en  el  que  se  traza  el  plan  de  la  obra,  se  refieren  los 
trabajos  de  campo  y  de  gabinete  ejecutados  para  redactar  el  libro  y  se 
enumeran  las  fuentes  antiguas  y  modernas  que  suministraron  datos,  ter- 
minando con  un  justificado  elogio  á  los  lugareños  Pedro  Espinosa  Carna- 
cedo  y  Pedro  Carriches,  quienes  sin  más  conocimientos  que  saber  escribir  y 
contar,  dejaron  unos  cuadernos  de  apuntes  donde  consignaron  los  sucesos 
más  notables  de  su  tiempo,  como  grandes  lluvias  y  huracanes,  ruinas  de 
«edificios,  cimentación  de  otros  nuevos,  mortandad  de  ganados,  etc.,  etc. 

Hasta  quince  capítulos  integran  el  cuerpo  de  la  obra.  En  el  i.*  se  ex- 
pone la  historia  del  Marquesado  desde  el  privilegio  de  iSSg  con  que  don 
Pedro  I  de  Castilla  premió  los  servicios  de  su  leal  é  intrépido  vasallo  don 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS   '  277 

Diego  Gómez,  Notario  mayor  del  reino  de  Toledo.  Se  marcan  con  una 
gran  precisión  los  adelantos  y  mejoras  introducidas  en  el  Mayorazgo  por 
cada  uno  de  los  señores,  se  dibujan  con  grandísima  naturalidad  y  sencí* 
Hez  el  carácter  de  los  habitantes,  sus  usos  y  costumbres,  las  observaciones 
atmosféricas,  el  sistema  de  cultivo  y  por  último  se  detallan  los  medios 
de  subsistencia  y  de  cultura  con  que  cuenta  la  población  del  Marquesado. 

En  el  2.*"  capítulo,  aparece  la  clasificación  de  las  fíncas  y  derechos  ane- 
jos al  señorío;  en  el  3.®  se  hace  un  estudio  completo  de  la  importante  de- 
hesa de  Valdepusa,  objeto  ya  de  litigios,  en  los  primeros  años  del  siglo  xvi 
por  sus  pastos  y  abrevaderos,  con  los  vecinos  de  Talavera.  El  4."  trata  de 
las  labranzas;  el  5."  de  los  olivares;  el  G.'^  de  los  edificios;  el  7.**  de  los  pro- 
ductos naturales;  el  8."  de  los  derechos  reales  y  señoriales;  el  9.®  de  las 
rentas  y  gastos  del  Marquesado,  el  10  del  sistema  de  administración:  el  1 1 
del  antiguo  estado  de  los  señoríos  de  Malpica  y  Valdepusa:  el  12  de  la  villa 
de  Malpica;  el  i3  de  la  villa  y  término  de  San  Martín  de  Pusa:  el  14  de 
Navalmoral  de  Pusa  y  el  i5  de  Santa  Ana  de  Bienvenida^ 

Entre  los  edificios  que  describe  el  de  mayor  importancia  es  el  castillo  dj 
Malpica  que  aún  presenta  el  severo  aspecto  de  aguerrida  fortaleza  en  medio 
de  bellísimo  paisaje,  al  que  prestan  animación  y  vida  los  añosos  árboles 
que  le  rodean  y  la  corriente  del  caudaloso  Tajo,  que  unas  veces  apecible 
lame  sus  cimientos,  y  otras  veces  airado  sacude  y  arruina  sus  vetustos  pa- 
redones. Figuraba  ya  el  castillo  de  Malpica  en  las  crónicas  del  siglo  xiv 
como  punto  fortificado,  aunque  no  tanto  como  sus  vecinos  los  de  Villalba  y 
Montalbán,  este  último,  residencia  por  algún  tiempo  de  la  hermosísima  Pa- 
dilla y  donde  el  Rey  D.  Juan  II  eituvo  cercado  por  los  rebeldes  que  produ- 
jera la  obstinación  del  Monarca  y  la  ambición  del  Condestable  su  privado. 

Se  asienta  el  castillo  sobre  un  área  de  sesenta  varas  por  cada  uno  de 
sus  cuatro  aires;  rodéale  un  grueso  paredón  almenado  y  todo  ello  se  cierra 
por  el  perímetro  que.describe  enorme  foso  sobre  el  cual  se  tendía  el  puen- 
te levadizo  que  daba  paso  á  la  fortaleza.  En  sus  cuatro  ángulos  álzanse 
corpulentos  y  macizos  torreones  coronados  de  almenas  como  los  lienzcs 
que  les  unen  y  sobre  los  cuales  se  destaca  la  torre  del  homenaje.  Domina 
ésta  el  recinto  fortificado  y  domina  también  el  caserío  de  la  villa  que  se 
dilata  á  sus  pies  humildemente,,  como  esclavo  sumiso  ante  el  señor  de 
quien  todo  lo  teme  y  todo  lo  espera. 

En  la  fachada  opuesta,  la  bañada  por  el  río,  se  abre  la  entrada  del  cas-* 
tillo.  A  un  muelle  primitivo  atracaba  la  barca  cuyo  pasaje  constituyó  uno 


278  *    '      REVISTA  DE   ARCHIVOS 

de  los  más  pingües  derechos  del  Marquesado,  y  por  estrecha  rampa  se  su- 
bía á  la  puerta  defendida  en  los  flancos  por  los  torreones  y  de  lo  alto  por 
salientes  matacanes,  desde  los  cuales  se  arrojaban  á  mansalva  sobre  el  ene- 
migo, piedras,  flechas,  materias  inflamadas  y  cuanto  pudiera  obstruir  el 
paso  de  aquella  úi^ica  entrada  de  la  fortaleza.  Completaba  la  defensa  del 
castillo  la  artillería,  de  que  estuvo  provisto  desde  que  si  generalizó  el  eni- 
pleo  de  esta  terrible  arma  y  de  la  cual  D.  Fermín  Caballero  alcanzó  á  ver 
un  cañoncito  que  supone  sea  unojde  los  traidos  de  la  plaza  de  Tarifa  por 
D.  Payo  de  Riyera  en  1450. 

Las  necesidades  de  la  vida  moderna  transformaron  la  fortaleza  en 
palacio;  desapareció  el  puente  levadizo;  el  foso  carece  de  objeto:  en 
los  espesos  muros  se  abrieron  grandes  balcones  de  ancho  vuelo  y  la  pla- 
za de  armas,  quedó  reducida  á  modesto  patio  de  elegantes  arcadas,  sobre 
las  cuales  descansan  el  oratorio,  salones,  gabinetes  y  demás  estancias  que 
exige  la  comodidad  y  reclama  la  ennoblecida  alcurnia  de  la  casa  de  Mal- 
pica. 

Empero  todavía  abarca  puntos  muy  intehesantes  el  manuscrito  de  don 
Fermín  Caballero;  tales  son  aquellos  eruditos  artículos  en  que  señala  las 
diferencias  entre  los  primitivos  señoríos  de  Malpica  y  de  Valdepusa,  su 
reunión  (iSSj)  en  cabeza  de  D.  Diego  Gómez,  el  uno  por  herencia  y  el 
•otro  por  real  donación,  y  el  origen  de  las  actuales  poblaciones  de  Malpi- 
ca, San  Martín  de  Pusa,  Navalmoral  de  Pusa  y  5anta  Ana  de  Bienvenida: 
aquélla  que  data  de  tiempo  inmemorial;  San  Martín  que  se  alzó  sobre  las 
ruifias  de  Pozuelo  en  derredor  de  una  atalaya;  Navalmoral  que  surgió 
como  la  anterior,  merced  á  la  carta-puébla  del  Mariscal  D.  Payo,  y  Santa 
Ana,  la  más  moderna  del  estado  que  fué  fundada  por  D.  Payo  Barroso  de 
Rivera  con  vecinos  de  Magan  y  de  Casarrubios. 

'Curioso  es  también  el  origen  de  algunos  tributos  como  el  de  la  Trein- 
tena, el  de  la  Gallina  por  fumo  ú  hogar  y  el  del  Dozavo;  pero  es  más  in- 
teresante el  apéndice  del  manuscrito  con  su  revista  de  curiosidades  natu- 
rales y  artificiales  del  estado,  su  catálogo  de  personas  ilustres,  sus  dos  vo- 
cabularios de  términos  locales  y  ^l  de  nombres  topográficos  de  territorios; 
y  si  á  esto  se  añade  la  multitud  de  croquis  y  planos  que  avaloran  el  traba- 
jo de  D.  Fermín  Caballero,  fácilmente  se  comprenderá  que  nada  perdería 
nuestra  literatura  con  la  publicación  de  una  obra  verdadera  notabilidad 
en  su  género  y  motivo  de  legítimo  orgullo  para  los  Marqueses  de  Malpica. 

Valentín  Pica  tosté 


BIBLIOTECAS   Y    MUSEOS  27.J 

RELACIÓN  DESCRIPTIVA  DE  LOS  PLANOS,  MAPAS,  ETC. 

DE  LA 

AirDIENCIA  Y  CAPITANÍA  GENERAL  DE  GUATEMALA 

(giATEMALA,  SAN  SALVADOR,  HONDIRAS,  NICABAOirA  Y  COSTA-KIC  A  ) 
KXISTENFF.S  EX  El.  ARCHIVO  GKXEBAL  DE  I.NDIAS 


1768-70 

143  í<Mapa  del  Curato  de  Pa/^^i/w.»  (San  Bcrnardino). 

\"casc  el  núm.  74. —Kn  colores. — 3^  X  soccntímciros.— Ksiantc  103.— Cajón  r.-Legnjo  14.  (7i>) 
Cuaderno  2."— Folios  175  y  176. 

1768-70 

144  uMapa  del  Curato  de  Sa?i  Miguel  lotonicapam,» 

Se  marcí  la  situ.ición  Je  sus  anexos  los  pueblos  de  San  Francisco  el  Alio  y  de  Santa  Catha- 
fina  Istaguacan.  -\'case  el  núm.  74. — Kn  colores.— 33  X  20  centímetros.— Estante  103. — Cajón  1. — 
Legajo  \.\.  (71)— Cuaderno  2."— Folios  178  y  179. 

i768-;o 

145  «Mapa  del  Curato  de  San  Cristoval  Totonicapan.^y 

Se  marca  la  situación  de  sus  ane.xos  los  pueblos  de  Sao  .Andrés  Secul  y  San  Ju  m  Olintepe- 
quc.— Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 33  X  ^  centímetros.- Estante  103.— Cajó.i  i.— Lej^a- 
jo  14.  (72)— Cuaderno  2."--  Folios  181  y  182. 

1768-70 

146  «Mapa  del  Curato  de  A/owosíe/za/zgo»*  (Santiago). 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Chiquimula  y  San  Bartolomé  de  .\guas 
ílalientes.— Véase  el  núm.  74.— Kn  colores.— 33  X  20  centímetros.— Estante  103.— Cajón  i.— Le- 
gajo 14.  (73)— C.uaderno  2."— Folios  183  y  184. 

1768-70 

147  «Mapa  del  Curato  de  Alalacatam  (Santa  Anna). 

Se  marca  la  situación  de  sus  ane.xos  los  pueblos  de  Santa  Bárbara,  Colotenanf^o,  Istaguacan, 
San  Gaspar  Ichil  y  San  Ramón  y  ia  de  las  haciendas  que  hay  en  sus  términos.— Véase  el  núm  74. 
En  colores.— 33  X  20  centímetros.— Estante  103.— Cajón  1.— Legajo  14.  (74)— Cuaderno  2."— Fo- 
lios 18'  y  i8('.. 

1768-70 

148  «Mapa  del  Curato  de  Gueguetenango.^^ 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  San  Lorenzo,  San  Sebastián,  Santa  Isabel- 
San  Juan,  Santiago,  San  Pedro  y  Santo  Domingo.— Véase  cl  núm.  74.— En  colores.— 33  X  20  c»n 
lí.netros.— Estante  103.— Cijón  i.— Legajo  14.  (75)— Cuaderno  2.»— Folios  187  y  188. 

3.*  ¿POCA,— TO5I0  III.  20 


28o  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

1768-70 

149  «Mapa  del  Curato  de  Zoloma  ó  Zuluman)  (San  Pedro). 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  San  Juan  Ixcoi,  Santa  Eulalia,  San  Mateo 
Isuun,  San  Sebastián  Coatan  y  San  Miguel  Acatan.— Véase  el  aúm.  74.— En  colores.— 33  X  20 
centímetros.— Estante  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (76)— Cuaderno  2."— Folios  190  y  191. 

1768-70 

150  c<Mapa  del  Curato  de  Jacaltenangoy^  (Ntra.  Sra.  de  la  Purifica- 
ción de). 

Se  marca  la  situación  de  su  anexos  los  pueblos  de  Santa  Ana  Guista,  San  .\ntonio,  Petatan, 
Concepción,  San  Marcos  y  San  Andrés.— Véase  el  núm.  74.— En  colores.- 33  X  »  centímetros.— 
Estante  io3.-Cajón  1.— Legajo  14.  (77)— Cuaderno  2.*'- Folios  193  y  194. 

1768-70 

151  «Mapa  del  Curato  de  Chiantla  ó  Chanfla^)  (Ntra.  Sra.  de  la  Can- 
delaria de). 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos^de  .\guacatan,  Chal<>hiian,  Todos  Santos, 
Cuchumatan  y  San  Martín  Cuchumaun.— Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 33  X  20  centímetros. 
Estante  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (78)— Cuaderno  2.''— Folios  196  y  197. 

1768-70 

152  «Mapa  del  Curato  de  Cuilcoi>  (San' Andrés  de). 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Santa  María  Magdalena  Tectitlan,  Mues- 
tra Señora  de  la  Asunción  Thacaná,  Santiago  Amatenango,  San  Martín  Mazapa  y  San  Francisco 
de  Motozintla.— Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 33  X  »  centímetros.— Estante  103.— Cajón  i.— 
Legajo  14.  (79)  -Cuaderno  2.'— Folios  198  y  199. 

1768-70 

153  «Mapa  del  Curato  de  Texutlá>y  (Santiago). 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  lo>  pueblos  de  Cipacipa,  Isiaguatan,  letuapn,  I'axu- 
mulcj  y  Comitan  y  la  de  las  haciendas  y  hatos  que  hay  en  sus  términos.— Véase  el  núm.  74.— 
Kn  colores. — 33  X  20  centímetro^.— Estante  103. -Cajón  i.  — Legajo  14.  (80)— Cuaderno  2.''— Fo- 
lios 201  y  202. 

1768-70 

154  «Mapa  del  Curato  de  Zacatepeques^y  (San  Pedro). 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  San  Marcos,  San  Pablo,  Santa  Lucía,  San 
Oistoval  Cucha,  Santiago  Coatepeque  y  San  Antonio  .\bad  y  la  de  ias  haciendas  que  hay  en  sus 
términos.  -Véase  el  núm.  74.— En  colores.  33  X  ao  centímetros.  -Estante  io3.-Cajün  i.— Le- 
gajo 14.  (81)  -Cuaderno  2." — Folios  204  y  2o5. 

1768-70 

155  ((Mapa  del  Curato  de  Osiuncalco^)  (San  Juan). 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Concepción  Chiquírichiapa,  San  Martín 
Zacatepcques,  San  Miguel  (liaholah,  San  Cristoval  Cabrican  y  Santa  (^.atharina  Retaleuh. — Véase 
c¡  núm.  74.— En  colores.  -33  X  -'■J  centímetros.— Estante  103.  -(Jl.-ijón  i.— Legajo  14.  (82) -Cua- 
derno 2.0— Folios  206  y  207. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  28 1 

1768-70 

166  «Mapa  del  Curato  de  Quesalíenango^  (Espíritu  Santo). 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  San  Matheo,  Santa  María  de  Jesús,  San 
Pedro  Almolonga,  Santa  Catharina  Sunil  y  la  Asumpción  de  Canlél.— Véase  el  núm.  74.— En 
-colores,— 33  X  »  centímetros.— Hstante  103.— Cajón  r.— Legajo  14.  (83)  — Cuaderno  2.«  — Fo- 
lios ao8  y  209. 

1768-70 

167  «Mapa  de  los  Curatos  de  San  Pedro  (de  la  Laguna),  Sololay  Pa- 
nahachel  (San  Francisco)  y  Atitan.f» 

Se  marca  la  situación  de  s«s  anexos. 

Corresponden  al  curato  de  San  Pedro,  los  pueblos  de  San  Juan,  San  Pablo,  San  Marcos, 
Santa  Clara  v  la  Visitación. 

Al  de  Solóla  los  de  San  Jorge  de  la  Laguna,  Santa  Cruz  de  la  Laguna,  San  Joieph  de  Chaka- 
ya  y  Santa  Lucía  Ustatan. 

Y  al  de  San  Francisco  Panahachel^  los  de  San  Andrés  Tzemet  Abah,  la  Concepción  Kixala, 
San  Antonio  Palopó  y  Santa  Catharina  Palopó. 

Se  indica  asimismo  1  situación  de  la  Laguna  de  Atitan  y  la  de4os  volcanes  de  este  nombre. 
Véase  el  núm.  74.— P2n  colores. — 33  X  30centímetro<(.— Estante  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (84)— 
Cuaderno  3.°— Folios  211  á  216. 

1768-70 

168  «Mapa  del  Curato  de  Tepan-guatemala.^^ 

Se  marca  la  situación  de  su  anexo  el  pueblo  de  Santa  Polonia. --Véase  el  núm.  74. — En  colo- 
Tes.— 33  X  20  centímetros.— Estante  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (85)  -Cuaderno  3.»— Folio*  217 
y  218. 

1768-70 

169      «Mapa  del  Curato  de  Chimaltenangof)  (Santa  Ana). 

Se  marca  la  situación  de  su  anexo  el  pueblo  de  San  Jacinto.— Véase  el  número  74. — En  colo- 
res.—33  X  20  centímetros.-- Estante  103. — Cajón  i. — Legajo  14.  (86). — Cuaderno  3.®— Folios  210 
y  220. 

1768-70 

160  «Mapa  del  Cúralo  del  Texany  (San  Sebastián  del). 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  San  Miguel,  San  Lorenzo,  San  Luis  y  de 
los  Pastores.— Véase  el  número  74. —En  colores.— 33  x  2ocentímctros— Estante  103.— Cajón  i,  - 
Legajo  14.  (87)— Cuaderno  3.°— Folios  221  y  222. 

1768-70 

161  «Mapa  del  Curato  de  íí^apan»  (San  Andrés). 

Se  marcí  la  situación  de  su  anexo  el  pueblo  de  P.irramos. — Véase  el  núm.  74.— En  coloro^-.  - 
33  X  20  centímetros.- Estante  103.— Cajón  i. —Legajo  14.  (88>— Cuaderno  3.®— Folios  223  y  224. 

1768-70 

162  «Mapa  del  Curato  de  Alotenango^)  (San  Juan^. 

Se  marca  la  situ.ición  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Aguacatepeque,  San  Diego  y  (.Chagüite,— 
Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 33  X  20  Csíntimeiros.— Estante  103.— Cajón  i.  — Legajo  14.  (8(>) — 
^^.uaderno  3.®— Folios  225  y  226. 


282  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

1768-70 

163  oMapa  del  Curato  de  Zacatepequesí)  (Santiago). 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de^San  Lúeas,  Santa  Lucía,  San  Matheo,  San 
Bartolomé  yCaoqué. — Véase  el  número  74. — En  colores.--33  X  20  centímetros.— Estante  103.— 
(^ajón  1.— Legajo  14.  (90)— Cuaderno  3.**— Folios  228  y  221». 

1768-70 

164  itMapa  del  Curato  de  San  Juan  de  Zacatepeques,^ 

Se  marca  la  situación  de  su  anexo  el  pueblo  de  San  Raimundo  de  las  Caz  illas.— Véase  el  nú- 
mero 74.— En  colores.— 33  X  ao  centímetros.— Estante  103.— Cajón  1.— Legajo  14.  (91)  -Cuader- 
no 3/*- Folios  231  y  232. 

1768-70 

165  «Mapa  del  Curato  de  Mixco,^) 

Se  marca  la  situación  de  las  hacien({as  que  hay  en  sus  términos.  -Véase  el  núm.  74.— En  co- 
lores.—33  X  20  centímetros.— Estante  103.— Cajón  1.— Legajo  14.  (02)— Cuaderno  3."— Folios  234- 
y235.      *  • 

1768-70 

166  c<Mapa  del  Curato  de  la  Hermita.y)  (Nuestra  Señora  de  la  Asmnp- 
cion.  Valle  de  la  Hermita). 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Pínula  y  Chinnutla  y  la  de  Tos  ríos,  sierran 
y  haciendas  que  hay  en  sus  términos.  -Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 33  X  20  ccniimciros.  - 
Estante  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (93)— Cuaderno  3.®— Folios  230  y  237. 

1768-70 

167  «Mapa  del  Curato  de  Amatitan»  (San  Cristóbal  de). 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  San  Juan  Amatitan  y  San  Pedro  Mártir  y 
la  de  las  haciendas  que  hay  en  sus  términos.— Véase  el  núm.  74.— fi)n  colores.— 33  X  20  centíme- 
tros—Estante  103.— Cajón  I.— Legajo  14.  (94)— Cuaderno  3.°— Folios  238  y  239. 

1768-70 

168  «Mapa  del  Curato  de  Xinacantan.i> 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Nancinta«  Tecuaco  ó  Tecoaco,  Vshuatan 
y  Santa  Asna,  y  la  de  las  haciendas  que  hay  en  sus  términos. — Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 
33  X  20  centímetros.— Estante  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (y5)— <'.uaderno  3.°— Folios  240  y  241. 

1768-70 

169  «Mapa  del  Curato  de  Chiquimiililla.í) 

Se  marca  la  situación  de  las  haciendas  que  hay  en  sus  términos.— Véase  el  núm.  74.— En  colo- 
res. -33  X  2J centímetros.— Estante  103.— Cajón  1.— Legajo  14. (9^))  -Cuaderno  3.°— Folios 242  y  243. 

1768-70 

170  «Mapa  del  Curato  de  Giia^acapan,y> 

Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 33  X  20 centímetro^.— *Jstan te  103.— Cajón  i.— ^c^njo  14.(9-)— 
<:uadcrno  3.''— Folios  2*5  y  24O. 


BIBLIOTECAS  Y   MLSEOS  283 

I76S-7O 

171  M.Mapa  del  Curato  de  Taxisco.y^ 

Vea*e  el  núm.  74.— En  colores.— 33  X  »veniini<iros.—Es:inte  105.— i'aión  1.— Lejfaio  14.  (oSV- 
Cuaderno  3.*»— Folios  247  y  24S. 

1768-70 

172  «Mapa  del  Curato  de  Tacuilula.*^ 

Se  marca  ia  situación  de  sus  anexas  los  pueblos  de  Tepeaco  y  Aiequipaque. — Véase  el  nú« 
mero  74-— Kn  colores.— 33  X  ^i^  centimeiros.— Esi*nte  103.  -CajóQ  1. — Legajo  14,  •oo> — ruader- 
no  3.**— Folio»  240  y  23u. 

I  768-70 

173  <«.Mapa  del  Curato  de  Guanagat^apan.*^ 

Se  marca  la  situación  de  las  haciendas  que  hay  en  sus  términos.— Véase  el  núm.  74.— Kn 
colores.— 33  X  3i>  centímetros.— Estante  103.— <1a¡ón  i. -Legajo  14.  (100)— Cuaderno  3.*— Folios 
i5o  y  25i. 

I  768-70 

174  «Mapa  del  Curato  de  Escuintaí>  (Concepción  de). 

Se  mirca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Mixtan  (San  Juan)  y  .Masahua  (San  Luis) 
y  la  de  las  haciendas  que  hay  en  sus  términos.— Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 33  X  20  cenli- 
ineiros.— F^stanic  103.  -Cajón  i.— Legajo  14.  (101) — l^uaderno  3.**— folios  25a  y  253. 

^  1 768-70 

176     c^Mapa  del  Curato  de  Cíarciao  (Don). 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Chipilapa,  Tcsquaquo  y  Santa  .\na  Mis- 
tan, la  de  la  Villa  de  la  Gomera  y  la  de  las  haciendas  que  hay  en  sus  términos.  -Véase  el  núme- 
ro 74. — En  colores.— 33  X  -■>  centímetros.— Estante  103. — Cajón  i.— Legajo  14.  (102)— Cuader- 
no 3,0— Folios  264  y  255. 

1768-70 

176  «Mapa  del  Curato  de  A/a^a/eiia/tgo.» 

.Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  San  Lorenzo  y  San  Cabriel.— Véase  el- 
núm.  74.— En  colores.— 33X20 centímetros.— Estante  103. — Cajón  i.— Legajo  14.  (103) — Cuader- 
no 3."— Folios  25Ó  y  257. 

1  768-70 

177  c<Mapa  del  Curato  de  Cu)'otenango,)> 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  San  .Xndrés,  San  .Martin  y  San  Felipe.— 
Vcasc  el  núm.  74.-  En  colores.— 33  X  20  centímetros.— Estante  103.— Cajón  1.— Legajo  14.  (104)— 
Cuaderno  3.0-- Folios  258  y  259. 

1768-70 

178  cdMapa  del  Curato  de  Retaluleuco  (San  Antonio). 

Se  marca  la  situición  de  su  anexo  el  pueblo  de  San  Sebastián  y  la  de  los  hatos  que  hay  en  sus 
térmirtos.— Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 33  X  ao  centímetros.— Estante  103.— Cajón  i.— Lega 
jo  14.  (ro5)— Cuaderno  3.**— Folios  260  y  261. 


284  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

1768-70 

17d    «Mapa  del  Curato  de  Zapotitlann  (San  Francisco). 

Se  marca  la  situación  de  su  anexo  el  pueblo  de  Santiago  Zambo.— Véase  el  núm.  74.— En  co* 
lores.— 33  X  20  centímetros.  — Estante  103.— Cajón  1.— Legajo  14.  (106^— Cuaderno  3."— Fo- 
lios 262  y  263. 

1768-70 

180  «Mapa  del  Curato  de  Zamayaque  ó  Zamayacm  (Ntra.  Sra.  de  la 
Concepción  de). 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  San  Bcrnardino  y  Santo  Domingo.— Véase 
«i  núm.  74.— En  colores.— 33  X  20  centímetros.— Estante  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (107)— Cua- 
derno 3.*--F9nos  264  y  265. 

1768-70 

181  oMapa  del  Curato  de  San  Pablo  de  Xocopiias,^ 

•  Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Santo  Tomas  y  San  Miguel.— Véase  el  nú- 
mero 74. — En  colores.— 33  X  20  centímetros.— Estante  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (io8)~Cua- 
derno  i. — Folios  266  y  2(7. 

1768-70 

182  c<Mapa  del  Curato  de  Suchitepeques»  (San  Antonio). 

Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 33  X  20  centímetros.— Estante  103.— Cajón  i.— Legajo  14.  (109) 
Cuaderno  3.°— Folios  268  y  269. 

1768-70 

183  «Mapa  del  Curato  de  Atitarif)  (Santiago). 

Se  marca  la  situación  de  su  anexo  el  pueblo  de  San  Lucas  Toliman.— Véase  el  núm.  74.— En 
colores. — 33  X  20  centímetros.— Estante  103. — C^ajón  1. — Legajo  14.  (no) — Cyaderno  3.*— Fo- 
lios 271  y  272. 

1768-70 

184  cíMapa  del  Curato  de  Patuluh  (Santa  Bárbara). 

Se  marca  la  situacióti  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Santa  Bárbara  de  la  Costilla  y  San  Juan  de 
los  Lepros  ó  Leporós  y  la  del  Volcán  Mayor  de  Atitan.— Véase  el  núm.  74.— En  colores.— 33  X  20 
centímetros.— Estante  103.— Cajón  1.— Legajo  14.  (111) — Cuaderno  3.*'— P'olios  273  y  274. 

1768-70 

186    WViapa  del  Curato  de  Cus^umahapama  (Santa  Lucía). 

Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  Santo  Domingo  Tzotzicám  y  Santa  Catha- 
rina  Tziguinala.— Véase  el  núm.  74. — En  colores. — 33X20  centímetros. —Estante  103. — Cajón  i. — 
Legajo  14.  (112)— Cuaderno  3.°— Folios  276  y  27O. 

1768-70 

186    «Mapa  del  Curato  de  Nexapam*  {Sditi  Antonio). 

4  Se  marca  la  situación  de  sus  anexos  los  pueblos  de  San  Bernabé  Acatenango  y  San  Pedro 
.lC*tenango. — Véase  cTnúm.  74.— En  colores.— 33  X  ao  centímetros.— Estante  103. — Cajón  1. — 
Legajo  14.  (113)— Cuaderno  3.**— Folios  277  y  278. 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS  285 

1769 

187  oPlano  del  Convento  de  ¡as  Beatas  Indias  del  Rosario  de  la  Ciudad 
de  Santiago  de  Goathemxla  que  á  su  costa  a  reedificado  el  Sr.  Lizencíado 
Don  Domingo  López  Urrelo  Caballero  del  orden  de  Calatrava  y  Oidor 
Jubilado  de  esta  Real  Audiencia.» 

Por  D.  Luis  Die^  Navarro.— Con  cirta  del  antedicho  Sr.  Licenciado  de  30  de  Abril  de  1769.— 
Forma  parte  de  un  expediente  acerca  del  origen,  rentas,  etc.,  de  este  Convento.— En  colores.— 
C'.on  explicación.— 46  X  33  centímetros.— Estante  100.— Cajón  7.- Legajo  22.  (6) 

1769 

188  «Plano  Inferior  del  Real  Palacio  Carmel  de  Corte  y  Sala  de 
Armas  de  la  obra  que  se  a  hecho  últimamente  y  está  por  concluir  con- 
forme á  lo  que  tengo  representado  en  Junta  de  Real  Hacienda  y  de  la 
Casa  de  Moneda,  según  lo  executado  por  el  B.**"  D.  Joseph  Eustaquio  de 
León  Director  que  fue  de  ella;  y  lo  que  últimamente  se  hizo  de  orden  del 
Excmo.  Sr.  D.  Joseph  Vázquez  Prego  sin  intervención  de  dicho  P.  Direc- 
tor ni  la  mia  por  no  estar  en  esta  Ciudad.» 

Goathcmala  y  Septiembre  30  de  1769.— Por  D.  Luis  Dici^  Navarro  (su  rúbrica).— Con  expe- 
diente y  carta  de  la  Audiencia  de  Guatemala  de  27  Marzo  de  1771.— En  colores.— Con  explica- 
ción.—Escala  de  130  varas  castellanas  los  41  centimetros.—52  X  42  centímetros. —Estante  loi.— 
Cajón  4.— Legajo  12.  (3) 

1769 

139  «Plano  de  la  Batería  que  se  propone  para  defender  la  entrada  del 
Puerto  de  San  Fernando  de  Omoa  en  la  costa  de  Honduras.i> 

«Barcelona  i5  de  Noviembre  de  ¡tCx).»- Juan  ^Martin?  Zermeño  (su  rúbrica).— En  colores.— 
Con  explic.ición.— Escala  de  40  varas  los  21  1/2  centímetros. — 72  x  5o  centímetros.- Estante  102. 
Cajón  5.— Legajo  23.  (7) 

1770 

190  í<Plano  que  demuestra  el  Terreno  que  se  necesita  para  la  fábrica, 
y  Molino,  de  la  Pólvora,  que  se  ha  Proyectado,  por  el  Ingeniero  Director 
D.  Luis  Diez  Navarro,  de  orden  de  M.  I.  S.  P.  G.  y  C.  G.  D.  Pedro  de  Sa- 
lazar.  Tiene  de  Área  1 3.825  V4  vara>  quadradas,  de  Tierras  vtiles  y  lla- 
nas, bajo  de  su  cerca,  con  el  agua  necesaria,  y  salto  de  ella  correspondieq- 
te,  para  el  movimiento  y  empujo  del  Molino.» 

Guathcmala  i  °  de  Febrero  1770.— Por  D.  Luis  Die^  Navarro. — Acompañado  de  un  testimonio 
de  las  diligencias  in  truíd.is  sobre  este  asunto,  remitido  por  el  Presidente  de  Guatemala  D.  Pe- 
dro de  Salazar  con  carta  núm.  180  de  i.®de  Marzd  de  1770.— En  colores.— Con  explicación.—  Esca- 
1 1  para  el  plano  de  100  varas  los  i5  centímetros.— ídem  para  el  perfil  de  35  varas  los  18  1/2  centí- 
metros. —77  X  5o  centímetros.— Estante  k».— Cajón  3.— Legajo  22. 


285  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

1770 

191  «Plano  Geográfico  de  la  Costa  y  Golfo  de  Honduras,  con  las  Islas, 
Canales  y  Bajos,  que  en  ella  se  comprenden.  Nuevamente  corregido  y  le- 
vantado por  Joaquín  del  Castillo  sobre  las  mejores  memorias  y  observa- 
ciones de  varios  Pilotos  prácticos,  que  han  navegado,  y  navegan  en  esta 
pequeña  parte  del  Mundo  Chrisiiano.* 

*En  Guatemala  á  i.°dc  Marzo  de  1770.» -Firmado  por  Cosf/Z/o.— Acompañado  de  un  memo- 
rial de  Castillo  remitido  por  el  Pre'íidentc  de  (íuatcmala  con  carta  núm.  iijdc  i.**  de  Marzo 
de  1770.— En  colores.— Con  explicación.— Comprende  desde  i3",25'  a  2i",4o'  de  latitud  Norte  y 
de  28^^  á  29r><»,3ü'  de  longitud  oriental.  Dice  en  nota  marginal:  «La  Lonf^itud  de  este  mapa  está 
arreglada  á  las  del  Meridiano  de  Tenerife  que  trae  en  sus  tablas  D.  Pedro  Manuel  de  Cedillo, 
Director  que  fue  de  la  Real  .\cademia  de  (^adiz^.— ^.9  X  5<)  centímetros.  -Estante  loi.— Cajón  3- 
Legajo  2). 

1772 

192  «Descripción  de  Quatro  Planos  echos  en  el  Convento  que  fue  de 
5.  Gerónimo  Je  ios  P.^  de  ¿\itestra  Sra.  de  las  Mercedes  de  esta  Ciudad 
(Santiago  de  Guatemala)  en  el  que  se  puso  en  el  ínterin  la  Real  Aduana  y 
Quartel  de  los  Dragones  y  oy  manda  S.  M.  subsista  de  tal  Aduana  dándo- 
les viviendas  en  ella  en  primer  lugar  á  el  Alcaide,  Administrador  y  Con- 
tadores.» 

I."  El  primer  plano  areprcscnta  como  estava  dicho  Convento  en  lo 
bajo  á  el  que  solo  se  le  aumentó  las  Caballerizas  que  se  demuestran  con  la 
letra  A.  para  treinta  cavallos  del  Escuadrón  de  Dragones...» 

2.*^  El  segundo  plano  «representa  el  mismo  bajo  que  el  antecedente  y 
con  el  color  amarillo  lo  que  se  deve  hacer  para  las  viviendas  de  los  tres 
Ministros,  Administrador,  Contador  y  Alcayde...» 

3.®  El  tercer  plano  «representa  el  alto  de  dicho  convento  como  estava 
antes  que  se  avilitara  para  Aduana  y  servia  para  Quartel  de  Dragones...» 

4.*^  El  cuarto  plano  «representa  lo  mismo  que  el  antecedente  n.®  3.®  y 
con  lo  amarillo  el  proiecto  que  se  le  hace  y  demuestra  como  han  de  que- 
dor  las  tres  viviendas  de  los  tres  Ministros...» 

23  Noviembre  1772.— Por  el  Ingeniero  D.  Luis  Dlti^  Saparro  (su  rúbrica).— Con  expediente 
sobre  los  reparos  mandados  hacer  en  la  <^asa  Aduana  de  la  Ciudad  deGoathcmala.— En  colores. 
Con  explicación.— Escala  de  5o  varas  castellanas  los  13  centímetros.— La  dimensión  total  de 
los  cuatro  planos  que  están  en  una  hoja  es  de  72  X  52  centímetros.  —Estante  101.— Cajón  4. — Le- 
gajo  12.  (i) 

1772 

193  «Plano  del  Castillo  de  la  Inmaculada  Concepción  de  el  Rio  de  San 
Juan  que  delineo  el  Ingeniero  ordinario  que  entonces  hera  Luis  Diez  Na- 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  ¿Sy 

varro  en  el  aiío  de  743  en  que  fue  visitador  de  el  y  las  nuevas  obras  que  le 
hizo  después  por  los  años  de  45,  46  y  47  estando  en  su  defensa  de  üefe  de 
el  Superior  Govierno  de  este  Reyno  y  Castellano  interino  por  muerte  de 
el  propietario  D.  Juan  Antonio  de  Arze...o 

Luis  ñie^Xayarro  (su  rúbrica).— Remitido  por  el  Oidor  Decano.  Presídeme  inicrino  dodun- 
lemala  con  cana  núm.  30  de  30  de  Septiembre  de  1772.--  Kn  colores.  -  Con  explicación.    Escala 
de  4.>  varas  castellanas  los  7  1/4  centinieiros.— r>7  X47  centímetros.— Estante  102.-  ilajón  5. 
Legajo  23.  (3)— Hay  duplicado  en  este  legajo. 

1773 

194  (Plano  del  Fuerte  que  se  está  construiendo  para  resguardo  del 
Puerto  de  San  Fernando  de  Onioa  en  la  costa  de  Onduras  según  el  estado 
en  que  en  el  dia  se  alia  la  obra.» 

«San  Fernando  de  Omoa  y  .Mayo  12  de  1773.*— «JosepA  Gvn:{ale^  lermina-^  (su  rúbrica). — 
En  colores.— Con  e.vplicación.— Escala  de  80  varas  los  12  1/2  centímetros. — un'»  X  5o  centímetros 
Estante  102.— Cajón  5.— Lcj^ajo  23.  (8)— En  este  legajo  hay  una  copia  de  i."  de  Febrero  de  1775  de 
1).  Luis  \^ic¿  N.ivarro.  más  detallada  que  el  original. 

1773 

196  Plano  del '«CrtS/i7/o  í/e/ 5an  P//c///7e  situado  al  lin  de  la  Laguna 
Dulzc  y  su  boca  en  el  Golfo  de  Santo  Thomás  de  Castilla  á  distancia  de 
14  leguas...» 

«Por  el  ingeniero  /).  Luis  Die^  Xavarro^  (su  rúbrica.)— .Vcompañado  de  un  informe  del  mis- 
mo remitido  por  el  Presidente  de  (luatemala  con  carta  núm.  r>Kde  21  de  Abril  de  1773.-  En  co- 
lores.—Con  explicación. --Escala  de  2í)  varas  castellanas  los  5  1/2  centímetro^.— .^2  X  27  ccnti- 
met.os.— Est  .nte  102.  -(^ajón  ó.— Legajo  2.  (i) 

1773 

198    «Perfil  del  Castillo  de  San  Phelipe  del  Golfo  dulce. ..^y 

Por  el  Ingeniero  D.  Luis  Die^  Xavarro  (su  rúbrica).— En  colores.  -Escala  de  «o  varas  los  17 
centímetros. — 37  K  23  centímetros. — Estante  102.  -Cajón  ó. — Legajo  2.  (2) 

1773 

197  «Plano  geográfico  de  los  dos  Valles  que  circumbalan  la  Ciudad  de 
Goatemala  y  descripción  en  parte  de  las  inmediaciones  á  la  Ciudad  en 
números  por  no  caber  los  nombres  de  cada  cosa  y  evitar  confusión,  el  te- 
rreno bañado  con  carmín  claro  denota  las  cinco  leguas  de  ejidos  de  esta 
Ciudad  y  lo  restante  lo  verde  una  Alcaldía  mayor  y  lo  amarillo  otra  según 
la  orden  de  su  Majestad.» 

24  .Mayo  1773.— Por  D,  Luis  /)íe^  Xaparro  (su  rúbrica).— Forma  parte  de  un 'testimonio  de  las 
diligencias  instruid  isco  virtud  de  Real  Cédula  sobre  que  subsistan  las  dos  .Vlcaldías  .Mayores 
del  Valle  de  la  Ciudad  de  Goathemala  y  se  examine  el  terreno  reduciendo  i  un  Quadro  el  terri- 
torio de  las  cinco  leguas.— Remitido  por  la  Audiencia  de  Guatemala  con  carta  de  30  de  Junio 
de  1775  —En  colores,— Con  explicación.— Escala  de  una  legua  los  5  centímetros.— 98  X  77  cenií- 
mctros.— Estante  loi.— Cajón  2.— Legajo  4.  (1) 


288  REVISTA   DE  ARCHIVOS 

lOT  Mapa  del  riachuelo  de  Altupe  y  de  sus  tributarios  el  Vehuco,  Ta- 
tachiriri,  &.* 

Xalapa  II  Septiembre  1773.— Por  el  maestro  Bernardo  Ramírez  (su  rúbrica).— Forma  parte 
del  cuaderno  3.*^  del  Testimonio  de  los  autos  form  idos  sobre  la  inspección  del  parage  nombra- 
do el  Valle  de  Jumay  y  el  de  Xalapa en  el  expediente  sobre  el  traslado  de  la  Ciudad  de  Gua- 
temala.—En  colores.— Con  explicación.— 21  X  35  centímetros.- Kstantc  loi.— Cajón  4.— Lega- 
jo i5.  u) 

1773 

199  «Mapa  para  inteligencia  de  los  orígenes  de  los  riachuelos  de  Sasi- 
co  ó  Ponte^uela  y  de  Taiisiri  y  sus  respectivas  incorporaciones  entre  sí  y 
con  el  de  Xalapa.y> 

4JCaI.ipa  y  Septiembre  ¡6  de  1773»— Por  el  maestro  Bernardo  Ramire^^  fsu  rúbrici).— Form.i 
parte  del  cuaderno  3."  del  Testimonio  de  los  autos  form  «dos  sobre  la  inspecciói  del  paragc 

nombrado  el  V  He  de  Jumay  y  el  dé  Xal  pa en  el  expediente  sobre  el  traslado  de  la  Cudad 

de  (iuatemala.--En  colores.  -Con  explicación.— 30  1/2  X  35  centí  netros.— estante  loi.— Cajón  4. 
Legajo  i5.  (2). 

177^ 

200  «Mapa  que  comprende  el  fJiino  de  Jalapa  situado  en  la  Provin- 
cia de  Chiquimula  de  la  Sierra,  distante  21  leguas  al  Nordeste  de  la  Cavc- 
zera  de  dicha  Provincia  y  de  la  ciudad  de  Guatemala  3o  al  Poniente,  todo 
según  la  estimación  común  de  el  País.» 

«Levantado  por  el  Teniente  f^oronel  c  In¿(eniero  en  2."*  /).  Antonio  A/arín.*^-Jal.ipa  y  Setiem- 
bre 18  de  lyjs.—Joseph  María  Alejandre  (iu  rúbrica).— V."  B."  Antonio  hfarin  (su  rúbrica).- 
Forma  parte  del  cuaderno  3."  del  Testimonio  de  los  autos  formados  sobre  la  inspección  del 

parage  nombrado  el  Valle  de  Jumay  y  el  de  Xalapa en  el  expediente  sobre  el  traslado  de  la 

Ciudad  de  Guatemala.  -En  colores.— Con  explicación.  -Escala  de  1000  varas  los  7  3/4  centíme- 
tros.—64  X  68 centí metros.-'Kstante  loi    -Cajón  4.— Legajo  i5.  (3) 

i77i 

201  «Mapa  del  orif^en  del  Rio  de  Pínula  y  de  los  ríos,  quebradas  y 
ojos  de  agua  que  se  le  incorporan.» 

«Ilcrmita  y  Noviembre  3  de  1773.»  -Por  el  maestro  Bernardo  Ramire^  (^u  rúbrica). —Forma 
parte  del  cuaderno  4.°  del  Testimonio  de  los  autos  sobre  la<  proporciones  que  ofrece  el  Valle  de 
la  Hermita  para  la  traslación  de  la  Ciudad  y  vecindario  de  Guatemala  (folio  68).— En  colores. 
Con  explicación.— 31  X  35 centímetros. —Kstantc  101.  -Cajón  4.— Legajo  i5.  (4) 

1773 

202  «Plano  en  que  se  demuestra  el  giro  de  los  rios  de  Pi;iw/a.» 

'  Herniita  y  Noviembre  16  de  1773.-  Por  el  maestro  Bernardo  Ranire^  (su  rúbrica).— Forma 
parte  del  cuaderno  cuarto  del  lesti  nonio  de  los  kutos  sobre  las  proporciones  que  ofrece  el  Valle 
de  la  Hermita  pira  la  traslación  de  la  Ciudtd  y  vecindario  de  Guate  naU  (folio  77).— Es  más 
completo  que  el  del  folio  68.— En  colores.- Con  explicación.— 47 K  35 centímetros.— Estante  101  — 
iajón  4.— Legajo  5. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  289 

1773 

203  «Plano  en  que  se  demuestra  el  curso  de  los  rios  de  las  Lavares 
vecinas  á  Mixco,  y  los  ojos  de  agua  que  hay  en  la  Hacienda  de  D.  Salva- 
dor Herrarte.» 

Hermita  y  Diciembre  1  de  1773.— Por  el  maestro  Bernardo  Ramirei^  (su  rúbrica).— Forma 
parte  del  cuaderno  cuarto  del  testimonio  de  los  autos  sobre  las  proporciones  que  ofrece  el  Valle 
de  la  Hermita  para  la  traslación  de  la  Ciudad  y  vecindario  de  Guatemala  (folio  H6).— En  colo- 
res.—Con  explicación.— 32  H  35  centímetros.— Estante  loi,— Cajón  4.— Legajo  i5.  (6) 

1773. 

204  Plano  de  las  barracas  de  madera  formadas  en  la  Ciudad  de  Gua- 
themala  por  el  Arzobispo  de  la  misma  para  el  establecimiento  provisional 
de  la  Iglesia,  Monasterios,  etc.,  etc. 

Remitido  por  el  Arzobispo  con  cana  de  1  de  Diciembre  de  1773.— En  colores. — Coo  explica- 
ción.—K^icala  de  luopics  castellanos  los  11  centímetros. —72  X  78  centímetros.— Estante  loi.— 
Cajón  4.— Legajo  12.  (4) 

1773 

205  Plano  de  la  Iglesia  y  Convento* de  las  monjas  de  Santa  Clara  en 
la  Nueva  Ciudad  de  Guatemala. 

Por  Fr.  Juan  Josefde  la  Fuente.— Con  testimonio  de  unos  autos  sobre  la  materia.— Kn  colo- 
res.—Con  cxplicción.— Kscaia  de  nx>  varas  castellanas  los  14  centímetros.  -28  X  4^ centímetros. 
Estante  101.— Cajón  i.— Legajo  6.  (i) 

1774 

208  Plano  de  la  Máquina  é  Ingiiiio  proyectado  para  la  Real  Casa  de 
Moneda,  provisional,  (de  Guatemala). 

Hermita  y  Enero  i5de  1774.— Bernardit  Hamirei^  (su  rúbrica),  -.\compmado  de  expediente 
sobre  el  traslado  provisional  de  la  Casa  de  Moneda  de  Guatemala  al  sitio  de  la  llermit  i,  remi- 
tido ;  or  el  Presidente  de  Ciuíttcmala  con  carta  núm.  8y  de  5  de  Febrero  de  1774— En  colo- 
res.—(^on  explicación.— 45  /^  fio  centímetros. —  Estante   lai.— í^ajóa  7. —  Legajo  :6. 

1774 

207  Plano  Geográfico  que  resulta  de  la  medida  y  demarcación  del 
Valle  y  Llano  de  la  Hermita  terminado  por  sus  extremos  en  los  Rios  que 
lo  circumbala  con  inclusión  de  lavores  enteras  y  parte  de  otras... 

«Hcrmiía  y  Marzo  12  de  1774.»»  -Joseph  Gregorio  Rivera  (su  rúbrica).— Con  expediente  sobre 
el  terremoto  y  traslación  de  la  Ciudad  de  Guatemala.— En  colores.— Con  explicación. -Escala 
de  5.í>o<)  varas  castellanas  los  12  centímetros.— 88  K  72  centímetros. — Estante  101. — Cajón4.— Le- 
gajo 16.  (I) 

1774 

.  208  «Plano  del  Fuerte  que  se  está  construiendo  para  resguardo  de  este 
Puerto  de  San  Fernando  de  Omoa  en  la  costa  de  Honduras  según  el  esta- 
do en  que  en  el  día  se  halla  su  obra.» 


290  REVISTA   DE  ARCHIVOS 

«Es  copia  del  original  que  remitió  /).  Joseph  Goni^ále^  Ferminor  con  fecha  30  Jo  Junio 
<le  1774.*  í.uh  Die^  Xavarro  (su  rúbrica). — Kn  colores. — Con  explicación.— Escala  de  40  varas 
losó  1/4  ccntímeiros.— 5i  K  45  centímetros.— Estante  102.— Cajón  5.— Legajo  23.  (9)- Hay  dupli- 
cado co  este  legajo. 

1774 

200  «Plano  Geográfico  de  los  dos  Valles  que  tenía  por  ejidos  la  Ciu- 
dad de  Santiago  de  Goathemala  oy  destruida  desde  el  día  29  de  Julio 
de  1773,  y  en  ellos  las  dos  Alcaldías  maiores  de  Amatilanes  y  Chimalte- 
nango,  cuia  Ciudad  se  traslada  por  superior  disposición  á  el  Valle  de  la 
Ermita  el  que  se  ha  elegido ^ara  la  mayor  seguridad  de  los  temblores  que 
en  ella  han  acontecido  y  acontecen,  en  cuyo  parage  se  coloca  la  Ciudad  en 
el  sitio  que  S.  M.  tuviese  por  más  conveniente...» 

25  de  Septiembre  de  1774.— Por  D.  Luis  Die^i  Savarro  (su  rúbrica).— Forma  parte  de  un  testí- 
nionio  de  las  diligencias  instruidas  en  virtud  de  Real  Cédula  sobre  que  subsistan  las  dos 
Alcaldías  Mayores  del  Valle  de  la  Ciudad  de  Goathemala  y  se  examine  el  terreno  reduciendo  á 
un  (^uadro  el  territorio  de  las  cinco  leguas.^»  Remitido  por  la  Audiencia  de  Guatemala  con  carta 
de  30  de  Junio  de  1775.— En  colores.~Con  explicación.— Escala  de  una  legua  á  cinco  mil  varas 
los  5  centímetros.— 98  K  77  centímetros.— Estante  101.— Cajón  2.— Legajo  4.  (2) 

(Se  diferencia  mucho  en  los  detalles,  del  plano  de  24  de  Mayo  de  1773,  del  mismo  autor.) 

1774 

210  «Perfiles  que  manifiestan  la  diferencia  de  nivel  y  proporción  que 
ofrecen  para  conducirse  las  aguas  de  los  Rios  que  se  e.xpresan:  (de  Pínula ^ 
de  la  Concepción,  de  Belén,  de  Pancocha  y  de  Misco)  á  los  sitios  demarca- 
dos de  Piedra  Parada  y  Cruces  de  Naranjo,» 

<iJoseph  María  Alexandrc*  (su  rúbrica).— «V.<*  B."  Antonio  A/arín»  (su  rúbrica).— Forma 
parte  del  cuaderno  4.*^  del  Testimonio  de  los  autos  sobre  las  proporciones  que  ofrece  el  Valle  de 
la  Hermita  para  la  traslación  de  la  Ciudad  y  vecindario  de  Guatemala  (folio  310).— En  colores. — 
Con  explicación.— Escal.i  de  5.(x»  varas  los  28  centímetros.— 141  x  37  centímetros.— Estante  un. 
Cajón  4.— Legajo  i5.  (7) 

1774 

211  ^(Plano  del  ámbito  del  llano  di  Nuestra  Señora  del  Carmen  según 
la  medida  que  se  ejecutó  de  orden  del  M.  I.  S.  Presidente  D.  Martín  de 
Mayorga  en  el  que  se  notan  las  particularidades  que  se  omitieron  en  el 
Plano  é  informe  de  8  del  corriente.» 

«Ilermita  y  Noviembre  16  de  1774.— Jo«epA  Gregorio  de  Rivera.y^—^Ks  copia  de  su  original.  - 
ílermita  25  de  Noviembre  de  1774.— El  Director  Nabarro.^—Con  expediente  sobre  el  terremoto 
y  traslado  de  la  Ciudad  de  Guatemala.— En  colores.— Con  explicación.— Escala  de  3.000  varas 
cistellanas  los  22 1/2  centímetros.— 54  k  40  centímetros.— Estante  loi,— Cajón  4.— Legajo  16.  (2) 

(Concluirá.) 

Pedro  Torres  Lanzas. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  29 S 

ESTUDIO 

SOBRE  LOS  SERMONES  VALENCIANOS 
DF    SAN    VICENTE    KERRER 

QUE     SE     CONSERVAN     MANl  SCIU TOS     EN     LA     BIBLIOTECA     DE     LA     BASÍLICA 
METROPOLITANA     DE     VALENCIA 


\T 
Invectivas  contra  las  mujeres. 

Parece  como  que  aprovecha  San  Vicente  todas  las  ocasiones  para 
reprender  á  las  mujeres  sus  vicios,  que  tan  gran  trascendencia  tienen 
para  la  moralidad  pública.  Otras  veces  sólo  son  avisos  para  que  ajusten 
su  conducta  á  los  consejos  de  la  prudencia.  Explica  por  ejemplo  (III.  ijS)^ 
como  se  debe  portar  la  joven  con  el  hombre  y  aprovecha  la  ocasión  de  la 
Anunciación  de  Nuestra  Señora,  para  hacer  una  oportuna  comparación: 
oSi  Tangel  bagues  saludada  la  Verge  María  per  la  manera  acostumada^ 
axi  com  bones  persones  saluden,  la  Verge  María  no  s'forc  torbada;  mas 
quan  l'angel  per  manera  no  acustumada  la  saluda,  turbaia  est  Í7i  sermone 
ejus,  A9Í  han  exemple  les  donzelles  e  altres  dones.  Si  algú  vos  salude  per 
la  manera  acostumada,  no  us  en  cal  corbar;  mas  si  per  manera  no  acos- 
tumada  vos  saluden  alguns  folls,  no  respondre,  sino  responent:  anat  a  la 
mala  ventura.  Car  aquella  salutació,  50  es,  quan  se  diu:  flor  de  parad  is, 
ros  son  la  mía  vida  etc.  pijor  es  a  lanima  que  si  t'deye:  yo  i^s  vull  dego- 
liarla  En  el  Ms.  del  Colegio  (folio  i56),  el  modo  ordinario  de  saludar  es: 
bou  jorn  et  salut,  y  el  extraordinario:  ¡Oh  vida  mia  et  consolado!  etc. 

La  firmeza  de  la  mujer  en  contra  del  hombre,  la  retrata  en  un  hecho 
histórico  que  nos  cuenta  (V.  52.  v.):  «Lo  franch  arbitre  no  s'pert...-  Una 
mullerque  sie  casta,  tanta  de  libertat  ha,  que  sí  hun  hom  la  volíe  forjar, 
li  pot  donar  bona  galtada.  Axi  com  de  hun  rey  de  Castella  [se  contaj:  Vehe 
una  bella  dona,  e  cernie  la  dona,  e  el  rey  volchla  abracar,  e  aquesta  pres 
de  la  fariña,  e  per  la  cara  e  per  tot  tot  lo  enfarinosá.  Pensat  si  l'rey  se 
n'devie  riure;  mas  ell  confús  ne  romas.» 

Con  frecuencia  recuerda  aquel  axioma  de  que  per  qtuv  peccat  qttis,  per 
lia'c  et  torquetur.  Trae  á  colación  estas  frases  para  apartar  de  la  licencia  á 
las  jóvenes,  poniéndolas  delante  el  ejemplo  del  castigo  de  Ifcrodías  y  su 


2g2  REVISTA  ÚE  ARCHIVOS 

hija  (V.  49.  V.)  cuya  leyenda  no  sabemos  de  donde  pudo  sacar:  «En  lo 
palau  del  rey  Herodes  feu  fer  un  forat  Herodías  e  allí  feu  soterrar  el  cap. 
de  S.  Johan  Baptiste.  Aquella  traydora  de  fembra  havíe  tanta  de  paor  que 
lo  cap  no  isqués  del  forat,  que  cada  dia  lo  anave  a  veure  si  y  ere.  E  hun 
día  preslo  e  trufaves  dell,  e  teníntlo  axi,  lo  cap  li  bufa  en  la  cara  bu...u...u, 
e  tantost  caygué  morta.  ¡Haaa!  per  qua:  quis  peccat,  per  hcec  et  torquetur 
(Sap.  XI.  17.)  ítem  de  la  filia,  com  pecquá  bailan,  e  vejau  Deus  com  la  n* 
paga.  Davant  la  casa  de  prop  havíe  una  lacuna  de  aygua  molt  pregona,  e 
hun  dia  va  s'gelar  axi  fort  que  les  gens  h¡  anaven  damunt  e  les  besties.  E 
ella  díx  a  les  donzelles:  anem  a  bailar  allí.  E  anaren  h¡.  E  quan  fo  lia, 
volgué  fer  lo  contrapás  que  havie  fet  davant  lo  rey.  e  en  la  girada  que 
dona,  trenqua  lo  gel  e  entrasssn.  ¡ Ahaa!  Per  qux  quis  peccai  etc.  el'an  i- 
ma  a  cent  milia  dyables.  Mas  filies,  avissauvos  de  massa  bailar,  sino  bon 
puagre  me  n'veujará,  e  de  aquexos  affeytam^nts,  sino  una  perla  en  luyll 
o  tinya  al  cap.» 

En  contraposición  á  Herodías  y  su  hija;  pone  el  ejemplo  de  Santa  Ceci- 
lia (IV.  55.)  de  la  cual  dice:  «James  hac  superbia.  Axi  o  deurien  fer  vosal- 
tres,  lexar  aquexes  vanitats,  per  les  quals  complaen  ais  rapados,  qo  es,  ais 
diables...,  ab  aquexes  cares  que  feu...  Quan  se  confessen  dirien  elles  per  90 
m*  he  apparellat  axi  per  que  mon  marit  es  jove  etc.  falsia  deyn,  que 
aquells  cabells  que  haven  con  canuts  o  negres,  o  son  calba  e  posauvos  ca- 
bells  rossos  a  les  polseres.  A  altri  voleu  engañar.  ítem  teniu  les  ^elles  pe- 
lades  e  vos  feu  vos  hi  aquell  filet:  sou  negra  e  posauvos  hi  blanquet. — ¿E 
no  sab  vostre  marit  que  negra  sou?  ¡Oo  de  la  folla!  per  altre  se  ho  pose, 
ítem,  ma  filia,  aquexes  tripes  que  por  tan  descubertes,  aquexes  manilles 
^per  a  quí.>  per  ais  milans  cobrir.  Cobrir  vestres  carns.  ítem  les  alesian 
grans  de  les  alcandores  ¿per  quí  o  fcu.^  En  casa  anau  redona  e  cuberta,  e 
de  fora  casa  anau  volant.  No  hu  feu  per  lo  marit,  c  el  mesquí  ha  a  fer 
un  cot  a  la  muUer,  e  hau  a  fer  quatre:  hu  ais  cors,  dos  a  les  mane- 
gues,  altre  a  les  faldes.  Be  es  bo  que  la  dona  se  tinga  neta  en  toi  lo  cors,  les 
ungles,  i^eus  etc.  e  sino/allax  gracia...  Vos  Na  Malasiruga  tot  ballau  per 
en  ganar  e  dapnar  animes.^^  Tan  exagerada  andaba  la  moda  en  aquellos 
lejanos  tiempos,  que  encontramos  en  el  Ms.  del  Colegio  (fol.  149),  que  al- 
gunas mujeres,  aqiícedam  apparent  papeses  ab  lo  tocat  alt  drct  davant: 
qiuedam  portant  diadema  sicut  sanctce.i) 

No  debe  extrañar  lo  que  pasaba  á  principios  del  siglo  XV,  pues  en  una 
visita  eclesiástica  del  iMonasterio  de  Bernardas  déla  Zaidia  de  Valencia  del 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS  298 

año  1440,  (Archivo  Histórico  Nacional,  papeles  de  conventos  eclesiásticos 
de  la  Zaidia),  se  manda  por  el  Visitador  que  «ninguna  religiosa  lleve 
manteta,  mantonet,  paiernostres  daur  ni  de  coral..,  que  no  s*pelen  las 
celles,  los  polsos,  ni  va  jen  pintades,  go  es,  de  blanquet,  argení  e  color  e  de 
Jerse  luors  en  la  cara.n) 

San  Vicente  echa  en  cara  á  las  mujeres  las  consecuencias  de  este  lujo 
varias  veces.  Una  de  estas  les  decía,  (VI.  145):  «E  quan  volch  Deus  crear  la 
dona  ^'que  dix?  faciamus  ei  adjutorium;  mas  ara  podem  dir  destructo- 
rium  ¿E  com?  Veus  que  ara  en  la  festa  de  Senta  María  d'Agost  que  ve  ara. 
Si  la  dona  vol  una  roba,  tots  dies  a  nxatí  e  vespres  al  mesquí  de  marit:  Sen- 
Yor,  una  gonella  per  a  mi.  N'aytal  ne  hafetes  dues  a  la  muller,  e  yo  no 
n  he  haud  encaray  e  yo  he  portal  tan  bon  exovar  com  aquella.  Rum,  rum, 
no  rdexara  dormir.  Diu  lo  marit:  ¡O!  sino  tenim  diners...  Hajaune.  Tant 
tant  que  haura  a  fcr  mal  barat  per  complaure  a  la  muller.» 

Más  directo  es  aun  lo  que  cuenta  sucedido  en  una  ciudad  donde  fué  á 
predicar  el  Santo.  El  lujo  de  las  mujeres  apartaba  los  hombres  de  casarse, 
(IV.  247):  oEn  una  ciutat  on  era  yo,  los  regidors  pregarenme  que  yo 
degués  preycar  del  peccat  de  luxuria,  que  axi  se  governaven  los  jovens, 
que  quan  devien  pendre  muller,  compraven  una  esclava  quiscú  e  axi  les 
havien  per  mullers.  Yo  finme  venir  los  jovens  de  la  ciutat  e  diguils,  per  qué 
fahien  tal  peccat.  Ells  digueren  que  mes  amaven  pendre  lo  menor  peccat 
de  luxuria,  que  esser  desfeyts,  que  s*desfahien  per  la  vanitat  deis  vestits  e 
arreaments  de  lurs  mullers,  e  quan  no  les  arreaven  no  els  volien  servir,  e 
«lis  havienscn  anar  a  altres  dones...  Axi  seria  aquesta  ciütat,  si  tora  sos- 
tengut,  que  homens  pogucssen  teñir  concubines.» 

De  esta  clase  de  mujeres,  trae  un  pasaje  muy  notable  el  Ms.  del  Colegio 
del  Patriarca  (fol.  149),  con  estas  palabras:  c<Quedam  mulier  cum  haberet 
maritum  et  occidisset  quandam  et  portaretur  ad  furcam,  accedebat  flen- 
dum:  Ay  mesquina  etc.  et  cwm  essent  prope  furcam  non  habebant  sogam 
cum  qua  eum  suspendissent.  Dixit  ipsa.  f¿Quid  buscatis  sogam?  Catat  aqui 
mi  toca.  Et  ita  fuit  suspensus  maritus  cum  toca  uxoris.  Kt  sic  nescio  si  fa- 
<:it¡s.)) 

En  este  mismo  Ms.  del  Colegio,  (fol.  209)  en  un  sermón  predicado  en 
Villarreal  (que  está  colocado  entre  un  sermón  de  Malasón  y  de  otro 
de  Albacete),  se  vé  la  libertad  que  había  entre  los  jóvenes  de  ambos'séxos. 
«Si  est  aliquis  juvenis  devotus,  et  idem  de  vobis  mulieribus,  quod  si  aliqua 
^sl  mulier  juvenis  quee  osculetur  juvenes,  dicent  et  laudabuní  eam;  tam-' 


2(j.l  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

quam  bonam;  et  dico  ego  quod  est  putaña  taÜs.  Sed  sí  est  devota  mulier  et 
non  curat  de  vanitatibus,  talis  non  poterit  vívere,  sed  dicetur  ei:  !oh!  ;n/- 
noreta  se  f ara,  et  recipiet  unum  bordonem  et  ¡bit  cum  magistro  Vin- 
centio.» 

El  Santo,  llega  á  hacerse  cargo  de  las  escusas  del  libertinaje,  y  las  discu- 
te y  condena,  yá  sean  de  seglares,  yá  de  clérigos  y  hasta  de  religiosos 
(IV.  20):  cíAguns  son  que  fan  mal  só,  que  per  escusar  lurs  peccats,  pecquen. 
Vejats  que  me  han  dit:  Yo  be  crech  que  hum  hom  que  no  haje  mulier  e  te 
putaña  en  casa,  o  que  haje  mulier  e  no  sí  pot  haver  fíUs,  dieu  que  no  es 
peccat  ¡Oo  que  malvestad!  heretje,  es,  que  tal  manera  de  diro  axi,  damp- 
nacioes...  K  aquell  qui  mo  ha  dit,  no  sé  qui  (es,  den  anar  al  inquiridor,  sino 
pecque  mortalment.  Altre  de  capellans,  qui  teñen  manceba,  dien:  nosalires 
no  som  obligaste  ne  tenguts  a  servar  castedat  axi  com  fo  religiós.  Tal  ca- 
pellá  que  a^ó  diu,  crematlo,  que  obligat  es  a  servarla  per  vot  aneix.  Altres 
qui  dieu,  que  veure  una  dona  per  veure  e  cobejarla,  no  es  peccat.  Vet  que 
diu  Jesuchrist:  omnis  qui  viderit  mulierem  ad  concupiscendum  eam,  ¡am 
marchatus  est.»»  (Matth.  V.  28.) 

Trata,  finalmente,  una  cuestión  de  las  más  espinosas,  consecuencia  de 
los  vicios  que  llavamos  enumerados;  la  conveniencia  de  tolerarlos  lu- 
panares. En  la  Edad  Media  había  barrios  independientes,  para  evitar  el 
contagio  religioso  de  la  compañía  de  judíos  y  moros  con  cristianos.  Se 
crearon  los  lazaretos  para  aislar  los  atacados  de  la  enfermedad  de  San 
Lázaro,  ó  sea  la  lepra,  y  en  barrios  aparte,  y  con  autoridades  especiales, 
eran  recluidas  y  vigiladas  las  mujeres  que  se  dedicaban  al  asquerosa 
vicio  de  la  prostitución:  era  esto  una  especie  de  higiene  moral.  Nues- 
tro santo  afronta  esta  cuestión  en  un  sermón  de  la  dominica  25  después  de 
Pentecostés  (IV.  35  v.),  y  á  este  propósito  dice  lo  siguiente:  «Lo  quint 
peccat  que  es  gran  fluix  de .  sanch  es  putcries  especiáis;  Sent  Agostí  fa 
questió,  si  entre  christians  se;  poden  sostenir  bordells.  Diu  que  hoc,  bor- 
dells  generáis  auna  part  de  la  ciutat,  axi  com  los  mesells  qu'els  fan  estar 
apartats,  per  que  la  malaltia  no  s'pegue  ais  altres:  axi  les  dones  publiques 
se  peguen  si  están  entre  les  altres.  Aufer  meretrices  de  medio,  nisi  (fece^ 
ris)  omnia  pertitrbabis,  et  ideo,  estirpar  aquest  peccat.  Puteria  especial  e& 
hostaler  qui  te  putaña,  o  clerque  concubina,  o  putaña  que  está  en  alguna 
part  de  la  ciutat.  E  axi  vajen  a  depart,  car  avegades  se  tol  lo  peccat:  que 
axi  com  rhom  irá  al  bordell,  trobará  alguna  esglesia  e  fará  aqui  reveren- 
cia, e  per  aquella  reverencia  Deus  li  tolrá  la  voluntat,  etcétera.  E  axi 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS  295 

en  io  hostal  no  sí  deu  teñir  putaña,  car  vindrá  lo  relígiós,  qui  peraventura 
encara  será  verge,  e  aquí  caurá:  vendrá  lo  pare  e  caurá  ab  ella:  vendrá  lo 
fíll,  axí  mateix.  Major  peccat  es  que  si  l'hostaler  tenie  hun  pou  cubert  de 
canyes  on  caiguessen  e  moríssen  tots  los  que  arribarien.  Degú  no  pot  ha- 
ver  cambra  sino  per  ma  de  la  putaña,  e  quan  han  fet  lo  lit.  tórnenlo  n 
desfer.  Mes,  si  en  lo  hostal  ha  putaña,  la  filia  del  vehí  que  veurá  venir  lo 
sender  e  entrara  (este)  en  l'hostal,  pensará:  ara  son  en  la  cambra,  axa  fan 
axí  e  oplich  etc,  james  no  haurá  remey  fins  haje  tastat  de  aquelles  viandes, 
Hoc  la  miiller.  ¡Oo  bon  hom!  ¿e  no  deveu  esser  zelós  de  vostra  muller  e 
de  vostra  filia?  E  a^o  tots  o  devets  estirpar  e  no  sostenirlo.o 

Aun  insiste  sobre  los  arreos  de  las  muJQres  que  las  apartan  de  acudir  á 
la  mesa  celestial  (III.  188.)  «Si  no  combregau  com  dit  es*  (per  Pascua  flori- 
da) lo  cors  no  será  enterrat  en  sagrat  mas  lia  en  lo  prat  com  a  bestia^a  e 
la  anima  en  infern  ab  Judes.  Ara  respondré  a  la  raho  de  les  dones.  He 
senyor,  nosaltres  nos  havem  a  vestir  e  arrear  aquell  día  per  honor  de  la 
testa  e  serie  millor  de  combregar  altre  día,  Si  vos,  ma  filia,  enteneu  deis 
affaytaments  que  son  peccat  mortal  ab  llavafcs,  ab  corns  que  us  feu, 
vaques,  vaques  vus  feu  e  huylls  de  bon  ab  alcofoll  e  aquex  rast  de  pater- 
nostres  tan  gran  queus  posan  per  la  esquena  per  vana  gloria,  no  deveu 
combregar  que  ja  son  en  peccat...  Vosaltres  fets  que  siats  altar  ben  arreat 
per  a  rebrel  (Jesu  Christ)  e  no  per  que  vos  vegen». 

Otras  veces  finalmente  increpa  sus  canciones  (V.  81.)  «Aprenets  lo 
credo  axi  com  aprenets  les  condóneles  vanes  que  totes  toquen  al  paper.» 
Esta  última  frase  no  la  entendemos.  ¿Querrá  hablar  de  canciones  impor- 
tadas y  puestas  de  moda? 

R.  Chabás. 
(Concluirá.) 

DOCUMENTOS 

LIBROS  MANUSCRITOS  O  DE  MANO 

[DK  LA  BIBLIOTECA   DEL  CONDE  DE  GONDOMAR] 


(conclusión) 

LEYES  Y  ORDENANZAS  DE  LOS  REYNOS  d'  ESPAÑA. 

Ordenaní;as  de  Don  Alonso  XI  y  de  Don  Hnrique  a.do  Reyes  de  Castilla  F.*  a  vol. 
Leyes  y  fueros  antiguos  de  Castilla.  6  voiumines.  señalados  con  vr.a  letra  del  Al- 
phabeto,  como  el  1  .ro  A.  el  2.^0  B.  el  3."  C.  etc. 

3.'*»  ¿POCA.— TOMO  Tin.  21 


296  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

Leyes  y  Ordenan9as  de  la  ciudad  de  León.  F.* 

Fueros  de  España  en  pergamino.  F.' 

Fuero  general  del  Reyno  de  Nauarra.  F.' 

Don  Alonso  de  Cartagena  Obpo.  de  Burgos.  Copilacion  de  las  leyes  que  tocan  á 

los  caualleros  y  hidalgos:  F.° 
Ordenanzas  de  la  Ciudad  de  Valladolid.  F.' 
•Libro  de  varias  leyes  de  España.  F.' 
Libro  de  varias  leyes.  F.' 

Leyes  y  Ordenaníjas  reales  de  las  Indias  del  mar  Océano..  Año.  1674.  F.* 
Libro  del  derecho  militar.  F." 
Fuero  Juzgo  de  los  Godos,  F.* 
Fuero  Juzgo.  F.*  en  muy  buena  leira. 

Leyes  de  los  Reyes  Godos,  escritas  en  pergamino.  F.*  2  volumines. 
Advertencia  o  tabla  a  la  nueua  recopilación  de  las  leyes.  F.' 
Decretales  en  Romance.  F."  en  p'ergamino. 
Epístolas  decretales  romanceadas.  F.* 
Libro  muy  viejo  de  testamentis  et  vltimis  voluntalibus.  F.® 

LIBROS  de  poesía,  COMEDIAS,  Y  HISTORIAS  FABULOSAS. 

Las  Tragedias  de  Séneca  traducidas.  F.* 

Lugano  de  las  guerrras  Pharsalicas.  F." 

Libro  de  Poesías  differentes.  F.'  con  cintas  azules. 

Varias  Poesias  en  la  muerte  de  Don  Phelippe  2.'  Rey  de  las  Españ^.  F.* 

Poesías  differentes.  F.**  A.  tiene  al  ñn  algunos  versos  de  Juan  de  Touar. 

Poesías  de  diferentes  autores.  F.*  B. 

Poesías  de  differentes  autores.  F.°  C. 

Poesías  de  differentes  autores.  F.°  D.  con  la  genealogía  de  los  Dioses  al  príncipio- 

PoEsiAs  de  differentes  autores.  8.°  E. 

Poética  Theologia  de  Aluar  Gómez  en  copla  4.'  F. 

Poesías  de  diferentes  autores  4.® 

Poesías  varias  de  Don  Luys  de  Gongora.  8.* 

Poesías  de  Don  Diego  de  Mendoza.  4.*'         •     • 

Poesías  differentes;  comienza  con  otauas  a  D  María  de  Aragón.  4.* 

Libro  de  cantos  y  tonos  differentes. 

Don  Lope  de  Salinas.  Vida  de  S.  Francisco,  con  otras  coplas.  4.' 

Poesías  diffentes  en  Romance  y  Italiano.  4.° 

Poesías  de  Pedro  de  Penagos.  4.° 

Poesías  de  differentes  autores.  4.° 

Poesías  de  F.  Luys  de  León.  4.° 

Poesías  4.°  Comien9a  con  vna  sátira  contra  las  monjas. 

Poesías  8.°  Comienza  con  sentencias  sacadas  de  Marco  Aurelio 

Poesías  de  Don  Diego  de  Mendoza.  4.' 

Empresas,  moles  y  dichos  que  se  hizieron  en  Ñapóles  en  la  Vigilia  de  S.  Juan  Bap* 

tisia,  para  el  Conde  de  Benauente,  el  Virrey.  i6o3.  4.® 
Aluar  Gómez.  Triumpho  de  amor.  4.** 

Libro  de  casos  inpensados  y  particularmente  acaescidos  en  Turquía,  en  copla.  4.* 
Glossa  del  Pater  nosler  de  Siluestre.  4.*' 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS  297 

BoN  Bartolomé  Cairasco.  Canción  al  Duque  de  Lerma,  Sumiller  de  Corps  de  su 
Magestad,  etc.  4.* 

Dare$  Phrigio.  De  la  guerra  Troyana.  4.* 

Poesías  de  Augustin  de  Cetinas.  4.*^ 

Poesías  diferentes  4.*  Comien9a  con  la  exposición  del  Cap,  6  de  Job.  de  F.  Luys  de 
León. 

Poesías  differentes.  4.* 

Libro  de  Poesías;  llámase  Arca  dfe  Noé*.  4.* 

Arcadia  de  Jacobo  Sannazaro  en  Romance.  4.* 

Poesías  differentes  impresas  y  de  mano.  4.* 

Libro  de  Redondillas  Espirituales.  8.* 

Poesías  differentes;  comienza  con  el  Dialogo  de  la  Pulga  de  Don  Diego  de  Men- 
doza. 8.* 

Arte  Poética  de  Horacio  por  Don  Juan  de  (^apata.  8.® 

•Galera  armada  de  los  inconuinientes  de  la  uida  8.* 

Los  13  signos  del  Zodiaco  en  copla  declarados.  8.* 

P.E  Rodrigo  de  Cabredo.  Obras  de  deuocion.  8.° 

Himnos  sacros.  8.°;  comienza  en  el  primer  domingo  de  Aduiento. 

Comedia  de  Dom  Antonio  dfe  Noronha;  en  portugués.  4.* 

Comedias  de  Lope  de  Vega  y  otros  differentes  Autores  4.*  son  ocho  volumines  y 
cada  vno  tiene  vna  letra  del  Abecedario  por  señal,  como  el  i.®  tiene  A.  el  2.®  B. 
el  S.'»  C.  etc. 

Juan  Boccacio.  Los  cinco  libros  primeros  de  la  Genealogía  de  los  Dioses.  F.** 

Historia  del  Rey  de  Inglaterra  Persefores  y  Gadifer  su  hermano,  traduc.  por  Fer- 
nando de  Mena  de  francés  en  Castellano.  F.°  2.  volum. 


LIBROS   de  mano  EN    LATÍN. 

Passio  Sancti  ac  Beatissimi  Regis  Cindasiundi.  F.° 

CoNSTiTUTioNES  Acadcmie  Vallis-Oletanoe.  F.° 

Apología  bifaria  pro  iurisdictione  Ecclesiastica  aducrsus  Magistratus  seculares.  F.* 

Francisci  Bouadilly,  De  causa  matrimonij  Regis  Anglici  dissertatio.  F.® 

Reuelones  F.  Ruberti.  Líber  Methodij  Episcopi;  historia  de  septem  sapientibus. 
Multorum  profetiae.  F.**  etc. 

iNFOBMACioNdel  Aulor  del  libro  llamado  Corona  Regía  contra  el  Rey  de  Inglate- 
rra, en  latín.  F." 

ioANNis  Nahbon^,  Tractatus  de  appellatione  Vicarij  ad  Episcopum.F.** 

Par APHR asís  poética  in  sacram  Scrípturam  elegiaco  carmine  scripta.  F.° 

Elucidationes  quorundam  sacri  Concilij  Tridentini  locorum  ab  Ill.mis  DD  Cardi- 
nalíbus  emíssíE  ac  concessae  díuersis  Archíepis  el  Epís.  etc.  F.** 

L1PAN1  Glossa  ín  líbrum  Sapíentiae.  F.** 

Líber  varios  tractatus  contínens.  F.** 

JüANNis  BvpTiST.E  Valcnzucla,  Luminare  minus  vel  de  asserenda  Suprema  regia 
iurisdictione  regní  citeriorís  Sicilíe,  siue  Neapolis  libri  2.  F.° 

Biblia  Sacra  íntegra  et  perfecta.  F.** 

Isidori  Archiepi  llispalensis  Etymologicon.  4.° 

Biblia  Sacra  íntegra  et  perfecta.  4." 


298  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

Líber  inscriptus  mensa  Philosophica.  4.* 

Líber  variorum  Poematum  4."  Vita  S.t«  Margante  Scotorum  Regina.  4.* 

Naldi  Naldy,  Carmina  de  uictoria  Ferdinandi  et  Isabella  Regum  Hispania  deBaf- 

baris  relata.  F.* 
Historia  S.t»  Jacobí  Maioris  Apostoli.  F.° 
Líber  de  vita  et  gestis  et  translationibus  sanctorum  irium  Regum  ¡n  maiori  Ecclesia 

Coloniensi  quiescentium.  F.* 
SiTPLEMENTUM  priuilegiorum  regni  Valentie.  F.* 
S.Ti  Jo.  Chrisostomi,  Homilía  in  Euangelium  Matthei.  F." 
Tractatis  de  vniuerso  tempore  presentís  vite.  F." 
JoANNis  UoRHUSii  Pheníx  síue  Elogium  Caroli  S.  F"." 
CoNCiLii  M  Toletanum  primum  xix  Epon.  F.° 

SuMMA  Constítutíonum  seu  priuilegiorum  Cathedralis  Ecclesís  Conchensis.  4.* 
Poemata  in  laudem  Clenrientis  Papa.  8." 
Doctorís  Marthe  Methodus  reminiscendi.  4." 
Líber  secretorum  Medicinae.  4." 
Vita  S.t»  Anastasie  Martyrís  Romana.  8.* 
Biblia  Sacra;  deest  principium. 

Baltasaris  Scholae  oratio  de  laudibus  D.  Thome  Aquinatis.  8.** 
Orationes  deuota  de  Passione.  8." 
Qiiestio  Quinguagesima  de  Substantia  Angelorvm.   Patre  Rafaele  Gerau   Auc- 

tore.  8." 
Biblia  Sacra;  deest  Apocalypsis.  4.® 

S.Ti  JoANNis  CiiRisosTOMi,  Sermo  de  Consummationesaculi,  Flaminio  Priamo  in- 
terprete. 4.® 
Kpithalamiüm  Comitis  Somersetti  Dni.  Roberti  Cari  etc.  autore  Michaele  Mam-^ 

pollo.  4.* 
Oratio  Apologética  in  Mysogenem  quendam.  4.® 
Cartas  missiuas  de  Juan  Colon  en  Latín  y  Italiano.  4.' 
Francisco  Pérez  Cáscales.  Tractatus  del  Garrotillo.  4.° 
ExPLiCATio  quorundam  Titulorum  4.° 
Franxiscis  de  Victoria  in  2.dam  2»  Divi  Thome.  4." 
CoMMENTARiA  super  alíquot  títulos  Phílosophí  4." 
Kxplicatio  quorundum  Titulorum  Philosophi. 
Institutiomm  Dialecticarum  libri  3. 

Physicae  disputationes  in  8  libros  Aristotelis.  Auctore  Puente  Hurtado  de  Men- 
doza. 4." 
Dispi'TATiosES  metaphysicae  et  alia.  4.° 
Tractati  s  de  praedicamentis.  4." 
(^oMMEKTARii  ín  Arístotclís  Metaphysicam.  4.° 

C0MMENTARIA  in  8  libros  Physícorum  tradita  a  Magistro  Estrelha.  1Ó02.  4." 
CoMMENTARiA  ín  Aristotelis  libros  de  Coelo.  4." 

T0MIS4.US  enarratíonum  Jacobí  Coste  medicí  super  Philosophiam  naturalem  Aris- 
totelis, i55q.  4." 
JoANNis  Paili  Galutii  de  líneis  Gnomicis  libri  2.  4.° 
AuREí  M  compendium  de  gestis  memorabilibus  omnium  Imperatorum.  4.° 
D.R  Martinus  Carrillo,  Additio  ad  Candelabrum  aurcum  Ecclcsie  S  Dei.  4.** 
SüAREZ,  De  Sacramentis  ín  genere.  4." 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  299 

Franc.  de  Caspe  Commenlaria  m  8  libros  Physicorum  Aristoielis,  vna  cum  quaes- 

tionibus.  4.® 
Tractatis de  pceniíentia  et  extrema  vnclione.  4.° 

LIBROS   DE  mano   EN   ITALIANO 

Relaciones  de  Embaxadores  de  Venecia,  de  la  casa  de  Austria,  de  Francia,  Tur- 
quía, Inglaterra  etc.,  de  la  corte  del  Rey  Philippe  2.**^del  Emperador  Carlos  5.* 
y  relación  vniuersal.  F." 

Brunetto  Latini,  il  Tesoro  o  nascimento  di  tutte  cose.  F." 

Tractatis  de  Jure  Phüippi  3»  Ducis  Mediolanensis  in  Saxello  Dicecesis  Aquensis 
con  altri  discorsi  Italiani.  F.*" 

Lettere  di  Antonio  Foscarini  Ambasciat.  in  Inghilterra  al  Duca  de  V'enetia.  F.® 

Relaciones  de  Embaxadores  de  Venecia  a  su  República  y  discursos  de  otros  Au- 
.  tores.  F.° 

Relaciones  de  algunas  cosas  de  la  República  di  Venetia.  F." 

Relaciones  y  discursos  sobre  differentes  cosas  en  Italiano.  F." 

Relationi  diuerse  de  i  regni  y  siati  d'Europa.  F." 

Relationi  et  discorsi  sopra  cose  diuerse.  F.° 

Brece  Compendio  del  Re¿»no  di  Napoli.  F.° 

Frai  Tho.maso  facello,  Sommarij  delle  historie  del  Regno  de  Sicilia.  F.** 

(jasparo  Reggio,  Descriptione  ¿ella  citta  di  Palcrmo.  F.** 

Pezzi  d' historie  de  i  Principi  da  Este.  F." 

•C0MMENTAR11  delle  cose  di  Francia.  F.® 

Libro  de  secretos  en  Italiano.  4." 

Annotationi  della  Política  di  Aristotele.  4." 

-CnRONicHE  di  Napoli  con  li  bagni  di  Pozzuolo  et  Ischia.  etc.  i6.° 

Recetario  de  i  Secreti.  12.** 

Raccolta  di  cose  diuerse.  12.® 

Dii'ERSE  Annotationi  et  senlentie  trouiie  nelT  historia  di  Firenze.  S.** 

Prezzi  di  Corte  di  Roma.  4." 

Raccolta  di  Poesie  diuerse.  4.° 

Blasi  Trayna,  Historia  inverso  di  S  Christoforo  Martire.  4.'' 

RicoRDi  per  ministri  de  i  Principi,  relationi  et  altre  cose.  F." 

iHaggioni  et  essempü  allegati  al  Papa  Clemente  <S."dal  Duca  di  Neuers  per  ottenere 
r  assolutione  per  Henrico  di  Borbone  detto  da  francesi  Re  di  Nauarra.  F.** 

Relatione  della  Creaiionede  Pontifici  Romani,  en  latin  et  Italiano.  4.° 

Sermoni  o  raggionamenti  del  Cardinale  Cario  Borromeo,  hoggi  S.to  Canonizato. 

Leonardo  Aretino  (2ommentarij  Sopra  I'  Ethica  di  Aristotele.  F.° 
<-APiTOLi  in  torno  alie  lite  Succedenti  nel  Trib.  della  R.  G.  C.  et  altri.  F." 

LIBROS  DE  MANO  EN  INGLES. 

^ELACIONES  de  despachos  de  la  Rcyna  Isabel  de  Inglaterra,  desde  el  año  i58o  hasta 
el  de  i6o3.  F." 

Despachos  de  la  Rey  na  Isabel  y  sus  Embaxadores.  F.° 

Despachos  de  Don  Carlos  Conwallis  Embaxador  de  Inglaterra  en  la  corte  d'Espa- 
ña.  F."  4  vol.^  del  año  i6o5,  1606,  1607,  1608. 

Cuaderno  grande  de  cartas  de  diuersos  ministros  de  la  Rcyna  de  Inglate- 
rra. 1674.  ^'"^ 


300  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

Lista  de  los  officios  que  tiene  la  Casa  Real  o  Palacio  del  Rey  de  Inglaterra.  F.* 

3  volumines  delgados.  F.*  Con  el  salario  que  les  toca. 
Cartas  del  Card.  Volseo  priuado  de  Henrique  8.°  Rey  de  Inglaterra.  F.® 
La  Vida  del  dicho  Cardenal  Volseo.  F." 
Otro  quaderno  de  Cartas  del  Card.  Volseo  con  otros  discursso  sobre  las  cosas  dé 

Inglaterra.  F.' 
Cartas  de  differentes  Ministros  y  discursos  tocantes  á  las  cosas  de  Inglaterra  en. 

tiempo  de  la  Reyna  Isabel. 
Otro  quaderno  de  cosas  tocantes  al  gouierno  de  Inglaterra.  F.** 
Libro  de  Cartas  y  Relaciones  en  español  y  Ingles.  F.* 
Libro  del  Concejo,  o  summa  de  lo  que  passo  en  el  Concejo  de  Inglaterra  desde  el- 

postrero  de  Junio  del  año  1682  hasta  los  20  del  mismo  año  i583.  F.** 
Relaciones  y  discursos  de  differentes  cosas;  comienza  .con  la  vida  de  Tomas 
■    Moro.  F.*» 

Thomas  Moro,  Dialogo  de  Consuelo.  4.° 
Lista  de  los  Caualleros  de  la  Orden  de  la  Jarretera,  orden  que  fundo  vn  Rey  de 

Inglaterra.  F.* 
Inuentario  de  los  alajes  de  casa  y  ropa  y  colgaduras  del  Conde  Rutiland.  F.* 
Historia  de  Inglaterra  en  pergamino.  F.' 
Tratado  del  descanso,  quietud,  sossiego  y  dicha  verdadera.  8.° 
Instrucción  para  vn  Cauallero  que  quiere  caminar  por  el  mundo  y  ver  tierras.  8.* 

libros  de  mano  en  franges 

Genealogie  et  histoire  des  faicts  des  Rois  de  France  iusque  au  Charles  7. 

Institución  de  la  orden  de  la  Jarretera  por  Eduardo  Rey  3.°  de  Inglaterra.  4.° 

Copie  de  deux  Apologies  faictes  par  Mons.r  de  Villaroy.  F.° 

Remarques  sur  Testat  de  la  France.  F.*' 

HoNNORE  Bonnet,  L'albre  des  batailles.  F.** 

Tratados  de  Allian9a  y  confederación  de  los  Reyes  de  Francia  con  otros  Re- 

yes.  F."  2  volúmenes. 
Relaciones  y  discursos  de  differentes  cosas.  F.*' 

Por  la  copia, 
M.  S.  Y  S. 

II 

ESTADO  DE  LA  UNIVERSIDAD  DE  ALCALÁ 

DESDE  SU  FUNDACIÓN  HASTA  EL  AÑO  i8o5 


(continuación) 
El  limo.  Sr.  Dn.  José  Sancho  Granados,  colegial  mayor  del  Colegio-Lniversi- 
dad  y  obispo  de  Salamanca  fundó  una  cátedra  para  explicar  la  doctrina  del  doctor 
Suarcz  en  virtud  de  cédula  de  5  de  Marzo  de  1784  y  concordia  celebrada  con  la 
Universidad  en  g  de  Febrero  de  1786  dotando  dicha  cátedra  con  un  censo  de  So.ooo 
reales  de  principal  al  2  1/4  por  ciento  sobre  los  bienes  del  Colegio  imperial  de  Ma- 
drid, lo  que  hoy  se  cobra  por  el  mayordomo  de  esta  Universidad:  y  por  reales  cé» 


BIBLIOTECAS  "Y  MUSEOS  3oi 

dulas  de  14  de  Octu43re  de  1768  y  1770  se  prohibió  la  asignatura  de  esta  cátedra  y 
se  conmutó  en  la  materia  de  Locis  Teologicis  por  el  tratado  que  compuso  el 
erudito  Melchor  Cano. 

El  rey  Felipe  V  por  su  real  cédula  de  10  de  Mayo  de  1736  fundó  en  esta  Uni- 
versidad sin  renta  alguna  dos  cátedras  de  Teologia  escolástica,  la  una  de  Prima  y 
la  otra  de  Vísperas  para  que  los  religiosos  de  San  Francisco  las  regentasen  expli- 
cando la  doctrina  del  doctor  sutil  Excoto,  con  los  mismos  honores  y  circunstancias 
que  se  concedieron  á  las  religiones  de  Santo  Domingo  /de  la  Compañia  obligan-, 
dose  la  religión  de  San  Francisco  á  mantener  dichos  catedráticos  en  el  convento  de 
San  Diego  de  esta  ciudad  y  á  pagar  las  multas  que  estos  hiciesen  á  las  cátedras 
con  las  limosnas  del  convento  de  San  Diego  y  provincia. 

El  doctor  Don  Lucas  de  Mijancas,  médico  que  fué  de  familia  de  S.  M.  fundó 
una  Memoria  que  habia  de  tener  un  catedrático  de  esta  Universidad  no  siendo  ca- 
nónigo de  la  magistral,  dejando  por  patronos  al  Rector  y  Consiliarios  del  Colegio- 
Universidad  con  el  carga  de  una  misa  rezada  cada  semana,  cuyo  producto  actual- 
mente está  reducido  á  i55  reales  y  con  ellos  se  cumplen  veinticinco  misas  rezadas 
y  se  pagan  las  propinas  al  Rector,  Consiliarios  y  Contador  por  la  visita  anual  de 
esta  Memoria. 

F'inalmente  el  rey  Don  Carlos  III  por  su  real  cédula  de  23  de  Agosto  de  1776  des- 
tinó y  aplicó  á  esta  Universidad  la  fábrica  materia,  del  colegio  de  la  extinguida  Com- 
pañia, su  biblioteca,  iglesia,  sacristia,  ornamentos  y  demás  oficinas  de  que  tomó  po- 
sesión en  1 1  de  Septiembre  del  mismo  año,  entregando  los  títulos  de  pertenencia  que 
se  colocaron  en  Contaduria.  Y  también  S.  M.  por  real  orden  de  14  de  Julio  de  1779 
agregó  á  esta  Universidad  las  Memorias  que  tenia  el  dicho  colegio  de  la  Compañia 
para  ornamentos  de  su  sacristia,  cera,  aceite,  lámparas,  librería  y  conservación  de 
la  SiisifL,  para  que  sus  productos  se  inviertan  en  sus  respectivos  destinos;  y  también 
se  aplicó  por  el  señor  protector  de  temporalidades  la  Memoria  de  cuarenta  horas 
para  que  se  le  diese  cumplimiento  en  la  iglesia  de  la  Universidad,  y  habiendo  esta 
dado  cuenta  á  su  S.  M.  de  la  posesión  que  habia  tomado  de  todo  lo  suso  dicho,  co- 
municó á  su  real  comisionado  la  real  orden  de  19  de  Agosto  de  1777  dándole  facul- 
tad para  hacer  la  traslación  formal  de  la  Universidad  y  disponer  las  aulas  con  las 
cátedras,  varandillas,  asientos  y  demás  muebles  necesarios  á  el  mayor  Justre  y  de- 
coro de  la  Universidad;  en  cuya  virtud  se  han  hecho  por  los  reales  comisionados 
todas  las  obras  de  aulas,  cátedras,  escaleras,  patios,  salas,  canceles,  silleria  y  demás 
que  les  ha  parecido  justo,  conveniente  y  arreglado  á  conservar  y  aumentar  el  decoro 
y  magnificencia  de  esta  célebre  Universidad. 

III 
Reyes  que  aprobaron  y  distinguieron  esta  Universidad. 

El  rey  Don  Sancho  IV  es  el  primero  que  dirigió  la  real  piedad  á  esta  Universidad 
concediendo  su  privilegio  con  fecha  de  20  de  Mayo  de  la  era  de  i33i  para  que  en  la 
villa  de  Alcalá  de  Henares  se  erigiese  Universidad  y  Estudio  general  con  las  mismas 
franquezas  y  liberalidades  que  estaban  concedidas  para  el  Estudio  general  de  Va- 
lladolid. 

Los  Reyes  Católicos  Don  Fernando  y  Doña  Isabel  concedieron  igual  privilegio  al 
Eminentismo  señor  Cardenal  Don  Fr.  Francisco  Jiménez  de  Cisneros  y  con  motivo 
de  haber  este  nombrado  á  los  dichos  Reyes  Católicos  'patronos  y  protectores  de  su 


302  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

Colegio-Universidad  empezaron  estos  muy  pronto  á  ejercer  su  patrocinio  pues  ha- 
biendo presentado  á  la  reina  Doña  Juana  las  Constituciones  de  dicho  Colegio-Uni- 
versidad y  enterada  S.  A.  de  tal  patronato  que  le  dejó  el  Reverendisimo  Cardenal  de 
Colegio  y  L'niversidad  tan  insigne,  tomó  á  uno  y  otro  bajo  de  su  protección  y  am- 
paro por  sí  y  á  nombre  de  los  demás  sus  sucesores  ofreciéndolos  amparar  y  defen- 
der como  á  sus  personas  y  bienes,  rentas  y  privilegios,  todas  las  veces  que  por  el 
Rector  Consiliarios  y  Claustro  fuesen  requeridos  S.  A.  y  los  reyes  sus  sucesores, 
como  consta  del  privilegio  dado  en  Madrid  á  25  de  Marzo  de  i5io.  Y  en  el  dia  3i  de 
Enero  de  i5i2  Ja  reina  Doña  Juana  estando  en  Burgos,  concedió  á  petición  del  emi- 
nentísimo fundador  un  privilegio  confirmatorio  de  la  erección  del  Colegio-Univer- 
sidad y  principalmente  de  la  Constitución  Sa  del  fundador  prohibiendo  se  estudiase 
en  esta  Universidad  el  Derecho  Civil  y  que  no  se  erigiesen  cátedras  de  esta  Facultad 
para  que  los  escolares  de  este  Estudio  general  se  aplicasen  mas  al  estudio  canónico, 
Teología  y  Artes  liberales. 

La  misma  reina  Doña  Juana  y  el  rey  Don  Carlos  su  hijo  por  otro  privilegio  dado 
en  Valladolid  á  14  de  Diciembre  de  i5i7  á  petición  del  dicho  Colegio  y  universidad 
los  recibieron  bajo  de  su  protección  por  si  y  de  los  reyes  que  después  sucediesen, 
defendiéndolos  de  cualquiera  agravio  y  molestia  que  por  cualquiera  persona  se  les 
irrogase. 

El  señor  rey  Don  Felipe  II  por  su  privilegio  dado  en  Brusejas  á  2í  de  Mayo 
de  i55o  recibió  bajo  de  su  amparo  y  protección  á  este  Colegio  y  Universidad:  y  con 
la  misma  fecha  año  de  i558  mandó  se  guardase  á  esta  Universidad  el  privilegio  de 
extensión  de  jurisdicción  contenido  en  la  Concordia  de  Santa  Fé  según  y  de  la  ma- 
nera que  se  guarda  á  las  l'niversídades  de  Salamanca  y  Valladolid,  y  según  se  com- 
prende en  las  leyes  18  y  26  del  título  7."  libro  i."  de  la  Nueva  recopilación;  y  en  este 
privilegio  aprueba  expresamente  la  dicha  Constitución  32  del  fundador  sin  expce- 
sion  de  otra  alguna  para  que  no  se  enseñe  en  esta  Universidad  el  Derecho  civil.  Y 
también  el  mismo  Felipe  II  por  su  real  decreto  de  2  de  Abril  de  i563  concedió  que 
los  doctores  y  licenciados  de  la  Facultad  de  Cánones  graduados  en  esta  Universidad 
gozasen  de  las  libertades  y  exenciones  que  gozan  los  que  se  gradúan  en  las  de  Sala- 
manca, Valladolid  y  Bolonia. 

El  rey  Don  Felipe  III  por  su  privilegio  de  17  de  Diciembre  de  1598  mandó  guar- 
*íar  lodos  los  que  habían  concedido  los  señores  reyes  Don  Sancho,  Doña"  Juana  y 
Don  Felipe  II.  El  mismo  rey  por  su  privilegio  expedido  en  Javea  á  q  de  Agosto 
de  1699  recibe  bajo  su  amparo  y  protección  á  este  Colegio-l'niversidad,  sus  perso- 
nas y  bienes. 

El  rey  Don  Felipe  IV  por  su  privilegio  dado  en  Madrid  á  17  de  Diciembre  de  1Ó43 
concedió  al  rector  de  este  Colegio-Universidad  la  jurisdicción  real  contra  Jegos  como 
la  usaba  el  Rector  de  la  l'niversidad  de  Valladolid  y  el  Maestre  escuela  de  la  de  Sa- 
lamanca, mandando  á  los  fiscales  de  los  Consejos,  Chancillerias  y  Audiencias  de 
estos  reinos  que  siempre  que  S2  pusiese  por  cualquiera  persona  impedimento  á  esta 
jurisdicción  tomasen  la  voz  y  defensa  á  nombre  del  Rector  y  Colegio  hasta  ejecu- 
toriarlo en  forma.  En  24  de  Diciembre  del  mismo  año  se  requirió  con  la  real  cédula 
al  licenciado  Don  Pedro  de  Cervantes,  Corregidor  de  Alcalá  para  que  diese  la  pose- 
sión, la  que  tomó  con  efecto  el  licenciado  Don  Juan  de  Monzón  estando  en  Au- 
diencia pública:  todo  lo  cual  se  hizo  notorio  al  Claustro  pleno  de  la  Universidad 
en  29  de  Diciembre  del  mismo  año.  Esta  jurisdicción  real  contra  legos,  adquirida 
por  causa  honerosa  costó  á  la  Universidad  3.ooo  ducados  á  favor  de  la  corona  y  se 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  3o3 

pagan  los  respectivos  derechos  de  quince  en  quince  años;  y  por  ejecutoria  de  lode 
Julio  de  ió5i  declaró  el  Supremo  Consejo  de  Castilla  pertenecer  el  uso  y  ejercicio 
de  ella  al  Rector  de  esta  Universidad  y  no  al  Conservador  que  era  y  la  pretendía  el 
< Comendador  de  la  Merced. 

Se  declaró  por  provisión  del  mismo  Consejo  de  Castilla  de  23  de  Julio  de  1768 
los  casos  y  personas  en  que  y  por  quien  puede  el  Rector  de  esta  Universidad  ejercer 
;su  jurisdicción  escolástica  comprendidos  en  14  capítulos  que  propuso  el  señor 
fiscal  Don  Pedro  Rodríguez  Campomanes  con  arreglo  á  la  ley  18,  libro  I.^  título  7.* 
de  la  Recopilación,  y  previniendo  no  se  matriculasen  los  dependientes  de  la  Univer- 
•sidad,  ni  gozasen  del  fuero  activo  y  pasivo  de  ella  el  Contador  de  Hacienda,  su 
oficial  mayor  ni  demás  personas  del  Cuerpo  de  Hacienda.  Y  por  último  á  conse- 
cuencia de  muchos  recursos  que  se  han  suscitado  en  estos  últimos  años  sobre  la 
competencia  de  esta  jurisdicción  real  contra  legos  ha  librado  el  Supremo  Consejo 
de  Castilla  en  i5  de  Diciembre  de  1796  su  carta  acordada  en  que  declara  libre  el  uso 
y  ejercicio  de  dicha  jurisdicción,  prescribiendo  para  ello  su  ejecución  por  medio  de 
requisitorias  que  se  libren  á  las  justicias  respectivas  de  los  deudores. 

UMlimamente  el  rey  Don  Carlos  lil  por  su  real  decreto  de  21  de  Febrero  de  1777 
declaró  que  el  Colegio  de  San  Ildefonso  es  Cuerpo  distinto  de  ¡a  Universidad  de 
Alcalá;  y  mandó  que  en  10  venidero  se  gobierne  cada  Cuerpo  separadamente,  nom- 
brando la  Universidad  su  Rector  propio  y  que  nunca  lo  fuese  el  Rector  del  Colegio 
ni  colegial  alguno  durante  su  colegiatura,  y  que  la  jurisdicción  académica  de  la 
Universidad  resida  en  el  Canciller  reservando  al  Rector  de  ella  las  mismas  faculta-' 
des  que  tiene  el  Rector  de  la  Universidad  de  Salamanca.  Y  por  real  orden  de  i3  de 
Febrero  de  1779  se  sirvió  el  mismo  rey  Don  Carlos  IlI  separar  del  Rector  de  la  Mer- 
ced calzada  de  esta  ciudad  la  jurisdicción  de  Juez  conservador  y  unirla  al  Cancela- 
rio; de  modo  que  hoy  ejerce  la  jurisdicción  civil  y  criminal  de  esta  Universidad. 

IV 

l'ONTíl-JCES  Ql  E  APROBARON  Y   E.NHIQLECIEBON  CON  PRIVILEÜIOS  ESTA  UNIVERSIDAD 

El  papa  Calisto  III  fué  el  primero  de  los  Sumos  Pontífices  que  dispensó  sus  gra- 
cias en  favor  del  Fsiudio  general  de  Alcalá  de  Henares  y  aunque  murió  sin  expedir  la 
bula,  hace  mención  su  sucesor  el  papa  Pió  II,  por  su  bula  de  17  de  Julio  de  1469  en 
que  concede  faculiad  al  arzobispo  Don  Alonso  Carrillo  para  anejar  beneficios  y 
rentas  eclesiásticas  con  que  se  dotasen  las  primeras  cátedras  de  Artes  que  se  erigie- 
ron como  queda  referido. 

El  papa  Alejandro  VI  por  sus  bulas  de  24  de  Noviembre  de  i5oi  y  la  anterior 
de  1 3  de  Abril  de  1499  concedió  '^  facultad  al  Reverendísimo  cardenal  Don  Fr.  Fran- 
cisco Jiménez  de  Cisneros  para  hacer  la  erección  formal  de  esta  Universidad,  y  por 
otra  bula  con  la  misma  fecha  concedió  á  los  escolares  que,  cumplidos  sus  cursos 
en  cualquiera  facultad  en  esta  Universidad  ó  en  otra,  pudiesen  recibir  el  grado  de  ba- 
chiller de  uno  de  los  maestros  ó  doctores  que  residiesen  en  las  cátedras  del  Colegio;  y 
los  grados  de  licencia,  docioramiento  y  magisterio  de  manos  del  abad  ó  en  su  ausen- 
cia del  tesorero  de  la  iglesia  de  San  Justo,  ó  del  oficial  del  arzobispo  de  Toledo,  asis- 
tiendo tres  maestros  ó  doctores  y  precedido  riguroso  y  diligente  examen  según  or- 
denase el  fundador.  Que  los  así  graduados  gozasen  de  todos  los  privilegios,  premi- 
nencias y  prerogativas  que  gozaban  los  graduados  en  las  Universidades  de  Valli- 
dolid,  Salamanca  y  Bolonia,  y  que  pudiesen  oponerse  á  las  cátedras  de  estas  Uní- 


304  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

versidades  no  ^obstante  sus  estatutos  y  costumbres.  Y  por  otra  bula  de  14  de  Mayo 
de  i5oi  concedió  el  mismo  Pontífice  que  los  graduados  de  esta  Universidad  se  pue- 
dan oponer,  llevar  y  tener  las  canongias  doctorales  y  magistrales  de  las  iglesias 
magistrales  de  los  reinos  de  Castilla  y  de  León.  Por  otra  bula  de  i3  de  Abril  de  1499 
nombra  por  Jueces  conservadores  de  esta  Universidad  al  aba4  de  la  iglesia  de  San 
Justo  al  deán  de  Sigüenza  y  al  maestre-escuela  de  Segovia.  Y  últimamente  concedió 
este  Pontífice  al  Cardenal  Cisneros  la  facultad  de  unir  rentas  eclesiásticas  para  dotar 
las  cátedras  y  oficios  del  Estudio  general  hasta  en  la  cantidad  de  5oo  ducados  de  oro 
de  Cámara  y  las  rentas  que  el  arzobispo  Carrillo  habia  unido  paralas  primeras 
cátedras  de  Arte^. 

El  papa  Julio  11  por  su  bula  de  26  de  Noviembre  de  i5o3  concedió  al  mismo  fun- 
dador Cisneros  facultad  para  anejar  rentas  eclesiásticas  á  esta  Universidad  hasta  600 
libras  de  oro  turonense;  y  por  la  de  17  de  Junio  de,  1 604  confirmó  todos  los  privi- 
legios y  gracias  que  se  habian  hecho  por  sus  antecesores  á  este  Estudio  general. 

El  mismo  Julio  II  por  su  bula  de  23  de  Julio  de  i5i2  eximió  y  libró  al  Rector, 
colegiales,  regentes,  doctores,  ^naesiros,  bachilleres,  escolares,  capellanes,  servidores 
y  oficiales  del  Colegio  y'Universidad  de  toda  superioridad  y  visitación  del  arzobispo 
de  Toledo  y  de  cualesquier  otros  ordinarios  y  los  puso  bajo  de  la  protección  de  la 
silla  apostólica  mandando  que  nc^  pudiesen  ser  reconvenidos  sino  ant.*  el  Rector  y 
este  y  los  jueces  conservadores  ante  Su  Santidad  bajo  las  penas  más  graves  eclesiás- 
ticas; y  que  los  estudiantes  gozasen  del  fuero  y  privilegios  de  la  Universidad  luego 
que  empezasen  á  estudiar,  con  las  mismas  gracias  y  favores  concedidos  á  los  de  las 
Universidades  de  París  y  Salamanca,  y  que  gozasen  en  el  tiempo  de  sus  estudios, 
de  sus  beneficio*?,  aunque  fue^ien  curatos,  canongias  y  dignidades  de  iglesias  cate- 
drales, excepto  las  distribuciones  cotidianas,  con  tal  de  que  no  se  dejasen  por  esto  de 
servir  los  beneficios. 

Apenas  murió  el  Ca-denal  fundador  cuando  los  arzobispos  de  Toledo  y  sus  jue" 
ees  de  esta  li)cal¡dad  colesiasiico-i  y  seglares,  levantaron  su  juiisdiccion  ordinaria  con- 
tra el  Rector,  colegíales,  macsfos.  escolares  y  dependientes  de  la  Universidad  suge- 
tándolos  á  sus  tribunales  en  todo  genero  de  causas  contra  l«  exención  y  liberiadicon- 
cedida  por  Julio  II;  cuyas  turbaciones  duraron  en  los  pontificados  de  Clemente  Vil» 
Paulo  III,  y  Julio  III  los  cuales  avocaron  asi  los  pleitos  y  nombraron  por  auditores 
para  su  determinación  á  Marceio  Crescentis  y  Juan  Paulo  Ptolomeo,  y  este  último 
puso  fin  á  todas  estas  discord  as  por  la  sentencia  de  22  de  Junio  de  1643  por  ia  que 
mandó  á  favor  del  Rector,  Colegio  y  Universidad  de  Alcalá  despachar  mandato  de 
manutenendo,  amparándole  en  la  jurisdicción  privativa  que  tenia  por  la  bula  de 
Julio  II  sobre  los  individuos  de  esta  Universidad  y  los  bienes  y  rentas  de  la  misma. 

Y  posteriormente  para  sosegar  estas  turbaciones  el  papa  Julio  III  expidió  su  bula  el 
día  2  de  Junio  de  i55o  determinando  y  confirmando  el  contenido  de  la  sentencia  del 
auditor  Ptolomeo  y  renovando  el  antiguo  estado  de  libertad  y  exención  de  la  juris- 
dicción académica  del  Rector  de  esta  Universidad  concedida  por  Julio  II  haciendo 
muchas  prevenciones  á  los  arzobispos  de  Toledo  y  á  sus  jueces  para  el  caso  de  con- 
travención: cuyo  último  estado  de  jurisdicción  académica  es  el  mismo  que  goza  esta 
Universidad  en  el  dia,  quieta  y  pacíficamente. 

£1  papa  Léon  X  concedió  al  eminentísimo  Cardenal  fundador,  facultad  para  ane- 
jar al  Colegio-Universidad  hasta  600  ducados  más  por  su  bula  de  28  de  Julio  de  i5i3. 

Y  este  mismo  pontífice  á  instancias  del  cardenal  fundador  expidió  su  bula  én  3  de 
Noviembre  de  i5i4  por  la  que  aprobó  los  grados  que  en  lá  facultad  de  Medicina  se 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  3o5 

habían  dado  hasta  entonces  supliendo  cualquiera  defecto  qiíe  en  su  Colación  hu- 
biera intervenido,  ampliando  la  bula  de  erección  de  Alejandro  VI  para  que  se  diesen 
los  grados  de  esta  facultad  como  en  las  demás  y  para  que  en  ausencia  del  abad,  teso- 
rero y  oficial  del  arzobispo  de  Toledo,  diputados  por  Alejandro  VI  para  la  Colación 
de  grados  ó  sino  quisiesen  ó  no  pudiesen  dar  los  grados  mayores,  los  diese  cualquie- 
ra doctor  ó  maestro,  de  los  que  rigen  las  cátedras,  nombrado  por  el  Rector  del  Co- 
legio-Universidad con  la  misma  potestad  que  aquellos,  observándose  inviolable- 
mente las  Constituciones  del  venerable  fundador. 

El  cardenal  fundador  infatigable  en  buscar  y  proporcionar  medios  para  enrique- 
cer á  esta  Universidad  y  flotar  sus  doctores  y  maestros,  trató  sobre  este  punto  con 
el  deán  de  la  magistral  de  Lovaina,  maestro  de  Carlos  V,  y  después  pontífice  Adria- 
no VI  y  acordaron  obtener  bula  para  anejar  todas  las  prebendas  de  la  iglesia  magis- 
tral de  Alcalá  á  los  grados  de  doctor  en  Teología  y  ms^estro  en  artes  en  esta  Univer- 
sidad para  lo  que  hizo  reverente  súplica  á  el  papa  León  X  y  con  efecto  obtuvo  sig- 
natura para  la  ejecución  de  su  pensamiento;  pero  antes  de  expedirse  la  bula  murió 
á  8  de  Noviembre  de  iSi/  dejando  en  su  testamento  para  el  aumento  y  dotación  de 
prebendas  de  esta  iglesia  magistral  25  quenlos  de  maravedís.  ^ 

En  este  tiempo  llegó  á  España  Carlos  V  sucesor  de  los  reyes  de  Castilla  y  Ara- 
gón, que  se  mostró  con  derecho  á  la  hacienda  del  fundador,  por  lo  que  hubo  nece" 
s¡dad  de  concordar  este  punto  dando  á  la  iglesia,  para  el  aumento  de  nueve  pre- 
bendas, 3.000  ducados  de  renta  anual,  y  se  erigiesen  diez  y  3¡ete  canongias  y  doce 
raciones;  en  cuyo  caso  el  papa  León  X  expidió  su  bula  en  lo  de  Marzo  de  iSig  por 
la  que  Su  Santidad  anejó  y  afectó  todas  las  prebendas  antiguas  y  moderna ^  de  la. 
iglesia  colegial  de  Alcalá  á  los  graduados  de  doctor  en  Teologia  y  maestro  en  Artes, 
nombrándose  aquellos  por  el  Rector,  Consiliarios  y  Deanes,  según  su  antigüedad, 
para  las  dignidades  y  canongias,  y  á  estos  para  las  raciones,  del  mismo  modo,  y  re- 
servando á  S.  M.  el  patronato  de  todas  estas  prebenda's  doctorales  y  magistrales,  y 
mereció  la  iglesia,  desde  entonces,  llamarse  magistral,  con  cuyo  nombre  le  distingue 
la  Silla  apostólica  y  el  reinu,  siendo  la  única  en  España  á  imitación  de  la  de  San 
Pedro  de  Lovaina. 

No  obstante  de  la  utilidad  que  esta  bula  produjo  á  la  Universidad  y  por  este  me- 
dio á  todo  el  reino,  se  opuso  la  iglesia  colegial  á  su  ejecución,  cuyo  litigio  duró 
hasta  que  por  bien  de  la  paz  se  hizo  concordia  con  el  eminentísimo  cardenal  Don 
Juan  Tabera,  que  confirmó  el  emperador  Carlos  V  y  la  reina  Doña  Juana,  su  ma- 
dre, en  22  de  Enero  de  i535,  la  que  hoy  está  en  la  más  rigurosa  observancia,  por  la 
que  se  previno  que  todas  las  prebendas  nuevas  fuesen  privativas  de  los  graduados 
de  esta  Universidad  en  Teologia  y  en  Artes,  según  la  bula  de  León  X,  en  cualquier 
tiempo  que  vacasen,  y  las  dignidades,  canongias  y  raciones  antiguas  de  la  funda- 
ción del  señor  Carrillo,  fuese  su  provisión  de  la  Universidad  si  vacasen  en  los  seis 
meses  pares  del  año,  y  de  los  arzobispos  de  Toledo  si  vacasen  en  los  seis  meses 
nones  del  año;  como  de  estos  prelados  también  la  abadia  y  la  dignidad  de  Arci- 
preste en  cualquier  mes  que  vacasen,  pagando  por  esta  cuando  vacase  en  mes  de 
l'niversidad  y  la  proveyese  el  arzobispo,  la  primera  canongia  que  le  vacase  en  su 
mes,  pero  con  la  precisa  condición  que  los  nombrados  por  el  arzobispo  hablan  de 
ser  doctores  en  Teologia  por  esta  Universidad  ó  por  las  de  Salamanca,  Valladolid  y 
Paris,  ó  de  doctores  ó  licenciados  en  cánones  por  esta  Universidad  de  Alcalá  ó  por  las 
de  Salamanca,  Valladolid  y  Bolonia;  y  lo  mismo  habia  de  observar  el  arzobispo  de 
Toledo  en  la  nominación  de  las  raciones  que  vacasen  en  sus  meses;  quedando  el  pa- 


3o6  REVISTA   DE   ARCHIVOS 

tronalo  de  todas  reservado  á  S.  M.  De  modo  que  la  Universidad  ó  el  arzobispo 
nombran  la  persona  en  su  caso  y  vacante,  el  rey  presenta  y  el  arzobispo  instituye. 
Y  para  mayor  elogio  de  este  privilegio  y  afectación  de  prebendas  de  esta  iglesia  ma- 
gistral es  el  decreto  del  santo  Concilio  de  Trento,  capítulo  6.°,  sesión  26  de  refor- 
matione  q.  se  puso  respecto  á  estos  prebendados,  diciendo  «salviis  privilcgiis  uni- 
versitatibus  ac  illarum  personis  concessis*,  á  instancia  del  limo.  Sr.  Dn.  Francisco 
Trujillo,  obispo  de  León,  hijo  del  Colegio  Universidad  de  Alcalá  y  padre  del  santo 
Concilio,  según  consta  del  Testimonio  dado  por  el  secretario  del  santo  Concilio 
en  ó  de  Diciembre  de  i563  por  el  que  lograron  los  doctores  prebendados  la  exención 
de  la  jurisdicción  ordinaria  de  los  arzobispos  de  Toledo. 

El  papa  Paulo  IV  por  su  bula  de  22  de  Agosto  de  i556  á  instancia  del  rector  y 
<^oleg¡o  de  San  Ildefonso  confirmó  todas  las  gracias  y  privilegios  y  concesiones  he- 
chas á  dicho  Colegio- Universidad  por  sus  antecesores,  Alejandro  VI,  Julio  II, 
I-eon  X,  Clemente  Vil  y  Paulo  III  y  lo  mismo  hizo  el  papa  Pió  IV  por  su  bula  de  if> 
de  Febrero  de  1  bbg. 

El  papa  Clemente  VIII  por  su  bula  de  25  de  Mayo  de  í6oo  confirma  los  privile- 
gios y  exenciones  ce  jurisdicción  y  les  concede  de  nuevo  al  rector  y  conservadores 
en  todas  causas  civiles  y  criminales.  Y  el  papa  Clemente  X  hizo  la  misma  gracia  y 
concesión  de  confirmación  de  exenciones  de  privilegios  de  esta  L^niversidad,  sus  per- 
sonas y  bienes  por  su  bula  de  25  de  Mayo  de  1672. 

Hasta  el  año  de  1698  parece  por  los  libros  de  la  U'niversidad  que  el  Rector  de 
ella,  como  juez  privativo  por  bulas  apostólicas  y  reales  privilegios,  estubo  despa- 
chan io  mandamientos  de  ejecución  contra  los  deudores  de  rentas  decimales  de  las 
que  le  corresponden  á  la  Unive-sidad  por  razón  de  sus  beneficios  y  curatos,  en  el 
que,  como  estaba  pendiente  el  pleito  de  inhibición  puesto  por  el  arzobispo  de  To- 
ledo para  que  no  despachase  dichos  mandamientos,  se  dio  el  auto  del  tenor  sigxjien- 
t2:  «No  ha  lugar  á  la  manutención  pedida  por  ambos  jueces,  reservase  para  defini- 
tiva». En  los  años  sucesivos  se  siguió  la  apelación  de  dicho  auto  y  durante  la  litis- 
pendencia  se  usó  trabajosamente  de  esta  jurisdicción  pontificia  y  real  y  padeció 
mucho  daño  la  cobranza  de  rentas  con  perjudiciales  altercados  entre  el  Rector  y  el 
arzobispo;  por  lo  que  no  pudiendo  verse  fácilmente  fenecido  este  litigio  entre  par- 
les tan  poderosas  y  por  los  impedimentos  del  Tribunal  de  la  Nunciatura,  y  ausen- 
cia de  auditores,  determinó  el  Rector  y  Colegio  para  ocurrir  á  la  cobranza  de  las 
rentas  conferir  y  ajustar  en  este  punto  con  el  cardenal  arzobispo  de  Toledo,  el 
modo  y  forma  que  se  habia  de  observar  en  la  cobranza  de  rentas  decimales  en  el 
'nterin  que  volvía  á  estos  reinos  el  Nuncio  de  Su  Santidad,  sin  perjuicio  del  derecho 
de  ambas  partes;  y  en  su  virtud  asi  la  parte  del  Colegio  como  la  del  arzobispo  de 
Toledo  delegaron  ambos,  de  común  consentimiento,  la  jurisdicción  necesaria  para 
ejecutar  la  cobranza  de  las  rentas  decimales  de  esta  Universidad  en  el  doctor  Don 
Manuel  Antonio  Montenegro,  canónigo  de  esta  santa  iglesia  magistral,  cuyo  en- 
cargo repitió  posteriormente  el  señor  arzobispo  Balero  en  el  dia  9  del  mes  de  Agosto 
de  1718.  Y  de  este  modo  han  proseguido  el  rector  del  Colegio  Universidad  y  el  arzo- 
bispo de  Toledo  nombrando  subdelegados  para  ejercer  esta  jurisdicción  contra  deu- 
dores de  rentas  decimales  pertenecientes  á  la  Universidad  sin  haberse  vuelto  á  mo- 
ver cl  pleito  pendiente. 

Por  la  copia, 

Julio  Melgares  y  Marín* 


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3o7 


III 
poesías  di:l  doctor  agustin  de  oliva 

3.* 

[DiÁLOr.O  ENTRE  El.  AUTOR  Y  t  N  LIBRO.] 


Estando  vn  día  jugando 
en  cassa  de  un  cauallero 
me  ganaron  el  dinero 
y  me  embiaron  llorando 

sin  paciencia; 
sobre  cuernos  penitencia 
me  pusieron  y  cargaron, 
porque  vn  libro  me  hurtaron 
que  lleuaua  de  mi  ciencia; 

dolorido 
de  aver  mi  caudal  perdido 
del  libro  no  me  acorde 
en  diez  dias,  hasta  que 
oy  me  fue  restituido. 
Cuando  el  vino 
truxo  en  un  papel 
para  remediar  mis  penas 
aquestas  coplas  tan  buenas 
de  algún  trobador  novel. 

No  se  con  que  encarecer 
vuestro  descuido,  señor, 
pues  con  letras  de  Doctor 
no  sabéis  mas  de  tener 
en  el  trezientos  primor. 

Dexastesme  el  otro  dia 
quando  con  Don  Juan  jugastcs 
y  jamas  os  acordastes 
de  lo  que  costado  auia, 
ni  menos  si  me  comprastes. 

Poque  nunca  mas  dixistes: 
mi  libro  ^donde  estará? 
¡ay  Dios!  ¿quien  me  lo  tendrá? 
¿por  que  tan  mal  lo  hizistes 
en  no  voluer  por  alia? 

De  la  messa  me  cogieron 
dos  de  los  muchos  que  auia, 
y  juro  por  uida  mia 
que  ambos  a  dos  anduuieron 
sobre  qual  me  merccia. 


Cada  vno  quiso  escriuir 
lo  que  en  mi  le  pareció, 
y  uno  mejor  escriuio, 
porque  me  quiso  encubrir 
y  a  su  cassa  me  lieuo. 

El  cual  os  ruega,  señor, 
que  miréis  do  me  ponéis 
y  assi  no  me  oluidareis, 
porque  estuuo  otro  Doctor 
en  dádselo,  no  lo  deis. 

EL  DOCTOR 

El  que  el  libro  me  voluiú 
de  parte  de  los  perversos, 
que  respondiesse  a  sus  versos 
en  todo  casso  pidió. 

Con  mal  gesto  recebí 
mi  libro  y  presto 
le  reñí,  y  el  respondió; 
lo  que  entre  los  dos  passó 
sin  faltar  punto  es  aquesto. 

EL  DOCTOR. — LIBRO 

DOCTOR.  En  ora  mala  vengáis 
a  cabo  de  tantos  días, 
libro  que  por  tantas  uias 
tal  congoxa  y  pena  dais 
a  vuestro  amo. 
Que  ya  a  diez  dias  que  bramo* 
si  bien  contarlos  queréis, 
de  ver  que  no  parecéis 
aunque  mas  os  bftsco  y  llamo. 

LIBRO.         Señor,  yo 

no  parezco  do  no  esto, 
que  tengo  mañas  de  rey 
y  en  buena  razón  y  ley 
desto  nadie  se  qucxó. 

DOCTOR.     ¿Que  sabor 
tenéis  a  vuestro  Señor, 


3o8 


REVISTA  DE  ARCHIVOS 


desganado  y  mal  sabroso, 
y  hazeisos  del  donoso? 
mal  conocéis  al  Doctor. 

LIBRO.         En  vn  día 

que  yo  os  luue  compañía, 
que  cierto  no  fueron  dos, 
^  no  conoceros  a  vos 

poca  mengua  me  seria.- 

DOCTOR.     De  letrado, 

mas  no  se  si  bien  criado, 
es  respuesta  tan  essenta; 
pero  dadme  agora  cuenta 
en  que  parte  aueis  estado. 

LIBRO.         Soy  contento 

de  decirlo  y  sin  tormento 
pues  que  yo  estuue  por  Dios 
entre  mejores  que  vos 
vna  vez  y  diez  y  ciento. 

Y  he  tenido 

a  causa  de  vuestro  oluido 
estos  días  compañía 
de  gente  de  tal  y  a  lia 
que  me  a  bien  entretenido. 

DOCTOR.     Gran  error 

es  mentir  tan  sin  honor 
en  todas  vuestras  razones 
¿como  pueden  ser  ladrones 
mejores  que  no  vn  Doctor? 

LIBRO.         No  habléis 

tan  mal,  que  lo  pagareis 
si  en  vn  punto  os  desmandáis; 
ni  tal  nombre  les  pongáis 
a  quien  tan  bien  conocéis. 

doctorÍ     No  leuanto 

testimonio  que  en  su  tanto 
quien  quiera  que  me  os  tomó 
como  ladrón  os -hurtó 
aunque  vos  lo  hagáis  santo. 

Y  los  traydores 
consortes  y  encubridores 
que  lo  uieron  y  callaron, 
pues  dello  no  ihe  auisaron 
son  tan  malos  y  peores. 

LIBRO.         Nunca  fueron 
como  dezis,  ni  tuuíeron 
malicia,  pues  si  quisieran 
nunca  ellos  me  os  voluieran 
como  veis  que  lo  hizieron. 


Burlas  son 
para  vuestra  condición 
y  vuestro  trato  y  vuestra  arte 
y  echallas  a  mala  parte 
no  tenéis,  cierto,  razón. 

Pero  dado 
que  como  aveis  mal  tocado 
todos  fueran  salteadores, 
sois  los  médicos  peores 
y  de  trato  mas  maluado. 

Y  razón 
los  desculpa  de  traición 
pues  es  refrán  muy  usado 
que  el  que  algo  os  a  hurtada 
gana  días  de  perdón. 

DOCTOR.     ¿Como  assi? 

¿penspís  os  burlar  de  mi 
con  razones  afeytadas? 
harto  esto  desas  nonadas 
en  la  ciencia  que  aprendí. 

No  os  canséis, 
que  por  mucho  que  habléis 
ante  tan  viejo  soldado 
dado  falso  es  escusado 
echarlo,  que  no  podréis. 

LIBRO.         Es  testigo 

Dios  que  yo  no  soy  amigo, 
de  razones  aparentes, 
mas  con  claras  y  euídentes 
os  probare  lo  que  digo. 

DOCTOR.      Comen9ad 

y  con  todo  aliento  echad 
la  barra  donde  alcao^are 
vuestra  lengua,  que  si  errare 
yo  aclarare  la  verdad. 

LIBRO.         Bien  lo  creo 

qu««¡n  estoruo  y  rodeo 
como  ladrón  de  la  cassa 
sabréis  mejor  a  la  rasa 
harto  que  no  alcan9o  y  veo. 

Pero  atento 
estad  con  buen  sufrimiento 
a  lo  que  quiero  dezir, 
y  veréis  al  fin  salir 
con  buena  prueba  mi  inlcnto- 

Los  traydores, 
desalmados,  mal  hechores 
que  viuen  por  las  montañas 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


309 


usando  de  malas  mañas 
<:on  los  tristes  pescadores 

caminantes, 
:se  tienen  por  bien  andantes 
ouando  hallan  que  robar, 
■contentos  con  despojar 
sin  que  maten  los  tratantes. 

Pocas  vezes 
ya  que  an  dexado  en  las  hezes 
a  l(iS  hombre.v  que  robaron 
Jos  hirieron  ni  mataron 
aunque  no  temen  juezes. 

Y  esta  gente 
nunca  suele  comunmente 
rqbar  al  Empjrador, 
Papa,  ni  grande  Señor, 

ni  Virrey,  ni  Presidente. 

Pero  el 
medico,  como  infiel, 
sin  razón  y  sin  enmienda, 
junto  la  vida  y  hacienda 
quita  de  brauo  y  cruel 

Y  tirano, 

y  como  tigre  inhumano 
derrama  sangre  sin  tino 
no  perdonando  a  vecino 
a  hijo,  padire,  ni  hermano. 

Ni  a  persona 
religiosa  o  de  corona 
ni  de  otro  mayor  estado, 
que  hasta  auerfa  acabado  . 
-como  una  fiera  se  encona. 

De  tal  suerte 
que  es  ministro  de  la  muerte 
'  mas  que  no  de  1^  salud, 
y  mete  en  el  ataúd 
al  flaco  y  tan  bien  al  fuerte. 

No  ay  potencia 
que  le  haga  resistencia 
para  que  algo  se  reporte, 
porque  es  alcalde  de  corte 
que  no  espera  residencia. 

Y  es  barata 
que  con  sus  doblezes  trata 
como  enemigo  al  amigo; 
mal  hechor  y  sin  castigo 
Si  fuego  y  a  sangre  mata. 


Su  exercicio 
es  ofrecer  sacrificio 
de  la  gente  que  acaricia; 
verdugo  que  sin  justicia 
por  oras  haze  su  officio. 

.    Con  rigor 
áspero  legislador 
que  haze  guerras  y  pazes, 
y  es  un  derrama  solazes 
con  sus  miedos  y  temor. 

'  •    Adeuino 
prometedor  con  mal  tino 
de  cosas  que  pueden  ser 
de  otra  manera,  y  tener 
otros  fines  de  contino. 

Agorero 
disfra9ado,  chocarrero, 
sediento  de  honra  y  de  fama, 
viuo  fuego  y  uiíia  llama 
que  abrassa  ropa  y  dinero. 

Ks  vn  mar 
ya  muy  diestra  en  anegar; 
lobo  que  haziendo  pressa 
por  lo  que  queda  le  pesa 
de  no  poderlo  licuar. 

Una  sed 
de  moneda  y  de  merced 
por  cada  passo  que  da, 
y  de  quanto  en  cassa  esta 
larga  y  barredera  red. 

Es  cossario 
mas  poderoso  que  Darío 
que  el  judio  y  Barba  Roxa, 
que  dia  y  noche  no  afloxa 
de  hazer  como  nefario 

Cien  mili  males, 
tan  grandes  daños  y  tales 
y  tanto  graves  insultos 
que  son  menester  indultos 
para  absolverlos,  papales. 

Achacoso, 
arrogante,  imperioso 
trife,  rebelde,  pjsado, 
mohino,  yerto,  eleuado, 
importuno  y  enfadoso. 

Mas  dixera 
si  por  vos,  Doctor,  no  fuera, 
generalmente  hablando, 


010 


REVISTA  DE   ARCHIVOS 


que  en  particular  tocando 
en  un  año  no  pudiera 

Relatallo, 
y  si  queréis  bien  pesallo 
tanteando  mis  razones 
a  los  mayores  ladrones 
hallareis  como  yo  hallo 

Muy  mejores 
que  a  todos  vuestros  Doctores 
que  matando  tan  sin  rienda 
quitan  tanbien  la  hazienda 
y  por  csso  son  peores. 
DOCTOR.     Yo  pensé 

mal  libro,  quando  os  merqué, 
que  erades  de  medicina, 
mas  vuestra  lengua  malina 
me  muestra  que  me  engañé. 

Malo  o  bueno 
lo  que  aquí  sacáis  del  seno 
si  se  juzga  con  razón 
mas  tiene  de  Cicerón  • 

que  de  Avicena  o  Galeno. 

Dicho  aveis 
de  espacio  lo  que  queréis 
con  heruor  y  graucdad, 
pues  no  dezis  la  verdad 
y  en  costunbre  lo  tenéis. 

Y  si  no 
fuera  porque  agora  esto 
de  o;  ros  algo  enojado 
ya  estuvierades  rasgado 
por  uida  de  quien  so  yo. 

Mal  mirado, 
por  solo  averos  conprado 
vn  honbre  de  mi  manera, 
fuera  razón  que  siquiera 
fuerades  mas  moderado. 

ijBRo.         Harto  e  ssido 
en  lo  poco  referido, 
y  aliando  mucho  mas, 
pero  ya  me  temé  atrás 
pues  me  culpáis  de  atreuido. 

DOCTOR.     Salga  todo 

y  ponednos  mas  del  lodo 

si  podéis  en  oras  malas, 

pues  el  cueruo  que  sus  alas 

no  es  mas  negro  en  ningún  modo. 


Entendido 
tened  primero  y  sabido 
que  los  médicos  leyeron 
en  vosotros  y  aprendieron 
la  lición  que  aueis  leido. 

Y  pues  dais 
tales  preceptos,  quedáis 
con  culpa  de  los  errores 
como  dogm atizadores 
de  aquello  que  nos  culpáis. 
LIBRO.         ¿Como  es  esso.** 
¿SL}'  alguno  tan  trauiesso 
sin  vergüenza. y  descarado 
que  haya  por  escrito  dado 
tan  mal  consejo  y  auiesso.'* 
líocTOR.     Si  señor; 

médicos  ay  sin  honor 
de  tal  condición  y  mañas 
que  eicriuen  leyei  tacañas 
para  enseñar  su  Doctor. 

Muy  ajenas 
de  Xpiandad  y  tan  llenas 
de  maltrato  y  de  baxeza, 
mala  crianza  y  vileza, 
que  jamas  podran  ser  buenas. 
LIBRO.         ¿Qualos  son.*^ 
DOCTOR.  Comentáis  vuestro  sermón 
diziendo  que  metan  velas 
los  médicos  con  cautelas 
en  cobrar  reputación. 
Que  con   esto, 
sin  saber  letra  ni  testo 
ei  sabia  la  necedad, 
y  pucje  el  autoridad 
hazer  sabio  al  que  es  un  cesto. 

De  g rostros 
mandáis  que  en  sus  compañeros 
haga  el  medico  destrono.; 
tratándolos  como  a  mo^os 
con  desprecio  y  desafuero 

Señalados, 
que  assi  serán  estimados 
si  a  otros  tienen  en  poco; 
ved  que  consejo  tan  loco 
de  viles  y  endiablados. 

Luzifer 
con  su  maldad  y  saber 
no  supiera  tal  mandar 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS 


3ll 


para  el  compañero  echar 
y  el  solo  la  pressa  aver. 

Otra  fea 
cautela  con  que  grangea 
el  mal  medico  y  se  afina, 
es  el  derramar  la  urina 
porque  el  otro  no  la  vea 

Quando  venga, 
y  assi  sin  ella  no  tenga 
señal  con  que  se  alumbrar 
ni  pueda  pronosticar 
ni  curar  como  conuenga. 

Por  lo  qual 
es  cosa  muy  essencial 
madrugar  antes  del  dia 
porque  a  tal  bellaquería 
no  se  antuuie  otro  tal 

Como  el; 
todo  a  fin  que  el  infiel 
crean  que  es  muy  acertado 
y  al  otro  aunque  mas  letrado 
lo  echen  por  cascauel. 

Yo  tenia 
con  vn  medico  este  dia 
harto  terrible  y  artero 
visita  de  un  cauallero 
menos  sabio  que  creía. 

Concertada 
la  visita  y  señalada 
la  hora  para  después, 
salióme  muy  al  reues 
la  junta  de  antes  tratada. 

Que  llegado 
al  punto  que  auian  dado 
las  siete,  como  pusimos, 
el  otro  y  yo  no  nos  vimos, 
que  el  auia  visitado 

Ya  al  doliente 
y  halle  toda  la  gente 
muy  de  rebato  y  aguda 
aderezando  vn  ayuda 
para  no  se  que  accidente 

Que  tenia, 
y  el  cauallero  ya  auia 
ciertos  xaraues  tomado 
y  tanbien  estaua  untado 
vn  dedo  que  le  dolia. 

3.»  ¿POCA.— TOMO  VIH. 


Ordenado 
estaua  y  aderezado 
vn  capón  para  comer 
y  mas  que  era  menester 
para  matar  al  cuitado. 

Quando  entré 
a  mi  doliente  hallé 
mesurado  y  muy  seuero 
haziendo  mucho  del  fiero, 
puesto  casso  que  hable 

Descubierto, 
dixome:  tened  por  cierto, 
señor  Doctor,  y  por  fe, 
que  no  hay  duda  sino  que 
Don  Pedro  estuuiefa  muerto 

Sino  fuera 
que  el  Bachiller  acudiera 
muy  a  tiempo  á  remediarme, 
y  assi  pudiera  acabarme 
si  esperando  os  estuuiera. 

Porque  e  estado 
algún  rato  desuelado 
esta  noche  y  con  mal  gusto; 
y  assi  no  parece  justo 
auerme  tanto  oluidado. 

Noconuiene 
dexarme  que  tanto  pene, 
que  el  bachiller  de  su  gana 
vino  luego  de  mañana 
como  quien  amor  me  tiene. 

Desculpc 
mi  tardan9a,  puesto  que 
ninguna  culpa  tenia; 
dixe:  Señor,  otro  dia 
en  siendo  claro  verné 

Sosegado; 
dixe:  ^como  se  a  pasado 
esta  noche  en  lo  del  sueño;? 
respondióme  echado  el  ceño: 
como  agora,  desuelado. 

No  avran  sido 
seis  horas  las  que  e  dormido 
y  podréis  ir  en  buen  ora 
porque  yo  querría  agora 
reparar  lo  que  e  perdido. 

Halagúelo 
con  sabor  y  regálelo 
vn  poco  que  estuue  alli^ 

22 


3l2 


REVISTA  DE  ARCHIVOS 


pero  luego  que  lo  ui 
como  arrullado,  dexelo, 

No  cayendo 
en  la  maldad  ni  entendiendo 
el  mal  medico  villano; 
leuanteme  muy  tenprano 
y  voi  en  amaneciendo 

A  visitar, 
mas  por  mucho  madrugar 
no  amancze  mas  ayna, 
que  el  otro  a  hazer  cecina 
trasnochó  para  sangrar. 

Luego  entrado 
halle  que  estaua  ya  atado 
el  bra^o  y  hócha  sangría 
y  ciertas  aguas  olia 
el  enfermo  degollado. 

Altéreme, 
disimulé  y  soscguemc 
¡sabe  Dios  con  que  tal  pecho 
de  aquel  que  mal  fuego  queme! 

Que  bullendo 
andaua  en  todo  entendjendo 
como  que  era  menester, 
mandando  quitar,  poner, 
mil  recetas  proveyendo, 

Sin  hazer 
casso  de  mi,  ni  tener 
cuenta  con  que  estaua  alli: 
pero  lo  que  mas  senti 
no  era  esto  sino  ver 

Muy  contento 
al  doliente  en  el  tormento 
que  el  mal  físico  le  daua, 
sin  dezirme  como  estaua 
ni  preguntarme  que  siento 

De  su  mal, 
ni  hazer  de  mi  caudal 
mas  que  si  fuera  una  vieja, 
sino  de  aquel  Trafalmeja 
que  lo  iua  poniendo  en  sal. 

Vo  afligido 
de  ver  que  estaua  tenido 
(Concluird.) 


como  Pedro  por  demás, 
con  buen  reposo  y  compás 
aunque  atajado  y  perdido 

Dixe  assi: 
yo  no  se  que  sea  aquí 
menester  otro  letrado 
mas  que  el  Señor  licenciado; 
déseme  licencia  a  mi. 

No  saque 
otra  palabra  en  mi  fe 
sino  aquella  por  mi  boca, 
pero  mas  que  alguna  loca 
siete  vezes  la  pague.  ^ 

Exclamó 
y  con  gran  furía  saltó 
aquel  físico  maluado; 
dixo:  mucho  os  a  pesado 
del  remedio  que  di  yo 

Tan  cabal 
en  tan  peligroso  mal 
que  si  vn  credo  se  tardara 
con  la  vida  lo  pagara 
vn  honbre  tan  principal. 

Vos,  Doctor, 
bien  se  que  tenéis  dolor 
muy  ajeno  de  virtud 
porque  he  dado  la  salud 
a  tan  ¡Ilustre  señor. 

Bueno  es  esso: 
^asse  visto  tal  exceso 
que  queréis  vos  estoruar 
lo  que  veis  aprouechar 
en  mal  tan  brauo  y  auieso? 

Estas  cosas 
y  otras  mas  escandalosas 
me  dixo  aquel  bozinglero, 
y  creo  que  al  cauallero 
no  le  fueron  muy  sabrosas. 

Que  callaua. 
yo  que  fuera  de  mi  estaua 
eche  a  huir  de  tal  gente 
dando  al  diablo  al  doliente 
y  a  quanto  del  espcraua. 

Por  la  copia, 
M.  S.  Y  S». 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  3l3 


NOTAS  BIBLIOGRÁFICAS 

JQstoria  de  la  villa  de  Baena,  por  D.  Francisco  Valverde  y  Perales^  con 
un  prólogo  de  D.  Rodrigo  Amador  de  los  Ríos.— Toledo.  Viuda  de  J.  Peláez. 
1903.— 8.*,  xxv-527  págs.,  con  numerosos  fotograbados  intercalados  en  el  texto. 
Apéndices  en  número  de  28  y  un  plano  de  la  villa.  '  ^ 

No  es  esta  la  primera  obra  del  autor  que  sabe  demostrar  una  vez  más  la  com- 
patibilidad de  la  pluma  y  de  la  espada.  Aparte  de  varias  composiciones  poéticas  y 
dramáticas,  sus  trabajos  sobre  el  Monasterio  Agaüense  y  sobre  la  Batalla  de 
Munda  que  le  valió  el  nombramiento  de  Correspondiente  de  la  Academia  de  la 
Historia,  le  han  hecho  pasar  hace  ya  tiempo  de  la*  categoría  de  aficionado.  Y  por 
ellas  y  por  sus  méritos  adquiridos  en  varías  campañas,  como  perteneciente  al  glo- 
rioso instituto  de  la  Guaroía  civil,  tiene  bien  ganada  la  honra  que  le  dispensó  su 
villa  natal  dando  á  una  de  sus  plazas  el  nombre  de  Francisco  Valverde, 

Con  imparcialidad  y  desinterés,  poco  comunes,  no  se  empeña  mucho  el  aiHor 
en  procurar  para  su  villa  natal  abolengo  fenicio,  griego,  romandVfli  siquiera  visi- 
gótico, complaciéndose  en  cambio  en  reconocérsele  á  localidades  próximas,  guiado 
siempre  por  la  verdad  que  aprende  en  los  restos,  principalmente  romanos  y  de  la 
^poca  visigoda,  algunos  de  los  cuales  descubre  por  sí  mismo,  estudia  y  regala  des- 
pués á  los  Museos. 

Si  por  la  falta  de  conocimiento  del  árabe  la  parte  correspondiente  á  la  domina- 
ción de  aquel  pueblo  aparece  algo  diminuta,  en  cambio  queda  compensado  por  la 
riqueza  de  datos  y  noticias  á  partir  de  la  época  de  Fernando  el  Santo. 

Gran  parte  del  primer  capitulo  está  dedicado  al  estudio  de  la  batalla  de  Munda 
que  sitúa  en  Montilla  con  bien  fundadas  razones  topográficas. 

Como  entre  los  Señores  de  Baena  aparecen  nombres  tan  ilustres  en  la  Historia 
-de  España  como  los  Aguilar,  el  Gran  Capitán  y  Fernández  de  Córdoba,  Condes  de 
Cabra  y  García  de  Toledo,  y  las  guerras  con  los  moros  son  tan  frecuentes,  el  in- 
terés de  la  obra  aumenta  extraordinariamente  en  este  período. 

Sigue  luego  minuciosa  reseña  de  la  vida  administrativa,  política  y  social  de  la 
villa  hasta  nuestros  días. 

Los  28  números  de  Apéndice  reproducen  documentos  desde  Alfonso  X  has- 
ta hoy. 

No  hay  que  repetir  los  justísimos  encomios  que  nuestro  compañero  el  señor 
Amador  de  los  Ríos,  con  mucha  más  competencia  que  yo,  hace  en  el  extenso  pró«* 
logo  del  mérito  de  la  obra.  Sólo  cumple  asentir  de  buen  grado  á  sus  juicios* 

A.  P.  Y  M. 

Xa  primera  Tuelta  al  mundo.  Relación  documentada  del  viaje  de  Hernando 
de  Magallanes  y  Juan  Sebastián  del  Cano  (i5i9-i522),  por  Vicente  Lloréns 
AsENSio.— Sevilla.  Imp.  de  la  Guía  Comerc/a/.  igoS.— 16.*,  179  págs.,  con  un 
retrato  de  Magallanes  y  reproducción  de  varios  autógrafos. 

D.  Vicente  Lloréns,  inteligente  y  laborioso  oficial  del  Cuerpo  de  Archiveros, 
Bibliotecarios  y  Arqueólogos,  adscrito  al  Archivo  de  Indias,  ha  prestado  un  senicio 


3 14  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

á  los  amantes  de  la  verdad  histórica,  rectificando  docunnentalmente  varios  errores 
que  venían  pasando  por  verdades  axiomáticas  desde  tiempos  muy  antiguos  y  po- 
niendo en  claro  otros  hechos  que  permanecían  confusos  é  ignorados. 

Inspirada  la  obra  del  Sr.  Lloréns  en  el  más  laudable  patriotismo,  hace  ver  que 
Magallanes  y  Ruy  Faleiro,  cuando  vinieron  á  España  á  proponer  su  viaje,  no  ha- 
llaron dificultades  en  las  regiones  oficiales,  antes  bien,  la  protección  más  generosa; 
que  los  españoles,  lejos  de  considerar  imposible  tal  empresa,  hacía  ya  tiempo  que 
ansiaban  acometerla;  que  Magallanes  no  sufrió  aquí  persecución  alguna,  y  que  si 
Ruy  Faleiro  se  volvió  loco,  no  fué  por  desesperación,  ni  murió  en  Sevilla  pobre  y 
abandonado,  sino  cobrando  su  sueldo  de  Capitán  de  Su  Majestad.  Hasta  en  el  ape- 
llido de  nuestro  compatriota  que  circunnavegó  por  vez  primera  el  globo,  deshace 
el  Sr.  Lloréns  añejas  equivocaciones,  pues  no  se  llamaba  Elcano,  sino  del  Cano, 
como  puede  verse  en  su  firma  autógrafa. 

Acompaña  á  la  relación  del  famoso  viaje  un  Catálogo  de  los  documentos  que 

acerca  del  asunto  se  conservan  en  el  Archivo  de  Indias,  y  que  pueden  ser  la  base 

de  un  estudio  definitivo. 

V.  V. 

TJn  pleito  de  Lope  de  Rueda. — Nuevas  noticias  para  su  biografía,  por  Narciso 

Alonso  A.  Cortés.— Valladolid.  J.  R.  Hernando.  igoS. — 8.^46  |iágs. 

En  el  inmenso  depósito  de  papeles  que  constituyen  el  Archivo  de  la  Chancillerí.i 
de  Valladolid,  ha  tenido  el  autor  la  suerte  de  hallar  las  curiosas  noticias  á  que  se 
refiere  el  título  de  su  opúsculo. 

Además  del  interés  que  ofrece  cuanto  se  relaciona  con  el  batihoja  y  cómico  de 
la  legua,  es  el  pleito  u:i  cuadro  muy  fiel  de  las  costumbres  de  la  época.  El  Duque 
de  Medinaceli  D.  Gastón  de  la  Cerda,  enfermizo,  pero  muy  amigo  de  diversiones^ 
de  jía  hallarse  aburridísimo  en  su  villa  de  Cogolludo,  cuando  acertaron  á  pasar  por 
allí  dos  mujeres,  de  las  cuales  una  logró,  con  su  gracia  singular  en  el  canto,  baile, 
chocarrerias  «e  cosas  de  contentamiento  é  plazer>,  alejar  el  tedio  del  hastiado  mag- 
nate. El  cual,  haciéndola  cortar  el  cabello,  dándola  vestidos  de  paje  y  hasta  comida 
en  su  mismo  plato,  la  empleó  seis  años  en  su  servicio,  llevándola  consigo  á  las  ex- 
cursiones, cacerías  y  regocijos. 

A  la  muerte  del  Duque  se  puso  pleito  al  sucesor,  reclamando  seis  años  de  sala- 
rios á  razón  de  25.ooo  maravedises  anuales,  cantidad  corta,  dice  un  testigo  con 
grandísima  razón,  «porque  aber  de  danzar  fuera  de  la  voluntad  del  danzante  no 
tiene  pago  ni  precio.» 

Y  la  demanda  fué  á  nombre  del  marido  de  ia  juglaresa  Mariana,  el  buen  Lope 
de  Rueda.  Matrimonio  que,  si  apurta  curiosa  noticia  á  su  biografía,  también  la  em- 
brolla hasta  nuevos  datos,  por  conocerse  el  nombre  de  otra  mujer,  legítima  tam- 
bién, Rafaela  Angela. 

Tres  años  duró  el  pleito  (1554-1 557),  resistiendo  el  pago  la  parte  del  Duque  con 
decir,  entre  otras  cosas,  que  los  servicios  alegados  por  la  Mariana  eran  servicios  de 
infamia  que  fio  se  merescen  paga;  y  eso  que  consta  los  prestaba  también,  durante 
algunas  escapadas  del  palacio  ducal,  á  los  graves  canónigos  de  Sigüenza.  Al  cabo, 
por  sentencia  definitiva  se  condenó  al  Duque  al  pago  de  una  sola  anualidad  de  las 
reclamadas. 

Tal  es,  en  resumen,  el  contenido  del  curioso  folleto  del  Sr.  Alonso  Cortés. 

A.  P.  V  M. 


BIBLIOTECAS  Y  M'JSEÓS  3i5 

'The  Pointer  and  his  predoceMon.  An  illustraied  History  of  the  Pointing 
Dog  from  ihe  earliesi  times,  by  William  Ahkwright.— London.— A.  Hum- 
phreys.  1902.-4.°,  287  págs.  más  XII  de  preliminares. 

Un  libro  dedicado  á  estudiar  los- orígenes  del  perro  inglés  poin/er,  que  ya  qui- 
siéramos tener  nosotros  con  igual  lujo  consagrado  &  la  averiguación  ciel  abolengo 
de  Cer\' antes. 

Hermoso  papel,  anchas  márgenes,  claros  y  gruesos  tipos;  3o  magníficas  ilustra? 
cíones  tiradas  en  rico  papel  japón,  entre  las  que  descuella  una  reproducción  del 
cuadro  de  Velázquez,  el  Príncipe  D.  Baltasar,  como  no  se  ha  hecho  otra.  Por  su- 
puesto, nuestros  viejos  libros  de  caza,  nuestros  manuscritos,  nuestros  árboles  ge- 
nealógicos con  que  se  prueba  la  ascendencia  española  del  famoso  pointer  han  sido 
utilizados,  citados  y  reproducidos  con  especial  acierto  por  el  afortunado  autor 
cuya  posición  le  permite  publicar  á  su  gusto,  cueste  lo  que  cueste,  una  obra  como 
la  citada. 

Ultimo  y  nQ  escaso  mérito.  De  los  pocos  ejemplares  de  que  consta  la  edición,  el 
Señor  .Arkwright  ha  regalado  uno  á  la  Biblioteca,  pagando  así  un  tributo  á  la  patria 
de  origen  de  aquellos  útiles  animalitos,  y  demostrando  su  gratitud  por  las  noticias 
.que  para  su  trabajo  ha  encontrado  en  nuestros  Establecimientos. 

A.  P.  V  M. 


VARIEDADES 


ALEMANIA.  Se  ha  descubierto  en  la  ciudadela  de  Metz  un  tesoro  que  pertene- 
ció al  emperador  Carlos  V,  el  cual  lo  enterró  allí  cuando  él  y  sus  soldados  se  vie- 
ron obligados  en  i552  á  levantar  el  sitfo  de  Metz  y  emprender  precipitada  retirada. 
Los  excavadores  hallaron  una  caja  reforzada  de  hierro,  de  complicadas  cerraduras, 
con  la  cifra  de  Carlos  V,  y  con  un  peso  de  más  de  mil  kilos.  La  caja  contiene  mu- 
chas monedas  de  oro  y  una  admirable  colección  de  relojes. 

ESPAÑA.— ^arce/oHii.  Acerca  de  los  Estadios  históricos  y  arqueológi* 
,-cos  en  Catalnña  en  el  siglo  ZVm,  pronunció. un  notable  discurso  nuestro 
compañero  el  Sr.  Elias  de  Molins  á  su  ingreso  en  la  Real  Academia  de  Buenas  le- 
tras de  Barcelona  el  día  8  de  Febrero.  Hizo  el  debido  elogio  de  eruditos  como  D.  Jai- 
me Pascual,  Finestres,  Dorca,  Foguet,  Vega  y  Senmanal,  Llobet,  Marqués  de  Llió, 
Aymerich,  Capmany  y  otros,  y  muy  especialmente  del  P.  Caresmar.  La  vida  de  este 
trabajador  infatigable  que  por  su  pasmosa  actividad,  su  desapasionada  crítica  y  su 
amor  á  la  verdad,  forma  dignamente  al  lado  de  Zurita,  Florez,  Burriel  y  Floranes, 
ofrece  tristes  enseñanzas.  Adquirida  en  el  estudio  de  más  de  14.000  manuscritos  ca- 
talanes que  por  sí  mismo  copió  y  extractó,  la  convicción  de  que  algunas  de  las  tra- 
diciones referentes  á  Santa  Eulalia,  carecían  de  fundamento  sólido,  vio  desencade- 
narse contra  él  por  tal  opinión  los  odios  del  Cabildo  catedral  dé  Barcelona,  al  que 
•se  unió  el  pueblo,  llegando  á  apedrearle  por  las  calles  y  amargándole  la  existencia 
hasta  su  muerte.  Otro  fanatismo  sólo  diferente, en  el  color,  fué  causa  de  que  poco 
después  de  1868,  todos  los  inmensos  trabajos  que  dejó  escritos  así  como  los 
de  Martí,  Pascual  y  otros,  tan  importantes  para  la  historia  de  Cataluña,  se  hayaa 
perdido  para  siempre. — apm. 


3l6  REVISTA    DE    ARCHIVOS 

Burgos,  Con  el  epígrafe  TJn  soldado  burgalés  publica  el  diario  Ei  Castella- 
no en  su  número  del  17  de  Marzo  un  articulo  firmado  por  Fr.  Licinio  Ruiz,  en 
que  se  narran  las  hazañas  de  Martin  Alonso  Tamayo,  soldado  de  los  ejércitos 
de  Carlos  V,  en  el  sitio  de  Lacuet.=El  periódico  de  esta  capital  Liga  Orgáni- 
ca (Boletín  de  la  sociedad  de  Organistas),  publica  en  su  suplemento  del  7  de  Marzo 
un  articulo  ñrmado  por  Ernesto  y  titulado  Voto  nniTersal  en  fikTor  de  1» 
Cartuja  de  Miraflores,  en  el  que  después  de  hacer  una  breve  descripción  de 
aquel  Monasterio,  y  de  copiar  varios  pensamientos  estampados  en  un  álbum  por 
viajeros  que  le  han  visitado,  se  pide  que  sea  declarado  monumento  nacional. ^La 
Real  Academia  de  la  Historia  ha  nombrado,  correspondiente  en  Burgos,  á  nuestro 
colaborador  el  arquitecto  D.  Vicente  Lamperez  y  Romea. — egq. 

Coruña,  Ha  quedado  deñnitivamente  constituida  en  laCoruña  la  Esenela  Re- 
gional gallega  de  deolamaoidn,  y  se  regirá  por  un  Directorio  artístico-admi- 
nistrativo,  compuesto  por  un  presidente,  un  director  técnico,  dos  directores  artísti- 
cos, un  secretario-contador,  un  tesorero-depositario,  un  bibliotecario-archivero, 
dos  vocales  y  un  representante.  Actualmente  se  procede  á  la  confección  del  regla- 
mento y  desde  luego  se  admiten  alumnos  y  alumnas  que  reúnan  condiciones  para 
pertenecer  á  la  Escuela. — El  Director  se  ha  dirigido  muy  especialmente  á  los  litera- 
tos gallegos  que  hayan  escrito  ó  escriban  para  el  teatro,  á  ñn  de  que  se  sirvan 
enviar  sus  obras,  bien  impresas  ó  bien  manuscritas,  con  el  objeto  de  ponerlas  en 
estudio  luego  de  examinadas  debidamente,  y  representarlas  por  riguroso  turno. 
Las  obras  pueden  ser  en  uno  ó  más  actos,  en  prosa  ó  en  verso,  pero  es  de  impres- 
cindible condición  que  sean  escritas  en  gallego,  así  fuere  el  asunto  dramático  ó 
cómico.  Los  pliegos  se  remitirán  al  presidente  del  Director  de  la  Revista  Gallega^ 
quien  acusará  recibo  de  los  que  se  vayan  recibiendo. 

Madrid,  El  domingo,  29  de  Marzo,  leyó  el  8r.  D.  Antonio  Garrido  su  discur- 
so de  ingreso  en  la  Academia  de  Bellas  Artes  tratando  de  la  influencia  de 
la  música  como  elemento  social  con  profundidad  de  pensamiento,  sólidos  argu- 
mentos y  tal  belleza  en  la  expresión,  que  en  más  de  un  pasaje  demostró,  acaso  sin 
quererlo,  cómo  la  palabra  manejada  con  arte  y  sirviendo  de  vestidura  á  la  idea 
caldcada  por  legitima  emoción  estética,  puede  igualar  en  sus  efectos  sobre  el  audi- 
torio al  más  profundo  y  grandioso  motivo  musical.  La  parte  práctica  del  tema 
apuntada  al  final  y  desarrollada  luego  en  su  discurso  por  el  Sr.  Serrano  Fatigati 
con  mucho  acierto  y  excelente  sentido,  produce  impresión  tristísima  con  sus  indis- 
cutibles verdades.  Somos  el  pueblo  de  la  tierraque  menos  se  cuida  de  asociar  ese 
tundente  poderoso  de  la  música  á  la  escuela  primaria,  á  las  expansiones  del  día 
festivo,  al  culto  de  la  patria,  al  ardimiento  militar,  al  recuerdo  de  las  pasadas  glo- 
rias. Somos,  en  fin,  sola  excepción  en  Europa,  la  única  capital  que,  sosteniendo 
con  creciente  auge  durante  todo  el  año  una  hermosa  plaza  de  toros,  con  margen 
para  sostener  dos  ó  más,  mantiene  á  duras  penas  y  por  temporada  cada  vez  más 
corta  un  teatro  de  Opera  y  no  puede  sostener  una  Sociedad  de  Conciertos  durante 
dos  meses  del  año.  apm.=EI  Sr.  D.  Ángel  María  de  Barcia  dio  el  3o  de  Marzo  último 
una  conferencia  en  los  Lnises  de  Madrid,  acerca  de  Jemsalén.  El  viaje  desde 
Madrid  á  Jerusalén  fué  relatado  con  amenidad  por  el  conferenciante,  quien  después 
hizo  un  erudito  estudio  de  la  antigua  ciudad,  cuna  del  cristianismo,  presentando 
notables  vistas  de  los  principales  monumentos  que  encierra,  auxiliado  del  aparato 
de  proyecciones.  =^Centro  del  Ejército  y  de  la  Armada.  Lá  cu^trta  conferen- 
cia de  la  Sociedad  española  de  excursiones  correspondió  al  arquitecto  don  Adolfo 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  3lJ 

Casano\  a,  quien  trató  del  «Castillo  de  la  Mota,  de  Medina  del  Campo». 

Empezó  manifestando  que  el  evocar  los  recuerdos  históricos  que  perpetúa  este 
monumento  es  oportuno  cuando  se  aproxima  el  cuarto  centenario  de  la  muerte  de 
Isabel  la  Católica,  que  tuvo  siempre  gran  predilección  por  esta  fortaleza.  Describió 
la  villa  de  Medina  del  Campo  como  plaza  fuerte,  presentando  los  planos  hechos  á 
principios  del  siglo  xviii  por  el  abad  de  la  colegiata,  Sr.  Ayllón.  Hizo  después  un 
detenido  estudio  del  castillo  de  la  Mota  desde  el  triple  punto  de  vista  militar,  artís- 
tico é  histórico,  y  concluyó  manifestando  sus  deseos  de  que  tan  augusto  monu- 
mento sea  declarado  monumento  nacional,  atendiéndose  debidamente  á  su  conser- 
vación, como  ha  solicitado  hace  mucho  tiempo  la  Academia  de  San  Fernando  y 
solicitará,  seguramente,  su  hermana  la  de  la  Historia.=El  Ateneo  de  Madrid,  de- 
seando coadyuvar  á  la  acertadísima  iniciativa  de  la  Comisión  leonesa,  organizadora 
de  las  fiestas  del  centenario  del  Padre  José  Francisco  de  Isla,  ha  pro- 
puesto el  siguiente  tema  para  el  concurso  organizado  por  dicha  Comisión:  «Una 
leyenda  leonesa  ó  nna  colección  de  romances  sobre  asuntos  leoneses, 
no  tratados  en  el  Romancero  General.*  El  premio  consistirá  en  un  ejemplar  de  la 
reciente  y  lujosísima  edición  de  las  Leyendas  de  Zorrilla,  y  será  adjudicado  al 
trabajo  que  la  Comisión  referida,  ó  el  Jurado  designado  por  ella,  considere  merece- 
dor de  aquél.  Los  trabajos  se  admitirán  en  la  Secretaria  del  Ateneo  hasta  el  3i  de 
Mayo  del  corrien.e  año,  á  las  doce  de  la  noche.  Las  demás  condiciones  del  concur- 
so estarán  de  manifiesto  en  la  Secretaria  del  Ateneo.^En  la  Gaceta  del  día  21  se  ha 
publicado  el  nuevo  reglamento  de  la  Exposición  general  de  Bellas  Artes, 
que  se  verificará  el  año  próximo.  El  reglamento  ha  si«lo  redactado,  previo  un  mi- 
nucioso estudio,  por  una  Comisión,  presidida  por  el  subsecretario  del  ministerio, 
marqués  de  Casa  Laiglesia,  de  que  han  formado  parte  los  Sres.  Villegas,  Fcrrant, 
Pradilla,  Sorolla,  Domínguez,  Muñoz  Degrain,  Moreno  Carbonero,  Sala,  Beruete, 
Querol,  Picón,  Velázquez,  Mélida,  Comba  y  Amaré.  Se  han  oído  además  las  opi- 
niones de  Mariano  Benlliure  y  de  otros  artistas,  asi  como  la  del  Circulo  de  Bellas 
Artes.  Hay  en  este  reglamento  una  novedad  que  nos  interesa  especialmente  porque 
ha  de  contribuir  á  estimular  y  á  dar  una  aplicación  práctica  á  los  conocimientos 
arqueológicos.  Tan  útil  innovación  es  que  en  la  primera  de  las  cinco  secciones 
en  que  se  divide  la  de  Arles  decorativas  y  aplicadas  á  la  Industria  se  establece 
un  grupo  destinado  á  exponer  «Obras  decorativas  antiguas  y  preferentemente 
españolas  que  puedan  proponerse  como  modelos  en  cualquiera  de  dichas  Artes  y 
auxilien  á  conocer  su  historia»,  señalando  premios  de  cooperación  á  los  exposito- 
res de  tales  objetos  antiguos.  Al  tenor  de  esto,  se  dispone  también  que  del  jurado 
de  la  sección  decorativa  furme  parte  un  arqueólogo.^=Con  deslino  al  Mn830  de 
Arte  Modomo  han  sido  adquiridos  por  el  Estado  el  cuadro  «El  descanso  del 
mediodía»,  de  D.  Juan  Francés,  en  i.Soo  pesetas,  y  el  titulado  «Recolección  de 
higos  chumbos  en  Granada»,  de  D.  Carlos  Vázquez,  en  1.000  pesetas.==Don  Geró- 
nimo López  de  Ayala,  Conde  de  Cedillo,  ha  sido  nombrado  para  catalogar  los 
monumentos  históricos  y  artísticos  de  la  provincia  de  Toledo. 

Opicdo.  Ha  fallecido  en  Oviedo  D.  Ciriaco  Vigil  Suárez  Bravo,  cronista  de  As- 
turias. Era  correspondiente  de  las  reales  Academias  de  la  Historia  y  de  San  Fernan- 
do, mie-nbro  honorario  del  Instituto  Heráldico  Italiano  y  archivero  provincial.  Ha 
fallecido  á  los  ochenta  y  tres  años,  habiendo  dedicado  su  vida  al  cultivo  de 
las  letras.  Es  autor  de  obras  notables,  entre  ellas  la  titulada  Asturias  monumen^ 
tal.  Deja  escrita  una  genealogía  de  las  casas  ilustres  de  Asturias. 


3i8 


REVISTA  DE  ARCHIVOS 


Sevilla,  El  Arcediano  de  Sevilla  D.  Manuel  Torres  y  Torres  ha  descubierto  un 
cuadro  de  Rafael  en  la  parroquia  de  San  Miguel  de  aquella  ciudad.  Dicho  cuadro, 
«Xia  Virgen  del  velo»,  creíase  perdido.  Después  de  reconocido  por  el  Sr.  Torres, 
estudiáronlo  los  pintores  Bilbao  y  .Mutoni  y  otros  muchos,  conviniendo  todos 
en  que  es  el  original,  que  se  creía  perdido,  de  muchas  copias.  Es  circular,  de 
un  metro  veinticinco  centímetros  de  diámetro;  fué  donado  por  los  condes  de  I-e- 
brija  á  la  iglesia  de  San  Miguel;  supónese  que  su  largo  eclipse  reconoce  por  causa 
el  empeño  de  librarle  de  la  rapiña  durante  guerras  y  revoluciones. 

FRANCIA,  l'na  violenta  ráfaga  de'  incredulidad  respecto  á  lo  legítimo  de  varias 
obras  de  arte  sopla  en  estos  días  por  los  Museos  franceses.  El  autor  de  la  so- 
berbia tiara  del  reyezuelo  escita  BaXtapliames,  admirada  durante  tanto  tiempo 
en  las  vitrinas  del  Louvre,  y  que  había  costado  al  Gobierno  100,000  francos,  a^a- 
ba  de  presentarse  ante  el  juez,  cuando  naturalmente  se  le  creía  muerto  hace  mu- 
chos siglos.  Se  llama  Mr.  Rouchomowski,  y  ofrece  probar  terminantemente  que 
es  el  verdadero  autor  de  aquella  maravilla.  Entretanto,  ha  sido  retirada  de  la 
vitrina.  Las  dudas  se  extienden  además  á  ciertos  Velázquez  y  Murillos  que  el  pin- 
tor Escosura  llevó  en  número  de  unos  cuarenta  á  París  hacia  1868  y  que  vendió 
como  originales.  Varios  de  ellos  están  en  el  Louvre.  Por  último  se  habla  de  falsos 
dibujos  de  Henri  Pille  y  alcanzan  las  sospechas  hasta  varios  objetos  de  la  famosa 
colección  Spitzer.  La  cosa  ha  llegado  á  términos  que  se  pide  al  Gobierno  el  nom- 
bramiento de  una  comisión  de  artistas  notables  que  examine  las  piezas  sospechosas. 
^ Nos  reservará  la  desgracia  algún  caso  parecido?  KPs\.=The  illustrated  London 
News  (28  de  Marzo)  publica  entre  sus  grabados  algunos  cuadros  del  Louvre  cuya 
autenticidad  se  ha  puesto  en  duda  recientemente  y  la  famosa  liara  del  rey  escita  Sai- 
tapharnes.  mss.=Los  herederos  de  Mr.  Gastón  París  se  proponen  donar  al  Estado 
la  biblioteca  del  ilustre  profesor,  con  la  condición  de  que  lleve  su  nombre  la  sala 
en  que  se  guarde,  apm. 

TURQUÍA.  Palestina.  Las  escavaciones  verificadas  en  Gezer  han  tenido  feliz 
éxito  pues  se  ha  encontrado  un  gran  templo  megalítico  cuya  fecha  probable  es  de 
los  siglos  XXV  á  XXX  antes  de  Cristo;  fué  construido  por  los  amoritas.  Los  hebreos 
se  establecieron  más  adelante  en  aquel  lugar  y  quedan  no  pocos  restos  de  sus  edi- 
licios. 


CRÓNICA  DE  ARCHIVOS,  BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


Museo  de  Reprodicciones  artísticas.  Sus  aumentos  en  1  go2.—Por  donación 
de  Mr,  Géorges  Daumet  de  los  Archivos  Sacionales  de  Par/A.— Sello  del  Rey  D.  En- 
rique III  de  Castilla,  correspondiente  al  año  de  1294. 

A:  El  Rey  con  arnés  de  guerra,  á  caballo,  acometiendo. 

R:  Escudo  cuartelado  de  Castilla  y  León 

—Sello  del  Rey  D.  Alfonso  XI  de  Castilla,  correspondiente  al  año  de  1345. 

A:  el  Rey  en  su  trono  ostentando  eh  las  manos  la  espada  y  el  mundo. 

R:  Escudo  cuartelado  de  Castilla  y  León, 

Ambos  originales,  de  plomo,  pertenecen  á  la  colección  de  los  Archivos  Nacio- 
nales de  París,  y  sus  reproducciones  son  de  yeso.  Formador,  el  de  aquellos  Ar- 
chivos. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  BlQ 

Por  donación  de  D.  Ignacio  A gui lar. —Trozos  de  friso,  de  labor  repujada  y 
cincelada  en  plata,  pertenecientes  á  la  Custodia  de  la  Catedral  de  la  Seo  de  Zarago- 
goza;  obra  de  estilo  plateresco  ejecutada  de  i537  á  ¡541  por  Pedro  Lamalson. 

Vaciados  en  yeso,  dispuestos  en  cuatro  grupos.  Formador,  el  donante. 

Con  estos  vaciados  han  ingresado  en  el  Museo  reproducciones  en  cera  de  los 

P  E 

punzones  ó  marcas  de  la  Custodia  i-AMKIs  y  una  colección  de  fotografías  de  deta-. 

lies  de  la  misma,  de  las  cuales  se  han  expuesto  las  más  importantes,  con  otra  de  la 
totalidad  del  monumento. 

Por  donación  de  la  Academia  de  Bellas  Artes  de  I  d/ewc/j.— Relieves  de  una 
pila  arábiga. .  ' 

Los  asuntos  y  la  factura  revelan  marcada  influencia  oriental. 

El  original  esculpido  en  piedra  de  Buixcarró  estuvo  en  la  puerta  llamada  de 
Concentaina  de  la  ciudad  de  Játiva  y  hoy  se  conser\'a  en  la  Sala  Arqueológica  del 
Ayuntamiento  de  dicha  ciudad.  Vaciados  en  yeso.  Long.  1,7 1  X  o,m65< 

—Escudo  de  armas  del  Reino  de  Valencia,  de  la  época  de  D.  Pedro  IV  de 
Aragón. 

•  El  original  esculpido  en  piedra  se  hallaba  colocado  sobre  el  arco  de  la  puerta  de 
la  Sharea,  derribada  en  i8í)5,  y  hoy  se  conserva  en  el  Museo  de  Bellas  Artes  de 
Valencia.  Alto  0,9^')  Ancho  o,f>2. 

Por  compra  al  Táller  de  vaciados  del  Museo  de  la  Esculura  Comparada,  en 
Parts. — Estatua  de  Ra-etn-ké,  personaje  de  la  IV  dinastía  egipcia. 

El  (íriginal,  de  madera,  fué  descubierto  en  la  necrópolis  de  Menfis  y  se  conserva 
en  el  Museo  de  Gizé  (Egipto)  estando  considerado  como  una  de  las  obras  maestras 
del  realismo  egipcio,  que  no  tenia  hasta  ahora  representación  en  este  Museo. 
Alto  I "12 1.  For.nador,  Mr.  Pouzadour.  Costó  42  pesetas. 

También  ha  recibido  el  Museo  otros  donativos  importantes,  que  si  bien  no 
aumentan  el  caudal  de  sus  reproducciones  son  de  utilidad  para  enaltecer  como  se 
debe  la  historia  de  tan  importante  centro,  puesto  que  se  trata  de  los  bustos  de 
los  Excmos.  Sr.  D.  Antonio  Caninas  del  Castillo,  D.  Juan  Facundo  Hi^ño  y  don 
Juan  de  Dios  de  la  Rada  y  Delgado.  El  del  Sr.  Cánovas  del  Castillo,  por  D.  M.  Ta- 
margo,  es  donació/i  de  D.  Antonio  Cánovas  y  Vallejo;  el  del  Sr.  Riaño,  por  don 
Ricardo  Bellver,  es  donación  de  la  Real  Academia  de  Bellas  Artes  de  San  Fernan- 
do; y  el  del  Sr.  Rada  y  Delgado  es  donación  de  su  señor  hijo  D.  Eduardo.  Dichos 
bustos  han  de  ser  colocados  los  dos  primeros  en  el  Vestíbulo,  con  sendas  inscrip- 
ciones que  proclamen  fueron  aquellos  hombres  ilustres  los  fundadores  del  Museo, 
quedando  en  la  Dirección  otro  ejemplar  del  busto  del  Sr.  Riaño  y  el  busto  del  se- 
ñor Rada,  en  recuerdo  de  haber  ocupado  ambos  el  cargo. 

J.  R.  M. 


320 


REVISTA  DE  ARCHIVOS 


BIBLIOGRAFÍA 


(La  lengua  es  la  base  de  clasifícación  de  nuestara  Bibliografía.  En  esta  se  incluyen  todos  los 
libros  de  pualquier  orden  y  los  trabajos  de  revistas  publicados  por  individuos  de  nuestro 
Cuerpo,  lo  cual  puede  servir  para  intentar  una  bibliografía  ac  éste:  los  marcaremos  con  un  *. — 
En  la  Bibliografía  de  Revistas  siempre  que  no  se  indique  el  año,  se  entenderá  que  es  el  co- 
rriente.) 


LIBROS  ESPAÑOLES 
(i.^  Todos  ios  de  historia,  en  la  acepción  más 
amplia  de  la  palabra,  desde  la  política  á  la  cien- 
tífica, y  los  ae  sus  ciencias  auxiliares,  incluso 
la  filología  y  la  lingaística,  que  se  publiquen, 
editen,  reimpriman  y  extracten  en  la  España 
.ictu»!  y  sus  posesiones,  de  autor  español  ó  ex- 
tranjero, en  cualquiera  de  las  habías  españo- 
las, ó  en  ó  fuera  üe  España,  de  autor  español, 
en  lenguas  sabia'^.  2.**  Las  ediciones,  reimpre- 
siones y  antologías  hechas  en  ó  fuera  de  Espa- 
ña, de  íibros  de  cualquier  materia  escritos  por 
autore>  ya  muertos  no  contemporáneos,  espa- 
ñoles ó  extranjeros,  en  dich  is  hablas,  ó  por 
españoles  en  lenguas  sabias,  dentro  de  la  ex- 
tensión de  los  antiguos  dominios  españoles. 
3.0  Las  traducciones,  arreglos,  refundiciones 
*c  imitaciones  publicadas  en  ó  fuera  de  España 

{)or  autores  vivos,  e  pañoles  ó  extranjeros,  en 
as  mismas  hablas  ó  en  Icn  uas  sabias,  de  obras 
históricas  y  literarias  debidas  a  españoles  ya 
muerto<t.  4.**  Los  libros  notables  originales  de 
amena  literatura,  dados  á  luz  en  ó  fuera  de 
España  por  escritores  contemporáneos,  espa- 
ñoles ó  no,  en  las  hablas  españolas,  ó  por  escri- 
tores españoles  contemporáneos  en  lenguas 
sabias.  5.°  Los  de  cu  liquier  materia,  siempre 
que  se  refieran  á  cosas  de  Kspaña,  publicados 
en  las  referid  is  hablas  en  aquellas  naciones 
que  no  las  usan,  ó  en  las  mismas  hablas  ó  en 
lenguas  sabias  en  los  pueblos  que  usan  el  cas- 
tellano. Y  6.®  Las  traducciones  hechas  por  es- 
pañoles ó  extranjeros,  á  cualquiera  de  las  ha- 
blas españolas,  ó  por  españoles  á  lenguas  sa- 
bías, de  libros  extranjeros  históricos, .  e  cultu- 
ra general,  y  aun  de  amena  literatura  cuando 
son  obras  maestras.] 

Alonso  A.  Cortks  (Narciso).  Un  pleito  de 
Lope  de  Rueda.  Nuevas  noticias  para  su  bio- 
grafí  i.— Valladolid.  Imp.  de  Juan  R.  Hernan- 
do. 1903.— 8.",  45  págs. 

Alvarez  Qvintero  (Serafín  y  Joaquín).  Pe- 
pila  Reyes.  Comedia  en  dos  actos.— Madrid. 
R.  Velasco.  1903.-8.°,  70  págs. 

Andrei:  (J.).  Catálogo  de  una  Colección  de 
impresos  (libros,  folletos  y  hojas  volantes)  refe- 
rentes á  Cataluña,  siglos  xvi,  xvit,  xviii.  y  xix. 
BarceLon-i.  Tip.L'Aven^.  1902.— 4.",  v-344  pági- 
nas.—20  ptas. 

Anuario  legislativo  de  Instrucción  públi- 
ca, correspondiente  á  1902,  publicado  por  la 
Sección  de  Estadística  de  instrucción  pública. 
Toledo.  Imp.  de  Rafael  Gómez  Menor.  1903.— 
8.°d.  m.,  1.049  pigs. 

Arnaiz  (P.  Marcelino).  Los  fenómenos  psi- 
cológicos. Cuestiones  de  Psicología  Contem- 
poránea.—Madrid.  Sáinz  de  Jubera,  herma- 
nos, editores.  1933.-8.»  m.,  362  págs.—  5  ptas. 


Bretón  (Tomás).  Los  Conciertos  en  Madrid 
y  la  Sociedad  de  Profesores.  El  Público  y  la 
Crítica.  Conferencia  leída  en  el  Ateneo  litera- 
rio el  día  26  de  Enero  de  1903.— Madrid.  Im- 
prenta Ducizcal.  1903.— 4.**,  38  págs. 

Carrk  Aldao  (Eugenio).  La  Literatura  ga- 
lle¿?a  en  el  siglo  xix.  Seguida  de  una  Antología 
y  Apéndices.— Coruña.  Imp.  de  Ferrer.  1903.— 
S.^  m.,  176  pags. 

Casades  y  Gramatxes  (D.  Pelegrín)  y  Miret 
Y  Sans  ^D.  Joaquín).  Discursos  leídos  en  la 
Real  .\cademia  de  Buenas  Letras  de  Barcelona 
en  la  recepción  pública  de  D.  Pelegrín  Casades 
Gramatxes  el  día  i5  de  Marzo  de  1903.— Barce- 
lona. Imp.  de  la  («asa  provincial  de  Caridad. 
1903.-  -8.*'  m.,  40  págs.  [Tratan  de  las  influencias 
del  Arte  oriental  en  los  monumentos  románi- 
cos de  Cataluña.] 

Castillo  (Florencio  M.  del).  Obras  de...  No- 
velas cortas.— México.  Imp.  de  V.  Agüeros. 
1902.-8.",  XX 11-509  págs. 

Castro  Escribano  (Bartolomé).  Conferen- 
cias intimas  acerca  del  Socialismo,  con  un 
prólogo  de  D.  Luis  Navarro  y  Porras.— Cór- 
doba. Imp.  del  Diario  de  Córdoba.  1902.-4.", 
419  págs. 

CatAlooo  ilustrado  de  obras  españolas  de 
los  siglos  XII  á  XVIII,  escogidas  entre  las  que  se 
hallan  en  casa  de  P.  Vindel  librero  antícua- 
rio.-Madrid.  S.  i.  MCMIII.— 8.",  640  págs. 

Darkrt  (Monseñor  Nicolás  José)  Obispo  de 
Perigueux  y  de  Silart.  Historia  de  Santo  To- 
más de  Villanueva,  Arzobispo  de  Valencia, 
seguida  de  una  noticia  histórica  sobre  el  ins- 
tituto de  Hijas  de  Santo  Tomás  de  Villanueva, 
escrita  en  francés  por...  y  traducida  de  la  ter- 
cera edición  por  I>.  Carmelo  Vila  y  García, 
presbítero.  -Valencia.  1903.— 8.*,  496  pags.  Con 
dos  apéndices  y  una  fototipia. 

Delgado  (Rafael)  Obras  de...  Tomo/.  Cruentos 
y  notas.— México.  Imp.  de  V.  Agüeros.  1902.— 
8.",  xxxix-388  págs. 

Estatutos  y  reglamento  de  la  Real  Aca- 
demia de  Buenas  Letras  de  Bareclona.— Bar- 
celona. Imp.  de  la  Casa  P.  de  Caridad.  1903.— 
8.»,  54  págs. 

Fernanflor.  Cartas  á  mi  tío.  Con  un  prólo- 
go de  Echegaray.— Madrid.  M.  Romero  impre- 
sor, 1903.— 8.0,  XXIV-221  págs. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


321 


FoRTEZA  V  CoRT¿s  (Thomás).  Poesics.— Pal- 
ma. Estampa  den  Jusep  Mir.  1902.— 8.<>,  xii-347 
páginas. 

Gamboa  (Isaías).  Poemas.  Fantasía.  Primave- 
ra. Ante  el  mar.— Santiago  de  Chile.  Imp.  Tu- 
rín.  1902.— 8.»,  26  pigs. 

Garzó.v  (E.).  La  flecha  dél  Charrúa.  Primera 
e^ici(}n.— Saint-Cloud  Imp.  Bclio.  S.  a.— 8.", 
a^pigs. 

GÓMEZ  Zarzuela  (Vicente).  Guía  ofícíal  de 
Sevilliy  su  provincia  para  1903.  Año  XXXIX.— 
Sevilla.  Imp.  y  ene.  de  Enrique  Bergali  1903. — 
4.°,  CDXL-128  págs. 

González  IIurtebise  (Eduardo).  El  arte  ti- 
pográfico en  Tarragona  durante  los  siglos  xv 
y  xvr.  Disertación  leída  en  la  solemne  sesión 
académica  celebrada  por  la  Sociedad  Arqueo- 
lógica Tarraconense  el  día  11  de  Diciembre  de 
1902.— Tarragona.  Est.  Up.  de  Llorens,  Gibert 
y  Cabré.  1903.— 4.®,  20  págs. 

GoRosTiZA  (Manuel  E.  de).  Obras  de...  To- 
mo  ¡V.  Teatro.— México.  Imp.  de  V.  Agüeros. 
1902.-8.",  546  págs. 

GuzmA.n  Si'AREs  (Vicente).  Rimas  Varias  en 
Alabanza  del  nacimiento  del  Príncipe  N.  S. 
Don  Balthazar  Carlos  Domingo.— En  o  Porto. 
Por  Juan  Róiz.  .Año  de  1630.— Fol.  i.°  v.  This 
cdition  of  two  hundre4  was  p''intcd  in  facsí- 
mile from  the  copy  in  ihe  library  oí  .\ncher  M. 
Iluníington,  at  the  De  Vinne  Press,  nineteen 
hundred. 

Labra  (Rafael  M.  de).  La  refprna  política 
de  Ultramar— Madrid.  Tip.  de  A.  Alonso. 
i(,i02.— 8.",  1 1 16  págs. 

Martínez  Elorza  (Jesús  F.).  Orígenes  y  esta- 
do actual  de  la  Biblioteca  del  Instituto  de  Jo- 
vcllanos.— Gijón.  Imp.  de  L.  Sangenís.  1902.— 
K.0  m.,  196  págs. 

Menf.ndez  y  PeLayo  (D.  Marcelino).  Anto- 
logía de  Poetas  Castellanos  (Tomo  Xí).  Trata- 
do de  los  Romances  viejos.  Tomo  /.—Madrid. 
Líb.  de  «Sucesores  de  Hernando».  1903.— 8.", 
383  págs.  [Es  el  Tomo  CCXIII  dft  la  Biblioteca 
Clásica]. 

Matute  (Fr.  Santiago)^  Los  Padres  Cande- 
larios en  Colombia  ó  apuntes  para  la  Historia, 
lo/.  VI  con  un  índice  general  de  toda  la  obra. 
Madrid.  Imp.  del  .\silo  de  Huérfanos  del  Sa- 
f^rado  Corazón  de  Jesús.  1903.-8.°  d.,  290  págs. 

Patrón  (Pablo).  Perú  primitivo.  Notas  suel- 
tas—Lima. Imp.  del  Estado.  1902.— (^primer 
cuaderno.)  8.°,  20  págs. 

Pkrez  Capo  (Felipe).  Curiosidades  parla- 
mentarias. .Anécdotas,  sucedidos  é  historié- 
is.—Madrid.  Imp.  de  la  Sucesora  de  M.  Mi- 
nuesa  de  los  Ríos.  1902. — 4.®,  67  págs. 

Pineda  (F.  Juan  de).  Libro  del  passo  honroso 
defendido  por  el  Excelente  Cauallero  Suero 
de  Quiñones.— En  S  tlamanca.  En  Casa  de  Cor- 
nclio  Bonardo  M.D.LXXXVIIL— F.«  i.»  v,  This 


edition  of  two  hundred  was  printed  in  farsi— 
mile  from  the  copy  in  the  library  of  Archer  .M. 
Huotington  at  the  De  Vinne  press,  nineteen- 
hundred  and  two. 

Pinto  or  Morales  (Jorge).  Maravillas  del 
Parnaso.— En  Lisboa  por  Lorenzo  Crasbec 
Año.  16^.— Fol.  i.°  v.  This  edition  of  two 
hundred  was  printed  facsímile  from  the  copy 
in  the  library  of  Archer  M.  Huntington  at  the 
De  Vine  Press,  nineteen  hundred  and  two. 

Rodríguez  Condesa  (D.  Juan).  Elementos  de 
Geografía  Comercial  y  Estadística.  Apuntes 
para  un  libro  acomodados  al  programa  de  esta 
asignatura.— Valencia.  Imp.  de  Francisco  Vi- 
ves. 1932,— 8.®  d.,  570-70  págs.— 10  p tas. 

Rrgui.rz  t  Sanz  del  Río  (Alberto).  Com- 
pendio de  Historia  General  de  la  Literatura 
para  su  estudio  en  los  institutos  Generales  y 
Técnicos.— Almería.  Tip.  de  Fernández  Mur- 
cia. 1902.— 4.^  182  págs. 

RonAn  (José  Antonio).  Hojas  de  mi  álbum.— 
Madrid.  R.  Velasco.  1903.— 8.®,  223  págs. 

Sant  Jordi  (Jordi).  Obres  poetiques  de  Jordi 
de  Sant  Jor¿/i  (Scgles  xiv*-xv*).  Recullides  i 
publicades  per  J.  Masso  Torrents.— Barcelo- 
na, L'Apenq.  1902.-8.°,  xiv-53  págs. 

Sargus.  Reencarnación  y  Karma.  Estadio 
nuevo  de  verdades  olvidadas,  dedicado  á  la 
docta  escritora  salvadoreña  «Zulima»  y  al 
profundo  pensador  norte-americano  Edgard 
Wallace  Conable.— San  Salvador.  Imp.  «La 
República».  1903.— 8.*,  33  págs. 

ScRiVA  (Ludovico).— Tribunal  de  Venus.— 
En  Venecia  per  Aurelio  Pincio.  MDXXXVIL— 
F.®  I.**  v.  This  edition  of  two  hundred  was 
printed  in  facsímile  from  the  copy  in  the  li- 
brary of  Archer  M.  Huntington,  at  the  De 
Vinne  Press,  nineteen  hundred  and  two. 

SicARS  Y  Salvado  (Narciso).  El  suicidio  ju- 
rídicamente considerado.— Barcelona.  Impren- 
ta Barcelonesa.  1902.— 8. <^,  187  págs. 

Solé  Rodríguez  (Oriol).  Leyendas  guara- 
níes. Impresiones,  tradiciones,  anécdotas.  Pri- 
mera serie.  Con  un  prólogo  del  Doctor  Samuel 
Blixen  é  ilustrjciones.de  Olivella.— Montevi- 
deo. 1902.— 8.",  XV1-177  págs. 

TiMONEDA  (Juan  de).  El  Patrañuelo.— Ma- 
drid. Imp.  de  los  Sucesores  de  Hernando.  1003. 
8.^  194  págs.  Es  el  tomo  CXLVII  de  la  Biblio- 
teca Universal. 

IJRREA  (Pedro  Manuel).  Penitencia  de  amor 
(Burgos,  i5i4).  Reimpresión  publicada  por  R. 
Foulchc-Delbosc— Barcelona.  L'Avenq.  1902.— 
8.«,  70  págs. 

Valle  Ruiz  (P.  Restituto  del).  Estudios  li- 
terarios. Prólogo  de  Juan  Alcover.— Barcelona 
Imp.  de  Juan  Gilí.  1903.-8.®,  xiii-339  págs. 

Valladarks  de  Valdelomar  (D.  Juan).  Ca- 
vallero  Venturoso  con  sus  extrañas  aventuras 
y  prodigiosos  trances  adversos  y  prósperos. 


322 


REVISTA    DE   ARCHIVOS 


Segunda  y  Ultima  paríe.— Madrid.  B.  Rodrí- 
guez Scrra,  editor.  MCMII.— a°  m.,  432.  [Vo- 
lumen VI  de  la  (^.olección  de  libros  picares- 
cos 1—5  ptas.   . 

Vega  (Lope  de).  Kl  perro  dd'hortelano.  Co- 
media on  tres  actos  y  en  verso,  original  de 
Lope  de  Vega^  refundida  por  Juan  Eugenio 
Ilartzenbusch.— Madrid.  Tip.  de  la  Revista 
DE  Archivos.  1903.— 8.**,  98  págs. 
•  VoLTAiRE.  Diccionario  filosófico.— Valencia. 
F.  S impere.  S.  a.  [igoaj.— 6'  Vols.  8.°.,  189-181.)- 
189-IQI--206  y  206  págs. — 5  ptas. 

A.  Gil  .Albacete.  M.  Serrano  y  Sanz. 

LIBROS  EXTRANJEROS 

(r°  Los  tratados  universales  y  generales  por 
naciones  y  m  «lerias,  de  histeria  y  sus  ciencias 
auxiliares,  de  literatura  y  arte,  de  fílología  y 
llnuflíst.ca.  etc.,  que  interesen  á  1j  erudición 
\  i  la  cultura,  publicados  en  ó  fuera  de  Espa- 
ña por  espiñole'%  ó  extranjeros  en  hablas  vul- 
gares no  españoles,  ó  por  extranjeros  en  len- 
guas sabias.  2."  Los  de  cualquier  materia  es- 
critos por  españoles  en  ó  fuera  de  España  en 
dichas  lenguas  vulgires.  3."  Los  de  cualquier 
materia,  con  t;il  que  se  refieran  á  cosas  espa- 
ñolas, publicado»  por  extr^nj.-ros  en  ó  fuera 
de  España  en  lenguas  sabias  ó  en  habl.is  vul- 
gares no  española>.J 

Ballu  (  \.).  Note  sur  les  fourlles  des  monu- 
mcnts  historiques  en  Algérie  pendant  I'annéc 
igo2.— París,  Imp.  Nationale,  1902.— 8.",  24  págs. 

Bargilli  (G.).  Intorno  allasscdio  di  Siena: 
1554- 1555.— Roma,  Tip.  Voghera,  1903,-8.",  19 
páginas. 

Beaukegard  (D.  de).  Le  Maréchal  Masséna, 
duc  de  Rivoli,  prince  d'Essling,  enfant  de  Ní- 
ce.  Resume  de  sa  vie. — Nicc,  Imp.  Gauthícr, 
1903.-8.°,  i5i  págs. 

Bkre.nson  (B.).  The  drawings  of  floren  tí  nc 
painters  classifíed  and  described.— London, 
.Murray.  1902.— 2  vol.  folio. 

BiuoT  (J.)  y  Marti.n  (J.  B.).  íNoiícc  sur  la 
collection  des  livrcs  d"hcurcs  conserves,  au 
tréscjr  de  la  priraatiale  de  Lyon.— Paris,  Im- 
primiere Nationale,  1903.-8.°,  12  págs. 

Clkrmont-Ganneau  (C).  Recucil  d'archéo- 
logie  oriéntale.— \ngers,  Imp.  Burdin  et  C*^ 
1902.— 8.",  288  págs.  con  grabados. 

CoRRiDURE  (F.).  Storía  documentata  dclla 
popolazione  di  Sardej^na  (i479-it>oi).— Torino, 
Clausen,  1902.— 8.°,  328  págs. 

CoTTiN  (P.).  Sophie  de  Monnier  et  .Mirabeau 
d  aprés  leur  corrcspondance  secrete  inédite 
(1775-1789).— Paris,  Imp.  PIon-Nourrit,  1903.— 
8.°,  ccLx-287  págs.  con  tres  retratos  y  dos  fac- 
símiles de  autógrafos. 

CouRET  (Le  Comte).  Le  lívre  d"Heures  du 
pape  .Mcxandre  VI.— Nogent-le-Rotrou,  Im- 
primiere Daupeley-Gouverneur.  1903.-8.°,  13 
páginas. 

De  .Martino  (A.)  In  qualc  anno  .Vmerígo 
Vespucci  compi  il  suo  primo  viaggio  in  Ame- 
rica.-.Avellino,  E.  Pérgola,  1902.— 8.^,73  págs. 


De  Simóme  (T.).  II  tumulto  di  Napolí  del 
1647.— .Avellino,  K.  Pérgola,  1902.-8.°,  26  págs. 

Dommadiei'  (A.  L.).  Les  hypothcses  scíentifí- 
ques  relati  ves  au  saint  Suaire  de  Turin. — Lyon 
Imp.  Emmanu'el  Vitte,  1953.-8.°,  122  págs. 

EiNSTEiN  (L.).  T^  italian  rcnaissance  in  Kn- 
gland.— New-York,  .Macmillian,  1902,-8.°,  4» 
páginas. 

El-BokhAri.  Les  traditions  islamiques,  tra- 
duitcs  de  l'arabe,  avec  notes  ei  índex,  par 
O.  Hondas  et  \V.  .V/arfaíi.— Paris,  Imp.  Natio- 
j   nale,  1903.-7-8.°,  Ó86  págs. 

,  Epifanía  (A.).  Cario  VIH  di  Valoís  a  Napo- 
lí.—Napoli,  F.  Giannini,  1902. — 8.°,  161  págs. 

FiORKTTi(I.)dí  SanctoFrancíeschosecondola 
lezionc  del  Cv>díce  ñorcntíno  scritto  da  Ama- 
I  retto  MtncUi,  ora  per  la  prima  volta  edita 
I  pubblicati  di  nuovo  da  Luigi  Man/oni  di  Mor- 
I  daño.— Roma.  Krmano  Loescher  .M.D.CCCC— 
I  8.°,  X-28Ó  págs. 

I  Florance  (Le  Doctcur).  Numismatíque  grec- 
que.  Seríes  imperiales  grecqucsct  coloniales. — 
Macón,  Imp.  Protat,  1903.-8.°,  197  págs. 

FouiLLÉB  (.Vlfredi.  Esquisse  psychologíque 
des  peuples  europcens.  Deuxiéme  édition.— 
Evreux.  imp.  de  Charles  Hérissey.  1903.-8.° 
m.,  xix-55opágs. 

Gaillt  de  Taurines^C).  L'ne  représentation 
du  mystére  de  la  Passion  áMézicres,  en  1531,— 
Dóle-du-Jura,  Imp.  Girardi  et  Audebcrt,  1903. 
8.°,  i5  págs. 

Gandini  (L.*  a.).  Episodio  storíco  inédito  in- 
torno Lucrezia  Borgía  nell'tmmínenza  delle 
sue  nozze  con  .Vlfonso  d  Este.— Bologna,  Tip^ 
Zanichelli,  1902.— 8.",  ót)  págs. 

fiALr.KLKH  (P.).  Insoriptiuns  inédites  de  Tu- 
nisie.— Paris,  Imp.Niítionale,  i9«>2.  — 8.",  24págs. 

Ghonat  (G.).  .Vus  Kaphaels  florenliner  Ta- 
gen.— Berlín,  B.  Cassirer,  nj<>2.— 4°,  57  págs. 

HiKRSEMANN(KarI  \V.)  Katalog28i  .Nordamc- 
ríca.  Vereínijíte  Staalen.  (";ínada.  Polarlánder» 
Geschichte,Geographie,  Reiscn,KuIiurleben. — 
Leip/íg,  1902.  *-8  ",  40  págs. 

HisToiRK  chsÉRAi.E  i)E  pARis.  Regístres  des 
délíbérations  du  bjreau  de  la  ville  do  Paris, 
publíés  par  les  s  »íns  du  service  historique.  T.  X 
{lbQO-l5^)  T.  XI  (1594-1 598).— Paris,  Imp.  Na- 
tionale, 1902.-4.°,  2  vol.  de  xx-5ióy  L-757págs. 

La  Mazki.ikrk  (M.  de).  Essai  sur  l'évolutíon 
de  la  civilisaiion  índienne.— París,  Imp.  Plon- 
Nourrit  et  C*,  ic)03.— 16,°,  2  vols.  de  446  y  ó5o 
páginas  con  grabados. 

Marvchi  (íL).  El¿ments  d'arehéologie  chr¿- 
tienne.  III.  Basiliques  et  Eglíses  de  Rome.— 
Lillc,  Imp,  Desclée  do  Brouwer  et  C^,  1902.— 
xxxix-529  págs. 

Pascai.k(V.)  Micholangelo  Buonarroti  poeta. 
Napolí,  Tip.  Novecento,  1902,-8.°,  x-184  págs. 

PiciNEM.i  (Gíuseppe).  Cenni  storici  sul  pri- 
vilegi  e  suUc  prerogative  dclla  citta  e  deí  coa* 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS 


323 


siglicri  de  Ca^liari  ncl  scrolo  xiv.— Cagliari, 
P.  Valdcs,  1903.-4.°,  25  pá^s. 

Report  of  thc  Commissioncr  ot  cducation 
for  ihc  yc-ír  kido-iodi.  Volume  /.—Washington. 
Government  prinling  Office,  1902.— 8."  m.. 
cxri-i.2i6  pá^s. 

RosTA<iNi  (A.K  Diego  de  Almagro,  tragédie 
en  trois  actes  et  six  tableaux.— Beaulieu-sur- 
Mcr,  Imp.  (laggini,  19*13.  -  8.",  35  págs, 

Sabatíi  r  (Paul).  S.  P'r.inrisci  Icf^icndae  velc- 
tcris  fr  igmcnta  quacdam.— París,  Fischbacher, 
1902.-8  °  14?  p.ig.«4. 

ScARAMKi.i.A  ((i.),  l'n  privilegio  aragoncsc  a 
favorc  di  ('ami  obasso.— Ferrara,  Tip.  Socinle, 
I9tn'.— 8.**,  22p;igs. 

Soi'SA  VitkrbÓ.  Arles  industriaes  é  indus- 
trias portuguezas. — Culmbra.  Imp.  da  L'ni- 
vcrsidadc.  i<)02  — S.**,  52  págs. 

Ujíai-vy  (Charles  de).  Le  type  physiquc 
d'Alexandre  le  Grand,  d  aprés  les  auteurs  an- 
ciCH'i  et  les  documents  iconographiques.— Pa- 
ris,  Imp.  Fontcmoing,  i<í02.— 4.**,  i85  págs.  con 
grabados. 

Vassai.  (A.).  Mosscn  Jacinto  Vcrdaguer:  sa 
vie,  scs  oeuvrcs,  sa  morí.— Auxerre,  Imp.  de 
rinddpendant  auxcrrois,  1903.-16.°,  44  págs. 
M.  Serrano  y  Sanz. 

REVISTAS  ESPAÑOL.AS 

(i.**  Los  sumarios  íntegros  de  las  revistas 
congéneres  de  la  nuestra,  consaj^radas  exclu- 
sivamente al  estudio  de  K^pana  y  publica- 
das en  cualquiera  de  las  hablas  españolas  en  ó 
fuera  de  España:  los  títulos  de  estas  revistas 
van  de  letra  cursiva.  2.°  Todos  los  trabajos 
históricos  y  eruditos  accrcí  de  cualquier  ma- 
teria, segiín  el  amplísimo  criterio  expuesto, 
que  figuren  en  los  sumarios  de  las  revistas  no 
congéneres  de  la  nuestra,  escritas  en  dichas 
hablas  en  6  fuera  de  España.] 

Roí  Klt.S  DE  I  A  RkaL  .\CADKMIA  DK  LA  HISTO- 
RIA. 1803.  .Marzo.  Historia  de  España.  Reparos 
sobre  la  traducción  de  la  Eclesiástica  escrita 
por  el  Cardenal  Orsi,  por  Miguel  de  la  Iglesia 
CastrtK — Epigrafía  romana  de  Asiorga,  por 
Fidel  Fita.— Kl  castillo  de  Vivero,  por  Juan 
Catalina  Garda. —V'n  sarcófago  cristiano  del 
siglo  V,  por  Arturo  Vá^que^i  .Vú«e^.— Nuevas 
inscí ¡pelones  de  Ibahernando.  Cumbre  y5>anta 
Ana,  por  .Mario  /?o,vo  de  Luna. 

La  Cuuai)  de  Dios.  1903.  Marzo.  Datos  bio- 
gráficos de  León  XIll,  por  el  P.  Zacarías  Mar- 
/ínt'Jí-.Vu//e-.-León  XIII  y  la  Filosofía  cris- 
tiana, por  el  P.  Marcelino  Arnái:;^.  León  XIII  . 
y  los  csiuilios  históricos,  por  el  P.  Lucio  Con- 
de /\2i//t'rna.  — León  XIII  y  las  Bellas  .\rics, 
por  el  1'.  Luis  ViHalba  A/m/1o^.— León  XIII  y 
las  ciencias  naturales,  por  el  P.  .\ngcl  Rodri- 
gue{  de  Praifa.  — León  XIII  y  su  Encíclica 
Rerum  noi'aruvt.  por  el  P.  Florencio  Alonso 
Martine!^. — León  XIII  y  la  esclavitud  africa- 
na, por  el  P.  Julián  Rodrigo.~L.di  intervención 


de  León  .\1II  en  los  conflictos  internacionales 
de  España,  por  el  P.  J.  AíoníM.— León  XIII  y 
el  anglicanismo,  por  el  P.  Benito  R.  Gon^á- 
/e^.— La  política  de  León  XIII,  por  el  P.  Con- 
rado Aíuinos  5aen^.— León  XIII  místico,  por 
el  P.  .Manuel  F.  Migúele^.— Cronia  del  Jubi- 
leo pontificio. 

Hojas  selectas.  1903.  Abril.  La  moderna 
metrópoli  del  Plata,  por  Julián  de  la  Cal,-- 
Ocho  cuadros  de  Domingo  Ticpolo.  La  Pasión 
de  Cristo;  texto  del  Evangelio  de  San  Lucas, 
con  ocho  fotograbailos  impresos  á  tres  tin- 
tas.—Los  habitantes  de  un  confín  del  mundo 
(Expedición  á  través  de  Siberia)  por  Jonás 
Stadling  (conclusión).— El  drama  de  la  Pasión 
en  Obcrammergau,  por  A.  Garda  ¡Jansó. 

La  Ilustración  española  y  americana.  K 
Enero.  1903.  Siluetas  escénicas  del  pasado.  La 
bella  Amarilis,  por  Narciso  Diai^  de  Fscupar.— 
Destrucción  de  los  cuadros,  por  José  R.  Ca» 
rraddo.—Ki  Tenorio  en  Alemania,  por  Juan 
Fastenrath.=  1 5  E  n e r  o .  Ceuta,  por  Clodoal- 
do  Píña/.=  30  Enero.  En  la  América  espa- 
ñola, por  Juan  Péreí^  de  Gujcmdn.— Razas  y 
tribus  de  Marruecos,  por  Manuel  Antón.=  i5 
Febrero.  La  «cuestión»  de  Albania  en  el 
Teatro  antiguo  español,  por  Felipe  Pére!^  y 
Gon^ále^.  Enrique  Landcsmann  (Jerónimo 
Lorm)  poeta  y  fílósofo,  por  Juan  Fastenrath.= 
22  Febrero.  La  «cuestión»  de  Albania  en  cl 
Teatro  antiguo  español,  por  Felipe  Péreí;^  y 
Gün;^a/e^.— Monumentos  y  recuerdos  (lUcs- 
casj,  por  E.  Serrano  Faíigaí».— Grabados. 
Illescas:  Torre  de  la  parroquia.  Virgen  de 
piedra  de  las  monjas.  Puerta  de  L'gena.  Inte- 
rior de  la  Iglesia  parroquial. =  28  Febrero. 
El  poeta  alemán  llamado  el  Padre  Gleins,  por 
Juan  Fastenrath. — Fernández  Jiménez  y  «la 
cuerda  granadina,  por  Manuel  del  Palada. •= 
8  Marzo.  IV  Centenario  de  los  desafíos  de 
Barletta,  por  Juan  Pére¡;  de  Gu^mdn.=  i5 
Marzo.  La  Academia  del  gato,  por  Eduardo 
de  /.«sfonVi.  — Esculturas  de  la  catedral  de 
Charires,  por  E.  Serrano  Faíigaíi.— Graba- 
bados:  Catedral  de  Chartres.  Tímpano  de  la 
puerta  Real.  Puerta  Real  y  sus  dos  colatera- 
les. Detalles  de  la  puerta  Real. 

La  LtCTURA.  1903.  .Marzo.  Armstrong  y 
Krupp,  por  L.  Cu¿>i7/o.— Notas  sobre  cl  arte 
del  cartel,  por  Rafael  ZíomfnccA.rr-Pí  lacio  Val- 
dés,  por  G.  Martínez  Sierra.— El  libro  del 
mes.  Apuntes  para  una  Biblioteca  de  escrito- 
ras españolas  desde  el  año  1401  ai  1833,  por 
Manuel  Serrano  y  Sanz,  por  F.  Navarro  Le- 
desma  —Otros  libros,  por  P.  Dorado,  R.  Péreí;^ 
de  Ayala,  J.  M.  Llanas  Ay;,uilaniedo,  J.  I'.  S. 
y  Zeda. — Revista  de  Revistas.— índice  de  Rc- 
"vistas. 

Nuestro  Tiempo.  1903.  Marzo.  A  propósito  . 
del  catalán,  por  Eduardo  Benot. — Galdós  y  los 


324 


REVISTA  DE   ARCHIVOS 


lo  XV),  por  S.  Ramón  y  Ca;a/.— Nuestro  ejer- 
cí lo  en  África,  por  Pedro  Jevenoit. 


«Episodio»  nacionares»,  por  I*.  Goni^ále^  Se- 
rrano.—Lx  earopeización  de  Egipto,  por  el 
Marqués  de  Casa- Torre.— Macedonia,  por  el 
Dr.  />i7/ün.— Recuerdos  de  mi  vida  (Capítu- 
I,  por  S. 
I  África, 

Revista  de  Aragón.  1903.  Marzo.  Pinturas 
murales  de  la  Cartuja  de  Aula  Deí,  por  J.  Ka- 
leni^uela  de  la  Rosa.^Lz  Filosofía  en  los  Es- 
tados Unidos,  por  Luis  Cg/omína.— La  Filoso- 
fía escolástica  en  Alemania  y  otros  países,  por 
A.  Góme!;_  ¡^quierdo,^Los  principios  funda- 
mentales de  la  Historia,  por  Julián  Ribera.— 
Familia  Real  de  los  Benitexufin,  por  Francisco 
Codera.— Los  pergaminos  de  Maz  león,  por 
Santiago  V¿^ie//a.— Recuerdos  de  mi  vida,  por 
Santiago  Ramón  y  Ca;a/.— Bibliografía. 

Revista  de  .Archivos  y  Bibliotecas  Nacio- 
nales [del  Perú].  30 Septiembre  igoo.  Ordenan- 
zas para  el  ,í(obierno  de  la  ciudad  de  los  Reyes* 
1549  á  1624.  Letras  anuas  de  la  provincia  del 
Perú  de  la  Compañía  de  Jesús.  1620  a  1724.— Re- 
lación de  los  hechos  más  notables  de  la  suble- 
vación de  Jos¿  Gabriel  Tupac  Amaru.  1780 
i  1782. 

Revista  <:oi«temporá-\ea.  i5  Marzo  1903.  El 
monje  Cesario  de  Heisterbach,  por  Juan  Fas- 
tenrath.—Lo%  visigodos  en  España  (continua- 
ción), por  JIoséJ  0[rtegaj  RlubioJ.—Lz  lin- 
güística como  ciencia  de  observación,  por  Ed- 
mundo Gon^<i/e;-B/anco.— Curiosidades  lite- 
rarias, por  Antonio  Balbin  de  Unquera.—Pro^ 
clamación  de  los  Reyes  Católicos  en  Segovia, 
por  Gabriel  M.*  Verf^ara. 

Revista  de  Extramadcra.  1903.  Marzo.  El 
Cristo  del  Desamparo,  por  M.  Roso  de  Luna.— 
Notas  bibliográficas,  por  H.  P.,  X.  y  S. 

SopHiA.  Revista  teosófica.  1902.  Diciembre. 
El  testimonio  externo  más  primitivo  acerca 
de  la  fecha  de  Jesús  (continuación),  por  G.  B. 
S.  Mea^.— Desde  las  cuevas  y  selvas  del  Indos- 
tán  (continuación),  por  II.  P.  Blavatsky.—= 
1903.  Enero.  El  testimonio  más  primitivo 
acerca  de  la  fecha  de  Jesús  (continuación),  por 
G.  B.  S.  A/eatf.— Desde  las  cuevas  y  selvas  de 
Indostán  (continuación),  por  H.  P.  Blavat^ 
j/ty.=Febrero.  La  teogonia  y  la  magia  entre 
los  aborígenes  del  Brasil,  por  Pedro  Velloí^o.— 
El  génesis  del  Talmud  (continuación),  por 
G.  B.  S.  Afea^.— Desde  las  cuevas  y  selvas  del 
Indostán  (continuación),  por  H.  P.  Blapat^ 
.sA/.=Marzo.  Desde  las  cuevas  y  selvas  del 
Indostán  (continuación),  por  H.  P.  Blapatsky. 
M.  Serrano  y  Sanz. 

REVISTAS  EXTR.\NJER.\S 

(i.*  Los  sumarios  íntegros  de  las  revistas 
congéneres  de  la  nuestra  portuguesas,  ó  ex- 
tranjeras en  hablas  no  españolas  ni  portugue- 
sa consagradas  exclusivamente  al  estudio  de 
£spañt,  y  dadas  i  luz  en  ó  fuera  de  ésu:  los 


títulos  de  unas  y  otras  revistas  van  de  letra 
cursiva.  2,**  Los  trabajos  de  Cualquier  materia 
tocantes  á  España,  y  fus  de  carácter  histórico 
y  erudito  iniere  antes  para  la  cultura  que 
figuren  en  los  Sumarios  de  las  demás  revistas 
escritas  én  lenguas  portuguesa  y  cxiranjer;íi8, 
publiquense  ó  no  en  Esp.ina.  3.^  Los  trabajos 
que,  estando  en  las  condiciones  reseñadas  en 
'  este  párrafo  segundo,  aparezcan  en  revistas 
publicadas  por  extranjeros  en  lenguas  sabias.} 

L  Art.  1903.  Febrero.  Henry  Jum,  Tne  le^on 

de  Louis  David  á  David  d'.mgers. — Georgcs 

Riat,  Les  litographies  d'Eugéne  Delacroix. 

TiiK  AtHK.N^.r>i.  Núm.  3932.  H.  IIesketm  Pri- 

,    CHARD,  Through  the  Heart  of  Patagoniu.=N  ú- 

¡    mero  3933.— Edward  G.  Brow.ne,  A.  Lilcrary 

I    History  ot  Persia  from  the  earliest  times  until 

Firdawsi  (Fisher  Vnmn). 

I  BlBLlOTÉQUE  DB  I.'ÉCOLE    DES  ChARTES.    I902 

I    Septiembre-Diciembre.  Ph.  Lauer,  Les  manus- 

■    criis  de  Saint-Arnould  de  Crcpi.— M.  Skpet, 

Observations  sur  la  légende  de  sainte  Odilc.— 

León  LKVIL1.AIN,  Étude  sur  les  -ettres  de  Loup 

•    de  Ferriéres  (Jin).—J.  Calmette,  Notice  sur  le 

ms.  catalán  P.  13  de  la  Bibl.  Nat.  de  Madrid.— 

H.  Omont,  Catalogue  de  la  Bibliothéque  des 

!    Grands-Augu  >tins  de  Paris.— J.  J.  Vek.mer. 

j    Inventaire  du  trésor  de  l'abbaye  de  CUirvau.\, 

¡    A.  Bruel,  Fragment  d'un  cartulaire  de  Clu- 

1    ny.— D.  M.  Feroti.v,  Complément  d'une  Ictirc 

de  Mugues,  abbé  de  Cluny.— H.  Martin,  Con- 

cours  pour  1  étude  des  insectes  ennemis  des  11- 

vrcs.—Bibiiographie. 

Bibi.ioth¿que  universellb  et  Revue  svisse 

'    1903.  Febrero.  Edouard  Ron,  Le  libéralisme  et 

les  idees  politiques  du  dixhuitiéme  siéclc.— 

Michel  Delines,  La  Perse  et  les  persansde  nos 

jours.=Marzo.  Michel  Delines,  La  Pcrse  et 

les  persans  de  nos  jours. 

BuLi.BTiN  iTALiKN.  1903.  Encro-Marzo.  11. 
Hauvette,  Vn  chapitre  de  Boccace  (De  casi- 
bus  virorum  illustrium,  IX,  26)  et  sa  fortune 
dans  la  Littérature  fran^aise.— É.  Picot,  Les 
italiens  en  France  au  xvi*-*  siécle  (5*  anide).-- 
A.  Morel-Fatio,  a  propos  du  sonnet  «Super- 
bi  colli».— L.  .\rvRAY,  Note  sur  une  lettre  de 
Machiavel.— .V.  Morel-Fatio,  Rapport  sur  le 
Concours  de  lagrégation  d'espagnol  et  d'ita- 
lien  en  1902. 

La  civiLTÁ  CATTOLICA.  7  Marzo.  Nuovi  lavo- 
ri  bibliograñci  della  Biblioteca  Vaticana.:^ 
21  Marzo.  Le  peripezie  d'un  manoscritto:  U 
processo  origínale  di  Galileo. — II  Congreso  di 
Vienna  e  la  S«  Sede.  I  primi  rigori  della  res- 
taurazione  pápale  (Maggio-Ottobre  1814).— Di 
alcuni  criterii  incerti  nella  Paletnologia,  Ar- 
cheologia  e  Storia  antica.  La  scoperta  delle 
tombe  nel  Foro  Romano  e  il  criterio  cronoló- 
gico.—Studii  del  Petcrs  e  del  Knabenbauer  sui 
frammenti  ebraici  deír  «Ecclesiasticov.— Stu- 
dií  intorno  il  maniré  S.  Giorgio. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


325 


Le  Corrf.spondan't.  35  Marzo  1903.  Fierre  de 
la  GoRCE,  Ktudcs  d'IIistoire  contemporaine. 
Les  deux  dcrniércs  années  du  régne  de  Napo- 
león IIL— La  Francc  el  la  Prusse  avant  la  guc- 
rre.— Fraoz  Heymann,  En  Allemagnc.  Limpé- 
rialismc  catholique  el  le  Centre.— N.  M.  Ber- 
NARDiN,  Erncst  Legouv¿:  L'hommc  ct  locu- 
vrc.— L.  de  Lanzac  dk  Laborie,  La  famille  de 
Napoleón.  Du  divorce  au  bapt¿me  du  Roi  de 
Rome(i8x)-i8ii),  d'aprcs  une  nouvclle  publi- 
ca ti  on. 

The  üeographical  jovrsal.  1903.  Abril.  R. 
B.  BucKLKY,  Colonization  and  irrigation  in 
the  East  África  Protcciorate.—A.  IIamilton 
Rice,  From  Quito  lo  the  Amazon  vía  ihe  viver 
Ñapo.— H.  N.  DiCKSoN,  The  Hydrography  of 
the  Faeroe-Shetland  Channel.  — (ícographi- 
cal  Literaturc  of  the  Monih.— New  Maps.— 
Maps  and  illustrations. 

JouR.NAL  DES  SAVANTS.  1903.  M  trzo.  Musée 
naiional  du  Louvre.  Catalogue  des  antiquités 
chaldéennes,  par  Léon  IIeuzey  (E.  Pottier) 
Cari  RoBERT,  Sludien  zur  Ilias.  (M.  Bréal).— 
Heronis  Alexandrini  opera  (P.  Tannery).— 
J.  Vendryes,  De  hibernicis  vocabulis  quae  a 
*  latina  lingua  originem  duxcrunt.  (D'Arbois 
de  Jubainville).  —  Émilc  Boutroux,  Projet 
d'une  ¿dition  internationale  des  Oeuvres  de 
Leibniz. 

La  NOUVE1.LE  Revue.  i.®  Marzo  1903.  Jules 
Gleize,  L'Afriquc  Occidentale  fran«;aise.— Ar- 
mand  Charpentier,  Voltaire  ei  la  P'ranc-Ma- 
^onnerie.=i5  Marzo.  Jules  Gi.eizk,  La  colo- 
nisation  fran^aise  en  Afrique. 

NuovA  antología.  1903.  Marzo.  Cario  Gioda, 
Uno  staiisia  del  seicento.  Don  Valeriano  Cas- 
tiglione.— Alessandro  Ciiiapei.li,  Una  nuova 
questione  a  proposito  del  «David»  di  Michel- 
aogelo.— Dante  Vaglibri,  La  Storia  di  Roma 
serondo  Guglielmo  Ferrero.— Raffacle  De  Ce- 
sare, La  disfída  di  Barletta  nella  storia  e  nel 
romanzo.— Guillo  Urbini,  Alinda  Bonacci  Bru- 
namonti.— Giuseppc  Tarozzi,  Paganesimo  e 
liberta  in  Giosue  Cardurcí  c  Federico  Nietz- 
sche. 

Revue  africai.ve.  1902.  Julio-Diciembre.  Ei.- 
AcHMAQui,  Kitab  En  Nassab  (trad.  P.  Giaco- 
B«TTi)  Coloncl  Robín,  Notes  historiques  sur 
la  Grande  Kabylie  de  1838  ¿  i85i.— Qvf.denfeld, 
División  et  répartition  de  la  population  Bér- 
bere  du  Maroc  (trad.  Capitaine  II.  Simón).— 
Colonel  MoiNiER,  Campagne  de  J.  (>csar  en 
Atrique  (46-47  avant  J.-C). 

La  Revue  Ancíenne  «Rbvuk  des  Revües»). 
Marzo.  Cervantes,  Les  Voyeurs  (Los  Miro- 
nes). (Nouvelle  inédite.  Note  explicaiive  de 
Ciernen t  Rochcl.)  (El  entremés  de  Los  Miro- 
nes ni  es  inédito,  puesto  que  ya  lo  publicó  en 
el  año  1874  D.  Adolfo  de  Castro,  ni  es  de  Cer- 
vantes.] 


Revue  de  l'Art  ciirétién.  1973.  Marzo.  L.  de 
Farcy,  Croix  d'Anjou.  Vraie  Croix  de  l'aiybh- 
ye  de  la  Boissiére.— L.  Maitre,  Les  pr€raidrc> 
Basiliques  de  Lyon  el  leurs  cryptes  (Jíh).—M, 
Gerspach,  Les  Arti  de  Florence  (/í«;.— Mgr. 
X.  Barbier  de  Montaui.t,  Symbolisme  de  la 
fa^ade  de  la  cathédrale  de  Poiiicrs.~S.  L.,  La 
chaire  de  Roucourt.- A.  Arnoui.t,  L'égli^c 
San  Stefano  a  Vcnisc.— A.  Brykc/ynsky,  La 
porte  de  bronze  de  Plock.  —  Hibliographie: 
Nocions  de  arqueología  sagrada  catalana,  par 
J.  GuDioL  Y  CvNiLL  (Dom  £.  Roulin). 

La  Revue  blanche.  i5  Marzo  1903.  Ad.  van 
Be  VER  y  Ed.  Samot-Orland,  Un  conteur  ita- 
lien  du  xvi^  siécle.  Giri  lamo  Parabosco.— Mi- 
chcl  Arnauld,  Gastón  Paris. 

Revue  bleue.  3  Enero  1903.  Léon  TolstoT. 
La  mission  de  l'historien  et  de  Tartiste.— Char- 
les Bauoelaire,  La  vie  douloureuse  du  poete 
(Correspondancc  inédiie).— Camille  Mauclair, 
La  Provence  et  ses  peintres.— Jules  Troubat, 
Sainte-Beuve  el  l'Encyclopédie  Pcrcire.  — J. 
Ernest -Charles,  La  vie  littéraire:  Alfred 
Fouillée  et  son  oeuvre.=io  Enero.  Charles 
Baudelaire,  La  vie  douloureuse  du  poéie  (Co- 
rrespondance  inéditc).  — J.  Ernest-Ciiarles, 
La  vie  littéraire:  Un  homme  de  letires  d  au- 
trefois:  Marmoniel.=i7  Enero.  Charles  Bau- 
delaire, La  vie  douloureuse  du  poete  (Co- 
rrespondance  inédite)  /rn.— Mugues  Imbbrt, 
L  avenement d'une  renommée  musicale:  Joban- 
nés  Brahms.  =  24  Enero.  A.  Fouillée,  Un 
nouveau  La  Rochefoucauld:  Nietzsche.  —  L. 
Delpon  de  Vissec,  Le  mouvement  ritualistc 
en  Angletcrre.=3i  Enero.  Albert  Le  Roy 
George  Sand  et  Lamennais.=2i  Febrero. 
M"™*^  R.  Ré-musat,  Bernadotie  et  la  Norucge  de 
i830.=28  Febrero.  Édouard  Schurk,  Le  reveil 
de  lá  poésie  populaire  en  France  (1870-1900).= 
7  M  a  r  z  o .  Péladan,  L'inñuence  allcmandc  en 
critique  d'art.— .Michel  Salomón,  L  amilié  de 
George  Sand.— Édouard  Maynial,  Les  gram- 
mairiens  philosophes  du  xviii^  siécle.=  i4 
Marzo.  Frédéric  Loliéb, Gastón  Paris.— Ed- 
mond  Plauchut,  L'esclavage  dans  le  nord  de 
la  Nigritie.=2i  Marzo.  Paut  Monceaux  Es- 
pagnols  d'autrefois.— Edmond  Plaichut,  Lcs- 
clavage  dans  le  nord  de  la  Nigritie  (/rn^.=28 
Marzo.  Paul  Bastier,  La  critique  dramati- 
que  en  Allemagne. 

Revue  des  cours  et  confere.nxes.  26  Marzo 
1903.  Émlle  Faguet,  Les  poetes  secondairesdu 
xviii*  siécle.— Jules  Martha,  L  Histoire  a  Ro- 
mé.  Les  succcsscurs  de  Catón;  Cassius  Hemi- 
na.— G.  Desdevises  du  Dezert,  Girone,  Valen- 
ce,  Saragpsse,  Cintra.— N.  M.  Bernaroin,  Le 
ThéatredeCollé. 

Rkvüe  critique  d  Histoire  bt  de  Littéra- 
ture.  9  Marzo  1903.  R.  P.  Mortier,  Histoire 
des  mtitres  généraux  de  l'Ordre  des  Fréres 


32G 


REVISTA  DE   ARCHIVOS 


PrCcheurs  (Jean  (Juirau^/.- 23  Marzo.  F.  Pa- 
SKi.LA,  La  poesía  conv¡v»Ic  dei  (ircci  fMy).— 
Reaé  Pichón,  De  sermone  amatorio  apud  iati- 
noH  elcgiarum  scripiores  (A.  Cartault). 

Rkvik  pbs  I)klx  mo.nmks.  i5  Marzo  i\^f$ 
Charles  de  Moiv,  Souvcnirs  dun  diplómate. 
La  üclégaiion  des  .Atfairei  cir,iní<cres  á  Tours 
el  á  Bordeaux  (iHTtviftxi).  —  Goorfícs  Gir^Av, 
L'Alicmagnc  en  Auiriche.  l'n  épisode  d  llis- 
loire  religieusc  ( 1 898- ioi>2).— Joan  Lemoine  y 
AndréLicnTKNBKRGKK,LouiiedtíK<írouaIIe,  Du- 
chcsse  de  Porismouth.  l'nc  alliéc  de  Louis  XIV, 

La  Rkvue  i>  EiROi'K.  ujkí^.  Marzo.  J.  Kom, 
Michel  VíVósmariy.— K.  Cochki.in,  La  qucs- 
lion  Macédonienne.— Prince  Mirza-Ri/a-Kiia.n, 
Notes  ct  souvenirs.— (j.  ('.api  s.  Lcvoluiion  rc- 
ligieuse  en  Bosnic-llerzéí^ovine  (suite).—Em- 
manuel  des  Esrarts,  Le  Cenieoairc  dEdgar 
Quinel.— Amiral  Rkveim.kre,  Le  iélichisme  á 
Grand-Bassam.  —  Comie  Fi.eihy,  Nouvcaux 
détailssur  lassa.ssinat  du  duc  de  Berry.— Rene 
DEI.APORTK,  La  qucsiion  coloniaje  espagnolc.— 
Okiiutnik,  Revuc  biblioKraphiquc. 

Revi-k  dh  Gascoone.  1903.  Febrero.  .\.  Dk- 
GERT,  ¡/impresión  des  Liturgies  gasconnes.— 
TiKHNY  et  GouAix,  Journil  de  Seniex.— A.  Dk- 
<;kht.  Les  premieres  journées  de  la  Révolu- 
lion.— J.  B,  Gabarra,  l.'ne  proclamaiion  de 
W'cWin^ton.—Biblio^raphie. 

Rkvue  de  Géografhie.  i(.»(>3.  Knero.  .Vndrc 
Bhisse.  Les  inlérOis  allcmandsen  .\mérique.— 
Francis  Mi'RV,  Bangkok.  — Alberi  IIans,  Le 
nouveau  pori  ue  Vera-Cruz.— Febrero.  Z.... 
A  propos  des  évcnements  du  Maroc  — .\ndrc 
Brisse,  Les  intérOis  allcmands  en  .Vmériquc 
^SMÍ/e>.— Paul  Barbé.  L'Ar.ibic.-.M  ar z  o.  A. 
B.,  L.Mlemagne  en  Maroc.  —  .\ndrc  Brisse. 
Les  inlércis  allcmands  en  .Vmérique  (,/in).- 
Paul  Barré,  L  Arabio.^  .\bril.  H.  I).,  Les  co- 
les du  Marí»c  au  point  de  vue  «le  la  marine  de 
guerre.— Léon  Dks<:iiamp.s.  .\rchipcls  d  ,\mér¡- 


que  et  d  Asic;  cssai  de  (iéographie  comparati- 
ve.— Augusiin  Bkrnard.  L.\ trique  du  Nord, 

Revi'k  d  Histoire  kt  o  Arciíéoi.o(íie  dv 
Ror»sii.i.oN.  1902. Septiembre,  Ph.  Torreii.i.es, 
L'Administration  Jansénistc  du  diucesed'Alet 
(i«»40-n>77).— X.  de  Descai.i.ar,  A  propos  de  la 
Main  Armée  de  1613,— F.  Buei,  l'ne  question 
de  Presea ncc  (ifxjí)), — J.  Frkixe,  Ilistorique  de 
la  question  de  la  voic  Domiiienne  de  Narbon- 
ne  á  Gerona. 

Revie  nts  yiESTioNN  liisioRK^iES.  Abril. 
i(j03.  Paul  Ai.i.ARn.  L'incendiede  Reme  ct  les 
preiniers  chrétiens.— M,  h.  Va(:a.m>ari).  Saint 
Vicirice,  évéque  de  Rouen  (iv^-'-v*-'  siécles).— 
A.  de  Boisi.isi.K,  Le  grand  hiver  et  la  diselte 
de  1701).— A,  de  Ganxifrs,  Napoleón  chef  dar- 
mce.— E.  G.  Lki»os,  La  France  et  le  (irand 
srhisme  d'Occidenl. — MariusSEPET,  L  abjura- 
tion  de  Jean  d'Arc  au  cimetíére  Saint-Ouen.^ 
Bulletin  bibliographique. 

Revi.e  TiiOMisiE.  1903.  Marzo-Abril.  P.  Gar- 
DEiL,  La  reforme  de  la  Théologie  catholiquc- 
Idee  dunc  mcihode  rcgressive.— P.  I>om  G.  Lk- 
GEAY,  L'angcct  les  Théophanies  dans  lÉcri- 
ture  Saintc,  daprcs  la  doctrine  des  Peres  q'' 
article).—V.  L.  van  Becei.akre,  La  Phíloso- 
phie  en  Aincrique  dcpuis  les  origines  jusqu'a 
DOS  jours(5ttt7e). 

RoMA.N'iA.  1903.  Lnero.  F.  Lot,  La  Chanson 
de  Landri.— P.  Meyer,  Les  manuscriis  fran- 
jáis de  (Cambridge  ('rriuity  Collegc).— J.  Po- 
povici.  Les  noms  des  Roum.-Hns  de  1  Istrie. 
J.  CoR.Nf,  D¡sctte-=/)ece;?fa.— -J.  'Corni:,  Taní 
mieux,  tant  pis,  tanl  plus,  tan  inoins.— J.  Coh- 
XI-,  Poche,  «cuiller  a  pol». — P.  Axdraiu,  La  vic 
ct  1  ocuvre  du  troubadour  Raimon  de  Mirav.-il 
(.•\.  Jeanroy). 

Si  rni  K  Dor.r.MKNri  di  Storia  e  Dirittü.  1902. 
Julio-Diciembre.  Pieiro  Tacchi-Venti*ri,  Dia- 
rio concistoriale  di  Guilio  Antonio  Santori, 
cardioaie  di  S.  Sevcrina  (¡570-1571). 

M.  Serrano  v  Sanz. 


SFXCION  OFICIAL  Y  DE  NOTICIAS 


Por  haber  sido  disueltas  las  Cortes  se  han 
declarado  terminadas  las  excedencias  conce- 
didas en  concepto  de  diputados  á  Cortes  á 
I).  José  J.  Herrero,  que  vuelve  á  presiar  sus 
servicios  en  el  Archivo  central  y  Biblioteca 
del  ministerio  de  Hacienda,  y  á  D.  Benedicto 
Anlequera.  que  ha  sido  destinado  al  Archivo 
general  del  ministerio  de  la  Gobernación. 


Museo  ruinoso.— Hallándose  en   estado  de 
rui  la  el  lecho  del  llamado  Salón  Nuevo  del 


Musco  .\rqucológico  de  Toledo,  así  como  tam- 
bién algunas  de  sus  paredes,  se  ha  dispuesto 
que  para  evitar  desgracias  quede  cerrado  al 
público  h.-ista  nueva  orden  dicho  edilicio. 

Ha  sido  nombrado,  por  oposición,  catedráti- 
co de  Historia  ('ni versal  en  la  Facultad  de 
Filosofía  y  Letras  de  Barcelona  nuestro  com- 
pañero D,  Martiniano  .Martínez,  que  prest.iba 
sus  servicios  en  la  biblioteca  provincial  de 
Santander. 


MADRID.— Típ.  de  la  Revista  de  AtcIiítos,  Bibliotecas  7  Museos,  O  lid,  S 


J^EVISTA 


lU'. 


ARCHIVOS,  BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


(H  I  b  I  o  M  «i     Y     «.    I  K  Ni.  :  \'s    A  •.   M  I   I  A  P  F  S  ) 


ÓRGANO   OFJCIAL    l»hL    ::ríHK)    FAClT^inu    l'tL.    RAMU 


(SK    HLHU.A    I  \A    \FZ    A.l-    MIS) 


TERC  i:ra  i:p(,)Ca 

ANO  Vil 


Número  5. 


Mayo  1903. 


MADKín 

Til».   l)k   I.A   NtMSI..   1>K  AMh'\     S,    IMI  .u  f  t  c  AS  ^    Ml*SM>S 

Callr  df  Cüid,  núin.  ». 
i()C)3 


SUMARIO 

I  —Los  Puentes  de  la  anítgua  Toled'^:  I.  KI  Puente  de  Alcántara,  por  D.  Rodrigo  Ama- 
dor DE  LOS  Ríos 327 

II.— 5o6re  el  origen  y  desarrollo  de  la  leyenda  de  los  Amantes  de  Teruel,  por  D.  Emi- 
lio Cotarf.Io'.  de  k  Real  Academia  Kspañola :    547 

'\U.—  Vida  y  eschtox  de  D.  Joxc  Antonio  Conde,  por  D.  Pedro  Ro«:a,  de  la  Biblioteca 

Nacional 378 

I\  .—Campaña  del  Marqués  del  Carpió,  D.  Gaspar  de  ¡laro  y  Guarnan,  Virrey  de  Ña- 
póles, contra  los  bandidos  del  Abru^^o  en  i6ft4,  por  D.  Julián  Paz,  Jefe  del  Ar- 
chivo de  Simancas.' 3^5 

y. —Sellíf  del  Cvnde  de  l'rgel,  Armengol  VIII,  por  J.  M.? 407 

VI.— Documentos:  Literatura  aljamiada.  Materiales  para  su  estudio.  I.  Ms.  Bibl.  'Sacio- 
nal,  Gg  io5,  Núm.  5.337.  Ksia  es  la  batalla  de  Badri  y  Honaini,  por  el  Dr.  Meseu.— 
II.  Actas  de  la  licenciatura  en  la  facultad  de  Leyes  de  D.  Franci«icu  Ramos  del 
Manzano,  primer  conde  de  Vrancos;  por  la  copia,  Ktoy  Rri.i.ÓN ^oS* 

VIL— Notas  bibi.iooráficas:  D.  Cesáreo  F^rnánde^  Duro,  El  último  Almirante  de  í^a»- 
tilia,  D.  Juan  Tomás  Knriquez  de  <'abrcra.  Duque  de  Medina  de  Rioseco,  Conde 
de  Módica,  etc.  (A.  P.  y  M.).— Paul  /.acombe.  Ribliographie  des  travaux  de  M.  Léo- 
pold  Delisle,  \dministrateur  general  de  la  Bibliothéque  oaiionale  (A.  P.  y  M.).— 
J.  G.  Fra^er,  Le  Rameau  d  or,  elude  sur  la  magie  et  la  religión  (G.  Desdkvises 

DI'  Dezkrt,  Professeur  d'histoire  .i  1  I'niversitc  de  í'lermont-Kerrand) 422 

VlIL— Variedades:  Bélgica,  Kspaña> (Barcelona,  Burgos,  .Madrid,  Oviedo  y  Zaragoza),  Es- 
tados l'nidos,  Inglaterra,  Italia  y  Portugal 426 

IX.— Bibliografía:  Libros  españoles,  por  D.  .\  i  varo  Gil  Albacete  y  D.  Manuel  Serrano 
T  SANZ,de  la  Biblioteca  Nacional.— /;,tfr'ro5  extranjeros,  por  D.  M.  Serrano  t  Sauz.— 
Revistas  españolas,  por  1).  M.  Serrano  y  Savz.— Revistas  extranjeras,  por  don 

M.  Serrano  t  Sanz 41» 

X.—Skcciók  OFICIAL  r  DE  NO  riciA» 4|6 

Lámi>as  sueltas:  XL  Sello  del  Conde  de  Crgel,  Armengol  VIH. 

LÁMINAS  intercaladas:  Lugar  de  Poggio  L'mbrichio.  --Cason  de  Juan  Beraardino  Cola  Raniero. 

Lugar  de  San  Jorge.— Plano  sin  epígrate.  con  solo  la  leyenda  de:  Rio  Humano  —Planta 

T  porspcciira  de  la  roca  de  Roseto. 

Pliego  iQ  de  la  Bibliografía  hispano'latina  clásica,  por  D.  .Marcelino  Mknénokz  r  Relato. 

Jefe  superior  del    Cuerpo  facultativo  de    Archiveros,    Bibliotecarios  y    Arqueólogos, 

Director  de  la  Biblioteca  Nacional. 
Pliego  37  del  Catálogo  de  retratos  de  personajes  españoles  que  se  conservan  en  '  la  Sección  de 

Estampan  y  de  Relias  Artes  de  la  Hiblioteca  Sacional,  por   l>.  Ángel   M.*  de  Baruia 

T  Pato>,  Jete  de  dicha  Sección. 
Pliego  3  del  Catálng-^  de  ¡a  librería  del  Cabildo  Toledano,  por  D.  José  Octavio  dk  1'olkbo. 


REVISTA 

DE 

ARCHIVOS,  BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 

(HISTORIA    Y    CIENCIAS    AUXILIARES) 


Año  VII. — Mayo  de  igo3. — Núm.  5. 


m  PUENTES  DE  U  ANTIdM  mEDO " 


A  Levante  y  Ocaso  de  la  Ciudad  tendidos  respectivamente,  notables 
son  del  propio  modo,  como  construcción  arquitectónica,  los  dos  hermo- 
sos y  robustos  Puentes  de  Alcántara  y  de  San  Martín,  con  que  Toledo 
cuenta. 

Dando  entrada  á  la  población  por  la  parte  más  principal  y  noble  de 
la  misma  en  todos  tiempos,  el  de  Alcántara  parece  brindar  interés  mayor 
y  más  crecido,  en  el  doble  concepto  histórico  y  arqueológico,  y  á  él,  con 
efecto,  se  refieren  las  noticias  de  antigüedad  superior,  á  nosotros  llegadas. 
De  no  tan  dilatado  abolengo,  bien  que  sin  carecer  de  títulos  y  mereci- 
mientos enteramente,  el  Puente  de  San  Martin  tuvo  siempre  inferior  ca- 
tegoría, no  en  cuanto  á  su  valor  y  á  la  importancia  de  su  fábrica  admira- 
ble, sino  á  causa  de  facilitar  acceso  á  la  Ciudad  por  las  inmediaciones  de 
la  antigua  Judería,  dignificadas  primero  con  el  Convento  de  San  Pedro, 
no  mencionado  por  nadie,  el  de  San  Agustín,  ya  como  aquél  desaparecido, 
y  más  tarde  con  la  egregia  fundación  de  San  Juan  de  los  Reyes,  honra  á  la 
par  y  orgullo  de  Toledo. 


I  Forma  el  presente  trabajo  uno  de  los  capítulos  de  la  obra  Tolbdo,  que  tiene  el  autor  dis- 
puesta para  la  imprenta,  y  que  ha  de  empezar  i  publicar  en  brere  con  profusión  de  fototipias  la 
casa  del  Sr.  Gómez  Menor  en  Toledo.  -       -      • 

3.*  ÍPOCA.— TOMO  Tin.  ^^ 


328  REVISTA  DE  AI^CHIVOS 


EL  PUENTE  DE  ALCÁNTARA 

La  afirmación  de  que  por  su  parte  oriental  tuvo  siempre  enlace  y  co- 
municación directos  la  antigua  metrópoli  carpetana  con  la  opuesta  mar- 
gen del  río,  constante  es  entre  los  escritores  de  todos  tiempos,  como  cosa 
natural  y  corriente,  y  por  nadie  puesta  en  duda.  A  falta  de  testimonios  que 
lo  acreditasen,  bastaría  con  verdad  el  conocimiento  de  la  posición  en  que 
la  Toletum  primitiva  se  ofrece,  encaramada  sobre  aquella  rocosa  eminen- 
cia, para  comprender  lo  imprescindible  de  dicha  comunicación  por  seme- 
jante lado,  por  el  cual  va  el  río  encajonado  y  con  menor  anchura,  brin- 
dando así  mayores  facilidades  para  conseguirlo. 

No  es  conocido  rastro  alguno  de  la  expresada  comunicación,  relativa  á 
edades  anteriores  á  la  romana;  y  la  generalidad  no  vacila  en  creer  que  el 
puente  erigido  en  momento  ciertamente  indeterminable  por  los  conquis- 
tadores latinos,  y  en  el  período  visigodo  subsistente,  hubo  de  hallarse  ten- 
dido sobre  las  aguas,  á  la  salida  de  la  supuesta  Puerta  de  los  Doce  Cantos 
ó  de  los  Doce  Cauces,  sirviendo  á  la  vez  de  Viaducto  y  de  Acueducto,  y. 
que  residuos  elocuentes  son  dé  aquella  soberbia  fábrica,  tan  encarecida, 
los  dos  bien  ostensibles  y  característicos  arranques  de  tortísima  argamasa, 
á  la  de  los  frogones  del  Circo  Máximo  comparable,  que  hace  siglos  avan- 
zan frente  á  trente  en  una  y  otra  orilla  sobre  el  acantilado,  y  cuya  silueta 
se  dibuja  en  medio  de  las  informes  rocas  eruptivas  hacinadas  por  un  lado, 
y  de  la  capa  de  escombros  acumulados,  que  forman  por  el  otro  la  ver- 
tiente. 

Asegúrase  no  hubo  por  este  lado  otra  comunicación  durante  los  días  de 
los  sucesores  de  Ataúlfo,  y  que,  combatida  por  los  invasores  mahometanos 
al  tiempo  de  la  conquista,  fué  destruida  entonces,  obligando  la  necesidad  á 
que  los  muslimes  reconstruyesen  el  puente-acueducto  c<bajo  nueva  forma,» 
dándole  «por  terminado  en  el  año  ySS»  de  nuestra  Era  (122  de  la  Hégíra)  '. 
Refiérese  con  el  testimonio  de  Abeil-Adharí  de  Marruecos  y  de  otros  escri- 
tores arábigos,  de  quienes  copia  el  arzobispo  don  Rodrigo,  que  este  mismo 
puente  fué  el  arruinado  por  orden  del  Califa  Mohámmad  I,  á  industria  de 
los  aalárifes  de  los  edificios  (maestros  de  obraá)  y  geómetras»,  dcrrumbán- 

l    Martín  Camero,  Historia  de  Toledo,  pigs.  C27,  sin  alegar  ^raeba  alguna. 


BIBLIOTECAS   Y   MUSEOS  32g 

dose  «con  multitud  de  toledanos  en  el  momento  que  éstos,  provocados  por 
los  de  fuera,  acudían  á  librar  sobre  el  mismo  una  sangrienta  batalla»,  el 
año  244  de  la  Hégira  (858  de  J.  C.)  »,  por  lo  cual,  y  no  de  otro  modo  que, 
si  constase  en  datos  irrecusables,  se  dice  que  oun  año  después,  sobre  los  es- 
tribos ó  arranques  del  antiguo  puente»  se  alzó  «otro  provisional»,  al  mis- 
mo tiempo  que  se  echaban  los  cimientos  y  se  labraba  más  arriba,  «con  el 
nombre  de  Bab^l-cantarah^,  «el  que  restaurado  diferentes  veces  ha  llega- 
do hasta  nosotros  con  el  titulo  de  Alcántara  2». 

Ponderan  con  efecto  los  escritores  arábigos  este  puente;  y  el  más  anti- 
guo de  entre  ellos,  Isa-ben-Ahmed-ben  Mohámmad-ben-Musa  Ar-Rázi, 
conocido  vulgarmente  por  el  Moro  Rásis,  que  alcanzó  los  tiempos  de  Hi- 
xém  lí  3,  hablando  de  él,  expresa:  «et  en  Tajo  ovo  4  [Toledo]  una  puente 
rrica  et  marauillosa;  et  atanto  fué  sotilmente  labrada,  que  nunca  omen 
pudo  asmar  con  verdat  que  otra  tan  buena  avía  fecha  en  toda  Espanya  5». 
A  mediados  del  siglo  xii,  Al-Edrisí,  escribía:  «Tiene  [Toledo]  sobre  el  Tajo 
un  puente,  de  admirable  fábrica,  y  de  un  solo  arco;  y  el  agua  corre  por  de- 
bajo de  él  con  la  violencia  de  un  torrente».  «En  uno  de  sus  extremos  hay 
una  anorta  ^  que  hace  subir  las  aguas  á  noventa  codos  de  altura;  llegadas 
á  la  parte  superior  del  puente,  corren  por  cima  de  él,  y  entran  en  la  ciu- 
dad 7».  Otro  autor,  de  quien  copia  el  compilador  Al-Maccari,  dice  que  so- 
bre el  Tajo,  Toledo  «tiene  un  puente,  para  cuya  descripción  no  hay  pala- 
bras que  basten;  es  de  un  sólo  arco,  coi>  un  estribo  á  cada  lado,  siendo  su 

1  Bayán,  t.  II,  págs.  98  y  99  del  texto  árabe;  193  de  la  traducción  española  de  Fernández  y 
<}onzález  (D.  Francisco).  £1  Arzobispo  don  Rodrigo,  Historia  Arabum,  cap.  XXVII.  Quadradoy 
La  Fuente,  conformándose  con  la  tradición,  afirman  que  «aquel  puente  sólo  duró  poco  más  de 
un  si^Io,  pereciendo  en  858  durante  el  largo  asedio  que  sostuvo  el  rebelde  Muza  contra  el  poder 
del  Califa  Muhamad,  quien  luego  de  sometida  Toledo,  lo  hizo  reediñcar  de  labor  maravillosa 
sobre  las  ruinas  del  otro,  ó  en  el  puesto  del  actual»  (España,  sus  monumentos  y  artes,  etc.,  t.  III 
•de  Castilla  ta  Nueva,  págs.  91  á93). 

2  Martín  Camero,  Op.  et  loco  cits.  Parro,  alegando  que  sigue  la  Crón,  del  Moro  Rásis,  fíja  el 
año  856.  Ar-Rázi,  sin  embargo,  con  la  noticia  errónea  de  que  la  presente  fué  «fecha  quando 
reinaua  Mafomat  Elimen»  (el  Imam  Mohámmad),  pues  suponen  fué  entonces  destruida  precisa- 
mente, agrega:  «et  esto  fué  quando  andana  la  era  de  ios  moros  en  doscientos  et  quarenta  años», 
fech:i  que  coincide  con  los  años  854  a  855  de  J.  C.  (Mem.  sobre  la  autenticidad  de  la  Crón,  del 
Moro  Rásis,  págs,  49,  t.  VIII  de  las  Mem,  de  la  R,  Acad.  de  la  Hist,) 

3  Gayangos,  Mem,  cit,  sobre  la  autent.  de  la  Crón.  del  Moro  Rásis,  Este  Isa,  es  el  tercero  de 
los  historiadores  que  llevan  el  sobrenombre  de  Ar^Rá^^i. 

4  Otro  códice  dice  ay.  De  él  hubo  de  servirse  Ambrosio  de  Morales  (V.  fol.  90  vuelto  de  las 
Atigüedades,  t.  II  de  la  Crónica  General), 

5  Mem,  cit.,  pág.  48. 

6  Como  es  sabido  y  hace  observar  Simonet,  al  utilizar  el  texto,  «la  palaba  árabe  annahora 
ó  [an-naóraj,  de  donde  viene  la  muestra  noria  ó  anoria,  significa  también  un  artificio  «ó  má- 
•quina  hidráulica,  para  subir  las  aguas.» 

7  Descript.  de  l'Afr.  et  de  I' Espagne,  tuición  de  Dozy  y  de  Goeje,  pág.  187  del  texto  ára« 
be  238  de  la  traducción  francesa. 


33o  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

longitud  de  3oo  brazas,  y  su  latitud  de  8o».  «Fué  destruido,  añade  sin  duda 
por  su  cuenta  Al-Maccari,  en  los  días  del  Amir  Mohámmad,  cuando  se 
rebeló  contra  él  la  población,  obligándole  á  algazuar  contra  ella,  y  á  pri- 
varla de  todo  socorro  y  comunicaciones  "». 

Entre  los  monumentos  más  antiguos  de  España,  cita  Ibn-Saíd  este  puen- 
te, al  lado  del  de  Alcántara  en  Extremadura,  y  el  de  Mérida,  y  del  Anfi- 
teatro de  Murviedro  ^;  y  por  lo  general,  no  hay  quien  al  hablar  de  Tole- 
do, no  se  crea  en  el  deber  de  elogiar  aquella  fábrica  que,  por  su  construc- 
ción y  solidez,  despertaba  la  admiración  de  las  gentes.  De  estos  elogios, 
ponderaciones  y  alabanzas,  no  se  deduce,  sin  embargo,  nada  de  cuanto 
consignan  los  escritores  locales,  de  quienes  hemos  hecho  memoria,  en  or- 
den á  fechas  y  reconstrucciones,  obteniéndose  en  cambio  la  certidumbre 
de  que  el  puente  que  por  su  parte  oriental  tiene  la  antigua  corte  de  Wam- 
ba,  era  obra  Tortísima,  de  labor  prodigiosa,  y  de  antigüedad  comparable  á 
la  de  los  famosos  monumentos  romanos  de  Alcántara,  en  Extremadura, 
de  Mérida  y  de  Murviedro. 

El  examen  detenido  y  atento  de  los  dos  arranques  ó  estribos  del  que  se 
supone  puente^acueducto  romano,  á  la  altura  de  la  Puerta  de  los  Doce 
Cauces  ó  Cantos  aproximadamente,  revela  por  sus  particulares  condicio- 
nes, y  por  sus  dimensiones  mismas,  en  cuanto  á  la  latitud  se  refiere,  por 
más  que  digan  los  escritores,  que  sólo  hubo  de  servir  de  acueducto^  quizás 
con  dos  órdenes  de  arcos,  cual  los  de  Segovia  y  Tarragona,  y  que  por  él, 
aun  dada  la  mayor  amplitud  con  que  debió  resultar  del  revestimiento  de 
sillares,  de  que  aparecen  despojados  ambos  estribos,  no  pudieron  discurrir 
las  gentes  ni  los  carros  3.  Hay  pues  que  descartar  en  la  historia  del  Puen- 
te de  Alcántara,  todo  cuanto  se  ha  venido  hasta  aquí  afirmando  con  reía* 
ción  al  acueducto,  y  cuanto  á  las  ruinas  mencionadas  se  refiere,  repután- 
dolas testimonios  irrecusables  de  la  existencia  de  un  puente,  que  no  hubo- 

I  Analectas,  tomo  I,  pág.  loi.  Yakut  en  su  Dic.  geográf.  repite  respecto  del  puente  las  pa- 
labras de  este  autor,  manifestando  que  toda  descripción  seria  débil  (t.  III,  pág.545). 

3  j^y^  w^*J^^  if^;L«  íjiaüLÍj  s^ÓjummjI  ^J=^^  JíiLJLb  ?^Lj3  yój  (AI-Mac- 
cari,  Analect,  t.  I,  pág.  120}. 

3  De  esta  misma  opinión  es,  como  nos  complacemos  en  consignar,  el  distinguido  escritor 
militar,  D.  Manuel  Castaños  y  Montijano,  quien,  después  de  otras  muy  atendibles  razones,  esr 
presa:  ...«debo  tan  sólo  hacer  presente,  para  probar  que  aquello  ao  fué  hecho  para  puente,  la 
circunstancia  de  que  resulta  muy  estrecho  para  que  pudieran  pasar  por  encima  de  él  aquellos 
grandes  y  pesados  carros  de  guerra  que  necesariamente  tendrían  que  acompañar  i  las  legiones 
romanas,  puesto  que  de  una  comunicación  militar  se  trata»  (Un  puente  y  un  castillo  romanqs^ 
«rticulo  publicado  en  el  nú.n.  9  y  10  del  Boletín  de  la  Sociedad  Arqueológica  de  Toledo^  corres^ 
pondiente  i  Mayo  y  Julio  de  1901). 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  33 1 

jamás  por  tal  paraje.  Para  convencerse  por  lo  menos  de  la  justicia  de 
nuestra  observación,  por  la  cual  resultan  redondamente  contradichas  las 
afirmaciones  gratuitas  de  todos  los  autorer. ',  basta  comparar  como  arriba 
indicamos,  la  latitud  que  arrojan  estos  estribos  con  la  del  puente  romano 
de  Mérida,  por  ejemplo,  y  la  de  los  que  aun  de  aquellos  tiempos  subsisten 
en  Italia,  adquiriéndose  así  el  convencimiento  de  que  con  la  medida  del 
supuesto  en  Toledo,  se  hacía  imposible  el  tránsito  de  carros,  caballerías 
y  personas,  conforme  nota  oportunamente  el  escritor  antes  aludido  2. 

ímpónese  por  tanto  la  necesidad  de  buscar  emplazamiento  distinto 
para  aquel  puente  romano,  que  perdura  en  la  edad  visigoda,  que  llega  sin 
detrimento  á  la  época  muslime,  que  se  supone  cortado  el  año  244  de  la  H. 
por  el  Califa  Mohámmad  I,  y  reconstruido  después  por  el  mismo  príncipe, 
y  que  al  finar  de  la  X.*  centuria  enaltecía  de  tal  suerte  Isa-ben-Ahmed 
Ar-Rázi,  como  para  decir  de  él  «que  nunca  omen  pudo  asmar  con  verdat 
que  otra  tan  buena  [puente]  avia  fecha  en  Espanya».  El  reconocimiento 
que  en  su  estado  actual  consiente  el  de  Alcántara,  produce  la  convicción 
de  que  en'la  fábrica  se  señalan  épocas  y  procedimientos  diferentes  de  cons- 
trucción, los  cuales  aparecen  harto  visibles  en  el  monumento.  La  zoaa  in- 
ferior de  los  estribos  en  que  apoya  y  voltea  el  grande  arco  central,  carácter 
muestra  con  invencible  vehemencia  de  ser  obra  de  constructores  roma- 
nos; y  á  mayor  abundamiento,  la  disposición  general  del  puente  viene  á 
corroborarlo,  por  su  semejanza  notoria  é  incuestionable  con  otros  de  re- 
conocida filiación  latina,  y  especialmente  con  el  tendido  sobre  el  río  Fiora 
cerca  de  Vólci  en  Italia,  el  cual,  siendo  romano,  consta  de  un  sólo  y  gran- 
dioso arco  central,  que  da  paso  al  río,  otro  menor,  en  una  de  las  orillas, 
y  otro  más  pequeño  aún,  en  el  extremo  opuesto,  circunstancias  todas  que, 
con  otras  locales,  y  la  de  la  identidad  en  la  configuración  de  los  estribos 
y  de  los  machones,  se  dan  en  este  puente  de  Toledo. 

Tuvo  pues  esta  ciudad,  en  la  época  de  la  dominación  cesárea,  dos  di- 
ferentes fábricas  de  condición  distinta,  y  ambas  en  la  parte  oriental:  el 

1  El  ingeniero  militar'  Maríátegui,  con  Martín  G.imero  y  los  demás  escritores,  creyó  fué  puentf" 
acueducto.  Véase  sus  estudios  de  Arquitectura  militñr,  pags.  170  y  171  del  t.  II  de  El  Arte  en  ES" 
paña. 

2  Castaños,  articulo  citado.— Quadrado  y  La  Fuente  escriben  sin  embargo,  arrastrados  por  la 
fuerza  del  error:  «Poco  más  abajo  [del  actual],  y  enfrente  del  alcázar,  han  subsistido  por  largo 
tiempo  los  estribos  del  [puente]  que  construyeron  en  738  los  defensores  del  Islim  apenas  ense- 

'  ñoreados  de  la  Península,  bnjo  el  califato  de  Kixem,  en  reemplazo  de  otro  que  debió  existir  en 
la  época  de  los  godos,  y  que  acaso  se  hundió  con  ellos»  (España  sus  monumentos  y  artes,  su 
naturaleza  é  historia,  t.  III  de  Castilla  la  Nueva,  pág.  91). 


332  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

acueducto,  del  que  perduran  las  ruinas,  y  el  puente,  respetado  por  las  hor- 
das de  los  bárbaros,  subsistente  en  los  días  de  los  visigodos,  y  que  se  ha  su- 
puesto cortado,  no  destruido,  por  el  Califa  Mohámmad  I,  en  el  siglo  ix  de 
nuestra  Era.  Largos  años  después  de  la  descripción  harto  somera  de  Ar- 
Rázi,  El-Edrisí  describe  por  su  parte  con  mayor  detenimiento  el  puente; 
y  consignando  la  misma  particularidad  de  no  constar  sino  de  un  sólo  arco, 
añadía  la  de  que  servía  también  de  acueducto,  pues  las  aguas,  elevadas 
por  medio  de  una  máquina  ó  an-naóra,  corrían  por  el  lomo  del  puente,  y 
así  entraban  en  la  ciudad,  con  lo  que,  dada  la  vaguedad  de  las  palabras, 
por  la  cual  el  docto  Dozy  le  atribuye  únicamente  título  y  carácter  de  acue- 
ducto \  ha  sido  aquel  autor  causa  involuntaria  de  que  se  haya  creído  que 
el  derruido  canal  romano  desempeñó  al  propio  tiempo  el  oficio  de  puente, 
originando  así  lastimosa  confusión  entre  los  escritores. 

A  creer  lo  que  expresa  el  largo  epígrafe  de  alemanas  en  relieve,  que 
figura  en  la  parte  posterior  de  la  única  torre  defensiva  que  este  monumen- 
to conserva,  y  cuya  declaración  no  está,  ni  mucho  menos,  comprobada, — 
la  fábrica  del  puente-acueducto  descrito  por  el  Edrisí,  fué  obra  de  los  días 
de  Mohámmad  Abi-Amér  Al-Mamior,  erigida  el  año  387  de  laH.(997J.C.), 
es  decir,  en  los  momentos  en  que  aquel  insigne  caudillo,  gloria  de  los  mu- 
sulmanes españoles,  penetraba  al  fin  victorioso  en  la  ciudad  de  León,  des- 
pués de  un  año  de  persistente  asedio,  con  lo  cual,  y  teniendo  en  cuenta 
que  Ar-Rázi  alcanzó  los  tiempos  del  desventurado  Hixém  II,  conforme  ya 
manifestamos,  cabe  la  racional  sospecha  de  que  á  esta  misma  construcción 
hiciera  aquel  escritor  arábigo  referencia,  por  más  que  en  la  circunstancia 
del  artificio  hidráulico  y  del  canal  para  la  conducción  de  las  aguas,  no 
haya  conformidad  entre  los  dos  mencionados  autores. 

No  es  conocido  el  origen  de  la  noticia  consignada  en  el  epígrafe  á  que 
aludimos,  y  no  juzgamos  por  tanto  lícito  admitirla  sin  reservas;  pero  su- 
poniendo para  ella  fuente  legítima,  de  que  no  hacen  mérito  las  historias, 
y  dadas  las  omisiones  que  son  de. advertir  en  la  descripción  de  Ar-Rázi» 
comparada  con  la  del  Edrisí,  podría  quizás  deducirse  que  fué  durante  la 
época  de  su  independencia,  bajo  el  gobierno  de  los  régulos  de  Taifa, 
cuando  Toledo,  engrandecida  ya  y  magnificada  por  ellos,  veía  establecer 
en  la  margen  izquierda  del  río  la  an-naóra  ó  máquina  hidráulica  referida, 
que,  elevando  las  aguas  del  caudaloso  Tajo,  las  introducía  en  la  ciudad 

1    Descript.de  t'Afríque  et  de  l*Espagne,  cit.,  pág.  22S  de  la  traducción  francesa. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  333 

p3r  medio  del  puente  mismo,  convertido  de  tal  suerte  en  acueducto.  Sea, 
sin  embargo,  como  quiera,  y  habiendo  experimentado  tantas  y  tan  repeti- 
das reconstrucciones  aquella  fábrica  desde  que  fué  notoriamente  erigida 
por  los  romanos  \  es  lo  cierto  que  no  resulta  en  la  actualidad  posible, 
aunque  se  intente,  el  distinguir  y  señalar  en  aquel  singular  amasijo  de 
obras,  perfectamente  ostensible  en  el  monumento,  la  mano  dz  losalariíes 
musulmanes,  mucho  menos  después  de  las  importantes  reparaciones  ejecu- 
tadas en  la  época  de  la  Reconquista  cristiana. 

Así  pues,  desechadas  por  apócrifas  é  infundadas  todas  las  afirmaciones 
relativas  d  la  existencia  por  lo  menos  de  dos  puentes  en  esta  parte  oriental 
de  la  que  fué  corte  de  los  visi^^odos,  y  sea  ó  no  cierto  cuanto  declara  la  ins- 
cripción á  que  hemos  hecho  referencia  arriba,  en  orden  á  haber  sido  éste 
de  Alcántara  labrado,  ó  mas  propiamente,  reconstruido  ó  restaurado  en 
los  días  del  famoso  háchib  de  Mixém  II,  fuerza  es  reconocer,  de  acuerdo 
con  cuanto  enseña  el  mismo  puente,  que  los  musulmanes,  sin  alterar  si:s- 
tancialmcnle  la  planta  primitiva,  se  limitaron  á  repararle,  con  obras  c!e 
mayor  ó  menor  importancia,  según  los  casos,  en  las  que  utilizaron  toda 
clase  de  material  de  piedra,  ya  procedente  de  fábricas  romanas  destruidas, 
ya  de  construcciones  visigodas,  ejemplo  que  imitaron  y  siguieron  los  cris- 
tianos después,  como  veremos,  borrando  toda  huella  de  los  tiempos  ante- 
riores, y  haciendo  desaparecer,  en  ocasión  no  conocida,  el  artificio  para 
la  elevación  de  las  aguas,  y  el  canal  que  á  la  población  las  conducía. 

Hasta  principio  del  siglo  xiii  no  hay  noticia  alguna  del  que  los  Afínales 
Toledanos  primeros  llaman  expresivamente  apuent  de  la  piedra»,  aunque 
sí  de  Varias  y  terribles  avenidas  con  que  el  Tajo  hubo  una  y  otra  vez  de 
combatir  aquella  fábrica  -:  dos  son  las  fechas  memorables  que  para  ella  de- 

1  No  es  csiíi  la  opinión  del  Sr.  C-astaños,  expuesta  en  el  ariículo  mencionado  arriba.  Para  tan 
distinííuido  eícrilor.  el  puente  cí  de  orijjen  árabe,  y  por  esta  parte  oriental  no  existió  á  .;u  juicio 
puente  alguno  en  la  época  romana,  pue^  la  Via  Lata  ó  Camino  de  la  Plata  iba  *vá  buscar  prcci- 
?amcr\ic  \a  p:iriQ  b:ij:i  lionde  se  hallaba  [cnionc'^^i]  situada  la  población^  y  «no  la  elevada,  la 
cual  seri'ia  más  bien  para  su  defensa  y  atalaya.^  El  puente  era  el  pontón  por  él  hallado  frente 
á  Salón t,  y  del  cual  trataremos  en  lufíar  oportuno;  por  lo  demás,  dejamos  á  su  autor  la  re-^pon- 
sabilidad  de  su>  afirmaciones  en  lo  toc»nte  á  la  situación  de  la  ciudad  romana  y  ásu  aislamiento 
absoluto  con  las  zonas  de  que  el  río  separa  el  promontorio  que  sirve  á  Toledo  de  asiento.  No 
juzgamos  ocioso  consignar  aquí  que  el  entcidido  arquitecto  y  muy  querido  ami¿;o  nuestro,  en 
mal  hora  fallecido,  I).  .A.rturo  Mélida,  estimaba  como  nosotros  romana  la  fábrica  original  y  la 
traza  del  puente. 

2  «Avenida  del  Tajo,  que  cobrió  el  arco  de  la  puerta  del  Almohada,  é  andaban  los  barcos  en 
el  arravald.  Era  MCLI»(año  113)  Mnn<i/M  To/frf.  II,  pág.  404  del  t.  XXIII  de  la  Ksp.  Sagr.); 
<u\ venida  en  el  río  Tajo,  que  llegó  hasta  S.  Isidro  en  Toledo,  en  XX.  días  de  Dcrembro, 
Era  MCC  VI»,  año  1168  (Ánn.  Toled.  I,  pág.  392  del  tomo  citado  de  la  propia  obra);  «Avenida  del 
Tajo  que  llegó  a  S.  Isidro,  Era  MCCXVI»,  año  1178  (Ann,  II,  pág.  406);  «Avenida  del  rio  Tajo 


334  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

terminadamente  registran  los  citados  Annales  Toledanos,  tan  próximas 
una  á  otra,  que  no  parece  sino  que  era  en  aquella  gloriosa  centuria  llegada 
la  hora  de  la  desaparición  total  de  semejante  maravilla.  Corresponden  am- 
bas á  las  eras  1243  y  1249,  años  i2o5  y  1211,  ya  que  la  de  la  era  1241,  año 
i2o3,  «que  levó  la  puent»  no  puede  ser  referida  á  esta  de  Alcántara,  la  cual, 
en  la  irresistible  crecida  de  i2o5,  fué  tan  rudamente  y  con  tal  insistencia 
acometida  por  las  rabiosas  aguas  desbordadas,  que,  á  sus  embates  reitera- 
dos, fué  en  ella  derribado  «el  pilar  de  la  puent  en  Febrero.» 

No  dicen  los  Annales  qué  «pilar»  fué  el  entonces  arruinado,  arrastran- 
do en  pos  de  sí  el  grande  arco  central;  mas  todo  obliga  á  presumir,  su- 
puesta la  dirección  del  río,  que  debió  de  ser  el  pilar  derecho,  en  que  estri- 
ba también  el  arco  menor  del  lado  de  la  ciudad,  el  cual,  reconstruido 
nuevamente,  si  tuvo  solidez  bastante  para  resistir  en  la  era  1245,  año  1207, 
la  avenida  «que  cubrió  la  puerta  de  Almofada  (ó  del  Vado,  en  el  arrabal 
de  San  Isidoro),  é  poyó  un  estado  sobre  el  arco,  día  Jove,  á  tercer  día  de 
Navidat,»  careció  de  fuerza  suficiente,  quizá  resentido  en  tal  ocasión,  para 
contener  el  empuje  de  las  corrientes  desatadas  en  1211,  en  que  las  aguas 
arruinaron  otra  vez  aún  «el  pilar,  é  cayó  la  puent  en  Febrer.  Era 
de  MCCXLix»  '. 

Quizás  la  torre  defensiva  interior  que  guardaba  la  entrada  de  la  ciudad 
y  la  plaza  da  armas,  experimentó  igual  suerte  entonces;  y  derrumbada  por 
completo,  ó  amenazando  derrumbarse,  hubo  de  ser  edificada  de  nuevo, 
aunque  ya  en  los  breves  días  de  Enrique  I,  y  precisamente  en  el  año  en 
que  accidente  fortuito  arrebataba  la  vida  á  aquél  príncipe,  para  colocar  el 
cetro  de  Castilla  en  las  manos  de  la  insigne  doña  Berenguela,  si  ha  de 
darse  crédito  al  testimonio  de  Garibay,  invocado  á  la  continua,  según  el 
cual  constaba  el  hecho  «por  un  letrero  original,  que  solía  estar  en  ella  (la 
torre)  con  estas  palabras: 

en  Decembro,  é  llegó  hasta  Sanct  Isidro,  Era  MCCXIX»,  año  1181  (Ann.  I,  pág.  393);  «Avenida 
del  Tajo  tan  grande  como  las  otras  avenidas,  en  el  postrimer  día  de  Febrero,  Era  MCCXXX  VIII», 
año  laoo  (/</.  pág.  395);  Avenida  de  la  era  1245,  año  1207,  citada  en  el  texto;  «Fué  terremotus 
en  Toledo  en  dos  días  de  Decembre,  é  otro  día  á  la  noche  fízo  grand  diluvio  toda  la  noche,  é 
cayeron  muchas  casas,  ¿  en  el  muro,  é  en  las  torres  muchos  logares,  é  fizo  relámpagos,  é  tornos. 
Era  MCCLIX»,  año  1221  (Ann.  II,  pág.  406).  Pudieron  contribuir  á  quebrantar  el  puente  romano, 
el  terrible  terremoto  del  año  267  de  la  Hégira  (880  J.  C.)  de  que  se  da  cuenta  en  el  Ruáh-al-Car- 
tds,  por  el  cual  fueron  los  palacios  arruinados  hasta  en  sus  cimientos,  y  cuyas  más  violentas  sa- 
cudidas se  dejaron  sentir  en  España  (Op.  cit.  trad.  de  Beaumier,  pág.  133);  las  lluvias  torrenciales 
que  hicieron  en  378(988  J.  C.)  desbordar  los  ríos  (pág.  139);  el  temblor  de  tierra  que  «conmovió 
ios  montes^  el  año  4i5  (1024  J.  C.)  (pág.  161),  7  otros  varios  acaecimientos  de  igual  índole  ante- 
riores, y  posteriores,  no  registrados. 
I    Esp.  Sagr.  t.  XXIII,  pág.  395. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  335 

HenHk^  filio  del  Re  Alfonso 
mandó  fer  esta  torre  et  porta 
á  honor  de  Dios  por  mano  de 
Matheo  Paradiso  en  era  tsSS*  i 

Siete  años  no  completos  llevaba  Alfonso  X  de  ceñir  con  gloria  inusita- 
da las  coronas  de  León  y  de  Castilla,  cuando  nueva  é  inesperada  catás- 
trofe, acaso  de  mayor  importancia  todavía  que  las  precedentes,  tornaba  á 
herir  el  Puente  de  Alcántara,  destruyéndole,  y  borrando  las  huellas  de  las 
reconstrucciones  anteriores.  Refiere  el  tremendo  suceso  el  largo  epígrafe 
de  apretadas  alemanas  en  relieve,  ya  antes  citado,  que,  ocupando  no  me- 
nos de  tres  consecutivas  tablas  de  piedra,  figura  por  su  parte  posterior  en 
la  gola  de  la  torre  reedificada  por  Enrique  I  en  1217,  según  se  supone,  ha- 
biendo cuidado  de  reproducir  en  iSjS  la  inscripción,  la  diligencia  del  Co- 
rregidor D.  Juan  Gutiérrez  Tello.  Consta  de  veintinueve  líneas,  y  aunque 
publicada  la  leyenda  en  todos  los  libros  que  de  Toledo  tratan,  por  no  ha- 
ber sido  grande  el  escrúpulo  con  que  ha  sido  copiada,  habrá  de  sernos 
permitido  que  la  traslademos  aquí,  diciendo  puntualmente: 

\    EN  i    EL  :   ANNO  j    DE   •    M  j    E  ^    CC   •    E  LVIII  i    ANNOS  •    DE  •   LA  •    ENCARNA 

CION     :     DE     i   >-UESTRO    Í     SENNOR     i    lESp     \    CRISTO     •    FUE     •     EL     !    GRAN 
D     :    DILUUrO     :.DE     i    las     i   aguas     •    E     i   COMESgO     -ANTE     :    DEL     i    MES 

:    DE    :    AGOSTO    :    E    \   duro    •   fasta    i    EL    i    TUEUES    •    XX    •    E    •    TI     •    DÍA 
5  S     :    ANDADOS    :    DE     \    DEZIEMBRE     •    E     j     FUERON     ;     LAS     •     LLENAS     •     UM 

:     LAS     i     AGUAS     ;     MUT     :    GRANDES     i     POR     •     TODAS     •     LAS     •     MAS     •     DB 

:     LAS      :     TIERRAS      )     E      •     FIZTERON      •     MUT      •     GRANDES      \     DANNOS 
EN       :      MUCHOS       :      LOGARES      \      E       •      S  E  ?}  A  L  AD  A  M  I  E  N  TR  B      •       EN 
ESPANNA     :     QUE     •     DERRIBARON    •     LAS     \     MAS     •     DE     •     LAS     •     PUB 
10  NTES     '.    QUE     i    Y     \    ERAN     \      E     •    ENTRE     \    TODAS     •    LAS     •    OTRAS    •    FUE 

DERRIBADA      ':     UNA      \      GRAND      \      PARTIDA      •      DBSTA      •     PUBNTB 

:   DE     i     TOLEDO     i     QUE     \     OVO     •    FECHA     i    ALEF     \    FIIO     i     DE     •     MAHOM 

AT      i     ALAMERI      j     ALCAIDE      •     DE      :     TOLEDO      \     POR      •     MANDADO      •     DB 

ALMANZOR     •      IBO     j      AMIR     •      MAHOMAT     •      FIIO     i      DE     i      ABI     HA 

l5  MIR     :     ALGUAZIL    \     DE     •     AMIR     :'     ALMOMENIN     \     YXEM    i     E     •     FU¿ 

ACABADA     i    EN     •    ERA     •    DE     •    LOS     j    MOROS     •    QUE     j    ANDAYA     I    A     •     ESS     ^ 
E     i     TIEMPO     \     EN     I     CCC     \     B     •      LXXXVII     ;     ANNOS     \     E     i     DE8I     •     FIZO 

i     LA     i     ADOBAR     :*     E     j     RENOVAR     •     EL     *;     REY     •     DON     •     ALFONSO    ;    FIIO 
DEL     i    NOBLE     \     REY     i     DON     \    FERRANDO     •     E     •     DB    •     LA     :    RBYNA    •    O 
aO  ONNA     i      BEATRIZ     •      QUE     i      REGNABA     \     A     •      ESSA     •      SAZÓN     |     BN      •     C 

ASTIELLAj  :  E  j  EN  i  TOLEDO;  EN;  LEÓN  *  B*  EN  I  OALLIZ 
lA  i  EN  !  SEVILLA  j  E  !  EN  i  CORDOVA  •  EN  «'MURCIA  i  B  •  EN  •  lABN 
EN  i  BAEZA  i  E  i  EN  i  BADALLOZ  •  E  EN  :  EL  j  ALGARVE  •  E  •  FUB  •  ACAB 
ADA  i  EL  \  OCHAVO  •  ANNO  •  QUE  •  EL  •  REGNO  •  EN  ;  BL  •  ANNO 
35  DB     :     LA     :     ENCARNACIÓN     •     DB    M     •     CC      •     LVIIII      •     ANNOS      ;     E     •     BSSB 

ANNO     :     ANDAVA     •     LA     •     BRA     \     DE     \     CESAR    -EN      i     M     ;      B     •     CC     •     B 

Lxxxx     i     E  VII     :     E     :     la     \    de     •    alexandrb     :    bn 

M    :  E    i  D    :  E    :  Lxx    •  e  |  la  •  db    •   moysbn  :   en  •  dos  •  m  •  e  •  dc  . 
39  B  i  L  :  B  :  I :  anno  •  e  i  la  •  db  •  los  •  moros  •  bn  •  dc  •  B  •  LVIII  :  annos 

I  Año  1217.  Llaguao,  que  es  de  quien  tomamos,  como  todos,  la  noticia,  U  consigna  en 
<stos  términos:  «Dice  Estevan  de  Garibay  en  el  tomo  IX  de  sus  obras  inéditas,  fol.  5i2,  título 6.* 
que  trata  de  cosas  notables  de  aquella  ciudad  (Toledo),  hablando  del  citado  puente':  Tornando 
£ste  rio  á  crecer,  le  derribó  un  pilar  por  Febrero  de  isii,y  tornó  d  caer  la  puente  ..  Ya  que 


336  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

Grande  hubo  de  ser  la  ruina  ocasionada  por  aquella  crecida  á  que  d¡6 
origen  la  persistencia  del  temporal  de  aguas,  el  cual  duraba  desde  el  mes 
de  Julio  hasta  casi  finalizar  el  año  de  i258,  cuando  fué  empleado,  d  lo  que 
parece,  en  ccadobar  é  renovar»  el  puente  casi  todo  el  año  siguiente  de  i25f), 
en  que  la  obra  era  terminada  ^  Por  ella,  si  á  pe^ar  de  los  reparos  anterio- 
res, había  quedado  rastro  de  la  reconstrucción  muslímic.i,  debió  perderse 
en  su  totalidad,  no  siendo  difícil  que  en  aquella  sazón,  y  si  la  torre  tuc  re- 
edificada en  1217  por  Enrique  I,  fuese  también  reparada,  como  lo  fué  en 
épocas  posteriores  =.  Hasta  los  días  de  los  Reyes  Católicos  no  existe  noti- 
cia de  iTuevaS  obras  en  el  puente,  reducidas  quizás,  á  pequeños  reparos  de 
con;iervación,  sin  ¡mportan;:ia  ni  trascendencia  para  la  historia  del  monu- 
mento, sin  embargo  de  lo  cual,  podría  acaso  encontrarse  huella  del  siglo 
XIV  en  los  me:i3ulone3  sobre  que  descansa  d  uno  y  otro  'a  lo  el  pretil  de  los 
apartaderos  con  que  cuenta  el  viaducto,  y  aun  en  el  matacán  del  frente  de 
la  torre. 

Adosada  no  con  grande  pulcritud  al  almenado  muro  que  ciñe  la  citada 
torre,  d  la  altura  del  pretil,  y  del  inmediata  en  el  lado  izquierdo  de  quien 
hacia  la  ciudad  camina,  hállase  con  efecto,  expuesta  d  la  destrucción,  y 
allí  trasladada  de  su  primitivo  sitio  sin  duda  en  época  no  determinada, 
marmórea  lápida,  coronada  por  el  blasón  real  de  León  y  de  Castilla  y  or- 
lada de  leones  y  castillos,  que  haciendo  alusión  á  otro  epígraíe  desapareci- 
do, en  ocho  líneas  de  minúsculas  alemanas  incisas,  ya  borradas  ó  estrada" 
das  en  parte,  declara: 

estaba  reparada,  mandó  Henriquc  ¡fundar  en  ella  una  torre  para  su  mayor  fortaleza  y  de  la 
ciudad,  couio  paree?  por  un  letrero  original,  ctc.^  lüst.  de  la  Arquit.  y  di  loa  Arqu  !í:1'is 
en  Esp.,  t.  I,  p.ig.  41).  Sin  que  sospechemos  de  la  veracidad  tic  (iaribay,  no  hcmoi  d:  ocul- 
tar por  cUo  las  duJ  is  que  en  no  >oiro.>  su'íciían  la  rcdacci  Jn  y  el  lenguaje  del  «letrero^*  i',u  •  o- 
pia,  el  cual  pudo  no  ser  ficlmcnle  trasladado  á  sus  apunte^  por  aquel  historiador,  eu  cuyo 
tiempo  al  parecer  subsistía;  por  lo  demás  á  la  frase  de  qu-j  Knriqu:  I  mandó  hacer  aquell »  torre, 
no  ha  de  dársele  el  alcance  de  que  anle.^  no  existiera  allí  otra,  que  hubo  siempre,  y  á  la  cjal 
da  Abe.i-.Vdharí  nombre  de  liab-al-Cánthara  o  Puerta  del  Puente  (b-*í;j¿jI  V*í)  ^'^  *"^^^  ^^*^~ 
yó  Martín  (lamero  que  era  solo  del  viaducto. 

1  Llaguno  (Op.  cit.,  t.  I.,  pág.  53  y  pág.  264,  documento  n.**  XXIV),  y  cuantos  de  el  c  :;p¡nn  !  \ 
inscripción,  señalan  equivocadamente  el  año  laS.-í.  ICl  Vizconde  de  P.iluuelos  leyó  con  extcíi- 

tud  1259,  y  Quadrado  y  La  Fuente,  que  consignan  la  íechi  de  Llnguno  añaden:  «Las ile  I  ■. 

Encarnación  y  de  la  Era  están  equivocadas,  pues  habiendo  sido  la  reparación  del  puente  en  i2>_v 
que  fue  el  año  octavo  del  reinado  de  Alfonso  X  y  el  657  de  U  Hcgira,  corresponde  al  M  V/.LX  de 
la  Encarnación,  y  al  MCCLXXXXVII  de  l.i  Era«  (Op.  cit.,  págs.  03y  91.  nota).  El  añoo:Mvo  del 
reinado  de  .\lfonso  X,  fue  el  consignado  en  la  lipida,  c  ;ntado  como  primero  el  de  i252,  y  n» 
el  I2f>j,  concertando  perfectamente  con  aquella  fecha  1 1  era  del  César,  y  la  de  la  llcgira,  pu  .*>  c". 
año  657  tuvo  principio  en  2^  de  Diciembre  de  1258  y  terminó  en  17  de  Diciembre  de  12S1.  L\ 
lectjra  del  epígrafe  ci  dificultosa  y  molesta,  por  lo  aprcfido  la  letra,  y  la  altura  á  que  s: 
halla,  no  siendo  de  extrañar  las  equivociciones  de  Llaguno  por  tanto. 

2  Parro,  t.  II,  pá;.;.  522,  afír.naa  que  sobre  las  ruinas  del  pu2nte  «Icvintó  D.  Alonso  X  el  actual^ 
dejando  los  torreones  antiguos». 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  33^ 

ppcv  ai  fícese»  csíc«0pco  •ayn 

ausípi«*y»clil  vgGncya»  ac  gom 

cs-manria-scicna  e«coFPcqiaor 

Q»alcayclc»cn  csía-cyuJaí-pop  su 
5     ailcsa-pop  la-cji -cnl-dicno'Gno  ac 

mill-ccccixv.3ciiii  -fueron  •ganaaas 

ac»los-mop0S»por*fucr9ci-las-v  lilas 
S     de  •alora  «y  locayna-c  sclcnyll» 

Ks  de  presumir  que  el  arco  al  cual  se  hace  referencia  en  esta  inscrip- 
ción, llamada  á  perecer  en  el  sitio  en  que  se  halla,  sea  el  menor  del  lado 
de  la  ciudad,  tantas  veces  reconstruido,  bien  que  no  resulte  lícito  afirmarlo 
tan  en  absoluto  como  lo  verifican  los  escritores,  por  ser  documento  tras- 
ladado de  otro  paraje  aquél  en  que  la  obra  consta,  aunque  parece  auto- 
rizarlo así,  el  grande  escudo  de  los  Reyes  Católicos  colocado  bajo  el  ma- 
tacán saliente  de  la  torre,  y  el  relieve  de  la  Descensión,  que  figura  sobre  la 
clave  del  primer  arco  interior  de  aquel  baluarte.  Para  facilitaren  el  Puen- 
te la  entrada  de  los  materiales  de  construcción  d:l  Alcci¡{ary  hubo  necv*si- 
dad  en  i534  de  romper  el  pretil  de  la  parte  de  la  Huerta  del  Rey  S  y  otra 
nueva  reforma,  cuyo  alcancj  no  es  hoy  cumplidero  fijar,  experimentó  el 
año  de  i72i,en  que,  cual  expresa  uno  de  los  epígrafes  de  la  moderna 
puerta,  levantada  en  la  cabeza  de  aquel,  ornando  Toledo  renovar  la  an- 
tigua fábrica  de  ignorada  construcción»  del  mismo,  pues  «combatido  del 
tiempo,  hacía  evidente  la  ruina,  y  peligroso  su  comercio,  facilitando  la  en- 
trada que  fabricó  la  antigü;!dad  para  defensa». 

Entre  los  materiales  empleados  en  no  se  sabe  cuál  de  las  obras  ejecuta- 
das en  este  monumento,  demás  de  la  deteriorada  y  blanca  piedra  que,  á 
modo  de  clypeOy  se  advierte  por  la  banda  occidental  de  la  derecha,  sobre- 
saliendo del  paramento,  y  que  corresponde  al  estilo  latino-bizantino,  pro- 
pio de  los  días  d¿  los  visigodos,  la  diligencia  de  Palomares  y  del  docto  Pé- 
rez r>ayér  había  descubierto  antes  de  1762,  en  que  este  último  lograba  in- 
terpretarla, una  apiedra  berroqueña,  salpicada  de  motas  negras,  llamada 
en  laiinpiperata^y,  la  cual  no  era  sino  sencilla  inscripción  sepulcral  roma- 
na. De  forma  rectangular,  sin  adorno  alguno,  y  midiendo  «de  largo  una 
vara,  y  de  ancho  por  donde  más  media»,  hallábase  «en  el  arco  pequeño  de 

I    Martín  Arrúc  y  Ola  virria  y  Huaric,  Historia  del  Alcázar  de  Toledo,  pág.  97,  citando  en  el 
Archivo  del  Real  Palacio  el  fol.  207  del  libro  II  de  Reales  Cédulas. 


338  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

piedra  que  atraviesa  dicha  puente,  en  la  ribera  del  río  opuesta  á  la  ciudad, 
por  cuya  parte  se  va  á  los  molinos  que  están  por  bajo  de  ella,  conforme  se 
entra  en  dicho  arco  por  la  parte  de  arriba  (esto  es,  siguiendo  el  agua),  en 
la  primera  hilada  de  piedras,  á  mano  derecha,  como  i  dos  palmos  del  sue- 
lo», apareciendo  c(echada  y  muy  dificultosa  de  leer»,  conforme  Pérez  Ba- 
yér  declaraba  K 

Reproducíala  Ponz  «,  y  teníase  en  1845  ya  como  perdida  3,  á  pesar  de  lo 
cual,  dábala  cual  existente  en  1862  el  autor  de  la  Historia  de  Toledo,  co- 
piando en  presente  las  palabras  de  Pérez  Bayér  4,  sin  que  nadie  no  obstan- 
te hubiera  dado  con  ella.  La  lápida,  con  efecto,  existe  en  el  pequeño  arco 
de  la  cabeza  del  puente,  donde  ha  sido  recientemente  encontrada  5,  «echa- 
da y  muy  dificultosa  de  leer»,  si  bien  no  «en  la  primera  hilada  de  piedras)^ 
y  «como  á  dos  palmos  del  suelo»;  rectangular,  y  midiendo  aproximada- 
mente o"™,77  de  altura,  por  o"^,43  de  ancho  y  o"™, 28  de  grueso,  forma  parte 
de  la  consti:ucción,  en  la  tercera  hilada  por  bajo  de  la  imposta  del  arquillo; 
su  frente  aparece  en  el  paramento  de  éste,  y  la  piedra  se  muestra  incluida, 
en  la  jamba  derecha,  á  la  embocadura  de  aquella  comunicación  conforme 
se  va  á  los  molinos,  siguiendo  la  dirección  del  río.'  Leyó  en  ella  Pérez 
Bayér  la  letra 

CAECILIA 
MARCELLA 

[H.]  s.  e; 
pero  en  la  actualidad,  ya  por  el  lapso  del  tiempo,  ya  por  al  roce  constante 
de  quienes  discurren  por  el  arco,  ya  á  causa  del  maltrato  de  los  chicuelos, 
6  ya  por  todo  ello  ¡unto,  si  se  distingue  en  la  berroqueña  piedra  huellas  de 
letras,  incisas,  de  la  segunda  línea,  nada  hay  de  la  tercera,  y  de  la  prime- 
ra, y  con  gran  dificultad,  se  entiende  el  nombre  [CJAECÍLIA,  harto  bo- 
rroso. 

Localizó  seguramente  con  todo  escrúpulo  Pérez  Bayér  el  monumento, 
hallado  antes  de  1762,  y  bastó  el  invento  para  probanza  y  demostración  de 

1  A  U  amistad  del  Sr.  Martín  Camero,  según  expresa,  debió  Mariátegui  la  copia  de  la  des- 
<ripc¡ón  de  este  epígrafe,  la  cual  reproduce  textualmente  en  sus  citados  estudios  acerca  de  la 
Arquitectura  militar  de  la  Edad  Media  en  España  (pág.  123  del  t.  III  del  Arte  en  España^  nota). 
Mariátegui,  que  publicó  en  i865  este  artículo,  dice  que  se  halla  «á  la  altura  del  octa  vo  sillar  de 
Ja  más  próxima  al  arco  en  el  separamento  de  agua  arriba». 

2  Vid/e,  1. 1,  carta  II  r. 

3  Toledo  Pintoresca,  pág.  331. 

4  PAg.  lyx- 

5  A  la  diligencia  infatigable  del  Sr.  D.  Manuel  González  Simancas  es  debido  el  hallazgo,  que 
puso  galantemente  en  nuestro  conocimiento;  á  él  debemos  el  personal  reconocimiento  de  este 
«epígrafe. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  33g 

que  el  puente  era  todo  él  de  fábrica  muslime,  pues  no  fué  costumbre  entre 
los  constructores  romanos  utilizar  de  aquella  suerte  y  como  materiales,  las 
lápidas  de  los  sepulcros;  mas  la  distinta  colocación  en  que  hoy  aparece, 
aunque  también  «echada»,  constituye  por  sí  prueba  harto  eficaz,  con  otras 
visibles  y  manifiestas  en  la  obra,  por  esta  parte  izquierda  del  río,  de  que, 
después  del  año  arriba  indicado,  y  á  pesar  de  la  ^renovación»  de  1721,  en 
que  con  triste  acuerdo  Toledo  hizo  desaparecer  el  torreón  de  cabeza  del 
puente,  aquella  parte  del  mismo  hubo  de  ser  reconstruida,  alcanzando 
la  reparación  al  sólido  estribo,  y  al  arquillo,  que  fué  quizás  labrado 
todo  él  de  nuevo.  Y  con  efecto:  en  1787  el  Corregidor  representaba  al 
Conde  de  Floridablanca  que  este  Puente  de  Alcántara  amenazaba  ruina  en 
su  primer  arco.  Tasada  la  obra  en  88.000  reales  (22.000  pesetas),  y  care- 
ciendo de  fondos  propios  la  Ciudad  para  ejecutarla,  con  noble  generosidad 
ofreció  el  Cabildo  de  la  Santa  Iglesia  y  entregó  al  Corregidor  24.000  rea- 
les (6.000  pesetas)  para  el  pronto  reparo  del  arco  susodicho,  dando  princi- 
4)io  con  aquella  suma  las  obras,  las  cuales  hizo  extensivas  la  citada  auto- 
ridad á  la  reedificación  de  un  tercio  del  murallón  caído  á  la  salida  del 
Puente  ». 

No  es  pues  de  maravillar,  conocida  la  obra,  que  utilizada  de  nuevo  la 
piedra,  fuera  sin  embargo,  en  1787  ó  1788,  pues  no  consta  el  tiempo  que 
duró  la  reparación,  colocada  en  lugar  distinto  de  aquél  en  que  la  hallaron 
Palomares  y  Pérez  Bayér,  treinta  y  cinco  años  antes.  Otras  diversas  repa» 
raciones  indispensables  han  sido  hechas  en  esta  fábrica  durante  el  pasado 
siglo  XIX,  entre  las  cuales  se  conmemora  en  el  pretil  la  del  solado,  asentado 
el  año^de  i836;pero  ninguna  de  ellas  ha  tenido  la  importancia  ni  la  trascen» 
dencia  de  las  hasta  aquí  reseñadas,  y  que  constituyen  la  interesante  historia 
de  aquel  monumento,  el  cual,  aun  después  de  tantas  y  tan  repetidas  vicisi* 
tudes,  parece  anunciar  al  viajero  que  por  vez  primera  visita  la  imperial 
Ciudad,  cuan  grande  fué  en  los  pasado^  tiempos  la  población,  cuya  fama 
ha  recorrido  el  mundo,  sintetizando  por  así  decirlo,  en  la  denegrida  é  in- 
correcta contextura  de  su  fábrica  presente,  la  historia  nacional  entera, 
pues  con  efecto,  sobre  los  cimientos  y  la  traza  romanos,  sobre  las  prime- 
ras hiladas  de  construcción  latina,  en  época  adelantada  y  floreciente,  ya 


I  Las  obras  fueron  encargadas  al  arquitecto  D.  Eugenio  López  Durango,  quien  tanta  parte 
tomó  en  la  deformación  de  las  portadas  de  la  Catedral,  hiendo  alirife  ó  maestro  de  obras  Fran- 
cisco Ximénez  (Árch.  General  Central  de  Alcalá  de  Henares,  Gobernación:  Propios  y  Arbitrios 
legajo  48).  _     _ 


340  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

que  no  los  visigodos,  musulmanes  y  cristianos  han  ídD  sucesiva,  laboriosa 
y  afanosamente  procurando  la  conservación  de  aquella  reliquia,  cuyo  as- 
pecto iba  poco  á  poco  variando  por  el  sistema  de  construcción  empleado 
en  las  reparaciones,  y  por  la  erección,  modificación  y  reforma  de  los  to- 
rreones almenados  que  la  custodiaban  y  la  defendían. 

Tal  es  cuanto  hay  en  realidad  conocido  de  la  historia  del  Puente  de 
Alcántara,  «nombre  que  de  sí  mismo  tiene,  porque  Alcántara  en  lengua 
Arauiga  significa  la  puente»,  cual  dice  un  autor,  añadiendo  que  opor  ser 
aquél  que  edificó  el  Rey  Bamba,  tan  célebre  y  tan  grande,  le  llamaron  los 
Moros  que  poseyeron  á  toledo,  la  puente,  puente  por  excelencia  »»,  en 
cuya  última  apreciación  no  iba  tan  descaminado,  cual  veremos.  Constitu- 
ye hoy,  como  siempre,  la  principal  entrada  de  la  Ciudad,  y,  construido  con 
gran  acierto  en  una  de  las  partes  más  estrechas  del  río,  donde  las  aguas 
van  encajonadas  por  las  rocas  para  tomar  la  hoz,  consta  de  un  grande  arco 
central  de  más  ái  veintiocho  metros  de  luz,  apoyado  por  la  derecha  en 
fortísimo  contrafuerte  ó  pilar,  tantas  veces  arruinado,  detrás  del  cual  abre, 
otro  arco  menor,  de  medio  punto,  que  divide  con  aquél  las  aguas  en  las 
avenidas,  y  sustentado  por  la  izquierda,  ó  sea  la  cabeza,  por  sólido  y  resis- 
tente machón,  que  se  cimenta  en  las  escarpas  rocosas  de  la  orilla,  perfo- 
rado por  otro  menor  arquillo,  ó  paso,  donde,  con  varios .  restos  visigodos 
al  parecer  =,  se  encuentra  la  inscripción  sepulcral  de  CAECILLA,  descu- 
bierta en  el  siglo  xviii  por  Palomares. 

Labrado  en  parte  de  sillería,  «aparejada  con  bastante  irregularidad», 
según  discretamente  observa  un  escritor  de  nuestros  días  3,  como  conse- 
cuencia natural  de  las  frecuentes  obras  en  él  ejecutadas  en  diversos  tiem- 
pos, y  de  mampostería  en  la  parte  mayor,  sobre  todo,  en  el  achaflanado 
pilar  ó  contrafuerte  referido,  y  en  el  grueso  machón  reedificado  el  año  1787, 
fortificadas  tuvo  el  Puente  sus  avenidas  por  ambos  extremos,  si  bien  ya 
han  desaparecido  muchas  de  sus  primitivas  defensas.  Reemplaza  desde  los 
días  de  Felipe  V  el  torreón  exterior,  hasta  el  cual  llegaron  en  momentos 
azarosos  las  huestes  de  almorávides  y  almohades,  pretenciosa  puerta,  no 
del  mejor  gusto,  aislada,  de  ladrillo  agramilado  y  cantería,  flanqueada  de 
pilastras  ornadas  en  su  parte  superior  por  resaltada  guirnalda  de  frutas, 
flores  y  hojarasca,  arco  de  medio  punto  y  cornisón  saliente  y  moldurado, 

1  Narbona  Historia  de  D.  Pedro  Tenorio,  ar ¡^obispo  de  Toledo,  tit.  11,  fol.  117  vuelto. 

2  Son  estos  los  dos  trozos  de  moldurada  cornisa  en  mirmol  blanco,  los  cuales  aparecen  ¿ 
uno  y  otro  lado,  á  flor  de  tierra,  en  la  boca  occidental  del  arquillo  mencionado. 

3  Mariátegui,  arts.  cits.,  pág.124  del  t.  III  del  Arte  en  España, 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  34I 

por  cima  del  cual,  contenido  á  cada  lado  por  un  grupo  de  cuatro  gruesas 
bolas  de  piedra,  semejantes  á  las  del  pretil  en  los  apartaderos  del  Puente, 
y  sobre  sólidos  rectangulares  pedestales  levantadas,  se  alza  el  frontón  rec- 
tangular, con  el  escudo  imperial,  ya  deteriorado,  en  pronunciado  relieve 
por  la  parte  de  la  carretera,  nada  airosas  aletas,  y  por  último,  y  como  re- 
mate, gravitando  encima  de  la  concha  que  cobija  el  frontón,  una  gran  bola 
de  piedra,  en  disposición  igual  á  la  de  los  costados. 

Mientras  en  el  tarjetón  de  la  clave  del  arco,  por  el  lado  exterior,  figu- 
ran grabadas  las  letras  S.  P.  Q.  T.  (Senatus  Populusque  Toletanus),  que 
anuncian  á  cargo  de  quien  estuvo  aquella  obra, — sobre  las  pilastras,  y 
pendientes  de  las  guirnaldas  antes  referidas,  destacan  sendas  rectangulares 
piedras,  conteniendo  en  incisas  capitales  latinas  otros  tantos  salmos,  di- 
ciendo el  de  la  pilastra  de  la  izquierda: 

NISI  DOMINUS  Cl'STODIERIT  CIVITATEM,  FRUSTRA  VIGILAT   yl'I   ClSTODIT  EAM.— PSALM.  CXXVI 

El  de  la  derecha:    ^ 

DOMINUS  CUSTODIAT  INTROITUM  TUIM  ET  EXITI'M  TUl'M  EX  HOC  XVSC  ET  ISQUE  IS  SaXULVM.-PSALM.  CXX 

Corresponde  por  la  fachada  posterior  del  Puente  al  tarjetón  de  la 
clave  del  arco,  otro  escudete,  en  el  propio  sitio,  con  la  letra: 

IN   CONCEPTIO.VE    Tl'A,    VIRGO,    IMMACULAT..   FriSTi; 

y  en  el  respaldo  del  blasón  imperial,  flanqueada  asimismo  de  pilastras, 
ábrese  de  medio  panto  sencilla  hornacina,  donde  aparece  en  blanco  már- 
mol la  efigie  de  la  Inmaculada  Concepción,  no  exenta  de  mérito,  y  á  la 
que  aluden  las  palabras  de  la  clave  del  arco.  En  las  tarjetas  de  las  pilas- 
tras de  la  puerta,  con  abundancia  de  abreviaturas,  y  convenientemente 
repartida,  figura  la  siguiente  conmemorativa  inscripción,  que  se  distribu- 
ye entre  aquéllas,  escrita  en  el  mismo  linage  de  signos,  y  diciendo  la  lá- 
pida de  la  izquierda,  que  es  donde  el  epígrafe  tiene  su  principio: 

REINANDO  D.  FELIPE  V  NUESTRO  SEÑOR,  MANDO  TOLEDO  RENOVAR  LA  ANTI- 
GUA FÁBRICA  DE  LA  IGNORADA  CONSTRUCCIÓN  DE  ESTE  PUENTE,  QUE  COMBATI- 
DO DEL  TIEMPO  HACÍA  EVIDENTE  LA  RUINA  Y  PELIGROSO  SU  COMERCIO,  FACILI- 
TANDO LA  ENTRADA  QUE  FABRICÓ  LA  ANTIGÜEDAD  PARA  DEFENSA,  CON  LA  NO- 
BLE FIRME  ARQUITECTURA  DE  LOS  PRIMORES  DEL  ARTE:  AÑO  MDCCXXl 

En  la  de  la  derecha,  concluye: 

SIENDO  CORREGIDOR  D.  BARTOLOMÉ  ESPEJO  Y  CISNEROS,  MARQUÉS  DE  OLÍAS, 
CABALLERO  DEL  ORDEN  DE  SANTIAGO,  INTENDENTE  GENERAL  DE  TOLEDO  Y  SU 
REINADO;  Y  COMISARIOS  D.  MELCHOR  JOSEF  DE  CISNEROS,  Y  D.  BERNARDO  DE 
ROJAS  Y  CONTRERAS,  CABALLERO  DEL  ORDEN  DE  CALATRA^VA  Y  SEÑOR  DE  LA  VI- 
LLA DE  VILLAMIEL,  REGIDORES  D.  SEBASTIÁN  DE  LOS  RÍOS  Y  D.  ANDRÉS  CASTAÑO 
DE  BARGAS,  JURADOS;  AÑO  DE  MDCCXXI. 


342  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

Templando  el  efecto  que  produce  esta  puerta,  en  el  extremo  opuesto 
del  histórico  Puente  se  levanta  erguido  y  elegante  el  único  torreón  defen- 
sivo que  subsiste,  el  cual,  con  su  sola  presencia  despierta  los  recuerdos  de 
las  edades  que  pasaron,  y  obliga  á  soñar  en  ellas:  de  planta  exagonal,  que 
se  acomoda  en  su  desarrollo  á  las  exigencias  militares  del  viaducto,  ceñido 
á  uno  y  otro  lado  estuvo  por  almenadas  avenidas,  de  las  cuales  sólo  queda 
ya  la  de  la  izquierda,  presentando  en  los  costados,  que  aquellas  defendían, 
el  agudo  enlace  de  los  lados  menores  del  polígono,  mientras  que  en  la  cara 
anterior  y  en  la  posterior  se  cierra  con  dos  líneas  paralelas  de  dimensiones 
diferentes. 

Fuera  de  los  aditamentos  posteriores  que  como  tales  desde  luego  se  se- 
ñalan, y  de  que  hablaremos  adelante,  parece  la  torre  fabricada  toda  ella 
de  una  vez  y  en  una  sola  época,  la  cual,  si  pudo  ser  la  de  1217,  nada  hay 
en  realidad  que  se  oponga  á  que  fuese  la  de  i25g,  pues  el  sistema  de  cons- 
trucción en  ambas,  poco  había  de  diferenciarse,  tanto  más,  cuanto  que  era 
tradición  heredada  de  la  edad  islamita;  así  pues,  acéptese  ó  no  como  exac- 
ta la  noticia  de  Garibay,  reproducida  por  Llaguno  y  los  demás  escritores, 
dado  es  afirmar  que  el  monumento  corresponde  á  la  xiii*  centuria  ',  y  que 
indudablemente  sustituye,  quizás  con  la  misma  planta,  el  torreón  que 
siempre  tuvo  el  puente  para  su  resguardo  y  defensa,  tanto  en  unos  como- 
en  otros  tiempos. 

No  emplearon  los  alarifes  encargados  de  su  labra,  á  semejanza  de  la 
que  verificaron  los  autores  de  las  reparaciones  en  el  Puente,  material  dis- 
tinto acaso  de  aquél  que  ofrecían  las  ruinas  del  propugnáculo  derruido,  ni 
utilizaron  sillares  procedentes  del  Circo  Máximo],  cantera  inagotable  al 
decir  de  la  tradición  caprichosa,  ni  originarios  de  ninguna  otra  construc- 
ción romana  ó  visigoda;  de  fábrica  de  ladrillo  son  las  aristas  de  la  torre,  y 
entre  ellas,  reemplazando  no  sin  ventajas  la  sólida  argamasa,  en  hiladas 
de  mampostería  y  cemento,  características,  separadas  por  dos  verdugadas 
de  ladrillo,  los  recios  muros  se  alzan  majestuosos,  para  terminar  en  alegre 
corona  de  almenas  de  rojizo  ladrillo,  con  piramidales  chapiteles,  ya  en. 
parte  por  la  fachada  interior  deteriorada.  Una  ventana,  de  ladrillo  tam- 
bién, como  los  demás  vanos,  inscripta  en  el  cuadrado  marco  que  de 
arrabaá  le  sirve,  perfora  la  más  interior  de  las  caras  de  los  flancos, 
á  la  altura  del  primer  piso,  y  diversas  miras  rasgan  los  otros  muros  ea 

I    De  esu  misma  opiaíón  es  Mariátegui. 


BIBLIOTECAS  Y   MLSEOS  343 

disposición  conveniente,  ofreciendo  el  conjunto  notorias  condiciones  de 
armonía. 

De  medio  punto,  y  en  realidad,  conforme  al  tiempo,  algún  tanto  peral- 
tado, á  la  anchura  casi  del  Puente,  ábrese  en  la  fachada  de  este  lado  el  arco 
que  da  entrada  á  la  Ciudad,  y  cuyo  paso  defiende  el  torreón;  labrado  en 
piedra,  y  sencillamente  adovelado,  lleva  encima,  de  gran  tamaño,  y  escul- 
pidas con  la  destreza  y  el  gusto  que  caracteriza  la  época  de  transición  de 
los  Reyes  Católicos,  las  armas  reales  acoladas  como  siempre  sobre  un 
águila,  y  flanqueadas  en  la  parte  inferior  por  el  yugo  y  el  haz  de  flechas 
característicos,  revelando  de  esta  suerte,  cual  dejamos  arriba  insinuado, 
que  la  reconstrucción  del  arco  menor  del  Puente,  efectuada  en  1484  por 
Gómez  Manrique,. hubo  de  alcanzar  acaso  á  este  frente  del  torreón,  pues 
pueril  antojo  habría  sido  en  caso  contrario,  el  de  reemplazar  las  armas  de 
León  y  Castilla,  si  en  tal  sitio  se  ostentaron,  con  las  de  Isabe^  y  Fernan- 
do V,  que  entonces  nada  allí  expresarían,  ni  tcndr/an  significación  al- 
guna. 

Sobre  tres  salientes  mensulones  de  piedra,  semejantes  en  su  corte  á  los 
de  los  balconcillos  de  uno  de  los  apartaderos  del  Puente,  álos  del  Castillo 
de  San  Serrando,  y  aun  á  los  de  la  Torre  ó  Puerta  del  Sol — por  cima  del 
escudo  real  avanza  un  matacán,  de  fábrica  de  ladrillo,  con  ornamental 
arco  angrelado  en  el  frente,  ensanchada  la  mira  del  centro,  y  cerrado  su- 
periormente por  un  tejadillo  en  declive;  y  si  convertido  en  alegre  palo- 
mar aquel  aparato  defensivo  ha  perdido  su  aspecto  guerrero,  sobre  todo 
cuando,  por  la  que  fué  estrecha  mira  para  el  vigía,  aparecen  amorosas  pa- 
rejas de  palomas,  no  por  ello  deja  de  contribuir  á  completar  la  belleza  del 
monumento,  juntamente  con  los  demás  elementos  que  .le  integran.  Dos 
recintos  principales,  con  bóveda  de  crucería  de  fábrica  de  ladrillo,  se- 
parados por  otros  tantos  arcos  apuntados  de  cantería,  que  constituye  la 
canal  ó  corredera  del  peine, — forman  la  entrada  á  la  Ciudad,  destacando 
sobre  la  clave  del  arco  de  la  corredera  que  mira  al  Puente,  y  bajo  el 
oportuno  doselete  característico,  muy  estimable  relieve  en  mármol,  co- 
lorido, con  la  milagrosa  escena  de  la -Descensión  de  la  Virgen,  armas 
de  la  Iglesia  Primada,  allí  colocadas  en  el  siglo  xv,  y  al  tiempo  mismo 
sin  duda,  en  que  en  la  fachada  de  este  lado  del  torreón  eran* fijadas  las 
de  los  Reyes  Católicos,- ya  mencionadas  antes,  leyéndose  no  sin  mo- 
lestia por  bajo,  en  grandes  signos  de  minúsculas  alemanas,  profunda- 
'  mente  incisas  y  tocadas  de  rojo,  la  siguiente  declaración  que,  respecto  de  la 

3.*  ¿POCA.— TOMO  Tin.  ,  24 


344  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

significación  de  aquel  emblema  no  deja  lugar  á  duda:  1«  «ifs.  ygli«  (la  santa 
iglesia)  » 

Reputado  cual  «modelo  de  fortificación  de  los  más  acabados  de  su  si- 
gloo,  no  parece  con  efecto  extraño  que  en  este  baluarte,  como  apuntan  los 
técnicos,  «haya  agotado  el  constructor  todos  los  conocimientos  y  recursos 
militares  de  su  época»,  aplicando  con  notorio  acierto  «los  principios  del 
arte»  en  las  defensas  de  los  pisos  superiores  ^;  pero  saliendo  ya  á  la  Plaza 
de  Armas,  que  se  hace  detrás  del  mismo,  y  prescindiendo  de  mayores  de- 
talles, no  faltos  de  importancia,  ni  mucho  menos  3,  en  la  fachada  posterior 
son  de  advenir,  sobre  el  arco  de  la  torre,  tres  distintas  inscripciones,  unas 
sobre  otras,  y  todas  por  bajo  de  la  hornacina  superior,  vacía,  cuya  des- 
cripción carece  de  interés,  principalmente  conocida  la  fecha  consignada 
en  las  lápidas  menores,  que  es  la  misma  de  aquel  decorativo  miembro,  y 

1  Esta  circunstancia,  que  no  concurre  en  ninguna  otra  tJe  las  entradas  de  la  población,  salvo 
en  la  antigua  Puerta  de  la  Herrería,  donde  circcc  del  letrero,  obliga  á  pensar  si,  en  ocasión  se- 
mejante á  la  de  1787,  en  que,  bajo  el  pontificado  del  C  irdenal  Loreozana,  la  Iglesi  i  adelanta 
fondos  para  la  reparación  del  Puente,  coadyuvó  también  á  las  obras  de  la  torre.  Acaso  en  1484, 
cuando  fué  reedificado  el  arco  menor,  y  colocado  en  aquella  el  blasón  de  Isabel  y  de  Fernando, 
ayudó  á  la  empresa,  por  lo  cual  fueron  en  tal  paraje  colee  »djs  las  armas  que  forman  el  escudo 
catedralicio,  detr«ís,  y  haciendo  juego  con  las  de  los  reyes. 

2  Mariátegui,  aris.  cils.,  pág.  126  del  1.  III  de  El  Arte  en  España. 

3  Por  la  que  licncQ  en  verdad,  no  dudamos  en  reproducir  lo  que  dice  el  citado  Mariátegui, 
quien  hub^  de  estudiar  el  monumento  bajo  el  punto  de  vista  militar,  escribiendo:  «La  puerta  se 
cerraba  al  exterior  y  hacia  la  plaza  con  grandes  puertas  (batientes)  de  dos  hojas  forradas  y  clave- 
teadas, v  á  igual  distancia  de  ellas  el  fuego  acertado  del  peine  ú  órgano  precavía  las  sorpresas, 
limitando  á  tan  corto  espacio  el  terreno  de  que  podían  disponer  los  asaltantes  que  la  ventaja  de 
su  número  desaparecían  ante  lo  reducido  de  1.»  prisión*.  «Bien  aplicados  los  principios  del  arte 
á  las  defensas  inferiores  y  próximas,  no  es  de  extrañar  que  en  los  pisos  superiores  haya  agolado 
el  constructor  todos  los  conocimientos  y  recursos  militares  de  su  época».  *i;na  esc  ilera  condu- 
ce desde  la  poterna>>  que  existe  en  uno  de  los  recintos  de  la  entrad.i,  «al  piso  principil,  abierta 
en  el  espesor  del  flanco  septentrional,  y  desemboca  en  el  primer  piso»,  que  sirvió  luego  para  el 
fiel  de  la  puerta,  vccrca  de  lii  gola,  presentando  aun  señales  de  la  tra^iip  i  con  que  debía  cerrarse 
cubierto  toJo  ello  con  pequeñas  roscas  de  ladrillo,  presenta  en  los  puntos  favorables  largan  y 
estrechas  aspilleras,  que  al  mismo  tiempo  que  la  iluminan,  proporcionan  vistas  y  fuegos  sobre 
la  campaña>^.— «iSeis  gruesos  pilares,  sirviendo  de  apoyo  á  cuatro  arcos  ligeramente  apuntados, 
divideo  la  Superficie  del  primer  piso  en  tres  partes  desiguales;  de  planta  rectangular  la  central, 
y  cubierta  con  una  gran  bóveda  por  aristas,  análogas  a  las  infc^iüre^,  contiene  en  su  centro  ej 
torno  para  la  maniobra  del  peine,  un  m.itacin  y  dos  aspilleras  rectas  en  el  frente  y  una  gran 
ventana  (hoy  tabicada)  en  la  gola;  los  sectores  que  quedan  á  uno  y  otro  lado,  presentan  dos  ven- 
tanas en  los  flancos  y  en  otro  aspiller  is  oblicuas  en  cada  cara,  cuyas  directrices  concurren  todas 
en  la  cabeza  del  puente,  son  de  planta  trapc/coid  il,  cubiertas  por  bóvedas  cónicas  de  sección 
circular:  cerca  del  ángulo  mas  oriental  de  la  torre  se  abre  la  e>c<ilera,  que  conduce  á  la  platafor- 
ma, desembocando  en  elli  bajo  una  pequeña  rosca  de  ladrillo,  y  análoga  á  la  que  comunica 
desde  la  puerta  al  primer  piso».  «Seis  gradines  conducen  al  adarve  que  corre  alrededor  de  las 
tres  caras  de  la  torre;  macizo  en  los  laterales,  se  apoya  en  la  central  sobre  dos  arcos  apuntados 
de  fábrici  de  Jadrillo,  que  cubren  hoy  dos  aspilleras  muy  posteriores  al  resto  de  I»  fábricav». 
«Tanto  el  pavimento  como  el  adarve  están  solados  de  buenos  labrillos  toledanos,  formando  dos 
goteras  quo  conducen  el  agua  llovediza  á  lo^  ángulos  de  la  espalda,  en  los  que  hay  colocados 
dos  canciones  de  piedra'que  la  vierten  en  el  río^>.— «Como  se  vé  fácilmente,  la  torre  encierra 
dentro  de  sí  todos  los  elementos  necesirios  á  una  buena  defensa,  y  es  indudablemente  un  mode- 
lo de  fortificación  de  los  más  acabados  de  su  siglo»  (El  Arte  en  Esp.^  pág.  126,  cit.  del  t.  III;. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  345 

de  la  reforma  de  que  fué  fruto.  El  epígrafe  colocado  bajo  la  indicada  hor- 
nacina, consta  de  trece  líneas  de  capitales  latinas,  incisas,  y  declara: 

S.  P.    Q.    T.    CATHOLICO    REGÍ 

EPIGRAMMATA     ARAB 

ICA    IMPIETATEMGEN 

TIS    ADUVC    IN    TVRRI 
5        BUS    PORTAR  VM    OSTE 

NTANTA   PHILIPPVS    II 

HISPAN.       REX      AVFERRI 

F.    ET    INSCRIPTIONIB 

VS.       ANTIQVIS.      RESTIT 
10        VTIS.      DIVOS      VRBIS 

PATRONOS     INSCVLPT 
AN.  DO.  MDLXV 
I  3         10.  GVTERRIO  TELLO  PR.  VR. 

El  inmediato  inferior,  figura  en  el'tímpano  del  arco  apuntado,  que  allí 
se  hace,  y  en  seis  líneas  de  buenas  capitales  latinas  expresa: 

INSCRIPTIONEM 

ALFONSI      REG". 

DE    PONTIS    INSTAVRATIONE 

V  E  T  V  S  T  A  T  E      CO  R  R  VP  T  A  M 

10.  GVTERRIVS  TELLVS  PR.  VR. 

6      REPARAVIT     AN.     DO.     MDLXV. 

Y  por  Último,  tal  como  la  hemos  arriba  reproducido,  se  ostenta  debajo 
la  larga  inscripción  que,  corroída  por  la  antigüedad,  reparó  Juan  Gutiérrez 
Tello,  según  en  la  precedente  se  indica. 

Todavía,  de  la  antigua  plaza  de  Armas,  tan  desfigurada  al  presente, 
queda  el  ala  de  la  avenida  almenada  de  la  izquierda,  fuerte  muro  de  silla- 
rejos  y  mampostería  que  adosa  á  una  de  las  caras  de  los  flancos  de  la  torre, 
como  naciendo  de  ella,  y  que  se  abre  y  dilata  para  llegar  á  la  calle  del 
Puente  de  Alcántara  6  del  Artificio  de  Juanelo,  donde,  facilitando  el  paso 
á  este  camino,  se  tendía  el  torreón  demolido  en  1 871,  obra  defensiva, 
reputada  de  mayor  antigüedad  que  la  de  la  torre  del  Puente,  con  un  cuer- 
po poligonal  y  agudo,  en  que  intestabael  ala  referida,  por  la  parte  del  río, 
y  otro  rectangular,  que  adosaba  al  recinto  amurallado  y  en  el  que  apoya- 
ba moderno  é  insignificante  edificio.  Tenía  de  ladrillo  la  cadena  de  los 
ángulos,  y  de  cajones  de  mampostería,  con  verdugadas  de  ladrillo  los  mu- 
ros, puerta  formada  por  un  arco  de  herradura,  labrado  con  esta  última 
clase  de  material,  salientes  arranques  de  piedra,  y  grueso  y  corto  fuste 


346  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

en  la  parte  izquierda,  reemplazado  en  la  opuesta  por  un  machón  de  silla- 
res; sobre  la  clave  del  arco,  y  en  sü  correspondiente  hornacina,  figuraba 
la  efigie  de  mármol  de  San  //¿/e/bnso,^atribuida  á  Berrúguete,  y  traslada- 
da al  Museo  Provincial,  donde  se  conserva,  y  mientras  encima  del  nicho 
aparecía  en  un  tablero  de  mármol  la  inscripción  que  copia  el  Pacense  y 
que  mandó  esculpir  Wamba  en  las  puertas  de  la  Ciudad,  reproduciéndola 
en  el  siglo  xvi  Juan  Gutiérrez  Tello, — por  bajo  se  leía  en  otra  lápida: 

S.    ILDFONSO,  DIVO  TVTELARI  TOLET.  DD. 
•  ANNO  DOM.  MDXXV.  VhILIPPO  II  HISP.  REGE. 

•  Por  el  opuesto  lado  ofrecía  un  arco  de  medio  punto,  fabricado  en  la- 
drillo, sobre  altos  hombros  de  sillería  apoyados  en  columnas  de  corto 
fuste  y  capiteles  de  moldura,  grandes  y  toscos,  cual  las  basas,  y  á  la  altura 
del  primer  piso,  solitaria  y  cuadrada  ventana  de  ladrillo,  vulgar  y  sin  ca- 
rácter K  Del  ala  derecha  de  la  avenida  correspondiente  á  la  calle  de  la 
Alhóndiga,  no  queda  sino  el  arranque,  almenado  y  adosado  al  flanco  de 

la  esbelta  torre  del  Puente;  y  de  la  puerta  á  que  daban  nombre  de  Alean- 

# 
tara,  y  allí  subsistió  hasta  mediados  de  1864  2,  visible  sólo  por  la  parte  del 

río,  frente  á  los  restos  salientes  de  la  muralla,  en  que  aparecen  labradas 
piedras  visigodas,  perdura  un  trozo  de  sillares  incorporado  en  el  pretil  de^ 
la  calle  memorada.  Reedificada  durante  el  siglo  xvii,  debió  de  ser  aquella 
entrada  de  muy  escasa  importancia  artística,  ostentando  sobre  la  puerta 
las  armas  imperiales,  como  |?lasón  de  la  ciudad,,  en  piedra  berroqueña  es- 
culpidas, y  á  sus  lados,  «unas  lápidas. grandes  de  mármol  blanco»,  que  hoy 
restan  para  memoria  en  el  Museo  de  la  provincia,  y  en  las  cuales  se  leía, 
principiando  por  la  de  la  izquierda: 

1  Quebrantado  por  el  lapso  de  los  tiempos  y  el  abandono,  y  principalmente  por  el  efecto  de 
lo.»  barrenos' con  que  fueron  á  principios  del  año  1868  volados  los  restos  del  famoso  Artijicio  de 
Juanelo^  el  torreón  á  que  aludimos  amenazaba  inminente  ruijia,  con  peligro  seguro  para  los 
transeúntes,  á  causa  de  lo  cual  fué  denunciado  por  el  Arquitecto  del  Municipio  en  1870;  y  des- 
pués de  largo  expediente,  en  que  intervino  al  cabo  la  Real  Academia  de  Bellas  Artes  de  San 
Fernando,  fué  demolido  en  1871.  Tenemos  á  la  vista  el  expediente  original,  con  el  informe  y  los 
plano-i.ilustrativos  de  nuestro  buen  amigo  el  Sr.  D.  Mariano  López  Sánchez,  Arquitecto  Pro- 
vincial entonces  (Archivo  de  la  citada  Real  Academia.  Papeles  de  Toledo). 

2  La  Dirección  General  de  Obras  Públicas,  por  orden  de  ló  de  Junio  de  18Ó4,  dispuso  su*  de- 
molición con  motivo  de  la  carretera  que  á  la  sazón  estaba  construyendo,  y  el  Ayuntamiento  en 
sesión  de  i5  de  Julio  del  propio  año  acordó  el  cumplimiento  de  la  citada  orden  (Archivo  muni- 
cipal de  Toledo,  lib.  de  Acias  CApiíuluccs  de  la,  fecha  indicada).  En  la  lámina  que,  ya  en  i865,. 
publicó  el  Sr.  Mariátegui,  como  ilustración  de  su  trabajo  y  e&tudio  del  Puente  (t.  III  del  Arte 

^n  fspaña^,  se  señala  la  puerta,  y  se  distingue  en  el  bello  dibujo  de  Cecilio  Pizarro  el  bla- 
són imperial;  el  Vizconde  de  Palenzuelos,  sin  embargo  dice  con  error  que  ambas  puertas 
subsistieron  «hasta  el  año  i856en  que  fueron  demolidas»  (pág.  1 12  de  su  Guia^.  Parro  en  su  libro, 
publicado  en  1857,  hablaba  de  una  y  otra  como  existentes,  lo  cual  ocurre  también  con  Mariátegui 
en  i8ü5,  cuyo  estudio  debió  ser  hecho  en  i8C\4,  y  al  mismo  tiempo  que  el  dibujo. 


'bibliotecas  y  museos  347 

anno  de  dclxxxiii  wamba  rey  godo  restavro  los  mvros  desta  cibdad, 
t  los  ofreció  en  versos  latinos  a  dios  y  a  los  santos  patronos  della.  los 

MOROS  LOS  QVITARON  Y  PVSIERON  LETREROS  ARAVIGOS  DE  BLASFEMIAS  Y  HERO- 
RES.  EL  REY  DON  PHELIPPE  fl  CON  ZELO  DE  RELIGIÓN  Y  DE  CONSERVAR  LAS  ME- 
MORIAS DE  L0¿  REYES  PASADOS,  MANDO  A  10.  GVTIERREZ  TELLO  CORREGIDOR  DE 
LA  CIBDAD  LOS  QVITASE,  Y  PVSIESSE,  COMO  ANTES  ESTAVAN,  LOS  SANTOS  P A TRO- 
TíES  CON  LOS  VERSOS  DEL  REY  WANBA.  ANO  DE  M.D.LXxV. 

La  déla  derecha  consignaba: 

reynado  la  mag.^  del  s.^  rey  d.  phelippe  iiii  y  siendo  sv  copregidcr  tl 
31arques  de  qvintana  de  las  torres  ca vallero  de \-a  orden  de  calatrava 
y  gentil  hombre  de  sv  boca  la  ynperial  civdad  de  toledo  acordó  qve.se 
¡reedificase  est.a  torre  por  su  mycha  antigvedad.  fveron  svs  comisarios 
d.»gonzalo  hvrtado  de  arteacía  cav.^  de  la  orden  de  s.  tiago,  regidor, 
t  d.  gregorio  mendoza  jvrado  k    , 

Rodrigo  Amador  de  los  Ríos. 


SOBRE  EL  ORIGEN 

y  desarrollo  de  la  leyenda  de  los  Amantes  de  Teruel. 

I.  Las  dudas. 

El  aspecto  histórico,  ó  sea  la  parte  de  verdad  que  pudiera  haber  en  el 
interesante  y  dramático  asunto  que  lleva  el  nombre  de  Los  Amantes  de 
Teruel  recibió  ya  un  rudo  golpe,  cuando,  en  1806,  el  famoso  repúblico 
D.  Isidoro  Antillón  publicó,  primero  en  el  Memorial  literario  ^  y  des- 
pués en  folleto  aparte  3,  sus  eruditas  y  razonadas  Noticias  históricas. 

Quiso  aquel  ¡lustre  terolano  investigar  el  verdadero  fundamento  de 
narración  tan  extraordinaria  y,  con  no  poca  sorpresa,  vio  que  el  documen- 
to principal  en  que  la  tradición  buscaba  su  apoyo  era  falso:  era  apócrifo. 
Falsos  y  supuestos  le  parecieron  también  otros  en  que  indirectamente  se 
pretendía  basac  el  hecho;  halló  solo  el  vacío  y  el  silencio  más  desconsola- 
dores en  los  cronistas  locales  y  en  los  generales  de  Aragón  y,  aunque  de- 

1  Hállanse  el  primer  epígrafe,  completo,  á  la  derecha  de  la  puerta  de  entrada  del  salón  prin- 
cipal del  Museo,  y  el  segundo,  falto  de  su  terminación,  inmediato  á  la  puerta  que  da  paso  á  la 
escalera  monumental  y  hoy  ruinosa  del  antiguo  Convento. 

2  Número  33,  correspondiente  al  mes  de  Noviembre  de  1806,  páginas  i  y  siguientes.  Los 
Sres.  Muñoz  y  Romero  (Dic.  hist.,  página  259)  y  Fernández-Guerra  (Biogr.  de  Harti^enbusch, 
página  44)  dicen  equivocadamente  haberse  impreso  primero  en  las  Variedades  de  ciencias,  lite- 
ratura y  artes,  de  Quintana,  donde  no  figura. 

3  Noticias  históricas  sobre  /os  Amantes  de  Teruel  por  D.  Isidoro  de  Antillón.  Madrid.  Im^ 
prenta  de  Fuentenebro  y  Compañía.  1806,  8.*,  48  páginas. 


348  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

jando  entrever  su  escasa  confianza,  encomendó  la  defensa  de  este  pleito  á 
lo  profusamente  extendido  de  la  leyenda  por  toda  Europa  y  á  una  tradición 
vaga,  pero  que  algunos  dicen  ser  constante  en  Teruel  y  sus  cercanías. 

Nadie,  desde  entonces,  volvió  á  combatir  seriamente  el  hecho;  antes  al 
contrario,  reiteradamente  salieron  á  luz  defensas  y  más  defensas  de  él.  En 
1 838  el  buen  D.  Isidoro  Villarroya  ';  en  1842  y  i865  el  abogado  turolen- 
se  D.  Esteban  Gabarda  *;  en  1843  y  1861  el  insigne  literato  D.  Juan  Eu- 
genio Hartzenbusch  3,  tutor  además  del  célebre  drama  sobre  el  mismo- 
asunto,  en  i855  y  1890  el  no  menos  ilustre  y  erudito  D.  Aureliano  Fer^ 
nández  Guerra  4.  Y,  con  todo,  la  creencia  en  la  historia  de  los  Aman- 
tes iba  cada  vez  debilitándose  más,  en  términos  que  en  1895  el  Ateneo  tu- 
rolense  promovió  un  certamen  para  resolver  de  una  vez  qué  grados  de 
fuerza  hay  en  lá  tradición  relativa  á  este  episodio  amoroso.  Apesar  de  los 
nobles  y  laudables  esfuerzos  de  un  distinguido  paisano  de  los  famosísimos 
amantes,  tampoco  calmó  el  ansia  que  había  por  desarrebozar  esta  miste- 
riosa esfinge  ^. 

Tal  vez  entre  por  algo  en  esta  incredulidad  común  el  espíritu  crítico  y 
aún  escéptico  de  la  época;  pero,  en  verdad,  también  debe  confesarse  que, 
ya  que  no  haya  pruebas  satisfactorias,  no  son  los  mejores  medios  de  com- 
probar un  hecho  inverosímil  (aunque  no  imposible)  los  de  añadir  super- 
cherías á  supercherías,  eludir  las  dificultades  más  evidentes  ó  no  conceder- 
les la  debida  importancia.  Esto  por  un  lado. 

Y  venir  ahora  después  de  más  de  tres  siglos  en  que  la  narración  del  he- 
cho ha  sido  fijada  literariamente  bajo  diferentes  formas,  alegando  una  ira- 

1  En  el  Prólogo  de  su  novela  Marcilla  y  Segura  ó  los  Amantes  de  Teruel.  Historia  del  si- 
glo  XIII,  impresa  dos  veces  en  Valencia:  la  primera  por  Cabrerizo  en  1838,  2  vol.  ir>.o,  con  lami- 
nas, y  la  segunda  en  1875,  librería  de  Aguil.ir,  8.",  237  paginas. 

2  Historia  de  los  Amantes  de  Teruel^  con  los  documentos  justificativos  y  observaciones 
criticas  del  Autor.  Por  D.  Esteban  Gabarda,  abogado.  Valencia,  Imp.  de  J.  Ferrer  de  Urga^  á 
espaldas  del  teatro.  1842,  8.**.  123  páginas  y  un  retrato  de  las  momias.  [Historia  de  los  Amantes 
de  Teruel,  por  D.  Esteban  Gabarda.  Teruel,  Imp.  de  Vicente  Mallen,  2.*  edición.  iSfiS,  8.**.  1O4  pá- 
ginas con  tres  láminas. 

3  Articulo  en  la  revista  El  Laberinto,  de  .Madrid,  correspondiente  ai  16  de  Diciembre 
de  1843,  página  46  y  Prólogo  i  la  novela  de  Renato  de  Castcl-Leún,  titulada  Los  Amantes  de  Te" 
ruel,  Madrid,  1861,  4.°  Añadió  Hart  enbusch  el  articulo  de  El  Laberinto,  que  reinprimió  en  este 
próloge,  con  algunas  noticias  adquiridas  después  de  1843. 

4  Articulo  publicado  con  el  seudónimo  de  Pipi,  en  el  periódico  La  España,  de  8  de  Abri  1 
de  i855,  con  motivo  de  trazar  una  semblanza  de  Hartzenbusch.  Reprodújoio  con  algunas  adi- 
ciones en  el  folleto:  Hart^enbush.  Estudio  biográfico  y  critico.  Madrid,  Avrial,  sin  año,  04  pá- 
ginas, 8.°  con  retrato  y  autógrafo;  y  en  la  biografía  (que  es  esta  misma)  puesta  al  frente  de  las 
Obras  de  Hartzenbusch  en  la  Colección  de  escritores  castellanos,  Madrid,  1887. 

5  Breve  resumen  de  la  historia  de  los  Amantes  de  Teruel,  por  D.  Federico  Andrés,  ilustra^ 
do  con  dibujos  de  Salvador  Gisbert.  Teruel,  imp,  de  la  Beneficencia,  iSgS;  S.**,  78  páginas. 


BIBLIOTECAS   Y   MUSEOS  249 

dición  oral  es,  ó  parece,  pobrísimo  é  ineficaz  recurso.  Esta  clase  de  tradi- 
ciones tienen  alguna  fuerza  en  pueblos  que  carecen  de  literatura  ó  que, 
cuando  llegan  á  tenerla,  las  recogen  desde  luego  y  las  conservan  entre  sus 
más  queridos  recuerdos. 

No  es,  ciertamente,  razón  bastante  para  negar  la  exactitud  del  suceso  la 
de  que  los  historiadores  lo  hayan  omitido;  porque,  dada  la  concisión  ordi- 
naria de  nuestros  analistas,  es  obvio  que  no  habían  de  consignar  un  acon- 
tecimiento de  índole  privada  cuando  tantos  de  mayor  importancia  han 
pasado  en  silencio.  Pero  sí  resulta  muy  extraño  que  ni  en  los  siglos  xiv  y 
XV  ni  en  la  primera  mitad  del  xvi  hubiese  motivado  ninguna  alusión 
ni  referencia,  ni  inspirado  ningún  cantar  popular,  ni  romance,  ni  refrán 
ó  modo  proverbial,  cuando  tantos,  de  hechos  de  cuyo  fondo  ya  ni  memo- 
ria se  conserva,  subsisten  aún  bajo  esta  forma  paremiológica. 

Nadie  se  acuerda  hoy  de  los  casos  y  personas  que  conmemoran  estos  re- 
franes del  siglo  XV.  » 

Arremetióse  Morilla  é  comiéronla  los  lobos, 

Domingo  Jimeno  por  su  mal  vido  lo  ajeno. 

El  físico  de  Orga{j  que  cataba  el  pulso  en  el  hombro.  ^ 

Pablad  ahiy  Antón  Góme^, 

Pácelo  Haxa  é  acotan  á  Ma^^ote. 

i\os  con  daño  é  Mari  Martín  con  querella. 

Si  bien  Ibáñe^,  si  non  Pero  como  antes, 

Y  apenas  si  sabemos,  ó  creemos  saber,  el  origen  de  estos  dos,  acaso  por 
la  elevada  categoría  de  los  interesados: 

Al  buen  callar  le  llaman  Sancho. 

Obispo  por  obispo  séalo  Domingo. 
Nada  de  esto  hay  en  lo  que  á  la  historia  de  los  Amantes  de  Teruel  ata- 
ñe. Aparece  desde  el  primer  momento  completa,  perfecta  y  fresca  como  si 
fuese  un  hecho  reciente.  Y  así  los  primeros  que  lo  consignaron  creyéronlo 
sucedido  en  el  reinado  de  Carlos  V,  hacia  ¡535,  á  raiz  de  la  expedición 
contra  Túnez. 

Es  también  cosa  reparable  y  que  se  opone  á  la  constancia  de  la  supuesta 
tradición  la  de  que  los  primitivos  narradores  de  la  aventura  terolense  la 
cuentan  de  modo  diverso,  no  en  el  fondo  ó  dato  primordial,  pero  sí  en  al- 
gunas circunstancias  muy  esenciales.  Punto  es  este  en  que  no  han  parado 

I    Obras  del  Marqués  de  Santillana.  Madrid,  i852,  págs.  504  y  siguientes. 


35o  REVJSTA   DE  ARCHIVOS 

SU  atención  los  que  del  asunto  han  escrito  y  que,  como  hemos  de  ver,  tie- 
ne no  escasa  importancia. 

Igualmente  aparece  desmentida  esta  persistencia  tradicional  por  un  tes- 
tigo antiguo  y  muy  respetable.  En  la  época  en  que  la  difusión  y  celebridad 
de  la  leyenda  arriatoria  eran  mayores;  esto  esj  á  poco  de  publicar  el  secre- 
tario Juan  Yagüe  de  Salas  su  poema  de  Los  Amxnies  de  Teruel  (i6i 6)  es- 
cribía el  Dr.  D.  Vincencio  Blasco  de  Lanuza,  Penitenciario  de  Zaragoza, 
estas-  palabras: 

«Ni  quiero  tratar  aquí  de  lo  que  se  dice  del  suceso  tan  sonado  y  tan  can- 
tado de  Marcilla  y  Segura  que,  aunque  no  lo  tengo  por  imposible,  creo 
certísimamente  ser  fabuloso;  pues  no  hay  escritor  de  autoridad  y  clásico, 
ni  aquellos  Anales  tantas  veces  citados,  con  ser  particulares  de  las  cosas 
de  Teruel,  ni  otro  autor  alguno  que  de  ello  haj;a  mención;  si  bien  algunos 
poetas  le  han  tomado  por  sujeto  de  sus  versos,  los  cuales  creo  que  si  halla- 
ran en  archivos  alguna  cosa  de  esto,  ó  si  en  las  ruinas  de  la  parroquial  de 
San  Pedro  de  Teruel  ^queriéndola  reedificar)  se  hubiera  hallado  sepultura 
de  mármol  con  inscripción  de  estos  amantes  no  lo  callaran.»  > 

Ya  hemos  dicho  que  el  silencio  de  los  historiadores,  aunque  significativo 
no  es  resolutorio;  pero  si  hubiese  tradición  antigua  no  dejaría  el  Dr.  Blas- 
co de  referirse  á  ella,  aunque  fuese  por  combatirla;  mientras  que,  por  el 
contrario,  solo  se  refiere  á  Yagüe  y  demás  poetas  que  escribieron  sobre 
dicho  tema. 

Por  otra  parte,  muchas  de  estas  llamadas  tradiciones  no  son  otra  cosa 
que  recuerdos  incompletos  y  bárbaramente  desnaturalizados  por  el  pueblo 
de  algunas  obras  literarias.  Varias  de  las  tradiciones  relativas  al  rey  Don 
Pedro  son  debidas  á  las  comedias  de  Lope,  Vélez  de  Guevara  ó  Claramon- 
te.  El  romanticismo  fué  entre  nosotros,  gran  creador  de  esta  clase  de  tra- 
diciones que  los  novelistas  y  poetas  aplicaban  á  un  viejo  torreón,  á  un  ba- 
rranco, á  cualquier  objeto  natural  ó  artificial.  Los  habitantes  del  lugar  fa- 
vorecido se  enteraban  por  la  lectura  de  que  tenían,  sin  salterio,  aquel 
tesoro  legendario  y  luego  se  lo  repetían  candidamente  á  todo  el  viajero 
que  llegaba  á  sus  puertas.  El  mismo  Sr.  Gabarra  afirma  que  el  criado 
de  Marcilla,  según  una  tradición  viva  aun  en  Teruel,  se  llamaba  Ca- 
macho;  y  este  es  justamente  el  nombre  del  lacayo  en  la  comedia  de 
Montalbán,  de  donde  lo  tomó  el  pueblo,  cuando  en  los  siglos  xvii  y  xviii 

I  Historias  eclesiásticas  y  seculares  de  Aragón  por  el  Br.  Vincencia  Blasco  de  Lanui^a.  Za- 
ragoi^a,  Juan  de  Lana  ja  y  Quartanet.  Tomo  2.°,  1619,  fol.— V.  lib.  III,  cap.  XIV. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  35 1 

vio  representar  esta  pieza,  tan  frecuente  entonces  en  nuestros  teatros 
como  hoy  olvidada. 

Todo  lo  hasta  aquí  dicho  no  tiene  por  objeto  negar  eh  absoluto  la  exis- 
tencia y  verdad  de  las  tradiciones  no  escritas  cuando  suelen  recogerse  de 
cualquier  modo  en  las  literaturas  incipientes,  sino  establecer  una  prudente 
desconfianza  sobre  estos  medios  de  comprobación  de  sucesos  raros  ó  anó- 
malos. '   ■        t 

Vienen  luego  en  apoyo  de  la  realidad  histórica  de  la  pareja  terolana, 
rival  en  fama  de  la  veronesa,  la  presencia  de  las  momias  ó  esqueletos  de 
los  presuntos  amantes  en  la  iglesia  de  S.  Pedro  de  Teruel  y  las  obras  poé- 
ticas á  que  han  dado  nacimiento. 

A  estos  puntos  consagraremos  algunos  renglones  que,  á  la  vez,  serán 
explanación  de  las  ideas  apuntadas  al  principio. 

II.    Los  DOCUMENTOS. 

Es  el  primero  y  principal  cierta  narración  en  prosa  que  Antillón  en- 
contró en  el  archivo  de  la  iglesia  de  S.  Pedro.  *  Ningún  carácter  de  auten- 
ticidad en  lo  externo  ofrece  este  papel,  que  consiste  en  una  copia  simple  y 
moderna;  ode  letra  de  ayer»,  como  Antillón  la  califica.  Se  dice  tomada  de 
otra  escritura  antig ja  del  archivo  de  la  ciudad,  en  donde  no  e^iiste.  = 

En  cuanto  á  su  contenido  obsérvase  sin  gran  dificultad  que  se  trata  de 
una  superchería.  Empieza  la  relación  ó  historia  de  los  Amantes  imitando 
el  lenguaje  antiguo,  en  estos  términos: 

yE  pue.;  decimos  de  males  y  guerras,  bueno  es  digamos  de  amores.  Nos 
feitos  más  verdaderos  en  Teruel  está  el  de  un  joven  llamado  Diego  Juan 
Martínez  de  Marcilla,  de  unos  veinte  y  dos  años.  Enamoróse  de  Isabel  de 
Segura,  hija  de  Pedro  Segura:  el  padre  no  tenía  otra,  era  muy  rico:  los 
jóvenes  se  amaban  muy  mucho,  en  tanto  que  vivían  afanados;  é  dixo  el 
joven  como  deseaba  tomarla  por  muller,  é  ella  respuso,  ciertamente  el  de- 
seo de  ella  era  aquel  mateix,  empero  que  supies  que  nunca  lo  faría  sin  que 
su  padre  y  madre  se  lo  mandasen.» 

1  Aotülún  la  copió  íntegra  al  principio  de  sus  Noticias  (páginas  3- ao);  se  reprodujo  en  el 
Semanario  pintoresco  de  1837  (páj^ina  44)  y  la  trasladó  también  Gabarda  en  su  Historia. 

2  En  un  índice  timbión  moderno  de  papeles  del  Ayuntamiento  de  Teruel,  hay  la  no:a  «Pa- 
peles sobre  los  amante>v,  pero  no  existen  tules  papeles,  oi  de  la  nota  se  deduce  que  si  los  hubo 
fuesen  antiguos.  Probablemente  sería  introducida  por  el  mismo  que  forjó  la  historia  del  archi- 
vo de  S.  Pedro. 


352  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

Poco  á  poco  va  abandonando  el  autor  esta  fabla  y  acaba  por  expresar- 
se en  lenguaje  corriente  hoy  mismo.  Pero  como  en  la  relación  se  interca- 
lan literalmente  muchos  versos  del  poema  de  Yagüe  de  Salas  y  suena  co- 
piada en  1619,  aunque  de  un  manuscrito  muy  antiguo,  y  se  da  á  Yagüe 
como  uno  de  los  te3tificantes  de  la  copia,  no  necesitó  más  Antillón  para 
atribuir  al  propio  Juan  Yagüe  esta  falsedad. 

A  nuestro  parecer,  la  invención  es  muy  posterior  al  buen  notario  y,  si 
tomaron  sus  versos  y  aun  le  hicieron  suscribir  el  documento,  fué  para  au- 
torizarlo, pues  era  sabido  que  Yagüe  había  sido  secretario  del  cabildo  mu- 
nicipal de  Teruel  y  pensaron  que  nada  más  propio  que  la  deducción  de  que 
Yagüe  se  hubiese  servido  y  hasta  versificado  un  texto  de  tanto  precio  que 
tenía  bajo  su  custodia. 

Como  Antillón  había  demostrado  la  falsedad  de  esta  historia  fundado 
principalmente  en  la  diferencia  de  estilos  y  lenguaje,  se  trató  de  remediar 
este  descuido  del  primitivo  falsario.  En  i838  publicó  D.  Isidoro  Villarro- 
ya,  como  hemos  dicho,  su  novela  Marcilla  y  Segura  y,  en  el  prólogo, 
manifiesta  haber  hallado  una  persona,  que  no  nombra,  ciertas  Notas 
originales  del  pobre  y  zarandeado  Juan  Yagüe,  en  que  la  historia  de 
los  Amantes  se  cuenta  por  modo  muy  abreviado  y  toda  en  fabla  an- 
tigua. 

Apelando  al  conocido  recurso  de:  «está  roto»,  «falla  una  hoja>\  «ras- 
gado», para  eludir  los  escollos  de  algunos  pasajes  en  que  había  zozobrado 
el  primitivo  componedor,  hecho  que  se  repite  catorce  veces  en  una  relación 
que  no  ocuparía  más  de  un  par  de  hojas  en  el  original,  hilvanó  Villarroya, 
ó  quien  fuese,  su  nueva  versión  del  documento,  cuyo  principio  ó  parte 
antigua  copia  literalmente  y  así  lo  imprimió  en  dicho  prólogo.  Y  tan 
satisfecho  le  dejó  su  obra  que  no  vacila  en  afirmar  que  si  Antillón  le 
hubiera  conocido  habría  pensado  de  modo  distinto  en  la  materia,  «su- 
puesto que  esta  [copia]  conserva  hasta  el  fin  el  estilo  y  locución  anti- 
cuada, cuyo  lenguaje  pertenece  al  siglo  xiii  á  que  se  refiere».  Alguno 
afirmó  después  que  era  del  xv;  pero  en  realidad  no  es  ni  de  uno  ni  de 
otro,  sino  una  jerigonza  formada  por  frases  y  vocablos  antiguos,  castella- 
nos y  provinciales  de  Aragón  y  Cataluña.  También  este  traslado  se  dice 
ser  de  1619. 

La  versión  de  Villarroya  no  satisfizo  enteramente  á  D.  Esteban  Ga- 
barda, quien,  aunque  la  reprodujo  toda  en  su  Historia,  no  lo  hizo  sin  in- 
tercalar ya  algunas  palabras,  ya  una  cláusula  entera  ó  ya  nuevos  porme- 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  353 

ñores  y  alguno  de  interés  por  repetir  especies  de  la  antigua  forma  del  do- 
cumento. ' 

No  sabemos  si  á  estas  horas  algún  otro  devoto  de  la  leyenda  turolense 
habrá  hallado  nueva  redacción  de  tan  asendereado  texto,  pero  creemos  que 
con  lo  dicho  basta  y  sobra  para  apreciar  el  valor  histórico  que  debe  dársele. 

Dejando  ya  el  torcido  y  oscuro  camino  de  las  falsificaciones,  vengamos 
al  claro  y  recto  de  las  obras  auténticas. 

¿Cuándo  aparecen  por  primera  vez  el  nombre  é  historia  de  los  Aman- 
tes de  Teruel  en  nuestros  escritores? 

III.  Las  primeras'obras  literarias. 

No  podemos  determinarlo  exactamente.  2  La  primera  obra  de  fecha 
cierta  que  ha  llegado  á  noticia  nuestra  es  la  titulada:  El  pelegrino  curioso 
y  grandevas  de  España,  compuesta  por  Bartolomé  de  Villalba  y  Estaña, 
odoncel  vecino  de  Jéricao,  personaje  de  quien  no  tenemos  otra  noticia.  3 
En  este  curioso  libro,  escrito  ó  terminado  en  iSyj,  intercala  el  autor  un 

1  Por  ejemplo  el  episodio  relativo  á  que  el  medio  de  que  Isabel  se  vale  para  declarar  á  su 
esposo  la  muerte  de  Marcilla  es  ñngir  que  lo  había  soña.'.o  como  ocurrido  á  otra  persona:  inci- 
dente que,  como  veremos  pertenece  también  á  la  primitiva  forma  de  la  leyenda. 

La  nueva  redacción  dada  por  Gabarda  al  papel  de  la  iglesia  de  S.  Pedro  hállase  además  en  el 
articulo  de  Hartzenbusch  en /:/ La¿>fnnío  de  1843  >'  en  el  prólogo  del  mismo  á  la  novela  de 
Castel-Leóp. 

2  Don  Pascual  de  Gayangos,  en  una  de  sus  notas  á  la  traducción  castellana  de  la  Historia  de 
la  literatura  española  de  J.  Ticknor  (tom.  3.",  pág.  y/>)  cita  una  rarísima  obra  que  vio  en  1838  en 
la  biblioteca  que  en  su  palacio  de  Blenheim,  en  Inglaterra,  po>eían  los  duques  de  M.rlbourough. 
Se  intitula  Histuria  lastimosa  y  sentida  de  los  dos  tiernos  amantes  Marcilla  y  Segura,  natura- 
les de  Teruel,  ahora  nuevamente  copilada  y  dada  á  lu^  por  Pedro  de  Alventosa,  vecino  de  dicha 
ciudad.  Ks  en  4.'^  de  16  hojas  a  dos  columnas,  letra  gótica,  sin  año  ni  lugar  de  impresión  (hacia 
l555,  según  Gayangos),  y  va  dividida  en  tres  partes.  Está  escrita  en  redondillas  y  tiene  la  torma 
y  aspecto  de  las  historias  populares  que  corrían  por  aquel  tiempo. 

Aunque  do  creemos  que,  en  h>  esencial,  altere  esta  Historia  lo  ya  conocido  sobre  los  Amantes 
de  Teruel,  principalmente  porque  su  contenido  debió  de  pasar  á  los  que  escribieron  cerca  de 
Alveniosa,  seria  muy  útil  conocer  su  texto.  Si  alguno  de  los  hispanistas  ingleses,  por  ejemplo  el 
Sr.  1).  J.  Fit/-Maurice  Kelly,  tan  perito  en  toda  clase  de  investigaciones  literarias,  tuviese  oca- 
sión de  emprender  esta  se  lo  agradecerían  h>s  verdaderos  aficionados  de  España.  • 

3  ¡U  peU'ffvino  curioso  y  grandevas  de  ¡\s^aña  por  bartholomé  de  Villalba  y  Estaña, 
doncel  j'fcinn  de  Xérica.  Publicalo  la  Suciedad  de  liibliójilos  españoles.  4.°  Tomo  I:  Ma- 
drid, i8^i;  xvi-44r)  páginas,  y  Tomo  II;  .Madrid,  iHStj:  xix-323  páginas.  La  licencia  para  la  impre- 
sión, que  no  se  hizo  de  la  obra  es  de  Diciembre  de  1577. 

El  poema  de  Los  .\mantes  de  Teruel,  ocupa  de>Je  la  página  113  á  la  272  del  Tomo  2.*'  y  prin- 
cipia: « 

Canta  los  amores,  suave  musa, 

que  en  Teruel  ciertamente  sucedieron 

y  dos  muertes  no  vistas  ni  aun  oidas, 

dos  tines  en  el  mundo  inusitablcs... 
£1  poema  no  tiene  mérito  particular;  es  desigual;  lleno  de  comparaciones  absurdas  ó  extrañas, 
de  frases  inauditas,  de  digresiones,  anacronismos  y  errores.  No  es  tampoco  muy  seguro  que 
respetase  la  forma  en  que  Alvcntosa  dio  la  leyenda  por  el  carácter  invencionero  que  revela  este 
Doncel  de  Jérica  en  otras  cosas  de  su  viaje  por  España  y  Portugal. 


354  REVISTA  de"  ARCHIVOS 

largo  poema  histórico,  de  unos  5.5oo  versos,  acerca  de  los  célebres  aman- 
tes. Veamos,  en  resmnen  como  refiere  el  caso. 

Coloca  su  principio  en  la  era  1280  ó  sea  en  el  año  1242  y  llama  á  los 
dos  jóvenes  Marzilla  y  Segura,  sin  otro  sobrenombre  ni  aditamento. 

Se  habían  criado  juntos;  él  era  pobre,  músico  y  cantor;  y  cuando  quiso 
casarse  con  su  amada,  los  padres  de  ésta  se  la  negaron.  Segura  le  consuela 
,é  indica  que  se  marche  d  las  Indias  ó  á  Italia  y  busque  la  riqueza  qué  ne- 
cesita, que  ella  le  esperará  siete  años.  Acepta;  se  joran  mutua  ridplidad  y  él 
parte.   / 

Segura  (no  le  da  otro  nombre)  vistió  hábito,  no  salió  de  casa  ni  habló 
con  galán  hasta  que  transcurrieron  los  siete  años. 

En  tanto  xMarzilla  pasa  á  Valencia,  á  Toledo,  á  Alcalá  la  Real  «á  ca- 
zar moros»  y  mató  cien  en  el  primer  día.  Todo  en  este  poema  es  exagera- 
do. Compara  las  fuerzas  del  joven  c^n  las  dz  Céspedes;  cuando  suspira 
suena  el  suspiro  como  espantoso  trueno;  si  llora  sus  lágrimas  corren  como 
la  lluvia  por  los  canales  de  las  casas.  Marzilla  llega  á  la  Vega  y  pone  es- 
panto á  toda  Granada.  Salen  á  él  dos  valientes  y  principales  moros:  vence 
al  uno  y  hace  treguas  con  el  otro  por  complacer  á  la  mora  su  amada,  no  sin 
haberle  puesto  antes  á  punto  de  sucumbir.  Y  como  al  otro  día  no  viene  nin- 
guno á  lidiar  con  él  abandona  la  Vega  y  pasa  á  Italia.  Hay  que  advertir 
que  aunque  el  autor  fijó  la  fecha  de  1242  al  principio  de  estas  aventuras, 
los  moros  con  quienes  lucha  son  del  siglo  xv  y  parientes  del  Rey  Chico 
(Boabdil)  que  mandaba  en  Granada.  Por  otro  lado  dice  que  Marzilla,  es- 
t  ivo  tres  años  en  Castilla  favorecido  del  rey  de  León. 

En  Italia  reinaban  el  papa  Juan  XXI  (1276-1277)  el  emperador  Rodulto 
(1273-1291)  y  en  Ñapóles  Carlos  (de  A njou:  i266-i3oo):  ya  estamos  bien  ale- 
jados del  1242.  Llegó  á  Roma  cuando  coronaban  al  papa  Nicolás  (por  lo 
visto  Nicolás  III:  de  1277  á  1271).  Entre  los  italianos  realizó  grandes  proe- 
zas que  el  autor  dice  «pasa  entre  ringlones»  y  trató  de  volver  á  Aragón. 
Faltaban  seis  meses  para  expirar  el  plazo,  según  la  cronología  de  Villalba, 
y  se  embarcó  en  Venecia  para  Barcelona.  Tempestades  continuadas  que 
le  impiden  tomar  ningún  puerto  acaban  por  arrojarle  hasta  Lisboa  c<al  ca- 
bo de  año  y  meses  de  tormenta»)  (¡durar  es!)  llegando  á  dicha  capital  nueve 
meses  pasados  de  los  siete  años  fatales. 

En  tanto,  un  pretendiente  de  Segura  finge,  por  medio  de  un  pasajero, 
la  muerte  de  Marzilla;  presenta  su  testamento,  escrito  «en  la  lengua  tosca- 
na  muy  limada»,  y  se  le  crc2  muerto.  Los  padres  mandan  á  Segura  que  se 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  355 

case  y  ésta  obedece  sin  dificultad  eligiendo  uno  de  seis  pretendientes  que  le 
quedaron  «desechados  los  zánganos  inútiles.» 

Marzilla  desembarca;  toma  postas  corriendo  y  anda  cuarenta  leguas  el 
primer  día,  llegando  el  jnismo  d^  la  boda.  Ocúltase  en  casa  de  una  tía  suva 
sin  que  nadie  le  viese  ni  conociese  salvo  Lupercia,  una  perrilla  blanca  de  * 
su  tía.  Sabe  la  triste  nueva  y,  embozado,  se  encamina  á  casa  de  Segura. 
Topa  con  Eufrasia,  criada  de  la  joven,  que  le  conduce  á  la  alcoba  y  él  se 
mete  debajo  de  la  cama. 

Llega  la  novia  sola  y  acuéstase  sin  luz.  Marzilla  á  tientas  toca  su  cuer- 
po; ella,  sin  asustarse  poco  ni  mucho,  se  limita  á  preguntarle,  al  que  le  to- 
có, quién  es.  tcMar^illa  el  mancillado  soy,  señorao,  contesta  él.  Entonces 
Segura,  como  lo  suponía  muerto,  implora  el  auxilio  del  cielo.  La  persuade 
él  de  que  no  ha  muerto  inculpándola  por  su  falta  de  constancia.  La  donce- 
lla alega  el  hecho  consumado  y  él  le  pide  un  beso  que  le  niegan.  Llega  el 
esposo:  Segura  se  finge  enferma  y  consigue  que,  sin  más,  aquél  se  duerma. 
Llama  luego  á  Marzilla  y  no  le  responde;  levántase  la  joven  y  hállale  frió 
y  rígijio.  Grita,  despierta  el  marido  y  le  refiere  todo  el  suceso.  Entre  lo» 
dos  cargan  con  el  cuerpo  de  Marzilla  y  le  dejan  en  el  umbral  de  la  casa 
de  sus  padres. 

Al  día  siguiente  sorpresa  general,  duelo  y  entierro  en  la  iglesia  de  San 
Pedro,  donde  apresuradamente  entra  una  mujer  enlutada  que  se  arroja  so- 
bre el  cadáver  y,  después  de  un  largo  é  impropio  discurso,  expira  sobre 
él.  Al  separarla  la  conocen  todos;  los  enterraron  juntos,  y  el  poeta  añade: 

Eternamente  han  de  ser  loados 
los  tales,  si  mis  versos  pueden  algo. 

No  cita  ni  los  nombres  ni  las  familias  de  los  padres  de  los  enamorados, 
ni  el  del  marido  de  Segura.  En  cambio  dice  que  el  capitán  de  la  ciudad  se 
llamaba  D.  Diego  Celada. 

Como  esta  obra  permaneció  inédita  hasta  nuestros  días,  no  es  de  supo- 
ner que,  aunque  no  ftiese,  tal  vez,  desconocida,  ejerciese  grande  influjo  en 
los  que  después  trataron  el  mismo  tema. 

Sin  embargo,  algo  de  común  (no  en  el  fondo,  que  eso  tiene  que  ser  for- 
zoso) sino  en  pormenores  singulares,  tiene  con  la  tragedia  titulada  Los 
Amajites,  publicada  en  i58i  por  el  famoso  poeta  valenciano  Micer  Andrés 
Rey  de  Artieda  ',  obra  que,  si  como  dramática  tiene  grandes  defectos,  es 
sumamente  curiosa  bajo  el  aspecto  histórico  que  ahora  nos  interesa. 

I    Los  Amantes.  \  Tragedia^  comppesta  por  Micer  An-  \  dres  Rey  de  artieda.  \  Dirigida  al 
Jllustre  Señor  Don  Thomas  de  |  Vilanoya,  Mayorazgo  y  legitimo  suces-  |  sor  en  las  Baronías 


356  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

Según  la  relación  que  el  mismo  Marcilla  hace,  se  crió  junto  con  Segu- 
ra, como  primos  y  pared  en  medio  ambas  casas.  Retiróla  su  padre  luego 
que  se  enteró  de  su  afición  mutua  y  se  la  negó  en  matrimonio  fundándose 
en  que  eran  muy  niños.  Marcilla  se  ausenta,  embarcando  en  Palamós  para 
el  África,  permaneciendo  los  siete  años  que  le  habían  dado  de  plazo  en  Tú- 
nez, donde  ganó  de  los  moros  grandes  tesoros  á  punto  que  pudo  regresar 
con  cincuenta  acémilas  cargadas  de  riquezas. 

Llega  á  media  milla  de  Teruel  pasado  el  plazo  una  ó  dos  horas,  mo- 
mento en  que  principia  la  obra.  PJl  conde  de  Fuentes  se  presenta  á  saludarle 
y  le  noticia  que  se  hacen  grandes  fiestas  en  Teruel  por  el  casamiento  de 
Sigura,  novedad  que  djja  Marcilla  como  es  de  suponer.  Envía  delante  d 
su  criado  que  verifica  la  exactitud  de  la  noticia  y  luego  se  presenta  el  mis- 
mo y  da  el  parabién  á  los  novios.  Habiendo  quedado  solos  Marcilla  y  Si- 
gura  se  desarrolla  una  escena  de  quejas  bastante  vivas  entre  ambos;  ella  se 
disculpa  por  haber  concluido  el  plazo;  él  la  censura  por  su  falta  de  amor, 
pues  no  quiso  esperar  siquiera  un  mes. 

Marcilla  se  retira  á  su  casa  llena  de  dolor.  Sigue  una  original  escena 
entre  él  y  Lain,  su  criado.  Pídele  á  éste  un  Horacio  y  un  Virgilio  que  dice 
va  á  traducir;  se  cansa  pronto,  toca  el  laúd  y  canta  un  soneto.  Nada  le 
consuela.  Celébrase  en  su  casa  un  banquete  con  sus  parientes  que  vienen  á 
felicitarle  por  su  regreso  y,  antes  de  concluir  levántase  Marcilla  y  marcha 
á  casa  de  Sigura  á  la  velada  nupcial.  Aprovecha  la  confusión  y  el  ruido 
para  esconderse  tras  la  cama  de  los  novios.  Llegan  éstoS:  Sigura  pide  á  su 
marido  la  respete  un  dia  citándole  ejemplos  de  Alejandro  y  de  Escipión. 
Sigue  un  monólogo  de  Eufrasia,  que  escucha,  ve  y  dice  lo  que  en  la  alcoba 
pasa  entre  Isabel  y  Marcilla,  porfiando  éste  por  darle  un  beso  hasta  que 
lanza  un  ¡ay!  de  muerte.  En  la  escena  siguiente  ya  está  el  marido  enterado 
de  todo  y  auxiliado  de  Sigura  conducen  el  cadáver  á  la  puerta  de  su  casa, 
la  joven  muy  preocupada  de  que  nadie  se  entere. 

En  el  auto  quarto  hallan  á  Marcilla  su  padre  y  criados;  escena  de  aflic- 
ción y  condución  á  San  Pedro  del  cuerpo  del  amante.  Vienen  luego  unos 
lamentos  de  Sigura  en  hermosas  quintillas,  y  acaba  por  resolverse  á  mar- 

de  liicorp  y  Quesa,  K\  \  (Escudo  del  Mecen ns)  En  Valencia,  en  casa  de  Pedro  de  Iluctc,   i58i. 
A  coniinuición  va  un  soneto  de  D.  Miguel  Hibellcs  y  luego  1 1  dedicatoria  en  tercetos.  Principia. 

EsC'iuro  edificó  el  primer  teatrt). 
Tiene  17  personajes.  Al  fin  lleva  unos  versos  que  dice  la  Fama,  y  una  aprobación  de  Fr.  Juan 
Bautista  Bur¿;os;  fechada  en  S.  Agustín  de  Valencia  á  9  de  Febrero  de  i58r.  No  tiene  paginación; 
acaba  en  la  segunda  hoja  de  la  signatura  K-3.  Kn  todo  40  hojas. 


BIBLIOT.ECAS  Y    MUSEOS  SSy 

char  á  la  iglesia  d  darle  el  beso  pedido.  Monólogo  de  Eufrasia  para  prepa- 
rar la  escena  en  que,  ya  dado  el  beso,  muerta  y  conocida  Sigura,  los  pa- 
rient2s  del  marido  le  reprenden  por  su  flema  ante  aquel  ultraje.  Éste  les 
refiere  todo  el  caso;  el  gobernador  manda  les  entierren  juntos  y  se  les  haga 
un  sepulcro  de  mármol. 

Como  se  ve,  de  igual  modo  que  el  Doncel  de  Jérica,  hace  Micer  Andrés 
á  Marcilla  una  especie  d2  trovador,  á  quien  sus  méritos  y  su  esfuerzo  dan 
la  fortuna.  La  acción  de  la  tragedia  pasa  en  tiempo  de  Carlos  V, desde  i535, 
fecha  de  la  jornada  de  Túnez.  Otra  coincidencia  con  Villalba  es  el  nombre 
de  Eufrasia,  que  lleva  la  confidenta  de  Isabel,  que  aquí  es  prima  y  no  cria- 
da suya. 

Seguimos  ignorando  los  nombres  y  familia  de  los  enamorados  y  del 
marido  de  Segura.  No  hay  que  olvidar  que  también  y  como  mantenedor 
del  torneo  de  boda,  figura  un  Conde  de  Fuentes.  Es  asimismo  de  notar  que 
las  dos  escenas  culminantes  de  la  tragedia:  la  de  la  cama  y  la  de  la  iglesia 
suceden  entre  bastidores  y  son  referidas  en  monólogos  de  Eufrasia  y  del 
marido  de  Isabel;  por  donde  se  ve  el  respeto  que  Artieda  profesa  á  la  ver- 
sión corriente  d^l  suceso  y,  en  cuanto  á  la  primera,  el  concepto  que  tenía 
del  decoro  teatral,  pues  no  se  atrevió  á  suprimirla  ni  á  modificarla  como 
hicieron  los  demás  poetas  dramáticos. 

Muy  pocos  años  después,  '  en  i588,  imprimía  en  Alcalá  de  Henares  el 
luego  célebre  médico  de  Felipe  III  y  Felipe  IV,  Jerónimo  de  Huerta  su 
poema  Florando  de  Castilla,  lauro  de  caballeros  2,  que  había  escrito  á  los 
14  años,  cosa  verdaderamente  asombrosa,  pues  tiene  el  poema  cerca  de 
8.000  versos,  la  mayor  parte  en  el  difícil  metro  de  la  octava  real.  En  esta 
obra  intercaló  el  autor,  en  el  canto  IX,  La  celebrada  historia  de  los  Aman- 
tes de  Teruel  Marcilla  y  Segura. 

El  suceso  está  contado  rápidamente  en  57  octavas,  con  algunas  varian- 
tes de  interés  y  en  el  tenor  siguiente.  xMarcilla  y  Segura  (una  sola  vez  le  lla- 
ma Isabel)  se  criaron  juntos  y  amaron  desde  niños.  El  padre  de  ella,  no- 


1  T.iMibicn  por  enloncc>í  escribín  cl  famoso  poeta  Pedro  Láinez,  natural  de  Teruel,  según 
un  pasaje  aIi;o  oscuro  del  poema  de  Yagüe  y  amigo  de  Cervantes.  En  el  manuscrito  de  sus  ver- 
sos que  en  (jr.inada  poseen  los  Duques  de  Cíor;  hay  un  p  isaje  relativo  á  los  Amantes  de  Teruel 
inicrc  il  ido  en  una  égloga.  Corno  estos  versos  de  Láinez  verán  pronto  la  luz  pública  en  la  co- 
lección de  los  Bibliófilos  españ.)les,  entonces  podrá  apreciarse  como  se  trata  el  asunto. 

2  Florandit  de  Castilla,  Layro  de  cavalUros,  compuesto  en  octaua  rima  por  el  licenciado 
llieronymo  de  Guerta,  natural  de  Escalona...  Alcalá,  en  casa  de  Juan  Gradan...  MDLXXXVIII; 
4.";  ir»H  hojas  y  8  más  de  preliminares.  Reimpreso  en  cl  tomo  de  Curiosidades  bibliográjicas  de 
la  Biblioteca  de  autores  españoles.  La  aprobación  lleva  la  fecha  de  .Madrid,  27  de  Junio  de  1587. 


358  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

tandoesta  inclinación  recogió  á  su  hija  y  negó  luego  su  rnano  al  padre  de 
Marcilla,  con  pretexto  de  que  eran  todavía  muy  jóvenes,  aunque  era  en  rea- 
lidad la  causa,  ser  Marcilla  pobre  por  tener  hermano  mayorazgo..  Después 
de  obtener  de  su  amada  un  plazo  de  siete  años,  parte  el  héroe  en  busca  de 
fortuna,  embarcándose  en  Palamós  en  una  nave  que  iba  contra  el  África. 

Realizó  grandes  hazañas,  venció  á  los  moros;  llegó  á  ser  general;  ayun- 
tp  tesoros  y,  viendo  prqximo  el  cumplimiento  del  plazo,  se  embarcó  para 
España.  Uría  tempestad  le  detiene  hasta  que  llega  á  Teruel  con  dos  horas 
de  retraso  en  el  mismo  día  en  que  Segura  se  había  casado.  Tuvo  valor.para 
felicitar  á  los  novios,  pero  á  la  noche  se  escondió  debajo  de  la  cama  de 
aquéllos.  Segura  obtiene  treguas  de  su  esposo  á  pretexto  de  cumplir  un 
voto.  Duérmese  y  sale  Marcilla  y,  tomando  una  mano  de  la  joven,  procura 
tranquilizarla,  aunque  luego  la  acusa  de  mudable.  Defiéndese  ella  por  ha- 
ber expirado  el  plazo.  Marcilla  le  pide,  como  último  favor,  un  beso  que 
ella  le  niega  una  y  otra  vez  y  el  amante  lanza  un  triste  y  postrer  suspiro. 

Aturdida  Segura,  despierta  á  su  esposo;  le  cuenta  todo  y  ambos  llevan 
ocultamente  el  cadáver  á  la  puerta  de  la  casa  de  su  padre.  Venida  la  ma- 
ñana se  promueve  gran  tumulto  y  duelo.  Cuando  iban  á  sepultar  al  d2s- 
graciado  Marcilla  se  avalanza  Segura  y  abrazándose  al  cuerpo  le  besa  rei- 
teradamente y  expira  en  aquella  actitud.  El  esposo  refiere  á  todos  el  lance 
y  admirados  piden  que  les  entierren  juntos. 

La  época  es  la  de  Carlos  V  por  la  expedición  al  África  que  enriquece  á 
Marcilla.  Faltan  también  los  nombres  de  los  padres  y  del  esposo.  A  Segura 
solo  una  vez  le  llama  Isabel.  Se  ve  ya  á  la  leyenda  concretarse.  Ya  no  hay 
el  cúmulo  de  aventuras  que  forman  casi  todo  el  poema  de  Villalbá.  La  se- 
mejanza con  la  tragedia  es  notoria,  pues  convienen  en  circunstancias  que 
no  pertenecen  al  fondo  del  asunto;  como  el  torneo  defendido  por  el  Conde 
de  Fuentes;  la  entrevista  de  los  dos  enamorados  antes  de  la  noche  y  la  vi- 
sita del  duelo  de  esposo  de  Isabel  á  los  padres  de  Martilla.  -    ' 

2  L'n  texto  muy  curioso  relativo  al  estado  de  la  leyenda  en  Teruel  mismo,  en  1590  ó  1600  nos 
lo  ofrece  el  anónimo  autor  de  la  Jorna¿fa  Je  5u  Majestad  Felipe  III  á  Valencia  cuando  fué  á 
casarse  con  Margarita  de  Austria.  Kl  autor  con  gran  sencillez  transcribe  lo  que  á  su  paso  por- 
Teruel  oyó  referir  de  público  en  estos  términos:  «Kn  la  iglesia  de  San  Pedro,  en  la  capilla  de 
San  Cosme  y  San  Damián  de  la  dicha  ciudad,  está  la  sepultura  de  los  dos  Amantes  que  llaman 
de  Teruel,  y  dicen  eran  un  mancebo  y.  una  doncella  que  se  querían  mucho,  y  ella  era  rica  y  él, 
al  contrario,  y,  como  él  pidiese  por  mujer  la  doncella,  y  por  ser  pobre  no  se  la  diesen,  se  deter- 
minó á  ir  por  el  mundo  á  adquirir  hacienda  y  ella  de  aguardarle  ciertos  años,  al  cabo  de  los 
cuales  y  dos  ó  tres  días  más,  volvió  rico,  y  halló  que  aquella  noche  se  casaba  la  doncella.  Tuvo 
traza  de  meterse  debajo  de  su  cama  v,  á  media  noche,  la  pidió  un  abrazo,  dándose  á  conocer;  ella 
ie  dijo  no  podía  por  no  ser  ya  suya,  y  él  murió  luego  al  punto.  Lleváronle  á  enterrar  y  ella  fue 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  35g 

Llegamos  al  gran  difundidor  y  perfeccionador  de  la  leyenda  terolense, 
al  autor  de  la  enorme  epopeya  trágica,  como  le  plugo  llamar  á  su  poema 
de  Los  Amantes  de  Teruel  y  compuesto  en  26  cantos,  con  unos  20.400 
versos  endecasílabos. 

Juan  Yagüe  de  Salas,  notario  y  secretario  del  municipio  terolense,  pu- 
blicó su  obra  en  16 16  »;  pero  cuatro  años  antes,  lo  menos,  la  tenía  ya  ter- 
minada y  consultada  con  varios  literatos  y  amigos. 

En  este  libro  hay  que  distinguir  dos  cosas  muy  principales:  una  la  his- 
toria sencilla,  verdadera,  según  la  creía  Yagüe  y  otra  la  creada  y  desarro- 
llada por  él  en  su  poema. 

Así  en  las  octavas  que  van  al  final  ^  como  en  un  Argumento  ó  hipó- 
thesi  de  la  acción  de  los  Amantes  de  Teruel,  desnudo  de  Episodios,  que 
precede  al  poema,  dice  que  Marcilla  y  Segura  se  criaron  juntos,  como  pri- 
mos que  eran.  Siendo  ya  aquél  en  edad  de  gastar  espada  el  padre  de  Segura 
le  negó  la  entrada  en  su  casa  y  luego  la  mano  de  su  hija  cuando  el  padre 
de  Marcilla  fué  á  pedírsela,  pretextando  la  juventud  de  los  aspirantes,  si 
bien  la  causa  era  la  pobreza  de  Marcilla,  segundo  de  su  casa.  El  desairado 
joven  marcha  á  la  guerra  y  Segura  ofrece  esperarle  siete  años.  Regresa 
Marcilla  el  día  mismo  de  las  bodas  y  se  introduce  en  el  aposento  de  Isabel, 
quien  llegado  el  momento,  recaba  de  su  nuevo  esposo  que,  por  un  día  res- 
pete un  voto  que  tiene  hecho.  Marcilla  saliendo  de  detrás  de  unos  tapices, 
después  de  grandes  quejas  sobre  la  poca  fe  de  su  amada  le  pide  un  beso,  y 

al  entierro,  y  cuando  le  querían  echar  en  la  sepultura,  se  arrimó  al  ataúd  y  quedó  allí  muerta,  y 
así  los  enterraron  juntos  en  una  sepultura,  sabido  el  caso.» 

(Relaciones  históricas  de  los  siglos  XVI  y  XVII.  Publícalas  la  Sociedad  de  Biblióf.  esp.,  1896; 
4.^  p.  269).  En  esta  forma  había  ido  condensándose  la  leyenda  después  de  los  escritos  de  Alven- 
tosa,  Villalva,  Articdi,  Huerta  y  tal  vez  algün  otro.  Todavía  no  suenan  nombres,  ni  Marcilla 
era  nieto  de  reyes  sino  «un  pobre  mancebo.» 

1  Los  Amantes  |  de  Tervel.  \  Epopeya  trágica:  \  Con  la  Restauración  de  España  por  la 
parte  de  Sobrarte  \  y  conquista  del  Reyno  de  Valencia.  \  Por  Ivan  Yague  de  Salas.  |  Secretario 
de  la  ciudad  de  Teruel.  |  Dirigida  al  Concejo  y  ayuntamiento  de  dicha  ciudad.  |  (Escudo  de 
armas  de  ella.)  Con  privilegio  Real.  |  En  Valencia,  Por  Pedro  Patricio  Mey:  16 16.  8.°,  30  hoja» 
preliminares,  en  la  última  el  retrato  de  Vague;  722  páginas  (la  final  por  errata  dice  700)  y  25  hojas 
de  Diccionario  poético.  Las  dos  últimas  las  forman  8  octavas  reales  con  la  historia  nuda  del 
suceso  y  unas  quintillas  de  Fr.  Leandro  Badillo  en  loor  de  Yagüe. 

Lleva  sonetos  laudatorios  de  Lope,  Ricardo  del  Turia,  Cervantes,  Salas  Barbadillo,  Guillen 
de  Castro  y  otros  menos  conocidos.  La  licencia  es  de  26  de  Enero  de  i6i5;  una  aprobación  de 
Fr.  Alonso  Remón  de  22  Enero  del  mismo  año  y  una  licencia  eclesiástica  de  Valencia  á  18  Ju- 
lio 1616.  En  una  Carta  encomial  y  apologética  dice  el  P.  Fr.  Francisco  González,  Comendador 
del  convento  de  la  Merced  de  Soria,  que  Yagúe  le  había  comunicado  su  obra  cuatro  años  antes. 
Consta  de  a6  cantos  y  unos  20.400  versos  pero  la  mayor  parte  tratan  de  cosas  ajenas  al  asunto 
principal. 

2  Escribió  estas  octavas  á  ruegos  del  famoso  Guillen  de  Castro,  presidente  de  la  academia 
valenciana  de  los  Montañeses  del  Parnaso,  que  había  sustituido  i  la  de  los  Nocturnos,  y  en  la 
que  se  dio  á  plaza  al  mismo  Yagüe  con  el  nombre  de  Pindauro. 

3.*  ÍPOCA.— TOMO  III.  2S 


36o  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

como  se  lo  rehusa,  expira  de  dolor.  Segura  despierta  al  esposo  y  le  refíe- 
re  el  caso  y  ambos  secretamente,  llevan  el  cadáver  á  su  puerta  que  estaba 
al  lado.  Al  otro  día,  Segura  que,  en  la  iglesia  de  San  Pedro,  asistía  al  en- 
tierro entre  las  mujeres,  cubierta  con  el  manto,  se  acerca  al  cadáver,  se 
abraza  con  él  y  fallece.  El  marido  relata  lo  sucedido  y  entierran  á  los  jó- 
Tenes  difuntos  en  un  sepulcro. 

Hemos  expuesto  una  vez  más  el  tema,  que  no  se  distingue  de  las  ante- 
riores versiones  y  era  la  que  Yagüe  tenia  por  verdadera,  solo  para  que  se 
note  la  diferencia  con  la  que  él  puso  en  su  poema  y  es  la  que  sigue. 

Empieza  fijando  la  época  en  tiempo  del  emperador  Federico  II  (1220- 
125o).  Da  familia  al  galán  á  quien  nombra  Martin  Garcés  de  Marcilla,  de 
la  casa  de  Falces,  de  Navarra  y  descendiente  de  los  Garceses  y  Garcías 
reyes  de  Aragón.  A  ella  le  da  el  nombre  de  Isabel  y  á  su  secretaria  ó  con- 
fidenta  el  de  Leonor. 

Marcilla  parte  á  la  cruzada  de  Federico  II  contra  Jerusalén  (1226),  lle- 
vando consigo  20  terolanos,  con  licencia  que  le  dio  Jaime  el  Conquistador. 
Salen  de  Barcelona.  Á  su  llegada  á  Tierra  Santa,  da  muerte  Marcilla  á  un 
horrendo  león  que  halla  junto  á  una  fuente,  luchando  con  él  á  brazo  par- 
tido. Entre  otras  insignes  proezas,  aprisiona  á  Solipino,  hijo  del  Sol- 
dán; y  éste,  á  cambio  de  la  libertad  de  su  hijo,  rinde  al  Emperador  la 
ciudad  Santa.  Regresan  los  cruzados  y  Federico  encomienda  á  Marcilla  el 
mando  de  una  escuadra  con  la  que  le  permite  vaya  á  España  á  saludar  á 
sus  padres  y  casarse.  Sale  de  Genova;  pero  una  serie  de  violentas  borras- 
cas no  le  permite  llegar  hasta  pasados  cinco  meses  á  Barcelona,  donde  le 
suceden  ciertas  aventuras  novelescas  que  dan  por  resultado  nueva  deten- 
ción y  retraso  en  llegar  á  Teruel.  Entre  tanto,  Segura  se  promete  con 
«A^agra,  hermano  del  señor  de  Abenra^in.'» 

Llega  la  víspera  de  la  boda  y  de  noche.  Se  acuesta;  pero  no  puede  dor- 
mir «y  en  camisa»  sale  á  una  azotea  desde  la  que  divisa  la  casa  de  la  in- 
grata y  pasa  el  resto  de  la  noche  echándole  maldiciones. 

A  la  mañana  se  celebra  la  boda,  como  si  él  no  estuviese  allí;  asis- 
te á  las  ficfstas;  en  una  corrida  de  toros  toma  participación  y  mata  á  la 
fiera.  Llega  la  noche  y  escóndese  en  la  cámara  nupcial.  A  poco  entran  los 
novios  y  sigue  la  súplica  de  Isabel  por  el  voto:  Azagra  se  duerme.  Sale 
Marcilla,  tómale  á  Segura  las  manos  y  le  endereza  el  discurso  de  quejas, 
acabando  por  pedirle  un  beso,  como  último  regalo:  se  lo  niega  y  él  se  deja 
morir.  Isabel  prorrumpe  en  gritos  que,  naturalmente,  despiertan  al  buen 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS  36 1 

Azagra;  ella  le  refíere  el  hecho,  pero  como  sucedido  á  otra;  el  marido 
aplaude  la  conducta  de  la  joven  y  ambos  sacan  el  cuerpo  de  casa  y  lo  de- 
positan en  la  puerta  de  la  otra. 

Al  día  siguiente,  al  pasar  el  entierro,  sube  Segura  á  verlo  de  una  reja 
alta  y,  desnudándose  de  todas  galas,  sale  á  mezclarse  con  las  mujeres;  lle- 
ga á  la  iglesia  y  se  precipita  sobre  el  muerto  sucumbiendo  allí  mismo.  Qui- 
tanle  el  manto  y  la  conocen  todos:  el  marido  refiere  el  caso  y  un  an- 
ciano propone  se  les  entierre  juntos,  lo  cual  se  hace  en  un  sepulcro  de 
alabastro. 

Como  se  ve  la  leyenda  está  perfeccionada;  tiene  ya  %abor  local,  gracias 
al  poeta  que  dio  nombres  y  familia  á  todos  los  personajes  de  ella.  En  la 
forma  que  Yagüe  creía  histórica,  hemos  podido  observar  que  eran  anóni- 
mos. Y,  sin  embargo,  de  lo  por  él  inventado  han  salido  todos  los  cálculos, 
(historias,  genealogías  y  demás  circunstancias  de  época  que  vinieron  á 
adof  nar  este  célebre  episodio. 

IV.  Los  GENEALOGISTAS  Y  LA  LEYENDA  DE  LOS  AmANTES. 

Producto  de  la  tendencia  á  convertir  en  provecho  de  algunos  indivi- 
duos tan  dramático  argumento  fué  cierta  Memoria  genealógica  Justificada 
de  la  familia  que  trae  el  sobrenombre  Garcés  de  Marcilla,  impresa  en 
1780  *  y  presentada  al  Rey  D.  Carlos  III  por  el  capitán  D.  Joseph  Tomás 
•Garcés  de  Marcilla,  caballero  de  Montesa. 

Prescindiendo  de  juzgar  la  genealogía  tan  gratuita  como  ilustre  que  se 
adjudica  el  caballero  de  Montesa,  pues,  según  él,  procede  no  menos  que  de 
los  reyes  de  Aragón  por  descendencia  legítima  ^y  solo  nos  interesa  ahora 

1  N)  hemos  visto  esta  Memoria;  pero  sí  los  extensos  extractos  que  dieron  de  ella  el  Memo- 
ría/  literario  en  1785  (núm.  23  correspondiente  al  mes  de  Noviembre;  páginas  384-392)  y  D.  Isi- 
doro Antillón  en  sus  citadas  Noticias^  páginas  34-41. 

2  Ks  la  siguiente.  Fortún  Garcés  hijo  del  infante  D.  García  y  nieto  del  Rey  de  Navarra  D.  Gar- 
cía I,  tuvo  por  hijo  á  García  Fortúñez,  quien  casó  con  D.*  Toda  y  hubo  á  D.  Lope  y  D.  Ximeno 
Garcí.i. 

I).  Lope  tuvo  á  Fortún  Garcés  que  en  1096  concurrió  á  la  toma  de  Huesca  y  á  García  Garcés  de 
MarcilLK  llamado  así  por  la  villa  de  este  nombre,  en  Navarra,  de  que  era  señor. 

Caso  ^ste  con  D.*  Sancha  Gómez  de  Subirá  y  tuvo  por  hijo  á  Martin  Garcés  de  Marcilla  que 
^e  doni.cütó  en  Teruel,  al  tiempo  de  su  población,  con  otros  hermanos  suyos. 

Ca^uvc  Martin  en  Teruel  con  D.*  Constanza  Pérez  Tirón  y  hubieron  á  D.  Sancho  Garcés  de 
Marcillu.  /).  Diego  y  D.  Pedro. 

Tod.i  esta  genealogía  es  un  conjunto  de  falsedades.  Ni  aun  el  nombre  de  los  reyes  se  sabe  con 
toda  cerilla,  en  los  revueltos  tiempos  del  principio  de  la  Reconquista  navarra,  ni  los  de  sus 
hijos,  para  que  en  1780  se  pudiese  tejer  una  genealogía  tan  seguida  de  personajes  secundarios. 

La  f.iniilía  distinguida  de  los  Garcés  tiene,  como  otras  muchas,  origen  desconocido:  quizá 
proceda  Je  los  reyes  de  Navarra  y  quizá  no.  Estos  abusos  de  los  gcnealogistas  son  los  que  han 


362  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

consignar  la  nueva  versión  que  da  á  la  trágica  historia  de  los  Amantes,  que 
es  como  sigue. 

Desde  la  infancia  amó  D.  Diego  á  doña  Isabel  de  Segura,  su  parienta; 
más  el  padre  la  prefirió  colocar  en  Azagra,  hermano  del  señor  de  Alba- 
rracín  y  su  presunto  heredero.  Hubo,  con  todo,  cierto  pla^o  concedido  á 
D.  Diego,  que  se  marchó  á  la  guerra.  Estuvo  en  las  Navas  de  Tolosa  c<y 
dio  el  primero,  entre  navarros  y  aragoneses,  contra  las  cadenas  de  hierro» 
que  resguardaban  y  defendian  la  tienda  de  Miramamolín  »  y  las  desbarató.* 
Llegó  á  Teruel  después  del  plazo,  en  el  mismo  día  en  que  se  verificaban 
los  desposorios  en  la  parroquia  de  San  Pedro.  Se  presentó  en  la  iglesia  y 
la  inopinada  vista  hirió  con  tal  dolor  á  los  dos,  que  c<á  un  tiempo  mismo 
cayeron  desmayados  la  una  en  el  presbiterio  y  el  otro  en  la  parte  inferior 
de  la  iglesia  donde  se  hallaba»,  falleciendo  ambos  en  el  acto.  Estaba  la 
ciudad  dividida  en  banderías  que,  con  tal  motivo  se  recrudecieron  y,  gra- 
cias al  clero,  no  vinieron  á  las  manos  los  partidarios,  contentándose  con 
enterrar  juntos  á  los  infelices  amantes.  Dice  luego  que  los  poetas  han  alte- 
rado la  verdad  que  resulta  «de  las  memorias  y  escritos»  que,  sin  duda, 
reserva  para  ocasión  más  oportuna. 

No  obstante  lo  tardío  y  arreglado  á  la  francesa  de  esta  refundición, 
todavía  hubo  entre  nosotros  quien  le  prestó  más  crédito  que  á  la  versión 
antigua,  sin  duda  por  hallarla  en  algunos  puntos  más  conforme  á  la  vero- 
similitud, como  si  los  acontecimientos  pudieran  modificarse  á  tenor  de  los 
gustos,  costumbres  ó  ideas  morales  de  cada  época. 

V.  MÁS  OBRAS  POÉTICAS. 

Si  poseyéramos  en  su  primitiva  íorma  la  comedia  de  Tirso  de  Molina 
que  lleva  el  título  de  Los  Amantes  de  Teruel,  acaso  coetánea  del  poema  de 

hecho  tan  despreciable  una  rama  de  erudición  que  debía  de  ser  un  auxiliar  digno  y  un  bello  or- 
namento de  la  historia. 

Cáscales,  en  sus  Discursos  históricos  de  la  ciudad  de  Murcia^  cita,  ignoramos  con  qué  funda- 
mento (probablemente  ninguno  serio),  como  asistente  á  la  batalla  de  las  Navas  un  Diego  Garcés 
de  Marcilla;  pero  en  modo  alguno  añade  que  éste  fuese  el  célebre  Amante  de  Teruel,  como  se  ha 
dicho.  (Véase  la  pág.  423  de  la  edición  de  1775.) 

Salazar  y  Castro  en  su  Casa  de  Lara  (I,  274)  menciona  algunos  Garcés  de  Marcilla,  de  Alba- 
rracin,'  pertenecientes  á  fínes  del  siglo  xv  y  principios  del  siguiente;  pero  tampoco  se  le  ocurre 
identificarlos  con  la  familia  del  enamorado  terolense. 

Zurita  (An.  1.  VII,  c.  XIX)  habla  de  los  bandos  de  Teruel,  ya  bien  entrado  el  siglo  xiv,  entre 
Martin  Garcés  de  Marcilla  y  los  Muñoz  y  no  dice  que  fuese  aquél  de  la  gente  del  amante  de  Isa- 
bel de  Segura,  ni  otros  Garceses  del  siglo  xv  que  menciona  en  diversos  lugares. 

I  Autoriza  este  hecho  no  menos  estupendo  que  los  que  le  colgó  Yagae,con  una  certificación 
de  D.  Alonso  de  Guerra,  rey  de  armas  de  Carlos  II  y  Felipe  V,  gran  perpetrador  de  falsedades  ge- 
nealógicas y  heráldicas.  Por  otra  parte,  es  sabido  el  caso  que  debe  hacerse  de  estas  certiñcaciones 
expedidas  de  la  menos  seria  y  formal  manera. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  363 

Yagüe  ^  tal  vez  su  examen  fuera  provechoso  para  el  estudio  que  venimos 
haciendo  sobre  el  desenvolvimiento  del  asunto.  Pero,  alterada  por  anóni- 
mos refundidores,  en  términos  que  el  mismo  Fr.  Gabriel  Téllez  la  rechazó 
como  legítima,  cuando  en  i635  la  dio,  con  otras,  á  la  estampa,  solo  algún 
trozo  ó  alguna  escena  nos  pueden  traer  á  la  memoria  su  primitiva  redac- 
ción 2.  Por  ellos  deducimos  que  Tirso  tuvo  presente,  entre  otras  fuentes,  la 
tragedia  del  valenciano  Artieda,si  bien  el  desarroUode  la  acción  es  diferente. 

Ábrese  la  escena  con  una  en  que  doña  Isabel  desaira  á  su  pretendiente 
D.  Gonzalo,  lo  cual  no  impide  que  éste  se  la  pida  al  padre.  También  Mar- 
silla,  y  obtiene  el  plazo  de  tres  años  y  tres  días.  Marcha  á  la  Goleta  y  á 
Túnez  en  una  compañía  que  pasaba  por  Teruel.  Salva  la  vida  á  Carlos  V; 
entra  el  primero  en  el  asalto  de  la  Goleta  y  luego  en  Túnez;  no  logra  pre- 
mio y  quiere  suicidarse:  el  Emperador,  enterado  de  sus  cosas,  le  recompen- 
sa y  Marsilla  sale  para  Teruel. 

Entretanto  D.  Gonzalo  seguía  aspirando  á  la  mano  de  Isabel.  Un  ca- 
pitán, amigo  suyo,  que  llega  á  Teruel  desde  África,  donde  trató  á  Marsi- 
lla, se  presta  á  decir  á  la  dama  que  Diego  había  muerto.  Entonces  ella 
otorga  el  casamiento  con  D.  Gonzalo  de  Aragón. 

Llega  Marsilla  dos  horas  después  de  la  boda;  se  oculta  en  la  cámara 
nupcial;  entra  la  desposada  y  cree  al  verle  que  es  la  sombra  de  Diego;  éste 
la  desengaña  y  suplica  un  postrer  abrazo,  muriendo  repentinamente  al 
verse  rechazado.  Aparece  el  marido  y  D.*  Isabel  le  refiere  el  suceso;  carga 
D.  Gonzalo  con  el  muerto  y  lo  deja  á  la  puerta  de  la  casa  del  padre,  vol- 
viéndose á  la  cama  con  su  esposa.  A  la  mañana  siguiente,  al  pasar  el  en- 
tierro, comienza  la  aflicción  de  la  dama,  que  resueltamente  se  presenta  en 
la  iglesia  en  el  momento  de  estar  celebrándose  las  exequias  y  se  precipita 
sobre  el  cuerpo  de  Marsilla,  donde  expira  diciendo: 

Ceñiré  con  brazo  fuerte 
de  íirmesa  no  rompida, 
tu  pecho  de  aquesta  suerte, 
que  lo  que  no  quise  en  vida 
te  vengo  á  pagar  en  muerte. 

2  Es  sabido  que  Tirso  de  Molina,  nacido  en  1571,  había  ya  antes  de  16^  cesado  de  escribir 
para  el  teatro.  Conforme  se  van  fijando  fechas  á  sus  comedias  aparecen,  como  no  podía  menos* 
ser  la  primera  y  segunda  decenas  del  siglo  xvii  las  de  su  mayor  producción  dramática.  Por  eso 
cuando  en  1635  su  sobrino  le  presentó  esta  obra  para  su  impresión  ni  siquiera  la  conocía,  por  lo 
olvidada  y  cambiada  que  la  habían  puesto  los  representantes. 

3  Se  imprimió  por  primera  vez  en  la  Segunda  parte  de  tas  comedias  del  Maestro  Tirso  de 
Molina.  Recogidas  por  sv  sobrino  D.  Francisco  Lucas  de  Auila...  En  Madrid,  En  la  Imp.  del 
Reino^  año  1635,4.^:  la  quinta  en  el  orden  de  las  doce  que  forman  el  tomo.  En  nuestro  libr« 
sobre  Tirso  de  Molina  páginas  99-102,  hemos  hecho  algunas  indicaciones  sobre  las  diversas  re« 

fformas  que  debió  de  sufrir  esu  comedia. 


364  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

El  padre  de  ella,  Rufíno,  manda  que  se  les  sepulte  juntos  y  en  un  mis-* 
mo  sepulcro. 

La  variante  de  más  importancia  en  esta  comedia,  es  la  de  haber  evitado 
la  inverosimilitud  de  la  escena  de  la  cama.  Isabel  entra  sola  y,  antes  de 
acostarse,  ve  á  Marsilla  y  sucede  la  muerte  de  éste.  D.  Gonzalo  no  nece- 
sita dormirse  para  que  los  amantes  tengan  su  postrer  conversación,  entra 
cuando  la  desgracia  ha  sucedido  y  no  hace  más  que  transportar  el  cadáver. 
También  esta  ridicula  y  repugnante  escena  iba  á  desaparecer  en  breve  de 
la  leyenda. 

Aunque  no  tanto  como  suele  afirmarse,  es  evidente  que  algo  tomó  de 
la  obra  de  Tirso  el  doctor  Juan  Pérez  de  Montalbán  para  la  suya  titulada 
también  Los  Amantes  de  Teruel,  la  más  conocida  y  representada  antes  del 
magnífico  drama  de  D.  Juan  Eugenio  Hartzenbusch  »,  pero  que  luego  ha 
caído  tan  en  desuso,  que  ya  hasta  rara  se  ha  vuelto  como  pieza  bibliográ- 
fica. Por  esta  razón  los  lectores  nos  perdonarán  demos  un  breve  resumen 
de  su  argumento  que  tanto  altera  la  forma  ordinaria  de  la  leyenda. 

Empieza  con  una  escena  de  celos  promovidos  por  doña  Elena,  prima  de 
Isabel,  que  ama  también  á  Marsilla,  y  que,  con  sus  embustes,  da  lugar  á  que 
Diego  piense  que  Isabel  le  engaña  con  un  D.  Fernando.  Éste  y  Marsilla 
piden  á  la  vez  la  mano  de  la  joven,  y  el  segundo,  visto  que  le  rechazan 
por  pobre,  en  un  enfático  discurso  recaba  su  plazo,  que  se  le  concede,  de 
tres  años  y  tres  días  para  enriquecerse.  Sigue  una  despedida  muy  tierna 
de  los  amantes. 

Acto  segundo.  Estamos  en  África:  cae  el  César  al  mar,  sálvale  Diego 
y  obtiene  sólo  promesas.  Elena  urde  una  nueva  infamia  con  un  hombre 
vestido  de  soldado,  que  da  á  Isabel  la  noticia  de  la  muerte  de  su  amante. 
En  tanto  éste  que  está  bien  vivo,  asalta  el  primero  á  Túnez;  pero  como 
no  halla  nada  en  el  saqueo,  quiere  (como  en  Tirso)  que  su  criado  le  mate. 
Sobreviene  el  César  y  premia  espléndidamente  al  joven. 

Acto  tercero.  Celébrase  la  boda.  Llega  Diego  con  dos  horas  de  retraso. 
La  entrevista  de  ambos  amantes  es  viva  y  valiente. 

I  Las  ediciones  de  la  comedia  de  Montalbio  son  muchas  á  partir  de  la  impresión  que  se  hizo 
en  el  Primero  tomo  de  las  Comedias  del  Dr.  Ivan  Pere:^  de  Montalpan.  En  Madrid  en  la  Imp.  del 
Reyno^  Año  1635.  4.",  seis  hojas  prels.  y  260  más  de  texto.  Esta  parte  se  ha  reimpreso  en  1638  en 
Alcalá  y  ea  i652  en  Valencia.  En  todos  íiguran  Los  Amantes  la  última.  También  entró  en  la  gran 
colección  de  Varios,  Parte  44  (Zaragoza  i652)  y  en  el  siglo  xviii  fué  muchas  veces  reimpresa  en 
Madrid,  Valencia  y  Barcelona,  como  que  era  de  las  más  representadas  de  nuestro  antiguo  teatro. 
En  el  Museo  Británico  hay  un  manuscrito  de  ella  fechado  en  1634,  pero  desde  1630,  por  lo  menos» 
hay  memoria  de  que  ya  se  ejecutaba. 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS  36S 

ISABBL.  Don  Fernando  porfió;  Isab.      Tiéncme  ya  en  su  poder. 

dio  voces  el  interés;  Diego.  Prueba  la  fuerza. 

hubo  nuevas  de  tu  muerte...  Isab.  No  hay  tiempo. 

¡Mal  haya  el  aleve,  amén  Diego.  Vente  conmigo. 

que  las  trajo;  pues  me  veo  Isab.  No  es  ley. 

en  este  estado  por  éll  Diego.  Huye  sola. 

Corrió  el  tiempo,  llegó  el  plazo,  Isab.  No  sé  á  donde. 

hice  amante  mi  deber;  Diego.  Habíale  al  juez. 

amenazóme  mi  padre:  Isab.  No  hay  juez. 

es  padre,  al  fin,  soy  mujer  Diego.  Di  que  eres  mía. 

y  al  cabo...  ^dirélo?...  sí;  Isab.  Ya  es  tarde. 

al  cabo  me  desposé  Diego.  Mátame. 

a  mi  pesar,  ya  lo  dije;  Isab.  Quiérote  bien. 

y  así  deja,  déjame,  Diego.  Correspóndeme. 

que  me  pierdo  si  te  miro  Isab.  Soy  noble. 

y  no  me  quiero  perder.  Diego.  Pues  algún  medio  ha  de  haber. 

Diego.  Advierte...  Isab.      Quiero  callar  y  morir. 

Isab.  Ya  no  es  posible.  Diego.  El  morir  escojeré. 

Diego.  Tampoco  por  tu  desdén  pero  ha  de  ser  confesando 

es  posible  que  yo  pase.  tu  voluntad  y  tu  fe. 

Isab.      No  puedo  otra  cosa  hacer.  Isab.      Mira  que  tengo  marido. 

Diego.  Dí  á  tu  padre  que  estoy  vivo.  Diego.  Yo  lo  soy  tuyo,  Isabel, 
Isa».      Ya  de  provecho  no  es.  y  de  tí  no  he  de  (apartarme 

Diego.  Habla  claro  á  D.  Fernando.  aunque  mil  muertes  me  den. 

Y  véase  como  antes  de  Hartzenbusch  hubo  quien  sintió  toda  la  fuerza 
dramática  que  entrañaba  la  entrevista  de  los  amantes  cuando  su  unión  es 
ya  imposible. 

La  muerte  de  Diego  no  ocurre  en  escena;  la  cuenta  después  Isabel  á  su 
esposo.  Murió  cuando  ella  le  dijo  que  le  aborrecía.  Mientras  D.  Fernando 
va  á  buscar  gente  que  separen  el  cadáver,  Isabel,  en  un  largo  monólog(x 
se  prepara  á  morir  y,  dejándose  caer  sobre  el  cuerpo  de  Marsilla,  espira 
dándole  la  mano.  Llegan  todos  y  hallan  juntos  á  los  dos  con  grande  ira 
de  D.  Fernando  que  se  disipa  al  ver  qus  su  esposa  está  muerta. 

Los  actos  primero  y  tercero  son  muy  distintos  de  los  de  Tirso;  el  se- 
gundo muy  semejante;  hasta  hay  versos  iguales. 

Como  se  observa,  á  la  vez  que  la  leyenda  ha  sufrido  un  grave  cambio, 
se  evitó  la  repetición  de  la  indecorosa  escena  de  sacar  el  cadáver  en  hom- 
bros del  esposo  de  Isabel,  haciendo  á  ésta  morir  en  su  casa  y  no  en  la 
iglesia,  con  lo  cual  también  ganó  la  regularidad  del  drama.  La  leyenda, 
pues,  estaba  fijada;  ni  en  decencia,  ni  en  propiedad,  ni  en  verosimilitud 
(dada  la  natural  del  asunto)  había  ya  nada  que  pedirle.  Faltaba  sólo  ha- 
llar un  móvil  más  poderoso  que  la  obediencia  paterna  (que  en  el  siglo  xvh 
lo  era  bastante)  para  la  rápida  mudanza  de  Isabel,  y  explicar  la  tardanza 
del  mancebo,  cosas  ambas  que  otro  poeta  de  genio  se  encargará  de  hallar, 
pero  entretanto  la  comedia  de  Montalbán  satisfacía  por  entero  los  gustos 
de  nuestros  abuelos. 


366  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

Sucedía  entonces  (y  sucede  hoy)  que  las  obras  dramáticas  más  celebra- 
das ya  por  su  mérito  ó  por  causa  del  asunto  eran  puestas  en  parodia,  como 
sucedió  con  El  caballero  de  Olmedo,  La  muerte  de  Valdovinos,  Los  siete 
Infantes  de  Lara,  El  Cid,  Céfalo  y  Procris  y  otras  varias. 

Tal  aconteció  con  Los  amantes  de  Teruel,  cuyo  titulo  dio  á  una  come- 
dia burlesca  el  divertido  entremesista  D.  Vicente  Suárez  de  Deza  »  y  con 
el  que  se  imprimió  anónima  una  Mojiganga  2,  ambas  antes  de  expirar  el 

siglo  XVII. 

En  el  siguiente  continuó  triunfante  en  el  teatro  la  excelente  obra  de 
Montalbán.  El  asunto  estaba  resuelto  y  no  se  atrevieron  á  modificar  su 
argumento  ni  D.  Francisco  Mariano  Nifo,  quien,  como  paisano  de  las  cé- 
lebres víctimas,  pudiera  estar  mejor  enterado,  limitándose,  en  la  pieza  que, 
con  el  título  de  La  casta  amante  de  Teruel,  doña  Isabel  de  Segura:  esce- 
na  patética,  dio  al  teatro  hacia  1789  y  luego  á  la  imprenta  3  á  presentar 
un  monólogo  harto  declamatorio  y  escaso  de  interés;  ni  el  grafómano  don 
Luciano  Francisco  Comella,  que  por  el  mismo  tiempo  hilvanaba  su  Esce- 
na trágico'lirica  titulada  Los  amantes  de  Teruel  •».  Escrita  esta  obra  para 
el  personal  lucimiento  de  la  famosa  María  del  Rosario  Fernández,  La  Ti- 
rana, tan  sobresaliente  en  el  género  trágico,  viene  á  ser  como  el  tercer 
acto  de  un  drama  sobre  el  asunto,  pues  comienza  en  el  momento  mismo 
en  que,  casada  ya  Isabel,  se  presenta  á  sus  ojos  Marsilla,  á  quien  cree 
muerto,  y  empieza  á  lanzar  imprecaciones,  quejas,  lamentos,  invocaciones 
al  cielo  y  al  infierno  hasta  que,  muerto  verdaderamente  Marsilla  (que  hace 
papel  insignificante),  se  deja  ella  misma  caer  á  su  lado. 

1  Primera  parte  de  los  Donayres  de  Tersicore  comppesta  por  Don  Vicente  Spare:^  de  De^a  y 
Apila...  En  Madrid, por  Melchor  Sanche^,  año  de  ¡663:  4.®,  12  hojas  preliminares  y  216  de 
texto.  Empieza  con  la  indicada  comedia  burlesca  de  Los  Amantes  de  Teruel. 

2  Arcadia  de  entremeses,  escritos  por  los  Ingenios  más  Clasicos  de  España.  Primera  par- 
te, Pamplona,  Juan  Micón.  /(9.Q/,  8.<*,  173  páginas.  Reimprimióse  en  la  misma  ciudad  en  1700; 
por  Juan  .Micón,  8.<>,  168  páginas.  En  la  primera  colección  ocupa  la  mojiganga  el  duodécimo 
lugar  y  el  undécimo  en  la  segunda. 

:)  Publicóse  primero  con  solas  las  iniciales  del  autor,  asi:  La  casta  amante  de  Teruel  Doña 
Isabel  de  Segura.  Escena  patética.  Por  D.  F.  M.  N.  Madrid,  s.  a.  en  4.®  Se  reprodujo  del  mismo 
modo  en  Valencia  por  Estepan  en  1818;  pero  ya  antes  se  había  estampado  en  la  Colección  de  los 
me f ores  papeles  poéticos  y  composiciones  dramáticas  de  D.  Francisco  Mariano  Sipho:  Ofrécela 
al  publico  Dan  Manuel  Nipho,  capitán  délos  Reales  Exércitos.  En  Madrid:  Por  Cano.  Año 
de  MDCCCV.  2  vols.  en  8.»  de  234  y  300  páginas.  La  pieza  dramática  está  en  el  t.  II,  págs.  32-50. 

4  Los  amantes  de  Teruel.  Escena  trágico-lirica.  Por  Don  Luciano  Francisco  Comella.  Ma- 
drid Librería  de  Quiroga,  lia  autor  4.*^,  10  págs.  Consta  solo  de  tres  personajes  que  fueron  repre- 
sentados: el  de  DMsabel  por  la  Sra.  María  del  Rosario;  el  de  /).•  Elena  por  la  Sra.  Francisca  La- 
borda,  y  el  de  D.  Diego  por  el  Sr.  Joteph  Hueru.  Posteriormente  se  ha  reimpreso  dos  veces  en 
Madrid,  sin  I.  ni  a.  4.0,  10  páginas  y  otra  por  Ramón  Ruiz,  1794,  también  en  4.° 

Se  cita  asimismo  una  Relación  burlesca  intitulada  Los  Amantes  de  Teruel,  para  cantar  y  re* 
presentar,  compuesta  por  un  aficionado.  Sin  I.  ni  a.,  4.^,  16  páginas. 


y 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS  SÓ/ 

Todo  esto  vino  á  quedar  oscurecido  cuando  en  la  noche  del  19  de  Ene- 
ro de  1837  se  estrenó  el  drama  Loz  amantes  de  Teruel  y  original  de  Hart- 
zenbusch.  Alterando  á  su  gusto  la  leyenda,  pero  siempre  con  acierto  para 
conseguir  mayor  belleza  dramática,  dio  á  la  literatura  española  una  obra 
que  ya  con  el  mismo  asunto  no  podrá  verse  sobrepujada  %  ni  aun  acudien- 
do la  poesía  al  auxilio  de  su  hermana  la  música  2. 

Los  dos  incidentes  nuevos,  introducidos  por  Hartzenbusch;  á  saber,  la 
falta  oculta  de  la  madre  y  los  celos  y  persecución  de  Zulima,  justifican  so- 
bradamente, el  primero,  la  repentina  mudanza  de  Isabel  y  el  segundo  el 
retraso  de  Marsilla,  á  la  vez  que  aumentan  la  emoción  dramática  y  man- 
tienen el  interés,  especialmente  en  los  actos  que  preceden  al  regreso  del 
héroe. 

La  poesía  lírica,  aunque  poco,  también  cantó  estos  célebres  amores  3, 
que  hallaron  grandes  amplificaciones  en  la  novela.  Pero  no  es  de  nuestra 
incumbencia  seguir  este  nuevo  giro  que  la  leyenda  tomó  en  manos  del  ya 

1  Los  Amantes  de  Teruel,  drama  en  cinco  actos  en  prosa  y  verso,  por  D.  Juan  Eugenio 
Hartzenbusch.  Madrid,  Imp.  de  J.  M,  RepuUés,  1837,  8.°  marq.  Fué  estrenado  en  el  teatro  del 
Principe  cl  19  de  Enero  ejecutando  los  principales  papeles  Joaquina  Baus,  Carlos  Latorre,  Teo- 
<lora  Lamadrid  y  Julián  Romea. 

A  consecuencia  de  las  indicaciones  de  Larra  el  autor  refundió  su  obra  con  grande  acierto 
reduciéndola  á  cuatro  actos.  Sobre  sus  varias  ediciones  y  traducciones  véase  la  excelente 
Bibliografia  de  Hartzenbusch,  publicada  por  su  hijo  D.  Eugenio;  Madrid,  1900,  págs.  52  y  53. 

Muchos  años  después  se  representó  una  parodia  que  fué  impresa  con  el  título  de  Los  novios 
de  TerueL  Drama  lirico-burlesco  en  dos  actos  y  en  verso:  letra  de  Eusebio  Blasco  y  música  del 
Maestro  Árrieta.  Madrid,  1867,  4.0 

Y  el  mismo  Hartzenbusch  había  empezado  á  escribir  antes  que  el  drama  (quizá  como  prepa- 
ración) una  especie  de  novela  «iobre  el  asunto.  Consérvase  un  fragmento  que  se  imprimió  en 
i  a  Bibliografia  de  Hartzenbusch,  pág.  383. 

2  La  Srta.  D.*  Rosario  Zapates  compuso  un  libreto  de  ópera  con  el  título  de  Gli  Amanti  di 
Teruel,  drama  lirico  de  la  Srta...  música  del  Maestro  Avelino  de  Aguirre,  representado  en  el 
teatro  principal  de  Valencidi  el  16  de  Diciembre  de  i865.  Madrid,  i865,  8.",  91  págs. 

Mayor  celebridad  alcanzó  la  ópera,  letra  y  música  del  Maestro  Bretón,  con  el  titulo  de  Los 
Amantes  de  Teruel.  Libreto  de  la  ópera  en  cuatro  actos  y  un  prólogo,  letra  y  música  df  D.  TO' 
más  Bretón,  Madrid,  1889,  4.®,  acerca  de  la  cual  también  se  han  publicado  los  dos  folletos:  Los 
Amantes  de  Teruel.  Estudio  critico  del  drama  lirico  de  este  nombre  de  D.  Tomás  Bretón  por 
D.  Antonio  Peña  y  Goñi.  Madrid,  1889,  4.°,  47  págs.;  censura  demasiado  severa  que  fué  paliada 
por  este  otro:  Los  Amantes  de  Teruel.  Contestación  á  un  folleto  por  Enrique  Sanchis.  Ma^ 
drid,  1889, 4.^,  64  págs.  El  libreto  de  Bretón  fué  traducido  en  alemán,  por  Federico  Adler  é  im- 
preso con  este  título:  Die  Liebenden  von  Teruel,  Praga,  189 1,  8.°,  82  págs. 

Nuestro  ilustre  amigo  el  bibliófilo  D.  Luis  Carmena  y  Millán  posee  un  libreto  de  ópera 
inédito  y  autógrafo  de  D.  Francisco  Asenjo  Barbieri,  con  el  título  de  Los  Amantes  de  Teruel  y 
fechado  en  1862.  ¡Qué  lástima  que  el  insigne  D.  Francisco  no  llegase  á  poner  música  española  á 
tan  hermoso  asunto! 

3  Las  poesías  líricas  son  bastantes,  pero  entre  las  que  tengan  algún  valor  por  su  extensión, 
al  menos,  sólo  recordamos:  Los  Amantes  de  Teruel.  Poema^leyenda,  original  de  D.  Joaquín 
Guimbao  y  Simón,  Teruel,  Imp.  de  la  Casa  de  Beneficencia,  1880,  4.^,  34  págs.;  otra  anónima 
titulada:  Los  Amantes  de  TerueL  Relación  histórica  en  verso.  Teruel,  Imp.  de  Dionisio  Zarzoso, 
T891,  4.^,  32  págs.,  y  dos  Relaciones  con  igual  título,  impresas  en  Córdoba  por  Luis  Ramos  y 

Coria,  sin  año  (á  fínes  del  siglo  xviii)  con  los  números  31  y  121.  Una  de  ellas  es  jocosa  y  prol>a-> 
¿lemen te  estarán  en  romance. 


368  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

citado  Villarroya,  que  tuvo  presente,  aunque  no  mucho,  el  drama  de  Hart- 
zenbusch  y  además  gozó  la  fortuna  de  que  su  novela,  con  ser  la  peor,  fue- 
se la  más  popular,  pues,  en  eitracto,  se  imprimió  varias  veces  y  fué  pre» 
gonada  por  los  ciegos  de  las  calles  >;  el  fecundo  y  desordenado  Fernández  y 
González  2,  el  encubierto  Renato  de  Castel-León,  autor  de  la  mejor  novela 
ó  al  menos  la  mas  movida  sobre  este  tema  3;  D.  Luis  Ubiols  4  y  otros  que, 
en  forma  más  breve,  bosquejaron  á  su  modo  la  gallarda  fígura  de  Marcílla 
y  la  tiernísima  de  Isabel. 

VI.  Las  momias  de  los  Amantes. 

Terminaba  Fígaro,  en  i83j,  su  tan  profundo  y  sensato  juicio  del  dra- 
ma de  Hartzenbusch  con  estas  palabras:  c<Si  (el  autor)  oyese  decir  que  el 
final  de  su  obra  es  inverosímil,  que  el  amor  no  mata  á  nadie,  puede  res- 
ponder que  es  un  hecho  consignado  en  la  historia;  que  los  cadáveres  se 
conservan  en  Teruel,  y  la  posibilidad  en  los  corazones  sensibles.»  ^ 

Efectivamente,  en  la  iglesia  de  San  Pedro  están  los  dos  esqueletos  con 
el  letrero  que  indica  sus  nombres.  ¿Desde  qué  tiempo  se  hallan  en  tal  for- 
ma? ¿cuándo  el  pueblo  terolano  se  dio  cuenta  de  que  existían  los  cuerpos 
de  los  tristes  amadores?  No  sabemos  si  nuestra  respuesta  será  satisfactoria, 
tratándose  de  cosa  tan  oscura  y  embrollada. 

En  1806,  en  el  mismo  archivo  de  la  iglesia  que  guarda  la  historia  apó- 
crifa de  los  dos  jóvenes,  y  á  continuación  de  ella  vio  Antillón  otra  memo- 
ria relativa  á  las  diversas  traslaciones  que  habían  sufrido  las  momias  de 
los  Amantes.  Según  esta  relación^  los  cuerpos  de  ambos  estaban  antes  de 
1 555  en  una  capilla  antigua  de  la  mencionada  iglesia,  juntos  en  un  sepul- 
cro; pero  en  dicho  año,  al  hacer  unas  obras  en  la  capilla,  los  trasladaron 
á  la  de  San  Cosme  y  Damián,  y  los  colocaron  en  dos  cajones.  En  Abril  de 
1619  (¡siempre  esta  fecha!)  los  racioneros  Mosén  Juan  Ortiz  y  Mosén  Mi- 

1  Historia  de  los  Amantes  de  Teruel.  Valladolid,  i852,  4.®,  24  págs.  y  Nueva  historia  de  los 
Amantes  de  Teruel,  Madrid,  antigua  Imp.  universal,  sin  año,  4.^,  24  pá^^s.  (De  la  Biblioteca  Mo^ 
derna), 

2  Los  Amantes  de  Teruel.  Novela  histórica  por  D.  Manuel  Fernánde:^  y  Goni^ále^.  Se  ha 
impreso  tres  veces:  la  última  en  Barcelona,  Espasa,  18^,  2  vol.  4.° 

3  Los  Amantes  de  Teruel,  novela  histórica  original^  por  Renato  de  Castel-León.  Con  prólo^ 
go  del  Sr.  D.  Juan  Eugenio  Hartí^enbusch,  autor  del  célebre  drama  del  mismo  titulo.  Madrid^ 
Minuesa,  186 1,  4.^,  698  págs.  El  prólogo  lleva  la  fecha  de  29  de  Octubre  de  1862  y  entonces  había 
fallecido  ya  el  autor  de  la  novela  que  era  un  tal  D.  José  Hernández  del  Mas,  que  nó  sabemos 
por  qué  razón  veló  su  nombre. 

4  Los  Amantes  de  Teruel,  novela  histórica  popular.  Barcelona,  '^94, 4-",  127  págs. 

5  Obras  de  Figaro.  París,  1866.  t.  2.®,  p.  171. 


BIBLIOTECAS   Y   MUSEOS  BÓQ 

guel  Sanz,  ayudados  del  sacristán,  cavaron  al  pie  del  altar  de  la  capilla,  y 
hallaron  en  un  hueco,  como  de  sepulcro,  dos  cajones  de  madera,  y  en 
cada  uno  un  cadáver  momifícado,  y  dentro  de  uno  de  los  cajones  aun 
pergamino  ó  pápela  ',  que  se  pudo  leer  y  que  decía:  «Este  es  Diego  Juan 
Martínez  de  Marcilla  que  murió  de  enamorado».  El  otro  cajón  contenía 
otro  cuerpo  también  en  estado  de  momia  y,  al  parecer,  de  mujer  que, 
según  dicha  relación,  no  podía  dudarse  era  el  de  Isabel  de  Segura. 

Estas  declaraciones,  así  como  la  descripción  del  estado  de  los  cadáve- 
res, las  hacen  los  notarios  Juan  Hernández  y  el  indispensable  Juan  Yagüe 
(que,  sin  embargo,  había  dado  otro  nombre  á  su  héroe)  con  algunos  testi- 
gos. Pero  el  documento  que  las  encierra  es  de  naturaleza  igual  á  la  narra- 
ción histórica;  esto  es,  un  papel  sencillo,  sin  indicación  del  sitio  en  que  se 
halla  la  escritura  que  traslada  y  de  letra  moderna.  Sin  embargo,  en  el 
Ayuntamiento  de  Teruel  existe,  según  Gabarda,  un  códice  rotulado  Alco- 
rán ó  Libro  Verde,  que  contiene  la  misma  narrativa  respecto  de  los  cadá- 
veres, y  ¡también  de  1619!— ¿Qué  grado  de  autenticidad  tiene  este  manus- 
crito que  no  vio  Antillón,  auque  registró  escrupulosamente  el  archivo  de 
aquél  Ayuntamiento?  ¿Existe  todavía  allí?  ¿Será,  por  ventura,  de  la  mis- 
ma procedencia  que  el  documento  enfabla  de  Villarroya? 

No  se  sabe  cuando  se  trasladaran  de  nuevo  al  claustro  en  que  los  vio 
Antillón,  metidos  en  un  hueco  de  la  pared,  y  ya  juntos,  puestos  de  pie  y 
dentro  de  un  armario  de  madera,  que  en  la  parte  superior  tiene  este  rótu- 
lo: c<Aquí  yacen  los  dos  celebrados  Amantes  de  Teruel  Don  Juan  Diego 
Martínez  de  Marcilla  y  Doña  Isabel  de  Segura.  Murieron  año  1 217,  y  en  el 
de  1708  se  trasladaron  en  est^  panteón.^)  Por  lo  visto,  hubo  en  1708  inten- 
ción de. construirles  un  panteón  en  que  yaciesen,  aunque  se  quedaron  de 
pie  en  su  camarín,  donde,  según  Antillón,  «los  tenían  sin  ornato,  ni  con- 
sideración, ni  aun  aseo».  En  1854  se  les  dio  colocación  más  decorosa. 

En  vista  de  todo  esto,  ¿cómo  explicar  el  hecho  de  que  si,  según  la  le- 
yenda, los  Amantes  fueron  sepultados  juntos,  la  primera  vez  que  aparecen, 
es  separados?  Si  tenían  suntuoso  túmulo  de  mármol,  ¿cómo  no  se  conser- 
vó al  trasladar  los  cuerpos  de  una  capilla  á  otra  en  i555?  ¿Hubo  semejante 
traslación. 

Si  en  1619  (según  el  documento),  se  hizo  el  segundo  descubrimiento  de 
los  cadáveres,  por  las  indicaciones  de  algunas  personas  que  recordaban 

I    ¿Cómo?  Los  mismos  que  certifican  haberle  hallado  y  leído  ¿no  saben  si  era  papel  ó  perga- 
minc? 


SyO  REVISTA    DE    ARCHIVOS 

sitio  en  que  se  hallaban  desde  i555,  lo  cual  prueba  que  no  tenía  señal  algu- 
na externa,  ¿cómo  pudo  en  iSqq  el  rey  D.  Felipe  III  visitar  su  sepulcro,  de 
paso  para  Valencia,  cuando  fué  á  casarse  con  la  reinadoña  Margarita?  ¿Y 
cómo  pudo  Villalba,  en  1577,  escribir  en  su  ya  citado  poema,  estos  versos: 

Y  juntos  prevalecen  hoy  en  día 
sanos,  incorruptibles  y  olorosos, 
enteros  en  la  iglesia  de  San  Pedro? 

Y,  por  el  contrario;  si  ya  en  1677  era  conocido  el  estado  de  momifica- 
ción de  esos  cuerpos  y  se  les  consideraba  ser  de  los  Amantes,  ¿cómo  el 
doctor  Blasco  de  Lanuza  niega  en  1618  que  hubiera  habido  sepultura  con 
inscripción;  pues  dice  que  no  apareció  al  reedificar  la  iglesia  de  San  Pedro? 
¿Cómo  no  vio  ni  momias  ni  sepulcro  en  1611  D.  Juan  Bautista  Labaña, 
que  viajaba  por  Aragón  para  hacer  el  mapa  del  reino,  y  estudió  y  descri- 
bió en  su  Itinerario,  todo  lo  más  particular  de  Teruel;  sus  iglesias,  con- 
ventos, antigüedades  y  hasta  menciona  otros  panteones  mucho  menos 
notables? 

Una  sola  explicación  hallamos  á  estos  embrollos.  Las  momias  positiva- 
mente se  hallaron  á  mediados  del  siglo  xvi,  y  entonces  compuso  su  poe- 
ma Pedro  de  Alventosa.  Pero  no  convencidos  sus  paisanos,  volvieron  á 
sepultar  sin  señal  alguna  los  dichos  cuerpos.  Por  eso  lo  recuerda  Villalba 
en  1577;  pero  ya  no  lo  recuerdan  los  otros, ni  en  i6ii,ni  en  1618.  En  tanto 
la  leyenda  había  ganado  en  difusión  y  en  fama  y,  en  una  época  no  cono- 
cida, aunque  dentro  del  mismo  siglo  xvii,  se  hallaron  de  nuevo  y  definiti- 
vamente se  les  dio  el  nombre  que  hoy  llevan. 

Pero,  en  resolución,  no  puede  afirmarse  cuándo  se  descubrieron  esos 
cuerpos,  ni  cuándo  se  empezó  á  decir  fuesen  los  de  los  Amantes,  ni  ellos, 
en  sí  mismos,  ofrecen  autenticidad  ninguna.  Son  dos  cadáveres  extraídos 
desde  que  la  leyenda  empezó  á  correr.  Estarían  tal  vez  juntos  en  un  se- 
pulcro, por  ser  marido  y  mujer  ó  personas  de  la  misma  familia.  Quiso  la 
suerte  que  se  hallasen  en  mediano  estado  de  conservación,  y  el  vulgo  que 
atribuye  á  este  hecho,  no  muy  infrecuente,  causas  misteriosas  empezaría 
á  bautizar  los  tales  esqueletos  con  los  nombres  de  Marsilla  y  Segura.  Y 
esto  bastó  para  que  Villalba,  que  no  era  de  Teruel,  y  que  tal  vez  nunca 
allá  estuvo,  diese  el  hecho  por  cierto,  y  así  ha  llegado  hasta  nuestros 
días  >.  Un  examen  muy  minucioso  de  los  mismos,  quizá  daría  alguna  luz 

I  Los  retratos  délas  momias  que,  como  hemos  dicho,  están  hoy  en  mejores  condiciones,  han 
sido  muy  reproducidos;  y  Gabarda,  Andrés,  D.  Domingo  Gascón  (Miscelánea  turolense)  y  otros 
traen  copias  de  ellos. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  3yi 

acerca  de  la  edad  ú  otras  circunstancias.  Los  médicos  de  Teruel  pudieran 
y  debieran  hacerlo. 

Vil.  Las  obras  históricas. 

La  primera  y  única  obra  que  tenga  verdaderamente  este  carácter  son 
las  repetidas  Noticias  de  Antillón.  De  los  siete  puntos  que  abarca  su  fo- 
lleto, reproduce  en  el  primero  la  narración  seudo  histórica  de  los  Aman- 
tes existente  en  la  iglesia  de  San  Pedro;  en  el  II  la  otra  narración  unida 
á  la  anterior  y  referente  al  hallazgo  y  traslaciones  de  las  momias.  Expone 
en  el  III  la  doble  versión  de  Yagüe  de  Salas:  en  el  Argumento  y  en  el  poe- 
ma. Una  erudita  excursión  sobre  los  antiguos  historiadores  aragoneses 
para  ver  que  guardan  alto  silencio  sobre  el  asunto,  así  como  los  papeles 
del  municipio  es  el  fondo  del  número  IV.  Habla  brevemente  en  el  V  de  la 
comedia  de  Montalbán  única  que  conocía.  Extracta  con  detención  en  el 
VI  la  Memoria  genealógica,  que  sólo  le  inspira  el  debido  desprecio.  Y  en 
el  VII  formula  sus  conclusiones  que  con  los  escasos  y  poco  limpios  medios 
que  utiliza  tenían  que  ser  muy  inseguras. 

Cree  que  el  origen  de  la  celebridad  de  la  historia  amorosa  de  Marcilla 
y  Segura  nació  con  el  hallazgo  de  sus  cadáveres  en  i555,  hecho  que,  sin 
embargo,  no  da  como  innegable,  sobre  todo  á  causa  de  estar  consignado  en 
uno  de  los  documentos  apócrifos  de  San  Pedro. 

c<Si  supongo,  dice,  que  el  origen  de  la  celebridad  de  la  historia  ó  novela 
de  los  Amantes,  se  debe  al  hallazgo  de  sus  cadáveres  en  i555,  es  conce- 
diendo la  realidad  de  este  descubrimiento.  Mas  no  se  tenga  tampoco  por 
hecho  incontestable.  Hemos  ya  visto  (n.  iv),  que  Blasco  de  Lanuza,  dili- 
gente investigador  de  las  cosas  de  Teruel,  lo  ignoraba  hacia  1618,  y  por 
otro  parte,  el  papel  (n.  11)  en  que  se  refieren  dicho  hallazgo  y  el  nuevo  re- 
conocimiento en  1 6 19,  aunque  redactado  en  forma  de  escritura  con  nota- 
rios y  testigos,  no  existe  original,  ni  aun  en  copia  auténtica  en  el  archivo 
de  la  iglesia  de  San  Pedro  de  donde  la  saqué  este  verano.  Allí  no  hay  más 
que  una  copia  simple  de  letra  de  ayer,  llena  de  erratas  y  transposiciones 
groseras;  y  en  ella  ni  siquiera  se  expresa  de  dónde  se  copió  ó  en  qué  para- 
je se  halla  la  escritura  original»  ^ 

Bien  hacía  Antillón  en  no  resolverse  á  sustentar  nada  definitivo  en  este 
punto.  De  que  se  hubiesen  hallado  dos  cadáveres  ó  esqueletos  bien  conser- 

I    Noticias^  p.  43. 


Sya  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

vados  no  es  razón  para  deducir  que  en  el  acto  se  les  forjase  una  histo- 
ria que  habría  de  ser  recibida  por  todos:  algo  acerca  de  esto  debía  de 
existir  ya,  que  Antillón  no  conoce,  y  por  eso  suspende  acertadamente  su 
juicio. 

Tampoco  nos  parece  aceptable  la  otra  conclusión  atribuyendo  á  Yagüe 
la  falsa  relación  histórica  de  los  Amantes,  fraguada  á  fines  del  siglo  xvii  ó 
tal  vez  en  el  xviii.  Más  bien  resulta  que  debió  de  tomarse  el  nombre  del 
poeta  para  acreditar  la  superchería  y  por  eso  pusieron  en  prosa  sus  ver- 
sos, ya  harto  prosaicos.  El  plagio  es  manifiesto,  como  puede  convencerse 
cualquiera  comparando  ambos  textos. 

Y,  en  fin  de  todo,  termina  invitando  á  que  se  hagan  nuevas  pesquisas 
en  la  materia  y  á  los  poetas  que  sigan  cantando  suceso  tan  interesante  y 
patético  como  la  muerte  de  Marcilla  y  Segura,  aunque  resulte  ser  una 
pura  novela. 

Los  historiadores  que  se  sucedieron  no  llevaron  otra  mira  que  comba- 
tir las  aserciones  de  Antillón,  por  diferentes  medios.  D.  Isidoro  Villarroya 
inventó  un  nuevo  texto  de  la  relación  histórica  de  San  Pedro,  según  he- 
mos dicho,  con  lo  cual  creyó  hacer  inútil  el  demoledor  estudio  de  su  pai- 
sano K  D.  Esteban  Gabarda  aspiró  á  más:  á  reconstituir  la  historia  verda- 
dera del  suceso  y  á  defenderlo  con  sus  observaciones  criticas.  Crítica  es 
precisamente  lo  que  se  echa  de  menos  en  su  obra.  No  solamente  manifies- 
ta grande  ignorancia,  como  revela  el  pasaje  del  reloj  y  suponer  que  los 
Arcos  de  Teruel  estaban  ya  construidos  en  el  siglo  xiii,  sino  que  hace  una 
cosa  peor.  Al  mismo  tiempo  que  en  una  nota  ^  rechaza  como  amplificación 
moderna,  sacada  del  poema  de  Yagüe,  la  primera  relación  de  San  Pedro, 
la  aprovecha  en  el  texto  y  la  da  como  verdadera  intercalándola  con  la  de 
Villarroya  también  modificada  por  él.  Y  los  documentos  justificativos  son 
copias  de  estas  relaciones,  la  del  hallazgo  y  traslación  de  las  momias, 
también  sacada  de  la  iglesia  de  San  Pedro  y  una  nueva  igual  que  dice  se 
halla  en  un  manuscrito  del  Ayuntamiento  de  Teruel,  llamado  Alcorán  ó 
Libro  verde.  De  la  tradición  no  obtiene  más  que  el  triple  disparate  de  que 
al  regreso  Marcilla,  pasando  por  los  Arcos  sacó  el  reloj  y  dijo  á  su  criado, 
Camacho,  como  temía  haber  llegado  tarde  3. 

1  Nada  de  particular  contieDC  la  Noticia  histórica  de  la  conquista  de  Valencia,  impresa  en 
cl  mismo  año  por  D.  Luis  Lamarca  y  trata  este  asunto  en  la  forma  conocida. 

2  Página  31  de  la  edición  de  1842. 

3  En  la  c  Jición  de  1864  procuró  enmendar  algo  estos  desatinos  diciendo  que  pudo  Marc  lia 
saber  la  hcra  por  las  campanas  de  algún  convento  ó  iglesia. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  373 

D.  Juan  Eugenio  Hartzenbusch,  asi  en  el  artículo  del  Laberinto^  en 
1843,  como  en  el  prólogo  de  la  novela  de  Castel-León,  en  1861,  da  por 
buenos  los  documentos  reproducidos  por  Gabarda  y  las  observaciones  de 
éste.  Hay,  no  obstante,  algo  de  forzado  y  tímido  en  la  manera  de  expre- 
sarse de  aquel  insigne  escritor,  á  quien,  para  acabar  de  convencerle,  le  en- 
viaron desde  Teruel  otra  copia  de  la  famosa  relación  de  Villarroya,  dis- 
tinta de  ésta  y  de  la  de  Gabarda  ^ 

El  artículo  de  Fernández  Guerra,  publicado  en  La  España  y  reprodu. 
cido  luego  por  él  en  la  biografía  de  Hartzenbusch  es  obra  muy  lijera,  es- 
crita de  memoria  en  gran  parte,  con  algunos  errores  materiales  y  sin  el 
debido  conocimiento  del  asunto;  tanto  que  el  ilustre  y  excelente  D.  Aure- 
liano,  antepone  la  versión  del  suceso  tal  como  en  1780  la  guisó  el  capitán 
D.  José  Garcés,  solo  porque  es  más  verosímil  y  decente  que  cualquiera  de 
las  otras  que,  al  fín,  tenían  en  su  favor  la  antigüedad. 

De  muy  distinto  género,  á  juzgar  por  el  sumario  ó  índice  que  de  ella 
publicó  el  Sr.  Gascón  y  Guimbao  en  el  número  2.®  de  su  curiosa  Miscelá- 
nea turolense,  es  un  libro  que  acerca  de  los  Amantes  de  Teruel  compuso 
y  dejó  inédito  el  difunto  D.  Justo  Zapater  y  Jareño.  Juzgando  por  los  enig- 
máticos ó  irónicos  encabezados  de  algunos  capítulos,  el  criterio  de  Zapa- 
ter parece  ser  aún  más  radical  que  el  de  Antillón,  su  paisano.  Ignoramos 
por  donde,  según  dice  el  Sr.  Gascón,  este  problema  histórico  y  literario  de 
los  Amantes  de  Teruel  pudo  convertirse  y  entrañar  para  Zapater  un  asun- 
to de  intereses  que  le  movió  á  componer  su  libro  2. 

VIII.  Verdadero  origen  de  la  leyenda. 

Si,  pues,  ni  la  historia,  ni  la  tradición  arrojan  luz  alguna  sobre  el  pri- 
mitivo origen  de  la  amorosa  y  fúnebre  leyenda  de  los  jóvenes  terolenses; 
^de  dónde  la  sacaron  Alventosa,  el  doncel  de  Xérica,  Artieda,  Huerta  y  los 
demás  que  en  los  siglos  xvi  y  xvii  la  divulgaron  tan  profusamente? 

Apresurémonos  á  declararlo.  A  nuestro  juicio  la  historia  de  Marcilla 
y  Segura,  no  es  más  que  una  traducción  adaptada  á  España  del  cuento  de 
Boccaccio  contenido  en  su  Dscamerone  3,  bajo  el  nombre  de  Giróiamo  y 

1  Quizás  entre  los  papeles  de  aquel  grao  escritor,  con  tanto  amor  y  celo  custodiados  y  clasi- 
licados  por  su  hijo  D.  Kugenio,  se  halle  aún  dicha  copia. 

2  Tenemos  entendido  que  el  mismo  Sr.  Giscón  posee  el  manuscrito  de  la  obra  de  Zapater 
que  tal  vez  explique  este  original  aspecto  y  consecuencias  de  leyenda  tan  poética. 

3  Jornada  4  »*,  novela  8.* 


374  REVISTA   DE  ARCHIVOS 

Sahestra.  No  es  que  tengan  ambos  temas  una  semejanza  más  ó  menos 
grande,  como  se  ha  dicho;  es  que  es  la  misma  historia  en  todas  las  circuns- 
tancias esenciales,  de  tal  suerte,  que  no  puede  dudarse  que  hay  entre  ellos 
alguna  relación  de  dependencia.  Juzgúese  por  el  siguiente  fiel  extracto,  y 
compárese  con  las  primitivas  formas  de  la  versión  española. 

Girólamo  y  la  Salvestra  se  criaban  juntos  en  Florencia,  y  se  aman  des- 
de niños;  pero  él  es  rico  y  ella  hija  de  un  artesano.  Los  tutores  y  la  madre 
del  joven,  para  separarlo  de  aquellos  amores,  le  envían  á  París  dos  años. 

A  la  vuelta  halla  á  la  Salvestra  casada  y  olvidada  de  él.  El  joven,  cada 
vez  más  enamorado,  se  introdujo  un  día  hasta  la  cámara  del  matrimonia 
y,  cuando  sintió  dormido  al  marido,  puesta  la  mano  en  el  pecho  de  Sal- 
vestra, le  declaró  quién  era  y  dirigió  dulces  reproches  sobre  su  olvido.  La 
muchacha,  llena  de  susto,  le  rogó  que  se  retirase,  alegando  sus  nuevas  cir- 
cunstancias de  mujer  casada  y  peligro  que  corría  si  despertaba  su  marido. 
Jerónimo,  sintiéndose  morir  de  pena  rogóle,  como  último  favor,  le  permi- 
tiese acostarse  un  momento  á  su  lado,  a'.aque  sin  tocarla,  pues  estaba  yer- 
to de  frío  y,  obtenido  el  permiso,  se  leclinó  en  el  lecho  donde,  presa  de  las 
mayores  congojas,  dejó  de  existir. 

Pasado  algún  rato,  sorprendida  Silvestra  de  la  quietud  y  silencio  de  su 
amante,  hablóle  para  que  se  fuese; y,  como  no  le  respondía,  creyéndole  dor- 
mido, le  tocó  el  rostro  y  cuerpo,  advirtiendo  con  espanto  que  estaba  helado. 
Convencida  por  otras  tentativas  de  que  se  hallaba  difunto,  pensando  entre 
sí  como  saldría  del  lance,  despertó  á  su  esposo  y  le  contó  el  caso  como  ha- 
biendo ocurrido  á  otra  persona,  y  aquél  dijo  que  lo  que  debiera  hacerse 
era  haber  llevado  el  cadáver  á  la  puerta  de  su  casa  secretamente  y  dejarlo 
allí.  Exactamente  fué  lo  que  hizo  luego  que  su  esposa  le  manifestó  toda  la 
verdad. 

En  la  mañana  siguiente,  y  tras  los  llantos  consiguientes  de  la  familia, 
fué  conducido  el  cuerpo  del  mancebo  á  la  iglesia,  y  mientras  se  le  hacían 
las  exequias,  llegó  la  Salvestra  al  templo.  c<Alla  giovane  che  tardi  era  di- 
venuta  pietosa  piacque,  si  come  á  colei  che  morto  disideraba  di  veder  col- 
ui  á  cui  vivo  non  avea  voluto  d'un  sol  bascio  piacere.» 

A  la  vista  del  muerto  el  antiguo  amor  de  Silvestra  resucitó  súbitamen- 
te; lanzó  un  grito  dolorido,  se  arrojó  sobre  el  cuerpo  del  joven  y,  juntan- 
do el  rostro  con  el  suyo,  expiró  allí  mismo. 

Como  no  se  movía,  algunas  personas  le  rogaban,  sin  cococerla,  que  se 
apartase  de  allí  y,  ante  su  silencio,  le  separaron  viendo  entonces  que  era 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  3j5 

la  Salvestra.  En  medio  de  la  sorpresa  y  confusión  que  el  hecho  produjo,  el 
marido  refirió  la  forma  de  la  muerte  de  Jerónimo,  y  todos  los  presentes  pi- 
dieron que  ambos  fuesen  sepultados  juntos,  como  se  hizo.  c<E  loro,  li  quali 
amor  vivi  non  aveva  potuto  congiungere,  la  morte  congiunse  con  insepa- 
rabile  compagnia.» 

Tal  es,  despojada  de  varias  apreciaciones  y  pormenores,  que  aumentan 
aup  la  semejanza,  la  narrativa  del  cuentista' florentino,  y  dígase  si  es  posi- 
ble, que  este  cuento  sea  ajeno  á  la  versión  castellana.  Solo  cabe  una  expli- 
cación, si  se  quiere  mantener  la  autenticidad  de  la  aventura  terolense,  y  es 
suponer  que  el  Boccaccio  tuvo  noticia  del  caso  y  lo  colocó  en  su  libro,  com- 
puesto al  mediar  el  siglo  xiv.  Es  lo  que  han  insinuado  Hartzenbusch  y  casi 
sostenido  Fernández-Guerra. 

Según  ellos,  el  sucedido  de  Teruel  es  de  principios  del  siglo  xiii;  á  me- 
diados del  XIV,  en  que  vivía  y  esAIbía  Boccaccio,  los  aragoneses  domina- 
ban en  Sicilia  y  de  allí  fué  llevado  á  Florencia  para  figurar  en  aquella  in- 
digna galería  de  obscenidades  con  que  Juan  Boccaccio  quiso  divertir  á  sus 
paisanos. 

Si  las  cosas  hubieran  pasado  como  suponen  dichos  escritores,  sería,  con 
efecto,  la  única  explicación  satisfactoria  del  hecho.  Pero  como  dista  mucho  , 
de  estar  demostrado  que  el  suceso  sea  cierto,  ni  del  siglo  xiii;  como  las  pri- 
meras noticias  que  de  él  tenemos  en  España  son  del  xvi,  de  ahí  que  la  prio- 
ridad cronológica  lleve  en  pos  de  sí  la  de  invención  del  asunto. 

Por  otra  parte,  la  adaptación  italiana  supojie  una  influencia  auestra 
más  allá  del  Apenino  que  no  ha  existido  ni  en  el  siglo  xiv,  ni  el  xv,  ni  en 
la  primera  mitad  del  xvi,  sino  al  contrario.  Después  de  la  conquista  de 
Ñapóles,  por  Alfonso  V  de  Aragón,  algo  alternaron  nuestros  poetas  con 
los  italianos,  y  éstos  á  su  vez  algo  escribieron  en  castellano  ó  catalán,  aun- 
que siempre  bajo  la  pauta  italiana,  introducida  entre  nosotros  por  Micer 
Francisco  Imperia',  el  Marqués  de  Santillana,  Juan  de  Mena,  etc.;  pero 
entonces  hacía  ya  un  siglo  que  estaba  escrito  el  cuento*  de  Girólamo  y  5a/- 
vestra.  Mayor  fué  todavía  el  influjo  de  las  letras  italianas  sobre  las  nues- 
tras en  los  dos  primeros  tercios  del  siglo  xvi:  testigos.  Boscán,  Gsfrcilaso  y 
tantos  otros  poetas  de  aquel  tiempo.  Por  el  mismo  tiempo  empezaron  á 
traducirse  é  imitarse  las  obras  de  los  novelistas  y  sus  primeros  ensayos  dra- 
máticos. Timoneda  tradujo  y  arregló"  muchos  cuentos  de  aquel  país  en  su 
Pairañuelo  y  el  Sobremesa.  Alonso  de  la  Vega,  Lope  de  Rueda,  Pedro 
Navarro  y  otros,  escribieron  comedias  de  asunto  italiano  ó  tomadas  de  au- 

,      J.*  ÍPOCA.— TOMO  TIII.  26 


376  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

tores  de  aquel  país:  esta  costumbre  llegó  hasta  Lope  de  Vega  y  Tirso  de 
Molina,  que  dramatizaron  cuentos  del  mismo  Decamerón  (El  anzuelo  de 
Fenisa,  El  halcón  de  Federico,  Palabras  y  Plumas,  etc.). 

Los  cuentos  de  Boccaccio  corrían  traducidos  entre  nosotros  desde  fines 
del  isiglo  XV.  ¿Cómo  admitir  que  si  éste  hubiese  tomado  el  asunto  de  los 
Amantes,  no  lo  hubiesen  recordado  alguno  de  los  que  precisamente  en  Va- 
lencia, no  lejos  de  Teruel,  tanto  explotaban  las  burlas  boccaccianas? 

La  misma  leyenda  aragonesa  no  fué  muy  popular  y  extendida  hasta  la 
publicación  del  poema  de  Yagüe  de  Salas.  No  queda  más  que  un  ejemplar 
de  la  Historia  de  Alventosa;  la  de  Villalba  estuvo  manuscrita  hasta  nuestros 
días;  Rey  de  Artieda  concedía  tan  poca  importancia  al  lugar  de  la  acción 
de  su  tragedia,  que  ni  siquiera  lo  puso  en  el  título.  Llamóla  Los  amantes, 
á  secas,  para  indicar  que  lo  esencial  era  lo  estupendo  del  acaecimiento  y 
que  no  importaba  hubiese  ocurrido  en  Teruel  ó  en  otro  punto.  En  el  poe- 
ma de  Huerta  es  un  breve  episodio;  aunque  ya,  por  su  extrañeza,  iba 
abriéndose  camino  el  asunto  que  halló  sazón  para  su  gran  desenvolvimien- 
to en  el  poema  de  Yagüe  y  obras  sucesivas  y,  sobre  todo  en  las  comedias  de 
Tirso  y  Montalbán,  porque  entonces  el  teatro  sancionaba,  difundía  y  po- 
pularizaba todos  los  argumentos,  ya  fuesen  sacados  de  la  poesía  ó  de  la 
realidad. 

Indicio  vehemente  de  que  la  leyenda  española  fué  nacida  al  mediar  el 
siglo  XVI  y  formándose  trabajosamente  en  los  últimos  años  y  primeros  del 
siguiente,  nos  la  ofrece  la  incertidumbre  y  variedad  con  que  la  vemos  tra^ 
tada  en  algunas  circunstancias  no  insignificantes  de  ella. 

Villalba  lleva  el  héroe  á  Italia,  confunde  las  épocas  haciendo  vivir  al 
rey  Boabdil  de  Granada  á  fines  del  siglo  xiii.  El  regreso  de  Marcilla  y  su 
entrada  en  el  aposento  nupcial  son  secretos  para  todos,  incluso  para  la 
dama,  cuya  sorpresa,  pues  creía  á  Marcilla  muerto,  es  de  suponer. 

En  Artieda,  Marcilla  permanece  los  siete  años  en  Tínez.  En  Villalba 
el  plazo  había  transcurrido  por  muchos  meses:  en  Artieda  sólo  por  una 
hora  ó  dos.  Marcilla  habla  durante  el  día  de  la  boda  con  Isabel  y  su  marido, 
á  quienes  ^felicita:  y  á  la  noche  se  introduce  en  la  cámara.  El  motivo  que 
Isabel  alega  para  que  su  esposo  la  respete  en  la  noche  trágica,  es  el  ejem- 
plo que  le  ofrece  de  la  continencia  de  Escipión  y  de  Alejandro;  en  Villalba 
es  una  supuesta  dolencia;  luego  veremos  en  otros  que  es  un  fingido  voto. 

En  estos  primeros  narradores  faltan  los  nombres  de  los  padres  de  am- 
bos jóvenes,  del  esposo  de  Isabel,  y  nada  se  dice  de  las  familias  de  ningu- 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS  877 

no  de  ellos,  cosas  que  tratándose  de  un  suceso  local  no  se  hubieran  omiti- 
do, como  no  se  han  omitido  los  de  otros,  como  por  ejemplo,  en  la  leyenda 
de  D.*  Estefanía  la  Desgraciada,  que  es  muy  anterior. 

La  época  es  el  siglo  xiii,  (á  fines)  en  Villalba,  en  el  siglo  xv  en  Artie- 
da.  Huerta,  y  los  poetas  cómicos  del  siglo  xvii,  hacia  i23o  enYagüe,  y  so- 
lamente en  la  narración  apócrifa  y  en  la  inscripción  dé  las  momia?  colo- 
cada en  el  siglo  xviii  se  fija  en  1217. 

Ahora  bien;  esta  inseguridad  de  noticias  respecto  de  pormenores  inte- 
resantes indica,  no  la  existencia  de  una  tradición  robusta,  clara  y  forma- 
da de  luengos  años,  sino  la  inconsistencia  propia  de  un  asunto  poético,  muy 
notable,  eso  sí,  pero  que  cada  uno  se  cree  en  el  caso  de  tratar  como  mejor 
le  parece.  Y  gracias  á  esta  libertad,  poseemos  una  obra  maestra  como  el 
drama  de  Hartzenbusch,  que  nada  pierde  en  belleza,  aunque  el  argumento 
resulte  imaginario^  temor  que  acaso  le  hizo  á  su  creador  aceptar  con  doci- 
lidad excesiva  las  patrañas  de  Villarroya  y  de  Gabarda. 

Viniendo  ahora  al  examen  del  fondo  del  hecho,  ¿no  es  verdaderamen- 
te pasmoso  que  en  el  siglo  xiii  hubiese  ni  en  Teruel  ni  en  parte  alguna  dos 
personas  dotadas  de  sensibilidad  tan  exquisita  á  quienes  simultáneamente 
pudiese  causar  la  muerte  el  verse  privados  una  de  otra?  ¿Y  qué  diremos 
de  los  indecorosos  é  inverosímiles  pormenores  de  la  escena  de  la  cama, 
sea  cualquiera  la  versión  que  se  acepte?  Compréndese  que  Boccaccio,  que 
no  podía  dejar  de  poner  alguna  nota  grosera  aun  en  lances  tan  poco  á  pro- 
pósito como  éste,  conduzca  á  su  héroe  hasta  la  misma  alcoba  de  la  joven 
sencillamente  con  el  fin  de  acostarse  con  ella  y  hacer  una  de  las  más  jt?/- 
cantes  burlas  de  maridos,  entre  las  muchas  que  hay  en  sus  novelas;  pero 
no  se  conciba  que  en  wna  historia  verdadera,  esperase  Marcilla  tan  in- 
oportuno mDmsnto  para  dirigir  sus  quejas  á  la  ingrata  estando  el  marido 
presente  y  en  la  confianza  de  que  no  había  de  despertarse. 

Si  el  hecho  hubiese  ocurrido  en  España,  habría  sido  de  otro  modo^ 
aunque  el  resultado  fuese  el  mismo;  y  de  otro  modo  lo  hubieran  referido 
Villalba,  Artieda,  Huerta  y  Yagüe  de  Salas.  Pasaría  como  lo  cuentan  Mon- 
talbán,  D.  José  Garcés  ó  el  mismo  Hartzenbusch.  Cualquiera  de  las  anti- 
guas versiones  repugna  al  buen  sentido.  Y  si  las  abandonamos,  ¿qué  que- 
da de  la  leyenda? 

Madrid,  1 1  de  Abril  de  igoS. 

Emilio  Cotarelo. 


■378  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

Vida  y  escritos  de  D.  José  Antonio  Conde. 


I 

En  la  villa  de  La  Peraleja  á  28  de  Octubre  de  1766,  nació  el  niño  Simórr 
Antonio  José,  que  en  la  confirmación  se  nombró  José  Antonio.  Fueron- 
sus  padres  Juan  Manuel  Conde,  natural  de  dicha  villa,  y  Antonia  García, 
de  Villanueva  de  Guadamejud.  Además  de  D.  Julián  Pablo  que  fué  ecle- 
siástico, tuvo  cuatro  hermanas:  D.*  Prima  Feliciana  Josefa,  que  nació  en 
Santa  María  del  Campo  el  7  de  Junio  de  i755;  D.*  Jerónima,  D.*  Juliana 
y  D.*  Dionisia.  La  casa  en  que  nació  está  en  la  calle  de  Enmedio,  señalada 
actualmente  con  el  núm.  46. 

Para  dar  idea  cabal  de  sus  primeros  estudios  y  sobresaliente  aprovecha-^ 
miento,  nada  mejor  que  trasladar  aquí  la 

Relación  de  los  méritos,  grados  y  ejercicios  literarios  del  doctor  D.  José 
Antonio  Conde,  Clérigo  de  Prima,  del  Gremio  y  Claustro  de  la  Uni- 
versidad de  Alcalá,  opositor  á  sus  cátedras  de  Hebreo,  Árabe  y  Grie- 
go, Colegial  actual  en  el  de  Santa  Catalina  llamado  de  los  Verdes  de 
aquella  universidad  y  Abogado  en  los  Reales  Consejos. 
Consta  es  hijo  legítimo,  natural  de  la  villa  de  Peraleja,  en  la  Diócesis 
de  Cuenca,  de  edad  de  veinte  y  siete  años,  que  cumplirá  en  28  de  Octubre 
del  presente  año  de  1798,  y  Clérigo  de  Prima. 

Estudió  en  el  Seminario  Conciliar  de  Cuenca  Latinidad,  Retórica  y  Ló- 
gica, y  habiendo  precedido  el  examen  correspondiente  se  matriculó  en  la 
Universidad  de  Alcalá,  en  donde  estudió  Filosofía  moral,  primero  y  se- 
gundo año  de  Instituciones  Civiles,  y  primero  de  Instituciones  Canónicas, 
con  los  que  y  el  acto  previo  recibió  en  aquella  Universidad  el  grado  de 
Bachiller  en  Cánones  á  Claustro  pleno  en  22  de  Junio  de  1788;  habiendo 
precedido  los  ejercicios  prevenidos  en  la  Real  Cédula  de  1770,  que  le  fue- 
ron aprobados  nemine  discrepante  por  33  doctores  de  la  facultad  que  con- 
currieron á  su  votación. 

Que  en  21  de  Octubre  de  1789  recibió  el  grado  de  Bachiller  en  Leyes  por 
dicha  Universidad,  á  Claustro  regular,  según  se  mandó  en  dicha  Real  Cé- 
dula,  y  sus  ejercicios  también  le  fueron  aprobados  nemine  discrepante. 

Cursó  asimismo  en  la  propia  Universidad  el  quinto  año  de  Jurispruden- 
cia en  el  que  se  explican  las  Leyes  de  Toro;  el  sexto,  de  Disciplina  Ecle- 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  879 

siásiica;  el  séptimo,  de  Decreto,  y  .el  octavo  y  último  en  la  Facultad,  de 
Concilios  generales  y  Nacionales, 

En  Mayo  de  1791 ,  recibió  el  grado  de  Licenciado  en  Cánones  por  dicha 
Universidad,  y  el  28  del  mismo  mes  y  año,  el  grado  y  borla  de  Doctor  en 
ambos  Derechos,  habiendo  precedido  las  pruebas  y  ejercicios  de  pública 
y  secreta  acostumbrados,  que  le  fueron  aprobados  por  43  doctores  nemine 
discrepante. 

Es  individuo  y  lo  ha  sido  de  una  de  las  dos  Academias  de  Jurispruden- 
cia sitas  en  aquella  Universidad,  en  la  que  ha  actuado  conclusiones,  las  ha 
presidido,  leído  de  oposición  y  argüido  siempre  que  le  ha  correspondido 
por  su  orden  y  antigüedad. 

En  1789  hizo  oposición  á  la  Cátedra  de  Lengua  hebrea  en  la  Universi- 
dad de  Alcalá,  disertando  con  término  de  veinticuatro  horas  sobre  el  pun- 
to gramatical  que  salió  en  suerte,  respondiendo  á  las  objeciones  de  los  jue- 
ces, y  en  segundo  ejercicio  tradujo  del  texto  original  hebreo  el  capitulo  2.® 
de  Abacuc,  y  también  por  suerte  otro  en  la  Historia  de  los  Reyes,  de  re- 
pente, dando  razón  por  espacio  de  media  hora  de  las  radicales  y  de  la  for- 
mación de  nombres  y  verbos;  así  que  mereció  igual  censura  que  su  único 
coopositor  premiado  con  ella. 

En  el  año  de  1790,  hizo  otra  oposición  á  la  cátedra  de  lengua  griega 
con  igual  método,  y  firmó  la  oposición  de  la  de  Árabe, 

Es  Colegial  del  de  Santa  Catalina,  llamado  de  los  Verdes,  de  la  Univer- 
sidad de  Alcalá  desde  1788. 

En  6  de  Julio  de  1792,  se  recibió  de  Abogado  de  los  Reales  Consejos. 

Por  testimoniales  del  actual  Obispo  de  Cuenca  D.  Felipe  Antonio  Sola- 
no, de  9  de  Abril  del  presente  año,  consta  cuanto  va  expresado  del  mérito 
del  interesado,  y  añade  que  no  está  excomulgado,  suspenso,  irregular,  en- 
tredicho, ni  procesado  civil  ni  criminalmente  por  delito  alguno  que  haya 
cometido,  antes  bien  por  su  buena  vida  y  costumbres  le  juzga  por  digno, 
hábil  y  capaz  de  poder  obtener,  servir  y  gozar  beneficios  simples,  presta- 
meras  y  préstamos  ú  otra  renta  eclesiástica  que  S.  M.  se  digne  conferirle. 
— Es  copia  de  la  original  que  queda  en  la  Secretaría  de  la  Cámara  y  Real 
Patronato,  de  que  certifico  como  Secretario  de  S.  M.  y  Oficial  mayor  de 
^lla,  Madrid  18  de  Julio  de  179'i. 

Por  aquí  se  ve  ya  la  predilección  con  que  él  miraba  el  estudio  de  las  len- 
guas en  el  que  tanto  había  de  brillar  después:  poseyó  perfectamente  el  la- 
tín, el  griego,  el  hebreo  y  el  árabe,  no  siendo  profano  en  la  semíticas 


38o  REVISTA   DE   ARCHIVOS 

afines  de  estas  dos  últimas,  y  habló  el  francés,  en  el  que  se  perfeccionó  du- 
rante el  tiempo  que  anduvo  emigrado. 

Un  hallazgo  feliz  >  me  permite  reconstituir  hasta  el  retrato  físico  de 
G)nde  cuando  era  colegial  en  el  de  Los  Verdes.  El  Obispo  de  Jaén,  Inqui- 
sidor general,  remitió  al  Tribunal  de  la  de  Toledo,  con  carta  4  de  Junio 
de  1789,  una  delación  espontánea  que  había  hecho  D.  José  Antonio  Gras- 
sot,  natural  de  Barcelona,  residente  en  Alcalá  y  Bachiller  graduado  en  Sa- 
grados Cánones  en  la  referida  Universidad,  por  medio  del  P.  Mauricio 
Velez  de  Cosió  ó  Mauricio  Diez  (que  de  los  dos  modos  figura  en  el  proce- 
so). Lector  de  Retórica  y  Humanidad  y  Vicario  en  su  Colegio  de  Clérigos 
Regulares  de  Alcalá,  para  que  procediese  contra  todas  y  cada  una  de  las 
personas  delatadas.  El  Inquisidor  Fiscal  en  16  de  Junio  de  dicho  año,  pi- 
dió se  recibiese  nueva  declaración  á  Grassot,  y  el  Tribunal  al  día  siguien* 
te  comisionó  para  recibirla  á  D.  Ildefonso  Zamora,  presbítero  de  Alcalá, 
recibiéndosela  el  día  26  de  Febrero  de  1790. 

Grassot  declaró  contra  Conde  c<que  oyó  decir  á  éste  que  la  confesión  au- 
ricular era  invención  de  hombres;  que  Jesucristo  no  vino  al  mundo  y  que 
el  que  se  fingió  tal  fué  un  hipócrita;  que  Moisés  fué  un  político  que  se  va- 
lió de  la  ignorancia  de  los  israelitas  para  hacer  creer  lo  que  dice  la  Bi- 
blia; que  los  salmos  de  David  no  tienen  más  de  bueno  que  estar  en  verso,  y 
que  el  expresado  Conde  compuso  un  manuscrito  intitulado:  Canticum  vo- 
¡uptatis». 

Dijo  que  «el  particular  de  los  salmos  de  David  lo  ha  dicho  Conde  en  su 
cuarto  del  Colegio  Verde,  estando  los  dos  solos  con  motivo  de  enseñarle 
varios  papeles,  y  entre  ellos  el  citado  Canticum  voluptatis,  explicándose 
que  por  estar  en  verso  era  bueno  como  dichos  salmos,  lo  que  pasó  á  prin- 
cipios del  curso  de  88  á  89,  sin  que  se  acuerde  el  mes  ni  día;  y  los  otros 
particulares  los  oyó  en  casa  del  librero  Gregorio  Ramírez,  presente  este, 
aunque  ocupado  en  su  trabajo,  D.  Martín  Ordogui,  D.  Luis  Folgueras  y 
D.  Joaquín  María  de  Huerta,  cursantes  en  la  misma  Universidad;  y,  aun- 
que había  otras  personas,  no  hace  memoria  de  las  que  eran,  ni  del  motivo 
ni  circunstancias  porque  se  profirieron  ni  con  qué  ánimo;  y  sí  que  al  de- 
clarante sonaron  mal,  por  lo  que  hizo  la  delación». 

En  3  de  Marzo  de  1790,  ratificóse  en  su  declaración  á  la  que  dijo  que 
sólo  tenía  que  añadir  oque  con  D.  Joseph  Conde  fueron  cómplices  D.  Mar- 

I    La  Causa  contra  Conde  que,  por  proposiciones  heréticas,  incoó  la  Inquisición  de  Toledo. 
Publicóla  en  el  Apéndice  II, 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  38 1 

tín  Ordogui,  D.  Luis  Folgueras  y  D.  Joaquín  María  de  Huerta,  cursantes 
en  dicha  Universidad»,  y  sobre  si  Conde  compuso  un  manuscrito  intitula- 
do Caniicum  voluptatis  dijo  «es  cierto  y  que  el  declarante  le  trasladó  de  su 
puño  y  letra  del  que  le  manifestó  Conde  y  es  el  mismo  que  envió  con  la 
delación  al  Sr.  Inquisidor  general,  y  así  le  reconoce  y  está  escrito  en  cuatro 
fojas  de  cuartillas...» 

Pero  si  todo  esto  tiene  interés,  más  lo  ofrece  el  informe  que  Fr.  Ilde- 
fonso Zamora  dio  con  fecha  8  del  mismo  Marzo.  Dice  así: 

c<Estoy  informado  con  la  mayor  individualidad  y  escrúpulo  que  D.  Jo- 
seph  Conde,  Colegial  en  el  de  Santa  Catalina  Mártir  de  los  Verdes,  de  edad 
al  parecer  de  unos  veintiséis  años,  poco  más  ó  menos,  estatura  algo  menos 
de  dos  varas,  color  moreno,  lleno  de  cara  y  redonda,  cejas  grandes,  ojos 
y  pelo  largo,  negros,  trae  una  vida  bastantemente  estragada;  no  frecuenta 
los  Santos  Sacramentos  de  Penitencia  y  Sagrada  Comunión,  sino  cuando 
Nuestra  Santa  Madre  Iglesia  manda  y  esto  como  por  fuerza;  sus  continuas 
conversaciones  son  respirando  libertinaje,  por  lo  que  no  es  de  extrañar 
profiriese  las  proposiciones  delatadas  más  que  por  pasatiempo.» 

Consultados  los  registros  en  todos  los  Tribunales  de  Inquisición  de 
España,  nada  resultó  en  ellos  contra  Conde.  Los  calificadores  dieron  su 
censura  teológica  condenando,  como  es  natural,  las  proposiciones  heréti- 
cas que  se  le  atribuían. 

El  Fiscal  del  Santo  Oficio  de  la  Inquisición  Toledana,  Dr.  Monzón,  vis- 
tos los  autos,  en  atención  á  que  de  los  registros  nada  resultaba  contra  Con- 
de; que  el  Comisionado  expresó  justas  razones  para  no  examinar  al  libre- 
ro Gregorio  Ramírez,  y  que  también  parecía  conveniente  no  ex^tminar  á 
Ordogui,  Folgueras  y  Huerta,  propuso  á  14  de  Diciembre  de  1790,  que  se 
suspendiese  esta  causa  por  entonces,  como  falta  de  prueba.  Y  vistos  los 
autos  por  los  Sres.  Inquisidores,  Licenciado  D.  Francisco  Javier  Ursua  y 
Dr.  D.  Gaspar  de  Haedo  y  Espina,'dijeron  que  se  suspendiese  este  sumario. 
La  delación,  pues,  no  produjo  efecto  alguno:  por  el  resultado  debemos 
inclinarnos  á  que  fué  falsa;  pero  de  todos  modos,  no  pasó  de  nubecilla  de 
verano,  y  la  prueba  de  que  para  nada  influyó  en  el  concepto  honroso  de 
Conde  la  tenemos  en  los  testimonios  del  Obispo  de  Cuenca  á  que  se  refie- 
re el  final  de  la  Relación  preinserta. 

Y  ya  que  renta  eclesiástica  no,  empleo  no  tardó  en  obtenerle.  En  efec- 
to, fué  nombrado  bibliotecario  de  plantilla  de  la  Biblioteca  Real,  hoy  Na- 
cional, el  año  1795,  destino  que  desempeñó  cerca  de  veinte  años. 


382  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

EstD  le  arraigó  en  Madrid.  ¿Cual  era  aquí  su  vida?  Para  contestar  á 
esta  pregunta  tenemos  suficientes  datos  en  las  Cartas  y  en  el  Diario  de 
D.  Leandro  Fernández  de  Moratín,  que  vieron  la  luz  en  las  Obras  postu- 
mas de  éste  (i).  Las  Cartas  refieren  más  circunstanciadamente  los  hechos, 
pero  á  veces  no  tienen  precisión  cronológica;  en  cambio,  el  Diario  tiene 
gran  precisión  cronológica  que  sirve  para  fijar  cuando  acaecieron  los  he- 
chos; así  se  complementan  mutuamente:  el  Diario,  en  que  Moratín  escri- 
bió día  por  día  sus  ordinarias  ocupaciones  desde  Mayo  de  1780  hasta  Mar- 
zo inclusive  de  ¡808,  está  falto  casi  de  un  decenio  (desde  principios  de  1788 
hasta  7  de  Abril  de  1792),  falta  que  para  la  vida  de  Conde  es  de  lamen- 
tar, porque  quién  sabe  si  se  conocerían  él  y  Moratín  en  1792. 

El  pobre  Conde  estuvo  condenado  á  vivir  con  patrona,  aunque  pa- 
trona  fina.  Había  en  Madrid  una  familia,  con  la  cual  vivió  Conde  mu- 
chos años,  natural  ú  oriunda  de  La  Peraleja.  Componíanla  un  matrimo- 
nio, D.  Santiago  Muñoz  y  D.*  María  Ortiz,  con  una  hija  única,  D.^  Fran- 
cisca Gertrudis  Muñoz  y  Ortiz.  Tenían  una  haciendilla  en  La  Peraleja, 
donde  residía  la  abuela  de  Francisca  y  un  tío,  hermano  de  su  padre;  pero  su 
situación  en  Madrid  era  más  que  desahogada,  angustiosa.  La  mayor  parte 
de  la  culpa  debíala  tener  el  Sr.  D.  Santiago,  militar,  según  todas  las  apa- 
riencias, de  mano  pesada  para  los  carrillos  de  su  esposa  y  aún  de  su  hija, 
inspirado  frecuentemente  por  el  dios  de  Nisa  que  le  trastornaba  la  cabeza 
y  tan  desacertado  en  sus  negocios  que  daba  al  traste  con  todos  así  que  los 
emprendía,  y  eso  que  los  tuvo  de  cal,  de  tejas,  de  cabras,  de  gallinas,  de 
marranillos...  D.^  María  Ortiz,  «natural  de  Riu ,  un  lugarcito,  escribe 
Moratín,  que  se  destruyó  años  hacía  y  estaba  en  la  orilla  del  arroyo  de  los 
Templarios,  en  tierra  de  Campos,  cerca  de  Galicia,»  era  mujer  ladina  y 
de  trastienda,  aunque  de  dificultosa  y  enrevesada  escritura,  ingeniosísima 
y  activa  para  procurar  el  pronto  despacho  de  asuntos,  algo  corretona,  bas- 
tante plañidera  de  sus  penas  para  ablandar  el  corazón  de  sus  protectores  y 
golosona  que  se  relamía  «pensando  en  comer  patos  grandes,  zapotes  prie- 
tos y  chicos  zapotes:»  vivió  dilatados  años  soportando  buenamente  á  su  in- 
soportable marido.  La  hija,  á  quien  todos  llamaban  Paquita,  menos  Mora- 
tín que  se  complacía  en  jugar  con  su  nombre  llamándola  Paquita,  Pacita, 

1  Obras  postumas  de  D.  Leandro  Fernández  de  Sforatin,  publicadas  de  orden  y  á  cspcnsas  del 
Gobierno  de  S.  M.  (por  la  Biblioteca  Nacional].  Madrid.  Bivadencyra.  1867.  Las  Cartas  consul- 
tadas han  sido  del  tomo  II  las  dirigidas  á  /).  José  Antonio  Conde.  Del  Diario  de  Moratín  solo  se 
ha  public.ido  una  mínima  parte  de  las  pág.  25o  ysiguientes:  el  original  completo  se  conserva  en 
la  Bibl.  Xac.  Mss.  P.  supL  282. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  383 

Pacorrilla,  Frasca,  Curra  y  Curcurrita,  debía  ser  de  corazón  sensible,  ve- 
hemente y  constante  en  sus  afectos,  dispuesta  al  sacrificio,  profundamente 
agradecida...;  y,  si,  como  yo  sospecho,  fuera  la  Nisida  de  una  oda  de  Mo- 
ratín  ó  la  causante  de  los  recuerdos  de  éste  en  su  idilio  La  ausencia,  sería 
de  cierto  una  mujer  adorable.  En  1816  aumentóse  la  familia  con  un  capitán 
bonachón  y  generoso,  pero  exaltado,  que  casó  con  D.*  Paquita,  D.  Fran- 
cisco Valverde,  quien  lejos  de  remediar  apuros  los  aumentó  por  la  irregu- 
laridad del  cobro  de  sus  haberes:  de  puro  bueno  le  dio  por  engordar  de  un 
modo  alarmante  que  se  compadecía  mal  con  la  agilidad  que  se  necesita 
para  el  noble  ejercicio  de  armas.  Con  ellos  vivió  Conde  de  huésped,  pero 
en  famih'a,  y  con  ellos  gozó  de  todas  las  ventajas  de  este  pupilaje  y  sufrió 
todos  sus  inconvenientes:  Conde,  venía  á  ser  á  veces  cabeza  obligado  de 
aquella  casa  y  m:;ntor  de  la  familia  en  asuntos  que  personalmente  no  le 
importaban  un  ardite  y  ellos  se  interesaban  á  veces  tan  al  vivo  por  los 
asuntos  y  salud  de  Conde  como  de  cosa  propia;  y  á  tal  punto  llegaba  la 
confianza  entre  ellos  y  él,  que  en  un  mismo  pliego  de  papel  solían  escribir 
á  Moratín,  D.''  María,  D.*  Paquita  y  Conde  sus  cartas  respectivas,  y  Mo- 
ratín  les  correspondía  contestándoles  en  otra  en  tres  apartes  á  los  tres. 
Conde,  al  menos  en  sus  últimos  años;  hacía  una  vida  casera:  por  eso  le  es- 
cribía Moratín  en  el  invierno  de  1817,  fecha  8  de  Febrero:  c<¿Con  que  esa 
casa  se  ha  convertido  en  garito  de  fulleros,  y  esas  dueñas  en  bolicheras  de 
cuartel?  Siempre  las  conocí  yo  una  cierta  inclinación  á  la  sota  de  bastos  y 
á  la  espadilla;  pero  nunca  pude  imaginar  que  el  desorden  llegara  á  tanto, 
y  que  presididas  y  autorizadas  por  D.*^  María  Ortiz,  natural  de  Riu  de  Cam- 
pos, ocuparan  las  noches  enteras  en  robarse  el  dinero  unas  á  otras  y  expo- 
ner á  la  suerte  de  un  naipe  las  barras  de  oro  que  vinieron  de  Mégico,  el 
año  de...  yo  no  me  acuerdo.  Predíquelas  usted  contra  este  mal  vicio,  y  léa- 
las algunas  historias  manuscritas  de  santos  moros,  que  no  jugaron  nunca, 
y  llenos  de  días  y  de  virtud  se  fueron  derechos  al  paraíso  de  Mahoma.» 

Cierto  que  el  sabio  Moro,  como  decía  Moratín,  debía  estar  de  antiguo 
habituado  á  hacer  vida  de  retiro  y  no  necesitaba  de  exhortaciones  ajenas 
para  retraerse  de  diversiones,  aun  siendo  honestas.  «Y  los  omniscios  de  la 
Puerta  del  Sol,  ¿qué  dicen?  le  escribía  Moratín,  desde  Pastrana,  nada  me- 
nos que  en  Julio  ó  Agosto  de  1807.  Nada  sé  de  la  república  literaria,  ni  de 
los  trabajos  de  tanto  docto  varón.  De  teatro  no  hay  que  preguntarle  á  us- 
ted, porque  nunca  ha  sido  amante  del  dragma;  y  es  regular  que  ignore  si 
el  teatro  del  Príncipe  se  abre  el  día  de  San  Luis,  ó  esperan  á  que  yo  asis- 


384  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

ta  á  la  apertura».  Pero  á  pesar  de  este  carácter  un  tanto  retraído  de  Conde, 
la  intimidad  en  que  vivía  no  dejaría  de  acarrearle  ciertos  compromisos,  es- 
pecialmente pecuniarios  con  esta  familia,  y  mucho  más  porque  ésta  tenía 
continua  correspondencia  con  sus  parientes  de  la  Peraleja,  y  ya  era  D.  San- 
tiago el  que  iba  allí,  ya  eran  D.*  María  y  su  hija;  y  si  bien  fueron  poco  fre- 
cuentes estas  visitas,  ni  lo  fueron  mucho  tampoco  las  de  los  Condes  á  Ma- 
drid, salvo  una  hermana  de  D.  José  que  estuvo  aquí,  el  trato,  á  la  par  que 
estimación,  engendró  cierto  recelo  entre  una  y  otra  familia;  además,  la  de 
doña  María  era  un  poquito  pedigüeña.  Aliviaba  ésta  su  situación  también 
con  los  huéspedes  que  residían  en  su  casa  temporadas  más  ó  menos  largas 
amigos  suyos,  de  Conde  ó  de  Moratín,  como  D.  Julián  Melón,  hermano  del 
célebre  D.  Juan  Antonio  ó  un  rarigudísimo  D.  Braulio  T.^  de  H.  (quizá 
tesorero  de  Hacienda).  Y  sobre  todo,  con  las  mercedes  que  Moratín  solía 
hacerles,  y  la  pensión  que  por  tenerla  en  su  casa  les  pasaba  para  su  prima 
hermana  doña  Mariquita  Fernández  de  Moratín. 

El  más  constante  é  intimo  amigo  de  Conde,  fué  D.  Leandro.  ¿Cuándo 
y  cómo  nació  su  amistad?  Lo  ignoro.  D.  Leandro,  con  aquella  gracia  de- 
rrochada en  sus  cartas,  que  tan  alto  ha  puesto  al  literato  y  tan  bajo  al 
hombre,  solía  llamarle,  anteponiendo  más  de  una  vez  el  calificativo  de 
sabio,  el  xMoro,  Mustafa,  Guayloli,  Musulmán  y  Maslim,  apodos  que  reve- 
lan la  fascinación  que  le  producía  el  sabor  arábigo  de  Conde,  á  quien 
alguna  vez  hace  también  Conde  de  Montuenga.  También  le  llamaba  el 
Doctor  in  utroque,  nemine  discrepante,  aludiendo  á  serlo  en  ambos  dere- 
chos con  tan  brillante  calificación.  ¿Acaso  será  éste  el  mismo  Doctor  á 
secas  para  quien  Moratín,  desde  Ñapóles,  da  memorias  en  una  carta  y 
saludos  en  otra  dirigidos  á  su  amigo  D.  Juan  Antonio  Melón?  Entonces 
resultaría  que  Conde  y  Moratín  se  conocían  antes  del  19  de  Octubre  de 
1793,  fecha  de  la  primera  carta.  Por  presunciones  bien  fundadas,  aun  po- 
dríamos retrasar  más  la  fecha,  porque  sabido  es,  además,  que  doña  Inés 
González  Cordón,  abuela  de  D.  Leandro,  era  natural  de  Pastrana;  que 
su  padre  D.  Nicolás  Fernández  de  Moratín  residió  allí  temporadas  y  que 
el  mismo  D.  Leandro,  después  de  estrenada  la  comedia  El  viejo  y  la  niña 
el  22  de  Mayo  de  1790,  se  retiró  á  Pastrana  donde  estuvo  en  179 1:  por  con- 
siguiente, si  no  D.  Leandro  y  Conde  personalmente,  se  conocerían  las  fa- 
milias de  Moratín  y  Conde  desde  entonces  y  aun  desde  antes.  Sabido  es,, 
que  en  esa  época  Moratín  dio  allí  la  última  mano  á  La  comedia  nueva  ó  El 
café,  y  que  allí  están  fechadas  sus  elegantes  y  poéticas  epístolas  al  insigne 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  385 

Jovellanos,  á  Floridablanca  y  al  mismo  Príncipe  de  la  Paz.  Sabido  es  tam- 
bién que  su  abuela  doña  Inés  tenía  en  Pastrana  dos  hermanas  y  un  herma- 
no Canónigo  y  dignidad  de  aquella  Iglesia,  sin  contar  otro  en  Madrid  em- 
pleado en  la  Guarda-joyas  del  Rey,  llamado  D.  Manuel  González  Cordón. 
Mas  lo  que  resulta  incuestionable  es  que  Conde  iba  ya  á  casa  de  Moratín 
el  21  de  Marzo  de  1797,  si  es  que  no  se  me  ha  pasado,  que  creo  que  no,  al- 
guna íecha  anterior  en  la  lectura  que  he  hecho  del  intrincado  Diario  de 
Moratín,  que  manuscrito  se  conserva  en  la  Biblioteca  Nacional.  Vérnosle 
allí  comer  frccuentísimamente  con  Moratín,  acudir  como  uno  de  ellos  á 
los  banquetes  de  la  Sociedad  de  ios  Acalófilos,  mitad  academia,  mitad 
tertulia,  dados  en  casa  de  D.  Juan  Tineo  Ramírez,  Moratín  ó  Terán,  y  al 
palco  que  la  misma  tenía  en  el  teatro,  pasear  con  todos  pero  especialmen- 
te con  Moratín,  por  las  calles  ó  á  la  tarde  por  el  Jardín  Botánico  ó  el  Re- 
tiro, acompañarle  al  café  de  La  Fontana,  á  ver  el  fuego  del  teatro  del 
Príncipe,  quemado  el  domingo  1 1  de  Julio  de  1802,  regodearse  en  su  mis- 
ma casa,  es  decir,  en  la  de  doña  María  en  compañía  de  toda  la  familia  y 
de  Moratín,  con  las  puchas  y  buñuelos  de  la  noche  de  Todos  los  Santos  y 
hacer  todos  juntos  la  colación  de  Navidad; asistir  de  guardia  de  sanidad  por 
la  peste  de  Andalucía  á  la  Puerta  de  Alcalá  con  Moratín  y  Rafael  Cabezas 
(domingo  16  Noviembre  1800);  oír  la  mañana  del  12  de  Julio  de  1801,  la 
lectura  de  El  si  de  las  niñas,  en  casa  de  Moratín,  con  D.  Juan  Tineo,  Melón 
y  Cabezas,  y  la  de  una  tragedia  malísima  del  padre  de  Moratín  con  éste  y 
Tineo  en  la  Escuela  Pía,  el  28  de  Novietnbre  de  1801,  presenciar  en  palco 
con  D.  Juan  Antonio  Melón  y  Moratín,  la  representación  de  La  comedia 
nueva,  que  gustó  en  el  teatro  de  la  Cruz  el  27  de  Julio  de  1799,  y  con  Mora- 
tín y  Cabezas  el  alboroto  que  produjo  la  representación  en  el  mismo  teatro 
de  El  Barón,  el  día  28  de  Enero  de  i8o3,  en  que  turbado  de  miedo  Moratín 
hubo  de  ser  acompañado  por  sus  dos  amigos  á  la  taberna  de  la  calle  Angos- 
ta de  San  Bernardo;  comer  los  tres  al  día  siguiente  en  la  Hostería  del  Pos- 
tigo de  San  Martín,  y  mil  y  mil  fruslerías  de  menos  lustre  y  lastre  que 
éstas. 

¿Quiénes  eran  los  amigos  de  Conde?  Los  que  lo  eran  de  Moratín:  don 
Juan  Antonio  Melón,  D.  Juan  Tineo  Ramírez,  Viera,  D.  Rafael  Cabeza, 
D.  Sebastián  Loche,  D.  Julián  Aquilino  Pérez,  Poncc,  D.  Rafael  Costa, 
etcétera,  pero  con  una  diferencia,  que  Moratín  tenía  más  valimiento  y 
más  extensas  relaciones  por  haber  llegado  á  tratar  años  adelante  con  don 
Manuel  Godoy  y  con  lo  principal  de  la  grandeza,  y  no  hay  para  qué  decir 


386  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

que  con  los  literatos  y  artistas  más  distinguidos:  la  esfera  de  Conde,  tocan- 
do en  estos  últimos,  apenas  llegaba  á  los  validos  y  á  los  grandes,  y  ésto 
por  intermedio  de  Moratín:  con  él  comió  algunas  veces  en  casa  del  Prín- 
cipe de  la  Paz,  del  Marqués  de  la  Romana,  del  Embajador  de  Inglaterra: 
las  amistades  de  Conde,  ó  mejor  dicho,  sus  conocimientos  caían  más  del 
lado  de  los  eruditos  y  literatos  en  su  calidad  de  bibliotecario  de  la  Real 
Biblioteca  y  de  Académico  de  las  Reales  Española  y  de  la  Historia. 

He  dicho  antes,  que  amigo  más  íntimo  y  constante  que  D.  Leandro,  no 
lo  tuvo  Conde,  y  esto  necesita  alguna  explicación:  para  que  así  fuese  con- 
currieron circunstancias  extraordinarias.  Ciertamente  que  Moratín,  aún 
congeniando  con  Conde,  no  hubiera  frecuentado  su  trato  tan  á  menudo 
como  lo  hizo.  Las  cartas  cruzadas  entre  Moratín  y  doña  Paquita  es  la 
historia  de  dos  almas.  En  el  Diario  dz  éste  se  consignan  cosas  que  dentro 
de  su  laconismo  son  todo  un  poema.  Desde  luego  se  puede  asegurar  que 
doña  Paquita  no  vivió  aún  después  de  casada  sin  salirse  del  deber,  sino 
para  D.  Leandro,  no  obstante  la  diferencia  de  edad:  no  me  atrevería  yo  á 
afirmar  el  recíproco:  que  D.  Leandro  viviese  de  por  vida  para  doña  Pa- 
quita; sin  embargo,  jamás  la  olvidó  y  siempre  la  socorrió  en  sus  necesida- 
des. Pero  sí  esta  sola  razón  basta  para  comprender  la  asiduidad  de  don 
Leandro  en  ir  á  la  casa  de  Conde,  por  más  que  no  explique  por  qué  si  la 
amaba  la  dejó  casar  con  otro,  sólo  por  consejos  de  su  amigo  D.  Juan  An- 
tonio Melón,  (i)  añadióse  otra  poderosísima:  en  aquella  casa  vivía  desde 
el  día  17  de  Octubre  de  1801  María  Fernández  de  Moratín,  prima  hermana 
de  D.  Leandro  por  ser  hija  de  D.  Nicolás  Miguel  Fernández  de  Moratín, 
hermano  de  D.  Nicolás  Fernández  de  Moratín,  padre  de  D.  Leandro.  Este 
punto  lo  pongo  en  claro  ahora  por  primera  vez,  no  obstante  el  cuidado 
que  se  ha  tenido  en  todo  lo  que  de,  y  sobre  Moratín  se  ha  publicado.  Ya 
lo  hemos  dicho,  pasábale  una  pensión. 

Hay  que  convenir  en  que  Moratín  llevaba  una  existencia  envidiable, 
alternada  en  la  Corte  y  en  el  pueblo:  allí,  mimado  del  valido  que  le  había 
asegurado  un  cómodo  pasar,  aunque  alguna  vez  le  amagasen  y  no  le 
diesen,  que  á  eso  se  expone  quien  se  significa;  aquí,  en  el  pueblo  que  miró 
con  predilección  por  mucho  tiempo  mientras  le  empujó  el  viento  de  la 
fortuna,  aunque  depués  en  la  adversa  siempre  renegó  de  él;  visitado  por 

I  La  prueba  de  lo  que  digo  de  los  amores  entre  D.*  Paquita  y  D.  Leandro  está  en  las  cartas 
de  éste  dirigidas  á  quélla,  en  algunas  de  las  que  dirigió  á  Melón  y  en  algunas  de  D.  Manuel  Gar- 
cía de  la  Prada  á  D.  Manuel  Silvela,  todas  publicadas  en  los  tomos  II  y  III  de  las  Obras  postumas 
de  D.  Leandro. 


V 


BIBLIOTECAS  Y  M'JSEOS  887 

SUS  amigos  que  convertían  en  poética  Arcadia  las  agrestes  y  solitarias  ri- 
beras del  Arlas.  A  Conde,  que  era  su  sombra,  tampoco  le  iba  mal. 

De  las  postrimerías  de  este  período  feliz,  alguna  memoria  conservamos. 

Decía  á  doña  Paquita,  Moratín  refiriéndose  á  Conde  >  :  «Tengo  en  mi 
poder  tres  monedas  arábigas  de  plata,  llenas  de  garabatos,  y  espero  adqui- 
rir más,  para  hacerle  á  mi  vuelta  un  regalo  magnífico.)) 

Y  á  Conde:  «El  otro  día  se  nos  apareció  aquí  un  hombre  de  hasta  unos 
veinte  y  seis  años  de  edad...,  de  Illana.  Díjome  que  un  tío  de  usted,  que 
está  ya  en  la  tercera  edad,  como  Néstor,  el  de  Pilos  arenosa,  lo  pasaba 
bien  y  vive  contento  y  sano.» 

«Por  las  tardes  me  enseñan  desde  estas  alturas  unos  montes  oscuros 
que  se  descubren  á  la  parte  meridional  y  me  dicen:  «Aquellas  son  las  ci- 
mas fragosas  á  cuya  falda  corre  el  polvoroso  y  sediento  Guadamejuz;  allí 
se  oculta  entre  las  encinas  eternas  que  le  coronan  el  venerable  templo 
de  la  Virgen  Madre,  consuelo  y  esperanza  segura  de  tantos  religiosos  pue- 
blos que  la  invocan  y  la  hallan  propicia  y  benéfica.  Allí  está  la  populosa 
villa  que  acuerda  en  su  nombre,  en  sus  costumbres  y  en  sus  leyes  el  ori- 
gen francés  -.  La  que  alza  la  frente  soberbia  y  se  envanece  entre  las  de- 
más por  haber  dado  la  cuna  al  historiador  de  la  gente  de  Ismael,  vence- 
dora y  temida  en  esta  occidental  parte  de  Europa,  en  donde  sus  ilustres 
hijos  hallaron  trono  y  sepulcro.  Allí  estuvo  Montuenga,  y  allí  ofrece  á  la 
investigación  del  sabio  las  ruinas  de  su  grandeza  en  los  pucheros  destro- 
zados y  culos  de  tazas  y  escudillas  que  por  todas  partes  se  descubren...» 

Prueba  de  que  por  este  tiempo  trabajaba  ya  Conde  en  reunir  materia- 
les para  escribir  su  Historia  de  la  dominación  de  los  árabes  en  España j 
es  la  siguiente  carta  que  le  dirige  Moratín  desde  Pastrana,  en  Julio  ó 
Agosto  de  1807. 

«CarísimQ  en  Cristo:  Un  capellán  de  honor,  llamado  Librero  3,  tiene 
unas  monedas  árabes,  que  no  sabe  lo  que  son.  Beteta  le  ha  escritp  que  se 
las  enseñe  á  usted,  y  ea  regular  que  le  busque  para  que  se  las  explique: 
hágalo  usted  por  amor  nuestro.» 

«Ahí  va  la  traducción  del  epitafio:  no  he  sabido  hacerla  mejor;  me  pa- 
rece que  está  todo  lo  que  se  dice  en  el  original:  vea  usted  lo  que  le  parece, 
y  dígamelo.  Intenté*  poner  consonantes;  pero  añadida  esta  dificultad  á  la 

1  -  Carta  de  Moratín  á  D.*  Francisca  Gertrudis  Muñoz  y  Oftiz;  de  Pastrana  Julio  ó  Agosto 
de  1807: 
a    Gascueña. 
3    D.  Agustín  Librero. 


388  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

Otra,  salía  la  versión  muy  ancha  y  he  preferido  la  concisión  al  sonsonete.» 
c<Iba  ya  escrito  esto,  cuando  recibí  la  última  de  usted;  y  si  el  que  le  ha 
enseñado  a  usted  el  códice  y  las  monedas  de  qge  me  habla,  es  un  clérigo 
caballero  de  Santiago,  es  sin  duda  el  mismo  de  quien  yo  hablo  al  princi- 
pio de  ésta,  y  es  natural  de  Pastrana.» 

«Beteta  escribirá  un  día  de  éstos  á  Medinaceli  en  busca  del  sepulcro  de 
Alhagib  Almanzor.  No  se  si  darán  con  él.  Hágalo  Dios,  que  bien  merece 
una  capilla  con  retablo  y  lámpara,  quizá  por  los  solemnes  garrotazos  que 
nos  dio;  y  es  de  generosos  amigos  honrar  al  enemigo.» 

«Yo  no  veo  el  modo  de  que  nunca  estemos  juntos  aquí,  mientras  usted 
no  logre  que  se  junten  las  dos  temporadas  de  estero  y  desestero»  (de  la 
Real  Biblioteca,  donde  Conde  era  Bibliotecario). 

Epitafio  de  Almanzor. 
«Magníficos  rastros  suyos  te  anunciarán  sus  hazañas,  como  si  con  tus 
ojos  le  vieras,  y  por  Dios,  que  no  vendrá  el  tiempo  nunca  con  su  seme- 
jante, ni  quien  ampare  las  fronteras  como  él. 

Epitafio  de  Almanzor. 

No  existe  ya;  pero  quedó  en  el  orbe 
Tanta  memoria  de  sus  altos  hechos. 
Que  podrás,  admirado  conocerle. 
Cual  si  le  vieras  hoy  presente  y  vivo. 
Tal  fué,  que  nunca,  en  sucesión  eterna, 
Darán  los  siglos  adalid  segundo 
Que  así  venciendo  en  guerras,  el  imperio 
Del  pueblo  de  Ismael  acrezca  y  guarde. 

Pero  ¡ay!  cuan  poco  iba  á  durar  esta  felicidad.  Murió  el  año  de  1808, ' 
fecundo  en  acontecimientos  de  indeleble  memoria,  preparados  en  el  ante- 
rior por  la  entrada  de  los  franceses  en  la  Península  y  ocupación  de  sus 
principales  fortalezas,  y  por  la  causa  del  Escorial.  Sabida  es  la  odiosidad 
que  había  ido  granjeándose  el  Príncipe  de  la  Paz,  y  la  tempestad  que  des- 
cargó sobre  su  cabeza  en  el  memorable  día  19  de  Marzo.  Nada  más  lacó- 
nico y  expresivo  para  pintarnos  el  estado  de  ánimo  y  pusilanimidad  de 
Moratín  que  el  siguiente  trozo  de  su  Diario: 

1808 — Marzo— 17.  Calma:  á  casa  de  Tineo.  A  la  de  Conde — 18.  Noti- 
cia del  tumulto  de  Aranjuez:  á  casa  de  Tineo  á  comer — En  casa  de  Tineo: 
á  la  de  Conde— 19.  Noticia  de  haber  encontrado  al  Príncipe  de  la  Paz. 
Por  las  calles.  A  casa  de  Tineo:  á  la  de  Conde.  Paseo  con  Pérez.  Albo- 
roto del  pueblo.  Las  casas  de  Diego  (Godoy)  y  sus  compañeros,  saqueadas 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  BSq 

y  quemados  los  muebles,  etc.  Noticia  de  nuevo  Rey.  Yo  á  casa  de  Tineo; 
pero  no  dormí,  por  el  sobresalto— 20  (domingo).  Pueblo  desenfrenado  y 
devoto,  esperando  al  Rey;  pero  no  vino.  Continúa  la  quema  de  muebles 
y  los  saqueos.  Yo  á  casa  de  Tineo.  A  la  de  Conde,  á  dormir — 21.  A  casa 
de  Tineo:  calma.  Por  las  calles  con  Argaiz:  tranquilidad.  A  casa  de  Tineo 
á  comer:  con  ellos  por  las  calles.  A  casa  de  D.  Diego  Godoy:  vi  los  des- 
trozos de  ella.  A  la  de  Tineo:  á  la  de  Conde  á  dormir.  ¡Suerte  magnífica 
de  lotería! — 23.  Aquí  Melón:  con  él  á  la  Puerta  de  los  Pozos  á  ver  á  los 
franceses.  Entrada  de  los  franceses.  A  casa  de  Tineo:  después  al  Ayunta- 
miento por  haberme  hechado  alojados.  Mala  noche — 24.  A  las  seis  bus- 
cando á  La  Madrid;  después  á  S^r^a;  pero  no.  Después  al  Ayuntamiento, 
cambio  de  frente.  Vino  el  nuevo  Rey;  Yo  á  casa  de  Tineo.  Vi  al  Rey.» 
En  lo  cierto  debe  estar  D.  Nicolás  Miguel,  cuando  afirma  de  su  sobri- 
no que  era  c<tan  pusilánime  que  el  día  2  de  Maio  de  resulta  del  alboroto  ú 
motín  con  los  franceses,  salió  de  su  casa  y  no  volvió  en  muchos  días  de  el 
temor  que  tenía,  y  más  al  puebk),  que  en  la  noche  del  i5  de  Marzo  tuvo 
en  lista  su  casa  para  saquearla  y  consumirla,  y  siempre  andaba  triste  y 
macilento  dando  señas  nada  equívocas  de  el  temor  que  le  poseía.»  Parejas 
con  este  carácter  sombrío,  tímido  y  taciturno  de  Moratín  debía  correr  el 
de  Conde  á  juzgar  por  lo  que  Moratín  le  dice  en  algunas  cartas.  Y  en  ver- 
dad que  la  compañía  asidua  de  Conde  y  Moratín  que  vino  á  hacerse  insepa- 
rable en  estos  días,  hasta  el  punto  de  que  Moratín  parece  un  azogado  que 
no  piensa  sino  en  acompañarse  y  siempre  anda  sobresaltado,  no  favore- 
cería mucho  al  sabio  Moro  y  acaso  inconscientemente  se  preparaban  á  co- 
rrer unidos  la  misma  suerte.  Ello  fué  que  cautivado  dolorosamente  el  Prín- 
cipe Fernando,  alzóse  España  para  vengar  el  ultraje  hecho  á  su  soberano, 
venció  al  enemigo  en  Bailen,  el  ejército  francés  evacuó  la  plaza  de  Madrid 
y  los  que  se  creyeron  comprometidos,  sin  arbitrio  para  reflexionar  por  la 
precipitada  sucesión  de  los  acontecimientos  inmediatos,  salieron  deMadrid, 
Moratín  y  Conde  creyéronse  comprometidos.  No  es  fácil  detallar  cuándo  y 
cómo  salieron:  procuraré,  sin  embargo,  sacar  el  mejor  partido  de  los  es- 
casos datos  que  he  podido  reunir.  D.  Nicolás  Miguel  Fernández  de  Mora- 
tín en  su  Memorial  de  8  de  Noviembre  de  1808  escribe,  que  su  sobrino 
«salió  de  Madrid  á  fines  del  mes  de  Julio  próximo  pasado,  diciendo  que  iba 
á  tomar  los  baños  á  paraje  donde  no  hubiera  franceses,  para  estar  en  tran- 
quilidad; pero  habiendo  tenido  la  Superioridad  no  sé  que  noticias  de  que 
iba  con  ellos,  le  mandó  poner  las  Armas  Reales  en  sus  casas,  embargando 


BgO  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

todos  SUS  bienes»...  En  la  biografía  escrita  por  D.  Manuel  Sílvela  se  lee 
que:  «sabida  la  victoria  de  Bailen,  el  ejército  francés  evacuó  á  Madrid,  y 
Moratín  se  retiró  á  Vitoria,  acompañado  de  su  amigo  Conde.»  Escribe 
Aribau:  «al  anuncio  de  la  batalla  de  Bailen,  el  ejército  francés  evacuó  la 
plaza  de  Madrid,  y  los  que  se  creyeron  comprometidos,  trataron  de  sal- 
varse del  furor  del  pueblo.  Moratín  fué  uno  de  ellos:  acompañado  de  su 
amigo  Conde  se  retiró  á  Vitoria  en  un  calesín,  al  través  de  grandes  peli- 
gros, y  pasando  los  mayores  trabajos.»  La  Real  Academia  de  la  Historia 
refiere:  «luego  que  los  franceses  evacuaron  la  Corte,  salió  de  ella,  y  tam- 
bién con  su  íntimo  amigo  D.  José  Antonio  Conde,  y  ocultándose  prirfiero 
en  su  casa  de  Pastrana,  se  dirigió  luego  á  Vitoria.»  En  cambio,  el  mismí- 
simo D.  Leandro  Fernández  de  Moratín,  para  persuadir  á  su  amigo  don 
Jaan  Antonio  Melón  de  que,  si  tenía  necesidad  de  estar  en  España  para 
que  le  devolviesen  sus  bienes,  no  eligiese  á  Pastrana,  le  escribía  >:  «¿Qué 
puedes  esperar  de  aquella  gente  bestial  que  en  el  mes  de  Junio  del  año  de 
ocho  nos  fué  á  buscar  cojí  podones  y  trancas  al  Desierto  de  Bol  arque  2  y 
reñía  por  la  repartición  de  los  diez  mil  reales  que  les  habían  de  dar  en 
Madrid,  así  que  nos  entregaran  muertos  ó  vivos? 

Efecto  de  este  paso  fatal  que  dieron  marchándose  á  Vitoria,  fué  la  con- 
ducta,que  observaron  durante  la  guerra.  Volvieron,  pues,  con  los  france- 
ses á  Madrid  á  fines  de  aquél  año,  y  Moratín  no  sólo  siguió  desempeñando  * 
la  Secretaría  de  la  Interpretación  de  Lenguas,  con  honores  de  Secretario 
de  S.M.,  cargo  que  se  le  había  conferido  y  había  ejercido  desde  él  4  de  Oc- 
tubre de  1796,  sino  que  cometió  el  desacierto  de  aceptar  en  181 1  el  nom- 
bramiento que  le  dio  José  Bonaparte,  de  Bibliotecario  Mayor  de  la  Biblio- 
teca de  S.  M.  y  el  de  caballero  del  Pentágono,  orden  creada  p)or  el  Rey 
intruso.  Cuando  en  10  de  Agosto  de  181 2,  la  derrota  de  los  Arapiles  obligó 
al  ejército  francés  á  evacuar  la  capital  y  retirarse  sobre  Valencia,  con  él 
se  «fueron,  y  á  primeros  de  Septiembre  llegaron  á  Valencia  Moratín  y 
Conde:  allí  se  encontraba  también  su  amigo  el  ex-colapio  D.  Pedro  Es- 
tala, que  secularizado  ya  y  nombrado  canónigo  había  venido  á  ser  su 
compañero  de  desgracia. 

Tiempos  de  tanta  turbulencia  no  eran  los  más  apropósito  para  las 
suaves  y  tranquilas  ocupaciones  de  lar  literatura:  la  irritación  de  los  áni- 
mos era  extremada,  toda  palabra  de  prudencia  se  interpretaba  siniestra- 

1  Carta  de  M^rattn  á  Melón;  18  de  Septiembre  de  x8i6. 

2  Pintoresco  sitio  donde  existía  un  convento. 


^  .  BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS  3q'1 

mente  y  se  calificaba  de  traición;  cada  uno  recelaba  hasta  de  sus  pro- 
•,  píos  amigos.  Los  más  íntimos  de  iMoratín  se  vieron  envueltos;  el  primero 

i  Conde,  por  igual  causa,   pues  miraban  con  los  mismos  ojos  la  situación 

de  la  patria.  Peroj  allí,  en  la  mitad  de  las  flores,  estaba  escrito  que  los  dos 
S.  amigos  inseparables  de  corazón  y  de  infortunio  se  habían  de  separar  para 
no  volver  á  verse  m¿ís.  Allí  comenzó  á  sentir  C^onde  la  nostalgia  de  su  pe- 
ñascosa haca,  como  llamaba  Moraiín  á  La  Peraleja,  en  tanto  que  en  éste 
íbase  amortiguando  todo  dulcís  amor  patria*;  y  mientras  aquél  puso  deci- 

*  dido  empeño  en   lograr  volver  á  Madrid  i\  toda  costa,  aunque  acaso  no 

•  dejase  de  recelar  las  peregrinaciones  que  le  aguardaban,  éste  <*hastigado 
ya  con  aquel  rey  de  farsa,  con  sus  embusteros  ministros,  con  tanta  relaja- 
ción, tantas  imposturas  y  picardías»,  renunció  de  todo  corazón  á  la  Corte, 
al  empleo,  al  sueldo  nominal,  y  formó  el  firme  propósito  de  no  verlos  más: 
era  la  renuncia  de  su  segunda  patria,  á  la  cual  había  sacrificado  la  primera. 

(tCuando  escribo  ésta  ',  ignoro  si  I).  Josef  Conde  se  irá  ¡con  el  convoy 
que  va  á  salir  dentro  de  cuatro  ó  cinco  días;  lo  cierto  es  que  yo  no  me  voy 
aun.  Andar  cincuenta  leguas  por  el  peor  camino  de  Kspaña^  en  la  estación 
más  cruel  del  año,  sutrir  aguas  y  tríos  y  hambre  y  miedo  continuo,  y  lle- 
gar á  Madrid,  sin  un  cuarto,  ni  esperanzas  siquiera  de  recibir  nada  en  mu- 
chos meses,  es  cosa  que  de  ninguna  manera  me  acomoda.  Kn  mejor  tiem- 
po, con  menos  peligros,  y  cuando  sepa  que  en  Madrid  se  paga  á  los  em- 
pleados, aunque  so|o  sea  para  comprar  un  pan  cada  día,  entonces  me  iré.» 

«Si  á  este  tiempo  de  estrechez  seguirá  otro  mejor,  no  lo  sé;  únicamente 
considero  que  llevo  ya  desde  el  año  de  8oX  cinco  viajes  á  cual  peor,  y 
que  éste  con  que  nos  convidan  ahora  será  de  lo  más  espantoso.  Deseo 
sólo  que  si  se  vá  Conde,  llegue  bueno,  y  ustedes  tengan  el  consuelo  de 
verle;  por  lo  que  hace  á  mí  solo  en  el  verano  trataré  de  marchar,  supo- 
niendo como  ya  lo  he  dicho,  la  seguridad  de  comer  en  .Madrid;  porque 
para  ir  á  perecer  de  miseria,  aquí  tendré  la  misma  proporción.» 

Conde  estaba  en  Madrid,  de  [vuelta  de  Valencia,  á  principios  del  año 
iSi  3  hacia  el  mes  de  Febrero.  Vino  en  un  convoy  con  todos  los  que  habían 
ido  de  Madrid.  Quizá  no  supiese  Conde  que  los  que  iban  en  el  convoy  ten- 
drían que  pasar  á  Francia  irremisiblemente,  como  así  sucedió  ^.  Moratín 

1  ('ana  de  1^.  Leandro  Fernánde/  de  Moraiin  á  1>,"  María  Oriiz;  Valencia  h  de  *:ncro 
de  iSr^ 

2  Carta  de  I).  Leandro  Fernández  de  Moraiin  á  D.  Sebastián  Loche;  Barcelona.  i8  de  Julio 
de  i8t4.— ('.aria  de  I).  Leandro  Fernández  de  Moratín  á  D.  Juan  Antonio  Melón;  fíarcelima, 
30  de  Julio  de  1814. 

3.»  ¿POCA.— TOMO  Yin.  27 


F'. 


392  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

en  tanto,  después  de  mil  contratiempos,  quedóse  en  Valencia,  y  luego  pasó 
á  Barcelona  á  fínes  de  Junio  de  1814.^ 

¿Cuánto  tiempo  estuvo  Conde  en'Francia?  No  lo  sabemos  á  punto  fijo; 
pero  s!  que  Conde  debió  estar  en  París  »;  por  tradición  cuentan  que  fué 
obligado  á  servir  de  intérprete  al  rey  José,  al  lado  de  quien  marchó  á 
Francia,  y  que  en  20  de  Octubre  de  1814  llegó  á  Peraleja  desde  Francia, 
destituido  de  todos  los  auxilios  necesarios  á  la  vida,  y  que  su  hermano  do 
Julián  Pablo  Conde  tuvo  que  equiparlo  completamente  de  cuanto  neccs 
taba  2.  Pero  cuando  se  vino  de  Francia  (sin  que  nadie  se  lo  mandara),  í 
tes  de  ir  á  Peraleja  se  metió  en  Madrid  y  allí  estuvo  encerrado  en  c   • 
de  sus  patronas,  sin  sacar  la  nariz  por  puerta  ni  ventana  en  cuatro  m 
ó  cinco  que  duró  el  encierro  3.  Por  tradición  cuentan  que  durante  la  gue- 
rra de  la  Independencia,  las  tropas  francesas  al  pasar  por  ta  Peraleja 
acamparon  en  sus  afueras  para  no  molestar  al  pueblo  que  había  sido  cuna 
de  tan  gran  hombre. 

A  una  carta  que  Conde  desde  Madrid  escribió  á  Moratín  participándole 
su  llegada  á  la  heroica  villa,  contestóle  éste  con  la  siguiente  4: 

«Mi  estimado  amigo  y  señor:  Con  su  carta  de  usted  he  tenido  muchísi- 
mo gusto,  y  le  doy  mil  parabienes  de  que  su  suerte  no  haya  sido  tan  rema- 
tadamente mala  como  la  de  otros  infelices;  falta  solo  que  esa  esperada  bo- 
nanza llegue  y  acabemos  de  padecer.  Yo  estaba  creyendo  que  el  sediento 
Guadamejuz  se  hallaba  á  una  distancia  competente  para  que  fuese  lícito 
á  cualquier  pastor  de  sus  orillas  apacentar  en  ellas  manchadas  cabras  y 
redolentes  hircos;  pero  si  así  no  es,  paciencia  y  sufrir,  como  lo  hacemos  por 
acá...» 

«Supongo  que  usted  por  su  parte  habrá  procurado  aprender  la  lengua 
de  oca  ^  y  se  habrá  enterado  muy  por  menor  de  aquel  famoso  paso  de  los 
andantes  caballeros  ^.  Sin  embargo,  esto  de  viajar  por  fuera  y  andar  á  cada 
paso  con  la  maleta  al  hombro  no  deja  de  ser  cosa  bien  desagradable  á 

1  Así  lo  hace  constar  Gayangos  reftriéndoíc  al  mismo  Saci  quien  le  contestó  ^quc  ('.onde  á  su 
paso  por  París»  le  había  hablado  de  literatura  aljamiada.  Vid.  Revista  de  Archivos,  Bibliote- 
cas T  Museos.  Enero  1898,  pág.  32. 

2  Carta  de  D.  Julián  Pablo  Conde  á  D.  Leandro  Kernánde/  de  Moratin;  Pera/e/a' y  Enero  3 
de  1821.  La  publico  íntegra  mas  adelante. 

3  Carta  de  D.  Leandro  Fernández  de  .Moratín  a  h.  José  .\nlonio  Melón;  Barcelona  29  ;dc 
Juliodc  1816. 

4  (Larta  de  D.  Leandro  Fernández  de  Moratin  á  I),  Joíé  Antonio  'C*^"Jc;  ^arceíona, ^día  de 
•de  los  Beyes  Magos,  año  de  i8i5. 

5  La  lengua  de  oc,  es  decir  el  Francés. 

6  Debe  referirse  á  Roncesvalles. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  SqS 

quien  sólo  desea  que  le  dejen  vivir  en  paz,  y  sólo  pide  que  nadie  se  acuer- 
de de  él...» 

«Mucho  desearé  que  usted  loj^re  volver  siquiera  á  su  haca,  y  á  mayor 
abundamiento  que  le  vuelvan  sus  libros,  á  excepción  de  los  que  se  hayan 
quedado  entre  las  uñas  de  tanta  ave  de  rapiña  como  ha  andado  entre  ellos. 
Con  su  compañía  y  la  de  sus  hermanos,  lleno  de  saludables  desengaños  y 
de  quietud  en  el  ánimo,  puede  usted  vivir  más  luenga  vida  que  la  de  Nés- 
tor el  de  Pilos.  Ksto  se  entiende  si  esos  señores  determinan  cumplir^  lo 
que  el  Rey  mandó  en  sus  decretos  y  no  se  les  ha  olvidado  enteramente 
quid  est  Justa ia,» 

oRepítole  á  usted  mi  cordial  enhorabuena.  No  escribo  á  las  señoras  », 
ni  al  ermitaño  =;  otra  vez  será.» 

Si  pues  Conde  se  vino  de  Francia  á  Madrid  y  allí  estuvo  cuatro  ó  cin- 
co meses,  pasados  los  cuales  en  20  de  Octubre  de  1814  llegó  de  incógnito  á 
su  dulce  haca.  Conde  regresó  de  Francia  á  Madrid  hacia  I9S  meses  de  Mayo 
ó  Junio  del  año  1814:  en  Madrid  estaba  como  hemos  visto,  á  su  vuelta  de 
Valencia,  hacia  Febrero  de  181 3;  luego  entre  Febrero  de  181 3  y  Mayo  ó 
Junio  dé  I S 14,  es  la  época  de  su  'estancia  en  F'rancia,  sin  que  pueda  yo  de- 
terminar el  tiempo  preciso  porque  nos  falta  la  fecha  precisa  ó  aproxima- 
da de  su  salida  de  Madrid  para  Francia.  De  todos  modos,  el  tiempo  máxi- 
mo que  corre  entre  esas  dos  fechas  contando  el  tiempo  de  ida  y  de  venida 
de  Francia,  es  el  de  un  año  poco  más  ó  menos. 

La  fecha  de  regreso  de  Mayo  ó  Junio  de  18 14  conviene  bien  con  los 
decretos  de  Fernando  Vil  en  que  clasifica  á  los  empleados  del  intruso  y  se- 
ñala los  que  deben  quedarse  en  Francia  y  los  que  pueden  permanecer  li- 
bremente en  España,  prometiéndoles  libertad,  seguridad  y  protección.  A 
estos  últimos  debía  pertenecer  Conde,  y  creyéndose  bien  seguro  de  todo 
accidente  futuro  se  acogería  al  Real  decreto  de  3o  de  Mayo  de  1814,  des- 
pués de  hacer  alguna  información  de  testigos  para  justificar  su  conducta, 
déla  que  resultaría  no  hallarse  comprendido  en  el  art.  1.®;  es  decir, 
quedar  libre  de  la  pena  de  secuestro  y  poder  residir  en  cualquier  parte,  ex- 
ceptuando la  distancia  de  veinte  leguas  de  la  Corte.  De  esto  tengo  el  dato 
preciso  de  que  se  atuvo  Conde  á  la  letra  de  dicho  Decreto,  y  lo  de  la  infor- 


Rcíicrcsc  á  sus  paironas  D.*  María,  D.*  Paquita  y  su  prima  Mariquita. 
2    Asi  acostumbraba  llamar  á  D.  Julián  Aquilioo  Pérez,  i  quien  dejó,  según  consta  de  la  no- 
ticia de  su  vfda,  tomo  I,  edición  de  la  Academia  de  la  Historia,  una  inscripción  de  2,800  francos, 
mediante  una  renta  vitalicia. 


394  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

macióii  lo  supongo,  porque  era  el  procedimiento  ordinario  que  se  seguía 
en  esta  clase  de  expedientes. 

Por  eso  D.  Leandro  escribía  á  D.  Juan  Antonio  Melón  K 

«A  Guayloli  le  sucede  lo  mismo  que  á  mí,  poco  más  ó  menos:  se  atuvo  á 
la  letra  del  Decreto  de  3o  de  Mayo,  y  cediendo  á  las  instancias  de  sus  her- 
manos se  fué  á  su  lugar;  y  apenas  llegó,  empezaron  á  perseguirle  y  jerin- 
garle, y  no  se  en  qué  vendrá  á  parar. >► 

En  Peraleja  estuvo  pues  desde  20  de  Octubre  de  1814,  pasando  á  la 
Corte  de  oculto,  estimulado  por  algunas  ocurrencias,  á  los  fines  de  dicho 
año,  y  allí  se  detuvo  hasta  Marzo  de  iSi5,  en  cuyo  mes  regresó  á  Pera- 
leja  2. 

Por  eso,  escribía  Moratín  á  Melón  3: 

oGuayloli,  perseguido  en  su  tierra  así  que  llegó,  muy  confiado  en  el  Real 
decreto,  tuvo  que  salir  de  ella;  y  como  había  de  irse  á  otra  parte  se  fué 
derecho  á  mi  lugar  4  y  á  su  antiguo  hospedaje,  y  allí  se  está,  con  la  pen- 
sión de  no  salir  de  casa  ni  dejarse  ver  de  alma  viviente;  que,  en  verdad,  no 
eí>  pequeña  molestia.  No  se  qué  esperanzas  tiene,  ni  es  fácil  adivinar  cómo 
ni  de  qué  manera  tendrá  término  esta  calamidad.» 

En  esta  larga  temporada  que  residió  en  Madrid  picóle  en  el  corazón  el 
ceguezuelo  dios  y  prendóse  nada  menos  que  á  los  cuarenta  y  ocho  años  y 
tres  ó  cuatro  meses  de  edad,  de  una  garrida  moza  que  contaba  alrededor 
de  veinte  abriles,  y  á  quien  conocía  desde  muy  niña  por  vivir  en  su  misma 
casa  de  hospedaje:  de  Mariquita  Fernández  de  Moratín,  hija  de  D.  Nicolás 
Miguel  Fernández  de  Moratín,  prima  hermana  de  D.  Leandro  Fernández 
de  Moratín. 

((Continuará.) 

Pedro  Roca. 


1  20  de  Enero  de  i8i5. 

2  (;.arta  de  D.  Jui>an  Pablo  Conde  á  D.  Leandro  Fernández   de   Moratín;  Peraleja  y  Enero  3 
•de  1821.  I..1  inserto  más  adeJanie. 

3  (^arid  de  D   Leandro  Fernández  de  Moratín  á  O.  Juan  Antonio  Melón;  4  de  Mar^.o  i8i5. 

4  Madrid. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  SqS 

CAMPAÑA  DEL  MARQUÉS  DEL  CARPIÓ 

D.  GASPAR  DE  HARO  Y  GUZMÁN 

VIRREY  DK  ÑAPÓLES,  CONTRA  LOS  BANDIDOS  DEL  ABRUZZO  EN  1684 


íí 

Aprestos  para  el  nuevo  ataque  de  Moniorio. — Excisión  entre  los  bandidos. —En- 
cuentros ventajosos  para  los  nuestros.— Efectos  de  la  artillería. — Fuga  de  los 
bandidos  y  su  retirada  á  Poggio  Tmbrichío. — Impetuosa  aunque  inútil  acometi- 
da de  los  bandidos. — Presentación  de  muchos  y  muerte  de  varios  cabos. — Con- 
diciones inaceptables  que  los  bandidos  solicitaban  para  la  rendición  de  aquel 
fuerte.— Dispersión  de  los  bandidos  por  los  Estados  Pontificios  y  otras  provin- 
cias.—Dificultades  opuestas  por  el  (Consejo  á  los  propósitos  del  Virrey  para  el 
derribo  de  fuertes  y  exterminio  de  los  bandidos.— Fortifícanse  varios  puntos  con 
el  producto  de  los  bienes  que  se  les  ocuparon. — Continúa  el  Cardenal  Cibo  su 
protección  á  varios  capitanes  de  los  dispersos.— Poderosa  influencia  del  Nuncio 
en  Ñapóles. — Limpia  completamente  de  bandidos  el  Marqués  del  Carpió  las 
provincias  del  Virreinato.— Su  desinterés  y  modestia. —Inutilidad  de  sus  oficios 
para  que  cesara  la  protección  que  hallaban  los  refugiados  en  los  Estados  Ponti- 
ficios. 

A  Hn  de  reparar  el  grave  daño  sufrido,  reunió  el  Virrey  la  Junta  de 
Guerra  y  allí  se  comentaron  los  sucesos,  recordando  aquél  sus  advertencias 
al  de  Santa  Cristina  para  que  usase  la  artillería.  La  competencia  militar 
de  éste  no  salió  muy  bien  parada,  y  después  de  sentir  que  no  hubiese  echado 
por  delante  á  los  italianos  en  el  ataque,  para  reservar  la  gente  española, 
acordaron  que  no  podía  relevársele  por  las  dificultades  que  el  sustituto 
encontraría  en  el  estado  én  que  la  campaña  se  hallaba,  y  que  se  le  mandase 
atacar  á  Montorio  enviándole  de  Pescara  cuatro  cañones,  más  gente  y  los 
pertrechos  necesarios  »,  tomándose  la  campaña  tan  por  lo  serio,  que  se  de- 

I     Pertrechos  enviados  á  Montorio. 

Vn  trabuco  con  su  caja  y  ruedas  y  100  bombas  vacias  para  el  mismo. 

Ciento  treinta  tacos  y  otras  tantas  espinas  de  madera  repuestas  en  dos  cestones. 

Cuatro  petardos  de  bronce  con  sus  tablones  cruzados  de  barretas  de  hierro. 

Cuatro  horquillones  con  sus  astas  de  madera  para  apuntelar  los  petardos. 

Tres  cajones  de  madera  con  sus  llaves  en  que  van  puestos  los  siguientes  instrumentos  y  ma- 
teriales que  sirven  para  componer  y  cargar  las  bombas,  petardos  y  trabucos:  Un  guarda  cartu- 
cho de  hoja  dilatada  para  conservar  los  estopines  conmistura  de  fuego;  mil  tachuelas;  dos  ró- 
tulos de  espago;  un  rótulo  de  algodón  hilado;  2  rótulos  de  nervios  de  vaca  esfilados;  un  cedazo; 
una  medida  de  hojalata  para  cargar  el  trabuco;  cuatro  rótulos  de  cola  vitulana;  cinco  libras  de 


396  REVISTA    DE    ARCHIVOS 

signó  sustituto  del  de  Santa  Cristina  á  D.  Alonso  de  Torrejón,  caso  de  fal- 
tar aquél. 

Se  enviaron  al  Marqués,  como  refuerzos,  dos  compañías  de- españoles 
de  192  hombres  y  80  italianos,  ocho  artilleros,  un  petardero,  dos  minado- 
res, el  sargento  mayor  ingeniero  D.  Carlos  Antonio  Bíancone  \  un  ciruja- 
no y  botiquín,  todo  convoyado  por  So  caballos  y  3o  hombres  de  campaña, 
dejando  sus  cargos  respectivos  D.  Alonso  de  Torrejón  y  Peñalosa  y  el  * 
Maestre  de  Campo  D.  Juan  Simón  de  Torres,  para  ayudar  al  Marqués  y 
servirle  de  consejeros  en  la  juntas  de  guerra. 

Mientras  éstos  preparativos  se  hacían  por  parte  de  España,  ocurría  una 
excisión  en  el  campo  de  los  bandidos;  el  capitán  Raniero  quería  mudar  la 
gente  que  guarnecía  la  Torre  de  Escalona  »  pero  sus  compañeros  no  esta- 
ban de  este  humor  por  no  esperar  segundo  asalto,  ya  que  del  prjmero  tan 
bien  habían  librado.  Llegó  la  contienda  á  términos  de  motín,  y  la  resolu- 
ción fué  derribar  la  torre  y  retirarse  los  bandidos  que  la  ocupaban  á  Mon-  * 
torio,  de  donde  días  antes  habían  salido  sus  mujeres  acompañadas  de  otros 

cola  tudesca;  cuatro  chabctas  de  hierro;  seis  canas  de  colonia  de  Marsella;  uo  rótulo  de  carbón 
de  avellano  molido;  una  linterna;  un  pitón  de  madera  para  cargar  el  trabuco;  un  balanzón  de 
cobre  con  su  romana;  una  hazuela  de  hierro  con  su  mango  de  madera;  una  sierra,  seis  pincelos; 
dos  plantillas  de  madera;  Qna  mazuela  de  madera  á  una  mano;  una  cazuela  de  cobre  con  su 
mango  de  hierro;  cuatro  baquetas  para  cargar  las  espinas;  cuatro  tablillas  de  madera  á  medida 
de  las  bocas  de  los  petardos  para  cargarlos;  cuatro  grapas  de  hierro  á  correa  y  otras  ocho  con 
o)o;  otras  cuatro  para  clabar  en  los  tablones  de  los  petardos  cuando  se  han  de  colgar  para  la 
facción;  nueve  barrenas;  doce  clavos  acerados;  cuarenta  clavos  pequeños;  quince  libras  de  cera 
amarilla;  dos  rollos  y  medio  de  cordel  delgado;  un  martillo  con  boca  y  pico  y  otro  con  boca  y. 
grapa. 

Otros  dos  cajones  en  que  van  puestos  los  siguientes  instrumentos  para  mihador:  seis  estam- 
pas aceradas  hechas  á  pina;  seis  escarpelos  acerados  á  punta  de  diamante;  otros  seis  de  la  misma 
calidad  hechos  á  modo  de  esgubia;  otros  doce  para  cortar  hierro;  dos  palos  de  hierro  acerado  á 
dos  puntas;  dos  pies  de  cabra;  cuatro  barrenas  hechas  á  esgubia;  cuatro  mangos  de  madera  para 
las  barrenas  grandes;  dos  martillos  con  boca  y  grapas  con  sus  mangos  de  madera;  dos  mazas  de 
hierro  grande  con  bocas  y  puntas  de  diamante  con  sus  mangos;  otras  dos  mazas  á  dos  bocas  con 
sus  mangos;  un  pedazo  de  cavo  de  jarcia  de  cuarenta  passos. 

Doscientas  palas  de  hierro  con  sus  astas.  Doscientas  zapas  con  sus  astal  Ciento  cincuenta 
picos  á  dos  puntas  con  sus  astas.  Cincuenta  achas  para  partir  leña  con  sus  astas.  Cincuenta 
achuelas  á  una  mano  con  sus  astas,  y  todos  los  referidos  instrumentos  de  gastadores  van  liga-, 
dos  con  cordel  á  razón  de  diez  cada  mazo.  Quinientas  granadas  de  hierro  cargadas,  repuestas  en 
diez  cajoncillos  de  chopo  barreteados  de  hierro.  Cien  fajinetas  embreadas,  la  mitad  de  ellas  con 
los  taleguillos  dentro  cargados  de  mistura  de  fuego*,  y  repuestos  en  cinco  cestones  liados.  Tna 
estatela  ó  romana  nueva  repuesta  en  su  caja.  Diez  cubiertas  de  arbaje  nuevo  para  cubrir  otras 
tantas  acémilas  de  pólvora.  Dos  estandartillos  con  las  armas  reales  para  guía  de  las  dos  tropas 
de  azemilas  en  que  han  ido  todas  las  municiones.  Diez  quintales  de  pólvora  repuesta  en  saquillos 
de  lienzo  dentro  de  los  barriles.  Veinte  quintales  de  balas  de  mosquete  y  arcabuz  repuestas  er> 
sus  cajoncillos.  Noventa  y  siete  quintales  de  cuerda  de  arcabuz  y  rollos,  enfardada  en  arbaje 
y  liada  con  cordel.  Cien  pares  de  pistolas  de  chispa  repuestas  en  sus  cajones.  Dos  petos  y  mo- 
rriones fuertes  de  cada  género  para  los  petarderos.  Mas  los  cincuenta  capotes  que  ha  enviado  la 
Cámara  para  la  compañía  de  cavallos  de  D.  Manuel  de  Toledo  repuestos  en  quatro  cestones. 
I    Es  el  autor  de  los  planos  que  acompañan  á  este  artículo. 


BIBLIOTECAS    Y    MUSEOS  Zgj 

200  con  destino  á  Poggio  Umbrichio  (v.  plano  g),  sitio  donde  tenían  pro- 
visión y  alimentos,  y  adonde  contaban  retirarse  si  se  veían  obligados  á 
desamparar  á  Montorio. 


LUGAR  DE  POOOIO  UMBKICIIIO(g) 

Provisto  ya  el  Marqués  de  refuerzos,  volvió  á  escaramuzar  con  los  ban- 
didos que  salían  de  sus  casas  fuertes  y,  capitaneados  por  los  jefes  Santucho, 
Dominico  Antonio  y  Pompetta,  andaban  cometiendo  graves  excesos  en  los 
lugares  circunvecinos.  Por  esta  vez,  se  vieron  obligados  á  volverse  á  en- 
cerrar, con  pérdida  de  algunos  compañeros. 

Ganaron  además  nuestros  soldados  varios  puestos  ocupados  por  los 
bandidos,  entre  ellos  el  Gasón  (v.  plano  h),  bien  fortificado  y  con  un  toso 
de  agua  de  cuatro  palmos  de  fondo  y  seis  de  ancho,  continuando  los  ata- 
ques hacia  la  casa  de  Juan  Bernardino  Gola  Raniero,  que  pare.ció  deberse 
ocupar  la  primera  para  quitar  la  defensa  y  socorro  que  desde  ella  pudiera 
prestarse  á  la  de  Titta  Gola  Raniero  distante  un  tiro  de  escopeta. 

La  casa  de  Juan  Bernardino  debía  ser  tan  fuerte,  que  no  se  formalizó 
el  ataque  hasta  esperar  la  artillería  que  había  quedado  en  Julianova,  y  una 
vez  llegada,  apoyáronse  las  tropas  en  el  Gasón,  emplazando  en  él  una 
pieza  de  bala  de  25  libras  y  un  sacre  real  de  12  con  que  se  armó  la  bate- 
ría el  día  20  de  Abril,  y  luego  se  empezó  á  cañonear  desde  las  cuatro  de  la 


3(j8 


PE  VISTA   DK    A  H  CHIVOS 


tarde  hi  casa  y  lorrc  del   Bernardino.  prosii;uiendo  al  mismo  tiempo  los 
ataques  hasta  la  falda  de  la  trinchera  que  los  bandidos  habían  hecho  para 


CAÑÓN  DK  J1.  AN  RKKNAKMINO  CülA  HA.NJKlíO      fplanO  h)  I  I ÜAK  i».  NAN  JCíHüi: 

cubrir  el  pie  de  la  torre,  continuándose  uno  y  otro  con  tanto  rigor,  que 
aquella  misma  noche  dos  horas  antes  de  amanecer,  se  vieron  obligados  los 
bandidos,  no  solamente  á  desamparar  aquella  casa,  sino  también  la  de 
Titta  Cola  Raniero.  la  Roqueta  y  los  demás  puestos  que  tenían  ocupados 
en  algunas  fuertes  colinas  inmediatas,  ayudándoles  para  su  fuga  la  oscu- 
ridad de  la  noche,  y  la  práctica  y  conocimiento  que  tenían  de  los  pasos  de 
aquellas  montañas.  Luego  que  se  reconoció  el  abandono  de  estas  casas, 
apoderáronse  de  ellas  las  tropas,  y  se  hallaron  tan  bien  provistas  y  adere- 
zadas, como  si  no  temiesen  peligro  ni  invasión,  no  habiéndose  jamás  per- 
suadido los  bandidos,  dice  el  Marqués,  t«de  que  fuese  posible  subir  la  arti- 
llería á  aquellos  sitiosque  parecían  inaccesibles,  ni  habiendo  experimentado 
hasta  ahora  la  fuerza  del  cañón  que,  luego  que  la  reconocieron,  les  faltó 
el  ánimo  para  resistirse,  aunque  se  habían  prevenido  y  fortificado  en  tal 
forma,  que  no  parece  obra  suya  la  disposición  en  que  tenían  estas  casas, 
y  es  bien  cierto,  que  si  no  se  hubiese  usado  la  artillería,  hubiese  costado 
mucho  tiempo  y  gran  dificultad  el  ocuparlas. >> 

Dispúsose  luego  el  derribo  de  estas  casas,  y  habiéndose  tenido  noticia 
de  que  los  bandidos  se  habían  retirado  á  Poggio  Umbrichio,  lugar  distante 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS  Sog 

cuatro  millas  y  con  una  torre  fuerte,  se  encaminaron  luego  allá  algunas 
compañías,  y  cuatro  de  ellas,  con  sumo  trabajo,  lograron  vadear  el  río 
Humano;  y  habiendo  empezado  á  ocupar  alguno^puestos  cerca  de  Poggio 
al  anochecer  del  día  22,  embistieron  los  bandidos  á  las  tropas  con  tal  fuer- 
za, que  fué  bien  menester  todo  el  valor  de  éstas  para  resistirlos.  Duró  la 
escaramuza  más  de  tres  horas,  siendo  necesario  disparar  granadas  que 
hicieron  en  los  banbidos  gran  estrago,  matando  é  hiriendo  á  muchos  y 
obligando  á  los  demás  á  retirarse  dentro  de  Poggio  á  donde  ya  se  encami- 
naban el  Marqués  de  Sta.  Cristina  y  el  Maestre  de  Campo  D.  Alonso  To- 
rrejón,  con  ánimo  de  sitiar  aquel  lugar,  derribar  la  torre  y  hacer  las  de- 
más operaciones  necesarias. 

Discurríase  que  los  bandidos  desampararían  también  este  sitio,  á  donde 
habían  retirado  sus  mujeres,  por  el  daño  que  había  de  hacérsele  con  la  arti- 
llería desde  Montorio.  y  se  procuraba  sitiarlos  y  cortarles  los  pasos,  aun- 
que la  disposición  de  aquellas  montañas  y  el  hábito  de  los  bandidos  de  ca- 
minar por  precipicios,  impracticables  para  las  tropas,  dificultaba  la  em- 
presa. 

Era  Poggio  la  última  retirada  posible  de  los  bandidos,  pues  estando 
guarnecidos  todos  los  lugares  donde  se  pudiesen  refugiar,  y  derribadas 
todas  las  casas  y  torres  que  hasta  entonces  les  habían  servido  de  defensa, 
tendrían  que  hacerse  fuertes  en  alguna  de  aquellas  montañas  ó  pasarse  á 
otras  provincias  donde  les  perseguirían  las  escuadras  de  campaña. 

A  consecuencia  de  este  ataque  se  presentaron  en  Ñapóles  los  cabos  Sal- 
vador Bianchini  y  Pablo  Janetti  con  76  bandidos  de  sus  compañías,  los 
cuales,  con  otros  antes  presentados,  componían  312  en  las  atarazanas. 
Trájose  también  de  Montorio  á  una  hija  de  Titta  Cola  Raniero  para 
arrancar  de  allá  todo  rastro  de  esta  gente,  y  se  esperaban  en  Ñapóles  á  Ig- 
nacio Sbracha  y  á  otros  capitanes  con  100  compañeros. 

Era  uno  de  los  más  obstinados  y  facinerosos  el  capitán  Señorielo,  que 
sostuvo  escaramuza  con  una  escuadra  de  corte  en  los  confines  del  Abru- 
zzo  y  del  Condado  de  Moliste,  quedando  muerto  y  preso  un  compañero 
suyo. 

Otro  de  los  principales  era  el  cabo  Carlos  Perilo  (a)  Ruina,  que  me- 
rodeaba por  la  provincia  de  Luchera,  y  que  fué  también  muerto  por  nues- 
tras tropas. 

Retirados  los  bandidos  á  Poggio  Umbrichio,  donde  tenían  su  impedi- 
menta, se  dirigió  allá  el  Marqués  de  Sta.  Cristina  con  las  tropas  para  des- 

^.»  ilpocA.^TOiio  vnr.  2^ 


40O 


REVISTA  DE  ARCHIVOS 


alojarlos  de  aquella  torre  y  hostilizarlos  cuanto  tuesc  posible,  para  lo  cual 
se  acercaron  algunas  compañías  á  las  que  embistieron  los  bandidos  con 

indecible  corage,  pudiendo  re- 
sistirse los  nuestros,  aunque 
menores    en    número,    hasta 


que  llegó  el 
resto  de  la 
fuerza  que, 
por  ven  i r 
muy  creci- 
do el  río 
Humano,  se 
había  retra- 
sado. Juntos 
empezaron 
á  tomar  [os 
puestos  y  á 
proseguir 
los  átaqueSf 
hasta  que  el 
día  i.^  de 
Mayo,  vién- 
dose los  ban- 
didos tan  es- 
trechados 
que  ya  los 
otros  esta- 
ban  á    tiro 


PLANO  SIM  r.PIORAPK,  CON  SOI.O  I  A  I.BVKNÜA  DH:    RÍO    IIIJMANO   (i) 


de  escopeta,  hicieron  entender  al  Marqués  que  querían  rendirse,  y  tra- 
tándose con  lodos  los  'requisitos  de  la  ordenanza  militar,  pidieron  salvo- 


*  BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS  4OI 

«conducto  para  enviar  unb  de  sus  capitanes  á  conferenciar  con  el  Marqués. 
,Concedióseles  y  enviaron  al  cabo  £>omingo  Antonio  Durante/  uno  de  los 
principales,  solo  y  desarmado. 

Por  las  condiciones  en  que  ofrecieron  rendirse,  se  puede  juzgar  de  su 
engreimiento;  eran  éstas:  Que  se  les  declarase  el  punto  adonde  habían- de 
ir  á  servir  y  el  tiempo  de  servicio;  lo  que  suponía  que  el  castigo  no  había 
de  ser  otro:  que  pudiese  cada  uno  de  ellos  dejar  en  el  Abruzzo  un  hijo,  her- 
mano ó  pariente  «para  cuidar  sus  haciendas»,  decfan  ellos,  aun  cuando 
fácilmente  se  adivina  que  sería  para  continuar  sus  correrías  en  cuanto  las 
tropas  se  ausentasen,  y  que  se  les  concediese  un  mes  de  plazo  para  arre- 
glar sus  asuntos,  por  lo  visto  muy  numerosos. 

La  respuesta  del  Marqués  á  estas  pretensiones  fué  la  que  en  verdad 
merecían:  que  únicamente  podía  concedérseles  la  excepción  de  la  pena  de 
la  vida  y  la  Galera,  y  que  no  era  tiempo  de  entrar  en  más  arbitrios,  pues 
en  cuanto  llegase  la  artillería  no  se  les  admitirían  más  pláticas  ni  ajusta- 
mientos. 

Volvióse  Durante  con  tan  consoladora  respuesta,  la  que  á  pesar  de  su 
dureza,  no  debió  hacerles  mucha  mella,  puesto  que  de  allí  á  poco  enviaron 
un  papel  con  las  mismas  proposiciones  y  otras  nuevas,  como  eran:  que  se 
les  desembargasen  y  restituyesen  sus  haciendas;  que  se  libertase  á  sus  pa- 
rientes y  compañeros  presos,  y  que  se  les  diese  tiempo  para  enviar  á  Ña- 
póles algún  religioso  que  en  su  nombre  hablase  al  Marqués  del  Carpió  y 
le  indugese  á  facilitar  estos  acuerdos.  A  esta  nueva  pretensión  se  les  res- 
pondió con  la  exclusiva,  y  ofreciéndoles  solamente  que  en  caso  de  rendir- 
se, les  acompañaría  á  Ñapóles  el  Maestre  de  campo  D.  Alonso  Torrejón, 
para  interponer  clemencia  en  su  favor;  pero  ellos,  lejos  de  conformarse, 
en  cuanto  divisaron  la  artillería,  dieron  fuerte  carga  á  las  tropas  que  in- 
mediatamente avanzaron,  ganando  puestos  y  comenzando  á  disparar  la 
artillería,  con  lo  que  se  encerraron  en  la  torre.  Llegó  la  noche  ^n  esto,  y 
hacia  las  tres  de  la  madrugada  empezaron  á  huir  por  biirrancjs  y  despeña- 
deros de  imposible  acceso  por  donde  muchos  rodaron,  y  otros  fueron  he- 
ridos y  muertos  por  las  tropas.  Apoderáronse  éstas  del  Poggio  y  hallaron 
á  las  mujeres  y  niños  que  formaban  las  familias  de  los  bandidos  K  Guarne- 

I    Nota  de  las  mujeres  y  parientes  de  bandidos  que  se  halian  presas  en  Montorio. 
Eugenia  Piacheli,  madre  de  Juan  Bernardíao,  con  una  criada. 
Teresa  Petrica,  mujer  del  mismo,  con  tres  hijos  pequeños  y  dos  criadas. 

Marta  de  Sebastián,  mujer  de  Carlos  A  ntonio  Chicoto,  bandido,  compañero  de  Tilla  Cola  Ra- 
niero,  con  dos  hijos  y  tres  criadas. 


402  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

cióse  la  torre  y  púsose  la  defensa  necesaria  y,  retirada  la  artillería  á  Mon- 
torio,  se  encaminó  la  tropa  hacia  San  Jorge,  lugar  abierto  y  sin  defensa, 
adonde  se  habían  ido  los  bandidos;  al  verse  perseguidos,  huyeron  también 
de  allí,  dejando  otras  mujeres  que  en  unión  de  las  que  fueron  presas,  se 

Marta  de  Chicólo,  hermana  de  Carlos  y  mu|er  de  Juan  Fálchino,  bandido  compañero  de  Cola 
Haniero,  con  dos  hijos  y  una  criada. 

César  de  Cola  Raniero.  sobrino  de  Titta. 

Francisca  de  Cola  Raniero,  hermana  de  César  y  sobrina  de  Titta,  con  una  criada. 

Catalina  de  Gregorio,  mujer  de  Gregorio  de  Gabriel,  bandido  compañero  de  Cola  Raniero. 

Antonia  de  Loreio,  mujer  de  Alejandro  Sciaqua,  cabo  de  Cola  Raniero,  con  siete  hijos. 

Justa  Rossi,  sobrina  de  Carlos  Antonio  Chicoti. 

Brígida  de  Alexandro,  mujer  de  Jusepe  de  Ruicio,  bandido  compañero  de  Cola  Raniero,  con 
iin  hijo  y  una  hermana. 

Ana  de  Julio,  dama  de  Antonio  Pompeta,  con  un  hijo. 

Justa  de  Jusepe  de  Dionisio,  hermana  de  Jusepe  de  Diooísio,  bandido  compañero  de  Cola. 
Hanicro. 

Paula  de  Bencdito.  madre  de  Jusepe. 

.\na  María,  hermana  del  mismo. 

Isabel  de  la  Villa  Valucha,  criada  de  Cola  Raniero. 

Isabel  del  Isla,  criada  de  Pómpela 

María  Escarpalegia.  hermana  de  Valerio  Escarpalegia,  bandido  compañero  de  Cola  Raniero. 

Teresa  Escarpalegia.  hermana  de  la  anterior. 

Ana  Escarpalegia,  su  madre. 

Bárbara  Escarpalegia,  su  hija,  con  una  niña. 

Jusepa  de  Benedeta,  dama  de  Cola  Raniero. 

Loreto  de  Benedtta  y  sus  cuatro  hijos;  era  hermana  de  la  anterior  y  mujer  de  Agustín  Coscia 
compañero  de  Raniero. 

Antonia  y  sus  tres  hijos;  era  mujer  de  Juan  .\ntonio,  compañero  de  Raniero. 

Cecilia  de  Juan  y  sus  cuatro  hijos;  era  mujer  de  Juan  de  Mootorio  compañero  de  Raniero. 

Angela  de  Mon torio,  hermana  de  Juan. 

Bernardina  de  Andrea,  con  su  hija,  era  mujer  de  Andrea  de  Espiano,  compañero  de  Raniero 

Constanza  de  Muchela,  mujer  de  Bernardo  Salustro,  con  su  hijo. 

Catalina  de  Juan  Amonio,  mujer  de  Francisco  Jusepe,  con  cuatro  hijos. 

Magdalena  de  Pieiro,  madre  de  Angelo  Antonio  de  la  Roqueta. 

Domenica  de  Basciano,  mujer  de  Belisario  de  Piñano,  con  una  hija. 

Lavinia,  hermana  del  anterior. 

Teodora  de  Crescenzo,  mujer  de  Teodoro  Richo,  con  cuatro  hijos. 

Indicia  de  Marvecho,  mujer  de  Marvecho  de  Moniorio. 

Angela  de  Martino,  mujer  de  Bernardino  de  Montorio.y  Francisca  su  madre. 

Susana  de  Berardino,  hermana  de  Juan  Berardino  de  Montorio,  con  un  hijo. 

Teresa  del  .\guila,  hermana  de  .Vndrés  del  .Vguila. 

Juana  de  Juan  Pieiro,  cuñada  de  Antonio  de  Montorio. 

Santa  de  Lorenzo,  mujer  de  Lorenzo  de  Jusepe,  y  Marta  su  madre. 

Antonia  de  Aduego,  tía  del  mismo. 

Tola  de  Andrea,  hermana  de  Andrea  de  Luca. 

Magdalena  de  Jacomo  .\ntonio,  con  dos  hijas. 

María  de  Miguel,  mujer  de  Miguel  de  Nicolás,  con  dos  hijos. 

Amina  de  Alexandro,  mujer  de  .\lcxandro  de  la  Villa  Valucia. 

Margarita  de  Amalo,  hermana  de  Silvestre  de  -\mato  y  Teodora  su  madre. 

Francisca  de  .\nionio,  mujer  de  .\niortio  de  Phelipe. 

Antonia  de  Fernando  del  Poyo,  correspondiente  de  bandidos. 

Facncia  de  Jerónimo,  mujer  del  mismo,  con  tres  hijus. 

Adclia  de  Juan  .\ndrea,  mujer  de  Juan  .\ndrca  de  Aristeo,  con  do*  hijos. 

Teodora  de  Juan,  mujer  de  Pedro  Mathco,  con  dos  hijos. 

Lucia  de  Maximiano,  madre  de  un  compañero  de  Raniero,  con  una  hija  y  Palma,  tu  hija. 

Mingucha.  mujer  de  Dornenico.  compañero  de  Esgarran 


BIBLIOTECAS  Y  MVSEOS  403 

llevaron  á  Montorio,  desde  donde  escribían  á  los  bandidos  instándoles  para 
que  no  dilatasen  más  su  rendición.  3oo  hombres  de  campaña  siguieron  per- 
siguiéndoles en  dirección  del  Valle  Castellana,  tierra  del  Duque  de  Atri, 
hasta  que  una  noche  huyeron  todos  sin  que  se  pudiese  lograr  noticias  cier- 
ta de  sus  rumbos,  aunque  se  tuvo  por  seguro  que  los  capitanes  principales 
se  embarcaron;  que  muchos  de  ellos  se  encaminaron  hacia  los  Estados 
eclesiásticos,  y  que  los  restantes  pasaron  á  la  provincia  del  Águila,  como 
resultó  cierto,  pues  las  tropas  que  asistían  en  aquella  provincia  escaramu- 
zaron con  ellos  y  hubo  que  enviarlas  refuerzos. 

Libre  ya  de  esta  gente  la  provincia  de  Chieti,  quedó  allí  por  Goberna- 
dor D.  Alonso  de  Tor rejón,  y  pudo  felicitarse  el  Marqués  del  Carpió  del 
éxito  obtenido,  aunque  no  se  manifestase  muy  satisfecho  del  de  Santa  Cris- 
tina, á  quien  condesa  que  mandaba  á  servir  á  los  presidios  de  Toscana  por 
no  haber  faltado  en  cosa  esencial  y  p)or  no  tener  otro  de  quien  valerse. 

No  quería  el  Virrey  retirar  toda  la  tropa  de  aquellos  sitios,  sino  por  el 
contrario,  dejar  guarniciones  en  los  lugares  generales,  así  para  su  seguri- 
dad, como  para  cumplimiento  de  la  pragmática  que  se  formaba  sobre  de- 
molición de  todas  las  torres  y  casas  fuertes  que  en  el  campo  pudiesen  ser 
abrigo  de  bandidos,  con  cuyas  medidas  no  debía  estar  muy  conforme  el 
Consejo,  puesto  que  ordenaba  al  Marqués  que  indispensablemente  se  vol- 
viesen las  tropas  á  su  tercio  de  Ñapóles,  c<sin  divertirlas  ni  perderlas  en  es- 
tas operaciones»  y  que  en  lo  de  la  pragmática  «el  demasiado  apretar  po- 
dría traer  grandísimos  inconvenientes  que  producirían  después  embarazos 
muy  perjudiciales»,  concluyendo  por  resolver  que  el  Marqués  no  pusiese 
en  práctica  la  Pragmática  sin  antes  remitirla  al  Consejo  de  Italia  de  donde 
pasaría  al  de  Estado  para  ser  corregida  '.  Cumplió  el  Marqués  el  acuerdo 
del  Consejo  retirando  las  tropas  españolas,  no  sin  hacer  constar  que,  sin 
su  concurso  nada  se  hubiese  conseguido  y  que  las  compañías  no  habían 
mermado,  aunque  el  Consejo  para  atajarle  por  otro  lado  acordó  pedir 
nota  de  la  distribución  de  la  Hacienda  en  los  dos  últimos  años,  para  ente- 
rarse, sin  herir  la  susceptibilidad  del  Marqués,  de  los  gastos  hechos  en  la 
campaña;  mas  después  de  visto  el  resultado  obtenido  por  éste,  se  le  mandó 
fortificar  á  Montorio  ú  otro  punto  de  la  provincia  de  Chieti  que  fuese  paso 

I    Pareció  al  Consejo  que  se  debía  poner  reparo  en  que  bastasen  dos  testigos  singulares  para 
confirmar  el  delito  como  en  la  Pragmática  se  decía,  pues  esto  en  Ñapóles,  donde  con  tanta  facili- 
dad se  hallaban  testigos  falsos,  parecía  aventurado.  El  Consejo  recuerda  ser  cosa  antigua  y 
corriente  en  Ñapóles  la  existencia  de  lugar  señalado  donde  por  poco  dinero  se  encontraban  los  ' 
testigos  necesarios. 


404  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

;para  invadirla.  Reconocidos  los  puestos  de  toda  ella  por  el  ingeniero  fiian- 
cone  y  por  el  capitán  D.  Diego  Ramírez  Balanza,  escogieron  á  Montorio 
por  haber  sido  siempre  c<según  rezaban  Jas  historias,  el  sitio  que  en  lo  an« 
tiguo  y  moderno  eligieron  los  bandidos  para  su  refugio»,  y  haber  domina- 
do allí  y  en  todo  su  territorio  despóticamente  la  familia  de  Cola  Raniero» 
por  espacio  de  sesenta  años/ 

Fortificóse  también  la  roca  de  Roseto,  (v.  el  plano  j)  que  aseguraba 
los  valles  de  San  Juan  y  Castellana,  y  defendía  sus  villas  muy  pobladas* 
El  coste  de  ambas  fortificaciones  se  calculaba  en  12.000  ducados,  para  lo 
que  muy  bien  bastaría  el  producto  de  la  venta  de  bienes  de  bandidos,  pues 
que  sólo  la  hacienda  de  Cola  Raniero  valdría  36.ooo  ducados.  Habría  de 
ponerse  una  guarnición  de  100  españoles,  80  en  Montorio  y  20  en  Roseto, 
dejando  capacidad  para  aumento  de  fuerza  y  mudándolos  cada  año  por 
evitar  que  se  casasen  con  naturales. 

De  la  cesión  de  la  roca  de  Roseto  trató  el  Marqués  con  el  Duque  de 
Atri,  encontrándole  muy  bien  dispuesto,  y  de  la  del  convento  de  San  Fran- 
cisco en  Montorio  con  Su  Santidad. 

Tanto  llegaron  á  disminuir  los"  bandidos  con  estas  y  otras  medidas,  que 
el  Duque  de  Alba  certificaba  que  en  las  provincfas  de  tierra  de  Labor, 
Otranto,  Trani.,  Calabria  citerior,  Abruzzo  ulterior,  Capitanata  y  Conda- 
do de  Molísse,  no  había  bandidos  de  ninguna  calidad;  en  la  de  Abruzzo 
citerior  había  42  que  se  mantenían  en  el  Estado  Eclesiástico;  en  la  del 
Principato  citerior  no  había  más  que  un  capitán  á  quien  se  perseguía  ince* 
santemente;  en  la  de  Basílicata  un  capitán  con  tres  compañeros;  en  la  del 
Principato  ulterior  tres  capitanes,  y  en  la  Calabria  ulterior  dos  capitanes 
con  siete  compañeros,  todos  sicilianos,  á  quienes  se  esperaba  pren^ler.  No 
se  sabía  que  Santucho  con  sus  compañeros  se  hubiese  embarcado,  aunque 
era  cierto  que  se  hallaba  fuera  del  reino,  y  Juan  Bernardino  Raniero  ha- 
bía venido  á  Ujida  con  licencia  de  Venecianos  por  tres  meses,  para  levan* 
tar  gente  y  pasar  á  Roma  á  cobrar  el  dinero  que  su  tío  Juan  Bautista  tenía 
allí  depositado  en  un  Banco.  Traía  insignias  de  sargento  mayor,  lo  que 
pareció  muy  poco  razonable  al  Marqués,  y  escribió  sobre  ello  al  Cardenal 
Cibo,  quejándose  de  que  tal  cosa  se  consintiese,  y  apuntando  de  paso  que 
mientras  en  Roma  eran  tan  poco  atendidas  sus  justas  reclamaciones, 
ocurría  en  Ñapóles  un  caso  bien  contrario.  Atropello  el  cochero  del  Mar- 
^  qués  de  Ponicocolo  la  carroza  en  que  iba  el  Nuncio,  arrastrándola  algu- 
nos pasos  y  habiendo  enviado  éste  aviso  al  Virrey  de  que  deseaba  el  casti- 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  40? 

go  del  culpable,  fué  condenado  en  seguida  á  galeras  y  azotes,  y  se  ejecutó 


I  -'  ^  f      ■      ."  ■    i 


IM  ANTA  Y  l'ERSI'KC.TIVA    1)K    I  A    KOíA    I>K    HOSKTÜ   IJÍ 

la  sentencia  con  gran  satisfacción  del  Nuncio,  que  desde  sus  ventanas,  con 
toda  la  familia^  vio  y  aplaudió  mucho  esta  justicia» 


406  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

Siguiendo  en  su  constante  empeño,  pudo  al  cabo  el  Virrey  dar  cuenta 
al  Consejo  de  la  total  terminación  de  la  campaña  contra  bandidos,  asegu- 
rando no  haber  quedado  ninguno  en  el  Abruzzo  ni  en  las  demás  provin- 
cias, pues  con  los  muchos  que  murieron  en  los  encuentros,  los  que  fueron 
descuartizados,  los  muertos  en  el  suplicio  después  de  presos,  y  los  que  se 
rindieron  y  estaban  encerrados  en  el  Tarazanal  de  Ñapóles,  los  demás,  no 
pudiendo  resistir  la  continua  persecución  que  se  les  hacia,  huyeron  á 
otros  dominios,  y  al  único  capitán  que  quedaba  en  la  provincia  de  Basilica- 
ta  llamado  Juan  Arloto  (a)  el  Capuchino,  por  más  que  se  ocultó,  lograron 
hallarle  en  casa  del  Obispo  de  Melfi,  y  le  condujeron  preso  á  Ñapóles,  aun- 
que todavía  no  faltaba  consejero  que  creyese  que  «esta  quietud  no  duraría 
mucho,  conocido  el  genio  de  aquellos  naturales». 

Aunque  manifiestamente  se  debía  sólo  al  resuelto  ánimo  y  firme  volun- 
tad del  Marqués  del  Carpió  un  éxito  hasta  entonces  no  conseguido  por 
ningún  Virrey,  éste  le  atribuía  al  celo  del  Maestre  de  Campo  Torrejón, 
que  expuso  su  vida  varias  veces  y  perdió  á  su  hijo,  y  para  el  que  pedía  el 
título  de  sargento  general  de  batalla,  aunque  el  Consejo  sólo  le  considera- 
ba digno  de  la  graduación  de  general  de  artillería  ad  honorem. 

Por  último,  en  su  deseo  de  que  el  mal  no  se  reprodujese,  insistía  el 
Marqués  en  el  peligro  que  resultaba  de  mantenerse  en  los  Estados  de  la 
Iglesia  y  en  parajes  no  distantes  de  los  confines  del  Abruzzo  algunos  ca- 
bos y  bandidos  de  los  que  huyeron,  entre  los  que  se  contaban  Tita  Cola 
Raniero,  su  sobrino  Juan  Bernardino  y  Domenico  Antonio  Durante,  en- 
tendiéndose que  estaban  abrigados  de  algunos  ministros  del  Papa,  sin  que 
los  apremiantes  oficios  que  había  pasado  á  Roma  consiguiesen  efecto  algu- 
no, á  pesar  de  ser  bien  notorios  los  lugares  donde  habían  permanecido  los 
bandidos,  la  residencia  que  en  Offida  y  Lingaglia  tuvieron  Raniero,  Du- 
rante y  sus  compañeros;  saberse  que  el  lugarteniente  de  Ascoli  ajustó  á 
compañeros  de  Santucho  y  de  Petralta;  que  el  caporal  Gaibullo  y  compa- 
ñeros de  Pompeta  y  Petralta  entraron  á  robar  algunas  veces  en  los  confi- 
nes y  que,  habiendo  el  gobernador  de  Montalto  desterrado  á  las  mujeres  y 
parientes  de  bandidos,  á  quienes  allí  se  protegía,  se  pasaron  á  Macerata  y 
Recanate,  donde  fueron  recibidos  no  sin  general  escándalo. 

Entre  otros  tantos  sucesos  de  la  dominación  española  en  Italia  y  ante  la 
diversidad  de  los  juicios  sobre  la  conducta  de  nuestras  armas  allí,  no  po- 
áxÁ  negarse  á  D.  Gaspar  de  Haro  y  Guzmán  el  indudable  buen  servicio  de  ; 
haber  limpiado  de  bandidos  una  provincia  tan  infestada  de  qllos  como  el 
Abruzzo.  Julián  Paz. 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS  407 


Sello  del  Conde  de  Urgel,  Armengol  VÍIl. 


El  sello  que  hoy  reproducimos  en  fototipia  y  en  su  tamaño  natural  (83 
milímetros  de  diámetro),  es  uno  de  los  siete  sellos  de  condes  de  Urgel  que 
se  guardan  en  la  ya  rica  y  ordenada  colección  de  nuestro  Archivo  Históri- 
co Nacional.  Está  impreso  en  cera  obscura,  y  pende,  por  doble  tira  de  ante, 
en  una  carta  de  seguro  otorgada  al  monasterio  de  Poblet  por  el  Conde  Ar- 
mengol,  un  año  antes  de  su  muertfe  (1207). 

En  «1  anverso  de  este  precioso  ejemplar  de  «principios  del  siglo  xiii^ 
campea  la  figura  ecuestre  del  Conde.  Defíende  su  cabeza  un  casco  esférico 
con  nasal,  adornado  de  ínfulas  ó  lambrequines  largos  y  flotantes  en  la 
pant  de  la  nuca;  guarda  su  costado  izquierdo  un  escudo  oval  que  le  cubre 
también  la  pierna  casi  por  completo;  y  en  la  mano  derecha,  en  actitud  de 
herir,  tiene  la  lanza  con  pendoncillo  que  parece  ostentar  el  ajedrezado 
propio  del  blasón  de  los  condes  de  Urgel.  El  caballo  galopa  á  la  izquier- 
da, y  está  protegido  con  un  caparazón  que,  por  su  regidez,  aparenta  ser 
de  cuero.  La  leyenda  se  desarrolla  en  el  borde  del  sello,  y  dice: 

#  S  :  ERMENGAVDIG-RA|TIA]  i  DEI  :  VRGELENSI   :  C0MITI8. 

Reverso:  Escudo  heráldico,  rectangular,  inscripto  en  el  perfil  circular 
del  borde  del  sello.  Está  blasonado  con  escaques,  unos  lisos  y  otros  carga- 
dos de  jaqueles  diminutos,  alternando  con  cruces  sencillas.  La  leyenda 
ocupa  los  vanos  entre  el  tablero  del  escudo  y  el  borde  de  |la  impronta- 
Dice  así: 

SIGILLVM  I  DEI  \  GRAT  |  lA  i  C0MITI8  |  VRGELLI. 

J.  M.  P. 


3.*  ¿POCA.  — TOMO   TIIZ.  2^ 


408  REVISTA  DE    ARCHIVOS 

DOCUMENTOS 


LlXERJLTXJRJL    AX.sJA.IwII ADA 

MATERIALES    PARA    Sr    ESTUDIO 


I 

MS.  BIBL.  NACIONAL,  Gg  105,  NÚM  5.337  ' 

ESTA  ES  LA  BATALLA  DE  BADRI  Y  HONAINI  ^ 

(FPL.  48  R.) 

Fué  recontado  por  Abdo  Allahi  ¡bno  Ornar  que  dixo  que  cuando  cUnquistó 
el  Annabí  ^^ju^  3  á  Maca  quebró  la  ídola  Hábal  y  á  Naila4  y  ad  Al-Kofaini  5  y 
mató  muchas  Chentes  d'ellos,  y  catibaron  partida  (fol.  48  v.)  d'ellos  y  huyeron 
partida  d'ellos,  y  en  ellos  Jálab  ¡bno  Omaya  y  Áaquirima  ibno  Abí  Cháhal,  y 
fueron  estos  un  mes  cuentra  el  Annabí  -*Jur,  3  y  después  fueron  buenos  mo^limes 
y  fué  bueno  su  alislam  6.  Y  llegaron  las  nuebas  á  Málic  ibno  Aoíiy  en  Andariyo  7, 
y  era  est  (sic)  Málic  grande  en  chenlío  y  muy  obedecido  entr'ellos  y  mandó  cridar  ** 
por  todas  sus  tierras  y  por  todas  las  alkabilas  de  los  alárabes  que  biniesen  ad  ayu- 
darle contra  Mohámmed  ¡bno  Abdi  Illah¡  %  y  respond¡eronlc  todos  que  les  plazía 
y  que  ¡rían  á  p¡ed  y  á  caballo;  y  así  fué  la  primera  alkabila  los  de  Ban¡-Inod¡ro. 
Y  benía  en  la  delantera  un  capitán  que  se  clamaba  ^ábik  ibno  Niruán;  después 
d'estos  binieron  los  de  Mo^yán  con  cuatro  mil  de  á  caballo.  Y  benía  en  la  delantera 
un  capitán  que  se  llamaba  Mazín  (fol.  49  r.)  ibno  Mazín,  y  después  b¡n¡eron  los  de 
Ban¡-Áam¡r  con  su  cap¡lán  que  se  llamaba  Aafa¡  ¡bno  Tánk.  y  cada  capitán  traía 

I  Véase  el  conlenido  de  este  ms.  en  el  Jnd.  gen.  de  la  liter.  alj.  por  D.  Eduardo  Saavedra 
núm.  XXXIIIrPág.  263  del  tomo  VI  Mem,  Real  Ac.  Esp.  Publicado  en, las  Leyendas  Moriscas 
por  D.  Freo.  Guillen  Robles,  Madrid,  1886:  i.°  Batalla  de  A^iad  y  los  de  Maca.  fol.  i  v.  al  14  r., 
tomo  II,  pág.  233;  2.*  Alhadiz  de  Mahoma  y  Alharcts,  fol.  14  r.  al  32  r.,  id.,  pág.  325;  3."  Bata- 
lla de  Hazaima  Alberiquia  y  de  Alajuac;  ibnu  Mojad,  fol.  32  r.  al  3Ó  v.,  t.  III,  pág.  267;  4.°  Alha- 
diz de  Guara  ilhochórati,  t.  II,  pág.  301  (principio  tol.  36  v.  y  fin  fol.  47  r.),  lo  restante  tomólo  del 
ms.  G.  g.  47  fol.  81  r.  al  III  v.;  6.«  Batalla  del  Rey  iMohalhal  ibnu  Alfayadi.  fol.  61  v.  al  86  v.,  t.  II, 
pág.  IÓ5;  7.°  Batalla  de  Alaxiab  ibnu  Hauc.ir,  fol.  86  v.  ai  q5  v..  i.  III,  pág.  247;  y  8.**  Batalla  de 
Bal  Varmoc  y  su  conquista  grande,  fol.  gS  v.  al  149  r.  y  último,  t.  III,  pág.  83.-2  Con  la  publi- 
cación de  la  batalla  de  Badri  queda  editado  todo  el  contenido  del  códice  G.  g.  io5,  núm.  5.337, 
salvo  el  trozo  que  se  ha  publicado  según  el  ms.  G.  g.  47,  como  decimos  antes,  que  es  casi 
todo,  excepto  ocho  lineas  y  media  al  final  y  cuatro  y  media  al  principio,  tomadas  de  G.  g.  io5. 
Cotejados  ambos  trozos  un  poco,  notamos  esta  variante  g.  g.  io5  fol.  36  v.  y  habernos  oido  con' 
tar  de  tu  las  nuebas;  g.  g.  47  fol.  81  r.  y  habernos  oido  las  nuebas  de  tu,  y  otras  variantes,  por  lo 
que  acaso  traslademos  íntegra,  según  (t.  g.  io5,  esta  leyenda  de  Uara.— 3  ^Jtj^.  por  |*JtJLf .  según 
Caspari.es  abreviación  de  la  frase  piadosa  ^«JUm»  ^^Jlc-  'vJLI     ^L>c  bendígale  Dios  y  salve.— 

4  Jo  U.p.  I  (V.  nota  4  pág.  410).— 5  ..yjJüL^i  I.— 6  Fue  sincero  su  islamismo.— 7  --U-Lilc,  Los 
moriscos  españoles,  como  los  árabes  de  Marruecos  ó  Almagreb,  hasta  hoy,  trocaban  la  i  del  ar- 
tículo en  n,  diciendo  cnantarí  por  elantarí.  No  hiUamos  en  el  diccionario  de  Assoyuti  el  nom- 
bre propio  original  de  este  patronímico.— 8  Llamar.— 9  Mahoma. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  4O9 

cuatro  mil  de  á  caballo  y  de  á  pied.  Aprés  '  d'estos  binieroñ  losdeBani-Muah  con 
cuatro  mil  de  á  caballo,  y  en  la  delantera  irdan  un  capitán  que  se  llamaba  Alhárits 
ibno  Morah;  y  achontaronse  entre  caballeros  y  peones  beite  2  y  seis  mil.  La  hora  3 
caminaron  y  llegaron  9erca  del  alkagar  de  Málic  ibno  Aófiy:  la  hora  3  que  los  bió 
Málic  saliólos  á  re^ebir  y  dixoles: 

—¡Ya  4  Chentes  y  cabalgada  de  alárabes!  ya  sabéis  como  Mohámmed  ibno  Áábdi 
Illáhi  5  ha  ganado  á  Maca  y  se  ha  demostrado  ^  sobre  los  de  Koráix  con  espada  y 
lan^a,  y  yo  he  miedo  que  Mohámmed  5  deborara  buestras  tierras  y  matara  bues- 
tros  caballeros  y  barraganes  7,  y  robara  buestros  castillos  y  catibara  buestras  mu- 
cheres  y  lichos. 

Y  respondiéronle  todos  y  dixiéronle: 

— (Fol.  49  V.)  l^ucs  á  nos  plaze,  que  nosotros  iremos  á  Mohámmed  con  nuestra 
Chente  de  caballo  y  de  á  pied,  fasta  que  torne  á  f  labal  en  Macea. 

La  hora  dixo  Málic: 

—¡Ya  4  Chentes!  pues  que  es  esa  buesa  boluntad,  dere^jad  8  buestras  armas  y 
caballos,  que  yo  quiero  demandar  más  socorro  á  Aórua  ibno  Ma^^áód. 

La  hora  dixieron  las  Chentes: 

— tso  será  muy  bien. 

La  hora  demandó  tinta  y  papel  y  escribió  su  carta  á  los  de  Xákib  dixiéndoles. 

— Siempre  yo  fui  leal  á  bosotros  y  yo  agora  he  allegado  mis  uestes  para  des- 
troir  y  acabar  á  este  ^ihrero  9  mintiroso  de  Mohámmed  ben  Ábdállah  (?),  benid 
á  mi  ayuda  ¡ya  4  los  de  Áórua! 

Y  la  hora  que  bió  la  carta  Áórua  y  entendió  como  las  uestes  eran  llegadas  y 
achuntadas,  mandó  llegar  las  suyas,  y  biniéronle  cuatro  mil  de  caballo,  y  dixéronle: 

— ¡Ya  4  señor!  ^'que  te  ha  daconte9Ído?  (Fol.  5o  r.) 

Dixoles:— ¡Ya  mis  compañas!  »<>  una  carta  me  ha  benido  de  Málic  ibno  Aófiy 
en  Andaríyo  "  y  demanda  socorro  á  mi  y  á  bosotros  para  contra  Mohámmed  ibno 
Áábdi.  Illahi,  y  yo  digo  que  Mohámmed  es  ayudado  con  ayuda  y  ben9Ímiento,  y 
nu  nueze  12  sino  le  nuezen,  mas  al  que  ba  cuentra  él  guerréalo  y  estróyelo  y  gá- 
nale sus  tierras.  Mi  consecho  es  estar  quedos. 

Y  respondiéronle  sus  Chentes  y  dixiéronle: 

—¿Y  cómo  será  que  todas  las  alkabilas  de  los  alárabes  le  ban  ad  ayudar,  y  si 
no  imos  nosotros  dirán  que  por  miedo  de  Mohámmed  no  imos? 

Dixoles  Aórua: 

—¡Ya  4  conpañas!  10  pues  q'esa  es  buesa  boluntad,  enforteged  primero  buestros 
castillos  para  que  pongáis  buestros  algos  n  y  mocheres  y  fichos. 

Dixo  el  recontador  u  que  dexaron  quien  enfortegiesen  sus  castillos,  y  tenían 
aquellas  Chentes  (fol.  5o  v.)  unos  castillos  muy  fuertes. 

La  hora  mandó  Áórua  dere^ar  «  las  armas  y  caballos,  y  caminaron  fasta  donde 
estaba  Málic,  y  la  hora  que  bió  Málic  á  Áórua  y*á  su  chente  alegróse  alegría 
grande  y  mandó  matar  mochas  bacas  y  mochas  biandas  de  todas  naturalezas  y 
monchos  bebraches  ^^,  y  comieron  y  bebieron  y  enbriáronse  '6  y  dixo  Málic. 

— ¡Y  Cílmo  que  hemos  de  consentir  á  Mohámmed  que  nos  estroiga  con  aquesta 
Chente! 

1    Después.— 2  Veinte.— 3  Al  momento.— 4  Oh.— 5  .Mahom.i.— <>  Señalado,  manifestado.— 7  Cam- 
peones, va-Iientes,  héroes.— 8  Aprestad.— 9  Hechicero,  encantador,  árabe  j^\i«v  ^íAre  encánte- 
lo Tropas.—ii  Elaadarí.  V.  nota  7  pág.  408.— 12  Daña.— 13  Bienes.— 14  Cronista.— 15  Bebidas.—  . 
16  Envalentonáronse,  embriagáronse. 


410  ^  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

La  hora  vino  Iblis  i*  con  un  albornoz  de  Noááma,  entocado  con  dos  tocas,  la 
una  amarilla  y  la  otra  bermecha,  á  caballo  en  un  caballo  que  subía  más  que  los 
•otros,  y  el  que  hablaba  llorando,  dixiertdo: 

— ¡Oh  Chentes!  dexad  los  plazeres  y  deleites  y  aparechaos  todos  á  las  armas^ 
porque  no  perdáis  la  honra  que  tenéis. 

Pue.  (fol.  5í  r.)  la  hora  que  oyeron  las  Chentes  su  dicho  de  Iblís,  maldígalo 
Alláh,  dixiéronlc: 

— ¿Y  de  dónde  abienes?  ¡ya  biecho! 

Díxoles: — Bengo  de  Maca.  ^ 

Dixiéronle:— ¿Y  qué  ha  fecho  Mohámmed  en  ella.^ 

Dixo:— Que  ha  entrado  en  ella  por  fuerza  de  armas:  por  Aleta  ua  Aláoza  2,  que 
ya  ha  quebrado  jas  ídolas  todas. 

Y  di  xé ron  le: 

— ¡Ya  biecho!  ^-y  qué  ha  fecho  con  la  ídola  Hábal.^ 

Dixo:— Que  ha  quebrado  sus  cuestas  3  y  sus  miembros  todos  y  Tha  echado  en 
la  tierra  esmenozada  y  pisada  con  sus  piedes,  y  coceado  y  echádola  en  la  tierra  de 
avíate  4  porque  la  fagan  polvos  los  grandes  y  los  chicos. 

Y  dixéronle: 

— ^Y  qué  ha  fecho  con  Af^afe  4  Knail? 

Y  eran  estos  un  hombre  y  una  mocher  que  hicieron  azzine^  en  la  casa  antiga 
y  tornólos  Alláh  piedra  chelada  6.  y  era  que  los  de  Koraix  que  adoraban  en  ellos 
sines  7  de  Alláh. 

Dixo: — (Fol.  5 1  v.)  Que  todo  lo  ha  fondido  entre  sus  piedes. 

Dixo  el  recontador  que  Málic  cridó  á  sus  conpañas  y  mandó  que  dere^asen  los 
caballos  y  asmas  (sic),  y  no  oyérades  sino  cridos  y  relinchos  de  caballos,  y  relon- 
brar  armas  y  langas  y  espadas  y  bacinetas  «. 

Y  maravillóse  Málic  del  gran  ruido  que  fizieron  las  chentes,  y  ellos  que  dezían: 
— Bamos  por  los  algos  de  Mohámmed  y  partirnos  los  hemos. 

Y  caminaron  los  de  Hanázim  y  los  de  Xákib  y  de  faga  d'ellos  iban  las  múche- 
res  y  las  criaturas  y  los  ganados  menores  y  mayores  y  sus  algos  todos.  Y  cuando 
relinchaban  los  de  Hanázim  y  los  de  Xákib  relinchaban  los  catibos,  y  lebantóse 
un  polbo  grande  que  parecía  una  nube.  Y  no  femaron  de  caminar  fasta  que  llega- 
ron al  rio  de  Táon  9  y  asentaron  las  Chentes  allí,  y  moraba  allí  en  aquel  baile  Do- 
raidi  ibno  Sábit  (fol.  52  r.),  un  descreyente.  Y  entró  una  mocher  de  laTueste  en  la 
casa  de  Doraidi  con  una  criatura  chica  en  sus  bracos  y  ella  llorando,  y  díxole 
Doraidi. 

— ¡Ya  mocher!  ¿k  dónde  vas? 

Dixo  la  mocher: 

— ^Y  no  beyes  esta  ueste?  , 

Y  levantóse  Doraidi  y  fuese  á  la  ueste  y  dixo: 

— ¡Ya  compañas!  ¿qué  es  que  beo  en  vosotros  ruido  grande  y  bramidos  y  relin- 
chos de  caballos? 

Dixiéronle:— ¡Ya  Doraidi!  ¿cómo  estás  tan  quedo?  que  estas  son  uestas  que  han 
asentado  aquí  para  guerrear  á  Moháihmed  ibno  Áabdi  Illáhi. 

I  Di Jblo.— 2  Alela  y  Aoza.  divinidades  paganas  anteislámicas,  con  artículo  Aláoza. — 3  Espal- 
das, cuerpo.— 4  A^fafe  linea,  banco;  pero  aquí  parece  indica  comarca  ó]persona  óidolo.  V.  nota4 
pág.  408.  Transcribimos  el  ^^  por  9  cursi  va.— 5  Fornicación,  *duIterio.— 6  Helada,  de  mármol.— 
7  Ka  menoscabo.— 8  Cascos. —9  Probablemente  el  ^'etra.  V.  nota     pág.  414. 


BIBLIOTECAS  Y    MLSEOS  ^  4I  1 

Dixo  Doraidí: — ¡Oh  tan  guay  de  mí,  dadmi  (sic)  mis  armas  y  mi  caballo. 

Y  irayéronle  su  caballo,  y  él  era  flaco  de  bista,  y  cabalgó  Doraidi  y  fuese  á  la 
uest  (sic)  de  Málic  ibno  Aofíy.  I^uando  lo  bió  Málíc,  arrancó  <  su  espada  de  go- 
yós  2  y  de  alegría  y  díxole  Doraidi: 

— |Ya  Málic!  ^-qué  uest  es  esta? 

Díxole  Málic: — La  ueste  que  yo  he  allegado  para  'guerrear  á  Mwhámmed  ibno 
Aábdillláhi. 

Y  dixo  Doraidi. 

— Yo  beo  (fol.  32  v.)  aquí  mocheres  y  criaturas  y  ganados  que  traes  en  tu 
ueste  ¡oh  que  mochor  3  sería  que  trayeses  feridores  de  lancas,  d'espadas  y  de  sae- 
tas! y  esto  fuera  más  amado  á  mí  ¡ya  Málic!  porque  sí  la  buelta  es  contraria  serán 
los  algos  para  Mohámmed  ganancia  y  para  su  a<;qihaba  4. 

Dixo  Málic: — ¡Por  Aleta  ua  Alanza,  que  cuando  encontraremos  á  Mohámmed 
con  nuestras  uestes  de  caballo  y  de  á  pied,  y  berán  nuestras  mocheres  y  nuestros 
algos,  entristecerse  han  y  berán  los  muertos  en  el  suelo,  y  será  abatimiento  para 
Mohámmed! 

Dixo  Doraidi:— ¡Por  Alela  ua  Aláoza!  los  ganados  que  andan  por  los  montes  son 
más  cuerdos  que  tú,  y  los  camellos  que  andan  con  los  ganados  tienen  más  seso 
que  no  tú.  ¿\  con  eso  bienes  á  guerrear  á  Mohámmed,  con  mocheres  y  criaturas.'^ 

Pues  ya  estaba  asentada  y  reposada  (fol.  53  r.)  la  ueste  de  Málx  en  el  rio  de 
Táon  5,  y  el  Annabí  Mohámmed  ,iju^  no  lo  sabía.  Pues  la  hora  vino  un  alárabe  al 
Annabí  .Mohámmed  f,juc  á  caballo  en  un  caballo  y  llegó  á  Maca  y  escabalgó  del 
caballo  y  rendólo  6  y  fuese  al  Annabí  ^tjuff  y  díxole:  aggálamu  áaláicum,  ya  ragulo 
Alláh  7.' 

Dixo  el  Annabí  Mohámmed  fju>c:  el  a^^alam  ^  sea  sobre  los  que  siguen  la  guía 
y  han  miedo  y  temen  la  mala  por  ^aga.  9 

Y  dixo  el  alárab: 

— ¡Ya  Mohámmed!  yo  te  vengo  ad  abisar  y  á  desengañarte:  re<jíbelo  de  mí. 

Dixo  Rasulo  Allah  lo: 

—Y  ¿qué  es  tu  desengaño.^  ¡ya  alárab! 

Dixo  el  alárab: 

— S'a  Mohámmed,  cat*aquí  los  de  Málic  y  los  de  Hanázim,  y  los  de  Xábik:  se 
han  ach untado  en  el  rio  de  Táon  5  con  trenta  mil  de  acallo  (sic)  y  de  á  pied,  y  han 
churado  y  prometido  en  destroirte  en  Maca,  d'aquí  que  tornes-  la  ídola  Habal  en 
su  logar.  ' 

Dixo  Rasulo  Allah:  10 

— Y  ¿Fvuando  será  aquello?  ¡ya  alárab!  que  yo  tengo  señor  que  (fol.  53  v.)  sabe 
lo  secreto,  digo,  los  secretos  todos. 

Dixo  el  alárab: 

—Ya  Mohámmed,  cátame  aquí  delante  de  tus  manos,  y  si  miento  córtame  la 
cabera,  y  si  digo  berdad  ya  he  de  la  onra  d'este  mundo. 

Dixo  que  la  ora  que  razonaba  el  Annabí  con  éi,-  bcos  que  defendió  Chibril  " 
jtlc  12  y  díxole: 

I    Desenvainó. — 2  Gozoso,  gozo. — 3  Mejor. — ^4  Amigos,  compañeros,  séquito.— 5  Acaso  el  río 

(^ef'-a.  y.  nota  2  pág.  414.— ó  Atólo  por  las  riendas. — 7  La  paz  sea  con  vos  ¡oh  enviado  de  *AláI — 

8  La  paz.— o  Miran  atrás.— 10  Enviado  de  Dios,  Mahoma.— 11  El  Arcángel  San  Gabriel.— 12  Ji. 

abreviatura  de  la  frase  piadosa  ^^l^w^JI  9-jS^    aláihi   e^^alim,  tenga  paz,  se  le  saluda,   que 

•Gaspari  indica  ^. 


412  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

— ¡Ya  Mohámmed!  tu  señor  te  dá  el  a^^alam  »  y  te  dize  que  dize  berdad  el  alá- 
rab  y  Allah  te  manda  sallir  á  ellos. 

La  hora  saltó  el  Annabí  Ut  2  con  una  conpaña  de  su  a^^ihabas  y  lomó  una 
seña  3  de  la  billa  de  Maca  y  gritó  y  dixo: 

—¿A  dónde  está  Annás  ibno  Málic?  ^-á  dónde  está  filman  altcre^^iy?  á  dónde 
está  Qohaib?  á  dónde  está  Bilál  ibno  Jamám? 

Y  respondiéronle  todos: 

— ¿Qué  le  plaze?  ¡ya  Ráculo  Allah!  4 

Dixo  á  ellos  el  Annabí  Ac.  2 

— Sallid  ¡apiádebos  Alláh!  por  los  barrios  de  Maca  y  dezid:  en  dónde  son  los  de 
elmohachirina  5  y  de  alanzar?  Responded  á  buesiro  Annabí  Jlt  2,  á  un  fecho 
(fol.  54  r.)  que  le  ha  benido  de  parles  de  Alláh  taáála  ^ 

Y  cridaron  los  almuédanes  y  binieron  las  Chentes  de  todas  partes  y  achonia- 
ronse  lodos,  y  la  hora  subió  el  Annabí  sobre  un  puyo  7  alto  de  la  tierra  y  fizo  al- 
jótba  ^  cumplida  y  loó  á  Alláh  loamicnio,  y  después  dixo: 

— ¡Ya  Chentes!  ráhimacúmu  Alláh  9:  estos  son  los  de  Hanázim  y  los  de  Xákib, 
que  ya  me  ha  fecho  á  saber  Alláh,  mi  Señor,  cómo  se  han  achuntado  con  trema  mil 
de  acaballo  y  de  apied  en  el  rio  de  Táon  »o,  y  AUáh  me  manda  sallir  á  ellos,  que 
han  churado  de  destroir  á  Maca:  pues  que  dezis  bosoiros  ¡ráhimacúmu  Alláh!  9. 

Dixeron  los  moslimes. 

—Nuestro  consecho  es  el  luyo,  y  nuestro  querer  es  obedecer  á  Alláh  y  después 
á  tú  ¡ya  rasulo  Alláh!  »'. 

Y  dióles  gualardon  por  ello  y  prometióles  seguraní^a  y  mucho  bien.  Después 
mandó  el  Annabí  ^JLo  »2  que  se  aparexasen  para  caminar  (fol.  64  v.)  y  después 
cridó  Alí  ibno  abi  Tálib  y  dixo. 

— ¡Ya  Chentes!  quien  esté  de  vosotros  enfermo  ó  ferido  deténgase  de  sallir  á  esta 
batalla,  que  su  fecho  será  grande. 

Y  respondióle  un  caballero,  que  su  nombre  era  Ibno  Qofián,  y  díxole. 

—¡Ya  Alí!  ^Cómo  quieres  menospreciar  á  los  barraganes  y  abatirnos  y  menos- 
preciarnos? 

Y  ensañóse  Alí  de  la  respuesta  de  Ibno  Abí  Sofián  y  arrancó  su  espada  AH,  y 
arrancó  la  suva  Ibno  Abí  ^ofián,  y  fuéronse  ell  13  uno  cuentra  ell  otro,  y  entró  el 
Annabí  Jix.  enir'ellos  y  puso  su  mano  derecha  sobre  la  espada  de  Alí,  y  la  iz- 
quierda sobre  la  espada  de  Qofián,  y  fizólos  abracar  ad  ambos  u,  y  obedecieron  su 
mandado.  Y  la  hora  sallió  el  Annabí  JL.  de  Maca  y  caminó  con  doze  mil  de  sus 
conpañas  i^  y  la  hora  mandó  traer  una  seña  y  dióla  ad  Alhabá^  ibno  Berdé^i,  y 
tomóla  en  su  mano  y  él  dixiendo  sus  axiares  16  (fol.  55  r.).  Aprés  mandó  con  otra 
seña  y  dióla  á  su  ámi  »7  Alhabás  ibno  Abdelmocálib;  y  lomóla  y  canino  con  ella 
y  asentóse  en  su  lugar.  Aprés  tomó  otra  seña  y  dióla  ad  Abú  Aobáid  ibno  Alcha- 
rráj,  y  después  tomó  otra  seña  y  dióla  á  (Jimac  ibno  Áauxiyo,  y  mandó  con  otra 
seña  y  dióla  ad  Azobair  ibno  Alaáuámi,  y  demandó  con  otra  seña  y  dióla  á  Aabdo 
Arrahmano  ibno  Aúñy  y  demandó  con  otra  seña  dezena  y  dióla  ad  Abubacri 

I  £1  saludo.— 2  V.  nota  I2pág4ii.— 3  Bandera.— 4  V^  noia  lopág.  411.— 5  Emigrados  con  Ma- 
homa  y  auxiliares  de  Mahoma.— 6  Ensalzado  sea.— 7  Otcrito.— 8  Sermón.— 9  Dios  se  apiada  de 
vosotros  íJÜl  ^\»'>'j.— 10  Quizás  el  ^efra.  V.  nota  2  pág.  414.— 11  \L'|  Jy^j  U  Oh  enviado  de 
Dios.— 12  V.  nota  3  pág.  408.— 13  I.a  palatinacióa  de  la  ele  del  artículo  es  frecuentísima  en  alja- 
mia, especialmente  en  mmss.  más  antiguos  que  éste.— 14  Acaso  á  dambos.—i5  Tropas.— 16  Ver- 
808.~I7  Tío. 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS  4l3 

íííídik.  Aprés  demandó  con  dos  señas  y  diólas  á  Aali  ibno  Abi  Tálib,  y  caminó 
con  ellas  y  caminaron  con  el  ios  de  Bani  Háxim.  I.a  hora  tomi)  Aunarí  ibno  Tsábit 
con  el  cabestro  de  la  camella  del  Annabí  ^Jlc  '  y  mandó  al  Annabí  ,JLtf  »  á  su  Áámi 
Alhabá^  que  caminase  y  guiase  por  el  camino  de  Alchaldáni.  Y  enaquel  rio  había 
un  árbol  moy  grande,  y  era  que  ios  de  Koráix  engrandecían  ad  aquel  árbol  y  de- 
golla  (fol.  55  V.)  ban  poi*  él  muchas  carnes?  2  en  sacrefi^io,  de  sus  ganados.  Y 
cuando  binieron,  al  pasar  por  allí  acachdaron  3  á  él  una  partida  4  de  los  de  ICoráix. 
.  La  horadixo  Annabí  Mohámmed  ,JL^  1— ¡(Jobhána  Alláh!  ^  descreyenca  después 
de  la  creyenca!  y  no  sois  contentos  que  cuando  ibais  á  la  guerra  lebábades  delante 
ad  Aleta  ua  Aláoza  ^  y  á.  Goráin  7  á  la  batalla  con  Alláh  y  su  mexachero  8  y  con 
perdonan^a  de  ibantacha9  grande? 

A  la  hora  dixiéronle: 

— ¡Ya  Rasúlo  Alláh!  demanda  perdón  á  Alláh  por  nosotros  de  nuestro  pecado, 
que  ya  sabes  que  ha  pocos  días  que  estamos  en  la  creyenca  y  en  ell  Islam. 

Y  caminó  el  Annabí  ^«jlo  uX^.?=^^  »o  con  sus  compañas;  beos  que  los  caballeros 
refusaban  á  (jaga  y  achuntábmse  unos  con  otros,  y  cridó  el  Annabí  >ju^  v>.4.^\^io 
y  dixo: 

— ^-Y  que  es  aqueso  que  refusáis?  ¡apiádeos  Alláh! 

Dixéronle. 

—¡Ya  (fol.  56  r.)  Mexachero  ^  de  Alláh!  ^-ves  "  un  culebro  grande  que  abarca 
con  todo  el  baile? 

Dixo  el  Annabí  («ju^  A.*.^^^.  'o 

— Dadme  á  mí  lugar  fasta  que  lo  beya  de  todo  en  todo. 

La  hora  que  lo  bió  el  Annabí  ^,jua  asentóse  sobre  su  coda  12  y  cridó  y  dixo; 

— A^^alámu  áaláicum  «3  ¡ya  ráculo  Alláh! 

Respondió  el  Annabí  ^»ju^  y  dixo. 

— El  a^^alám  m  sobre  los  que  siguen  la  guía  y  temen  la  mala  por  ^aga. 

— Dime  ¡ya  culebro!  ¿eres  tú  de  los  alchines  »5  0  eres  de  los  animales? 

Dixo. 

— Sov  de  los  alchines  »5  ¡ya  ráculo  Alláh!  Y  yo  soy  de  los  que  creen  con  tí  fasta 
el  dia  choiy'io.  ¡Ya  ráculo  Alláh!  he  benido  ad  ayodarte  yo,  una  compaña  »6  con 
doze  mil  de  los  alchines. 

Y  dixo  el  Annabi  ^. 

—Y  bolbime  y  oí  que  leían  el  Alkorán  que  guía  y  adereca. 

Y  dixo  el  Annabí  ,#jutf  ,X«»3A^.  10 

—¿Y  en  dónde  están  esas  tus  compañas? 

Dize  que  a^eñó  ^7  enta  '^^  un  barranco  adelante. 

Y  bolbióse  el  Annabí  (fol.  56  v.)  ^  enta  »8  sus  conpañas  y  díxoles. 
—¿Habéis  bisto  alguna  cosa,  apiádeos  Alláh? 

Dixieron. 

—Si  hemos  bisto  ¡ya  rasúlo  Alláh!  como  un  fumo  berde. 

Dixo  el  Annabí  ^,jua. 

1  V.  noia  12  pág.  411.— 2  Difícil  lectura  por  polilla.— 3  Adoraron  prosternándose— 4  Algunos. 
5  íJLÍI  Jo*3^ jyww  loor  á  Dios.— 6  Divinidades  paganas  de  Meca.— 7  Agoraiz?— S  Mensajero,  profe- 
-ta.— 9  Ventaja.— 10  Mahoma  ^X•^5C^^  sin  vocales.— 11  Dudoso;  solamente  queda  un  socún  o  de 
la  última  letra  de  la  palabra,  toda  comida  por  la  polilla.— 12  Cola.— 13  La  paz  sea  con  vos,  oh 
enviado  de  Alá:  >JLjI  Jy^j  U  («-VJ^  ^'%^\,—i4  La  paz.— 15  Genio».— r6  Ejército.— 17  Se- 
ñaló con  la  mano.— 18  Hacia. 


414  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

—Apartaos  del  camino  de  los  mo^^lines  ¡ya  alchines!  > 

Y  desbiáronse,  _\  U  hora  caminaron:  beos  que  los  descreyentes  se  mudaron  al 
rio  de  Táon  y  asentaron  en  Badri-Jonáin.  2  y  la  hora  llamó  Málic  á  una  compana 
de  los  suyos  y  mandóla  que  corriesen  sobre  los  de  Mohámmed.  Y  ansí  binieron 
sobr'ellos  que  pare<^¡an  como  que  ellos  fuesen  una  parbada  de  ganado.  Y  cuando 
bieron  la  hueste  del  Annabi  ^jlo,  bolbícronse  enta  su  ueste  y  dixeron  á  la  otra 
/Chente. 

— |Ya  tan  uay  de  bosolros!  ¡por  .Aleta  ua  Aláóza!  que  .Mohámmed  biene  á  bos- 
otros  con  su  ueste  de  á  pied  y  de  á  caballo.  ^ 

Y  la  hora  que  lo  oyeron,  cayó  la  grita  entr'ellos  todos,  y  fué  que  un  honbre 
había  entrado  a  la  uest  (fol.  57  r.)  de  Mohámmed  ^tJL*a  y  bió  á  3  Mohámmed 
qué  algo  3  con  su  mano.  Y  mandó  abaxar  al  .Annabi  ^juc  á  sus  Chentes,  y 
la  hora  que  bió  aquello  .Málic  díxoles  á  sus  Chentes. 

.— ^Y  de  qué  es  aquese  espanto  y  miedo  que  habéis  lomado.'* 

Dixiéronle.        •        .  ' 

— ¡Ya  Málic!  Por  miedo  de  los  de  Mohámmed,  porque  ¡por  Aleta  ua  .Aláó?a!  si 
llega  á  nos,  no  quedará  de  nosotros  chico  ni  grande. 

La  hora  llamó  Málic  á  un  esclabo  negro  que  tenía,  muy  sabio  y  entendido' y 
agudo,  y  díxole  (67  r.  1.  9): 

— ¡Ya  mani^ebo!  anda,  ven  conmigo  y  subiremos  engima  de  aquel  cabe^^o  alto.- 

Y  subieron  y  díxole  Málic. 

—¡Ya  mani^ebo!  mira  aquella  ueste,  y  mira  que  vees  en  ellos. 

Y  miró,  y  dixo. 

— Yo  beo  un  hombre  ancho  de  frente  y  en  su  mano  una  seña  amarilla.     ' 

Dixo  Málic. 

— Conó^eslo.'* 

Dixo. 

— Nu  (sic).  4 

I  ¡Oh  genios!— 2  TáoQ  quizá  sea  el  rio  Sefra.  En  el  diccionario  geof^raíico  Jud^.*j)  almorá- 
gid,  editado  por  Juinboll,  tomo  I,  pág.  133,  se  lee: 

Badr  con  fatja.  luego  socún,  tiene  agua  famosa  entre  Meca  y  Medina,  abajo  del  rio  (^efra 
(amarillo)  entre  ¿1  y  el-Char:  desemboca  en  el  mar.  Una  noche,  junto  á  él.  ocurrió  la  batalla 
célebre  entre  el  Profeta,  bendígale  Alá  y  salve,  y  los  habitantes  de  Meca. 

Concuerda  ó  concierta  con  este  pasaje  de  el  Morái;id  otro  del  m¡smo  que  se  halla  en  el  t.  II, 
pág.  ifio: 

El  Sefra,  en  femenino  Vadi-f^^tfra,  cerca  de  Medina,  es  un  río  grande;  la  palmera  y  campos 
cultivados  (trigales)  abundan  en  el  camino  del  peregrino  á  la  Meca:  entre  el  rio  y  Badri  hay  una 
jornada:  sus  aguas  son  todas  de  fuentes  y  corren  hacia  Yanbaá  y  Rádúa  (montaña)  por  el  Oc- 
cidente.—3  Dudoso  por  la  polilla.-  -4  Hay  muchos  casos  en  aljamia  que  acreditan  que  nuestros 
moriscos  expresaban  la  o  por  o  y  u,  mas  determinar  cuando  Ki  vocal  damma  tepga  que  trans> 
cribirse  por  o  ó  1/,  es  difícil. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  4I  3- 

Dixo. 

—•Aquel  es  Alhabás  ibno  Berdés  a^olaimiyo. 

Dixo. 

—Más  be(o):  un  honbre  con  una  seña  negra  y  sus  ropas  negras. 

Dixo  Málic 

—Aquel  es  Alabas  >  ibno  Abdo  Elmotálib. 

Y  dixo. 

—Más  veo:  un  hombre  con  una  (fol.  57  v.)  seña  amarilla  y  ias  ropas  2  berme-^ 
chas  de  todos  ellos. 

Dixo  Málic. 

—Aquel  es  Akraim?  ibno  Hárbiz. 

Dixo. 

— Más  beo:  un  caballero  y  sobr'él  ropas  blancas  y  la  seña  blanca. 

Dixo. 

—Aquel  es  Áabdo  Alláhi  ibno  Rabílala. 

Dixo. 

— Más  beo:  un  caballero  con  una  seña  blanca  y  cárdena  y  las  ropas  cárdenas 
y  ias  tocas  cárdenas. 

Dixo  Málic: 

—Aquel  es  Almikded  ibno  Alazuad  Alcandí.  3 

Dixo. 

—Más  beo:  un  caballero  largo  y  de  gran  forma,  ancho  de  hombros,  grueso  de- 
muslos, una  begada  ba  á  mano  derecha,  y  otra  bez  á  mano  izquierda,  y  en  su 
mano  dos  señas. 

Dixo  Málic. 

—Ese  caballero  es  Alí  ibno  Abi  Talib. 

Dixo. 

—Más  beo:  en  el  cora9ón  de  la  ueste  un  caballero  ni  largo  ni  corto,  blanco,  y 
sus  pelos  que  relumbran  como  el  sol  y  mirándole  á  él  las  uestes  todas. 
.  Dixo  Málic. 

—Aquel  es  xMohámmed  ibno  Aabdi  Ilíahi  el  derribador  mayor,  el  destroidor  de 
buenos  barraganes  (fol.  58  r.)  el  Annabí  d'esta  Chente?  2 

Dixo. 

— Bámonos  á  nuestra  ueste,  que  ya  sabemos  su  contó. 

Y  tornóse  á  Doraidi,  á  su  conpaña  y  díxoles  Málic: 

— ¡Ya  Chentes!  no  les  hayanes  (sic)  miedo,  que  aqueste  es  Mohámmed  ibno 
Aabdi  Illahí,  que  biene  á  bosotros  con  doze  mil  de  á  caballo,  y  bosotros  soy  ye- 
renta  (sic)  4  mil;  no  seréis  ben9Ídos  los  muchos  de  los  pocos. 

Dixo  el  ordenador  de  las  historias  que  se  asentaron  las  uestes  cara  con  cara  y 
ordenaron  sus  hazes  y  arreáronse  con  'sus  armas  y  enfestillaron  5  sus  bistas  los 
unos  y  los  otros,  y  enderezaron  las  riendas  de  los  caballos,  y  tendieron  sus  langas, 
y  aparecharonse  para  pelear,  y  abanzabanse  los  honrados  y  abatianse  los  abílta- 

I  El  c  de  ^j^Lac  lo  truecan  en  ^  y  lo  suprimen;  hasta  tal  punto  olvidaron  su  gramática  los 
moriscos.— 2  Dudoso  por  la  poIilIa..-3  Sobre  este  Almikded  heroico  publicará  el  Sr.  Paño  un 
interesante  y  erudito  trabajo  en  el  Homenaje  á  D.  Francisco  Codera.— 4  En  este  7  otros  casos 
los  puntos  diacríticos  quedaron  abajo  en  vez  de  arriba,  haciendo  ya  lo  que  ^ebió  de  ser  ta  y  al 
contrario.— 5  Entornaron,  dirigieron  la  mirada. 

3.*  ¿POCA.^TOMO  VIII.  3o 


41 6  REVISTA  DE   ARCHIVOS  ' 

dos  »  y  demostraban  los  barraganes  «  y  los  caballeros  uabados  3,  y  encendióse 
el  sol  con  su  calor  grande,  y  encendióse  el  ruido  entre  las.  uestes  qjue  s'estorde- 
^ieron  los  caballeros  (fol.  58  v.)  y  los  peones  del  tras  trueso?  4,  y  de  sus  polbare- 
das  recias,  y  de  los  chentidos  grandes,  que  no  se  pare9ía  de  las  polbaredas  grandes, 

En  aquella  hora  cridó  el  biecho  ^  el  Eblís  laánaho  Alláh  ^  y  dixo. 

— Muerto  es  Mohámmed  ibno  Áabdi  Illahi. 

Y  cayó  aquello  en  los  corazones  y  en  los  oidos  de  los  moslimes,  y  tomaron 
-espárttogránde,  y  en'aqueWa  hora  bort)iéronfuyendo,. fasta  que  no  quedó  delante 
del-  Annabí  Mohámmed  ^,juo  sino  diez  de  la  9ihaba  7.  •       .  > 

Dixo  ibno  Alabas  ¡sobhána  Alláhl  ¡por  Alláh!  ^  non  cabi  mayor  barraganiaq*el 
Annabí  Jlt:  en  aquel  dia  se  tiró  la  toca  de  su  cabera  y  cargó  sobr'ellos,  y  iban 
fuyendo  los  descreyentes  delante  d*él,  fasta  que  los  lan^ó  en  Honáin  alto  en  la 
montaña  y  caían  las  4;abe9as  delante  d'él  como  el  perdisco  del  Qieló.  Después  tornó 
á  su  a9ihab  7  y  no  falló  sino  die9  y  dixo  ada  Alhabás. 

— Puya  9.á  la  montaña  y  llama  á  los  moslimes. 

Dixo  Alhabás. 

—jYa- -ficho  de  mi*  ami!  «o  V  á  dó  llegará  mi  bo9,  que  las  Chentes  han  fuíd* 
(fo!.  5g  r.)  por  los  bailes  y  los  barrancos? 

Dixo  el  Annabí  ,JLc.. 

—Llámalos  |ya  ami!  que  Alláh  rebolará  tu  boz. 

Y  subió  Alabas  á  la  montaña  y  cridó  y  dixo. 

— ^A  dónde  fuís;  ya  Iqs  del  a99ihaba  7  de  Mohámmed!  |Gatadaquí  á  buestro  An- 
nabí bibo'y  no  fnuerto;  tornad,  tornad  á  la  batalla  y  apiadarbos  ha  Alláh! 

Y  oyeron  la  boz  de  Alabas  los  moslimes  y  tornáronse  al  Annabí  ,Jix..  y  dixé-  < 
ronle. 

— ¡Ya  rasulo  Alláh!  ruega  á  Alláh  por  nosotros,  por  este  pecado,  q*el  Axxai^ 
tan  II  dio  crido  en  nosotros  y  fuemos  espantados. 

Y  rogó  el  Annabí  ^jí*o  por  ellos  y  después  demandó  el  Annabí  (*ju^  por  Alí 
.  ibno  Abi  Tálib  y  dixo. 

— iQobhana  Alláh!  y. yendo  está  Alí,  radia  Alláho  12  ánho  q'él  no  sería  ben9Ído, 
y  ya  A41áh  es^  el  sabidor  d*ello  y  de  toda  cosa. 

La  hora  de9endió  Chibrilyju^  y  dixo. 

—¡Ya  ra(;ulo  Alláh!  que  Alláh  te  manda  que  subas  á  lo  alto  de  la  montaña  y 
qne  mires  al  ficho  de  tu  ánü  Alí  ibno  Abi  Tálib.  . 

Dize  que  subió  el  Annabí  ^tju^  y  miró  y  biólo  que  peleaba  con  los  descreyentes 
á  man  derecha  y  á  man  Í9quierda;  c^ue  los  llebaba  como  el  (fol.  Sg  v.)  alano  á  los   ' 
corderos,  cuándo  á  man  derecha,  cuándo  á  man  Í9quierda. 

Y  dixole  Chibril: 

— ¡Ya  Mohámmed!  los  almalaques  13  en  los  9Íelos  se  marabillan  de  Alí. 

Y  siguióle  el  Annabí  ^tsuo,  y  fallóle  todo  una  mar  de  sangre,  y  miró  en  ala,  y  * 
fallóle  setenta  feridas.  Y  tomó  el  Annabí  ^tjuc  un  baxxillo  '4  con  agua  y  pasó  su 
mano,  la  bendita,  por  las  feridas  y  luego  fueron  sanas,  con  Ii9en9ia  de  Alláh  y  con 
su  gra9ia. 

I    Miserable*.— 2   Valieates.— 3    A 'abados.— 4   Polilla.— 5   Mal  escrito,  viejo.— 6   El  diablo 
xJbl  nJLsJ  maldígalo  Dios.— 7  Acompañamiento  de  Mahoma,  séq^iito.-^  Gloria  á  Dios,  juro  i 
Dios  (^e...— 9  Sube.^io  Oh  primo  mío.— 11  Satanás.— 12  sJLc  9JÍI     ^.  que  Dios  se  apiade  de    . 
•¿1.— 13  Ángeles.— 14  Vasillo.'  .,:..,_ 


BIBLIOTECAS  Y.-MUSEOS  'vf  {,7 

Dize  qile  después  que  salUó  denir'ellos  un  caballero  'que  sju  nonvbre  era,  D'elhi- 
mar  I  y  era  bátal  2,  grande  y  fuerte,  y  paróse  én  medio  los  dos  campos  conro 
c|üe  fuese  una  ñera  braba,  y  demandó  canpo,  y  dezía  sus  axxtáres  3.  Y  salióle  un 
moslim  que  se  llamaba  Záidi  ibno  Ómar  y  cometió  cada  uno  d'elios  contra  su 
conpañero.  Y  encontráronse  con  dos  feridas,  y  abantóse  Do  el  Himar  »  con  una 
'ferida  qué  Techó  en  la  tierra  muerto.  Y  acoitó  4  Alláh  con  su  arroh  al  alchanna  V 
y  después  paróse  enti*e  los  dos  campos  y  dixo: 

(Fol.  60  r.)— Hay  quien  me  salga  á  mí? 

Y  no  respondió  ninguno.  La  hora  dixo  Dolhimar.  > 

-•   — ¡Yá  Mohámmed!  En  dónde  sos  (sic)  tus  caballeros  y  tus  barraganes  y  tus 
nénbrados.  In  dó  es  el  león  uabado  Al!  ibno  Abi  Tálib. 

Y  dixo  el  Annabí  j^ml*oi 

'  — jYa  Ali!  Amas  salllr  á  este  caballero? 

Dixo. — Sí  ¡ya  ra^utc^  Alláh!  ^ 
■      Y  sallió  á  élAlí  dixiendo. 

—Señor,  yo  me  defiendo  de  la  descreyen^a  con  tu  nonbre  y  tu  .potestad,  y  de 
haber  temor  y  espanto,  antes  d'encontrar  con  los  b^itales  7. 

Y  cuando  lo  bió  Dolhimar  »  CQnó9Íólo  y  díxole. 

—¡Ya  Alí!  ya  ha  corrido  tu  corazón  en  colpear  y  ferir  en  tantas  «  batallas  has^ 
saludó  ben^edorj  y  agora  es  ensañado  tu  cora9on  en  guerrear  con  mí,  y  elco«rá<^ón 
de  Mohámmed  \L  I  Oyx.  ^  I  9;  pues  tira  de  tí  la  feoza  ><>,  que  no  has  peleado,  con 
caballero  semechante  del  qu'está  delante  de  tí. 

Y  la  hora  cometió  cada  uno  cuentra  el  otro  y  guerrearon  largamente  y  mira»» 
banlos  dos  xér^itos  á  ellos.  Beos  (fol.  60  v.)  que  se  lebantó  Alí  con  una  ferida  " 
que  le.partiópoT  medio  dos  partes  y  carpió  12  el  caballero  y  el  caballo;  y  entró 
la*spada  en  la  tierra  entramiento  re^io  y  acostólo  13  Alláh  con  su  arróh  m  á  cha- 
hán-nam  i5,  y  dixo  Alí: 

— Alláho  ácbaro  »6. 

Y  aseño  '7  á  los  moslimes,  y  dixeron  todos:— Alláho  ácb'aro. 

Y  siguieron  á  Alí  contra  los  descreyentes  y  bolbieron  fuyendo  y  partiéronlos 
partes  y  mataron  en  el  rio  de  Táon  muchos  jálecados  ^^  y  catibamos"  muchos*  Y 
las  atacbiras  »9  dé  Ips  almalaques  »  que  era  marabilla  de  oir.— Y  tomó  Alabas  un 
tocado  de  adibach  21  berde  y  dixo  Alabas:  «¡por  Alláh!  que  pensé  qu'era  cualque 
donzella^  y  yo  la  lebaba  para  presentarla  al  Annabí  ^.ju^.Beos  que  llegó  á  mi  un. 
caballero  de  los  moslimes  y  díxome:» 

—¡Ya  Alabas!  <que  toca  es  esa? 

Díxole. 

— Yo  coido  22  q'es  alguna  alcharía  23. 

Y  díxole. 

—Mal  coidar  24  tienes  ¡ya  Alabas! 

I  Dulhimar,  nombre  propio,  dueño  del  burro.— 2  Héroe,  doncel,  Tirgeñ?— 3  Versos.— 4  Aco- 
gió, lanzó.— 5  Paraíso,  gloria.— 6  Oh  enviado  de  Alá.— 7  Héroes.— 8  Cuantas.— 9  Ibno  Aábdi 
illahi,  Mahoma,  hijode  Abdala.— 10  Feuza,  fe,confíanza.— 11  Mandoble.— 12  Aniquiló.— 13  Lan- 
zólo.-14  íispíritu.—iS  ^JL^  infierno,  pjn"''5  ¿fue //innón,  valle  de  Hinnón.^i6-fc.<  I  zsJUI 
Dios  es  el  más  grande.— 17  Hizo  señas  con  la  bandera.  — 18  Criaturas.— 19  £1  acto  de  decir 
jjJ  \  y^  ski]  Alláho  hita  ácbaro.  Dios  es  el  más  grande.— áo  Aogcles.— 31  ,«.Laj«í>  tela  de  seda 
con  dibujos.— 22  Pienso.— 33  Muchacha.— 24  Pensar.  ■  .    •■    ^'      • . 


41 S  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

^Y  si  por  bentura  es  Iblis  el  axxaitán  malo  y  biene  ia^scuridad  con  su  negror 
•de  la  noche  y  puédese  soltar  y  fazer  mal  ad  alguno  de  los  moslímes? 

La  hora  fizólo  escobrir.  Beos  que  era  Doraidi  el  maláon  ',  y  este  Doraidi  era 
•enemigo  de  Mohámmed  ^x*a  y  dixo  Alabas: 

—Y  tu  eres  Doraidi?  ¡ya  enemigo  de  Alláh  y  enemigo  de  in  arra^úl!  2 

Y  raneó  la*spada  Alabas  y  fírió  á  Doraidi,  y  estaba  muy  armado,  y  no  fíríó  en 
él  la'spada  cosa  ninguna;  y  quitóle  la  fíbilla  de  la  ba9ineta  3  Alabas  y  cortóle  la 
<:abe9a  y  llebóla  al  Annabí  ^^x^  y  dixole: 

—¡Ya  ra9ulo  Alláh!  2  cata  aquí  la  cabera  de  Doraidi  el  maláon.  ' 

Y  alegróse  el  Annabí  >ju^  alegría  grande  y  mandó  llegar  todos  los  algos  y  los 
ganados  y  los  camellos,  y  dio  á  los  capitanes  cada  ^ien  camellos,  y  dio  á  los  mos- 
límes sus  partes  (fol.  61  v.)  y  dióle  ad  Axaye  dos  doncellas. 

Y  fuese  el  Annabí  ^^x^  á  TAlmedina  4  muy  alegre,  gozoso,  ganan9Íoso,  ben- 
9edor  de  los  descreyentes,  poblador  del  Alislám  5. 

Aquí  se  acaba  la  conquista  del  Annabí  Mohámmed  %ju^  con  Málic  íbno  Áofíy 
en  Anthariyo  con  la  bendición  de  «JjI  6  señor  de  toda  cosa. 

Para  que  este  trabajo  estuviera  completo  hacía  falta  determinar  el  original 
Irabe  del  cual  el  morisco  trasladó  al  español;  reconstituir  los  personajes  y  sus 
l)iografías;  relacionar  este  códice  con  otros;  fijar  el  tiempo  de  su  lenguaje  y 
aprovechar  algunas  formas  para  la  filología  romance,  cosas  que  dejo  para  amigos 
más  ilustrados  en  estas  materias. 

Dr.  Menbu. 


II 
JLCXAS 

DE  LA  LICENCIATURA  EN  LA  FACULTAD  DE  LeYES  DE  D.  FRANCISCO  RaMOS 

DEL  Manzano,  primer  Conde  de  Francos.  ^ 


Publicación  para  licenciado  en  leyes  de  Francisco  Ramos,  natural  de  Albitigudino 

diócesis  de  Salamanca. 

En  Salamanca  miércoles  á  veinte  y  nueve  de  Mayo  de  mili  y  seiscientos  y  vein- 
te y  quatro  años  á  las  siete  para  las  ocho  de  la  mañana  estando  leyendo  de  prima 
de  Cañones  el  Doctor  Julio  de  Valboa  y  Licenciado  Don  Pedro  de  Villafranca  y  de 
Leyes  el  Dr.  D.  Pedro  de  Vega  y  Licenciado  Dionisio  de  Arias  yo  el  presente  se- 

I  ^.tftjtL*  maldito.— 2  Profeta.->3  Casco.— 4  Medina,  ciudad  de  Mahoma.— 5  Islamismo.— 
6  Alláh,  Dios.— 7  Ua^álla  Alláh  dala  qiydina  Mohámmad  elquerim  uagállama.  Y  bendiga  Dios 
á  nuestro  Señor  Mahoma  el  generoso,  y  salve. 

8  Este  documento  interesantísimo  por  el  personaje  ilustre  á  quien  se  refiere  y  por  mostrar  ai 
vivo  las  costumbres  y  solemnidades  académicas  de  las  Universidades  españolas  en  el  siglo  xvii, 
<ontiénese  en  los  folios  171  y  172  del  libro  de  Registros  de  grados  académicos  de  la  Universidad 
4e  Salamanca,  correspondiente  á  los  años  comprendidos  entre  Junio  de  i6i5  y  Mayo  de  1627. 
Hállase  este  curioso  libro  de  grados  asi  como  los  correspondientes  á  los  restantes  años  del 
siglo  XVII  y  casi  todo  el  xvi  en  el  Archivo  Histórico  de  la  mencionada  Universidad. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  4!^ 

cretario  por  mandado  de  el  Sr.  D.  Francisco  Arias  Maldonado  Maestrescuela  y 
Cancelario  de  la  Universidad  publiqué  para  licenciado  en  leyes  al  dicho  Bachiller 
P'rancisco  Ramos  con  termino  de  tres  dias  naturales  que  los  que  quisieren  ser  pre- 
feridos parezcan  dentro  de  ellos  que  se  les  guardará  su  justicia  testigos  los  dichos 
lectores  y  sus  oyentes  é  yo  el  presente  secretario  que  de  ello  doy  fe.  Ante  mi.  An- 
tonio Ruano,  secretario. 

Presentación  para  licenciado  en  leyes  del  dicho  Francisco  Ramos,  natural  de  Al' 
bitigudino  de  Salamanca. 

En  la  ciudad  de  Salamanca  viernes  a  las  nueve  de  la  mañana  que  se  contaron 
siete  dias  del  mes  de  Junio  de  el  dicho  año  de  mili  y  seiscientos  y  veinte  y  quatro 
años  se  juntaron  dentro  de  las  casas  y  morada  donde  vive  y  posa  el  Dr.  D.  Fran- 
cisco Arias  Maldonado  maestrescuela  y  Cancelario  desta  Universidad  y  Doctores, 
Don  Pedro  de  Vega  padrino  de  la  dicha  facultad  y  Gregorio  de  Ayora,  Martin  de 
Ontiveros  y  Francisco  Sánchez  Randoli:  Juristas;  y  estando  así  juntos  en  una  sala 
de  la  dicha  casa  siendo  llamados  todos  los  doctores  juristas  que  entran  en  capilla 
por  una  cédula  firmada  del  dicho  señor  maestrescuela.— Pareció  presente  el  dicho 
Bachiller  Francisco  Ramos  y  con  su  oración  en  latín  pidió  y  suplicó  al  dicho  señor 
Doctor  Don  Pedro  de  Vega  su  padrino  le  presentase  para  licenciado  en  leyes  por 
esta  Universidad  ante  el  señor  maestrescuela.— Y  el  dicho  Doctor  Don  Pedro  de 
Vega  con  una  oración  en  latin  le  presentó  y  cometió  la  información  de  moribus 
€t  pita  et  legitimitate  al  dicho  Doctor  Randoli — el  qual  usando  de  la  dicha  comisión 
recibió  juramento  de  Francisco  de  Rueda  y  Juan  Ramos  familiares  del  Santo  Oficio 
vezinos  de  Salamanca  y  naturales  de  Albitigudino  y  abiendo  jurado  digeron  que 
conocen  al  dicho  bachiller  Francisco  Ramos  y  saben  que  es  hijo  legítimo  del  li- 
cenciado Francisco  Ramos  y  doña  María  del  Portillo  vecinos  de  Salamanca  y  na- 
turales de  Albitigudino  los  quales  están  casados  infacié  eclesias  y  durante  su  ma- 
trimonio obieron  al  dicho  Bachiller  Francisco  Ramos — y  es  cristiano  viejo,  limpio 
de  todo  mala  raza  y  repitió  públicamente  en  la  dicha  facultad  de  leyes  en  esta 
Universidad  y  duró  la  repetición  el  tiempo  que  manda  el  estatuto  y  saben  ques 
honesto  y  recogido  de  buena  vida  -y  costumbres  y  esto  es  la  verdad  so  cargo  de 
c.icho  juramento  en  que  se  afirmaron  y  ratificaron. 

Consta  auerse  graduado  de  bachiller  en  Cañones  por  esta  Universidad  a  veinte 
y  siete  de  Abril  de  seiscientos  y  veinte  y  en  leyes  a  veinte  de  Julio  de  veinte  y  uno. 
Lo  qual  visto  por  el  Sr.  Maestrescuela  le  señaló  día  por  tomar  puntos  para  entrar 
en  capilla  domingo  nueve  deste  mes  y  el  lunes  siguiente  en  la  noche  examen  dentro 
de  la  capilla  de  Sancta  Bárbara  y  el  dicho  Bachiller  Ramos  lo  acepto  de  que  doy  fee. 

Otrosí  los  dichos  señores  declararon  quel  dicho  Bachiller  Francisco  Ramos  no 
a  incurrido  en  el  estatuto  que  manda  se  gradué  dentro  de  los  quince  días  de  su  re- 
petición en  día  lectivo  por  les  constar  auer  estado  enfermo  y  no  le  obstar  el  dicho 
estatuto  y  aber  cumplido  con  el  de  lo  qual  doy  fee  y  con  esto  se  acabo  este  acto 
testigos  unos  de  otros  y  otros  de  otros  e  yo  el  dicho  secretario.  Ante  mi.  Antonio 
Ruano  (Rubrica)  Secretario. 

Assignación  de  Puntos  para  licenciado  en  leyes  del  dicho  Bachiller  Francisco  Ra- 
mos natural  de  Albitigudino  de  Salamanca. 

En  Salamanca  domingo  á  las  cinco  de  la  mañana  que  se  contaron  nueve  días  del 
mes  de  Junio  de  el  dicho  año  de  mili  y  seiscientos  y  veinte  y  quatro  años  estando 


^29  REVISTA  DE  aík:hivos 

juptQ  á  la  capilla  deSanta  Bárbara  de  ía  claustra  de  la  Iglesia  Catedral  destaciuiM 
fíchala  misa  del  Espíritu  Santo  que  se  acostumbra  á  decir  en  la  dicha  capilla  pre^ 
seretes  los. señores  .Doctores  Melchor  de  Valencia  por  Vicecancelario  en  lugar  del  Se- 
qor  Don  Francisco  Arias  Maldonado  maestrescuela  y  Cancelario  deste  estudio  |  y 
F,rancisco  Sánchez  Randoli  |  Paulo  de  Maqueda  |  y  Don  Gregorio  de  Portillo  juris- 
tas yestahdo  así  juntos  para  aver  de  assignar  puntos  para  licenciado  en  leyes  al  di- 
cho Bachiller  Francisco  Ramos  el  dicho  S.  V.  Cancelario  recibió  juramento  de  los 
Doctores  Sánchez  y  Maqueda  que  no  traían  comunicados  los  puntos  con  el  dicho 
Bachiller  |  y  el  Dr.  Randoli  abrió  el  libro  del  Digesto  viejo  por  tres  partes  diversas 
y  de  los  tres  puntos  que  le  fueron  assignados  abiendo  escogido  el  dicho  Bachiller 
la  materia  se  le  assigno  para  leer  en  su  examen  la  Ley  i.*  de  condictione  indebiti — 
y.  luego  el  Dr.  Maqueda  abrió  el  Código  por  otras  tres  partes  diversas,  de  los  tres 
puntos  que  fueron  assignados  se  le  2Ssigno  al  susodicho  para  leer  en  su  examen 
la  ley  única  C.  de  his  qui  ad  statua  confugiunt — con  lo  cual  se  acabo  este  acto 
.testigos  Luis  Sánchez  Lope  de  la  Parra  y  Antonio  de  Zamora  vecinos  de  Salaman- 
ca e  yo  Antonio. Ruana  de  Medrano  secretario  que  dello  doy  fee.  Ante  mi.  Antonio 
Ruano  (Rubrica)  Secretario. 

■Examen  para  licenciado  en  leyes  de  el  Bachiller  Francisco  Ramos  natural  de  Al^ 
vitigudino  diócesis  de  Salamanca. 

En  la  ciudad  de  Salamanca  lunes  en  la  noche  que  se  contaron  diez  dias  del  mes 
d,e  junio  de  mili  y  seiscientos  y  veinte  y  quatro  años  para  aver  de  examinar  para  li- 
cenciado en  leyes  al  dicho  BachillerFrancisco  Ramos  se  juntaron  dentro  de  la  capilla 
de  Santa  Bárbara  de  la  claustra  de  la  iglesia  catedral  desta  dicha  ciudad  los  señores 
Doctor  Don  Francisco  Arias  Maldonado  Maestrescuela  y  Cancel lario  deste  estudia 
y  universidad  y  Doctor  Don  Pedro  de  Vega  de  la  Peña  padrino  y  decano  de  la  dicha 
facultad  de  leyes  y  los  Doctores  Pedro  Ruiz  Barrio,  Gregorio  de  A  y  ora,  Don  Alon- 
so de  la  Carrera  |  Juan  de  Santiago  |  Juan  de  Balboa  |  Marrin  de  Bonilla  |  Martín 
López  Ontiveros  |  Francisco  Sánchez  Randoli  |  Paulo  de  Maqueda  |  Melchor  de 
Valencia  y  Don  Gregorio  de  Portillo.  Juristas,  y  estando  así  juntos  en  la  dicha  ca- 
pilla pareció  presente  el  dicho  Bachiller  Francisco  Ramos  y  leyó  las  dos  lectiones 
que  le  fueron  assignadas  en  puntos  el  día  antes  y  abiéndolas  leído  para  le  auer  de 
examinar  se  recibió  juramento  de  los  quatro  Doctores  más  modernos  que  no  traían 
comunicados  los  argumentos  con  el  examinando  y  aviendo  jurado  sus  mercedes 
le  argüyeron  cada  uno  por  si  según  sus  antigüedades  exami;iándole  argulléndole  y 
preguntándole  en  la  dicha  facultad  de  leyes  con  todo  cuydado  y  diligencia  y  avién- 
dole  examinado  argüido  y  preguntado  rigurosíssimamente  el  dicho  Bachiller  Fran- 
cisco,Ramos  respondió  á  las  questiones,  argumentos  y  obiectiones  que  le  fueron 
puestas  fasta  que  dicho  examen  y  requisitos  del  fueron  acabados  y  para  aver  de 
votar  secretamente, acerca  de  la  approbación  ó  repprobación  de  dicho  examinado 
le  mandaron  salir  de  la  dicha  capilla  |  y  fuera  el  dicho  Señor  Maestrescuela  recivio 
juramento  de  los  dichos  Señores  doctores  que  si  el  dicho  Bachiller  Francisco  Ra- 
mos en  su  examen  obiese  merecido  letra  A  de  approbación  se  la  darían  y  si  letra 
R  de  repprobación  también  lo  mismo  y,  fecho  el  dicho  juramento  dio  á  cada  uno 
de  sus  mercedes  una  letra  A  y  R,  juntamente  con  su  propina  de  sesenta  y  ocho 
reales  |  y  sus  mercedes  votaron  secretamente  cada  uno  por  sí  según  sus  antigüeda- 
des y  abiendo  votado  todos  sin  faltar  ninguno  el  Señor  maestrescuela  tomó  en  sus 
manos  lo  urna  dorada  en  que  se  echan  los  votos  de  approbación  y  la  descubrió  en 


BIBLIOTECAS- V   MUSE0Í8'  i  4ÍÍ'- 

• 

presencia  de  los  dichos  Señores  sobre  el. bulto  en  forma  de  mesa  questa  en  la  dicha 
capilla  por  la  cual  constó  y  pareció  que  todas  fueron  letras  A.  A.  A  A.  A.  A.  A.« 
A.  A.  A.  A.  Aes  sin  hacer  ninguna  letra  erre  por  manera  que  por  todos  los  dichos 
señores  fué  approbado  el  dicho  Bachiller  Francisco  RamoS  ünanimiter  una  voce 
ac  nemine  prors^us  discrepante  de  lo  qual  yo  Antonio  Ruano  de  Medrano  Secretario 
<ie  la  dicha  Tniversidad  doy  fee  porque  me  hallé  presente  y  lo  vi  por  vista  de  ojos, 
testigos  .unos  de  otros  y  otros  de  otros  de  qué  doy  fee.  Ante  mi:  Antonio  Ruano 
(Rubrica)  Secretario. 

<jrado  de  licenciado  en  la  faaultad  de  leyes  del  dicho  Bachiller  Francisco  Ramos 
natural  de  Alvitigudino  diócesis  de  Salamanca. 

En  Salamanca  martes  día  de  Sanct  Bernabé  once  días  del  mes  de  Junio  de  mili 
y  seiscientos  y  veinte  y  quatro  anos  á  las  diez  de  la  mañana  para  aver  de  dar  el 
grado  de  licenciado  en  leyes  al  dicho  Bachiller  Francisco  Ramos  se  juntaron  en  ' 
junto  á  la  capilla  de  Sahcta  Bárbara. de  la  claustra  de  la  yglesia  catedral  desta  ciu- 
dad el  Señor»Doctor  Don  Francisco  Arias  Maldonado  Maestrescuela  y  Cancellario 
deste  estudio  y  Doctor  Don  Pedro  de  Vega  padrino  y  decano  de  la  facultad  de  leyes 
y  Doctores  Martín  de  Bonilla  |  hian  de  Valboa  |  Martín  de  Ontiveros  |  Melchor  de 
Valencia  |  Paulo  de  Maqueda  |  Don  .Gregorio  de  Portillo  y  otros  doctores  conteni,- 
dos  en  su  examen  y  estando  así  juntos  pareció  presente  el  dicho  Bachiller  Francis- 
co Ramos  y  con  su  oración  ea  latin  pidió  y  suplicó  al  dicho  Señor  Maestrescuela 
que  auía  sido  approbado  en  su  examen  le  diese  y  concediese  el  grado  de  licenciado 
en  la  facultad  de  leyes  por  esta  universidad=el  dicho  Señor  Maestrescutla  aviendo 
oydo  su  petición  y  visto  ser  justa  con  otra  oración  en  latin  dixo  en  como  el  dicho 
Bachiller  Francisco  Ramos  avía  sido  examinado  en  la  facultad  de  leyes  la  noche 
antes  dentro  de  la  Capilla  de  Sancta  Bárbara  por  los  Doctores  que  en  su  examen  . 
se  hallaron  y  approbado  por  ellos  ünanimiter  una  voce  ac  nemine  prorsus  dis- 
crepante por  lo  qual  y  usando  de  la  autoridad  apostólica  de  que  en  tal  parte  puede 
y  debe  daba  y  dio  concedía  y  concedió  el  grado  de  licenciado  en  leyes  por  esta 
universidad  al  dicho  Bachiller  Francisco  Ramos  y  le  criaba  y  le  crió  tal  licenciado 
dándole  como  le  dio  licencia  para  que  quando  quisiere  y  por  bien  tuviere  se  pueda 
^Taduar  de  doctor  en  leyes  por  esta  universidad  y  goce  de  todos  los  privilegios 
esemptiones  libertades  indultos  prerrogativas  y  antelaciones  que  los  tales  licencia- 
dos graduados  por  esta  universidad  suelen  y  deben  gozar  conforme  á  los  estatutos 
y  constituciones  de  ella  leyes  y  premáticas  destós  reynos  y  el  dicho  licenciado 
Francisco  Ramos  lo  pidió  por  testimonio  testigos  Gregorio  de  Robles  y  Fernando 
Collar  bedeles  y  Luis  Sánchez  maestro  de  ceremonias  y  Don  Luis  de  Castilla  y  li- 
cenciados Juan  Maldonado  y  Gregorio  Martínez  de  Zúñiga  y  Juan  Cornejo  de  Ve- 
lasco  y  otros  e  yo  Ruano  secretario.  Ante  mi.  Antonio  Ruano  (Rubrica)  Secret^irio» 

Por  la  copia, 

Eloy  Bullón. 


422  REVISTA  DE  ARCHIVOS 


NOTAS  BIBLIOGRÁFICAS 


S3.  último  Almirante  d«  Castilla,  D.  Juan  Tomás  Enriquez  de  Cabrera,. 
Duque  de  Medina  de  Rioseco,  Conde  de  Módica,  etc.,  por  D.  Cesáreo  Fernán- 
.  DEZ  Dupo. — Madrid,  Tello,  igoS. — 4.*  220  págs.  Con  10  números  de  Apén- 
dices. 

Despojándose  de  toda  pasión,  acudiendo  siempre  que  le  ha  sido  posible  á  do- 
cumentos originales  y  empleando  la  crítica  con  el  mayor  acierto,  ha  logrado  el 
Sr.  Fernández  Duro  escribir  una  biografía  de  sumo  interés  del  último  Almirante 
de  Castilla.  Tipo  acabado  de  las  cualidades  y  de  los  defectos  de  nuestra  raza;  ga- 
lanteador, provocativo  y  audaz  en  la  juventud;  ambicioso  y  dominante  en  los 
altos  puestos  que  ocupa;  astuto  cortesano;  afortunado  gobernante  en  Italia  y  en 
Cataluña;  doblegando  alguna  vez  la  cabeza  ante  la  fuerza  de  los  hechos,  pero  ir- 
guiéndose  en  seguida  con  la  altivez  del  magnate  castellano,  su  verdadera  persona- 
lidad aparecía  confusa  entre  los  apasionamientos  de  la  saña  de  sus  émulos  que  le 
cubrieron  de  ultrajes  en  multitud  de  diatribas  en  prosa  y  verso,  el  panegírico  del 
P.  Cienfuegos  y  las  novelescas  atribuciones  de  la  Duquesa  de  Abrantes.  Escritor 
de  tanto  peso  como  el  Sr.  Cánovas  del  Castillo,  halla  en  este  trabajo  del  docto 
académico  atinado  correctivo  de  sus  juicios  (excesivamente  benévolos  para  el 
cardenal  Portocarrero  y  algo  apasionados  contra  el  Almirante  D.  Juan  Tomás), 
merced  al  empleo  de  documentos  que,  ó  escaparon  á  la  diligencia  de  aquel  sagaz 
investigador,  ó  no  fueron  interpretados  con  la  imparcialidad  y  tino  que  ahora  lo 
han  sido. 

Desarróllanse  los  hechos  de  esta  biografía  en  los  tristes  días  de  aquel  reinado 
en  que  España  estuvo  á  dos  dedos  de  sufrir  la  suerte  de  Polonia,  y  ofrece,  por 
tanto,  curiosos  ejemplos  de  sucesos  que  desgraciadamente  suelen  repetirse  en  la 
historia.  Así  contemplamos  con  filosófica  amargura  qué  efectos  tan  considerables 
logra  á  veces  un  miserable  motín  como  el  de  los  gatos  ó  del  pan,  tramado  por  los 
enemigos  de  Oropesa  y  del  Almirante,  capitaneado  por  D.  Francisco  Ronquillo, 
«hombre  de  entendimiento  como  cuerno  de  carnero,  corto,  duro  y  retorcido,  pero 
que  en  la  escuela  de  D.  Juan  de  Austria  aprendió  la  ciencia  de  conmover  pueblos» 
malquistar  reinos  y  arrojar  ministros»,  según  las  oportunas  citas  del  autor,  y 
desempeñado  al  fin  por  esos  dóciles  instrumentos  de  todas  las  concupiscencias 
que  el  dinero  recluta  siempre  con  facilidad  en  las  últimas  capas  sociales.  A  los 
gojpes  de  aquella  ridicula  balista  se  extremecieron  los  ámbitos  de  Palacio,  el  Al- 
mirante y  el  Conde,  dos  ministros  de  energía  y  talento,  cayeron;  logró  su  propó- 
sito Portocarrero,; nulidad  bien  manifiesta,  subiendo  al  gobierno  de  la  xMonarquía, 
y  con  ello,  la  balanza  se  inclinó  decididamente  á  la  causa  de  Francia.  Lo  que  sabe- 
mos del  carácter  del  Archiduque  austríaco  no  nos  deja  entrever  con  su  triunfo 
mejores  destinos  para  España,  pero  aquí  sólo  se  trata  de  poner  de  manifiesto  á  qué 
causas  tan  ruines  suelen  deberse  hechos  tan  trascendentales  en  la  historia. 

Curiosos  por  demás  son  algunos  de  los  documentos  publicados  en  los  Apén- 
dices, entre  ellos  el  Inventario  de  los  bienes  del  Almirante,  espléndida  manifesia- 


BIBLIOTECAS  Y  MUSCOS  •      423 

cíón  de  las  riquezas  artísticas  quo  atesoraban  las  casas  de  nuestros  antijiuos 
grandes. 

El  Sr.  Fernández  Duro  ha  demostrado  en  este  trabajo  que  no  decaen  en  él  con 
los  años  las  privilegiadas  dotes  de  talento  y  actividad  de  que  tantas  pruebas  tiene 
dadas. 

A.  P.  V  M. 

Bibliographie  des  travaux  de  M.  Leópold  Delisl^,  Adminístrateur  general  de  la 
Bibliothéque  nationale,  par  Paiu.  Lacombe. — Paris,  Imprimcrie  nationale,  1002. 
xxxvni.-5iopágs.  8.° 

Animados  del  mismo  espíritu  que  años  hace  impulsó  á  admiradores  de  D.  Mar- 
celino Menéndez  y  Pelayo  á  dedicarle  un  recuerdo  perdurable  en  el  Homenaje  que 
se  imprimió  en  Madrid,  más  de  mil  personas,  Bibliotecas  y  Academias  de  Francia 
y  del  extranjero,  han  querido  rendir  á  M.  Leópold  Delisle  un  tributo  de  admiración 
y  respeto,  reuniendo  en  un  volumen  la  bibliografía  de  los  trabajos  redactados  du- 
rante muchos  años  de  incesante  labor  por  el  insigne  bibliófilo. 

Al  considerable  número  de  1889  ascienden  los  que  ha  recogido  la  diligencia  y 
acierto  del  señor  P.  Lacombe,  y  verdaderamente  admira  la  diversidad  de  materias 
bibliográficas  á  que  ha  consagrado  su  existencia  y  la  pasmosa  actividad  del  señor 
Delisle;  La  catalogación  de  impresos  y  manuscritos,  los  sistemas  de  clasificación, 
los  estudios  sobre  cartularios  y  diplomas  medioevales,  las  cuestiones  de  ornamen- 
tación artística  de  los  códices,  la  geografía,  las  conclusiones  de  los  Congresos  in- 
ternacionales de  bibliotecarios,  en  una  palabra,  cuanto  se  relaciona  con  la  vasta 
materia  de  la  erudición  bibliográfica,  tiene  honrosa  representación  en  los  artículos 
del  copioso  volumen. 

Entre  los  que  se  refieren  á  España,  deben  mencionarse  los  que  citan  los  nom- 
bres del  Principe  de  Viana,  Blanca  de  Castilla  y  Blanca  de  Navarra,  Juana  de  Al- 
bret,  Arnaldo  de  Vilanova  y  Raimundo  Lulio,  Alejandro  Farnesio  y  María  de  Por- 
tugal y  Fernando  I  de  Aragón,  así  como  los  estudios  sobre  el  Comentario  al  Apr>- 
calipsis  de  S.  Beato,  el  Atlas  catalán  del  S.  xiv;  la  Crónica  española  de  Juana  de 
Arco,  impresa  en  Burgos  en  i5Ó2  y  el  Anónimo  de  Córdoba. 

Un  precioso  retrato  da  á  conocer  á  los  que  no  han  tenido  la  suerte  de  tratarle  la 
simpática  fisonomía  del  laboriosísimo  bibliotecario.  El  cual  y  sus  admiradores  han 
tenido  la  suerte  de  encontrar  en  M.  Paul  Lacombe  un  inteligente  coleccionador  de 
tan  vastos  trabajos  cuya  busca  facilita  con  bien  ordenados  índices. 

Nos  complace  sobremanera  ver  que  se  reconoce  de  modo  tan  elocuente  por 
propios  y  extraños  el  mérito  de  las  ilustres  personalidades  que  dejamos  citadas. 

A.  P.  y  M. 

J.  O.  Fraier.— Le  Ramean  d'or,  étude  sur  la  magie  et  la  religión,  traduít  de 
Tangíais  par  K.  Stiébel  el  J.  Toutain.  Tome  I.  Magie  et  religión:  les  tabous.  - 
Paris,  Schleicher  freres,  i5  rué  des  Saints  Peres,  igoS,  in  8.",  v-403  pages. 

La  premiére  édilion  du  Golden  Bough  parul  en  1890»  en  deux  volumcs,  et  attira 
aussilot  Tattention  du  monde  savanl  par  la  richesse  de  la  documentation  et  la 
nouveauté  des  aper^us.  Mais,  suivant  la  juste  critique  de  M.  Léon  Mariliicr.  les 
documents  colleclionnés  par  M.  Frazer  n'éiaicnt  trop  souvent  relies  entre  eux  que 
par  un  lieu  artificiel  et  tenu;  Tordonnance  du  livre  manquait  de  netteté  el  le  plan 
restail  confus.  (Revut  de  riiistoire  dea  religions,  t.  XXV,  p.  71.) 

3.»  iPOCA.— TOMO  Tin.  3 1 


424  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

En  1900,  M.  Frazer  donna  de  son  ouvrage  une  nouvelle  édition  en  irois  volu- 
mes,  enrichie  d*un  grand  nombre  d'exemples  nouveaux,  mais  sans  que  le  plan  ni 
la  composition  eussenl  éié  modifiés.  Une  jeune  érudil  parisién,  M,  R.  Sliébel,  éléve 
titulaire  de  TÉcole  pratique  des  Haules  Études,  el  membre  de  la  Société  des  Tra- 
ditions  populaires,  s'offrit  á  traduirc  Touvrage  de  M.  Frazer,  ei  á  Tordonner  sui- 
vant  le  plan  proposé  par  M.  Marillier.  M.  Sliébel  a  éié  surpris  par  le  mort  avanl 
d'avoir  lerminé  son  travail,  mais  M.  J.  Touiain,  mallre  de  conférences  á  rKcole 
praiique  des  Haules  Eludes,  aachevé  roeuvre  commencé  ei  donne  aujourd'hui  le 
premier  volume  de  la  iraduciion  franíaise. 

Ce  premier  lome  comprend  deux  livres:  Magie  et  religión.— Les  tabous. 

Le  livre  magie  et  religión  nous  mei  en  présence  de  la  magie  imiíative  et  de  la 
magie  sympalhique  et  éiudie  les  rapporis  de  la  magie  el  de  la  religión.  La  magie 
imilalive  se  propose  d'obtenir  lel  ou  lel  effei  souhailé  en  imilanl  Paction  que  Ton 
voudrail  voir  s*accomplir.  L'envouiemcnl  en  esi  un  des  cas  les  plus  intéressanis. 
En  luanl  une  poupée  représentanl  une  ceriaine  personne,  le  magicien  croil  luer  la 
personne  elle-méme.  Les  cas  de  magie  imilalive  soni  innombrables.  On  la  voit  méme 
employée  en  medicine.  Chez  les  Dayaks,  dans  les  maladies  graves,  le  médecin  du 
paiieni  faii  le  mort  pendanl  une  heure,  el  Ton  pense  que  sa  résurreciion  eniraine 
la  gucrison  du  malade. 

La  magie  sympathique  procede  de  cene  croyance  «que  les  chases  un  insiant 
»unie3  conservenl  entre  elles  de  lels  rapporis  que  ce  qui  esl  fait  á  Tune  affecte 
»rautre  de  la  méme  fa^on».  Cene  sorte  de  magie  esl  aussi  répandue  que  la  prc- 
miére;  on  la  reirouve  jusque  dans  les  pays  les  plus  civilisés:  En  Allemagne,  Ten- 
fant  qui  perd  ses  premieres  dents  les  mel  dans  un  irou  de  souris  pour  avoir  un 
jour  d'aussi  bonnes  dents  que  la  souris. 

D.*aprés  une  observation  irés  juste  el  irés  profunde  de  M.  Frazer,  la  magie  se 
rapproche  de  la  science  en  ce  qu'elle  suppose  une  loi  invariable  dans  la  succession 
des  faiis,  mais  elle  se  trompe  grossierémenl  sur  la  nalure  méme  des  lois  qui  régis- 
senl  celte  succession.  Depuis  que  Thomme  existe  *ei  a  cherché  des  regles  genera- 
dles, qui  lui  permissenl  de  tourner  á  son  avantage  les  phénoménes  de  la  nalure. 
»Dans  ses  longues  recherches,  il  a  enlassé  nombre  de  máximes,  doni  les  unes  sont 
»de  grande  valeur  el  les  aulres  de  pacolille.  Les  premieres  consiiluenl  cel  ensem- 
y>h\Q  de  scicnces  appliquées  que  nous  appelons  les  arls;  les  aulres  consiiiueni  la 
>>magie».  (p.  66.) 

La  religión  différe  de  la  magie,  comme  la  priére  difiere  de  Tincantation,  elle 
s'adresse  en  suppliante  á  la  munificence  divine  et  la  magie  prélend  forcé r  lesdieux 
á  accomplir  ses  commandements:  «Celte  opposition  radicale  entre  les  principes  de 
»la  religión  et  ceux  de  la  magie  explique  suffisammeni  rhosiililé  qui  a  existe  entre 
»le  prélre  el  le  magicien,  des  Tinstaní  que  ees  fonclions  onl  éic  séparécs».  (p.  68.) 

11  nous  parait  que  M.  Frazer  ne  distingue  pas  suflisammenl  la  religión  de  la 
magie:  á  cóté  de  la  religión  qui  supplie  el  qui  demande,  ¡1  y  a  la  religión  qui  adore 
et  se  confie.  C'cs  celle  la  qui  est  propremenl  la  religión— el  elle  n'a  rien  a  voir 
avec  la  magie. 

Les  relij^ions  vulgaires  conservenl,  au  conlraire,  plus  d'un  point  de  contad 
avec  la  magie:  elles  admeilent  que  certains  hommes  onl  sur  les  choses  un  pouvoir 
spécial  el  divin.  Les  sorciers  se  transforment  voloniiers  en  dicux  et  se  prétendenl 
capables  d'exciter  ou  de  la  lempéte  d'empécher  la  piule,  ou  de  la  faire  lomber,  de 
faire  pousser  les  récolles  ou  de  les  faire  pcrir. 


BIBLIOTECAS   Y   MUSEOS  42? 

Le  livre  II,  relatif  aux  tabous,  passc  naturcllement  de  rhommcdieu  au  tabou 
par  cetie  considération  que  rhomme-dieu  peul  étre  une  source  d'abondantes  béné- 
dictions,  mais  aussi  de  graves  dangers.  II  importe  des  lors  au  salut  de  tous  qu*il  ne 
commette  pas  le  moindre  manquement  aux  prescriptions  rituellcs  (tabous)  qui  doi- 
vent  luí  concilier  á  luí  et  á  son  peuplc  la  bienveillance  du  ciel. 

Les  tabous  royaux  sont  destines  íi  proteger  la  vie  du  ro¡,  el  pour  les  bien  com- 
prendrc  il  est  nécessaire  ^e  connaitre  Tidée  que  Thomme  primitif  se  fait  de  la  vieou 
de  la  mort. — De  la  un  tres  intéressant  passage  sur  la  nature  de  Táme  d*aprós  les 
peuples  primitifs. 

Les  tabous  royaux  défcndent  le  roi  contre  les  maléfices  qui  pourraient  Tassai- 
Uir:  il  ne  doit  pas  quitter  son  palais,  personne  nc  doit  se  servir  de  sa  vajsselle  ou 
de  sos  habits,  ni  le  loucher  avec  du  fer.— Des  modes  spcciales  lui  sont  imposées. 
Toutes  les  défenses  de  ce  genre  s'expliqucnt  par  Tidée  de  proteger  la  personne  ro- 
yale, et  il  en  est  de  méme  des  autres  tabous,  qui  prolégeni  les  simples  particuljers 
centre  les  sortiléges  et  les  mauvais  sorts.— Personne  n'avail  encoré  exposé  avec 
une  logique  aussi  scrrée  la  théorie  obscure  des  tabous. 

En  somme,  le  livre  de  M.  Frazer  est  un  Musée  des  superslitions,  oú  les  supers- 
titions  vivantes  concourent  á  expliquer  les  superstitions  mortes.  La  croyance  á  la 
magie  se  montre  identique  á  elle-méme  a  trav'ers  les  lieux  et  les  temps.  Telle  cou- 
tume  absurde,  mentionnée  dans  Tlliade,  subsiste  encoré  dans  tel  cantón  éloigné 
de  ríücosse  ou  de  rirb.nde.  Tel  préjugé  de  nos  paysáns  franíais  se  retrouve  en 
Océanie  et  dans  Tanciénne  Egypte.  Le  désordre  dans  lequel  Tauteur  présente  les 
fails  semble  voulu  et  destiné  á  rendre  plus  frappantes  l'universalité  et  la  pérenniíé 
de  la  foi  au  surnaturel  et  de  Tappel  au  miracle. 

M.  Frazer  s'est  appuyé  sur  d'innombrables  ouvragés.  L'antiquité  grecque  et 
romaine,  le  monde  slave,  germanique  et  anglosaxon,  les  peuplades  sauvages  de 
TAmérique,  de  TAfrique  et  de  TOcéanie  viennent  apporter  á  la  collection  leur  con- 
tingent  de  légendes,  de  formules,  de  pratiques  magiques,  de  coutumes  bizarres  et 
inexpliquées. 

Si  vaste  cependant  que  soit  le  champ  exploré  par  M.  Frazer,  sa  documentation 
n*en  préiente  pas  moíns  de  sérieuses  lacunes.  II  connait  surtout  les  pays  de  langue 
anglaise  ou  colonisés  par  PAngleterre;  il  a  une  sufñsante  connaissance  des  pays 
germaniques,  mais  il  a  laisé  de  c6ié  les  pays  boudhistes  et  musulmans;  les  pays 
latins  sont  á  peine  touchés  et  les  contrées  de  langue  espagnole  ne  sont  représentées 
dans  la  bibliographie  de  M.  Frazer  que  par  six  ouvragés,  dont  aucun  ne  parle 
méme  de  TEspagne  K  Cependant  TEspagne  est  riche  en  traditíons  et  en  vieux  usa- 
ges,  et  íi  y  aurait  grand  intérél  á  recueillir,  tandis  qu'elles  ne  sont  pas  encoré  abo- 
lies,  les  légendes  et  les  croyances  populaires  qui  ont  subsiste  dans  les  campagnes 
de  la  Péninsule. 

Nous  nous  rappelons  avoir  trouvé  sur  ees  sujets  nombre  de  déiails  curieux 
dans  les  dossiers  des  Tribunaux  de  Tlnquisition  de  Valencc  et  de  Toléde,  conser- 
ves aux  Archives  historiques  nationales  de  Madrid.  Les  anciennes  lois,  les  fors  lo- 

I  Antonio  Caulin.  Historia  corográjica  natural  y  evangélica  de  la  Nueva  Andalucía  de  Cu- 
mana,  Guayana  y  vertientes  del  rio  Orinoco.  1779.— Sahagun.  Histoire  genérale  des  choses  de  la 
Souvelle-Kspagne.  Trad.  tr.  Paris.  1880.— Garcilaso  de  la  Vega.  Traduction  anglaise  de  la  pre- 
miere  partie  des  Commentaires  royaux.— Herrera.  General  history  of  the  vast  continent  and 
islandsofAmerica.—h'.áeAzsLTíi.  Voyages  dans  IWmérique  méridionale.  1809.— Pelleschi.  Los 
Indios  Matacos.  Buenos-Ayres.  1897. 


4^6  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

caux,  les  ouvrages  ihéologiques  diriges  contre  la  sorcellerie,  les  traites  dedémono- 
logie,  les  voyages  et  descriptions  chorographiques  des  diverses  provinces,  les  come» 
dias  de  magia,  les  autos  sacramentales,  les  chansons  et  refrains  populaires,  cent 
autres  sources  encoré  révéleraient  plus  d'une  pratique  paíenne,  plusd'une  obscure 
survivance  des  ages  barbares.  Les  érudits  el  les  folkloristes  d'Espagne  rendraient 
un  vérilable  service  A  la  scjence  en  lui  donnant  un  Ramean  d"or  áes  pays  de  civi- 
jísation  espagnole, 

G.  Desde  VISES  du  Dezert 
Prof^sscur  <íhi5toir«  9  ruoivcrsiié  de  Clermont-Femod, 


VARIEDADES 

BÉLGICA.  Ha  comenzado  á  publicarse  en  Bélgica  una  revista  afine  á  la  nues- 
tra. Se  titula  Bevu«  dos  Bibliothéqu^a  «t  Arohiv^fl  d«  B«lgiqii«,  y  el  pri- 
mer número  de  Enero  y  Febrero  de  este  año  contiene  excelentes  promesas.— jp. 

ESPAÑA. — Barcelona.  La  casa  Henrich  y  Comp.*,  de  Barcelona,  editora  de  la 
Biblioteca  de  Novelistas  del  Siglo  XX,  acaba  de  abrir  un  concurso  para  premiar 
tres  novelas  de  autores  españoles,  con  las  condiciones  siguientes:  Las  novelas  han 
de  ser  inéditas  y  originales,  y  su  extensión  habrá  de  ser  aproximadamente  la  que 
tienen  los  volúmenes  de  la  Biblioteca,  El  asunto  es  de  libre  elección.  El  concurso^ 
abierto  desde  la  aparición  de  esta  convocatoria,  se  cerrará  á  las  doce  de  la  noche 
del  día  3o  de  Septiembre  de  igoS.  Los  trabajos  se  entregarán  en  paquete  cerrado  y 
con  un  lema,  y  al  propio  tiempo,  bajo  sobre  también  cerrado  y  lacrado,  y  con  el 
mismo  lema,  el  nombre  y  el  domicilio  del  concursante.  Los  trabajos  se  entregarán 
ó  se  mandarán  certificados  por  correo,  al  Director  de  la  Biblioteca^  D.  Santiago  Va- 
lentí  Camp,  en  la  casa  de  los  señores  Henrich  y  Comp.%  calle  de  Córcega,  Barcelo- 
na. Al  recibirlos,  se  librará  documento  que  lo  acredite.  Los  originales  han  de  estar 
escritos  en  letra  clara  ó  á  máquina.  Se  concederán  tres  premios:  VA  primero,  de  dos 
mil  quinientas  pesetas.  El  segundo,  de  dos  mil;  y  el  tercero,  de  mil  quinientas. 
Forman  el  Jurado  los  señores  D.  Benito  Pérez  Galdós,  D.  Urbano  González  Serra. 
no,  D.  Eduardo  Gómez  de  Baquero,  D.  Lorenzo  Benito,  D.  Ramón  Domingo  Pe- 
res, D.  Ramiro  de  Maeziu  y  D.  Santiago  Valenií  Camp.  El  Jurado,  además  de  la 
designación  de  los  premios,  podrá  recomendar  la  adquisición  de  las  obras  que  con- 
sidere dignas  de  ser  publicadas  en  la  Biblioteca.  Por  cada  una  de  ellas  se  abonarán 
mil  pesetas.  Los  autores  premiados  y  recomendados  cederán  á  la  casa  Henrich  y 
Compañía  todos  los  derechos  de  propiedad  literaria  por  espacio  de  diez  años.  El 
fallo  del  Jurado  se  publicará  en  la  prensa  durante  la  segunda  quincena  de  Diciem- 
bre del  año  corriente.  La  publicación  de  las  novelas  comenzará  en  Enero  de  1904,  y 
seguirá  en  los  meses  sucesivos.  El  Jurado  sólo  abrirá  los  sobres  que  contengan  los 
nombres  de  los  concurrentes  al  concurso  que  fuesen  premiados  ó  recomendados. 
Las  obras  no  premiadas  ni  recomendadas  podrán  ser  retiradas  por  sus  autores, 
desde  la  publicación  del  fallo  hasta  el  día  3o  de  Enero. 

Burgos.  El  diario  El  Castellano  de  esta  ciudad,  publicó  en  su  número  de  16  de 
Abril,  un  artícuh)  acerca  del  Sarcófago  Crifltiaiio  del  museo  de  Burgos  (pro- 
cedente de  Briviesca),  debido  á  la  pluma  de  D.  Luciano  Huidobro.  El  autor  entiende 
que  dicho  monumento  no  es  posterior  al  siglo  v.=En  el  cartel  de  los  Juegos  Fio- 


Bibliotecas  y  museos  427 

yal«8  que  se  han  de  celebrar  en'esta  ciudad  durante  la  próxima  feria  de  San  Pedro, 
figuran  entre  otros,  los  dos  temas  siguientes:  ^  Es  posible  la  adaptación  del  antiguo 
régimen  foral  castellano  á  la  sociedad  española  moderna,  y  Monografía  histórico 
artística  del  Monasterio  de  Oña?  El  plazo  para  la  presentación  del  trabajo  con- 
cluye el  1 5  de  Junio  próximo.==Por  cuenta  de  su  patrono,  el  Sr.  Duque  de  Gorse,  se 
están  llevando  á  cabo  obras  de  restauración  en  la  capilla  de  la  Visitación  de  nuestra 
catedral,  fundada  por  el  famoso  obispo  de  Burgos  D.  Alonso  de  Cartagena. — egq. 

Madrid.  Fomento  d«  las  Arto.  Nuestro  querido  compañero  D.  Eloy 
Bullón,  dio  una  conferencia  en  este  ilustrado  centro  el  día  6  de  Abril,  acerca 
del  tema  Jaim«  Balmea  y  sus  obras.  He  aquí  los  términos  en  que  hacia  el 
resumen  de  la  misma  el  Heraldo  de  Madrid  del  siguiente  día:  «Después  de  referir 
en  párrafos  amenos  las  principales  vicisitudes  de  Balmes,  sus  luchas  y  triunfos, 
sus  trabajos  científicos  y  su  ^prudente  y  acertada  intervención  en  los  sucesos  polí- 
ticos de  su  tiempo,  el  señor  Bullón  entró  en  el  examen  de  las  obras  del  filósofo  de 
Vich,  señalando  las  cualidades  que  las  enaltecen  y  la  vigorosa  resistencia  que  supo 
oponer  á  los  errores  de  su  época,  restaurando  la  filosofía  tradicional  y  genuína- 
mente  española.  Habló  también  de  la  importancia,  aun  desde  el  punto  de  vista  ci- 
vilizador, de  los  estudios  metafísicos  y  trascendentales,  recordando  en  párrafos 
sugestivos  y  elocuentes  que  llenaron  de  entusiasmo  al  auditorio,  que  Grecia,  Espa- 
ña y  Alemania  habían  llegado  en  el  más  alto  grado  de  esplendor  cuando  florecían 
en  ellas  los  estudios  de  lo  absoluto,  de  lo  permanente  y  de  lo  ideal.  El  señor 
Bullón,  que  fué  justamente  aplaudido  por  el  selecto  público  que  llenaba  el  salón 
de  a¿tos  del  Centro  de  la  calle  de  Arrieta,  consiguió  anoche  un  triunfo  más  como 
orador  y  como  filósofo.»^El  Consejo  d«  Znatrucción  pública  en  su  sesión 
del  7  del  corriente,  discutió  y  terminó  el  informe  sobre  el  Tratado  de  propiedad 
literaria  con  Méjico.=El  día  8  de  este  mes  dio  una  conferencia  en  el  Fomento  de 
las  Artes,  tratando  de  «£/  libro^  su  historia  é  importancias,  D.  Ricardo  de  Aguí- 
rre,  Archivero,  Bibliotecario  y  Arqueólogo.  Disertó  sobre  dicho  tema,  remontán- 
dose al  libro  entre  los  antiguos  pueblos  orientales;  pasó  luego  á  explicar  el  gran 
desarrollo  que  alcanzó  entre  los  romanos  y  siguió  su  historia  hasta  nuestros  días, 
deteniéndose  especialmente  en  lo  que  á  la  invención  de  la  imprenta  se  refiere  y  en 
dar  noticia  de  los  tipógrafos  que  más  han  honrado  á  este  noble  arte. — tXR. 

Oviedo.  Ha  sido  nombrado  Cronista  de  Asturias  el  distinguido  publicista  Don 
Fermín  Cañella  y  Secades. 

Zaragoza,  La  Revista  de  Aragón  inserta  un  artículo  rindiendo  tributo  de 
admiración  al  insigne  arabista  aragonés  D.  Francisco  Codera.  Los  discípulos  y 
admiradores  de  este  han  acordado  publicar  un  libro  formado  con  trabajos  rela- 
tivos á  la  especialidad  que  tan  sabiamente  supo  cultivar  aquel  insigne  maestro.  El 
sabio  académico  de  la  Española  señor  Saavcdra  se  ha  encargado  de  dirigir  la  pu- 
blicación, invitando  á  escritores  nacionales  y  extranjeros  á  coadyuvar  á  tan  her- 
mosa obra.  A  esa  invitación  han  contestado  ya  muchos  y  buenos,  lo  que  permite 
asegurar  que  el  Homenaje  á  Codera  será  un  acontecimiento  que  honre  las  le- 
tras españolas. 

ESTADOS  UNIDOS.  Hace  ya  tiempo  que  la  biblioteca  del  Congreso  de  Was- 
hington distribuye  á  las  demás  bibliotecas  de  los  Estados  Unidos,  papeletas  im- 
presas de  las  obras  que  recibe  y  va  catalogando.  Esta  biblioteca,  una  de  las  mayores 
de  la  América  del  Norte  y  de  las  más  notables  del  hemisferio  occidental,  recibe  dos 
ejemplares  de  todos  los  libros  que  se  presentan  en  la  propiedad  literaria  {Copy^ 


428  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

i'icht),  adquiere  por  cambio  un  riquísimo  material  bibliográfico,  compra  gran  can- 
tidad de  libros  modernos  y  antiguos,  y  está  catalogando  de  nuevo  sus  primitivas 
colecciones  de  más  de  700.000  volúmenes.  Los  americanos,  con  su  espíritu  prác- 
tico, han  calculado  pronto  la  economía  que  representa  este  sistema  en  la  siguiente 
forma: 

Volúmenes  ingresados  en  las  4.000  bibliotecas  de  los  Estados  Unidos 

durante  el  quinquenio  1891-96,  7.000.000  ó  sean  obras Soo.ooo 

Coste  de  la  catalogación  por  el  sistema  antiguo,  ó  sea  haciéndose  cada 
biblioteca  sus  papeletas  manuscritas,  á  1,75  pesetas  por  obra,  pese- 
tas         875.000 

Calculando  que  cada  libro  haya  sido  catalogado  seis  veces  nada  más, 
en  atención  á  que  algunas  obras  las  poseen  todas  las  bibliotecas  y 
otras  sólo  algunas,  el  coste  total  para  las  4.000  bibliotecas  será  de 
pesetas - 5.25o.ooo 

Coste  de  la  catalogación  de  los  mismos  libros  en  una  sola  biblioteca 

central  é  impresión  de  las  papeletas,  pesetas i. Soo.ooo 

Economía  en  el  quinquenio,  pesetas 3.75o.ooo 

Para  la  distribución  de  las  papeletas  impresas,  basta  con  la  subscripción  de  las 
bibliotecas  al  catálogo  semanal  de  los  libros  presentados  en  la  propiedad  literaria 
( Weekiy  Catalogue  of  books  enterca  undcr  the  Copyright  Law)  y  con  la  anotación 
en  el  mismo  de  las  obras  cuyas  papeletas  desean.  La  biblioteca  del  Congreso  im* 
prime  ahora  las  papeletas  de  200  obras  diariamente,  ó  sean  60.000  al  año,  d^  las 
cuales  sólo  una  pequeña  parte  pertenece  á  la  propiedad  literaria.  Para  que  pue* 
dan  reclamarse  las  papeletas,  se  envían  á  las  bibliotecas  las  pruebas  de  imprenta  y 
sobre  ellas  se  hacen  los  pedidos. — La  idea  puesta  en  práctica  por  el  joven  Director 
de  la  biblioteca  del  Congreso,  Herbert  Putnam,  que  sólo  por  ello  se  ha  colocado  á 
la  cabeza  de  los  bibliotecarios  americanos,  había  sido  ya  propuesta  40  años  antes 
por  el  profesor  Jewett,  el  autor  de  las  excelentes  reglas  para  la  formación  de  catá- 
logos alfabéticos,  quien  pretendía  estereotipar  las  papeletas  para  poder  hacer  tira- 
das de  ellas  cuando  fuesen  necesarias.  Al  buen  sentido  americano  no  pareció  prác- 
tico este  proyecto,  por  exigir  la  inmovilización  de  tanto  material  de  plomo  y 
antimonio,  además  de  su  mucho  coste,  pero  entonces  no  se  conocían  las  máquinas 
de  componer  Linotype  que  han  abaratado  y  facilitado  tan  grandemente  la  impre- 
sión. Esto  hacen  los  americanos.==En  la  vieja  Europa  se  han  propuesto  cosas 
semejantes  por  el  Director  de  la  biblioteca  nacional  central  de  Florencia  D.  Chilovi, 
pero  tropezando  con  las  dificultades  latinas:  falta  de  uniformidad  de  tamaño  en 
las  papeletas  de  todas  las  bibliotecas;  falta  de  reglas  uniformes  para  la  redacción 
del  catálogo  alfabético,  pues  hay  biblioteca  italiana  que  en  10  años  cambió  cuatro 
veces  de  sistema  y,  lo  que  es  más  propio  de  la  raza,  no  encontraron  acogida  tales 
ideas  en  las  esferas  oficiales.  Nosotros,  aunque  desde  fecha  muy  reciente,  hemos 
llegado  al  fin  á  uniformar  el  tamaño  de  nuestras  papeletas  y  á  contar  con  buenas 
reglas  para  la  redacción  del  catálogo  alfabético.  Toca  ahora  pensar  en  lo  fácil  que 
sería  en  nuestra  Biblioteca  Nacional,  que  cuenta  con  amplios  locales  y  grandes 
patios,  que,  bien  cubiertos  de  cristales,  servirían  para  instalar  una  buena  imprenta, 
adoptar  el  procedimiento  americano,  si  nuestros  presupuestos  no  hubiesen  venido 
á  ser  una  especie  de  res  augusta  domini  que  imposibilita  toda  acción  por  conve- 
niente que  sea.  Es  también  de  notar  que  en  España  se  nos  haya  ocurrido  precisa- 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  429 

mente  lo  contrario  de  lo  que  hacen  los  americanos;  el  índice  central,  una  vez  pro- 
yectado, e.vgía  duplicar  las  papeletas  de  los  libros  en  todas  las  bibliotecas,  cuando 
por  el  nuevo  sistema  puede  hacerse  tan  fácilmente,  anotando  en  las  papeletas  im- 
presas las  bibliotecas  que  van  pidiendo  ejemplares.— jp. 

INGLATERRA.  Eduardo  VII  de  Inglaterra  es  un  apasionado  bibliófilo.  Él  en 
persona  ha  dirigido  la  revisión  del  Catálogo  de  su  rica  biblioteca  que,  entre  otras 
muchas  joyas,  posee  buen  número  de  papiros  procedentes  de  Herculano,  el  ma- 
nuscrito del  primer  Oratorio  de  Mozart,  una  bula  de  indulgencias  de  León  X  y  la 
colección  de  miniaturas  hechas  por  la  reina  Victoria. — ap.m. 

ITALIA.  La  sociedad  bibliográñca  italiana  se  propone  formar  una  Guia  de 
las  bibliotecas  y  coleccioiies  bibliográficas  privadas  italianas.  La 
utilidad  de  este  trabajo  es  notoria,  y  no  hay  que  insistir  en  lo  conveniente  que  se- 
ría en  España  formar  una  Guía  semejante.  Por  lo  menos,  serviría  para  saber  las 
colecciones  que  van  desfilando  hacia  los  Estados  Unidos,  una  tras  de  otra  y  en  si- 
lencio. Por  si  la  Revista  quisiese  intentar  esta  tarea,  antes  de  que  nos  quedemos  sin 
ninguna  de  aquéllas,  se  transcriben  aquí  las  bases  que  han  de  servir  de  norma  para 
formar  la  Guia  italiana. — I.  Libros,  opúsculos  ú  hojas  volantes  en  general  ó  para 
ilustración  de  una  especialidad  determinada.  Se  comprenderán  también  en  esta  ca- 
tegoría las  bibliotecas  de  la  nobleza,  aun  cuando  no  hayan  sido  formadas  ni  au- 
mentadas por  el  actual  poseedor. — II.  Estampan,  ya  sean  artísticas  ó  documenla- 
l.s,  comprendiendo  todas  las  especialidades  iconográficas  como  dibujos,  exlibris, 
tarjetas  de  visita,  almanaques,  modas,  carteles  anunciadores,  etc.,  excluyendo  las 
colecciones  de  sellos  de  correos  y  de  tarjetas  postales  ilustradas. — III.  Autógrafos. 
—IV.  Archivos  privados  que  por  la  antigüedad  ó  por  la  importancia  de  sus  docu- 
mentos puedan  contribuir  á  los  estudios  históricos.  Se  excluyen  de  la  Guia  todas 
las  Bibliotecas,  Archivos  ó  Museos  públicos  ó  pertenecientes  á  institutos,  obras 
pías,  asociaciones  á  otras  entidades,  las  bibliotecas  circulantes  y  los  gabinetes  de 
lectura  aunque  sean  de  propiedad  privada.  Las  noticias  que  la  Guia  contendrá,  se- 
rán las  siguientes:  i.**  Nombre,  apellido,  títulos,  profesión  y  domicilio  del  poseedor. 
2.**  Indicaciones  del  lugar  en  que  se  conserva  la  colección.  3."  Noticias  históricas 
referentes  á  su  fundación  y  aumentos  sucesivos  cuando  se  trate  de  una  colección 
antigua.  4.'*  Datos  numéricos,  especialidad  coleccionada  ó  mejor  repreieníada  en  la 
colección.  5.*  Indicaciones  bibliográficas  de  los  catálogos,  libros  y  memorias  publi- 
cados para  ilustración  de  la  misma.  Los  trabajos  hasta  ahora  publicados  sobre  co- 
lecciones particulares  españolas,  no  pasan  de  ligerísimas  indicaciones,  y  además 
son  debidos  á  extranjeros  ó  impresos  en  idioma  extranjero.  El  de  R.  Altamira  pu- 
blicado en  la  Reinie  internationale  des  A,  des  B,  &  des  A/.,  dedica  pocas  lineas  á 
Archivos  y  Bibliotecas  particulares  y  algunas  á  Museos.  Más  largo  es  el  publicado 
en  la  misma  Revista  por  M.  Arthur  Engel,  aunque  limitado  á  los  museos  y  colec- 
ciones de  Barcelona,  y  se  encuentran  estimables  noticias  sobre  Archivos  y  Biblio- 
tecas particulares,  en  la  obra  del  Dr.  Rudolf  Beer  Handschriftenschdt^e  von  Spa- 
nien  (Wien  1894).  En  el  tomo  de  nuestra  Revista  correspondiente  al  año  1871,  pá- 
gina 289,  publicó  el  Sr.  Rodríguez  Villa  un  artículo  sobre  Archivos  particulares, 
que  se  limita  á  encarecer  su  importancia  y  á  lamentarse  del  abandono  en  que  en- 
tonces los  tenían  la  mayor  parte  de  las  Casas  nobles. — jp.==Con  motivo  de  ciertos 
discursos  pronunciados  en  el  Parlamento  italiano,  la  revista  Centralblatt  fur  Bi- 
bliotkekswesen  (núm.  12  Dic.  1902),  declara  que  las  condiciones,  tanto  de  las  bi- 
bliotecas italianas  como  del  personal  á  ellas  adscrito,  no  son  dignas  de  un  Estado 


43o 


REVISTA  DE  ARCHIVOS 


CU  lio  como  pretende  ser  Italia.  ^Qué  diría  la  autorizada  revista  alemana  de  las 
nuestras?*— jp. 

PORTUGAL.  Con  y,ran  solemnidad  se  han  trasladado  los  restos  de  Almeida 
Garret,  en  Lisboa,  al  panteón  de  los  Jerónimos,  hermoso  monumento  orgullo  de 
la  arquitectura  portuguesa. 


BIBLIOGRAFÍA 


(La  icngu.i  es  la  ba!íe  de  clasiíicacíón  de  nucstara  Bibliografía.  En  esta  se  incluyen  todos  los 
libros  de  cualquier  orden  y  los  trabajos  de  revistas  publicados  por  individuos  de  nuestro 
Cuerpo,  lo  cual  puede  servir  para  intentar  una  bibliografía  ue  éste:  los  marcaremos  con  un  *. — 
En  la  tíibliof¡rafia  de  Hepistas  siempre  que  no  se  indique  el  año,  se  entenderá  que  es  el  co- 
rriente.) 


LIBROS  ESPAÑOLES 

(i."  Todos  los  de  historia,  en  la  acepción  más 
amplia  de  1.»  palabra,  desde  la  polkica  á  la  cien- 
tífica, y  ios  de  sus  ciencias  auxiliares,  incluso 
la  filología  y  la  lingüistica,  que  se  publiquen, 
editen,  reimpriman  y  extracten  en  la  España 
actual  y  sus  posesiones,  de  autor  español  ó  ex- 
tranjero, en  cualquiera  de  las  habías  españo- 
las, ó  en  ó  fuera  de  España,  de  autor  español, 
en  leiif^uas  sabias.  2.**  Las  ediciones,  reimpre- 
siones y  antologías  hedías  en  ó  fuera  de  Espa- 
ña, de  libros  de  cualquier  materia  escritos  por 
autore>  ya  muertos  ny  contemporáneos,  espa- 
ñoles ó  extranjeros,  en  dichas  hablas,  ó  por 
españoles  en  lenguas  sabias,  dentro  de  la  ex- 
tensión de  los  antiguos  dominios  españoles. 
3."  Las  traducciones,  arreglo^,  refundiciones 
c  imitaciones  publicadas  en  ó  fuera  de  España 

f>or  autores  vivos,  e>panoles  ó  extranjeros,  en 
as  mismas  hablas  ó  en  len -uas  sabias,  de  obras 
hisi«>ric  is  y  literarias  debidas  a  españoles  ya 
muertos.  4."  Los  libros  notables  originales  de 
amena  literatura,  dados  á  luz  en  o  fuera  de 
España  por  escritores  contemporáneos,  espa- 
ñoles ó  no,  en  las  hablas  españolas,  ó  por  escri- 
tores españoles  contemporáneos  en  lenguas 
sabi  is.  5."  Los'de  cuilquier  materia,  siempre 
que  se  retieran  a  cosas  de  l-^spaña,  publicados 
en  las  referiilas  hablas  en  aquellas  naciones 
que  no  las  usan,  ó  en  las  mismas  hablas  ó  en 
lenguas  sabias  cu  los  pueblos  que  usan  el  cas- 
tellano. Y  <)."  Las  traducciones  hechas  por  es- 
pañoles ó  extranjeros,  á  cualquiera  de  las  ha- 
blaN  españí>las,  o  por  españoles  á  lenguas  sa- 
bias, de  libros  extranjeros  históricos,  ue  cultu- 
ra general,  y  aun  de  amena  literatura  cuando 
bon  obras  maestras.) 

AtiviLKR.v  Y  \'ki..vsco  (D.  Alberto).  Reformas 
de  ALidrid .  <'.onlerenc¡a  dada  en  el  (!^entro 
Instructivo  del  Obrero  el  día  23  ile  Febrero  de 
i'>'3-  -Madrid.  K.  Velasco.   n/.>\\.     4.^,  4y  págs. 

.\Mii;i.o  La(«lna  (Diego).  Derecho  privado  ue 
\i/caya.— Madrid.  Imp.  de  la  Sucesora  de  M. 
Minuesa  de  los  Ríos.  1903, -4. ",  275  pags.  De  la 
Biblioteca  jurídica  de  Au1.ores  españoles  y  ex- 
tranjero^.—.'^  ptajj. 

Akreaí  (LucicnV.  La  moral  en  el  drama,  en 
la  cpopey.i  >  i;n  la  novela.  Traducciou  de  .\n- 
selino  (jonzález.— Madrid.  Daniel  Jorro,  edi- 
tor. iyo3.— «."  m.,  250  pags.— 2,5o  ptas. 


I  Cañé  (Mig\icl).  Prosa  ligera.  Gallicae  cons- 
>tructiones.  España.  En  la  tierra.  Recordando. 
Buenos  Aires.  A.  Moen.  1903.— 8.®,  264  págs. 

CÁRDENAS  (P.  Juan  de).  Breve  relación  de  la 
muerte,  vida  y  virtudes  del  venerable  caba- 
llero D.  Miguel  Manara  Vicenielo  de  Leca. — 
Sevilla.  E.  Rasco.  MDCCCCIIL— 4.°  421  pági- 
nas.—Reimpresión  de  la  obra  conforme  á  las 
ediciones  de  1679  y  1874,  con  apéndices  y  un 
Posi-scriptum  de  D.  José  María  de  Valdenebro. 

Coij-xciódedocumcnts  historichsincdits  del 
Arxiu  .Municipal  de  la  t^iutat  de  Barcelona. — 
Manual  de  novells  ardi,ts  vulgarmcnt  apellat 
Dietari  del  .\nlich  Consell  Barccloní.  Volúm 
de:>é,  que  compren  lo  volum  original  XXV. 
Anys  it)2i-i63i.  Publicat  per  acort  y  á  despe- 
sas del  Excmo.  Ajuntamcnt  C^onstitucional. — 
Barcelona.  Imp.  de  Henrich  y  Comp.*.  1902. — 
4.",  i  V,  ñoi  pags.  y  Una  de  índice. — 6  ptas. 

CoRTKZo  (C.^M.).  Datos  históricos  acerca  de 
la  \'acuna  en  España.  Leyes  y  Decretos  contra 
la  viruela.  Vacunación  obligatoria. — Madrid. 
Imp.  Católica,  la  Prensa  de  Madrid.  1903.— 4.®, 
i2f)  págs. 

COSTA  Y  Llobkra  (Miguel)  Tradicions  y  fan- 
tasies.— Barcelona.  Imprenta  Cunill.  1903. — 8.®, 
(XII  págs. 

Chaves  (Manuel).  D.  Diego  Ortíz  de  Zúñiga. 
Su  vida  y  sus  obras.  (Estudio  biográfico  y  crí- 
tico).—Sevilla.  Imp.  de  E.  Rasco.  1903. — 4.*, 
97  págs. 

Diez  Pinedo  (D.  Eduardo).  Anuario  de  la 
Bolsa,  del  (Comercio  y  de  la  Banca  para  1903.  - 
Ano  A'y/.— Madrid.  Hijos  de  R.  .Vlvarez.  1903. 
4.",  534  págs,  145  de  anuncios  y  xix  de  índice. — 
5  pías. 

Kerná.ndbz  Duro  (D.  C^csáreo).  El  último  Al- 
mirante de  Castilla,  D,  Juan  Tomás  Enriquez 
de  Cabrera.— .Madrid.  Est.  tip.  de  la  V.  é  H.  de 
M.  Telio.  n»o3.— 4."  m.,  220  pags. 

Eouii.LÉE.  Bosquejo  psicológico  de  los  pue- 
blos europeos.  Traducción  de  Ricardo  Rubio 


filBLIOTkCA^  Y  MUsEóll 


43í 


Madrid.  Daniel  Jorro.  1903.-8.*^  d.,  660  págs.— 
10  ptas. 

García  y  Bari^arín  (1).  Ku^enio).— Historia 
de  la  Pedagogía  española.— Madrid.  Sucesores 
de  Hernando.  1903.— 8.*  m.,  328  págs. 

GÓMBZ  DE  Artkche  y  Moho  (D.  José).  Guerra 
de  la  Independencia.  Historia  miliur  de  Espa- 
ña de  1808  á  1814.  Con  un  prólogo  escrito  por 

D.  Eduardo  Fernándci  San  Román.  Tomo  XIV. 
Madrid.  Imp.  del  Depósito  de  la  Guerra.  1903. 
8.°  m.,  3g6-xxi-29  págs.  ^ 

GÓ.MEZ  ¡HAZ  (Manuel).  D.  Miguel  Manara. 
Algunos  datos  referentes  al  insigne  fundador 
de  la  Santa  Caridad  de  Sevilla.— Sevilla.  E. 
Rasco.  MDCCCCII.— 4.",  62  págs. 

GOMZ.ÍLEZ    DB    KCIIÁVARRI    Y  CASTAf«EDA  (don 

Vicente).— Vitoria  histórica.  Colección  de  ar- 
tículos publicados  en  el  diario  />a  Libertad.., 
Con  un  prólogo  de  D.  Herminio  Madinavei- 
fía.— Vitoria.  Imp.  de  Dominf^o  Sar.  1903.— 8.**, 
if»  págs. 

GuADALERZAS  (El  Marquós  de).  Categorías 
fílo^óficas.  Ensayo  crítico  sobre  el  modo  de 
concebirlas.  Discursos  pronunciados  en  la  Aca- 
demia psicobiológica.— Madrid.  Est.  Tip.  de 

E.  Teodoro.  1902.— 8.®,  103  págs. 

GuiciioT  Y  Sierra  (Alejandro).  (Ciencia  de  la 
Mitología;  el  gran  mito  ohtónico-solar.  Pró- 
logo de  Manuel  Sales  Ferr¿.— Madrid.  Est. 
tip.  de  la  V.  é  H.  de  M.  Tcilo.  1903.-8.®,  5o6 
página*. 

Gurhea  y  Aragón  (I).  Martín  de),  Duque  de 
Villahermosa,  Conde  de  Ribagorza.  Discursos 
de  Medallas  y  Antigüedades...  sacadas  ahora  á 
luz  por  la  Excma.  Sra.  I).*  María  del  Carmen 
Aragón  .\zlor,  actual  Duquesa  del  mismo  tí- 
tulo, con  una  noticia  de  la  vida  y  escritos  del 
autor,  por  D.  José  Ramón  Mclida,  de  la  Real 
Academia  de  San  Fernando,  bibliotecario  de 
la  (>asa  de  Villahermosa. —Madrid.  Est.  tip. 
de  la  Viuda  é  Hijos  de  M.  Tello.  iyf>3.— Folio, 
141  págs.  con  fototipias  de  Hauser  y  Menet  y 
fotograbados  de  Laporta. 

Gt'iiKRHEí»  (.Miguel).  Historia  general  déla 
Literatura.  Parte  1.^  Literatura  española.  Par^ 
te  2.^  Literatura  extranjera. —Granada.  Tip. 
Lii.  de  paulino  V.  Traveset.  1902.— 8.",  55  y  16a 
pags. 

Hierro  (Baltasar  del).  Libro  y  primera  par"- 
te,  de  los  victoriosos  hechos  del  muy  valeroso 
cauallero  I),  .\luaro  de  Batean:  señor  de  las  vi- 
llas del  Viso,  y  Sancta  Cru/.  Capitán  general 
del  mar  Océano.  Dirigido  al  muy  illustre  señor 
don  Luys^apata,  Señor  de  las  villas  de  .Mbu- 
ñol  y  Torbiscon  con  sus  partidas.  {Al  princi- 
pio). This  edition  of  two  hundred  was  printed 
in  facsímile  from  ihe  copy  in  the  library  of 
Archer  M.  Huntingtnn,  ai  the  De  Winne  Fress, 
ninetccn  hundred  and  three.— 8.**,  sin  folia- 
ción. 


Jara  (Alfonso).  He  Madrid  á  Tetuán.— Ma- 
drid. Est.  tip.  de  R.  Fe.  i9'>3.— 8.*,  283  págs. 

Jusu¿(D.  Eduardo).  Tablas  de  reducción  del 
cómputo  musulmán  al  cristiano  y  viceversa, 
precedidas  de  una  explicación  en  castellano  y 
en  latín,  compuestas  por  procedimientos  com- 
pletamente nuevos.— Madrid.  Imp.  de  L.  Agua- 
do. 1903.— 8.'  doble. 

LAZÚRTEdui  (Julio  de).  Un  modelo  pan  Es- 
paña. (Cartas  alemanas).— Biltiao.  Imp.  Htvitta 
Bilbao.  1902-3.— 8.®  m.,  349  págs. 

León  xiii.  Colección  completa  de  todas  sus 
Encíclicas,  en  latín  y  castellano,  publicadas 
bajo  la  dirección  y  con  un  prólogo  del  Dr.  Don 
Manuel  de  Castro  Alonso.— Valladolid.  Ctsi^ 
editorial  de  D.  José  Manuel  de  la  Cuesu.  1903. 
Dos  vols.  en  4.**  mayor.— 10  ptas. 

LÓPEZ  Hklakz  (i).  Antolín).  El  Obispo  San 
Capitón.  (Obra  premiada).— Burgos.  Imp.  y  li- 
brería del  Centro  Católico.  1903.-8.*^,  80  págs. 

Merino  (R.  P.  Baltasar).  Viaje»  de  Herbori- 
zación por  Galicia.— Tomado  de  la  revista  Ka- 
^ón  y  Fe.— Madrid  Sucesores  de  Rivadeneyra. 
1903.— Al  (in:  íin  de  la  primera  parte.— 4.^,  76 
páginas. 

MoNTiDRA  (Baptista)  (Juan  Timoneda],  Vi- 
llete  de  Amor.  (Cancionero  llamado  Villete  de 
Amor:  compuesto  por  Baptista  Montidca.  En 
ci)  qual  se  contienen  (Unciones,  villancicos  y 
otras  obras  diuersas.  Dirigido  al  muy  exptrto, 
y  anisado  loco  Luys  (^uirosillo  truhán  exa^ni- 
nado  en  (Corte.  Véndese  en  casa  de  Joan  Ti- 
moneda, .Mercader  de  libros.  (Fol.  i.°  v.:  Prin- 
ted in  facsímile  from  the  copy  in  the  library 
of  Archer  .M.  Huntington,  at  the  De  Vinne 
Press,  nincteen  hundred  an  ihree.)  — 8.",  17 
hoj.is. 

M0RALK.S    (JARCÍA-GOYKNA    (J..UÍS).    EstudíO 

histórico  de  Filosofía  Árabe  Occidental.  Ave- 
rroes.  Tesis  doctoral.— Granada.  Tip.  Lit.  de 
Paulino  Ventura  Traveset.  1902.— 4."  m., 64  pá- 
ginas y  una  de  apéndice  bibliográfico. 

Octavio  Bir.soE  (Carlos).— Principios  de  Psi- 
cología individual  y  social.  Prólogo  por  el 
Doctor  D.  Luis  Si  marro. —Madrid.  Imprenta  de 
A.  .Marzo.  1903.— 8.",  XlV-24opágs. 

—Nuestra  América.  Prólogo  de  Rafael  Altt-* 
mira.— Barcelona.  Imp.  de  Henrich  y  C.^  1903. 
8.^,  xxiii-233  páginas. 

OviKoo  .\hi,k  (Dr.  D.  Eladio).  .Memoria  sobre 
el  Autor  de  la  «Salve».  (De  la  (irónica  del  0.* 
Congreso  (Católico  Español  de  i'/>2).  -Com- 
postcla.  Imp,  y  ene.  del  Scm."  1903.  -4.",  52pá- 
gina-v 

Pardo  Bazán  (Emilia).  Obras  completas. 
Tomos  XXV/I/  y  XXIX.  San  Francisco  de 
Asís,  (siglo  xiii).  Primera  parte.  Segunda  y 
última  parte. '-Dos  vols.  8.**,  de  302  y  308págs 
3  ptus.  cada  tomo. 


432 


REVISTA  DE   ARCHIVOS 


Patria  (La)  boba.  Tiempos  coloniales,  por 
J.  A.  Vargas  Jurado.  Días  de  la  Independcn- 
ria,  por  J.  M.  Caballero.  Sanlafé  ciuiiva,  por 
J.  A.  de  Torres  t  Peí5a.— Bogotá.  Imp.  Nacio- 
nal. 1902. — 8.^  d.,  476  págs.  Es  el  tomo  I  de  la 
Biblioteca  de  Historia  Nacional  [de  Colombia.] 

Patrón  (Pablo).  Perú  primitivo.  Notas  suel- 
tas.—Lima.  Imprenta  del  Estado.  1902.— 8.«  m., 
ao  págs. 

Pereira  de  L4MA  (J.  M.)  Iberos  e  bascos.— 
Paris.  Typ.  Aillaud  A.»»  C*.  1902.— 8.®,  332  pá- 
ginas. 

Peres  (Ramón  D.)  Musgo.  {Poesías.]— Bar- 
celona. Tip.  L'Aven^.  1903.— 8.®,  i58  págs. 

Prado  ^Fr.  N.  del).  De  Scientia  media.— Fri- 
burgi  (Hclvcliorum).  1903.— 8.°  m.,  64  págs. 

Quevedo  Villegas  (D.  Francisco  de).  Obras 
compleus.  Edición  crítica,  ordenada  é  ilustra- 
da por  D.  Aureliano  Fernánder-Guerra  y  Orbe. 
Con  notas  y  adiciones  de  D.  Marcelino  Menén- 
der  y  Pelayo.  Tomo  segundo.— Sevilla.  Im- 
prenta de  £.  Rasco.  1903.-8.°  m.,  IX-400  págs. 
Publicadas  por  la  Sociedad  de  bibliófilos  aw 
daluces. 

Ramón  (D.  Salvador).  Fragmentos  históricos 
de  nuestra  literatura  española.— Madrid.  Im- 
prenta de  San  Francisco  de  Sales.  1903.-8.°, 
114  págs. 

Recuerdos  para  la  Historia  de  Ntra.  Señora 
de  Zigalarcs  ó  Tómalos  que  se  venera  en  su 
Basílica,  jurisdicción  de  Torrecilla  de  los  Ca- 
metos.— Salamanca.  Imp.  de  Calatrava.  1903. 
4.°,  24  págs.  con  grabados. 

Redel  (Enrique).  Biografía  del  Dr.  D.  Barto- 
lomé Sánchez  de  Feria  y  Morales,  escritor 
cordobés  del  siglo  xviii,  y  juicio  crítico  de  sus 
obras.— Córdoba.  Imp.  Escuelas- Asi  lo.  1903.— 
8.0,  144  págs. 

Rodríguez  García  (José  A.)  Bibliografíi  de 
la  Gramática  y  Lexicografía  castellanas  y  sus 
estudios  iñncs.— 'Segunda  e^ftctón.— Habana. 
Tip.  San  Ignacio.  1903.  (En  folio.  Cuaderno  i.°) 

Rosado  Vega  (Luis).  Sensaciones  [Poesías]. — 
México.  Casa  editorial  de  £.  Sánchez.  1902.— 
8.°,  lio  páginas,  con  un  retrato  del  autor. 

San  José  y  Santarkn  (D.  Ricardo  de).  Necro- 
logía del  ilustre  médico  homeópata  Dr.  D.  Jo.sé 
'  María  de  Gorostízaga  y  Carbajal.  — Madrid. 
Imp.  de  la  Viuda  é  hijos  de  A.  Santarén.  1903.— 
4.0,  14  págs. 

Sanchís  y  Sivera  (José).  El  mejor  veraneo.— 
Valencia.  Tip.  Moderna.  1903.— 8.°,  25<)  págs. 
[Trata  este  libro  de  un  viaje  hecho  por  el  au- 
tor á  Lourdes  y  Suiza.] 

Schopenhauer  (A.)  Apuntes  para  la  Historia 
de  la  Filosofía,  traducidos  por  primera  vez  del 
alemán  por  Luis  Jiménez  García  de  Luna.— 
Madrid.  Vda.  de  Rodríguez  Scrra  s.  a.  [1903J.— 
8.0,  187  págs.— 2  pías.  Es  el  volumen  xin  de  la 
«Biblioteca  de  Filosofía  y  Sociología)». 


Serrano  y  Sanz  (Manuel).  Pedro  Ruiz  de  Al- 
caráz,  iluminado  alcarreño  del  siglo  x  vi. —Ma- 
drid. Tip.  de  la  Reyista  de  Árchipos.  1903. — 
8.0  m.,  3!  págs. 

Valera  (Juan).  El  superhombre  y  otras  no- 
vedades. .\rticulos  críticos  sobre  produccio- 
nes literarias  de  fines  del  siglo  xix  y  princi- 
pios del  XX.— Madrid.  Imp.  de  R.  Fé.  1903.— 
8.»,  398  págs. 

Vega  Carpió  (Lope  de).— Romancero  espi- 
ritval,  para  recrearse  el  alma  con  Dios.  Y  re- 
dempcion  del  genero  humano.  Compuesto  por 
Lope  de  Vega  Carpió,  a  dcuocion  de  los  Her- 
manos de  la  Terccxa  Orden  del  Seráfico  Padre 
San  Francisco.  Hanse  añadido  en  esta  im- 
pressión  tres  Estaciones,  y  en  cada  vna  de  las 
quinze,  quatro  consideraciones  muy  dcuotas. 
En  Pamplona,  por  luán  de  Oteyza.  Año  1624. 
(.\l  folio  1.0  V.:  Printed  in  facsímile  from  thc 
copy  in  the  líbrary  of  Archer  M.  Huntington, 
al  the  De  Vinne'Press,  nineteen  hundred  and 
three.)— 8.0,  136  folios. 

Vega  Carpió  (Lope  Félix  de).  Entremés  de 
los  sordos.— New  York.  1903.  Reproduccd  in 
facsímile  from  thc  original  Manuscript  ía  thc 
library  of  Archer  M.  Huntington. 

ViGNAu  (D.  Vicente)  y  Chagón  (D.  Francisco 
R.  de).  índice  de  pruebas  de  los  caballeros  que 
han  vestido  el  hábito  de  Calatrava,  Alcánt.ira 
y  Montesa,  desde  el  siglo  xvi  hasta  la  fecha. — 
Madrid.  Est.  tip.  de  la  V.  é  Hijos  de  M.  Tello. 
>903— 4°»  vn-359  págs.— 10 pías. 

ZimalacArregui  (José  María).— Ensayo  so- 
bre el  origen  y  desarrollo  de  la  propiedad  co- 
munal en  España.  Tesis  para  el  doctorado  ea 
Derecho.-  Madrid.  Est.  tip.  Hijos  de  A.  Gar- 
cía. 1903.-4.°,  80  págs. 

A.  Gil  .\lbacetc.  M.  Serrano  y  Sanz. 

LIBROS  EXTRANJEROS 

[i.°  Los  tratados  universales  y  generales  por 
naciones  y  m.iterias,  de  historia  y  sus  ciencias 
auxiliares,  de  literatura  y  arte,  de  filología  y 
lingüística,  etc.,  aue  interesen  á*la  erudición 
%  á  la  cultura,  puolicados  en  ó  fuera  de  Espa- 
ña por  españoles  ó  extranjeros  en  hablas  vul- 
gares no  españoles,  ó  por  cxtranjcrcs  en  len- 
guas sabias.  2.**  Los  de  cualquier  materia  es- 
critos por  españoles  en  ó  fuera  de  España  en 
dichas  lenguas  vulgares.  3."  Los  de  cualquier 
materia,  con  tal  que  se  refieran  á  cosas  espa- 
ñolas, publicados  por  extranjeros  en  ó  fuera 
de  España  en  lenguas  sabias  ó  en  hablas  vul- 
gares no  españolas.] 

Archaei.ogik  Griechischc  romisrhe,  cirus- 
kische  Kunst,  Palacographie,  Epigraphik,  Nu- 
mismatik  Papyrologie  Encyclopadien.  Anti- 
quariats-katalog,  núm.  7  von  Hugo  Slreisand. 
Berlín,  1903.— 8.°,  40  págs. 

Bekr  (Rudolf).  —  Spanische  Literaturges- 
chichtc.— Leipzig,  Góschen'sche  Berlagshan- 
dlung,  1903.— 2  vols.  en  8.°  de  148  y  164  págs. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


433 


Calmette  (J.)  Noiicc  sur  la  secondc  pariic 
du  maouscrit  catalán  P.  13  de  la  Bibliothéque 
nationalc  de  Madrid.— Nogcni-le-Roirou,  Imp. 
Daupeiey-Gouvcrneur,  1903.— 8.*,  9  págs. 

CARorGE  (L'abbé).  Pélcrinages  en  Espagne 
el  en  Portugal.—Troyca,  Itnp.  Frémont,  1903. 
8.°,  403  págs.  con  grabados. 

Catalogue  (A)  of  a  choice  collection  of  ¡llu- 
mioatcd  manascripis  and  rare  aod  valuablc 
books  reiating  to  África,  America,  the  Fine 
Arts,  Bibliography^english  History  and  Lite* 
raturc,  &.  Offered  by  Bernard  Quariich.— Lon- 
don,  G.  Norman,  1903.-8.°  m.,  112  págs. 

Celticvs  (Le  Docteur).  Les  19  Tares  corpo- 
relies  visibles  pour  reconnaitre  un  juif.— Saint 
Amand,  Imp.  Bussiére,  1903.-18.°,  108  págs. 
con  19  grabados. 

DuNANO  (P.  II.)  Études  critiques  sur  l'His- 
toire  de  Jcannc  d'Arc.  La  légende  anglaise  de 
Jeionc  «visíonoaire,  renégatc,  parjure»,  de 
1431  á  1903.— Toulouse,  Imp.  Prival,  1903.— 8.*, 
126  págs. 

Fitzmaurice-Kelly  (James).  Lope  de  Vega 
aod  the  spanish  drama  being  the  Taylorian 
lecture  (1902).— Glascow,  Gowans  &  Gray,  1902. 
8A  63  págs. 

Funke  (Alf.).  Aus  Deutsch-Brasilien;  Bilder 
aus  dem  Lcben  dcr  deutschcn  im  Staatc  Rio 
Grande  do  Sul.— Leipzig,  Teubner,  1902.-8.°, 
viii-287  págs.  Con  grabados. 

Gautmier  (J).— Le  Cardinal  de  Granvelle  et 
les  artistcs  de  son  temps.— Besanfon,  Imp.  Do- 
di  ?ers,  1902.-8.°,  5i  págs.  con  dos  retratos. 

Herchekbach  (W.).  Deux  Papes  des  Cata- 
combes  (Saint  Lin;  Saint  Caliste)  Trad.  par 
l'abbé  Gobat.— La  Chapelle-Montligeon,  Imp. 
de  Nolre-Damc,  1903.-8.°,  287  pags.  Con  gra- 
bados. 

Jeanrot  (A.)  ct  VicsAVX  (A.).  Voyage  au 
Purgatoire  de  saint  Patrice;  visions  de  Tindal 
et  de  saint  Paul.  Textes  languedocicns  du  xv^ 
siécle.  —  Toulouse,  Imp.  Privaí,  1903.-8.°, 
1.^1-146  pags.- 4  francos. 

Kern  (H.).  Histoire  du  bouddhismc  dans 
rinde.  Traduitc  du  néerlandais  par  Gédéon 
Huet.  — Le-Puy-cn-Velay,  Imp.  de  Marches- 
sou,  1903.— T.  II,  8.°,  526  págs.  Con  un  mapa 
de  la  India  antigua. 

Lacombe  fPaul).  Bibliographie  des  travaux 
de  M.  Léopold  Delisle.— Paris,  Imp.  Nationale- 
1902.-8.°  m.,  xxix-Sio  págs.  Con  un  retrato  de 
Delisle. 

Lacour-Gayet  (G.).  Vn  utopiste  inconou. 
Les  Codicillcs  de  Louis  XIII.- Paris,  Émilc 
Paul,  1903.-8.°,  i5i  págs. 

Langeron  (Le  General).  Mémoires.  Campa- 
gnes  de  1812,  1813,  1814.— Besan^on,  Imp.  V^ 
Jacquin,  i^.— 8.°,  cxx-524  págs. 

Le  Gal  (Mr.).  Renán  á  Tréguier;  le  moralis- 
le.  Pourquoi  les  bretons  se  défendent.-— Saint- 
Brieuc,  Imp.  Prud'hommc,  1903.-18.°,  184  págs. 


Marcel  (G.).  La  Lettre  ct  It  Carte  de  Tosca- 
nelli  sur  ia  route  des  Indei  par  l'Ouest,  adres- 
séei  en  1474  au  portugais  Feroam  Martins  et 
transmites  plus  tard  á  Christophe  Colomb. 
Étude  critique  sur  l'authenticité  et  la  valcMf 
de  ees  documents.—Le-Puy-en-Velay,  Imp. 
Marchessou,  I903.~4.^  10  págs. 

Mémoires  et  publicaiioos  de  la  Société  dea 
5>ciences,  des  Arts  &  des  Lettres  du  Hainaut, 
V/'  serie.  Toma  IV.  54'  yo/umc— Mons,  línp. 
Dequeine-MaaquíllUr  &  Fila,  MDCCCCIL— 
8.°  m.,  xzu*9o8  págs, 

MoNUARCHé  (M.).  L'Andorre.  Une  excursión 
aux  valléet  neutras  (la  pays,  les  habitants, 
Tetat  politiqíie  tt  social). —París,  Imp.  Féron- 
Vrau,  1903.— «.•,  27  págs.  coa  un  mapa  y  ao  fo- 
tografías. 

Orano  (DQmenico).  II  sacco  di  Roma  del 
MDXXVII.  I  rjcordi  di  Marcello  Alberioi.- 
Roma,  Tip.  Loatcher,  1902.-8.°,  555  págs. 

ScHMiOT  (C.  £.).  Sé  vil  le.  Traduit  et  adapté 
par  Henry  Payra.  —  Evreux ,  Imp.  Hérissey, 
1903.-4.°,  iGd  págs. 

Trvera  (A.).  Quentos  populares:  Morceaux 
choisis,  avC9  OQtes  et  qucstionnaires,  par  Th. 
Alaux  ct  L.  Sagar4oy.  Avcc  préface  de  M.  de 
Tréverr^i.  5^  <i^«íoii.— Toulouse,  Imp.  Pri- 
vat,  i903.-i6,<»,  igppágs. 

VicTOR-TuoMAi  ¿C.).  Amériques  et  Améri- 
cains.— Paris^  Chi\(lamel,  1902.-16.°,  200  págs. 

Waresquiev  (11..  da).  Le  bienheureux  Jac- 
ques  de  Voragii^,  a^Hur  de  la  «Légende  do- 
rée».- Bar-le  Dúo,  Iirip.  CoUot,  1902.-16.°,  226 
páginas.  Con  grabfdo%. 

Williams  (Leonafd)..  Ballads  and  songs  of 
Spain.  Second  erfífion.— London,  Cassell  and 
Compaoy,  1903-8.°,  a»-XT  págs.  [Algutios  de 
los  asuntos  tratados  son  liistóricoa,  como  la 
muerte  de  Alonso  de  Aguilar.  y  La  batalla  de 
Guadalete.) 

M.  Serrano  y  San/.. 

REVISTAS  ESPAÑOLAS 

[1.°  Los  sumarios  íntegros  de  las  revistas 
congéneres  de  la  nuestra,  consasratJas  exclu- 
sivamente al  estudio  de  España  y  publica- 
das en  cualquiera  de  las  hablas  cspaAolas  en  ó 
fuera  de  España:  los  títulos  de  catas  revistas 
van  de  letra  cursiva,  2.°  Todos  los  trabajos 
históricos  y  eruditos  acerca  de  cualquier  ma- 
teria, según  el  amplísimo  criterio  expuesto, 
que  ñguren  en  los  sumarios  de  las  revistaa  no 
congéneres  de  la  nuestra,  escritas  en  dichas 
hablas  en  ó  fuera  de  España.] 

Boletín  oe  la  Real  Academia  de  la  Histo- 
ria. 1903.  Mayo.  Inventario  de  las  antigüeda- 
des y  objetos  de  arte  que  posee  la  Real  Acada- 
mia  de  la  Historia,  por  Juan  Catalina  Garda» 
Dos  viajes  regios  (1679  y  1666),  por  A.  Rodri^ 
guei^  Vt//a.— La  epigrafía  latina  en  la  provin- 
cia de  Orense,  por  Fidel  Fiía.— Historia  de  la 
villa  de  Baena,  por  D.  Francisco  Valy§rde  (A 


4^4 


REVISTA  DE  ARCHIVOS 


Carrasco).— Disquisición  acerca  de  la  anticua 
ciudad  de  Muoda  Poinjieyaaa,  por  A.  Ca- 
rrasco. 

La  Ciudad  de  Dios.  5  Mayu  1903,  l'n  pue- 
blo manir  (continuación),  por  el  P.  Antonino 
M.  Tonna  Harthet. — Las  «Knsaladas»  de  Fle- 
cha (cootinuación),  por  el  P.  Luis  Viílalba 
Afii^o^.— I-as  Misiones  ajiustinianas  en  C^hina 
a  principios  del  siglo  xviii,  por  el  P.  (luiller- 
mo  Bonjour  /''aéTÍ.— Catálogo  de  escritores 
agustinos  españoles,  portugueses  y  anurica- 
nos,  por  el  P.  Bonifacio  del  Moral.  -Biblio- 
grafía. 

La  Kspaña  Modkbna.  11103.  Abril.  Los  monu- 
mentos nacionales,  por  Rodrigo  Amaditr  de 
los  Ríos. — Formación  del  profesorado  de  se- 
gunda enseñanza,  por  Adolfo  /*OAaí/rt.--Luro- 
pa  y  América,  por  Jerónimo  tíec/rer.-  Lecturas 
americanas,  por ^/ispaniís.— «'roñica  literaria, 
por  K.  Gómei{  de  /<a</uero.— Revista  de  Revis- 
tas, por  Fernando  .Ara«;o.- Mayo.  Las  l'ni- 
versidades  populares,  por  Leopoldo  Palacios.  - 
D'Annunzio  y  el  anarquismo  aristocrático 
por  Kdmundo  Gon^d/cjf  /i/ti»ico.— El  centena- 
rio de  la  Luisiana,  por  JcrÓLinio  /íec^er.  -(">u-, 
riosidades  numismáticas,  por  Ignacio  Ca/j»o.— 
Crónica  literaria  por  K,  Góme^  de  iiaifutn».-- 
Revista  de  Revistas,  por  Fernando  .\rd«;<>.-- 
Notas  bibliográficas,  por  \.  Posada  y  K.  Gon- 
!{álei{-manco. 

(jALiciA  HISTÓRICA.  1903.  Knero-Febrero.  Re- 
seña histórica  de  la  erección  ilel  (íran  Hospi- 
lil  de  Santiago,  fundado  por  los  Reyes  Calo- 
lieos,  por  José  Villaamil  y  f\utru.  -El  mo- 
nasterio de  San  Salvador  de  «lelanova  eu  17H5, 
por  Fr.  Lucio  Serrano.  -La  tonalidad  y  el 
ritmo  en  la  música  popular  de  (ialicia,  por 
Santiago  Ta/a//.  — I  estamento  de  Wi^ico  Ló- 
pez de  Ulloa. — Testamento  del  ('onde  ile  Mon- 
te Rey  D.  Sancho  de  rlloa.— Testamento  de 
\).  .Vndrés  Sánchez  de  (ires.  Adelantado  mayor 
de  Galicia.— Bula  de  Clemente  Vil  (antipapa) 
sobre  cierta  compra  hecha  por  el  Arzobispo 
de  Santiago,  D.  Juan  (Jarcia  Manrique.  — Ave- 
nencia entre  el  .arzobispo  de  Santiai^o  y  de- 
mas  prelados  de  Galicia,  juntamente  con  don 
PcMro  Fernández  de  Castro.  -Testamento  del 
canónigo  de  Santiago  D.  Rodrigo  Rodrigue/.. 
La  Lectura.  I()o3.  .'.bril.  (iastón  París,  por 
Ramón  Menénde^  Pidal,—K\\d^:T?,  Zorn,  por 
\.  án  Beruete  y  A/orf/.— Apunte  s<íbre  Zorn, 
por  Joaquín  .S*oro//a.— ¿Cervantes  inédito-^, 
por  A.  Gil  A/6aceíe.  -Revista  de  Revistas.— 
índice  de  Revistas. 

Nuestro  tiempo.  1903.  .Marzo,  (ialdós  y  sus 
Episodios  nacionales,  por  L'.  Gom^ále^  Se- 
rrano.— La  europeización  de  Ef^ipto,  por  el 
Marqués  de  ("asa  Tfírre.— La  verdad  acerca  de 
Macedonia,  por  el  Dr.  J.  E.  Itillcn.-  VA  colec- 
tivismo y  las  reformas  sociales,  por  Pablo  de 


.l/^í»/a.— Recuerdos  de  mi  vida,  por  Santiago 
Ramón  y  Ca;a/.— Apropósito  del  catalán,  por 
E.  /ienof.— Revista  bibliográfica.— Revista  d^ 
Revistas. 

Razón  y  fe.  1903.  Abril.  Las  Letras  apostó- 
licas de  S.  S.  León  XIII  .sobre  los  estudios 
bíblicos,  y  la  exégesis  contemporánea,  por  L. 
A/un7/o. -El  .Marqués  de  Mora,  por  L.  Calo- 
ma.-  El  centenario  del  P.  Isla,  por  R.  M.  V>- 
lasco.—Ln  edad  prehistórica  en  Orihuela,  por 
J. /'Mr^'MS.— México  actual,  por  C.  Heredia.— 
("roñica  Iiteraria.~.M  ayo.  La  Hermenéutica 
bíblica  y  la  ciencia,  por  L.  Murillo.  Autos 
anteriores  'á  Lope  de  \'ega:  Su  importancia 
científica,  por  J.  M.  .4icarrfo.— La  edad  pre- 
histórica en  Orihuela  (conclusión),  por  J.  Fur^ 
^'«5.— Exain<;n  de  libros.— Noticias  bibliográ- 
ficas. 

Revista  co.ntemporAnea.  i5  Abril  1903.  Los 
filósofo»;  desconocidos,  por  Pedro  Goní^á- 
le^  Blanco.  — \. os  visigodos  en  España,  por 
J[uan]  í)(rtega|  Rlubio].— l'n  Ateneo  en  To- 
rroella  de  .Montgrí  á  últimos  del  siglo  xtiii, 
por  Primitivo  .4r/t/,'-as.—(juadi.\,  por  E.  Soler 
y  /'ivv^.-  .Vicuñas  contestaciones  para  Et 
AperifTitador  de  El  liberal,  por  el  Curioso 
Barcelonés.  -Boletín  bibliográñco. 

Ri:visrA  crítica  de  Historia  y  Literatura 
españolas,  PoRTUíirESAS  K  HISPANO  america- 
nas, iiioj.  Noviembre  y  Diciembre.  F.  Fernán- 
dcí^  y  Gont^áleí^,  Elementos  semíticos  de  la 
lengua  vasca.— Wladimiro  Piskorski,  La»ser- 
vidumbrc  rural  en  Cataluña.— A.  .\legret.  Una 
recepción  académica.  —  Documento  inédito. 
Ní)mbramiento  de  cronista  de  Aragón  á  favor 
de  D.  Francisco  Jiménez  ue  l'rrea.- A.  Elias 
de  Molins,  .Movimiento  bibliográfico.— Llibre 
del  orde  de  la  caualleria,  por  Micer  Bernabé 
.\ssam  (conclusión). — Colección  de  documen- 
tos inéditos  relativos  á  la  guerra  de  la  In- 
dependencia (conclusión). 

Revista   de   Exte.madura.   1903.   Marzo.   El 
Cristo  del  Desamparo,  por  M.  Roso  de  Luna,   ' 
M.  Serrano  y  Sanz. 

REVISTAS  EXTRA NJER.VS 

[i.**  Los  sumarios  íntegros  de  las  revistas 
confíéneres  de  la  nuestra  portuguesas,  ó  ex- 
tranjeras en  hablas  no  españolas  ni  portugue- 
sa consagradas  exclusivamente  al  estudio  de 
España,  y  dadas  á  lux  en  ó  fuera  de  ésta:  los* 
títulos  de  unas  y  otras  revistas  van  de  letra 
cursiva.  2."  L»)s  trabaios  de  cualquier  materia 
locantes  á  España,  y  los  de  carácter  histórico 
y  erudito  interesantes  para  la  cultura  que 
figuren  en  los  Sumarios  de  las  demás  revistas 
escritas  en  lenguas  portujjuesa  y  extranjeras, 
publíquense  ó  no  en  Eispana,  3."  Los  trabajos 
que,  estando  eu  las  condiciones  reseñadas  ed 
este  párrafo  secundo,  aparezcan  en  revistas 
publicadas  por  extranjeros  en  lenguas  sabias.] 

it  Archcoli'go  portugués.  11)03.  Enero.  Pierre 
pAius,Siatueslusitanieanesdestylepr¡mítif,— 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


435 


Manoel  Joaquim  de  Campos,  Mucd.i  tnlsa  Je 
D.  Henrique.— José  Joaquim  ii'Ascensáo  Val- 
DEZ,  Memoria  topographica  da  antiga  Lisho.i. 
J.  Leite  de  Vascovcei.u»*,  Cidade  vciha  de 
Santa  Luzia.— Fkrreira  RraCa,  Numismática 
portuguesa.  O  ceitii  de  cobre.— Félix  .\i.ves 
Peheiha,  Dois  machados  de  bron/c.- Biblio- 
grafía. =Febre  r  o  y  Marzo.  Cardozo  dk 
BETHENCouRTf  InscriptioDs  hébraíques  du  Por- 
tugal. Notes  d*Histoire  el  d  Kpigraphic.— 
Albano  Bei.i.ino,  Novo  deus  bracarcnse.— 
A.  J.  Marques  da  C^osta,  Ksia<;oes  prehistóri- 
cas dos  arredores  de  .Selubal. —  Manoel  Joa- 
quim de  Campos,  Kstudos  de  numismática  co- 
lonial portuguesa.— Félix  A1.V1.S  Pkkkika,  Hc- 
centes  acquisicóes  do  .Museu  Etnológico  por- 
tugués.—J.  Leite  de  Vasconcki.i.os,  A  Ireguc- 
sia  de  S.  Chrislovam  de  Nogueira  (concelho  de 
Sinfáes).— Félix  Ai. ves  Perhika,  Novas  ina- 
móas  da  serra  de  .Soajo.-  Pedro  A.  de  A/kvk- 
Do,  Extractos  archeologicos  das  «^.Memorias 
parochiaes  de  ijSM». 

Archivio  storico  n  Al. i  ano.  hk»3.  hispcnsa 
I.*  Pío  Rajna,  L'iscriziooe  de^li  Ibaliüni  c  il 
suo  autore.— F.  P.  Li  iso,  Tra  chiose  e  com- 
menti  antichi  alia  Divina  Commedia.  -  Pierre 
(lAUTHiEZ,  Nuovi  documenti  intorno  a  (lio- 
vanoi  de  Medici  detto  delle  Bande  Ncrc.--- 
Maestro  Bono  di  Bethun  stampatore  di  libri 
in  Colle  di  Valdelsa  [S.  xv]. 

BlBMOTIlÉQUE     UNIVERSEI  I.E.      I903  .     Mayo. 

Edouard  de  Morsikr,  Shakespeare  a-t-il  eié 
en  Italie? 

Boletín  de  Historia  y  ANTK.i'KnADKS  |dc 
Colombia].  Ancizar  y  Basterra  Manuel,  por 
José  M.  CorrfoW.v  Aío«re,— Campan. i  lUl  Bajo 
Caucí  y  el  Magdalena  en  iH»),  por  J.  .M.  Cfir- 
^ofra. --^^eografia  histórica,  por  el  P.  Pedro 
Murillo  V>/arrfe.— Independencia  de  «'.undi- 
namarca.— I'n  pacificatlor  en  iK2f>.  Llegada  de 
D.  Matías  d'Escutc. 

La  (  itii.tá  cattoi  ií  a.  2  .Mayo  unr^.  La  inóra- 
le del  Mazzini  nelle  scuole  d'Ilalia.  -Di  alcuni 
criterii  incerii  nella  Paletnologia,  Archcolo- 
gia  e  Storia  anlica.  La  scoperta  delle  tombe 
nel  Foro  Romano  e  ¡1  criterio  cronológico.— 
Di  un  modo  nuovo  di  scriverc  le  vite  del  .San- 
ti.— Nuííve  raccolte  di  Atti  ilc'martiri.— Di  un 
altra  critica  dellKsegesi  dcllabatc  Loísn.— 
Bibliografía. 

Thk  connoisseur,  K103.  .\bril.  Frkd  Hok,  \'c- 
lasquez  at  the  Museo  del  Prado.  Madrid.  - 
H.  Ci.ifford-Smitii,  The  King  s  genis  and 
jewels  al  Windsor  Castle.  Pan  III.  -Fredcrick 
Wedmore,  Hcmbrandis  ctchings.  -Percv  M. 
Web»,  Román  republícan  denarii. 

Lk  CoRREspoNDA.M.  io.\bril  K^)^.  Pierre  de 
la  (ioRCE,  laudes  d  Histoirc  contemporaine. 
La  France  et  la  Prussc  avant  la  guerrc.  Le 
Ministcrc  du  2  Janvier  et  la  poliiique  extc- 


rieure.  Les  origine»  de  la  caodidature  Hohen- 
zoliern.— L.  de  Lanzac  de  Laborik,  Un  histo- 
rien de  la  troisiéme  république.  Le  (íouvcr- 
nement  de  M.  Thiers.  — 10  de  Mayo.  Pierre 
de  la  (lORCE.  La  France  et  la  Prusse  avant  la 
guerre.  Journées  des  12,  13,  14,  i5  Juillet  1870, 
Ph.  ÍI.  DvNAND,  A  propos  des  fétes  d\)rle«n9 
et  de  Houen.  Le  plus  ancien  historien  de  Jean- 
ne  d'.Vrc.  Manuscril  inédit  de  la  Bibliothéque 
Nationale. 

TiiK  FORTNionTi.v  REViEW.  Mjü^ .  Abril.  J. 
(^.HURTOS  Coi. i.iNS,  liad  Shakespeare  read  thc 
greck  iragedies?-LEw  Rosen,  Napoleón  on 
.Vmerica  and  the  americans.— Mrs.  Ciiap.man 
Madaine  ilc  Maintenon. 

Gazk.tte  dks  Bkaux-.Vrts.  i.°  de  Abril  1903' 
Salomón  Rkinach,  I'n  manuscril  de  Philippe  le 
Bon  á  la  Biblioiéque  de  .Saint  Petersbourg.— 
André  Miciiki.,  Les  acquisitions  du  départc- 
ment  de  la  sculpture  du  Moyen  age,  de  la  Re- 
naissance  et  des  temps  modernes  au  Musée  du 
Louvre— .M.  F.  ile  Míi  r,  Deux  sarcophages 
antropoMiorphcs  tiécouveris  a  Carihage.  An- 
dré Pascm.,  Pierre  Julien.  sculpieur.— Biblio- 
graphic.  Mayo.  Caston  Mioeon,  L'Exposí- 
lion  des  .Aris  musulmans  á  1  l'nion  céntrale 
des  Vrts  décoratil.;.  -André  Miciiei.,  Le»  ac- 
quisitions du  dcpartcment  de  la  sculpture  du 
.Movcn  .'«ge,  de  la  Kenaissance  el  des  temps 
modernes  au  Musée  du  Louvre.  -Jules  Ci.are- 
iir,  Du  l^***  au  xx*-':  Les  arrondíssements  de 
P.iris,  vingl  eaux-fortes  originales  de  Eugéne 
Bkjot. -llenri  Boi.i.hot.  La  (.ollection  Dutuit. 
Les  estampes.  André  Pasí:ai.,  l'ierre  Julien, 
sculpieur.     Bibliographie. 

TiiK  <iKo<iHAi'iii(.Ai.  joi'R.vAi..  K.I03.  Mayo.  J. 
.Noi«M\N  Coi.iiK,  Furiher  exploration  in  the 
(^.anaiüan  Hockv  .Mounlains.  -A.  P.  Coj.emax, 
The  Bra/.eau  Kc-Field.  -Barón  Eri.and  Nor- 
DKNSKioi  I»,  Tra  veis  on  the  boundaries  of  Bolí- 
via  and  .\rgentina.  -llugh  Roben  Mii.i.,  An- 
tárctica. -Karl  Peickkr,  The  lake»  of  ihc  Bal- 
kan  Peninsula.  (íeographical  literature  of  the 
monlh.— .Maps  and  illustrations. 

Iii.rsTHiHTE  /eitiní;.  16  de  Abril  1903.  Díe 
deuischen  Kaiser  und  kr)nigssiegel  des  Kai- 
serschreins  im  (iermanischen  National-mu- 
seum  /u  .Nurnberg.  [Precioso  artículo  ilustra- 
do con  reproducciones  de  muchos  sellos  no- 
tables). 

TiiK  joirnai.  or  tiie  Rí)Tai  asiatic  Societt. 
1903.  .\bril.  W.  Sii.wv-Cai.decott,  The  linear 
me.ísures  of  Babylr>nia  about  B.  C.  2..*íík).— E.  J. 
RAPsr)N,  Notes  on  Indian  coins  and  seal». — 
Lawrence  .Mii.i.s,  The  visión  of  llaoma  lo  Za- 
raOusira.— Lieui.— í'.olonel  Geri.ni,  A  Malay 
coin. 

Moni  BN  i.AVGKAíiK  NOTES.  I9fj3.  Mayo.  Mugo 
A.  Hennkrt.  Tirso  de  Molina  s.  El  condenado 
por  desconfiado.  (Es  un  juicio  deí  Discurso  que 


436 


REVISTA  DE  ARCHIVOS 


leyó  en  su  recepción  en  la  Academia  Española 
D.  Ramón  Menéndez  Pidal.J 

Lb  momdk  moderne.  igo3.  Mayo.  P.  Boter 
D*AcEN,  Les  moinei  du  Mont-Cassin.— Gastón 
Le  Poil,  Leí  falsifications  artistiques. 

The  NORTH  AMtcRicAN  REviEw.  1903.  Marzo. 
The  Mónroe  doctrine  and  the  Venezuela 
Affair.— Joseph  SaiiTfi,  Polygamy  in  the  Uni- 
ted Sutes:  iti  political  signifícance. 

NuoTA  antología,  i.^  de  Abril  1903.  Ernesto 
MoNAcí,  Gastón  París.— G.  Finali,  11  Carmen 
tacculare  di  Orazio,  Traduzione.— Guiseppe 
ToMASSETTi,  Una  villa  di  Giulio  Cesare.->An- 
tonio  Taramslli,  La  Sagr:»  di  San  Michcle 
alie  Chiusé  in  valle  di  Susa. 

Rbvue  de  Gascogne.  1903.  Mayo.  A.  Degert, 
Les  rcllques  de  sainte  Quittcric.  — J.  Atan, 
Quátre  bulles  relatives  á  Pierre  de  Foix  le 
Vieux. 

Rbvue  historique.  1903.  Mayo-Junio.  Alfred 
BouRGUET,  Le  Duc  de  Choiseul  ct  la  llollan- 
de.— Aug.  FouR.MER,  Maric-Louisc  et  la  chu- 


te de  Napoleón.  Contribution  á  la  biographie 
de  Marie-Louise.— Ch.  E.  CElsner,  Fragments 
de  ses  Mémoires  relatifs  á  l'hisxoire  de  la  Ré- 
volution  fran^aise,  publiés  par  Alfred  Stern.— 
Gabriel  .Monod,  Nécrologie:  Gastón  París.— 
Rafael  Altamira,  Espagne:  Publications  des 
années  1899-1900. 

"Revue  de  l'Orient  chr¿tien.  1903.  Núm.  i. 
Léon  Cluonet,  Vie  de  Saint  Auxeoce.  Texie 
grcc  — Jules  Pargoire,  Mont  Saint-Auxen- 
ce.  Etude  hístorique  et  tophographique.— Si- 
meón Vailii¿,  Sopronc  le  Sophiste  ct  So- 
phrone  le  Patriarchc  (suite).—F.  Ñau,  Vics  et 
recits  d'anachorétes  (iv^-vii^  siécles).  I.  Ana- 
lyse  du  Ms.  grcc  de  París  1596.— Léon  Clug- 
net,  Textes  grecs  inédits  cxtraits  du  méme 
Ms.— H.  Lamme.ns,  Relations  ofñcielles  entre 
la  Cour  Romaine,  et  les  Sultans  mamlouks 
d'Égypte.— A.  P.,  La  rebaptisation  des  latins 
chez  les  grecs  (suitc).— P.  Chebly,  Le  patriar- 
cal maronite  d  Antiochie.— ^ibliographie. 
M.  Serrano  y  Sinz. 


SECCIÓN  OFICIAL  Y  DE  NOTICIAS 


Subsecretaría.— iVegocía^fo  de  Archipos,  Bi- 
fftiotecas  y  Museos.— De  conformidad  c«n  lo 
dispuesto  en  Real  orden  de  esta  fecha,  se  con- 
voca á  oposición  para  proveer  ocho  plazas  de 
Ofíciales  de  cuarto  grado  del  Cuerpo  faculta- 
tivo de  Archiveros,  Bibliotecarios  y  Arqueó- 
logos, dotada  cada  una  con  el  sueldo  anual 
de  2.000  pesetas,  y  las  demás  de  igual  grado  y 
categoría  que  vaquen  hasta  el  día  que  el  Tri- 
bunal calificador  haga  la  propuesta,  salvo  las 
que  de  éstas  resulten  en  el  ínterin  amortiza- 
das á  causa  de  los  reingresos  que  puedan  soli- 
citar los  individuos  de  dicho  Cuerpo  que  se 
hallen  en  situación  de  supernumerarios,  á 
tenor  de  lo  prevenido  en  el  articulo  23  del 
Reglamento  orgáúíco  de  18  de  Noviembre 
de  1887. 

Para  ser  admitidos  á  la  oposición,  y  de  con- 
formidad con  lo  preceptuado  en  el  Real  decre- 
to de  16  de  Septiembre  de  1903,  deberán  reunir 
los  aspirantes,  como  indispensables,  las  con- 
diciones siguientes: 

I.*  Poseer  el  certificado  de  aptitud  ó  titule 
de  Archivero,  Bibliotecario  y  Arqueólogo,  ó 


el  de  Liceocíado  en  Filosofía  y  Letras  del  an* 
tiguo  plan,  siempre  que  se  tengan  aprobadas 
en  la  Suprimida  Escuela  superior  de  Diplomá- 
tica ó  en  la  Facultad  de  Filosofía  y  Letras  las 
asignaturas  de  Paleografía,  Bibliología,  Latín 
vulgar  y  de  los  tiempos  medios,  Arqueología, 
Numismática  y  Epigrafía;  ó  tener  aprobados 
los  ejercicios  del  grado  de  Licenciado  en  Li- 
teratura de  la  Facultad  citada,  siempre  que  se 
tengan  aprobadas  además  en  ésta  las  dos  últi- 
mas asignaturas  de  .las  cinco  reseñadas;  ó  te- 
ner igualmente  aprobados  los  ejercicios  del 
grado  de  Licenciado  en  Ciencias  históricas, 
siempre  que  se  tengan  aprobadas  además  las 
tres  primeras  de  aquellas  asignaturas,  siendo 
necesario  en  estos  dos  últimos  casos  para  la 
toma  de  posesión  que  el  opositor  á  quien  se 
adjudique  alguna  plaza  presente  el  oportuno 
título;  y 

3.*  No  estar  incapacitado  para  ejercer  car- 
gos públicos  por  razón  de  edad  ú  otras  causas. 

Las  solicitudes  se  presentarán  en  esta  Sub- 
secretaría en  el  plazo  de  un  mes,  ó  sea  de  trein- 
ta días,  sin  descontar  los  festivos,  desde  el  en 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


437 


que  se  publique  este  anuncio  en  la  Gaceta  de 
Madrid^  acompañadas  de  los  documentos  que 
Lcreditcn  la  aptitud  legal  en  que  los  respecti- 
vos interesados  se  encuentren  para  tomar  par- 
te en  la  oposición,  de  la  certificación  de  buena 
conducta  y  de  la  partida  de  bautismo  ó  certi- 
ficación de  nacimiento,  según  la  edad.  Los 
opositores  designarán  además  en  dichas  soli- 
citudes las  lenguas  viva  y  sabia  que  elijan  para 
hacer  el  oportuno  ejercicio. 

La  oposición  tendrá  lugar  en  esta  Corte,  y 
consistirá,  á  tenor  del  Real  decreto  indicado, 
en  tres  ejercicios:  uno  teórico  y  dos  prácticos. 

En  el  ejercico  teórico,  el  opositor  deberá 
contestar,  en  tiempo  que  no  exceda  de  hora  y 
media,  á  catorce  temassacados  á  la  suerte  del 
Cuestionario  redactado  por  la  Junta  facultati- 
va del  ramo  y  aprobado  por  esta  Subsecre- 
taría, que  se  inserta  á  continuación  del  pre- 
sente anuncio,  en  esta  forma  y  por  este  orden: 
cuatro  de  cada  una  de  las  materias  referentes 
á  Archivos,  á  Bibliotecas  y  á  Museos;  una  de 
Propiedad  intelectual  y  otra  de  Organización 
administrativa. 

Kl  primer  ejercicio  práctico  consistirá  en  la 
lectura,  traducción  y  análisis  de  un  diploma; 
en  la  redacción  de  papeletas  para  la  catalo- 
gación de  un  manuscrito,  de  un  libro  incuna- 
ble y  de  otro  moderno  y  en  la  clasificación  de 
tres  objetos  arqueológicos  auténticos  ó  repro- 
ducidos. 

Y  el  segundo  ejercicio  práctico  consistirá 
en  la  lectura  y  traducción  de  impresos  de  una 
lengua  viva  y  otra  sabia,  indicadas  previa- 
mente por  el  opositor. 

El  Tribunal  designará  á  la  terminación  de 
cada  ejercicio  los  opositores  que  pueden  ac- 
tuar en  el  siguiente, considerándose  excluidos 
de  la  oposición  los  que  no  se  encuentren  en 
dicho  caso.  Terminados  los  tres  ejercicios,  el 
Tribunal  hará  Ta  votación  definitiva  y  formu- 
lará per  orden  riguroso  de  mérito  y  mayoría 
absoluta  la  propuesta  para  proveer  las  plazas 
vacantes.  En  caso  de  empate,  el  Tribunal  re- 
petirá la  votación,  y  si  resultase  nuevamente 
el  empate,  decidirá  la  suerte. 

(^ueda  prohibida  en  absoluto  toda  otra  am- 
pliación de  plazas  distinta  de  la  prevista  en 


el  párrafo  primero  de  este  anuncio,  así  como 
la  formación  por  el  Tribunal  de  listas  de 
aprobados  ó  de  mérito  relativo. 

Los  candidatos  propuestos  por  el  Tribunal 
para  las  plazas  que  se  hayan  de  proveer  serán 
nombrados  de  Real  orden,  y  destinados  direc* 
ta  y  forzosamente  á  los  establecimientos  de 
provincia,  si  en  estos  hubiera  vacantes. 

Este  anuncio  deberá  publicarse  en  los  Bo/e- 
tines  oficiales  de  todas  las  provincias,  y  por 
medio  de  edictos  en  los  establecimientos  pú- 
blicos de  enseñanza  de  España;  en  su  virtuí*, 
las  Autoridades  respectivas  dispondrán  desde 
luego  y  sin  más  aviso  que  se  proceda  á  su  in- 
serción. 

(Gaceta  de  16  de  Mayo  de  1903. 


Por  la  dirección  general  de  Administración 
se  abre  un  concurso  por  término  de  treinta 
días  para  proveer  las  plazas  de  Archiveros  del 
Ayuntamiento  de  Orense  y  Dipuución  pro- 
vincial de  Soria,  con  los  sueldos  de  i.ooo  y  5oo 
pesetas  respectivamente. 

Los  aspirantes  que  (leseen  solicitarlas  diri- 
girán sus  instancias  á  dicha  Dirección  gene- 
ral, justificando  poseer  el  título  de  Archivero, 
Bibliotecario  y  Arqueólogo.  (Gaceta  de  14  de 
Mayo  de.1903.) 


En  las  últimas  elecciones  han  salido  Sena- 
dores los  señores  tiguientes:  por  la  Real  Aca- 
demia Española,  D.  Marcelino  Menéndez  y 
Pelayo;  por  la  Biblioteca  Universiuria  de 
Santiago,  D.  Eduardo  Hinojosa  y  Naveros; 
por  Cáceres,  D.  Miguel  García  Romero;  por  I.1 
Coruña,  D.  Juan  J.  García  Gómez,  y  Por  Cuen- 
ca, D.  Mariano  Catalina  y  Cobo. 


Han  sido  elegidos  Diputados  en  las  últimas 
elecciones:  D.  Manuel  Márquez  de  la  Plata, 
por  Valdeorras,  y  D.  Pedro  Poggio  por  Santa 
Cruz  de  la  Palma,  habiendo  sido  declarados 
excedentes  con  tal  motivo  en  el  Cuerpo  de 
Archiveros. 


438 


REVISTA  DE  ARCHIVOS 


Un  fallecido  en  Málaga  D.  Pascual  Iborra  é 
Iborra,  Jefe  de  tercer  grado  que  prestaba  sus 
servicios  como  Jefe  del  Archivo  de  la  Delega- 
ción de  Hacienda  de  dicha  ciudad. 


Con  motivo  da  la  anterior  vacante,  han  t«- 
ceodido:  á  Jefe  de  tercer  grado  D.  José  Gómez 
Centurión,  á  Jefe  de  cuarto  D.  Ángel  Stor,  á 
Oñcial  I.»  D.  Arsenio  Martínez  Campos,  á  Ofi- 
cial segundo  D.  Mariano  González  Martín,  y  á 
Oficial  tercero  D.  Julio  Amarillas  y  Celestino. 


Se  ha  concedido  licencia  reglamentaria  aj 
Oficial  de  tercer  grado  D.  Joaquín  Deleito  y 
Mtnguez,  y  álos  de  4.°-grado  D.  Juan  Romera 
y  Navarro,  D.  Martiniaoo  Martínez  y  Ramí- 
rez y  D.  Gabriel  Martín  del  Río  y  Rico. 


Ha  vuelto  á  prestar  servicio  activo,  por  ha- 
ber terminado  la  excedencia  que  tenía  en  con- 


cepto de  Diputado  á  Cortes,  D.  Alejandro 
GroizarU  y  Coronado. 


Han  reingresado  en  el  Cuerpo  los  Oficiales 
de  tercero  y  cuarto  grado  D.  Fermín  Alvarez 
Cámara  y  D.  Gabriel  Martin  del  Río  y  Rico, 
siendo  destinados  á  prestar  sus  servicios  en  la 
Biblioteca  Superior  de  Artes  é  Industrias  y  á 
la  Biblioteca  Nacional,  respectivamente. 


Han  sido  trasladados:  D.  Manuel  Galindo  y 
Alcedo,  de  la  Biblioteca  Provincial  de  Córdo- 
ba al  Archivo  de  Hacienda  da  la  misma  ciu- 
dad; D.  Luis  Rubio  y  Moreno,  del  citado  Ar- 
chivo á  la  Biblioteca  Universitaria  de  Grana- 
da; D.  Ángel  Aguiló  y  Miró,  del  .\rchivo  de  la 
Corona  de  Aragón  á  la  Biblioteca  Universita- 
ria de  Barcelona,  y  D.  Manuel  Fernández  Mou- 
rillo.  de  la  Biblioteca  Provincial  de  Palencia 
á  la  del  Consejo  de  Kstado. 


MADRID.— Tip.  de  la  Revista  de  ArchÍTOS,  Bibliotecas  y  Museos,  Olid,  8. 


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REVISTA 


DR 


ARCHIVOS,  BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 

(historia     y     CIKNCIAS     AUXILIARES) 

ÓRGANO   OKICIAI.    DEL    CUERPO    FACULTATIVO   DEL    RAMO 

(SK    PUBLICA    UNA    VEZ    AL    MES) 


tp:rckra  época 

AÑO    Vil 


Número  6. 


Junio  1903. 


MADRID 

TIF.  Dfc  LA  REVISTA  DE  ARCHIVOS,   BIBLIOTECAS  1  MUSEOS 

Calle  de  Olid,  núm.  8. 
1903 


SUMARIO 


I-  /•>«  Puente»  de  la  antif^ua  Toledo:  II.  El  Puente  lie  San  Martín.— III.  Kl  puente  de 

Siifón,  por  D.  Rodrigo  A.MAUOR  DB  LOS  Ríos 439 

II.-  Vida  y  excritüs  de  D  José  Antonio  Conde,  por  I).  Pedro  Koc4,  de  ia  Biblioteca 

Nacional 458 

III.  —T.as  esculturas  del  Cerro  de  los  Santos,  Cuestión  de  autenticidad  (continuación), 

por  D.  José  Ramón  Mf%i.iDA,  Director  del  Musco  de  reproducciones  artísticas. .    .    .      470 

\\. -Libros  españoles  de  sastrería,  por  Ki.  Cokdk  dk  las  Navas 48^ 

V.-  Documentos:  I  Epístola  del  maestro  de  Lebrija  al  Cardenal  quando  avisó,  que  cu 
la  interpretación  de  las  Dicciones  de  la  Biblia  00  mandasse  seguir  ai  Remigio  sin 
que  primero  viessen  su  Obra;  remitido  por  1).  Roque  Cuabas. —II.  El  platillo,  en- 
tremés de  Simón  Aguado.  Año  1Ú02 ,    .     .     .      49f 

VI.— Notas  bibliográficas:  Kmma  Helen  fílair.  James  Alexander  Robertson  y  Edward 
Gaylord  ñourne,  The  Philippine  islands  1493-1H03.  Explorations  by  Karly  Naviga- 
lors  Descriptions  of  thc  Islands  and  their  Peoples,  thcir  liistory  and  Records  of 
the  C.atolic  Missions,  as  rclaicd  in  contemporancous  Bucks  and  Manuscripts,  aho- 
wing  the  Political,  Economic,  Comercial  and  Religious  Conditiuns  of  those  Islaod 
from  thcir  earlicsl  rclations  with  Kuropcan  Nalions  to  ihe  beginning  of  the  Nine- 
teenth  Oniury,  translatcd  from  the  origináis  (J.  P.).— Kxcmo.  Sr.  Conde  Viudo  de 
Valencia  de  Don  Juan,  Hauser  y  Menet.  Tapices  de  la  Corona  de  España.  Repro- 
ducción en  fototipia  de  13S  paños  (Josc  Kamón  .M(íi.ii>a). — <«.  Houlhert,  Lesinsectes 
enncmis  des  livres.  l.curs  inoeurs.  .Moyens  de  les  détruire  (A.  P.  y  M.). — D.  José 
Ramón  Metida,  Discursos  de  medallas  y  .mligüedades  que  compuso  el  muy  ilustre 
Sr.  1>.  .Martín  de  Gurreea  y  Aragón.  Duque  de  Viltahermosa,  Conde  de  Ribagorza, 
sacadus  ahora  á  luz  por  la  Excma.  Sr.i.  O.*  María  clcl  Carmen  Araron  A^lor,  actual 

Duquesa  del  mismo  título  (M.  S.  t  S.) ...      So} 

VII.— Vahieuadks:  Egipto,  España  (Coruna,  Madrid  y  Vigo).  Estados  (=nidos,  Francia, 

Inglaterra  é  Italia , 5o9 

VIII. — BtBi.ioGRAFi\:  ÍAbros  españoles,  por  D.  Alvaro  Gil  .\laacetk  y  1>.  .Manuel  Skrra.'vo 
V  SANZ,de  la  Biblioicca  .Nacional.— /.í^rov  extran  jeros,  por  D.  M.  Slrrano  y  Saní  — 
Repistas  españolas,  por  l>.  .M.  Skrrano  y  .SANZ.—^er/N'f as  extranjeras,  por  don 
•M.  Skrrano  y  Sanz 5ij 

L.\MiNAS  sukltxs:  XII.  Torreón  .leí  puenio  de  bircis  en    lolclu,  lIatn;ido  liaño  de  la  Cavm^  y 
puente  de  San  Martin. 

LÁMINAS  IN'ri¿KCAl.M»AS    Pá^in»  44<). 

Pliego  JO  Je  la  fíibliografia  htspano-latina  clasica,  p>r  ¡).  .Miroeliiu)  .MknknoisZ  y  Pelat«. 

Jefe  superior  del    Cueri.:»  facultativo  de    .\rchiveros.    Bibliotecarios  y    .Vrqucólogoi, 

Director  de  la  Biblioteca  Nacioa.il. 
Plizf^o  i^xici  Catálogo  de  retratos  ile  personajes  españoles  i/u;  .^.^  c-jnservan  en    ia   Sección  dt 

Hs tan' vas  y  lie  Helias    \rtes  .ie  la  lÍihliot:fc.i  Wicutnaf,  [>or   l>.   .Vn^ol  M*   de  Barüia 

T  P.-iVDS,  Jefe  de  dicha  Sección. 
Pliegos  i  y  _•  Je  '■  I  C'»lecci'in  diplomática  Je  San  Juan  de  ia  Peña,     i 


I  En  esTc  numer''»  se  C'.mr.ca^a  !a  pubücicion  Je  los  numerosos  c  importante."»  documentos  de 
San  Juan  Je  l.i  Peña,  que  se  cusroJjan  en  el  .\rchivo  Histórico  Nacional.  Coas'ará  la  colección 
de  tres  vDluiuencs,  Eu  ei  primer»»  se  ir.itiscrihira'i  los  instrumentos  Reales.  Ids  eclesiásticos  en 
el  sci;iina  >  y  en  el  úl'.itn-.  ''ís  par'icul  ires  «..on  óste  se  Jarán  el  Pr-iloj^o  y  los  índices  finales. 


REVISTA 

DE 

ARCHIVOS,  BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 

(HISTORIA    Y    CIENCIAS    AUXILIARES) 

Año  VII. — Junio  de  igoS. — Núm.  6.  -^ 


m  PUENTES  DE  U  ANTIGUA  TOLEDO ' 

II 

EL  PUENTE  DE  SAN  MARTÍN 

Si  de  menos  importancia  histórica,  de  construcción  más  homogénea  y 
aún  elegante,  y  mostrando  en  su  estructura,  á  pesar  de  todo,  notoria 
«afinidad  con  el  de  Alcántara»,  que  hubo  quizás  de  servirle  de  modelo, 
como  apunta  un  escritor  de  nuestros  días  2, — el  actual  Puente  de  San 
Martin  es  ya  todo  él  fruto  de  la  Reconquista  cristiana.  No  faltan  autores 
para  quienes  lo  imprescindible  que  fué  siempre  la  existencia  de  una  co- 
municación por  esta  parte  occidental  de  Toledo,  como  complemento  de 
la  oriental  establecida  por  el  Puente  de  Alcántara^  obliga  á  remontar  el 
abolengo  de  éste  de  que  tratamos,  bien  que  con  emplazamiento  distinto,  á 
los  días  de  la  dominación  romana,  cual  con  excelente  criterio  asienta 
Llaguno,  refiriendo  después  al  mismo  gran  parte  de  las  noticias  que,  con 
relación  al  otro  Puente^  las  historias  arábigas  recogen. 

Dícese  que  á  él  alude  en  su  Crónica  Ar-Rázi,  atribuyendo  al  c<Rey  de 
Toledo  Mahomad,  ó  Mahometo»,  la  fundación  de  la  «sumptuosa  Puente, 
cuyas  ruynas  se  ven  al  presente  debaxo  del  Convento  de  San  Agustín, 
Ribera  de  Tajo,  junto  á  Santa  Leocadia  la  de  la  Vega»;  y  con  el  testimonio 
del  falso  Luitprando  3,  y  el  comentario  correspondiente  de  D.  Tomá-s  Ta- 

1  Véase  el  número  anterior,  correspondiente  al  mes  de  Mayo. 

2  Quadrado  y  La  Fuente,  Toledo,  t.  IIl,  pág.  io5  de  Castilla  la  Sutva  en  la  obra  España 
(Barcelona,  i8S6). 

3  Chronicon,  año  DCCC.XXIII,  núm.  282,  cit.  por  el  Conde  de  Mora.  En  este  falso  cronicón  se 
dice  que  «fué  edificada  por  orden  de  Mahometo  la  marauillosa  Puente,  que  está  sobre  Tajo  en 
el  Valle  de  Santa  Leocadia;  la  Pretoriensc  en  la  Vega  de  Toledo.» 

3.*  árocA.— TOMO  Tin.  32 


440  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

mayo  de  Vargas,  mvocan  la  autoridad  del  «letrero  qué  lo  explicao,  graba- 
do en  «vn  pilar»  de  «la  Puerta  por  donde  se  entrava  á  esta  puente»,  puerta 
que  no  es  otra  sino  el  torreón  de  los  fantaseados  Baños  de  la  Cava.  Aquel 
letrero,  cuya  traducción  en  castellano  trae  el  P.  Rooián  de  la  Higuera, 
quien  «no  dexó  curiosidad  por  advertir»,  y  que  aun  subsiste,  si  bien  por 
extremo  deteriorado  y  no  del  todo  legible,  decía,  según  la  versión  publi- 
cada: En  el  nombre  dé  Dios  misericordioso  y  piadoso  fué  hecha  esta 
pvente  por  mandado  del  gran  rey  de  Toledo  Mahomat  Svet  Elmvcha 
lafet,.,  en  Toledo^  guárdela  Dios.  Acabóse  en  la  luna  de  Xamid  de  la 
Egir  en  cvmplimiento  del  año  de  la  Egira  de  docientos  y  qvatro  ». 

Por  el  «cúmulo  de  inexactitudes  y  anacronismos»  que  en  los  datos  de 
Garibay,  de  Luitprando  y  del  P.  Román  de  la  Higuera  encuentra,  repug- 
na.el  moderno  historiador  de  Toledo  aseveraciones  semejantes,  tratando 
de  desvirtuarlas  con  justicia;  pero  desdichadamente  incurre  en  grave  error 
por  su  parte  al  escribir  que  este  Puente  de  San  Martin  «créese  tam- 
bién obra  de  Muhammad»,  y  afirmando  «debió  arruinarse  muy  pronto». 
Confundido,  y  sin  acertar  á  libertarse  de  la  obsesión  que  la  existencia  de 
los  dos  puentes  le  origina,  aduce  como  prueba  de  su  aserto  el  que,  «según 
da  á  entender  Aben- Adharf...,  cuando  Abderraman  III  en  gSo  puso  cerco 
á  nuestra  ciudad...,  por  la  parte  del  río  no  se  conocía  otra  salida  que  la  de 

I  Da  á  conocer  tan  caprichosa  versión,  fruto  sin  duda  de  algún  morisco  pue&to  en  aprieta 
por  la  eBcritura  cúfica,  el  P.  Román  de  la  Higuera,  de  quien  copian  todos,  en  la  primera  parte 
de  su  Hist.^  t.  III,  lib.  14,  cap.  18,  cit.  por  ci  Conde  de  Mora;  según  dicho  autor,  la  fecha  «corres- 
ponde al  año  819  de  Christo».  La  Hégira  204  en  realidad,  tuvo  principio  el  28  de  Junio  de  8i<> 
y  terminó  el  16  del  mismo  mes  de  820,  V.  la  Hist.  del  Conde  de  Mora,  segunda  parte,  libro  IV, 
cap.  XXVIll,  páginas  642  y  643.  También  en  el  Puente  de  Alcántara^  y  empleada  como  material 
en  alguna  de  las  reparaciones  en  él  hechas,  existía  otra  lápida  arábiga,  de  que  no  queda  ras- 
tro, que  sepamos,  desaparecida  sin  duda  en  cualquiera  otra  de  las  obras  ejecutadas  después  en 
aquel  histórico  viaducto.  Con  la  diligencia  acostumbrada,  y  hablando  del  gobernador  eclesiás- 
tico del  Arzobispado  de  Toledo  O.  Sancho  Busto  de  Villegas,  durante  el  proceso  del  Arzobispo. 
Carranca,  tráela  el  doctor  Salazar  y  Mendoza  en  el  cap.  XLI V  de  la  Vida  y  sucesos  prósperos  y  . 
adversos  de  aquel  prelado,  diciendo:  «Kste  mismo  año  de  1572,  el  gobernador...  sabiendo  que  en 
algunas  puentes  y  edificios  de  Toledo  se  mostraban  muchos  letreros  en  lengua  arábiga,  olvida- 
dos desde  el  tiempo  en  que  estuvo  la  ciudad  en  poder  de  los  mores,  los  hizo  leer  y  traducir», 
hallandp  «en  ellos  muchas  alabanzas  á  Mahoma,  y  otros  grandes  desatinos  que  no  it  podian 
dísimul  tr,  y  menos  ú  vista  de  los  moriscos  que  acababan  de  llegar  de  (Iranada,  que  los  enten- 
dían y  descifraban.»  «Uno  de  la  puente  de  Alcántara  decía:  Dios  grande.  Oración  y  pa^  á  todos 
los  Jxeles  que  creen  en  el  mensajero  de  Dios  y  profeta  Mahoma.  A  la  entrada  y  á  la  salida  di^ 
gan:  Dios  ensalce  y  guarde  al  sefior  Jacob,  y  siempre  vaya  adelante  con  sus  enemigos.  Él  es  el  , 
Rey  sobre  todos  los  reyesy^.  Martín  Gamero,  sin  <tospecha  de  superchería,  reproduce  este  capri- 
choso epígrafe  en  la  nota  de  la  pág.  619  de  su  Ilist.  de  Toledo,  añadiendo  de  buena  fe:...  «tengase 
presente  que  sólo  se  borraron  las  inscripciones  que  los  árabes  habían  puesto  sobre  las  cristianas 
de  la  época  visigoda,  y  que  se  dejaron  las  que  estaban  grabadas  en  otros  sitios;  de  lo  cual  nos 
suministran  todavía  ejemplos  el  antiguo  puente  hacia  S.-in  Martín  (el  torreón  de  los  Baños 
de  la  Cava),  donde  hoy  existe  borrosa  é  ilegible  una...,  y  la  puerta  del  Cambrón  que  contiene 
otra.» 


.    BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS  •  44 1 

Bab-el-cantaráh  »o,  y  que  «el  bravo  Al-mansur,  hagib  de  Hixem  II»  poste- 
riormente dispuso  en  997  reedificar  lo  arruinado»,  de  modo  que  «Alfonso 
el  VI,  cuando  recobró  á  Toledo  del  poder  de  los  infieles,  se  encontró  ya 
con  dos.puentes,  los  cuales  estipuló  se  le  entregasen,  con  las  demás  puer- 
tas y  fortalezas,  en  una  de  las  condiciones  de  la  conquista»  ^, 

Tanto  por  exigirlo  así  las  condiciones  especiales  de  la  población,  su 
seguridad,  sus  necesidades  y  su  abastecimiento,  cuanto  por  demandarlo 
imperiosamente  la  vida  de  los  picos  ó  arrabales  exteriores,  su  comodidad 
y  su  comercio,  y  hacerla  en  realidad  imprescindible,  en^re  otras,  las  obras 
del  ¿irco  Máximo  y  las  de  los  templos  suburbanos,  cuyos  materiales  de 
construcción;es  evidente  y  lógico  no  tuvieron  distinto  lugar  de  arrastre, — 
incuestionable  es  para  nosotros,  como  lo  fué  ya  para  el  discreto  Llaguno, 
que  Toledo  contó  siempre  con  dos  puentes,  inmediatos  á  la  Ciudad,  si  bien 
no  de  categoría  ni  de  importancia  iguales:  el  que  hoy  se  denomina  de  Al- 
cántara, construido  todo  él  de  sillería,  que  daba  acceso  directamente  á  la 
urbs,  y  era  por  tanto,  como  lo  sigue  siendo,  el  principal,  y  otro,  que  por 
la  Vega  de  Santa  Leocadia,  fuera  y  al  pie  de  las  fortificaciones,  por  ellas 
y  por  la  naturaleza  defendido,  daba  paso  á  la  margen  opuesta  para  servi- 
cio especial  de  la  población  de  la  Vega,  viaducto  de  mucha  menos  repre- 
sentación, sobre  barcas  seguramente  tendido,  por  lo  cual  no  quedan  ras- 
tros ostensibles  de  obra  romana  en  esta  parte  del  Tajo. 

¡Reconstruido  ó  no, — en  Ids  días  de  la  dominación  visigoda  y  en  los  de  la 
musulmana  debió  de  tal  suerte  subsistir  sin  interrupción;  y  supuesta  su  in- 
ferioridad en  todos  sentidos,  con  relación  al  otro  Puente,  no  siempre  los  es- 
critores arábigos  le  conceptúan  digno  de  mención,  como  obra  vulgar  y  sin 
mérito,  que  á  su  juicio  era,  reservando  en  cambio  sus  elogios  para  el  Puente 
de  fábrica,  el  Puente  de  cantería,  al  cual  dieron,  y  continúa  llevando  por 
antonomasia,  título  y  ejecutoría  de  tal,  apellidándola  el  Puente  por  excelen* 
cia,  el  verdadero  Puente,  construido  sobre  'arcos  (H^JajJLil)  Al-cánthara  3, 
nombre  perpetuado  con  tal  representación  y  alcance  hasta  nosotros,  vi- 
niendo, por  último,  á  acreditarlo  así  las  palabras  con  que  el  autor  anónimo, 
que  en  el  siglo  xiii  escribía  los  Annales  primeros  Toledanos,  da  noticia  de 
la  obra  ejecutada  en  las  fortificaciones  por  Alfonso  VI  al  año  iioi,  expre- 
sando: «El  Rey  D.  Alfonso  mandó  facer  el  muro  de  Toledo  desde  la  Ta- 

I     £1  Puente  de  Alcántara,  según  Martín  Camero' le  denomina. 

3    Martín  Gamcro,  Hist.  de  Toledo,  págs.  626  á  636.- 

3    Véase  lo  que  acerca  de  esu  palabra  dice  Dozy  en  su  Suppiement  aux  dictionnaires  árabes. 


-    442  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

xada  que  va  al  Rio,  de  yuso  de  lapuent  de  la  piedra,  hasta  la  otra  Taxa- 
da,  que  va  al  Río'en  derecho  de  Sant  Esteban,  Era  MCXXXIX»  >. 

Pocos  esfuerzos  son  pues  necesarios,  después  de  esto,  para  comprender 
sin  violencia  que,  cuando  no  hay  documento  alguno  en  el  cual  se  haga  re- 
ferencia y  expresa  mención  de  aquel  Puente,  lo  que  no  ocurre  en  orden  al 
de  Alcántara;  cuando  tampoco  guardan  memoria  de  él  especificativa  los 
escritores  muslimes,  desde  el  siglo  x  hasta  el  xii;  cuando  de  igual  suerte, 
ni  huellas  quedan  de  semejante  supuesta  fábrica,  que  podrían  deponer  vic- 
toriosamente en  santido  contrario  al  propuesto  por  nosotros,  sino  ej  to- 
rreón desmochado  de  los  Baños  de  la  Cara,  y  el  trozo  de  pilar  caído  y  de 
ladrillo  labrado;  cuando  el  autor  dz  los  indicados  Afínales  primeros  tole- 
danos guarda  respecto  de  él,  en  aquella  demarcación  que  traza,  absoluto 
silencio,  y  señala  como  límite  de  las  obras  entonces  ejecutadas  por  Alfon- 
so VI  en  la  muralla  la  c<Taxada  que  va  al  Rio  en  derecho  de  Sant  Este- 
ban», es  decir,  el  promontorio  tajado  de  roca  viva  que  avanza  hacia  el  río 
por  bajo  de  lo  que  fué  Convento  de  San  Agustín,  en  oposición  á  la  otra 
«Taxada  que  va  al  Rio  de  yuso  de  la  puent  de  la  piedray>,  es  decir,  del 
promontorio  fortificado,  encima  del  cual  fué  muchos  años  después  cons- 
truido el  Convento  del  Carmen  calcado,  como  antes  estuvo  la  iglesia  de 
Santa  María  en  Al-Hi^ém,  y  cuando  además  llama  á  la  usanza  arábiga, 
en  el  primer  tercio  de  la  centuria  XIII**,  «la  puent  de  la  piedra»  á  la  de 
Alcántara,  sin  añadir  otro  apelativo  ni  más  explicación,  sin  embargo  de 
lo  cual  nadie  ha  dudado  ni  puede  dudar  de  que  al  mencionado  Puente  alu- 
de,— fácil  es  de  cc-mprender,  repetimos,  que  antes  de  los  días  de  Alfonso  X 
seguramente,  no  existió  por  esta  parte  occidental  sino  un  puente  de  bar- 
cas, que  debió  arrastrar  con  frecuencia  el  Tajo,  y  que  hubiera  gozado  de  la 
fama  del  puente  de  igual  naturaleza  que  tuvo  Sevilla,  mandado  armar  por 
Yusuf-ben-Abd-el-Múmen  el  año  567  de  la  Hégira  1 171  á  11 72  de  J.  C.  2,  si 
no  hubiera  existido  por  aventura  para  la  población,  reparado  tantas  veces, 
el  Puente  romano  de  sillería,  que  aún  en  tales  condiciones  persevera. 

Tratándose  de  señalar  el  lienzo  de  muralla  que  de  Oriente  camina  á 
Ocaso,  y  tomando  el  autor  de  los  Annales  como  punto  de  partida  «la  puent 
de  la  piedra»,  obra  de  capital  importancia  y  de  interés  superior  recono- 
cido para  la  Ciudad, — natural  parece  le  sirviera  también  como  jalón  de 

1  Esp.  Sagr.  t.  XXIII,  páf,  387.  El  Sen  Esteban  aquí  mencionado,  es  la  Ermita  de  San  Este^ 
ban^  en  la  Solanilla.  fundación  que  existía  en  la  margen  izquierda  del  río,  y  que  se  supone  fué 
propiedad  del  Convento  de  San  Clemente  el  Reai,^ 

2  El'Cartás,  trad  de  Beaumier,  pág.  381. 


BIBLIDTECAS  Y  MUSEOS  443 

término,  en  la  delimitación  intentada,  el  otro  Puente  occidental,  si  con 
igual  carácter  y  naturaleza  que  el  de  Alcántara  existía  allí,  en  cuyo  caso 
habría  escrito  c<hasta  la  obra  Taxada,  que  va  al  Rio,  de  yuso  la  otra 
puent,  en  derecho  de  Sant  Esteban.»  La  construcción  de  la  frase,  la  cir- 
cunstancia harlo  reparable  de  llamar /;wení  de  la  piedra  al  de  Alcántara 
y,  demás  de  las  razones  expuestas,  los  términos  en  que  anota  la  catás- 
trofe que  le  hizo  desaparecer  el  año  i2o3,  era  1241,  escribiendo"' que  la 
avenida  del  río  «levó  la  puent  tercer  dia  de  Navidad  en  dia  Sábado»  », — lo 
cual  no  hubiera  ocurrido  á  ser  aquel  monumento  de  fábrica, — pruebas  son 
eficaces,  á  nuestro  juicio,  de  que  el  Puente  de  la  Vega  de  Santa  Leocadia 
era  de  madera  ó  de  barcas  con  más  probabilidad,  pues,  á  no  ser  así,  ni 
habría  especificado  como  distintivo  que  el  otro  era  de  piedra,  ni  habría 
dicho  que  el  Tajo  se  lo  llevó  en  la  avenida  mencionada.  * 

Aben-Adharí  de  Marruecos,  que  teniendo  principalmente  á  la  vista  la 
Crónica  de  Arib,  obra  del  siglo  x,  escribía  en  el  siglo  xiii  como  el  autor 
de  los  Annales  referidos,  y  cuya  exactitud  hemos  podido  comprobar  antes 
de  la  ocasión  presente, — comprueba  también  por  terminante  modo  la 
existencia  del  puente  de  barcas  en  la  VllT  centuria,  sin  que  haya  lugar  á 
duda,  por  más  que  en  la  traducción  española  no  se  determine  ni  se  indique. 
Al  referir,  con  efecto,  el  memorado  historiador,  cómo  y  por  qué  causas 
el  famoso  muladí  Amrús,  á  quien  Al-Hakcm  I  había  encomendado  el 
gobierno  de  la  Ciudad,  edificó  el  tristemente  célebre  Alcáí{ar,  que  dio  en 
sentir  de  algunos  escritores,  aunque  sin  fundamento,  origen  á  la  prover- 
bial frase  de  la  noche  toledana, — expresa  terminantemente  que  hubo  de 
construirlo  á  la  parte  en  que  estaba  la  Puerta  de  su  puente  de  barcas 
(iJ^^jw  ^-L  JL.)  2,  empleando  no  la  palabra  íuJa-üj,  cántharat,  que  recta- 
mente significa,  puente  de  piedra,  construido  de  arcos,  sino  la  de  y^^^  chis- 
ron  ó  chisron,  que  equivale  á  puente  de  madera  ó  de  barcas  3,  vocablo  de 
que  vuelve  de  nuevo  á  servirse, cuando  narra  que  Abd-er-Rahman  II  en  221 

1  Esp.  Sagr.,  t.  XX 1 1 1,  pág.  395. 

2  Bayán-ul-Magrib,  t.  II,  píg.  71  del  texto  árabe. 

3  El  docto  Dozy,  en  sa  cit.  Supptemsnt^  sia  dir  lodo  el  valor  que  tiene  al  vociblo  c.cribc: 

«Quelque  fois,  comme  la  observé  de  Sacy  (Chresiom.  1,69)  il  y  a  entre  -^wrf»^  et  g  ,  i^^'S  cette 
différenc2,  que  It  premier  mol  signilie  un  pont  de  bois  ou  de  bateaux,  et  la  second  un  pont  de 
fierres,  formé  J'arc.'ifs»,  añadiendo  no  obstante  que  de  ordinario  se  emplean  ambas  voces 
como  sinónimas,  cual  lo  repite  al  tratar  del  vocablo  i^.JsJÜd.  Aquí,  sin  embargo,  Aben-Adharí 
emplea  la  palabra  ,^wwbJ*»  en  su  verdadera  acepción,  no  interpretada  en  la  traducción  (ielmen- 
te.  por  lo  que  induce  á  error,  asi  como  la  anfibológica  explicición  del  barón  de  Sacy,  aceptada 
porDozy. 


444  REVISTA  DE    ARCHIVOS 

H.  (837  •'•  C.)  hizo  reedificar  el  alcázar  de  Amrús,  destruido  por  los  toleda- 
nos, diciendo: 

mandó  reconstruir  el  alcázar  que  había  sido  edificado  en  los  días  de  Al- 
Hakem,  hacia  la  puerta  del  puente  de  madera  ó  de  barcas  ^ 

Por  el  uso  indistinto  que  de  las  voces  Hjh^  y  y*^^  hicieron  los  escri- 
tores, se  viene  con  manifiesto  error  afirmando  que  el  Puente  de  Alean-- 
tara,  es  decir,  el  construido  de  piedra,  fué  el  que  en  el  año  244  de  la  H. 
cortó  el  Califa  Mohámmad  I,  en  circunstancias  imposibles,  dada  la  dispo- 
sición del  indicado  Puente  con  respecto  de  las  fortificaciones  de  la  plaza,  ^ 
no  sospechar  que  los  defensores  de  Toledo  en  aquella  ocasión  habían  per- 
dido totalmente  el  sentido  para  no  enterarse  de  las  minas  hechas  en  las 
pilas  de  aquel  viaducto  por  los  ingenieros  del  Califa,  cuando  el  Puente  se 
halla  tan  inmediato  y  tan  á  la  vista  del  recinto  amurallado.  El  hecho, 
además,  de  no  caer  el  viaducto  sino  cuando  los  toledanos  estaban  sobre  él, 
se  hace  imposible  asimismo,  tratándose  de  una  obra  de  fábrica.  La  estra- 
tagema sólo  pudo  efectuarse  en  un  puente  de  barcas  ó  de  madera:  allí  pu- 
dieron ser  cortadas  las  pilas  sin  que  se  enterasen  los  sitiados;  allí  pudo  con- 
tenerse la  caida  del  viaducto,  hasta  que  los  sitiadores  estuvieran  á  salvo 
en  la  otra  orilla,  y  á  la  historia  del  Puente  de  San  Martín  ha  de  agre- 
garse este  episodio  de  la  de  Toledo  en  los  días  de  la  dominación  musul- 
mana, á  despecho  de  la  confusión  en  que  cayó  también  el  compilador 
Al-Maccari  2. 

Aunque  en  las  reformas  y  trastornos  que  con  el  lapso  de  los  siglos 
ha  experimentado  toda  aquella  parte  de  la  Vega,  no  se  hace  fácil  hoy  de- 
terminar, con  esperanzas  de  acierto,  cuál  era  la  dirección  que,  desde  la 
Ciudad,  y  aun  desde  los  arrabales  mismos  de  la  Vega,  tenían  los  caminos 
que  guiaban  y  directamente  conducían  al  puente  de  barcas,  de  que  apa- 
rece el  torreón  de  la  Cava  cual  residuo,— -supuestas  la  conformación  y  la 
naturaleza  del  terreno,  que  á  las  espaldas  de  dicha  fábrica  es  de  roca  viva, 
el  trozo  de  muralla,  aún  en  lo  alto  visible,  que  delendía  el  torreón  y  la 
«Taxada»,  y  el  muladar  ó  vertedero,  que  allí,  enfrente  de  la  Bib-al-Chisri 
de  los  mahometanos.  Puerta  de  San  Martín  luego,  y  hoy  del  Cambrón, 
existía  en  los  tiempos  de  don  Juan  II,  sobre  todo  después  de  las  obras  de 
allanamiento  y  explanación,  ejecutadas  en  aquella  ronda,  hasta  la  Puerta 

1  Bayáüyí.  II,  pág.  87  del  texto  árabe. 

2  Anaiect€Ut  t.  L,  pág.  loi. 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS  ^5 

nueva  de  Bisagra  el  año  1676  por  el  Corregidor  don  Juan  Gutiérrez  Te- 
lio,— no  es  á  nuestro  entender  cuestionable  que  hubo  tales  vías,  y  que 
éstas  desembocaban  á  nivel  del  piso  del  arco  posterior  en  el  torreón  men- 
cionado. 

La  comunicación  con  la  que  podríamos  llamar  Ciudad  alta,  la  más  di- 
recta y  la  de  mayor  interés  sin  duda,  trazada  está,  no  sobre  el  terreno,  tan 
transformado  actualmente  que  no  es  posible  en  él  formar  idea,  sino  en  la 
dependencia  establecida  entre  la  puerta  de  la  población,  y  el  Puente,  si 
éste  había  de  cumplir  para  con  aquella  sus  fínes  propios  y  naturales,  des- 
lizándose en  piendientes  más  ó  menos  rápidas  por  los  contornos  del  peñón, 
donde  se  hizo  muladar  después,  hasta  enlazar  con  la  vía  en  la  cual  debían 
confluir  los  senderos  de  la  Vega,  los  del  arrabal  de  San  Isidoro  y  el  de 
los  Alfareros,  sino  es  que  traía  la  dirección  de  los  molinos,  hoy  de  Safont 
llamados,  facilitando  relaciones  y  comercio  entre  la  gente  de  la  Ciudad, 
la  de  los  arrabales  y  la  de  los  poblados  de  la  Vega,  con  la  de  los  pueblos 
y  comarcas  de  la  otra  parte  del  río. 

De  cualquier  modo  que  sea,  pues  nada  en  definitiva  es  lícito  aventurar 
en  este  extremo,  ofrécese  con  caracteres  de  tal  verosimilitud  que  casi  con 
la  verdad  probada  se  confunde,  el  hecho  de  que  maltratado  por  la  terrible 
avenida  de  i2o3  el  torreón  de  los  Baños  de  la  Capa,  necesidad  hubo  de  re- 
pararle convenientemente  para  tender  de  nuevo  el  puente  de  madera  ',. 
induciendo  á  creerlo  la  diferencia  de  construcción  que  es  en  aquél  de 
advertir  á  simple  vista.  De  planta  cuadrada,  levántase  á  la  orilla  misma 
del  agua,  6n  el  declive  del  río,  que  baña  sus  cimientos;  hasta  casi  la  línea 
de  enrase  con  la  puerta  oriental,  hállase  labrado,  cual  por  la  fachada  N.  se 
observa,  de  grandes  sillares,  no  todos  tampoco  del  mismo  tiempo,  descar- 
nados y  descompuestos  en  la  parte  inferior,  pareciendo  ser  en  ésta,  según 
indica  con  plausible  acierto  el  escritor  militar  ya  antes  mencionado,  obra 
de  constructores  romanos  «,  y  mientras  en  la  propia  fachada  septentrional, 
desde  la  línea  de  enrase  del  arco  ojivo  allí  con  posterioridad  abierto, 
el  aparejo,  aunque  de  sillares,  es  irr^ular  y  desordenado, — á  partir  del 
piso  primitivo  de  la  fachada  oriental,  las  aristas  forman  cadena  de  fábrica 
de  ladrillo,  y  al  paso  que  el  muro  del  N.  es  de  hiladas  de  mampuesto,  com- 

1  Si  bien  en  el  epígrafe  relativo  al  Arzobispo  Tenorio,  y  que  copiamos  luego,  se  afirma  que 
á  consecuencia  de  la  destrucción  del  Puente  en  1203,  se  labró  el  de  San  Martin,  los  caracteres 
que  vamos  notando  en  las  obras  no  consienten  afirmación  semejante. 

2  D.  Manuel  Castaños,  El  baño  de  la  Caba,  art.  pub.  en  el  núm.  i  del  Bol.  de  la  Soc.  Arqueo^ 
I  ógica  de  Toledo  (Enero  de  1900). 


446  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

puestas  de  ñlas  de  una  sola  piedra  en  la  zona  inferior,  y  de  varias  en  las 
restantes,  separadas  por  verdugadas  ya  de  dos,  ya  de  tres  ladrillos,  mués- 
transe  los  cajones  descompuestos  en  el  muro  oriental,  revelando  esta 
observación,  cual  indica  el  autor  antes  aludido,  que  sobre  la  obra  romana 
edificaron  los  muslimes  y  los  cristianos,  es  decir,  que  unos  y  otros,  en  los 
diversos  accidentes  en  que  el  Tajo  quebrantó  sañudo  el  torreón,  hubieron 
forzosamente  de  repararle  y  reconstruirle. 

Tres  son  las  puertas  que  abren  en  aquel  monumento,  objeto  de  tantas 
fantasías:  la  de  la  fachada  oriental,  que  es  la  de  acceso  al  puente,  la  de  la  fa- 
chada opuesta,  que  con  ella  correspondía,  y  la  del  muro  N.,  más  baja,  en  cu- 
yas inmediaciones  se  halla  empotrada  una  gran  piedra  decorativa  de  estilo 
latino-bizantino,  quizás  procedente  de  la  Basílica  visigoda  de  Santa  Leo- 
cadia. Por  la  deformación  del  mampuesto,  principalmente  en  la  zona  in- 
ferior, dedúcese  que  la  portada  actual  de  oriente,  es  reparación  de  la  pri- 
mitiva, hecha  ya  en  el  siglo  xiii;  fórmase  por  un  arco  adovelado  de  cante- 
ría, ojival,  inscripto  en  un  recuadro  ó  arraéaá,  señalado  convenientemente, 
el  cual  se  apoya  en  columnas  de  grueso  fuste  y  de  dos  piezas,  con  sencillos 
capiteles  y  basas,  moldurados,  y  maltratados  por  el  tiempo  unos  y  otras.  El 
fuste  de  la  izquierda  del  arco,  ofrécese  en  la  pieza  inferior  constituido  por 
un  cipo  sepulcral  mahometano,  en  el  cual  se  halla,  bajo  la  moldura  de  la 
cabeza,  escrito  el  epígrafe  funerario  en  ocho  líneas  de  elegantes  y  apretados 
caracteres  cúficos  en  relieve,  ya  del  siglo  v  de  la  Hégira,  xi  de  J.  C,  ins- 
criptas en  su  correspondiente  arrabad,  por  el  cual  la  inscripción  continúa. 

Es  éste,  el  «letrero»  de  que  hablan  los  escritores,  cuya  caprichosa  tra- 
ducción castellana  dio  á  conocer  el  P.  Román  de  la  Higuera,  y  cuyo  con- 
texto copian  y  reproducen,  cual  documento  de  superior  eficacia,  el  Conde 
de  Mora,  y  cuantos  le  han  seguido.  El  abandono  y  soledad  del  sitio,  la 
concurrencia  de  muchachos  en  todo  tiempo,  la  de  los  que  van  á  bañarse  en 
las  proximidades  del  torreón  durante  el  verano,  no  menos  que  la  de  los 
curiosos  que  allí  han  dejado  escritos  sus  nombres,  causas  han  sido  para 
que,  poco  á  poco,  hayan  perdido  su  relieve  muchas,  casi  todas  las  líneas 
del  epígrafe,  en  las  cuales  las  letras  son  una  masa  informe,  y  se  haga  hoy 
imposible  la  interpretación  total  y  la  lectura  del  mismo,  á  lo  cual  ayuda 
la  dificultad  que  ofrece  la  disposición  violenta  de  la  inscripción,  y  el  de- 
rrumbamiento interior  de  la  torre. 

De  nuestros  apuntes  de  1875  y  1898,  fecha  esta  última  en  que  aparecía 
más  deteriorado,  resulta  inteligible  lo  siguiente: 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS  447 


...    II 

Mi 


Jh^c:i1-^J n¡5 


I'  1 1: H  -^  ^]- 


^  1'    :    1' 


:::í     ':í 

En  el  nombre  de  Alláh,  el  Clemente,  el  Misericordioso.  ¡Oh  vosotros  hom„, 
„.bres!  Creed  que  las  promesas  de  Alláh  son  ciertas^  y  no  os  dejéis  seducir 

por  los  halagos  del  mundo,  ni  os  aparten  de  Alláh 

los  engaños  (del  demonio!).  Este  es  el  sepulcro  de  f!Hosám?'ben-Abd„. 
5      [Confesó 

que  no  hay  dios  fuera  de  Alláh]  único.  Mu,., 

frió  (apiádese  de  él  Alláh!)] 

8      del  año  ocho  y y  cuatrocientos  K 

El  arco  occidental  opuesto,  que  daba  salida  al  Puente,  y  que  aparece 
rasgado  hasta  la  .peña,  carece  de  columnas  en  que  apoyarse,  y  se  muestra 
también  apuntado,  aunque  mucho  menos  que  el  posterior;  hasta  la  altura 
señalada,  la  fábrica,  con  aparejo  desigual,  es  de  sillares,  ya  descarnados,  y 
el  resto  de  mampuesto  en  hiladas  con  verdugados  de  ladrillo,  sin  que  haya 
señales  de  matacán  por  esta  parte,  ni  reúna  tampoco  la  torre  condiciones 
defensivas  de  ningún  género,  las  cuales  proporcionaban  la  línea  flanquean- 
te que  por  la  parte  del  mediodía  de  aquel  monumento  se  desprende  de  la 
muralla,  y  que  entrecortada  con  tambores  dé  mampuesto,  baja  hasta  el 
río,  y  por  la  muralla  misma,  la  cual,  con  iguales  condiciones,  ocupa  la 
cima  de  la  rocosa  altura,  delante  del  fantaseado  Palacio  del  rey  don  Ro- 
drigo, hoy  Matadero  público. 

I  Parece  corresponder  á  mediados  del  siglo  v  de  la  Ilégira,  á  juzgar  por  su  forma,  su  disposi- 
ción y  el  dibujo  de  los  signos.  Existe  copia  de  este  epígrafe  entre  los  papeles  que  con  el  titulo 
de  Inscripciones  y  algunas  de  ellas  árabes,  con  sus  dibuxos  y  explicación,  han  pertenecido 
i  Palomares  y  conserva  en  su  Bib.  la  Real  Acad.  de  la  Hist.  (Est.  4.°,  grada  S.^  D,  número  249, 
tomo  35,  y  Est.  22,  grada  4.*^,  núm.  74).  No  es  legible  la  leyenda  de  la  cria,  y  en  la  parte  central 
izquierda,  tenia  en  1898  sobre  los  signos  arábigos  pintada  de  azul,  la  indicación=97=Páramo= 
hArtoiL>  (sic)=;  en  el  tercio  superior  izquierdo,  también  con  pintura  azul,  se  leía:  «M  Ruiz 
Seiquer— 7-5-93  »  ' 


448      .  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

El  arco  septentrional,  por  donde  tuvo  sin  duda  acceso  el  departamento 
inferior,  de  flecha  asemejable  á  la  de  los  otros  arcos,  es  aún  más  ojivo  que 
el  de  Levante,  y  fué  abierto  en  aquel  muro  seguramente  al  tiempo  que  el 
anterior,  poco  más  ó  menos.  De  fábrica  de  ladrillo  todo  él,  hasta  en  sus 
jambas,  á  excepción  de  la  parte  de  la  derecha,  de  ladrillo  es  asimismo  el 
tránsito  de  este  sistema  de  construcción  al  de  mamposteria,  surgiendo 
aún,  en  el  río,  delante  del  arco  occidental,  y  ya  adornado  por  plantas 
acuáticas,  un  gran  trozo,  tumbado,  del  pilar  en  que  apoyaba  la  plata- 
forma de  madera,  que  daba  paso  al  puente  de  barcas,  el  cual  es  también 
de  fábrica  de  ladrillo.  En  la  orilla  izquierda,  se  advierte  á  cierta  eleva- 
ción, é  inmediato  al  pretil  de  la  carretera,  el  punto  en  que  apoyaba  la 
plataforma  de  este  lado,  sin  que  haya  señales  de  que  allí  existiese  torre  ó 
fábrica  alguna  como  el  torreón  llamado  de  los  Baños  de  la  Capa,  donde 
se  conservan  las  gradas  de  las  subidas,  y  de  cuya  plataforma  superior, 
coronada  en  otro  tiempo  de  almenas,  queda  informe  masa  de  piedra,  tie- 
rra, ladrillo  y  parietarias. 

Ya  por  consecuencia  de  algún  otro  accidente,  comparable  al  de  i2o3, 
en  que  fué  el  Puente  repuesto,  y  en  que,  con  diferencia  de  años,  fué  el  to- 
rreón reparado,  cual  todo  en  él  lo  acredita  y  sin  dificultad  lo  persuade; 
ya  por  ser  inseguro  é  insuficiente  para  el  tráfico  de  la  Ciudad,  ya  por  una 
y  otra  causa  reunidas, — la  población,  elevada  á  superior  categoría  por  la 
permanencia  en  ella  de  la  Corte,  por  el  desarrollo  que  promueve  y  patro- 
cina Alfonso  X,  y  por  las  artes  y  las  industrias  que  en  ella  á  la  sazón  flo- 
recían,— con  entera  probabilidad,  si  no  absoluta  certeza,  y  contra  la  de- 
claración del  epígrafe  á  que  arriba  aludimos, — de  i252  á  1284,  esto  es,  en 
el  período  de  tiempo  durante  el  cual,  con  tristes  vicisitudes,  ciñó  á  sus 
sienes  el  nieto  de  doña  Berenguela,  ennobleciéndola,  la  corona  de  León  y 
de  Castilla,  determinaba  la  construcción  de  un  puente  que  por  su  solidez 
y  condiciones  no  estuviera  con  tanta  frecuencia  sujeto  á  la  furia  de  las 
aguas,  y  que  facilitase  con  la  amplitud  necesaria  las  relaciones  y  el  co- 
mercio con  las  comarcas  de  Occidente. 

Encajonado  en  aquella  revuelta  que  forma  la  escarpada  orilla  del  río, 
por  bajo  de  la  muralla  cuya  construcción  dispuso  Alfonso  VI,  y  sobre  la 
cual  camina  la  carretera  que  hoy  al  Puente  de  San  Martin  conduce,  ni  era 
conveniente  ni  ofrecía  las  facilidades  exigidas  para  el  emplazamiento  del 
proyectado  viaducto,  el  sitio  en  que,  para  el  servicio  de  la  Vega  principal- 
mente, los  romanos  tendieron  el  puente  de  barcas  referido.  Por  aquella 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


449 


zona  de  la  Ciudad,  corriéndose  al  medio  día,  próspera  y  protegida  por  c! 
monarca,  agrupábase  la  judaica  grey,  y  así,  pafa  utilidad  de  cristianos, 
mudejares  y  judíos,  en  beneficio  de  quienes  iba  á  redundar  la  nueva  fá- 
brica, señnlóse  el  emplazamiento  en  el  punto  en  que.  con  varias  deriva- 
ciones hasta  el  río, 
venían  á  confluir  la  r^ 
cintura  que  tomaba 
origen  «de  yuso  la 
puent  de  la  piedra», 
y  aquella  otra  que, 
en  las  estribaciones 
del  peñasco,  borda- 
ban alegres  huertos 
y  granadales,  y  con 
el  Postigo  de  Binél, 
la  Dib-al-Farách  y  el 
Castillo  de  los  Ju- 
díos ^obre  el  Tajo, 
llegaba  al  arenal  de 
Incurnia,  y  sitio  en 
que  estuvieron  las  fa- 
mosas bilas  ó  clepsi- 
dras del  tiempo  de 
AI-Mámun,  y  de  las 
cuales  subsiste  por 
aventura  quizá,  en  el 
escarpe  violento  de 
la  orilla,  un  torreón 

circular  ó  tambor  con  un  pozo  ó  sifón  para  la  elevación  de  las  aguas,  un 
trozo  de  muro  de  irregular  mampostería  y  un  arquillo  ó  bóveda  de  ladri- 
llo, viaducto  que  enlaza  con  este  aquella  construcción,  la  cual  desde  lo 
alto  no  se  divisa,  de  ella  dando  el  adjunto  grabado  idea  ^ 

Sirvió  de  modelo  á  los  constructores,  como  apuntó  Quadrado,  para  la 
traza  del  nuevo  Puente,  el  característico  de  Alcántara,  si  bien  por  ser  allí 

1  .\compañados  del  inleligenic  ariisia  D.  Manuel  Tovar  y  del  Jefe  del  Museo  de  Toledo, 
nuestro  compañero  D.  José  Gómez  Centurión,  reconocimos  este  monumento,  fteneralmcnte  ig- 
norado una  de  las  tardes  del  me^  de  Octubre  de  1901.  La  fotografía  que  reproducimos  es  obra 
del  citado  Sr.  Tovar. 


45o  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

más  dilatado  cl  cauce  hubo  necesidad  de  abrir  mayor  número  de  ojos, 
subordinados  al  central,  por  donde  desagua  casi  todo  el  Tajo,  y  tomó 
nombre  de  la  parroquia  á  cuya  jurisdicción  correspondía,  llamándose  de 
San  Martin  por  ello  desde  un  principio;  estérilmente,  pues  no  ha  pre- 
valecido, se  trató  de  cambiarle  por  el  de  San  Julián  en  los  días  de  Fe- 
lipe II  '.  Constaba,  pues,  como  en  la  actualidad,  de  cinco  arcos^  dos  á  dos 
colocados  á  los  lados  del  central,  que  mide,  según  los  autores,  3g  metros 
de  luz  por  26  con  bj  centímetros  de  altura,  y  que  ligeramente  apuntado, 
cual  los  otros,  labrados  para  su  desahogo  en  las  crecidas,  apoya  en  sólidos 
pilares  reforzados  en  escalones  y  con  recio  tajamar  el  de  levante,  el  cual 
es  mucho  más  poderoso  y  luerte  jxír  el  costado  meridional  á  causa  de 
cargar  allí  el  golpe  de  las  aguas  en  las  avenidas,  pasada  la  angostura  en 
que  viene  encajonado  el  río  casi  desde  el  punto  que  dicen  Molinos  de  la 
Vieja, 

Fabricado  todo  él  de  buena  sillería,  en  la  cual  abundan  los  signos  la- 
pidarios, alzóse  en  uno  de  sus  extremos,  el  que  daba  al  campo,  formida- 
ble torreón  defensivo  coronado  dz  almenas  2,  y  así  logró  resistir  el  embate 
de  las  corrientes  y  de  los  desbordamientos  sin  quebranto  alguno  hasta 
la  segunda  mitad  de  la  siguiente  XIV.*  centuria,  en  que  la  ambición  abo- 
minable y  la  saña  de  los  hombres  le  quebrantó  y  arruinó  dolorosamente. 
Ya  en  Mayo  de  i555,  y  apoderados  de  la  Ciudad  el  conde  de  Trastamara 
y  el  Maestre  de  Santiago  don  Fadrique,  vióse  el  rey  don  Pedro  en  la 
triste  necesidad  de  oponer  fue.:^o  á  las  puertas»  del  Puente  mientras,  con- 
forme consigna  cl  canciller  Pero  López  de  Avala,  «algunos  de  los  suyos 
comenzaron  luego  á  pasar  por  las  azudas  que  eran  en  derecho  de  la  jude- 
ría, que  estaban  secas  más  que  fueran  en  veinte  años»,  ayudados  con  largas 
cuerdas  que  los  judíos  desd:  la  población  les  arrojaban  3. 

Trece  años  después,  en  el  de  i368,  y  dominando  en  ella  los  partidarios 
del  rey  legítimo,  tan  apretadamente  hubo  de  asediarla  cl  bastardo,  que 
estableciendo  su  campamento  en  la  Vega,  levantaba  en  San  Servando 
una  bastida  para  batir  el  Puente  de  Alcántara  y  otra  «de  la  otra  parte  del 
puente  de  Sant  Martín»  4,  no  logrando  acobardar  con  esto  á  los  toleda- 


1  Memorial  tantas  vccci  citado  en  csic  libro,  pág.  i86  del  t.  VII  de  FA  Arte  en  España. 

2  Así  se  deduce  de  Us  palabras  que  luego  copiaremos,  y  con  las  cuales  da  cuenii  la  Crónica 
de  los  acontecimientos  de  1368. 

3  Crónica,  año  1355,  cip  VII,  pág.  i85  de  la  ed.  de  Ll¿»guno.  Mariategui  (El  Arte  en  España, 
l.  III,  pág.  48)  cquivocí  estos  acontecimientos  coa  los  ::cicctdos  trece  años  adelante. 

4  Crónica  cit.,  año  13O8,  cap.  V,  pág.  52y. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  45 1 

danos,  quienes  le  rechazaron  victoriosos  aun  después  da  haber  los  par- 
ciales de  don  Enrique  pretendido  apoderarse  de  la  Torre  de  los  Abades. 
Desesperanzado  ya  el  de  Trastamara,  «fizo  poner  engeños  á  la  puente  de 
Sant  Martín:  ca  los  de  la  cibdad  querían  derribar  la  puente,  é  los  engeños 
de  fuera  tiraban  á  los  ornes  que  labraban  en  la  torre  de  la  puente.»  c<E... 
Don  Enrique  fizo  facer  allí  una  bastida,  fcn  guisa  que  cababan  la  torre 
grande  que  avía  en  la  puente,  do  estaba  la  puerta:  é  un  día,  teniendo  los 
maestros  que  ya  ¡a  torre  estaba  puesta  en  cuentos  para  la  poder  dar  fue- 
go, é  que  caería,  díxeron  al  Rey  que  mandase  venir,  allí  Omes  de  armas, 
ca  facían  cuenta,  que  si  aquella  torre  cayese,  que  la  cibdad  era  entrada, 
ca  non  avia  dentro  en  la  cibdad  otra  torre  de  donde  se  pudiese  dejender 
la  puente;  é  como  quier  que  los  de  la  cibdad  facían  un  muro  de  tapias 
muy  grande  en  cabo  de  la  puente  dentro  de  la  cibdad  para  la  defender, 
pero  aún  estaba  baxo.  E...  Don  Enrique,  por  consejo  de  los  maestros  que 
pusieron  los  cuentos  á  la  torre,  mandó  que  les  pusiesen  fuego;  pero  non 
cayó  la  torre,  que  aún  non  fuera  toda  puesta  en  cuentos,  é  perdióse  la 
obra,  é  todo  el  trabajo  que  avían  tomado  en  facer  aquellas  cavas,  é  po- 
ner aquellos  cuentos.  É  los  de  la  cibdad,  quando  vieron  aquello,  pensando 
que...  Don  Enrique  mandaría  cavar,  c  poner  otra  vez  los  cuentos  á  la 
torre,  lo  qual  así  se  facía,  comenzaron  de  facer  derribar  la  puente  de 
Sant  Martín  por  medio  del  arco,  c  tirar  las  llaves  de  las  piedras  porque 
cayese.  E...  Don  Enrique  fizo  poner  dos  engeños  que  tiraban  á  la  puente, 
€  á  los  que  labraban  en  ella  para  la  derribar;  pero  los  de  la  cibdad  aca- 
baron primero  su  obra,  c  derribaron  la  puente  c  cayó  el  arco»  ^ 

No  de  otra  suerte  era  destruida  á  manos  de  los  toledanos  mismos,  fieles 
á  la  fe  jurada  á  su  rey,  aquella  hermosa  fábrica  que  aún  conserva  señales 
de  la  lucha,  y  que  permanecía  en  tal  estado,  suplido  con  maderas  lo  de- 
rruido entonces,  hasta  el  pontificado  de  don  Pedro  Tenorio  (iSjó  á  iSgg). 
Fué  este  prelado  insigne,  cuyo  nombre  aparece  asociado  en  vínculo  indi- 
soluble no  sólo  al  Puente  de  San  Martin,  llamado  por  antonomasia  de 
Tenorio,  sino  al  Castillo  de  San  Servando,  al  Claustro  de  la  Catedral  y 
á  diversas  obras  en  Toledo,  sino  á  la  fábrica  de  otros  varios  castillos  y 
fortalezas  en  su  archidiócesis,  quien  con  ánimo  levantado  y  generoso  re- 
construía á  sus  expensas  el  arco  derruido  mandando  colocar  sobre  la 
clave  del  mismo  la  efigie  de  San  Martin  de  Tours,  á  la  cual  refiere  la 

1    Op.  cit.,  año  136P,  cap.  VII,  páginas  530  y  531.  Por  su  importancia  para  nuestro  estudio, 
hemos  creído  conveniente  reproducir  aquí  casi  todo  el  cap.  VII  del  año  referido. 


452  RpVISTA  DE  ARCHIVOS 

tradición  legendaria  conseja  \  como  en  el  año  1690,  reinando  el  último 
de  los  príncipes  de  la  casa  de  Austria,  de  infeliz  memoria,  volvía  á  ser 
reparado  el  Puente,  época  desde  la  cual  presenta  el  aspecto  que  en  la  ac* 
tualidad  ofrece. 

Saliendo  por  la  moderna  Puerta  de  San  Martin, — engendro  arquitec- 
tónico de  fábrica  de  ladrillo,  construido  en  1864, — y  siguiendo  la  pinto- 
resca avenida  del  Puente,  llégase  á  él  por  un  torreón  desmochado,  cuyo 
vulgar  cuerpo  superior  es  mucho  más  moderno  y  de  ladrillo;  unido  á 
aquél,  oon  mayor  altura,  conservando  aún  en  el  adarve  almenas  de  pira- 
midales chapiteles  y  los  mensulones  para  los  matacanes  en  sus  caras  sep- 
tentrional y  occidental,  levántase  otro  torreón  que  ha* sido  objeto  visible 
'  de  reiteradas  composturas.  Sobre  el  arco  de  entrada,  y  en  modesta  hor- 
nacina resguardada  por  cristales  y  pintarrajeada,  se  muestra  por  I?  parte 
de  la  Ciudad  la  imagen  de  la  venerada  Virgen  del  Sagrario,  esculpida  en 
piedra  y  colorida,  y  en  la  cara  opuesta,  que  mira  al  Puente,  encima  del 
arco  adovelado  con  tendencia  á  la  herradura, — en  bien  tallado  marco  de 
laureles,  sobre  saliente  repisa,  por  igual  arte  laboreada  y  con  un  querubín 
al  medio,  se  ostentan  las  imperiales  armas  de  Toledo,  esculpidas  en  gra- 
nito, destacando  á  uno  y  otro  de  sus  lados,  en  marcos  asemejables,  como 
complementarios  del  blasón,  y  cual  ocurre  en  la  Puerta  nueva  de  Bisa- 
gra, las  figuras  sedentes,  en  relieve,  de  Recesvinto  y  Alfonso  VI.  Por  bajo 
de  ellas,  orladas  con  marcos  de  no  menor  riqueza  7  de  ejecución  prolija 
y  esmerada,  resaltan  sobre  los  sillares  del  aparejo  de  la  torre  sendas  mar- 
móreas y  blancas  lápidas,  entre  las  cuales  se  reparte,  algún  tanto  preten- 
cioso, pero  no  falto  de  verdad,  un  epígrafe  conmemorativo,  diciendo  la 
lápida  de  la  izquierda,  donde  la  leyenda  tiene  su  comienzo,  en  catorce 
líneas  de  capitales  latinas: 

REYN.^o  CAR.*  ii.  N.  S*^  li  LA  IMPERIAL  T^  MANDÓ  II  REEDIFICAR  ESTA  PVENTE  II 
CASI  ARRUINADA  CON  LA  II  INJURIA  DE  CINCO  SIGLOS.  II  DÁNDOLA  NUEBO  SER.  11  .ME- 
JÓRALA) EN  LA  MATERIA  II  REFORMADO  EN  LA  OBRA  II^UMENTADO  EN  ESPACIOS  II  Y 
HERMOSURA  EN  QVE  II  SIGUIENDO  EL  EXEMPLO  II  DE.LOS  PASSADOS  ALIENTA  II  EN  EL 
SUYO  A  LOS  II  VENIDEROS. 

I  Es  ésta  la  de  que  «apesadumbrado  el  arquitecto  por  un  yerro  que  en  la  construcción  del 
puente  cometiera,  y  temeroso  de  que,  quitadas  las  cimbras,  se  desplomasen  los  arcos  con  lüe* 
noscabo  de  sU*  honra  profesional,  confío  el, secreto  á  su  esposa,  quien  saliendo  sigilosamente  de 
noche,  prendió  fuego  al  maderamen,  salvando  con  este  suceso  atribuido  á  la  casualidad,  el  buen  ' 
nombre  del  constructor^.  Dícese  que  éste  en  testimonio  de  reconocimiento,  mandó  colocar,  en  , 
la  clive  del  arco  un  simulacro  de  su  mujer,  y  de  tal  anécdota  ha  hecho  nuestro  buen  amigo  y 
pariente  D.  Francisco  Valverde  y  Perales,  la  leyenda  titulada  La  Esposa  del  Arquitecto,  inserta 
en  el  tomo  que  publicó  en  1900 (pág.  27). 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  453 

En  la  de  la  derecha,  coii  igual  número  de  líneas,  prosigue: 

.    ESTA  OBRA  SE  ACABÓ  II  SIENDO  CORREO.*^   D.    FRAn'.co  ||  DE   VARGAS   Y    LEZAMA 
CAV.^^o  II  DEL  ORDEN  DE  CALATRAVA  II  DEL  CONS.<>  DE  SV  MACEEN  EL  R.»-liDE  HA- 
ZIENDA  Y  COMISSARlOSIID.o  AL.o    JOSEPH  FRZ   DE   MADRID  ll  CAV. o  DEL  ORDEN  DE  . 
SANTIAG.^  II  Y  D.  LUIS  DE  VILLALTA,  EGAS,  II  VIVANCO  REGIDORES  II  PEDRO  CARRA  S 
CO  MARÍN  II  Y  GABRIEL  ALONSO  DE  BVEN  II  DÍA.  IVRADOSIIANO  DE  M.DC.XC. 

Asegúrase  que  estuvo  esta  entrada  flanqueada  por  dos  torres  de  las 
cuales  la  septentrional  fué  «demolida  en  el  siglo  xvi,  sin  que  podamos 
imaginar  el  motivo»  ^  y  si  el  hecho  es  cierto,  pues  no  es  dable  hoy  com- 
probarlo, una  y  otra  debieron  de  ser  erigidas  al  reparar  el  Puente  el  arzo- 
bispo Tenorio,  porque;  según  rectamente  se  deduce  del  testimonio  de  Pero 
López  de  Ayala,  por  esta  parte  no  había  ninguna  en  i368,  cuando  los  in- 
genieros del  bastardo,  al  disponerse  á  dar  fuego  á  la  mina  del  torreón  de 
cabeza,  que  dá  al  campo,  decían,  como,  procuramos  notar  arriba,  c<que  si 
aquella  torre  cayese,  que  la  cíbdad  era  entrada,  ca  non  avia  dentro  en  la 
cibdad  (por  la  parte  de  la  cfudad)  otra  torre  de  donde  repudíese  defender 
/a /?¿/en/e.»  La  que  subsiste,  de  planta  poligonal,  construida  de  mampos- 
tería,  con  las  aristas  de  no  grandes  sillares,  parece,  con  efecto,  correspon- 
tíer  á  aquella  época,  y  su  fábrica  se  distingue  perfectamente  de  la  de  la 
portada. 

Delante  de  ella,  solado  en  1760,  conforme  oportuno  letrero  declara, 
tiéndese  el  hermoso  viaducto,  amplio  y  bien  conservado,  con  dos  aparta- 
deros de  distinta  configuración  sobre  los  tajamares,  y  el  pretil  de  trecho  en 
trecho  «adornado  de  grandes  bolas  de  piedra»,  que  decoran  asimismo  los 
balcones  de  aquéllos,  siendo  los  indicados  remates  y  el  pretil  que  los  sus- 
tenta, fruto  notorio  de  la  reparación  de  1690,  cuyo  alcance  é  importancia 
no  hay  medio  de  puntualizar  por  completo.  Gallardo  y  elegante,  coronado 
de  altas  y  agudas  almenas  de  ladrillo,  y  recordando  al  primer  golpe 
de  vista  el  del  Puente  de  Alcántara,  descuella  en  el  extremo  de  la  orilla 
opuesta  el  torreón  de  salida,  que  es  de  planta  exagonal,  y  está  todo  él  con 
regularidad,  labrado  de  sillarejos.  Hay  quien  sospecha,  con  manifiesto 
error,  que  fué  «reedificado  probablemente  sobre  los  cimientos  del  primiti-  , 
vo,»  afirmando  á  la  par  con  desenfadado  juicio,  que  4(su  forma  y  adornos 
recuerdan  los  caracteres  del  estilo  árabe  morisco  (¿?),  aunque  trastorna- 
dos V  confundidos  con  elementos  puramente  ojivales»  2,  perdidas  de  vista, 

1  Mariátegui,  arts.  cits.  pág.  49  del  t.  III  de  El  Arte  en  Esp. 

2  ídem. id.,  pág.  5o  del  tomo  y  revista  citados.  .« 


454  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

en  cuanto  al  primer  extremo,  la  circunstancia  de  que,  como  expresa 
la  Crónica,  la  torre  no  cayó  en  i368,  resultando  inútil  «todo  el  trabajo  que 
avian  tomado  en  facer  aquellas  cavas,  é  poner  aquellos  cuentos»  ',  y  en 
cuanto  al  segundo,  la  de  que  de  los  monumentos  que  en  Toledo  perseveran 
de  los  días  de  los  musulmanes  y  de  los  de  la  época  de  la  Reconquista,  ins- 
pirados en  las  tradiciones  mahometanas,  no  hay  ninguqo  con  tales  carac- 
teres. 

En  el  paramento  del  cuerpo  superior  de  esta  torre,  dibújase  una  serie 
de  ventanas  de  medio  punto,  algún  tanto  peraltadas,  conservando  una  de 
ellas  descentrada  y  abierta,  y  en  la  misma  línea  otra  fíla  de  aspilleras;  y  al 
centro  de  la  fachada  del  Puente,  sobre  la  imposta  que  en  sentido  horizon- 
tal la  corta,  voltea  con  la  graciosa  desenvoltura  del  estilo  del  Renacimien- 
to saliente  arco  sobrepuesto,  con  flameros  á  los  lados,  y  archivolta  de 
molduras  y  de  huevos.  En  el  interior  de  dicho  arco,  y  entre  las  emblemá- 
ticas columnas  de  Hércules,  osténtase,  no  de  grandes  dimensiones,  con 
peregrinidad  tallado,  y  deformado  por  desventura,  el  escudo  imperial, 
que  revela  la  mano  de  los  artistas  del  tiempo  de  Carlos  de  Gante,  mientras 
por  bajo  de  la  imposta  referida,  formando  el  cuerpo  inferior  de  la  torre,  se 
abre  un  grande  arco  ojival  de  descarga,  por  el  que  se  muestra  cobijado 
más  al  interior  el  de  la  puerta,  propiamente  dicha,  que  es  ya  de  herradura 
y  peraltado. 

Sencilla  hornacina  destaca  en  el  espacio  medio  de  uno  á  otro  arco,  y 
en  ella  es  celebrada,  como  atribuida  d  Berruguete  ó  Monegro,  la  efigie 
verdaderamente  estimable  de  San  Julián,  arzobispo  y  patrón  de  Toledo, 
mandada  allí  colocar  con  las  de  las  otras  puertas  de  la  población  en  ibyS 
por  el  corregidor  Gutiérrez  Tello,  y  por  la  cual  trató  d:  darse  nueva  ad- 
vocación al  Puente,  advirtiéndose  en  la  parte  superior  de  la  hornacina 
rectangular  lápida  de  blanco  mármol,  sin  dificultad  legible  casi  á  simple 
vista,  en  la  que  están  completos,  en  siete  líneas  de  capitales  incisas,  los 
versos  latinos  de  Wamba,  copiados  en  la  Puerta  Nueva  de  Bisagra  2,  al 
paso  que  por  bajo  de  la  estatua  otra  lápida  marmórea,  labrada  en  el  si- 
glo xvi^  y  al  propio  tiempo  que  la  precedente,  reproduce  acaso,  si  no  es 
que  glosa,  un  epígrafe  anterior,  diciendo  en  las  diez  líneas  de  capitales  la- 
tinas de  que  consta: 

1  Pág.  531  de  la  cd.  de  Llaguno,  y.i  cít. 

2  Por  error  sin  duda^  Mariátcgui  no  copia  los  versos  dedicados  á  los  santos  patronos  (pág.  5i). 
Palazuelos  dice  que  está  «ilegible  ó  poco  menos  á  simple  vistan»  el  epígrafe  (pág.  734  de  su  Guia), 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  ^55 

PONTEM     CVIUS     RVINAE    •    IN    •    DECLIVI     AL 

VEO     PROXIME    •    VISVNTVR     FLVMINIS     IN 

'   VNDATIONE    QVAE   ANNO   DOMINI   M.CC.III    •  SV 

PER     IPSVM     ESCREVIT     DIRVPTVM     TOLETA 

5      NI      IN     HOC     LOCO      AEDIFICAVERVNT      IMBE 

SILLA      HOMINVM     CONSILIA     QVEM     lAM     AM 

NIS      LAEDERE      NON     POTERAT    •  PETRO     ET 

ENRICO     FRATRIBVS     PRO     REGNO     CONTEN 

DENTIBVS     INTERRVPTVM     PETRVS     TENORIVS 

10      ARCHIEPISCOPVS  TOLETANVS  REPARANDVM      c[uraVÍ¿J 

Consta  el  paso  de  la  puerta,  que  da  el  espesor  actual  de  la  torre,  con  no 
menos  de  cuatro  tramos,  de  los  cuales  el  primero  tiene,  fabricada  en  ladri- 
llo cual  las  restantes,  bóveda  de  anchos  nervios  cruzados,  sobre  el  arco  de 
herradura,  cuyos  hombros  estriban  en  los  muros;  de  crucería  peraltada  es 
la  bóveda  del  segundo,  con  agudos  arcos  ojivos  para  la  corredera  del  pei- 
ne, y  semejante  la  tercera,  con  cuadrados  gorrones,  es  de  arco  de  herra- 
dura, cuyos  arranques  llevan  el  sello  ojival  bien  manifiesto.  Del  cuarto 
tramo,  que  debió  ser  el  destruido  en  i368,  y  no  reparado  nunca,  no  queda 
más  que  el  hombro  derecho  del  arco  de  salida,  que  fué  á  todas  luces  de 
herradura,  con  la  piedra  gorronera  correspondiente,  y,  más  al  exterior, 
constituyendo  la  fachada  occidental  de  la  torre,  el  arranque  del  grande 
arco  de  descarga,  semejante  al  de  la  fachada  opuesta,  y  en  la  misma  época 
labrado  '.  Pequeña  poterna,  en  ^1  primer  tramo,  conduce  al  piso  superior 
de  la  torre  2,  en  cuya  fachada  meridional,  así  como  en  el  interior,  se  con- 
serva gran  número  de  signos  lapidarios  3,  figurando  en  aquella  «una  pre- 
ciosa ventana  ojival  cuya  antigüedad  no  puede  remontar  más  allá  del  si- 
glo xv,»  y  empotrada,  por  último,  en  el  paramento  del  muro  que  da  á  la 

1  Por  esta  circunstancia  escribe  Mariátcgui  que  puede  «observarse  entonces  la  gran  varia- 
ción que  experimentó  la  planta  del  edificio  en  su  reedificación»,  añadiendo:  «La  fachada  ha 
desaparecido,  y  el  torreón  se  presenta  mutilado  en  toda  su  ala  derecha;  la  simetría  no  existe  y 
sólo  un  pequeño  zócalo  de  la  cara  de  agua  abajo,  nos  acusa  la  verdadera  y  primitiva  planta  de 
la  torre»  (Arts.  cits.  pág.  5o). 

2  «Una  escalera  moderna  desemboca  en  la  plataforma  actual,  cuya  cubierta  ha  desaparecido, 
conservándose  aún  en  los  ángulos  cuatro  cilindricos,  prolongación  y  apoyo  de  los  ya  destruidos 
aristones.»  «Tres  aspilleras  de  sillería  medio  ocultas  por  un  nuevo  solado  se  abren  en  la  parte 
antigua  de  la  torre»  donde  se  abre  también  la  ventana  ojival,  cerrando  «la  torre  muros  de  mam- 
postería  de  siete  y  medio  pies  de  espesor,  con  paramentos  de  sillarejos,  y  un  pequeño  puente 
(que]  comunica  con  una  escalera  de  piedra  que  conduce  al  adarve,  protegido  por  un  almenado 
bastante  destruido»  (Mariátegui,  loco  cit.) 

3  Publicólos  Mariátegui  en  El  Arte  en  España,  y  en  la  actualidad  los  ha  completado  nuestro 
buen  amigo  el  Sr.  González  Simancas. 

3.»  ÉPOCA.— TOMO  VIII.  33 


456  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

carretera,  pequeña  lápida  de  capitales  latinas  incisas,  de  mal  dibujo,  con 
frecuentes  abreviaturas,  la  cual  conmemora  en  seis  líneas  que  aqvi  mata- 
ron iivna  MVGER  II  RVEGVEN  A  DIOS  ||  POR  ELLA  SV  II  CEDIÓ  A  2  DE  FEB.OjlDEL  AÑO 

DE  1690,  es  decir,  en  la  ocasión  en  que  se  verificaban  las  obras  á  que  alu- 
den los  epígrafes  del  torreón  de  cabeza 


I 


EL  PUENTE  DE  SAFONT 

Bien  que  á  juzgar  por  lo  que  subsiste,  no  de  la  antigüedad  que  los  dos 
anteriores,  ni  de  su  importancia  tampoco, — todavía  en  terrenos  propios  de 
la  Huerta  del  Rey,  que  se  extendía  hasta  casi  el  mismo  Puente  de  Alcán- 
tara, en  el  sitio  en  que,  á  la  orilla  del  río,  c<actualmente  existen  unas  azu- 
das, á  unos  cien  metros  de  la  presa  de  Safonto,  cruzó  el  Tajo  otro  puente, 
no  como  el  de  Alcántara  mencionado,  ni  como  el  reconstruido  por  el 
arzobispo  Tenorio,  labrado  de  sillería  y  formado  de  arcos,  sino  reducido  á 
verdadero  pontón,  el  cual  franqueaba  el  paso  á  la  calzada  que,  dando 
acaso  vuelta  al  Cerro  Cortado,  descendía  suavemente  hacia  la  llanura  de 
la  precitada  Huerta,  para  tomar  desde  allí  quizás  la  dirección  del  Puente 
de  madera  ó  de  barcas,  de  que  es  el  torreón  de  la  Cava  ya  residuo. 

El  escritor  que  ha  reparado  en  este  viaducto  primeramente,  hace  notar 
«los  frogones  y  cimientos»  ostensibles  en  ambas  orillas,  y  que  constituían 
los  estribos  de  aquél,  aportando  para  mejor  inteligencia  el  dato  de  que  un 
barquero,  Alejo  Moraleda,  le  «aseguró  que  en  los  treinta  años  que  lleva 
allí  pescando,  y  durante  la  vida  de  su  padre,  que  tuvo  el  mismo  oficio, 
siempre  que  tendían  las  redes  en  aquel  sitio,  se  les  prendían  en  el  fondo,  y 
que  al  descender  los  buzos  para  desenredarlas,  les  costaba  gran  trabajo, 
porque  eran  unas  pilas  de  mampostería  igual  á  la  de  los  estribos»;  y  con 
efecto,  los  indicados  restos,  que  acusan  relativa  fortaleza,  y  que  en  la 
actualidad  se  ofrecen  como  un  conjunto  descompuesto  de  mampostería 
irregular,  revelan  la  existencia  indudable  de  aquel  paso,  destruido,  cuya 

I  Hace  constar  el  escritor  indicado,  sin  que  lo  consignen  otros,  que  «hubo  en  este  puente  una 
capilla,  edificada  por  los  genoveses  que  residían  en  Toledo,  de  donde  sulia  los  Jueves  Santos 
una  procesión  costeada  por  la  misma  hermandad,  y  que  era  muy  celebrada  hasta  en  los  puchas 
inmediatos.)»  «De  tal  capilla,  que  debió  estar  construida  probablemente  á  la  entrada  de  la  cía- 
dad,— añade,— no  se  descubre  al  presente  vestigio  alguno.» 


BIBLIOTECAS»  Y  MUSEOS  4S7 

memoria  se  ha  borrado,  y  del  cual  «hasta  ahora,  nadie  nos  ha  dado  no- 
ticia.» » 

.  Por  la  naturaleza  de  la  construcción,  no  aparece  con  la  claridad  ape- 
tecible la  antigüedad  de  aquella  obra,  la  cual  no  obstante,  y  sin  violencia, 
puede  ser  reputada  expresión  de  los  tiempos  medios.  Nada  subsiste  que  re- 
cuerde la  mano  de  los  constructores  latinos;  nada  hay  en  aquellos  estribos 
ni  de  argamasa,  ni  de  menuda  piedra  y  cal,  que  presente  parecido  ni  con 
los  restos  del  Circo  Máximo,  ni  con  los  del  Acueducto  frontero  á  la  Puerta 
de  los  doce  Cantos;  y  aunque  se  muestra  como  verosímil  la  posibilidad  de 
que  el  paso  fuere  conocido  y  utilizado  por  los  romanos,  no  hay  por  ello 
necesidad  de  extremar  las  consecuencias  hasta  el  punto  que  lo  hace  el  in- 
ventor de  estas  ruinas,. m,uy  dignas  de  aprecio  por  lo  que  para  las  comu- 
nicaciones de  Toledo  se  refiere,  afirmando  rotundamente  que  durante  la 
«poca  romana  «lo  principal  de  la  población  estaba  en  la  Vega»,  y  que  en 
aquella  parte  baja  de  los  vicos,  «se  hallaba  situada  la  población,  que  no  en 
la  elevada»,  con  lo  cual  nos  parece  echa  de  un  solo  golpe  por  tierra  todo 
«1  sistema  de  colonización  y  de  conquista  de  los  romanos. 

Aquellas  «cepas»  pues,  de  mampuesto,  que  no  de  argamasa,  con  sus 
«pilas  de  mamposteria  igual  á  la  de  los  estribos»  en  el  medio  del  agua,  sólo 
sirvieron  para  tender  sobre  ellas  las  maderas  del  pontón  que  revelan;  pero 
nunca  pudieron  constituir  un  verdadero  puente,  ni  menos  el  de  la  Ciudad, 
que  tenía  el  suyo  propio,  en  el  denominado  hoy  de  Alcántara,  y  que  esta- 
ba constituido  en  la  parte  alta  del  peñasco,  donde  continúa  ^ 

Rodrigo  AíMador  de  los  Ríos. 


I  El  entendido  escritor  á  quien  aludimos,  y  á  quien  hemos  ya  citado  varias  veces,  es  el  señor 
n.  Manuel  Castaños  y  Montijano,  quien  da  noticia  de  su  descubrimiento,  verdaderamente  in« 
teresante  en  el  artículo  que  titula  Un  puente  y  un  castillo  romanos  (Bol.  de  la  Soc.  Arqueólo" 
gica  de  Toledo^  núm.  correspondiente  á  Mayo  y  Junio  de  1901.) 


458  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

Vida  y  escritos  de  D.  José  Antonio  Conde. 


He  dicho  que  Conde  se  prendó  de  D."  Mariquita  en  el  año  i8i5,  y  acaso 
lo  estuviera  ya  desde  que  residió  en  Madrid  cuatro  ó  cinco  meses  á  raiz  de 
su  regreso  de  Francia;  ¡quién  sabe  si  en  parte  no  le  llevaba  allí  el  corazón 
y  por  eso  estuvo  tan  poco  tiempo  en  La  Peraleja,  y  tanto  en  Madrid!  ». 

Pero  lo  que  resulla  incuestionable,  dejando  aparte  estos  misterios  del 
corazón,  es  que  D.  José  solicitó  formalmente  el  de  Mariquita  en  la  no 
corta  temporada  que  pasó  en  Madrid  desde  fines  del  año  1814  a  Marzo- 
de  18152. 

I  Para  congeturar  csio  tengo  la  siguiente  carta  de  indicios,  como  se  verá  después,  escrita 
por  D.  Leandro  Fernández  de  Moratin  y  que  debe  de  ser  contestación  á  la  primera  que  le  diri* 
giü  Conde  comunicándole  su  pensamiento  acaso  antes  de  dar  paso  alguno  cerca  de  su  prima 
Mariquita. 

A  I).  José  Antonio  Conde. 

Mi  dueño  y  señor:  Aunque  yo  supiera  perder  enteramente  la  nariz,  no  me  expondría  á  las 
resultas  que  puede  tener  el  remedio  enérgico  que  usted  elige  para  curar  las  suyas.  Haga  usted 
lo  que  guste:  su  alma  en  su  palma:  Lea  usted  á  Bocaccio,  á  La  Fontainc  y  á  Quevedo.y  sobre 
todo  el  entremés  de  el  Af  árido  fantasma,  y  en  estos  gravísimos  autores  y  en  sus  doctas  obras 
hallará  mucho  mas  que  cuanto  yo  le  pudiera  decir.  Tal  vez  el  demonio  toma  apariencias  san- 
tas y  buenas  para  seducirnos:  ^quien  sabe  que  no  sea  maniganza  suya  de  las  muchas  que  todos 
los  dias  inventa,  como  es  tan  artero  y  enredador,  y  que  se  le  venga  á  usted  chorreando  textos  de 
San  Pablo  y  meneando  la  colilla,  á  persuadirle  é  instigarle  á  lo  que  algún  dia  podra  serle 
gravemente  molesto?  Guárdese  usted  de  un  pronto  y  de  una  hora  menguada,  y  desconfié  de 
intempestivas  lozanías,  y  no  cuente  demasiado  con  l;i  robustez  de  su  región  lumbar;  que  para 
el  caso  se  necesita  en  alto  grado  furibunda  y  potente,  so  pena  de  que  no  haya  paz  en  aquella 
santa  unión.  Digole  á  usted  que  yo  me  lavo  hs  manos,  y  que  más  quisiera  verle  ocupada 
en  la  expulsión  de  los  moriscos  azat'raneros,  que  en  expedición  tan  peligrosa.  El  sabio  no- 
muere  sin  sucesión:  sus  obras  son  sus  hijos  y  por  ellas  adquiere  mas  celebridad,  mas  duración 
á  su  nombre  que  por  cuantos  monigotes  pudiera  procrear  en  un  harem  de  Persia.  ^Qué  importa 
que  el  c¡e.;;o  de  Esmirna,  que  se  iba  de  lugar  en  lugar  con  su  lazarillo  y  su  perro  y  su  gaita  can- 
tando rapsodias,  se  muriera  sin  hijos,  si  la  cólera  de  Aquilcs  y  los  trabajos  del  hijo  de  Laertes 
le  han  hecho  inmortal?  Coteje  usted  su  existencia  postuma  con  la  de  aquel  picaron  de  la  casa 
Otomana  que  tuvo  doscientos  hijos,  y  verá  cual  dio  á  su  nombre  mayor  duración  en  la 
memoria  de  las  gentes.  Y  esto,  sin  flujos  menstruos,  sin  histérico,  sin  quemar  bedijas  de  lana, 
sin  pañales  ni  alorre,  ni  viruelas,  ni  raquitis,  ni  chilladeria  eterna  y  alboroto  en  la  casa,  ni 
mal  dormir,  ni  modista,  ni  antojos,  ni  tijeretas,  ni  gurrumina,  ni  cuernos. 

Hoy  creo  que  llegará  Pinto  por  acá:  páselo  usted  bien  y  mande. 

Dia  de  Santiago  Matamoros.  (^)  M. 

2  Lo  prueba  la  siguiente  carta  de  D.  Leandro  contestación  á  otra  de  su  prima  D.'^  María  Ana. 
Fernández  de  Moratin.  » 

13  de  Marzo  i8i5. 

Mariquita:  Me  has  escrito  una  carta  en  tales  términos,  que  en  ella  misma  vienen  la  pregunta 
y  la  respuesta.  Te  has  hecho  cargo  de  las  buenas  y  malas  circunstancias  de  esa  supuesta  boda,  y 

^-  Si  no  es  una  broma  esta  fecha  de  tiempo  debe  referirse  al  día  de  Santiago  del  año  1814, 
cosa  perfectamente  compatible  con  la  estancia  de  Conde  en  Madrid  á  raiz  de  su  regreso  de 
Francia. 

Bibl.  Nac.  .Mss.  T.  424.  No  se  publicó  en  las  Obras  póstunas  de  D.  Leandro  Fernández  de 
Moratin. 


bibliote;cas  y  museos  469 

Natural  era  que  el  uno  y  la  otra  se  dirigieran  á  D.  Leandro  en  con- 
sulta. En  rigor  Mariquita  fué  una  hija  adoptiva  de  éste  y  por  ella  hizo 
sacrificios  indecibles:  así  que  la  quería  con  toda  su  alma;  ¡como  que 
fué  su  padre  desde  que  ella  tenía  seis  años!  Igualmente  quería  á  su  her- 
mano Gumersindo,  á  quien  le  costeó  la  carrera  eclesiástica.  Todo  en 
agradecimiento  de  lo  que  por  D.  Leandro  había  hecho  su  tío  Nicolás 
Miguel. 

Cuando  Conde  estaba  en  Madrid  á  principios  de  181 5,  le  escribó  Mo-  . 

ratín  lo  siguiente  ^* 

yo  nada  tengo  que  añadir  ni  á  las  unas  ni  á  las  otras.  Dices  que  su  talento  es  apreciable,  que  no 
habrá  otro  que  le  iguale,  que  tiene  todas  las  buenas  prendas  que  se  pueden  desear  tocante  á  las 
•costumbres;  y  en  todo  esto  tienes  razón.  Dices  también  que  te  lleva  veintisiete  años,  que 
es  muy  celoso,  muy  terco,  su  ñgura  poco  interesante;  que  ahora  es  pobre  y  no  lo  sabe  ganar; 
que  si  no  sale  el  indulto,  tendrá  que  estarse  en  un  lugar,  siempre  á  expensas  de  un  hermano,  y 
dentro  de  diez  años,  cuando  tu  estés  en  la  mejor  de  tu  juventud,  será  un  carcamal,  que  no 
pueda  con  las  bragas.  Cuasi  todo  esto  es  verdad. 

Y  <qué  quieres  que  yo  te  diga?  ¿que  rebaje  los  inconvenientes  y  que  te  pondere  felicidades, 
ó  que,  por  el  contrario,  te  lo  pinte  todo  de  color  tan  feo,  que  tire  á  disuadirte  de  una  resolución, 
en  la  cual  tu  sola  debes  decidir?  Yo  no  haré  ni  uno  ni  otro,  ni  mancharé  mi  conciencia  con  una 
especie  de  consejos  tan  delicados  que  muchas  veces  producen  remordimientos  á  quien  los  dio. 
Lo  que  en  este  caso  puede  necesitar  una  mujer  es  la  prudencia  de  quien  la  haga  conocer  cuáles 
son  las  ventajas  y  los  peligros  del  matrimonio  que  pretenda  hacer;  pero  si  tú  conoces  per  ti 
misma  los  peligros  y  las  ventajas  del  caso  presente,  ya  e^tá  hecho  todo.  Nadie  que  tenga  un  poco 
de  juicio  podrá  añadir  nada  de  importancia  á  lo  que  tú  comprendes;  y  en  ocasiones  de  tanta 
duda,  en  que  vacila  con  razón  el  entendimiento,  ó  se  toma  el  partido  de  no  resolver,  y  desistir 
enteramente  y  no  volverse  á  acordar  de  ello  en  toda  la  vida,  ó  si  el  cjrazón  está  inclinado,  se 
sigue  lo  que  dicta  la  propia  voluntad. 

Tú  ¿estás  enamorada  de  él,  ó  nó?  Si  no  es  más  que  estimación  la  que  le  profesas  por  sus 
buenas  prendas,  no  te  cases  con  él;  y  la  razón  es,  porque  estas  buenas  prendas  siempre  serán 
las  mismas;  pero  los  defectos,  particularmente  los  físicos,  irán  aumentándose  necesariamente. 
Si  le  tiene  i  amor  no  hay  nada  que  replicar.  En  diciendo  una  mujer:  Yo  le  quiero,  se  acabaron 
los  argumentos:  si  le  quieres,  cásate  con  él;  porque  esto  supone  que,  hecha  cargo  del  bien  y  del 
mal  que  puede  resultar  en  adelante,  te  determina  el  amor  á  sufrir  el  uno  por  el  otro. 

En  este  supuesto,  lo  único  que  yo  te  puedo  decir  es,  que  lo  reflexiones  mucho  antes  de  resol- 
verte; pero  que  una  vez  decidida  al  sí  ó  al  nó,  tu  determinación  sea  constante  é  irrevocable, 
puesto  que  no  hay  cosa  peor  que  andar  mudando  de  parecer  cada  día.  Cualquiera  que  sea  tu 
determinación,  la  aprobaré;  pues  para  hacerlo  ó  no  hacerlo  se  presentan  razones  muy  poderosas. 

Debo  advertirte,  por  último,  que  es  bastante  delicada  la  situación  de  una  mujer  soltera,  en 
cuya  misma  casa  vive  el  que  dice  que  se  quiere  casar  con  ella.  Sí  quiere  conservar  la  opinión 
de  las  gentes,  si  quiere  conservar  la  estimación  del  mismo  que  la  solicita,  es  necesario  que  esté 
muy  vigilante,  muy  sobre  si,  para  apartar  las  ocasiones  que  frecuentemente  ocurren  en  una 
comunicación  tan  intima.  Los  maridos  no  son  maridos  hasta  que  el  cura  los  casa;  y  ni  las  pro- 
mesas, ni  los  juramentos,  ni  las  risas,  ni  las  lágrimas,  deben  ser  suficientes  á  disculpar  familia- 
ridades ni  condescendencias,  que  en  vez  de  fomentar  el  amor,  llegan  á  inspirar  desconfianza  y 
desprecio  en  el  mismo  á  cuyo  favor  se  otorgaron. 

En  la  sociedad  en  que  vivimos  no  basta  ser  virtuosos;  es  necesario  parecerlo.  A  Dios  le  basta 
la  pureza  de  nuestro  corazón,  la  rectitud  de  nuestras  acciones;  pero  a  los  hombres  no.  Como 
juzgan  por  lo  que  se  ve,  es  necesario  que  no  les  choquen  las  apariencias,  y  que  la  conducta 
exterior  sea  tan  arreglada  que  no  les  dé  motivo  jamás  á  la  murmuración  ni  á  la  calumnia* 
Creo  que  tienes  talento  bastante  para  saberte  aprovechar  de  estas  pocas  ideas  que  me  ha  dic- 
tado la  experiencia  adquirida  en  el  mundo,  y  que  no  he  querido  omitir,  porque  deseo  mucho  tu 
felicidad. 
I    Carta  de  D.*  Francisca  Gertrudis  Muñoz  y  Ortiz,  8  de  Abril.  ; 

I 


460  REVISTA  DE  AHCHIVOS 

«Señor  Doctor  in  utroque  nemine  discrepante:  Diga  usted  á  Gonzá- 
lez »  que  recibí  su  carta;  que  agradezco  su  buena  voluntad,  y  que  está 
bien  que  conserve  en  su  poder  aquellos  paquetes  mientras  no  disponga 
otra  cosa  2. 

)>Pues  en  efecto,  es  menester  gastar  buen  humor  y  tomarlo  á  risa  y 
non  pigliar  fastidio;  porque  si  uno  la  juega  de  reflexivo  -y  meditabundo, 
es  hombre  muerto,  y  un  muerto  es  un  tonto.  Si  usted  viera  ¡qué  lindo  ho- 
rizonte se  va  presentando!  Y  ¿quién  sabe?  Tal  vez  mirará  al  soslayo,  y 
se  irá  y  no  habrá  nada.  Estamos  metidos  en  la  embarcación  y  distantes 
del  puerto;  no  hay  sino  dejarnos  llevar  del  aire  que  sopla;  y,  si  es  posible, 
pasar  la  borrasca  durmiendo.  Escríbame  usted" largo,  muy  largo». 

Desde  Madrid,  en  esta  misma  época,  escribió  Conde,  sin  duda,  una 
carta  á  Moratín  á  la  cual  es  respuesta  otra  del  poeta,  en  la  que  se  vislum- 
bran resistencias  por  parte  de  Mariquita  á  aceptar  el  casamiento  con 
Conde,  las  cuales  quiso  éste  que  venciese  Moratín  3. 

1  D.  Francisco  Antonio  González  confesor  que  fué  después  de  D.'  María  Cristina.  Entró  en  1& 
Biblioteca  Real  de  escribiente  en  1802,  ascendió  á  Bibliotecario'de  plantilla  en  1804  y  fué  nombra* 
do  sustituto  de  D.  Juan  Escoiquiz,  Bibliotecario  Mayor,  en  18I8,  y  Bibliotecario  Mayor  en  1821. 

2  Eran  unos  paquetes  de  La  Escuela  de  los  maridos,  de  Moratín,  de  su  propiedad,  que  esta-- 
ban  en  la  Biblioteca  Real,  de  la  que  Moratín  fué  Bibliotecario  Mayor. 

3  A  D.  José  Antonio  Conde.  Barcelona,  17  de  Abril  i8i5. 

Mi  querido  amigo:  Usted  ha  debido  adivinar  la  respuesta  que  yo  daría  á  su  carta,  si  se  acuer* 
da  de  mi  modo  de  pensar  en  estas  materias.  Y*  no  opondré  por  mi  parte  la  menor  dificultad  á 
los  deseos  que  usted  manifiesta;  pero  tampoco  le  ayudaré  á  inclinar  la  voluntad  de  mi  prima,  ni 
á  persuadirla  con  argumentos  ni  consejos  á  que  tome  una  resolución,  de  la  cual  depende  su  mal 
ó  su  bien.  Si  usted  hi  procedido  con  absoluta  libertad  en  quererla,  con  esa  misma  libertad  debe 
ella  determinarse  á  corresponderle  ó  á  despedirle.  Ni  usted  ni  ella  son  tontos;  ustedes  se  cono* 
cen  muchos.años  há,  y  es  imposible  que  se  equivoquen  en  el  concepto  que  hayan  formado  el  uno 
del  otro.  Si  llegó  tan  adelante  la  correspondencia,  que  se  prometieron  ustedes  recíproca  fe  y 
ahora  dice  que  no  quiere,  dígole  á  usted  que  no  soy  yo  el  más  á  propósito  para  reducir  á  orden 
y  razón  los  caprichos  de  una  mujer.  Determine  ell.i  libremente,  sin  que  nadie  la  apure  ni  la 
hostigue,  y  tendrá  segura  mi  aprobación,  si  para  algo  la  necesiu.  Lo  que  puedo  hacer  por  usted^ 
y  en  favor  de  la  verdadera  amistad  que  nos  hemos  profesado  siempre,  e«  no  dfrme  por  enten- 
dido con  ella  acerca  de  estas  cosas.  Usted  entre  tanto  podrá  ganar  tiempo:  cuando  crea  que  es 
ocasión,  entonces  la  preguntaré  si  quiere  ó  no  quiere  casarse  con  usted;  y  según  lo  que  ella  diga^ 
así  procederemos.  Es  inútil  que  yo  encargue  á  un  hombre  de  juicio  y  de  honor  como  usted  cosa 
ninguna  relativa  á  el  trato  que  debe  tener  con  ella  durante  su  permanencia  en  esa  casa:  si  usted 
la  quiere,  la  estimará.  No  le  pregunto  á  usted  nada  de  el  estado  de  fortuna,  porque  no  veo  tan 
adelantadas  las  cosas,  que  me  disculpen  esta  curiosidad;  pero  debo  decirle,  para  que  no  proce* 
da  en  esto  con  la  menor  equivocación,  que  mis  intertses  van  muy  mal  hasta  ahora.  Don  Antonio 
Robles  podrá  informarle  á  usted  de  algo  de  esto;  y  si  le  remitiese  á  usted  las  últimas  cartas  de 
Córdoba,  vería  usted  por  qué  raros  caminos  dispone  la  suerte  que  al  cabo  de  dos  años  de  solici* 
tudes  y  de  miseria,  todavía  me  hallo  reducido  á  la  mayor  estrechez,  lie  procuraro  cumplir  la 
obligación  de  todo  hombre  honrado,  que  es  la  de  pagar  sus  deudas,  y  en  efecto  es  ya  muy  corta 
cantidad  la  que  me  queda  por  satisfacer.  Mi  caudal  actual  no  llegará  a  cinco  mil  reales:  con  ellos, 
me  voy  manteniendo  y  lo  demás  todo  está  en  esper.inza». 

Con  que,  amigo  mío,  usted  me  dirá  lo  que  vaya  ocurriendo,  y  entre  tanto,  consérvese  bueno*. 
acompañe  á  ésas  señoras,  mitigue  sus  llantos,  y  cscriba.á  menudo  y  mande  á  su  afectísimo 

*MORATIIf 


BIBLIOTECAS   Y   MUSEOS  461 

Desde  Marzo  de  181 5  residió  Conde  en  Peraleja  hasta  fines  de  Marzo 
de  1816,  en  que  se  le  ocurrió  ir  á  Madrid  á  hacer  nueva  sohcitud  para  re- 
sidir en  la  Corte,  y  en  los  pocos  días  que  allí  estuvo,  no  sólo  hizo  dicha  pre- 
tensión/sino que  trató  de  casarse,  y  para  que  no  lo  llegase  á  entender  don 
Julián  Pablo  Conde,  su  hermano,  que  residía  en  Peraleja,  se.  retiró  en 
Abril  á  Illana.  En  Mayo  regresó  á  La  Peraleja  ], 

A  esta  época  se  refieren  algunas  cartas  de  Moratfn. 

«Mucho  me  temo,  escribía  á  svi  prima  Mariquita,  que  al  pobre  Guay- 
•  loli  no  le  han  dejar  de  vivir  en  paz,  por  más  que  lo  procure;  son  demasia-  . 
do  brutos  sus  paisanos;  y  esto  de  murmurar  de  otro,  y  levantarle  chismes, 
y  perseguir  y  hacer  daño,  es  tan  dulce  para  quien  es  incapaz  de  virtud, 
que  por  todas  partes  se  hil|^>aif  '  ,  "  ,  j  Incfinacióii  deci Jida  á  ser  ver- 
dugos de  los  demás^D¿({^e  de  paciencia  y  tino  para  conducirse;  que  bien 
es  menester  en^gf^  tiempos  tan  difíciles.» 

De  las  guiones  que  las  patronas  de  Conde  practicaban  para  que  se  le 
concediejjf  licencia  de  residir  en  Madrid,  y  del  estado  poco  envidiable  por- 
^^^  ^avesaba  Conde,  dan  idea  las  siguientes  cartas  de  Moratín. 

i'a  en  una  de  ésie,<le  Barcelona  6  de  Septiembre  de  i8i5,  á  D.*  Fran- 
:isca  Gertrudis  IVluñoz  y  Ortiz,  le"  indica  la  alegría  que  siente  por  los  pa- 
sos que  ella  y  su  madre  D.*^  María,  están  dandj  por  las  Secretarías  de  Pa- 
lacio para  conseguir  la  licencia. 

Kn  otra  á  la  misma,  de  Barcelona  22  de  Noviembre  de  i8i5,  escribía 
Moratín:  «faltándome  carta  de  ustedes,  y  como  ahora  no  se  imaginar  co- 
sas alegres,  decía  entre  mí:  no  hay  remedio;  esto  es  que  se  han  empeñado 
en  sacar  de  las  uñas  del  gavilán  los  garabatos  del  Moro,  han  vuelto  á  ro- 
dar por  las  Secretarías,  y  á  quejarse  y  chillar,  y  al  cabo  se  han  fastidiado 
de  ellas  y  las  han  metido  en  una  cárcel,  ó  las  han  hecho  salir  de  Madrid  en 
veinticuatro  horas  por  sospechosas, Irancmasonas,  liberales,  afrancesadíis  y 
monederas  falsas.  Una  carta  que  recibí  de  D.  Leocadio,  me  sacó  de  estas 
cavilaciones.  Repito  lo  que  dije  á  ustedes  en  otra  mía:  estarse  quietas,  y 
basta  lo  hecho,  y  no  tentar  á  la  fortuna  muchas  veces...  Nada  me  dicen  us- 
tedes de  La  Peraleja.  Cuando  escriban  darán  memorias  de  mi  parte  á  aquel 
solitario,  diciéndole  que  un  día  que  no  esté  de  mal  humor  le  escribiré.» 

Y  escribía  Moratín  á  su  amigo  ^: 

1  Carta  dt  D.  Julián  Pablo  CooJe  á  Moratín,  Reralej  i  y  Enero  de  1821. 

2  Carta  de  D.  Leandro  Fernández  de  xMoratín  á  D.*  María  Fernández  de  Moratín,  3  de  Mayo 
año  16. 


462  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

«Señor  Conde  de  Montuenga:  No  hay  quien  me  quite  de  la  cabeza  que 
el  único  partido  que  hay  que  tomar  con  la  historia  moriega,  es  el  de  buscar 
por  ahí  algún  literato  famélico  de  Tras-os-montes,  que  se  la  traduzca  á 
usted  en  gabacho  (cuidando  de  que  no  le  haga  á  usted  alguna  picardía),  y 
puesta  que  esté  en  francés,  remitirla  á  París  á  sujeto  de  confianza  que  pro- 
cure su  venta.  Yo  no  dudaría  que  esto  pudiera  valerle  á  usted  tres  ó  cua- 
tro mil  libras,  porque  veo  otras  de  menor  importancia  por  las  cuales  se 
ha  sacado  más.  Pensar  que  aquí  ha  de  publicarse  con  autoridad  del  autor, 
me  parece  que  es  pedir  peras  al  olmo.  Acabó  el  tiempo  de  leer  y  escribir.» 

Otra  de  Moratín. 

A  D."  Francisca  Muñoz,  26  de  Junio  i8i6. 

«Amiga  Pacita:  MuchíSíKOBJe^legro  de  que  el  pobre  Moro  tenga  licen- 
cia para  vivir  en  Madrid,  y  cesen  sus  peregrinado"^^  y  *"*  traoajos. 
le  ustedes  de  mi  parte  la  enhorabuena  cuando  le  escribaí?',,     P'^°  *'°" 
motivo  que  ustedes  estudian  con  el  diablo,  que  tienen  much»'*    ^**  ' 
que  saben  muy  bien  cuántas  son  cinco  y  donde  le  aprieta  el  zapa, 
imagino  las  idas  y  venidas  que  habrá  costado  la  tal  solicitud;  en  fin,'L^ 
averiguada  que  ustedes  nacieron  para  procuradores  de  los  Reales  Com » 
JOS  y  no  para  capuchinitasde  Egipto...» 

En  efecto:  Conde  residió  en  La  Peraleja  desde  Mayo  de  1816  hasta  Ju- 
lio del  mismo  año,  en  cuyo  mes  salió  de  allí  con  pretexto  de  agitar  la  so- 
licitud para  vivir  en  Madrid,  que  como  acabamos  de  ver,  lo  había  conse- 
guido por  obra  y  gracia  de  sus  patronas. 

Por  eso  Moratín  le  escribió  la  siguiente  carta: 

A  D.  José  Antonio  Conde. 

Barcelona,  24  de  Julio  181 6. 

«Escribo  á  Mustafá,  aunque  la  firma  de  su  carta  es  de  Belerifa.  Pues, 
amigo  Moro,  me  alegro  muy  de  veras  de  su  feliz  regreso  de  usted,  y  de 
que  esos  doctos  cuerpos  reconozcan  su  miembro  y  se  le  apliquen  otra  vez- 
Ya  que  está  usted  amenazado  de  no  ser  nada,  sea  usted  académico,  y  Dios 
le  de  salud;  que  con  tal  que  usted  no  me  escriba  en  la  novísima  ortografía, 
todo  se  lo  perdono.  Ya  sospechaba  yo  que  su  residencia  de  usted  cri  la  pe- 
ñascosa haca  le  había  de  ser  poco  agradable,  entre  las  polainas  de  su  uso 
y  el  perro  sarnoso  y  los  tasajos  de  cabra;  y  consideré  que  iba  usted  huyen- 
do de  sí  mismo,  cuando  sabía  que  una  vez  estaba  mirando  la  cuesta  de  Zu- 
lema,  y  otra  se  iba  á  bostezar  á  Illana,  y  otra  se  andaba  trepando  ó  ro* 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  463 

dando  por  las  calles  de  Toledo  la  rica.  Repítole  á  usted  la  enhorabuena  de 
haber  concluido  su  peregrinación,  y  poder  pasear  su  nariz  impunemente 
desde  la  calle  del  Divino  Pastor  á  la  de  Argenzuela,  y  desde  la  Redondilla 
á  la  Arrepracituela  del  Gato.  ¿Y  de  libros?  ¿Cuántos  se  han  quedado  en- 
tre las  uñas  de  la  divina  Astrea...?» 

Al  llegar  aquí  quiero  hacer  una  observación.  Las  estancias  de  Conde 
desde  Marzo  de  i8i5  hasta  Julio  de  1816,  están  trazadas  conforme  á  los 
datos  que  arroja  la  carta  de  D.  Julián  Pablo  Conde  á  Moratín,  de  Peraleja 
3  Enero  1821,  que  más  adelante  inserto  íntegra.  Estos  datos,  si  no  en  lo 
esencial,  en  algunos  detalles  difíeren  de  los  contenidos  en  la  carta  última 
que  acabamos  de  citar  y  más  aún,  de  los  que  se  relatan  en  la  que  copio  á 
continuación,  dirigida  por  Moratín  á  su  amigo  Melón,  en  la  cual,  aquél  re- 
fiere á  éste  de  propósito  la  vida  de  Conde,  y  contiene  algunos  pormenores 
que  ni  están  en  la  de  D.  Julián  Pablo  Conde,  ni  en  la  última  que  acabamos 
de  copiar.  Otra  advertencia:  de  la  carta  que  á  continuación  insertamos,  he- 
mos aprovechado  la  primera  parte,  combinando  sus  datos  con  los  de  la 
carta  de  D.  Julián,  que  resultan  entre  sí  muy  acordes.  Aunque  respetamos 
este  trozo,  no  quiero  privar  de  él  á  mis  lectores. 

A  D.  Juan  Antonio  Melón. 

Barcelona,  29  de  Julio,  1816. 

c(Voy  á  contarte  la  historia  de  Conde.  Conde  se  vino  (sin  que  nadie  se  lo 
mandara),  y  se  metió  en  Madrid,  y  allí  se  estuvo  encerrado  en  casa  de  sus 
patronas,  sin  sacar  la  nariz  por  puerta  ni  ventana  en  cuatro  meses  ó  cin- 
co que  duró  el  encierro.  Después  se  fué  de  incógnito  á  su  dulce  Itaca;  se 
fastidió  muy  presto,  y  le  fastidiaron  y  aburrieron  los  que  en  tiempo  más 
feliz  eran  sus  hermanos  y  parientes  y  amigos.  Fuese  á  Alcalá;  le  recibie- 
ron nnuy  bien  aquellos  doctores,  y  se  fastidió  también;  luego  se  fué  á  ¡lla- 
na, y  le  fastidiaron  sus  primos;  después  pasó  á  Ocaña,  y  de  allí  á  Toledo, 
y  le  fastidiaron  las  inscripciones  arábigas;  volvióse  á  su  Peraleja;  le  dio 
una  enfermedad  que  le  tuvo  muy  apurado;  y  por  último,  restablecido  ya 
de  sus  achaques,  le  tienes  en  Madrid  otra  vez.  Pero  has  de  saber  que  mien- 
tras él  ha  andado  en  esas  peregrinaciones,  ha  sido  tanto  lo  que  sus  patro- 
ñas  han  corrido  de  secretaría  en  secretaría,  de  magnate  en  magnate,  que 
lograron,  primero  la  restitución  de  sus  bienes,  y  después  la  gracia  inesti- 


464  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

rnable  de  residir  en  Madrid,  en  atención  á  su  buena  conducta  y  conoci- 
mientos literarios.  Ya  está  en  la  Corte;  ya  le  han-  vuelto  á  reconocer  por 
miembrq  suyo  las  dos  Academias,  aunque  se  le  ha  dicho  que  no  espere  co- 
locación ninguna,  porque  no  se  la  darán.  Falta  cpntirte  otro  incidente.  Yo 
escribí  diciendo  que  quería  traerme  por  acá  á  mi  prima,  siquiera  para  te- 
nfr  á  mi  lado  alguna  persona  á  quien  querer.  Pues,  amigo,  escríbeme  el 
Moro  diciendo:  que  está  furiosamente  enamorado  de  ella,  que  no  se  la  qui- 
•te;  que  le  mato;  que  quiere  casarse;  y  que  si  no  se  casa  le  lleva  el  demo- 
nio. Aquí  de  mi  prudencia.  Abrí  á  Calderón;  y. viendo  lo  que  los  barbas 
determinan  et\  ocasiones  semejantes,  dije:  Si  D.  Josef  Conde  quiere  casar- 
se con  D."  María  Moratín,  y  D.*  María  Moratín  se  quiere  casar  con  D.  Jo- 
sef Conde,  cásense  inmediatamente  D.*  María  y  D.  Josef.  Esto  resuelto,  y 
verificada  (sin  coacción  ni  violencia)  la  voluntad  recíproca  de  los  esposos, 
Ó  los  tienes  casados  ya,  ó  lo  estarán  sin  falta  dentro  de  ocho  días.  No  pue- 
do ponderarte  ¡cuánto  me  alegro  de  haber  salido  de  este  cuidado  y  obliga- 
ción! que,  aunque  voluntaria  en  mí, .me  he  visto  en  muchos  apuros  para 
sostenerla.  Fíate  ahora  del  ceguezuelo  dios,  si  todos  los  pergaminos  arábi- 
gos y  hebraicos  no  son  poderosos  á  defender  el  pecho  humano  de  sus  dora- 
das viras». 

Como  se  observará  entre  el  contexto  de  esta  carta  de  Moratín  y  los  da- 
tos de  la  de  D.  Julián  Pablo  no  hay  contradicción:  en  aquélla  hay  más  por 
menor  y  esas  estancias  que  Moratín  cita  de  Alcalá,  Ocaña  y  Toledo,  de- 
bieron ser  salidas  que  Conde  hizo  desde  La  Peraleja  mientras  residió  en- 
ella  desde  Marzo  de  i8i5  hasta  fines  de  Marzo  de  1816.  Pero  en  esa  carta 
de  Moratín  á  Malón,  parece  dajrse  á  entender  que  en  La  Peraleda  le  dio  una 
enfermedad  que  le  tuvo  muy  apurado,  y  que  restablecido  de  sus  achaques 
se  fué  á  Madrid.  Y  del  mismo  Moratín  es  una  carta  de  6  de  Mayo  (no  tie- 
ne fecha  de  año,  que  es  la  que  nos  daría  probablemente  la  claye),  dirigida 
'D.*^  Francisca  Gertrudis,  en  que  le  escribe. 
•  c(Amiga  Paquita:  Por  fortuna'  he  sabido  4  un  tiempo  la  enfermedad  de 
D.  Josef  y  su  convalecencia.  Cuídenle  ustedes  mucho;  que  bien  merece 

*  toda  la  amistad  que  ustedes  le  profesan.  Probablemente  estaba  de  muy  mal 
humor:  así  me  sucede  á  mi  cuando  no  estoy  bueno;  pero  echará  pantorri- 
Uas  y  mofletes,  y  entonces  ^'a  será  otra  cosa.  Llévenle  ustedes,  cuando  esté 
para  ello,  al  jardín  de  Santa  Virgine;  háganle  ustedes  sentar  en  el  catafal- 
co y  jueguen  al  toro  y  á  la  gallina  ciega  para  divertirle;  porque  lo  de  Afli- 

.  gidos  más  es  paca  afligir  que  para  entretener». 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS  405 

•  ¿Estuvo  enfermo  en  Peraleja  ó  en  Madrid?  caso  de.que  fuere  una  sola 
enfermedad.— ¿Fueron  dos?  ¿Cuándo  fué  ó  fueron?  Me  inclino  á  creer  que 
fué  una  sola  y  la  duda  se  resolvería  si  supiésemos  directa  ó  indirectamente 
la  fecha  de  año  de  la  carta.  *      . 

Por  lo  demás,  ya  la  carta  de  Moratín  á  Melón  nos  anunció  que  á  la  fe- 
cha (29  de  Julio)  ó  sí  no  á  los  ocho  dtas  estarían  casados  Conde  y  Mari- 
quita. A  los  ocho  sencillos  no,  pero  á  los  doblados  si;  pues  se  casaron  en 
i5  de  Agosto  de  1816.  • 

Ya  S3  habrá  comprendido  por  lo  que  llevo  dicho,  que  la  boda  fué  más 
á  gusto  de  D.  Leandro  que  de  la  familia  de  Conde.  Moratín,  con  aquella 
malicia  que  ponía  en  todas  las  cosas,  extrema  en  mi  sentir  esta  oposición: 
por  de  pronto,  Moratín  se  alegró  de  haber  salido  del  cuidado  y  obligación* 
de  Mariquita,  y  en  cambio  pinta  con  móviles  sumamente  mezquinos  la 
oposición  de  la  familia  de  Conde,  como  se  puede  observar  en  la  carta  si- 
guiente á  su  prima. 

«xMariquita:  No  extraño  que  el  Alfaquí  quiera  casarse  á  cencerros  tapa- 
dos. Por  muchos  motivos  es  conveniente  tapar  los  cencerros,  y  él  puede  ' 
tener  razones  particulares  respecto  de  su  familia.  Mira,  yo  conozco  á  las 
gisntes  de  Jos  lugares  como  si  las  hubiera  parido.  En  mái  de  veinjte  años 
que  el  Moro  estuvo  en, la  Biblioteca  no  hizo  otra  cosa  que  enviar  dinero 
á  sus  gentes,  viviendo  él  con  la  estrechez  que  ustedes  saben.  Entonces  era 
el  Benjamín,  el  idolito  de  su  casa.  ¿Qué  hermano,  ni  hermana,  ni  cuñado, 
ni  sobrinitos,  no  le  quisieran  como  á  las  niñas  de  sus  ojos?  Después  han 
cesado  ya  aquellas  remesas;  y  en  lugar  de  darles  cuartos  habrá  tenido  que 
pedírselos:  y  esto  es  capaz  de  haber  resfriado  aquel  ardiente  aipor  que 
antes  le  tenían.  Si  ahora  les  sale  diciendo:  «Pues  hermanitos  de  mi  vida, 
yp  me  caso»,  es  lo  mismo  que  si  le  dijer^:  «Amigos,  cesó  la  contribución 
para  siempre  y  voy  á  contraer  obligaciones;  y  para  mantenerlas  debo 
reclamar  la  parte  que  me  toca  de  los  bienes  que  ustedes  disfrutan:  venga 
acá  lo  que  es  mío,  y  Dios  guarde  á  ustedes».  Si  quiere  evitar  discordias 
no  debe  decirles  que  se  casa  hasta  que  se  haya  casado  ya.  Me  parece  que 
puede  ser  esta  la  razón  que  tenga  para  ocultar  la  noticia  de  su  matrimo- 
nio á  sus  parientes,  los  cuales  tienen  un  grande  interés  en  que  no  se  case 
jamás.»  ' 

Estas  acusaciones  quedarán  desvirtuadas  cuando  oigamos  al  térmi- 
no de  esta  biografía  el  alegato  en  contra  'del  capellán  Don  Julián  Pablo 
Conde. 


466  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

Hay  qu2  hacer,  sin  embargo,  justicia  á  Moratín.  Fuera  de  la  anterior 
diatriba,  nunca  habló  en  sus  cartas  á  su  prima  de  su  operación  matrimo- 
nial: tan  sólo  una  vez  le  preguntó  como  iba; 

En  cambio,  las  cartas  que  dirije  á  Mariquita,  como  siempre  la  llama, 
están  llenas  de  ternura,  y  por  ellas  se  revela  que  Don  José  Antonio 
Conde  no  tuvo  ni  desacierto  en  elegir  esposa,  ni  mal  gusto  para  elegir 
mujer. 

D.  Leandro  dio  á  Mariquita  1 172  reales  para  que  se  invirtiesen  en  com- 
prar lo  más  necesario  para  la  boda  de  su  prima.  Moratín  dejó  de  dar  ali- 
mentos á  su  prima,  y  les  cedió  la  hacienda  de  Pastrana.  D.  Julián  Pablo 
Conde  les  cedió  los  réditos  de  unos  capitales  de  censos  de  100.000  reales 
que  tenía  á  su  favor  contra  la  villa  de  Madrid,  y  como  los  fondos  de  ella 
no  estuviesen  en  disposición  de  poderlos  cobrar  tan  presto,  le  hizo  un  li- 
bramiento y  le  reprodujo  á  su  hermano  orden  para  que  tómase  á  su  cargo 
cuanto  se  le  ofreciere.  La  vida  de  Conde  había  de  entrar  en  una'  etapa  nor- 
mal aunque  el  matrimonio  padeciese  apuros.  Moratín  sostuvo  con  Conde 
y  con  el  matrimonio  activa  correspondencia  familiar  y  literaria.  Pero  Dios 
no  quiso  dar  á  Conde  esposa  que  le  sirviese  de  báculo  en  la  vejez  ni  suce- 
sión lograda  que  continuase  su  apellido.  Mariquita, que  en  sus  últimos  tiem- 
pos de  soltera,  estaba  continuamente  verano  é  invierno  con  achaques,  es- 
peraba ser  madre. 

Con  fecha  de  Barcelona  2  de  Noviembre  de  1816,  Moratín  escribía  á  su 
prima  dándole  gracias  por  los  cuidados  que  le  causaba  con  sus  encargos  de 
garbanzos,  etc.,  y  por  el  cubierto  que  le  mandaba  de  regalo:  c<para  acor- 
darme siempre  de  ti  y  estimarle  mucho,  no  necesito  ningún  otro  recuerdo 
que  el  de  tu  cariño  y  tu  buena  conducta». 

...«Saluda  de  mi  parte  á  D.  Josef,  y  díle  que  cuando  tenga  lugar  me  es- 
criba y  me  cuente  cosas:  novedades  públicas,  chismes  literarios  y  cuanto 
crea  que  puede  entretener  mi  soledad.  Díle  también  que  he  tenido  carta  de 
Marchiren  ^  el  cual  se  propone  pasar  el  invierno  por  allá,  y  esperará  ver 
qué  le  sucede  á  los  que  vengan  delante,  y  qué  felicidades  logran  en  su  ama- 
da patria.» 

En  carta  de  Barcelona  18  de  Febrero  de  1817,  dice  á  su  prima  que  le 
envía  su  retrato  c<y  te  encargo  (si  has  de  acompañarle  con  el  del  Conde  de 
Montuenga),  que  no  te  valgas  de  ningún  pintamonas»... 

I    D.  Juan  Antonio  Melón. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  .  467 

cíQuerida  Mariquita  ^:  El  pintor  de  miniaturas  más  sobresaliente  que 
había  en  Madrid  cuando  yo  salí,  era  un  holandés,  llamado  Ducker;  si  está 
ahí  todavía,  y  no  está  ciego  ni  perlático,  ese  podrá  pintar  perfectamente 
bien,  no  sólo  al  Moro,  sino  á  toda  la  morisma  que  se  le  pdnga  delante.» 

cíAmigo  y  señor  Guayloli:  ¿Con  que,  ahora  salimos  con  que  se  ha  deter- 
minado usted  á  esperar  el  juicio  final?  Y  ¡qué  bien  hace  usted!  A  lo  me- 
nos, aunque  no  dure  más  de  un  día,  siquiera  habrá  juicio,  que  es  de  lo  que 
más  carecemos,  y  de  camino  sabrá  usted  entonces  quid  est  juslitia;  que 
aunque  muchas  veces  lo  habrá  usted  explicado,  como  que  es  usted  doctor 
in  utroque,  creo  y  temo  que  hasta  ahora  no  la  ha  visto  ni  sabe  qué  señas 
tiene.  Bueno  es  esperar;  y  ya  que  se  vació  la  caja  de  Pandora,  atengámo- 
nos á  lo  único  que  quedó  dentro  de  ella.  Un  día  de  éstos  pediré  á  este  ge- 
neral una  certificación  de  vita  et  moribus;  si  me  la  da,  la  remitiré,  acompa- 
ñada con  nuevas  preces;  pero  si  el  señor  Bamba  no  es  muy  amigo  de  us- 
ted, y  por  devoción  á  usted  quiere  encargarse  de  presentar  uno  y  otro  al 
Ministro,  y  ser  él  mismo  el  que  remita  la  licencia  consabida,  de  otra  ma- 
nera ni  por  otros  medios  no  haremos  nada.  Algo  resistente  le  veo  á  usted 
en  hacer  el  viaje  á  la  Cafrería  2;  pero  ¿qué  remedio  tiene?  Hágale  usted 
una  vez  para  no  repetirle  jamás.  Sin  embargo,  mucho  me  alegraría  de  que 
usted  estuviese  ahí  todavía  cuando  remitiese  los  papeles  que  he  dicho.  Sea 
usted  feliz,  y  espere  y  mande  á  su  seguro  servidor. 

«Memorias  á  D.  Santiago,  al  Sr.  Valverde,  á  D.  Julián,  á  Melón,  al  Pa-» 
dre  Jacinto,  á  Goya,  á  Ceán,  etc.,  etc.,  etc.»  ' 

A  D.**  María  Fernández  de  Moratín...:  «Siento  tus  achaques,  y  mucho 
más  siento  que  sean  inevitables;  pásalos  como  puedas,  y  hazte  cargo  de  que 
á  menos  costa,  ninguna  tiene  la  dicha  de  ser  madre.  Por  qué  castiga  la  na- 
turaleza al  fin  lo  que  tanto  estimuló  al  principio,  es  cuestión  que  ni  tu  ni 
yo  sabemos  resolver.  En  cuanto  al  inventario  de  Pastrana,  me  parece  que 
eso  mismo  viene  á  ser;  bien  hará  el  M*oro  de  irse  por  allá  cuanto  antes,  y 
determinar  de  ello.  Entre  otras  cosas,  hay  dos  bufetes  magníficos  de  nogal 
que  nos  costaron  allí  á  doscientos  reales  cada  uno:  dígolo,  porque  no  sea  el 
diablo  que  desaparezcan. 

«Te  hago  donación  absoluta  del  relox  de  música;  pero  no  trates  de  com- 
ponerle, porque  máquinas  de  esta  clase  no  admiten  compostura;  mira  si 
puedes  engañar  á  algún  alemán,  trocándole  por  otro  y  dando  algo  encima, 

1  En  carta  de  D.  Leandro  á  D.*  Paquita,  de  Barcelona  22,  de  Marzo,  1817. 

2  Así  Uamaba  Moratín  i  la  tierra  de  Conde. 


468  .  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

que  es  el  único  medio  de  que  tengas  relox;  bien  qfue  para  saber  á  qué  hora 
vomitas  no  es  necesario.  Cinco  años  hace  que  yo  no  le  tengo,  y  en  verdad 
que  hasta  ahora  no  me  ha  hecho  falta. 

»Den  ustedes  memorias  y  la  enhorabuena  de  mi  parte  á  D.  Julián.  No 
dudo  que  cogerá  los  maravedises  atrasados,  luego  que  vaya  obteniendo 
cinco  ó  seis  decretos  para  que  el  primero  se  cumpla. 

»No  me  has  dicho  si  has  recibido  un  pliego  que  te  envié,  franco  de  porte, 
con  unos  papelotes  dentro. 

»A  mi  señora  D.*  Francisca,  dila  que  ^-qué  enojos  son  estos?  que  ¿por- 
qué no  me  escribe?  que  echemos  pelillos  á  la  mar  y  seamos  buenos  ami- 
gos, como  lo  hemos  sido  siempre.» 

A  D.*  María,  á  D.  Santiago.  . 

«Señor  Conde  de  Montuenga:  Le  regalo  á  usted  los  retratos  de  Petrarca 
y  Aretino;  y  diga  usted  á  su  esposa  que  me  envíe  una  razón  más  exacta  de 
los  cuadros  restantes  que  están  ahí,  para  que  yo  la  comunique  mis  últimas 
voluntades.  Aquí  está  Salva,  el  cuñado  de  Malleu,  el  que  me  hizo  vivir 
cuando  debía  haberme  muerto;  trata  de  pasar  los  montes.» 

Barcelona,  14  de  Mayo,  año  de  la  fundación  de  España  4061. 

A  D.*  María  Fernández  de  Moratin. 

Barcelona,  9  de  Junio,  1817. 
Querida  Mariquita: 

«Regalo  el  cuadro  del  «Triunfo  del  Amor»  á  mi  señora  doña  Francisca 
Gertrudis  Auñón  y  Ortiz  y  los  dos  floreros  largos  te  los  regalo  á  ti;  y  no 
haya  envidias  ni  disputas  ni  repelamiento  de  greñas. 

»Me  alegro  mucho  de  la  remisión  de  muebles  de  Pastrana;  pues  yo  temía 
que  dilatándose  el  ir  allá,  se  desapareciese  todo.  En  cuanto  á  las  cuentas^ 
habrá  muchísimos  trabajos;  saldrán  sapos  y  culebras,  y  será  una  Babilonia. 
En  fin,  tu  me  escribirás  lo  que  resuV.e,  y  sabremos  de  una  vez  quien  nos 
ha  robado. 

«Guárdame  los  mapas  con  la  mayor  curiosidad  y  esmero,  arrollados, 
atados  y  cubiertos  con  algún  trapo,  para  que  ni  el  polvo  ni  la  polilla,  ni 
insecto  ni  cuadrúpedo  alguno  las  deteriore,  y  teñios  ahí: 

»Su pongo  que  ya  empezarás  á  visitar  las  siete  casas  de  la  Virgen,  y  ha- 
brás empezado  la  novena  de  San  Ramón,  el  cual  tuvo  la  humorada  de  mo- 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS  469 

rirse  sin  haber  nacido.  Su  estampa  con  Oremus  y  Kiries  y  dos  velitas  en- 
cendidas (benditas  y  con  el  sello  del  santo),  que  en  virtud  de  una  corta  li- 
mosna te  darán  en  la  Merced,  son  excelente  cosa  para  hacer  parir;  y  en 
caso  de  rebeldía,  ahí  tienes  en  San  Luis  á  la  Virgen  de  la  Leche  y  Buen 
Parto  y  en  la  Victoria  te  prestarán  el  báculo  de  San  Francisco  de  Paula, 
que  también  es  eficacísimo  para  el  mismo  efecto.  Con  que,  buen  animo.» 

«Amigo  Mashim:  No  entiendo  bien,  aquello  de  la  lista  de  que  usted  me 
habla;  supongo  sólo  que  será  una  de  las  muchas  bellaquerías  que  tendrá 
usted  que  sufrir.  Aquí,  loado  sea  Dios,  nadie  me  jeringa  y  si  no  hubiese  co- 
rreo, lo  pasaría  todavía  mejor.  Ha  parecido  en  Lutecia  un  libróte,  que  me 
encarece  sin  falta;  y  cuando  venga,  no  trueco  mi  opulencia  por  la  de  Midas, 
el  de  las  aures  asininas.  Es  nada  menos  que  las  tres  citadas,  y  vueltas  á  ci- 
tar y  nunca  vistas,  comedias  de  La  Thebaida,  La  Tolomea,  y  La  Serafina^ 
impresas  en  Valencia,  en  el  año  i52i,  esto  es,  cuando  Lope  de  Rueda  ju- 
gaba á  la  rayuela  y  al  salla  tú,  con  otros  chicos  como  di,  en  el  Arenal  de 
Sevilla.  Con  esta  nueva  adquisición  tengo  ya  material  para  unos  ocho  to- 
mos de  piezas  dramáticas  del  primer  siglo  del  teatro  español,  empezando 
en  Juan  de  la  Encina  y  acabando  por  Juan  de  la  Cueva. 

))¿Cómo  haría  usted  para  trocar  la  casa  de  Pastrana  por  algún  olivar,  ó 
cañamar,  ó  viña,  ó  cualquiera  otra  cosa  que  no  tuviera  techo?  Lo  que  es 
vendido  á  dinero  contante  me  parece  dificilísimo.  En  fin,  usted  verá  lo 
que  más  le  convenga.  Deseo  saber  lo  que  sale  á  luz  de  las  cuentas  de  la 
hortelana;  me  parece  á  mi  que  esta  catástrofe  abundará  en  peripecias  y 
anagnórisis. 

)>Páselo  usted  bien  y  mande.5> 

Lo  de  la  lista  de  que  hablan  Conde  y  Moratín  no  entiendo  debe  refe- 
rirse á  la  proscripción  y  rehabilitación  de  los  académicos,  según  veremos 
más  adelante. 

Cercana  al  parto  nuestra  Mariquita,  D.  Julián  Pablo  Conde  le  envió 
dos  onzas  para  envolturas,  y  con  fecha  i6  de  Septiembre  de  1817,  le  escri- 
bía su  hermano  su  desgracia  y  el  triste  empleo  que  le  había  dado  á  dichas 
onzas  para  pago  del  funeral. 

(Continuará.) 

Pedro  Roca. 


470  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

LAS  ESCULTURAS  DEL  CERRO  DE  LOS  SANTOS 

CUESTIÓN  DE  AUTENTICIDAD 


II 

Conviene  mucho  puntualizar  cómo  fueron  adquiridas  por  el  Museo 
Arqueológico  Nacional  las  antigüedades  del  Cerro  de  los  Santos.  Los  ele- 
mentos para  conocer  estos  antecedentes  son  la  documentación  oficial  con- 
servada en  la  Secretaría  del  Museo  y  la  Memoria  que  en  1875  publicó 
el  distinguido  arqueólogo  D.  Paulino  Savirón,  en  cuyo  fiel  relato  de  las 
escavaciones  y  adquisiciones  saltan  á  la  vista  la  honradez,  la  seriedad  y  la 
modestia  que  constituían  con  la  entereza  de  buen  aragonés  el  carácter  de 
aquel  inolvidable  compañero,  artista  por  temperamento. 

En  1871,  por  Febrero  se  recibieron  en  el  Museo  la  Memoria  sobre  las 
escavaciones  hechas  en  el  Cerro  de  los  Santos,  recien  publicada  por  los 
P.  P.  Escolapios  de  Yecla,  y  un  número  del  Ateneo,  periódico  de  Vitoria, 
conteniendo  cierto  artículo  en  el  que  se  daba  cuenta  de  otros  hallazgos 
que  se  estaban  efectuando  en  Palencia.  Al  tener  noticia  de  uno  y  otro 
trabajo  los  jefes  de  las  Secciones  del  Museo  Sres.  D.  Juan  de  Dios  de  la 
Rada  y  Delgado,  D.  Francisco  Bermúdez  de  Sotomayor,  D.  Juan  de  Mali- 
brán  y  D.  Juan  Sala,  dirigieron  con  fecha  26  de  dicho  mes  una  comunica- 
ción al  Director  del  Museo,  D.  Ventura  Ruiz  Aguilera,  señalando  la  con- 
veniencia y  la  urgencia  de  enviar  personal  facultativo  á  uno  y  otro  punto, 
con  objeto  de  realizar*  escavaciones  cuyo  fruto  viniese  á  enriquecer  el 
Museo.  El  director,  haciéndose  eco  de  tan  nobles  deseos,  pidió  con  fecha  28 
al  Ministro  de  Fomento  los  medios  necesarios  para  llevarlos  á  efecto.  La 
superioridad  respondió  favorablemente,  cual  podía  esperarse  de  los  buenos 
propósitos  del  Ministro,  D.  Manuel  Ruiz  Zorrilla  y  de  la  cultura  del 
Director  de  Instrucción  pública,  D.  Juan  Valera,  el  cual  comunicó  que 
por  R.  O.  de  20  de  Marzo  se  confería  una  comisión  á  los  Sres.  Malibrán, 
Savirón  y  Rodríguez  Villa  para  que  fuesen  á  Yecla  é  hicieran  allí  esca- 
vaciones y  adquisiciones;  y  otra  concesión  análoga  á  los  Sres.  Rada  y  Sa- 
las Dóriga  para  que  desempeñaran  idéntico  cometido  en  Palencia,  asig- 
nando á  cada  comisión  mil  quinientas  pesetas  para  los  gastos. 

Pero  no  se  efectuaron  entonces  estos  viajes,  sino  que  quedaron  aplaza- 
dos, sin  duda  porque  el  Gobierno  debió  estimar  más  urgente  preparar  al 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  47I 

nuevo  Rey  D.  Amadeo  la  inauguración  del  Museo,  lo  cual  exigía  de  su 
personal  la  terminación  de  las  instalaciones. 

Dicha  ceremonia  se  verificó  el  día  9  de  Julio  de  aquel  año. 

Efectuóse  la  expedición  á  Yecla  en  Otoño.  El  Director  del  Museo  d.ce 
al  Ministro  en  una  comunicación  del  1 1  de  Septiembre,  que  dos  días  antes 
había  recibido  los  fondos  necesarios  y  que  debe  dejarse  sin  efecto  la  desig- 
nación del  Sr.  Rodríguez  Villa  por  hallarse  éste  enfermo.  El  i3  anuncian 
que  salen  para  dicho  punto  los  comisionados  Sres.  Malibrán  y  Savirón. 
El  27  dan  estos  cuenta  de  sus  trabajos  al  Director  del  Museo:  han  adquirido 
«cuarenta  objetos  de  piedra  entre  estatuas,  otras  esculturas  y  fragmentos, 
todo  ello  de  un  interés  indisputable,  para  la  historia  y  el  arte  de  los  prime- 
ros tiempos,  en  la  suma  de  2,5od  reales»;  pero  añaden  que  por  haber  reci- 
bido algo  tarde  el  permiso  (que  efectivamente  consta  en  carta  de  fecha  21) 
del  Marqués  de  Valparaiso  para  hacer  escavaciones  en  el  Cerro  de  su  pro- 
piedad, tocaba  á  su  término  el  plazo  de  i5  días  señalado  para  el  desempe- 
ño de  la  comisión,  por  lo  cual  encarecen  la  conveniencia  de  que  la  superio- 
ridad facilite  la  prosecución  de  los  trabajos.  Así  lo  significa  al  día  siguiente 
el  Director  al  Ministro,  el  cual  por  R.  O.  de  3  de  Octubre,  le  comisiona 
con  el  Sr.  Savirón  para  escavar  en  el  Cerro,  Practícanlo  en  efecto  saliendo 
de  Madrid  el  25  de  dicho  mes  y  regresando  el  26  de  Noviembre.  El  crédito 
concedido  para  esta  comisión  fué  de  2,5oo  pesetas,  de  las  cuales  paga- 
ron 1,100  al  Sr.  Amat  por  la  adquisición  de  varios  objetos  que  enumera 
de  esta  suerte  en  el  recibo:  (fecha  28  Octubre)  «Cuatro  estatuas  de  piedra, 
varios  fragmentos  de  otras,  catorce  cabezas,  un  toro  de  piedra,  un  vaso  de 
piedra,  diferentes  vasitos  de  cerámica»  y  otros  objetos  de  distinto  género, , 
«adquiridos  todos  en  la  provincia  de  Albacete  y  Murcia».  Otras  cantidades 
fueron  invertidas  en  comprar  objetos  á  varias  personas.  Y  por  donación 
del  P.  Sasalde  y  del  Sr.  Amat  aumentó  la  comisión  el  número  de  las  esta-f 
tuas  del  Cerro. 

El  Sr.  Savirón  en  su  memoria  describe  primeramente  aquel  paraje  de 
la  provincia  de  Murcia.  Dice  así:  «A  una  le¿;ua  del  pueblo  de  Montealegre, 
siguiendo  la  anchurosa  cañada  que  flanquean  diferentes  cordilleras,  poyr 
cuyo  pie  corren  las  aguas  torrenciales,  pasando  junto  á  Yecla ,^  y  se  dilatan 
en  extensas  llanuras  hasta  desaguar  en  la  costa  de  Alicante,  se  halla  el 
Cerro  denominado  de  los  Santos  desde  tiempos  antiguos,  por  los  restos 
de  esculturas  que  han  ido  apareciendo  en  su  superficie  al  menor  movi- 
miento de  tierras  que  se  ha  hecho  en  aquel  corto  espacio;  está  situado 

3.»  ápocA.— TOMO  nii.  34 


472  REVISTA   DE   ARCHIVOS 

á  38^  45'  de  latitud  y  á  2^  26'  de  longitud  E.  del  Meridiano  de  Madrid,  á 
un  kilómetro  de  la  línea  divisoria  de  las  dos  provincias  de  Albacete  y 
Murcia.» 

Hace  notar  que  sobrepujan,  en  altura  al  Cerro  los  montes  que  le  ro- 
dean entre  los  cuales  descuella  el  llamado  del  Arabi,  que  se  halla  al  Sur 
y  no  pasa  de  5oo  metros  sobre  el  nivel  del  mar;  que  entre  aquellas  emi- 
nencias hay  algunos  túmulus;  que  la  situación  del  Cerro  es  «hacia  el 
medio  de  la  cañada,  como  sí  continuas  avenidas,  en  la  sucesión  de  los 
tiempos  le  hubieran  cargado  de  terreno  de  aluvión  hasta  lograr  su  aisla- 
miento del  Arabi,  del  cual  se  deriva.  Su  extensión  mayor  de  Sur  á  Norte 
es  de  180  metros;  de  85  su  altura  de  Este  á  Oeste,  menos  en  su  descenso  á 
la  cañada,  que  no  excede  de  35  metros.  Su  altura  mayor  es  de  3o  metros; 
25  cuenta  la  menor » 

«Una  ligera  capa  de  tierra  vegetal  cubre  otra  de  piedra  calcárea,  lla- 
mada c:i  el  país  tosca,  que  varía  hasta  los  14  centímetros  de  irregular  es- 
pesor; y  forma  el  fondo  del  monte  la  roca  de  finísimo  grano,  hallada  en 
todas  las  cercanías,  que  prestó  excelente  materia  para  las  construcciones 
y  estatuaria  del  antiguo  Adoratorio,  Aunque  poblado  de  muy  atrás  por 
espesa  vegetación,  sin  duda  fué  consecuencia  del  incendio  y  de  las  devas- 
taciones ocurridas  en  anteriores  tiempos,  y  á  ella  se  debe  la  conservación 
de  los  restos  del  monumento  del  ya  famoso  monte.  Sábese  que  en  dos  épo- 
cas diferentes  las  llamas  redujeron  á  cenizas  su  espeso  arbolado,  el  cual 
siempre  volvió  á  brotar  con  lozana  vida,  llegando  hasta  tiempos  cercanos 
á  nosotros.  En  su  espesura,  según  relación  de  personas  ancianas  del  país, 
no  podía  entrar  el  ganado  para  aprovechar  sus  pastos.  En  el  año  i83o  se 
hizo  un  corte  general  de  árboles;  y  desde  entonces,  arrastradas  las  tierras 
por  las  lluvias  y  recias  avenenidas,  fué  descubriéndose  la  ya  descarnada 
cima,  presentando  algunos  restos  de  antiguas  construcciones  y  fragmentos 
esculturales,  ocultos  hasta  entonces.» 

Da  cuenta  después  el  Sr.  Savirón  de  sus  escavaciones,  empezando  por 
describir  el  Adoratorio  ó  templo,  construcción  de  planta  cuadrilonga,  de 
i5"»6o  de  longitud  por  6"™90  de  anchura,  con  su  ingreso  ó /^romios  al  E. 
de  2"^68  6"^,  con  dos  gradas  en  el  ingreso;  la  construcción  de  piedra, 
compuesta  de  sillares  de  unos  2"*  de  longitud,  sentados  sin  cemento,  por 
hiladas  regulares,  siendo  dobles  los  muros  de  la  celia  ó  santuario,  y  ios 
cimientos  de  hormigón.  aEl  interior  del  edificio,  dice,  destruido  por  pró^ 
ximas  anteriores  ezcapaciones;  ncs  revela  que  el  piso  firme,  ó  sea  el  (^vi- 


BIBLIOTECAS    Y  MUSEOS  478 

mentó  de  mosaico,  se  halla  á  mayor  altura  porque  el  macizo  de  la  roca 
calcárea  rebosa  la  línea  del  cimiento  de  los  sillares,  que  subsisten  fijos,  s¡ 
bien  con  alguas  desigualdades  de  profundidad  de  aquélla....» 

Apesar  de  esto  halló  pequeños  ladrillos  romboidales,  vasos  de  barro 
cocido  negro  y  alguna  fíbula,  todo  lo  cual  considera  romano. 

Señala  otros  vestigios  arquitectónicos,  desde  el  costado  de  aquél,  hacia 
el  S.  y  describe  luego  minuciosamente  los  trabajos  de  desmonte  practica- 
dos desde  distintos  puntos  de  la  base  del  Cerro  hasta  el  Adoratorio,  pre- 
cisando las  estatuas  ó  fragmentos  de  ellas,  piezas  de  bronce  y  cerámica 
que  por  fruto  de  tales  trabrajos  logró  descubrir,  siendo  de  apreciar  la  es- 
crupulosidad y  el  acierto  con  que  supo  dirigir  el  Sr.  Savirón  á  los  opera- 
rios, los  cuales  marchaban  de  abajo  á  arriba  para  que  el  mismo  desprendi- 
miento de  la  tierra  arrastrara  los  objetos,  evitando  fatales  golpes  de  aza- 
dón. Removió  de  esta  suerte  hasta  la  roca  hallando  los  objetos  á  profun- 
didades varias  desde  5o  centímetros  á  cerca  de  4  metros. 

En  el  curso  de  las  excavaciones  dos  accidentes  de  importancia  le  fue- 
ron revelados  por  sus  distintas  huellas:  uno  fué  el  incendio  acaecido  sin 
duda  en  tiempos  primitivos,  el  cual  debió  destruir  aquellas  construcciones 
anejas  al  templo  y  calcinó  algunas  esculturas;  el  otro  fué,  lo  movido  de 
las  tierras,  claro  indicio  de  las  rebuscas,  efectuadas  antes  de  la  llegada  de 
la  comisión.  Fruto  de  ellas,  logrado  por  la  parte  occidental  del  Cerro  eran 
las  estatuas  á  la  sazón  depositadas  en  la  Admistración  del  Conde  de  Mon- 
tealegre,  en  Yecla,  otras  que  adquirió  el  Museo  c<por  compras  hechas  á 
particulares,  y  algunas  más,  pocas>^,  que  poseían,  en  las  cercanías  del 
Cerro  ovarios  nocturnos  merodeadores». 

Lo  que  pudo  hallar  el  Sr.  Savirón,  fueron  los  restos  que  «existían  en  el 
Cerro  de  los  Santos,  ó  mejor  dicho  habían  permanecido  ignorados  á  pesar 
de  anteriores  exploraciones  llevadas  á  cabo  por  D.  Vicente  Juan  y  Amat 
y  otras  efectuadas  por  orden  del  señor  propietario  de  la  finca». 

Falta  de  medios  la  comisión  para  prolongar  sus  trabajos  al  pie  del  Ce^ 
rro  y  áz\  monte  Arabí,  en  el  paraje  que  á  juzgar  por  algunos  restos  halla- 
dos supone  el  Sr.  Savirón  que  fué  donde  estuvo  asentada  la  población  que 
prestara  culto  en  aquel  Adoratorio,  resolvió  abandonar  dicho  punto;  pero 
antes  hizo  entrega  al  Administrador  del  Conde  deMontealegre  de  los  objetos 
descubiertos,  menos  los  que  por  mutuo  acuerdo  quedaron  para  el  Museo. 

Describe  después  el  Sr.  Savirón,  separadamente:  primero,  los  objetos 
más  importantes  por  él  descubiertos;  segundo,  los  adquiridos  por  compra 


474  '  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

en  la  primera  expedición  á  Yecla;  tercero,  las  «adquisiciones  por  compra 
en  las  comarcas  de  Yecla,  y  donación  debida  á  la  generosidad  del  ilustrado 
catedrático  P.  Carlos  Lasalde,»  y  por  fin  una  estatua,  adornada  con  sím- 
bolos astronómicos,  «cedida  generosamente,  á  una  sola  indicación  de  los 
comisionados,  al  Museo  Arqueológico,  por  D.  Vicente  Juan  y  Amat»). 

Vuelve  á  ser  comisionado,  el  Sr.  Savirón,  por  Jl.  O.  de  17  de  Junio 
de  1875,  para  visitar  otra  vez  aquellas  comarcas  y  adquirir  nuevas  estatuas, 
lo  que  realizó  en  efecto  el  6  de  Julio  siguiente  y  da  cuenta  de  ello  en  un 
apéndice  á  su  memoria.  Pero  existe  inédita  otra  memoria  del  mismo  diri- 
gida al  gobierno,  en  la  que,  sin  sombra  de  jactancia,  pone  de  relieve  el 
celo  y  el  patriotismo  con  que  procedió,  para  conseguir  que  el  Sr.  Amat 
cediera  de  sus  exageradas  pretensiones  en  el  precio  que  ponía  al  magní- 
fico jarrón  árabe  y  á  treinta  estatuas  del  Cerro,  Adquirióse  todo  al  fin  en 
lote,  en  la  suma  de  quince  mil  pesetas,  sin  mediar  tasación  de  cada  uno  de 
los  objetos.  Se  comprende  que  más  de  la  mitad  de  dicha  suma  corresponde 
al  jarrón. 

Todavía  en  Marzo  de  i885,  en  otro  lote  de  objetos  adquiridos  al  ^eñor 
Amat,  ingresaron  en  el  Museo  trece  piezas  más  de  Yecla! 

De  todo  ello,  resulta  que  el  Museo  posee  unas  566  piezas,  de  las  cuales 
cerca  de  3oo  son  esculturas,  y  que  el  importe  de  las  adquisiciones  suma 
unas  3.000  pesetas,  que  con  los  gastos  de  las  comisiones  hacen  subir  a  S.ooo 
pesetas  la  cifra  total  de  lo  que  costaron  al  gobierno  las  antigüedades  del 
Cerro  de  los  Santos, 

III 

Las  antigüedades  descubiertas  en  el  Cerro  de  los  Sanios  tienen  extensa 
bibliografía  que  no  se  dispensaron  de  repasar  los  escritores  que  en  los 
últimos  años  se  ocuparon  de  aquéllas,  y  con  menos  razón  podemos  dispen- 
sarnos nosotros,  puesto  que  tratamos  de  esclarecer  todos  los  extremos  del 
asunto. 

Enumeraremos  los  trabajos  de  autores  españoles  y  después  los  de  auto- 
res extranjeros,  por  el  orden  de  su  aparición. 

El  punto  de  partida  fué  una  reseña,  fechada  en  Corral  Rubio  á  3i  de 
Enero  de  1860,  de  las  ruinas  del  Cerro  de  los  Santos,  por  el  artista  Sr.  Don 
Juan  de  Dios  Aguado  y  Alarcón,  que  las  había  visitado  el  28  de  dicho  mes; 
reseña  que  acompañada  de  dibujos  reproduciendo  algunas  de  las  estatuas 
descubiertas  dirigió  á  la  Academia  de  Bellas  Arles  de  San  Fernando,  la 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  475 

cual  por  acuerdo  tomado  en  sesión  de  29  de  Octubre  siguiente  la  trasmitió 
i  la  Academia  de  la  Historia. 

Por  el  pronto  las  excitaciones  del  Sr.  Aguado  para  que  se  hagan  exca- 
vaciones no  son  atendidas.  Pero  se  publican  sus  noticias  y  dibujos,  en  el 
trabajo  siguiente,  primero  que  salió  á  luz  referente  al  asunto. 

Algunas  consideraciones  sobre  la  estatuaria,  durante  la  monarquía 
visigoda,  por  D.  José  Amador  de  los  Ríos. — El  Arte  en  España,  1. 11  (i863), 
páginas  i3  á  18  y  lámina  litográfica,  que  reproduce  ocho  fragmentos,  por 
los  dibujos  del  Sr.  Aguado  y  Alarcón. — El  estado  en  que  este  investigador 
halló  aquellas  ruinas,  es  el  primer  dato  positivo  que  hallamos  en  el  trabajo 
del  docto  académico,  pues  dice  que  en  las  vertientes  del  Cerro  se  descu- 
brían gruesas  gotas  de  plomo  y  derramados  por  la  cuesta  algunos  sillares 
ele  fábrica  descantillados,  indicando  que  aquel  edificio  debió  *scr  destruido 
por  un  incendio  «y  en  tiempos  no  muy  lejanos  sometido  al  rigor  de  in- 
doctas é  interesadas  excavaciones»;  en  la  meseta  se  veían  sillares  ha- 
cinados, montones  de  sillarejos,  cascos  de  vasijas  «de  barro  saguntino», 
trozos  de  mosaico  formados  de  cubos  de  mármol  durísimo,  blanco  y  gris, 
y  crecido  número  de  cabezas,  troncos  y  pedestales  de  estatuas,  derribados 
^por  el  suelo.  Cree  Amador  de  los  Rios  que  el  edificio  era  un  templo  cris- 
tiano, un  Martyrium,  y  ante  la  imposibilidad  de  identificar  quiénes  fue- 
ron los  mártires  cuyas  estatuas  supone  las  descubiertas,  lamenta  la  pér- 
dida de  una  inscripción  en  caracteres  latinos,  opero  de  tan  difícil  lectura 
para  los  que  lograron  verla,  que  nada  dedujeron  de  ella,  condenándola 
acaso  á  ser  destruida,  por  acusar  su  inexperiencia  y  su  ignorancia.»  De 
las  diez  y  ocho  estatuas  descubiertas  solo  le  es  dable  examinar  los  ejem- 
plares de  la  lámina,  tres  cabezas  y  cuatro  grandes  fragmentos.  Encuentra 
las  estatuas  en  cuestión  un  tanto  desproporcionadas  «bien  que  revelando 
«1  anhelo  de  respetar  y  conservar  las  tradiciones  del  arte  clásico,»  y  ana- 
liza los  caracteres  indumentarios  valiéndose  de  las  descripciones  que  hace 
de  los  trajes  de  la  época  visigoda  el  prelado  hispalense  S.  Isidoro  en  las 
Etimologías,  especialmente  en  lo  que  dice  De  ornamentis  capitis  fcemi- 
narum. 

En  cuanto  al  aspecto  artístico,  bien  que  creyéndole  manifestación  ine- 
quívoca de  la  época  visigoda,  dichos  monumentos  le  enseñan  que  «iban 
desapareciendo  poco  á  poco  las  grandes  máximas  del  arte,  alterándose  las 
proporciones, desnaturafizándose las  líneas,  y  perdiéndose  la  verdadera  idea 
de  la  belleza  en  el  desnudo,  principalmente  en  las  manos,  que  no  pueden 


476  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

ser  de  traza  más  infeliz»;  encuentra  la  ejecución  amanerada  y  monótona, 
encerrado  el  arte  en  una  rutina  de  la  que  ^lo  podía  esperarse  .su  deca- 
dencia. Apreció,  en  suma,  de  un  modo  muy  justo  los  caracteres;  solamente 
se  equivocó  en  cuanto  á  la  época. 

Memoria  sobre  las  notables  excavaciones  hechas  en  el  Cerro  de  los 
Santos,  publicada  por  los  PP.  Escolapios  de  Yecla,  Madrid,  1871.  Folle- 
to de  71  páginas,  en  8.^  mayor. — Esta  curiosa  cuanto  rara  publicación,  de- 
bida según  creemos,  á  la  ilustrada  pluma  del  P.  Carlos  Lasalde,  es  la  pri- 
mera en  que  se  asigna  un  origen  anteromano  á  dichas  antigüedades,  que 
supone  obra  de  la  gente  bastitana,  refiriéndose  á  ello  con  estas  palabras: 
«El  pueblo  cuyos  restos  nos  ocupan,  vino  á  España  por  el  África,  muchos 
siglos  antes  que  esas  naciones  (los  bárbaros)  arribaron  á  nuestras  costas, 
i  tal  vez  antes  que  esos  pueblos  existieran  en  los  países  en  que  llegaron  a 
tan  alto  grado  de  prosperidad.  No  nos  atrevemos,  sin  embargo,  á  negar 
del  todo  la  influencia  que  los  fenicios  pudieran  ejercer  posteriormente 
igualmente  que  los  griegos  en  el  gradual  perfeccionamiento  de  su  civili- 
zación, de  origen  al  parecer  egipcio,  como  lo  demuestran  principal- 
mente las  estatuas  mui  imperfectas  en  un  principio,  i  bastante  acaba- 
das luego;  pero  ignorando  siempre  el  natural  i  hasta  las  más  esenciales 
nociones  anatómicas,  que  conocían  mui  bien  los  hasta  el  presente  tenidos 
por  colonizadores  de  nuestra  península.»  Describe  luego  el  Cerro  y  suce- 
sivamente los  objetos  encontrados:  cerámica,  piezas  de  metal  y  estatuas, 
acabando  con  un  estudio  del  pueblo  bastitano.  De  los  vasos  de  barro  hace 
un  análisis  técnico,  interesante,  estableciendo  un  primer  grupo  de  vasos 
toscos  y  negros  por  defecto  de  la  misma  coción,  otro  grupo  de  vasos  de 
mejor  elaboración,  en  cuya  pasta  halla  fragmentos  de  carbonato  de  cal 
«tan  abundante  en  el  país,»  algo  de  sílice  y  grande  cantidad  de  óxido  de 
hierro  «que  en  unión  con  las  sustancias  orgánicas  les  dan  un  color  bastante 
oscuro  ó  negro,  según  las  proporciones;»  otro  grupo  de  vasos  que  revelan 
notable  adelanto,  pues  disminuyen  en  su  pasta  aquellas  sustancias  y  abunda 
la  arcilla  plástica,  produciendo  un  barro  negro,  muy  fino  y  bien  cocido, 
de  una  sola  y  delgada  capa  ó  de  dos,  la  esterior  clara;  y  por  fin  vasos  de  la 
misma  clase  decorados  con  barniz  rojo,  pardo  ó  gris  de  óxido  de  hierro. 
Hace  notar  que  todos  los  vasos  son  pequeños  y  de  grandes  se  hallaron  frag- 
mentos que  parecen  determinar  forma  esférica. 

Da  luego  cuenta  de  los  objetos  de  metal,  armas  de  hierro,  de  las  usadas 
por  los  españoles,  hojas  de  lanza,  dardos,  espadas,  puñales  y  fragmentos 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  477 

que  sospecha  si  serían  de  mazas;  numerosos  anillos  de  latón,  probable- 
mente usados  para  sujetar  las  flechas  á  sus  astas;  desproporcionados  ido- 
Hilos  y  otras  figuras  de  bronce  humanas  ó  de  animales,  en  especial  de  toro, 
anillos  y  fíbulas  y  los  consabidos  grandes  trozos  de  plomo.  Las  armas,  que 
debieron  ser  ofrendas  depositadas  en  aquel  sagrado  lugar  por  los  guerre- 
ros bastitanos  se  hallaron  dice  cerca  de  las  ruinas  del  edificio  principal  y 
lejos  de  las  estatuas. 

Las  estatuas  de  piedra  dan  más  campo  á  las  observaciones  del  autor, 
el  cual  cree  distinguir  en  ellas  un  pcoceso  de  arte  que  se  manifiesta  en  tres 
¿pocas;  la  primera  de  figuras  toscas,  «verdaderos  cilindros  de  piedra,»  la 
segunda  en  que  se  advierten  los  brazos  dz  relieve  y  ciertos  detalles  de  los 
trajes,  y  la  tercera  en  que  las  proporciones,  el  modelado  y  la  disposición 
de  los  accesorios  han  llegado  á  cierto  perfeccionamiento.  El  estilo  le  pare- 
ce participar  d2  una  influencia  egipcia.  Se  pregunta  qué  significación  tie- 
nen estas  estatuas,  en  las  que  al  cabo  cree  ver  representaciones  de  sacer- 
dotes y  magistrados.  Describe  también  las  estatuillas  de  toros  y  caballos, 
á  veces  dispuestos  en  grupos  de  á  dos. 

Advierte  que  algunas  estatuas  llevan  sobre  el  pe:ho  una  inscripción, 
«todas  diferentes,  de  letra  turdetana.») 

Y  acaba  con  largas  consideraciones  sobre  la  extensión,  historia  y  cos- 
tumbres del  pueblo  bastltano. 

Monumentos  prehistóricos  de  Yecij,  serie  de  cinco  artículos  de  D.  José 
María  Domenech,  en  el  periódico  de  Madrid  La  Esperan¡{a,  de  19  y  26  de 
Noviembre,  2,  11,  12  y  23  da  Diciembre  de  1872. — Concede  al  Ádoratorto 
«gran  valía  histórica,  para  unir  el  eslabón  que  separó  la  Europa  de  la  gran 
cadena  de  las  generaciones  orientales».  Reconoce  el  carácter  oriental  de 
las  esculturas,  cuyos  símbolos  le  parecen  panteísticos.  Encuentra  que  no 
tienen  nada  de  los  aborígenes  ni  de  cristiano,  ni  de  persa,  y  fijándose  en  la 
simbologi'a,  especialmente  en  su  aspecto  cosmogónico,  visible  en  las  figuras 
de  sol,  luna  y  estrella  que  adornan  algunas  estatuas,  concluye  que  el  templo 
de  Yecla  lo  fundaron  los  fenicios.  Supone  (valiéndose  como  dato  de  fecha 
de  la  representación  del  navio  Argos,  cuya  expedición  se  supone  efectuada 
de  ochenta  á  cien  años  antes  de  la  guerra  de  Troya)  que  esta  fundación 
acusa  una  antigüedad  de  treinta  y  tres  siglos  por  lo  menos».  Habla  de  ex- 
ploraciones de  unos  valencianos  y  de  que  dicho  hallazgo  había  despertado 
interés  á  los  ingleses.  Atendiendo  á  las  inscripciones  reconoce  tres  perío- 
dos en  la  vida  del  santuario:  el  primero  fenicio,  el  segundo  griego  y  el  úl- 


478  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

timo  latino.  Encuentra  que  las  estatuas  romanas  están  esculpidas  por  los 
mismos  cinceles  fenicios^,  pues  son  de  la  misma  escuela  que  las  anteriores, 
de  donde  deduce  que  el  santuario  existió  algún  tiempo  en  armonía  con  los 
romanos  después  de  la  llegada  de  Escipión,  y  no  debió  durar  mucho  tiem- 
po más. 

Antiqínties  of  Yecla,  artículo  de  D.  Juan  Facundo  Riaño  en  la  revista 
de  Londres  Atheneum,dQ  1872,  vol.  II,  pág.  23. — Después  de  dar  cuenta 
del  descubrimiento  y  de  los  caracteres  de  las  estatuas,  indica  que  éstas 
pueden  ser  atribuidas  á  la  época  de  ía  filosofía  gnóstica,  correspondiendo, 
por  lo  tanto,  al  siglo  iii  ó  iv  antes  de  nuestra  Era. 

Consideraciones  sobre  dos  medallones  hallados  en  el  Cerro  de  los  San- 
tos, Yecla,  por  D.  José  Biosca  Mejía.  Memorial  numismático  español.  Bar- 
celona. T.  III  (1873),  págs.  208  á  2i5,  lám.  VI,  litográfica.— Describe  un 
medallón  de  bronce,  que  lleva  en  el  anverso  cabeza  barbada  y  laureada 
(tal  vez  Júpiter),  mirando  á  la  izquierda,  y  en  él  reverso  sacerdote  arro- 
dillado, mostrando  en  las  manos  un  adoratorio  con  una  triada  cuyo  padre 
es  Ammon  (por  donde  halla  el  ^utor  la  identificación  con  Júpiter);  leyen- 
da griega.  Estima  que  estos  medallones  son  de  «origen  greco-egipcio»,  y 
fijándose  en  la  mezcla  de  elementos  egipcios  y  griegos  de  la  religión  de  los 
cartagineses,  data  de  la  dominación  de  éstos  el  c<templo  gentílico  fuera  de 
poblado»,  existente  en  el  Cerro  y  el  medallón.  Pro'mete  ocuparse  del  se- 
gundo medallón  en  otro  artículo,  que  no  llegó  á  publicarse. 

El  Tesoro  de  Montealegre, — Apuntes  sobre  las  antigüedades  del  Ce- 
rrdde  los  Santos,  por  F.  Danvila.  El  Tiempo,  núms.  171^^,  1719  y  1720, 
días  10,  1 1  y  12  de  Diciembre  de  1874. — Tiene  noticia  de  los  hallazgos  por 
la  memoria  Je  los  padres  escolapios,  y  lamenta  no  se  hubiese  publicado 
la  memoria  de  la  comisión  del  iMuseo.  Por  aquélla  da  noticia  del  sitio,  da 
cuenta  de  las  esculturas,  etc.,  y  de  los  dgs  grandes  bronces  que  le  enseñó 
el  Sr.  B.  (Biosca),  d'stinguido  arqueólogo  valenciano.  Encuentra  el  templo 
de  carácter  griego.  Cree  los  vasos  cerámicos  productos  indígenas  de  distin- 
tas procedencias,  denotando  sus  incisiones  y  relieves  influencia  oriental. 

Lo  mismo  descubre  en  el  estudio  de  las  estatuas,  respecto  de  las  cuales 
dice:  cLa  actitud,  la  diferencia  de  tamaño,  la  diversidad  de  trajes,  el  gran 
número  de  dichas  estatuas  y  la  ausencia  de  todo  signo  qu3  indique  la  re- 
presentación de  la  Divinidad,  nos  fuerza  á  convenir  en  que  son  objetos 
votivos,  tal  vez  representaciones  de  los  sacerdotes,  caudillos  ó  principales 
individuos  de  los  pueblos  que  practicaban  el   culto  del  dios  adorado  en 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  479 

Montealegrei).  Encuentra  el  arte  de  las  esculturas  fenicio  ó  de  carácter 
fenicio,  con  lo  cual  halla  justificadas  las  influencias  egipcias,  y  pretende 
que  los  sarcófagos  de  Sidon  existentes  en  el  Louvre  «presentan  una  espe- 
cial semejanza  con  las  estatuas  de  Montealegre».  Analiza  detenidamente 
la  indumentaria,  en  la  cual  encuentra  «indudable  filiación  oriental,  con 
algún  accidente  que  señala  la  época  del  progreso  de  la  influencia  griega 
en  la  fabricación  y  en  el  arte.» 

Combate  el  supuesto  de  que  los  símbolos  respondan  al  culto  del  dios 
pérsico  Mithra,  y  los  cree  de  un  culto  heliaco  de  origen  asimismo  oriental 
que  debió  ser  culto  del  Hércules  tirio  ó  de  Baal,  y  sus  manifestaciones  fe- 
meninas. Indicando  que  para  sentar  una  opinión  definitiva  sería  necesario 
reunir  todo  lo  descubierto,  resume  su  opinión  diciendo:  «que  el  edificio  de 
Montealegre  fué  un  templo  levantado  por  los  habitantes  de  nuestro  país 
durante  los  siglos  iv  ó  ni  antes  de  Jesucristo  al  Hércules  tirio  y  sus  mani- 
festaciones femeninas»,  y  no  inclinándose  á  admitir  «que  la  diferencia  de 
objetos  indica  el  paso  de  diversas  civilizaciones  por  el  Cerro  de  los  San- 
tosf>^  encuentra  que  «aun  las  figuras  y  símbolos  que  presentan  señales  de 
la  influencia  romana,  y  que  pueden  creerse  menos  antiguos,  son  de  una 
ejecución  grosera  y  pertenecen  al  mismo  arte  que  los  demás».  También  se 
ocupa  de  las  inscripciones. 

Estos  artículos,  más  propios  de  una  revista  científica  que  de  un  perió- 
dico político,  revelan  conocimientos  y  buena  orientación  en  su  autor. 

Noticia  de  varias  excavaciones  del  Cerro  de  los  Santos,  por  D.  Pauli- 
no Sav  i  ron  y  Estevan;  artículos  publicados  en  la  Revista  de  Archivos, 
Bibliotecas  y  Museos,  primera  serie,  tomo  V  (iSjS),  ípágs.  i25,  i6i,  igS^ 
229  y  245,  con  cinco  láminas  dibujadas  y  litografiadas  por  el  autor.  Ti- 
rada aparte,  en  12.®,  muy  rara. — Esta  memoria,  de  que  ya  hemos  dado  no- 
ticia á  los  lectores,  por  ser  el  fundamento  obligado  de  cuanto  se  ha  escrito 
y  se  escriba  acerca  de  la  materia,  no  ha  menester  otro  encarecimiento  de 
su  importancia  y  su  mérito.  Es  la  relación  verídica  del  hecho  científico  y 
la  fuente  de  información  necesaria  para  clasificar  las  antigüedades  del 
Cerro  de  los  Santos.  La  escribió  su  autor  en  cumplimiento  de  io  que  esti- 
mó desde  luego  un  deber,  para  dar  cuenta  de  cómo  le  había  cumplido. 
Leyendo  sus  palabras  se  deja  comprender  que  ni  ¿1  Gobierno  ni  el  Museo 
pudieron  conceder  presupuesto  para  publicar  con  el  carácter  oficial  debi- 
do ese  trabajo  que  importaba  á  todos.  Pasaba  el  tiempo,  la  memoria  no  se 
publicaba,  llegó  el  año  1876  y  preparó  el  Sr.  Rada  y  Delgado  su  discurso 


480  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

de  ingreso  en  la  Academia  de  la  Historia  sobre  el  mismo  tema.  Entonces 
el  Sr.  Savirón  no  esperó  más,  comprendió  que  debía  adelantarse  á  publi- 
car lo  suyo  y  lo  consiguió  en  la  Rmvista.  El  primer  artículo  salió  en  el 
número  de  20  de  Abril  y  el  último  en  el  de  5  de  Agosto.  La  recepción  del 
Sr.  Rada  se  verificó  el  27  de  Junio. 

El  derecho  de  prioridad  era  legítimo  en  el  Sr.  Savirón;  pero  el  no  as- 
piró á  clasificar  las  esculturas:  se.iala  la  divergencia  de  pareceres  formu- 
lados ante  ellas,  inclinándose  al  más  corriente,  que  las  relacionaba  con 
((Orientales  ritos».  Hace  historia  del  hallazgo  y  del  Cerro,  da  cuenta  de  las 
excavaciones  por  el  planteadas  y  dirigidas,  y,  por  fin,  describe  las  anti- 
güedades traídas  al  Museo.  El  ojo  de  artista  y  el  recto  juicio  del  hombre 
avaloran  esta  memoria  hasta  en  los  menores  detalles  de  su  texto,  y  asimis- 
mo son  estimables  sus  láminas,  que  revelan  la  buena  elección  de  las  pie- 
zas. No  desconfió  Savirón  ni  un  momento  de  la  autenticidad  de  lo  que 
en  Yecla  le  ofrecieron.  Convencido  del  valor  arqueológico  del  conjunto, 
describe  con  riguroso  método  y  exactitud  las  piezas  reunidas. 

El  catálogo  de  ellas  nos  será  muy  útil  á  su  tiempo. 

Antigüedades  del  Cerro  de  los  Santos  en  término  de  Montealegre. 
Discursos  leídos  ante  la  Real  Academia  de  la  Historia  en  la  recepción 
pública  del  Sr.  D.  Juan  de  Dios  de  la  Rada  y  Delgado  el  día  27  de  Junio 
de  1875.  [Contestación  de  D.  Aureliano  Fernández-Guerra  y  Orbe.]  Ma- 
drid, Fortanet,  1875.  4.",  1S6  págs.,  el  plano  del  Cerro,  levantado  en  1871 
por  D.  Paulino  Savirón,  xxx  láminas  representando  varias  esculturas  y 
objetos  procedentes  del  dicho  paraje,  dibujadas  y  litografiadas  por  J.  Bus- 
tamante,  y  un  mapa  de  las  Regiones  antiguas  del  Sudeste  de  España,  por 
D.  Aureliano  Fernández-Guerra. — El  trabajo  del  Sr.  Rada  estuvo  consi- 
derado durante  mucho  tiempo  como  el  más  completo  que  se  hizo  sobre  las 
antigüedades  de  que  nos  ocupamos.  Más  que  un  discurso,  hasta  por  su 
forma  y  por  ir  acompañado  de  láminas,  es  un  libro.  E'ncierra  un  doble 
estudio  artístico  y  epigráfico.  De  éste  nada  diremos,  pues  con  ser  tan  ex- 
tenso y  acaso  en  el  que  puso  más  empeño  el  autor,  carece  hoy  de  interés 
y  nada  significa  para  nuestro  punto  de  vista,  que  es  el  artístico,  y  en  el 
cual  está  el  valor  del  estudio  del  Sr.  Rada.  Para  comprenderlo  basta  in- 
dicar una  circunstancia  que  le  favoreció  notablemente.  Mientras  se  había 
efectuado  la  inauguración  del  Museo  Arqueológico  y  las  expediciones  del 
Sr.  Savirón  al  Cen'o  de  los  Santos,  el  Sr.  Rada  había  efectuado,  en  virtud 
de  comisión  oficial,  su  viaje  á  Oriente.  Había  visitado  la  isla  de  Chipre  á 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  48 1 

tiempo  que  Cesnola  comenzaba  sus  famosas  excavaciones,  con  las  que 
llegó  á  poner  de  manifiesto  una  nueva  página  del  arte  antiguo,  un  estilo 
desconocido,  mezcla  de  elementos  orientales  y  griegos.  Tan  extraña  reve- 
lación hirió,  como  no  podía  menos,  la  viva  imaginación  del  Sr.  Rada,  el 
cual,  comprendiendo  la  importancia  de  lo  que  veía,  se  procuró  algunos 
ejemplares  de  antigüedades  chipriotas  que  trajo  al  Museo,  donde  enrique- 
cen la  sala  oriental  de  la  Sección  I.  Al  regresar  con  esos  objetos  y  ver  en 
el  Museo  los  recién  traídos  del  Cerro,  el  Sr.  Rada  advirtió  enseguida  entre 
los  primeros  y  los  segundos  una  relación  que  le  hizo  entender  eran  unos 
y  otros  productos  semejantes  de  análogas  circunstancias  históricas.  Era 
muy  pronto  para  que  la  ciencia  pudiera  decir  todo  lo  que  hoy  sabemos 
respecto  de  esa  relación  artística,  tan  fecunda  entre  el  Oriente  y  la  Grecia. 
No  pudo,  por  consiguiente,  el  Sr.  Rada  adelantarse  á  su  tiempo,  ni  trató 
de  fundar  una  ley  científica  en  el  fenómeno  que  descubría.  Pero  le  hizo 
notar,  como  asimismo  las  analogías  de  estilo  entre  las  estatuas  del  Cerro 
y  las  chipriotas. 

No  analizaremos  el  trabajo  del  Sr.  Rada,  de  todos  conocido.  Dejando 
para  el  final  del  presente  lo  que  en  particular  dice  de  las  estatuas  princi- 
pales del  Cerró,  expondremos  sumariamente  sus  conclusiones. 

El  Sr.  Rada,  procediendo  <(de  lo  más  próximo  á  lo  más  remoto», 
halla  estatuas  seguramente  romanas  (las  vestidas  con  túnicas  y  mantos  y 
otras),  observando  en  algunas  caracteres  greco-romanos.  aCon  estas  es- 
tatuas—dice— forman  adecuado  maridaje  las  muchas  fíbulas  y  lucernas, 
idolillos,  lanzas  y  otros  objetos...  indudablemente  romanos,  que  se  encon- 
traron en  las  primeras  capas  de  las  excavaciones».  «Hecha  exclusión  de  es- 
tas estatuas — continúa — las  demás,  en  medio  de  las  diferencias  que  en  su 
tocado  ofrecen,  presentan  un  carácter  cpmún  que  las  enlaza,  y  que  hace 
volver  la  vista  del  arqueólogo  pensador  á  las  regiones  del  arte  egipcio.» 
Después  de  precisar  los  caracteres  generales  establece  tres  grupos  artísti- 
cos: uno  de  cuatro  figuras  cuyas  líneas,  actitudes  y  prendas  indumentarias 
son  c(marcadamente  egipcias»,  y  que  representan  divinidades;  otro  grupo, 
más  numeroso,  al  que  pertenecen  las  figuras  de  mujer  con  las  copas,  las 
sentadas  é  imágenes  simbólicas,  como  la  esfinge,  el  escarabajo,  el  toro,  el 
obelisco,  observándose  en  las  estatuas,  «sobre  una  base  marcadamente 
egipcia,  trazos  característicos  griegos,  y  en  lo  relativo  al  indumento,  in- 
fluencias asirias»,  que  también  se  observan  en  obras  arcaicas  griegas,  ci- 
tando á  tal  propósito  el  plegado  simétrico  del  manto  en  el  relieve  de  la 


482  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

mujer  subiendo  á  un  carro,  del  cual  relieve,  hallado  en  la  acrópolis  de 
Atenas,  había  traído  un  vaciado  el  Sr.  Rada  al  Museo  Arqueológico.  El 
tercer  grupo  es  el  romano. 

Encuentra  en  aquellas  estatuas  femeniles,  objeto  principal  de  su  estu- 
dio, el  arte  egipcio  y  el  griego  bastardeados  por  extraños  elementos,  tanto 
en  los  rasgos  fisionómicos  en  que  halla  un  tipo  étnico  indígena  cuyo 
recuerdo  cree  encontrar  en  las  mujeres  murcianas,  como  en  los  sím- 
bolos y  objetos  que  llevan  y  que  recuerdan  ora  al  Egipto  ora  á  la 
Asiria. 

Se  extiende  en  el  examen  de  muchas  piezas  de  la  colección  para  dedu- 
cir la  religión,  lengua  y  conocimientos  astrológicos  y  matemáticos  propios 
de  aquel  centro  de  culto,  y  acaba  sentando  por  conclusiones  que  el  tem- 
plo, de  planta  griega,  debió  estar  dedicado  al  Sol:  que  cerca,  en  la  parte 
más  alta  del  Cerro,  debió  haber  un  observatorio  astronómico;  «templo  y 
observatorio  en  el  que  viviría  un  colegio  de  sacerdotes  orisiacos  é  isiacos» 
poseedores  de  la  ciencia  de  los  caldeos,  llamados  por  otro  nombre  magos 
ó  matemáticos:  que  aquel  templo  y  aquella  acrópolis  debió  pertenecer  á 
una  de  las  tres  ciudades  fundadas  por  colonias  jónicas  que  al  O.  del  Júcar 
(Suero)  se  levantaban,  según  los  textos  de  Artemidoro  citados  por  Esteban 
de  Bizancio  y  de  Estrabon,  Dianium,  fíimeroscopium  y  Alonis,  apelli- 
dando el  primero  á  la  segunda  de  éstas,  Ciudad  de  celtíberos:  que  los  grie- 
gos autores  de  aquellos  monumentos  debieron  traer  consigo  una  colonia 
de  egipcios  ó  haber  ellos  mismo  permanecido  mucho  tiempo  en  el  vasto 
imperio  de  los  Ptolomeos  de  Egipto,  recibiendo  directas  influencias  de  lo§ 
asirios  ó  caldeos,  como  casi  todos  los  pueblos  de  las  orillas  del  Mediterrá- 
neo: que  el  templo  y  observatorio  debieron  edificarse  casi  al  mismo  tiem-  * 
po  que  el  de  Diana  de  la  vecina  Denia,  perseverando  hasta  la  época  ro- 
mana, alcanzando  gran  boga  en  la  primera  mitad  del  siglo  iii  hasta  su 
destrucción,  á  fuego  y  hierro  probablemente,  por  el  decreto  de  Teodosio 
contra  los  templos  gentílicos,  durante  cuyo  largo  período  fueron  dejando 
huellas  de  su  civilización  y  de  su  culto,  egipcios,  asirios  ó  caldeos,  grie- 
gos, ibéricos,  fenicios  ó  púnicos  (como  lo  demuestran  los  exvotos  de  ca- 
ballos y  jinetes)  y  romanos:  que  las  mismas  figuras  revelan  distintos  pe- 
ríodos artísticos,  si  es  que  las  que  puedan  parecer  más  primitivas  por  su 
rudeza  no  son  de  la  misma  época  que  otras  de  mejor  artje,  pero  debidas  á 
cincel  de  pésimo  artífice,  como  sucede  en  todas  las  épocas  y  en  todas  las 
naciones;  y  por  último  que  parece  personificar  toda  la  amalgama  de  reli- 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS  488 

giones  que  allí  se  descubre,  la  tosca  estatua  de  Hércules  sobre  el  cancer- 
bero ea  el  país  del  Hércules  gaditano. 

En  la  Contestación,  el  Sr.  Fernández  Guerra,  valiéndose  de  un  plano 
del  Sr.  Coello  y  de  los  datos  que  halló  en  los  Vasos  apolinarios  y  en  el 
Itinerario  de  Antonino  cree  demostrar  que  el  lugar  de  tales  hallazgos  co- 
rrespondía á  la  ciudad  de  Elo,  cuyo  «alcázar  ó  capitolio»  estuvo  en  el 
Monte  Arabí  y  en  el  Cerro  de  los  Santos  su  barrio  de  Palé,  donde  debió 
existir  un  hemeroscopio  ó  colegio  sacerdotal  con  su  observatorio  diurno. 
«Alzábase  ¿7o,  escribe,  hacia  el  último  contín  boreal  de  los  Mastianos  ó 
Massianos,  región,  como  dice  Teopompo,  agregada  á  la  Tartéside,  los  cua- 
les, á  fuer  de  primeros  pobladores  quizá,  hubieron  de  hacer  suyo  el  es- 
pléndido territorio  que  se  dilata  desde  las  victoriosas  márgenes  del  Salado, 
en  el  Estrecho  de  Gibraltar,  hasta  más  arriba  de  Alicante»).  Asigna  á  aque- 
lla tribu  origen  asiático,  y  sigue  la  historia  de  las  poblaciones  de  gente 
jonia  y  gente  fenicia  en  aquella  comarca,  luego  cartaginesa,  después  ro- 
mana y  por  fin  visigoda,  indicando  que  el  rey  Leovigildo  fué  quien  en  5jj 
entró  por  ella  á  sangre  y  fuego,-  y  llegando  á  señalar  un  obispo  elotano. 
Cree,  como  Rada,  que  las  doctrinas  egipcias  fueron  el  alma  del  centro  de 
culto  cuyos  restos  dan  lugar  á  este  estudio,  y  al  ver  que  las  monedas  allí 
descubiertas  no  pasan  del  siglo  de  Constantino  y  Teodosio,  entiende  que 
entonces  «á  mano  airada  cayó  el  templo  y  derritió  el  incendio  la  cubierta 
y  el  revestido  de  cobre  de  las  puertas  y  muros». 

La  lectura  solemne  de  estos  discursos,  que  pareció  venían  á  descifrar 
un  problema  de  la  maycr  trascendencia  en  las  ciencias  históricas  y  como 
á  levantar  el  velo  que  cubría  nuestro  pasado  ante-romano,  fué  señalado 
como  acontecimiento  científico  de  primer  orden.  Así  lo  demuestran  los 
artículos  bibliográficos  que  les  dedicaron  escritores  distinguidos.  Véanse 
en  sustancia  las  opiniones  emitidas. 

Recepción  del  5r.  D.  Juan  de  Dios  de  la  Rada  y  Delgado  en  ¡a  Real 
Academia  de  la  Historia,  por  J.  V.  (José  Villaarail  y  Castro).  La  Iberia, 
número  575o,  29  de  Junio  de  1875. — Encuentra  el  trabajo  del  Sr.  Rada 
más  analítico  que  sintético  en  razón  á  haber  tratado  con  excesivo  aisla- 
miento unos  objetos  de  los  otros,  por  lo  cual  tuvo  que  «recurrir  á  consi-p 
derar  como  exvotos  los  rastros  de  diversos  artes  y  como  huellas  sucesivas 
de  diferentes  civilizaciones  las  qu2  acusan  diferentes  artes».  No  halla  tam- 
poco establecida  en  el  discurso  la  relación  que  debió  existir  entre  el  ar- 
caico templo  próstilo  y  las  estatuas. 


484  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

«Parécenos  tambicín — dice — que  no  hubiera  sido  enteramertte  imperti- 
nente detenerse  un  momento  á  tratar  de  conciliar  los  caracteres  extraegip- 
cios  que  ofrecen  las  estatuas  que  se  consideran  como  de  este  arte,  con  los 
de  las  esculturas  pertenecientes  á  otros  artes  y  éstas  entre  sí,  y  aun  inten- 
tar romper  el  dique  que  opone  la  epigrafía  para  sincronizar  (permítasenos 
la  palabra),  todos  los  monumentos  encontrados;  á  la  vez  que  se  establecía 
la  oportuna  separación  entre  unos  y  otras,  según  los  pasajes  y  profundi- 
dad en  que  se  encontraron,  hasta  donde  sobre  este  punto  se  pudiesen  ad- 
quirir noticias.» 

Antigüedades  de  Montealegre. — Discursos  pronunciados,  en  la  Real 
Acad,  de  la  Hist,..  (Sin  firma,  pero  según  nota  del  trabajo  siguiente,  ori- 
ginal de  D.  Eduardo  de  Hinojosa.) — Señala  el  acontecimiento  literario, 
elogia  ambos  discursos  y  hasta  la  parte  material  del  libro;  estima  de  la 
mayor  novedad  é  importancia  las  conclusiones  de  ambos  académicos.  Dice 
que  el  primero  de  los  arqueólogos  franceses,  Mr.  de  Longperier,  y  los  in- 
signes alemanes  el  egiptólogo  Lepsius,  el  epigrafista  Hübner  y  el  historia- 
dor Mommsen, fueron  los  primeros  en  disfrutar  y  estudiar  dichos  discursos. 

Se  hace  cargo  de  la  buena  doctrina  establecida  por  el  Sr.  Fernández 
Guerra  acerca  de  la  monarquía  visigoda  y  de  otros  extremos  que  no  son 
aquí  pertinentes. 

Bibliografía. — Antigüedades  del  Cerro  de  los  Santos....  Discursos,... 
por  T.  del  C.  (Toribio  del  Campillo).  Revista  de  Archivos,  Bibliotecas 
Y  Museos,  5  de  Sep.  de  1875,  (V,  pág.  283). — Tributa  elogios  á  los  Señores 
Rada  y  Guerra,  cuyas  conclusiones  expone  sencillamente  y  reproduce  por 
nota  una  carta  dirigida  al  Sr.  Rada  por  el  eminente  arqueólogo  francés 
Mr.  de  Longperier  y  que  conviene  reproducir: 

«París,  5  Juillet  1875. 

»MdNSIEüR: 

»J'ai  re^u,  par  les  soins  de  mon  excellent  et  savant  am¡  Don  Vicente  Vázquez 
Queipo,  le  volume  que  conjointement  avec  Don  Aurcliano  Fernández-Guerra  y 
Orbe,  vous  avec  eu  Textréme  bonté  de  m'cnvoycr.  J'avais  entendu  parler  des  anti- 
quités  du  Cerro  de  los  Santosy  mais  sans  pouvoir  me  formcr  une  idéc  de  leur 
nature;  et  grace  á  vous,  il  me  sera  possible  de  suivre  tres  cxactement  les  dis- 
cussions  auxquelles  ees  monuments  ne  peuvent  manquer  de  donner  lieu,  car  vos 
descriptions  sont  certement  d'une  fidelitc  parfí ¡te. 

»Votre  livre,  d'ailleurs,  rnonsieur,  est  ecrit  avec  un  lalent  litieraire  qui  donnedc 
rallrait  aux  matiéres  les  plus  obscures  ct  qui  nous  montre,  une  fois  de  plus,  que 
les  bonnes  traditions  sout  vivantes  á  Madrid. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  486 

»I1  y  a  dans  les  inscriptions  que  vous  publiez  des  détaiis  tellement  extraordinaí- 
res,  qu'ils  excilenl  reíonement,  malgré  méme  ia  maniere  ingeniase  dout  vous  les 
expliquez  avcc  une  érudilion  incontestable. 

5>Les  héillenistes,  les  e^yptologues  dironi  leur  avis  »;  quant  á  moi  je  ne  suis  qu* 
un  simple  antiquaire  et  je  ne  me  permctirais  pas  de  trancher  des  questions  philo- 
logiques. 

»Veuillez,  monsicur,  agreer  mes  bien  sinceres  remerciments  auxqucls  je  vous 

prie  de  fair  participar  Don  Aureliano  Fernández-Guerra,  et  croire  á  Texpre^sion  de 

mes  sentiments  de  haute  consideration.  ^ 

y^LoKgperien>, 

Juicio  critico  de  las  antigüedades  del  Cerro  da  los  Santos  en  término 

de  Moniealegre,  Discursos  leídos  en  la por  ^Fermín  Herran.  Revista 

Europea,  V,  1875,  (Septiembre),  pág.  409. — Elogia  el  trabajo  del  Sr.  Rada, 
pero  no  le  parece  tenga  ningún  fundamento  el  supuesto  de  la  compenetra- 
ción de  civilizaciones  y  emite  la  hipótesis  de  que  las  antigüedades  del  Ce- 
rro sean  «del  tiempo  de  Baciano,  que  introdujo  el  culto  del  Sol  en  el  im- 
perio romano»,  y  más  adelante  muestra  reparos  en  creer  remota  la  anti- 
güedad de  la  estatuaria  del  Cerro  porque  en  los  primeros  tiempos  del  cris- 
tianismo se  mezclaron  con  sus  símbolos  los  gentílicos,  de  modo  que  sin 
precisarlo  dá  á  entender  si  aquellas  serían  de  dichos  tiempos.  El  autor  es- 
cribe desde  Vitoria  y  no  conoce  las  estatuas  más  que  por  su  reproducción 
en  las  láminas  que  acompañan  á  los  Discursos. 

(Continuará.)  JoSÉ   RamÓN  MÉLIDA. 


LIBROS  ESPAÑOLES  DE  SASTRERÍA 


Á  la  cabeza  do  los  libros  raros  y  curiosos,  y  entre  los  que  figuran  ó 
no  en  el  magnífico  Ensayo...  formado  con  los  apuntamientos  de  D.  Bar- 
tolomé José  Gallardo,  pueden  colocarse,  sin  que  nadie  se  atreva  á  dispu- 
tarles el  puesto,  los  de  geometría  practica  y  traga  que  tratan  de  lo  to- 
cante al  oficio  de  sastre.  Antiquísima  es  en  España  (como  en  todo  el  mun- 
do que  se  viste)  la  prosapia  de  los  alfayates  ó  gente  de  aguja  y  tijeras:  como 
que  la  profesión  de  estos  menestrales,  tan  zaheridos  por  nuestros  poetas 
satíricos,  debió  de  nacer  poco  después  de  ser  arrojados  del  paraíso  nues- 
tros primeros  padres.  La  fundación  en  Oviedo,  en  el  siglo  xiii,  de  la  «Co- 

I    «Todavía  se  les  aguarda»,  escribió  por  comentario  Mr.  Engcl  al  transcribir  esta  carta  en  el 
Rapport^  de  que  pronto  nos  ocuparemos. 


486  REVISTA   DE   ARCHIVOS 

íradía  de  Nuestra  Sef.ora  de  la  Balesquida»,  !a  de  aSania  María  Magda- 
lena» en  Barcelona,  la  Capilla  de  los  Sastres  en  la  Catedral  de  Tarrago- 
na, la  noticia  de  la  bandera  que  usaba  otra  de  estas  hermandades  en 
Sevilla,  noticia  publicada  por  D.  José  Gastoso;  varios  fueros  como  el  de 
Cáceres,  distintas  ordenanzas,  entre  ellas  las  mencionadas  por  D.  Juan 
Catalina  García,  en  los  c<Datos  bibliográficos»...  acerca  de  la  («Económica 
Matritense»;  las  agremiaciones  más  modernas  cual  es  la  llevada  á  cabo 
en  Valladolid  por  los  del  oficio  en  1828,  y  la  existencia  en  Madrid,  desde 
hace  treinta  y  ocho  años,  de  una  sociedad  de  maestros  sastres  intitulada 
La  Confianza;  documentos  son  de  importancia,  entre  otros  muchos,  para 
trazar  el  árbol  genealógico  de  estos  tan  necesarios  artesanos  que  son  tales, 
según  Quevedo,  «que  para  llamar  á  la  desdicha  peor  nombre  la  llaman 
desastre  del  sastre».  Pero  con  venirle  al  galgo  tan  de  atrás  el  ser  rabilar- 
go, es  lo  cierto,  al  menos  que  yo  sepa,  que  los  sastres  españoles  no  logra- 
ron, como  acontece  á  los  de  otras  tierras,  sobre  todo  en  Francia,  hacerse 
famosos  en  el  resto  del  mundo  ni  aun  en  la  época  de  nuestra  mayor  gran- 
deza y  poderío  nacionales.  Y  no  se  me  alboroten  por  esta  aseveración  los 
respetables  é  ilustres  manes  de  Juan  de  Alcega,  Martín  de  Andújar,  el 
Sastre  del  Campillo  ó  del  Cantillo  y  el  menos  conocido  Hamete  Berengeli 
que  tanto  se  distinguió,  según  cuenta  en  su  manual  H.  Pereda,  en  la  he- 
chura de  las  caperuzas.  Estos  singulares  artífices,  como  en  nuestros  tiem- 
pos los  Utrilla,  Juan  Cruz,  Caracuel  y  Alcaide,  Pepe  el  Gallego,  Peñalver 
y  otros — por  no  hablar  sino  de  los  difuntos — son  excepciones  que  confir- 
man mi  regla  general,  porque  es  un  hecho  que  en  el  comer  y  en  el  vestir 
los  españoles  fueron  siempre  sobrios,  ó  atrasados.  Por  esto  precisamente 
son  más  interesantes  los  cuatro  libros  de  sastrería  en  que  voy  á  ocu- 
parme. 

Es  el  primero,  en  antigüedad  y  en  importancia,  el  compuesto  por  Juan 
de  Alcega,  natural  de  la  provincia  de  Guipúzcoa,  é  impreso  en  Madrid  en 
casa  de  Guillermo  Drouy,  año  de  i58o.  Lleva  este  título:  «Libro  de  Geo- 
metria,  Pratica  y  Tra^a,  El  qual  trata  de  lo  tocante  al  officio  de  saftre, 
para  saber  pedir  el  paño,  feda  o  tela  que  fera  menester  para  mucho  ge- 
nero de  vertidos,  anli  de  hombres  como  de  mugeres,  y  para  faber  como  fe 
an  de  cortar  los  tales  vertidos,  con  otros  muchos  fecretos  y  curiosidades 
tocantes  á  efte  arte»... 

Hasta  el  tamaño  del  libro,  padre  de  los  otros  tres  que  le  siguieron,  co- 
piándole; resulta  original  y  desusado  en  la  época  de  su  impresión  y  en 


BIBLIOTECAS    Y    MUSEOS  487 

nuestros  días.  Las  cuatro  dimensiones  del  papel  y  de  la  caja  de  imprenta, 
expresadas  en   forma  gráfica,  son    éstas: 
Como  se  ve,  afecta  el  volumen  una  muy  se- 
mejante á  la  de  los  cuadernos  cajetines  de 
talones  y  recibos.  Las  medidas  que  doy  son 


85; 


'7fȒ' 


03 


aproximadas,  unas  hojas  con  otras,  pues  ni  el  tamaño  de  la  caja  tipográ- 
fica ni  el  del  papel  son  uniformes  en  las  104  hojas  del  tomo.  La  portada 
es  también  muy  original,  ya  por  la  forma  de  la  caja,  parecida  á  la  que  es 
más  usual  en  los  colofones,  ya  por  el  retrato,  grabado  en  madera,  que  re- 
presenta al  maestro  sastre  y  autor  de  la  Geometría,  de  medio  cuerpo,  arri- 
mado á  una  mesa  de  cortar,  en  la  mano  izquierda  un  compás  abierto  y 
junto  á  éste  el  jaboncillo  ó  tiza  (?),  alfileres  y  un  ovillo  ó  cosa  por  el  esti- 
lo. En  la  diestra,  apoyada  sobre  el  tablero,  tiene  Alcega  la  vara  de  medir 
y  más  allá  las  tijeras.  Merece  notarse  asimismo  el  dictamen  aparecer  que 
acerca  de  la  obra  dieron  Hernán  Gutiérrez,  sastre  de  la  serenísima  prin- 
cesa de  Portugal  y  Juan  López  de  Burguette,  sastre  del  Duque  de  Alba,  y 
no  de  Gandía  como  dicen  dos  acreditados  bibliógrafos,  quienes  también 
llaman,  en  mi  entender  con  poca  exactitud,  aprobación  á  esta  parte  esen- 
cial en  los  preliminares  de  la  obra  en  que  me  ocupo.  El  parecer  se  me 
antoja  interesante  porque  resulta  del  mismo  que  ambos  maestros — uno 
de  los  cuales,  el  sastre  del  Duque  no  sabía  escribir — examinaron  no  sólo 
el  libro,  sí  que  también  á  Juan  de  Alcega,  tal  vez,  como  observa  el  señor 
Pérez  Pastor  »,  precisamente  por  la  ignorancia  caligráfica  de  Burguette 
quien  es  muy  probable  que  tampoco  supiese  leer. 

Mi  tocayo  dedica  su  libro  «al  muy  ilustre  Señor  Licenciado  Tejada»  y 
dirige  luego  más  de  cuatro  palabras  «á  los  discretos  Lectores»  demos- 
trando á  las  claras  en  esta  parte  de  su  obre^illa,  así  la  llama,  que  no  está 
muy  eiji  lo  cierto  un  compañero  suyo  de  oficio  de  los  tiempos  modernos,  al 
afirmar  que  cda  redacción  en  asuntos  industriales  es  siempre  difícil  é  in- 
grata á  la  pureza  del  estilo». 

El  entretenido  y  práctico  libro  de  Juan  de  Alcega  se  divide  en  tres 
partes:  «En  la  primera  trata  cómo  se  reducirán  todos  los  paños  y  telas 
anchas,  e  otros  paños,  o  telas  más  angostos.»  Consta  de  22  capítulos  más 
la  «Declaración  del  origen  y  principio  de  la  bara  de  medir.»  «En  la  se- 
gunda parte  está  la  tra^a  deste  libro  que  son  muchos  géneros  de  vestidos.» 
Contiene,  en  efecto,  gran  copia  de  patrones;  desde  los  del  «Mantillo  de 

1    Bibliografía  Madrileña,  p.  74. 

3.*  ¿POCA.— -TOMO  VIII.  33 


488  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

seda  para  Christianismo»  hasta  los  del  «Manteo  y  muceta  Castellana  de 
raxa  de  Florencia  para  Obispo.»  Con  más,  jubones  para  ambos  sexos,  ca- 
pas, herreruelos  de  paño  y  de  seda,  boemios  [sic]  de  tafetán,  ropa  turca  y 
española  para  levantar,  ropas  de  letrados,  mantos  para  comendadores  de 
las  órdenes  militares,  y  sayas,  vasquiñas  y  verdugados  de  varias  telas  para 
mujeres  gordas  y...  flacas.  También  hay  en  esta  parte  de  la  obra  patrones 
de  marlotas  de  seda  y  de  albornoces  para  juego  de  cañas,  adremos  [adere- 
zos] de  caballo  para  justas  y  por  fin  algún  modelo  de  bandera  de  guerra. 

La  tercera  parte  comienza  con  la  c<Declaracion  de  lo  que  significan  las 
tablas  siguientes»  de  reducción,  de  anchos  y  largos  de  las  telas,  apropia- 
das á  facilitar  la  compra  y  el  corte  de  las  mismas  para  la  hechura  de  todos 
los  vestidos  que  se  describen  en  la  parte  segunda.  La  impresión  del  tomo 
es  bastante  mediana  y  no  del  mejor  gusto.  En  el  ejemplar  que  estudié  para 
la  redacción  de  este  articulejo,  por  estar  en  muchas  partes  perdido  ó  bo- 
rroso el  encasillado  de  las  tablas  antes  mentadas,  un  lector  demasiado  so- 
lícito lo  retinto  con  pluma,  siendo  peor  el  remedio  que  la  enfermedad.  Y 
es  que  así  como  todos  venimos  al  mundo  con  el  pecado  original,  parece 
que  nacemos  también  con  pujos  de  restauradores.  Si  se  tiene  en  cuenta  el 
examen  sufrido  por  Juan  de  Alcega — quien  revela  conocer  bien  el  paño — 
y  «las  contradiciones  y  pleytos»  que  tuvo  en  el  Real  Consejo  sobre  la  im- 
presión de  la  Geometría  prat tea,  no  es  aventurado  inferir  que  la  envidia 
— enfermedad  endémica  en  España,  según  el  gran  poeta  D.  Manuel  del 
Palacio — anduvo  metiendo  la  tijera  para  hacer  tiras  y  capirotes  en  la  tela 
tan  primorosamente  urdida  por  el  sastre  guipuzcoano.  Escribe  éste,  como 
dejo  indicado  al  principio,  con  intención  y  galanura.  Sirva  de  ejemplo  la 
siguiente  cláusula  puesta  al  fin  de  la  segunda  dedicatoria:  «Resta  agora 
dezir  al  discreto  Lector,  que  pues  compuse  esta  obra  adornada  de  mis 
trabajos,  que  no  sea  tan  desconocido  que  por  pagarme  haga  como  el  cuer- 
vo, el  cual  no  teniendo  respeto  á  la  blancura  del  rostro  que  vee  si  alguna 
pupa  ó  mácula,  por  pequeña  que  sea  en  el  hay  allí  pica.» 

A  los  folios  19  vuelto  y  20  explica  el  sastre-autor,  con  toda  precisión  y 
detenimiento,  lo  que  significan  la  cruz,  letras,  puntos  y  rayas  de  los  pa- 
trones para  su  acertada  inteligencia  y  manejo.  Antes  hace  constar,  de  pa- 
sada, y  á  fin  de  que  lo  tengan  muy  en  cuenta  los  oficiales  de  sastrería,  que 
los  mercaderes  de  la  época— por  tener  sin  duda  la  conciencia  tan  ancha 
como  los  comerciantes  de  ahora,  salvo  rarísimas  excepciones — solían  dar 
casi  siempre  la  tela  estrecha  ó  corta,  importándoles  un  comino  de  las 


L^¿¿-- 


BIBLIOTECAS  Y   MLSEOS  489 

pragmáticas  que  ordenaban  el  modo  de  aplicar  la  vara  de  medir.  Y  á 
propósito:  curioso  me  parece  el  origen  que  Alcega  atribuye  á  la  usada  en 
los  reinos  de  Castilla.  «Tuvo  origen  y  principio — dice — esta  medida  de 
Qtra  que  llaman  dedo,  que  es  el  espacio  que  ocupan  cuatro  granos  de  ce- 
vada  puestos  de  lado.»  Confieso  que  desconocía  este  sistema  métrico-cereal 
usado  en  Roma  según  afirma  el  autor  al  explicar  cómo  ha  de  entenderse 
el  tamaño  del  grano  de  cebada. 

El  libro  de  Alcega,  que  merece  muy  mucho  reproducirse  para  solaz 
de  curiosos  y  enseñanza  de  sastres,  sobre  todo  de  los  pocos  que  en  España 
se  dedican  á  la  hechura  de  trajes  para  el  teatro;  debió  de  tener  ya  en  su 
época  bastante  aceptación,  puesto  que  en  iSSg  se  reimprimió  con  algunas 
variantes  de  pormenor  en  las  formas  materiales.  Tamaño  de 
esta  segunda  edición. 

De  la  importancia  é  interés  que  ofrece  la  obra  á  eruditos 
de  todo  género,  pintores,  cómicos,  literatos  y  sastres;  puede 
juzgarse  con  sólo  tener  en  cuenta  que  abraza  la  indumenta- 
ria del  reinado  de  Felipe  11,  cuyos  dominios  superaban  á  los  que  en  toda 
la  redondez  de  la  tierra  ha  dejado  al  morir  la  reina  y  emperatriz  Victoria 
de  Inglaterra. 

Sólo  dos  ejemplares  conozco  de  la  primera  edición  del  «Libro  de  Geo- 
metría Pratica»,  el  de  la  Biblioteca  Nacional,  falto  de  las  cinco  primeras 
hojas,  y  el  de  la  Real  Biblioteca,  particular  de  S.  M.  el  Rey  de  España, 
completo,  y  cuya  encuademación,  en  pasta  española,  lleva  el  monograma 
de  Carlos  mi. 

La  interminable  portada  del  segundo  de  los  libros  españoles  de  sastrería 
puede  servirle  también  de  índice;  ahí  va,  pues,  la  copia,  debiendo  adver- 
tirse que  si  Rocha  Burguen  era  de  origen  francés,  según  reza  aquélla,  en 
las  explicaciones  que  da  «al  lector»  asegura  que  debe  á  Valencia  donde  se 
crió,  más  que  á  su  verdadera  patria.  Dentro  de  un  marco  formado  por  cua- 
tro líneas  de  imprenta,  va  la  portada  que  dice  así:  «Geometria,  y  tra^a  per- 
teneciente al  oficio  de  sastres.  Donde  fe  contiene  el  modo  y  orden  de  corlar 
todo  genero  de  vertidos  Efpañoles,  y  algunos  Francefes  y  Turcos,  facan- 
dolos  de  cualquier  anchería  de  tela,  afi  por  la  bara  de  Caftilla  como  por 
la  de  Valencia,  Aragón  y  Cataluña.  Por  Francisco  de  la  Rocha  Bvrgven, 
Francés,  natural  del  Condado  de  Champaña  vezino  y  habitador  de  la 
Ciudad  de  Valencia  de  Aragón:  Maestro  examinado  afsi  en  ella,  como  en 
la  Corte,  y  Villa  de  Madrid.  Al  illusirissimo  señor  don  Andrés  Róig  Ca- 


490  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

uallero  del  habito  de  Nueftra  Señora  de  Montefa,  y  San  lorge  de  Alfama, 
Comendador  de  Silla,  del  Confejo  de  fu  Mageftad,  y  fu  Vicecanceller  en 
los  Reynos  de  la  Corona  de  Aragón.» 

[Escudo  y  á  ambos  lados  el  año]  c<Año  1618»  [Debajo]  c<Con  privilegio 
de  Castilla  y  Aragón.  En  Valencia,  por  Pedro  Patricio  Mey, 
junto  á  San  Martín.  Acosta  del  mismo  autor.»  Tamaño 

El  libro  de  Rocha,  en  su  aspecto  material,  es  semenjan- 
tísimo  á  la  segunda  edición  del  Alcega  y  por  esto  me  parece 
que  debió  de  conocer  aquél  muy  bien  la  obra  de  éste.  Además 
en  la  dedicatoria  ó  advertencia  c<Al  Lector»  dícese;  «Lo  que  bosquejó  un 
Vizcayno  [no  va  mucho  de  estos  á  los  guipuzcoanos]  puede  colorirlo  un 
Francés.»  Más  modesto  y  justo  hubiera  sido  decir  calcarlo.  Aunque  Ga- 
llardo no  lo  incluye  en  su  obra  y  en  la  Biblioteca  Nacional  hay  tres  ó  cua- 
tro ejemplares  del  Rocha,  creo  que  debe  ser  considerado  como  raro  este 
libro  venido  al  mundo  cuando  debían  ya  de  andar  escasísimos  los  ejempla- 
res de  la  segunda  edición  del  Alcega.  En  el  que  tengo  á  la  vista,  propio  de 
la  Real  Biblioteca,  encuadernado  en  lujosa  pasta  con  hierros  dorados,  de 
clara  letra  manuscrita  que  puede  fijarse  dentro  del  reinado  de  Carlos  III, 
se  lee,  al  verso  de  la  primera  hoja,  de  guardas:  «Este  Libro:  juzgo  ser  el 
único  que  de  su  facultad,  se  ha  compuesto  en  Lengua  Castellana;  cuia 
circunstancia,  y  la  de  ser  su  autor  extrangero  y  que  con  tal  pureza 
posehía  el  ydioma,  le  hacen  admirable;  y  aunque  su  materia  es  inú- 
til para  estos  tiempos,  por  la  variación  de  trajes;  no  obstante,  es  mu- 
cha curiosidad  la  noticia  tan  específica  de  aquellos  en  Cortes  y  generos.)#> 

Se  ve  que  es  sumamente  expuesto,  en  bibliología,  como  en  otras  mu- 
chísimas cosas,  sentar  afirmaciones  tan  rotundas  cual  la  que  se  contiene  en 
la  nota  anterior:  de  no  ser  así  me  atrevería  yo  á  declarar  que  es  hoy  el 
tercero  de  los  libros  españoles  de  sastrería  que  conozco,  tal  vez  el  más 
raro  de  cuantos  impresos  han  visto  la  luz  en  España.  Ningún  bibliógrafo, 
que  yo  sepa,  mienta  el  libro  de  Martín  de  Anduxar;  en  ninguna  de  las 
grandes  bibliotecas  de  Europa  y  América,  según  mis  informes — fuera  de 
nuestra  Nacional — se  encuentra  ejemplar  de  la  obra.  Sábese  únicamente 
de  otro,  falto,  que  perteneció  á  mi  ilustre  maestro  Don  Manuel  Remón 
Zarco  del  Valle  y  que  éste  regaló  al  pintor  murciano  y  discípulo  de  Mes- 
sonier,  Don  Luis  Ruipérez,  muerto  en  París  en  1866. 

El  ejemplar  de  la  Nacional  se  encuentra  en  perfecto  estado  de  conser- 
vación. El  libro  de  Anduxar,  así  en  su  estructura  material  como  en  el 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS  49I 

plan  general,  método  de  exposición  de  la  materia  é  ilustraciones  gráfícas; 
se  asemeja  mucho  á  sus  dos  predecesores,  pero  es  claro  que,  con  sus  patro- 
nes de  trajes  más  modernos,  enriquece  el  tercero  de  los  maestros  sastres, 
que  pudiéramos  llamar  clásicos,  el  riquísimo  y  auténtico  guarda-ropa  es- 
pañol que  el  benemérito  alfayate  guipuzcoano  inauguró. 

Dentro  de  una  orla  sencilla  va  comprendida  la  portada  en  estos  térmi- 
nos: «Geometria  y  trazas  pertenecientes  al  oficio  de  sastres.  Donde  se  con- 
tiene el  modo  y  orden  de  cortar  todo  genero  de  veítidos.  Tiene  trescientas 
y  veinte  trazas  Efpañolas,  Francesas,  Vngaras  y  de  otras  Naciones  afi  an- 
tiguas, como  de  las  que  aora  se  vfa'n,  escritas  por  Martín  de  Andvxar 
Maeftro  Saftre.  Dedicalas  á  San  Antonio  de  Padva,  Martín  de  Anduxar  su 
hijo».  [Adorno  cuadrado).  c<En  Madrid,  En  la  Imprenta  del  Reyno, 
Año  MDC.XXXX)>  [línea]  «A  costa  de  Alonso  Pérez  Librero  del  Rey 
N.  S.»  Tamaño.  Con  la  portada  tiene  12  folios  de  preliminares  4-  64  de 
trazas  ó  sean  patrones  con  su  texto  correspondiente  4-  tres 
hojas  plegadas.  Corresponden  aquéllos  á;  «Bestidos  enteros 
**^  de  hombre,  calzones  y  ropillas:  sotanillas:  Bestidos  de  mvger: 
Hábitos  de  religiosos:  Ivstas  Reales»  y  «Diferentes  trazas.)^ 
Completa,  á  lo  que  parece,  el  guardarropa  clásico  español 
Juan  de  Albayceta,  natural  de  la  villa  de  Magallón,  con  el  libro  que  lleva 
por  título:  «Geometria,  y  trazas,  pertenecientes  al  oficio  de  sastres,  donde 
se  contiene  el  modo  y  orden  de  cortar  todo  género  de  veftidos  Efpañoles,  y 
algunos  Eftrangeros,  Tacándolos  de  qualquier  ancheria  de  tela  por  la  Vara 
de  Aragón,  y  explicada  efta  con  todas  las  de  eítos  Reynos  y  las  medidas 
que  vfan  en  otras  provincias  Eftrangeras»...  «Año  de  1720.  Con  licencia: 
En  Zaragoza  por  Francisco  Revilla,  Impreffor»...  Esta  portada,  compren- 
dida dentro  de  un  marco  de  tipografía,  lleva,  entre  otros  adornos,  graba- 
dos en  madera  los  monogramas  de  Jesús  y  de  María,  con  el  Niño  Dios  y  la 

Purísima  Concepción,  y  en  el  cen- 
tro un  jarrón  de  azucenas  ó  lises. 

De  la  obra,  citada  por  Latasa  y 
por  Uriel  ',  no  hay  ejemplar  en  las 
Bibliotecas  Nacionales  de  Madrid 
ni  de  París,  y  existen  en  las  de  San 
Isidro  de  esta  Corte — donde  lo  estudié — y  en  Zaragoza  en  la  de  la  «Socie- 

I    Biblioteca  nueva  de  los  escritores  aragoneses...  T.  IV.  pág.  338.  Biblioteca  antigua  y  nueva.-^ 
T.I,pá3.34. 


L-14I 


492  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

dad  Económica  de  Amigos  del  Pslís»;  por  lo  menos  en  su  catálogo  aparece 
citado  el  libro.  Según  noticia  del  Catedrático  D.  Miguel  Asin,  con  refe- 
rencia á  un  librero  de  aquella  capital,  años  hace  existía  otro  ejemplar  del 
Albayceta  en  Montalbán  (Teruel),  «cuya  pista  se  ha  perdido».  Por  todo  lo 
cual  no  parece  aventurado  suponer  que  el  cuarto  libro  español  de  sastre- 
ría también  es  raro  en  el  comercio.  Conserva  el  aire  de  su  progenitor: 
hasta  en  la  forma  material  del  tomo  recuerda  al  Alcega.  Aun  siendo  la 
impresión  y  el  papel  medianejos  y  no  del  mejor  gusto,  la  obra  es  bastante 
lujosa  por  sus  pormenores  tipográficos.  Abundan  mucho  en  las  173  trazas 
que  contiene — salvo  error — los  hábitos  religiosos  de  ambos  sexos,  de  los 
que  trae  también  varios  patrones  para  niños,  pues  es  sabido  que  así  como 
hoy,  por  ser  más  cómodo  y  barato,  adoptamos  para  los  pequeños  el  traje 
marinero,  nuestros  antepasados,  blancos  y  negros,  disfrazaron  á  los  ange- 
litos de  Irailes,  sin  olvidar  la  tonsura,  ó  de  milicianos  nacionales,  según 
los  tiempos.  A  estas  y  á  otras  parecidas  llamó  D.  Bartolomé  José  Gallardo 
santas  simplezas:  así  y  todo,  ello  es  que  retratan  la  época  y  ofrecen  curio- 
sos documentos  para  la  historia. 

Ya  se  considere  el  traje  como  el  distintivo  más  grande  que  nos  diferen- 
cia de  los  animales,  según  observó  el  jurisconsulto  Arias  Gonzalo,  en  su 
«Memorial  en  defensa  de  las  mugeres  de  España»;  ya  se  tome  como  el 
«sambenito  que  Dios  echó  al  hombre  por  el  pecado»,  como  quiere  Ca- 
rranza; es  innegable  que  la  historia  de  la  ropa  va  soldada  á  la  historia  de 
lá  humanidad,  desde  la  hoja  de  parra,  de  nuestro  primer  padre,  hasta  los 
abominables  y  antiartísticos  sombreros  con  que  se  cubren  hoy  las  señoras 
y  nos  ocultan  hasta  el  horizonte.  Y  si  es  verdad  que  el  hábito  no  hace 
al  monje,  no  es  menos  cierto  que  los  monjes  por  los  hábitos  se  distinguen  á 
primera  vista.  «Vístete  bien»  aconsejaba  Don  Quijote  á  Sancho,  «que  un. 
palo  compuesto  no  parece  palo».  Los  golfos  malagueños,  á  los  que  allí  se 
les  llama  «de  la  partida  de  la  tizne»,  en  una  pintoresca  advertencia,  que 
precede  siempre  á  sus  juegos  y  quimeras,  sintetizan  la  importancia  que 
tiene  el  traje:  «No  vale»  dicen  «mentar  la  madre  ni  ensuciar  la  ropa.» 

Por  todo  lo  expuesto  se  me  figura  que  no  perdí  el  tiempo  dando  una 
ligerísima  noticia  de  cuatro  libros  españoles  de  sastrería  poco  conocidos. 
Y  si  me  equivoco,  como  tonto  me  consolaré  con  que  suelen  derrocharlo 
mucho  más,  en  los  cuerpos  colegisladores  los  padrastros  de  España  sacán- 
dose á  relucir  guiñapos. 

Madrid  22  de  Noviembre  1902.  El  Conde  de  las  Navas. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  493 

DOCUMENTOS 

I 

EPÍSTOLA  DEL  MAESTRO  DE  LEBRIJA  AL  CARDENAL 

guando  avisó,  que  en  la  interpretación  de  las  Dicciones  de  la  Biblia  no  mandasse 

seguir  al  Remigio  sin  que  primero  viessen  su  Obra, 


Yo  tenia  deliberado  de  no  entender  mas  en  la  emendación  de  la  Biblia  que 
V.  S.*  R.ma  quería  imprímir,  en  la  qual  me  mandava  a  Mi,  i  a  los  otros  Hebreos, 
i  Griegos,  que  enlendiessemos  Yo  en  el  Latin,  i  los  otros  cada  uno  en  su  lengua. 
I  preguntóme  V.  S.  que  porqué  no  quería  entender  en  ello?  Yo  le  respondi,  que 
porque  cuando  vine  de  Salamanca,  Yo  degé  alli  publicado,  que  venia  a  Alcalá 
para  entender  en  la  emendación  del  Latin,  que  está  comunmente  corrompido  en 
todas  las  Biblias  Latinas  cotejándolo  con  el  Hebraico,  CaldaTco,  i  Gríego.  I  que 
agora,  si  alguna  cosa  falta  en  ello,  se  hallasse  que  todos  cargarían  a  mi  la  culpa, 
i  dirían,  que  aquella  ignorancia  era  mia,  pues  que  dava  tan  mala  cuenta  del  cargo, 
que  me  era  mandado.  Entonce  V.  S.*  me  dijo,  que  hiciesse  aquello  mesmo,  que  a 
los  otros  avia  mandado,  que  no  se  hiciesse  mudanza  alguna  de  lo  que  comun- 
mente se  halla  en  los  Libros  antiguos;  mas  que  si  sobre  ello  a  mi  otra  cosa  pare- 
ciesse,  que  devia  escrivir  algo  para  fundamento,  i  prueva  de  mi  intención.  A  esto 
Yo  dige,  que  si  algo  Yo  escriviesse,  de  mi  rebusco  Yo  hinchiria  mucho  mayor 
bodega,  que  todos  los  otros  de  su  vendimia  principal.  Desio  V.  S.*  se  rió,  y  dijo, 
que  pensaría  ser  assi,  i  que  todos  los  otros  trabajavan  para  mi,  lo  qual  todo  passó 
delante  del  Señor  Obispo  de  Avila  uestro  compañero,  el  qual  después  cada  dia  me 
preguntava,  Si  sobre  aquello  escrivía  alguna  cosa?  Yo  le  respondia,  que  Si,  como 
lo  hacía.  De  manera,  que  desde  entonces  hasta  agora  Yo  no  curé  mas  de  la  im- 
pression,  ni  por  mandado  de  V.  S.*  me  fue  dicho,  que  entendiesse  en  ella.  Mas 
agora  que  me  dicen,  que  qu-ere  poner  en  li  impression  las  Interpretaciones  de 
las  Palabras  Hebraicas,  i  Caldeas,  Arábicas,  i  Egipcias,  i  que  porque  ai  algunas,  que 
son  Gríegas,  o  Latinas,  i  lodos  las  interpretan,  como  si  fuessen  Hebraicas,  quise 
traerle  a  la  memoria  lo  que  sobre  esto  le  dige  en  Salamanca,  i  le  demonstré  lo 
que  avia  escrito  en  una  Repetición  mia,  que  hice  el  año  de  nuestro  Salvador  de 
mil  quinientos  i  siete  años.  Entonces  le  pareció  bien,  no  sé  agora,  que  la  cosa  está 
a  punto  de  aprovechar,  qué  es  lo  que  le  parecerá.  Agora  se  la  dó  para  que  provea 
en  eUo,  como  viere  que  es  menester,  i  a  los  Correctores  mande,  que.  no  s  gan  lo 
que  comunmente  está  escrito  hasta  que  vean  esto  que  Yo  escrevi.  Sed  legant  prius, 
et  postea  despiciant.  I  porque  no  acontezca  en  esta  su  obra  lo  que  aconteció  en  Sa- 
la nanea,  después  de  aquella  Repetición,  que  para  reír  se  juntavan  los  Estudiantes  a 
contar  los  desvarios,  que  alli  dige,  provea  de  tal  manera  que  a  su  Obra  no  le  acon- 
tezca otro  tanto.  Trayales  a  la  memoria  lo  de  Vega,  aquel  mui  nombrado  Truhán, 
quando  en  habito  de  Moro  con  unas  barbas  postizas,  i  tocado  de  un  almaizar,  ct 
vestido  un  capellar  de  grana,  pareció  delante  el  Rei^  i  la  Reina,  diciendo  que  venia 
de  ver  mundo.  Preguntóle  el  Rei,  qué  era  lo  que  avia  visto?  et  él  respondió,  que 
no  avia  hecho,  después  que  partió  de  Castilla,  sino  andar,  i  andar,  hasta  que  llegó 


494  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

a  donde  repulga  el  Cielo  con  la  Tierra.  Preguntóle  después,  que  era  lo  que  hizo? 
él  respondió,  que  descosió  un  poco  del  repulgo,  como  de  un  enpanada,  et  que  metió 
alli  la  cabeza,  i  que  no  pudo  ver  cosa  alguna  sino  la  luz  del  Sol  tan  grande,  que 
por  mas  de  tres  horas  le  quitó  la  vista.  El  Rei  le  tornó  a  preguntar  que  hizo 
después?  A  esto  respondió,  que  se  vino  por  Granada,  et  que  el  Rei  mandó  á  su 
Abencomixar,  que  le  diesse  bien  de  comer,  porque  aquel  és  el  que  da  de  comer  al 
Rei,  et  a  todos  los  otros.  I  que  después  que  comió,  mandó  al  Alatar,  que  es  el  que 
tiene  cargo  de  atar  los  Cativos,  que  le  llevasse  al  corral,  donde  están  las  mazmo- 
rras de  los  haerrojados,  et  que  también  mandó  al  Abencerraje,  que  tenia  las  cerra- 
jas, i  llaves  de  toda  la  Casa  Real,  que  "se  lo  enseñasse  todo.  Preguntóle  el  Rei,  que 
donde  posava  el  Rei  de  Granada?  A  lo  qual  respondió,  que  en  el  Alhambra,  donde 
avia  tan  grande  hambre,  que  una  hanega  de  alhobiz  valia  tres  doblas  Zaenes.  En 
esta  manera  Evangelista,  no  lo  quiero  llamar  Truhán,  porque  era  hombre  de  bien 
mas  alenhanado  en  disparatis;  el  qual  caminando  alguna  vez  con  Don  Alvaro  de 
Stuñiga,  Duque  de  Arevalo,  i  después  de  Placiencia,  llegó  a  un  lugar  donde  el  cami- 
no se  partía  en  dos  partes,  i  dudando  qual  de  entrambos  lomarla,  digieronle  los  su- 
yos que  Evangelista  sabia  aquella  tierra,  et  se  lo  podria  decir.  Preguntándole,  qué 
qual  de  los  dos  era  el  camino?  respondió,  que  los  tomasse  entrambos,  et  que  no  po- 
día errar.  Este  Evangelista  escrivió  un  libro  De  Acetreria,  donde  hablando  de  las  co- 
sas de  aquel  Arte  de  la  Etimología  de  los  nombres  de  los  Halcones  et  Azores,  dice 
que  Sacre  se  llamó  porque  el  primero  que  cazó  con  aquel  ave,  fué  un  Sacristán;  i 
que  se  llamó  Girifalte,  porque  parece  que  jura  falso.  Et  que  se  llamó  Bahari  porque 
de  si  echa  lal  baho,  que  es  pestilencial,  el  matadero  de  hombres.  I  qué  otra  cosa 
hace  cada  día  uestro  Escalante,  quando  buelve  alguna  cosa  de  Latin  en  Romance, 
sino  lo  que  hacian  Vega,  i  Evangelista,  como  quando  por  rodeos,  como  suele,  de- 
mandava  a  V.  S.*  que  le  diesse  alguna  cosa  de  vestir,  le  respondió  que  por  entonces 
se  conteniasse,  pues  que  tenia  de  comer.  A  esto  dijo:  Ignis,  grando,  nix,  glacies. 
Demandóle  V.  S.*  qué  quería  decir  aquello?  Dijo,  que,  nin  grado,  ni  gracias.  A  esto 
nos  reímos,  et  lo  echamos  en  burla,  et  passamos  por  donaire,  sabiendo  que  aque- 
llos juegan  con  las  palabras.  Et  mucho  mas  nos  reiríamos,  si  pensassemos,  que  lo 
dicen  en  su  seso,  tal  qual  lo  tienen,  como  Escalante:  aunque  de  aquel  Yo  dudo,  si 
lo  hace  por  ganar  de  comer  por  aquella  vía,  el  aun  mucho  mas,  et  mas  nos  rei- 
ríamos, si  aquel  que  ansi  burla,   lo  toma,  como  si  de  verdad  lo  digiesse.  Pues 
quanto  mas  es  de  reír  de  aquel  que  piensa  que  Abra,  que  en  Griego  quiere  decir 
Moj{a,  decía  que  es  palabra  Hebraica,  et  que  se  interpreta  Padre  de  las  Alturas. 
Quien  dice  esto?  Uestro  Remigio,  al  qual,  desechados  todos  los  otros,  que  hablan 
desto,  los  recebístes,  el  lo  pusístes  en  todas  las  Biblias,  no  por  otra  cosa  sino  por- 
que era  el  peor  de  todos  ellos.  Nicolao  de  Lira,  que  se  quiso  mostrar  mas  diligente 
por  aventura  preguntó  a  algund  Judío,  porque  él  no  sabía  aquella  lengua,  qué  es 
lo  que  significava  Abra  en  su  lengua,  el  qual  le  respondió,  que  ninguna  cosa,  et 
no  recordándose  que  podía  ser  Griega,  porque  no  tenía  Griego  a  la  mano  para  gelo 
preguntar,  pensando  que  era  palabra  Latina,  encomendóse  a  Dios,  o  que  en  sue- 
ños, o  por  otra  revelación  se  la  deparasse  buena,  et  escriviendo  en  el  cap.  X.  del 
Libro  de  Judith,  dijo  que  Abra  dicitur  quasi  ab  ara,  et  añade  otra  cosa,  que 
nunca  se  leyó,  porque  en  el  altar  se  dava  la  libertad  a  los  Siervos.  I  assi  reímos 
lo  que  un  Alfaquí  en  Bienquerencia  predicava  a  sus  Moros,  diciendo,  que  por- 
qué se  dijo  Vaca?  Todos  respondieron  que  no  lo  sabían.  Entonces  él  dijo,  que 
aquello  no  lo  sabía  el  Chrisliano,  ni  el  Judio;  mas  que  el  primero  que  lo  dijo. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  49  5 

fue  Mahoma,  el  que  se  dice  Vaca  porque  vá  acá,  e  vá  allá.  I  pues  que  una  vez 
perdí  la  vergüenza,  ei  comencé  a  desvariar,  quiero  decir  aqui  otra  cosa  aunque  no 
hace  mucho  al  proposito.  El  Arzobispo  de  Sanl-Iago,  que  después  fue  Patriarca 
tenia  un  Mayordomo,  que  se  llamava  Collanles,  cojo,  o  lisiado,  de  manera  que 
hollava  bolviendo  los  pies  haci  a  fuera.  Estos  llama  el  Latin,  loripedes,  elcomper- 
nes,  et  vacias.  El  griego  mantopodes.  El  castellano  zancajosos;  como  por  el  con- 
trario los  que  huellan  haci  a  dentro,  llaman  Estevados,  et  estos  echan  las  rodillas 
haci  a  fuera,  como  los  otros  haci  a  dentro,  et  liamanse  en  Latin  Varos.  Tenia 
esso  mismo  un  Maestresala,  pariente  suyo  que  se  llamava  Fonseca,  et  porque  tenia 
necessidad  de  un  peón,  que  fuesse  a  Sant-Iago  mui  presto,  o  algund  hombre  de  pie 
d^  los  suyos;  dijo  que  se  buscasse.  Respondió,  que  lo  avia  mui  bueno.  Quien  es?  dijo 
el  Arzobispo.  Respondió  Fonseca,  que  Collantes  su  Mayordomo.  Dijo  el  Arzobispo: 
Tu  piensas,  que  soi  niño  que  burlas  comigo?  Respondió  Fonseca:  Antes,  Señor,  lo 
digo  de  veras;  porque  tiene  el  un  pie  acá,  et  el  otro  acullá,  et  assi  irá  presto.  I  desta 
manera  es  lo  que  se  lee  entre  nosotros.  I  de  los  libros  passa  a  las  Escuelas,  et  de 
las  Escuelas  a  los  Pulpitos,  donde  suben  los  Maestros,  et  quando  los  oYs,  i  veis  con 
sus  sobrepelices,  et  Insignias  Doctorales,  i  a  los  Frailes  con  sus  Capillos  echado  el 
sobrecejo,  no  gritáis  de  risa,  i  dais  carcajadas,  immo  no  lloráis,  ni  plañís,  n¡ 
lamentáis  la  desaventura  de  los  tiempos  a  que  somos  venidos,  que  de  todo  quanto 
tenemos  en  la  Sacra  Escriptura,  vamos  como  por  una  gruta  escura,  que  no  tiene 
luz,  sino  de  trecho  en  trecho,  et  todo  lo  otro  está  embuelto  en  tinieblas,  que  ni  por 
allí  podemos  bien  saber,  que  quiere  Dios  de  nosotros;  ni  por  el  contrario  de  que  nos 
manda  huir.  Ansí  que  podemos  nosotro  hacer  lo  que  Democrito,  et  Heraclíto* 
que  quando  sallan  de  su  casa,  el  uno  reía,  el  otro  llorava;  pero  entrambos  de  una 
mesma  causa,  De  lo  que  de  las  Escuelas  salta  en  los  Pulpitos,  et  01  por  mis  orejas, 
quiero  decir  alguna  cosa.  Tres  Predicadores  Frailes  de  Sancto  Domingo,  bien  se- 
ñalados en  aquella  su  Arte,  et  todos  tres  Cathedraticos  en  el  Estudio  de  Sala- 
manca, el  uno  fue  el  Maestro  de  Santi  Spiritus;  el  otro  fue  el  Maestro  de  Betonío; 
et  el  tercero  el  Maestro  de  Pcñafiel.  El  primero  Predicando  en  las  Escuelas  el  día 
de  Sant  Hieronimo,  bolviendo  de  Latin  en  Romance  aquello  del  Evangelio:  non 
transibit  unum  jota,  ñeque  unus  apex.  Dijo  que  de  la  Leí  no  se  traspasaría  ni  una 
.i.  que  es  la  menor  de  las  letras  del  A.  B.  C.  ni  una  Abeja,  que  es  un  animal  tan 
pequeño.  Et  estando  allí  todos  los  Doctores,  et  Maestros,  i  otras  personas  de 
Habito,  et  profession  de  Letras,  assi  lo  recibieron,  como  si  lo  digera  San  Gerónimo, 
o  Sant  Agustín,  ni  se  riyeron,  ni  sentieron  aquella  burla,  que  aquel  Maestro  hizo 
dellos  como  si  fueran  piedras,  et  troncos  de  arboles,  ni  miraran  en  ello,  sino  que 
Yo  solo  me  reí,  i  di  del  codo  a  los  que  cerca  de  mi  estavan  oyendo.  El  otro.  Predi" 
cando  el  dia  de  la  Purificación  de  nuestra  Señora  declarando  aquello  del  Evange- 
lio, que  Simeón,  accepit  eum  in  ulnas  stias.  Dijo  que  Simeón,  como  era  viejo,  asió 
del,  et  que  lo  tomó  en  sus  uñas,  porque  no  se  le  cayesse  de  entre  las  manos.  El 
otro,  romanzando  esso  mesmo  aquello  del  Evangelio,  qui  ambulat  in  tenebris 
offendet,  no  mirando  la  significación  de  aquel  Verbo  offendet,  que  es  trompezar, 
pensando,  que  significava  empecer  a  otro,  dijo,  que  el  que  anda  de  noche,  no  anda 
sino  a  capear,  o  acuchillar  a  otro,  o  quebrarle  la  cabeza.  Otros  dos  oV  después  a 
uno  en  Sevilla,  que  se  llamava  Frai  Juan  de  las  Casas,  Predicador,  Fraile  de  Sant 
Agostin,  que  predicando  dia  de  Sancta  Maria  Magdalena,  tomó  por  thema  aquello 
de  Salomón  en  los  Cánticos  reverteré,  Sunamitis,  reverteré  ut  intueamur  te,  apli- 
cando aquellas  palabras  a  la  Fiesta,  dijo,  que  hallava  dos  interpretaciones  de 


496  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

aquella  palabra  Sunamitis,  La  una  mortificans,  sive  mortijtcata.  Et  la  otra,  pacifica, 
sive  perfecta;  porque  Sunamitis  viene  de  Sunam,  cibdad  de  Paleslioa,  donde  fue 
desbaratado  Saül,  et  muerto  en  los  montes  del  Gelboe,  de  donde  Abísag  se  llamo 
Sunamitis  aquella  moza  que  buscaron  para  que  calentasse  al  Reí  David  después 
que  llegó  al  cabo  de  su  vegez.  I  la  otra  fue  de  aquella  mesma  cibdad,  cuyo  hijo 
resucitó  Heliseo  Profeta  en  el  .iiü.  Libro  del  mismo  titulo  de  los  Reis.  Pero  en  los 
Cánticos  de  Salomón,  donde  está  aquella  auctoridad  del  thema,  no  se  ha  de  leer 
Sunamitis  por  n.  sino  Sulamitis  por  I.  que  significa  perfecta,  o  pacifica,  donde 
todos,  corrompida  aquella  palabra  leen,  Sunamitis.  El  otro  fue  Frai  Grabiel,  Pre- 
dicador, et  Professo  de  Guadalupe,  el  qual  predicando  un  día  de  mediado  el  mes  de 
Abril,  en  que  se  celebrara  la  Fiesta  de  Santa  Engracia,  que  fué  Mártir,  natural 
de  la  Cibdad  de  Zaragoza  la  de  Aragón,  dijo  muchas  cosas  de  las  gracias  de  aquella 
Sancta  Manir,  de  donde  quería  dar  a  entender  que  se  llamó  Engracia,  porque 
siempre  anduvo  en  la  gracia  de  Dios,  et  que  fue  hija  del  Rei  de  Portugal,  e  otras 
cosas,  que  suelen  fingir  los  que  cumponen  algunas  Novelas.  Después  del  Sermón 
pregúntele  Yo,  que  donde  avia  oído,  o  leído  aquellas  revelaciones.  I  demostróme 
un  libro  impreso  en  Zaragoza,  donde  esiav*todo  lo  mas  de  aquello,  que  avia  dicho 
en  el  Sermón,  et  cierto  todo  lo  mas  era  sacado  del  Prudencio,  el  qual  escrivió  la 
Vida  de  aquella  Mártir  estendiendo  la  pluma  en  favor  como  de  su  Cibdadana;  pero 
llamándola  Encrate^  que  interpretado  de  Griego  en  Latin,  et  de  Latín  en  Romance, 
quiere  decir  Templada.  Pero  agora?  quién  le  mudó  el  nombre,  et  de  Encraie  la  lla- 
mó Engracia,  sino  la  ignorancia  del  vulgo?  que  muchas  veces  muda  la  c.  en  g.  i  la 
l.  en  c.  quando  se  sigue  i.  Et  después  de  la  i.  otra  vocal.  Infinicas  cosas  cada  dia 
passan  desta  manera  por  los  que  buelven  algo  de  una  Lengua  en  otra  por  igno- 
rancia de  entrambas  las  Lenguas.  Va  esto  es  lo  que  yo  agora  quise  notificar  a 
V.  S.*  R.ma  porque  provea  en  que  estos  uesiros  Correctores  de  la  Imprcssion  no 
de^en  cosa  de  que  los  ausentes,  et  presentes,  el  los  que  están  por  venir  puedan 
hacer  burla  de  nosotros  los  que  aqui  nos  hallamos  en  ella.  I  esto  lo  quise  dejar 
testificado,  i  no  en  Latin,  como  hasta  aqui,  mas  en  Lengua  Castellana;  porque 
tenga  mas  testigos,  que  le  avisé  dello.  Porque  hasta  aqui  hablava  con  V.  S.  i  ha- 
blando con  él,  hablava  con  todos  los  otros,  que  tienen  conocimiento  de  aquella 
lengua.  Mas  veo,  que  aun  en  ella  no  me  entienden,  o  que,  si  me  entienden  lo  dissi- 
mulan, i  que  no  me  quieren  entender.  I  agora  quien  me  quitará  a  mi  que  no  me 
aparte  con  Carpinteros,  i  Herreros,  con  Sastres,  i  Zapateros,  para  reír  con  ellos  lo 
que  acá  passa  entre  los  Hombres,  que  tienen  Habito,  e  Profession  de  Letras,  i  que 
todo  aquello,  que  leven,  piensan  en  todo  seso  que  es  ans¡,  como  ellos  lo  entienden, 
i  dicen;  et  quando  estos  me  faltaren,  todo  será  retraherme  a  un  rincón,  o  en  un 
campo  desierto  hacer  uh  hoyo,  i  reyendolo  conmigo  solo,  o  cantando  como  dice 
Persio,  diga  aquello  del  Barbero  del  Rei  Midas,  Aurículas  asini  quis  non  habet^ 
Porque  Yo  no  siento  otro  mayor  placer  en  este  mundo,  que  ver  unos  hombres 
honrados,  i  puestos  en  habito  de  autoridad,  i  que  digan  desvarios  de  que  los  niños, 
et  aun  los  bovos  se  pueden  reír  '. 

I  Copiado,  sin  indicar  la  procedencia,  por  el  ('anonigo  Mayans  en  el  tomo  XXIX.  de  papeles 
v.irios.  (Remitido  de  Valencia  por  nuestro  erudito  colaborador  D.  Roque  Chabás,  á  quien  ta.ito 
agradecimiento  debe  nuestra  Revista  por  el  eficaz  concurso  que  la  ha  prestado  y  presta  c:>n  sus 
excelentes  estudios). 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


497 


II 

EL  PLATILLO 

ENTREMÉS  DE  SIMÓN   AGUADO 


AÑO  i6o3 


NOBATO. 


Figuras. 

El  Pobreto.— Nobato, — Ladrones. — Dos  mujeres. — Un  caballero. — Un  criado. 

Un  alguacil. 
(Sile  el  Nobato  solo  cantando.) 

Ayl  recoja  la  ropa  y  a  T Andalucía 

Señor  Nobato,  demos  la  buelta, 

quen*  pintando  la  guinda  por  que  en  esta  tierra 

no  es  tiempo  de  amo.  no  tomo  vn  quarto, 

Ay!  recoxa  la  ropa  quen  pintando  la  guinda 

propia  y  axena  no  es  tiempo  de  amo. 

(Sale  el  pobreto  arrebolado.) 

¿Quien  es  este  mentecato  que  canta  con  tanta  sorna  y  se  sacude  el 
polvo  de  los  ^apatos.^ 

¿Quien  es  este  arrebo9ado  que  me  mira  tan  atento?  Descúbrete  hom- 
bre: es  el  Pobreto! 
Nobato! 

Balgate  con  treinta  cruces. 

Y  a  ti  con  todo  el  Monte  de  Granada  ¿de  donde  bueno? 
De  Balencia  [c]harnamo. 
De  Balencia? 

Sí;  de  las  bodas  de  Su  Magestad. 
Yjo;  pleguete  Dios  que  abrá  sido  linda  bendeja. 
Trabajado  se  a  lo  posible. 
¿En  que  forma? 

Toda  costura,  avnque  lo  mas  an  sido  botones  de  capa  retorcidos. 
¿Fueron  buenas  las  fiestas? 
Famosas. 

¿Queda  Su  Magestad  en  barcada? 
Ya  quedaba  en  Barcelona. 
¿Biste  las  galeras? 

Dalas  al  diablo,  que  en  mi  bidé  tube  peor  dia. 
¿Como  ansi? 

Pero  linda  biesta  (sic)  tenia  la  capitana  de  Andrea  de  Oria!;  los  tbr<jados 
con  almillas  y  bonetes  de  damasco,  los  bancos  aforrados,  los  arbojes  y 
entenas  llenos  de  ñámulas  y  banderolas. 

Hermoso  dorar  de  pildora,  bibe  Dios!  más  quiero  ber  en  Madrid  ia  ta- 
berna de  la  galera  y  el  bodegón  de  [Ejstrada  que  la  Capitana  d*Es- 


POBRETO. 

Nobato. 

Pobreto. 

Nobato. 

Pobreto. 

Nobato. 

Pobreto. 

Nobato. 

Pobreto. 

Nobato. 

Pobreto. 

Nobato. 

Pobreto. 

Nobato. 

Pobreto. 

Nobato. 

Pobreto. 

Nobato. 

Pobreto. 

Nobato. 


Pobreto. 


498  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

paña,  ni  la  Real  del  Papa,  mas  que  las  bolaran  por  ei  ayre  quatro  pi- 
pas de  pólbora. 

NoBATo.  Dalas  al  diablo,  que  solo  oyllas  nonbrar  se  me  rebuclbe  la  sangre;  y  no 
quieras  saber  mas  del  odio  que  las  tengo  que  desde  que  Dios  me  crió 
no  e  [e]ntrado  en  capilla  de  milagros  de  miedo  de  las  galeras,  que  en 
ellas  cuelgan;  ^xomo  está  el  buen  Madrid? 

Pobreto.     Apercibiendo  sus  fiestas  y  estatuas. 

NoBATO.      ¿Ay  materia  en  que  ynprimir  la  forma? 

Pobreto.  No  ay  vn  quarto  en  el  mundo,  todo  se  a  llebado  á  Balencia;  y  ya  se 
buscan  para  hurtar  mas  ynbenciones  que  para  subir  el  agua  del  ar- 
tyficio. 

Nobato.  Apurados  están  los  injenios;  los  sonbrereros  hacen  cada  mes  horma 
diferente,  los  terciopelos  imitan  las  pestañas  y  guarniciones,  los  plate- 
ros inbentan  clabos  y  orejeras  para  el  cabello,  en  las  tiendas  an  puesto 
nonbres  diferentes  á  las  tocas  para  aficionar  las  mujeres;  á  vnas  lla- 
man zarabandas,  á  otras  [c]haconas,  otras  arlequines;  en  las  tabernas 
ay  ta^as  lobadas  con  ramilletes  y  flores;  en  las  posadas  hay  mo^as 
hermosas;  las  damas  cortesanas  alquilan  dueñas  y  estrado  y  fin  jen 
grabedad  porque  la  paga  no  sea  corta  después  del  arrepentimiento;  y 
ansi  no  mespanto  que  los  ladrones  buesquen  nuebas  yndustrias  de 
hurtar,  que  tanbien  es  oficio  en  la  República  y  escusa  mayores  daños. 

Pobreto.     El  ladrón,  como? 

NoBATo.  Hermano,  porque  de  aber  ladrones  senseñan  los  honbrcs  a  cuydado- 
sos  y  soli9Ítos. 

Pobreto.     Hijo,  con  linda  yndustria  paso  la  bida. 

NoBATO.  Oyes,  allá  me  dijeron  que  traias  dos  damas  que  bailaban  la  c[h]acona 
por  estremo. 

Pobreto.  Son  lo  de  hermosura  y  gracia;  y  mientras  que  ellas  bailan  suelo  dejar 
un  aposento  en  la  madera. 

NoBATO.       ¿Y  a  que  benias  por  aqui? 

Pobreto.  Bibe  aqui  vn  yndiano  rico  que  las  a  enbiado  a  llamar  por  questá  afi- 
cionado de  la  vna  de  ellas  y  mientras  que  ellas  llegan  yo  me  bine  vn 
poco  delante. 

Nobato.  Pues  hijo  ya  sabes  que  canto  y  baylo  un  poquito;  si  soy  en  algo  de 
provecho  aqui  estoy. 

Pobreto.  Y  de  mucho  y  mas  que  se  nos  a  ydo  el  colchadillo  questaba  con  nos- 
otros y  as  benido  al  mejor  tienpo  del  mundo  todo. 

Nobato.  Ese,  no  dice  que  es  yndiano?  pues  déjame  con  él  que  yo  le  haré  vna 
burla  que  se  le  acuerde  de  mi  para  mientras  biba. 

Pobreto.     Paso  que  salen;  disimúlate. 
(Salen  el  indio  y  las  dos  mujeres.) 

Indiano.       Digo  Señora  quen  mi  bida  e  bisto  mejores  caras  ni  talles. 

Una.  Ay;  hace  vuestra  merced  burla? 

Indiano.  No  hago  por  Dios,  sino  quen  quanto  e  andado  en  España  no  los  e 
bisto  mejores. 

Otra.  Eso  es  querernos  ha^er  merced. 

Indiano.       Antes  no  digo  tanto  como  ay  en  vuestras  mercedes. 

Una.  Señor  aqui  está  mi  ermano. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


499 


Indiano.       Vuestra  merced  me  tenga  por  su  serbidor. 

Pobreto.  Quedo,  no  haga  vuestra  merced  eso  conmigo,  que  yo  soy  caballero  de 
placer  como  vuestra  merced  lo  es  de  calidad  y  cantidad,  y  porquen- 
tiendo  el  gusto  que  le  pretendo  dar  le  traygo  el  mejor  oficial  que  pone 
mano  en  la  guitarra. 

Indiano.       ^Quien  es? 

Pobreto.     Mi  camarada. 

Indiano.       Seays  muy  bien  venido;  pasa  [a]cá. 

NoBATO.      Pasa  acá  bos?  que  manera  de  hablar  es  esa? 

Indiano.       Huelgóme  que  seays  tan  cortesano  ¿como  es  el  nombre  propio? 

NoBATo.       El  nombre  propio  es  el  arrojado. 

Indiano.  El  arrojado  debe  de  ser  hidalgo  de  hecho  notorio,  porque  de  solar  co- 
nocido jamas  e  oydo  tal  apillido. 

NoBATo.  Es  de  hecho  notorio  porque  ^ierto  día  reñí  con  otro  hidalgo  y  echóme 
por  vnas  escaleras  tan  altas  que  por  ser  milagro  no  aberme  muerto  des- 
de aquel  dia  me  llaman  el  arrojado. 

Indiano.       Notable  diriba^ion;  eme  holgado  en  esiremo  de  oyrio. 

NoBATo.  Pues  ya  que  e  benido,  no  es  ra^on  que  me  baya  sin  que  oygays  algo 
de  lo  que  solemos  hacer;  y  para  oyrlo  poneos  entre  esas  dos  damas,  y 
Don  Pedrillo  y  yo  os  diremos  algo  de  repens. 

Indiano.       Arrojado,  que  es  eso  de  repens,  e[c]háisme  bernardinas? 

NoBATO.       Como  bernardinas?  luego  no  sabeys  ques  repens. 

Indiano.       No  por  Dios. 

NoBATo.       Mira,  los  poetas  llamamos  al  hablar  de  repente,  repens. 

Indiano.       DicildJ  de  repente  noramala  y  no  me  hablcys  de  repens. 

NoBATo.  A  ora  bien,  bengan  esas  guitarras  y  oyreys  vnos  disparates  que  se  hi- 
cieron en  Balencia  a  las  bodas  de  Su  Magostad,  ea  Don  Pedrillo,  bengan 
esos  ynstrumentos;  ea  señoras  abi^or,  nadie  se  muestre  lerda,  e[c]hede 
ber  este  príncipe  que  le  deseamos  dar  todo  contento;  poneos  enmedio 
y  escu[c]had. 

MiTJER  2.*    ¿Que  le  parece  a  vuestra  merced  del  compañero? 

Indiano.       Digo  ques  célebre  honbre. 
(Cantan.) 

NobIto?'     Q^^"^^  ^''^P^  ^^^^' 

de  Poniente  y  de  Lebante 

gran  jente  en  Balencia  entró» 

pero  ninguno  ygualó 

la  gala  de  Clarídante; 

bino  el  conde  Don  Roldan 

caballero  en  Calaynos, 

y  el  caballo  de  Lonjinos 

encima  del  preste  Juan; 

vn  sacristán, 

vn  cayman, 

tres  conejos 

sin  pellejos, 
y  entre  dos  gatos  bermejos 
vna  primera  pasante, 


pero  ninguno  ygualó 

la  gala. 
Bino  luego  Doña  Hurraca, 
enferma  del  calbairueno, 
pidiendo  al  Dotor  Galeno 
vn  par[c]he  de  taca  maca, 

vna  haca 

vieja  y  flaca 

en  un  pastel; 

(Jorobabel 
con  el  moro  «Brabonel» 
y  Gülias  el  jiganie, 
pero  ninguno... 


5oo 


REVISTA  DE  ARCHIVOS 


Entró  después  de  conpletas, 
con  perejil  y  mostaza. 
Marte,  en  vna  calabaza 
todo  lleno  de  poetas; 

tres  planetas 

con  sus  tetas, 


vna  hormiga 

sin  bejiga, 
metiéndole  en  lá  barriga 
á  Mahoma  vn  pujábante; 
pero  ninguno  ygualó 
la  gala  de  Claridante. 


(Mientras  an  estado  cantando,  las  dos  mujeres  le  an  estado  sacando  lo  que  tiene 
en  las  faldiqueras.) 

Indiano.  Digo  ques  la  mejor  cosa  que  [he]  oydo  muchos  dias  a  ¡balame  Diosl 
y  que  buena  [c)han9onetaI,  y  que  bien  cantada!  y  que  berso  tan  bien 
limado!  es  bonísimo  por  todo  estremo!  Arrojado,  no  ay  otra  nobedad 
alguna  de  las  que  se  vsan  en  la  corte  que  gustada  de  ber  algo  ya  que 
se  a  ofre9¡do  ocasión?  que  lo  ques  la  paga  yo  me  ofresco  que  sera 
muy  a  gusto. 

No  trate  vuestra  merced  deso  que  nosotros  ganamos  mu[c]ho  en 
que  se  quiera  serbir  de  lo  poco  que  balemos,  mas  si  en  casa  vbiera  al- 
gunos platos  de  plata  todavía  nos  animáramos  a  darle  gusto. 
La  bolsa  le  e  sacado  con  doblones,  que  en  el  sonido  los  e  conocido. 
Y  yo  otra  y  un  pañuelo. 

Ben¡[d]  acá,  principe;  no  abeys  oydo  decir  la  [cjhacona  del  platillo? 
No;  aquello  de  las  escobas  e  oydo. 

Eso  es  vn  disparate;  hace[d]  traer  vnos  platos  y  vnos  jarros  y  vereys 
vna  de  las  mejores  cosas  que  abeys  visto. 
Jarros  y  platos  ¿para  que? 

Mira[dl,  haceldos  sacar,  pues  yo  os  lo  d/go,  y  bereyslo; 
No  quede  por  eso,  ¡hola! 
Señor  ¿que  manda  vuestra  merced? 

Anda,  saca  vnos  platos  y  unos  jarros  de  plata,  que  tan   bueno  es  eso 
del  platillo;  cosa  nueba  debe  de  ser  agora! 
(Ba  por  ellos.) 

Es  tan  nuebo  que  apenas  lo  abemos  baylado,  y  ansy  yo  entiendo  que 
os  a  de  dar  mucho  guesto. 
Bea  [alqui  vuestra  merced  lo  que  pidió. 

Benga;  beys  estos  platos?  pues  atándoselos  estas  damas  por  la  cintura 
con  estas  ligas  ha^en  baylando  vnos  panderetes  que  suenan  del  ciclo, 
y  con  lo  gueco  del  plato  acompañan  á  los  ynstrumentos  mucho  mejor 
que  las  escobas;  mas  lo  que  os  alabo  entre  otras  cosas  solo  es  la  mu- 
danza de  la  fuente,  ques  vna  de  la»  mejores  cosas  que  jamas  abreys 
bisto  y  mas  el  berta  mudar  andando  dan9ando  que  es  de  mu[c]ho 
injenio. 

Indiano.       Que?  se  a  de  mudar? 

NoBATO.       Todo,  que  no  quede  nada  sin  perder  el  conpas. 

Indiano.       Arrojado,  parece  que  se  arman. 

Una.  Contra  bobos. 

Otra.  Vuestra  merced  me  parece  que  lo  habrá  menester;  es  tarde,  paciencia. 

Indiano.       Qué,  tanto  tengo  de  gustar  de  berlo? 

Otra.  Antes  llorar. 

Indiano.       Pues  tanto  he  de  reír. 


NOBATO. 


Una. 
Otra. 

NOBATO. 

Indiano. 

NoBATO. 

Indiano. 

NOBATO. 

Indiano. 
Criado. 
Indiano. 


NoBATO. 

Criado. 

NOBATO. 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS 


5oi 


Una.  No,  si  no  gustar  de  berlo. 

NoBATO.       De  aquí  a  un  rato  lo  bereys. 

(Ponense  en  sus  puestos  y  empiezan  á  baylar.) 


[Clhiquí,  [c]hiquí,  morena  mia, 
si  es  de  noche  ó  si  es  de  día; 
bamonos  bida  á  Tanpico, 
antes  que  lo  entienda  el  mico, 
que  algui[e]n  mira  la  [c]hacona 
que  ha  de  quedar  he[c]ho  mona. 
Aunque  en  platillo  tocamos 
platillo  estamos  ha9Íendo 
del  necio  que  lo  está  oyendo 
y  no  be  que  le  [elngañamos; 
quatro  los  quatro  llevamos 
partida  está  la  porfía 
(c]hiquí,  [c]hiquí,  morena  mia 
si  es  de  no[c]he  ó  si  es  de  dia; 


bamonos  uida  á  Tampico 
antes  que  lo  entienda  el  mico, 
que  alguien  mira  la  [c]hacona 
que  ha  de  quedar  he[c]ho  mona. 
Toca  la  espalda  morena 
y  luego  el  pe[c]ho  me  toca, 
que  me  a9es  duel^e  la  boca 
en  ber  qve  la  plata  suena, 
y  aquel  jarro  se  condena; 
dame  a  beber  con  el  pico, 
y  antes  que  lo  entienda  el  mico 
bamonos  bida  á  Tanpico, 
que  alguien  mira  la  [clhacona 
que  a  de  quedar  hefcjho  mona. 


(Mientras  andan  baylando  no  se  habla  palabra  y  en  acabando  la  copla  se  ba  ad- 
mirando y  celebrando  lo  que  baylan.) 

Indiano.      Arrojado,  la  mudan9a  de  la  fuente. 

NoBATo.       Ya  bá,  que  no  nos  descuydamos  de  esa  mudanza. 

La  mudan9a  de  la  fuente  bamo  a  Sibiya  pariente 

es  que  nos  bamos  mudando,  y  agamosle  la  mamona, 

el  que  a  de  quedar  llorando  que  alguien  mira  la  [cjhacona 

es  la  fuente  y  no  lo  siente;  que  a  de  quedar  he[c]ho  mona. 

(Banse.) 

Indiano.  Digo  que  tenia  razón  el  Arrojado,  ques  la  mejor  cosa  que  [he]  bisto 
jamás.  ¡Balame  Dios!  que  uien  baylado,  y  que  a  son,  y  con  sus  apa- 
riencias! Y  aquella  mudanca  de  la  fuente  que  bien  he[c]ha  y  con  que 
lindo  enredo!;  no  te  parece  que  es  bueno? 

Criado.  A  mi  muy  bien  me  a  parecido,  que  lo  an  he[clho  muy  uien,  mas  ¿don- 
de an  ydo? 

Indiano.  Anse  entrado  á  disfracar  de  otras  figuras  questos  son  diablos,  saben 
mu[c]ho,  ha^en  cosas  notables  y  traen  muy  buenos  adornos;  yo 
apostaré  que  quieren  hacjer  otra  máscara  diferente  de  lo  pasado;  anda, 
be,  mira  si  se  acaban  de  bestir. 

Criado.        Ya  boy. 

Indiano.  (^ierto  que  los  honbres  que  no  gustan  desto  que  son  vnos  ediotas,  y 
mas  los  que  biben  en  lugares  donde  ay  falta  de  entretenimiento. 

Criado.        Oye  vuestra  merced;  no  están  en  la  recamara  ni  en  la  sala. 

Indiano.  Pues  mire  qucstaran  en  el  patio,  questa  más  desocupado,  para  bestirse 
bolando,  y  mira  si  an  menester  algo,  dáselo  luego;  cierto  ques  pere- 
grina jente,  no  me  acabo  de  admirar  de  quan  bien  lo  hacen  y  que  dies- 
tros están  en  ello,  es  cosa  que  espanta. 

Criado,  Señor,  señor,  no  están  en  el  palio  ni  en  toda  la  casa  y  á  la  puerta  falsa 
e  aliado  el  escritorillo  quebrado. 

Indiano.       Que  dices?  Bienes  en  ti? 


5o2 
Criado. 

Indiano. 


REVISTA  DE  ARCHIVOS 


Indiano. 


Digo  que  no  están  en  casa  muy  de  beras  y  que  se  an  llebado  quanto 
an  podido. 

Jesús!  Bolando  llámame  á  la  justicia  que  me  an  robado  ;o  ladrones! 
lo  que  yo  truxe  de  las  Yndias  ¡volando  á  la  justicia!  lomen  las  puertas 
del  lugar  no  se  nos  bayan  ¿que  a^eys,  o  ladrones! 
(Baosc.  SalcQ  los  ladrones  y  las  mujeres  bestidos  de  negros  cantando.) 
Canaria  bona  fanfalalán  falalán. 

(Sale  vn  alguacil  y  el  yndío  y  su  cryado.) 

Ande  vuestra  merced  señor  alguacil  que  agora  en  este  punto  me  di;en 
que  uan  por  aqui;  oyga,  oyga  questos  nos  dirán  de  ellos. 
Alguacil.    Que  digo  buena  jente!  ¿Abeys  bisto  por  aqui  dos  honbres  y  dos  mu- 
jeres? 

(Cantan.) 

Mulaticos  del  potro  los  que  son  judíos 

danzando  ban  los  estorbaran, 

en  el  dia  de  Dios  porque  los  hidalgos 

y  en  el  de  San  Juan;  lugar  les  darán. 

Alguacil    Téngalos  vuestra  merced  que  yo  soy  cristiana  biejo. 

[Cantan.] 

Canaria  bona... 

Llegue  y  infórmese  que  me  an  robado. 

Tene[d]  que  no  digo  si  no  que  si  abeys  bisto  vnos  ladrones. 

(Cantan.) 

Esta  danqa  a  he[c]ho  nunca  tenga  vn  pan, 

aquesta  civdad,  plega  á  Dios  que  muera 

a  quien  mal  parcfje  en  vn  ospital; 

Dios  le  haga  mal;  canana  bona 

quien  nos  detubiere  fanfalalán  falalán. 

(Siempre  que  acaban  las  coplas  cantan.) 

Yo  me  voy  tras  ellos, 
que  gusto  me  dan. 
Platos  de  mi  alma 


Indiano. 
Alguacil 


Alguacil 

Indiano. 

(Cantan.) 


Indiano. 
(Cantan.) 


Si  no  fuera  rico 
sintiéralo  mas. 


Ya  nos  beré  mas. 

Sepa  ques  vn  tonto 
calle  V  ande  acá. 


Pues  sy  aqueso  tyene 
que  pena  le  da?; 
canaria  bona 
fanfalalán  falalán. 


(Y  cantando  y  danzando  acaban  el  entremés.  Kn  Granada  á  i6  de  Julio  de  1C02 
años.  Simón  Aguado.  Rubrica.) 

Biblioteca  Nacional.  Mss.  Sección  del  Teatro.  Vv.  154. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  5o3 


NOTAS  BIBLIOGRÁFICAS 


The  Philippine  islands  1493-1803.— Explorations  by  Early  Navigators, 
Descripiions  oí  the  I§lands  and  iheir  Peoples,  iheir  Hislory  and  Records  of  the 
Catolic  Missions,  as  related  in  coniemppraneous  Books  and  Manuscripls,  sho- 
wing  the  Poliiical,  Economic,  Comercial  and  Religious  Conditions  of  those 
Island  from  their  earliest  rclations  wilh  European  Nations  to  ihe  beginning  of 
ihe  Nineieenlh  Cenlury,  translaied  from  ihe  origináis,  edited  and  annotaied  by 
Kmma  Helen  Blair  and  James  Alexander  Robertsoi^,  with  historical  iniro- 
fluciion  and  additional  notes  by  Edward  Gaylord  Bourne... — The  Arthur  H. 
Clark  Company,  Cleveland,  Ohio,  MCMIII. — 4.** 

Apenas  consolidada  la  dominadón  norteamericana  en  Filipinas,  los  yankis 
emprenden  la  publicación  de  una  serie  de  cincuenta  y  tantos  tomos  en  que  repro- 
ducirán los  documentos,  relaciones,  manuscritos  y  obras  que  el  título  de  la  colec- 
ción indica. 

Y  no  bien  comenzada  ésta,  la  prensa  nos  avisa  ya  que  un  comisionado  especial 
de  aquel  gobierno  viene  á  España  con  sueldo,  para  nosotros  fabuloso,  á  recoger 
en  nuestros  Archivos  documentos  relativos  á  Filipinas.  Consolémonos  con  que, 
siquiera  en  esto,  nos  parecemos  á  los  yankis:  las  iniciativas  oficiales  van  aquí  y 
allí  detrás  de  las  particulares. 

Si  conocer  uj\  pueblo  es  camino  adelantado  para  dominarle  y  gobernarle,  los 
norteamericanos  empiezan  bien  su  obra,  puesto  que  comienzan  desde  los  primeros 
días  lo  que  nosotros  no  hicimos  en  tantos  años  de  posesión,  y  bien  claramente 
podrán  formarle  idea  los  tagalos  de  la  diferente  actividad  de  sus  sucesivos  domi- 
nadores. Únicamente  podemos  alegar  en  nuestro  descargo  que  todos  los  materiales 
con  que  la  obra  está  formada  nos  pertenecen. 

Desde  luego  se  advierte  en  esta  colecciór»  el  carácter  eminentemente  práctico 
del  país  en  que  se  publica:  tomos  que  no  llegan  á  400  páginas  elegantemente  pre- 
sentados y  en  4.°  (aquí,  menos  del  folio  ordinario,  ningún  otro  hubiese  parecido 
propio, de  tal  obra),  con  ilustraciones  mapas,  esmerada  impresión  y  buen  papel,  y, 
lo  que  á  nosotros  nos  parece  más  extraño,  todos  los  documentos  traducidos  al 
inglés.  Sólo  tres  en  el  primer  tomo  y  uno  en  ^l  segundo,  quizá  tanto  por  su  bre- 
vedad como  por  su  interés,  llevan  al  frente  de  la  traducción  inglesa  el  original 
castellano,  y  son  dos  cartas  de  Carlos  V  al  rey  D.  Manuel  de  Portugal,  á  Fer- 
nando de  Magallanes  y  á  Ruy  Falero,  ambas  de  iSig,  un  extracto  de  una  carta  de 
Indias  de  1622  y  una  carta  dirigida  á  Miguel  Salvador  de  Valencia;  todo  lo  demás, 
las  Bulas  de  demarcación  y  los  documentos  referentes  á  ésta,  los  tratados  de  Tor- 
desillas,  Vitoria  y  Zamora,  los  documentos  sobre  la  vida  y  viaje  de  Magallanes, 
las  expediciones  y  viajes  de  García  de  Lcaysa,  Alvaro  de  Saavedra,  Ruy  López  de 
Villalobos  y  Miguel  López  de  Legazpi,  y  muchos  documentos  y  cartas  á  ellos 
pertenecientes,  están  traducidos  al  inglés. 

Los  colectores  alegan  como  razón  de  esta  traducción  general  el  estar  la  obra 
principalmente  destinada  á  los  estudiantes  yankis  que  no  conocen  el  castellano,  y 
desde  luego  se  nota  que  se  han  propuesto  hacer  obra^de  vulgarización,  como  lo. 

3.»  iPOCA.— TOMO  VIII.  36 


504  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

demuestra  el  insertar  tablas  cronológicas  de  los  Papas  y  casas  reinantes  de  España 
y  Portugal  y  las  frecuentes  citas  y  remisiones  al  Diccionario  enciclopédico  Hispa- 
no-Americano. 

Precede  á  la  obra  una  introducción  histórica  escrita  por  el  profesor  de  la  Uni- 
versidad de  Yale,  ICdward  Gaylord  Bourne.  V  haremos  notar  finalmente  que  es 
una  mujer  la  editora  de  esta  obra,  Miss  Emma  Helen  Blair,  en  colaboración  con  el 
erudito  escritor  James  Alexander  Robertson. 

J.  P. 

Tapices  de  la  Corona  de  España.  Reproducción  en  fototipia  de  i35  paños, 
por  Hai'Ser  y  Menet.  Texto  del  Excmo.  Sr.  Conde  Víi  do  de  Valencia  de 
Don  Juan,  individuo  de  número  de  la  Real  Academia  de  la  Historia. — Madrid. 
Imp.  ^Sucesores  de  R¡vadeneyra».i9o3.— Fol.  apaisado.  Dos  tomos.  85  páginas 
de  texto  á  dos  columnas.  Láminas  fototípicas  sueltas. 

Los  dos  grandes  álbums  de  que  consta  esta  obra,  llamada  á  formar  época  en 
la  bibliografía,  aparecen  cuidadosamente  enperrados  en  sendas  carpetas,  cuyas 
lapas  ostentan  el  águila  negra  de  los  Austrias  sustentando  el  escudo  de  España  de 
('arlos  V,  que  evoca  nuestra  época  de  poderío,  cuando  la  nación  se  enriqueció  con 
numerosas  obras  maestras  del  .Arte  italiano  y  del  flamenco.  Junto  á  tal  emblema 
se  lee  el  título  trazado  en  capitales  góticas. 

Abierta  cualquiera  de  las  dos  carpetas,  se  halla  en  hojas  sueltas  un  cuaderno 
de  texto  y  una  serie  de  láminas:  el  texto,  debido  al  señor  conde  de  Valencia  de 
Don  Juan,  director  de  la  Armería,  en  cuyo  Catálogo,  del  que  hablamos  oportuna- 
mente, probó  su  competencia  y  su  sólida  crítica  en  materias  históricas  y  arqueo- 
lógicas, haciéndose  esperar  por  lo  mismo  con  afán  el  trabajo  que  desde  mucho 
tiempo  preparaba  de  los  tapices;  las  láminas,  ejecutadas  en  fototipia  por  los  edito- 
lores  de  la  publicación,  Sres.  Hauser  y  Menet,  con  la  habilidad  y  el  esmero  que  en 
trabajo  de  tal  empeño  obligaba  á  esperar  el  acierto  demostrado  en  otros  análogos. 

Para  los  arqueólogos,  la  obra  es  un  catálogo  ilustrado;  para  los  artistas,  un 

álbum  de  láminas  con  texto  explicativo.  L'nos  y  otros  hallarán  conveniente  la 

dicha  disposición  de  láminas  y  texto  en  hojas  sueltas,  pues  le  facilita  su  manejo  y 

el  estudio  de  los  infinitos  y  preciosos  detalles  que  encierra  aquel  interesante  con- 

'  junto. 

Sin  hipérbole,  puede  decirse  que  la  colección  de  tapices  formada  por  nuestros 
monarcas  desde  los  días  de  Isabel  la  Católica,  no  lienc  rival  en  Europa,  de  la  que 
han  sido  asombro  en  varias  exposiciones  nacionales  y  universales  varias  de  las 
ricas  piezas  que  la  componen. 

En  el  período  de  la  revolución,  el  Sr.  Cruzada  Villaamil  y  otras  personas  inte- 
ligentes pensaron  en  la  conveniencia  de  establecer  en  El  Escorial  un  Museo  de 
tapices  con  esa  colección  incomparable. 

El  Rey  D.  Alfonso  XII,  celoso  de  la  conservación  de  tan  preciado  tesoro,  dis- 
puso en  1879  que  fueran  reproducidos  por  la  fotografía  (lo  que  ejecutó  la  casa 
Laurcnt)  todos  los  lapices,  facilitando  por  tal  medio  su  conocimiento,  y  en  caso 
de  pérdida  de  alguno  de  ellos,  su  hallazgo  é  identificación,  y  encomendó  el  trabajo 
de  catalogar  la  colección  al  citado  señor  conde  de  Valencia  de  Don  Juan.  Por  lo 
unto,  la  obra  presente  viene  á  ser  la  realización  de  la  idea  concebida  entonces,  y 
tanto  más  necesaria,  cuanto  que  por  conservarse  cuidadosamente  guardadas  esas 
tapicerías,  raras  veces  han  sido  del  dominio  público. 


BIBLIOTECAS  Y    MUSEOS  5o5 

Ciento  treinta  y  cinco  son  los  paños  publicados.  El  catalogador  nos  dice  al 
final  de  su  trabajo  que  hubieron  de  quedar  inéditos  53,  por  ser  imposible  re- 
producirlos á  causa  de  ser  los  que  decoran  los  muros  del  regio  alcázar,  más  284 
de  calidad  secundaria,  arrojando  tales  cifras,  sumadas  á  aquélla,  un  total  de 
424  tapices  flamencos,  reunidos  en  el  real  patrimonio  de  España  bajo  la  Casa  de 
Austria. 

También  quedan  inéditos,  esperando  análoga  ocasión  á  la  presente  para  mani- 
festarse al  público,  los  lapices  de  la  fábrica  de  Madrid,  entre  los  cuales  atraen  es- 
pecialmente aquéllos  cuyos  cartones  son  debidos  al  insigne  Goya. 

La  colección  publicada  es  muy  suficiente  para  dar  idea  de  la  perfección,  el  buen 
gusto  y  la  riqueza  del  trabajo  realizado  en  los  telares  de  Flandes  á  fines  del  siglo  xv 
y  durante  el  siglo  xvi,  ó  sea  en  la  época  mejor  de  la  tapicería  y  cuando  no  había 
altoliseros  en  Europa  que  pudieran  competir  con  los  flamencos;  la  época  también 
en  que  el  arte  de  la  pintura  se  mostró  más  pujante  y  rico  en  el  género  decorativo, 
que  dio  vida  á  la  tapicería.  Lo  publicado  es,  por  consiguiente,  lo  más  selecto  que 
en  su  clase  se  conoce. 

El  catálogo,  conciso  en  extremo,  denotando  claramente  que  uu  autor  huyó  de 
toda  amplificación  y  aun  de  pararse  en  detalles  que  pudieran  hacer  larga  y  pesada 
la  lectura,  es  más  histórico  que  descriptivo,  considerando  sin  duda  que  huelga 
toda  pintura  literaria  donde  puede  ofrecerse  verdadera.  El  interés  de  este  trabajo, 
de  carácter  sobrio  y  sencillo,  está  en  las  noticias  reunidas,  sin  duda  á  costa  de  lar- 
gas investigaciones,  perseguidas  con  tenacidad  durante  un  espacio  de  tiempo  que 
no  está  representado  por  las  breves  líneas  ó  pocas  palabras  en  que  aquéllas  se 
contienen;  trabajo  cono  en  la  apariencia  y  considerable  en  el  fondo. 

Esas  referencias,  lomadas  de  antiguos  inventarios  y  otros  documentos,  nos  dan 
á  conocer  la  procedencia  de  las  varias  tapicerías  que  componen  la  colección.  De 
ellas,  unas,  las  de  carácter  más  arcaico,  cuales  son  las  de  la  Vida  de  la  Virgen, 
figuraron  en  el  patrimonio  de  Felipe  el  Hermoso  y  doña  Juana  la  Loca;  otras 
fueron  de  la  princesa  Margarita,  mujer  del  príncipe  D,  Juan  de  Castilla;  otras  de 
la  princesa  de  Portugal,  primera  mujer  de  Felipe  II.  Del  Emperador  Carlos  V  pro- 
ceden varias,  entre  ellas  la  magnífica  de  la  Conquista  de  Túne^,  que  mandó  fabri- 
car el  famoso  Pannemaker  de  Bruselas,  cuyos  talleres  recibieron  constante  pro- 
tección de  la  hermana  del  César,  doña  María  de  Hungría;  y  de  Felipe  II  hay  más 
de  las  que  dada  su  proverbial  austeridad  pensaríamos  atribuirle. 

El  catalogador  nos  dice  además  las  fiestas  memorables  de  la  Corte  á  cuyo  es- 
plendor contribuyeron  unas  ú  otras  tapicerías.  Por  ejemplo,  la  de  la  Conquista  de 
Túne\  se  lució  por  primera  vez  en  Londres,  con  ocasión  del  casamiento  del  prín- 
cipe D.  Felipe  (luego  II  del  nombre)  con  María  Tudor;  el  llamado  Dosel  de  Car- 
los V,  compuesto  de  lapices  con  asuntos  de  la  Pasión,  fué  utilizado  en  Bruselas 
en  la  ceremonia  de  la  abdicación  del  Emperador  en  su  hijo,  al  cual  sirvió  luego  en 
los  actos  de  Corte  en  El  Escorial.  La  tapicería  de  los  Pecados  capitales  figuró  con 
otras  en  el  suntuoso  decorado  del  pabellón  que,  bajo  la  dirección  del  insigne  don 
Diego  Velázquez,  fué  levantado  en  la  isla  de  los  Faisanes  para  la  entrega  de  la  in- 
fanta María  Teresa,  hija  de  Felipe  IV,  á  su  prometido  Luis  XIV. 

A  estas  noticias  zc  añaden  los  textos  de  las  leyendas  que  suelen  aparecer  en  los 
tapices;  la  marca  de  los  talleres  flamencos  de  que  salieron,  v  otras  particularidades 
de  interés  arqueo!ó(i¡co,  sin  que  falten  nombres  ó  referencias  de  los  afortunados 
artistas  á  quienes  s;n  debidos  los  cartones  ó  modeles. 


5o6  *  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

Las  láminas,  de  tamaño  32  X  42,  son  de  trabajo  acabado,  en  el  que  se  aprecia 
desde  luego  la  claridad  de  la  reproducción.  Cada  hoja,  de  magnífica  cartulina,  con- 
tiene un  paño  ó  tapiz.  Todos  sus  caracteres  y  detalles,  hasta  los  más  menudos,  es 
dable  apreciar,  todos,  menos  el  color;  y  con  una  lente  es  apreciable  hasta  el  tejido. 
La  propiedad  que  tiene  el  procedimiento  de  la  fototipia  de  acusar  mucho  el  detalle, 
da  tanto  valor  á  estas  reproducciones  de  los  tapices,  nunca  más  acabadas.  Este  es, 
sin  duda,  el  trabajo  de  nwiyor  empeño  que  ha  ejecutado  la  casa  de  Hauser  y  Menet. 

Por  lo  que  se  refiere  al  punto  de  vista  principal,  que  es  el  artístico,  el  conjunto 
que  ofrecen  tales  láminas  es  admirable. 

A  las  tapicerías  citadas  se  unen  las  no  menos  notables  de  los  Honores,  del  Apo- 
calypsiSy  de  Vertumnio  y  Potnona,  de  la  Historia  de  Roma,  y  de  Ciro  el  Grande,  de 
\os 'Actos  de  los  Apóstoles  y  de  las  Tentaciones  de  San  Antonio,  etc.,  manifestando 
la  evolución  del  arte  decorativo  desde  el  gusto  gótico  dé  Van  Dyck  hasta  el  Renaci- 
miento, representado  por  Rafael  Urbino,  á  cuyos  nombres,  que  saltan  á  los' labios 
de  quien  contempla  aquellas  composiciones,  hay  que  unir  el  de  Quintín  Metzys, 
Van  Orley,  Jerónimo  Bosc  y  algún  otro. 

Otro  aspecto  que  avalora  estos  tapices^  es  el  suntuario,  no  solamente  en  cuanto 
á  lo  que  tan  ricos  paños  representan  en  el  decorado  usual  de  pasados  tiempos,  sino 
por  el  sinnúmero  de  detalles  contenidos  en  sus  composiciones. 

La  impresión  del  texto  en  caracteres  elzevirianos,  es  trabajo  correcto  y  elegante 
de  los  Sucesores  de  Rivadeneyra. 

Acaso  hubiera  sido  cómodo  poner  eh  volumen  aparte  y  pequeño  ese  texto  que, 
por  colocarle  al  frente  de  las  láminas,  aparece  en  caja  apaisada  á  dos  columnas. 

La  portada  con  marcado  sabor  de  época,  en  caracteres  góticos  alemanes,  im- 
presa en  rojo  y  negro,  con  los  cuarteles  del  escudo  nacional  en  el  fondo  de  las 
letras  capitales,  es  obra,  lo  mismo  que  la  tapa  de  arriba  descrita,  del  distinguido 
artista  D.  Primitivo  Carcedo. 

Muy  satisfactorio  es  consignar  que  todo  el  trabajo  de  que  hemos  dado  cuenta 
ha  sido  ejecutado  en  Madrid  y  durante  un  año. 

La  edición  ha  sido  corta,  de  i5o  ejemplares,  y  la  suscripción  encabezada  por  \^ 
Real  Casa  cuenta  nombres  de  ilustres  damas,  proceres,  coleccionistas  de  cosas  dé 
arte,  aficionados  y  personas  de  gran  cultura,  muchas  de  ellas  del  extranjero,  para 
el  cual  hay  ejemplares  con  texto  francés. 

Esta  obra  ño  debe  faltar  en  los  centros  docentes,  especialmente  en  las  Escuelas 
de  Artes  é  Industrias,  pues  á  éstas  y  á  las  ciencias  históricas  es  á  quienes  prestan 
mayor  servicio  esta  clase  de  publicaciones,  tan  raras  y  necesarias  en  España. 

José  Ramón  Mélida. 

Les  inseotes  ennemis  des  livres.  Leurs  moeurs.  Moyens  de  les  détruire,  par 
C.  HouLBERT. — París.  A.  Picard.  rqoS. — xxxvni-269  págs.  con  láminas  y  nu- 
merosos grabados  intercalados;  además,  lista  de  94  obras  relativas  al  asunto. 

Entre  nosotros,  poco  aficionados  á  examinar  lo  pequeño  á  priniera  vista,  aun- 
que grande  y  de  efectos  importantes  ó  desastrosos  á  la  postre,  se  acogen  con  cierta 
sonrisa  burlona  y  despreciativa  trabajos  como  el  presente,  aun  entre  los  que  por 
obligación  deben  estudiarlos. 

En  Francia  hay  quien  instituye-premios  anuales,  como  el  de  Marie  Pellechet, 
de  5oo  francos,  y  el  del  Congreso  de  Bibliotecarios,  de  i.ooo,  para  recompensar  es- 
tos estudios,  y  se  encuentran  23  personas  que  aspiren  á  ellos. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  So^ 

Un  jurado,  compuesto  de  eminentes  bibliotecarios  y  de  no  menos  distinguidos 
naturalistas  en  número  de  i5,  han  adjudicado  el  primero  de  los  citados  premios  á 
la  Memoria  en  que  me  ocupo,  y  el  segundo  á  la  señalada  con  el  núm.  ig,  y  escrita 
en  alemán  por  M.  Johan  Bolle,  director  de  la  Estación  de  ensayos  químico-agro- 
nómicos de  Goritz  (Austria). 

Nada  menos  que  1 8  familias,  38  géneros  y  6o  variedades  de  insectos  enemigos  de 
los  libros,  y  por  tanto,  partidarios  del  oscurantismo,  se  registran  ó  estudian  en  esta 
obra.  Algunos  cuentan  hasta  200  especies  que  atacan  libros,  dibujos,-  herbarios, 
colecciones  de  historia  natural,  el  bagaje  principal  de  la  ciencia.  Hay  para  hacer 
temblar  al  más  flemático  bibliotecario.  Y  eso  que  el  autor  no  trata,  por  no  perte- 
necer á  la  especie  en  que  se  ocupa,  de  la  señalada  por  clei-to  colega,  según  cita  del 
mismo  M.  Houlbert,  como  la  más  dañina  y  temible  para  el  libro,  que  es  el  lector 
mismo. 

Hechos  curiosos  que  demuestran  el  poder  destructor  de  tan  antipáticos  bichos 
y  los  grandes  efectos  de  lo  infinitamente  pequeño  se  refieren  en  este  libro,  como  el 
de  la  larva  del  anobio  del  pan,  la  más  temible  de  todas,  que  atravesó  en  toda  su  ex- 
tensión una  tabla  entera  de  obras  de  teología  de  más  de  200  años  de  antigüedad;  el 
de  otra  que  practicó  á  través  de  27  volúmenes  en  folio  una  galería  por  la  que  hu- 
biese podido  pasar  perfectamente  una  cinta  de  cabo  á  cabo;  y  finalmente,  bibliote- 
ca compuesta  de  miles  de  volúmenes  que  en  el  espacio  de  dos  años  hicieron  des- 
aparecer estas  destructoras  larvas.  Lo  cual  se  explica  sabiendo  que  hay  especie ' 
que  puede  dar  cuatro  generaciones  en  un  año,  y  por  tanto,  producir  una  sola  hem- 
bra en  igual  período  810.000  individuos. 

Sobre  todo  en  las  bibliotecas  situadas  en  puntos  como  las  Baleares  y  el  litoral 
todo  del  Mediterráneo  es  donde  los  estragos  de  los  terribles  insectos  son  más  consi- 
derables, pues  la  humedad  y  el  calor  son  elementos  esenciales  para  su  propagación. 

Entre  los  remedios  de  la  plaga  hay  algunos  curiosos,  aunque  todavía  poco  es- 
tudiados, y  que  pertenecen  á  ese  sistema  de  guerra  contra  las  especies  dañinas,  fa- 
voreciendo el  desarrollo  de  sus  enemigas,  y  el  anobio  de  las  bibliotecas  las  tiene 
bien  conocidas.  Pero  aún  es  más  eficaz  el  de  someter  los  libros  úpbjetos  atacados 
á  la  fumigación  con  los  vapores  del  bisulfuro  de  carbono  (C  S2)  en  una  caja  de 
madera,  interiormente  forrada  de  zink.  En  veinticuatro  horas  perecen  huevos,  lar- 
vas, ninfas  é  insectos,  quedando  incólumes  los  libros,  circunstancia  muy  de  apre- 
ciar. La  operación,  sin  embargo,  exige  mucho  cuidado,  por  ser  sumamente  vene- 
nosos dichos  vapores,  y  además  inflamables.  Debe,  pues,  ejecutarse  al  aire  libre  y 
lejos  de  toda  llama.  Las  temperaturas  de  So"  á  óo"*  centígrados  destruyen  también 
los  insectos;  con  la  de  80.°  desaparecen  en  pocas  horas  todos  los  gérmenes;  pero 
padecen  también  encuademaciones,  pergaminos,  etc. 

Son  asimismo  buenos  insecticidas  los  vapores  del  cloro  y  de  la  bencina,  el  for- 
mol,  y  como  preventivos  nada  más,  sin  concederles  la  importancia  que  tan  bien  se 
aviene  á  darles  nuestra  tradicional  pereza,  el  alcanfor,  la  naftalina,  la  esencia  de 
tomillo  ó  de  almendras  amargas. 

Nada  suple  á  la  limpieza  de  los  estantes  y  tablas,  al  frecuente  sacudido  de  los 
libros  uno  con  otro,  á  la  renovación  del  aire  aprovechando  los  días  en  que  el  vien- 
to es  fuerte  y  fresco. 

El  libro  en  que  me  ocupo  debe  estar  sobre  la  mesa  de  todo  bibliotecario  celoso, 
y  su  consulta  y  las  aplicaciones  que  aconseja  pueden  evitar  daños  irreparables. 

A.  P.  Y  M. 


5o8  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

ZHscursos  de  modallaB  y  antigflodades  que  compuso  el  muy  ilustre  señor 
D.  Martin  de  Gurrea  y  Aragón,  Duque  de  Villahermosa,  Conde  de  R  i  bago  rza, 
sacados  ahora  á  luz  por  la  Kxcmá.  Sra.  D.*  María  del  (Carmen  Aragón  Azlor, 
actual  Duquesa  del  mismo  título,  con  una  noticia  de  la  vida  y  escritos  del 
autor,  por  D.  José  Ramón  Mélida,  de  la  Real  Academia  de  San  Fernando, 
bibliotecario  de  la  Casa  de  Villahermosa. — Madrid.  Imp.  de  la  V.  é  H.  de  M. 
Tello.  1902.  [Al  final:  igoS.]— 4.*^  m.,  cu-141  págs. 

Kste  libro,  digno  de  alabanzas  bajo  todos  conceptos,  es  uno  de  los  más  ricos  y 
de  buen  gusto  que  se  han  publicado  este  año  en  nuestra  patria;  adórnanlo  hermo- 
sas fototipias  que  reproducen  los  retratos  de  los  Duques  de  Villahermosa  y  Condes 
de  Ribagorza,  pintados  por  Rolam  de  Mois  con  no  gran  corrección  aunque  sí  de 
mucho  carácter;  curiosas  estampas;  artísticas  arcas;  El  Rapto  de  Europa,  obra  de 
Tiziano  y  no  pocas  monedas  y  esculturas  como  ilustración  de  lo  que  escribió  don 
Martín  de  Gurrea. 

En  la  Noticia  preliminar,  el  Sr.  Mélida  traza  con  no  común  erudición  las  bio- 
grafías de  los  antepasados  de  D.  Martín  de  Gurrea,  algunos  de  ellos  insignes  por 
sus  hechos  tanto  como  por  su  regia  ascendencia;  tales  son  D.  Alonso  de  Aragón, 
hijo  de  Juan  II  y  primer  Duque  de  Villahermosa,  fiel  á  su  padre  en  las  sangrientas 
y  enconadas  luchas  de  agramonteses  y  beamonteses  y  acerca  de  cuya  vida  pro- 
yectó Lope  de  Vega  escribir  una  comedia.  D.  Juan  de  .Aragón,  hijo  de  D.**  María 
Junquers,  la  «que  fué  robada  por  hermosas  y  luego  mostró  excelentes  condiciones 
de  gobernante  rigiendo  el  Condado  de  Ribagorza.  Unido  en  matrimonio  D.  Juan  con 
D.*  María  López  de  Gurrea  la  rica-hembra,  aumenta  considerablemente  sus  rentas  y 
obtiene  por  sus  servicios  en  la  guerra  de  Granada  y  en  la  del  Rosellón,  el  Virreinato 
de  Ñapóles,  y  el  nombramiento  de  Capitán  General'en  la  Liga  contra  Venecia.  Aficio- 
nadísimo al  estudio  de  las  antigüedades  reúne  objetos  de  arte.  Notables  son  también 
las  semblanzas  de  D.  Alonso-Felipe  de  Gurrea,  carácter  impetuoso,  dado  á  resolver 
por  la  fuerza  sus  contiendas  con  otros  nobles,  y  autor  de  algunas  obras  en  prosa 
y  verso.  La  grandeza  moral  de  D."  Luisa  de  Borja,  esposa  de  D.  Martín,  ha  moti- 
vado el  que  éste  no  sea  tan  conocido  cual  merecía;  verdad  es  que  lejos  de  mostrar 
condiciones  de  estadista  se  atrajo  el  odio  de  sus  vasallos,  los  ribagorzanos,  dando 
lugar  á  una  guerra  civil  enconada  que  complicándose  luego  con  la  cuestión  de  los 
moriscos  aragoneses  amenazó  con  un  segundo  incendio  á  nuestra  patria,  y  que  con 
sus  aventuras  novelescas  se  mostró  indigno  de  tan  santa  mujer;  más  cortesano  que 
guerrero,  á  pesar  de  lo  bien  que  se  condujo  en  la  batalla  de  San  Quintín,  distin- 
guióse principalmente  por  su  amor  á  la  erudición  arqueológica. 

Dos  métodos  cabían  en  la  publicación  de  los  Discursos  de  medallas  que  com- 
puso D.  Martín:  reproducir  el  texto  sin  procurar  identificar  las  monedas  deque  en 
el  se  trata,  en  vista  de  lo  difícil  que  es  llegar  á  un  resultado  cierto,  dada  la  conci- 
sión con  que  en  dicho  libro  se  describen  los  objetos  arqueológicos,  ó  intentar 
llenar  este  vacío.  Kl  Sr.  Mélida  se  ha  decidido  con  buen  criterio  por  el  segundo, 
pues  aunque  es  verdad  que  por  ser  las  monedas  de  distinto  módulo  es  problemá- 
tico decir  á  qué  tipo  se  refería  el  Duque,  y  qué  sabios  nui-»^ismáticos  hubiesen  pre- 
ferido ver  los  círculos  en  blanco,  sin  corchetes  ni  aditamentos  de  ningún  género, 
croemos  que  nada  sale  perdiendo  la  ciencia,  una  vez  que  no  se  da  á  la  ilustración 
otro  valor  que  el  de  una  conjetura  más  ó  menos  fundada. 

M.  S.  Y  S. 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  SOQ 

VARIEDADES 


EGIPTO.  Se  ha  descubierto  en  Egipto  un  poema  griego  de  Timoteo  de  Milcto, 
rotulado  Los  Persas,  escrito  hacia  el  año  400  antes  de  J.  C.  Del  papiro  que  lo  con- 
tiene se  ha  publicado  un  facsímil  en  Berlín.  Trátase  del  más  antiguo  manuscrito 
literario  helénico  que  hasta  ahora  se  conoce.  M.  Reinach,  que  lo  ha  estudiado  mi- 
nuciosamente, halla  gran  semejanza  de  estilo  ^nire  dicha  obra  y  las  de  Lico- 
fron.— Mss. 

ESPAÑA.— Cíit//;;.  En  una  casa  del  barrio  de  Santa  María  que  se  estaba  reedi- 
ficando, se  han  encontrado  tres  tumbas,  conteniendo  una  de  ellas  un  esqueleto; 
las  otras  dos  encerraban  huesos,  cenizas,  monedas  y  otros  objetos  que  por  sus 
caracteres  se  cree  sean  fenicios. — fcp. 

Corií/ía.— Ha  fallecido  en  Vilancosta  (Coruña),  el  ilustre  escritor  gallego  Don 
iMarcial  Valladares  Núñez.  Era  licenciado  en  Derecho  é  individuo  correspondiente 
de  la  Real  Academia  Española.  Falleció  á  los  ochenta  años,  habiendo  dedicado  su 
vida  al  cultivo  de  las  letras.  Deja  publicadas  obras  importantes,  entre  ellas  un 
Diccionario  gallego -castellano,  una  Colección  de  refranes  gallegos, 
varias  novelas  y  otros  trabajos  literarios. — fcr. 

Madrid.  El  día  3  de  Marzo  se  celebró  una  solemne  velada  en  el  Círculo  de 
SanLnis  para  celebrar  el  vigésimo  quinto  aniversario  de  la  coronación  del  Santo 
Pontífice  León  ZZZZ.  El  Sr.  Menéndez  y  Pelayo  leyó  un  Sencillo  homenaje,  tan 
elocuente  que  no  podemos  resistir  á  la  tentación  de  copiar  algunos  párrafos.  «Era- 
se un  juglar  que  haciendo  la  alegre  vida  de  los  de  su  oficio,  había  pasado  la  mejor 
parte  de  su  juventud  tañendo  y  cantando  en  las  plazas  públicas  y  en  las  mansiones 
señoriales  las  gestas  de  los  héroes  antiguos  y  otras  materias  de  apacible  y  ho- 
nesta recreación.  Y  para  dar  más  solaz  á  la  plebe,  solía  acompañar  estas  recitacio- 
nes con  otras  habilidades  de  danzas,  juegos  de  manos,  escamoteos  y  diversos  pasa- 
tiempos ingeniosos.  Y  aconteció  que  este  juglar,  como  era  bueno  y  humilde,  y  en 
los  trances  de  su  vida  andariega  no  había  dejado  perder  las  semillas  de  piedad 
y  doctrina  que  recibió  en  su  infancia,  vino  á  parar  en  su  vejez  á  un  devoto  mo- 
nasterio, donde  vivía  como  hermano  lego,  haciendo  los  menesteres  más  ínfimos  de 
la  comunidad,  porque  no  llegaban  á  más  sus  alcances.  Y  como  viese  que  en  aque- 
lla santa  casa  todos  tenían  especial  devoción  á  la  Virgen  Nuestra  Señora  y  Aboga- 
da, y  procuraban  servirla  cada  cual  según  su  talento,  uno  escribiendo  preciosos 
códices  de  sus  milagros  y  loores,  otro  adornándolos  de  vistosas  miniaturas,  otro 
labrando  primorosas  imágenes  de  talla  y  colores,  discurrió  él  también  servirla  á  su 
manera  y  según  su  ardiente  devoción  se  lo  aconsejaba.  Y  como  se  encontrase 
ayuno  de  todo  género  de  artes,  salvo  las  que  había  ejecutado  en  ferias  de  villorrio 
y  en  los  andurriales  del  camino  de  Santiago,  pensó  rendir  acatamiento  con  ellas  á 
la  divina  Señora,  y  comenzó  muy  de  madrugada,  cuando  el  templo  estaba  todavía 
silencioso  y  solitario,  á  tañer  delante  de  la  Virgen  su  laúd  (ó  para  hablar  con  más 
propiedad  arqueológica,  su  tfiola  ó  su  rota,  porque  era  juglar  épico),  y  á  cantar 
aquellos  trozos  de  sus  canciones  que  más  cornados  ó  morabetinos  le  habían  vali- 
do. Y  para  reforzar  más  el  prestigio  del  canto,  le  acompañaba  con  lo  más  selc:to 


5 10  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

de  su  repertorio  de  acróbata,  hasta  caer  rendido  de  fatiga  á  fuerza  de  saltos,  cabrio- 
las y  contorsiones.  Acertó  á  entrar  el  prior  del  Monasterio,  grande  y  severo  teólogo, 
y  sorprendido  con  tan  extraño  é  irreverente  género  de  devoción,  dirigióse  al  lego  en 
ademán  de  reprenderle;  pero  ¡cuál  seria  su  asombro  cuando  vio  que  del  laúd  del 
juglar  brotaba  una  lumbre  sobrenatural  y  milagrosa,  y  que  la  Virgen  bajaba  del 
altar  para  enjugar  con  un  paño  que  tenia  en  sus  divjnas  manos  el  sudor  que 
bañaba  la  frente  del  pobre  cantor  ambulante.  Este  ejemplo  tan  sabido  y  vulgar, 
nos  enseña  que  no  hay  estado  ni  condición,  por  humilde  que  sea  y  profano  que 
parezca,  en  que  no  puedan  florecer  las  esperanzas  inmortales  que  anticipan  el 
galardón  prometido  al  que  persevera  en  la  senda  de  la  piedad  y  de  la  justicia.  Dios, 
que  tuvo  misericordia  del  gentil  y  del  publicano,  no  ha  de  desoir  los  ruegos  de 
estos  pequeñuelos  llamados  artistas,  literatos  y  científicos,  que  con  limpio  corazón 
busquen  su  huella  á  través  de  las  pompas  de  la  naturaleza,  de  los  sangrientos  y 
ejemplares  castigos  de  la  historia,  de  los  prodigios  del  razonamiento  y  del  análisis 
que  dominan  la  materia  rebelde,  y  la  miden,  y  pesan,  y  especulan  é  inducen  sobre 
ella  para  convertirla  en  dócil  instrumento  del  hombre;  y  finalmente,  á  través  del 
triunfal  cortejo  de  formas  vivas,  que  realizando  la  obra  suprema  y  simbólica  de  la 
fantasía,  animan  con  vida  palpitante  y  densa  las  grandes  masas  arquitectónicas, 
respiran  con  aliento  humano  en  el  mármol,  en  el  bronce,  en  la  tabla,  en  el  lienzo, 
ó  se  difunden  en  las  ondas  del  verbo  sonoro,  ya  sujeto  al  yugo  del  ritmo  poético, 
ya  independiente  de  él,  para  recrear  la  mente  de  los  humanos  con  fugaces  aspiracio- 
nes y  vislumbres  de  una  idealidad  más  alta».=t!l  i8  de  Mayo  dio  el  señor  Cejador 
en  el  Ateneo  de  Madrid,  su  última  conferencia  de  este  curso,  acerca  de  Filología 
comparada.  Hizo  un  resumen  de  sus  pasadas  explicaciones;  examinó  el  lenguaje 
como  manifestación  del  pensamiento  y  de  las  emociones  y  como  sonido  articu- 
lado; trató  del  método  para  investigar  el  proceso  de  la  generación  del  primitivo 
idioma;  de  las  primeras  ideas  que  hubo  de  expresar  el  hombre,  ó  sean  los  demos- 
trativos éste,  ese,  aquél,  basados  en  las  relaciones  espaciales.  Esludió  los  principios 
psíquicos  del  lenguaje  y  la  relación  entre  la  sensación  y  los  movimientos  reflejos. 
Acabó  exponiendo  el  cromatismo  de  los  sonidos,  teoría  novísima  y  peregrina.=El 
Ateneo  de  Madrid  en  junta  general  extraordinaria,  celebrada  á  i6  del  corriente,  y 
en  virtud  del  reglamento  aprobado,  anunció  el  segundo  concurso  al  premio  Felipe 
Benicio  Navarro,  consistente  en  i.Soo pesetas.  El  tema  sobre  que  han  de  versar  los 
trabajos  es:  Estudio  arqueológico  y  artístico  de  un  monumento  español 
de  arquitectura  militar  de  la  Edad  Media.  El  término  para  la  presentación 
de  dichos  trabajos  expirará  el  i5  de  Abril  de  np4,  á  las  cinco  de  la  tarde. — mss.== 
El  Ministerio  de  Instrucción  pública  comisionó  á  D.  Pelayo  Quintero  para  estu- 
diar los  mosaicos  de  carácter  romano  recientemente  descubiertos  en  Sevilla.  Ter- 
minada su  comisión  ha  presentado  en  el  citado  Ministerio  una  notable  memoria 
en  la  que  describe  y  explica  los  mosaicos  hallados,  proponiendo  al  mismo 
tiempo  los  medios  conducentes  al  renacimiento  de  tan  antigua  é  importante 
industria.  Completan  este  trabajo  varias  fotografías  y  láminas  en  colores,  he- 
chas con  arle  por  el  Sr.  Quintero.— rcR.= Venciendo  su  modestia  y  á  ruego  de 
varios  admiradores  suyos  ha  publicado  la  señora  Marquesa  de  Bolaños  un  vo- 
lumen de  poesías,  las  más  de  ellas  en  italiano;  entre  éstas,  especialmente,  hay  al- 
gunas que,  por  la  sencillez  elegante  de  la  forma,  la  delicadeza  del  sentimiento  y 
su  espontaneidad,  sin.  mezcla  de  falso  convencionalismo,  son  dignas  de  sinceros 
elogios. — MSS. 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS  •  '     5ll 

Vigo.  El  día  10  de  Abril  falleció  D.  Eugenio  Krapf,  uno  de  los  editoras  más 
cultas  y  de  más  profundo  amor  á  los  estudios  literarios  que  había  en  la  península. 
Nacido  en  la  Suiza  alemana,  residió  en  España  la  mayor  parte  de  su  vida;  primero 
en  Sevilla  y  después  en  Vigo.  Últimamente  había  hecho  una  magnífica  edición  de 
El  Conde  Lucanor,  reproduciendo  fielmente  el  códice  de  Puñonrostro,  y  editaba 
una  curiosísima  miscelánea  de  D.  Adolfo  Bonilla,  rotulada  Anales  literarios  de 
España^  y  una  novela  de  D.  Juan  Valera,  titulada:  Meditaciones.  Utopias  sobre  la 
educación  humana. 

ESTADOS  UNIDOS.  Invitado  el  insigne  erudito  norte-americano  Mr.  William 
R.  Shepherd,  quien  actualmente  se  halla  en  Madrid,  para  que  publicase  en  nuestra 
Revista  un  estudio  acerca  de  la  organización  de  los  Archivos  en  los  Estados 
Unidos,  ha  dirigido  al  Sr.  D.  Vicente  Vignau  la  siguiente  carta  que  reproducimos 
íntegra: 

Sr,  D.  Vicente  Vignau  y  Ballester, 

Jefe  del  Archivo  Histórico  Nacional. 

Muy  señor  mió:  Tengo  el  gusto  de  entregar  á  usted  la  breve  reseña  que  sigue  de 
los  Archivos  Nacionales  de  los  Estados  Unidos,  la  cual  servirá  como  base  de  un 
artículo  que  me  propongo  escribir  para  la  Revista  de  Archivos. 

En  las  observaciones  siguientes  me  limitare  á  describir  muy  ligeramente  los 
Archivos  Nacionales  de  los  Estados  Unidos,  teniendo  presente  que  cada  Estado 
individual  de  ios  cuarenta  y  cuatro  que  constituyen  la  nación  posee  su  propio 
Archivo,  y  se  puede  decir  lo  mismo  de  las  varias  ciudades,  y  hasta  de  las  muchas 
sociedades  históricas  de  los  Estados,  las  cuales  poseen  también  fondos  riquísimos 
de  manuscritos  é  impresos. 

A  decir  la  verdad,  no  hay  en  los  Estado  Unidos  ningún  Archivo  nacional  y 
tampoco  Archivos  públicos.  Fuera  de  lo  que  ^ueda  dicho  en  el  párrafo  anterior, 
hasta  el  gobierno  federal  tiene  su  documentación  oficial  muy  esparcida  entre  los 
despachos  de  los  tres  ramos  de  la  administración,  ejecutivo^  legislativo  y  judicial. 
El  sistema  constitucional  del  país,  con  sus  muchos  Estados  casi  independientes, 
impide  el  que  se  pueda  formar  un  depósito  nacional  de  documentos,  mas  en  cam- 
bio hay  en  los  Estados  Unidos  menor  causa  de  deplorar  esta  falta  que  si  tal  ocu- 
rriera ¿n  los  países  de  Europa. 

Para  explicar  esta  aserción  hay  que  saber  que  se  ha  acostumbrado  á  publicar 
desde  el  principio  de  la  existencia  nacional  de  los  Estados  Unidos,  una  gran 
parte  de  los  materiales  importantes  de  la  historia  que  han  dimanado  del  Gobierno 
federal.  Además  de  las  publicaciones  gubernativas  es  de  observar  que  se  han  publi- 
cado por  medios  públicos  y  particulares  las  biografías  y  escrituras,  más  ó  menos 
completas,  de  los  grandes  hombres  de  Estado.  Todos  estos  documentos  así  pu- 
blicados son  perfectamente  accesibles  en  muchas  Bibliotecas  públicas  y  univer- 
sitarias. 

Sin  embargo,  existen  millares  de  manuscritos  inéditos  de  suma  importancia 
para  la  historia,  especialmente  los  papeles  del  Congreso  Continental,  y  la  corres- 
pondencia oficial  y  particular  de  los  presidentes  de  los  Estados  Unidos  anteriores 
al  año  i836,  y  la  de  otros  personajes  públicos.  Esta  clase  de  documentos,  que  poco 
á  poco  se  siguen  publicando,  se  hallan  ahora  en  el  Archivo  de  la  Secretaría  ó  De- 
parlamento de  Estado  [Department  of  State]  en  Washington.  La  mayor  parte  de 
ellos  está  puesta  en  carpetas  y  encuadernada.  Todos,  también,  tienen  índices,  y 
algunas  colecciones  especiales  están  provistas  de  inventarios  razonados,  de  los  cua- 
les muchos  han  sido  impresos  en  el  «Boletín  del  Despacho  de  Rollos  y  Biblioteca 
del  Departamento  de  Estado»  [Bulletin  of  Rolls  and  Library  of  ihe  Department  of 
State]. 

Con  respeto  al  reglamento  para  consultar  los  manuscritos  del  Departamento 
de  Estado,  se  debe  tener  presente  que  como  hay  que  suponer  no  es  público  el 
Archivo,  y  no  está  permitido,  tampoco,  ver  los  documentos  más  recientes  que  por 
su  carácter  quedan  reservados;  también,  bajo  ninguna  circunstancia  emprende  la 
secretaría  del  Departamento  el  trabajo  de  escoger  documentos  para  particulares 


512  PEVISTA  DE   ARCHIVOS 

sobre  algún  asunto  cualquiera;  ó  de  mandar  copiarlo^  después  de  hecha  la  se- 
lección. 

Sin  embargo,  se  facilita  sin  grandes  reparos  la  entrada  al  investigador,  cuyo 
cuidado,  responsabilidad  y  buena  fe  se  haya  asegurado  antes  por  medio  de  una 
carta  dirigida  al  Secretario  de  Kstado  en  la  cual  es  menester  indicar,  tan  concisa  y 
definitivamente  como  sea  posible,  los  manuscritos  que  quiera  examinar,  su  objeto, 
y  el  espacio  de  tiempo  que  proponga  dedicar  á  dicho  trabajo.  Y  una  vez  consegui- 
do el  permiso,  el  investigador  ha  de  tener  presente  que  puede  trabajar  únicamente 
bajo  las  condiciones  que  impongan  la  conveniencia  del  Ministerio  y  la  iransac- 
ción  continua  de  sus  negocios. 

Además,  se  han  puesto  las  reglas  especiales  que  si|;ucn: 

1 .  No  se  permite  llevar  á  ningún  despacho  de  la  oficina  manuscritos  sacados  del 
^Despacho  de  Rollos  y  Biblioteca,»  en  el  cual  está  colocado  el  Archivo,  hasta  cjue 
un  recibo,  semejante  á  la  papeleta  de  pedido  que  facilita  el  portero  del  Archivo 
Histórico  Nacional,  y  que  describa  el  papel  ó  tomo  pedido,  haya  sido  firmado  por 
el  oficial  que  saca  aquéllo,  y  entregado  al  jefe  ó  encargado  del  despacho. 

2.  Excepto  por  arreglo  especial  en  circunstancias  excepcionales,  no  pueden  sacar 
de  sus  colecciones  los  manuscritos  personas  ajenas  al  despacho. 

3.  Las  horas  de  oficina  son  de  las  diez  hasta  las  cuatro. 

4.  Únicamente  se  permite  el  uso  d-*  índices  ó  inventarios  manuscritos  por 
medio  de  los  oficiales. 

5.  í^ara  consultar  la  Biblioteca  del  Archivo,  además  de  los  manuscritos,  hay 
que  obtener  permiso  especial  del  jefe  del  Despacho. 

Refiriéndome  ahora  al  trabajo  propio  de  la  sección  de  Archivos  del  Departa- 
mento de  Estado  que,  como  se  ha  advertido  antes  se  llama  el  «Despacho  de  Rollos 
y  Biblioteca»  [Bureau  of  Rolls  and  Library),  se  puede  decir  que  los  empleados 
están  ocupados  en  componer,  poner  en  carpetas,  encuadernar,  y  preparar  para  la 
publicación  los  manuscritos.  El  método  de  componer  un  documento  es  el  de  hacer 
más  fuerte  cada  hoja  débil  ó  rota  que  lo  necesite,  y  el  de  colocar  trocitos  de  papel 
para  afianzar  los  manuscritos  sumamente  deteriorados.  El  procedimiento  de  poner 
en  carpetas  es  el  de  adherir  cada  papel  á  un  gozne  de  lino  que  está  pegado  á  su  vez 
á  un  pliego  de  papel  recio,  provisto  también  de  un  gozne  de  lienzo  para  encuader- 
narse después.  Se  encuadernan  los  manuscritos,  así  compuestos  y  puestos  en  car- 
petas, en  volúmenes  ó  tomos,  con  cuero  y  paño,  los  cuales  tienen  el  tamaño  de 
grandes  cuartos  de  fácil  manejo. 

Este  trabajo  técnico  y  práctico  de  hacer  más  útiles  á  los  investigadores  los 
papeles  ha  sido  impedido,  como  sucede  en  muchos  otros  sitios  del  mundo  por 
falla  de  dinero,  y  por  consiguiente  de  espacio,  empleados,  y  á  ve:es  de  inteligencia. 
Y  en  cuanto  á  los  empleados  es  de  confesar  que  aunque  haya  muchos  hombres 
capaces  é  instruidos  que  están  encargados  de  la  conservación  de  los  documentos, 
desgraciadamente  no  tenemos  en  los  Estados  Unidos  un  cuerpo  facultativo  de 
archiveros  y  bibliotecarios  correspondiente  á  el  de  España,  los  conocimientos  y  la 
cortesía  de  los  cuales  hacen  tan  provechosos  los  trabajos  históricos  de  los  españo- 
les, y  de  los  extranjeros  como  yo,  que  tengo  el  honor  de  ser,  señor. 

Su  affmo.  y  seguro  servido?  q.  b.  s.  m. 

WiLi.íAM  R.  Shephebü. 

Madrid,  17  de  Junio  de  í<k)3. 

FRANCIA.  Dos  arqueólogos  franceses,  MM.  Breuil  y  Peyrony  han  estudiado 
la  caverna  prohistórioa  de  Bernifal  (Dordogne)  cuyas  paredes  contienen 
multitud  de  figuras  grabadas;  algunas  de  éstas  representan  el  mammuth,  animal 
propio  del  periodo  cuaternario. 

INGLATERRA.  Mr.  W.  King  ha  descubierto  y  publicado  un  texto  asirlo  anti- 
quísimo en  el  que  se  refiere  de  una  manera  análoga  al  Génesis  la  creación  del 
mundo,  prueba  de  que  en  la  raza  de  Sumcr  se  conservaba,  aunque  no  pura,  la 
tradición  primitiva.  Dicha  relación  difiere  de  la  bíblica  en  que  añade  episodios  de 
luchas  entre  divinidades,  como  entre  Apsu  y  Ea,  Marduk  y  Tiamat,  y  cuenta  que 
el  primer  hombre  fué  hecho,  no  de  barro,  sino  con  la  sangre  del  dios  protector  de 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 


5l3 


Ba3Ílon¡a.=El  laureado  artista  inglés  Fred  Roe  ha  pintado  un  cuadro  cuyo  asunto 
es  la  visita  de  Folipo  lY  á  Yolázquez,  cuando  según  una  tradición  infundada, 
trazó  el  Rey  la  cruz  de  Santiago  en  el  retrato  del  autor  de  Los  borrachos.  The 
Graphic  {i3  de  Junio  de  iqoS)  reproduce  dicho  cuadro. =K1  Museo  británico 
acaba  de  adquirir  un  busto  del  emperador  Augusto,  hallado  en  Chipre.  Parece 
obra  de  un  escultor  griego  contemporáneo  del  César  y  concuerda  con  el  retrato 
que  de  éste  se  conserva  en  las  historias  y  en  otras  estatuas  del  mismo. 

ITAIJA.  Hace  poco  tiempo  quedaron  ultimados  los  trabajos  de  reorganización 
y  ensanche  del  Museo  de  Pinturas  do  Brera,  uno  de  los  más  notables  que 
hay  en  Italia;  verificóse  con  solemnidad  la  inauguración,  asistiendo  el  ministro  de 
Instrucción  pública  Sr.  Nasi.  Dicho  Museo  ha  enriquecido  sus  colecciones  con 
cuadros  tan  notables  como  Los  funerales  de  San  Jerónimo,  por  Lázaro  Bas^tiani; 
San  Pedro  mártir,  San  Juan  Bautista,  San  Francisco  y  Santo  Tomás  de  Aquino, 
por  Gentile  da  Fabriano,  y  l'n  milagro  de  Santo  Domingo,  por  Benozzo  Gozzoli. 
Kntre  las  demás  obras  celebradas  que  contiene,  citaremos  Ei  martirio  de  San  Vidal, 
por  Federico  Barocci  y  el  inmortal  Sposali^io  de  Rafael. =La  cuestión  de  la  auten- 
ticidad del  Santo  Sudario  de  Turín  ha  dado  lugar  á  una  vasta  literatura  que 
consta  de  cerca  de  tres  mil  números  La  Revue  d'Histoire  ccclésiastique  (Marzo 
y  Abril  de  icjoS)  inserta  una  Bibliografía  de  los  xnás  importantes. 


BIBLIOGRAFÍA 


(La  lcn(!ua  C:»  la  base  de  clasiHcición  Je  nuestara  Bibliografía.  En  esta  se  incluyen  todos  \o% 
libros  de  cualquier  orden  y  los  trabajos  de  revistas  publicados  por  individuos  de  nuestro 
Cuerpo,  lo  cual  puede  servir  para  intentar  una  bibliografía  ae  éste:  los  marcaremos  con  un  *. — 
En  la  Bibliografía  de  Revistas  siempre  que  no  se  indique  el  año,  se  entenderá  que  es  el  co- 
rriente.) 


LIBROS  ESPAÑOLES 

li.°  Todos  los  de  historia,  en  la  acepción  más 
amplia  de  la  palabra, desde  lapülíticaá  la  cien- 
tífica, y  los  ele  sus  ciencias  auxiliares,  incluso 
la  (llología  y  la  lingüistica,  que  se  publiquen, 
editen,  reinrípriman  y  extracten  en  la  España 
actual  y  sus  posesiones,  de  autor  español  ó  ex- 
tranjero, en  cualquiera  de  las  habías  españo- 
las, ó  en  ó  fuera  de  España,  de  autor  español, 
en  lenguas  sabias.  2."  Las  ediciones,  reimpre- 
siones >;  antologías  hechas  en  ó  fuera  de  Espa- 
ña, de  libros  de  cualquier  materia  escritos  por 
autores  ya  muertos  no  contemporáneos,  espa- 
ñoles ó  extranjeros,  en  dichas  hablas,  ó  por 
españoles  en  lenguas  sabias,  dentro  de  la  ex- 
tensión de  los  antiguos  dominios  españoles. 
3.«*  Las  traducciones,  arreglos,  refundiciones 
é  imitaciones  publicadas  en  ó  fuera  de  Erpaña 

f)or  autores  vivos,  españoles  ó  extranjeros,  en 
as  mismas  hablas  ó  en  lenj/uas  sabias,  de  obras 
históricas  y  literarias  debidas  á  españoles  ya 
muertos.  4.'°  Los  libros  notables  ori^iilales  cíe 
amena  literatura,  dados  á  luz  en  o  fuera  de 
España  por  escritores  contemporáneos,  espa- 
ñoles ó  no,  en  las  hablas  españolas,  ó  por  escri- 
tores españoles  contemporáneos  en  lenguas 
sabias.  Sy  Los  de  cualquier  materia,  siempre 
que  se  refieran  á  cosas  de  h'spaña,  publicados 
en  las  referidas  hablas  en  aquellas  naciones 
que  no  las  usan,  ó  en  las  mismas  hablas  ó  en 
lenguas  sabias  en  lo'i  pueblos  que  usan  el  cas- 
tellano. Y  ó."  Las  traducciones  hechas  por  es- 
pañoles ó  extranjeros,  á  cualquiera  de  las  ha- 
blas españolas,  ó  por  españoles  á  lenguas  sa- 


bias, de  libros  extranjeros  históricos,  de  cultu- 
ra general,  y  aun  de  amena  Titeratura  cuando 
son  obras  maestras.) 

A<:ki)ü  (D.  Fernando).  Oástulo.  Estudio  his- 
tórico acerca  do  la  creación,  vida  y  existencia 
de  esta  antigua  ciudad  y  sus  relaciones  con  la 
de  Linares.  (Obra)  continuada  y  finalizada  por 
I).  Manuel  .4cerfo.— Madrid.  Est.  tip.  de  la  V.  é 
H.  de  Tello.  1032.  —4.®,  217  págs.— 4  ptas. 

A.NorLo  Laoi.na  (Diego).  Derecho  privado 
de  Vizcaya.— Madrid.  Hijos  de  Reus,  editores. 
19^—4",  275  págs.— 5  pías.  (De  la  Biblioteca 
de  autores  furidicos  españoles  y  extranjeros.) 

Anuario  miiitar  de  España.  Año  191)3.— 
Madrid.  Imp.  del  Depósito  de  la  Guerra.  1903.— 
4.°  m.,  H72  págs.  y  un  retrato  de  S.  M.— ó  ptas. 

Aviles  (.\ngel).  Catálogo  de  las  obras  de 
arte  existentes  en  el  Palacio  del  Senado.— Ma- 
drid. Est.  tip.  Hijos  de  J.  .A.  <5arcía.  1903.— 
8.0,  lio  págs.  Con  ilustraciones. 

Barrio  Folgado  (M.  de).  Historia  del  Tercio 
de  Zamora  y  Regimiento  infantería  del  mismo 
nombre  El  Fiel.— Zamora.  Est.  tip.  de  San 
José.  ioo3.=8.°,  3;n  págs.— i,5o  ptas. 

Blasco  (Eusebio).  Obras  completas.  Tomo  I. 
Primeros  y  últimos  versos.^Madrid.  Lib.  de 


5i4 


REVISTA  DE  ARCHIVOS 


Leopoldo  Martínez.  1903.— a.»,  231  págs.— 3  pe- 
setas. 

BeltrAn  t  Rózpide  (D.  Ricardo)  y  FbrnAn- 
OEZ  Duro  (D.  Cesáreo).  Isidoro  de  Antillón, 
geógrafo,  historiador  y  político.  Discursos  leí- 
dos ante  la  Real  Academia  de  la  Historia  en  la 
recepción  pública  de  D.  Ricardo  Beltrán  y 
Ró^pide  el  día  31  de  Mayo  de  1903.— Madrid. 
Imp.  y  lit.  del  Depósito  de  la  Guerra.  1903.^ 
8.«m.,  182  págs. 

Campo  Gra.nde  (El  Vizconde  de).  Necrología 
del  Excmo.  Sr.  D.  José  García  Barzanallana  y 
García  de  Frías,  leída  ante  I.1  Real  Academia 
de  Ciencias  Morales  y  Políticas  el  día  7  de 
Abril  de  1903.  —  Madrid.  Imp.  del  Asilo  de 
Huérfanos  del  S.  C.  de  Jesús.  1903.— S.**  d.,  23  ps. 
Carqué  de  la  Parra  (K.).  Psicología  de  la 
materia  (Ensayos).— Madrid.  Imp.  de  Celestino 
Novoa.  1903.— 8.°,  63  págs.—!  y  i,5o  pus. 

Casanova  (Sofía).  Sobre  el  Volga  helado. 
Narraciones  de  viaje.— Madrid.  Imp.  de  R.  Ve- 
lasco.  1903.— 12.0, 107  págs.— 0,75  y  I  ptas. 

Catálo(«o  ilustrado  de  la  librería  de  P. 
ViNDEL.  Tomo  tercero.  Obras  españolas  de  los 
siglos  XII  á  xviii.  (Lleva  108  facsímiles  en  ne- 
gro y  cuatro  cromolitografías.)— Madrid.  Im- 
prenta de  José  Rueda.  1903.-8.°  m.,  577  págs.— 
14  ptas.  . 

Comedia  de  Calisto  z  Melitca  (Burgos;  1499). 
Reimpresión  publicada  por  R.  Foulché-Del- 
bosc.— Macón.  Protat  hermanos,  impresores. 
1902.-8.°,  179  págs.— 10  ptas.  (Es  el  tomo  XII  de 
la  Bibliotheca  hispánica.) 

CoRTEJÓN  (D.  Clemente).  La  coartada,  ó  de- 
mostración de  que  el  Quijote  no  se  engendró 
en  la  cárcel  de  Argamasilla  de  Alba.— Barce- 
lona. Por  Pedro  Ortega  y  Pascual.  1903.-8.°  m., 
18  págs. 

Diccionario  de  arquitectura  civil,  religiosa, 
militar  y  legal  por  varios  arquitectos.  Obra 
escrita  en  vista  de  las  más  importantes  que  se 
han  publicado  en  España  y  en  el  extranjero  é 
ilustrada  con  gran  número  de  grabados.— Bar- 
relona.  Est.  tip.  de  Jaime  Vives.  (Madrid.  Li- 
brería de  V.  Suárez.)  Sin  a.  (1903.)— 4.°,  ix-261 
páginas  y  una  hoja  de  erratas.  Tomo  I.  Con- 
tiene las  letras  A-Ch.— 12  y  i2,5o  ptas. 

Fabraquer  (El  Conde  de).  La  expulsión  de 
los  jesuítas.  Revelaciones  históricas.— Valen- 
cia. Imp  de  El  Pueblo.  Sin  a.  (1903.)— 8.°,  214 
páginas.— i  y  i,5o  ptas. 

Farinblli  (D.  Arturo).  Más  apuntes  y  diva- 
gaciones bibliográficas  sobre  viajes  y  viajeros 
por  España  y  Portugal.  (De  la  Rk  vista  de  Ar- 
chivos, Bibliotecas  t  Museos.)— Madrid.  Ti- 
pografía de  la  Revista  de  .Xrchivos.  1903.— 
8.°  m.,  83  págs. 

Fernández  Valbuena  (D.  Ramiro).  La  voz 
de  la  Iglesia  española.— Toledo.  Imp.  de  Rafael 
&  Menor.  1903.— 81.°  m.,  335  págs.— 3  ptas. 


Geny  (Francisco).  Método  de  interpretación 
y  fuentes  en  Derecho  privado  positivo.  Prólo- 
go de  Raimundo  5a/e¿//e«.— Madrid.  Hijos  de 
Reus,  editores.  i9o;2.— 4.®,  638  págs.— 10  ptas. 
(De  la  Biblioteca  jurídica  de  autores  españoles 
y  extranjeros.) 

GÓMEZ  PoMBO  (Félix).  Colmenar  el  viejo  en 
la  antigüedad.  Perfiles  históricos  y  estudios 
del  ganado  bravo.— Madrid.  Imp.  de  R.  Rojas. 
1902.-8.»,  134  págs. 

Hernández  (Dr.  Fortunato).  Las  razas  indí- 
genas de  Sonora  y  la  guerra  del  Yaqui— Mé- 
xico. Casa  editorial  «J.  de  Elizalde».  1902. — 
4.°  d.,  xix-395  págs.  Con  un  retrato  del  autor 
y  profusión  de  láminas  y  grabados.  Contiene 
además  vocabularios  de  las  lenguas  Cahita, 
Yaqui  y  Seri  ó  Kunkaak,  y  una  bibliografía 
de  ésta. 

Kropotkine  (P.).  Las  prisiones.  El  salario. 
La  moral  anarquista.  Traducción  de  Eusebio 
//era«.— Valencia.  Imp.  de  El  Pueblo.  Sin  a. 
(1903.)— 8.°,  2o5  págs.— I  y  i,3optas. 

Labarta  (L.)  Hierros  artísticos;  colección 
de  láminas  representando  los  más  notables 
trabajos  de  forja,  particularmente  los  debidos 
á  los  maestros  castellanos  y  catalanes.— Seix. 
[I9031-— 4>°«  2  vols.  Con  aoo  láminas.  Texto  en 
castellano  y  en  francés. 

Leira  (P.)  Diccionario  biográfico  de  pinto- 
res.—Santiago  de  Chile.  Imp.  Esmeralda.  1903. 
8.°,  viii-55i  págs. 

Lezón  (D.  Manuel).  El  Derecho  Consuetudi<- 
nario  de  Galicia.  Memoria  que  obtuvo  el  se- 
gundo premio  en  el  concurso...  abierto  por  la 
Real  Academia  de  Ciencias  Morales  y  Políticas 
para  el  año  de  1901.— Madrid.  Imp.  del  Asilo 
de  Hucrfanos  del  S.  C.  de  Jesús.  1903.-4.°,  117 
páginas. 

Martínez  Marín  (Dr.  D.  Francisco  María). 
Manual  de  Patrología  y  de  Patrística. — Guada- 
lajara.  Imp.  y  lib.  de  E.  Burgos.  1903. — 8.",  339 
páginas.— 3  ptas. 

Peón  Contreras  (José).  Obras  de...  T.  III. 
Romances  históricos  y  dramáticos.  Pequeños 
dramas.  Colombinas.  Ecos.— México.  Imp.  de 
V.  Agüeros.  1902.-8.*^,  513  págs. 

Reclus  (Elíseo).  Mis  exploraciones  en  Amé- 
rica. Traducción  de  A.  Lópe^  Rodrigo.— Vm- 
Icncia.  Imp.  de  El  Pueblo.  Sin  a.  (1903.)— 8.°, 
226  págs.— I  y  i,5o  ptas. 

RoDRfeuEZ  MouRELo  (Ilmo.  Sr.  D.  José)  y 
EcHEGARAT  (Excmo.  Sr.  D.  José).  Discursos 
leídos  ante  la  Real  Academia  de  Ciencias  exac- 
tas, físicas  y  naturales  el  día  24  de  Mayo  de 
1903.  Tema:  Acción  educadora  de  la  Ciencia.— 
Madrid.  Imp.  de  L.  Aguado.  1903.-8.°  d.,  59 
páginas. 

Romero  Girón  (D.  Vicente)  y  García  More- 
no (D.  Alejo).— Anuario  de  legislación  univer- 
sal. Complemento  de  las  instituciones  políti- 


BIBLIOTECAS  Y   MUSEOS 


5i5 


Cas  y  jurídicas  de  los  pueblos  modernos.  Año 
.    de  1 901.  Apéndice  XIII.  Nuevas  leyes  y  códi- 
gos de  los  Estados  Americanos.— Madrid.  Sin 
imp.  1903.-4.°  m.,  382  págs.— 10  pías. 

Ruiz  C0NTRERA8  (L.).  Misjesuitas.  Recuer- 
dos infantiles.  El  Dios  de  los  pobres.  La  voca- 
ción. Tentaciones.  El  noviciado.  El  novicio.— 
Madrid.  Imp.  Alemana.  1903.-8.°,  36  hojas  sin 
foliar.— I  y  i,5o  ptas. 

SÁNCHEZ  (J.  R.).  Los  grandes  literatos.  Estu- 
dio critico  de  sus  obras  principales.  Segunda 
y  última  parfe.— Ciudad  Real.  Ofic.  Tip.  de 
Pérez  y  Hermano.  1903.-4.°,  págs.  293  á  597  final 
y  una  para  el  colofón.— 6  y  6,5o  ptas. 

Sklgas  (Fortunato  de).  San  Félix  de  Játiva 
y  las  iglesias  valencianas  del  siglo  xiii.— Ma- 
drid. Imp.  de  San  Francisco  de  Sales.  1903.— 
4.°  m.,  27  págs  con  dos  fototipias.  (Del  Boletín 
de  la  Sociedad  española  de  excursionA. 

Shakespeare  (Willi«m).  Hamlet,  tragedia  en 
cinco  actos.  Versión  castellana  de  L.  Fernán- 
de^  de  Aíoraffn.— Barcelona.  Imp.  de  F.  Badia. 
1903.-8.°,  160  págs.— I  y  i,5optas.  (Teatro  an- 
tiguo y  moderno.  Tomo  VI.) 

Solemne  velada  en  conmemoración  del 
XXV  aniversario  de  la  coronación  de  Su  San- 
tidad León  XIII  en  el  Círcujo  patronato  de 
San  Lui<«  el  3  de  Marzo  de  1903.— Madrid.  Est. 
tip.  de  Fortanei.  1903.-8.°,  134  págs. 

SuÁREz  IifCLÁN  (D.  Julián).  El  Teniente  Ge- 
neral D.  Pedro  de  Lucuce;  sus  obras  é  influen- 
cia que  ejerció  en  la  instrucción  militar  de 
España.  —  Madrid.  Imp.  de  .\dministra9iun 
militar.  1903.-8.°  m.,  154  págs. 

Valera  (Luis),  Marqués  de  Villasioda.  Vis- 
to y  soñado.  Yoshi-San  la  Musmé.  La  esfera 
prodigiosa.  El  hijo  del  Banián.— Dyusandir  y 
Ganitriya.— Madrid.  Est.  tip.  de  la  V.  é  H.  de 
Tello.  1903.-8.°,  283  págs. 

Valera  (Juan).  El  superhombre  y  otras  no- 
vedades. Artículos  críticos  sobre  produccio- 
nes literarias  de  fínes  del  siglo  xix  y  princi- 
pios del  XX.— Madrid.  Lib.  de  F.  Fe.  1903.-8.°, 
398  págs.— 3,5o  ptas. 

ViSals  (A.).  Estudios  filosóficos  y  sociales 
sobre  enseñanza  y  educación  en  la  cuestij>n 
religiosa.  Con  motivo  de  algunas  conferencias 
dadas  en  el  Ateneo  de  Madrid,  con  una  carta- 
prólogo-censura  de  D.  Juan  Manuef  Orti  y 
Lara.— Madrid.  Est.  tip.  á  cargo  de  A.  Maro 
1903.-8.°,  xii-468  págs.— 4  y  4,5o  ptas. 

Zapiola  (José).  Recuerdos  de  treinta  años 
(1810-1840).  Quinta  f¿/fctón.— Santiago  (de  Chi- 
le]. Imp.  Mejía.  1902.— 8.°,3iopags.  Eselíomo/X 
de  la  Biblioteca  de  autores  chilenos. 

A.  Gil  Albacete.  •  M.  Serrano  y  Sanz. 

LIBROS  EXTRANJEROS 

(i.°  Los  tratados  universales  y  generales  por 
naciones  y  materias,  de  historia  y  sus  ciencias 
auxiliares,  de  literatura  y  arte,  de  filología  y 


lingflistica.  etc.,  gue  interesen  á  la  erudición 
>  á  la  cultura,  puolicados  en  ó  fuera  de  Espa- 
ña por  españoles  ó  extranjeros  eh  hablas  vul- 
gares no  españoles,  ó  por  extranjeros  en  len- 
guas sabias.  2.°  Los  de  cualquier  materia  es- 
critos por  españoles  en  ó  tuera  de  España  en 
dichas  lenguas  vulgares.  3.^  Los  de  cualquier 
materia,  con  tal  que  se  refieran  á  cosas  espe- 
ñolas,  publicados  por  extranjeros  en  ó  fuera 
de  España  en  lenguas  sabias  ó  en  hablas  vul- 
gares no  españolas.] 

Altmank  (W.)  Architektur  und  Ornamen- 
tik  der  antiken  Sarkophage.— Berlín.  Wied- 
mann.  1903.  — 8.*,  vni-n2  págs.  con  35  gra- 
bados. 

Barxabé  (Le  P.)  Le  Prétoire  de  Pílate  et  la 
forteresse  Antonia.— París.  Imp.  Picard.  1903. 
8.°,  xxiii-35i  págs.  con  32  grabados. 

Calderón  de  la  Barca  (D.  Pedro).  Six  dra- 
mas of  Calderón.  Translated  by  EdwardFitz- 
Gerald.  — London.  Delamore  Press.  1^.— fi.° 
Lleva  un  retinto  de  Calderón,  hecho  por  R.  de 
Egusquiza. 

Cancionero  GERAL.  Continuaban  io  de  García 
de  Resende  compilado  por  Antonio  Francisco 
Barata  e  avallado  pelo  Doutor  Theophilo  Bra- 
ga.—Evora.- 1902.-8.°,  xxv-271  págs. 

CAPASsp  (C.)  La  política  di  Papa  Paolo  III  e 
riulia.  Tomo  /.  — Bologna.  Tip.  Zanichelli. 
I9p2.— 8.°,  436  págs. 

Cartulaire  du  chapitre  de  Saint-Laud 
dWngers  (.Actes  du  xi^  et  du  xii^  siécle),  suivi 
de  la  Vie  de  saint  Silvestre  et  llnvention  de 
la  Sainte  Croix,  poéme  franjáis  du  xii^  siécle 
publié  par  Adrien  P/ancAenau/f.  — Aagers, 
GermainctGrassin.  1903.— 8.°m.,xxiv-20i  págs. 
Cervantes  (M.  de).  Don  Quichotte  de  la 
Manche.— Mesnil  (Eure).  Imp.  Firmin-Didot. 
(1903.]— 8.°,  191  págs.  con  66  grabados. 

Clark  (J.  W.)  The  care  of  books.  An  essay 
on  the  development  of  librarles  and  their  fif- 
tings,  from  the  earliest  times  to  the  end  of  the 
18*"  Century.— Cambridge.  Universily  Press. 
1903.-4.°,  xviii-327  págs.  f 

OoRBANí  (P.)  Jeanne  d'Arc.  París.  Imp.  Pi- 
card et  Kaan.  (1903].— 8.°,  136  págs.  con  14  gra- 
bados. 

Chanson  (La)  de  Roland.  Texte  critique,  tra- 
durtioo  et  commentaire,  grammaire  et  glos- 
saire  par  Léoo  Gautier. — Tours.  Imp.  Mame. 
I'9^]— »8  ^'Lii-OoG  págs. 

DiTCHUKLD  (P.  a.)  The  Cathedrals  of  Great 
Britain.  Their  History  and  Archiiecture.— 
London.  Dent.  1963. — 8.°,  xn-452  págs. 

DocuMENTS  ponti/icaux  sur  la  Gascogne, 
d'aprés  les  Archives  du  Vatican.  Pontifical  de 
Jean  XXII  (1316-1334).  Textes  publiés  et  anno- 
tés  pour  la  Societé  historique  de  Gascogne  par 
labbé  Louis  Guérard.  T.  //.— Auch.  Imp.  Co- 
charaux.  1903.-8.°.  164  pags. 

Faulquier  (B.)  Frédéric  Ozanam.  L'homme 
et  l'oeuvre.  Prélace  du  R.  P.  Baudrillart.  í* 


5i6 


REVISTA  DE  ARCHIVOS 


^rfiíion  .  — Poiiicrs.  Societé  fraD^aisc  d  impr. 
1903.— 18.®.  XV1-175  págs. 

Fitzmal'rice-Keli.y  (James).— Lope  de  Vega 
and  thc  spanish  drama  being  the  Taylorian 
lecture  (1902).—  Glascow.  üowans  ¿t  Gray.— 
LondoQ.  R.  Brimlcy  Johnson.  i()02.— 8.°,  63  pá- 
ginas. 

Gilliat-Smith  (E.)  The  Story  of  Bruges.— 
London.  Deni.  1903.— 12.",  .\ii-42o  págs. 

Grovssac  (P.)  l'ne  cnigme  liitérairc:  le  «Don 
Quichotte»  d'Avellaneda  (le  Dramc  espagnol; 
Philologie  amusante;  Hernani;  Carmen),  par... 
direcieur  de  la  Bibliothéque  nationale  de  Bue- 
nos Aires.— Mácon.  Imp.  Protat.  1903.  —  ló.'*, 
X11-318  págs. 

IIastings  (G.)  Siena,  its  Architecture  and 
Art.— London.  De  la  More  Press.  1903.-4.°,  60 
páginas. 

Heitz  (P.)  Les  fíligranes  des  papiers  conte- 
nus  dan^  les  archives  de  la  ville  de  Strasbourg. 
Strasbourg-IIitz.  1903.— 4.°,  xi-8  ^ágs.  con  gra- 
bados. 

HiRZEi.  (H).  Ex-libris.  Vorwori  von  M.  Sem- 
rau.— Berlín.  Fischer  und  Franke.  1903.-4.", 
70  láminas  y  8  páginas  de  texto. 

HouLBERT  (C.)  Les  insectes  concmis  des  li- 
vres  (Leurs  raoeurs;  moyens  de  les  détruirc). 
Blois.  Grand  Imprimerie.  1903.-8.",  xxxvin-274 
páginas  con  grabados. 

Krafft  (Hugues).  A  travcrs  le  Turkcstan 
Russe.  OuVrage  illustré  de  dcux-ceni-soixan- 
te-cinq  gravures  daprés  les  clichés  de  l'au- 
tcur  et  contcnant  une  carie  en  couleurs.— Pa- 
rís. Ilachettc  et  C.'*^  1902.— 4."  m.,  vii-228  pá- 
ginas. 

Lafenestre  (G.)  y  Riciitenberger  (E.)  La 
Peínture  en  Europc.  Rome:  le  Vatican,  les 
Eglises.— París.  Soc.  Ir.  d"cd.  dart.  1903.— 8.*, 
xxii-375  págs.  con  100  laminas. 

Meu.nikr  (J.  M.)  La  prononciation  du  latín 
classiquc.— Nevers.  Imp.  Valliére.  1903. —  8.", 
viii-38  pags. 

MoNkitousE  (C.)  .\  History  and  description 
of  chínese  Porcclain.  With  notes  by  S.  W. 
Bushell. —Lonóon.  Casscll.  1903.-8.°,  118  pá- 
ginas con  24  láminas. 

PiAT  (C.)  Aristüte.— Mesnil  (Eure).  Imp.  Fir- 
min-Didot.  1903.— 8.".  vni-396  págs. 

Poi.i  (ü.  de).  Le  Pape  l'rbain  IV.  Rcchcrchcs 
sur  sa  famille  et  son  blasón.— Vannes.  Imp.  La- 
folye.  1903. — 8.",  253  págs.     . 

Pl'ech  (Ain¿).  Rcchcrche*  sur  le  Discours 
aux  grccs  de  Taiicn,  suivies  d'une  traduction 
lran<;iisc  du  Discours  avcc  notes.— Chartrcs. 
Imp.  Durand.  i9.)3.— 8."  m.,  i5H  págs.  (Publica- 
das en  la  HiblUtthkquc  de  la  Faculté  des 
Leí  tres.) 

Stokes  (H.)  Vclázquc/,  his  lile  and  work  .— 
Loodon.  Art  Record  Press.  10  »;5  — S.^',  78  pa- 
gioas  con  17  grabados. 


Si'Pi.Nüd.  B.)  L'incoronazione  di  Ferdinan- 
do  d'Aragona.  gruppo  in  marmo  di  Benedetto 
da  Maiano  nel  Museo  Nazionale  del  Barge- 
lio.— Firenze.  Sceber.  1903.-8.°,  14  págs.  con 
un  grabado. 

Ventvri  (.\.)  Le  Madone:  Represéntaiion» 
de' la  Vierge  dans  l'art  italicn.^Paris.  Gaul- 
tier.  1933.-4.°,  ix-444  págs. 

WiLi.iA.MS  (Leonard).  Matcd.  A  romantic 
drama  in  four  acts.  — London.  Cassell  aod 
Company.  1903.-8.°.  64  págs.  (El  asunto  de 
este  drama  es  el  trágico  ñn  del  conde  de  Vi- 
llamediana.) 

M.  Serrano  y  Sanz. 

REVISTAS  ESPAÑOLAS 
[i.°  Los  sumarios  íntegros  de  las  revistas 
congéneres  de  la  nuestra,  consagradas  exclu- 
sivamente al  estudio  de  España  y  publica- 
das en  cualquiera  de  las  hablas  españolas  en  ó 
fuera  de  España:  los  títulos  de  estas  revistas 
van  de  letra  cursiva.  2.°  Todos  los  trabajos 
históricos  y  eruditos  acerca  de  cualquier  ma- 
teria, según  el  amplísimo  criterio  expuesto, 
que  nguren  en  los  sumarios  de  las  revisus  no 
congéneres  de  la  nuestra,  escritas  en  dichas 
hablas  en  ó  fuera  de  España.] 

La  Alhambra.  31  Mayo  1903.  Remembranzas 
de  los  Andes.  Impresiones  de  un  viaj^,  por 
Francisco  Fernández  Pes^uíro.— Documentos 
y  noticias  de  Granada,  por  5.— Notas  biblio- 
gráficas, por  y. 

Boletín  de  la  Real  Academia  de  la  Histo- 
ria. 1903.  Junio.  Emanuéle  Thérése.  Su  histo- 
ria, por  la  Infanta  Doña  María  de  la  Paz, 
Princesa  Luis  Fernando  de  Baviera  (J.  Gome ^ 
de  -IríícAe).— Discursos  de  medallas  y  anti- 
güedades que  compuso  Don  Martín  deGuRRSA 
.Y  Aragón,  DiyiE  .de  Villahermosa  (.Adolfo 
Herrera).— Don  Roscl  de  Grecia,  representa- 
ción teatral  en  l.i  corte  de  D.  Felipe  II  [publi- 
cada por  SoLSA  ViTERBol  (Cesáreo  Fernández 
Duro).  (Es  un  juicio  de  dos  cartas  que  escribió 
acerca  de  dicho  asunto  doña  Bernarda  (>ou- 
linha.l— El  Loaysa  de  £7  celoso  extremeño' 
por  F.  RoDRKiUEz  Marín  (J.  M.  Asensío).— Mo- 
numentos romanos  de  San  Juan  de  Camba, 
Córdoba,  Linares,  Vilches,  Cartagena,  Barce- 
lona y  Tarrasa,  por  Fidel  Fita.— Don  Ciríaco 
M.  >  igil  y  Suárez-Bravo,  por  Cesáreo  Feruan- 
de^  /)uro.— Tapices  de  la  corona  de  Españ.i 
(publicados  por  el  Conde  vn  do  dk  Valencia 
DE  DON  Jian],  por  el  Marqués  de  Laurencin,— 
El  Emperador  Carlos  V  y  su  corte  (1522-1539), 
por  .\.  Rodrigue^  l"i7/a.— Barcelona  romana. 
Su  primer  período  histórico,  por  Fidel  Fita. — 
Invcniario  de  las  antigüedades  y  objetos  de 
arto  que  poste  la  Real  Academia  de  la  Histo- 
ria, por  Juan  Catalina  (larcía. 

La  i.n-DAD  DK  Dros.  5  Junio  ic.03.  I'n  pueblo 
mártir,  por  el  P.  .\ntonino  M.  Tonna-llar- 
//if/. -.\pósiül  V  mártir  (el  Hmo.  P.  Francisco 
Picardi,  por  el   P.   Julián   Hodrigo.^XÁÜQO^ 


BIBLIOTECAS  Y    MLSEOS 


5i7 


griegos  y  su  influencia  en  España,  por  el  P.  Bo- 
nifacio Ilompanera.—Loíí  himnos  de  la  fiesta 
de  San  Agustín,  por  íJébin  fiawrfliw.- Biblio- 
grafía. 

La  España  .moheuna.  i."  Junio  1903.  La  cues- 
tión de  Santo  Domingo,  por  Jerónimo  liccker.— 
Feminismo,  por  Adolfo  Posada.— FA  primer 
conflicto  entre  dos  soberanías  (Fernando  Vil 
y  las  Cortes  de  1820J,  por  Juan  Pére:^  de  Gu¡i' 
tnan.— La  trata  de  negros,  por  Augusto  A/ar- 

•tine^  0/wírfi7/a.- Lecturas  americanas,  por 
Hitpanus.—Cróoicst  literaria,  por  E.  Gómeí^  de 
Baquer o. —Kcy i fitüL  de  revistas,  por  Fernando 
^Iraw/o.—Notas  bibliográficas,  po."  Rafael  Cas- 
tillo. 

Kuskal-erria.  10  Marzo  1903.  Los  comune- 
ros de  Guipúzcoa,^por  el  Marqués  de  Seoane.— 
Célebres  marinos  bascongados.  El  teniente 
general  de  la  Armada  D.  José  de  Mazarredo 
(1745  á  1812),  por  D.  Manuel  Dia^  y  Rodri- 
gue!^. =20  Marzo.  Bizcaya.  San  Juan  de  la 
Peña  (vulgo  Ga/telugach),  fotograbado  y 
apuntes  histórico-descripti.vos.  —  Los  comu- 
neros de  Guipúzcoa,  por  el  yfarqués  de  Seoa- 
ne (conclusión). =30  Marzo.  La  música  po- 
pular bascongada,  por  D.  Resurrección  María 
de  jii^/Euf.— Noticias  bibliográficas  y  literarias. 
Historia  general  de  Bizcaya,  por  D.  Estanislao 
Jaime  de  Labayru. — Cuento  santo,  por  don 
Antonio  Trueba.=\o  Abril.  La  música  po- 
pular bascongada  (continuación),  por  D.  Re- 
surrección María  de  .l^Au^.— Curiosidades  do- 
nostiarras: estampas  y  planos,  por  D.  Francisco 
L<ípf;-^t/én.— Tudela.  Fotograbado,  acompa- 
ñado de  apuntes  histórico-dcscripti  vos. —Iluar- 
te.  Fotograbado  y  apuntes  histórico-dcscrip- 
livos.=20  Abril.  La  música  popular  bascon- 
gada (continuación),  por  Resurrección  María 
de  Ai{kue.—  L2i  europeización  de  Egipto,  por  el 

.  Marqués  de  Casa-Torre.— l^n  idioma  de  30.001) 
almas  bien  atendido  [el  de  los  grisones],  por 

D.  Teiesforo  de  Aran ¡^adi.— Celebres  marinos 
bascongados.  El  Teniente  general  D.  Cosme 
Damián  Churruca  y  Elorza,  por  I).  Francisco 
Lope  ^- Alen. 

La  ilustración  Española  v  .Amkrica.na.  ¿y? 
Marzo  1903.  La  .\cademia  del  gato  (conclusión). 
por  E,  de  Lm.s/o/ió.— El  LXXIV  aniversario  del 
natalicio  del  poeta  nacional-argentino  Carlos 
Guido  y  Spano,  por  Juan  Pére^  de  Guarnan.  - 
Esculturas  de   la  Catedral  de  Chartrcs,  por 

E.  5erra;io/'íj/iga/i.— Grabados:  Carlos  Guido 
y  Spanc— (Catedral  de  Charires.=3o  .Marzo. 
Esculturas  de  la  <'atcdral  de  Charircs,  por 
E.  Serrano  /''a/iga/i.— Grabados:  Catedral  de 
Chirtres.=8  .\  br  i  1 .  Viajes  á  Tierra  Santa.  I'n 
plano  de  la  antigua  Jcrusakn.por  Felipe  /Vjv^ 
y  Gon  ^ále!^.-  El  arte  en  las  iglesias  de  Madrid. 
Las  Descalzas  Reales,  por  Manuel  Mesonen» 
Romanos.  — Gt Abados:  Plano  de  Jcrusalén.— 


1 5  .Abril.  El  arte  en  las  iglesias  de  Madrid. 
Las  Descalzas  Reales  (continuación),  por  Ma- 
nuel Mesonero  Romanos. =22  .Abril.  Desde 
Roma.  Camino  de  las  Catacumbas  de  San  Ca- 
lixto, por  R.  lialsa  de  la  Vega.— El  arte  en  las 
iglesias  de  Madrid.  Las  Descalzas  Reales  (con- 
clusión, por  M.  Mesonero  Romanos.— Graba- 
dos: Roma.  Lr.s  Catacumbas  de  San  Calixto.— 
8  .Mayo.  Los  Decanos  de  las  Cortes  y  de  los 
Ministerios  desde  la  muerte  del  rey  Fernan- 
do Vil  hasta  la  de  D.  Alfonso  XII  (1834-188!^). 
por  Juan  Pére^  de  Guarnan.— El  castillo  de 
Benisanó,  prisión  del  rey  de  Francia  Francis- 
co I,  por  Bernardo 5¿/ic/ie;í  Abadía.  =  22  M  ayo. 
Luis  Vélez  de  Guevara.  Nuevos  datos  para  su 
biografía.  Su  partida  de  bautismo,  por  Felipe 
Pére^  y  Gnn^a/íif. 

La  Lkctura.  1933.  Mayo.  La  nueva  pintura 
española  en  París  y  en  Bilbao,  por  Ramiro  de 
Mae^tu.  — Sobre  el  Romancero  de  Menénot./ 
Pklayo,  por  R.  Menénde^  Pidal.—E\  libro  del 
mes  (Los  duendes  de  la  camarilla,  por  B.  Pkrez 
(lALDÓs),  por  Francisco  Navarro  y  Ledesma.— 
Revista  de  revistas.— índice  de  revistas. 

NiESTRo  TIEMPO.  1003.  Mavo.  La  escritura 
Pirenaica.  Nueva  confirmación  de  los  estudios 
filológicos  del  Dr.  D.  Pablo  Patrón,  por  Agus- 
tín T.  Whilar.—La  escuela  granadina  de  es- 
cultura (fragmento  de  un  discurso),  por  José 
Fernándeíi  Jiménez— La  cuestión  catalana, 
por  Pompeyo  Gener.— Revista  de  revistas.— 
Revista  bibliográfica. 

Razón  y  fe.  1903.  Junio.  La  Hermenéutica  bí- 
blica y  la  ciencia,  por  L.  Murillo.-VA  Marqu(!s 
de  Mora,  por  L.  Co/oma.— .\utos  anteriores  á 
Lope:  los  autos  y  la  Teología,  por  J.  M.  Aicar- 
rfd— México  actual,  por  C  lleredia.—Vna  vi- 
sita á  las  antiguas  doctrinas  de  indios  guara-' 
níes,  por  P.  //erná/irfc?.— Examen  de  libros.-^ 
Noticias  bibliográficas. 

Revista  de  Aracó.n.  1903.  Mayo.  El  teatro  en 
Zaragoza,  por  Pedro  de  Aguilar.—Vm  obra 
de  Pradilla,  por  J.  Valeni^uela  de  la  Rosa.— 1. a 
Fiíosofía  en  los  Estados  l'nidos,  por  Luis  Co/r- 
míMa.— La  escuela  filosófica  de  Lovaina,  por 
A.  Gómej?  /^<7«íerrfo.— Lo  pasado  es  como  lo 
presente,  por  Julián  Ribera,— FamíUa  real  de 
los  Benitexufin  (continuación),  por  Francisco 
Cojera.— Ordinaciones  y  paramientos  de  la 
ciudad  de  Barbastro,  por  Mariano  de  Pafio.— 
Homenaje  á  Codera,  por  el  Dr.  iíráyer.— Re- 
cuerdos de  mi  vida  (cap,  XVI,  continuación), 
por  S.  Ramón  y  Ca>a/.— Las  Tozas  ccCalvcra 
(excursiones  pirenaicas),  por  Vicente  Gastan. 

Revista  «:oNTi:.MroRÁNEA,  i5  Mayo  io'>3.  La 
c  jcsiióii  albanesa,  por  J.  R.  C  — El  Emperador 
Federico  II,  por  Juan  Fastk.nrath.— .Algunas 
contestaciones  para  Ki  Averiguad<n'  popular 
de  t:i  Liberal,  por  Hl  Curioso  barcelonés- 
La  ljní',üi'-i  ca  como  ciencia  de  observación 


5i8 


REVISTA  DE  ARCHIVOS 


(continuación),  por  Edmundo  Gon^ále^'Blan- 
co.-LRecuerdos  de  antaño,  por  José  Rincón.^ 
Necrología  del  Elcmo.  Sr.  D.  José  García  Bar- 
zanaliana  y  García  Frías,  por  el  Vizconde  de 
Campo  'Grande.  —  Los  visigodos  en  España 
(continuación),  por  J[uanJ  Oirtega]  RlubioJ.— 
El  Almirante  Valcárcel,  por  Juan  Ortega  /?«- 
6io.— Boletín  bibliográfico. 

M.  Serrano  y  San/. 

REVISTAS  EXTRANJERAS 
[i.®  Los  sumarios  íntegros  de  las  revistas 
congéneres  de  la  nuestra  portuguesas,  ó  ex- 
tranjeras en  hablas  no  españolas  ni  portugue- 
sa consagradas  ef  elusivamente  al  estudio  de 
España,  y  dadas  á  luz  en  ó  fuera  de  ésta:  los 
títulos  de  unas  y  otras  revistas  van  de  letra 
cursiva.  3.**  Los  trabajos  de  cualquier  materia 
tocantes  á  España,  y  los  de  carácter  histórico 

?r  erudito  interesantes  para  la  cultura  que 
iguren  en  los  Sumarios  ae  las  demás  revistas 
escritas  en  lenguas  portuguesa  y  extranjeras, 
puélíquense  ó  no  en  España.  3.°  Los  trabajos 
que,  estando  en  las  condiciones  reseñadas  en 
este  párrafo  segundo,  aparezcan  en* revistas 
publicadas  por  extranjeros  en  lenguas  sabias.] 

TllE  AMERICAN  JOURNAL  OF  SOCIOI.O<iT.  Euero. 

1903.  Samuel  Maccmntock,  Around  the  island 
of  Cebú  on  horseback. 

The  AtheNíEum.  Núm.  3935.  Ada  Cambrid- 
ge, Thirty  ycars  in  Australia.=Núm.  3936. 
WiRT  Cerrare,  Greater  Russia.— E.  S.  Suuck- 
BURGH,  Augustus  and  his  times.— Herbert  IL 
Austin,  With  Macdonald  in  Uganda.— E.  H. 
Lacón  Watson,  The  Themplars.=N  ú m.  3937, 
Lady  Burghersh,  Correspondance  with  the 
Duke  of  Wellingion.— A.  J.  Butler,  The  arab 
conquest  of  Egypt  and  the  last  thirty  years 
of  the  román  dominión.— Leo  Wie.ner,  An- 
tology  of  Russian  Literature  from  the  earliest 
period  to  the  present  time.— Congresso  inier- 
nazionaledi  scienze  storische.— G.  Birdwood, 
Anemendation  in  Lucretius.— Dürcrs  mathe- 
matical  constructions  of  the  human  fígure.— 
Número  3938.  Sydney  George  Fisher,  The 
truc  Hisiory  pf  the  american  Revolution.— Le 
Marquis  de    Segonzac,    Voyages   au    Maroc 

(1899-I9OI).  =NÚm.  3939.  COUNT  YORCK  VON 

Wartenburg,  Napoleón  as  a  Gencral.=:Nú- 
mero  3940.  Ilenry  Latard,  Autobiography 
and  Letters  from  his  Childhood  until  his 
appointrneot  as  Ambassador  at  Madrid.— Ale- 
xander  Innes  Siiand,  Wellington  s  Lieute- 
nants.— The  travels  of  Pedro  Teixeira,  with 
his  «Kings  of  Harmuz»  and  cxtracts  from  his 
*K¡ngs  of  Persia».  Translated  by  William  F. 
Sinclair— William  Strang,  A  series  of  thirty 
etchings  illustrating  subjects  from  Don  Qui- 
xote.  =  Núm.  3941.  Gastón  París,  Mediceval 
French  Literatufje.— C.  G.  Leland  aod  J.  Dy- 
.NE1.EY  PRINC.E,  Kulóskap  the  Master,  and  other 
Algonkin  Poems.=Núm.  3943.  Sidney  La-  | 
NiER,  Shakspere  and>  his  Fürcrunners.=Nú-  | 
mero  3943.  Langton  Douglas,  A  History  of   ¡ 


Siena.— Cari  Lumholtz,  Unknown  Mexico.= 
Núm.  3945.  H.  J.  RoBT,  Román  prívate  law 
in  the  times  of  Cicero  and  of  the  Antonines.— 
CharIes*KEELER,  San  Francisco  (of  California, 
and  thereabout. 

Gazette  des  Beaux-Arts.  i.*'  Junio  1903. 
E.  Bertaux,  Víctor  Hugo  artiste  (i®*"  article). 
Denís  Roche,  Un  por trai tiste  petit-russien  au 
temps  de  Catherine  II:  Dmitri-Grégorévitch 
"Lévitski. 

The   grographical   journal.    1903.  Junio." 
Martín  ConwaV,  The  Cartography  of  Spits- 
bergen.  — R.  Crawshat,  Basutpland  and  the 
Basuto.— The  Anurtic  expedition. 

GtORNALE  STORICO  DELLA  LETTBRATURA  ITA- 
LIANA. Fas.j22-i23.  Emilio  Bbrtana,  Lamente 
di  Gíacomo  Leopardi  in  alcuni  suoi  «iPensieri 
di  bella  letteratura»  iuliana  e  di  estética.— 
Gaetano  Salvemini,  II  «Líber  de  regimine  ci- 
vitatum»di  Giovanni  da  Viterbo.— Bernardi- 
no  Feliciangbli,  AIruni  documenti  relativi 
all'adolescenza  di  Battista  e  Costanzo  Sforza. 
Egidio  Bbllorini,  Silvio  Pellico  e  Federico* 
Confalonieri. 

Journal  ^siatique.  1903.  Enero-Febrero. 
M.  F.  Ñau,  Histoire  de  Dioscore,  patriarche 
d  Alexandrie.— M.  E.  Aym^nibr,  Le  Founao. 

NuovA  antología.  16  Mayo  1903.  G.  de  Ri- 
SEis,  Traverso  1  Armenia  Russa. 

Revue  africainb.  1903.  Enero-Marzo.  Colo- 
nel  MoiNiER,  Campagne  de  J.  César  en  Afri- 
que  (46-47  avant  J.  C.)  (Jin).—!.  Mesnaob,  Une 
page  de  Ihisioire  de  l'ancienne  église  dAfri- 
que.— M.  QuEDENFELDT,  Díviston  et  réparti- 
tion  de  la  population  berbére  au  Maroc.— Co-' 
lonel  Robín,  Notes  historiques  sur  la  Grande 
Kabylie  de  1838  á  i85i  (suite). 

Revue  archéologique.  1903.  Marzo-Abril. 
Cari  Jacobsen.  Caracaila  jeune.  — Rene  Du- 
8AUIJ,  Notes  de  mythologie  syrienne.— J.  Six,  * 
Les  dates  et  la  durée  de  l'ari  mycéníen.— Sa- 
lomón Reinach,  Sisyphe  aux  Enfcrs  et  quel- 
ques  autres  damnés.— Horace  Sandars,  Notes' 
sur  le  bas-relief  des  mineurs,  découvert  prés 
de  Linares.— Salomón  Reinach,  Aphrodite  et 
Éros,  groupe  de  Myrina  au  Musée  d'Athénes. 
R.  Weill,  La  question  de  Técriture  linéaire 
dans  la  Méditerranéc  priraiiive.  —  J.  Offord 
el  S.  Reinach,  L  Aphrodite  Stuari  Welles.— 
J.  Déchelette,  La  sépulture  de  Chassenard 
et  les  coins  moneíaires  de  Paray«>le-Monial.= 
Junio.  I{.  o'Arbois  DE  JuBAiNviLLB,  Le  pan- 
talón gaulois.— J.  SiEVEKiNG,  Portraíts  d'An- 
tiochus  IV  Épiphane.— Rene  Dussaud,  Notes 
de  mythologie  syrienne.— Arthur  Mahler,  Un 
miroir  de  bronze  á  lAntiquarium  de  Ber- 
lín.—Salomón  Reinach,  Statuette  en  marbre 
d* Aphrodite  de  la  collection  Spink  á  Lon- 
dres.—Paul  Perdrizet,  Syriaca  (3*^  article).— 
Nouvelles  archéologiques.— Bíbliographi^. 


REV.  DE  ARCH.  BIBL.  Y  MIS. 


TOMO  VIII.— LAM.  XII. 


TOBHEÓN  DEL  PUENTE  DE  BARCAS  EN  TOLEDO,  LLAMADO  BdílO  dc  la  CciVa, 
Y  PIEME  DÍ-:  SAN  MARTÍN 


BIBLIOTECAS  T  MUSEOS 


5,9 


Reveje  b^nídictine.  1903.  Abril.  Germain 
MoKiN,  Hilarius  rAmbrosiasier.— Usmer  Ber- 
Li¿RE,  Aux  Archives  Vaticancs.— Bruno  Al- 
•BERS,  Le  plus  grand  Coulumicr  de  Cluny.— 
Usmer  Berliére,  Bulletin  d'Histoire  Bénédic- 
tine.— Laureni  Janssens,  Le  conciliabule  de 
Munich. 

ReVUE  critique  r>  HlSTOlRK  ET  DE  LlTTKRA- 

TURE.  30  Mar¿o  1903.  Bernardo  Sanvisenti,  I 
prirai   influssi  di  Dante,  del  Petrarca  e  del 
Boccaccio  sulla    letieratura   spagnuola,  con 
appendici  di  documenti  inediti  (Charles  De- 
Job). =6  Abril.  Henri  Lechat,  Au  Musée  de 
r Acropole  d'Athénes  (L.)— Policarpo  Petroc- 
CHi,  La  lingua  e  la  sioria  lettcraria  d'Italia 
dalle  origini  fino  a  Dante.  (Ch.  De;o6).— Er- 
nesl  JovY.  Une  biographie  inédite  de  Jacques 
Bénigne  Bossuet,  évéque  de  Troyes  (G.  Ga- 
i^ier).  =  i^  Abril.   Hkrmije   Alexandrini,  in 
Platonis  Phaídrum  scholia,  ad   fidem  codicis 
Pansini  iSiodenuo  collaii  edidit  P.  Couyreur 
The  Polilicsof  Aristotle,  with  an  introduc- 
lion,  by  W.  L.  ;V<?j/'man.=2o  .\ bri  I.  Wilh. 
Grube,  Geschichte  der  Chinesischen  Littera- 
lur.  (Ed.  Chavannes.)=2y  Abril.  Paul  Kahle, 
Der  masoretische  Text  des  Alien  Testaments 
nach  der   L'eberlieferung  der   babylonischen 
Juden  (R.  D).— K.  Beyschlag,  Die  Anklage  des 
Sokraies.— S.  Mekler,  /Vcademicorum  philoso- 
phorum  Index  Herculanensis.=  1 1  M  ayo.  Rene 
PouPARDiN,  Le  Royaumc  de  Provence  sous  les 
Carolingiens.  (L.  H.  ¿aftanrfe)— H.Omont,  Mis- 
sions  archéologiques  tran<;aises  en  Orient  aux 
XVII*  el  xviii*^  siécles.  (L.  H.  Labande.)-  18 
Mayo.  H.  Ch.  Lea,  Histoire  de  llnquisition 
au  moyen  age.— I ."  J  unió.  H.  Ch.  Lea,  The 
moriscos  of  Spain,  their  conversión  and  ex- 
pulsión.-8  J  unió.  F.  Martin,  Textes  reli- 
gieux,  assyriens  ei  babyloniens;  transcription, 
traduction  el  commeniaire.   (A.   ¿oisy.>— M. 
Desal,  Inscripiiones  lalinae  selectae.  (R.  Cag- 
nat)  —  J.  Fischer,    The    discoveries   of  the 
Northmen  in  America,  with  special  relation 
to  their  early  cariographical  represeniation. 
(E.  Btauvois). 

Revue  des  deux  mondes.  i5  Mayo  1903.  Émi- 
le  Ollivibr,  La  poliiique  fran^aise  aprés  Sa- 
dowa.— Pierre  de  Séuur,  Le  procés  de  sorce- 
Uerie  du  Maréchal  de  Luxembourg  (1680).— 
Louis  PaulDuBOis,  L'Irlande  ei  1  imperialisme 
britannique. — Camille  Bsllaigue,  Shakspcare 
et  la  Musique.— T.  de  Wyzewa,  Gladstone  el 
Disraélí,  d'aprés  un  lémoin  de  leur  vie.  =  i.^ 
Junio.  Pierre  de  SéouR,  Le  procés  de  sorce» 
llerie  du  Maréchal  de  Luxembourg.  IL  Le 
procés. 

Revue  des  étudbs  juives.  1903.  Enero-Mar- 
zo. Ad.  Crémieux,  Les  juits  de  Marseille  au 
moyen  áge.—K.  Kiiper,  Le  poete  juif  Ezé- 
,    chicL— Ad.  BucHLERf  Lenterrement  des  cri» 

3.*  ÉPOCA.— TOMO  Tin. 


minéis  d'aprés  le  Talmud  et  le  Midrasch.— 
J.  Bergmann,  Les  élémentsjuifsdans  le&pseu- 
do-Clémentines.— ElKan  A.  Adler,  et  M.  Si- 
LiGsoHN,  Une  nouvelle  chronique  samaritBÍ- 
ne.— M.  Schwab,  Mots  hébreux  dans  les  Mys^ 
teres  du  moyen  age. 

Revue  db  Géograpmib.  1903.  Junio.  J.  Trvf» 
FERT,  Región  du  Tchad.  Le  Bahr-el-Ghazml  et 
l'archipel  Kouri.— Jean  de  La  Peirb,  Les  Com- 
munications en  Indo-Chine. --Claude,  Diego- 
Suarez,  point  d'appui  de  la  flotte.— Frtncis 
MuRY,  Moeurs  et  coutumes  des  Siamois.  La 
naissance.  le  mariage,  la  mort.— André  Brism, 
La  régularisation  des  inondatioos  du  Nil.~G. 
Regblspergbr,  Mouvement  géographique.    - 
Revue  mispanique.  1902.  J.  R.  Cuervo.  Un- 
do.— 3.  R.  Cuervo,  El  elemento  popular  ea  «1 
Diccionario  de  la  Academia  esptaola...  — G. 
Baist,  Mono.— John  D.  Fitz-Gerald,  Spaaish 
Etymologies.  II.  — David  Lopes,  Toponyoiia 
árabe  de  Portugal.— R.  Foulché-Delbosc,  Elu- 
de sur  le  Laberinto  de  Juan  deMena.— Konrad 
Haebler,  Bemerkungen  zur  Celestina. -^  K 
FouLCHé-DELBosc,  Observatíops  sur  la  Cél§s- 
tine.  IL— R.  Foulché-Delbosc,  La  Penitencia 
de  Amor  de  Pedro  Manuel  de  Urrea.— Joaquín 
MiRET  T  Sans,  La  cabeza  del  rey  Jaime  I  de 
Aragón.— Gabriel  Marcel,  Un  éventail  géo- 
graphiquc.— R.  de  Flotte  Roquevairb,  Re- 
marques sur  la  carte  d'Espagne  au  1 :  5o.oao<— 
í)os  poemes  citalans  del  xiv^^  segle,  sobre  la 
vida  de  la  geni  de  mar,  publicáis  per  J.  Mas3ó 
ToRRENTS.— Razonamiento  que  fazc  Johan  de 
Mena  con  la  Muerte.— Requesta  al  Marqués >ie 
Santillana.— Coplas  de  Trescientas  cosas  m4s. 
Deux  romancfs^e^ermanta.—Huitpetits poe- 
mes.—La  vida  del  picaro,  compuesta  por  ga- 
llardo estilo  en  tercia  rima.  Edición  crítica 
por  .Vdülfo  Bo.NiLLA  Y  San  MartIn.— Navarro, 
La  comedia  mvy  exemplar  de  la  Marquesa  de 
Saluzia  llamada  Griselda,  reprinted  by  C.  B. 
BouRLAND.— Los  trabajos  de  Josef,  auto  del  li- 
cenciado Juan  de  Caxés,  publicado  por  A.  Rbs- 
TORi  — Letires  dun  diplómate  danois  en  Es- 
pagne  (1798-1800),  publiées  par  E.  Gigas.— Pro- 
verbes  judéo-espagnols,  recueillis  et  publiés 
par  Abraham  Galante.  —  Poesias  populares 
portuguesas,  recolhidas  e  publicadas  por  Z. 
Consiglieri  Pedruso.— Varia:  L.  Barrau-Di- 
HiGo,  Note  sur  un  diplome  de  Ferdinand  I**", 
octroyé  á  TÉglise  d'Oviedoen  mai  1036.— L.  Ba- 
rrau-Dihigo,   Fragmenis   inédits  des  Gesta 
Comitum  Barcinonensium  et  Regum  Arago- 
niae.—R.  Chabás,  Don  Joíre  de  Borja  y  Doña 
Sancha  de  Aragón.— R.  FouLCHá-DsLBOsc,  Ga- 
napán.—Hugues  Vaganay,  L'EKpagne  en  Ita- 
lie.- E.  GuiLLON,  Deux  voyages  en  Espagoe  au 
xvii^  siécle.— Gabriel  Marcel,  Un  atlas  ma- 
nuscrit  de  la  Catalogne.— Julio  Puyol  y  Alon- 
so, La  traducción  casuUana   de  £1  Bachi- 


52Ó 


REVISTA  DE  ARCHIVOS 


11er  de  Salamanca.— Comptes  rendus.— Chro- 
ñique. 

Retue  d'Histoire  scclísiastique.  i5  Abril 
1903.  G.  Rasneur,  L'HomoTousianisme  dans 
ses  rapports  avcc  Torthodoxie.— Fran^ois  Bb- 
TUUNB,  Les  ¿coles  historiques  de  Saínt-Denis 
etSaint-Germain-des-Prés  dans  leurs  rapports 
avec  la  compositioo  des  Grandes  Chroniques 
de.France  (tuite  et  /n).— F.  Matence,  Note 
papyrologique.— G.  Morin,  Ud  fragment  du 
rouleau  mortuairc  du  cardinal  bénédictin  Mi- 
Ion  de  Palestra aa.—€h.  F.  Bellet,  Le  Saint 
Suaire  de  Turin.— Bibliographie. 

Retue  de  Philolouib,  de  Littératurb  et 
d'Histoire  anciennes.  1903.  Abril.  Jules  Déla- 
MARRE,  Notes  épigraphiques:  Amorgos  et  les 
pirates.— Louis  Havbt,  Un  vers  anapestique 
de  Lucilius.-L.  Havbt,  La  prose  métrique  de 

.Martial.— A.  Misibr,  Origine  de  l'edition  de 
Bale  de  Saint  Grégoire  de  Nazianze.— Victor 
Mortet,  Notes  sur  le  texte  deslnstitutionsde 

.  Cassiodore.  Observations  sur  la  Géométrie  de 
Cassiodore.— Mortimer  Lamson  Earlk,  Sopho- 
cíe.  CEdipc-Roi.  V.  II.  — L.  HAVETf  Plautus, 
Aul,  437-439.— H.  BoRNECQUE,  Le  texte  de  I  Ora- 
lor.— E.  Cavaiomac,  Le  7  du  papyrus  de  Stras- 
bourg.— Timothée  de  Milet,  Les  Perses,  tra- 
duction  par  Paul  Mazon. 

Revub  socialistb.  1903.  Febrero.  Eugénc 
Fourniíre,  Les  systémes  sociaIistes(De  Saini- 
Simon  i  Proudhon).— Klie  Petron,  M.  Thiers 

•  en  i87i.=M  a  rz  o.  Eugéne  Fourniérb,  Les  sys- 
témes socialistes  (De  Saint -Simón  a  Prou- 
dhon).zAbriI.  Kugéne  FouRNi¿RE,Lessysté- 
mcssocialistes(DeSaint-Simon  á  Proudhon).— 
E.  Eberlin,  Le  Christianisme  et  ie  TolstoVsme. 
Le  tour  du  monde.  31  Enero  1903.  La  situa- 
tion  politique  de  la  Macédoine.— Le  capitaine 
Lbnpant,  Le  Niger,  voie  ouverte  á  notre  em- 
pire  africain.— Émile  Gautier,  Au  Venezuela. 
Un  pays  ou  la  Révolution  est  un  mal  chroni- 


que  C/fn>.=«7  Febrero.  Mombaz  et  le  chemin 
de  fer  de  l'Ouganda,  par  R.  M.— Le  capitaine 
Lenfant,  Le  Niger  voie  ouverte  á  notre  empi. 
re  africain. =14  Febrero.  Les  Chénaies  de 
Khroumirie.  De  Fernana  i  Tabarka,  par  G.  Du 
BoscQ  DE  Beaumont.— Le  capitaine  LENFAMr, 
Le  Niger,  voie  ouverte  á  notre  empire  afri- 
cain.—La  situation  politique  de  la  Macédoi- 
ne. =  a  i  Febrero.  Jean  de  Taillii,  Le  Trans- 
saharien  est-il  possible5 — Le  capitaine  Lem- 
FAMT,  Le  Niger,  voie  ouverte  á  notre  empire 
africain.— C.  Cunninoham,  Une  visite  au  petit 
Roí  de  lOuganda.  =  28  Febrero.  Jean  du 
Taillis,  Le  Transsaharien  est-il  possibleS— 
Le  Marquis  DEOLi  Albizzi,  Assise.  La  patrie 
d'un  Saint.— Les  Lignes  d'accés  fran9aíses  vers 
le  Simplón. -7  Marzo.  Jean  du  Taillis,  Le 
Transsaharien  est-il  possibleS— Othon  Gubr- 
LAC,  Cuba  sous  Tadmínistration  américaine.— 
La  Dent.du  Bouddha.=i4  Marzo.  Un  Archi- 
piel  océanien.  Les  iles  Tonga.— Othon  Guer- 
LAC,  Cuba  suus  l'administration  américaine.— 
Le  Transcontinental  australien  et  leTerritoi- 
redunord.=:2i  Marzo.  Leo  Dsr,  L'Expédi- 
tion  aérostatique  du  .Sahara.  — Émile  Des- 
CHAMPS,  Promenade  a  lile  de  Poulo  Pinang  = 
28  Marzo.  Jean  du  Taillis,  Le  Transsaha- 
rien est-il  possibleS^LE  Duc  des  Abruzzbs, 
«L'Étoile  polaire»  dans  la  mer  Arctique 
(1899-1900).  =  4  Abril.  B.  de  Zbnzinofp,  Le 
Chamanisme  et  le  Lamaisme  des  aborigénes 
sibériens.— .MoRiAK,  Sur  les  bords  du  Victoria 
Nyanza.  La  tribu  des  Kavirondo.— Le  Duc  des 
Abruzzes,  «L'Étoile  polaire»  dans  la  mer  Arc- 
tique (1899-1900).— Louis  SoRELA,  Le  marché 
d'esclaves  de  Marrakcsh.=:i  I  Abril.  Le  Duc 
DES  Abruzzes,  «L'Étoile  polaire*  dans  la  mer 
Arctique.— Jean  du  Taillis,  Les  pierres  écri- 
tes  de  la  frontiére  algéro-marocaine. 

M.  Serrano  y  Sanz. 


MADRID.— Tip.  de  la  A^vista  de  ArchiTOS,  Biblioteou  7  Mumos,  Olid,  8. 


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ÍNDICE  DELTOMO  VIII 

TRABAJOS  DOCTRINALES  Y  DE  INVESTIGACIÓN 


Amador  de  los  Ríos  (D.  Rodrigo).  Los  puentes  de  la  antigua  Toledo:  I.  El 
puente  de  Alcántara.  II.  El  puente  de  San  Martín.  III.  El  puente  de 

Safón 327  y    489 

CoTARELo  (D.  Emilio).  Sobre  el  origen  y  desarrollo  de  la  leyenda  de  los 

Amantes  de  Teruel 347 

Chabás  (D.  Roque).  Estudio  sobre  los  sermones  valencianos  de  San  Vicente 
Ferrer  que  se  conservan  manuscritos  en  la  Biblioteca  de  la  Basílica  me- 
tropolitana de  Valencia:  IV.  Leyendas.  Milagros.  V.  Alusiones  á  sí  mismo, 
á  la  compañía  de  penitencia,  al  rey  de  Aragón.  Judíos  y  moros.  VI.  In- 
vectivas contra  las  mujeres 38,  n  i  y    291 

Herrera  (D.  Adolfo).  Mateo  Vázquez  Lecca,  Secretario  de  Felipe  II.  .     .     .       17 
Llabrés  (D.  Gabriel).  Bernardo  Dezcoll  es  el  autor  de  la  crónica  catalana 
de  Pedro  \\\  el  Ceremonioso,  de  Aragón,  que  fué  escrita  por  los  años 

dei365ái39o 90  y     194 

MÉLiDA  (D.  José  Ramón).  Las  esculturas  de  los  Cerros  de  los  Santos.  Cues- 
tión de  autenticidad 85  y    470 

Menéndez  y  Pelayo  (D.  Marcelino).  Necrología.  El  Dr.  D.  Pedro  Roca  y 

López Febrero,  i  á       vi 

Menéndez  Pidal  (D.  Juan).  Sello  del  Conde  de  Urgel,  Armengol  VIII.     .     .    407 

Navas  (El  Conde  de  las).  Libros  españoles  de  sastrería 48S 

Paz  (D.  Julián).  Campaña  del  Marqués  del  Carpió,  D.  Gaspar  de  Haro  y  Guz- 

mán,  Virrey  de  Ñapóles,  contra  los  bandidos  del  Abruzzo  en  1684.     247  y    39S 
Paz  y  Melia  (D.  Antonio).  Códices  más  notables  de  la  Biblioteca  Nacional. 

IX.  Misal  toledano  del  siglo  XV 36 

P1CAT0STE  (D.  Valentín).  Una  obra  inédita  de  D.  Fermín  Caballero.     .     .     .     27S 

Roca  (D.  Pedro).  Un  incunable  desconocido 267 

—  Vida  y  escritos  de  D.  José  Antonio  Conde 378  y    468 

Ruano  Prieto  (D.  Fernando).  El  Condestable  D.  Ruy  López  Dávalos,  pri- 
mer Duque  de  Ar  joña 167 

San  Pelayo  (D.  Julián  de).  La  biblioteca  del  buen  Conde  de  Haro.  Carta 

abierta  al  Sr.  D.  Antonio  Paz  y  Melia 182 

Salva  (D.  Anselmo).  El  primer  libro  de  actas  municipales 260 

Serrano  y  Sanz  (D.  Manuel).  Pedro  Ruiz  de  Alcaráz,  iluminado  alcarreño 

del  siglo  XVI I  y     126 

Torres  Lanzas  (D.  Pedro).  Relación  descriptiva  de  los  mapas,  planos,  etc., 
de  la  Audiencia  y  Capitanía  general  de  Guatemala  (Guatemala,  San  Sal- 
vador, Honduras,  Nicaragua  y  Costa-Rica)  existentes  en  el  Archivo  gene- 
ral de  Indias 20,  2o3  y    279 

3.»  áPOCA.— TOMO  IX.  38 


522  REVISTA  DE   ARCHIVOS 

DOCUMENTOS 


Págs. 


Actas  de  la  Licenciatura  en  la  facultad  de  Leyes,  de  D.  Francisco  Ramos  del 

Manzano,  primer  Conde  de  Francos;  por  la  copia  Eloy  Bullón.    .    .    .    419 

Carta  de  Jerónimo  de  Vich,  Embajador  en  Roma  de  los  Reyes  Católicos, 
sobre  la  enfermedad  de  Julio  II  y  elección  de  futuro  sucesor;  por  la  co- 
pia, F.  N.  8 231 

Cartas  de  Antonio  Pérez  á  su  mujer  doña  Juana  Coello;  por  la  copia, 
M.  8.  y  8 140 

Dictamen  de  Jerónimo  Zurita  acerca  de  la  prohibición  de  obras  literarias  por 
el  Santo  Ofício:  por  la  copia,  M.  8.  y  8 218 

Epístola  del  Maestro  de  Lebrija  al  Cardenal  quando  avisó  que  en  la  inter- 
pretación de  las  dicciones  de  la  Biblia  no  mandasse  seguir  al  Remigio  sin 
que  primero  viessen  su  obra;  por  la  copia,  Roque  Chabás 493 

Estado  de  la  Universidad  de  Alcalá,  desde  su  fundación  hasta  el  año  i8o5; 
por  la  copia,  Julio  Melgares  y  Marín 58,  228  y    3oo 

Libros  manuscritos  ó  de  mano  |de  la  biblioteca  del  Conde  de  Gondomar]; 

por  la  copia,  M.  8.  y  8 65,  222  y     296 

Literatura  aljamiada;  materiales  para  su  estudio.  Batalla  de  Badri  y  Honaini; 
por  la  copia,  Dr.  Meneu 408 

El  Platillo.  Entremés  de  Simón  Aguado;  por  la  copia,  F.  N.  8 497 

Poesías  del  Doctor  Agustín  de  Oliva;  por  la  copia.  M.  8.  y  8..     .    .     148  y    307 

Relación  del  auto  de  fe  que  se  hizo  en  Sevilla  contra  los  luteranos  en  el 

año  1 559;  por  la  copia,  Pedro  Boca. 2i5 


NOTAS  BIBLIOGRÁFICAS 

Alonso  A.  Cor/és  (Narciso),  l'n  pleito  de  Lope  de  Rueda.  Nuevas  noticias 

para  su  biografía.  (A.  P.  y  M.) 314 

Arkwright  (William).  The  Poinier  and  his  predecessors.  (A.  P.  y  M.).  .    .     3i5 
Ca/me/í<?  (Joseph).  Louis  XI,  Jean  FI  et  la  révolution  catalana  ([461-1473). 
(A.P.yM.) .     232 

—  De  Bernardo  Sancli  Guillelmi  filio.  (A.  P.  y  M.) 233 

Corra/es  y  5íi;zc/re;;  (Enrique).  La  institución  del  Tribunal  de  Cuentas  en 

España  y  en  el  extranjero.  (C.  E.  de  H.) i52 

Fernández  Duro  (Cesáreo).  El  último  Almirante  de  Castilla,  D.  Juan  Tomás 

Enríquez  de  Cabrera.  (A.  P.  y  M.) 422 

—  Armada  española  desde  la  unión  de  los  reinos  de  Castilla  y  de  Aragón. 
(M.  8.  yS.) i5i 

Fra:;,ev  (J.  G.).  Le  Rameau  d*or,  étude  sur  la  magie  el  la  religión.  (G.  Dee- 

devisee  du  Desert) 4a3 

Gurrea  y  Aragón  (D.  Martín  de).  Duque  de  Villahermosa.  Discursos  de  me- 
dallas y  antigüedades.  (M.  S.  y  S.) 5o8 

Houlbert  (C).  Les  insectos  ennemis  des  livres.  (A.  P.  y  M.) 5o6 

Lacombe (Y* SiU\),  Bibliographiedestravauxde  M.  Léopold  Delisle.  (A^P.yM.)  423 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  323 


Louise  Ferdinand  de  Baptére,  Emmanuéle  Thérése,  de  l'Ordre  de  Sainte 
Claire,  filie  de  PElecteur  Max  Emmanuel  de  Baviére  (1696-1750).  .(He- 
rrráigewisser).  .    .         71 

Llorens  Asensio  (Vicente).  La  primera  vuelta  al  mundo.  Relación  docu- 
mentada del  viaje  de  Hernando  de  Magallanes  y  Juan  Sebastián  del  Cano. 
(V.V.) 3i3 

Morel-Fatio  (A.).  L'humanisie  hétérodoxe  catalán  Pedro  Gales.  (A.  P.  y  M.)    23o 

The  Philippineislands  14^3-1^3,  (J.T.) SoS- 

Sanctus  Franciscus  Borgia  quartus  Gandiae  Dux  et  Societatis  Praeposilus 
generalis  tertius.  (V.  V.) 23i 

Sánchtí^y  Terrones  (Enrique).  Manual  del  perito  calígrafo  revisor  de  letras 
y  firmas.  (V.  V.) i5i 

Torres  V^a//e  (Ricardo).  El  milagro  del  Corpus  (tradición  segoviana).  Le- 
yenda en  varios  romances.  (M.  8.  y  8.) 233 

Valencia  de  Don  Juan  (El  Conde  viudo  de)  y  Hauser  y  Menet.  Tapices  de 
la  corona  de  España.  (José  Bamón  Mélida) 504 

Valverde  y  Perales  (Francisco).  Historia  de  la  villa  de  Baena.  (A.  P.  y  M.).    3i3 

Vega  (Lope  de).  Obras  de...,  publicadas  por  la  Real  Academia  Española. 
T.  XIII.  (Emilio  Cotarélo) 149 

Vignaud  (Enrique).  La  carta  y  el  mapa  de  Toscanelli  sobre  la  ruta  de  las 
Indias  por  el  Oeste.  (M.  8.  y  8.) 73 

Vives  y  Liern  (Vicente).  Las  casas  de  los  Estudios  en  Valencia.  (V.  V.)-    .      72 


VARIEDADES 

Alemania,  i 55,  233  y  3i5.=Argentina  (La  república),  74  y  233.==Bélgica, 
426.=Chile,  74.=Egipto,  5o9.=España:  Barcelona,  316  y  426.— Bilbao,  i55.— Burgos,  i55, 
316  y  426.~Cádiz,  Sog.— Coruña,  233,  316  y  Sog.— León,  76.— Madrid,  75,  i55,  234,  316,  427  y  Sog.— 
Murcia,  i56, —Oviedo,  317  y  427.— Palma  de  Mallorca,  i56.— Sevilla,  235  y  3i8.~Vigo,  5ii.— Zara- 
goza, 427.=EsTADOs  Unidos,  157,  427  y  5ii.=Francia,  157,  235,  3i8  y  5i2.=Gre- 

ciA,  i57.=Inglaterra,  76,  429  y  5i2.=Italia,  76,  i57,  236,  429  y.  5i3.=Portu- 
gal,  43o.=Rusia,  76.=Turqía,  236  y  3i8. 


CRÓNICA  DE  ARCHIVOS,  BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS 

Pags. 


Archivos  de  Simancas  r  AlcalX.  Designación  de  D.  V.  Vignau  y  D.  R.  Hinojosa  para  que 
vean  si  conviene  remitir  á  dichos  establecimientos  la  documentación  antigua  de  la 

Dirección  general  de  Correos  y  Telégrafos 236 

Biblioteca  Nacional.  Impresos  recibidos  durante  el  año  1902 i58 

Museo  Arqueológico  Nacional.  Donativo  de  lápidas  romanas ^^y  236 

Museo  Arqueológico  de  Tarragona.  Kobo  que  se  cometió  en  él 167 

Museo  Arqueológico  de  Valladolid.  Noticia  de  su  arreglo 237 

Museo  de  reproducciones  artísticas.  Adquisiciones 318 


534  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

BIBLIOGRAFÍA 

POR 

D.  Pei>«o  Roca,  D.  Alvaro  Gil  Albacete,  D.  Ricardo  Torres  Valle 
Y  D.  Manuel  Serrano  y  Sanz. 

Págs- 


Ubros  españoles 77,  1 58,  238,  820,  43o  y  5i3 

Libros  extranjeros 79,160,239,322,4327  5i5 

Sevistas  españolas: 

La  Alhambra 81,  162  y  5i6 

Boletín  de  la  Real  Academia  de  Buenas  Letras  de  Barcelona 162 

Boletín  de  la  Real  Academia  de  la  Historia.  .     .     .    81,  162,  323,  433  y  5i6 

Boletín  de  la  Sociedad  Arqueológica  Luliana 241 

Boletín  de  la  Sociedad  española  de  excursiones 81  y  i6a 

Boletín  de  la  Comisión  provincial  de  monumentos  históricos  y  artísticos 

de  Orense 81  y  i6a 

La  Ciudad  de  Dios 162,  323,  484  y  5i6 

La  España  moderna 163,241,  484  y  Siy 

España  nueva i63 

Euskal-erria 81,  163,241  y  517 

Galicia  histórica 484 

Hojas  selectas 323 

La  Ilustración  Española  y  Americana 241,  323  y  617 

La  Lectura 1 63,  242,  323,  484  y  617 

Nuestro  TIEMPO 1 63,  242,  323,  484  y  617 

Razón  y  FE 163,242,  484  y  Siy 

Revista  de  Araoón 242,  324  y  617 

Revista  de  Archivos  y  Bibliotecas  Nacionales  [át\  Perú] 324 

Revista  de  la  Asociación  artístico-arqueológica  barcelonesa 243 

Revista  contemporánea i63,  243,  324,  484  y  5i7 

Revista  crítica  de  Historia  y  Literatura  españolas,  portuguesas  é  his- 

paño -americanas 81,  164  y  484 

Revista  de  Extremadura 243,  324  y  484 

Revista  de  Menorca 164 

Revista  nacional  de  Buenos  Aires 82  y  243 

Revista  del  Instituto  paraguayo 82 

SoPHiA.  Revista  teosófica 324 

Sevistas  extranjeras: 

AcADÉMiE  DES  INSCRIPTIONS  &  Belles  Lettres  [de  París] 164 

The  AMERICAN  JOURNAL  OF   SOCIOLOGY 5l8 

Annales  du  Midi.     • 83 

y\NNALES  DES  SciENCES  POLITIQUES 83 

Annales  de  la  Société  d'Histoire  et  d*Archéologie  de  Gand.   .     .     .  164 

o  Archeologo  portugués 243  y  484 

Archivio  STORico  italiano 164  y  435 

L'Art 243  y  324 

The  ATHEN.EUM :     •     •      83,  243,  324  y  5i8 


BIBLIOTECAS  Y  MUSEOS  525 


Le  bibliographe  moderne 243 

BlBLICTHÉQUE  DE  l'ÉcOLE  DES  ChaRTES 384 

BlBLlOTHÉQUE  UNIVERSELLE 435 

BlBLIOTHÉQirE  UNIVERSELLE  ET  ReVUE  SUISSE 243  >'  324 

Boletín  DE  Historia  Y  ANTIGÜEDADES  [de  Colombia] 435 

BuLLETIN  de  la  CLASSE  DES  LeTTRES  ET  DES  SciENCES   MORALES  ET  POLI- 
TIQUES  ET  DE  LA  CLASSE  DES  BeAUX-ArTS '    .      .  164 

Budletin  hispanique 243 

Bulletin  italien 324 

Bulletin  de  la  Société  d'Histoire  et  d*Archéologie  de  Gand.  .     .     .  164 

The  Century  illustrated  monthly  magazine 83 

La  civilta  cattolica 244,  3^4  y  435 

COMPTE  RENDU  DES   SÉANCES    DE    LA    C0MMISSION    RoYALE    d'HiSTOIRE    |de 

Belgique] 164 

The  connoisseur 435 

Le  correspondant i65,  244,  325  y  435 

The  fortnightly  Review 244  y  435 

Gazette  des  Beaux  Arts 244,  435  y  5i8 

The  geographical  journal i65,  244,  325,  435  y  5i8 

GlORNALE  STORICO  E    LETTERARIO   ÜELLA    LlGÜRIA |65 

G1ORNALE  STORICO  DELLA  LeTTERATURA  ITALIANA 244  y  5l8 

Illustrirte  Zeitung - 435 

Journal  asiatique 244  y  5i8 

The  JOURNAL  OK  THE  Royal  ASiATic  Society 244  y  435 

Jüurnal  des  savants 83,  244  y  325 

La  lettura 244 

Modern  language  notes 43S 

Le  monde  moderne 436 

The  north  american  review 83  y  436 

La  nouvelle  Revue 83,  244  y  325 

NuovA  antología 244,  325  y  436 

La  plume 245 

Prace  matematycznofizyczne i65 

La  Revue (ancienne  4CREVUE  des  REvuES») 84,  1 65,  245  y  325 

Revue  AFRicAiNE 325  y  5i8 

Revue  archéologique i65  y  5i8 

Revue  de  l'Art  chrétién 325 

Revue  bénédictine i65  y  Sig 

La  Revue  BLANCHE 245  y  325 

Revue  bleue 323 

Revue  celtique 84 

Revue  des  cours  et  conférences 245  y  323 

Revue  critique  d'Histoire  et  de  Littérature.  ...      84,  245,  325  y  5n) 

REV4,rE  des  DEUX    MONDES 84,  245,  320  y  5l9 

Revue  des  ktudes  anciennes 243 

Rev-ue  des  études  grecques 84 

Revue  des  ÉTUDES  JuivES 245  y  519 


526  REVISTA  DE  ARCHIVOS 

Pigs. 


La  Revue  d'Eürope 84,  1 65  y  326 

Revue  de  Gascogne 84,  i65,  326  y  436 

Revue  DE  GÉoGRAPHíE 326  y  519 

Revue  HEBDOMADAIRE  DES  COl'RS  ET  CONFÉRENCES l65 

Revue  Hispanique Sig 

Revue  d'Histoire  et  d'Archéologie  du  Roussillon i65  y  326 

Revue  D*HisToiRE  EccLÉsiASTiQUE i65  y  52o 

Revue  historique.    . 245  y  436 

Revue  des  langues  romanes i65 

Revue  de  l'Obient  chr¿tien 245  y  436 

Revue  de  Philologie,  de  Littérature  et  d'Histoire  anciennes..     .     .  52o 

Revue  DES  QUESTioNS  HISTORIQUES 166  y  326 

Revue  sociaijste 52o 

Revue  thomiste 246  y  326 

rivista  deli-e  biblioteche  e  degli  archivi 246 

Romanía 326 

II  SECÓLO.  . 246 

Studi  e  documenti  di  Storia  e  Diritto 326 

Le  twur  du  monde 246  y  520 

SECCIÓN  OFICIAL  Y  DE  NOTICIAS 

Acuerdos  de  la  Junta  facultativa  de  Archivos,  Biblioiccais  y  Muscos 346 

Anuncio  de  oposiciones  para  el  ingreso  en  el  cuerpo  de  Archiveros 436 

Concurso  para  proveer  plazas  de  Archiveros  del  Ayuntamiento  en  Orense  y  Soria..    .    .  437 
Reales  órdenes  disponiendo  que  donde  haya  un  solo  empleado  del  Cuerpo  de  Archive- 
ros atienda  á  la  Biblioteca  provincial  y  al  Archivo  de  la  Delegación  de  Hacienda.   .    ;  166 

NECROLOGÍA 

Iborra  é  Iborra(D.  Pascual) 438 

Urcullu  y  Zulueu  (D.  Félix  María  de) 84 

LÁMINAS  SUELTAS 

í.  La  Cena.  Miniatura  del  Misal  toledano.  (S.  XV) 36 

n.  Encuademación  mudejar  del  Misal  toledano 37 

III.  Mapa  de  la  provincia  del  Peten  y  del  castillo  de  su  nombre.  (Año  1740).  28 

IV,  V  y  VL  Estatuas  del  Cerro  de  los  Santos 85,  474  y  481 

Vil.  Mapa  del  Curato  de  San  Salvador.  (Años  1768-1770) 207 

VIH.  Mapa  del  Curato  de  San  Miguel.  (Años  1768-1770) 209 

IX.  Mapa  del  Curato  de  San  Vicente.  (Años  1 768- 1 770) 209 

X.  Plaza  de  Montorio. 254 

XI.  Sello  del  Conde  de  Urgel,  Armengol  VIII 407 

XII.  Torreón  del  puente  de  barcas  en  Toledo,  llamado  Baño  de  la  Capa,  y 

puente  de  San  Martín 445 

XIII.  Juan  de  Alcega •     .     .  487 


BIBLIOTECAS  Y  MU.iEOS  Szj 


LAMINAS  INTERCALADAS  EN  EL  TEXTO 

(Fotograbados  de  Laporta.) 


Págs. 


Medalla  de  Mateo  Vázquez  Lecca;  anverso  y  reverso 17 

Planta  del  puerto  de  Yztapa ai 

Camino  proyectado  entre  Puerto  Caballos  y  la  Bahía  de  Fonseca 23 

Mapa  de  la  provincia  de  Nicaragua 35 

Mapa  de  la  provincia  de  Honduras 26 

Mapa  del  río  de  Matina 28 

Plano  de  Montorio 253 

Perspectivas  y  planos  de  las  casas  de  J.  Carlos  Viieli  y  A.  Pompeta.     .     .     .  256 

Plano  de  la  Roqueta  y  torre  de  J.  B.  Cola  Raniero 257 

Plano  del  palacio  de  J.  B.  Cola  Raniero  (La  Regia) -258 

Casa  de  Durante,  Roca  de  Pocho  Umbrichio  y  Torre  de  Escalona..     .     .     .  259 

Lugar  de  Poggio  Umbrichio 397 

Casón  de  Juan  Bernardino  Cola  Raniero.  Lugar  de  San  Jorge.     .     .     •     .     .  398 

Plano  sin  epígrafe,  con  solo  la  leyenda  de:  río  Humano.    . 400 

Planta  y  perspectiva  de  la  Roca  de  Roseto 4o5 

Torreón  de  las  antiguas  clepsidras  de  Toledo 449 


MOVIMIENTO  DEL  PERSONAL 

TRASLADOS 

Agutló  y  Miró  (D.  Ángel),  á  la  Biblioteca  universitaria  de  Barcelona 438 

Álvarez  Cámara  (D.  Fermín),  á  li  Biblioteca  superior  de  Artes  é  Industrias 438 

Amarillas  y  Celestino  (D.  Julio),  al  Archivo  de  Piacienda  de  Huelva 246 

Antequera  (D.  Benedicto),  al  Archivo  de  Gobernación 326 

Arderíu  y  Valls  (D.  Enrique),  á  la  Biblioteca  Nacional..    . 246 

.Ariño  y  González  (D.  Fernando),  á  la  Biblioteca  de  la  Escuela  superior  de  Arquitectura.  166 

Fernandez  Mourillo  (D.  Manuel),  á  la  Biblioteca  del  Consejo  de  Estado 438 

Galindo  y  Alcedo  (D.  Manuel),  al  Archivo  de  Hacienda  de  Córdoba 438 

Iglesias  (D.  Julio),  al  Archivo  general  de  Galicia 246 

Ramírez  Casínello  (D.  Ángel),  á  la  Biblioteca  Nacional 246 

Río  y  Rico  (D.  Gabriel  Martin  del),  á  la  Biblioteca  Nacional 438 

Rubio  y  Moreno  (D.  Luis),  á  la  Biblioteca  universitaria  de  Granada 246 

Santisteban  (D.  Joaquín),  al  Archivo  general  de  los  ministerios  de  Instrucción  pública  y 

Agricultura 246 

ASCENSOS 

Amarillas  y  Celestino  (D.  Julio),  á  Oficial  de  tercer  grado 438 

Fernández  Mourillo  (D.  Manuel),  á  Oficial  de  segundo  grado 84 

Gómez  Centurión  (D.  José),  á  Jete  de  tercer  grado 438 

González  Martin  (D.  Mariano),  á  Ofícial  de  segundo  grado 438 

Martin  Bosch  (D.  Carlos),  á  Ofícial  de  primer  grado 84 

Martínez  Campos  (D.  Arsenio),  á  Ofícial  de  primer  grado 438 

Murillo  y  Olio  (D.  Román),  á  Ofícial  de  tercer  grado 166 

Nájera  y  Balanzat  (D.  Alfonso),  á  Jefe  de  cuarto  grado 84 

Stor  (D.  Ángel),  á  Jefe  de  cuarto  grado 438 

Valdenebro  y  Cisneros  (D.  José  María),  á  Oficial  de  tercer  grado 84 


REVISTA  DE  ARCHIVOS  528 

UCENCIAS 

Págs. 


Deleito  y  Minguez  (D.  Joaquín) 436 

Márquez  de  la  Plata  (D.  Manuel) 437 

Martínez  y  Ramírez  (I).  Martiniano) 43S 

Poggio  (D.  Pedro) 437 

Rascón  y  Anduaga  (D.  Nicolás  de) 84 

Río  y  Rico  (H.  Gabriel  Martin) 438 

Roble»  y  Rodríguez  (D.  Ramón) 246 

Romera  V  Navarro  (D.  Juan) 438 

Salves  y  Fernández  (I).  Luis) 84 

REINGRESOS 

Álvarez  y  Cámara  (D.  Fermín) 438 

Amarillas  y  Celestino  (D.  Julio) 246 

Anlíqucra  (D.  Benedicto) 326 

Arderíu  y  Valls(D.  Knriquel 246 

Groizard  y  Coronado  (1).  Alejandro) 438 

Herrero  (D.  José  J.) 326 

Río  y  Rico  (D.  Gabriel  Martín  del) 438 

Robles  y  Rodríguez  (I>.  Ramón) 84 


ERRATAS 

Pág.  291,  lín.  19,  dice  cortar,  léase  torbar;  lín.  22,  dice  son,  léase  sou, 

Pág.  292,  Un.  8,  dice  vejau^  léase  pejam;  lín.  i3,  dice  an  ima^  léase  anima;  lín.  14,. 
dice  mas,  léase  mes;  lín.  í8,  dice  deurien,  léase  deurieu;  lín.   19,  dice  complaen^ 
léase  complaeu;  lin.  20,  dice  dirien,  léase  diuen;  lín.  22,  dice  haven,  léase  Aai^et/; 
lín.  22,  dice  son,  lé^sc  sou;  lín.  26,  dice  por  tan,  léase  portau;  lín.   29,  dice  en 
f^anar,  léase  enf^anar;  lin.  3o,  dice  hau,  léase  han. 

Pág.  293,  lín.  21,  d\ce  Jinme,  léase  Jíume;  lín.  24»  dice  no  els,  léase  noUs;  lín.  29, 
dice  quandam,  léase  quemdam;  lín.  35,  dice  Malasón,  léase  Malagón, 

Pág.  294,  lín.  12»  dice  rfe/í,  léase  rfeu;  lín.  16,  dice  dieu,  léase  dien;  lín.  35,  dice 
cierque,  léase  clergue. 

Pág.  295,  lín.  8,  dice  sender,  léase  scuder;  lín.  9,  dice  oplich,  léase  aplich;  lín.  19, 
dice  vus,  léaselos;  lín.  20,  á\ct  posan,  léase  jtjo.s'ai/;  lín.  21,  dice  son,  léase  sou; 
lín.  24,  dice  con<;onetes^  léase  cani^onetes. 

Pág.  324,  lin.  36,  dice  Extramadura,  léase  Kxtrf.madijra. 

Pág.  437,  lín.  32,  dice  Biblioteca  Universitaria,  léase  Universidad, 

Pág.  5o8,  lín.  27,  dice  Notables  son  también  las  semblanzas,  léase  Sotable  es  tam- 
bién la  semblanza. 


eOLABORADORES 

EspaAoles. 

Todos  los  individuos  del  Cuerpo  Facultativo  de  Archiveros,  Bibliotecarios  y 
Arqueólogos,  y  los  distinguidos  escritores  siguientes:  Aguilar  y  Cano  (D.  A.),  Pu- 
blicista-—A  Itam  ira  (D.  R.),  Catedrático  de  la  Universidad  dé  Oviedo.— A  lemán  y 
(D.  J.),  Catedrático  de  la  Universidad  Central.— Aviles  (D.  A.^,  de  la  Real  Acade- 
mia de  San  Fernando.— Baselga  (D.  M.),  Catedrático  de  la  Universidad  de  Zara- 
goza.—Bayo  (D.  C),  Publicista.— Blázquez  (D.  A.),  C.  de  la  Real  Academia  de 
la  Historia.— Bonilla  y  San  Martín  (D.  A.),  Secretario  del  Ateneo  científico,  lite- 
rario y  artístico  de  Madrid.— Calleja  (D.  J.  D.),  Publicista.— Cedillo  (Excelentí- 
simo Sr.  Conde  de),  de  la  Real  Academia  de  la  Historia.— Codera  (D.  F.),  de  la  Real 
Academia  de  la  Historia  y  Catedrático  de  la  Universidad  Central.— Costa  (D.  J.), 
Iberista.— Cütarelo  y  Mori  (D.  E.),  de  la  Real  Academia  Española.— Chabás 
(D.  R.),  Canónigo-archivero  de  la  Catedral  de  Valencia.- Domínguez  Berruela 
(D.  M.),  Catedrático  del  Instituto  provincial  de  Salamanca.  -Eguílaz  Yanguas 
(D.  L.),  Catedrático  de  la  Universidad  de  Granada.— Ruano  y  Prieto  (D.  F.),  Publi- 
cista.—Escandón  (D.  R.),  Astrónomo  del  Observatorio  de  Madrid.— Fernández 
Duro  (D.  C),  Americanista,  de  la  Real  Academia  de  la  Historia.  —Fernández  de  Ve- 
lasco  (D.  F.),  Publicista.— Ferrá  (D.  B.),  Director  del  Museo  Arqueológico  Lulia- 
no.— Fita  fP.  F.),  de  la  Real  Academia  de  la  Historia.— García  de  Quevedo  y  Con- 
cellón  ÍD.  E.),  Catedrático  del  Instituto  provincial  de  Burgos.— Garrido  Osorio 
(D.  M.),  Catedrático  de  la  Universidad  de  Granada.— Salva  (D.  A.),  Archivero  mu- 
cipal  dé  Burgos.— Garriga  (D.  F.  J.),  Catedrático  del  Instituto  provincial  de  Ovie- 
do.—Gestoso  y  Pérez  (D.  J.),  de  la  Academia  de  Bellas  Artes  de  Sevilla.— Gómez 
Imaz  (D.  M.),  Publicista.— Gómez-Moreno  y  Martínez  (D.  M.),  Profesor  de  It 
Universidad  del  Sacro  Monte  de  Granada.— Goyri  de  Menéndez  Pidal  (D.*  M.*), 
Doctora  en  Filosofía  y  Letras.— Güemcs  (D.  J.),  Archivero  de  la  Real  Casa.— 
Hazañas  y  la  Rúa  (D.  J.),  Catedrático  de  la  Universidad  de  Sevilla.— Hergueta 
(D.  N.K  de  la  Real  Capilla.— Herrera  (D.  A.),  de  la  Real  Academia  de  la  Histo- 
ria.—Herrera  (P.  I.)t  de  las  Escuelas  Pias.-Lampércz  y  Romea  (D.  V.),  Arqui- 
tecto y  Catedrático  de  la  Escuela  de  Arquitectura. -Las  Navas  (Conde  de).  Bi- 
bliotecario de  la  Real  Casa.— Liñán  y  Éguizával  ^D.  P.),  Publicisia.— Lomba 
(D.  J.  R.),  Publicista.— Llabrés  (D.  Gabriel),  (Catedrático  del  Instituto  de  Cáce- 
res— M untadas  (D.  J.  F.).  Publicista.— Oliver  y  Estellcr  (D.  H.),  de  la  Real  Acade- 
mia de  la  Historia.— Pedraja  Fernández  (D.  K.  de  la),  C.  de  la  Real  Academia  de  la 
Historia.— Ramírez  de  Arellano  (D.  R.),  C  de  la  Real  Academia  de  la  Historia.— 
Rodríguez  de  Berlanga(D.  M.),  Romanista.— Rodríguez  .MoureIo(D.  J.),  Profesor 
de  la  Escuela  de  Artes  y  Oficios. — Soralucc  (D.  P.),  de  la  Comisión  de  Monu- 
mentos de  Guipúzcoa. — Tenorio  (D.  N.),  Publicista.  -IVamoyeres  ( D.  L.),  de  la 
Comisión  de  Monumentos  de  Valencia. — Laurencio  lEl  Sr.  Marqués  de),  de  la 
Real  Academia  de  la  Historia.— Ureña  y  Smenjaud  (D.  R.  de).  Catedrático  de  la 
Universidad  Central.— Velázquez  Bosco  (D.  R.),  Arquitecto  y  Catedrático  de  la  Es- 
cuela de  Arquitectura.— Villaamil  y  Castro  ID.  J.),  Arqueólogo.— Vives  (D.  A.), 
de  la  Real  Academia  de  la  Historia. 

Extranjeros. 
Bienkowski  (P.),  Profesor  de  la  Universidad  de  Cracovia.- Bonsor  (M.  J.),  Ar- 
queólogo.— M.  J.  Calmette,  miembro  de  la  Escuela  Francesa  de  Roma. — Daumet 
(M.  G.),  Archivero  de  los  Archivos  Nacionales  de  Francia. — Engel  (M.  A.),  Ar- 
queólogo.— Farinelli  (Dr.  A.),  Profesor  extraordinario  de  la  Universidad  de  Inns- 
bruck.- Fitz-Gerald  (M.  J.  D.)— Friedel  (M.),  de  la  Universidad  de  Liverpool.— Ga- 
rófalo  (Sr.  V.  P.).  Profesor  de  la  Universidad  de  (>atania  ( Sicilia). —Gráfenberg  (doc- 
tor S.),  Critico  de  literatura  española.  Frankfort.— (jraillot  (M.  Henri),  Profesor  del 
Liceo  de  Tolosa  de  Francia.  —I  laebler  (Conrado),  Bibliotecario  de  la  Biblioteca  Real 
de  Dresde.  — Homolle  (M.  Th.),  Director  de  li  Friscuela  Francesa  de  Atenas. — 
t  Hübner  (E.),  de  la  Real  Academia  de  Berlín.— Leite  de  Vasconcellos  <Dr.  J.),  Di- 
rector del  Museo  Etnológico  de  Lisboa.— Melé (E.),  de  la  Biblioteca  Nacional  de 
Ñapóles.— Morel-Fatio  (M.  A.),  Director  adjunto  de  la  Escuela  práctica  de  Estudios 
superiores  de  Paris.— Paris  (M.  P.),  (Catedrático  de  la  Universidad  de  Bunieos. — 
Ulloa  (D.  Luis),  Secretario  de  Legación,  Comisionado  especial  del  Gobierno. del 
Perú  en  los  Archivos  y  Bibliotecas  de  Europa. 


CONSKK)  DF  LA  REVISTA 

JUNTA  INSPECTORA.  l'iM.siDhNrr.:  jefe  superior  dei  Cuerpo,  b.  Mai 
Lclitu»  Mcncudí";  y  ¡\'layt}.  -Xu  whvswíww.  |).  Vicente  Vit;nau  %  ÍJa'.lester. - 
V«.í  A¡  in:  i».  .I-.»sj  (>«!',^a  >  «iarc.a.  í».  Ní.iruie!  l"l«ire>  Calderón.-  -I>.  Mariano  Ca- 
lalin;!  >  C./m.  \).  Rt.^ir:^»!  Amad*.'- d».  i«»s  Míos.  í).  l.-M:iardo  de  Hifioi(>sa  \  .\a\c- 
ros.  I>.  .ihan  «ala'  \\d  ti.«r.:.i  \  I  <'ptv.  1>.  Au.mi'-i'»  \  cpando/  \":».l«?r'-:)  y  '  .oc:- 
ña      n.  I':vard-i  di.-  lliiK^i-ísa  >  \a\i-,'"'»N.-   I>.  Kranc:s-j«.  .\a\arrn  \  I.edc^ma. 

REDACCIÓN.  I'i<:  ^ii'i- nh..  I>.  M.imiin')  .\/t»;'/.\/i\y /v/jy-i.  -X'ujhiM'F.s.- 
ui  \iY:  l>.  \  Ícenle  X'j.au  y  Üaüosici .  I'i  !i\'  i«»w  iiíi  :  I),  juari  Nlcnc-nde/  í*ida:. 
-  \  'K  x-  is:  i).  i'a..p".  Meiu.'ndt:/  V.d:i\.  I>  \í:í-.i¡-.  l'a/  v  MeTia.  I».  }u^j  Ramón 
Mél'iav  Aliar;.  I».  \\ar..<i:"  X-:.. ícele.  l>.  I':c  r  .!•.  í'^rres  Valle.  -l>.  ^■a^ci^^ 
Seü'.tr-a».  I¡  \  «^ahai.as.  I  i.  Hic.«:\i«»  de  H.r:"¡..Na  \  \a\Lr.»^.  ( .t'v  i  ai«oi<:  I).  Ma- 
nuel ^\.ua-i'i'       Sil  i<!  !\f*:,.-  I».  Wanue-  Ser-.ip"  y  San/. 

in  NIOS  liK  SI  SCUiPCION 

l-.U  I-.  A.l.'i-  T-..''  i'.''li  .Ir  ^.^^l  I-"  K\  |s  i  \.  \.'ii\  .  li.s-  ..' iv,'  N.iii  •>•.*■  I'i.co  «ir  I' ».■«.•*  u-U>K  1-.  ■ 
y  C'i  .1  il.t.-:i.i-.  ..^;i.i' !:'•  s  I  .i\*"»  i '•;/.í  i  .lii.i'i.n  i^  w\  ::i:.,  I  ii>;c:i»  •/;j/\t /••«iZ.  .Mitu-.i 
i'j>.i=,  f'l  I.  I  M;<  I*  .  o.  ^  /;;.•«:  I  ■»  ui¡- -I'»  I  •  :;  • '■  i:l'.,  ». .'  ¡c  M-.-  1',-ii.'  Cti-n  Mi^-..il  l'aiacu-* 
Siiiu/.  I  ¡i'iiij  \  i*  i|s'c  :  I  f  I»  ■J//'i.i-.  J'i  „  ¡  «»[H/  'i;cvi;.i.  ."^iti  Jc'"ni::io,  j*..  -  ¡.nfírf'fi 
Hii«i>  ■:■  ^  ;^••.•n,  l''i:  :  .1  v.  ,••  »  .i.-  \i.uirití:  \\n:.it\.  .'iü:".!;  •.  .vlcaia,  ■.■■,  \icl«íri.tu'.>  Su.ir»-/, 
l'iccii.'-  .  ,\  \  i;-!  vil.  '•  ■'  iil.i  :  L-  ..1  .11./  \  .  i'iip.u.i  ■.  !'!.:.-■  .1  .:t  s.i;!í  i  \!>.i.  i;<;  Firn.nui.-.  Ik. 
CiiT.'ji.i  iIvS!'!  .¡■.I'",  I.I....  •_'.  !  .'  'p...'!.  •.  lüc.  ¡'.:i/.i  Uc  Siii'.i  \'  .1..,.  I  !ii:i;íi  jr.tc  i-.rici'iTi.il  K«injn 
y  l'.ív^fi,  \.v,.il.i.  '■»;S.i.r.-  !i  .1  ■  :v  •  j.  i  k'wi  íM"--,  cail-  ilc  «■•ít;:'''.¡  iíjcn.  !'•;  Ci  ihricl  Sáncht/,  Cn- 
ircM'-  •.•  .  \'r«.::'.. '^.l!l  .M.«:'iii  \  \nIu»<,íI«».  I*-  .iiij  .-.  i--  \  l'"m-'i.(  ,lcl  So'.  ••;  V'uui.i  de  Kic-, 
Tr.tvc*»!»  :iL  \rot..n.  i;  l.il^n-:  .a  .S.«c:wiil  \  l.\  trar.icra.  "^m  hvr.Mardd,  :■•:  fij'ifi/».-  Ju.in  Mar- 
11111/.  I',  i/  :  il'.'  i<.c.-;"  ^ii!'.i".nn.r  V  .-jtl.j'  i;  (  i'. -I,  i-  ¡I,)...  I'í.i/.i  M.i\i»r,  xs  Santón Jer:  l»¡c>v. 
W.  til  H<c.i  I.,  Km  \\.i;.««;.  <  l.-i/.  *i . -.i  Xii-i:!  M;uil.ir.  .it»rcr<i-..'J::..ir,  «''rihailcro».  i.— l'a//,i- 
tiifliU  Ji-»0  MaMUs.1  il».  la  •  .ii»  vtj^  \\  .^i.,.  ¡-¡j,  .wa.  s-s  v  }'•  -  Zii'ii^'f"  ;.í  «''.c:!!"  'i.i«:c.i.  I*l.i¿a  iSc  I  .i 
Sc«-       I    ■  /\i'/^  ilü  I;  ir.si    a   h     \V'.!  n.   :  ur  lltrnai  «l-l'.iiisw.  ; 

l'l<h(.!()S  DK  .sr.S(.MIp(  Ji.)\.  -Ln  kspaña.  15  pesetas  a;  añ.-:  m  el  exiran- 
jen»,  20  francos  al  anu.  -A'(/  se  .¡liniitcn  sclln^  Je  tórreos  en  pa¿:o  de  suscripcio- 
nes. -  Número  suelto»  1,50  pesetas. 

Puniera  >  '«e^ur.Ja  ^erie  (pi..r.era  y  sei;urida  época»,  '^u?  pesetas,  touios  I  a  IX; 
sueltos,  á  25  poetas  iii¡n<.,'.-  leKora  serie  (tercera  época),  lomos  I,  II.  III,  IV.  \", 
VI  y  Vil.  oo  pesetas:  suelii»s.  a  -b  péselas  tomo.—  líoletin  de  Archivos.  Biblioteca^ 
j  Museos,  un  toinn.  7. So  pesetas. 

Modo  de  hacer  el  pa^jo  los  wSiiscriptores  de  provincias 

Por  medio  de  libranza  del  (iiro  miiluo.  d  nombre  del  .Icfe  del  Archivo 
Histórico  Nacic)nal.  I\iscn  de  Recoletos,  20. 

Catálogos  publicados  por  la  Rkvisf A  j>k  Ah.hivos,  Bibmoteí.as  y  Mi'seos. 
Biblioteca  Nacionai  .  I.-  Quálo^o  de  las  piví^as  de  teatro  que  se  conservan  en  el 
Departamento  de  Manuscritos  de  ¡a  Biblioteca  Nacional ,  por  D.  Antonio  Paz  y 
Melia,  Jel'e  de  dicho  Departamento.  -Madrid,  i8(h».--.S.**  doble,  717  páginas. — 1<- 
pesetas.— Ochi»  pesetas  á  lo*-  suscnplore»»  de  la  Rfvisi  k.  Punto  de  venta,  en  la  Ad- 
ministración de  la  misma. 

Poj;amos  á  los  autíjres.  editores,  libreros,  impresores,  grabadores,  encuaderna 
dores,  etc..  se  lijen  en  las  condiciones  de  nuestra  Sección  de  anuncios. — Supli- 
camos á  los  autores,  editores  y  libreros  nos  remitan  las  papeletas  bibliográficas 
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bliografía.- Se  hará  nota  bibliográfica  de  todo  libro  de  materia  literaria,  his- 
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